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Las fracturas angostas y abiertas permiten la migración fácil de cualquier fluido (una
fractura de 0.025 mm, puede permitir la fuga de fluidos).
Fracturas deformadas. Este tipo de fracturas involucra a las que inicialmente fueron
abiertas en su formación y han sido subsecuentemente alteradas por deformación. Dentro
de este tipo se encuentran las fracturas de desgarramiento y relleno y las de lados
deslizados. Los desgarramientos ó socavaciones, son cubiertos por material fino producto
de los procesos de abrasión, trituramiento y deslizamiento. Esto reduce drásticamente la
permeabilidad.
Los lados deslizados generan superficies que son resultado del movimiento friccional
dentro de la fractura o plano de falla, creando superficies pulidas y estriadas. Estas
incrementan la permeabilidad paralela y reducen la permeabilidad perpendicular con
respecto al plano de fracturamiento; pueden ser causantes de una gran anisotropía.
A) Fracturas de desgarre y relleno. El gauge o salbanda, es el material fino resultado de la
abrasión entre las paredes de la fractura al haber deslizamiento, contacto y desprendimiento de
material entre las rugosidades de cada pared.
El desplazamiento de masas de roca a lo largo de un plano de fractura forma cataclasis o
granulación entre los granos en contacto a través de la fractura, afectando a los granos de
varios tamaños en una zona cercana a la fractura reduciendo la porosidad y la
permeabilidad, debido a que este material de relleno finamente triturado puede poseer alta
saturación de agua e impedir el flujo de hidrocarburos.
b) Fracturas en planos de deslizamiento o lados alisados. Un lado alisado es una superficie
pulida o estriada que fue resultado de un deslizamiento friccional a lo largo de la fractura o
plano de falla.
Su desarrollo involucra tanto pulverización como cataclasis en la roca huésped, o la creación de
vidrio por mezcla de granos de cuarzo, debido a deslizamiento friccional a lo largo de la superficie
de la fractura. Como resultado de esta deformación hay reducción de la permeabilidad en la
dirección perpendicular a la superficie deslizada, e incremento en dirección paralela a las
superficies de las paredes emparejadas ó alisadas.
Fracturas rellenas de mineral. Estas fracturas son aquellas que han sido rellenas por una
mineralización secundaria o díagenética. Principalmente por cuarzo o calcita, o ambos;
esta mineralización puede llenar completa o parcialmente las fracturas.
Considerando esto, las fracturas resultan ser formidables barreras de la permeabilidad. Por otra
parte pueden tener un efecto positivo en la recuperación de hidrocarburos al evitar el cierre
parcial o total de la fractura. Son importantes en la predicción y cuantificación del flujo, pero
afortunadamente no siempre las fracturas están cerradas.
Fracturas por cavidades o vugulos. Este tipo de fracturas no son en realidad una parte
morfológica de la fractura, más bien son el resultado de la alteración de la matriz alrededor
de la fractura. Se producen por la circulación de aguas ácidas, percolladas a través de las
grietas en las rocas carbonatadas, disolviéndolas y dando lugar al desarrollo de formas
kársticas.
Los karst pueden formar vugulos, cavernas y cauces de ríos subterráneos; también
generan porosidad y permeabilidad significativa creadas por la forma amplia de las
cavidades desarrolladas, las cuales son muy importantes en los grandes yacimientos
carbonatados del mundo.
La diagénesis (griego «origen»), es el conjunto de procesos de formación de una roca
sedimentaria a partir de sedimentos, tales como compactación, recristalización o cementación. La
diagénesis se produce en el interior de los primeros 5 o 6 km de la corteza terrestre a
temperaturas inferiores a 150-200 °C; más allá se considera ya metamorfismo.
RELACION CON TRAMPAS DE HC
Características particulares entre las relaciones de la microestructura interna de los
minerales con la propagación de las microfracturas por aspectos diagenéticos.
Una parte esencial en el entendimiento de los patrones de microfracturamiento, es la apreciación
de los procesos químicos en el crecimiento de los sistemas de fracturas del modo abierto.
Para fracturas en rocas sedimentarias dentro de ambientes diagéneticos (1,000– 6,000 m
de profundidad), se tiene que las fracturas representan nueva superficie de roca, creada
por altas presiones en condiciones de elevadas temperaturas y con la presencia de fluidos
reactivos. Estas características controlan la precipitación y disolución de minerales. Estos
efectos díagenéticos pueden ser significativos en lo referente a los atributos de las fracturas y su
crecimiento. Las observaciones en los análisis de núcleos han mostrado que las fracturas
desarrolladas en estos ambientes, típicamente contienen al menos un cementante antigénico.
Aunque la evolución de reacciones díagenéticas y los procesos mecánicos del fracturamiento y
sus efectos en los atributos de las fracturas siguen siendo poco conocidas.
Tratando de ilustrar la importancia entre la interacción de los procesos mecánicos y
diegeneticos, se han realizado estudios en areniscas durante el proceso del crecimiento
del microfracturamiento, encontrándose que dentro de los granos minerales de las rocas,
se forman numerosos rompimientos o ¨cracks¨ individuales y eventos de precipitación de
cementante. Estos rompimientos describen una Pequeña flexión o extensión alineados y
expandiéndose hacia afuera, por lo que se ha denominado Textura crack-seal.
Esquema que muestra las caractterísticas asociadas con
el mecanismo crack-seal, El espaciamiento de las bandas de inclusiones es de 50 μm. (Ramsay, 1980).
(Tomado de Laubach, 2004).
El plano de falla es el que rompe la continuidad de los estratos y separa dos bloques. El que está
sobre el plano de falla tiene la posibilidad de estar hundido o levantado, según el tipo de falla,
pero siempre será el techo. Por debajo del plano de falla estará el piso. En algunos casos el plano
de falla será vertical y no se hablará de techo ni piso. Si hay desplazamientos verticales de los
bloques, habrá uno levantado y otro hundido. El espejo de falla es la parte del plano de falla que
queda expuesta a la intemperie, donde las estrías anuncian el sentido y la dirección del
desplazamiento de los bloques.
Fracturas de extensión. Este tipo de fracturas son aquellas en las cuales las dos paredes de la
roca agrietada se muevan a cierta distancia una de otra en sentidos opuestos, alejándose del
plano de fractura. El plano (A) de la figura 1, representa el tipo de fractura de extensión. Este
plano contiene a los tres ejes principales de esfuerzo el mayor (S1), el intermedio (S2) y el menor
(S3), que es perpendicular a los primeros dos. Este tipo de fracturas se desarrollan cuando los
tres esfuerzos principales son de extensión.
Las fallas normales o directas se producen cuando el esfuerzo principal máximo (σ1) es vertical
y los esfuerzos principales menor (σ3) e intermedio ((σ2) se disponen en un plano horizontal. En
la dirección de σ3 se produce tensión y la ruptura ocurre en un plano que forma un ángulo de
aproximadamente 60° con la horizontal y contiene a σ2. El bloque que queda por encima del
plano de falla (bloque colgante o techo) desciende respecto al que queda por abajo (bloque
yacente o piso) causando un alargamiento del terreno Fig abajo.
Fracturas relacionadas a fallas inversas: En las fallas inversas σ1 es horizontal y σ3 vertical. El
plano de falla forma un ángulo de aproximadamente 30° con la horizontal y contiene a σ2. El
bloque colgante (techo) asciende respecto al bloque yacente (piso), resultando un acortamiento
del terreno.
Como se observa en la figura se observa, las fracturas que formadas por fallamiento inverso
siguen los planos de las fallas y en este caso, sigma 1 es la bisectriz del ángulo agudo y sigma 3
es la bisectriz del ángulo obtuso. Estos dos planos serán el sistema de fracturas asociadas a la
falla inversa, y no se espera que estén muy separadas de la falla.
Cabalgadura: es una falla inversa de alto ángulo mayor a 60° que se desarrolla en rocas masivas
cristalinas del basamento, por ello es más frecuentes en zonas estables de la plataforma y en los
bordes de grandes cadenas montañosas con fuerte empuje horizontal.
Sobrecorrimiento: falla inversa bajo ángulo en la cual el desplazamiento es de diez a cuarenta
kilómetros afecta prácticamente a todo el espesor de la corteza, con desarraigo y transporte de la
lámina superior por decenas a centenas de kilómetros.
Horst: estructura positiva semejante a un pilar (sobre el bloque de piso), delimitada por dos fallas
normales.
Graben: estructura negativa semejante a una fosa (sobre el bloque del techo), delimitada por dos
fallas normales.
En territorio de las amplias plataformas continentales sometidas a tensión, predomina
fallamiento directo, con el desarrollo de fosas (graben) y pilares (horst) alternantes. Son
estructuras de primera magnitud, que cortan todo el espesor de la corteza, lo que facilita el
ascenso de lavas de composición basáltica procedentes del manto subyacente. Un ejemplo en la
provincia de Buenos Aires y Plataforma Continental adyacente es la Fosa del Salado, limitada por
los Pilares de Martín García y de Tandil, por el NE y SO respectivamente. El estado extensivo de
la corteza en el proceso de fragmentación del Supercontinente Gondwana, determinó la
instalación de fosas, entre ellas las del Salado y Colorado, que recibieron un relleno sedimentario
del orden de 7.000 m, con participación de basaltos según se ha comprobado en perforaciones.
Los actuales sistemas extensivos de gran escala son los valles rift, de los cuales el de mayor
magnitud es el sistema del oriente africano (Fig. 5.30). Una rama septentrional o Fosa del Jordán
incluye al Mar Muerto; hacia el Sur es parte del sistema la Fosa del Mar Rojo, invadida por aguas
marinas. En territorio africano, el trazo zigzagueante de las fosas define las ramas occidental,
oriental y meridional, en las que se asientan los lagos Rodolfo, Alberto, Kivu y otros, que tienen
fondos a cotas de hasta 700 m bajo el nivel del mar. El volcanismo a lo largo de los rift es un
rasgo notable y los aparatos volcánicos dan las mayores alturas del continente, culminante en el
Monte Kilimanjaro (6.010 m.s.n.m.).
Ejemplo de grandes fallas de rumbo lo tenemos en el arco de Scotia, un complejo sistema
geodinámico que realiza la vinculación entre las placas Sudamérica y Antártida. Incluye dos
grandes fallas de rumbo, las ramas Norte y Sur del arco, con cierre oriental en la línea de
subducción de la cadena de islas Sandwich. Otro elemento notorio del sistema es el remanente
de la Placa Phoenix, entre las Zonas de Fractura Shackleton y Hero, una placa tectónica oceánica
del Pacífico que fue migrando al Sur durante el proceso de consumición por subducción debajo
de Sudamérica. La magnitud del rechazo se aprecia en el desplazamiento sufrido por las Islas
Georgias del Sur, inicialmente próximas a Tierra del Fuego y ahora 1.500 km al Este.
Son fallas de rumbo que cortan toda la litósfera y que absorben todo el movimiento entre dos
placas. Se distinguen: Fallas transformantes ligadas a dorsales, Fallas transformantes de borde y
fallas transformates ligadas a zonas de subducción.
Las Fallas transcurrentes (“intraplate strike-slip faults”) pueden subdividirse en fallas de rumbo
indentadas, fallas de desgarre, fallas de transferencia y fallas transcurrentes de intraplaca.
Ocurren lejos de los límites de placas. A menudo son formadas por stresses que actúan al interior
de las placas, reactivando fallas antiguas, propagándolas vertical y horizontalmente hacia rocas
no falladas. La reactivación de fallas ocurre cuando s2 es cercano a la vertical y se presentan
fallas antiguas con alto ángulo de manteo. Aunque los desplazamientos son de pequeña monta,
éstos producen rocas de falla e indicadores cinemáticos que borran los indicadores de los
movimientos anteriores.
Esquemas de cuencas pull-apar, tipo de cuencas se producen por desplazamiento de sistemas
de fallas de rumbo y por efectos transtensionales. La longitud es variable, desde decenas hasta
centenares de kilómetros. La subsidencia es mayor cuanto más amplia sea la cuenca, aunque las
más alongadas pueden llegar a tener sustrato de magma basáltico.
El desplazamiento rápido según el rumbo de las fallas causa rápida subsidencia también, con lo
que se desarrolla una fase inicial de fuerte profundización, de tipo sin-rift. En cambio, la
subsidencia tardía está determinada por el efecto de la carga sedimentaria. Las cuencas
continentales se rellenan con sedimentos aluviales, fluviales y lacustres, con registro fuertemente
asimétrico en los sentidos longitudinal y transversal. Los depocentros suelen migrar a lo largo del
margen transcurrente, por lo que la complejidad estructural y de facies sedimentarias es mayor
que en las cuencas de rift. La vida de estas cuencas es relativamente corta, de unos pocos
millones de años.
En áreas orogénicas asociadas a subducción, como la del Oeste sudamericano (Andes), hay
predominio de acortamiento cortical por plegamiento y fallamiento inverso y una de las
asociaciones características en el retroarco recibe el nombre de faja plegada y corrida (Fig.
Fallamiento inverso en los Andes del sur de Río Negro).
Falla transformante: es el borde de desplazamiento lateral entre dos placas tectónicas una
respecto a la otra sin la producción ni la destrucción de litosfera, en las dorsales mesoceánicas.