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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA ROSA


ESCUELA DE DERECHO

MORAL

ESTUDIANTE: PROFESOR:

Adrianielys Guevara Luis Perdomo

C.I.: 28.387.508 CÁTEDRA:

Sección: N05B Filosofía del Derecho


INTRODUCCIÓN

Este trabajo tiene como objetivo principal, el desarrollo de esta disciplina filosófica,
estudiando diversas fuentes como lo son los pensamientos u argumentos de famosos
autores filosóficos, que a través del tiempo se fueron consolidando hasta llegar al punto
de que se convirtieron en la base sólida para nuestra investigación.

Se dice que desde que el hombre vive en sociedad la moral sirve como regulación
necesaria para un bienestar colectivo, aun sabiendo que los distintos sistemas morales se
establecieron sobre puntas arbitrarias de conductas que primeramente fueron hábitos y
que se volvieron costumbres, o se volvieron leyes impuestas por lideres para prevenir
desequilibrios en el seno de la comunidad.

Entendiendo que el término “Moral” tiene muchísimos significados y que dependiendo


del contexto, se le da una interpretación o traducción diferente.

Si hacemos una búsqueda exhaustiva en diferentes campos tanto digitales como físicos,
podemos ver como este término o concepto está relacionado a otros, tanto así que en
muchos casos hasta podemos llegar a pensar que son sinónimos.

Ahora bien, nos preguntaremos entonces, ¿Qué es la moral? Y para responder a esta
interrogante tenemos que estudiar o desarrollar las diferentes interpretaciones que se
mencionaron al principio y claramente los diferentes autores históricos que así como
nosotros, quisieron desarrollar este tema y aportar su granito de arena en este tema tan
extenso y complejo.

Además, en este trabajo también se verá un poco de lo que sería la Moral dentro del
ámbito del Derecho según esta autora quien ahora suscribe.
MORAL
Una de las definiciones de Moral o Moralidad es “el conjunto de creencias y normas de
una persona o grupo social determinado que ofician de guiá para el obrar, es decir, que
orientan acerca del bien o del mal (correcto o incorrecto) de una acción.”

Hablando de este tema tan poco tangible y teniendo en cuenta que al ser una estudiante
de Derecho, creo necesario hacer una parada en la etimología del término de moral y
ética, conceptos tan relacionados y a veces tan sinónimos, para así hacer comprender y
acercar a otros compañeros o profesores a esta realidad.

La palabra “Moral” tiene su origen en Término del latín “Mores”, cuyo significado es
“Costumbre”, por lo tanto “Moral” no acarrea por si el concepto de malo o de bueno.
Son entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas. Podría definirse
también como: la suma total del conocimiento adquirido con respecto a lo más alto,
bueno y noble a lo que una persona se apega.

En una sociedad como la nuestra (Democrática), asistimos a una de las muchas modas
que aparecen en cada periodo posterior a una crisis de valores morales y/o éticos, o bien
a un relativismo moral intensificado. La ética se puso de modas. Todo el mundo habla
de ética (Los políticos, los científicos, los medios de comunicación, los abogados,
nosotros como estudiantes, etc) básicamente todos los sectores de la sociedad, entonces,
nos preguntamos ¿Qué es la ética o la moral?, ¿En que se diferencian?, utilizando el
razonamiento, trataremos de que esta investigación lo explique.

El sentido más antiguo de la ética (del griego ethika, de ethos, “comportamiento”,


“costumbre”), residía en el concepto de la morada o lugar donde se habita. El éthos es el
suelo firme, el fundamento de la praxis, la raíz de la que brotan todos los actos humanos.
Éthos significa carácter, que se logra mediante el hábito y no por naturaleza. Dichos
hábitos nacen "por repetición de actos iguales", en otras palabras, los hábitos son el
principio intrínseco de los actos, aquel que acuñamos en el alma.
El hombre a través de su vida va realizando actos. La repetición de los actos genera
"actos y hábitos" y determinan además las "actitudes". El hombre de este modo,
viviendo se va haciendo a sí mismo. El carácter como personalidad es obra del hombre,
es su tarea moral, es el cómo "resultará" su carácter moral para toda su vida...
Podemos aproximarnos a la conceptualización de la palabra "moral" (del latín mores,
‘costumbre’) como la adquisición del modo de ser logrado por la apropiación o por
niveles de apropiación, donde se encuentran los sentimientos, las costumbres y el
carácter.
Por esto, siguiendo este orden de ideas se podría decir que la ética es la moral, ahora
veamos otras definiciones:
• ÉTICA: Es la rama de las ciencias filosóficas que investiga las leyes de la
conducta humana, para formular las reglas que convienen al máximo grado de la
evolución psicológica y social del hombre, El objetivo que le corresponde a la
Ética en cuanto disciplina filosófica es esclarecer, reflexionar, fundamentar esta
experiencia humana que es la moral.
• MORAL: Tiene una significación más amplia que el vocablo de la ética, “Moral”
esta por encima de lo físico, Lo moral en tal caso, es todo lo que se somete a todo
valor, Inmoral se opone a todo valor.
Recordemos que la conducta del hombre refleja la moral individual y la moral individual
es el fundamento de la moral social.
Las acciones del hombre, instintivas o habituales, espontáneas o reflexivas, son los
elementos constitutivos de la conducta: este debe seguir las inducciones del sentido
moral.
Para analizar un poco sobre la fuente, historia u origen de la “Moral” hablaremos ahora
de los diferentes autores.
FERNANDO SAVATER
SAVATER DICE: “La libertad es la posesión más grande que tiene el ser humano y es
exclusivamente suya, por tanto, debemos aprender que la libertad no es omnipotencia
sino el poder de elegir un camino de una situación, es por esto la libertad conlleva
responsabilidad.
Obviamente no somos libres de elegir lo que nos pasa en el diario vivir (uno no elige y
no pide nacer, tampoco escoge sufrir y menos padecer una enfermedad), pero sí se elige
lo que uno quiere realizar y lograr en su vida, uno es libre de seleccionar lo que le
parezca más bueno y necesario, así también inventar nuestra propia forma de vida, pero
al optar se debe tomar en cuenta que podemos equivocarnos negativamente, por ello
debemos fijarnos bien en lo que hacemos para lograr un cierto saber vivir y pretender
acertar. A este saber vivir se le llama ética.
Entonces la ética se puede decir que viene de las acciones a practicar, uno selecciona
que hacer en un momento determinado, es decir, el comportamiento a seguir en una cosa
que se le impone o en un momento inesperado, es aquí en donde uno debe saber decidir
que es lo que más le conviene. Sin embargo darle demasiadas vueltas a lo que un va a
realizar nos paraliza.
Las motivaciones que tenemos los seres humanos cuando queremos realizar algo son
diferentes, si este algo se refiere a un capricho, una orden o es una costumbre. Se sabe
que los caprichos solo dependen de uno mismo y es una cosa que nace del interior
aunque también los caprichos están influenciados por aspectos externos, como la moda,
la influencia del medio que nos rodea (la sociedad), después están las costumbres, que
son algo más complicadas, ya que estas nacen de un habito y no existirían de no haber
un transmisor (la familia como socialización primaria), en cambio muy diferente es la
motivación que nos lleva a acatar una orden, esta podría ser por miedo a las represalias y
el enfrentarnos con nuestra propia inseguridad y nuestro sentido de culpabilidad. Pero es
bueno y prudente plantearse a veces hasta que punto resulta aconsejable obedecer. Es
aquí en donde entra la moral netamente conectada con lo espiritual, es el conjunto de
comportamientos y normas que algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como
válidos.
La ética se ocupa propiamente de la cuestión de la libertad, el poder decir si o no, lo
hago o no lo hago, la libertad es decidir y también darse cuenta de lo que se está
decidiendo, pero sabemos que cada persona tiene un concepto diferente de lo que esta
bien y de lo que esta mal. La moral en cambio es el comportamiento y las reglas que se
deben aceptar en este medio y las costumbres que se deben seguir, en esta sociedad.
Desde la etimología, hay poca diferencia entre moral y ética, pero sin embargo se
reconoce que tienen significados divergentes.
La moral es un conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la
conducta de los humanos. La ética, por otro lado, es una reflexión sobre la moral, es
decir, cuestionarme de lo que si yo hago esta bien y lleva mi vida en el rumbo que yo
espero.
La moral y la ética pueden significar cosas distintas pero, sin embargo, ambas se
necesitan para que puedan dirigir la vida del individuo de modo correcto.
Se debe tomar en cuenta que uno escoge con plena libertad lo que encuentra bueno, pero
debemos saber elegir hacia donde nos queremos dirigir, con lo enseñado y aprendido en
la socialización primaria (nuestra familia), quienes con cariño nos enseñan y guían hasta
nuestra independencia.”
Básicamente lo que dice este gran filosofo y escritor español, es que la ética, moral y la
libertad se complementan y se encuentran unidas, ya que una depende de la otra para
que el ser humano se pueda desarrollar y relacionar dentro de la sociedad, ya que la
moral da pautas para la vida cotidiana, la ética es un estudio o reflexión sobre qué
origina y justifica estas pautas y la libertad es derecho pleno que tiene uno como
individuo de esta sociedad para elegir lo que es bueno y malo.
Y para finalizar mi reflexión sobre la teoría de este autor, sabemos o hemos visto que el
ser humano desde el momento de nacer es libre, pero no antes, por el simple hecho que
uno no elige nacer y tampoco tiene la libertad de escoger sus padres y su familia, así
como el status a pertenecer. Por ende, cuando somos parte de la sociedad uno ya es
libre de destinar su propia vida, decidir que es lo que quiere realizar y que rol va a
asumir. Para esto debe acatar una moral ya impuesta y también se debe poseer una
buena ética para decidir.
La ética será parte de nosotros y la adquirimos de acuerdo a lo que nuestra familia y la
sociedad (instituciones como, colegios, universidad, trabajo, etc.), nos enseña, para
desenvolvernos y realizar nuestra propia vida. Es decir, se nos dan las herramientas y
nosotros debemos saber utilizarlas y cuando emplearlas.

RENÉ DESCARTES
“Descartes se extiende al acto de la voluntad que elige el mal por el bien. En estas
circunstancias, dice Gilson, Descartes quiere “probar que Dios no nos ha condenado
irremediablemente y que habiéndonos creado capaces de equivocarnos nos ha conferido
también el poder de no equivocarnos si somos firmemente resueltos a evitar el error.”
Este problema de consecuencias teológicas y de marcado interés en la época en que
vivió Descartes lo obliga a tratarlo y lo involucra en el dominio de la moral. Gilson dice
que ese problema preciso no se lo había planteado Santo Tomás, si bien pensaba que el
error es un mal pero no sentía la necesidad de dar una explicación especial para la
justificación de la presencia del mal en el mundo, pues por definición el hombre está
sujeto al error. Tanto para Santo Tomás como para los filósofos escolásticos el dominio
propio del pensar humano no es lo cierto sino lo probable. Para Descartes, en cambio,
prosigue Gilson, en vista de su familiaridad con las matemáticas, lo probable y lo falso
se confunden y desea construir el modelo de la ciencia según la matemática en donde
prevalecen las verdades necesarias. De esta manera, si bien dicho aquí demasiado
brevemente, piensa Gilson que el discurrir de Descartes en el dominio moral ha sido una
consecuencia de su preocupación por el error en las ciencias.
Sobre el sentido de su proyecto, varias veces afirmado y muy explícitamente definido,
Descartes no nos permite duda alguna: consiste en obrar, es decir, en realizar nuestra
voluntad en el mundo. La filosofía tiene entonces una vocación mundana. La búsqueda
de la verdad es un asunto serio solamente porque es una condición indispensable de toda
acción eficaz sobre la realidad.” Y también en apoyo de esta manera de ver la obra de
Descartes cabe citar a Baillet: “La moral que estudia en el colegio no le fue enteramente
inútil en lo sucesivo de su vida. Tal vez sea a los efectos de este estudio a los que deban
reportarse los deseos que tuvo en los momentos de su irresolución de consagrar toda su
vida a la ciencia de bien vivir con Dios y con el prójimo, renunciando a toda otra clase
de conocimientos”.

Dice Descartes en la primera de las Reglas para la dirección del espíritu que busca la
verdad para dirigir mejor las acciones de la vida y también por el placer que se encuentra
en la contemplación de la misma. Aunque ambos motivos son importantes y explicativos
de su consagración a la búsqueda de la verdad, es ante todo su deseo de vivir bien lo que
determina esa consagración. Además, porque el placer de la contemplación de la verdad
es a su vez parte del buen vivir. Es razonable ver a Descartes más como un filósofo
práctico que especulativo; si bien se le celebra principalmente por su filosofía teórica y
no por su filosofía moral, algunos han pensado que esta última no la alcanzó a escribir
debido a su muerte temprana y, escasamente, nos legó una “moral provisional”. O bien
su moral definitiva es, como dice Hamelin, la contenida en la carta a Elisabeth del 4 de
agosto de 1645. En realidad no se trata de una moral provisional y otra definitiva que no
alcanzó a escribir, sino que esa que él denominó par provision, para indicar que al
asumir la investigación de la verdad tenía que proveerse de una moral, es la moral de
Descartes, y si tiene algún rasgo de provisionalidad es debido a que se va
perfeccionando a lo largo de la vida, pues todo lo humano es perfectible. Dicho
brevemente, la moral de Descartes es una sola, esencialmente perfectible, que en 1637 la
enuncia como máximas en calidad de pertrechos para vivir lo mejor que se pueda
mientras se busca la mayor comprensión del mundo y de la vida; pero, en 1649 recibe el
carácter de una moral de la generosidad porque entonces es firme la conciencia de la
libertad y la decisión de no perderla y usarla bien, hasta afirmar que prefiere perder la
vida antes que esa libertad manifiesta en el correcto uso de la razón.
Descartes expresa su insatisfacción con la ciencia de su época; dice que tenía extremo
deseo de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro en sus acciones y
marchar con seguridad en la vida. Lo dice inmediatamente después de declarar su
preferencia por el razonamiento práctico de un hombre que ante las circunstancias
ordinarias de la vida sabe que si se equivoca en sus cálculos y decisión pone en riesgo su
propio pellejo, y de estimar en poco el razonamiento especulativo de alguien que en la
tranquilidad de su gabinete no arriesga nada al juzgar erróneamente, pues solo busca
aumentar su renombre; mientras que aquel se ve obligado a usar su razón para sortear
una dificultad objetiva, este último lo hace por ociosidad o vanidad
Descartes está convencido de que el uso legítimo de la razón es para sobrevivir y
mejorar la vida y no, como dice Aristóteles, para la contemplación desinteresada, que
viene a ser otro fruto o aditamento del bienestar buscado. Considera que lo que se siente
y experimenta en uno mismo es suficiente garantía de ser algo real y que lo dado en la
evidencia no requiere de un discurso o razonamiento para demostrarlo. En esto sí sigue a
Aristóteles, tal es el caso de la libertad, que no necesita de pruebas porque está presente
en cada uno. Todos los hombres tienen un libre albedrío que experimentan como
facultad de desear y de elegir o inclinarse a uno u otro lado. Incluso, sabiendo que rige
en el mundo el reino de la necesidad, no se puede negar la libertad, porque contrariar lo
evidente equivale a la locura. Aunque resulte contradictoria la coexistencia de la libertad
humana y la necesidad o preordenación divina, es verdad que tenemos esa facultad de
afirmar o negar una cosa o abstenernos de lo uno y de lo otro; así mismo, podemos
querer lo bueno o lo malo o lo imposible, incluso a sabiendas, porque aunque tengamos
una fuerte e irresistible inclinación a decidirnos por el bien y a afirmar lo verdadero,
siempre se conserva una capacidad positiva de elegir por la cual se decide; como un
rescoldo de indiferencia.
La obra de Descartes puede verse como la ejecución de un plan para alcanzar la vida
buena, pero que requiere superar la ignorancia mediante el uso adecuado de las
facultades para conocer, por ser estas el legítimo y único recurso del hombre que no ha
sido iluminado por la revelación divina para evitar el error que obstaculiza esta finalidad
de bienvivir. La meditación frecuente y sostenida le ha proporcionado la convicción de
que existen y deben emplearse reglas ciertas para garantizar que no se tome lo falso por
verdadero, ni el mal por el bien; estas reglas indican el uso que corresponde hacer de las
facultades intelectuales, cuyos actos conducen a la evidencia que proporciona la
intuición, constitutiva de la experiencia pura del espíritu. Por consiguiente, la intuición
es la fuente de la certeza y no requiere ni tiene otra instancia para ser corroborada;
Aunque la demostración de la existencia de Dios busca eliminar el escrúpulo que
persiste al respecto. Ya que en ausencia de plena certeza sobre la existencia de Dios
como absolutamente veraz y bondadoso, no se podría estar seguro de la entera
coincidencia entre el orden del Ser y el del Conocer.
Si la existencia de Dios garantiza la verdad de la evidencia presente y no solo la verdad
constituida con apoyo en la memoria, se puede pensar que la certeza de estas verdades
así garantizadas es la llamada por Descartes “más que moral”, mientras que sin esa
garantía la verdad que alcanza la inteligencia humana por sí misma conduce a una
“certeza moral”. Esta última relativa a nuestra estructura mental y limitada a la vida
humana.
Ahora bien, con el fin de evitar todo perjuicio a la verdad, suponiéndola menos cierta de
lo que es, distinguiré dos tipos de certezas. La primera es denominada moral, es decir,
suficiente para regular nuestras costumbres, o tan grande como la que tenemos acerca de
las cosas de las que no tenemos costumbre de dudar en relación con la conducta de la
vida, aun cuando sepamos que puede ser que absolutamente hablando, sean falsas…
La otra clase de certeza es la que tenemos cuando pensamos que no es en modo alguno
posible que la cosa sea de otra forma a como la juzgamos. Esta certeza está fundada
sobre un principio de la metafísica muy asegurado y que afirma que, siendo Dios el
soberano bien y la fuente de toda verdad, puesto que él es quien nos ha creado, es cierto
que el poder o facultad que nos ha otorgado para distinguir lo verdadero de lo falso, no
se equivoca cuando hacemos un uso correcto de la misma y nos muestra evidentemente
que una cosa es verdadera.
Descartes agrega que esta certeza “más que moral”, correspondiente a las verdades
obtenidas con evidencia, se extiende a todo lo que alcance el conocimiento humano,
cuando sabemos que Dios existe y es quien nos ha otorgado la facultad de conocer. Pero
se notará que son las mismas verdades las que proporcionan lo que ha llamado “certeza
moral” para el caso en que no se cuente con ese “principio bien asegurado de la
metafísica” que afirma la existencia de Dios. En breve: el ateo alcanza las mismas
verdades que el creyente; solo que su certeza siempre será moral, mientras que la del
creyente será “más que moral”. Conviene observar que la diferencia entre lo que califica
Descartes de moral y de más que moral no se refiere a la exactitud o rigor del
conocimiento, como se acostumbra a distinguir cuando se habla de ciencias del hombre
y ciencias naturales. Además, en la época de Descartes no existía esa distinción entre
ciencias naturales y ciencias sociales. En Descartes el conocimiento es de un mismo tipo
en cuanto al rango de su veracidad, y aquí hace una distinción relativa a la garantía que
puede respaldar a la verdad, en los mismos términos que ha dicho que las verdades.”
Este autor francés tiene un pensamiento filosófico que se basa más en el racionalismo,
es decir, en la creencia de que el conocimiento verdadero se basa en la razón y en la
lógica y no en la experiencia sensible o en la observación empírica.
En esta teoría de Descartes agrega que esta certeza más que “Moral”, es
correspondiente a las verdades obtenidas con evidencia, se extiende a todo lo que
alcance el conocimiento humano, cuando sabemos que Dios existe y es quien nos ha
otorgado la facultad de conocer. no se distingue una filosofía práctica y otra
especulativa y científica, sino que su teoría ética está integrada a su metafísica y su
física, por la dependencia del obrar respecto del saber y debido a que el fundamento de
la certeza humana proviene de la perfección de Dios. Descartes nos obliga a recorrer, al
menos en parte, el camino de su metafísica y en particular el problema del infinito que
está involucrado en la idea de Dios.
Este filosofo se guía por la teoría de Socrates que básicamente estipula que la verdad se
identifica con el bien moral, esto significa que quien conozca la verdad no podrá menos
que practicar el bien. Saber y virtud coinciden por lo tanto quien conoce lo recto
actuará con rectitud y el que hace el mal es por ignorancia, es por ello que ambas
teorías se enlazan entre si y hasta pareciera que se complementaran entre ellas.

ARISTÓTELES

Para conocer la teoría de “Moral” según Aristóteles, primeramente tendremos que


conceptualizar diversos términos para poder entender mas a fondo de lo que se trata, lo
principal que tenemos que tener claro es la definición de virtud y entendemos que:
La virtud es un habito, es decir una disposición que se crea en nosotros para la
realización de una tarea o actividad y es consecuencia del ejercicio o repetición; “Nos
hacemos justos practicando justicia, generosos practicando la generosidad y valientes
practicando la valentía”.
Es cualquier actividad que nos acerque a la felicidad. Aristóteles dice que estas estan
situadas entre el exceso y defecto en un campo área determinada de acción
Las virtudes éticas consisten en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y
en regular las relaciones entre los hombres, algunos ejemplos de estas fortaleza, la
templanza y la justicia.
Las virtudes dianoéticas se relacionan con la parte racional del hombre, siendo por
ello, propias del intelecto o del pensamiento, ejemplo: la inteligencia y la prudencia.
“La virtud se manifiesta en un doble aspecto: uno intelectual, otro moral; la virtud
intelectual proviene en su mayor parte de la instrucción o educación, mientras que la
virtud moral es hija de todos los hábitos” (ibid.,1103,b.)
ahora si veremos que es moral según Aristóteles...
La virtud moral, según Aristóteles, es un hábito o facilidad adquirida por la repetición de
actos para elegir y ejecutar el bien honesto, consistente en el medio que se aparta de los
extremos viciosos, siendo propio de la razón, informada y perfeccionada por la
prudencia, conocer y fijar el medio en que consiste la virtud, sirviendo de principio y de
norma general para reconocer y prefijar la naturaleza y condiciones de la acción.”
En virtud a lo que nos dice este gran autor filosófico, el platea que lo moral es un
aspecto parcial de la vida humana, sino que afecta a la realización de su función
específica. Ser un hombre bueno es ser bien un hombre. La virtud es, entonces, aquella
disposición por la cual el hombre llega a ser bueno y a cumplir bien su función propia,
donde este establece que en la parte racional del hombre existe el entendimiento
especulativo y el entendimiento práctico, también existe la decisión donde influyen el
deseo y el pensamiento, donde todas en conjunto y accionando en la practica se
desarrolla la moral en el en buen desenvolvimiento de buenas acciones dentro de la
sociedad.

REFLEXIÓN
A través del desarrollo de este trabajo, pude sacar una reflexión acerca de lo que sería la
moral, fusionando las tres teorías.
Donde se puede decir que la moral es aquella cualidad del ser humano que contiene dos
virtudes esenciales que son; La libertad, que sirve para poder ejecutar una acción y para
la toma de una decisión y la ética, que básicamente es aquella ideología que sirve como
disciplina propiamente fundada que además puede calificarse como aquel
discernimiento entre lo bueno y lo malo, que tiene sus bases en las costumbres dentro de
la sociedad que con el paso del tiempo se fueron consolidando, que una vez haces uso
correcto de estas dos virtudes pues actuás moralmente.
DENTRO DEL DERECHO
Pues utilizando mi reflexión dentro del derecho, se concluye que existe una conexión
necesaria entre derecho y moralidad ya que ambos están vinculados por ser modos de
ejercicio de la razón práctica, y al mismo tiempo difieren por ser modos diferentes de
ella, teniendo diferentes criterios de validez para las normas o reglas que aplican.
Como bien dije al principio, la moral se constituye de costumbres, muchas de estas
costumbres tomaron fuerza de ley, es por ello que esta no solo es una fuente de origen
para la definición de la moral sino que también es una fuente para el origen del derecho,
la diferencia es que al tener este carácter de ley pues se vuelven de alguna forma
coercitivas lo que su incumplimiento dentro del orden jurídico supone una pena o
sanción, a diferencia de aquellas acciones inmorales o indebidas que su incumplimiento
perjudica tu vida social en todos los ámbitos.
En la actualidad la actividad moral se ha visto perjudicada por la perdida de buenas
costumbres, ya que con el tiempo se han inculcado malas prácticas haciendo un mal uso
de las herramientas que teníamos como sociedad
Es por ello que es de máxima importancia un abogado debe actuar de manera moral, ya
que actuar de esa manera no solo será prestigioso como profesional del derecho sino que
también estaría sirviendo para una sociedad equilibrada y más grata.

BIBLIOGRAFÍA
https://www.uca.edu.sv/centro-documentacion-virtual/wp-content/uploads/
2015/03/C04-c10-.pdf
https://www.eumed.net/rev/cccss/03/cpt.htm
https://www.google.com/url?
sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiNp
fPM3sGCAxVDSDABHcW5AZoQFnoECAkQAw&url=https%3A%2F%2Ffc-
abogados.com%2Fes%2Fdiferencia-entre-derecho-y-moral
%2F&usg=AOvVaw2K-2ZN7Zry4lpUmfoLO7zZ&opi=89978449

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