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EXPONGO:
SEÑALAMIENTO:
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el numero 251/2022, que resuelve REVOCAR la sentencia dictada por el
Juez quinto en materia penal en el estado con residencia en esta ciudad de
Guadalajara, Jalisco, en las actuaciones del proceso 08/2016.
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estando privada de mi libertad personal, del informe en cuestión no se desprende que
dichos agentes de autoridad hayan asentado en el mismo la hora en que sucedió tal
privación de la libertad y la hora en que se emitió la declaración y fui puesta a
disposición de la autoridad ministerial y posteriormente de la autoridad jurisdiccional
para rendir la declaración correspondiente ante el juzgador de primer grado; esas son
las circunstancia tiene como consecuencia que deba de privarse de alcance probatorio
a los 2 elementos de prueba de referencia, al informe de los elementos captores y
desde luego a la declaración en que me autoincrimino; lo anterior es así debido a que
para poder determinar la dilación entre la privación de la libertad y la puesta a
disposición de las suscrita es menester que obre una constancia del tiempo en que
estuvo a disposición de los elementos captores que privaron de la libertad a la
suscrita para ser investigada, emitir mi declaración ante estos y en su caso poder
tener la capacidad por parte de la autoridad jurisdiccional de la viabilidad de la auto
incriminación, pues de por sí ya esa circunstancia genera una duda razonable sobre la
existencia de la voluntad sobre el hecho de que se obtuvo mediante tortura, presión
psicológica, física o moral, de tal forma las circunstancias envolventes a la expresión
de la demora en la puesta a disposición de la autoridad judicial por parte de la
autoridad ministerial y los elementos aprehensores, genera la certeza de que
existe la tortura de acuerdo a las justificaciones del caso y las
circunstancias del actual de quien realizó la detención; sobre el particular
invocó el contenido de la interpretación jurisprudencial que se desprende
del registro digital que a continuación se transcribe:
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formalmente correcta, es relativo y debe entenderse como el
necesario para su realización de acuerdo a las circunstancias
específicas del caso concreto y a un criterio básico de razonabilidad
que debe atender, en cada supuesto, a la presencia de factores y
circunstancias concurrentes como la hora, las vías y medios de
comunicación, la distancia, las condiciones de lugar, tiempo y forma
de la detención, los aspectos de seguridad (tanto del detenido como
de los agente de la autoridad), y en general aquellas que en el
supuesto específico incidan en la valoración concreta para la
calificación del acto de puesta a disposición. Por ello, aun y cuando
en efecto no puede establecerse que en términos generales la
ilegalidad de una dilación prolongada dependa de que quedara
probado que su finalidad sea inflingirle una lesión o tortura al
detenido o bien obtener una confesión de los hechos que se le
atribuyen; sin embargo, dado que no puede partirse del
establecimiento de una regla temporal específica, no basta que
exista determinado tiempo transcurrido, siempre y cuando éste no
sea notoriamente excesivo, para que indefectiblemente deba
estimarse que se incurrió en una ilegal detención prolongada e
injustificada, pues para ello debe existir algún dato objetivo que así
lo acredite, o bien carecerse de las circunstancias fácticas que en
función del caso particular puedan hacer razonable y, por ende,
justificado el tiempo transcurrido entre la detención material y la
correcta puesta a disposición.
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Ello genera la presunción legal de que la suscrita fue privada de mi
libertad personal a través de un acto de ilegalidad, pues es inconcuso que
la policía investigadora al practicar las diligencias dentro de la averiguación
previa me privaron de mi libertad personal para obtener mi declaración a
través de tortura goma lo que se deduce necesariamente por el hecho de
que no se asienta en su informe la hora en que me presenté o me
detuvieron o me citaron o me presentaron para tal efecto, de forma que
no existe punto de partida para determinar si existió demora en la
presentación de mi persona ante la autoridad jurisdiccional y establecer la
presunción legal de que mi declaración de autoincriminación fue obtenida a
través de tortura, tal omisión genera la presunción legal de que el
proceder de los elementos captadores es sospechosamente determinativo
de una conducta que puede ser calificada como de tortura física o moral
por parte de los elementos que investigaron los hechos que envuelven al
averiguación previa con motivo del homicidio de quien en vida llevara el
nombre de JONATAN IGNACIO LUEVANOS TEJEDA, padre de mis 3 hijos.
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incriminado para reconocer la existencia del homicidio conociendo las
condiciones que generan una sentencia adversa por la comisión de un
delito tan grave, pues de las constancias que se desprenden del proceso
puede advertirse claramente la existencia de actos que motivaron una
conducta desleal por parte del órgano de investigación del delito por los
elementos mismos que se desprenden de la deposición emitida por la
compareciente ante el agente del ministerio público en la que reconocí la
existencia de una conducta ilícita; lo anterior se puede advertir
precisamente de las siguientes circunstancias:
b.- del propio informe se puede advertir que los agentes aprehensores que
emiten el informe en cuestión simplemente se limitan a ponerme a
disposición junto con dicho informe con el representante social, el agente
del ministerio público consignador, sin embargo, no refieren la hora en que
fui privada de la libertad ni tampoco hacen alusión en dicho informe ah la
justificación legal de la existencia de la privación de mi libertad, lo que
implica necesariamente una ilegalidad por parte de la actuación de los
agentes de la policía investigadora.
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CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO
QUE TRASCIENDE A SU DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE
ÉSTE. Si los gobernados, constitucional y convencionalmente
tienen el derecho fundamental a que el Estado investigue las
violaciones a sus derechos humanos, en específico, el derecho a no
ser objeto de tortura, la autoridad judicial, como parte integral del
Estado Mexicano, ante la denuncia de que un gobernado ha sido
víctima de aquélla, tiene la obligación de investigarla; lo que se
constituye en una formalidad esencial del procedimiento, al incidir
sobre las efectivas posibilidades de defensa de los gobernados previo
al correspondiente acto de autoridad privativo de sus derechos. Ello,
porque al ser la tortura una violación a los derechos humanos de la
que pueden obtenerse datos o elementos de prueba que con
posterioridad se utilicen para sustentar una imputación de carácter
penal contra la presunta víctima de la tortura, se advierte una
relación entre la violación a derechos humanos y el debido proceso;
lo cual implica que, luego de realizarse la investigación necesaria
para determinar si se actualizó o no la tortura, de obtenerse un
resultado positivo, la autoridad que tenga a cargo resolver la
situación jurídica de la víctima de violación a derechos humanos,
estará obligada a realizar un estudio escrupuloso de los elementos
en que se sustenta la imputación al tenor de los parámetros
constitucionales fijados en relación con las reglas de exclusión de las
pruebas ilícitas. Por tanto, soslayar una denuncia de tortura, sin
realizar la investigación correspondiente, coloca en estado de
indefensión a quien la alega, ya que la circunstancia de no verificar
su dicho implica dejar de analizar una eventual ilicitud de las
pruebas con las que se dictará la sentencia. Así, la omisión de la
autoridad judicial de investigar una denuncia de tortura como
violación a derechos fundamentales dentro del proceso penal,
constituye una violación a las leyes que rigen el procedimiento, que
trasciende a las defensas del quejoso, en términos de los artículos
173, fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como 1, 6,
8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura y, consecuentemente, debe ordenarse la reposición del
procedimiento de primera instancia para realizar la investigación
correspondiente y analizar la denuncia de tortura, únicamente desde
el punto de vista de violación de derechos humanos dentro del
proceso penal, a efecto de corroborar si existió o no dicha
transgresión para los efectos probatorios correspondientes al dictar
la sentencia.
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Vargas Becerra.
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como debidamente valorada una prueba pericial en el juicio.
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De la simple lectura que se haga de la opinión pericial de los
expertos oficiales podrá advertir este tribunal que no existe sustento
técnico ni análisis practicado ni informan los peritos sus antecedentes
curriculares que los facultan para emitir la opinión a la que arriban
destacándose esa circunstancia puesto que los 2 dictámenes periciales son
sumamente deficientes e incapaces de producir convicción en el ánimo del
juzgador dada su falta de profesionalismo dado que ambos son omisos en
determinar e informar el motivo por el cual llegan a la convicción
planteada, en forma indebida, la sala responsable les concede a dichas
opiniones periciales el alcance probatorio pleno para establecer que no se
justificó dentro de las actuaciones la existencia de actos de tortura para
obtener la declaración de autoincriminación de la quejosa, cuando de la
propia lectura que se haga de ésta podrá advertir que existe presunción
clara de la existencia de tortura, sumado a ello a la existencia de lesiones
orgánicas en la corporeidad de la quejosa y el resultado de los protocolos
practicado a la infrascrita, Estudios técnicos psicológicos y el protocolo de
estambul de tortura, debieron llegar a la conclusión precisa de que la
declaración dela compareciente ante el agente del ministerio público
consignador fue emitida con actos de violación de los derechos humanos
que generaron un estrés postraumático por los malos tratos y tortura
llevada a cabo por los agentes captores, y bajo ese contexto al no haberse
hecho estudio alguno a la suscrita por parte de los expertos dependientes
del instituto jalisciense de ciencias forenses, y tener la característica
primordial de deficiente sus opiniones, dado que éstos no informan en su
opinión pericial los estudios técnicos practicados a la compareciente y a las
actuaciones de la averiguación criminal, es incuestionable que la sala
responsable vulneró el principio de legalidad al valorar inapropiada e
ilegalmente la prueba técnica en cuestión, pues de una correcta y
congruente valoración concatenado de las 3 opiniones técnicas
desahogadas en autos, se podrá llegar a la convicción de que el dictamen
que tiene mejor sustento es él emitido por el doctor ALFREDO RODRÍGUEZ
GARCÍA, de suerte que al concederle valor probatorio a los diversos
técnicos criminalistas, está valorando incorrectamente la prueba en
cuestión y si bien es cierto que existe una libre valoración de la prueba la
valoración que se haga de esta medida conflictiva debe de hacerse en su
justa medida realizando una congruente de liberación del resultado y
antecedentes de las opiniones periciales, concediendo valor probatorio a la
que se encuentre mejor sustentada y cuyo experto tenga mejores
antecedentes técnicos, quien informe en su dictamen los estudios técnicos
practicados y los métodos por los cuales llegó a la conclusión a la que
arriba, de tal forma, al ser deficiente la opinión pericial de los expertos
oficiales, y no estar sustentada en métodos científicos es claro que debe
de calificarse de inconstitucional la sentencia pues se sustenta la misma en
el contexto de una opinión pericial viciada y que no se encuentra
debidamente fundamentada, pues si bien la prueba en cuestión debe de
ser valorada conforme al prudente arbitrio, no siendo violatorio de
garantías el uso de esta facultad, cuando se expresen los motivos lógicos y
humanos que se tuvieron para dar tal o cual valor probatorio, al resultado
de la misma.
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para llegar al resultado de la valoración contenida, pues la desestimación
del valor probatorio de la opinión pericial de Alfredo rodríguez garcía debe
estar debidamente sustentada, lo que significa que tal desestimación debe
estar basada en razones bastantes que vengan a desvirtuarlos, lo que no
sucede en un caso en el que la responsable sólo se concreta a decir, según
reza esa jurisprudencia, que los dictámenes periciales son meras opiniones
de técnicos en alguna especialidad, orientadores del arbitrio judicial, que
de ninguna manera constituyen imperativos para el órgano jurisdiccional;
toda vez que el referido dictámen, aunque en efecto no obligan a los
juzgadores, si llegan a determinadas conclusiones, según los
razonamientos que los fundan, aunque los juzgadores no estén obligados a
tomarlos en cuenta, deben darse y explicarse las razones por las que en su
concepto no los toman en consideración y al no existir dichas razones, el
arbitrio judicial es violatorio de garantías individuales. Dicha omisión
provoca violación al derecho de defensa de la suscripción quejosa y a la
garantía de legalidad de los textos constitucionales puesto que en su
contenido el fallo materia del reclamo constitucional no se contienen tales
razones motivaciones y fundamentos a que llegaron los magistrados
responsables para desestimar la opinión del científico que fue designado
por esta parte para emitir el dictamen de tortura a través del método de
protocolo de estambul;
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probatorio pleno al dictamen rendido por el tercero en discordia por ser el
más acorde con el peritaje del demandado e intermedio al que presentó el
actor, pues si bien es cierto que el artículo 332 de la Ley Procesal Civil del
Estado de Veracruz concede al juzgador facultades para apreciar
libremente la prueba pericial, también lo es que tiene la obligación de
expresar claramente, los motivos que lo llevan a determinarse en su
apreciación a través de un razonamiento lógico jurídico y no que
simplemente su valoración sea el resultado de una comparación numérica
tratando de encontrar un intermedio entre los dictámenes presentados por
las partes.
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dictámenes coincidentes; si no que el juzgador debe atender a los
fundamentos de cada dictamen y apreciarlos en relación con las
constancias de autos, para decidir a cuál de los peritajes les otorga valor
probatorio suficiente para orientar la decisión del tribunal, debiendo hacer
constar esos argumentos en su resolución para cumplir con la obligación
constitucional del debido fundamento legal, siendo también obligatorio
señalar los motivos por los que se niega valor y eficacia a otro u otros de
los dictámenes rendidos.
Precedente:
CAPITULO DE SUSPENSION
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conserven en el estado que actualmente guardan y no se ejecute el fallo
del que me duelo, ni sea la suscrita quejosa privada de mi libertad
personal hasta en tanto no se resuelva en definitiva sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado y en definitiva
el fondo del presente amparo directo. Y dada la naturaleza del presente
juicio y en atención a que el suscrito estoy libre bajo caución ante la
responsable de primer grado le PIDO SE LE NOTIFIQUE DE
INMEDIATO AL INFERIOR DE LA INTERPOSICION DEL PRESENTE
JUICIO DE AMPARO Y DE LA SUSPENSIÓN QUE ME ENCUENTRO
SOLICITANDO PARA EFECTO DE QUE MANTENGA LAS COSAS EN EL
ESTADO QUE ACTUALMENTE GUARDAN Y NO SE ME REVOQUE EL
BENEFICIO DE LA LIBERTAD BAJO CAUCIÓN QUE ME ENCUENTRO
GOZANDO.
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alguna que el delito por el que se juzga al recurrente sea grave,
pues esta circunstancia afecta solamente a la libertad caucional que
es propia del procedimiento penal, mas no a los aspectos de la
suspensión relacionada con una sentencia definitiva, en cuyo caso la
Constitución señala claramente que esta última debe concederse de
plano y paralizar la ejecución de tal sentencia, lo que se traduce en
que no debe ser reaprehendido quien ya gozaba de libertad por
virtud de una sentencia absolutoria.
P ID O :
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A T E N T A M E N T E.