Está en la página 1de 14

¿Qué son las articulaciones?

Las articulaciones son donde se unen dos o más huesos. Sus hombros, codos,
caderas, rodillas y nudillos son articulaciones. Su columna también tiene
articulaciones.

Pero las articulaciones son más que huesos. Incluyen los tejidos blandos que los
rodean, como cartílagos, tendones y ligamentos. El cartílago es el tejido flexible,
duro y resbaladizo que cubre los extremos de los huesos en una articulación. Los
tendones son bandas resistentes y flexibles que conectan los músculos con los
huesos para que pueda mover las articulaciones. Los ligamentos conectan los
huesos de la articulación entre sí para mantenerlos estables cuando se mueve.

¿Qué son los trastornos articulares?

Los trastornos articulares son enfermedades o lesiones que afectan sus


articulaciones. Las lesiones pueden ocurrir debido al uso excesivo de una
articulación; o puede sufrir una lesión repentina, como un accidente o una  lesión
deportiva.

¿Qué enfermedades pueden afectar las articulaciones?

Muchas enfermedades pueden afectar las articulaciones. A menudo, causan dolor


en las articulaciones y provocan rigidez, enrojecimiento e hinchazón. La mayoría
de ellas son crónicas, es decir, duran mucho tiempo. Es posible que algunas
nunca desaparezcan por completo. Algunas de las enfermedades que afectan las
articulaciones incluyen:

Artritis: Puede causar dolor e hinchazón en las articulaciones. Hay muchos tipos
de esta enfermedad. La osteoartritis es la más común. Con el tiempo, la artritis
puede causar graves daños en las articulaciones. Puede afectar a personas de
todas las edades. Una lesión en la articulación cuando joven puede causar
osteoartritis más adelante en la vida

Lupus: Esta enfermedad autoinmune afecta a muchas partes del cuerpo y puede


causar dolor articular y muscular. Algunos tipos de lupus suelen causar artritis

Síndrome de Sjögren: Esta enfermedad autoinmune afecta las glándulas que


producen humedad en muchas partes del cuerpo. Los síntomas principales son
sequedad en los ojos y la boca, pero a menudo también causa dolor en las
articulaciones
Una luxación

es la separación completa de los 2 huesos que conforman una articulación. La


subluxación es la separación parcial. A menudo, una articulación luxaada
permanece de este modo hasta que es reducida (realineada) por un médico,
pero a veces se reduce espontáneamente.

Además de luxaciones, las lesiones musculoesqueléticas incluyen las siguientes:

Fracturas

Esguinces de ligamentos, distensiones musculares y lesiones tendinosas

Estas lesiones musculoesqueléticas son comunes y varían en gran medida en el


mecanismo, la gravedad y el tratamiento. Los miembros, la columna y la pelvis
pueden estar afectados.

Las lesiones musculoesqueléticas pueden ocurrir en forma aislada o como parte


de un traumatismo multisistémico (véase Abordaje del paciente traumatizado). La
mayoría de las lesiones musculoesqueléticas son consecuencia de un
traumatismo romo; pero los traumatismos penetrantes pueden también dañar
estructuras musculoesqueléticas.

El traumatismo espinal puede causar luxaciones o subluxación; también puede


ocurrir subluxación espinal no traumática. La luxación mandibular puede ocurrir
en forma espontánea.

Las luxaciones pueden ser abiertas (en comunicación con la vía ambiental a una
herida en la piel) o cerradas.

El pronóstico y el tratamiento varían mucho dependiendo de la ubicación y


gravedad de la luxación.

Complicaciones

Las complicaciones graves de las luxaciones son inusuales pero pueden


amenazar la vida o la viabilidad de un miembro o producir una disfunción
permanente de éste. El riesgo de complicaciones es elevado con luxaciones
abiertas (que predisponen a la infección) y con luxaciones que interrumpen los
vasos sanguíneos, la perfusión tisular, y/o nervios. Las luxaciones,
particularmente si no se reducen rápidamente, tienden a tener un mayor riesgo
de lesiones vasculares y nerviosas respecto de las fracturas. Las luxaciones
cerradas que no involucran los vasos sanguíneos o los nervios, en particular
aquellas que se reducen rápidamente, tienen menos probabilidades de causar
complicaciones graves.
Las complicaciones agudas (asociadas a lesiones) para las luxaciones incluyen
las siguientes:

Fracturas: pueden acompañar a una luxación (p. ej., luxación del hombro y


fractura de la tuberosidad mayor).

Sangrado: el sangrado acompaña todas las lesiones de tejidos blandos


significativas.

Lesiones vasculares: algunas luxaciones cerradas, particularmente luxaciones


de rodilla o de cadera, interrumpen el suministro vascular suficiente como para
causar isquemia de la porción distal de la extremidad; esta alteración vascular
puede permanecer clínicamente oculta durante horas después de la lesión.

Lesiones nerviosas: los nervios pueden lesionarse cuando se estiran por la


luxación de una articulación. Dependiendo de la causa de la luxación, los nervios
pueden estar dañados con hematomas, aplastados o desgarrados. Cuando los
nervios están dañados (llamado neurapraxia), la conducción nerviosa se
bloquea, pero el nervio no se desgarra. La neurapraxia causa déficits motores
temporales y/o sensoriales; la función neurológica retorna completamente en
aproximadamente 6 a 8 semanas. Cuando se aplastan los nervios (llamado
axonotmesis), se lesiona el axón, pero no la vaina de mielina. Esta lesión es más
grave que la neurapraxia. Dependiendo de la magnitud de los daños, el nervio
puede regenerarse durante semanas o años. Por lo general, los nervios se
desgarran (llamado neurotmesis) solo en las luxaciones abiertas. Los nervios
desgarrados no se regeneran reespontáneamente y pueden tener que ser
reparados quirúrgicamente.

Infección: cualquier lesión puede infectarse, pero el riesgo es más alto con las
que están abiertas o las tratadas quirúrgicamente. La infección aguda puede
causar osteomielitis, que es una infección ósea que puede ser difícil de curar.

Las complicaciones a largo plazo de las luxaciones incluyen las siguientes:

Inestabilidad: diversas luxaciones pueden producir inestabilidad articular. La


inestabilidad puede ser incapacitante y aumenta el riesgo de artrosis.

Rigidez y alteración de la amplitud de movimiento: la rigidez es más probable


si una articulación necesita inmovilización prolongada. La rodilla, el codo y el
hombro son particularmente propensos a la rigidez postraumática, especialmente
en los ancianos.

Osteonecrosis: la osteonecrosis ocurre principalmente cuando el suministro


vascular está dañado. Las luxaciones de una cadera nativa (no protésica) son
propensas a la osteonecrosis. La incidencia de osteonecrosis después de una
luxación de cadera se relaciona con la gravedad de la lesión inicial y es mayor si
la luxación no se reduce rápidamente.

Artrosis: las luxaciones que alteran las superficies que soportan el peso de las
articulaciones o que resultan en la mala alineación articular y la inestabilidad
predisponen a la degeneración del cartílago articular y la artrosis.

Las lesiones ortopédicas en el recién nacido

Difieren de las lesiones a otras edades infantiles. La patología neonatal presenta


unas características propias, que es necesario conocer, para el manejo correcto
del paciente. Si la anamnesis y la exploración física son fundamentales en el
proceso diagnóstico de cualquier patología ortopédica, lo son más aún en el
neonato, en el que raramente nos apoyaremos en pruebas de imagen.

Aunque existen múltiples patologías sindrómicas, en este capítulo mencionaremos


solo las patologías ortopédicas más comúnmente observadas y aquellas
especialmente características. Dentro de ellas, incluiremos: el metatarso aducto, el
pie zambo, la displasia del desarrollo de la cadera, la luxación congénita de rodilla,
la tortícolis muscular congénita, el síndrome del niño moldeado, las lesiones del
plexo braquial y las fracturas de clavícula neonatales

Metatarso aducto o varo

Se trata de una deformidad en la que se observa una desviación del antepié hacia
la línea media, en aducto, con una curva homogénea y sin presencia de pliegue
dérmico medial profundo. El retropié, así como el tobillo, son normales 

Pie zambo

El pie zambo consiste en una deformidad que incluye: equino, varo, cavo, aducto
(Fig. 3). Su etiopatogenia no está clara y se barajan múltiples teorías, entre las
que se encuentran: el freno en el desarrollo fetal, los factores hereditarios, factores
mecánicos intraúteros e incluso un origen neurogénico (8).

Pie talo valgo

Se trata de una deformidad en la que el pie está en eversión completa (valgo), con
flexión dorsal máxima. Los tejidos blandos del dorso del pie y la porción lateral del
mismo muestran retracción (contractura de musculatura peronea), y limitan la
flexión plantar y la inversión.
Astrágalo vertical congénito

Esta deformidad, también conocida como pie convexo o en mecedora, consiste en


un pie plano rígido neonatal, como consecuencia de la alteración en la posición y
orientación del astrágalo, que se encuentra en equino.

Displasia del desarrollo de la cadera

Se define como la interrupción del normal crecimiento de los elementos que


forman las estructuras anatómicas de la cadera: cotilo, cabeza de fémur, cápsula y
estructuras músculo-tendinosas.
Comprende tres conceptos que hay que diferenciar: la displasia, la subluxación y
la luxación de cadera.

Luxación congénita de la rodilla

Deformidad neonatal consistente en un genu recurvatum congénito, donde la


hiperextensión de las rodillas puede llegar a ser irreductible en los casos más
rígidos.

Tortícolis muscular congénito

La palabra tortícolis proviene del latín, torti (torcido) y collis (cuello), y se utiliza


para describir una condición en la que existe un acortamiento del músculo
esternocleidomastoideo (ECM) del lado afecto, aunque, generalmente, puede
incluir el resto da la musculatura cervical, como el platisma colli. Presenta una
inclinación lateral de la cabeza hacia el lado afecto y una rotación de la barbilla
hacia el lado contralateral

Síndrome del niño moldeado

Este síndrome, descrito inicialmente en 1965 por Lloyd Roberts y Pilcher, se basa


en alteraciones posturales, que incluyen las siguientes deformidades:
plaquicefalia, tortícolis, escoliosis, oblicuidad pélvica, cadera contracturada en
adducción y/o malposición de las rodillas o los pies (Fig. 7).

Parálisis braquial obstétrica

Se trata de una lesión que compromete las estructuras espinales que conforman el
plexo braquial, secundario generalmente, a un traumatismo durante el parto y,
como consecuencia, produce algún grado de parálisis del miembro superior.

Cuando las bolsas serosas se someten a una presión excesiva, a una contusión o
a una irritación prolongada, por ejemplo, se desarrolla un proceso inflamatorio que
hace que se inflamen y duelan. Entonces, cuando realicemos un gesto que las
comprometa, se desatará un dolor agudo en la zona de la bursa.

Muchas veces se acompaña de un aumento de la temperatura a nivel local (si


tocas, la piel de la zona está más caliente) y una hinchazón perceptible a simple
vista.

¿Cómo se diagnostica?

Para saber si hay una bursitis u otra patología, el profesional sanitario se guiará
por la clínica descrita por el paciente, la exploración física (palpación, pruebas
funcionales) y a veces con diagnóstico por imagen (ecografía, resonancia
magnética…).

Los fisioterapeutas no podemos diagnosticar una bursitis (es una cuestión de


competencias, eso le corresponde al médico), pero disponemos de recursos para
valorar si puede haber alguna lesión en esta estructura.

A menudo las bursitis acompañan a las tendinopatías por la estrecha relación que
guardan bolsas serosas y tendones. Recordemos que las lesiones rara vez vienen
solas, ya que el cuerpo funciona en conjunto y no por estructuras separadas.

¿Cómo se tratan?

A nivel farmacológico, el médico muy probablemente lo primero que haga sea


recetarte algún antiinflamatorio no esteroideo (como el ibuprofeno).

Además, es de obligado cumplimiento que apliquemos hielo en la zona durante


cinco minutos cada dos horas (ya sabéis, siempre que sea posible).

Tanto el ibuprofeno como la aplicación de hielo van encaminados a la disminución


de la inflamación, pero también es importante dar con la causa de la lesión.

Si el motivo es por una contusión, es muy probable que con el tratamiento descrito
hasta ahora se acabe pasando. Si después de una semana ves que no se te ha
quitado, ve a que te lo mire un profesional.

Pero si el origen es muscular, tendinoso, biomecánico…, lo suyo es que un


especialista te trate tanto la bursa como especialmente la causa que ha provocado
la inflamación. Por ejemplo, a veces la subacromio-subdeltoidea se inflama por
una sobrecarga del músculo deltoides; en ese caso, habría que trabajar el
deltoides y todas las estructuras musculares y tendinosas que puedan interferir,
así como analizar las causas que han provocado esa sobrecarga muscular y
reeducar en unos patrones de movimiento más adecuados.
 

En última instancia, se puede realizar un drenaje del líquido sinovial si la


inflamación es severa y muy limitante y dolorosa.

Ruptura e inflamación de los tendones y sus envolturas quistes sinoviales


(gangliones)

La tendinitis es la inflamación de un tendón. La tenosinovitis es una tendinitis


acompañada de inflamación de la cubierta protectora que recubre el tendón
(vaina tendinosa).

La causa no siempre se conoce.

Los tendones duelen, en particular con el movimiento, y a veces se hinchan.

El diagnóstico suele basarse en los síntomas y en los resultados de la


exploración física.

Puede ser beneficioso el uso de una férula, la aplicación de calor o frío y el


tratamiento con fármacos antiinflamatorios no esteroideos.

Los tendones son cordones fibrosos de tejido resistente que conectan los
músculos a los huesos. Algunos tendones están rodeados por vainas tendinosas.
(Véase también Introducción a los trastornos de los músculos, las bolsas
sinoviales y los tendones.)

La causa de la tendinitis suele ser desconocida. La tendinitis suele producirse en


personas de mediana edad o de edad avanzada, porque es a estas edades
cuando los tendones se debilitan y se hacen más vulnerables a las lesiones y a
la inflamación. (El debilitamiento del tendón, denominado tendinopatía, suele ser
consecuencia de múltiples pequeños desgarros que se producen con el tiempo.
Los tendones afectados pueden desgarrarse completamente de forma gradual o
repentina). Las tendinitis también aparecen en personas jóvenes que practican
ejercicio intenso (pueden desarrollar tendinitis del manguito de los rotadores,
véase también Lesión del manguito de los rotadores/bursitis subacromial) y en
personas que realizan tareas repetitivas.

Ciertos tendones son particularmente susceptibles a la inflamación:

Tendones del hombro (manguito de los rotadores): la inflamación de estos


tendones es la causa más frecuente de dolor en el hombro (véase Lesión del
manguito de los rotadores/bursitis subacromial).
Los dos tendones que extienden el pulgar alejándolo de la mano: la inflamación
de estos tendones se denomina síndrome De Quervain.

Los tendones flexores que cierran los dedos de la mano: la inflamación provoca
que estos tendones queden atrapados en sus vainas, produciendo una
sensación de crujido (dedo en gatillo).

El tendón del bíceps en la parte superior del brazo (tendón bicipital): puede
aparecer dolor al doblar el codo o cuando el brazo se eleva o realiza un
movimiento de rotación.

El tendón de Aquiles del talón: el dolor se produce en la parte posterior del talón
(tendinitis de Aquiles).

Un tendón que pasa por el lado de la rodilla (tendón poplíteo): el dolor se


produce en la parte externa de la rodilla.

Los tendones cercanos al hueso de la cadera (trocánter): dado que las bolsas
sinoviales también pueden estar afectadas, el término bursitis trocantérea se usa
frecuentemente para referirse a la inflamación de estos tendones.

Algunos antibióticos, como las fluoroquinolonas, pueden aumentar el riesgo de


tendinopatía (debilitamiento del tendón) y rotura del tendón.

Ciertas enfermedades de las articulaciones, como artritis reumatoide, esclerosis


sistémica, gota, diabetes y artritis reactiva (antes denominada síndrome de
Reiter) pueden aumentar el riesgo de tenosinovitis. En las personas
con gonorrea, especialmente en las mujeres, los gonococos pueden causar
tenosinovitis, que suele afectar los tejidos de los hombros, las muñecas, los
dedos de las manos, las caderas, los tobillos o los pies.

¿Qué es un desgarro muscular?

Cuando hablamos de desgarro nos referimos a la pérdida de continuidad del tejido


muscular o de fibras musculares y que va desde el dolor localizado hasta
presencia de dolor agudo, acompañado de inflamación, equimosis (hematoma),
impotencia funcional y deformación estructural.

El desgarro muscular lo podemos clasificar según su tamaño y las estructuras


involucradas. Encontramos, por ejemplo, el desgarro miofacial, que solo afecta la
membrana que cubre el músculo y la fibrilar, que afecta la fibra muscular.

¿Cómo se produce el desgarro muscular?


El desgarro muscular se produce por mecanismos de contusión o de distensión.
Habitualmente, cuando se produce por contusión, es decir, por un golpe en la
masa muscular, se provoca una rotura irregular en el músculo, el que puede darse
en segmentos distintos y de diferentes tamaños. En este caso, los desgarros no
pueden prevenirse porque se producen por hechos puntuales durante la práctica
de deportes de contacto. Ahora bien, si se produce por distensión o tensión, que
es conocido como el típico ‘tirón’ que da al correr, se presenta con mayor
frecuencia en cuádriceps e isquiotibiales.

2. CONTUSIONES MUSCULARES Son lesiones musculares producidas por


agentes romos no penetrantes. Suponen que la lesión muscular más frecuente, de
hecho junto con los desgarros o esguinces musculares representan el 90% de
todas las lesiones deportivas. Son más frecuentes en el brazo y en el muslo, por
ejemplo el bocadillo en el cuádriceps que consiste en la rotura de fibras del recto
anterior secundaria a una contusión, muy frecuente en futbolistas o en deportes de
contacto. Síntomas  Dolor  Hinchazón  Rigidez  Masa palpable 
Hematoma, su presencia a veces modula el tratamiento

La miositis, que significa inflamación muscular, es un grupo de enfermedades


crónicas que provocan una debilidad muscular que suele ser dolorosa. Puede
deberse a una lesión, una infección, algunos medicamentos o una enfermedad
autoinmunitaria, como la artritis reumatoide. Los tipos de miositis que afectan a los
adultos incluyen los siguientes:

Polimiositis: Este tipo de miositis, el más frecuente, provoca debilidad muscular en


el tronco y las zonas circundantes, como la espalda, las caderas, los hombros y el
cuello Afecta los músculos de ambos lados del cuerpo (es decir, lo hace de forma
simétrica). Las personas con este tipo de miositis suelen presentar brotes de
síntomas, es decir, períodos en los que los síntomas empeoran y luego mejoran.  

Dermatomiositis: Este tipo provoca una erupción cutánea y una debilidad muscular
simétrica en el tronco y las zonas circundantes. La erupción puede aparecer en la
cara, el cuello, el pecho y la espalda, así como en articulaciones como los codos,
los nudillos, las rodillas y los dedos de los pies.

Miositis por cuerpos de inclusión: Este tipo afecta a los adultos mayores y provoca
desgaste muscular, además de debilidad, pero no es simétrica como otras formas
de miositis. Puede afectar los músculos más pequeños, como los antebrazos y las
pantorrillas.
Espasmo muscular

Un espasmo muscular (también llamado calambre) es una contracción involuntaria


de un músculo, el cual se tensa de manera rápida y brusca y forma un bulto duro.
Los espasmos musculares son muy dolorosos. Siga leyendo para aprender más
sobre los espasmos musculares y saber cómo tratarlos y prevenirlos.

¿Cuál es la causa de un espasmo muscular?

Un espasmo muscular se produce debido a la irritación de las fibras musculares.


Algunas situaciones pueden favorecer la aparición de un espasmo muscular, por
ejemplo:

Una lesión

El ejercicio físico intenso

El gran cansancio muscular

Un músculo que se mantiene en la misma posición durante mucho tiempo

La deshidratación

La falta de ciertos minerales en el cuerpo

Determinados medicamentos

Ciertas afecciones médicas, como la insuficiencia renal o la diabetes

Cómo calmar un espasmo muscular

Casi siempre, los espasmos musculares aparecen y desaparecen rápidamente.


Cuando se contraiga el músculo, estírelo muy suavemente y hágale masajes. Eso
ayudará a calmar las fibras musculares. Luego, descanse el músculo.

La contractura muscular, como su propio nombre indica, es la contracción


involuntaria de un músculo y sus fibras que se puede dar de manera continuada o
puntual.

Las contracturas musculares provocan dolor, debido a que la sangre no llega


correctamente a las células musculares y, como consecuencia, se acumulan
toxinas.

Cuando esto ocurre, la lesión se mantiene en el tiempo, lo cual evita que podamos
realizar ciertos movimientos con normalidad y que el paciente note el abultamiento
del vasto muscular, que se conoce vulgarmente como “nudo”.
¿Qué es la retracción o acortamiento muscular o fascial?

un acortamiento muscular es la pérdida o reducción de la movilidad de las


fascias (1) en 2 niveles:

Retracción o acortamiento muscular o fascial por reducción del deslizamiento


entre estructuras

Cuando vemos los músculos podemos encontrar un tejido que los recubre a cada
uno. Este tejido es la fascia, y tiene la finalidad de protegerlos del roce entre las
estructuras que tienen alrededor (otros músculos, tendones, huesos, etc.). Cuando
se produce una restricción entre la fascia y esos tejidos que se encuentran
alrededor, se produce una limitación del movimiento o retracción.

¿Qué es un punto gatillo?

Un punto gatillo es una zona hiperirritable del músculo asociada a un nódulo


hipersensible localizado dentro de una banda tensa de fibras musculares. Esta
zona resulta dolorosa a la compresión directa, al estiramiento y/o a la contracción
del músculo en el que se encuentra.

Se originan cuando varios sarcómeros (filamentos de proteína responsables de la


contracción muscular) se quedan permanentemente contraídos y, en
consecuencia, disminuye el flujo sanguíneo. La disminución del flujo sanguíneo no
permite la nutrición ni la oxigenación de las células musculares y es responsable
de que el dolor se irradie.

Degeneración muscular

Conjunto de enfermedades genéticas que ocasionan debilidad y pérdida


progresiva de la masa muscular.

Las distrofias musculares son degeneraciones de los músculos ocasionadas por


genes anormales (mutaciones). La mayoría de las veces aparecen en la niñez.

Los músculos dañados se debilitan progresivamente. Con el paso del tiempo, la


mayoría de las personas con esta enfermedad necesitan una silla de ruedas.
Otros síntomas incluyen dificultades para respirar o tragar.

Los medicamentos, la terapia, los respiradores o la cirugía pueden preservar el


funcionamiento, pero se suele reducir la expectativa de vida.

Atrofia muscular

     
Es el desgaste (adelgazamiento) o pérdida del tejido muscular.

Causas

Existen tres tipos de atrofia muscular: fisiológica, patológica y neurogénica.

La atrofia fisiológica es causada por no usar los músculos lo suficiente. Este tipo
de atrofia a menudo se puede revertir con ejercicio y una mejor nutrición. Las
personas más afectadas son aquellas que:

Tienen trabajos que requieren que estén sentados, problemas de salud que limitan
el movimiento, o disminución en los niveles de actividad

Están postradas en cama

No pueden mover las extremidades debido a un ataque cerebrovascular u otra


enfermedad cerebral

Se encuentran en lugares donde no hay gravedad, como por ejemplo durante los
viajes al espacio

La atrofia patológica puede ser causada por envejecimiento, inanición y


enfermedades, tales como el síndrome de Cushing (debido al uso elevado de
medicamentos llamados corticosteroides).

La atrofia neurogénica es el tipo más grave de atrofia muscular. Puede deberse a


una lesión, o una enfermedad, en los nervios que se conectan a los músculos.
Este tipo de atrofia muscular tiende a suceder más repentinamente que la atrofia
por desuso

La hipertrofia muscular es el término que hace referencia al crecimiento del tejido


muscular, que puede manifestarse en una variedad de adaptaciones estructurales
y metabólicas. El mantenimiento de la masa muscular necesita un mayor gasto
calórico.

¿Qué es un tumor musculoesquelético?

Un tumor musculoesquelético es un crecimiento de células cancerígenas en el


hueso o en el tejido muscular.

Un tumor óseo es una proliferación anormal de células de una estirpe determinada


dentro de un hueso. Se dividen en 2 grupos: malignos o benignos, según su
capacidad extenderse (dar metástasis) a otros órganos y tejidos.
Dentro de las lesiones benignas, también hay un grupo particular denominado
lesiones paratumorales, que no son propiamente tumores pero se les parecen. Un
ejemplo de estas lesiones son los quistes óseos.

Según la estirpe celular de la que proceda el tumor, tanto los tumores malignos
como los benignos se clasifican en formadores de hueso, formadores de cartílago,
tumores de células gigantes, etc. Cada uno de ellos tiene un pronóstico y un
tratamiento distinto.

Alteración de la información propioceptiva

Se llama disfunción propioceptiva cuando la habilidad de recibir la información


desde las terminales nerviosas de músculos, tendones y articulaciones, y poder
integrarla en el cerebro está alterada.

Cuando existe una disfunción del sistema propioceptivo se puede:

Caminar con mucha tensión o débilmente.

Agarrar objetos demasiado firme o débilmente.

No percibir cambios posturales en el cuerpo, ni de forma estática ni dinámica.

Ser torpe e ir cayéndose o chocándose con objetos.

Parecer débil.

Estar siempre en tensión aun siendo una postura cómoda como puede ser estar
sentada en el sofá de casa.

Falta de fluidez en las secuencias de movimiento.

Debilidades musculares.

En una lesión neurológica, traumática, deportiva y tras una intervención quirúrgica


siempre se produce una disfunción propioceptiva más o menos elevada. Una
buena evaluación y un tratamiento ayuda a una mejor recuperación del paciente,
en calidad y tiempo de evolución. De ahí́ la importancia de establecer un
diagnóstico y tratamiento efectivos que disminuyan las secuelas de las lesiones.

¿Qué es la artrosis?

La osteoartritis o artrosis es la enfermedad degenerativa articular más frecuente,


caracterizada por la destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies
óseas.
El cartílago es un tejido que hace de amortiguador al proteger los extremos de los
huesos y que favorece el movimiento de la articulación. Cuando se desarrolla la
artrosis, dicho cartílago pierde sus propiedades. Puede incluso llegar a
desaparecer, haciendo que los extremos de ambos huesos rocen directamente,
produciendo dolor. 

Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones


del hombro y de los dedos de las manos, la articulación de la raíz del pulgar, la
cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.

¿Qué es la discopatía?

La discopatía es una patología que aparece como consecuencia del deterioro, la


alteración o el desgaste de los discos intervertebrales. Así, cuando dichos discos
van perdiendo sus propiedades debido a una enfermedad o a la edad, se produce
un acercamiento entre las vértebras, lo que acabará afectando a los nervios de la
columna vertebral y a la capacidad de los discos para amortiguar los impactos
provocados por diferentes actividades como caminar o correr.

La discopatía puede afectar a uno o varios discos intervertebrales, dependiendo


del avance de la enfermedad y las características personales de cada individuo.

¿Cuáles son los síntomas de la discopatía?

Los síntomas más característicos de la existencia de discopatía en la columna


vertebral son el dolor presente en la espalda baja o en el cuello, siendo la zona
lumbar y cervical las más afectadas por esta problemática.

Por otro lado, el malestar puede extenderse hasta los omoplatos y provocar una
sensación de hormigueo hacía los brazos y las piernas, dando lugar también a un
debilitamiento de los músculos de las extremidades.

Esta angustia puede verse incrementa al ejecutar diferentes movimientos como


sentarnos, inclinarnos o girarnos. Generalmente, las personas que padecen esta
patología tienen que cambiar de posición muy a menudo para notar cierto alivio.

También podría gustarte