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CONTENIDO

TRABAJO Y ENAJENACIÓN EN LA SOCIEDAD ACTUAL ......................................................2

1. Trabajo ......................................................................................................................................2

1.1. El trabajo en la actualidad ..............................................................................................3

2. Enajenación ..............................................................................................................................4

2.1. Cómo se origina la enajenación ....................................................................................4

2.2. Enajenación y trabajo intelectual ...................................................................................7

2.3. Enajenación y desgaste emocional ...............................................................................9

BIBLIOGRAFIA ..............................................................................................................................12
TRABAJO Y ENAJENACIÓN EN LA SOCIEDAD ACTUAL

1. Trabajo

Marx parte del precepto de que en las sociedades capitalistas la riqueza se funda en el
intercambio de mercancías, donde observa que la riqueza capitalista está formada por
mercancías, por lo que las analiza a profundidad, a partir del cual determina que es el
trabajo, trabajo humano1, el verdadero creador de la riqueza en el sistema capitalista.

El hombre al integrarse dentro de una sociedad busca su desarrollo y la de sus similares,


a diferencia de los animales este tiene la capacidad de razones, permitiéndole tomar y
transformar la naturaleza para satisfacer sus necesidades, el cual lo hace a través del
trabajo2, trabajo con el que busca satisfacer sus necesidades más básicas, el hombre “se
contempla a sí mismo en el producto de la faena, se realiza a sí mismo y disfruta en esta
actividad”. Sossa Alexis (2010, p.40); que el hombre trabaje para satisfacer sus
necesidades propias no implica problema alguno, ya que se sigue manteniendo en su
relación con su naturaleza, ya que el trabajo es esencia y particularidad del ser humano,
es lo que lo hace hombre, en esta forma de trabajo el producto le pertenece en su
totalidad, es decir el esfuerzo empleado en él es para sí mismo. Situación que cambia con
la aparición del sistema capitalista y con él la comercialización masiva de mercancías,
donde quienes tienen más aprovechan la fuerza de otros que se ven obligados a
adaptarse a este nuevo sistema para poder sobrevivir a un nuevo mundo donde el
hombre deja de ser un ser natural para convertirse en un ser lucrativo y acumulador de
riquezas , que se concentra en pocas personas; en esta etapa el resultado de su trabajo
ya no le pertenece, pasa a manos de otro, quien acumula la riqueza para sí y no para el
trabajador. Entonces se puede afirmar que la deshumanización, la enajenación del
hombre es algo intrínseco al sistema capitalista. Como indica Erich Fromm. “Para Marx, la
historia de la humanidad es una historia del desarrollo del hombre y, y al mismo tiempo,
de su creciente enajenación.”. Fromm Erich (1970, p.31).

1
El trabajo humano es el empleo de esa simple fuerza de trabajo que todo hombre común y corriente, por término medio,
posee en su organismo corpóreo, sin necesidad de una especial educación. El Capital. Marx Carl (p.106)
2
El trabajo es la autoexpresión del hombre, una expresión de sus facultades físicas y mentales individuales. En este
proceso de actividad genuina, el hombre se desarrolla, se vuelve él mismo; el trabajo no es sólo un medio para lograr un fin
—el producto—, sino un fin en sí, la expresión significativa de la energía humana; por eso el trabajo es susceptible de ser
gozado. Marx y su concepto del Hombre. Fromm Erich (p. 30)
El objetivo de este sistema capitalista es la acumulación de riqueza, entonces para que el
capitalista obtenga mayores riquezas tiende a explotar lo máximo posible al trabajador,
por un pago mínimo o básico que le permita sobrevivir o cubrir sus necesidades básicas,
por lo que el trabajador se ve obligado a vender su fuerza de trabajo, ya que no cuenta
otra manera de poder generar ganancias que le permitan un buen vivir. En estas
circunstancias el dueño del capital toma la fuerza del trabajador en beneficio propio, para
generarse mayores riquezas y cuando el trabajador ya no le sea útil, o que cuando no le
permita generar mayores riquezas, simplemente será cambiado por otro, del cual se
servirá para continuar generándose mayor riqueza, en este punto se puede determinar
dos aspectos importantes: primero que el trabajador es visto como simple mercancía para
el capitalista, que puede ser cambiada por una “nueva” cuando considere necesario;
segundo; que cuando el trabajador – mercancía, es retirado de su trabajo, es despojado
de toda su creación, de lo que produjo el tiempo que estuvo trabajando para el capitalista,
sale con las manos vacías pero el cuerpo y el espíritu desgastados, a buscar un nuevo
trabajo en donde suceda el mismo ciclo. Si bien estos criterios de trabajo fueron
manejados en otro contexto por Marx, aún continúan vigentes.

1.1. El trabajo en la actualidad

Las ideas de Carl Marx, aún siguen vigentes, con algunas consideraciones, tomando en
cuenta que la realidad y las formas de trabajo son diferentes; si bien el trabajo obrero y/o
manual es parte de este sistema, con el avance y mayor acceso a la educación y las
nuevas tecnologías las formas de trabajo han presentado modificaciones, donde el trabajo
intelectual ha tomado una relevante presencia en el mercado laboral. Romero Antonio
(2011, pp. 16).

El poder se ejerce ahora a través de maquinarias que organizan directamente los


cerebros (en los sistemas de comunicación, las redes de información, etc.) y los cuerpos
(en los sistemas de asistencia social, las actividades controladas, etc.) con el propósito
de llevarlos hacia un estado autónomo de alienación, de enajenación del sentido de la
vida y del deseo de creatividad.

Este tipo de trabajo permite que el trabajador se pueda desprender del trabajo dentro de
la fábrica, o dentro de la empresa, hay quienes pueden trabajar en sus hogares o en otros
espacios fuera de la oficina pero que deben estar conectados a sus trabajos a partir del
uso de las nuevas tecnologías; otros por el contrario, debido al alto crecimiento de la
demando laborar y por el temor de quedarse sin empleo o por alguna otra razón, trabajan
hasta altas horas de la noche, con la finalidad de incrementar su productividad; entonces
se puede decir que el tiempo y el uso de mayores tecnologías ha tenido aspectos
favorables y desfavorables en los trabajadores; sin embargo, la visión de que el trabajador
continua siendo visto como mercancía, generador de riqueza, produciendo para algunos
pocos, continua presente, además de que su trabajo sigue sin pertenecerle; es decir el
resultado de su trabajo sigue fuera su alcance y poder, le pertenece a otro, que continua
incrementando su riqueza, a costa del trabajo, esfuerzo y desgaste de otros.

Se podría decir que existe algunas excepciones y existe algunos trabajadores que les
podría considerar libres. como son el artista, el diseñador gráfico, entre otros empleos,
pero tengamos bien en claro, mientras el resultado final del trabajo no le pertenezca al
trabajador, este no será totalmente libre, podrá serlo en el proceso de creación del
producto, ya que le permitió libremente diseñar la mercancía en base a sus preferencias,
pudo a ver puesto su ser mismo en la elaboración del producto y esto lo hace feliz y se
siente parte del trabajo, pero nunca será dueño del producto.

2. Enajenación

2.1. Cómo se origina la enajenación

El hombre al trabajar para otro, fuera y lejos de su familia se enajena de su naturaleza


humana, Marx menciona que el hombre pierde su esencia de ser humano cuando trabaja
para otro, el cual lo aísla de sí mismo, cuando Marx habla de enajenación hace
referencia.” Marx Carl (1980, pp. 108-109)

“... el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su


trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no siente feliz, sino desgraciado; no
desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su
espíritu. Por eso el trabajador solo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera
de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo
no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado.

Es decir; el trabajador esta enajenado cuando en el proceso del trabajo, así como en el
resultado del producto no puede ser un hombre natural y libre, ya que no puede
desenvolverse naturalmente si no como es dictado por sus jefes y para el cumplimiento de
objetivos ajenos a su interés y su esencia humana. Fromm Erich (1970, p.33).
El trabajo está enajenado porque ha dejado de ser parte de la naturaleza del trabajador y
"en consecuencia, no se realiza en su trabajo sino que se niega, experimenta una
sensación de malestar más que de bienestar, no desarrolla libremente sus energías
mentales y físicas, sino que se encuentra físicamente exhausto y mentalmente abatido.

El hombre con el capitalismo pierde su esencia de ser humano, de su existencia, en este


sistema bajo un modelo neoliberal, el trabajo se vuelve cada vez más enajenante, donde
se utiliza diversas estrategias para el hombre explotado, acepte y lo que es peor se sienta
bien con su propio aislamiento y con las diversas consecuencias que esto conlleva, a
partir del cual se piensa que la explotación y lo que es peor la autoexplotación es
sinónimo de éxito y progreso, entonces, a partir de esta premisa se acepta como normal,
se puede decir que se ha pasada de una sociedad donde las cosas se hacían por
obligación a otra donde las cosas se hacen por decisión propia y en donde mientras más
produzcas más exitosos serás, la llamada sociedad del Rendimiento. Chul Byung (2012,
p.17)

“al inconsciente social le es inherente al afán de maximizar la producción…con el fin de


aumentar la productividad se sustituye el paradigma disciplinario por el de rendimiento,
por el esquema positivo del poder hacer… el sujeto de rendimiento es más rápido y más
productivo que el de la obediencia, sin embargo, el poder no anula el deber”.

Es en esta sociedad donde el trabajador considera que debe dar todo de sí, física y
emocionalmente para lograr su progreso y encajar en este mundo tan cambiante y
exigente laboralmente y lo que es peor lo hace a voluntad propia, es decir se explota y
enajena así mismo, sin tomar en cuenta que continúa trabajando para otros, que su
producto y la riqueza que este genera será para otro. Chul Byung (2012, p.17)

El sujeto de rendimiento está libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar


o incluso lo explote. Es dueño o soberano de sí mismo…el sujeto de rendimiento
se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el
rendimiento…El exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en
autoexplotación. Esto es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va
acompañada de un sentimiento de libertad”.

Entonces se puede decir que el hombre actual se siente bien con su trabajo y su total
dedicación a fin de alcanzar su tan ansiado progreso y el de su familia, buscando su
bienestar físico y material muchas veces, pero no se percata que mientras más se inserta
y acepta este nuevo modo de trabajar, que le hace sentir libre y más involucrado en el
proceso de producción, lo cierto es que también se aísla cada vez de sí mismo, donde
debe asumir nuevas responsabilidad, nuevas obligaciones que no eran comunes hasta
hace unos años, por lo que la aparente libertad es mera ilusión.

Y es la búsqueda de mejoras para el trabajador, es decir para sí mismo, que al final lo


lleva a aislarse de sí y de los demás, haciendo que se acepten como normal los cambios
que se producen en el trabajo y que afecta directamente nuestra esencia se ser humano.
Si bien el estado regula que el trabajo no sea mayor a ocho horas semanales, con un
promedio de nueve horas al día, muchos, sobre todo a aquellos profesionales, técnicos
especializados en el algún tema, suelen quedarse mayor tiempo en el trabajo, con la
finalidad de producir más, el cual por cierto es apreciado por su jefe inmediato, quien se
acostumbra a tener al trabajador bajo esta rutina y, que al no hacerlo, lo considera un
trabajador incapaz o incumplido, por su parte el trabajador, sea por temor a perder su
trabajo o con la intensión de incrementar su productividad y producción, continua día a día
bajo esta modalidad, llegando a su casa solo para dormir, ya que sumado a las horas de
trabajo, se añade las horas que debe pasar en el tráfico, mientras va al trabajo y regresa a
su hogar.

Para lograr mejoras en su puesto de trabajo, sea independiente o no y lograr su progreso


tan buscado, el profesional debe estar especializado y actualizado en este mundo tan
cambiante en nuevas tecnologías y herramientas que mejoran el trabajo, de no ser así se
ve en desventaja con otros que sí lo están, supongamos que sucede así, un trabajador
que tiene años trabajando en una empresa, que tiene que mantener a varios hijos, se
queda hasta tarde en el trabajo y no se dio tiempo o no le alcanza el dinero para
actualizar sus conocimiento, fácilmente podrá ser despedido por la empresa, quienes
contratarán a una persona “ahora” más apta para el puesto. Entiéndase hasta aquí que la
visión del hombre como mercancía y una maquinaria aún sigue aún vigente, que a las
empresas no le importa la humanidad del trabajador, pero sí le preocupa mejorar su
productividad y por ende su producción y si para ellos es necesario cambiar de un
personal a otro, muchas empresas no dudarán en hacerlo, una vez fuera el trabajador se
verá despojado de toda su producción, de su trabajo, que no le pertenece a él sino a la
empresa, dejando ahí todo su esfuerzo físico y mental, saldrá con las manos vacías a
empezar de nuevo en una nueva empresa, pudiéndose repetir nuevamente el ciclo, donde
continuará trabajando para su subsistencia y algunas cosas más, pero por ello no deja de
enajenarse.
2.2. Enajenación y trabajo intelectual

El hombre moderno ahora ya no solo dedica su tiempo de trabajo en las oficinas, es decir
que la enajenación del que habla Marx, ahora se traslada a otros espacios fuera de la
empresa, que debido al surgimiento de nuevas tecnologías, que no desaparece la
necesidad de contar con la fuerza de trabajo de hombre3, si no por el contrario, su trabajo,
sobre todo intelectual es todavía requerido, ahora en todas parte y en todo momento, es
un nuevo trabajo “ sin lugar”, donde se traslada el trabajo fuera de la oficina, haciéndolo,
aparentemente, más independiente en el manejo de su tiempo, apoderándose cada vez
más del trabajador y de su esencia misma. El Caracol y su concha. Antúnes Ricardo. Art.
(2007, p. 9).

Y, al apropiarse de la dimensión cognitiva del trabajo, al apoderarse de su dimensión


intelectual, los capitales amplían las formas y los mecanismos de la generación del valor,
aumentando también los modos de control y subordinación de los sujetos del trabajo, una
vez que se aprovechan de mecanismos aún "más coactivos, renovando las formas
primitivas de violencia en la acumulación, una vez que -paradójicamente- al mismo
tiempo las empresas necesitan cada vez más de la cooperación o 'involucramiento'
subjetivo y social del trabajador".

Puede existir cierta libertad e independencia aparente, pero queda solo en eso, ahora,
fuera de la empresa no termina el trabajo, es decir fuera de la empresa el trabajador y su
fuerza de trabajo, su ser, le sigue perteneciendo al empresario; a diferencia de solo
trabajar en la oficina, para luego salir del trabajo y poder disfrutar algunas pocas horas
como ser natural, ahora no sucede así, pues ahora muchas empresas consideran
importarte que esté disponible a cualquier momento ante el surgimiento de alguna
urgencia, debe estar pendiente de sus aparatos tecnológicos, como de su celular, ello
conlleva que no ponga todo de sí a prestar y dedicar atención a su familia, amigos e hijos
“ Una consecuencia directa de la enajenación del hombre de producto de su trabajo, de su
actividad vital y de su vida como especie es que el hombre se enajena de los demás
hombres…” Fromm Erich (1970, p.31), donde si recibe una llamada por trabajo debe
procurar buscar una solución inmediata para sí mostrar su predisposición, requisito
valorado por las empresas, el trabajador debe estar dispuesto a atender cualquier
requerimiento que se le solicite, ya que eso muestra su eficacia como buen trabajador.
Romero Antonio (2011, pp. 19-20).

3
El capital, aún bajo enorme impacto de las profundas mutaciones tecnológicas, no puede eliminar
cabalmente al trabajo vivo del proceso de mercancías. El Caracol y su concha. Antúnez Ricardo. Art. (p. 4)
Que en los albores del siglo XXI las formas de dominación sobre el trabajo vivo –lo cual,
a su vez, constituye una manifestación del dominio del capitalismo sobre "las mentes y
los cuerpos" a nivel de la fábrica- hayan cambiado con respecto a la época estudiada por
Marx (periodo manufacturero y gran industria del capitalismo clásico); vale decir,
condiciones de producción lideradas hoy en día por medios electrónicos y/o
informatizados, máquinas de alta precisión, etc., no invalida ni el problema ni la premisa
fundamental: en el capitalismo la alienación hunde sus raíces en la esfera de la
producción, esfera desde la cual se proyecta hacia el resto de la sociedad.

Lo que es peor esta alienación o auto alineación es aceptada por el propio trabajador, en
búsqueda de su desarrollo personal y familiar, se concentra y dedica gran parte de su
actividad física y mental, con la idea de que algún día su esfuerzo será recompensado;
con ello se percibe que existe preocupación por brindar productos materiales a sus hijos y
familia, pero no tiempo de calidad, donde puede mostrar ser natural y no alienado, pero
este es algo que no le preocupa o no lo quiere aceptar, quizá inculcado por la idea de que
trabajo es progreso que la misma sociedad inserta en los cerebros de las personas, que
hace que pierda cada vez más su humanidad. Ventura Edgar (2013, p.30)

El trabajo enajenado ha reducido la actividad vital, consciente y libre a mera satisfacción


de las necesidades físicas y ha anulado igualmente la posibilidad de que el ser humano
se apropie de su ser de una forma múltiple y universal a través de sus diferentes
relaciones humanas con el mundo: ver, oír, oler, gustar, tocar, pensar, observar, sentir,
desear, actuar, amar.

El trabajo fuera de las oficinas es considerado como independiente y voluntario, sin darse
cuenta que la enajenación se inserta ahora en estos nuevos espacios, es decir dentro del
hogar y no solo ahí, sino dentro de las demás esferas donde se desenvuelve. Con ello se
muestra que la enajenación del trabajador aún sigue presente, que no se puede ser libre
en esta sociedad posmoderna, ya en ninguna parte y en ningún momento, en esta
sociedad, donde ya no solo se califica en base a su hoja de vida, es decir a sus
capacidades y conocimientos, sino que se le exige cada día más, y esta se muestra en las
“habilidad” que se suelen solicitar en los diversos empleos.

Las habilidades requeridas para un trabajo son diversas y estas son tan o más calificadas
como la competencia en conocimiento, por lo que muchos aceptan estas condiciones al
insertarse al mundo laboral; una de las principales habilidades que se requiere es
capacidad de trabajar bajo presión; es decir que debe estar dispuesto, conscientemente, a
ser explotado en su máximo posible si quiere mantener el trabajo; se exige también que
se tenga flexibilidad y adaptación; es decir que el trabajador esté dispuesto ya no solo a
trabajar las horas establecidas por ley, sino que se le exige más compromiso y presencia
en las horas de trabajo, o lo que es peor al pedir flexibilidad se le pide que esté dispuesto
a atender el trabajo en cualquier momento que se le requiera, sin importar dónde o con
quien este; con respecto a la adaptabilidad, se le pide que se adapte constantemente a
los nuevos cambios y exigencias que exige el trabajo, por lo que el trabajador debe estar
actualizado e informado en todo momento, y si no lo puede hacer en el horario de trabajo
lo debe hacer fuere de este, pero lo debe estar. Otra de las características que suele
pedirse es que el trabajador debe ser carismático para el cumplimiento de sus objetivos,
donde debe mostrar una sonrisa cuando quizá no lo pueda hacer, por problemas
personas que tenga, es decir debe alienarse de sus más profundos sentimientos para
mostrar otro, en aras de cumplir con su trabajo, entonces el trabajador ya no solo vende
su fuerza física o intelectual, sino que ofrece toda su esencia y su personalidad. Se puede
decir que la alineación intelectual enajena más al trabajador que ofrece su fuerza física,
ya que este, como indica Marx, cuando sale del trabajo puede sentirse libre y en sí,
mientras que los trabajadores intelectuales, deben estar dispuestos a trabajar aun fuera
de sus oficinas.

Los nuevos requerimientos incrementan aún más el estado de enajenación del hombre
con respecto a los demás, a causa de un trabajo cuyo resultado al fin de cuentas no le
pertenece, pero del cual se siente parte, puesto que las empresas suelen promover, el
trabajo en equipo, haciendo que el trabajador se sienta más participe del proceso y los
resultados del trabajo, pero no del producto en sí, lo que continúa perteneciendo al dueño
del capital. Estos y otros cambios son aceptados como parte de la sociedad, parte del
éxito de la persona. El Caracol y su concha. Antúnes Ricardo. Art. (2007, p. 9)

los cambios ocurridos en las economías capitalistas desarrolladas no alteraron la


condición fundamental de la fuerza de trabajo, que continúa teniendo que vender a un
patrón su capacidad de trabajo y continúa teniendo que ejercer su actividad como
participante en un esfuerzo colectivo organizado por el capital, y en términos dictados en
gran medida por el capital'.

2.3. Enajenación y desgaste emocional

En el trabajo intelectual el desgaste emocional supera al físico, siendo las consecuencias


mucho más graves, ya que la persona se aísla voluntariamente de la sociedad y de su
sociabilización para cumplir con su trabajo, ya no solo trabaja las horas reglamentadas
sino mucho más, pero es feliz ya que puede pasar algunas horas de su tiempo con la
familia, como en el almuerzo, llevar y recoger a los hijos de la escuela. Como lo indicado
textos arriba, si bien ahora puede desprenderse de las labores típicas de oficina, el estar
presente físicamente en su hogar, no lo hace un hombre libre, ya que, durante el
almuerzo con la familia, o caminando con sus hijos, este debe estar dispuesto a atender
cualquier urgencia, por lo que su cerebro no está al 100% enfocado en ello, mientras
camina o almuerza el trabajador está pensando en que soluciones dar a un problema
suscitado recientemente. Es cierto que este tipo de trabajo genera beneficios y que si
trabajan así es por voluntad propia, pero se debe dar por sentado que aún así el resultado
del trabajo no es suyo, siendo un aspecto que Marx profundiza bastante, donde los más
beneficiados son los dueños de las empresas. Antúnes Ricardo. (2007, p. 9)

Y, al apropiarse de la dimensión cognitiva del trabajo, al apoderarse de su dimensión


intelectual, los capitales amplían las formas y los mecanismos de la generación del valor,
aumentando también los modos de control y subordinación de los sujetos del trabajo, una
vez que se aprovechan de mecanismos aún "más coactivos, renovando las formas
primitivas de violencia en la acumulación, una vez que -paradójicamente- al mismo
tiempo las empresas necesitan cada vez más de la cooperación o 'involucramiento'
subjetivo y social del trabajador".

Como consecuencia de esta situación se acrecentan diversas afecciones mentales; como


son el estrés, la ansiedad, depresión y otras, que hacen mayor el desgaste físico, pero
sobretodo emocional “ [El trabajo enajenado] enajena al hombre de su propio cuerpo, la
naturaleza externa, su vida mental y su vida humana” Fromm Erich (1970, p.36), pero
incluso estas afecciones suelen ser aceptadas como parte del proceso laboral, no son
vistos como consecuencia de sentirse prisioneros de la empresa para la que trabajan o a
la que brindan servicio, por lo cual no se buscan verdaderas soluciones, afectando a la
salud de la persona y sobre todo de su espíritu, Al respecto hay que entender que esto
no es algo normal, como precisa Sossa Alexis (2010, p.39); “… no es algo natural, sino
consecuencia nociva e histórica de una estructuración social económica específica.”

La sociedad donde mientras más rindas y produzcas serás más exitoso lleva a la persona
a aceptar y vivir con estas afecciones, que no las acepta como tal, porque considera que
son parte del proceso o también porque consideran que es una debilidad que no quieren
mostrar, sin darse cuenta que poco a poco esto deteriora su vida y así su relación con los
demás y consigo mismo, es decir una enajenación emocional. Chul Byung (2012, p.17)

El hombre depresivo es aquel animal laborans que se explota así mismo a saber:
voluntariamente, son coacción externa… El lamento del individuo depresivo,
<<Nada es posible>>, solamente puede manifestarse dentro de una sociedad
que cree <<Nada es imposible>>. No-poder-poder –más conduce a un
destructivo reproche de sí mismo y autoagresión. 19

Con todo lo indicado, es seguro que nos encontramos en una sociedad cada vez más
alienante, donde lo que importa es la posibilidad de adquirir bienes materiales, no
importando el desgaste físico de las personas y sobre todo el emocional, que puede traer
consecuencias graves en su salud y en su vida, pero lo que es peor estas formas de
actuar y sentir son vistas como normal como parte de esta sociedad, tanto por las
personas como por las empresas, en donde definitivamente quienes más se benefician
son el segundo grupo, mientras que el primero se siente cada vez más alejado de su
esencia de ser humano, alejado de las relaciones que debe establecer con los demás,
donde importa más la producción que la vida misma, producto que al final no es para sino
para otros que se hacen más ricos a costa de nuestro propio desgaste y deterioro.
BIBLIOGRAFIA

Antunes, Ricardo (2007). El Caracol y su concha. Ensayo sobre la nueva


morfología del trabajo. En: sociología del trabajo. ISSN 0210-8364, Nº 59, 2007

Byung, Chul (2012). La sociedad del cansancio. Herder Editorial, S.L.


Barcelona.

Fromm, Erich (1970). Marx y su concepto de Hombre. Fondo de Cultura


Económica. México.

Marx, Carl (1980). Manuscritos Economía y Filosofía. Alianza Editorial.


Madrid.

Romero, Antonio (2011). Alienación y Fetichismo: Base para la crítica de la


sociedad burguesa y el Estado clasista a escala global.

Sosa, Alexis (2010). La alienación en Marx: el cuerpo como dimensión de


utilidad. Revista de Ciencias Sociales (CI), núm.25. Tarapacá, Chile

Ventura, Edgar (2013). El concepto de trabajo en el joven Marx, enajenación,


autorrealización, socialismo. En: Revista Humanidades. N° 2. Setiembre-diciembre.
2013.

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