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Asignatura: Salud y Educación Ambiental

Guía de apoyo para responder cuestionario 2 de la unidad I


correspondientes al corte I.

El Ambiente:
Tipología, Enfoques, relaciones e
interrelaciones Hombre-Naturaleza.

Facilitadora: MSc. Andreina Rangel

Abril, 2022
Ambiente
El Ambiente, como un sistema dinámico definido por las
interacciones físicas, biológicas, sociales y culturales, percibidas o no,
entre los seres humanos y los demás seres vivientes y todos los elementos
del medio en el cual se desenvuelven, bien que estos elementos sean de
carácter natural o sean transformados o creados por el hombre.

El sistema ambiental
Entendido como un conjunto de relaciones en el que la cultura actúa
como estrategia adaptativa entre el sistema natural y el sistema social.

La problemática ambiental
Concebida como un problema social que refleja un tipo de organización
particular de la sociedad y una relación específica de esta organización con
su entorno natural.

La educación ambiental
Considerada como el proceso que le permite al individuo
comprender las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir
del conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social,
económica y cultural para que, a partir de la apropiación de la realidad
concreta, se puedan generar en él y en su comunidad actitudes de
valoración y respeto por el ambiente.

La integración de cada uno de estos términos o conceptos, hace


parte de lo que es la visión sistémica de ambiente, la clasificación anterior
es un desglose del concepto que permite visualizar más profundamente lo
que se entiende por ambiente y todos los aspectos que lo componen. Por
otro lado, para entender el concepto de ambiente desde una visión
sistémica, es necesario saber la definición de sistema, aunque es un
concepto complejo, se puede entender así:
“Un sistema está constituido por elementos en interacción,
formando un todo de complejidad creciente. Su importancia estriba en las
interacciones que los elementos crean entre sí, pues el conjunto de estas
interacciones constituye la riqueza del sistema. Los elementos integrados
uno dentro de otro son unidades”. Aguaded (2008).

Teniendo en cuenta lo expuesto hasta aquí, se debe comprender


que el concepto de ambiente no puede reducirse estrictamente a la
conservación de la naturaleza, a la problemática de la contaminación por
basuras o a la deforestación, es más amplio y se deriva de la complejidad
de los problemas y potencialidades ambientales y del impacto de los
mismos no sólo en los sistemas naturales, sino también en los sistemas
sociales.

Concepción del ambiente: sistémica o físico – natural


La visión sistémica tiene que ver con la forma holística de definir el
ambiente, es decir, se tienen en cuenta los cuatro componentes: físico,
natural, social y cultural. En la visión físico – natural solo se tiene en
cuenta estos dos aspectos, dejando de lado lo social y cultural. La visión físico
– natural, en general se plantea como lugar o espacio en el que se dan diversas relaciones
entre los seres vivos y los no vivos.

Tipos de entornos ambientales


El término ambiente significa “aquello que rodea”, es decir, se trata
del ámbito en el que viven y que condiciona a los seres vivos. Dentro de
estos, se puede hacer alusión a dos tipos de medio ambiente: el natural y
el artificial, a propósito de ello es importante señalar Los
elementos naturales son: el sol, la tierra, el agua, el aire, las
sustancias y compuestos químicos, así como los seres vivos. Los
elementos artificiales o inducidos son los creados por el hombre
y que no existen en la naturaleza.

El medio ambiente es un sistema formado por


elementos naturales y artificiales que están interrelacionados y que
son modificados por la acción humana. Se trata del entorno que
condiciona la forma de vida de la sociedad y que incluye
valores naturales, sociales y culturales que existen en un lugar y
momento determinado

Antropocentrismo: Uno de los Obstáculos para


Avanzar
El antropocentrismo es una teoría filosófica en la cual se concibe al
ser humano y sus intereses como el centro de todo, por lo que se produce
una supeditación de lo “demás” (seres vivos, medio ambiente, etcétera) a
las necesidades y bienestar del ser humano.

Por su parte, Descartes propuso una visión dual del mundo


otorgándole primacía a los seres humanos por ser la única especie
poseedora de alma y mente; en tanto que el resto de la creación sólo es
materia que funciona inconscientemente, de esta manera Descartes abrió
una brecha entre el hombre y la naturaleza. En 1633, en Fabula
mundi proponía grosso modo una visión antropocéntrica al mencionar
“portaros como si fuéramos dueños y señores de la naturaleza”. En
consecuencia, se dejó fuera de la ecuación a los seres vivos, ya que el ser
humano, como único ser viviente portador de razón se establece como la
figura predominante del planeta, mientras que el medio ambiente pasa a
cumplir el papel de un mero instrumento, todo esto contra lo dispuesto en
la Carta Mundial de la Naturaleza, emitida en 1982 por la Asamblea
General de Naciones Unidas, que dicta: 

“La especie humana es parte de la naturaleza […] Toda forma de


vida es única y merece ser respetada […] y con el fin de reconocer a los
demás seres vivos su valor intrínseco, el hombre ha de guiarse por un
código de acción moral”.

Bajo el régimen del antropocentrismo han nacido normas,


corrientes ideológicas, posturas políticas entre otras, mediante las cuales
situando al ser humano en el centro manipulan el medio ambiente hasta
el punto de destrozarlo, sin reparar en que el deterioro causado a la Tierra
desembocará tarde o temprano en un daño a la propia especie humana. El
pronóstico científico nos señala que llegaremos a un punto en el que ya no
habrá retorno, nos señala que estamos en el camino hacia ningún lugar.
Desbancar el antropocentrismo como eje central de la ideología humana
conlleva replantearnos cuestiones éticas de carácter histórico a la luz de
nuevos elementos de juicio. El tema de la interrelación hombre-medio
ambiente es uno de los asuntos que debe analizarse tomando en cuenta
todos los elementos (no únicamente al ser humano y sus intereses).

Posturas Filosóficas que Promueven un


Enfoque Holístico
Las normas ambientales son las que menos cumplimiento
tienen, entre otras razones por la falta de decisión política del
Estado para hacerlas cumplir o por la prevalencia de privilegios
económicos. Frente a éstos escollos parecería que una primera
solución es, como se propuso en líneas anteriores, abandonar el
antropocentrismo en toda la línea política y legislativa nacional y,
como consecuencia, lograr el reconocimiento de la naturaleza como
sujeto de derechos incluyendo, desde luego, los derechos de todos
los seres vivos.

“Deberíamos cuestionarnos si las bases filosófico-


jurídicas que sustentan a la normatividad son las oportunas o
si debemos mutar hacia una corriente nueva que ofrezca una
cura para el mal que se ha causado a nuestro medio ambiente y
a nuestros seres vivos no humanos.”

La postura holística nos estima como integrantes y no como


dueños y señores, entendiendo que formamos parte de un sistema
en el que interaccionan elementos bióticos y abióticos dentro de
ciertos umbrales y límites físicos de sustentabilidad y adaptación.

Enfoque Biocéntrico
El biocentrismo va más allá de las posturas utilitaristas, donde
todas las especies vivientes tienen la misma importancia. Es el
reconocimiento del valor inherente de todas las formas de vida. De
este modo, la Naturaleza es sujeto de valores, sujeto de derechos.
Y en este sentido, se debe avanzar en la discusión de una ética
ambiental en relación a una ética social que propenda a
una justicia ambiental y ecológica.

“Una vez que se logra el reconocimiento de esos valores


intrínsecos, se generan inmediatamente obligaciones, incluso
derechos sobre el ambiente y los seres vivos, que deberán ser
atendidos por las personas, agrupamientos sociales,
empresas, el Estado, etc. Desde allí se pueden comenzar a
explorar nuevas políticas ambientales construidas desde el
respeto Biocéntrico”

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