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enfermedades debido a su capacidad para ejercer efectos sobre casi todos los sistemas y
la inflamación posee enorme utilidad clínica, y ha hecho que esos compuestos figuren
Los efectos adversos graves que pueden observarse durante la terapia prolongada
Los glucocorticoides son potentes antiinflamatorios Siguen siendo parte integral del manejo
farmacológico de pacientes con enfermedades inflamatorias o autoinmunes a pesar de sus
numerosos efectos secundarios.
liberadora de corticotropina o CRH, que es un péptido liberado por las neuronas del
Buena biodisponibilidad por vía oral. El uso en piel vasodilatada, en forma de un parche
oclusivo o en grandes extensiones de piel/mucosas y/o por largo tiempo, mejora la absorción
significativamente.
Sufren metabolismo hepático, generando metabolitos esteroides que son luego conjugados
(ácido glucurónido, sulfatos) para su posterior eliminación renal.
3. Acciones farmacológicas de los corticosteroides.
Los glucocorticoides tienen los siguientes efectos sobre el metabolismo lipídico: Facilitan la
acción lipolítica de las catecolaminas (adrenalina, noradrenalina) con el consiguiente aumento
de los niveles de ácidos grasos libres.
pueden originar pérdida de masa muscular. La pérdida de masa ósea parece ser el
consecuencia frecuente del tratamiento a largo plazo con corticoides que se manifiesta
en un 50 % de los pacientes.
indicaciones terapéuticas.
7. Acciones antiinflamatorias e inmunosupresora.
Las glándulas suprarrenales son la fuente de secreción de tres clases de hormonas esteroideas:
los glucocorticoides, los mineralocorticoides y los andrógenos. La insuficiencia suprarrenal (IS)
es la incapacidad de las adrenales para mantener una secreción hormonal adecuada, no sólo
en situación basal, sino también durante el estrés. La primera causa es la interrupción de los
tratamientos prolongados con glucocorticoide exógenos. La utilización de glucocorticoides, de
manera prolongada produce una inhibición del eje hipotálamo hipofisiario adrenal, la cual se
mantiene luego de la suspensión del tratamiento por un período aproximado de 1 año. Todos
los pacientes deben recibir instrucción sobre el uso de glucocorticoides adicionales a dosis
específicas durante situaciones de estrés.
En el riñón el cortisol incrementa el filtrado glomerular y es fundamental
para facilitar la excreción rápida de una sobrecarga acuosa puesto que
inhibe la secreción de hormona antidiurética (ADH) y la acción de ésta
sobre los conductos colectores. De este modo disminuye el aclaramiento
de agua libre. Clínicamente, la ausencia de cortisol puede inducir
retención hídrica, con la consiguiente hiponatremia.
9. Uso en Enfermedades reumáticas.
Los corticoides se emplean igualmente para tratar todo tipo de enfermedades reumáticas,
como lupus eritematoso, poliarteritis, vasculitis, y otras. En los cuadros articulares
inflamatorios como la artritis reumatoides están también entre los fármacos de elección,
aunque los tratamientos prolongados que requieren estas patologías crónicas pueden
provocar reacciones adversas graves. Es necesario por tanto ajustar la dosis de modo preciso,
asociar otros fármacos que permitan reducir las necesidades de corticoides y emplear pautas
terapéuticas personalizadas en función de la evolución clínica. En ocasiones, si la patología se
localiza en unas articulaciones concretas, se puede recurrir a la inyección intraarticular del
corticoide, empleándose para este menester habitualmente la triamcinolona. Estas
infiltraciones articulares pueden emplearse también para tratar cuadros articulares
degenerativos y no inflamatorios, aunque hay que ser prudentes y no administrarlas con
excesiva frecuencia por el riesgo de provocar una artropatía.
De entrada los corticoides pueden utilizarse localmente sobre el lugar donde radique la lesión
o el foco inflamatorio. Es el caso de las infiltraciones intraarticulares para tratar procesos
traumáticos o reumatológicos. En estos casos los corticoides reducen el dolor y la inflamación,
favoreciendo la movilización de la zona. Igualmente pueden infiltrarse otras estructuras como
bolsas serosas, inserciones y vainas tendinosas. Los fármacos más empleados son la
dexametasona, el acetato de prednisolona y el acetónido de triamcinolona, que pueden
utilizarsee solos o asociados a un anestésico local.