LUIS GERARDO RODRIGUEZ MIRANDA, mexicano, mayor de edad,
señalando como domicilio convencional para oír y recibir citas y notificaciones el correo electrónico lexjuredf@live.com.mx. Autorizando para oírlas y recibirlas en mi nombre y representación así como para exhibir, recibir y recoger toda clase de documentos y valores, aún los de carácter personal a los abogados a quienes se autoriza expresamente en términos del artículo 12 DE LA LEY DE AMPARO, desde este momento con todas las facultades que se otorgan con el fin de que se restituyan las garantías individuales que se encuentran conculcadas por la responsable, recayendo el nombramiento en los Licenciados en Derecho FAUSTO MARTINEZ GONZALEZ, JUAN CARLOS RODRIGUEZ CERDA Y JUANA JACQUELINE BERMUDEZ GRANADOS asi como a la PD. DIANA MAGALI SALAZAR SALAZAR, ASTRID NOEMI ALCANTARA ORTEGA Y DULCE NAYELLI GUTIERREZ BOLAÑOS. Ante Usted en forma respetuosa y en ese tenor, acto seguido el suscrito gobernado y parte quejosa procede de forma respetuosa ante su Usía a:
E X P O N E R
Que con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo, por medio del presente escrito vengo a demandar EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, en contra de las autoridades responsables, y demás actos de las autoridades que adelante se precisan; por lo cual y para la procedencia de la misma, de conformidad a lo señalado por el artículo 108 de la Ley de amparo y se realizan los siguientes señalamientos:
I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO: LUIS GERARDO RODRIGUEZ
MIRANDA, con domicilio convencional en el correo electrónico lexjuredf@live.com.mx. II.- NOMBRE Y DOMICILIO DE LOS TERCEROS PERJUDICADOS: Bajo protesta de decir verdad se manifiesta que NO EXISTE tercero perjudicado.
III.-AUTORIDADES RESPONSABLES:
A.- C.Juez de Distrito Especializado en el Sistema
Penal Acusatorio, adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de México, con sede en Nezahualcóyotl, en su carácter de Juez de Control, CAUSA PENAL 204/2020 como autoridad ordenadora.
B. C. Magistrada Olga María Josefina Ojeda Arellano,
titular del Octavo Tribunal Unitario del Segundo Circuito, con residencia en Nezahualcóyotl, Estado de México habilitado para conocer del Sistema Penal Acusatorio, como autoridad ejecutora, TOCA PENAL 66/2020.
IV.- ACTO O ACTOS RECLAMADOS:
Primero.- De la autoridad responsable: Reclamo LA
CONFIRMACION DEL AUTO DE VINCULACION A PROCESO emitido en el TOCA PENAL 66/2020, el cuatro de septiembre de dos mil veinte, mismo que me fue notificado en fecha 06 de noviembre de 2020.
Segundo.- De todas las autoridades responsables:
El trato indigno a mi dignidad humana.
Tercero.- De todas las autoridades responsables:
La violación al derecho de igualdad o no discriminación, ya que he sabido que, la prisión preventiva es necesaria cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado.
V.- HECHOS O ABSTENCIONES CONSTITUTIVOS DEL ACTO
RECLAMADO:
Bajo protesta de decir verdad manifiesto que los hechos y
abstenciones que me constan y que constituyen los antecedentes de los actos reclamados y fundamento de los conceptos de violación son los siguientes:
1.- En principio, debe decirse que el respeto al derecho
a la presunción de inocencia exige que el Estado fundamente y acredite, de manera clara y motivada; cuando su aplicación está determinada esencialmente, por ejemplo, por el tipo de delito, la expectativa de la pena o la mera existencia de indicios razonables que vinculen al acusado; o bien, rebase el término máximo de prisión preventiva establecido por la Constitución o la ley. El primer párrafo del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé lo siguiente:
"Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea Parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece."
Por tanto, como la aplicabilidad no depende del hecho,
sino a partir del inicio del procedimiento, y existen diversas interpretaciones para definir cuándo inicia el procedimiento, no se puede afirmar la existencia de una restricción constitucional expresa del Constituyente Mexicano.
Máxime en el Código Nacional en cita prevé, en su
artículo 211, que el procedimiento penal comprende las etapas de investigación (inicial y complementaria), la etapa intermedia o de preparación del juicio y la de juicio.
Si bien las medidas cautelares son parte del
procedimiento, lo relativo o vinculado a la libertad escapan de lo procesal, de tal manera que puede interpretarse que son autónomas al mismo, tomando en cuenta que la libertad es un derecho sustantivo, mas no un derecho procesal para poder interpretar, que pertenece o forma parte del procedimiento, ni mucho menos que se trata de una regla. Así, al existir dos interpretaciones en atención al principio personal, se debe estar con la restricción más plausible al derecho humano de la libertad.
2.- Ahora bien de lo narrado con anterioridad se
desprende que se conculcaron las garantías individuales del suscrito, La Autoridad Ministerial ejercito acción penal en contra del suscrito, por el supuesto delito de PORTACION DE ARMA DE FUEGO SIN LICENCIA y CONTRA LA SALUD EN SU MODALIDAD DE POSESION SIMPLE DE METANFETAMINA Y COCAINA.
2.1.-Portación de arma de fuego sin licencia, previsto y
sancionado en el artículo 81, en relación con el diverso 9, fracción l de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
“…Por su parte, respecto de la disertación identificada en el
inciso c), el defensor particular recurrente, precisa el alcance demostrativo que a su consideración tienen las entrevistas obtenidas del coincriminado Daniel Chávez Vilchis y el testigo Uriel Vargas Mateos, sin embargo, nada dice sobre los argumentos que tuvo el juez de control para considerar que estos datos de prueba resultaban insuficientes para restra razonabilidad a lo comunicado en el informe policial homologado y las entrevistas realizadas a los primeros respondientes, conforme a las máximas de la experiencia y la lógica. Pues según se vio, el juez de control, señaló que tales entrevistas eran poco creíbles y no se robustecían con otros datos, pues sobre lo primero, destacó que, era poco razonable que, el coincriminado fuera a bordo del vehículo que era propiedad de Luis Gerardo, momentos previos a la detención y que en vez de poner el arma en un lugar donde él la poseyera, como por ejemplo en el tenis, la calceta, la cintura, optara por dejarla en el quemacocos de dicho vehículo que no era de su propiedad, lugar que además, consideró de difícil acceso para aquél, pero respecto del cual, podía tener cierto control el dueño.
De igual modo, el resolutor de primer grado indicó que, estos
datos no le permitían dudar de que, Luis Gerardo sabia de la existencia del arma de fuego, porque iba a bordo del vehículo donde se halló el arma afecta a la causa, además, dicho artefacto se encontraba específicamente en el quemacocos, que se posiciona arriba de su cabeza y dado que éste es dueño del citado automotor, por lo que, consideró difícil pensar que no tuviera conocimiento o dominio de lo que en el traía, ya que como propietario o poseedor legitimo tenia dominio de lo que en el hay.
Así es, evidente que, la defensa no refutó las consideraciones
del juez natural en torno a la insuficiencia de los datos de prueba que recabó de la duplicidad del término constitucional, esto, a través de alegaciones que denotaran que, dichos datos son creíbles y están robustecidos con otros, al grado que, permiten dudar de aquellos que precisan que el justiciable portó el artefacto bélico afecto a la causa…” Contrariamente a como lo estimó la autoridad responsable en autos no quedó acreditado el tipo penal del delito de portación de arma de fuego por el cual fue vinculado a proceso, dado que no se demostró que el mismo quejoso hubiera tenido a su alcance el arma de fuego a que se refiere el sumario y, por ende, que se encontraba a su disposición inmediata. Pues bien, es de precisar que el artículo 81 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos previene que se sancionará con penas de dos a siete años de prisión y de cincuenta a doscientos días de multa, a quien ‘porte’ un arma de las comprendidas en los artículos 9o. y 10 de la misma ley, sin tener expedida la licencia correspondiente; los mencionados preceptos 9o. y 10 describen las armas que pueden poseerse y portarse en los términos y con las limitaciones establecidas en la misma ley (el primero), así como las armas que podrán autorizarse a los deportistas de tiro o cacería para poseer en su domicilio y portar con licencia (el segundo). En el caso, al suscrito le fue encontrada un arma de fuego consistente en un artefacto belico calibre .25", en el interior del vehículo que tripulaba, una camioneta, concretamente en el quemacocos, , según se asienta en el parte informativo, debidamente ratificado ministerialmente y cuyo contenido se ve corroborado por el suscrito quejoso al declarar ante el la Autoridad Judicial y concatenado con lo narrado por DANIEL CHAVEZ VILCHIS (co-imputado) ante el representante social, Pues bien, tratándose de armas cuya posesión y portación la ley permita a los particulares con las limitaciones y requisitos que la misma establece, o sea, de uso restringido, la ley federal de la materia en ninguno de sus preceptos define lo que debe entenderse (legalmente) por ‘portar’ (o portación) y ‘poseer’ (o posesión) siendo los Tribunales Federales, primeramente la honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de sus resoluciones, quienes se han ocupado de establecer un criterio en tal sentido, es decir, que al resolver los diversos casos jurídicos sometidos a su consideración ha sentado la connotación de aquellos términos conceptuales a que se refiere la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para tipificar las conductas punibles de portación y posesión de armas de fuego. Pues bien, se imputa al suscrito la comisión del delito de portación de arma de fuego sin licencia, es indispensable establecer el significado del término ‘portación’, lo cual, como ya se dijo, no se hace en aquel ordenamiento legal, por lo que es necesario acudir a otras fuentes de derecho para dicho efecto, aludiendo incluso a su acepción gramatical. Para tal propósito es pertinente, en primer lugar, señalar que aquellos tribunales que se han ocupado de la cuestión han considerado que existe el delito de que se trata cuando el sujeto activo tiene consigo el arma, o cuando la tiene a su ‘alcance inmediato’. Así, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término ‘alcance’ tiene, entre otras, la siguiente acepción: ‘Alcance (de alcanzar) ... 2) Distancia a que llega el brazo de una persona por su natural disposición, o por el diferente movimiento o postura del cuerpo.’. Todo lo hasta aquí expuesto permite advertir que se surte el delito de que se trata atendiendo a la cercanía o distancia que medie entre el sujeto activo del delito y el objeto del mismo, o sea, el arma de fuego, que le permita a aquél hacerse del arma en cualquier momento y sin mayor esfuerzo que el que implica asirla por estar más o menos a la mano o cerca de ella. Pues bien, si se localizó el arma de fuego dentro del vehículo que conducía el coimputado, una camioneta, en el quemacocos, es de concluir que no se surte el delito de que se trata, pues la distancia que media entre el copiloto y esa parte de la cabina del vehículo es una distancia que impide tenerla a la vista, puesto que el quemacocos trae una base que tapa el cristal y fue en ese lugar en donde se encontró el artefacto bélico, por lo que es claro que el suscrito nunca tuvo a la vista dicho objeto amen de que era claro que no se podían realizar las maniobras necesarias para hacerse del arma, lo cual no es la postura natural del cuerpo. Lo anterior basta para concluir en el sentido de que, en la especie, no quedaron demostrados los datos de prueba suficientes para acreditar elementos del tipo penal de portación de arma de fuego sin licencia por el cual fue vinculado a proceso el suscrito.
2.2.- Contra la salud, en la modalidad de posesión simple de
metanfetamina y cocaína, previsto y sancionado en el artículo 477 y 479 de la Ley General de Salud.
“…Finalmente, lo reseñado en el inciso e) , en torno a que, los
elementos aprehensores al montar cocaína y cristal, actuaron violando derechos fundamentales, principios constitucionales y un numeral del protocolo que se aduce rige su actuación como primeros respondientes, no es más que una apreciación subjetiva, que, de ningún modo, descarta el razonamiento del resolutor primario, tocante a que, no se contaba con dato que, concluyeran que, los primeros respondientes asumieron una integración viciada, respecto del imputado o que pretendieron perjudicarlo intencionalmente, por lo que, adujó partiría de la idea de que, éstos realizaron una función pública que fue encomendada por el estado.
Asimismo, razonó que, bajo la responsabilidad que tienen, el
entendimiento de que sus funciones las hacen con ese carácter y el peligro de que falseen cualquier situación, no podía dudar de sus manifestaciones, en el sentido de que, el imputado en un primer momento, indicó que llevaba marihuana y que al realizar una inspección encontraron además metanfetamina y cocaína así como, un arma de fuego en el interior de vehículo, en el área del quemacocos.
De modo que, si la defensa solo se ciñó a exponer diversas
violaciones que a su consideración se actualizaron en el auto de vinculación recurrido, sin explicar los motivos que las actualizan y sobre el alcance demostrativo que a su consideración merecen los datos de prueba que ofertó con motivo de la duplicidad del plazo constitucional y el indebido proceder de los elementos captores, pero sin refutar las razones que sustentaron la postura del resolutor, es que de viene inoperante su queja…”
En efecto, de considerar que la presunción prevista en el citado
artículo 195 es de carácter absoluto, bastaría que se acreditara que la posesión fue en cantidad igual o superior a la prevista en la tabla contenida en el artículo 479 de la Ley General de Salud, multiplicada por mil, para tenerse por demostrada la finalidad con que se cometió el delito e imponer la sanción correlativa. En dicho caso, el procesado no podría siquiera tratar de desvirtuar el hecho presumido, vulnerándose su derecho a defenderse.
En tal caso, la presunción antes señalada se entiende en su
connotación relativa, se relevaría con lo cual al Ministerio Público de su deber constitucional de probar los hechos en los que basa su acusación, y se obliga al imputado a derrotar la presunción y a probar un hecho negativo. Tal dinámica probatoria resulta contraria al principio de presunción de inocencia.
En la contradicción de tesis 68/2005-PS se señaló que corresponde
al Ministerio Público la función persecutoria de los delitos y la obligación (carga) de buscar y presentar las pruebas que acrediten la existencia de éstos. Dichos principios resguardan, de forma implícita, el principio universal de presunción de inocencia consistente en el derecho de toda persona, acusada de la comisión de un delito, a ser considerada como inocente en tanto no existan pruebas suficientes que destruyan dicha presunción.
De ahí la importancia de tenerlo por acreditado fehacientemente,
es decir, de tener certeza a través de los medios probatorios de qué actividad quería el sujeto activo realizar con el estupefaciente asegurado, con base en diversos elementos probatorios que puedan desprenderse o inferirse de las circunstancias que rodean la comisión de la conducta, tales como la cantidad de droga, la conformación de ésta, así como las condiciones y circunstancias de tiempo y lugar en que se llevó a cabo la posesión. Por lo que la cantidad de la droga asegurada es sólo un indicio dentro del material probatorio del que puede allegarse el órgano acusador para sustentar su acusación.
En otras palabras, la "presunción", debe ser entendida en el
sentido de inferencia probatoria. Es decir, considerarse a la cantidad de narcóticos como un elemento objetivo con carácter de indicio con un peso probatorio útil para tenerse por demostrado el elemento subjetivo del delito. Lo que significa que la cantidad de droga (dependiendo del grado en que rebase la cantidad permitida) puede invocarse como dato de prueba y producir consecuencias en la determinación de las finalidades estipuladas por el artículo 194. Empero, de ninguna manera releva al Ministerio Público de su obligación de probar plenamente dicho aspecto.
Así, es que la única interpretación conforme al derecho a la
adecuada defensa y al principio de presunción de inocencia, es aquella en virtud de la cual se considera que la cantidad de la droga que se posee por el sujeto activo cuando es igual o superior a la resultante de multiplicar por mil, establecida en la tabla contenida en el artículo 479 de la Ley General de Salud, constituye sólo un indicio para tener por demostrada alguna de las finalidades previstas en el artículo 194 del mismo código.
En ese entendido, cuando la finalidad del delito es "presumida"
por el Ministerio Público en su acusación y por el Juez de origen y magistrada al dictar la resolucion respectiva, atendiendo a la cantidad de la droga materia de la posesión se vulnera el derecho a la adecuada defensa del procesado y el principio de presunción de inocencia.
Luego entonces, los derechos humanos han sido catalogados
atendiendo a diversos criterios, de tal suerte que se pueden encontrar varias clasificaciones (civiles, económicos, sociales, culturales y ambientales) que atienden a su naturaleza, al origen, contenido y por la materia a la que se refieren, sin que dicha agrupación implique mayor o menor importancia de alguno de ellos, pues deben atenderse de forma global, de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. En específico, el derecho a la libertad, igual que todos los derechos, es uno cuya titularidad se encuentra condicionada, únicamente a la pertenencia a la especie humana, lo que implica que toda persona debe gozar de éste; así, la libertad personal debe entenderse como el derecho del hombre a no ser privado de su libertad física, salvo las causas y en las condiciones estipuladas por la Constitución o por las leyes dictadas conforme a tal normativa; asimismo, protege al ser humano en contra de aquellos actos que, sin fundamento legal, puedan transgredirlo.
Por ende, se trata de un derecho encaminado a evitar
que las autoridades restrinjan la facultad de la persona de organizar su vida conforme a sus propias convicciones, siempre que éstas sean acordes con las leyes; por tanto, al ser un derecho fundamental en nuestro derecho interno, el derecho a la libertad personal se reconoce, aunque indirectamente, en el más alto nivel normativo, a saber, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, específicamente en sus artículos 16, 19 y 20 se advierte que, en relación con la libertad personal, nuestro Máximo Ordenamiento prevé, entre otros, los derechos específicos de la libertad durante el proceso, derecho a que la prisión preventiva se decrete de manera excepcional, sólo en los casos y circunstancias expresamente previstos en la Norma Fundamental.
En ese sentido, la regulación constitucional del derecho a la
libertad personal se centra en el reconocimiento de sus derechos, lo que conlleva que dicha regulación persigue una doble finalidad: 1) Garantizar la esfera de autonomía física de las personas; y, 2) Constreñir a los poderes públicos a actuar dentro de los límites que el derecho de mérito les impone para poder privar a alguien de su libertad, lo cual significa que el Estado protege la libertad de cada persona y la hace operable dentro del núcleo social mediante el establecimiento de restricciones a su ejercicio, las cuales deben tener por objeto asegurar los derechos de los demás, satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática, aspectos con los cuales, únicamente puede verse limitado el ejercicio de su libertad, pero para que los límites fijados resulten exigibles, deben estar expresamente previstos en una norma jurídica y acordes con los derechos humanos.
De tal suerte que la afectación a la libertad personal debe
apoyarse en una causa expresamente establecida por la ley, y regirse por lo que en ella se disponga y, además, debe tener una justificación teleológica, es decir, debe orientarse hacia un fin constitucionalmente legítimo y socialmente relevante y emplear los medios adecuados y necesarios para alcanzarlo, pues si bien el derecho a la libertad personal no es absoluto y, por ende, puede restringirse, ello sólo es posible dentro de los límites establecidos por la ley (los cuales deben ser razonables, proporcionados y legítimos) y mediante el procedimiento que al efecto se haya determinado, lo que reitera el hecho de que la libertad personal se traduce en el derecho que toda persona tiene a que no se constriña su libertad deambulatoria, si no es por las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley, con estricta sujeción a los procedimientos en ella definidos, así como por motivos y métodos compatibles con el respeto a los derechos fundamentales del individuo.
Debido a que el acto reclamado es violatorio de garantías,
se formulan en la presente demanda de amparo, los siguientes:
VI.- GARANTÍAS CONSTITUCIONALES VIOLADAS: Las de los
artículos 1, 14, 16, 19 y 20 Constitucionales.
VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
Las autoridades señaladas como responsables, violan en
mi perjuicio las garantías de legalidad, seguridad y libertad, que se encuentran protegidas y tuteladas por los artículos 14, y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que estas autoridades tratan de imputarme conductas que el suscrito nunca realice, con lo cual se me causa un acto de molestia en mi persona y en mis derechos, sin que se me haya cumplido con las formalidades esenciales del procedimiento, y sin que se FUNDE NI MOTIVE la causa legal de mi privación de libertad, puesto que existen medidas cautelares menos lesivas, pues la prisión preventiva, supone la ejecución de una pena anticipada de los SUSCRITOS y por lo cual dichos actos son violatorios de mis garantías.
Se viola en mi perjuicio lo establecido en el primer
párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como lo expongo en éste Primer Concepto de Violación. De conformidad con lo expuesto, tengo el temor fundado de seguir siendo molestado en mi persona sin la debida motivación y fundamentación, sin que se haya analizado una medida diversa menos lesiva a los intereses del suscrito, sin que hasta el momento se hayan cumplido las formalidades esenciales del procedimiento, que en el caso son el haber hecho de mi conocimiento, con oportunidad para mi defensa, el supuesto o supuestos típicos, específicamente determinados, como parte de las formalidades esenciales de procedimiento en el cual se recibieran todos los elementos de prueba de descargo, que en el caso de nuestra legislación es de tipo contradictorio y como lo ordenan las leyes expedidas para el caso; dicha omisión que se traduce en actuaciones de autoridad contrarias a lo señalado en el precepto y párrafo constitucionales señalados.
CAPITULO DE SUSPENSIÓN:
Es procedente y así lo solicito se
le conceda a la SUSCRITO la SUSPENSIÓN PROVISIONAL y en su caso la DEFINITIVA DEL ACTO RECLAMADO en los términos de los artículos 125, 126, 127, 128 y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo y por lo tanto no surta sus efectos la PRISION PREVENTIVA JUSTIFICADA que se ha indicado como acto reclamado y que es de imposible reparación, por tanto debe suspenderse la ejecución del mismo, solicitando que no se ejecute dicho acto de autoridad. Solicitando se me expida copia certificada por duplicado de dicha suspensión y sea entregada a los abogados autorizados.
De los antecedentes que se narran y los conceptos de
violación que se hacen en contra de los actos reclamados así como la aplicación de la suplencia en la deficiencia de la queja a favor del suscrito quejoso se deduce que resulta procedente la admisión y en su momento EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, ya que son conculcadas las garantías individuales señaladas en los artículos 1, 14, 16, 19 y 20 Constitucionales, acto que por naturaleza, origen, contenido y consecuencias se refutan como de imposible reparación violentándose mis garantías de audiencia, legalidad y debido proceso.
Por lo anteriormente expuesto y fundado,
A UD. C. JUEZ, RESPETUOSAMENTE SOLICITO:
PRIMERO.- Tenerme por presentado en términos de este
escrito, con la calidad que ostento, haciendo las manifestaciones legales contenidas en el mismo.
SEGUNDO.- Tener por autorizadas a las personas
mencionadas en el cuerpo del presente escrito en los términos legales solicitados.
TERCERO: Solicitar de la Responsable los Informes
previos y el Justificado, así como conceder de plano la Suspensión provisional entregándome una copia certificada por duplicado de la misma, por medio de las personas autorizadas.
CUARTO.- Previos trámites de ley, concederme el Amparo y
El laberinto procesal de la reclasificación del delito por el juez de control y el tribunal de enjuiciamiento en el CNPP: ( Un debate entre la Toga , la constitución y la tecnicidad de la imputación)