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8.

8. MECANISMOS DE DEFORMACIÓN

Cuando una roca se deforma, además de los cambios de forma y posición observables a
escala macroscópica, se producen también cambios a la escala de los granos y a la de su red
cristalina. A la naturaleza y características cinemáticas de los cambios que se producen en la red
cristalográfica y en los granos minerales de una roca sometida a esfuerzos se les denomina
«mecanismos de deformación». En consecuencia, según la escala considerada, la deformación
de una roca representa:
1.- Modificaciones en la red cristalográfica de los componentes minerales (escala
submicroscópica).
2.- Modificaciones en los granos minerales o cristales que componen la roca (modificaciones
microestructurales) (escala microscópica).
3.- Modificaciones en la geometría de cuerpos finitos de roca (escala meso o macroscópica)
(modificaciones estructurales).
Estos tres aspectos: cristalográficos, microestructurales y estructurales, constituyen lo
que en Geología Estructural se denomina «fábrica de la roca» y, cuando se desechan los
aspectos meso y macroscópicos, se habla de «microfábrica». En el presente capítulo, nos
referiremos principalmente a esta última, es decir, analizaremos los principales mecanismos de
deformación y las manifestaciones microestructurales que estos producen.

MECANISMOS DE DEFORMACION ELÁSTICA


En un cristal indeformado, los átomos o iones son mantenidos en sus posiciones de
equilibrio por fuerzas interatómicas. Cuando se aplica un esfuerzo externo a un material
cristalino, la red se distorsiona y las distancias interatómicas varían ligeramente en una cantidad
que es proporcional al valor del esfuerzo aplicado (elasticidad lineal). Si el esfuerzo es
posteriormente eliminado, las distancias y posiciones originales de equilibrio son recuperadas.
El campo elástico de una roca refleja probablemente la estabilidad de los enlaces interatómicos
de las partes componentes del agregado cristalino.

MECANISMOS DE DEFORMACION DÚCTIL


Los principales mecanismos de flujo dúctil en las rocas son: a) Flujo por difusión; b)
deformación plástica intracristalina; y c) deslizamiento a lo largo de límites de grano. Aunque
bajo unas condiciones físicas dadas, un mecanismo de los citados tiende a predominar sobre los
demás, estos mecanismos no son necesariamente incompatibles entre sí, existiendo algunas
combinaciones entre ellos que son características.
8.2

Flujo por difusión


Este mecanismo representa una transferencia de masa debida al movimiento de partículas
a través de su entorno físico. Pueden ser de dos tipos: a) difusión intragranular (o difusión de
volumen), se efectúa a través de la red cristalina de los granos; y b) difusión intergranular, es la
difusión a lo largo de los límites de grano. En condiciones de "creep" de estado estable, las
rocas deformadas por estos mecanismos se comportan como los fluidos newtonianos.
Difusión intragranular (o creep de Nabarro-Herring).- Consiste en una difusión de partículas
a través de la red cristalina de los granos bajo un campo de esfuerzos (Fig. 8.1A). Tiene lugar en
materiales de grano fino, para esfuerzos bajos y temperaturas altas (aproximadamente 0,9 Tf,
siendo Tf la temperatura de fusión en ºK). Algunos autores piensan que este mecanismo puede
ser importante en el manto terrestre.
Difusión intergranular.- Este mecanismo da lugar a un cambio en la forma de los granos
mediante flujo de materia a lo largo de los límites de grano. En este mecanismo se produce
preferentemente en rocas de grano fino; en él se pueden distinguir dos modalidades: a) "Coble
creep", o difusión de partículas de la red cristalina a lo largo de los límites de grano; y b)
disolución por presión, en el que la difusión está favorecida por la presencia de una fase fluida
en los espacios intergranulares. Ambos mecanismos son análogos, no existiendo hasta el
momento criterios microestructurales que permitan diferenciar estos dos tipos de difusión.
"Coble creep".- Es un mecanismo importante en materiales deformados a temperaturas más
bajas que las del "Nabarro-Herring creep", es decir, a T > 0,6 Tf (en ºK).
Disolución por presión.- Es un mecanismo por el cual los granos minerales se disuelven y
cambian de forma cuando se encuentran sometidos a esfuerzos. Implica el transporte de masa
por difusión a través de una fase fluida existente a lo largo de los limites de grano y posterior
precipitación de meteriales disueltos.
En ocasiones, las rocas deformadas a temperaturas entre 200 a 350 oC presentan
microestructuras que han sido interpretadas como indicativas de deformación por difusión
intergranular y que no pueden explicarse mediante "Coble creep", ya que a estas temperaturas
las difusividades a lo largo de los límites de grano deben ser muy lentas. Por ello, se ha
interpretado que la presencia de una fase fluida en los límites de grano realza la difusión en
rocas de bajo grado metamórfico y de ahí el término de «disolución por presión». En este
mecanismo, la difusión de materia tiene lugar desde límites de grano sometidos a alto esfuerzo
compresivo a límites con bajos esfuerzos compresivos (Fig. 8.1B), lo cual conduce al cambio
de forma de los granos.
Las zonas donde se inicia la disolución por presión corresponden a los límites de
partículas competentes, que realzan el esfuerzo en la matriz. Ejemplos de este fenómeno son
muy frecuentes en cristales de pirita, cantos, fósiles, etc., en una matriz de grano más fino. Las
evidencias microestructurales indican que la disolución por presión se ve favorecida en los
contactos entre fases minerales diferentes; esto parece claro entre el cuarzo y las micas.
Hay una gran variación en la velocidad a que los distintos minerales se deforman por
disolución por presión. El resultado es un aumento en la proporción relativa de los minerales
menos móviles en las zonas donde se produce. A partir del estudio de los contactos entre límites
8.3

de grano, algunos autores han deducido una serie de minerales según su solubilidad con
relación a la presión. Esta serie de mayor a menor solubilidad es: 1) Halita; 2) calcita; 3)
dolomita; 4) anhidrita y yeso; 5) Anfíboles y piroxenos; 6) cuarzo; 7 Feldespatos; y 8) Micas y
minerales arcillosos.

Figura 8.1.- Sentido de la difusión y


cambio de forma de un grano
monocristalino en el “creep” de
Nabarro-Herring (A) y en la disolución por
presión (B).

Las principales pruebas que indican disolución por presión en las rocas son:
- Sombras de presión. Muchas rocas contienen partículas rígidas que son grandes en relación
con el tamaño de grano de la matriz y que generan una región de alto esfuerzo compresivo
en las inmediaciones de los límites que son perpendiculares al máximo esfuerzo principal
compresivo. De la misma forma, se crean áreas de bajo esfuerzo compresivo o sombras de
presión, adyacentes a los límites de grano que son normales al mínimo esfuerzo principal
compresivo. Este gradiente de esfuerzo da lugar a la migración de minerales solubles hacia el
area de sombra. Así, se produce en la zona de sombra cristalización o sobrecrecimiento de
granos que en muchas ocasiones dan lugar a minerales con hábito fibroso, con forma alargada
en la dirección de máxima extensión y que reciben el nombre de «colas de presión» (Fig. 8.2).

Figura 8.2. Colas de presión de


cuarzo desarrolladas junto a un
cristal de pirita (según Ramsay
1967)

- Cantos y granos interpenetrados (Fig. 8.3). Se producen por eliminación de materia por
disolución a lo largo de límites entre granos adyacentes o entre cantos de un conglomerado.
8.4

- Foliación debida a disolución por presión. A veces, la disolución por presión diferencial de
minerales constituye el principal factor causante de una anisotropía tectónica en las rocas
(foliación) (Fig. 8.4). En estos casos, es frecuente que aparezcan granos o fragmentos fósiles
cortados por láminas de filosilicatos u otros minerales poco solubles; también aparecen en
estos casos capas o venas aparentemente desplazadas como consecuencia de un proceso de
eliminación de material mediante disolución por presión.

Figura 8.3. Huellas producidas en los cantos de un


conglomerado por los cantos adyacentes como
consecuencia de mecanismos de disolución por
presión (según Ramsay 1967).

Figura 8.4. Microfotografía en la que se observan


dos foliaciones en cuya formación la disolución por
presión jugó un papel dominante. La primera tiene
un trazado general suavemente inclinado hacia la
izquierda y se encuentra afectada por micropliegues
asociados a la formación de la segunda. Ésta es un
clivaje de crenulación (foliación constituida por
micropliegues y una láminas oscuras que en este
caso tienen un trazado aproximadamente vertical).
En ambos casos aparecen láminas oscuras
constituidas por los residuos insolubles que resultan
de la disolución. La segunda desplaza además
aparentemente las láminas de la primera. Según
Passchier y Trouw (1996).

- Estilolitos. Son superficies irregulares que se presentan como suturas causadas por la
interpenetración mutua de los dos lados de la superficie, de forma que en un lado se originan
proyecciones análogas a dientes que se ajustan en huecos de dimensiones análogas existentes
en el otro lado. Se desarrollan particularmente bien en calizas y dolomías, aunque se han
citado también en otras rocas. Se atribuyen a disolución por presión y están caracterizados
por la presencia de un residuo insoluble (minerales arcillosos, material carbonoso, pirita, etc.)
que se concentra en el interior de la sutura que constituye el estilolito, como consecuencia de
la eliminación del material soluble. Por otro lado, aparecen a menudo ooides, cantos fósiles,
etc., truncados por la superficie del estilolito. Se han distinguido dos tipos de estilolitos:
· Estilolitos diagenéticos; formados en respuesta a la presión de la sobrecarga litostática.
· Estilolitos tectónicos; formados en respuesta a un esfuerzo tectónico.
8.5

Ambos tipos poseen una morfología similar y se originan en una dirección perpendicular
al máximo esfuerzo principal compresivo. Por ello, los estilolitos diagenéticos son paralelos a
la estratificación, mientras que los tectónicos en general no lo son.

Deformacion plástica intracristalina


Con este nombre se denomina un conjunto de necanismos de deformación que tienen
lugar por movimiento de dislocaciones, deslizamiento intracristalino, maclaje, flexión y
"kinking" de cristales y deslizamiento de límites de grano.
El caso más sencillo de deformación plástica es el de un cristal perfecto sometido a un
esfuerzo mayor que el de fluencia; en estas condiciones, podrá producirse deslizamiento
(“slip”) a lo largo de determinados planos cristalográficos (planos de deslizamiento o “slip”)
(Fig. 8.5). Al conjunto constituido por un plano de deslizamiento y la correspondiente dirección
de deslizamiento se le denomina sistema de deslizamiento (o de “slip”). Los planos de
deslizamiento son normalmente aquellos que presentan una mayor densidad de átomos o iones,
mientras que la dirección de deslizamiento suele ser aquella a lo largo de la cual los átomos o
iones están más próximos entre sí. Para producir deslizamiento se requiere un esfuerzo de
cizalla crítico.

Figura 8.5.- Deformación plástica por deslizamiento de la red a lo


largo de dos planos cristalográficos (según Ramsay 1967).

Otro mecanismo de deformación es el maclaje mecánico (Fig. 8.6). En la mayor parte de


los casos, la red maclada puede deducirse a partir de la red huesped mediante una deformación
por cizalla simple paralela al plano K1 de macla. Este mecanismo representa un modo de
deformación muy rápido y el maclaje procede por nucleación, en zonas donde se concentra el
esfuerzo, y porterior crecimiento. En este caso, no hay esfuerzo de cizalla crítico. El maclaje
únicamente debe ser importante en cristales de baja simetría que tienen pocos planos de "slip"
(como, por ejemplo, en los feldespatos y en la calcita).

Figura 8.6. Formación de una macla mecánica mediante una deformación por
cizalla simple paralela al plano de macla K1 (Según Nicolas y Poirier 1976).
8.6

Figura 8.7. Deformación de un


cristal con un solo sistema de
deslizamiento (A), mediante
plegamiento (B) y formación de
“kink-bands” (pliegues angulosos
y asimétricos) (C). Según Nicolas
y Poirier (1976).

La formación de “kink-bands” es un mecanismo frecuente en cristales con una sola


familia de planos de deslizamiento (por ejemplo, en las micas) (Fig. 8.7). Una macla puede ser
considerada como un caso particular de "kind-band" en el plano de kink es un plano
cristalográfico.
Los esfuerzos de cizalla críticos para deslizamiento intracristalino, obtenidos
teórocamente a partir del análisis de la red cristalográfica, son mucho mayores que los
obtenidos experimentalmente; esta discrepancia se debe a que, en los cristales reales, existen
imperfecciones que facilitan el desarrollo del deslizamiento. Las imperfecciones que más
interés presentan, desde el punto de vista de la deformación plástica, son las dislocaciones.
Dislocaciones.- Pueden definirse como defectos lineales de la red cristalina. Suelen dividirse en
dos tipos básicos (Fig. 8.8):
- Dislocaciones de borde (o de filo; “edge dislocations”) (Fig. 8.8B). Se deben a la existencia de
una semicapa extra de partículas (ABCD) dentro de la red cristalina, de tal manera que la
dislocación está definida por la línea CD de partículas que constituye la terminación de la
semicapa dentro del cristal: dicha línea separa dos partes de la red sin defectos. Estas
dislocaciones a su vez, pueden ser:
· Positivas. Caso de la Fig. 8.9A; se representan simbólicamente por .
· Negativas. Caso de la Fig. 8.9B; se representan simbólicamente por T.
- Dislocaciones helicoidales o longitudinales (“screw dislocations”) (Fig. 8.8C). Están
producidas por el desplazamiento de una parte del cristal respecto a la otra a lo largo de una
superficie ABCD. En este caso, la dislocación está constituida por la línea CD que separa la
parte deslizada del cristal de la parte no deslizada.
Deformación por movimiento de dislocaciones.- El movimiento de las dislocaciones es una
de las principales causas de la deformación plástica de los cristales y puede ser de dos tipos:
- "Glide" de dislocaciones.
- "Climb" de dislocaciones.
8.7

Ambos mecanismos pueden combinarse, constituyendo en tal caso lo que se denomina


"creep" por dislocaciones. Los mecanismos de deformación por dislocaciones implican
comportamientos con relaciones no lineales entre el esfuerzo y la velocidad de deformación.

Figura 8.8. A, Cristal inicial sin defectos. B, Dislocación de borde (CD) originada por la presencia de una
semicapa extra de partículas (ABCD). C, Dislocación helicoidal (CD) levógira.

Figura 8.9. Dislocación de borde positiva (A) y


negativa (B).

Dislocaciones y "slip" intracristalino ("glide" de dislocaciones).- El deslizamiento


definido anteriormente se puede comparar al modo que tienen de resbalar las cartas de un naipe
al aplicarles un esfuerzo tangencial. Sin embargo, a la escala atómica, el deslizamiento no se
produce, en general, simultáneamente sobre todo el plano de deslizamiento del cristal, sino que
comienza nucleándose en una pequeña zona de alta concentración de esfuerzos. La forma de
producirse el deslizamiento se ha representado en detalle en la Fig. 8.10 para el caso de una
dislocación de borde. Supongamos que sometemos un cristal perfecto a esfuerzos; al principio,
el cristal se deformará elásticamente, pero llega un momento en que la distorsión es demasiado
grande y se produce una rotura de los enlaces atómicos, de forma que aparece una semicapa
extra en la parte superior del cristal y, por tanto, una dislocación de borde (Fig. 8.10A). Si los
esfuerzos continúan actuando, la semicapa extra se desplaza hacia la derecha mediante nuevos
saltos atómicos (Fig. 8.10B y C), de forma que la dislocación separa en todo momento una parte
deslizada del cristal (a izquierda de la dislocación) de otra no deslizada (a la derecha). Llega un
momento en que la semicapa extra alcanza el borde izquierdo del cristal y el deslizamiento
8.8

afecta a todo el cristal (Fig. 8.10D). El movimiento para el caso de una dislocación helicoidal es
análogo y se ha representado en la Fig. 8.11.
El movimiento de una dislocación debe de vencer una resistencia, denominada fuerza de
Peierls-Nabarro, ya que los enlaces atómicos deben de romperse para que la dislocación se
mueva, pero esta fuerza es mucho menor que la requerida teóricamente para producir el
deslizamiento en una red sin dislocaciones. Además de la resistencia al movimiento de las
dislocaciones inherente a toda red cristalina, este movimiento puede estar dificultado o
inhibido, por la interacción con otros defectos cristalinos, tales como defectos puntuales, otras
dislocaciones y bordes de grano, los cuales pueden considerarse, en general, como
agrupaciones de defectos. Todas estas imperfecciones actúan como obstáculos que tienden a
parar el movimiento de las dislocaciones y conducen a menudo a un endurecimiento del
material frente a la deformación.

Figura 8.10. Deformación plástica


intracristalina mediante “glide” de
dislocaciones ; P es el plano de
desliza-miento. Obsérvese la analogía
con el movimiento de una oruga.
Según Avner (1979).
8.9

La velocidad del movimiento de las dislocaciones por deslizamiento depende del


esfuerzo de cizalla que se aplique, de la pureza del cristal, de la temperatura y del tipo de
dislocaciones. Se comprueba que a mayor esfuerzo de cizalla aplicado mayor velocidad de las
dislocaciones; asmismo, se ha observado que las dislocaciones de borde se mueven unas 50
veces más rapidamente que las dislocaciones helicoidales.

Figura 8.11. Movimiento por “glide” de una dislocación helicoidal (B). Obsérvese la analogía que se tiene
cortando progresivamente una hoja de papel (A). Según Nicolas y Poirier (1976).

"Climb" de dislocaciones.- A baja temperatura, cuando la difusión es difícil, el movimiento de


las dislocaciones está restringido casi completamente al "dislocation glide". Sin embargo, a
temperaturas más altas, una dislocación de borde puede moverse en una dirección
perpendicular la plano de deslizamiento por el mecanismo denominado "climb". Este
mecanismo se encuentra representado en la Fig. 8.12A, en la que una fila de átomos normal al
plano del papel ha sido eliminada; entonces, la línea de dislocación se mueve un espaciamiento
interatómico hacia arriba, tratándose en este caso de un "climb" positivo. Si lo que se hace es
introducir una fila de átomos (Fig. 8.12B), se tiene un "climb" negativo. El climb positivo
ocurre por difusión de partículas desde la doslocación a intersticios de la red y el "climb"
8.10

negativo ocurre por difusión de partículas hacia la zona de dislocación. Todos estos
mecanismos requieren transporte de masa por difusión y, por tanto, el "climb" requiere una
activación térmica. En este sentido, la temperatura a la cual el "climb" se hace efectivo es del
orden de T > 0,5 Tfus en K; sin embargo, algunos autores estiman que, en condiciones
naturales, esta temperatura podría ser mucho menor. Las dislocaciones helicoidales, al no tener
semicapa extra, no pueden sufrir "climb". El desarrollo del "climb" favorece el movimiento de
las dislocaciones, ya que permite salvar fácilmente los obstáculos (defectos puntuales, otras
dislocaciones, etc.) que dificultan el movimiento por "glide", favoreciendo, en definitiva, el
desarrollo de la deformación.
"Creep" por dislocaciones.- Bajo determinadas condiciones, el "glide" y el "climb" de
dislocaciones se producen conjuntamente y el mecanismo resultante de tal combinación se le
denomina "creep" por dislocaciones. Este es el mecanismo de deformación más frecuente a
altas temperaturas cuando existen sistemas de "slip".

Figura 8.12. Movimiento de dislocaciones de borde


mediante “climb”. A, “climb” positivo”; B, “climb”
negativo. Según Nicolas y Poirier (1976).

Aspectos microestructurales del "creep" por dislocaciones.- El "creep" por dislocaciones


da lugar a diversos rasgos microestructurales que son un fiel reflejo del estadio en que se
encuentra la roca dentro del proceso de deformación, de la intensidad de ésta y de las
condiciones físicas en que se produjo. A continuación describiremos brevemente estos rasgos.
1. Extinción ondulante.- El aumento de la densidad de dislocaciones individuales en los granos
debido a la multiplicación y movimiento de dislocaciones da lugar a la aparición de más
dislocaciones de un signo que del otro, produciéndose una flexión de la red cristalina (Figs.
8.13 y 8.14), que conduce a variaciones graduales en la orientación cristalográfica de los
granos, lo cual da como resultado la extinción ondulante. Este rasgo es muy frecuente en el
cuarzo y se produce en los primeros estadios de la deformación y si se produce como único
rasgo microestructural de los granos, indica una deformación intracristalina pequeña.
8.11

Figura 8.13. Reagrupación de dislocaciones en


“paredes” a medida que progresa el proceso de
recuperación en una roca. En los primeros
estadios, se desarrolla una alta densidad de
dislocaciones que aparecen de distribuidas a través
de todo el cristal; después, éstas se van
concentrando en zonas o “paredes”, a la vez que su
densidad disminuye en las partes del cristal
separadas por dichas “paredes”. De este modo, la
extinción ondulante representa una flexión suave
de la red causada por la presencia de más
dislocaciones de un signo que del otro. En las
bandas de deformación, las dislocaciones están
más agrupadas y la flexión de la red presenta una
charnela más aguda. El límite de subgrano está
constituido por una pared de dislocaciones que
separa dos partes de la red (subgranos)
indeformadas y con distinta orientación. Basada en
Passchier y Trouw (1996).

Figura 8.14. Extinción ondulante en un grano de Figura 8.15. Lamelas de deformación en un grano de
cuarzo (según Passchier y Trouw 1996). cuarzo (según Passchier y Trouw 1996).
8.12

2. Bandas de deformación.- A medida que aumenta la curvatura de la red de un cristal con


extinción ondulante, las dislocaciones se van concentrando en zonas y el cristal pasa a estar
compuesto por regiones estrechas de orientaciones cristalográficas ligeramente diferentes y que
se denominan bandas de deformación (Fig. 8.13). La flexión de la estructura cristalina pasa de
ser gradual a ser más aguda (concentrada en zonas). Microscópicamente se presentan como
bandas con posiciones de extinción ligeramente diferentes que las partes adyacentes del cristal.
Su orientación suele ser paralela o perpendicular a la dirección de máxima elongación del grano
y su formación es debida exclusivamente a deformación intracristalina.
3. Lamelas de deformación.- Son zonas estrechas, planas y paralelas que presentan un índice de
refracción ligeramente distinto al del grano huésped (Fig. 8.15). Son muy frecuentes en la
calcita y el cuarzo. Pueden tener diversos orígenes, pero la mayor parte de las desarrolladas en
el cuarzo son bandas de deformación muy estrechas con alta densidad de dislocaciones.
4. Subgranos.- A medida que la deformación progresa, las dislocaciones se van agrupando en
paredes de dislocaciones, de manera que la red deformada se va reajustando en pequeños
segmentos indeformados, ligeramente desorientados entre sí, que se denominan subgranos
(Figs. 8.13 y 8.16). Al proceso por el cual se produce esto se le denomina «poligonización» y
los límites que separan a los subgranos se llaman «límites de bajo ángulo», ya que separan
regiones del cristal que difieren en orientación menos de 5 a 10o. El proceso de poligonización
implica "climb" de dislocaciones y se encuentra favorecido por un aumento de la temperatura.
El diámetro de los subgranos no depende sin embargo prácticamente de la temperatura, siendo
inversamente proporcional al esfuerzo diferencial aplicado.

Figura 8.16. Subgranos en cuarzo (según


Passchier y Trouw 1996).

Figura 8.17. Bordes rectos característicos de la


recristalización estática en cuarzo (según Passchier y
Trouw 1996).
8.13

Procesos que intervienen en el desarrollo microestructural.- En el desarrollo


microestructural de una roca intervienen principalmente dos tipos de procesos que compiten
generalmente entre sí:
1.- Procesos activados por la actuación de esfuerzos; el proceso representativo es el
endurecimiento por deformación (“strain -hardening”). Predominan en la deformación a
bajas temperaturas (“cold-working”).
2.- Procesos activados térmicamente. Los procesos representativos son la recuperación o
restauración (recovery) y la recristalización. Tienden a predominar en la deformación a
altas temperaturas (“hot working”).
Endurecimiento por deformación.- Está producido por el aumento en la densidad de
dislocaciones individuales que hace que la roca se endurezca y que la velocidad de deformación
disminuya, siempre que se mantenga el esfuerzo constante. Se produce en la deformación a
bajas temperaturas, lo cual hace que el movimiento de las dislocaciones se produzca
únicamente por deslizamiento (dislocation glide) y está obstaculizado y limitado por impurezas
y límites de grano. Al aumentar la densidad de dislocaciones, las dificultades del movimiento
de estas aumentan, la deformación se hace más difícil y el material se endurece. La
característica microestructural más destacable de este proceso es la extinción ondulante,
existiendo también algunas lamelas de deformación.
Recuperación (o restauración).- Es un proceso por el cual la densidad de dislocaciones
individuales disminuye, tendiéndose a reparar el deterioro estructural de la red cristalina
causado por la deformación, con lo cual el material recupera en parte las propiedades físicas
primitivas (Fig. 8.13). La recuperación tiende a decrecer los efectos del endurecimiento por
deformación.
El proceso de recuperación se activa con la temperatura, ya que, por encima de una cierta
temperatura, el movimiento de dislocaciones por "climb" se hace importante. Esto favorece el
movimiento tridimensional de las dislocaciones, permitiendo el que puedan salvar obstáculos
tales como impurezas y límites de grano y favoreciendo la formación de paredes de
dislocaciones y la disminución de su densidad, originándose así los rasgos microestructurales
característicos de este proceso, que son las lamelas, bandas de deformación y, sobre todo, los
subgranos. La recuperación puede ser de dos tipos:
- Recuperación estática; producida a temperaturas elevadas y en ausencia de esfuerzos en una
roca previamente deformada; tal proceso se denomina recocido (“annealing”).
- Recuperación dinámica; producida a temperaturas elevadas, pero bajo la acción de esfuerzos;
es decir, tiene lugar simultáneamente a un proceso de deformación.
Existen algunos criterios para distinguir entre ambos tipos. Así, en la recuperación
dinámica, el desarrollo de subgranos es irregular, de forma que los subgranos de menor tamaño
están asociados a los límites de grano, lo cual revela la existencia de un mayor esfuerzo en las
zonas adyacentes a dichos límites. Esto no ocurre en la recuperación estática.
Recristalización.- Es el proceso por el cual las propiedades físicas de un agregado policristalino
previamente deformado son total o parcialmente recuperadas por el desarrollo y crecimiento de
nuevos granos libres de deformación. La característica microestructural de la recristalización es
8.14

la presencia de nuevos granos. Al igual que la recuperación, la recristalización puede ser


dinámica y estática.
La recristalización estática da lugar a granos equidimensionales y con bordes rectos (Fig.
8.17), mientras que los granos originados por recristalización dinámica son a menudo alargados
y presentan a veces extinción ondulante o, incluso, subgranos, como consecuencia de la
deformación posterior. Además, estos últimos se desarrollan de una manera irregular,
originándose preferentemente en los límites de los granos viejos (manto), mientras que en el
núcleo de estos aparecen las microestructuras propias de la recuperación (Fig. 8.18).

Figura 8.18. Recristalización dinámica en una


cuarcita. En la roca se distinguen dos tipos de granos:
unos granos grandes (o granos viejos) con
microestructuras de deformación intracristalina, tales
como subgranos, y unos granos pequeños (o granos
nuevos) formados por recristalización, que se agrupan
en los márgenes de los granos viejos. Según Passchier y
Trouw (1996).

La Recristalización dinámica puede tener lugar por rotación de subgranos (SGR) y por
formación de "bultos" en los límites de grano (GBM).
Por lo que se refiere a la rotación de subgranos, hay que decir que, a medida que la
deformación aumenta, se incorporan a las "paredes" nuevas dislocaciones, con lo cual el
espaciamiento entre éstas disminuye y la desorientación entre los subgranos aumenta. Cuando
la desorientación sobrepasa los 10o, el límite de bajo ángulo pasa a ser un límite de alto ángulo
y se tiene un grano nuevo. En este proceso no puede hablarse de una verdadera nucleación de
cristales, ni tampoco de crecimiento, por lo cual, el tamaño de los granos nuevos es, en
principio, el mismo que el de los subgranos de los que proceden. Este tipo de recristalización es
una prosecución del proceso de recuperación. Comienza generalmente en los "mantos" de los
granos, que es donde se inicia también la formación de subgranos. Como constatación de este
mecanismo de rotación, se observa a menudo una transición completa entre límites de bajo y
alto ángulo.
La formación de nuevos granos a partir de "bultos" en los límites de grano se produce en
relación con la migración de estos. Esta migración se efectúa de forma diferencial según la
distribución de deformación en el interior de los granos, con lo cual unas partes del límite
avanzan más que otras y se producen bordes suturados. En estas condiciones, el límite puede
dejar en su migración un bulto que, por estrangulamiento, se convierte en un nuevo grano.

Deslizamiento de límites de grano acomodado por difusión; superplasticidad


El ablandamiento que lleva consigo la disminución de tamaño de grano en las rocas como
consecuencia de la recristalización dinámica puede dar lugar a un cambio en el mecanismo de
deformación, el cual pasa a ser un deslizamiento de límites de grano acomodado por difusión y
8.15

que lleva consigo un movimiento relativo de los granos entre sí. Este mecanismo puede permitir
el desarrollo de grandes deformaciones, manteniendo un tamaño de grano constante y una
forma equidimiensional. Esto puede ocurrir, por tanto, en milonitas con tamaño de grano muy
fino. Este comportamiento se conoce en Geología con el nombre de superplasticidad. No es
fácil reconocer el flujo superplástico en rocas. No obstante, si una roca ha sufrido una
deformación intensa y está constituida por granos muy finos, debe sospecharse que ha sufrido
este tipo de flujo.

DEFORMACION POR FLUJO CATACLASTICO (O CATACLASIS)


Es un mecanismo que implica una combinación de fracturación de granos y
deslizamiento entre ellos. Algunos autores lo consideran como un mecanismo de deformación
dúctil, pero implica probablemente una disminución de resistencia por lo cual puede tratarse de
un mecanismo de deformación frágil. Este tipo de flujo conduce a una disminución del tamaño
de grano y produce generalmente fábricas no orientadas (Fig. 8.19).
El flujo cataclástico se ve dificultado por el aumento de la presión de confinamiento, el
cual facilita el desarrollo de otros mecanismos de deformación. La existencia de una elevada
presión del fluido en los poros favorece el flujo cataclástico y permite que éste se desarrolle a
profundidades mayores que las permitidas en ausencia de fluidos. Este mecanismo es
particularmente espectacular en las zonas de falla desarrolladas en zonas superficiales no
metamórficas de la corteza terrestre.

Figura 8.19. Microestructura de una roca deformada por flujo


cataclástico.

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