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TAREA 3 PRIMEROS AUXILIOS.

NOMBRE: STEEVEN PAUL RAMOS JUMBO

RESUMEN UNO.

FRACTURAS.

Esguince

Un esguince, también denominado torcedura, es una lesión ligamentosa consecutiva a un


movimiento forzado más allá de los límites fisiológicos de cualquier articulación sinovial, sin
que las caras articulares pierdan el contacto de forma permanente.

Los esguinces se producen cuando la articulación es sometida a una fuerza en una dirección
diferente a la que está preparada para admitir, o cuando la fuerza excede al límite funcional de
la articulación. El esguince puede incluir, además, el desgarro completo de los ligamentos, de
la propia cápsula articular, de los tendones y de los vasos sanguíneos.

Los esguinces más frecuentes ocurren en personas jóvenes y adultas, debido a que la
resistencia del tejido conectivo es menor; por el contrario, el tejido conectivo de los niños es
mucho mayor, por lo que poseen mayor resistencia intrínseca a los movimientos forzados. En
el caso de los ancianos, un exceso del límite funcional de la articulación desencadenará con
mayor probabilidad una fractura, ya que la fragilidad del tejido óseo es mayor.

Clasificación de los esguinces

Dependiendo del tipo de lesión en las partes blandas que conforman la articulación, los
esguinces pueden clasificarse en:

Leves: cuando no existe rotura ligamentosa.

Moderados: cuando hay una rotura parcial o incompleta de los ligamentos que forman la
articulación, lo que ocasiona un aumento de su longitud.

Graves: cuando hay una rotura ligamentosa completa.

Grado 1: leve

Lesión parcial de un ligamento en la que las fibras del ligamento están distendidas pero
intactas. La lesión es microscópica.

Sin pérdida funcional o con limitación leve.

El lesionado es capaz de utilizar la articulación con apoyo total.

Dolor mínimo y sensibilidad leve al tacto.

Edema e inflamación leve.

No existe inestabilidad mecánica.

Grado 2: moderado

Lesión incompleta de un ligamento en la que algunas fibras del ligamento están parcialmente
desgarradas. La lesión es parcial.

Limitación parcial de la función y el movimiento.


El lesionado tiene dolor cuando utiliza la articulación.

Dolor y edema moderados.

Equimosis de leve a moderada.

Edema sobre las estructuras afectadas.

Discapacidad funcional moderada.

Inestabilidad unilateral de leve a moderada.

Grado 3: grave

Lesión completa y pérdida de la integridad del ligamento en la que los ligamentos están
completamente desgarrados y no son funcionales. Lesión total (ruptura).

Pérdida de la función y el movimiento.

El lesionado es incapaz de utilizar la articulación afectada.

Dolor intenso.

Edema severo.

Equimosis severa.

Inestabilidad mecánica de moderada a severa.

Luxación

Una luxación es aquella lesión de una articulación en la que las caras articulares dejan de estar
en contacto anatómico. Cuando la pérdida de contacto entre las superficies articulares es
parcial, se denomina subluxación.

Luxaciones extracapsulares: cuando las caras articulares se salen de la cápsula articular, y ésta
se rompe.

Luxaciones complicadas o abiertas: cuando, además de la rotura de la cápsula articular, existe


solución de continuidad de la cavidad articular con el exterior del organismo.

Fractura-luxación: además de ser una luxación complicada-abierta, hay asociación con la


fractura de alguno o ambos huesos que conforman la articulación afectada.

Luxación congénita: es aquella luxación que se produce durante el nacimiento, por ejemplo, es
muy frecuente la luxación de la cadera del recién nacido.

Luxación espontánea o patológica: es consecuencia de lesiones preexistentes en órganos


articulares y periarticulares, que predisponen y precipitan una luxación.

Luxación traumática: es aquella luxación producida por un mecanismo traumático a lo largo de


la vida, por ejemplo, durante la práctica deportiva.

Fractura

Una fractura es una solución de continuidad de un hueso que se produce por la acción de un
agente vulneraste. El término fractura hace referencia a la lesión estrictamente ósea. Sin
embargo, desde el punto de vista clínico y de la actuación enfermera, este concepto es más
operativo si se amplía con el de foco de fractura, el cual engloba también aquellas lesiones de
las partes blandas adyacentes.

Clasificación de las fracturas

Incompleta: afecta a parte del grosor óseo.

Completa: afecta a todo el grosor óseo.

Estable: sin desplazamiento, se caracteriza porque los huesos mantienen su alineación


anatómica.

Inestable: desplazada, se produce cuando los huesos se desvían respecto de su alineación


anatómica. Una fractura desplazada aumenta el riesgo de lesión de los tejidos blandos del foco
Lesión de partes blandas

Es la afectación de los diferentes tejidos blandos de alrededor. Puede diferenciarse entre:

Lesión vascular: rotura y desgarro de los vasos sanguíneos. Puede dar lugar a una hemorragia
externa.

Hematoma de fractura: como consecuencia del desgarro de la musculatura de alrededor, la


sangre se queda acumulada en el tejido celular subcutáneo.

Lesión muscular: desgarro de la musculatura más o menos grave, sobre todo en fracturas
abiertas, o en desviación de fragmentos. La más grave provoca un desgarro músculo-
aponeurótico que se introduce entre los fragmentos óseos e impide la formación del callo de
fractura.

Lesión articular: en fracturas interarticulares o en aquéllas en las que un fragmento óseo entra
en la cavidad articular. Se manifiesta en forma de hemartrosis.

Lesión nerviosa: contusión, sección o arrancamiento de los nervios, debido al agente


vulneraste o a la desviación de los fragmentos óseos.

La gravedad de una fractura dependerá de su localización y del tipo de fractura:

Fracturas cerradas

Si la integridad de la piel se mantiene a pesar de la rotura del hueso. En este caso, el riesgo de
infección es menor, por tanto, en principio serán menos graves.

Fracturas abiertas

Existe una solución de continuidad (rotura) de la piel que permite ver el hueso desde fuera. En
este caso, la probabilidad de infección es mayor, a la vez que hay afectación grave de los
tejidos blandos adyacentes.

Fractura traumática ordinaria: es aquélla que se produce sobre un hueso que no ha sufrido
nunca una lesión previa. Es el tipo de fractura más común. Se debe a la acción de un agente
vulneraste que puede ejercer su acción desde fuera hacia dentro, como en el caso de un
traumatismo externo; desde dentro hacia fuera, como en el caso de la desviación de
fragmentos óseos en una fractura inicialmente cerrada; o con un movimiento de giro o de
torsión.
Fractura patológica: se produce sobre aquellos huesos previamente debilitados por una lesión
o enfermedad.

Fractura por fatiga o de esfuerzo: provocada como consecuencia de micro traumatismos que
sufridos de manera aislada no tendrían consecuencia, pero que repetidos en el tiempo
terminan por debilitar el hueso y romperlo (Ver Imagen 3). Por ejemplo, el operario que utiliza
maquinaria vibrante para taladrar el suelo, puede sufrir fracturas de pequeño tamaño en las
extremidades superiores. De fractura.

Resumen 2

El vendaje es una técnica muy recurrente en lesiones que podemos sufrir en nuestra día a día o
cuando practicamos deporte. En la atención sanitaria, se recomienda su uso para garantizar la
estabilidad de articulaciones como las muñecas, los tobillos y las rodillas, por ejemplo, pero
también para evitar infecciones por exposiciones indeseadas en heridas y quemaduras.

A la hora de hablar de vendajes, pueden distinguirse diversos tipos, dependiendo de la zona en


la que se aplique y el tipo de lesión o daño.

RECOMENDACIONES PREVIAS

Si quieres que la aplicación de un vendaje para tratar una lesión o una herida no derive en
complicaciones y cumpla su misión correctamente, de manera previa hay que tener claro
algunos aspectos.

1) LA HIGIENE ES FUNDAMENTAL

Es fundamental que las manos de la persona que vaya a aplicar el vendaje estén limpias. Por
eso, hay que lavarlas antes y después, para eliminar la posibilidad de contaminación.

2) REÚNE EL MATERIAL NECESARIO

Elige el material adecuado para el tipo de vendaje que vas a aplicar. Necesitarás una venda (de
gasa, cohesiva, elástica, neuromuscular), esparadrapo, tijeras o un tiburón corta vendajes.

3) PRIMERO POR LA IZQUIERDA

Igual nunca te has parado a pensarlo e incluso pueda resultar sorprendente cuando tomes
conciencia, pero tienes que saber que los vendajes deben comenzarse de izquierda a derecha.

4) CUIDADO CON LA PRESIÓN

Los vendajes han de aplicarse con la presión adecuada para mantener una buena circulación y
evitar problemas en la zona afectada. Un vendaje no puede estar suelto, ni tampoco oprimir
excesivamente.

5) PERMITIR LA MOVILIDAD

Si un vendaje duele, no está bien realizado. Los vendajes tienen que permitir la movilidad de
las partes no afectadas por la lesión. Si restringe su movilidad, es conveniente revisarlo.

TIPOS DE VENDAJES

A la hora de hablar de vendajes, puedes distinguir, por ejemplo, el circular, el espiral, los
inversos, el cruzado en 8 y el vendaje capelina. A continuación, te explicamos brevemente
estos 5 tipos de vendajes:
1) CIRCULAR

El vendaje circular consiste en dar una vuelta completa de la venda sobre sí misma. En un
vendaje que puede aparecer complementando otro tipo de vendajes.

2) ESPIRAL

Este tipo de vendaje suele usarse en extremidades. La venda tiene que dar la vuelta a la
extremidad. En este caso, la venda cubre sólo dos terceras partes de la vuelta precedente.

3) INVERSOS

Esta técnica se realiza doblando la venda sobre sí misma, utilizando el dedo pulgar o el índice
para guiarla en el punto donde se dobla. Suele ser empleado en extremidades.

4) CRUZADO EN 8

Empleado en articulaciones como la muñeca, el codo, la rodilla o el tobillo. La articulación


debe estar flexionada ligeramente y hay que hacer dos vendajes circulares en el centro. Lo del
ocho viene porque con la venda se van dando vueltas cruzadas que forman dicho número.
Para acabarlo, se repiten dos vueltas circulares en el centro.

5) CAPELINA

Es el tipo de vendaje utilizado para las heridas en la cabeza y puede aplicarse con una única
venda o con dos.

¿Tienes más claro ya cómo aplicar un vendaje? Esperamos que sí, aunque, no obstante, tienes
que saber que siempre es recomendable acudir a un profesional médico o fisioterapeuta ante
la aparición de cualquier lesión, para evitar consecuencias mayores. Ellos mejor que nadie
podrán atenderte, tratarte y asesorarte, porque incluso puede que puedas seguir practicando
tu deporte con la aplicación de un vendaje funcional, por ejemplo.

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