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TRABAJO

PRÁCTICO
NOMBRE: Sosa Julian Lionel

PROFESOR: Marcelo Alejandro Azcona

MATERIA: Fisiología y Motricidad

CURSO: 2do 1ra

AÑO: 2022

CONSIGNAS
1. Efectos fisiológicos del entrenamiento en altura
2. Cuidados del entrenamiento en profundidad
3. ¿Cuáles son los efectos del COVID a nivel respiratorio?
4. ¿Cuáles son los ejercicios para la vuelta post COVID?
RESPUESTAS

1. A mayor altitud se produce una disminución proporcional en la presión


barométrica y atmosférica del oxígeno. Esto genera hipoxia hipobárica que
afecta, en diferentes grados, a todos los órganos, sistemas y funciones del
organismo. La reducción crónica de la presión parcial de oxígeno hace que los
individuos se adapten y se ajusten a este estrés fisiológico. La intensidad de
estas adaptaciones depende de factores como el grado de hipoxia relacionado
con la altitud, el tiempo de exposición, la intensidad del ejercicio y las
condiciones individuales. Se ha establecido que la exposición a la altura produce
una respuesta fisiológica que contribuye en muchos de los ajustes y
adaptaciones que influyen en la capacidad de ejercicio y de resistencia aeróbica.
Estas adaptaciones incluyen aumento en la ventilación, densidad capilar y
concentración de mioglobina tisular y hemoglobina. Sin embargo, hay un efecto
negativo en fuerza y potencia relacionado con una disminución en la masa
muscular y el tamaño de la fibra, por una menor intensidad del entrenamiento.
Métodos de entrenamiento como vivir alto -entrenar bajo y entrenar alto-vivir
bajo han sido desarrollados e investigados para establecer los cambios en la
condición física de los atletas y cómo las adaptaciones fisiológicas a la hipoxia
pueden mejorar su desempeño a nivel del mar. Esta revisión analiza la literatura
relacionada con el entrenamiento en altura, centrándose en la influencia de las
adaptaciones fisiológicas a ambientes hipóxicos en el rendimiento y desempeño
de los atletas; y cuáles son los protocolos más frecuentemente utilizados para
entrenar en altura. El cuerpo logra adaptarse al cambio de altura, estas
adaptaciones incluyen aumento en la ventilación, densidad capilar y
concentración de mioglobina tisular y hemoglobina. Sin embargo, hay un efecto
negativo en fuerza y potencia relacionado con una disminución en la masa
muscular y el tamaño de la fibra, por una menor intensidad del entrenamiento.

2. Para hacer frente a una complicación o algún cambio en el medio que nos
haga realizar un mayor esfuerzo físico lo más recomendable es ir preparado, es
decir, haber seguido un entrenamiento físico que nos acondicione para el buceo
y así disminuir el riesgo de lesiones, calambres, fatiga y tener suficiente fuerza y
resistencia por si tenemos que incrementar velocidad en caso de peligro,
corriente marina u otra situación. Por ello, meses antes de realizar la actividad
es recomendable iniciar un entrenamiento dos o tres horas por semana. Además
de aumentar nuestra capacidad muscular, acostumbrar al cuerpo a situaciones
de gran resistencia hará que el su rendimiento mejore y la sensación de
cansancio disminuya.
En primer lugar, es necesario mejorar la capacidad pulmonar y aeróbica con un
ejercicio de intensidad constante para que el cuerpo se acostumbre a
economizar la energía y reduzca el consumo de glucosa. Para ello se puede
realizar bicicleta, aeróbic, baile, natación o running. Progresivamente podemos
incrementar el tiempo y la intensidad. Teniendo en cuenta el peso que añadimos
a nuestro cuerpo al ponernos el equipo de buceo, es muy beneficioso fortalecer
los músculos de la espalda, zona abdominal y brazos. Depura también la técnica
de nado con aletas haciendo series en la piscina. De esta forma disminuyes el
riesgo de sufrir calambres por fatiga muscular y fortalecerás tus piernas, glúteos
y zona lumbar. Para aumentar la agilidad y la destreza en los movimientos es
importante realizar además una rutina de estiramientos. Y si un buceador sube a
la superficie (descomprime) a la velocidad correcta, el nitrógeno puede dejar el
cuerpo en forma lenta y segura a través de los pulmones. Pero si un buceador
sube demasiado rápido, el nitrógeno forma burbujas en el cuerpo. Esto puede
causar daños en los tejidos y en los nervios también los buzos poseen un tanque
de oxígeno que le suministra aire a una presión igual a la de la presión del agua
que tienen a su alrededor, esto quiere decir que mientras más profundo vayan y
más presión haya, necesitarán más presión de oxígeno, esto supone que los
pulmones tendrán un volumen normal cuando estén a profundidad

3. La enfermedad por coronavirus es una infección respiratoria causada por el


virus SARS-CoV 2, el cual genera una cascada de eventos sistémicos, afectando
diferentes órganos y tejidos. El entendimiento de la fisiopatología del COVID-19
es indispensable no solo al momento de brindar tratamiento a los pacientes,
sino que también para comprender las causas de las complicaciones que
presentan un número importante de pacientes recuperados. Dado que el
SARS-CoV-2 se transmite por el aire en forma de aerosoles o gotas
microscópicas es de esperar que tenga tropismo por tejidos de la cavidad
nasofaríngea y las vías respiratorias. Este tropismo está dado por la expresión de
ECA2 en estos tejidos. La infección del sistema respiratorio por SARS-CoV-2
ocurre en tres fases. La primera sucede en la cavidad nasofaríngea, infectando
algunos tipos celulares pero no genera una respuesta inmune muy vigorosa, y es
generalmente el tipo de infección que cursan los asintomáticos. La segunda fase
implica la infección de las vías respiratorias mayores, bronquios y bronquiolos;
que se manifiesta con síntomas de inflamación pulmonar y puede cursar con o
sin hipoxia. La tercera fase implica la infección de las estructuras de intercambio
gaseoso, los alvéolos, los cuales están formados mayoritariamente por dos tipos
celulares de origen epitelial llamados neumocitos. Una característica de la
infección por SARS-CoV-2 es que las células infectadas pueden desarrollar una
alta carga viral y desencadenar un programa de muerte celular llamado
piroptosis, que involucra la liberación masiva de mediadores inflamatorios, lo
cual aumenta exponencialmente el daño de los neumocitos tipo I, con la
consiguiente rotura de la barrera alveolar y la infiltración de componentes
proteicos y celulares del plasma. El alveolo dañado por la respuesta inmune
comienza a llenarse de una mezcla de exudado del vaso, células muertas,
partículas virales, células inflamatorias, fibrina, entre otros, aumentando el
volumen del intersticio entre vaso y alveolo. Como consecuencia, se compromete
la capacidad de intercambio gaseoso, generando en última instancia la
disfunción respiratoria asociada que da nombre al cuadro clínico (“SARS”,
síndrome respiratorio agudo grave). Adicionalmente, la respuesta inmune
asociada a la infección puede desencadenar una respuesta conocida como
“tormenta de citoquinas”, que es una cascada de eventos inflamatorios que
genera un cuadro de hiperinflamación sostenida el cual puede causar
hipercoagulabilidad en la microvasculatura, conduciendo a lesión tisular,
coagulación intravascular diseminada e insuficiencia multiorgánica

Algunos pacientes post infectados pueden presentar secuelas respiratorias cuyas


frecuencias oscilan entre 10 y 70%, entre ellas:
● Disnea (ahogo o dificultad para respirar).
● Deterioro en la función pulmonar.
● Alteraciones intersticiales pulmonares incluida la fibrosis pulmonar.
● Caída de los niveles de oxígeno en la sangre.
● Tos.

La presencia o ausencia de las secuelas está muy vinculado a la gravedad misma


del proceso que atravesó el paciente. Esto quiere decir que entre más fuerte sea
el cuadro de la enfermedad, más graves serán las secuelas del COVID-19.

Cuando los sacos alvéolos se llenan de líquido, el oxígeno no puede llegar a la


sangre y si los alvéolos continúan llenándose de líquido, esto puede provocar
neumonía. Y demasiada mucosidad puede provocar tos persistente y bronquitis.
Las personas que contraen COVID-19 pueden experimentar una tos persistente
durante meses.

Si la neumonía progresa y los alvéolos se llenan de líquido, una persona puede


desarrollar una condición extremadamente peligrosa llamada Síndrome de
Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA). Alguien con SDRA presenta tanta dificultad
para respirar que necesita una fuente externa de oxígeno, como un ventilador. El
SDRA puede ser fatal.

4. Se considera necesario priorizar el descanso físico y mental reduciendo el


uso del teléfono y redes sociales, la exposición a la TV y sostener una
alimentación equilibrada junto con una hidratación abundante. Es ideal realizar
actividad física de bajo impacto cada hora o cada dos horas máximo antes de
acumular toda la actividad física en un único momento del día, una buena
opción puede ser yoga. Tambiénuede ser beneficioso hacer breathwork o trabajo
de respiración para fortalecer la capacidad pulmonar, algunos ejercicios son:
● Respiración diafragmática: poner una mano en el pecho, otra en el abdomen y
practicar de 5 a 10 respiraciones controladas y lentas, haciendo énfasis en que
se expanda la caja torácica y en vez del abdomen.
● Respiración 3-4-5: inhalar por la nariz 3 segundos, sostener el aire 4 segundos
y exhalar por la boca durante 5 segundos repitiéndolo de 5 a 10 veces el
ejercicio.

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