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Tema 4 Los sistemas informativos en los comienzos de la

Edad Contemporánea
El S. XVIII muestra un periodismo en fase de progresión que, en conjunto, demuestra:

- Una Europa en vigor


- Propagó la majestad de las monarquías del Antiguo Régimen (menos en Inglaterra)
- Supuso un claro conducto para la expresión de noticias y de la cultura burguesa de la
época, su opinión crítica y gusto.
- Estrechó con informaciones unos credos uniformes en el espacio continental, aunque
la mayor parte de la población, analfabeta, no estuviese preparada para seguirlos, e
incluso, muchos intelectuales carecieran de capacidad a la hora de distinguir lo
verdadero de lo falso.

1. Revoluciones

Las revoluciones que sacuden a América del Norte y a Europa de 1770 a 1814 conmueven al
mundo en su eje atlántico hasta extremos no alcanzados en tiempos anteriores.

1.1 La revolución industrial

Transforman de modo sensible las estructuras políticas, económicas y culturales de una


sociedad a cuyas directrices clásicas (Antiguo Régimen) sustituyeron a otras de nuevo cuño, las
del liberalismo doctrinario.

Se trata de un fenómeno de complejas raíces y neta inspiración y protagonismos burgueses en


su concepción filosófica y en su ejecución jurídica. Consiste en el gran esfuerzo de minorías
“ilustradas”, inquietas y exigentes, para intentar poner en práctica el conjunto de ideales
abstractos de corte racionalista elaborado a lo largo de la Modernidad.

- Algo que ha tenido, en su época inmediatamente anterior, mucho de ensayo


- Que se ha conducido entre incertidumbres
- Que se ha sustituido una nueva legitimidad
- Que ha deparado reacciones y contra reacciones, violentas con frecuencia

2. El germen de la Edad Moderna

- La Edad Moderna se ha constituido en una explotación de ansiedades contenidas, en la


que la burguesía se ha visto obligada a recurrir al auxilio de las masas para lograr sus
metas (infundiéndoles ilusión en el futuro), protegerse en sí misma y auto justificarse
en su oposición al despotismo.
- Con el estandarte de la libertad “liberal” en sus manos, la movilización de la opinión
pública y su dominio resultó un arma de enorme juego en aquel combate sentenciado,
por fin, a favor de la causa de un principio inconcebible años atrás: el de la soberanía
nacional.
- Llega la Edad Contemporánea
2.1 La prensa existente

La prensa entendida como medio de comunicación social durante el S. XVIII, interviene de


manera activa en ese transcendente proceso para esclarecer nociones, alentar propagandas o
infundir ánimos.

Se trata de una prensa:

- De enfoque persuasivo
- Inducida por las libertades de expresión promulgadas en el movimiento
- Que se politizó al máximo y que significó a través de sujetos comprometidos en la
política. De ahí que surjan abundantemente las figuras ya usuales en Inglaterra: la de
periodista político y la del político periodista

Habilita un apreciable alcance, que se utiliza tanto en un vehículo de información y de


captación de opinión como mecanismo de educación de las gentes.

Llega a ser hasta demagógico, durante esta etapa, que no desaparezcan los temores hacia su
fuerza y tampoco las leyes coercitivas o sistemas que la plegaron al servicio de los Gobiernos.

Entre 1770 y 1812 se asiste al tránsito de un periodismo, de Antiguo Régimen a otro de Nuevo
Régimen en Norteamérica, gran parte de Europa (con Francia como epicentro) y también en el
ámbito hispanoamericano.

2.2 El caso norteamericano

- Las colonias inglesas del norte de América (trece en el S.XVIII) gozan de amplios
márgenes de autogobierno y de un profundo sentido de la libertad que la lejanía de
Londres, lo difícil de sobrevivir en aquellos parajes y las guerras con los franceses de
Canadá se encargan de acomodar paulatinamente en la mentalidad de sus moradores.
- Pese a todo, se trata de territorios soberanos de la metrópoli, con unos vínculos
intensos y sólidos con esta en cualquier extremo de la vida ordinaria, incluyendo el de
las publicaciones (libros y periódicos).
- Las publicaciones llegan por vía marítima de modo regular. Sin embargo, con espacios
tan lejanos unos de otros, y estimulados solo por la actividad comercial y mercantil, la
libre información interna pronto se iba a promover como algo necesario, útil y
rentable.
- La iniciativa la asumió un periodista inglés perseguido por la justicia: Benjamin Harris
- Funda en Boston el primer periódico norteamericano: Public Ocurrences, Both Foreign
and Domestic, inmediatamente cerrado por las autoridades (1690).
- Siguen sus pasos John Campbell y William Brooker, quienes introducen el gaceterismo
semanal con el Boston News Letter (1704) y la Boston Gazette (1719).
- Con idéntica línea surgieron, en Filadelfia, el American Weekly Mercury (1719) y en
Boston, el New England Courant (1721), de James Franklin, a quien ayuda su hermano
Benjamin, quien crea la Pennsylvania Gazette en Filadelfia (1729).
- El primer semanario neoyorquino fue obra de William Bradford: The New York Gazette
de cuyos talleres salió John Peter Zenger para abrir The New York Weekly Journal.
3. John Peter Zenger

En vísperas de la revolución independentista, hacia 1765, existían en la América anglosajona al


menos 23 semanarios en 11 de las 13 colonias, con Massachusetts, Pennsylvania y Nueva York
a la cabeza.

Son los diseñadores de las notas de identidad del periodismo en aquel ámbito:

- Información local y comercial


- Comentarios de opinión y anuncios

En sus páginas aparecen los apuntes de un pensamiento racionalista, crítico, ilustrado y liberal:
revolucionario.

John Peter Zenger creador de The New York Weekly Journal, es considerado el símbolo
periodístico que acota la actitud revolucionaria y emancipadora. Denuncia varias veces los
abusos del gobernador William Cosby. Es encarcelado, juzgado y puesto en libertad con un
desenlace que muestra la existencia de un sentimiento liberal y crítico frente a las
determinaciones del representante de la corona británica.

La tensión entre los colonos y la metrópoli se hace patente en 1765, cuando la creciente
crispación creada por las leyes fiscales del Gobierno de Jorge III se traducen en un choque
abierto y las ideas liberales y de unión contra Londres, revolucionarias, aireadas por la prensa y
los más diversos textos, calan en la opinión pública.

Se alienta el clima rebelde en el que Samuel Adam se siente seguro como para organizar el
famoso Boston Tea Party de 1773, el punto de partida de la guerra que conduciría a la
“Declaración de la Independencia” (1776) y a la aceptación Internacional de los Estados Unidos
de América en su legitimidad soberana (1783).

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