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El empiema torácico se define como un derrame pleural purulento. Su origen más común es
paraneumónico, pero también es frecuente el empiema posquirúrgico o postraumático
(cuadro 19-38).
Sin importar cuál sea la edad, cualquier paciente puede generar empiema, aun cuando la
frecuencia de esta anomalía se incrementa en personas de edad avanzada o debilitadas. Entre
las alteraciones concomitantes habituales se encuentran neumonía en individuos con
afecciones o neoplasias pulmonares, cardiopatías, diabetes mellitus, toxicomanías y consumo
excesivo de alcohol, alteraciones neurológicas, complicaciones postoracotomía, así como
deficiencia inmunitaria. En muchas ocasiones, la mortalidad por empiema varía de acuerdo con
el grado de intensidad de la afección concomitante; aquélla puede ser tan baja como 1% o
sobrepasar 40% en pacientes inmunodeprimidos.
EPIDEMIOLOGIA
• El derrame pleural paraneumonico y el empiema son las patologías pleurales mas frecuentes.
• Se encuentra asociado a neumonías bacterianas
• La mortalidad aumenta aún más en aquellos pacientes que sufren cardiopatías, enfermedad
renal, hepatopatía y en ancianos inmunosuprimidos la mortalidad aumenta hasta un 40%.}
ETIOLOGIA
El empiema pleural está causado por una infección y contiene una acumulación de pus en el
espacio pleural. El líquido infectado se acumula, normalmente de dos a cuatro litros pero
puede ser mayor si se ejerce una presión en los pulmones que provoca dolor y dificultad para
respirar. Otra de las causas pulmonares son la ruptura de absceso pulmonar, bronquiectasias,
infarto pulmonar, neumotórax espontáneo con fístula broncopleural persistente, quiste
hidatídico, tuberculosis pulmonar entre otros.
• Hongos Candida
FISIOPATOLOGÍA
Si bien neumococos y estafilococos son todavía los agentes patógenos más frecuentes, la
prevalencia de bacterias aeróbicas gramnegativas y anaerobios está en aumento. Es inusual
encontrar casos originados por micobacterias u hongos. Hasta en 50% de los pacientes es
posible hallar microorganismos patógenos múltiples, pero los cultivos quizá sean estériles si se
inicia la antibioticoterapia antes del cultivo o si el proceso de cultivo es ineficaz. Por ese
motivo, resulta imperativo que la elección de antibióticos se guíe por el cuadro clínico y no
sólo por el hallazgo de algunos microorganismos en un cultivo.
Los agentes patógenos pueden ingresar a la cavidad pleural desde estructuras contiguas, como
en el caso de diseminación a partir de un proceso neumónico, abscesos pulmonares, hepáticos
u otros procesos infecciosos que entran en contacto con el espacio pleural. También pueden
ingresar a la cavidad pleural mediante contaminación directa durante toracocentesis,
procedimientos torácicos quirúrgicos, lesiones esofágicas o traumatismos.
En esta fase temprana, el líquido pleural que se acumula fluye de manera libre dentro de la
cavidad. Si se practica una toracocentesis, es característico que el líquido obtenido muestre un
pH mayor de 7.3, una concentración de glucosa mayor de 60 mg/100 ml y una cifra baja de
LDH (<500 U/L). En esta fase, la decisión de prescribir antibióticos de manera aislada o requerir
la toracocentesis en forma posterior, colocar una sonda para drenaje o practicar una
toracoscopia o toracotomía abierta depende de la cantidad de líquido pleural obtenido, su
consistencia y el estado clínico del individuo, a la vez que del grado de expansión del pulmón
tras el drenaje y la detección de líquido loculado (que difiere de la existencia de líquido
purulento que fluye con libertad). Si se advierte un líquido pleural acuoso y purulento en un
paciente que cursa con un trastorno neumónico, el dato sugiere que se trata de un proceso en
fase temprana que casi siempre se puede drenar por completo mediante toracocentesis
simple con una aguja de gran calibre. Cuando se logra la expansión total del pulmón y el
proceso neumónico tiene buena respuesta a los antibióticos, no es necesario instalar otro
drenaje. Cuando se obtiene líquido pleural con pH <7.2 y valores bajos de glucosa, es preciso
un control más intensivo con el drenaje.
El líquido pleural puede espesarse y locularse al pasar horas a días y esto se puede relacionar
con la formación de adherencias fibrosas (fase fibrinopurulenta).
En este momento, tal vez se requiera la colocación de una sonda torácica con drenaje hacia un
sistema cerrado o drenaje mediante toracoscopia para eliminar el líquido y las adherencias, de
manera que se logre la expansión pulmonar completa.
La evolución del proceso inflamatorio induce la formación de una corteza pleural, que puede
ser suave y fácil de extraer. Sin embargo, al avanzar el proceso quizá se genere una capa
gruesa y atrape el pulmón; en ese caso, es necesaria una descorticación pulmonar completa
mediante toracotomía, aun cuando en algunos sujetos se puede efectuar mediante
toracoscopia.
1. Fase exudativa (1ra semana): caracterizada por un líquido pleural acuoso rico en
proteínas con pocos leucocitos (<500 células/ml) que se incrementan rápidamente,
densidad inferior a 1017, los niveles de glucosa y pH son normales. El drenaje de la
efusión y una apropiada terapia antibiótica son normalmente suficientes, el pulmón se
expande fácilmente
2. Fase fibrino-purulenta (2da-3era semanas): Líquido más turbio y espeso. Existe fibrina
la que comienza a depositarse en la superficie pleural, predominio de neutrófilos, los
niveles de glucosa y pH son mas bajos que lo normal (pH<7.20).
3. Fase crónica u organizativa (4ta-6ta semanas): pus espeso, pH menos de 7.20,
organización de la fibrina formando una corteza alrededor del pulmón el cual queda
atrapado, contenido de proteínas mayor de 3g, densidad superior a 1019, parecen
vasos de neoformación
CUADRO CLÍNICO
Agudo: (síntomas) dolor en puntada de costada, tos irritativa seca pleurítica, tos productiva,
fiebre, escalofríos, sudoración, taquicardia, falta de apetito, deshidratación y oliguria
Crónicos: (signos) roce pleural, murmullo vesicular disminuido, vibraciones vocales disminuidas
y matidez en bases pulmonares.
Diagnóstico
• Estudio de exudado:
o pH <7.2
o >100.000 neutrófilos
• Cultivo - Hemocultivos
• PCR
• Rx de tórax
Tratamiento
Cuando existe un espacio remanente tal vez se encuentre una infección pleural persistente. La
continuidad de este espacio pleural puede deberse a la contracción del pulmón intacto;
asimismo quizá sea consecutiva a la resección pulmonar.
La mayoría de los problemas crónicos por persistencia de espacio pleural se puede evitar si se
solicita interconsulta con un especialista en intervención quirúrgica torácica en una fase
temprana, además de instalar drenaje completo de empiemas que permita la obliteración del
espacio mediante la reinsuflación pulmonar.