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Coordenadas Socio-demográficas
Se efectúa una primera entrevista con ellos, a través de la cual se recogen las siguientes
informaciones. Llevan 9 años casados y dicen mantener excelentes relaciones de pareja.
Proceden ambos de familias acomodadas, el padre es abogado y tiene un bufete propio; la
madre es licenciada universitaria y compatibiliza sus labores en el hogar con un trabajo a
tiempo parcial en una editorial. Viven en una zona residencial de una gran ciudad. Tienen
dos hijos: una niña de 2 años y un niño de 7 años y 1 mes. La niña no presenta ningún tipo
de problema, no así el niño, JM, motivo de la consulta. Ambos están muy preocupados por la
falta de rendimiento escolar de su hijo. JM asiste a un centro escolar seglar, privado, situado
en la misma zona del domicilio, donde acude desde los 3 años de edad. JM, cursa 2º de
Educación Primaria y desde el año anterior obtiene valoraciones académicas no adecuadas
a lo que se espera para su edad. En el primer curso de Educación Primaria, recibió en Junio
cuatro valoraciones de “necesita mejorar”, teniendo que trabajar en tareas escolares durante
el verano con un profesor particular. Durante el presente curso los informes del colegio son
insatisfactorios y califican a JM de “infantil y poco maduro para su edad”. En casa, JM
presenta un comportamiento que sus padres consideran normal, y en el mismo sentido
informa el profesor particular que el niño tuvo durante el verano. Los padres están
desconcertados y acuden al profesional de la evaluación para que les aconseje sobre cómo
tratar al niño y, después de proceder a un estudio detallado de él, decida si requiere algún
tratamiento especial. Para los padres de JM es importante que su hijo realice los estudios
con buenos resultados.
Un primer sondeo biográfico permite establecer que JM nació después de un año de que
la pareja contrajese matrimonio. El embarazo de la madre fue ampliamente aceptado por
ambos y cursó sin problemas dignos de mención. El parto a término fue distócico, con
fórceps; el niño presentó algunas dificultades respiratorias, por lo que tuvo que permanecer
24 horas en una incubadora. Posteriormente, el pediatra les tranquilizó respecto a que tal
episodio no revestía importancia alguna. Pesó en el paritorio 3,800 Kg., siendo alimentado
con lactancia natural durante el primer mes de vida, pasando después, paulatinamente, a
lactancia artificial. Durante el primer año no sufrió ningún trastorno físico digno de mención.
Las pautas de desarrollo motor son consideradas normales: se sentó a los 8 meses y
anduvo a los 14, nunca gateó. Montó en triciclo a los 18 meses y en la actualidad lo hace en
bicicleta. El desarrollo del lenguaje fue normal y, así mismo, el aprendizaje del control
esfinteriano (establecido entre los 18 meses y los 3 años). Acudió al Jardín de Infancia a los
3 años y su adaptación a él fue excelente. Los padres describen a J.M. durante la primera
infancia como “un niño inquieto, alegre y simpático”. El aprendizaje de conceptos espaciales
fue normal. Tuvo dificultades, no especificadas, en el aprendizaje de la lectura y la escritura
durante la etapa de Educación Infantil y la madre tuvo que ayudarle, durante los periodos
extraescolares, con el fin de que llegase a Primero de Educación Primaria con un nivel
suficiente de habilidades previas para el aprendizaje de la lectura y escritura. Las
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Caso JM- Diagnóstico en Educación
calificaciones escolares son insuficientes desde el curso pasado y los responsables del
Colegio les han aconsejado que el niño sea explorado por un profesional de la evaluación.
La maestra que se ocupa de 2º de Educación Primaria, y por tanto del niño en el presente
curso, es la misma que el año anterior. La conducta del niño en casa parece ser normal. Los
exámenes médicos a los que ha sido sometido no arrojan ningún déficit físico, ni sensorial.
Sin embargo, los padres temen que la causa de su escaso rendimiento sea “algo cerebral”.
La historia familiar de JM no presenta datos dignos de mención.
Se cita a los padres y al niño para una segunda entrevista y se les pide aporten a
ella un informe del colegio sobre el rendimiento escolar y el comportamiento del
niño, en parte basado en un listado de conducta que se facilita a los padres, los
cuadernos y trabajos escolares de años anteriores y los del curso actual.
De los listados de conducta cumplimentados por los padres, puede deducirse que JM
destaca fundamentalmente en el deporte y que los padres dan una gran importancia a
esto. La práctica de los deportes no está asociada al cumplimiento de tareas escolares,
dedicando gran parte de la jornada extraescolar a ello. El niño no ocupa ningún tiempo en
realizar trabajos escolares en casa. De los Listados de Conducta cumplimentados por la
maestra se obtiene la siguiente información: el niño se distrae con facilidad, tiene
dificultades para concentrarse, presta poca atención y es hiperactivo. De los productos de
conducta escolar (cuadernos, trabajos manuales) parece comprobarse que, en efecto, el
niño presenta unos niveles de habilidades escolares deficientes.
Hipótesis
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Caso JM- Diagnóstico en Educación
- Tests: Escala WISC (Edición TEA) y Terman Merrill (Edición TEA) como medida de
las competencias intelectuales.
Aplicación de los tests WISC, Terman Merrill, QNST y Test de Retención Visual
de Benton en tres sesiones.
Observación del niño y/o maestra en el centro durante dos semanas por parte
de dos observadores entrenados, con un período previo de habituación. Se
observará, durante 2 periodos de 20 minutos cada uno, cada día, las conductas
perturbadoras del niño y las interacciones maestra-niño. Se contrabalanceará el
orden.
o Durante el primer periodo se observará mediante el Código de Conductas
Perturbadoras en Clase con intervalos de 20 segundos de observación y
10 de registro, durante los 20 minutos previstos cada día.
o En el segundo periodo, se observará mediante el código de Interacciones
con la misma secuencia pero sin utilizar periodos de observación y
registro, sino periodos completos de observación de 20 minutos. Se
muestrearán los intervalos totales de 40 minutos de forma tal que cada día
de la semana se observe un periodo de tiempo distinto.
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Caso JM- Diagnóstico en Educación
- En el test Terman Merrill, el sujeto obtiene una edad mental de 8 años y 6 meses y
un CI de 120. El techo de la prueba corresponde a la edad de 10 y la edad base es la
de 8. Destaca en las pruebas que requieren comprensión, análisis y síntesis, así
como las que exigen retención visual. Obtiene el rendimiento más bajo en aquellas
pruebas que exigen concentración y memoria a corto plazo, aunque estas habilidades
se conservan dentro de lo esperable para su edad.
- En el test QNST, obtuvo menos de 25 puntos (PD = 15, Per. = 50), lo cual indica que
el niño, para su edad, presenta normalidad en las habilidades asociadas a las
funciones neurológicas. Su rendimiento en esta prueba no esta asociado, pues, a
trastornos cerebrales.
Para ambos tipos de observación fue calculado el acuerdo entre los dos jueces
(observadores) obteniéndose acuerdos para el Código de O´Leary de entre el 82 y el
90%. Los acuerdos para la matriz de interacciones oscilaron entre el 80 y 88%.
Una vez contrastadas las hipótesis formuladas sobre JM se puede concluir que su falta
de rendimiento académico no parece estar asociada a un bajo rendimiento intelectual o
provocado por una disfunción cerebral. Parece estar relacionada con la desatención e
hiperactividad de JM en la clase. Por otra parte, no parece que el niño obtenga
reconocimiento por conductas adecuadas y facilitadoras del rendimiento en el aula.
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Caso JM- Diagnóstico en Educación
Informe
Se citó a los padres de JM y se les informó (de forma oral y escrita) sobre los resultados
de la evaluación. Se les notificó, en primer lugar, que el rendimiento intelectual del niño
en los tests de inteligencia era “normal-alto” y que las pruebas de discriminación
neurológica habían aportado resultados negativos. También se aventuró la convicción de
que la falta de rendimiento escolar estaba asociada a su falta de atención e hiperactividad
en clase y al hecho de que ambos tipos de conducta inhibidoras del rendimiento,
obtenían consecuencias positivas. Por otra parte, también se les planteó como supuesto
que, ya que ni en casa ni en el Colegio se suministraban consecuencias positivas a
aquellas conductas que facilitaban el rendimiento (como por ejemplo: tiempo de estudio
en casa o actividades lúdicas relacionada con los aprendizajes escolares, etc.), esto
podría influir negativamente en este caso .