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Ética Profesional
Ética y ecología
Por
Maryangel Ortiz
Marisel Márquez
Sandro Paredes
1
Introducción
Dentro del contexto de la crisis del medio ambiente se puede apreciar la profunda
consecuencia de las decisiones y acciones humanas. Lo que hagamos o dejemos de hacer
respecto a la naturaleza no puede ser conducido por criterios solamente económicos, es
necesaria una reflexión ética que nos permita situarnos correctamente y decidir las acciones
que más correspondan con la dignidad y misión del ser humano. El tema de la crisis ecológica
se nos presenta como un tópico que no se puede entender sin una reflexión ética.
El colegio ha de ser una instancia de formación integral. Todas las disciplinas que se imparten
en el sistema escolar deben estar orientadas a que las personas puedan descubrirse y
desarrollarse como tales. Esta premisa implica que todos los ámbitos de la vida deben ser
incorporados de una u otra manera en el currículo. La formación ética, en este contexto es de
vital importancia, pues es la disciplina que sitúa y confronta al hombre con la realidad y
contexto vital en el que se encuentra inserto. En este sentido, la preocupación por el medio
ambiente no puede estar ajena de la reflexión ética en el contexto educativo.
2
1. Ética y ecología
1.1 El problema
El tema sobre el cuidado del medioambiente ha tenido en los últimos decenios una
importancia creciente en la discusión política y económica mundial. A la preocupación por
el debilitamiento de la capa de ozono se suma hoy el del cambio climático, fruto del conocido
“efecto invernadero”, la creciente deforestación, la disminución de las tradicionales fuentes
energéticas, etc. Esta preocupación se debe a variadas causas. Entre ellas está el que muchos
de estos problemas se habían pronosticado hace tiempo, se agrega a esto la gravedad de estos
y el que las consecuencias nefastas tienen no sólo una resonancia regional, sino global. Estos
temas ya no son problema de un país, sino una preocupación que afecta a todos los miembros
del planeta. Por su parte, algunos temas regionales se han acentuado, como el de las aguas
residuales, los tratamientos de residuos sólidos, el uso y aprovisionamiento de agua, entre
otros1. Esta preocupación por el cuidado del medio ambiente no debe entenderse separado
del tema económico y al tecnológico. Tradicionalmente las vías más contaminantes de
producción son las más eficientes.
La crisis ambiental ha dado a luz, dentro de este paradigma una conciencia ética que
comprende conceptos como la limitación de los recursos naturales, un nuevo concepto de
progreso y desarrollo, la planificación de la población humana y la urgencia de subordinar la
técnica a un sistema de valores medioambientales.
A un nivel filosófico y ético, la preocupación por el medio ambiente había sido un tema más
bien marginal. En nuestra cultura occidental la preocupación ha estado mediada
1
El día 1 de septiembre de 2008, Mons. Luigi Infanti, obispo de Aysén, publicó una carta pastoral respecto a
un problema ecológico titulada Danos hoy el agua de cada día. En ella menciona las siguientes situaciones
alarmantes respecto a la llamada crisis ecológica: “abuso y sobreexplotación de recursos naturales no
renovables; emisión de gases contaminantes y consiguiente calentamiento global del planeta Tierra;
debilitamiento de la capa de Ozono; derretimiento de glaciares (Polos, Campos de Hielo); contaminación de las
aguas (con productos químicos y residuos industriales no tratados, metales pesados,...); devastación de los
suelos (incendios, contaminación,...); erosión de terrenos no renovables; destrucción de flora y fauna, y especies
vegetales y animales; grave deterioro o pérdida de la biodiversidad; depósito no controlado de residuos sólidos
no reciclables (especialmente plásticos) olvido de las leyes naturales (interrelación, diversidad y finitud de la
naturaleza)”. Pág. 19.
3
fundamentalmente por la cultura cristiana y la concepción del mundo como creación de Dios.
El lugar del hombre en la naturaleza es entendida desde esta perspectiva. Hoy que el tema se
ha ido agudizando la reflexión al respecto se ha ido sistematizando y ha adquirido una mayor
autonomía. Podríamos resumir en dos los paradigmas fundamentales desde donde hoy se
aborde el tema medioambiental en la ética: el antropológico, que mira el problema desde la
decisión del hombre; y el fisiocéntrico, que mira el problema desde la naturaleza.
Dentro del paradigma antropocéntrico se ampara una vertiente utilitarista. Esta vertiente se
vincula con el antropocentrismo a partir del principio de utilidad. Este afirma que una acción
se justifica si otorga felicidad y bienestar a los afectados por ella. Por tanto, el tener interés y
preocupación por el bienestar del hombre implica tener un interés y preocupación por la
naturaleza, en cuanto la felicidad del hombre se realiza siempre en un contexto natural
propicio. Así el destino de la naturaleza puede entenderse conjuntamente con el destino del
hombre por este principio de utilidad. Podemos ver que el mundo moral se amplía a los
deberes y obligaciones del hombre para con la naturaleza en cuanto ella es el hábitat donde
el hombre alcanza su felicidad. El modelo antropológico utilitarista entiende al hombre como
beneficiario de la naturaleza y construye una ética que justifica una determinada conducta
respecto a la naturaleza basada en las necesidades terapéuticas, estéticas, biológicas,
económicas, etc. que la naturaleza satisface. El argumento de fondo es que de un
2
Cf. GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), Ética del medio ambiente. Tecnos, España 1997, 31-32.
4
comportamiento inadecuado con la naturaleza se puede desprender un impedimento para el
bienestar del hombre3.
3
Cf. GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), op. cit., 32-33.
5
mismo4. En cambio, para el fisiocentrismo, el sujeto moral es la biósfera o comunidad
biótica5.
En vez de ser soberano del cosmos el hombre debe contentarse con ser “ciudadano de la
comunidad biótica”. Para ello es necesario un nuevo modelo ético que tome sus principios y
categorías de la ciencia ecológica o de la biología. El visionario de este horizonte ético fue
Aldo Leopold (1949) quien propuso una “ética de la tierra” o Landethic6. Según él la
civilización, el desarrollo económico y el sistema de vida de la sociedad occidental se ha
construido sobre la dualidad hombre-naturaleza, por la cual la humanidad debe dominar,
someter y transformar su entorno. Esto, para él, debe ser cambiado. La naturaleza se asemeja
a un macroorganismo, o “pirámide biótica” en proceso de desarrollo. La cultura, e incluso la
técnica, en cuanto creaciones humanas, no han de entenderse como una corrección de la
naturaleza, sino como despliegues de las posibilidades inmanentes de la misma7.
4
Cf. GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), op. cit., 37-38.
5
Por comunidad biótica entendemos una asociación de especies en interacción que viven en una zona
concreta, a menudo se define como todos los organismos que viven en una zona concreta. Cf. MOLLES, M.,
Ecología, conceptos y aplicaciones. Mc Graw Hill, España, 2006, 635.
6
Aldo Leopold publicó un ensayo titulado A Sand County ALmanac and Sketches Here and There (1949),
Univ. Press, Oxford-Londres.1968 que será programático para el movimiento medio ambiental. Cf. Cf.
GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), op. cit., 38.
7
Cf. Ibíd.
8
Cf. GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), op. cit., 39.
6
conciencia, valor, placer, felicidad, virtud, etc. se entienden de manera novedosa,
determinados por la comunidad biótica como valor supremo. La estabilidad y el equilibrio
asumen el rol normativo de las conductas, como lo es el sumo bien en la tradición moral. La
ética ecológica exige renunciar a la autonomía y al egoísmo de la especie humana y optar por
un hombre integrado, dependiente de la naturaleza y solidario con el cosmos.
9
Cf. GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), op. cit., 41-42.
10
Para la teología, más que antropocentrismo se trata de un cristocentrismo, hay un antropocentrismo relativo,
y la naturaleza se define como proceso para la vida del hombre y la gloria de Dios. Cf. LUCAS, J. “La creación
de la naturaleza, un proceso para la vida del hombre y la gloria de Dios”, en GALINDO, A (Ed.). Ecología y
creación: fe cristiana y defensa del planeta. Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca
1991. 19-35.
11
Para profundizar en la reflexión teológica sobre el tema el artículo de JOSÉ-ROMÁN FLECHA, Ecología y
fe cristiana, en GÓMEZ-HERAS, J.(Coord.), Ética del medio ambiente. Tecnos, España 1997; y GALINDO,
A (Ed.). Ecología y creación: fe cristiana y defensa del planeta. Publicaciones Universidad Pontificia de
Salamanca, Salamanca 1991.
7
servidor y parte de una comunidad biótica con la cual tiene una responsabilidad mayor. El
hombre se entiende inserto dentro de un ecosistema, el cual debe mantener y cuidar, no sólo
porque de él depende su futuro, sino porque no puede comprenderse independiente de él. Por
ecosistema entendemos una comunidad biológica, más todos los factores abióticos que
influyen en ella, es decir, los recursos naturales, la cultura, el lenguaje, etc.12.Comparte, como
organismo, con la comunidad biótica las leyes de la naturaleza, pero al igual que ella, es
sujeto de desarrollo y evolución; sólo por las decisiones éticas correctas el hombre y la
naturaleza llegarán a plenitud. La naturaleza depende de la decisión del hombre para subsistir.
Esta visión del hombre como parte de un ecosistema es la que guía la segunda parte de esta
presentación.
Las instituciones públicas deberían realizar un esfuerzo para introducir una ética ecológica
dentro de estructuras educativas, pero ante eso hay que considerar la formación inicial del
profesorado. La universidad en la formación de profesores no se ha preocupado de introducir
en los planes de estudio alguna asignatura, en última instancia optativa, de educación
ambiental o éticas ecológicas. Frente a esta problemática nos damos cuenta que existe una
mentalidad poco responsable con el medio ambiente y lo que se necesita es crear
profesionales y ciudadanos capacitados para educar en solidaridad para una humanidad
sostenible.
Creemos que es difícil la tarea educativa cuando la cultura ambiental o ecológica ha entrado
al mismo tiempo que la moda del consumo, por ende la tarea es y será lenta, porque el proceso
educativo debe realizarse en un marco de libertad y no de ideologización. Para garantizar una
12
MOLLES, M., op. cit., 635.
8
ética ecológica es crucial formar profesionales responsables de que la educación ambiental
sea una realidad tanto en el ambiente de las aulas, fuera de ellas y en el entorno vivido a
diario.
Nueva propuesta
metodológica Una nueva cosmovisión del Formación inicial
profesorado diferente
Frente a la en sus
Cosmovisión
Crisis biocéntrica Objetivos
ecológica
Conceptuales
Educación
ambiental
Actitudinales
Aptitudes
Si bien las necesidades humanas son muy amplias y viene definidas, muchas veces, por la
cultura, algunos países han puesto los parámetros de las necesidades muy alto y la
9
globalización de esos hábitos a encendido la alarma de los límites, esto es la capacidad de
carga del ecosistema.
Por otra parte, también quisiéramos destacar la “Cumbre de la Tierra”14 Río 1992.
Si bien fue ya hace muchos años es una cumbre que marco precedentes dentro de las políticas
medio ambientales, ya que giraba en torno al tema más importante que tiene planteado hoy
en día la comunidad mundial: cómo conciliar la actividad humana con las leyes de la
naturaleza y cómo conseguir un desarrollo sustentable. Esencialmente destacamos el Tratado
de Educación Ambiental para sociedades sustentables y responsabilidad global. La educación
ambiental no se considera un lujo de los países ricos sino que debe alcanzar, a los ciudadanos
que sufren los problemas ambientales. Debe formar ciudadanos con conciencia local y
planetaria que trabajen en una perspectiva sistemática y que cuiden de la cultura y la
13
ARAMBURO, F., Medio Ambiente y Educación, Síntesis educación, España 2000, pág.56.
14
ARAMBURO, F., op. cit., 61
10
naturaleza que nos es patrimonio de unos pocos sino un conocimiento diversificado,
acumulado y producido socialmente.
a) Colegio
b) Profesor
11
En las necesidades de soluciones de recambio
examinar y evaluar los y los valores a ellos
problemas ambientales asociados.
como condición previa a
la toma de decisiones. Capacidad de evaluar
de forma autonoma las
En la importancia de la soluciones alternativas.
clarificación de los
valores humanos Capacidad de
divergentes antes de la identificar y clarificar
toma de decisiones. su propio sistema de
valores.
Capacidad de evaluar y
modificar su propio
sistema de valores.
c) Alumno
Respeto del
Apertura a los Intra e Inter Medio
otros Grupal ambiente
Protección
Del medio
Tolerancia Responsabilidad ambiente
Solidaridad
Defensa del
medio
ambiente
Ciudadanía
activa
Medio
Interés ambiente
general local
Espíritu
Crítico
Actuaciones
Medios de Medio
comunicación ambiente
global
12
Conclusión
Primero, podemos darnos cuenta que el problema ecológico es un tema serio y que no debe
estar sujeto a intereses egoístas y de corto plazo. La exposición general de la primera parte
de nuestro trabajo trató de situarnos en lo que podemos denominar una reflexión ética seria
sobre el medio ambiente. No se hace una ética sólo para responder a un hecho puntual, como
es el caso de una “crisis ecológica”. A lo mucho, esta crisis nos puede poner en alerta. Lo
importante es que el tema ecológico sea una preocupación permanente, seria y profunda en
los distintos niveles de participación social.
Segundo, no podemos entendernos de manera aislada, como tampoco podemos hacer una
comprensión sería de cualquier tema si no es en relación a los muchos factores que influyen
en él. Esta conclusión podemos llamarla epistemológica. La ética ecológica nos ayuda a
entender que no podemos comprender de forma aislada la realidad, siempre hay
consecuencias e interdependencia.
Tercero, dentro de las implicancias prácticas de la educación ambiental, si bien poco a poco
se generan nuevas estrategias para enfrentarse el asunto, no son suficientes, se requiere un
cambio de mentalidad desde las estructuras más amplias como lo son el Estado, hasta la más
particular que es la familia.
Los grupos sociales van modificando las estructuras del ecosistema, pero esta modificación
está siendo tomada como un mero dato, el cual no influye aparentemente en el desarrollo del
ser humano. Frente a esto olvidamos que también debemos entendernos como sociedad a
partir de nuestro territorio o paisaje, o sea desde las huellas que hemos ido dejando en ella.
Por otra parte hay un tema que trasciende las perspectivas políticas e ideológicas, el cual es,
cómo la educación forma a los estudiantes de manera integral, consciente y crítica frente a
los temas ambientales. La educación chilena no debe ni puede desentenderse de que somos
personas insertas en un ecosistema y que la formación de las personas debe considerar este
aspecto que nos constituye como tales.
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