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Actividad- Fundamentos de la Imagen y la fotografía

Estudiantes: Frias, Camila


Ríos, Evelyn

Fecha de entrega: 12/04/19

La película que seleccionamos fue “El fotógrafo de Mauthausen”. Más


allá de que el personaje principal, quien comienza narrando la historia, es
fotógrafo y sus tareas tienen una función específica, también encontramos otros
elementos analizables y que podemos vincular con lo trabajado durante la última
clase y el contenido del texto consignado.

La función documental de las imágenes es la que predomina y constituye


casi el eje de la película. Francesc, el prisionero que colaboraba con la fotografía
del campo de concentración, decide salvar negativos de imágenes que iban a
ser quemados. Reunido con sus compañeros piensa en un plan para conservar
dicho material. “Si no lo ven, nadie nos creerá”, afirma durante dicha escena, en
relación a las imágenes que plasmaban los crímenes cometidos por los nazis.
Pues, “toda imagen es a la vez un soporte físico de información y una
representación icónica” (Gubern, 2003:21).

El primer capítulo del texto de Gubern habla de los tres factores que
intervienen en la percepción visual, cómo es que esto determina que varias
personas puedan tener una lectura o reacción diferente ante la misma imagen
(fisioperceptual, etnoperceptual, e idioperceptual). En este sentido consideramos
que, desde nuestro lugar como espectadores, las imágenes de Mauthausen
pueden generarnos rechazo, angustia, horror. No obstante, las mismas fotos
siendo observadas por integrantes de grupos nazis y fascistas durante la
Segunda Guerra Mundial, seguramente provocaban reacciones totalmente
opuestas. Por esto es que afirmamos que hay una marcada diferencia en los
factores etno e idioperceptual que interfieren entre nuestra visión y la de las
razones que motivaron originalmente esas fotografías.

Por otra parte, encontramos un ejemplo de pulsión escópica, a la que el


autor del texto caracteriza como “ese irresistible apetito de ver” (Gubern,
2003:10). Esto es cuando Francesc estaba teniendo sexo con otra prisionera y
descubre que eran observados y fotografiados. Más adelante el mismo
personaje enfrenta al fotógrafo alemán diciéndole que él no se atreve a hacer lo
mismo que sus pares, pero sin embargo disfruta al mirar y retratar muchas de las
atrocidades cometidas. Esta situación también se deja ver en los prisioneros que
eran retratados desnudos, quienes se sentían humillados al serlo y por el otro
lado, disfrutaban de esa situación. No solo es un apetito por ver, sino que,
además, se sentía como una situación gozosa para quienes los humillaban.

Además, otra interesante escena de la película es cuando toman el


cuerpo de victimas que habían intentado escapar, cargando los equipos con la
intención de captar la mejor escena posible de los cuerpos. En este sentido
podemos encontrar una referencia a lo que Gubern menciona en el capítulo II
citando a Toribio Benavente, cuando habla de las funciones de la imagen y
menciona la de ser “cebo engañoso cuando el virtuosismo del artista produce
copias más bellas y elegantes que su modelo”. Los nazis querían tener pruebas
de que la gente que moría en Mauthausen lo había hecho por intentar escapar o
porque se habían suicidado, pero aparte, se trataba de mostrarlo de la mejor
manera posible. Ricken se dedicaba a lograr que las fotos quedasen bien ya que
la mayoría de los muertos no había intentado huir. Por lo tanto, escenificaba la
imagen para que pareciera que sí lo habían hecho y estaba muy preocupado por
la composición que esa fotografía tendría.

La película tiene algunos momentos con imágenes fuertes como la


mencionada anteriormente, que no escatiman en mostrar la violencia física ante
el espectador intentando generar su reacción. Pero también existen otros
instantes con menos violencia explícita, más sútil, si se quiere que se ven
reflejadas en fotografías, o situaciones donde predomina la violencia psicológica
o el abuso de autoridad, por ejemplo, cuando los presos realizan actividades
teatrales para atender a los nazis o el hecho de que el sirviente sea de raza
negra (algo que les parecía divertido).

Asimismo, vemos, en referencia a Gubern, que existe un estado de


prepercepción, donde el sujeto –en este caso el espectador de la película-
espera percibir un estímulo visual determinado que favorece el resultado
esperado y desfavorece aquello que no esperábamos ver. Gubern dice: “podría
decirse que el sujeto en fase de prepercepción dispone su aparato psíquico en
estado de superconducción nerviosa en relación con el estímulo esperado”
(Gubern, 2003:19). De esta manera podemos percibir que a pesar de que
aquellas imágenes resultan difíciles de ver y provocan determinadas reacciones
en los distintos espectadores, nosotras mismas estamos en un estado que nos
permite asimilarlas y disponer el resultado más deseado o esperado y
soportable.

Otra de las imágenes que capta la atención es la de los triángulos azules


con las S, un distintivo específico para identificar a los españoles que podríamos
pensarla en palabras de Gubern, como una función icónica ya que esta “surge
de la necesidad de otorgar sentido a lo informe, de dotar de orden al desorden y
de semántica los campos perceptivos aleatorios, imponiéndoles un sentido
figurativo” (Gubern, 2003:12). Lo que para cualquier espectador hoy, es un
simple triángulo, para los nazis significaba la posibilidad de distinguir un español
de entre cualquier otro prisionero y tratarlo como tal. De la misma manera
funcionan las esvásticas que tienen una connotación emocional para quienes las
usan además de que le atribuyen un nuevo sentido a un símbolo que
originalmente o para otras culturas significa todo lo contrario a lo que para
nosotros como espectadores pueda representar y con lo que lo podamos
asociar. Esto tiene que ver con las competencias culturales que nos rigen y
condicionan nuestra mirada.

Por otro lado, pudimos observar la presencia de fotos por parte de los
presos o incluso el libro que conservaba la prostituta del burdel a los que
podríamos atribuirles la función de sustituto afectivo y apoyo del recuerdo.
El final de la película muestra las fotografías reales de la historia incluso
la del jefe del campo de concentración linchado en una suerte de intento por
mostrarle al espectador un recorte de aquella realidad de aquello que vio
representa durante casi dos horas de film. Realidad de la que hoy ya se tienen
muchas aristas, muchas miradas, y de hecho, muchísimas películas y
narraciones al respecto.

Para concluir, podemos pensar que todas las imágenes narradas que
pudimos ver en el film, nos impulsan a pensar y a posicionarnos desde nuestro
lugar como espectadores y ver cómo nos situamos desde ese lugar ante las
distintas atrocidades de las que podemos llegar ser testigos.

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