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TEMA 3.

EL TEATRO DE VALLE-INCLÁN

LA SITUACIÓN DEL TEATRO ANTERIOR A 1936 EN ESPAÑA

A principios del siglo XX aún perviven algunas tendencias teatrales del último
cuarto del siglo anterior como el drama neorromántico o el teatro realista-
naturalista. Además, el teatro está muy sujeto a condicionamientos ideológicos y
comerciales: el conservadurismo del público, la escasa predisposición de los
empresarios a arriesgarse con experimentos de éxito dudoso y la vigilancia de los
censores ante cualquier audacia política o religiosa explican la escasa originalidad del
teatro español del primer tercio de siglo. Ello obliga a diferenciar entre un teatro
comercial, con éxito en los escenarios, y un teatro innovador, menos popular.

El teatro comercial es inmovilista, pues está sujeto a los gustos conservadores (en lo
creativo y en lo ideológico) del público burgués. Se distinguen en él tres tendencias:
la comedia burguesa, también llamada comedia benaventina, por ser su autor más
representativo Jacinto Benavente; el teatro poético, llamado también teatro
histórico-modernista o teatro en verso; y el teatro cómico-costumbrista.

En el teatro innovador destaca la obra de Valle-Inclán, autor considerado miembro


de la Generación del 98, y la obra de García Lorca, dentro de la Generación del 27.

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN (1866-1936)

Valle-Inclán es el ejemplo característico y singular de escritor que aúna las


tendencias y gustos literarios de la época en que le tocó vivir. Nació en Villanueva
de Arosa en 1866 y murió en Santiago de Compostela en 1936. Algunos datos
significativos de su vida son: su viaje a Méjico, tierra que dejó una gran huella en
alguna de sus obras como en Tirano Banderas; su participación constante en
reuniones y tertulias literarias madrileñas, en las cuales la personalidad de este
escritor destacaba de forma extraordinaria; su plena dedicación a la Literatura, que lo
llevó a pasar por períodos de auténtica estrechez económica; su estancia en Roma
como Director de la Academia de Bellas Artes; su evolución en los años de madurez
hacia posturas ideológicas izquierdistas, evolución contraria a la que siguieron otros
escritores de la generación del 98.

La vida de Valle, cargada siempre de anécdotas y de aventuras reales o imaginarias, y


su visión literaria del mundo están reflejados perfectamente en su obra. No es fácil
adscribir a este escritor a un movimiento literario determinado ya que su nota más
característica consiste precisamente en la búsqueda incansable de un estilo propio.
Este estilo, que se corresponde con una visión personal del mundo, queda plasmado
en sus obras de madurez. De ahí que la obra de Valle-Inclán ofrezca una evolución
constante tanto en su temática como en la técnica utilizada.

En esta evolución pueden distinguirse tres etapas: la primera de carácter modernista


y de clara inspiración simbolista. La segunda, fase de transición, en donde el escritor
va desechando el corte modernista y acercándose a su estilo más personal. Obras de
esta época son las Comedias bárbaras (Águila de blasón; Romance de lobos y Cara de plata)
La tercera etapa, en la que el escritor logra expresarse en estilo totalmente personal,
el esperpento.

Su amplia obra teatral se puede agrupar en cinco ciclos:

1. Ciclo del teatro poético.


Incluye las primeras obras dramáticas, adaptaciones de relatos suyos como El
marqués de Bradomín (1906) y el teatro modernista: piezas en verso que ya contienen
algunos rasgos burlescos e irónicos que anticipan el esperpento.
2. Ciclo mítico o galaico.
Constituyen este ciclo las Comedias Bárbaras (1907-1922), El embrujado y Divinas
palabras (1920).
Comedias Bárbaras es una trilogía formada por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara
de Plata. Lo característico de esta trilogía, en la que perviven elementos modernistas,
es el fondo de pasiones primitivas y violentas sobre el que se levanta un universo
mítico dominado por la muerte y el mal junto a la fuerza elemental del sexo. El
personaje principal es Manuel Montenegro, despótico, cruel y violento, pero
también justo y caritativo. Tras la muerte de su esposa, sus hijos, menos Cara de
Plata, se afanan en conseguir su herencia y desposeen a su padre. Finalmente, los
hijos matan al padre. Los personajes se liberan de la psicología para aparecer
movidos por terribles fuerzas misteriosas y primordiales.

Una Galicia mítica sirve de marco también a El embrujado y a Divinas palabras,


culminación de este «ciclo», que está ya cerca del esperpento. El tratamiento de lo
diabólico, de lo monstruoso, del tema de la crueldad en esta obra difícilmente
encuentra término de comparación en el teatro contemporáneo, dentro y fuera de
España. La acción gira en torno a la lujuria, representada por Mari-Gaíla, y la
avaricia con que ésta y su cuñada, Marica del Reino, se disputan la explotación del
enano hidrocéfalo Laureaniño el Idiota a la muerte de su madre, que ya obtenía
beneficios exhibiéndolo por ferias y caminos. En esta obra desciende Valle a las más
profundas regiones de lo irracional en busca de una realidad «bruta», de unas
manifestaciones humanas «elementales», más allá de las apariencias civilizadas.
3. Ciclo de la farsa

(Farsa = pieza dramática breve que busca provocar la risa con situaciones grotescas,
máscaras, payasadas. Se caricaturiza la realidad y es un subgénero adecuado para la
sátira social y política).

Paralela a la presentación de lo desmesurado y monstruoso de raíz mítica, desarrolla


Valle la tendencia a la esquematización y la deformación caricaturesca en su vuelta a
la farsa, cada vez más grotesca y menos sentimental. Desmitifica la realidad y se
acerca ya a la visión del esperpento.

Componen este ciclo tres piezas para tablado de marionetas: Farsa infantil de la cabeza
del dragón (1909), Farsa italiana de la enamorada del rey (1920) y Farsa y licencia de la reina
castiza (1920). Unos personajes convertidos en fantoches en medio de un lenguaje
distorsionado hasta lo absurdo representan los distintos «tipos» (reyes, cortesanos,
ministros, espadones y pueblo) que integran el retablo de la España isabelina.

4. Ciclo del esperpento

La producción dramática de Valle culmina en el esperpento. Él mismo denominó así


a cuatro de sus obras: Luces de Bohemia (1920), Los cuernos de Don Friolera, Las galas del
difunto y La hija del capitán, estas tres últimas publicadas juntas bajo el título Martes de
carnaval , en 1930.

Valle-Inclán expuso su teoría del esperpento en las palabras de Max, protagonista de


la obra Luces de Bohemia:

MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan El Esperpento. El
sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente
deformada.

Es decir, para Valle la estética del esperpento es la más apropiada para reflejar la
tragedia de la sociedad española de su tiempo.

Los esperpentos son obras en las que se introduce una estética deformante,
caricaturesca, a veces reducida al absurdo y que tiene como intención mostrar los
rasgos más críticos y amargos de la sociedad española; presenta personajes
deshumanizados (animalizados o cosificados), convertidos en fantoches o peleles,
seres grotescos y deformes. Se mezcla lo lírico y lo trágico, lo sublime y lo grotesco,
lo hermoso y lo deforme. Estos contrastes se manifiestan también en el lenguaje:
aparecen reflejados todos los registros desde el más elevado hasta el más vulgar.

En Luces de Bohemia se cuenta el “descenso a los infiernos” de la noche madrileña del


viejo poeta ciego Max Estrella, guiado por Latino de Hispalis. En la obra se
superponen un plano real (la visión crítica de la realidad) y un plano simbólico (el
paralelismo con la Divina Comedia de Dante); Max, acompañado del cínico don
Latino (Virgilio), vaga por los “círculos dantescos” (tabernas, despachos,
calabozos…) de Madrid donde van apareciendo toda una serie de personajes. A
través de Madrid, España se muestra como “una deformación grotesca de la
civilización europea”.

5. Ciclo de autos y melodramas

El Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (1924-1917), formado por dos autos para
siluetas y dos melodramas para marionetas también de técnica esperpéntica. En
estas obras, Valle vuelve a los temas del ciclo mítico: fuerzas y pasiones salvajes y
primarias y la muerte.

La extraordinaria personalidad creadora de Valle-Inclán ha hecho que aún hoy


permanezca vivo en los escenarios. Sus obras se siguen representando porque los
temas y la visión del mundo que en ellas se plasma son de permanente actualidad.

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