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JUICIO DE AMPARO INDIRECTO

QUEJOSO: LUIS GERARDO RODRIGUEZ


MIRANDA

C. JUEZ DE DISTRITO EN TURNO EN

NEZAHUALCOTL, ESTADO DE MEXICO.

P R E S E N T E.

LUIS GERARDO RODRIGUEZ MIRANDA, mexicano, mayor de edad,


señalando como domicilio convencional para oír y recibir citas y
notificaciones el correo electrónico lexjuredf@live.com.mx.
Autorizando para oírlas y recibirlas en mi nombre y representación
así como para exhibir, recibir y recoger toda clase de documentos
y valores, aún los de carácter personal a los abogados a quienes
se autoriza expresamente en términos del artículo 12 DE LA LEY DE
AMPARO, desde este momento con todas las facultades que se otorgan
con el fin de que se restituyan las garantías individuales que se
encuentran conculcadas por la responsable, recayendo el
nombramiento en los Licenciados en Derecho FAUSTO MARTINEZ
GONZALEZ, JUAN CARLOS RODRIGUEZ CERDA Y JUANA JACQUELINE BERMUDEZ
GRANADOS asi como a la PD. DIANA MAGALI SALAZAR SALAZAR, ASTRID
NOEMI ALCANTARA ORTEGA Y DULCE NAYELLI GUTIERREZ BOLAÑOS. Ante
Usted en forma respetuosa y en ese tenor, acto seguido el
suscrito gobernado y parte quejosa procede de forma respetuosa
ante su Usía a:

E X P O N E R

Que con fundamento en lo dispuesto por los


artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y demás relativos y aplicables de la
Ley de Amparo, por medio del presente escrito vengo a
demandar EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, en
contra de las autoridades responsables, y demás actos de las
autoridades que adelante se precisan; por lo cual y para la
procedencia de la misma, de conformidad a lo señalado por el
artículo 108 de la Ley de amparo y se realizan los siguientes
señalamientos:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO: LUIS GERARDO RODRIGUEZ


MIRANDA, con domicilio convencional en el correo electrónico
lexjuredf@live.com.mx.
II.- NOMBRE Y DOMICILIO DE LOS TERCEROS PERJUDICADOS: Bajo
protesta de decir verdad se manifiesta que NO EXISTE tercero
perjudicado.

III.-AUTORIDADES RESPONSABLES:

A.- C.Juez de Distrito Especializado en el Sistema


Penal Acusatorio, adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en
el Estado de México, con sede en Nezahualcóyotl, en su carácter de
Juez de Control, CAUSA PENAL 204/2020 como autoridad ordenadora.

B. C. Magistrada Olga María Josefina Ojeda Arellano,


titular del Octavo Tribunal Unitario del Segundo
Circuito, con residencia en Nezahualcóyotl, Estado de
México habilitado para conocer del Sistema Penal
Acusatorio, como autoridad ejecutora, TOCA PENAL
66/2020.

IV.- ACTO O ACTOS RECLAMADOS:

Primero.- De la autoridad responsable: Reclamo LA


CONFIRMACION DEL AUTO DE VINCULACION A PROCESO emitido
en el TOCA PENAL 66/2020, el cuatro de septiembre de dos
mil veinte, mismo que me fue notificado en fecha 06 de
noviembre de 2020.

Segundo.- De todas las autoridades responsables:


El trato indigno a mi dignidad humana.

Tercero.- De todas las autoridades responsables:


La violación al derecho de igualdad o no discriminación,
ya que he sabido que, la prisión preventiva es necesaria
cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para
garantizar la comparecencia del imputado en el juicio,
el desarrollo de la investigación, la protección de la
víctima, de los testigos o de la comunidad, así como
cuando el imputado esté siendo procesado.

V.- HECHOS O ABSTENCIONES CONSTITUTIVOS DEL ACTO


RECLAMADO:

Bajo protesta de decir verdad manifiesto que los hechos y


abstenciones que me constan y que constituyen los
antecedentes de los actos reclamados y fundamento de los
conceptos de violación son los siguientes:

1.- En principio, debe decirse que el respeto al derecho


a la presunción de inocencia exige que el Estado fundamente y
acredite, de manera clara y motivada; cuando su aplicación
está determinada esencialmente, por ejemplo, por el tipo de
delito, la expectativa de la pena o la mera existencia de
indicios razonables que vinculen al acusado; o bien, rebase
el término máximo de prisión preventiva establecido por la
Constitución o la ley.
El primer párrafo del artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé lo siguiente:

"Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las


personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea Parte, así como de las garantías para su
protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que
esta Constitución establece."

Por tanto, como la aplicabilidad no depende del hecho,


sino a partir del inicio del procedimiento, y existen
diversas interpretaciones para definir cuándo inicia el
procedimiento, no se puede afirmar la existencia de una
restricción constitucional expresa del Constituyente
Mexicano.

Máxime en el Código Nacional en cita prevé, en su


artículo 211, que el procedimiento penal comprende las etapas
de investigación (inicial y complementaria), la etapa
intermedia o de preparación del juicio y la de juicio.

Si bien las medidas cautelares son parte del


procedimiento, lo relativo o vinculado a la libertad escapan
de lo procesal, de tal manera que puede interpretarse que son
autónomas al mismo, tomando en cuenta que la libertad es un
derecho sustantivo, mas no un derecho procesal para poder
interpretar, que pertenece o forma parte del procedimiento,
ni mucho menos que se trata de una regla. Así, al existir dos
interpretaciones en atención al principio personal, se debe
estar con la restricción más plausible al derecho humano de
la libertad.

2.- Ahora bien de lo narrado con anterioridad se


desprende que se conculcaron las garantías individuales del
suscrito, La Autoridad Ministerial ejercito acción penal en
contra del suscrito, por el supuesto delito de PORTACION DE
ARMA DE FUEGO SIN LICENCIA y CONTRA LA SALUD EN SU MODALIDAD
DE POSESION SIMPLE DE METANFETAMINA Y COCAINA.

2.1.-Portación de arma de fuego sin licencia, previsto y


sancionado en el artículo 81, en relación con el diverso 9,
fracción l de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

“…Por su parte, respecto de la disertación identificada en el


inciso c), el defensor particular recurrente, precisa el alcance
demostrativo que a su consideración tienen las entrevistas
obtenidas del coincriminado Daniel Chávez Vilchis y el testigo
Uriel Vargas Mateos, sin embargo, nada dice sobre los argumentos
que tuvo el juez de control para considerar que estos datos de
prueba resultaban insuficientes para restra razonabilidad a lo
comunicado en el informe policial homologado y las entrevistas
realizadas a los primeros respondientes, conforme a las máximas de
la experiencia y la lógica.
Pues según se vio, el juez de control, señaló que tales
entrevistas eran poco creíbles y no se robustecían con otros
datos, pues sobre lo primero, destacó que, era poco razonable que,
el coincriminado fuera a bordo del vehículo que era propiedad de
Luis Gerardo, momentos previos a la detención y que en vez de
poner el arma en un lugar donde él la poseyera, como por ejemplo
en el tenis, la calceta, la cintura, optara por dejarla en el
quemacocos de dicho vehículo que no era de su propiedad, lugar que
además, consideró de difícil acceso para aquél, pero respecto del
cual, podía tener cierto control el dueño.

De igual modo, el resolutor de primer grado indicó que, estos


datos no le permitían dudar de que, Luis Gerardo sabia de la
existencia del arma de fuego, porque iba a bordo del vehículo
donde se halló el arma afecta a la causa, además, dicho artefacto
se encontraba específicamente en el quemacocos, que se posiciona
arriba de su cabeza y dado que éste es dueño del citado automotor,
por lo que, consideró difícil pensar que no tuviera conocimiento o
dominio de lo que en el traía, ya que como propietario o poseedor
legitimo tenia dominio de lo que en el hay.

Así es, evidente que, la defensa no refutó las consideraciones


del juez natural en torno a la insuficiencia de los datos de
prueba que recabó de la duplicidad del término constitucional,
esto, a través de alegaciones que denotaran que, dichos datos son
creíbles y están robustecidos con otros, al grado que, permiten
dudar de aquellos que precisan que el justiciable portó el
artefacto bélico afecto a la causa…”
 Contrariamente a como lo estimó la autoridad responsable en autos
no quedó acreditado el tipo penal del delito de portación de arma
de fuego por el cual fue vinculado a proceso, dado que no se
demostró que el mismo quejoso hubiera tenido a su alcance el arma
de fuego a que se refiere el sumario y, por ende, que se
encontraba a su disposición inmediata. Pues bien, es de precisar
que el artículo 81 de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos previene que se sancionará con penas de dos a siete
años de prisión y de cincuenta a doscientos días de multa, a quien
‘porte’ un arma de las comprendidas en los artículos 9o. y 10 de
la misma ley, sin tener expedida la licencia correspondiente; los
mencionados preceptos 9o. y 10 describen las armas que pueden
poseerse y portarse en los términos y con las limitaciones
establecidas en la misma ley (el primero), así como las armas que
podrán autorizarse a los deportistas de tiro o cacería para poseer
en su domicilio y portar con licencia (el segundo). En el caso, al
suscrito le fue encontrada un arma de fuego consistente en un
artefacto belico calibre .25", en el interior del vehículo que
tripulaba, una camioneta, concretamente en el quemacocos, , según
se asienta en el parte informativo, debidamente ratificado
ministerialmente y cuyo contenido se ve corroborado por el
suscrito quejoso al declarar ante el la Autoridad Judicial y
concatenado con lo narrado por DANIEL CHAVEZ VILCHIS (co-imputado)
ante el representante social, Pues bien, tratándose de armas cuya
posesión y portación la ley permita a los particulares con las
limitaciones y requisitos que la misma establece, o sea, de uso
restringido, la ley federal de la materia en ninguno de sus
preceptos define lo que debe entenderse (legalmente) por ‘portar’
(o portación) y ‘poseer’ (o posesión) siendo los Tribunales
Federales, primeramente la honorable Suprema Corte de Justicia de
la Nación a través de sus resoluciones, quienes se han ocupado de
establecer un criterio en tal sentido, es decir, que al resolver
los diversos casos jurídicos sometidos a su consideración ha
sentado la connotación de aquellos términos conceptuales a que se
refiere la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para
tipificar las conductas punibles de portación y posesión de armas
de fuego. Pues bien, se imputa al suscrito la comisión del delito
de portación de arma de fuego sin licencia, es indispensable
establecer el significado del término ‘portación’, lo cual, como
ya se dijo, no se hace en aquel ordenamiento legal, por lo que es
necesario acudir a otras fuentes de derecho para dicho efecto,
aludiendo incluso a su acepción gramatical. Para tal propósito es
pertinente, en primer lugar, señalar que aquellos tribunales que
se han ocupado de la cuestión han considerado que existe el delito
de que se trata cuando el sujeto activo tiene consigo el arma, o
cuando la tiene a su ‘alcance inmediato’. Así, según el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término
‘alcance’ tiene, entre otras, la siguiente acepción: ‘Alcance (de
alcanzar) ... 2) Distancia a que llega el brazo de una persona por
su natural disposición, o por el diferente movimiento o postura
del cuerpo.’. Todo lo hasta aquí expuesto permite advertir que se
surte el delito de que se trata atendiendo a la cercanía o
distancia que medie entre el sujeto activo del delito y el objeto
del mismo, o sea, el arma de fuego, que le permita a aquél hacerse
del arma en cualquier momento y sin mayor esfuerzo que el que
implica asirla por estar más o menos a la mano o cerca de ella.
Pues bien, si se localizó el arma de fuego dentro del vehículo que
conducía el coimputado, una camioneta, en el quemacocos, es de
concluir que no se surte el delito de que se trata, pues la
distancia que media entre el copiloto y esa parte de la cabina del
vehículo es una distancia que impide tenerla a la vista, puesto
que el quemacocos trae una base que tapa el cristal y fue en ese
lugar en donde se encontró el artefacto bélico, por lo que es
claro que el suscrito nunca tuvo a la vista dicho objeto amen de
que era claro que no se podían realizar las maniobras necesarias
para hacerse del arma, lo cual no es la postura natural del
cuerpo. Lo anterior basta para concluir en el sentido de que, en
la especie, no quedaron demostrados los datos de prueba
suficientes para acreditar elementos del tipo penal de portación
de arma de fuego sin licencia por el cual fue vinculado a proceso
el suscrito. 

2.2.- Contra la salud, en la modalidad de posesión simple de


metanfetamina y cocaína, previsto y sancionado en el artículo 477
y 479 de la Ley General de Salud.

“…Finalmente, lo reseñado en el inciso e) , en torno a que, los


elementos aprehensores al montar cocaína y cristal, actuaron
violando derechos fundamentales, principios constitucionales y un
numeral del protocolo que se aduce rige su actuación como primeros
respondientes, no es más que una apreciación subjetiva, que, de
ningún modo, descarta el razonamiento del resolutor primario,
tocante a que, no se contaba con dato que, concluyeran que, los
primeros respondientes asumieron una integración viciada, respecto
del imputado o que pretendieron perjudicarlo intencionalmente, por
lo que, adujó partiría de la idea de que, éstos realizaron una
función pública que fue encomendada por el estado.

Asimismo, razonó que, bajo la responsabilidad que tienen, el


entendimiento de que sus funciones las hacen con ese carácter y el
peligro de que falseen cualquier situación, no podía dudar de sus
manifestaciones, en el sentido de que, el imputado en un primer
momento, indicó que llevaba marihuana y que al realizar una
inspección encontraron además metanfetamina y cocaína así como, un
arma de fuego en el interior de vehículo, en el área del
quemacocos.

De modo que, si la defensa solo se ciñó a exponer diversas


violaciones que a su consideración se actualizaron en el auto de
vinculación recurrido, sin explicar los motivos que las actualizan
y sobre el alcance demostrativo que a su consideración merecen los
datos de prueba que ofertó con motivo de la duplicidad del plazo
constitucional y el indebido proceder de los elementos captores,
pero sin refutar las razones que sustentaron la postura del
resolutor, es que de viene inoperante su queja…”

En efecto, de considerar que la presunción prevista en el citado


artículo 195 es de carácter absoluto, bastaría que se acreditara
que la posesión fue en cantidad igual o superior a la prevista en
la tabla contenida en el artículo 479 de la Ley General de Salud,
multiplicada por mil, para tenerse por demostrada la finalidad con
que se cometió el delito e imponer la sanción correlativa. En
dicho caso, el procesado no podría siquiera tratar de desvirtuar
el hecho presumido, vulnerándose su derecho a defenderse.

En tal caso, la presunción antes señalada se entiende en su


connotación relativa, se relevaría con lo cual al Ministerio
Público de su deber constitucional de probar los hechos en los que
basa su acusación, y se obliga al imputado a derrotar la
presunción y a probar un hecho negativo. Tal dinámica probatoria
resulta contraria al principio de presunción de inocencia.

En la contradicción de tesis 68/2005-PS se señaló que corresponde


al Ministerio Público la función persecutoria de los delitos y la
obligación (carga) de buscar y presentar las pruebas que acrediten
la existencia de éstos. Dichos principios resguardan, de forma
implícita, el principio universal de presunción de inocencia
consistente en el derecho de toda persona, acusada de la comisión
de un delito, a ser considerada como inocente en tanto no existan
pruebas suficientes que destruyan dicha presunción.

De ahí la importancia de tenerlo por acreditado fehacientemente,


es decir, de tener certeza a través de los medios probatorios de
qué actividad quería el sujeto activo realizar con el
estupefaciente asegurado, con base en diversos elementos
probatorios que puedan desprenderse o inferirse de las
circunstancias que rodean la comisión de la conducta, tales como
la cantidad de droga, la conformación de ésta, así como las
condiciones y circunstancias de tiempo y lugar en que se llevó a
cabo la posesión. Por lo que la cantidad de la droga asegurada es
sólo un indicio dentro del material probatorio del que puede
allegarse el órgano acusador para sustentar su acusación.

En otras palabras, la "presunción", debe ser entendida en el


sentido de inferencia probatoria. Es decir, considerarse a la
cantidad de narcóticos como un elemento objetivo con carácter de
indicio con un peso probatorio útil para tenerse por demostrado el
elemento subjetivo del delito. Lo que significa que la cantidad de
droga (dependiendo del grado en que rebase la cantidad permitida)
puede invocarse como dato de prueba y producir consecuencias en la
determinación de las finalidades estipuladas por el artículo 194.
Empero, de ninguna manera releva al Ministerio Público de su
obligación de probar plenamente dicho aspecto.

Así, es que la única interpretación conforme al derecho a la


adecuada defensa y al principio de presunción de inocencia, es
aquella en virtud de la cual se considera que la cantidad de la
droga que se posee por el sujeto activo cuando es igual o superior
a la resultante de multiplicar por mil, establecida en la tabla
contenida en el artículo 479 de la Ley General de Salud,
constituye sólo un indicio para tener por demostrada alguna de las
finalidades previstas en el artículo 194 del mismo código.

En ese entendido, cuando la finalidad del delito es "presumida"


por el Ministerio Público en su acusación y por el Juez de origen
y magistrada al dictar la resolucion respectiva, atendiendo a la
cantidad de la droga materia de la posesión se vulnera el derecho
a la adecuada defensa del procesado y el principio de presunción
de inocencia.

Luego entonces, los derechos humanos han sido catalogados


atendiendo a diversos criterios, de tal suerte que se pueden
encontrar varias clasificaciones (civiles, económicos, sociales,
culturales y ambientales) que atienden a su naturaleza, al origen,
contenido y por la materia a la que se refieren, sin que dicha
agrupación implique mayor o menor importancia de alguno de ellos,
pues deben atenderse de forma global, de manera justa y
equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
En específico, el derecho a la libertad, igual que todos los
derechos, es uno cuya titularidad se encuentra condicionada,
únicamente a la pertenencia a la especie humana, lo que implica
que toda persona debe gozar de éste; así, la libertad personal
debe entenderse como el derecho del hombre a no ser privado de su
libertad física, salvo las causas y en las condiciones estipuladas
por la Constitución o por las leyes dictadas conforme a tal
normativa; asimismo, protege al ser humano en contra de aquellos
actos que, sin fundamento legal, puedan transgredirlo.

Por ende, se trata de un derecho encaminado a evitar


que las autoridades restrinjan la facultad de la persona de
organizar su vida conforme a sus propias convicciones, siempre que
éstas sean acordes con las leyes; por tanto, al ser un derecho
fundamental en nuestro derecho interno, el derecho a la libertad
personal se reconoce, aunque indirectamente, en el más alto nivel
normativo, a saber, la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente en sus artículos 16, 19 y 20 se
advierte que, en relación con la libertad personal, nuestro Máximo
Ordenamiento prevé, entre otros, los derechos específicos de la
libertad durante el proceso, derecho a que la prisión preventiva
se decrete de manera excepcional, sólo en los casos y
circunstancias expresamente previstos en la Norma Fundamental.

En ese sentido, la regulación constitucional del derecho a la


libertad personal se centra en el reconocimiento de sus derechos,
lo que conlleva que dicha regulación persigue una doble finalidad:
1) Garantizar la esfera de autonomía física de las personas; y, 2)
Constreñir a los poderes públicos a actuar dentro de los límites
que el derecho de mérito les impone para poder privar a alguien de
su libertad, lo cual significa que el Estado protege la libertad
de cada persona y la hace operable dentro del núcleo social
mediante el establecimiento de restricciones a su ejercicio, las
cuales deben tener por objeto asegurar los derechos de los demás,
satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y
del bienestar general en una sociedad democrática, aspectos con
los cuales, únicamente puede verse limitado el ejercicio de su
libertad, pero para que los límites fijados resulten exigibles,
deben estar expresamente previstos en una norma jurídica y acordes
con los derechos humanos.

De tal suerte que la afectación a la libertad personal debe


apoyarse en una causa expresamente establecida por la ley, y
regirse por lo que en ella se disponga y, además, debe tener una
justificación teleológica, es decir, debe orientarse hacia un fin
constitucionalmente legítimo y socialmente relevante y emplear los
medios adecuados y necesarios para alcanzarlo, pues si bien el
derecho a la libertad personal no es absoluto y, por ende, puede
restringirse, ello sólo es posible dentro de los límites
establecidos por la ley (los cuales deben ser razonables,
proporcionados y legítimos) y mediante el procedimiento que al
efecto se haya determinado, lo que reitera el hecho de que la
libertad personal se traduce en el derecho que toda persona tiene
a que no se constriña su libertad deambulatoria, si no es por las
causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley,
con estricta sujeción a los procedimientos en ella definidos, así
como por motivos y métodos compatibles con el respeto a los
derechos fundamentales del individuo.

Debido a que el acto reclamado es violatorio de garantías,


se formulan en la presente demanda de amparo, los siguientes:

VI.- GARANTÍAS CONSTITUCIONALES VIOLADAS: Las de los


artículos 1, 14, 16, 19 y 20 Constitucionales.

VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN

Las autoridades señaladas como responsables, violan en


mi perjuicio las garantías de legalidad, seguridad y
libertad, que se encuentran protegidas y tuteladas por los
artículos 14, y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, ya que estas autoridades tratan de
imputarme conductas que el suscrito nunca realice, con lo
cual se me causa un acto de molestia en mi persona y en mis
derechos, sin que se me haya cumplido con las formalidades
esenciales del procedimiento, y sin que se FUNDE NI MOTIVE la
causa legal de mi privación de libertad, puesto que existen
medidas cautelares menos lesivas, pues la prisión preventiva,
supone la ejecución de una pena anticipada de los SUSCRITOS y
por lo cual dichos actos son violatorios de mis garantías.

Se viola en mi perjuicio lo establecido en el primer


párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, como lo expongo en éste Primer
Concepto de Violación. De conformidad con lo expuesto, tengo
el temor fundado de seguir siendo molestado en mi persona sin
la debida motivación y fundamentación, sin que se haya
analizado una medida diversa menos lesiva a los intereses del
suscrito, sin que hasta el momento se hayan cumplido las
formalidades esenciales del procedimiento, que en el caso son
el haber hecho de mi conocimiento, con oportunidad para mi
defensa, el supuesto o supuestos típicos, específicamente
determinados, como parte de las formalidades esenciales de
procedimiento en el cual se recibieran todos los elementos de
prueba de descargo, que en el caso de nuestra legislación es
de tipo contradictorio y como lo ordenan las leyes expedidas
para el caso; dicha omisión que se traduce en actuaciones de
autoridad contrarias a lo señalado en el precepto y párrafo
constitucionales señalados.

CAPITULO DE SUSPENSIÓN:

                     Es procedente y así lo solicito se


le conceda a la SUSCRITO la SUSPENSIÓN PROVISIONAL y en su
caso la DEFINITIVA  DEL ACTO RECLAMADO en los términos de los
artículos 125, 126, 127, 128 y demás relativos y aplicables
de la Ley de Amparo y por lo tanto no surta sus efectos la
PRISION PREVENTIVA JUSTIFICADA que se ha indicado como acto
reclamado y que es de imposible reparación, por tanto debe
suspenderse la ejecución del mismo,  solicitando que no se
ejecute dicho acto de autoridad. Solicitando se me expida
copia certificada por duplicado de dicha suspensión y sea
entregada a los abogados autorizados.

De los antecedentes que se narran y los conceptos de


violación que se hacen en contra de los actos reclamados así
como la aplicación de la suplencia en la deficiencia de la
queja a favor del suscrito quejoso se deduce que resulta
procedente la admisión y en su momento EL AMPARO Y PROTECCIÓN
DE LA JUSTICIA FEDERAL, ya que son conculcadas las garantías
individuales señaladas en los artículos 1, 14, 16, 19 y 20
Constitucionales, acto que por naturaleza, origen, contenido
y consecuencias se refutan como de imposible reparación
violentándose mis garantías de audiencia, legalidad y debido
proceso.

Por lo anteriormente expuesto y fundado,

A UD. C. JUEZ, RESPETUOSAMENTE SOLICITO:

PRIMERO.- Tenerme por presentado en términos de este


escrito, con la calidad que ostento, haciendo las
manifestaciones legales contenidas en el mismo.

SEGUNDO.- Tener por autorizadas a las personas


mencionadas en el cuerpo del presente escrito en los términos
legales solicitados.

TERCERO: Solicitar de la Responsable los Informes


previos y el Justificado, así como conceder de plano la
Suspensión provisional entregándome una copia certificada por
duplicado de la misma, por medio de las personas autorizadas.

CUARTO.- Previos trámites de ley, concederme el Amparo y


Protección de la Justicia Federal.

PROTESTO LO NECESARIO

LUIS GERARDO RODRIGUEZ MIRANDA

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