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“Cecilio Acosta”
Cátedra: ASOAM I.
Profesor: Autores:
Sección 03.
Las articulaciones son las áreas donde se encuentran dos o más huesos. La mayoría
de las articulaciones son móviles y permiten que los huesos se muevan. Los trastornos
articulares son extremidades o lesiones que afectan sus articulaciones. Las lesiones pueden
ocurrir debido al uso excesivo de una articulación; o puede sufrir una lesión repentina,
como un accidente o una lesión deportiva.
Artritis: Puede causar dolor e hinchazón en las articulaciones. Hay muchos tipos de
esta enfermedad. La osteoartritis es la más común. Con el tiempo, la artritis puede
causar graves daños en las articulaciones. Puede afectar a personas de todas las
edades. Una lesión en la articulación cuando joven puede causar osteoartritis más
adelante en la vida.
Lupus: Esta enfermedad autoinmune afecta a muchas partes del cuerpo y puede
causar dolor articular y muscular. Algunos tipos de lupus suelen causar artritis.
Síndrome de Sjögren: Esta enfermedad autoinmune afecta las glándulas que
producen humedad en muchas partes del cuerpo. Los síntomas principales son
sequedad en los ojos y la boca, pero a menudo también causa dolor en las
articulaciones.
Luxaciones
Las luxaciones pueden ser abiertas (en comunicación con la vía ambiental a una
herida en la piel) o cerradas.
Causas
Síntomas
Complicaciones
Las complicaciones graves de las luxaciones son inusuales, pero pueden amenazar la
vida o la viabilidad de un miembro o producir una disfunción permanente de éste. El
riesgo de complicaciones es elevado con luxaciones abiertas (que predisponen a la
infección) y con luxaciones que interrumpen los vasos sanguíneos, la perfusión tisular,
y/o nervios. Las luxaciones, particularmente si no se reducen rápidamente, tienden a tener
un mayor riesgo de lesiones vasculares y nerviosas respecto de las fracturas. Las
luxaciones cerradas que no involucran los vasos sanguíneos o los nervios, en particular
aquellas que se reducen rápidamente, tienen menos probabilidades de causar
complicaciones graves.
Tratamiento
El tratamiento de una luxación se basa en una triada compuesta en primer lugar por
una reducción (regresar a la posición anatómica normal) del segmento lesionado con una
manipulación cerrada generalmente, pero de no poderse realizar esta manipulación se
somete a una cirugía, sobre todo cuando existe un compromiso de los huesos producto de
una fractura.
Pronóstico:
Categoría A: Corrección a los 3 meses.
Categoría B: Necesitan corrección.
Categoría C: Necesitan corrección.
Tratamiento:
Categoría A: Estiramientos.
Categoría B: Yesos correctivos.
Categoría C: Neonatos: Yesos correctivos. A partir de los 2 años: Cirugía.
Pie Zambo
Consiste en una deformidad que incluye: equino, varo, cavo, aducto. Su etiopatogenia
no está y se bajaran múltiples teorías, entre las que se encuentran: el freno en el desarrollo
fetal, los factores hereditarios, factores mecánicos intraúteros e incluso un origen
neurogénico.
Dependiendo del grado de rigidez, se pueden diferenciar 2 tipos:
Tratamiento:
Se define como la interrupción del normal crecimiento de los elementos que forman
las estructuras anatómicas de la cadera: cotilo, cabeza de fémur, cápsula y estructuras
músculo-tendinosas.
Se pueden hacer uso de las maniobras de inestabilidad para detectar una cadera luxable o
subluxable en el neonato:
Tratamiento:
Tratamiento:
La palabra tortícolis proviene del latín, torti (torcido) y collis (cuello), y se utiliza para
describir una condición en la que existe un acortamiento del músculo
esternocleidomastoideo (ECM) del lado afecto, aunque, generalmente, puede incluir el
resto de la musculatura cervical, como el platisma colli. Presenta una inclinación lateral de
la cabeza hacia el lado afecto y una rotación de la barbilla hacia el lado contralateral.
Se puede clasificar de diferentes maneras, pero la más sencilla es aquella que diferencia
las causas musculares de las no musculares. En el neonato, lo más habitual, es que se trate
de una tortícolis muscular congénita, aunque en caso de sospecha deberemos descartar
aquellas causas no musculares (ósea, por malformaciones vertebrales, como por ejemplo,
en el síndrome de Klippel-Feil; procesos inflamatorios (síndrome de Grisel); o causas
neurológicas, como los tumores de fosa posterior, siringomielia o Arnold Chiari).
Tratamiento:
El tratamiento inicial debe ser siempre conservador, aconsejando a los padres cambios
posicionales en la cuna y colocación en decúbito lateral, sobre el lado contrario al que está
girado el mentón. Además, se puede estimular al niño con ruidos, luces…, para que gire la
cabeza al lado contrario. A estos consejos, se debe de añadir la fisioterapia, con ejercicios
de estiramiento pasivo, inicialmente por parte de los padres y, si no hay mejoría, por parte
de un fisioterapeuta.
Los casos resistentes al tratamiento o aquellos diagnosticados después del primer año de
vida deben ser referidos al especialista, porque puede ser necesaria la elongación quirúrgica
del ECM.
Cuando las bolsas serosas se someten a una presión excesiva, a una contusión o a una
irritación prolongada, por ejemplo, se desarrolla un proceso inflamatorio que hace que se
inflamen y duelan. Entonces, cuando realicemos un gesto que las comprometa, se desatará
un dolor agudo en la zona de la bursa.
Muchas veces se acompaña de un aumento de la temperatura a nivel local (si tocas, la
piel de la zona está más caliente) y una hinchazón perceptible a simple vista.
Diagnóstico
Para saber si hay una bursitis u otra patología, el profesional sanitario se guiará por la
clínica descrita por el paciente, la exploración física (palpación, pruebas funcionales) y a
veces con diagnóstico por imagen (ecografía, resonancia magnética).
Los fisioterapeutas no podemos diagnosticar una bursitis (es una cuestión de
competencias, eso le corresponde al médico), pero disponemos de recursos para valorar si
puede haber alguna lesión en esta estructura.
A menudo las bursitis acompañan a las tendinopatías por la estrecha relación que
guardan bolsas serosas y tendones. Recordemos que las lesiones rara vez vienen solas, ya
que el cuerpo funciona en conjunto y no por estructuras separadas.
Tratamiento:
A nivel farmacológico, el médico muy probablemente lo primero que haga sea recetarte
algún antiinflamatorio no esteroideo (como el ibuprofeno).
Además, es de obligado cumplimiento que apliquemos hielo en la zona durante cinco
minutos cada dos horas (ya sabéis, siempre que sea posible).
Tanto el ibuprofeno como la aplicación de hielo van encaminados a la disminución de
la inflamación, pero también es importante dar con la causa de la lesión.
Si el motivo es por una contusión, es muy probable que con el tratamiento descrito
hasta ahora se acabe pasando. Si después de una semana ves que no se te ha quitado, ve a
que te lo mire un profesional.
Pero si el origen es muscular, tendinoso, biomecánico…, lo suyo es que un especialista
te trate tanto la bursa como especialmente la causa que ha provocado la inflamación. Por
ejemplo, a veces la subacromio-subdeltoidea se inflama por una sobrecarga del músculo
deltoides; en ese caso, habría que trabajar el deltoides y todas las estructuras musculares y
tendinosas que puedan interferir, así como analizar las causas que han provocado esa
sobrecarga muscular y reeducar en unos patrones de movimiento más adecuados.
En última instancia, se puede realizar un drenaje del líquido sinovial si la inflamación
es severa y muy limitante y dolorosa.
Codo de tenista
Codo de golfista
Hombro de lanzador
Hombro de nadador
Rodilla de saltador
La mayoría de los casos de tendinitis se pueden tratar eficazmente con reposo,
fisioterapia y medicamentos para reducir el dolor. En caso de que la tendinitis sea grave y
ocasione la rotura de un tendón, probablemente necesites una cirugía.
Síntomas
Dolor que, por lo general, se describe como un dolor sordo, especialmente, cuando
se mueve la extremidad o la articulación afectada.
Sensibilidad.
Hinchazón leve.
Causas
Aunque la tendinitis puede ser causada por una lesión repentina, es mucho más
probable que la enfermedad se origine en la repetición de un movimiento en particular a lo
largo del tiempo. Muchas personas padecen tendinitis porque sus trabajos o pasatiempos
implican movimientos repetitivos, que tensionan los tendones.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para tener tendinitis incluyen la edad, trabajar en empleos
específicos o participar en determinados deportes.
Edad. A medida que las personas envejecen, sus tendones se vuelven menos
flexibles, lo que los hace más vulnerables a las lesiones.
Movimientos repetitivos
Posiciones incómodas
Vibraciones
Gran esfuerzo físico
Deportes
Béisbol
Básquetbol
Bolos
Golf
Correr
Natación
Tenis
Complicaciones
Sin el tratamiento correcto, la tendinitis puede incrementar el riesgo de sufrir rotura del
tendón, una afección mucho más grave que tal vez requiera cirugía.
En caso de que la irritación del tendón persista durante varias semanas o meses, se
puede manifestar una enfermedad conocida como “tendinosis”. Esta enfermedad consiste
en cambios degenerativos en el tendón, junto con un crecimiento anormal de nuevos vasos
sanguíneos.
Prevención
Para reducir el riesgo de padecer tendinitis, sigue estas sugerencias:
Relájate. Evita actividades que provoquen un esfuerzo excesivo para tus tendones,
especialmente por períodos prolongados. Si notas dolor durante un ejercicio en
particular, suspende y descansa.
Estira. Después del ejercicio, tómate tu tiempo para estirar, y así poder maximizar la
amplitud de movimiento de tus articulaciones. Esto puede ayudar a minimizar los
traumatismos reiterados en tejidos tensos. El mejor momento para estirar es después
del ejercicio, cuando los músculos entraron en calor.
Usa una correcta ergonomía en el lugar de trabajo. Si es posible, haz una evaluación
ergonómica de tu lugar de trabajo y ajusta tu silla, teclado y escritorio siguiendo las
recomendaciones para tu estatura, longitud de brazos y tareas habituales. Esto te
ayudará a proteger todas tus articulaciones y tendones de la tensión excesiva.
Prepara tus músculos para practicar deportes. Fortalecer los músculos que usas en tu
actividad o deporte puede ayudarlos a resistir mejor el esfuerzo y la carga.
Contusión muscular
Las contusiones son la principal causa de lesiones deportivas después de las
distensiones musculares. Los deportistas que hacen deporte de contacto tienen muchas
posibilidades de sufrir contusiones musculares (moretones).
La mayoría de las contusiones son leves y se curan rápidamente, sin la
necesidad de que el deportista deje de practicar el deporte. Las contusiones graves, sin
embargo, pueden provocar daños profundos en los tejidos y generar complicaciones
que podrían impedir que los deportistas practiquen deportes por meses.
Causas
Las contusiones se producen a causa de un golpe directo o de golpes repetidos
de objetos no afilados contra alguna parte del cuerpo. Esto machuca las fibras
musculares subyacentes y los tejidos conjuntivos sin que se rompa la piel. Las
contusiones pueden producirse a causa de caídas o golpes del cuerpo contra una
superficie dura.
Síntomas
Las contusiones provocan hinchazón y dolor, y pueden limitar la amplitud de
movimiento de las articulaciones cercanas a la lesión. Los vasos sanguíneos que se
rompen pueden provocar una coloración azulada. Puede que sienta debilidad y
entumecimiento en el músculo lesionado.
Pruebas y exámenes
En las primeras 24 a 48 horas luego de la lesión (fase aguda), puede que deba
seguir descansando, aplicándose hielo, usando vendas de compresión y elevando el
área lesionada para controlar el sangrado, la hinchazón y el dolor. Mientras se sane el
músculo lesionado, siga ejercitando las partes del cuerpo no afectadas para mantener su
nivel de aptitud física general.
Si hay un hematoma grande que no desaparece al pasar varios días, puede que el
médico lo deba drenar quirúrgicamente para agilizar la recuperación.
Desgarro muscular
El desgarro muscular es la distensión o rotura de un músculo o un tendón por
estirar o contraer demasiado el tejido muscular. Los músculos que suelen verse más
afectados son los de las piernas y los de la parte baja de la espalda.
Diagnóstico
El desgarro muscular de Grado 1 más leve puede tardar entre 8 y 10 días en curarse
El desgarro de Grado 2 o moderado puede llegar a durar entre 4 o 6 semanas
El desgarro muscular de Grado 3 puede durar de uno a varios meses, siempre
dependiendo de la gravedad de la lesión y cómo se cura el desgarro muscular al
recibir un tratamiento correcto
Tratamiento
Un desgarro muscular leve o de primer grado puede tratarse rápida y fácilmente en
casa, con el método PRICE (por sus siglas en inglés).
Estos se pueden presentar en cualquier músculo del cuerpo, pero a menudo se producen
en una pierna. Cuando un músculo está en espasmo, se contrae sin control y no se relaja.
Causas
Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se conecta a un músculo está
irritado. Un ejemplo es una hernia discal que irrita los nervios raquídeos y causa dolor y
espasmo en los músculos de la espalda.
La capacidad de que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de
nuestro cuerpo encada momento, al cerebro le llega diferente ordenes desde las articulaciones y los
músculos de la ubicación exacta del mismo, este sistema interpreta si es necesario reaccionar de
manera inmediata activando otros grupos musculares para evitar lesiones o caídas, la propiocepción tiene la
función de regular el equilibrio, coordinar los movimientos y mantener el nivel de alerta del cerebro, este
sistema se compone de receptores nerviosos que se encuentran en nuestros músculos, ligamento, tendones,
articulaciones y huesos, esos propioceptivos son el huso muscular, los órganos tendinosos de Golgi, los
receptores de la piel y los receptores cenestésico articulares.
Dentro del sistema propioceptivo se encuentran:
Todos sabemos también que tenemos cinco órganos de los sentidos exteroceptivos: la piel nos
permite el tacto; los ojos nos proporcionan la vista; los oídos captan sonidos (y nos permiten equilibrio)
gracias a la nariz percibimos olores y la lengua que nos proporciona el gusto. La proporción, en cambio
es un sentido de exterocepcion, es decir, gracias a él nuestro cerebro tiene conciencia interna del
nuestro cuerpo. Nuestro cerebro recíbela información propioceptiva a través de los siguientes receptores:
Huso neuromuscular; están el vientre muscular y se estimulan cuando el musculo se estira leve.
Son responsable del reflejo miotático, es muy importante es un reflejo de protección ante un
estiramiento brusco (por ejemplo, si sufrimos un tirón en una articulación, la musculatura de
alrededor se contraerá para evitar menor daño).
Los órganos tendinosos del Golgi; están en la unión musculo tendón se estimulan al alargar de
manera pasiva las fibras musculares o al contraer voluntariamente el musculó (cuando aparece una
tensión excesiva sobretendón que puede conllevar la lesión o ruptura, este receptor manda una
señal de relajación del musculo).
Propioceptores capsulo-ligamentosos; se encuentran en la cápsula y ligamentos e informan a la
corteza cerebral de la posición y el movimiento de la articulación son cuatro receptores;
de Ruffini, de Puccini, de Golgo-Mazzoni y determinación libre.
Propioceptores vestibulares; se encuentran en el oído interno informando de la posición de la
cabeza y del movimiento de esta.
En una lesión neurológica, traumática, deportiva y tras una intervención quirúrgica
siempre se produce una disfunción propioceptiva más o menos elevada. Una buena
evaluación y un tratamiento ayuda a una mejor recuperación del paciente, en calidad y
tiempo de evolución. De ahí́ la importancia de establecer un diagnóstico y tratamiento
efectivos que disminuyan las secuelas de las lesiones.
Diagnóstico
Artrosis degenerativa
Diagnóstico
Discopatías
Enfermedad que afecta el disco intervertebral que se encuentra formado por una
sustancia gelatinosa, llamada núcleo pulposo además de un anillo fibroso; se encuentra
entre cada vértebra y su función es proporcionar amortiguación a la columna vertebral.
Cuando esto ocurre, los discos tampoco amortiguan los impactos, en especial cuando estás
caminando, corriendo o saltando.
El desgaste por el uso, la postura incorrecta y los movimientos incorrectos del cuerpo
también pueden debilitar el disco, lo que causa su degeneración.
Diagnóstico
Te piden, a menudo, que completes un diagrama que pregunta dónde ocurren los
síntomas de dolor, el entumecimiento, el hormigueo y la debilidad. Es posible que te pidan
una radiografía o una resonancia magnética.