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De la Ética a la moral
ÍNDICE
1. El instinto y la razón
2. La ley y la moral
5. La ética de la felicidad
1. El instinto y la Razón.
Una de las diferencias más importantes que hay entre las personas y los animales tiene que ver con
nuestra forma de comportarnos.
Los animales Actúan guiados por los instintos, su comportamiento esta pautado genéticamente, actúan
de forma prefijada. (Cuando un Leon esta hambriento, su tendencia natural es comer)
Los seres humanos Regulan su conducta mediante la razón, somo seres racionales, aunque también
sentimos necesidades y deseis podemos elegir como y cuando satisfacerlos.
Para Aristóteles La racionalidad humana esta asociada a nuestra capacidad de usar el lenguaje, este nos
hace posible que las personas podamos pensar y comunicarnos, nos permite además deliberar acerca de
nuestro comportamiento y de esta manera elegir como actuar.
CAPACIDAD RACIONAL ESTA UNIDA A LA MORALIDAD Y A LA SOCIABILIDAD HUMANA.
Somos libres La capacidad racional nos ayuda a procesar nuestros sentimientos y nuestras inclinaciones
naturales, no nos vemos arrastrados como los animales a comportarnos de manera instintiva, la razón al
permitirnos elegir nuestro comportamiento, dependen de lo adecuado que creemos que es, esto significa
QUE LAS PERSONAS SOMOS LIBRES DE ELEGIR COMO ACTUAR A PESAR DE LA FUERZA QUE AVECES TIENEN
NUESTROS IMPULSOS NATURALES.
Los animales actúan instintivamente, no pueden decidir, obran siguiendo sus impulsos, motivo por el cual
no los podemos culpar por su conducta, (no castigamos a un León hambriento por comer).
Las personas en cambio decidimos como comportarnos y la libertad de decisión es lo que nos hace
distintas y NOS HACE RESPONSABLES DE NUESTROS ACTOS, (a una persona que ataca a otra se la puede
castigar ya que podría haber actuado de otra manera)
LA RESPONSABILIDAD ESTA UNIDA A LA CAPACIDAD QUE TENEMOS DE SER LIBRES.
2. La ley y la moral
Cuando tenemos que tomar decisiones importantes a lo largo de nuestra vida, resulta imprescindibles
meditar despacio nuestras elecciones. La reflexión moral requiere de tiempo y esfuerzo.
La mayor parte de nuestras acciones cotidianas se basan en costumbres, y estas se apoyan en una serie
de reglas que nos sirven de guía. En nuestra vida cotidiana lo que hacemos es seguir unas cuantas normas
determinadas que nos ayudan a orientar nuestra conducta.
La teoría de Piaget
El psicólogo suizo Jean Piaget elaboró una interesante teoría para explicar cómo se desarrolla la conciencia moral.
Según Piaget, esta atraviesa tres etapas distintas a lo largo de la vida de una persona:
La teoría de Kohlberg
Kohlberg considera tres niveles de moralidad que se desarrollan a medida que crecemos. Cada nivel incluye dos
etapas, que suponen un avance respecto de la anterior, tal como se describe en este esquema:
Hemos visto que la conciencia moral sirve para guiar nuestro comportamiento indicándonos lo que
debemos hacer y lo que conviene evitar. Sin embargo, como la moral es individual, a menudo personas
diferentes siguen distintas normas morales.
Por este motivo, el tema de la conciencia moral nos plantea preguntas de gran importancia, como si hay
alguna norma moral básica que sea compartida por todos, si existen comportamientos que todos los seres
humanos aprueben o rechacen por igual, de dónde proceden nuestras reglas morales, si se trata de algo
que llevamos dentro desde que nacemos o es algo que nos enseñan cuando vamos creciendo...
¿Cómo puede explicarse la gran diversidad de normas Por ejemplo, los objetivistas señalan que en todas las
morales que han existido a lo largo del tiempo? Los culturas se condena el asesinato, y también en todas
relativistas creen que la moral es algo que las personas partes se elogia a quienes respetan y cuidan de su
aprenden en la infancia. familia.
La familia y la sociedad nos enseñan desde pequeños Para los objetivistas, las normas morales fundamentales
qué cosas debemos hacer y cuáles no. Como en son algo que heredamos porque forman parte de
sociedades distintas hay normas diferentes, eso explica nuestra naturaleza humana. Todas las personas, desde
la variación de las normas morales, que dependen de la que nacemos, tenemos la capacidad de distinguir lo que
situación. está bien y lo que está mal.
5. La ética de la Felicidad
Aristóteles fue un filósofo griego que vivió en Atenas algunos años después de Sócrates. La reflexión moral
de Aristóteles comienza con una pregunta aparentemente sencilla: ¿qué es lo que las personas tratamos
de conseguir con nuestras acciones?
Tal vez puedas pensar que lo que buscamos depende de la situación. Por ejemplo, a menudo actuamos
para conseguir un premio, alabanzas o éxito... Pero si lo piensas bien, verás que así no respondemos del
todo a la pregunta, porque podríamos seguir cuestionando para qué queremos esas cosas.
Después de reflexionar, Aristóteles llegó a la conclusión de que todas las cosas que hacemos están
orientadas a un solo objetivo. Lo que queremos en el fondo es alcanzar la felicidad. Cuando actuamos
para lograr recompensas, fama o riqueza, en realidad lo hacemos porque creemos que de ese modo vamos
a ser felices.
Aristóteles decía que la felicidad es en sí misma un fin: el objetivo que todos tratamos de lograr.
Si el objetivo que todos deseamos es la felicidad, lo más sensato sería actuar en nuestra vida tratando de alcanzarla
de la mejor manera posible. La ética de Aristóteles consiste precisamente en eso, porque nos ofrece una guía para
orientar nuestro comportamiento hacia una finalidad muy concreta: hacernos felices.
Aristóteles pensaba que el camino hacia la felicidad consiste en intentar convertirse en el tipo de persona que nos
gustaría ser. Esto lo logramos con nuestras acciones cotidianas, que si se repiten a menudo acaban por convertirse
en costumbres.
Cuando nuestras costumbres son buenas estas se llaman virtudes, mientras que si son malas las llamamos vicios. Por
eso Aristóteles insistía en la importancia de comportarse de forma virtuosa, para que nuestras buenas costumbres se
conviertan en parte de nuestra forma de ser.
Además, Aristóteles pensaba que la virtud consiste en actuar siempre con moderación, eligiendo el punto medio.
Esto quiere decir que con nuestro comportamiento no debemos pasarnos ni quedarnos cortos, sino hacer lo
apropiado en cada situación.