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Prof: María Cachán Ferrer Grado Educación Primaria

1º GRADO EDUCACIÓN PRIMARIA (2021/2022) / MENCIÓN EDUCACIÓN FÍSICA

ESTUDIO DE CASOS – ROL EN EL AULA

Actividad grupal – SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN


Prof: María Cachán Ferrer

Alumnos: JIMENA GARCÍA, NOELIA OVEJERO, CARLOTA HERRANZ, ANDREA


MARTÍN

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS – CAMPUS FUENLABRADA
Prof: María Cachán Ferrer Grado Educación Primaria

1. DESARROLLO Y EXPOSICIÓN DEL CASO; ANÁLISIS CRÍTICO DEL PROYECTO

El desarrollo de la actividad tendrá lugar en una clase de alumnos de sexto de primaria, en un colegio
público de un barrio obrero de la comunidad de Madrid.

A continuación, nos centraremos en un grupo de alumnos compuesto por cuatro tipo de roles:
-Matón:(AN) Rodrigo. Es dominante y agresivo, lo que le lleva a ser temido por sus compañeros.
-Comediante:(AR) Alfredito. Es expresivo y burlón. Su personalidad divertida le lleva a ser el
“payasete” de la clase, todos le ríen las gracias.
-Contemporizador:(PR) Mar. Es simpática, participativa y sociable. Se lleva bien con todos, lo que
le lleva a adoptar el rol de mediadora en los problemas.
-Comparsa(DPC) Lucas. Es amable, dócil, sumiso, sin criterio propio, y pasivo. Tiene miedo a ser
juzgado, lo que le lleva a retraer su propia personalidad y estar siempre al servicio de lo que hagan
los demás.

Nuestro estudio de aula se centra en un grupo de amigos conformado por 4 niños: Rodrigo,
Alfredito, Mar, Lucas. Tras observar varios comportamientos dentro del aula, y tener una reunión
con algunos de los padres, nos dimos cuenta de que existía un problema relacionado con los roles
de los alumnos, los cuales eran muy marcados y habían llevado a ciertos alumnos a ser muy sumisos;
mientras que otros se sentían superiores.

El problema consistía en lo siguiente:

Rodrigo es un niño que ha adquirido el papel de matón y desafiante. Es un niño repetidor, que tuvo
una mala experiencia el año pasado sintiéndose aislado del grupo. Esto le ha llevado a adoptar un
papel autoritario y desafiante ante los compañeros y profesores, por miedo a repetir la experiencia
pasada.
Lucas es el mejor amigo de Rodrigo desde el inicio de curso. El año pasado, Lucas era un chico
muy tímido y aplicado, que no se metía en problemas e intentaba pasar desapercibido, tenía un rol
de buen compañero. Cuando Rodrigo llegó a clase, Lucas vio en él la oportunidad de salir de su
aislamiento e integrarse en el grupo. Ese afán por querer integrarse, le ha llevado a adoptar un rol
de comparsa, pues ha dejado de lado su personalidad propia, siendo más despistado en clase, e
incluso llegando a tener problemas con compañeros y profesores.
Alfredito es un chico sociable, despreocupado, risueño, poco estudioso, inquieto… adoptando el
rol de comediante en la clase. Este año, Alfredito se ha hecho gran amigo de Rodrigo; y en ocasiones
compite con Lucas por la amistad de este. Esto le lleva a burlarse o crear bromas contra Lucas, que
normalmente son apoyadas por el grupo en general, debido a su carácter extrovertido.
Mar es una niña buena, empática, inteligente y aplicada. En el grupo actúa de mediadora ya que es
amiga de todos los miembros que lo forman. Intenta que Lucas encuentre su propia personalidad.
Además, intenta que Rodrigo y Alfredo se comporten mejor tanto con Lucas como con el resto de
compañeros y hace que la clase sea más llevadera. El estar continuamente pensando en qué es lo
mejor para los demás, la lleva a descuidar lo que ella realmente quiere.

Nos empezamos a dar cuenta del problema cuando Mar acudió a nosotras para pedirnos ayuda,
diciendo que le daba mucha pena cómo trataban a Lucas cuando los profes no lo veíamos, y que le
habían pedido a Lucas que pegase a un compañero del curso inferior.
Tras esto, hablamos con otros profesores, que nos comentaron que Lucas en cursos pasados era un
estudiante ejemplar. Esto nos sorprendió, pues Lucas este año estaba dando bastantes problemas.
Ante esto, decidimos tener una tutoría con los padres de Lucas, por si había algún problema en casa
que pudiese afectar. Estos nos advirtieron que no había habido ningún cambio considerable en el
ámbito familiar, pero que Lucas no paraba de hablar de un nuevo compañero llamado Rodrigo. Nos
explicaron que Lucas idealizaba a su amigo, hablaba mucho de él y quería invitarle siempre a jugar.

Ante esto, seguimos observando la conducta tanto en clase como en el patio. Efectivamente, Lucas
estaba siempre pendiente de lo que hacía Rodrigo; y le imitaba en todo lo que hacía. Así mismo, en
el patio, Rodrigo decidía siempre a qué jugar, y no obtenía objeción por parte de ninguno de los
alumnos.
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Decidimos hablar con los padres de Rodrigo, para intentar entender mejor la conducta del alumno.
No obtuvimos mucha implicación por su parte. Los padres están separados, no tienen buena relación
entre ellos, y Rodrigo no recibe mucha atención por su parte.

2. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS a lograr para mejorar la convivencia y


desarrollo personal de los alumnos.

Nuestros objetivos generales como docentes son los siguientes.


 En primer lugar, debemos conocer cuáles son las situaciones potencialmente peligrosas en
el aula, observando reiteradamente conductas potencialmente disruptivas en los alumnos.
 Así mismo, debemos fomentar la integración plena de todos los alumnos, a través de
dinámicas en el aula que les sirvan para quitar vergüenzas y soltarse con los compañeros.
 Debemos diseñar espacios de aprendizaje en contextos de diversidad, que atiendan la
igualdad de género, la equidad y el respeto a los derechos humanos.
 Desempeñaremos las funciones de tutoría y de orientación; tanto de los estudiantes como
de las familias, atendiendo a las particularidades de cada caso.

Los objetivos más específicos, orientados a nuestra clase en concreto, podrían ser los siguientes.
 Realizar actividades cooperativas, con especial énfasis en los primeros meses de clase.
 Promover la participación de todos los alumnos por igual, animando a los más tímidos a
que intervengan y evitando que los más dominantes (como Rodrigo), sean los únicos en
intervenir.
 Desarrollar metodologías activas como el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje
cooperativo, pues mejoran la convivencia escolar y reducen el acoso.
 Tendremos en cuenta cómo organizar la disposición del aula, basándonos en el modelo de
César Bona. Repartiremos él aula en mesas grupales, de modo que cada grupo pertenezca a
un continente, y creen sus propias reglas. Además, incluiremos diferentes roles y proyectos
como “la lista negra de los que hablan demasiado”.

3. POSIBLES PROBLEMAS Y SOLUCIONES.

Al llevar a cabo actividades de metodologías activas que tienen como objetivo fomentar la
cooperación y la unión de grupo, ciertos tipos de alumnos pueden adoptar una posición pasiva o
incluso agresiva negándose a ser partícipe de las actividades. Esto creará un ambiente negativo para
el desarrollo educativo del propio grupo. Para evitar esto, intentaremos separar a los alumnos más
conflictivos como pueden ser Rodrigo y Alfredito, para que su comportamiento no se retroalimente.
Además, intentaremos que este tipo de alumno este acompañado por perfiles como Mar.

Otro problema que puede aparecer en la disposición del aula, es que ciertos alumnos no cumplan
las normas establecidas por su grupo. De este modo, como docentes aplicaremos un castigo positivo,
es decir, estableciendo una actividad que no le guste, ya sea recoger el material, borrar la pizarra...
Así conseguiremos modificar la conducta de este alumno.

En el apartado de participación, alumnos con personalidad introvertida, como en este caso Lucas,
se verán frustrados e incómodos en este tipo de dinámicas. Para ello intentaremos aportar una
solución, en la que el alumno se sienta cómodo y pueda fomentar su parte participativa:
Realizaremos actividades más lúdicas y grupales para que no se sienta el centro de atención y vaya
perdiendo el miedo a intervenir, para que sea más sencillo en las primeras sesiones estará
acompañado de los compañeros con más afinidad.
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4. DESARROLLAR UNA ACTIVIDAD A TRABAJAR (bien en el aula o en familia) O


METODOLOGÍA.

Como licenciadas de CAFYD, hemos pensado realizar una tarea deportiva que mejore la cohesión
de grupo.
La actividad se desarrollará durante la asignatura de Educación Física, en el pabellón deportivo del
centro escolar.
Dado el problema que hemos detectado en el aula, hemos decidido desarrollar una serie de
actividades lúdico-deportivas de cooperación y de contacto entre los alumnos.
En el desarrollo de estas actividades, evitaremos en todo caso la competición, para que no se creen
rivalidades entre los alumnos, ni aumenten las ya existentes.
Para ello, la primera actividad a desarrollar es la siguiente:
Los alumnos se disponen en un círculo próximo. Un miembro de la clase tendrá una pelota de tenis
en su mano. La actividad consiste en lanzar la pelota a otro compañero. Este deberá decir algo bueno
del lanzador. A su vez, el que haya lanzado la pelota dirá algo bueno del receptor. Estos halagos
pueden referirse al físico, a la personalidad, sensaciones… Especificaremos que todo el mundo debe
intervenir, y que intenten no cerrarse a su círculo más próximo, fomentando la interacción grupal.
Con esta primera actividad habremos creado un mejor ambiente en la clase, los niños estarán
receptivos para poder seguir desarrollando la sesión.

La segunda actividad se basa en la interacción visual y física entre los alumnos. Todos los alumnos
andarán por el pabellón. Cuando se crucen con un compañero, deberán establecer contacto visual, y
mantenerlo hasta que esa persona salga de su campo de visión.
Tras esto, pasaremos a la segunda fase. Ahora, cada vez que se encuentren con un compañero/a,
deben darle la mano. Cuando se sientan cómodos, deberán pasar a abrazar durante un par de
segundos al compañero con el que se encuentren, para establecer así una armonía entre ambos.

Una vez conseguido este clima de mayor confianza, realizaremos grupos de unos 5 alumnos, de
forma totalmente aleatoria, para que sean capaces de relacionarse con todos los miembros en
condiciones de igualdad. 4 de los alumnos se dispondrán círculo, y el quinto estará en el medio. Este
último alumno debe ofrecer su peso a cada uno de sus compañeros. A su vez, el alumno que reciba
el peso, debe realizar un contrapeso para conservar el equilibrio. Todos deben pasar por la posición
del centro, para ser capaces de confiar en cada miembro del grupo, y no sólo en ciertas personas
más cercanas.

Por último, realizaremos una última actividad más dinámica, pero igualmente cooperativa.
Propondremos la actividad: “qué hay en mi maleta”, pero adaptada a movimientos corporales. De
esta manera, los alumnos se volverán a disponer en círculo. El docente empezará el juego, para
evitar que el primer alumno sienta vergüenza.
El profesor comenzará diciendo: soy (nombre) y meto en mi maleta (y realizará un gesto, por
ejemplo saltar, agacharse…).
Tras esto, el siguiente debe repetir el movimiento anterior e incluir el suyo con la misma frase, y así
de manera sucesiva.

Con esta sesión, habremos conseguido que los alumnos olviden sus prejuicios y etiquetas previas,
al realizar actividades de cooperación y colaboración en las que todos pasan por todos los roles. Por
ejemplo, Rodrigo dejará de lado su papel dominante y agresivo; y Lucas se sentirá menos cohibido
y más integrado.

5. INSINUACIÓN DE PREDICCIONES.

Al aplicar este tipo de actividades, nuestro objetivo es aumentar la cohesión y la integración en la


clase. Cabe destacar que esto es el principio de una programación docente más amplia y
acumulativa, en la que los alumnos cogerán cada vez más confianza y responderán de forma más
activa a las tareas propuestas.
Además, los grupos de trabajo irán cambiando, por lo que los alumnos tendrán contacto con todos
sus compañeros. Este concepto de “piña” se mantendrá en los siguientes cursos, acabando así con
los problemas existentes en el curso actual.
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Somos conscientes de que este tipo de actividades pueden generar cierto rechazo al principio, y es
por ello que iremos introduciéndolo de forma progresiva, y explicando que es algo totalmente
normal.
Si en alguna actividad observamos una reacción negativa o cierto rechazo a las actividades, ya que
son niños y pueden sentirse cohibidos, retrocederemos un paso hacia atrás, disminuyendo el
contacto, hasta que veamos que la clase está preparada para esa actividad.
Si observamos que un alumno en concreto se niega a realizarlo, o está dificultando la dinámica del
grupo, no le aislaremos o castigaremos. Al contrario, haremos que se sienta comprendido,
motivando así su interés por la actividad.
La disposición habitual de las tareas será en círculo, lo que fomenta la equidad entre los alumnos.
Si utilizáramos otros métodos, como las filas, los alumnos del principio podrían sentirse de alguna
forma modelos para los de posiciones inferiores.

6. CONCLUSIÓN GRUPAL:

En nuestro caso, siendo compañeras tanto dentro como fuera de la universidad, la organización y la
cohesión del grupo ha sido espléndida. Hemos optado por hacerlo de manera presencial con todos
los integrantes para facilitar el aporte de ideas y que no existan limitaciones en la comunicación.
Respecto a los roles que hemos cumplido individualmente, hemos conseguido clasificarnos de esta
forma:
- el coordinador ha sido Jimena, que ha sido capaz de fijar los objetivos y promovió
la toma de decisiones sobre el grupo;
- el investigador ha sido Andrea, que ha tenido una actitud positiva durante el trabajo
proporcionando diferentes enfoques y oportunidades además de hacer partícipe a
su madre(profesora de primaria)
- Carlota ha sido la cohesionadora del trabajo escuchando a los integrantes y
otorgando calma en ciertos momentos de agobio grupal.
- Finalmente, Noelia ha desarrollado el rol de impulsor tomando la iniciativa y
evitando parones innecesarios durante la realización.
Tras analizar los roles que clasificamos, nos preguntamos unas a otras si coincidía el rol otorgado
con la respectiva personalidad propia. En todos los casos, hay cierta similitud entre el tipo de
personalidad y cómo ha actuado en el grupo.
Generalmente, no hemos encontrado ningún problema de gravedad referente a la realización del
trabajo pero una de las limitaciones ha sido que al querer hacerlo presencialmente, la falta de tiempo
nos ha repercutido.
Por otra parte, en un futuro como docente, todas pensamos que esta actividad nos va a ser útil, ya
que nos lleva a casos reales, extrapolando la teoría a un caso práctico imaginativo que se nos puede
repetir en nuestra futura vida como docente. Además, ser conscientes de la clasificación que se
puede hacer a los alumnos nos permite poder predecir futuras situaciones que se nos presenten.
Finalmente, queremos destacar la retroalimentación que nos aportan individualmente los trabajos
grupales como este que fuerza a la comunicación e intercambio de opiniones.
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ENTREVISTA A FAMILIARES PROFESORES SOBRE CÓMO RESOLVERÍAN EL


PROBLEMA

Como dos de las integrantes del grupo cuentan con madres profesoras, les hemos expuesto el caso,
y les hemos pedido que explicaran qué actividades realizarían para abordarlo. Estas fueron sus
respuestas:

La primera profesora entrevistada, Nuria, ha expuesto que tras haber evaluado y conocido el
caso, está de acuerdo en la resolución que hemos realizado pero nos ha dado las siguientes
propuestas aportando su manera personal de resolver o abordar el conflicto.
Nuria (madre de Andrea) utilizaría una actividad que consistiese en recrear un teatrillo en base a los
roles de las personas que hemos destacado. Lo que se pretende fomentar y destacar de este proceso
es la empatía, ya que los roles estarán intercambiados para que cada alumno sienta en su persona
como se sienten ciertos compañeros suyos. Por ejemplo, Rodrigo adoptaría un rol en la obra de
compañero vulnerable, sumiso y pasivo (como podría ser Lucas) y quizá una persona como Lucas
adoptaría el rol de Alfredito. De esta manera, conseguiremos hacer entender como con tus acciones
afectas al resto de compañeros, y así poder corregir y erradicar conductas perjudiciales o
innecesarias.
Además de esta propuesta a modo de actividad, Nuria personalmente separaría a este grupo
mezclándolo con otros compañeros del aula para evitar que se siguiera dando esta situación e
intentar fomentar un clima de adaptación y educación. A su vez, intentaría ayudarse de alumnos con
el perfil de Mar para conseguir un buen clima social y académico.

Ante la situación presente en este aula habría que actuar de inmediato, tomando medidas a corto
plazo, esperando que den resultados a medio y largo plazo.
Para intentar deshacer esa estructura jerárquica que se ha instaurado entre el grupo, propondría
varias dinámicas:
 Realizar una actividad con todo el grupo, en la cual cada alumno escribiría en un folio algo
positivo y algún aspecto a mejorar sobre sí mismo y cada uno de sus compañeros.
Así, tras una exposición posterior común de todo lo reflejado, abriría un debate sobre lo que
consideramos como un valor para el grupo como pequeña sociedad, y lo que no beneficia la
convivencia.
Todo ello, quedaría recogido en un mural de aula, elaborado por los niños y presente durante todo
el curso para acudir a él cuando surgieran los conflictos.
La clase estaría dividida en grupos de trabajo. Rodrigo, Alfredo, Mar y Lucas estarían en grupos
distintos. Estos grupos de trabajo también serían los encargados semanales de registrar conductas
negativas y conflictos que tuvieran lugar tanto dentro del aula como en el tiempo de recreo. Entre
todos los alumnos, establecerían una serie de consecuencias consensuadas, guiados por el tutor, para
aplicar a los alumnos o grupos de alumnos que no respetaran los valores que habían quedado
establecidos en el mural. También incluiría consecuencias positivas, pequeñas recompensas no
materiales, para los alumnos o grupos que colaboraran en mejorar la situación. Así, todos serían más
conscientes de la importancia del papel que juegan dentro del aula, de los beneficios comunes que
se consiguen cuando se actúa bien, y esa responsabilidad no recaería solamente en los alumnos que
adoptan el rol de mediadores, pues todos ellos.

En una sesión semanal, los viernes preferiblemente, trabajaríamos con cuentos o cortos, adaptados
al nivel de los alumnos, valores que quisiéramos trabajar en el aula.

También propondría que individualmente o por grupos, que escribieran reflexiones o cuentos, o que
hicieran ilustraciones sobre lo que han sentido en situaciones similares a las que se plantean en los
cuentos o los cortos, o en situaciones en que se hayan dejado llevar por sus emociones, tanto
positivas como negativas.

Es muy importante dedicar el tiempo necesario para que expresen sus sentimientos, para poder
entender cómo actúan, por qué lo hacen y qué consecuencias tienen sus actos para sí mismos y para
los demás.

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