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UNIDAD 1

1-Concepto y Definición de Ambiente. Ambiente y Naturaleza – Ambiente y Ecología. Tesis


amplia, Tesis Restringida y Tesis Intermedia, Concepto constitucional elementos,
condiciones y destino del ambiente. Características del impacto ambiental.
Ambiente-Concepto y definición (libro): El vocablo ambiente deriva de los términos latinos
ambiens-bientis (que rodea o cerca) y se aplica a cualquier fluido o solido que rodea a un
cuerpo. Foguelman y Brailovsky entienden al ambiente como un sistema surgido de la
interacción de los subsistemas sociales, económicos y ecológicos susceptibles de provocar
efectos sobre los seres vivos y las sociedades humanas. Consideran que entre la sociedad y su
entorno se establece un sistema dinámico-espacial en donde actúan recíprocamente
elementos físicos, biológicos y humanos; y fenómenos y procesos naturales, sociales y
culturales, creándose una compleja red de interdependencias en constante interacción.
Daniel Sabsay y José Onaindia nos dicen que el ambiente es un conjunto de elementos
naturales, artificiales o creados por el hombre, físicos, químicos, y biológicos, que posibilitan
la existencia, transformación y desarrollo de organismos vivos.
Jorge Mosset Iturraspe dice que “por ambiente o entorno o medio se entiende la
sistematización de distintos valores, fenómenos, y procesos naturales, sociales y culturales
que condicionan en un momento y espacio determinados la vida y el desarrollo de los
organismos y el estado de los elementos inertes, en una conjunción integradora, sistemática
y dialéctica de relaciones de intercambio entre el hombre y los diferentes recursos”.

Marcelo López Alfonsín entiende por ambiente: "la sistematización de diferentes valores,
fenómenos y procesos tanto naturales como sociales que condicionan, en un determinado
tiempo y espacio histórico, la vida y el desarrollo de organismos vivos, en una simbiosis
integradora de relaciones de intercambio del hombre con los demás seres vivos, de los
individuos entre sí, y entre los diferentes recursos naturales renovables y no renovables".
(Pdfs): Geoffrey St. Hilaire: el concepto de medio ambiente, desde el punto de vista filosófico,
tal expresión se refiere al conjunto de relaciones entre el mundo natural y los seres vivientes,
que influye en la vida y el comportamiento del ser vivo.
Coexisten una multiplicidad de definiciones que abarcan elementos sociales, culturales,
bióticos y abióticos que interactúan en un espacio y tiempo delimitado. Según la Real
Academia Española, medio ambiente es el "conjunto de circunstancias culturales, económicas
y sociales en que vive una persona o grupo humano".
En sentido amplio, el ambiente es el entorno donde las personas desenvuelven su existencia;
comprensivo no sólo de la naturaleza sino también de las modificaciones que sobre ésta
realiza el ser humano. Puede ser conceptualizado como la sumatoria de la naturaleza -
incluyendo recursos y elementos naturales- y las manifestaciones humanas- tanto sociales,
económicas y culturales.
Es decir que puede ser definido como "aquel sistema global constituido por elementos
naturales, artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus
interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural, que rige y
condiciona la existencia y el desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones”. Una
definición totalizadora e integral del ambiente alcanza los recursos naturales y culturales, que
directa o indirectamente conforman el hábitat humano. Gafferata enseña que el vocablo hace
referencia al conjunto de elementos naturales o inducidos por el hombre que interactúan en
un espacio o tiempo determinado, mientras que, en términos operativos, designa entornos
más circunscriptos, ambientes naturales, agropecuarios, urbanos y demás categorías
intermedias. Gelli define al ambiente como el conjunto de elementos naturales o
transformados por el hombre y creados por él, que permiten el nacimiento y desarrollo de
organismos vivos.
La ley general sobre medio ambiente y recursos naturales 64-00, del año 2000, de la República
Dominicana, lo conceptualiza como "el sistema de elementos bióticos, abióticos,
socioeconómicos, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con los individuos y con la
comunidad en que viven y que determinan su relación y sobrevivencia". El ambiente no es
una acumulación de elementos, sino que debe ser entendido como un sistema integrado,
como un conjunto de elementos que interactúan entre sí, provocando nuevas propiedades
que no resultan inherentes a los elementos aislados. El ambiente debe ser considerado como
un todo. Para federovisky, el término medio ambiente incorpora al hombre un papel
protagónico, otorgándole una función primordial a su relación con el medio. El medio
ambiente es una consecuencia directa de la acción humana; los individuos interactúan con la
naturaleza y provocan efectos que no serían posibles sin dicha interacción.
El ambiente puede concebirse de manera restrictiva o amplia. La primera postura (Tesis
Restringida) está integrada por el conjunto de elementos físicos que rodean la existencia de
las personas. Así, la tierra, el aire, el agua, la flora, la fauna y todos aquellos objetos materiales
que son obra del hombre conforman el ambiente, sean elementos de carácter natural o
artificial. Mientras que para la segunda concepción (Tesis amplia) el ambiente abarca también
las circunstancias y condiciones físicas, sociales, culturales y económicas bajo las cuales se
desarrolla la vida humana. Un concepto restringido incluye únicamente los recursos naturales
y la interacción entre éstos. Una concepción amplia comprende, además, el paisaje y los
denominados "valores ambientales" de utilidad, agrado o de placer producidos por el
ambiente.
Ambiente y naturaleza (clase y pdf): Ambiente no es sinónimo de naturaleza. La naturaleza
era considerada como el principio de vida, el principio de movimiento de todas las cosas
existentes. Para federovisky, Naturaleza puede ser concebida de distintas maneras, como
aquello que brinda frutos a los individuos, o bien como una amenaza. Para distinguirla de lo
que es el ambiente, está siempre resulta externa al ser humano, entendido como sujeto social;
el ser humano con su accionar altera ese equilibrio que se presenta en la naturaleza y en cada
uno de los recursos naturales que la integran.

Ambiente y ecología (libro-pdf): Ecología: El vocablo ecología proviene de los términos


griegos “eikis” que significa “casa” y “logos” que significa “estudio”. Fue el biólogo alemán
Ernst Haeckel el primero en definirla, por el año 1869, para designar a la "ciencia del hábitat
dirigida al estudio de las relaciones de los animales con el ambiente inorgánico y orgánico que
condiciona sus modos de existencia". Según federovisky, la ecología hace referencia al estudio
de los seres vivos y el entorno natural; en este contexto, el ser humano cumple un rol de
observador orientado a describir ese mundo que le es externo. Por ende, el mundo natural se
encuentra disociado del mundo social. La ecología es el estudio de la vida en casa, con hincapié
en “la totalidad o patrón de relaciones entre los organismos y su ambiente”. La ecología
adquirió relevancia como objeto de estudio para las ciencias sociales, al hacer referencia a los
procesos por los cuales el hombre puede modificar el equilibrio de los ecosistemas, con las
repercusiones para el ambiente y el propio desarrollo de la vida humana. La ecología
representa el marco global para un renovado enfoque de las relaciones entre el hombre y su
entorno, que redunden en una utilización racional de los recursos naturales y sustituya el
crecimiento desenfrenado, por un uso equilibrado de la naturaleza que haga posible la calidad
de vida de las personas.

(clases): no es lo mismo que ambiente. La ecología es una ciencia que pertenece al campo de
las ciencias naturales, pero con una visión holística, interdisciplinaria brinda herramientas al
derecho a la hora de que el ordenamiento jurídico tenga que delinear instrumentos a fin de
poner un límite al accionar del hombre sobre el medio ambiente que provoca impactos
negativos. Tiene como objeto de estudio la interrelación entre organismos vivos y el hábitat,
el ambiente que los sustenta, sus manifestaciones en ciclos y ritmos naturales, su desarrollo
en sistemas comunitarios, su estructura y la interrelación entre diferentes clases de
organismos vivos entre sí, su distribución territorial o espacial y cómo se va alterando su
población. ¿cuál es la función de la ecología en el campo de las ciencias jurídicas? La
importancia de la ecología es evidente, si consideramos que el hombre con su actuar quiebra
todos los mecanismos de preservación natural de los ecosistemas, desconociendo cuáles son
las leyes ecológicas que regulan el nacimiento, el desarrollo, la muerte de cada uno de esos
elementos naturales. En este sentido, surge la relación entre la ecología y las ciencias sociales;
en particular con el derecho, en consecuencia, como el operador jurídico desconoce si las
leyes propias de la naturaleza deben acudir, para instrumentar cuáles son los mecanismos
para poner un límite al accionar del ser humano, con la necesidad preponderante de proteger
la vida en la tierra.
Falta Tesis Intermedia
Concepto constitucional (pdf)
En la República Argentina la reforma constitucional de 1994 incorpora el artículo 41 que
establece:

"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.
El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo
establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización
racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la
diversidad biológica, y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación
dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se
prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y
de los radioactivos".

Afirma Andorno que "el constituyente de 1994 se ha enrolado en la tendencia mundial que
encuadra a los derechos ambientales entre aquellos de naturaleza básica, llamados derechos
ambientales de tercera generación, los derechos civiles y políticos, y los derechos sociales y
económicos. En cuanto al alcance de los términos utilizados en la redacción del artículo, Baeza
dice que la expresión “sano” no solo tiene que ver con la preservación y no contaminación de
los elementos como el aire que respiramos, el agua que bebemos o el suelo del cual podemos
obtener los elementos, sino además con todos aquellos ámbitos construidos por el hombre.
Sano significa una ciudad con cloacas, con agua corriente, control del ruido y de las
emanaciones, y con espacios verdes suficiente; en relación con el espacio construido. Sano
significa una vivienda adecuada, seca, aislada y luminosa, un ámbito de trabajo adecuado a su
función, seguro y confortable. Sano significa que las escuelas, tengan ese mismo tipo de
condiciones, pudiendo hacer extensivo lo mismo a los hospitales, las cárceles, etcétera ". En
cuando al concepto de ambiente "equilibrado”, en la Convención constituyente se destacó
que no es una noción que se refiera a los equilibrios naturales del ambiente, sino el equilibrio
de los ambientes transformados por el hombre, lo que quiere decir que a las modificaciones
a que se somete ese ambiente se le deben buscar respuestas que sean equivalentes en
condiciones aceptables a las que resultan de la propia actividad del hombre. Ese ambiente
debe ser apto para el desarrollo humano. El concepto de desarrollo humano, tal como lo
destaca Daniel Sabsay, aparecería para el constituyente como un equivalente al desarrollo
sustentable en el que confluyen las variables ambiental, económica, social y cultural. La
sustentabilidad dice rosatti, expresa la preservación del patrimonio ambiental gestado en una
continuidad generacional para que subsista en el futuro.

Bustamante Alsina sostiene que la sustentabilidad es requerida en cuatro áreas:


A) Área ecológica: a fin de mantener los procesos ecológicos, la diversidad biológica animal y
vegetal, manteniendo los recursos biológicos necesarios para su regeneración.
B) área social: que permita la igualdad de oportunidades entre los miembros de la sociedad y
estimule la integración comunitaria, respetando la diversidad de los valores culturales,
asegurando la participación ciudadana y la satisfacción adecuada de las necesidades de salud,
vivienda y educación.
C) área cultural: preservando la identidad cultural, reafirmando la relación entre el hombre y
su medio.
D) área económica: consistente en la capacidad de generar bienes y servicios, usando
racionalmente los recursos naturales, humanos y de capital para satisfacer las necesidades
básicas.
Respecto a la referencia que hace la norma a que el daño ambiental generará prioritariamente
la obligación de recomponer, se dijo en la convención que la prioridad sería recomponer el
daño volviendo a la situación ex ante, lo que puede ser difícil y casi todas las veces imposibles
en materia ambiental. Sin embargo, se pueden conseguir situaciones nuevas que, si no
equivalentes, por lo menos constituyan situaciones en las cuales el daño sea menor o en las
que el nuevo balance creado sea aceptable o satisfactorio. Pero el hecho de dar prioridad a la
recomposición de la situación ex ante para recuperar un ámbito satisfactoria adecuado a las
necesidades, no significa que no exista obligación de resarcir cuando el daño se produzca y no
se vuelva a las condiciones previas existentes.
Bidart Campos, acerca de la obligacion de recomponer prevista en la norma, nos dice el “uso
del verbo recomponer: en primer, la alusión a la recomposición no sustituye ni elimina la
reparación; en segundo lugar, si recomponer equivale a componer nuevamente lo que antes
se 'descompuso , tal recomposición no es siempre posible en todos los casos, pero, cuando lo
es, hay una obligacion de volver las cosas a su estado anterior; en tercer lugar, la
recomposición no excluye la reparación del daño que se ha causado; en cuarto lugar, derivar
a la ley la obligacion de recomponer no implica, que la ausencia de la ley impida la aplicación
de la norma constitucional. Rosatti dice que "la obligacion prioritaria de recomponer es una
'obligación', no es una opción para la víctima del daño o para el causante del daño. No está en
juego aquí un interés particular sino un interés general, por ello la reparación del daño no
puede quedar sujeta a la voluntad de una de las partes involucradas, ni puede reemplazarse
con una indemnización. El fundamento de la recomposición ambiental no es un fundamento
económico sino moral, que expresa el deseo de preservar un acervo 'físico', 'material',
'natural' pero también 'espiritual', 'histórico' y 'cultural' que contribuye a definir nuestra
identidad". Mario Valls destaca que desde la sanción del nuevo texto constitucional alguien
tendrá la obligación de recomponer en vez de la de reparar que impone el Código Civil. El
obligado por la norma será el que ocasiona el perjuicio, conforme a la atribución de
responsabilidad del artículo 1074 de ese código, pero la ley que se dicte al efecto podría
obligar también a la autoridad de aplicación de la Jurisdicción respectiva. María E. Di. Paola
señala que a constitución Nacional adopta el termino recomposición en su artículo 41, para
hacer referencia a la necesaria reparación al statu quo ante o in natura del ambiente dañado.
Como es dificultoso que las cosas puedan volver a su estado idéntico anterior luego de
acaecido el daño, la reparación podría ocurrir volviendo las cosas a cuasi statu quo ante. De
resultar esto imposible, podría considerarse el criterio de reparación pecuniaria.
Bidart Campos enfatiza que "cuando la norma dice que estas autoridades proveerán a la
protección de 'este derecho' al ambiente sano, apunta no sólo a una obligación de omisión
para no dañarlo, sino a prestaciones positivas para lograr todo cuanto hace falta en orden a
preservarlo, a evitar que otros lo alteren o destruyan, a recomponerlo, y para exigir de los
particulares cada deber, en cada circunstancia en la que el ambiente quede comprometido o
perturbado". Al imponer a las autoridades el deber de proveer a la protección del derecho a
un ambiente sano, y a la utilización racional de los recursos naturales, establece
imperativamente el deber de preservarlos mediante el uso racional de ellos para evitar su
desmejoramiento o agotamiento si ellos fueran no renovables. Bidart Campos, nos refería que
“a el art 41 le asignamos una presunción de operatividad. Que es necesario conferirle
desarrollo legislativo, no lo negamos; lo que negamos es que la falta de legislación atrofie al
derecho que reconoce y garantiza la norma. Los jueces deben desplegar un activismo judicial
y, partiendo de la fuerza normativa de la constitución y de la definición que ella hace del
'derecho' de todos los habitantes al ambiente, hacer cumplir el deber de preservación que se
les imputa, tanto como el de las autoridades para proveer a la protección”. Bustamante Alsina,
sostiene que, del derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano,
del que gozan todos los habitantes de la Nación, deriva el derecho a la calidad de vida. Esta
operatividad del artículo 41 de la CN, constituye una pauta de interpretación a los fines del
abordaje de la decisión judicial en conflictos ambientales, y más aún cuando en dichos
conflictos puede aparecer comprometidos otros derechos también consagrados
constitucionalmente.
(Análisis (libro-leer)
Todos los Habitantes….
La palabra todos es común a nuestro derecho. Se consagra el derecho en sentido amplio, ya
que nuestra constitución fue más allá que otras, que solo se refieren a los ciudadanos.
Gozan de un derecho a un ambiente sano….
Es aquel derecho que tienen todos los seres humanos de vivir en un ambiente físico, social y
cultural adecuado. Los derechos reglados en esta parte de la constitución son derechos
humanos y al ser positivizados son Derechos “fundamentales”.
Ambiente Equilibrado:
Es decir, ecológicamente equilibrado. El equilibrio que busca proteger el texto constitucional
es tanto el equilibrio de los ecosistemas como el equilibrio individuo-sociedad.

Apto para el desarrollo humano:


El hombre es el centro de las preocupaciones del desarrollo sustentable. El desarrollo humano
no es lo mismo que el crecimiento económico, pues no basta que el Estado o la comunidad
brinde condiciones para el crecimiento económico, sino que, dentro de nuestro sistema
jurídico, debe ser apto para el desarrollo humano.

De allí que dos variables e indicadores del desarrollo humano tratan de reflejar, no solo el
crecimiento económico, sino un desarrollo integral del ser humano, bien alimentado, con
acceso a puestos de trabajo, con posibilidades concretas de acceder a la educación, salud,
seguridad, etc.

El concepto de desarrollo humano no se refiere solo a la cantidad de bienes y servicios que


pueda producir, sino a la calidad de vida que puede y debe llevar todo habitante del país.
Y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades sin comprometer las de las
generaciones futuras…

Se incorpora el concepto de desarrollo sostenible o sustentable: La promoción del desarrollo


económico y la protección del medio ambiente, no son desafíos independientes.
Y tienen el deber de preservarlo

Es la contrapartida del derecho ambiental e implica la obligación activamente universal que


tienen todos los habitantes de defender el medio ambiente. Se legitima implícitamente al
habitante para accionar en ejercicio de su derecho y obligación de preservar el ambiente.
El daño ambiental, consiste en una lesión a un interés colectivo, a la humanidad misma, a la
conservación y preservación del ambiente, sin la existencia de un perjuicio directo ocasionado
a persona concreta.
La Ley Nacional 25.675 de presupuestos mínimos de protección, define al daño ambiental
“como toda alteración que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio
de los ecosistemas o los bienes o valores colectivos”.

Generará prioritariamente la obligación de recomponer...


La existencia de un derecho al ambiente preservado, trae como consecuencia la
responsabilidad de los particulares por los daños derivados de la contaminación producida
por ellos.
Recomponer significa arreglar, volver las cosas a su estado original.
El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, es decir, siempre
que sea posible o aún sin perjuicio de otras obligaciones, como el pago de una indemnización
o el cumplimiento de una sanción penal.

Se debe identificar al sujeto pasivo, disponer cómo, cuándo y dónde se recompone antes de
reparar o indemnizar como dispone la ley civil.
Respecto de la indemnización, si se puede se pagará en especie, de lo contrario en dinero
conforme al principio general de reparación.

Según lo establezca la ley.


Es decir, marca el protagonismo del congreso de la Nación que debe incorporar a los códigos
de fondo, el principio de recomposición.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los
recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad
biológica y a la información y educación ambientales. Se debe interpretar como una obligación
del Estado. Proveer este derecho implica acción para elaborar la legislación adecuada, para
vigilar estrictamente su cumplimiento.
La utilización racional de los recursos naturales tiende también a que el Estado vele y restrinja
las actividades socioeconómicas cuando se destruyen los recursos naturales.
La preservación del patrimonio natural y cultural son dos aspectos ligados y cuyo contenido
es amplio ya que la cláusula constitucional comprende tanto al ambiente natural como
cultural de nuestra sociedad.
La Ley General del Ambiente establece la obligatoriedad de suministrar información
relacionada con la calidad ambiental y referida a las actividades que desarrolla sin distinguir
entre personas físicas, jurídicas, públicas o privadas.
En cuanto a la educación ambiental, existen acuerdos internacionales incorporados a la
Constitución Nacional, que establecen la prioridad de la educación ambiental, a efectos de
establecer la dimensión ambiental en todas las decisiones de la sociedad.
Corresponde a la Nación dictar normas que contengan los presupuestos mínimos de
protección y a las Provincias las necesarias para complementarlas sin que aquellas alteren
las jurisdicciones locales”.
De dicho precepto surge que los presupuestos mínimos deben estar contenidos en normas,
es decir, en preceptos generales como los que dicta el Congreso. Además, la Constitución
atribuye al Congreso “hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner
en ejercicio los poderes concedidos al gobierno de la Nación Argentina, sin perjuicio de la
facultad reglamentaria, que con posterioridad a la intervención del Congreso y dentro de los
límites de la ley, pueda ejercitar el Poder Ejecutivo.
Es decir que los presupuestos mínimos de protección a dictar por La Nación son un piso al que
las provincias quedan habilitados para colocar un techo más alto para complementarlos en
virtud de la potestad de éstas de extender la protección ambiental en sus territorios.

Por supuesto esto no supone que las provincias puedan dictar normas complementarias de
leyes nacionales de protección ambiental cuando éstas tengan que ver con materias objeto
de los códigos de fondo.
Por su parte, la ley general del ambiente entiende por Presupuesto Mínimo, a “toda norma
que concede una tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio nacional y tiene
por objeto imponer condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental.
Finalmente se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente
peligrosos y de los radiactivos. Los residuos son todo objeto, sustancia o energía que resulte
de la utilización, descomposición, transformación o destrucción de un objeto, sustancia o
energía que carece de utilidad para su dueño y cuyo destino natural debería ser su
eliminación. Residuo peligroso es aquel que puede causar daño directo o indirecto a seres
vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente. Los residuos radiactivos son
los isótopos y los elementos que han sido expuestos a contaminación radiactiva, durante el
proceso de producción o utilización de combustible nuclear).
Elementos, condiciones y destino del ambiente. Características del impacto ambiental.
Podemos decir que, el ambiente consiste en el entorno natural que ofrece al hombre un
conjunto de elementos de origen animal, vegetal y mineral, químico y energético que
constituye parte del ambiente en que transcurre su existencia. El medio ambiente es definido
como la suma de todo lo que nos rodea; no es solo naturaleza, sino que es el hábitat del
hombre formado por: naturaleza, cultura, información y comunicación, lo cual posibilita la
concientización y la educación en el cuidado. En sentido jurídico, podemos decir que es la
realidad natural considerada en un cierto equilibrio biológico considerándose esta noción
particularmente útil en relación con la salud y el bienestar físico que junto a otros elementos
estéticos científicos e históricos que por estimarse valiosos deben ser conservados.
Elementos: En cuanto a sus elementos se presentan como una realidad compleja e
interactuante. Está compuesta de distintos elementos bióticos, como los animales y vegetales,
y abióticos como el aire, el agua, el suelo en equilibrio ecológico. Está integrado por elementos
naturales y culturales. Con respecto a los primeros, cuando son aprovechados
económicamente por el hombre se transforman en recursos. Esos elementos son: la
atmósfera y el espacio aéreo, el suelo, el agua, la flora, la fauna, los recursos minerales y la
energía. En lo que se refiere a los elementos culturales, las condiciones que debe tener el
ambiente, tiene que ver con la temperatura, el fluido, la seguridad, la salud y la contaminación,
factores estos que cuando no se cumplen pueden llegar a afectar el desarrollo de la vida de
los hombres.
Características del impacto ambiental: Todas las actividades que realiza la población de un
país producen un impacto en el ambiente, puede llegar a ser beneficiosos o positivo, pero
generalmente dañan al ambiente. Y quienes realizan esos impactos negativos tienden a
amparase en la clandestinidad, en la reticencia o en el ocultamiento para evitar su
responsabilidad jurídica. De allí que sea importante el rol del estado para prevenir los
impactos negativos utilizando el control de las actividades mediante instrumentos idóneos de
política y gestión ambiental. Con respecto al impacto ambiental, debemos decir que el
impacto debe comprender una alteración física, es decir en los aspectos ecológicos, estéticos,
históricos, sociales, relativos a la salud pública.

El impacto debe ser significativo, o sea el significado de una acción debe ser evaluado en su
contexto, es decir, en el área de influencia del impacto en el sentido humano, social, religioso
y en su intensidad, es decir, por la severidad gradual del impacto en relación a las áreas
protegidas como salud, seguridad y calidad de vida. Así podemos decir que:
El impacto ambiental es la alteración, modificación o cambios en el ambiente o en alguno de
sus componentes de cierta magnitud y complejidad originado por los efectos de la acción
humana la que puede ser positiva o negativa.
Se pueden clasificar los impactos en beneficiosos o positivos, como, por ejemplo, la
forestación; también adversos o negativos, como la construcción de obras de infraestructura,
ampliación de tierras para cultivo mediante la deforestación o introducción de especies
exóticas que alteren el equilibrio ecológico. También pueden ser directos o indirectos: los
primeros, tienen una relación de causa-efecto con la actividad, como el derrame de petróleo
en el mar, por ejemplo, produce la muerte de peces; en cambio, los impactos indirectos son
causados por la actividad más extensa y se observan temporalmente en forma tardía, por
ejemplo, la deforestación de una extensa superficie no solo produce la extinción de la
biodiversidad, sino también puede influir en el régimen de lluvias. También tenemos impactos
reversibles que son los que, si bien producen potencialmente efectos a la salud y en el
ambiente, con el debido control pueden recuperarse las condiciones existentes; como la
contaminación acústica en viviendas próximas a autopistas que mediante la construcción de
paneles ubicados próximos a esas viviendas puede llegar a reducir el impacto. En cambio, los
impactos irreversibles, son los impactos sobre el ambiente o la salud que por su naturaleza
no permiten que las condiciones iniciales se restablezcan, aunque la actividad o proyecto se
suspenda. También hay impactos acumulativos, es decir, es el que resulta de los impactos
incrementales de una obra toda vez que éste se añade a otros pasados, presentes o
razonablemente previsibles proyectos futuros independientemente de la persona o agencia
que esté llevando o haya llevado a cabo esas acciones. Para evitar o prevenir los impactos
negativos la ley general del ambiente hace alusión a los instrumentos de la política y la gestión
ambiental en su artículo 8 y entre ellos, la Evaluación de Impacto Ambiental es una
herramienta que permite mediante un procedimiento jurídico, técnico administrativo estimar
los efectos negativos de la ejecución de un determinado proyecto, obra o actividad en el
ambiente para tomar las medidas de prevención y reparación.
2-El Derecho y los Recursos Naturales. Elementos naturales, recursos naturales y culturales
como objeto del derecho. Caracteres de los recursos naturales. Conservación y protección
en la Constitución Nacional. Distinción de los recursos naturales renovables y no renovables.
Elementos naturales y recursos naturales: El entorno natural ofrece al hombre un conjunto
de elementos de origen animal, vegetal, mineral, químico y energético que constituyen parte
del ambiente en que transcurre su existencia. Todos estos elementos, sin embargo, no son
utilizados o aprovechados por el hombre para el desenvolvimiento de sus actividades y, por
lo tanto, no constituyen un recurso natural. Sostiene Catalano, que para que cada uno de ellos
ingrese a esta categoría, es necesario que aporten al género humano alguna utilidad física o
estética, es decir, que la Humanidad pueda utilizarlos en su provecho o presienta la posibilidad
de hacerlo en un futuro más o menos inmediato.
Este distingue entre elementos naturales y recursos naturales. Los primeros son todas las
cosas que la Naturaleza brinda, independientemente de su utilidad o aprovechamiento. Es
decir que existen sin acción del Hombre y tampoco este puede crearlos. Los recursos, en
cambio, son los elementos naturales que el hombre aprovecha para su propia existencia
material o estética, sirven para satisfacer sus necesidades. Podemos considerar tres clases de
recursos: los naturales, los humanos y los culturales.
Recursos Culturales: Son los que resultan de la capacidad creadora del hombre, como las
obras de arte, los sistemas políticos, las técnicas, o de la transformación de los recursos
naturales, productos de la actividad agraria, minera o industrial.
Recursos Humanos: Es el hombre que se sirve de los recursos naturales y crea los culturales.
Los recursos humanos son los que movilizan la energía acumulada en los recursos naturales.
Los Recursos Naturales son conceptualizados como "los medios o bienes de subsistencia que
nos proporciona la naturaleza y las fuentes que suministran dichos bienes, cosas que el
Hombre hace suyas y transforma en bienes para la satisfacción de sus necesidades ya que son
fuente de riqueza para la explotación económica, o bien como bienes de la naturaleza en
cuanto no han sido transformados por el Hombre y puedan resultarle útiles."
Tampoco debe ser asimilado el concepto de recurso natural con el entorno, ambiente o medio
humano. Este último es el medio que el hombre ha aceptado para vivir y desarrollarse e
incluye no sólo los recursos naturales sin los cuales sería imposible su supervivencia, sino
también los demás elementos naturales que gravitan en su existencia y el entorno artificial, o
sea aquellos elementos que él mismo genera en su actividad, como lo son su propio hábitat,
los ruidos y otros agentes contaminantes y productos de su accionar constante sobre el
planeta.
Los recursos que podemos encontrar en la naturaleza son:
1-El suelo (la tierra útil para el Hombre, la capa externa): Capa que cubre gran parte de los
continentes, siendo su profundidad no mayor de varios centímetros en regiones montañosas
y de varios metros en las llanuras;
2- Los yacimientos minerales en sus diferentes estados físicos (solido, liquido o gaseoso). Los
minerales son elementos naturales que componen la corteza terrestre. Estos se han formado
a partir de elementos químicos desde el origen del planeta, para hoy encontrarse dispersos
en el mundo. Se considera como mineral a aquellas sustancias de origen natural, con forma
sólida y con estructura cristalina formados por los elementos presentes en la tabla periódica
y que fueron producto de un proceso geológico, considerado un inmueble distinto al
superficial por nuestro Código de Minería;

3- Los recursos hídricos, es decir el agua en sus diferentes estados físicos y condiciones de
existencia (lluvia, nube, nieve, aguas superficiales y subterráneas), ocupa alrededor del 70%
de la superficie del planeta, y constituye el compuesto químico más abundante en los
organismos vivos. Ningún ser viviente puede sobrevivir sin agua. El agua cubre el 71 % de la
superficie de la corteza terrestre. Se localiza principalmente en los océanos, donde se
concentra el 96,5 % del agua total. A los glaciares y casquetes polares les corresponde el
1,74%, mientras que los depósitos subterráneos, los permafrost y los glaciares continentales
concentran el 1,72 %. El restante 0,04 % se reparte entre lagos, humedad del suelo, atmósfera,
embalses, ríos y seres vivos. El agua circula constantemente en un ciclo de evaporación o
transpiración, precipitación y desplazamiento hacia el mar. Se estima que aproximadamente
el 70% del agua dulce se destina a la agricultura;
4- La flora silvestre ya sea terrestre o acuática, es la cubierta vegetal, un recurso atento a su
función en el ciclo hidrológico y en la formación de la atmósfera, y como refugio de toda forma
de vida. Son tres los tipos de flora existentes: a) Flora nativa: la flora autóctona de una zona.
b) Flora agrícola y de jardín: las plantas que son cultivadas por el Hombre y, c) flora arvense o
de la maleza: Esta clasificación fue aplicada tradicionalmente a las plantas que se
consideraban indeseables y se estudiaban para su control o erradicación.;

5- La fauna silvestre tanto terrestre, acuática como aérea. La fauna es el conjunto de especies
animales que habitan en una región geográfica. Los tipos de fauna son dos: la fauna silvestre
o salvaje, es aquella que vive y no ha sido domesticada y, la fauna en proceso de
domesticación, está integrada por aquellos animales silvestres, sean autóctonos, exóticos o
importados, criados zootécnicamente bajo el dominio del hombre en zoo criaderos bajo
condiciones de cautiverio o semicautiverio, que a través de las generaciones van perdiendo
su carácter de salvajes para convertirse en domésticos y ser explotados con iguales fines que
estos últimos;
6- El espacio aéreo: es una porción de la atmósfera terrestre, tanto sobre tierra como sobre
agua, regulada por cada país en particular;
7- Los recursos panorámicos o esceneicos: es decir, los lugares cuya belleza sirve para
recreación y promueven riqueza con el turismo;
8- La energía (hidráulica, mareomotriz, eólica, solar, nuclear): se considera como Recurso
Energético a toda aquella sustancia, de la cual podemos obtener energía a través de diversos
procesos.
Clasificación de los recursos naturales según el Dr. Edmundo Fernando Catalán:

Renovables:

• Suelo.
• Atmósfera y espacio aéreo.
• Agua.
• Minerales y rocas
• Flora y Fauna Silvestre.
• Bellezas panorámicas o escénicas.
• Energía:
Hidroeléctrica
Solar
Eólica
Mareomotriz
No Renovables:

• Reutilizable. Proceso de agotamiento lento:


Materiales recuperables (Chatarras)
Energía nuclear (combustibles regenerables).
• No Reutilizable. Proceso de agotamiento rápido:
Minerales y rocas.
Petróleo y gas natural.
Carbón mineral.
Fuentes geotérmicas.
Metales no recuperables.
Caracteres:
*el agotamiento (actual o potencial);
*resistencia natural a su utilización (obstáculo que debe vencer el Hombre, por medio de
trabajo físico o intelectual para lograr su explotación)

*interdependencia (como consecuencia lógica de que los recursos naturales son componentes
fundamentales de los ecosistemas, toda modificación en los elementos abióticos o abióticos
provoca una alteración en los restantes).
Autores como Mario Valls realizan la siguiente caracterización de los recursos naturales: a)
Limitación y agotamiento, b) Desigual distribución geográfica, c) pueden proveer beneficios
considerables a la región en que se encuentren, d) interrelaciones, e) importancia, f)
demanda selectiva y creciente, g) repercusión en el tiempo y en el Espacio, h) contaminable.
A) Limitación y agotamiento: la dotación u oferta original de los recursos naturales que recibió
la humanidad es limitada y rígida, mientras que la demanda crece como crece el hombre y sus
apetencias, impulsada por el crecimiento explosivo de la humanidad y un progreso tecnológico
que la ha acelerado, aumentado y diversificado. El hombre los aprovecha, los va consumiendo
y estos se van agotando con la posibilidad de extinguirse. Los primeros pobladores podían
disfrutar de una mayor cantidad de recursos que en la actualidad. Desde que el hombre
empezó a consumirlos se evidencio su limitación. Esa limitación impulsa al hombre a emigrar
en busca de regiones menos competitivas, o a sustituirlos con otros elementos de la
naturaleza que así adquieren el carácter de recurso, a preservarlos y mejorar su
aprovechamiento. Cuando ello no basta puede llegarse al agotamiento del recurso incluso
hasta su extinción. Esta limitación los convierte en recursos económicos. Pero mientras no se
produce su escasez el derecho solo suele ocuparse de los recursos naturales para evitarla o
retardarla.
B) Desigual Distribución geográfica: la mayoría de los problemas económicos que plantean
los recursos naturales deriva de su distribución desigual en el espacio geográfico. Ello genera
una desigualdad e interdependencia entre los estados y entre distintas regiones de un mismo
estado. Como son limitado e indispensables para el desarrollo se entablan entre quienes lo
detentan y quienes pretenden gozar de sus beneficios relaciones de interés que el derecho
debe enmarcar. La solución para que todas estas regiones disfruten de los recursos naturales
es a través del comercio, a través de acuerdos y/o cooperación internacional. Los recursos
proveen materia prima para desarrollar las industrias de las regiones donde éstos se
encuentran y hacen que se enriquezcan, lo que permite su comercialización y su
aprovechamiento por aquellas zonas que no las poseen.

c) Pueden proveer beneficios considerables a la región en que se encuentran.


En base a estas características, un recurso natural pasa a régimen en relación a su importancia
(recurso agua), peligrosidad (recursos nucleares) y escasez/agotamiento del mismo (recursos
mineros).

d) Interrelacionados: los recursos están interrelacionados física y naturalmente dentro de la


naturaleza, hay una armonía y equilibrio entre las fuerzas naturales y en su mayoría están
afectados al uso colectivo. Que existe una interdependencia entre ellos, quiere decir que la
alteración producida en algunos de ellos repercute en los demás, generalmente en forma
desfavorable. Ejemplo: la tala indiscriminada de los bosques además de favorecer la erosión
del suelo, provoca alteración del ciclo hidrológico y consecuencias climáticas.
e) Contaminable: los recursos naturales son muchas veces mal empleados o abusados en el
uso por el hombre llegando a saturarlos por su explotación intensiva. Este mal uso que hace
el hombre causa destrozos ecológicos: como la contaminación del agua, del suelo, del aire, la
destrucción de la capa de ozono, la extinción de la flora y de la fauna etc. El uso de los recursos
naturales debe ser en beneficio del interés público, evitando que disminuya su calidad, ya que,
al ser usado así entra en el escenario el derecho que se debe encargar de proteger, de cuidar
y de limitar el uso; también debe ocuparse de su distribución en forma equitativa entre los
hombres y su preservación para generaciones futuras, procurando satisfacer la demanda del
recurso natural, manteniendo el equilibrio ecológico, procurando preservar los mismos a
través del uso sustentable.
También se ha señalado su carácter de:
f) resistencia que los recursos oponen a su utilización.
g) permanencia y estabilidad: la Naturaleza presenta al recurso como originariamente
indestructible y las mutaciones que en el mismo se operan buscan mantener su equilibrio. El
mismo control que la Naturaleza ejerce sobre las especies para evitar el exagerado desarrollo
de unas en detrimento de otras, procura conservar la estabilidad de los sistemas naturales y
con ello su perdurabilidad. El hombre, aunque tarde, ha ido aprendiendo la necesidad de
mantener ese equilibrio que hace la preservación de su propia existencia. Aún en los recursos
considerados agotables, la conservación constituye una regla humana que preside el uso del
recurso a fin de ampliar al máximo el término de su existencia natural para beneficio de las
generaciones futuras.
Distinción entre recursos renovables y no renovables:

En la actualidad es discutible la tradicional distinción entre recursos renovables y no


renovables, basada en la capacidad de regeneración de los recursos con o sin intervención del
Hombre, teniendo como horizonte la permisividad en el uso del mismo. Ya nadie discute que
los recursos naturales tienen la característica de agotabilidad, la diferencia estaría dada entre
unos y otros en el lapso temporal de su agotamiento.
Renovables o no agotables: son aquellos que la Naturaleza constantemente regenera, y por
lo tanto, no existe amenaza de extinción o agotamiento. Los recursos naturales para ser
considerados renovables tienen que tener una capacidad cíclica relativamente corta de
renovación, pudiendo ser utilizado una y otra vez, como ser el recurso agua, el bosque, el aire,
animales, etc. Un recurso renovable es un recurso natural que se puede restaurar o
restablecer por procesos naturales a una velocidad superior del consumo de los seres
humanos, esto significa que ciertos recursos renovables pueden dejar de serlo si su tasa de
utilización es tan alta que evitan su renovación, por ello se debe realizar un uso racional e
inteligente que permita su sostenibilidad. Son recursos naturales renovables aquellos cuya
existencia no se agota por la utilización de los mismos, ya sea porque su utilización no modifica
su stock o su estado, como ser la energía solar, energía eólica, energía hídrica, o porque su
regeneración es suficientemente rápida para que puedan seguir siendo utilizados sin que se
agote (recurso flora, recurso fauna). Este tipo de recursos naturales renovables pueden dejar
de serlo si se le utiliza en exceso, por ejemplo: la pesca excesiva, el desmonte
desproporcionado de bosques nativos; porque la tasa de explotación es mayor que la tasa de
regeneración.
No renovables: son los recursos naturales agotables por su escasez o porque requieren un
largo periodo de tiempo para formarse de nuevo. Es un recurso natural que no puede ser
producido, regenerado o reutilizado a una escala tal que pueda sostener su tasa de consumo
por parte del hombre. Estos recursos existen en cantidades fijas o bien su tasa de regeneración
es menor a la tasa de explotación, ya que la naturaleza no puede recrearlos, regenerarlos en
periodos geológicamente cortos, como ser el carbón, el mineral, el petróleo, el gas natural, el
depósito de agua subterránea. A medida que los recursos naturales no renovables son
utilizados, explotados se van agotando hasta la extinción de la fuente productora.
Hay otros tipos de recursos como ser:
Recursos móviles e inmóviles: el agua, la flora, el aire son móviles ya que están en constante
circulación; y los minerales y la tierra son relativamente inmóviles.
Simples y complejos: se consideran simples cuando el recurso se integra por sí mismo, como
ser el agua y se consideran complejos cuando se integran con un conjunto de recursos.
Ejemplo: sería un paisaje determinado que requiere de ríos, requiere de vegetación, de fauna,
de clima, etc.
Conservación y protección en la CN (ya está más arriba-pero agrego lo que está en Adalian)
Los recursos naturales están ligados a la existencia misma del hombre. La necesidad de
protegerlos, conservarlos y desarrollarlos constituye una regla de la Humanidad para asegurar
su supervivencia. La protección y conservación del recurso no significan, impedir que el
hombre pueda aprovecharlo al máximo. El uso que se haga de él debe ser conservativo, es
decir, racional e inteligente. Debe obtenerse el mayor provecho posible del mismo,
procurando extender su término de vida, utilizando las mejores técnicas de explotación,
tratando de reponerlo e, incluso, de acrecentarlo en la medida que se produce su
agotamiento. El concepto conservacionista de uso y goce de las cosas conforme a un ejercicio
regular, que inspira a los artículos 1941 y 1944 del Código Civil y Comercial, es aplicable a los
recursos naturales, que también son cosas.
Una de las formas de aplicación de las técnicas conservacionistas consiste en desarrollar el
recurso para compensar el uso o consumo creciente que realiza la humanidad. El hombre no
debe confiar sólo en las fuerzas espontáneas de la naturaleza para aumentar su bienestar; por
el contrario, está en posesión de las técnicas que le permiten estimular y mejorar los procesos
naturales de crecimiento.

Otra de las técnicas conservacionistas del recurso es perfeccionar su aprovechamiento, para


que éste resulte total. El uso del recurso, debe ser múltiple, es decir, obtener de él todas las
ventajas que ofrece, en beneficio de la Humanidad. El recurso no sólo debe ser conservado en
el sentido de mantener su cuantía, sino también protegido en su calidad contra los factores
del medio que producen su pérdida o deterioro. El uso de un recurso exige que otro no resulte
afectado dada la relación de interdependencia que existe entre ellos.
3-Dominio y jurisdicción de los recursos naturales- Evolución- Competencia legislativa en
materia de los recursos naturales en el derecho argentino. La soberanía permanente sobre
los recursos naturales.
(Libro): a-Dominio como derecho real: el código civil de Vélez Sarsfield, consideraba al
dominio como el derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad
y a la acción de una persona. Se caracterizaba por ser absoluto, exclusivo y perpetuo y era el
más amplio señorío que se puede tener sobre una cosa. En el art. 2513 regulaba sobre las
facultades o derechos que tiene el propietario sobre la cosa.

El Código Civil y Comercial de la Nación en el artículo 1887 enumera los derechos reales entre
los cuales se encuentra el dominio. Y en el Título III en donde legisla sobre el dominio como
derecho real, en el artículo 1941 expresa: "dominio perfecto".
El dominio perfecto es el derecho real que otorga todas las facultades de usar, gozar y
disponer material y jurídicamente una cosa dentro de los limites previstos en la legislación. El
dominio se presume perfecto hasta que se pruebe lo contrario. Esta norma se refiere al
dominio privado que puede recaer en los particulares o en el estado cuando actúa como
persona de derecho privado.
Los caracteres del dominio perfecto son: perpetuidad (art. 1942 CCYC) exclusividad (art. 1943
CCYC) y exclusión (art. 1944 CCYC).
b- Dominio eminente: se lo entiende como una potestad o facultad del estado nacional o
provincial para ejercer la tutela de las cosas que están en su territorio en función de la
soberanía y reglar el destino de ellas, las que, si bien no le pertenecen jurídicamente ni
patrimonialmente, caen bajo su control en virtud de la soberanía.
El dominio eminente está en la nota al art. 2507 del Código Civil anterior se caracteriza porque:
"El ser colectivo que se llama Estado, tiene respecto de los bienes que están en su territorio
que se llama Estado un poder, un derecho superior de legislación y de contribución, que,
aplicado a los inmuebles, no es otra cosa que una parte de la soberanía interior. Este derecho
del estado que no es un verdadero derecho de la propiedad o dominio, corresponde sólo el
deber de los propietarios de someter sus derechos a las restricciones necesarias al interés
general y de contribuir a los gastos necesarios a la existencia o el mayor bien del estado.”
c- Dominio público: El Código Civil de Vélez Sarsfield no definió que era el dominio público,
sino enumeraba que bienes se encontraban en esa categoría. El dominio público se caracteriza
por ser inenajenable, imprescriptible e inembargable. No se puede constituir sobre ellos
derechos reales como hipotecas o servidumbres por cuanto importan una enajenación. Existe
un dominio público natural y otro artificial. Los bienes del dominio público son susceptibles
de uso general por los particulares o de un uso especial a través de la concesión o permiso.
El Código Civil Y Comercial de la Nación tampoco define en que consiste el dominio público
sino en su artículo 235 enumera los bienes del dominio público. Estos son:
a- El mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la
legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona
económica exclusiva y la plataforma continental. Se entiende por mar territorial el agua, el
lecho y el subsuelo.
b- Las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas marítimas.
c- Los ríos, estuarios; arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y
lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o
adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas
subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de
extraer las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a las disposiciones
locales.
d- Las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la
plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas
navegables, excepto las pertenecen a los particulares
e- El espacio aéreo subyacente al territorio y las aguas jurisdiccionales de la Nación Argentina,
de conformidad con los tratados internacionales y la legislación especial.
f- Las calles, plazas, caminos, canales, puentes o cualquier otra obra pública construida para
utilidad o comodidad común.
g- Los documentos oficiales
h- Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
d- Dominio originario:
Se entiende por dominio originario aquel que pertenece desde su origen a una persona
(estado o particulares) y no reconoce titular anterior. La reforma de la Constitución de 1994
incorporo en el artículo 124 el concepto de dominio originario. Así dispone: “…Corresponde
a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.
Las provincias tienen la propiedad de los bienes que se encuentran en su territorio.
El dominio originario, como lo enseña Patorino “conlleva el poder de legislación, jurisdicción
e imposición sobre la cosa sometida a este tipo de dominio.”
Para Rosatti” la palabra originario que completa, califica al vocablo dominio debe ser
entendida:
a)- como una reivindicación histórica, derivada de la preexistencia de los entes territoriales
locales al estado nacional.
b)- como una advertencia a los titulares del dominio, en el sentido de que tal titularidad no
conlleva la facultad de explotación local desligada de las necesidades del país.
El dominio originario es una suerte de dominio eminente que tienen las provincias sobre los
recursos naturales que se encuentran en su territorio, pero que no debe confundirse con la
Jurisdicción.
Jurisdicción: La palabra jurisdicción tienen diversas acepciones en el lenguaje jurídico:
a- Como función específica de los jueces: “etimológicamente proviene del latín jurisdictio, que
quiere decir “acción de decir el derecho, no de establecerlo. También la extensión o límite de
poder juzgar ya sea por razón de la materia, ya sea por razón del territorio”.
b- conforme a Pedro Frías: “la jurisdicción debe ser vista como la suma de facultades divisibles
en las diversas materias del gobierno” y
c-Para Pigretti “el vocablo jurisdicción se vincula con la potestad del Estado de reglamentar
sobre un determinado bien público o privado lo que supone para este autor la posibilidad de
aplicar leyes propias a los recursos naturales o a los bienes.”

d-Para Bidart Campos la Jurisdicción, supone potestas, o sea una masa de competencias
atribuida a un órgano de poder, sobre la base de la función o las funciones que son propias
del Estado, para cumplir determinadas actividades.
El termino competencia implica la “atribución legítima de un juez u otra autoridad para el
conocimiento o resolución de un asunto determinado”.

Federalismo antes y después de la reforma de la CN de 1994


La reforma de 1994 modifico la perspectiva del federalismo. Hasta antes de ella la forma
federal asumida en la CN era mixta denominada unidad-federativa, lo que implicaba una
interrelación entre la nación y las provincias la que se nutre de tres principios básicos:
subordinación, coordinación y participación. Se trataba de un federalismo que se
caracterizaba por la división vertical del poder sumado a relaciones horizontales en los roles
de la legislatura, la administración y la jurisdicción.
En la Constitución de 1853, el artículo 104 expresaba que: “las provincias conservaban todo el
poder no delegado por esa constitución al Gobierno Federal y el que expresamente se hayan
reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación”.
Es así que en la CN de 1853 existían poderes propios o no delegados de las provincias del cual
tenían facultades exclusivas, poderes delegados a la Nación expresamente como el dictado de
los códigos de fondo y poderes concurrentes entre las provincias y la Nación. Ese sistema
estipula también la posibilidad que las provincias podían ejercer la facultad de dictar leyes de
fondo cuando la Nación no lo había hecho.
En consecuencia, en la estructura de esta constitución a la nación le correspondía el dictado
de leyes de fondo y a las provincias las leyes de forma o procesales.

Es así que en el sistema federal argentino anterior a la constitución nacional de 1994 la regla
es la competencia provincial o local, la excepción es la competencia federal.
En términos constitucionales como enseña Horacio Rosatti, “todo aquello que no está
expresamente cedido por las provincias al gobierno federal quedaba retenido en aquellas por
disposición del art.121 de la Constitución Nacional”.
Este criterio suele ser expresado como poder residual de las provincias. Sin embargo, esta
regla de distribución suele confrontar con otro criterio que establece que el gobierno federal
tiene los poderes implícitos necesarios para llevar adelante sus competencias
constitucionales. Este criterio suele ser expresado como poderes implícitos del gobierno
federal.
Por estas razones todo lo referente a la legislación en materia relacionada a los recursos
naturales y al ambiente debe realizarse a partir de las disposiciones contenidas en nuestra
constitución nacional.
Antes de la reforma de la constitución de 1994 era distintas posturas doctrinarias lo vinculado
al ambiente. Para algunos era una facultad exclusiva de las provincias y para otros se trataba
de competencias concurrentes.
Al dictarse la CN de 1994 podemos afirmar que surge un nuevo concepto de federalismo que
se denomina “federalismo de concertación” que viene a avalar el sistema de los derechos de
tercera generación y que coordina las atribuciones de las provincias con las de la Nación con
la finalidad de lograr el bien común.

La Convencional Roulet al fundamentar el artículo 41 de la C Nacional y específicamente el


tercer párrafo de esa norma explicaba que los fenómenos ambientales tenían la singularidad
que si bien se podían localizar eran trasladables a otras zonas o regiones, esta movilidad exigía
una nueva forma de legislar en materia de poderes de las provincias sin que ello implicara
desconocer los principios básicos de nuestro federalismo.
Sostenía que dentro de cada territorio provincial la responsabilidad en los temas ambientales
correspondía a la jurisdicción en el lugar donde se localizan, pero que corresponde a la Nación
dictar una legislación base con los presupuestos mínimos necesarios que aseguren a todos los
habitantes de la Nación el derecho a un ambiente sano sin distinción de lugar geográfico,
condiciones sociales, culturales, religiosos, económicas etc.
También se garantizaría que los problemas ambientales que trascienden no solo las fronteras
locales entre las diferentes provincias sino también asumen fenómenos globales puedan
enfocarse mediante acuerdos o convenios entre los diferentes países de manera de lograr
buenos resultados. Era imperativo que la Nación dictara normas base dejando a cargo de los
gobiernos provinciales y locales la responsabilidad de la legislación y la jurisdicción a esos
niveles. Era necesario legislar en forma concurrente con las provincias e interconectadamente.
A partir de la reforma de la Constitución Nacional de 1994 tenemos facultades delegadas para
el dictado de los códigos de fondo en donde también se incluyó la posibilidad de dictar un
código ambiental, facultades propias de las provincias, facultad de la Nación de dictar leyes
de presupuestos mínimos en materia ambiental sin perjuicio que lo hagan también las
provincias siempre respetando estos presupuestos mínimos o de base pudiendo
complementarlos a estos.
La reforma de 1994 impuso una nueva modalidad de dictar normas en materia ambiental las
denominadas leyes de presupuestos mínimos leyes, que contienen normas de fondo y de
forma sin alterar las jurisdicciones locales y las provincias pueden dictar normas de fondo en
materia ambiental siempre y cuando estas resulten complementarias de las nacionales.
La Constitución Nacional de 1994 adoptó lo que se conoce como un federalismo conjuntivo
que permite una forma de colaboración entre las partes. Esa colaboración se refleja en el art.
41 de la CN en donde se establece una pluralidad jerárquica con complementación sustantiva.
Este tipo de colaboración se caracteriza en diferenciar un nivel básico que se asigna en
competencia al estado central y otro nivel complementario. El nivel complementario puede
ser diferente entre los estados miembros, quienes tienen cómo única limitación respetar el
nivel básico, uniforme para todos ellos, y que es lo el art. 41 denomina presupuestos mínimos
de protección ambiental.

En lo referente a la noción de lo que implica los presupuestos mínimos, Algunos autores


entendían que el Congreso Nacional debía dictar leyes que establecían generalidades u
objetivos rectores y otros consideraban que la legislación de presupuestos mínimos debía ser
minuciosa y específica para ser verdaderas normas jurídicas. La ley 25675 (LGA) se sancionó
en el año 2002 y está estructurada sobre la base de un esquema de ley marco que constituye
un verdadero piso de protección ambiental dictado por la Nación y que las provincias pueden
mediante su legislación provincial pueden elevar ese umbral o piso. Existen otras leyes de
presupuestos mínimos que fueron sancionadas con posterioridad a la LGA. Ellas son: ley 25612
de Gestión Integral de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios, ley 25688 de
Presupuestos Mínimos para la Gestión y Eliminación de los PCB, ley 25688 Régimen de gestión
Ambiental de Agua, ley 25831 Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental,
ley 25916 de Gestión de Residuos Domiciliarios y ley 26331 de Presupuestos Mínimos de
Protección Ambiental de los Bosques Nativos.

Quiroga Lavie sostiene que después de la reforma de la Constitución Nacional de 1994 el


Congreso puede dictar diversos tipos de leyes que las clasifico como: Leyes orgánicas (o de
organización), leyes federales (o especiales) leyes ordinarias (o comunes), leyes de bases (o
de habilitación) y leyes administrativas. Dentro de las leyes de base, cita a las leyes
ambientales.
Dominio Privado y dominio público sobre los recursos naturales.
Los elementos que se encuentran en categoría de recursos naturales son el suelo, la atmosfera
y el espacio aéreo, el agua, los minerales y las rocas, la flora y fauna silvestres, las bellezas
panorámicas o escénicas y la energía.

El suelo urbano y agrícola pertenecen a la categoría de bienes privados por lo cual pueden los
particulares y el estado adquirir su dominio, entendido como derecho real, con la
particularidad que conforme al CCYC de la Nación el ejercicio de ese derecho en cuanto a su
uso no debe afectar los bienes ambientales.
La fauna silvestre son cosas de nadie. Y la flora sigue por adhesión el régimen de la propiedad
inmueble.
Los minerales y las rocas tienen un régimen particular establecido en el Código Minero. El
artículo 7 dispone que: “la minas son bienes privados de la Nación o de las provincias, según
el territorio que se encuentran”.
El agua es un recurso que pertenece en principio al dominio público conforme el art. 239 del
CCYC y excepcionalmente pueden ser del dominio privado.
El espacio aéreo subyacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales se incluyen dentro del
dominio público. En principio los recursos naturales que son del dominio público los
particulares acceden a ellos por concesiones de uso administrativas o a través de permisos
especiales.
Los parques y Reservas Nacionales son del dominio público por la ley 22351.

Competencia: es la función específica de los jueces para dirimir un conflicto. La competencia


para resolver las cuestiones ambientales podemos mencionar que el artículo 7 de la ley
general del ambiente dispone que: “la aplicación de esta ley corresponde a los tribunales
ordinarios según corresponda por el territorio, la materia o las personas”.
De esta norma se desprende que cuando el problema ambiental implique daño a los recursos
naturales o culturales que comprometan recursos interjurisdiccionales la competencia para
entender estos conflictos les corresponde a los jueces federales. El criterio seguido por LGA
es acertado porque mantiene el carácter restringido de esta competencia. Esta posición ha
sido adoptada por nuestra jurisprudencia en forma mayoritaria.
(Adalian): La codificación (leer): Apenas el hombre advirtió la importancia de un recurso
natural, surgió la idea de regularlo a fin de que su empleo sirviera mejor a las necesidades
comunitarias. Las primeras normas legales que ensayó fueron, las del suelo que le servía de
asentamiento y como fuente alimentaria. El agua le siguió en orden de prioridad por su
importancia para la bebida, riego y navegación. Luego, la regulación de los recursos minerales,
dada su condición de bienes escasos y agotables. En etapas más recientes, aparecen
regulaciones para la flora y fauna silvestre, los recursos panorámicos o escénicos, la atmosfera
y el espacio aéreo. Estas normas tratan, en forma separada, cada uno de los recursos sin
considerar la relación de interdependencia existente entre ellos.
Los dos aspectos fundamentales de la normativa de un recurso son los que se refieren a su
dominio originario y al régimen de la explotación. Las primeras leyes reguladoras fueron las
de carácter civil y se ocuparon de la asignación del dominio del recurso, determinando si éste
era de carácter público o privado. Estas leyes se desentendieron de los aspectos específicos
de la explotación, los cuales quedaban incluidos en las regulaciones que rigen el uso de las
cosas en general.
La evolución de la legislación específica, ha sido lenta. A medida que se acrecentaba la
importancia económica de un recurso su regulación era transferida al derecho administrativo,
coincidiendo con el cambio de la categoría dominial del bien. Así ocurrió con los recursos
minerales, que pasaron a formar parte del patrimonio indisponible del Estado, y con el agua,
cuyas principales fuentes integran el dominio público. Los parques nacionales y las reservas
nacionales han seguido una evolución similar. Puede afirmarse que, con excepción del suelo,
el resto de los recursos naturales se ha ido trasvasando al dominio público o se encuentra en
vías de serlo.
Es evidente que una regulación general de los recursos que contemple para las distintas
categorías un régimen unificado de dominio originario y explotación, constituye un
desiderátum legislativo de un país.
Soberanía permanente de los Estados sobre los recursos naturales: Uno de los temas de mayor
trascendencia vinculados a las políticas de dominio y explotación de los recursos naturales, ha
sido el de la soberanía permanente de los Estados sobre esta clase de recursos.
Desde el año 1952, las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas han puesto
énfasis en declarar de un modo absoluto y concluyente, el derecho de los pueblos y de las
naciones a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales, así como la
facultad de utilizar y disponer de los mismos conforme a sus políticas internas y en interés de
su propio desenvolvimiento nacional. Se determinan, además, que la explotación de los
recursos naturales de cada país debe sujetarse siempre a las leyes y reglamentos nacionales,
no desalentándose la inversión extranjera ni limitándose con medidas restrictivas las
posibilidades de crecimiento de los países en desarrollo.
Uno de los puntos dificultosos que ha debido afrontar la Asamblea ha sido, el de las
nacionalizaciones, la expropiación y la requisición por parte de los Estados y las consecuencias
que estas medidas pueden ocasionar a los nacionales de los países afectados. Las resoluciones
reconocen, el derecho soberano de los Estados para decidir tales actos y expresan que los
mismos deben fundarse en razones o motivos de utilidad pública, de seguridad o de interés
general, las cuales se consideran superiores al interés particular o privado.
Las resoluciones originarias de la Asamblea admitían, el principio tradicional de la justa
indemnización, dispensando a las nacionalizaciones del mismo tratamiento jurídico que a la
expropiación y a la requisición de los recursos. Existe, una diferencia entre los fines de la
nacionalización y los de la expropiación: el objeto de la nacionalización es transformar la
propiedad privada en propiedad pública. Tiene, una finalidad transformadora del dominio. La
expropiación, en cambio, siempre implica una medida reivindicatoria; su finalidad correctora:
rescatar la propiedad originaria del recurso retornándola a su verdadero dueño.
El criterio de tratamiento igualitario de las tres situaciones, estaba inscrito en la resolución
1803. Según ciertos países desarrollados de occidente, la indemnización o compensación que
correspondía abonar en todos estos supuestos debía ser pronta, adecuada y efectiva. Otros
países, en cambio, rechazaban la existencia de la obligación de indemnizar en las
nacionalizaciones y negaban en última instancia la existencia de reglas internacionales que
impusieran obligación reparadora alguna a los Estados.
Resoluciones posteriores de la Asamblea, en punto a las nacionalizaciones, han modificado el
criterio amplio de la compensación sustentado en la norma 1803. La resolución 3171
aprobada en el año 1973 con el voto favorable de 108 países, entre ellos Argentina y Brasil, la
abstención de 16 países industrializados como Estados Unidos, Francia, y el voto negativo de
Gran Bretaña, declaró que la aplicación del principio de la nacionalización por los Estados,
como expresión de su soberanía para salvaguardar sus recursos naturales, implica que cada
Estado tiene derecho a determinar el monto de la posible indemnización y la modalidad de
pago, y que toda controversia que pueda surgir entre las partes deberá resolverse de
conformidad con la legislación nacional de cada Estado que aplique tales medidas. La
resolución citada trata sólo de las nacionalizaciones, con lo cual debe concluirse que en
materia de expropiación y de requisición continúa en vigor la norma 1803.
La compensación aparece sólo como una consecuencia posible pero no forzosa de la medida;
que el monto de la misma y la modalidad de pago están librados a la apreciación del Estado
soberano y que la legislación del país que adopta la medida será el único derecho aplicable
para dirimir las controversias, quedando eliminada toda referencia al derecho internacional a
que, en última instancia quedaba sometido el eventual litigio, conforme lo disponían las
resoluciones anteriores, la 1803.
LA REGULACIÓN JURIDICA DE LOS RECURSOS NATURALES. DISTRIBUCION DE COMPETENCIAS,
SEGÚN LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994.- Las provincias argentinas, al constituir la
Nación, lo hicieron bajo el sistema federal, en el cual la autonomía provincial resulta ser la
nota característica. Las facultades del gobierno nacional surgen de la delegación expresa
hecha en la Constitución. El resto de las facultades se mantienen reservadas, por disposición
del artículo 121 que establece: Las provincias conservan todo el poder no delegado por Esta
Constitución al Gobierno Federal, y el que expresamente se haya reservado por actos
especiales al tiempo de su incorporación.

Entre las facultades delegadas corresponde hacer el distingo entre las competencias
delegadas al Poder Legislativo, al Ejecutivo y al Judicial, pudiendo corresponder, para una
materia determinada, una, la legislativa, al Estado Nacional y otra, la jurisdiccional, al Estado
provincial.

En nuestro esquema federal, algunas competencias legislativas, jurisdiccionales o impositivas,


originalmente en cabeza de las provincias, fueron traspasadas a la Nación.
La Constitución Nacional antes de la reforma. Competencia legislativa: el Congreso tiene
competencia legislativa sobre los recursos naturales a través de: 1) el dictado de la legislación
de fondo; 2) reglar el tráfico internacional; 3) reglar el tráfico interprovincial; 4) reglamentar
la navegación; 5) proveer a la defensa; 6) estimular políticas usando impuestos, créditos,
subsidios y presupuestos propios; 7) aprobar tratados internacionales.
Al hablar del dictado de la legislación de fondo, nos referimos a los Códigos Civil, Comercial
Penal, de Minería y del Trabajo y Seguridad Social (art 75. Inc. 12). En todos ellos es posible
legislar aspectos vinculados con los recursos naturales y con el ambiente. El Código Civil al
hablar de cosas (y los recursos lo son), clasifica los tipos dominiales y decide cuáles son de
dominio público, cuáles de dominio de los particulares y cuáles simplemente res nullis, y, por
lo tanto, susceptibles de apropiación. Si bien el Código determina el tipo dominial, deja a salvo
el tema de las jurisdicciones que se mantienen en cabeza del Estado, provincial o nacional, en
el que la cosa se encuentre. Así, el Código determina qué bienes quedan comprendidos entre
el dominio público, pero cada bien en particular puede serlo del dominio público provincial o
nacional según el territorio.

Lo mismo ocurre con los demás códigos de fondo: en materia comercial puede legislarse el
seguro ambiental; en materia penal son ejemplos los delitos contra la fauna silvestre y los
delitos por contaminación; el Código de Minería dispone los modos de adquirir la propiedad
de los minerales, y, por último, en la seguridad laboral se incluyen las normas de higiene del
trabajo que hacen al aspecto ambiental laboral.
Las provincias legislan sobre sus propios Códigos de Procedimiento y organizan su justicia por
imperio del art. 122 de la Constitución Nacional que estatuye que las provincias se dan sus
propias instituciones. Debido a esto mismo, y al dominio eminente de los Estados y de la
reserva de facultades no delegadas que se hicieron, es que las provincias también dictan sus
normas administrativas. Entre estas últimas interesan las restricciones al dominio, cuya
competencia provincial está ratificada por el art. 1970 del Código Civil y Comercial (Las
limitaciones impuestas al dominio privado en el interés público están regidas por el derecho
administrativo). A través de este instituto se condiciona el uso o aprovechamiento de los
recursos naturales y del ambiente, cuando estos corresponden al dominio privado de los
particulares.

En cuanto a los recursos naturales, pueden ser legislados en ambas esferas, nacional y
provincial, pero con alcance diverso: la legislación de fondo o derecho común se legislan por
leyes nacionales. En cambio, la reglamentación a través del derecho administrativo está
destinada a las normas provinciales: uso y sus restricciones, concesión, permiso, etc.

La Nación debe proveer al bienestar general, pero lo debe hacer con las herramientas que las
provincias le otorgaron y con los medios de que dispone. Otorgar competencia legislativa a
partir de este objetivo de bienestar general significa vaciar de significado el federalismo.
La Nación tiene a su cargo la celebración de tratados internacionales. Muchos de estos
tratados tienen como objeto cuestiones relacionadas con el ambiente y los recursos naturales,
pero de ninguna manera la Nación puede utilizar este mecanismo para alterar las
jurisdicciones locales maniatando a los gobiernos de las provincias con compromisos en cuya
adopción no han participado.

Competencias del Ejecutivo: Entre las leyes dictadas por el Congreso Nacional corresponde
distinguir entre las leyes de fondo o derecho común, que son de aplicación por las autoridades
de casa provincia, del resto, de derecho federal, que son aplicadas por el gobierno federal,
aun en territorio provincial. Con respecto a las competencias legislativas, la legislación de
fondo es de aplicación provincial; el resto, derecho federal, es de aplicación nacional.

Una función del Ejecutivo es el ejercicio del Poder de Policía, a través del cual el Poder
Administrados aplica limitaciones a los derechos individuales. Es un principio de derecho
constitucional que la policía de las provincias está a cargo de sus gobiernos locales,
entendiéndose incluido en los poderes que se han reservado, el de proveer lo conveniente a
la seguridad, salubridad y moralidad de sus vecinos. Las provincias tienen incluido el poder de
policía dentro de las facultades que ellas se han reservado, es decir, aquella que no han
delegado a la Nación.
En materia de recursos naturales y ambiente esta solución es la más conveniente y práctica
dada la importancia que reviste el hecho de la cercanía de la autoridad que debe entender
con el objeto de administrar. También se puede ejercer un control más adecuado porque se
opera una descentralización territorial. Es necesario trasladar estas ideas a la esfera municipal
y otorgarles a los municipios el poder de policía ambiental y de recursos naturales, dado los
principios de localidad e inmediatez (el principio de localidad está referido a la posibilidad de
localizar en un lugar determinado el problema ambiental o, su origen; mientras que el
principio de inmediatez otorga a la autoridad local la potestad de intervenir en virtud de los
beneficios que otorga la cercanía en cuanto a la posibilidad de conocimiento, celeridad y
economía en la intervención).
Pero también es cierto que los recursos naturales y el ambiente se rigen por el principio de
interdependencia y que no reconocen fronteras políticas. Traspasan el ámbito municipal, el
provincial y el nacional. Un manejo adecuado de los recursos nos obliga a regir nuestras
decisiones, considerando en primer lugar las leyes de la naturaleza. Un desigual tratamiento
provocado por el esquema político de las jurisdicciones no sólo plantea inconvenientes en la
permanencia del recurso y en su calidad, sino que también genera desigualdades económicas
y sociales que son consecuencia del aprovechamiento desigual que se haga del ambiente.

Así como conviene que la autoridad de aplicación sea la más cercana al recurso a administrar,
también conviene la homologación de los criterios para el tratamiento de los recursos y el
ambiente.
Competencias judiciales: sobre el derecho común y federal; las cuestiones litigiosas sobre el
primero las resuelven los jueces locales; sobre el segundo, los jueces federales. El art. 116,
(que dice: Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la
Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del Artículo 75: y
por los tratados con las naciones extranjeras: de las causas concernientes a embajadores,
ministros públicos y cónsules extranjeros: de las causas de almirantazgo y jurisdicción
marítima: de los asuntos en que la Nación sea parte: de las causas que se susciten entre dos o
más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes
provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero)
otorgó a la Corte Suprema Nacional jurisdicción para resolver otras cuestiones más allá de la
competencia otorgada al Congreso para dictar el derecho federal. Al hablar de almirantazgo y
jurisdicción marítima se está haciendo referencia a la jurisdicción que sobre el mar se le delegó
a la Nación por la misma Constitución; esto es, sobre la navegación, la defensa y las aduanas.

La competencia nacional para resolver asuntos en que dos o más provincias son parte está
conferida a la Corte Suprema. Se trata de una competencia judicial, que no puede ser
trasladada al ámbito legislativo como facultad de legislar sobre recursos naturales o ambiente
compartido.

Las reformas constitucionales: Ante la falta de regulación expresa sobre el tema de


competencia ambiental en el texto constitucional originario de 1853-1860, considerando
algunos que la competencia ambiental pertenecía a las provincias por tratarse de una facultad
no delegada a la Nación; mientras que otros entendieron que era una facultad concurrente
entre ambas jurisdicciones. El tema fue precisado con la reforma constitucional de 1994 al
artículo 41, que reconoce a todos los habitantes el derecho a un ambiente sano, equilibrado
y apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las
necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, imponiendo también
el deber de preservarlo.
Luego de establecer en su segundo párrafo que la protección de este derecho compete a las
autoridades, consigna en su tercer apartado que Corresponde a la Nación dictar las normas
que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias las necesarias para
complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales.... Quiere decir que las
Provincias delegaron a la Nación la facultad de dictar normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección ambiental válidos para todo el territorio de la República, manteniendo
la potestad de emitir aquellas disposiciones que tengan por objeto su complementación. En
los términos del artículo 41 de la Constitución Nacional el Estado federal dicta normas mínimas
que conforman un piso, y las provincias quedan habilitadas a colocar un techo más alto para
complementarlas.

En la delimitación de facultades nacionales y provinciales con relación al medio ambiente se


agregan las que corresponde a las Provincias el dominio originario de los recursos existentes
en su territorio, conservando las mismas, junto con los municipios, los poderes de policía e
imposición sobre los establecimientos de utilidad nacional.

El dominio originario sobre los recursos naturales: El art. 124 de la Constitución Nacional,
luego de la reforma dispone: “Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo
económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y
podrán también celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la
política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o el
crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional. La ciudad de Buenos
Aires tendrá el régimen que se establezca a tal efecto. Corresponde a las provincias el
dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.

Pedro Frías diferencia estos términos: el dominio se ejerce sobre las cosas; la jurisdicción sobre
las relaciones, concluyendo que el dominio lleva necesariamente a la jurisdicción si nada la
limita o excluye, pero la jurisdicción no lleva necesariamente al dominio. La Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha convalidado la distinción entre dominio y jurisdicción, ratificando que
puede existir uno sin la otra y viceversa. El dominio es ejercido por el Estado (nacional o
provincial), donde la cosa se encuentra. Se trata de un dominio eminente o político del Estado.
Este dominio eminente le otorga al Estado el poder de legislación, jurisdicción e imposición.
Dominio y jurisdicción, no deben necesariamente coincidir. Es más, dado que una cosa puede
ser objeto de múltiples relaciones, la jurisdicción puede ser de diversos estados de acuerdo
con la actividad de que se trate.
A los efectos de la asignación de competencias en materia de recursos naturales, dentro de
nuestro sistema federal, la distinción entre dominio y jurisdicción permite afirmar que no cabe
dudas respecto del dominio originario de las provincias sobre ellos; pero que, es posible
reconocer la jurisdicción nacional sobre los mismos.
A partir de lo señalado, es posible desdoblar –en materia de recursos naturales– la titularidad
del dominio y el ejercicio de la jurisdicción. En función del texto expreso del artículo 124 de la
Ley Fundamental, que el dominio es provincial, pero ello no invalida la jurisdicción nacional
en la materia por razones de planificación y como garantía del uso racional de los recursos y
de la sustentabilidad ambiental. Para que el proceso no conduzca a abusos, es necesario que
se lleve a cabo garantizando, la necesaria participación de las provincias al momento de
decidir una política global que contemple la protección de los recursos naturales existentes
en sus territorios.
Lo que han querido establecer los constituyentes tanto con la cláusula del art. 124 in fine como
con las demás disposiciones relativas a los recursos naturales del nuevo texto, se halla en dos
criterios. Por un lado, lo referido al sujeto titular de los recursos naturales, la reforma del 94
ha tomado definido su opción: los recursos naturales pertenecen a las provincias. Por el otro
lado, la segunda definición de la Convención Constituyente al calificar a ese dominio como
"originario", ha sido adoptar el carácter público de los recursos naturales como bloque, es
decir, en tanto conjunto. Supone la tutela del Estado o del poder público en tanto regulador y
legislador sobre sus usos y en beneficio del conjunto social.
La competencia normativa: El artículo 41 de la Constitución Nacional ha establecido un nuevo
esquema de competencias ambientales al disponer que ...las autoridades proveerán … a la
utilización racional de los recursos naturales. … Y también a que las actividades productivas
sean sustentables. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los
presupuestos mínimos de protección y a las provincias las necesarias para complementarlas,
sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales….
Como criterio mayoritario, se considera que el Congreso Nacional es competente para el
dictado de la legislación mínima, delimitando en forma clara y precisa el ámbito de
competencia complementaria o remanente que le corresponde a las provincias.
Por presupuestos mínimos se entiende normas de base, umbral, comunes, sobre las cuales se
va a construir el edificio total normativo de la tutela ambiental en la Argentina, de
organización federal. Se trata de normas de aplicación en todo el territorio de la Nación,
básicas, de un umbral, de un piso inderogable. La expresa delegación de facultades legislativas
que en materia ambiental efectúa el artículo 41 de la Constitución Nacional tuvo en miras el
establecer un sistema jurídico, uniforme, que asegure a todos los habitantes el goce de un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras. El alcance de las normas de presupuestos mínimos comprende no solamente los
estándares o parámetros técnicos, sino también las políticas de gestión en materia ambiental,
con la sola limitación de no extralimitarse -vaciando de contenido o devaluando las facultades
provinciales de dictar normas complementarias-, ni cercenar o aniquilar las facultades
inherentes al dominio originario de los recursos naturales existentes. Las autoridades
provinciales están obligadas a sujetar su accionar a las leyes nacionales de presupuestos
mínimos, no obstante, cualquiera disposición en contrario que contengan las normas locales,
conforme lo dispone el artículo 31 de la Constitución Nacional. En tales casos, las normas
locales quedarían en forma tácita parcial o totalmente derogadas, dado que los constituyentes
delegaron el poder legisferante, en la medida y con los límites de los presupuestos mínimos,
al Congreso de la Nación.
El artículo 41 de la Constitución Nacional ordena al Estado federal a reglamentar aquellos
criterios básicos de cuidado de los recursos naturales en todo el territorio nacional, pudiendo
las provincias agregar los que entiendan conveniente, pero nunca disminuir tales estándares
de base. Para dictar esas reglas surge como un requisito la fijación de políticas adecuadas a tal
fin, tanto a través de legislaciones de fondo como de reglamentaciones particulares. Quedan
dentro de las facultades jurisdiccionales de las provincias todo lo atinente a la reglamentación
y regulación del uso del recurso, la oportunidad de la contratación de concesiones o permisos
y sus características particulares, las reglas de uso de los recursos en adición a las nacionales,
el control de esas reglas, y todo otro tema que surja de este alcance que le hemos dado al
dominio originario, siempre en concordancia con la jurisdicción nacional y siguiendo los
criterios generales que su legislación establezca.
Puede afirmarse que las reglas generales sobre los recursos naturales en todo lo referente a
su uso racional, su vinculación con el cuidado ambiental, las políticas nacionales que
armonicen su utilización en beneficio del conjunto del país, son facultades federales.
Potestades que han de ser ejercidas cuidando que la eventual explotación de tales recursos
respete un adecuado reparto de los beneficios económicos en toda la población nacional,
actual y futura.
La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires se pronunció en el sentido de
que En el campo ambiental, se ha producido una delegación a favor de la Nación en lo que
hace a la determinación de los presupuestos mínimos para su protección, las provincias han
renunciado así a competencias originarias, en excepción al principio receptado por el artículo
121, reservándose exclusivamente las facultades necesarias para dictar normas
complementarias, conservando el dominio originario de los recursos naturales existentes en
su territorio. Las provincias pueden complementarla como, asimismo los municipios y aún
aumentar las condiciones impuestas por la Nación, pero nunca deben ser menores ni
oponerse a ellos.
Unidad 2
Derecho Ambiental: definición y caracteres.

El derecho ambiental es una nueva disciplina jurídica que se encuentra en constante evolución, tanto
en lo doctrinario como en lo normativo, razón por la que resulta difícil obtener un criterio único, por
lo que existen diversas posturas y definiciones de ella. Sin embargo, luego de resaltar algunas
definiciones se constatará que existen rasgos comunes.

Para algunos autores, "El derecho ambiental constituye el conjunto de normas regulatorias de
relaciones de Derecho Público o Privado tendientes a disciplinar las conductas en el orden al uso
racional y conservación del medio ambiente, en cuanto a la prevención de daños al mismo, a fin de
lograr el mantenimiento del equilibrio natural, lo que redundará en una optimización de la calidad de
vida."

Para Lorenzetti: "El Derecho Ambiental es decodificante, herético y mutante: Se tratan de problemas
que convocan a todas las ciencias a una nueva fiesta, exigiéndoles un vestido nuevo. En el caso del
derecho la invitación es amplia: abarca lo público y lo privado, lo penal y lo civil, lo administrativo y lo
procesal, sin excluir a nadie, con la condición que adopten nuevas características.

Morello y Cafferatta han en señado que: "El Derecho Ambiental es una novísima disciplina jurídica
de matriz desconcertante, su contenido es predominantemente social, aunque a la par es
considerado como un derecho personalísimo, a su vez que constituye un derecho subjetivo privado/
publico, con base constitucional. Además, participa de la naturaleza compleja de su tipología, difusa,
grupal, colectiva, comunitaria, general, característica de los denominados por la Constitución
Nacional de 1994 derechos de incidencia Colectiva."

Mario F. Valls sostiene que el Derecho Ambiental no solo “norma la creación, modificación,
transformación y extinción de las relaciones jurídicas que contiene el disfrute, la preservación y el
mejoramiento del ambiente, sino que contiene normas del Derecho Privado, de Derecho Público y
otras de orden público.

Se caracteriza por ser:


A) una especialización jurídica
B) Un correctivo de los errores y deficiencias de todo el sistema jurídico común.
C) Parte integrante o estar íntimamente relacionado a las demás ramas del Derecho, a las que
modifica y en las cuales suele encontrar su fuente.
D) Evolutivo y dialecto.
E) Conciliador y transaccional entre los intereses de las partes que pretenden ejercer derechos sobre
un bien común, como es el ambiente. Su objetivo político es conjugar el desarrollo ambiental con lo
económico.
F) Un instrumento de política ambiental lo que, como parte del derecho sea un fin en sí.”

Lo tipificante de esta nueva disciplina es que está integrado por normas de derecho privado y
público, que es interdisciplinario, que es transversal con estrecha relación con el derecho
constitucional, civil, administrativo, penal y comercial.

Se refiere a normas legales que regulan el uso y conservación de todos los bienes, fenómenos, y
elementos que contienen el ambiente humano, que se integra con el entorno humano y cuyo
objetivo es lograr y mantener el equilibrio natural de los seres vivos con a finalidad del desarrollo del
hombre en él.
Fuentes jurídicas del Derecho Ambiental

El Derecho ambiental como toda disciplina jurídica recurre para su interpretación y aplicación a las
fuentes internas y externas.

Fuentes jurídicas internas:

1) Constitución Nacional: influye genéricamente sobre el derecho ambiental cuando fija las
bases del derecho argentino. Atribuye funciones a los tres poderes y distribuye la
competencia entre los gobiernos nacional y provincial.
La reforma de 1994 incluyó en la Constitución el derecho de todos los habitantes a un
ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, siguiendo la práctica de otras
constituciones extranjeras y provinciales, lo que convierte en un derecho enunciado
expresamente que antes era implícito (Constitución Nacional arts. 33 y 41). Impone a su
habitante el deber de preservarlo que es el reverso de ese derecho, porque no preservar el
ambiente implica frustrarlo.
Incorpora también el principio de desarrollo duradero llamados a veces sostenible o
sustentable.
La obligación de recomponer el daño ambiental según lo establezca la ley que impone, va a
requerir una cuidadosa reglamentación legal.
Le encomienda otras prestaciones como ser:
a. La utilización racional de los recursos naturales misión de difícil cumplimiento puesto que
la mayor parte de esos recursos pertenecen a particulares.
b. La preservación del patrimonio natural y cultural.
c. La preservación de la diversidad biológica.
d. La información ambiental.
e. La educación ambiental.
Faculta al gobierno de la nación para fijar en materia ambiental lo que ella llama los
“presupuestos mínimos de protección”, para todo el país y a las provincias las faculta a
complementarlos y aplicarlos.
El gobierno de la nación impone la calidad ambiental mínima que quiera para todo el país y
que cada provincia decida imponer o no presupuestos más estrictos en sus territorios
respectivos. Las únicas restricciones que tienen los poderes nacionales es que solo pueden
hacerlo en materia de protección ambiental y sin alterar las jurisdicciones locales.
Reitera la prohibición hasta ese momento legal de introducir residuos actual o
potencialmente peligrosos.
Legitima a los afectados, a determinadas organizaciones no gubernamentales y a los
defensores del pueblo para accionar por vía de amparo en defensa del derecho
constitucional al ambiente (art.43).
2) Los códigos de fondo: Una de las innovaciones del Código Civil y Comercial es que establece
la constitucionalidad del derecho privado eliminando la división tajante entre lo privado y lo
público y estableciendo una conexión entre la CN y el derecho privado basado en los aportes
de la doctrina y jurisprudencia.
Lorenzetti dice: “Lo importante es que el Código defina los grandes paradigmas del derecho
privado a través de principios que van estructurando el resto del ordenamiento”.
En cuanto a la protección del medio ambiente regula los derechos individuales y de
incidencia colectiva en general en los arts.14, 240y 241 del citado cuerpo legal. En el Título III
(Bienes), Capitulo 1 referido a los Bienes con relación a las personas y los derechos de
incidencia colectiva establece en el art. 241 que: “El ejercicio de los derechos individuales
sobre los bienes mencionados en el capitulo1 y 2 deben ser compatibles con los derechos de
incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del Derecho Administrativo nacional y
local dictadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad
de los ecosistemas, de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el
paisaje, entre otros según los criterios previstos en la ley especial”. “cualquiera que sea la
jurisdicción en que se ejerzan los derechos, debe respetarse la normativa sobre presupuestos
mínimos aplicable.”
Este código pone énfasis en la protección del bien colectivo que es el ambiente, reconocido
en el art. 41 de la Constitución Nacional.
3) Los códigos de fondo. El Código Penal y su legislación complementaria: El Código Penal
Argentino no incrimina genéricamente las acciones y omisiones perjudiciales para el
ambiente, sino que incrimina específicamente:
• La usurpación de agua y la rotura y alteración de obras hidráulicas con ese fin
(art.182).
• El daño que incluye implícitamente el daño al ambiente (art. 183/184).
• El incendio, la explosión y la inundación (art.186/189).
• La fabricación, suministro, adquisición, sustracción o tenencia de bombas, materiales
o aparatos capaces de generar energía nuclear, materiales explosivos inflamables
asfixiantes o tóxicos (art.189 bis).
• El envenenamiento o adulteración de agua potable (art.200/203).
• La propagación de una enfermedad contagiosa y peligrosa para las personas
(art.202). El código incrimina la mera propagación.

El código se constituye en guardián de otras normas protectoras de la salud cuando


reprime:

a) La violación de las leyes de policía sanitaria animal.


b) La violación de medidas que la autoridad adopte para impedir la introducción o
propagación de una epidemia. Convendría que una futura reforma del código
agrupase en un título especial a las normas penales aplicables. Así estimularía la
jurisprudencia y a la doctrina a ir elaborando una teoría general del derecho
ambiental penal.
4) Los códigos de fondo. El Código de Minería y la legislación de hidrocarburos:
El código de Minería impone a quien explora o explota minas determinadas limitaciones con
el fin de evitar daños al terreno y a sus accesorios (art.32 y siguientes). Impone medidas de
seguridad y expresamente la preservación ambiental (arts.233/246/268). En la ley de
inversiones mineras debe tomar una determinada conducta ambiental (ley 24.196). La ley
nacional de hidrocarburos 16.319 contiene normas relativas a la preservación ambiental
(art.69) e impone que quien busque o explote hidrocarburos la obligación de indemnizar a
los propietarios de la tierra. La Res. SE 105/92 norma el estudio de impacto ambiental para
esta actividad.
5) Legislación específicamente ambiental entre las que se pueden citar:
• La ley de residuos peligrosos 24.051.
• Ley 25. 675 (año 2002) para la gestión sustentable y adecuada del ambiente.
• Ley 25.612 (año 2002) de presupuestos mínimos de protección ambiental sobre la
gestión integral de residuos de origen industrial y de actividades de servicio.
• Ley 25.688 (año 2003) de presupuestos mínimos para la preservación de las aguas,
su aprovechamiento y uso racional.
• La ley 25.831 de Información Pública Ambiental.
• La ley 25.916 de Gestión de Residuos Domiciliarios.
• La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques
Nativos.
6) Legislación específicamente ambiental local.
Ley 6.253 de la provincia de Tucumán y sus modificatorias: está compuesta por 4 títulos, con
varios capítulos dentro de cada uno. Así el Título primero trata sobre el Objeto y ámbito de
aplicación, el Título segundo sobre las autoridades de aplicación, título tercero sobre la
contaminación y también del impacto ambiental, y el Título cuarto trae disposiciones
especiales acerca de las aguas, de los suelos, la atmósfera, la flora, la fauna y la energía.
7) Legislación sobre ruidos molestos.
El ruido como factor de perturbación ambiental ha concitado el interés de la doctrina. Es una
de las molestias que nombra actualmente en el artículo 1.973 del CCYC. También tiene su
legislación administrativa. La mayoría de las municipalidades y algunas provincias
sancionaron ordenanzas y leyes que limitan la generación de ruidos molesto.
8) Legislación de otras materias que contienen normas ambientales. Como el ambiente es un
aspecto de la realidad resulta comprensible que tantas normas ambientales se originen en
leyes que norman otras materias. Se las comenta a continuación:

Legislación laboral
a) Impone reglas de higiene y seguridad para proteger al trabajador contra los daños que el
medio pueda causarle. Así establece a mantener en buen estado las maquinas instalaciones y
útiles como así también las instalaciones eléctricas sanitarias y de agua potables.
b) Instalar equipos necesarios para la remoción del aire, a evitar la acumulación de desechos
y residuos que constituyan un riesgo para la salud
c) A eliminar aislar los ruidos y vibraciones peligrosas para la salud del trabajador.
d) Limita la jornada laboral en los casos en que debe cumplirse en un medio adverso.
e) Acuerda indemnizaciones por accidentes y enfermedades causadas por el medio en el que
el trabajador se desempeña.

Legislación del Agua:


La legislación nacional prohíbe arrojar a ríos y arroyos residuos cloacales, domiciliares e
industriales sin purificación previa. A contaminar las aguas navegables e impone medidas
para la preservación del ambiente en los puertos. La legislación Nacional como Provincial
organizan el abastecimiento de agua potable para poblaciones y la evacuación de los
desechos domiciliarios e industriales, para lo que acuerdan privilegios a este uso del agua
sobre todos los otros, imponen la obligación de utilizar o pagar el servicio público y en
algunos casos norman la prestación por terceros de estos servicios.

Legislación sobre policía sanitaria animal y vegetal


Encomiendan funciones policiales a la autoridad nacional. Se impone a los particulares la
obligación de denunciar las plagas, destruir los bienes o soportar su destrucción para evitar la
propagación de las plagas. También faculta a la autoridad para imponer cuarentena o
barreras sanitarias.

Legislación sobre sanidad humana


Para defender la salud humana el derecho impone determinadas obligaciones, como ser la
de obtener patente de sanidad que se impone a todo buque que entre o salga de puerto
argentino, la de vacunarse contra la viruela establecida por ley, contra el tifus y la difteria, la
de aislar los leprosos, la de denunciar pestes, entre otras.

9) Otras fuentes legislativas


Las leyes de arrendamiento y aparcerías rurales 13.246 y 22.298, que consideran la erosión
como causal de extinción del contrato e imponen arrendatarios y apareceros la obligación
legal de evitar la erosión y agotamiento y de mantener el predio libre de plagas y malezas, si
existirán al recibir el campo, a compartir con el propietario por mitades el costo de su
combate (art. 8, 18 y 20).
La ley 13.273 de bosque modificada por decreto 710/1995, que es eminentemente
protectora, impone la obligación de conservar los bosques protectores y permanentes (art.
89, 32 y ss.), y autoriza la reforestación que haga la autoridad en tierra privada (art. 27).
La ley 20.247 que norma la protección y comercialización de semillas y la propiedad de las
creaciones filogenéticas.
La ley 22.351, que norma y organiza los parques, reservas y monumentos naturales
nacionales.

Otras fuentes

1) La Jurisprudencia: crea en quien tiene un derecho o una obligación ambiental en interés de


saber de antemano como han decidido anteriormente los jueces casos similares para ilustrar
sus análisis y ajustar mejor sus expectativas, pretensiones y planteo jurídico. El conocimiento
por las partes de la opinión de los jueces ayuda a evitar juicios innecesarios.
2) Los acuerdos interjurisdiccionales: una solución para evitar la pluralidad normativa sobre el
ambiente sometido a una pluralidad de jurisdicciones es el acuerdo interjurisdiccional que
puede ser: Adhesión a una ley básica como se ha hecho en materia de bosque. Y acuerdo
interjurisdiccional que armoniza el desarrollo de cuencas hídricas.
3) La Doctrina: suple la función integradora de los códigos cuando ni estos ni la ley logran
abarcar todo el espectro jurídico ambiental, facilita la identificación de los principios que
rigen en la materia e ilustra las tomas de decisiones. Además, hace evolucionar el derecho.
Su característica es que no solo cultivan esta rama especialistas en derecho ambiental, sino
constitucionalistas, administrativistas, procesalistas, penalistas y civilistas.
4) Los usos y las costumbres: o sea la observación constante y uniforme de una conducta por
la comunidad con la convicción de que responde a una necesidad jurídica son fáciles de
seguir. Son muy comunes en materia ambiental y suelen ser beneficiosas para la comunidad
que la practique.
5) Normas de adhesión voluntaria. Las normas ISO: emiten normas ambientales
organizaciones llamadas hoy en todo el mundo no gubernamentales (no pertenecer ni
depender de gobierno alguno). Estas organizaciones proponen normas que no son de
cumplimiento obligatorio pero que las partes se someten voluntariamente a ellas. Su
cumplimiento por las empresas mejora su aceptación por los mercados, su imagen pública,
su acceso al crédito. Son normas jurídicas de cumplimiento voluntario que se convierten
obligatorio cuando la norma jurídica lo impone. Se destaca entre ellas las normas ISO,
propuestas por la International Organization of Standarization que es una federación de
organizaciones no gubernamentales que establecen prácticas y materiales de alto prestigio
internacional fundada en 1947 y que tiene su sede en Ginebra. Como el sistema de normas
ISO puede ser seguido por diferentes empresas en todo el mundo, esto permite comparar la
conducta ambiental de una empresa con la de otra.

Fuentes jurídicas externas

Su obligatoriedad no es en todos los casos iguales. Las conferencias internacionales a las cuales
asistió nuestro país con sus representantes como la Conferencia de Río de 1.992 o bien la de Río
+20 sus conclusiones son solo recomendaciones. Sin embargo, en la Conferencia de Río de 1.992
se firmó el Convenio de Biodiversidad que posteriormente por ley se incorporó a la legislación
argentina. Conforme a la CN y sus disposiciones tienen fuerza legal.

1) El derecho internacional y el comunitario: El ambiente y la globalidad de los grandes


problemas que plantea explican la necesidad de encuadrarlo en normas jurídicas
internacionales. Nuestro continente no se ha dado aún normas jurídicas de nivel comunitario
como lo que está adoptando la Unión Europea, pero se ha logrado algunos acuerdos
regionales.
2) El derecho comparado y el derecho extranjero: constituye una valiosa fuente doctrinaria del
derecho interno muy consultada por los legisladores y estudiosos. Podrá ser acogido por el
ordenamiento interno si encuadra en el sistema jurídico nacional, y si se adecua al medio
físico, social y económico. Es frecuente tener que recurrir al derecho del estado en que el
daño ambiental se origina como sucede en los casos de perjuicios ambientales originados en
otros estados. Las prohibiciones y obligaciones impuestas en un estado suelen repercutir en
el ambiente de otro.
3) Acuerdo, convenios y declaraciones multinacionales: condiciona al ambiente argentino
mediante los tratados que la Argentina ha suscripto y prevalece sobre la legislación interna
incluso la provincial. Las normas de los acuerdos o tratados sobre los elementos del
ambiente que se encuentran en más de un país como puede ser un río, un lago, una cuenca,
la atmósfera o las especies vivas, son fuentes jurídicas externas. Otras fuentes de derecho
internacional son los fallos y laudos arbitrales.
4) La Carta Mundial de la Naturaleza: La Asamblea General de las Naciones Unidas sancionó la
Carta Mundial de la Naturaleza, declarando que los recursos naturales deben manejarse de
manera que asegure su producción optima y continua. Establece entre otras cosas que los
recursos naturales deben usarse con prudencia y no derrocharse, lo que implica que los
recursos biológicos no deben usarse más allá de su capacidad de recreación. Que los recursos
que no se consumen con el primer uso deben ser reciclados y los no renovables y
consumibles deben explotarse con prudencia.
5) El modelo de la Unión Europea: donde está surgiendo un modelo jurídico ambiental
supranacional. Muestra que la variable ambiental es inherente a toda actividad política
económica y social y que sus normas esta implícitas en todo el sistema jurídico. Es en el Acta
Única Europea, y el Tratado de la Unión Europea (Maastricht 1.992), le atribuyeron
competencia ambiental explicita encomendándose por ejemplo los siguientes:
a) Promover un crecimiento sostenible.
b) Promover un nivel elevado de protección ambiental.
c) Hacer valer el principio precautorio.
d) Hacer valer el principio “quien contamina paga”.
6) El Mercado Común del Sur. (MERCOSUR): Los compromisos asumidos por la argentina en
virtud del tratado de Asunción que instituye el MERCOSUR, se instrumentan en Resoluciones
Comunitarias.
La más trascendente es el REMA /Resolución C nº 1/94, que impone el compromiso de todos
los países del Mercosur de asegurar la armonización de la legislación ambiental entre los
estados partes del tratado.
La resolución entiende y recomienda:
a) Garantizar la adopción y practicas no degradantes del medio ambiente en los
procesos que utilizan recursos naturales.
b) Asegurar la adopción del manejo sustentable en el aprovechamiento de los recursos
naturales renovables a fin de garantizar su utilización futura.
c) Asegurar la obligatoriedad de la habilitación ambiental para todas las actividades
potencialmente degradantes del medio ambiente de los estados partes. Uno de los
instrumentos ha de ser la evaluación del impacto ambiental.
d) Asegurar la eliminación del vertido de contaminantes y la adopción de tecnologías
limpias y de reciclaje.
e) Asegurar un menor grado de deterioro ambiental en los procesos productivos.

Los Principios y valores estructurales del Derecho Ambiental

El Derecho Ambiental, como nueva rama del derecho, además de sus caracteres propios, se
encuentra impregnado de principios propios. Se trata de conceptos que no son unívocos. Su
contenido y sistematización en el campo del derecho depende de la orientación ius-filosófica y de las
diferentes ramas del derecho desde la que se posicionan los autores.

Los valores y principios se usan de modo indiferente en la doctrina jurídica. Puede decirse que unos
reconducen a otros porque los principios tienen por objeto los bienes humanos básicos de todo
hombre y éste descubre por evidencia y procura espontáneamente para su perfección. El término
“valores”, se usa frecuentemente para aludir a aquello que el hombre aprecia y de lo que resulta una
perfección o una completitud, por lo que presentan cierto grado de identidad con los principios. Los
valores plantean requerimientos y exigencias que desborda lo jurídico, mientras que los principios
jurídicos son determinaciones o proyecciones de los valores al campo del derecho – su estudio
corresponde a la ius-filosofía.

Cafferatta sostiene que: “el valor es un bien final en sí mismo, que se encuentra ante nosotros como
una meta que pide ser alcanzada mediante actividad teleológicamente. “Los valores nos indican la
meta, pero no el camino, los principios nos muestran el camino, pero no la meta”.

Aunque los principios pueden ser entendidos como los valores jurídicos de una comunidad definidos
de forma genérica e indeterminada, no son creaciones humanas o mandatos de una autoridad
estatal o social, ni provienen del consenso, sino que se desentrañan de la naturaleza humana. Son
reconocidos por el derecho positivo, pero no es necesaria su positivización para asegurar su vigencia
no obstante que las normas se sustentan en ello. Aun cuando no fuera posible detectarlos en las
normas, su naturaleza prescriptiva deriva de su condición de valor jurídico de la comunidad. No
necesitan ningún trámite posterior de positivización porque se tornan obligatorios desde que se
integran a la conciencia colectiva.

Entonces aquí entenderemos a los principios como “un tipo de prescripción jurídica con una
estructura peculiar: no son una proposición jurídica. Carecen de un presupuesto de hecho y no
establece expresamente la sanción consecuente con la infracción. El mandato jurídico que deriva de
ellos es muy general ya que el deber de respetar el valor que ese principio contiene otorga un
derecho a obtener la anulación del acto que lo contradiga. Tiene una menor eficacia cualitativa; su
ámbito de aplicación es mucho más extenso que el de las normas propiamente dichas y por ello es
mayor su eficacia cuantitativa.

Los principios, a diferencia de las normas positivas, no se excluyen entre sí, sino que se articulan,
interactúan y complementan. Se entiende por principio, desde lo general, el fundamento de algo.
Jurídicamente los principios son ideas directrices, que sirven de justificación racional de todo el
ordenamiento jurídico son pautas generales de valoración jurídica. Líneas fundamentales e
informadoras de la organización.

Se dice que los principios poseen una estructura abierta flexible; no obstante, lo cual también se
afirma, que los principios tienen una dimensión que falta en las normas: la dimensión del peso o
importancia. No puede establecerse en abstracto una jerarquía entre los principios, eso hace que no
pueda existir una ciencia sobre su articulación sino una prudencia en su ponderación.

Función de los principios:

• Función informadora.
• Función de interpretación.
• Los principios como filtros.
• Los principios como diques.
• Los principios como cuña.
• Los principios como despertar de la imaginación creadora.
• Los principios como recreadores de normas obsoletas.
• Capacidad organizativa– compaginadora de los principios.
• Los principios como integradores.

Las funciones de los principios, son concebidas de tal forma que de faltar cambiaría el carácter de
una institución o de todo el derecho, la consecuencia práctica es o debe ser que el principio se erige
en criterio preferente para la interpretación de las normas singulares de su grupo o institución, por
cuanto se supone que dota de sentido unitario y coherente al conjunto normativo.

La Ley General del Ambiente contiene los fines o metas de la especialidad o valores jurídicos en el
artículo 2 cuando se refiere a los objetivos en sus once incisos y en los artículos 4 y 5 enuncia los
principios de política ambiental los que son enunciativos ya que existen otros que no están
expresamente mencionados en la citada ley.

Esos principios son:

❖ Congruencia
❖ Prevención
❖ Precautorio
❖ De equidad intergeneracional
❖ Progresividad
❖ Subsidiaridad
❖ Sustentabilidad
❖ Solidaridad
❖ Cooperación

Principios implícitos de la ley:

❖ Principio de universalidad: el derecho ambiental contiene una característica que lo pauta y


define como universal, interjurisdiccional, ya que su normativa cubre y protege en principio
tanto el agua, que transcurre por un país y llega hacia otro, como el aire que produce igual
efecto, y hace lo propio la tierra que en su modificación se altera en todo el resto del
planeta. Las alteraciones o daños al ambiente repercuten o tienen efectos no solamente en
la región o lugar en donde se produce sino se extiende en el espacio y comprometen
también a los otros recursos naturales o culturales, y ello le imprime su universalidad.
❖ El principio “in dubio pro natura”: implica que en caso de duda en la aplicación de una ley
con respecto a una actividad que beneficie o no al ambiente, se debe inclinarse por la
protección del ambiente.
❖ El principio interdisciplinario: consecuencia de la transversalidad del derecho ambiental, que
exige la ayuda de otras disciplinas jurídicas como de otras ciencias entre las que se citan, la
economía, la biología, la sociología, la antropología etc.
❖ El principio el que contamina paga: este principio se confirmó en la Conferencia de las
naciones Unidas para el Ambiente Humano efectuada en Estocolmo en el año 1.992.

El Ambiente en la Constitución Nacional de 1994

Introducción al derecho Ambiental

La regulación normativa del medio ambiente no se limita a la regulación de la naturaleza; incluye


también la noción del hábitat del hombre, formado por naturaleza y cultura, por conocimiento social
y comunicación. Se trata del alimento necesario para el desarrollo de la sociedad.

Proteger el medio ambiente es una cuestión compleja, de ciencia, de ética, de técnica jurídica y de
política.

❖ De ciencia, porque el ambiente es un ámbito de convocatoria para el conocimiento a fin de


encontrar objeto y método de pensar (racional) en una dimensión holística, sistemática y
transdisciplinaria.
❖ De conciencia, porque el ambiente implica una pedagogía propia, que ubica al hombre,
desde la infancia, en la necesidad de alcanzar un conocimiento integral de la naturaleza y de
sus reglas.
❖ De ética, porque son el ambiente y las reglas que lo organizan, los que establecen las guías
del comportamiento común del hombre en sociedad. Estas normas, constituyen un
verdadero derecho natural, donde la libertad humana no está considerada como condición,
sino como resultado.
❖ De técnica jurídica porque, solo a través de los principios del derecho privado y público, se
puede imprimir una protección efectiva al ambiente, fundado éste como patrimonio social.
❖ Cuestión política, porque a través de ésta se fijan los objetivos y las metas a cumplir, siendo
el derecho el instrumento idóneo para la implementación de la decisión política; juegan un
papel integrado; la política, el derecho y la administración ambiental.

Medio Ambiente y Ecología

El Medio Ambiente es definido en general como “la suma de todo los que nos rodea”.

El ambiente en sentido jurídico “es la realidad natural, considerada en un cierto equilibrio


ecológico, considerándose esta noción, particularmente útil, en relación con la salud y el bienestar
físico que junto a otros elementos estéticos, científicos e históricos deben ser considerados de esta
manera Biósfera y Medio Ambiente serían identificables con el término Ecología”
❖ Ambiente: comprende no solo el natural, el urbano, sino también el humano, la salud,
situaciones sociales, culturales y otras condiciones logradas por el hombre, que afectan su
hábitat en la tierra.
❖ Biósfera: es la delgada capa de aire y agua, de suelo y vida que constituye el marco de la
historia del hombre.
❖ Ecología: término que deriva de la raíz griega “OIKOS”, o sea cosa, de modo que es el estudio
de la cosa o más ampliamente, “es la ciencia que estudia la
❖ interrelación entre los organismos y sus medios”.

El Derecho Ambiental

Partiendo del ambiente y la ecología, podemos decir que el Derecho Ambiental “es una legislación
que trata de reglar las relaciones del hombre con su medio ambiente”.

Debe actuar en la prevención y para ello debe actuar en la concientización del hombre, en cuanto a
la conservación y protección del planeta y de la humanidad, frente al hombre que es quien más lo
afecta. Para muchos agraristas, el derecho ambiental es transversal, es decir, un derecho abarcativo
de todas las disciplinas jurídicas (multidisciplinario).

Reforma Constitucional de 1994 en cuanto al medio ambiente

El derecho ambiental no estaba contemplado en forma expresa en la Legislación Constitucional de


1853 anterior a la reforma de 1994. Se encontraban tácitas referencias a la preservación del
ambiente y el uso racional y sostenible de los recursos naturales. El derecho al ambiente se
encontraba implícito entre los objetivos constitucionales de: proveer a la defensa común (lo que
incluye al ambiente) y el de promover el bienestar y el derecho a condiciones dignas equitativas de
labor y el acceso a una vivienda digna, según el art. 14 bis.

Era uno de los derechos no enumerados que nacen de la soberanía del pueblo y de la forma
republicana de gobierno a que se refiere el art. 33. La doctrina considera en forma unánime, el
reconocimiento implícito de gozar de un ambiente sano y equilibrado para todos los habitantes y en
el Preámbulo se hace referencia a “las generaciones Futuras”.

Nuevos derechos y garantías introducidas a la CN por la Convención Constituyente de 1994 con


respecto al medio ambiente:

❖ El Artículo 41 de la CN, el cual consta de los siguientes párrafos:

1º Párrafo
a. Derecho de todos los habitantes al ambiente sano
b. Deber de preservación.
c. Obligación de Recomponer con carácter prioritario en caso de Daño Ambiental.

2º Párrafo: Funciones Estatales Obligatorias para todos los poderes públicos según sus
competencias:
a. Proveer a la protección del derecho al ambiente.
b. Proveer la utilización racional de los recursos naturales.
c. Proveer a la Preservación del patrimonio Natural y Cultural y de la Diversidad biológica.
d. Proveer a la información y educación ambiental.
3º Párrafo: Dispone la distribución de competencia normativa en relación a esas funciones
estatales entre La Nación y Las Provincias, incorporando el concepto de “Presupuestos
mínimos de Protección Ambiental”.

4º Párrafo: Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos tóxicos o radiactivos.

Esta cláusula ambiental se encuentra inserta en el segundo capítulo de la parte dogmática, el de los
llamados “Nuevos Derechos y Garantías” que ensancha la recepción constitucional de los derechos
humanos de 2a generación (los económicos, sociales y culturales) y por ello, se la incluye dentro de
los llamados Derechos de 3a generación (son derechos de incidencia colectiva que se fundan sobre
los valores de la paz y la solidaridad).

En el caso “Mendoza, Beatriz S. y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios (derivados de
la contaminación ambiental del Río Matanza Riachuelo) CSJN 20/06/2006), se definieron las notas
esenciales de lo que se debe considerar un “derecho de incidencia colectiva” tales como: uso común,
indivisibles, transindividuales, pertenecientes a la esfera social y no disponibles para las partes. Por
ende, un bien será colectivo cuando exista una pluralidad de titulares y éste sea no susceptible de
apropiación exclusiva pero susceptible de uso y goce común.

Análisis

Articulo 41: Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.

Todos los Habitantes…


La palabra todos es común a nuestro derecho, empezando por el preámbulo mismo de nuestra
constitución, por su art. 14 y por el Código Civil Argentino. Se consagra el derecho en sentido amplio,
ya que nuestra constitución fue más allá que otras, que solo se refieren a los ciudadanos.

Gozan de un derecho a un ambiente sano…


Derecho que tienen todos los seres humanos de vivir en un ambiente físico, social y cultural
adecuado. Los derechos reglados en esta parte de la constitución son derechos humanos y al ser
positivizados son Derechos “fundamentales”.
Sano tiene que ver con la preservación y no contaminación del aire, del agua o del suelo, además con
todos aquellos ámbitos construidos por el hombre. Lo sano, implica una ciudad con cloacas, con agua
corriente, control del ruido y de las emanaciones y con espacios verdes suficientes. Sano significa una
vivienda adecuada, un ámbito de trabajo adecuado a su función, seguro y confortable, escuelas
donde los niños y adolescentes pasan una gran parte de su vida, tengan este mínimo de condiciones,
pudiendo hacer extensivo lo mismo a los hospitales, las cárceles, etc.

Ambiente Equilibrado
Ecológicamente equilibrado. El equilibrio que busca proteger el texto constitucional es tanto el
equilibrio de los ecosistemas como el equilibrio individuo-sociedad.
Apto para el desarrollo humano
El concepto de desarrollo humano no se refiere únicamente a la cantidad de bienes y servicios que
pueda producir, sino fundamentalmente a la calidad de vida que puede y debe llevar todo habitante
del país.
El desarrollo humano no es lo mismo que el crecimiento económico, es más que eso, pues no basta
que el Estado o la comunidad brinde condiciones para el crecimiento económico, sino que, dentro de
nuestro sistema jurídico, debe ser apto para el desarrollo humano.

Y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades sin comprometer las de las
generaciones futuras…
Se incorpora el concepto de desarrollo sostenible o sustentable: La promoción del desarrollo
económico y la protección del medio ambiente, no son desafíos independientes.
Horacio D. Rosatti dice que los miembros de una generación “vienen al mundo dotados de ciertos
caracteres típicos, que les prestan una fisonomía común, diferenciándolos de la generación anterior”.
El individuo está adscrito a su generación, pero la generación no está en cualquier parte, sino entre
dos generaciones determinadas, de forma que es posible concebir dinámicamente, sin segmentar a
la sociedad como la articulación de generaciones, altitudes vitales desde las que se siente la
existencia de una determina manera.

Caracterización y duración de una generación:

❖ Criterio biológico puro, que remite a factores naturales de comprobación estadística precisa
como tasas de natalidad, de mortalidad, etc.
❖ Criterio biológico-político, que tiene en cuenta el predominio social de determinadas franjas
de edad en la toma de decisiones políticas.
❖ Criterio funcional que remite al segmento de vida humana impregnado de utilidad social.
❖ Criterio vivencial-cultural (seguido por José Ortega y Gasset y su discípulo Julián Marías) para
quienes, la generación se extiende temporalmente por quince años, que involucran las
siguientes etapas del crecimiento humano: niñez (0 a 15 años), juventud (15 a 30 años),
iniciación (30 a 45 años), predominio (45 a 60 años), vejez (más de 70 años).

En cuanto a sustentabilidad expresa una concepción humanista y antimercantilista que, al preservar


el patrimonio ambiental, gestado en una continuidad generacional para que subsista en el futuro,
traduce el concepto de nación. El desarrollo sustentable debería ser entendido como progreso
económico o crecimiento sostenido, también como el despliegue intergeneracional de nuestro
ideario permanentemente enriquecido.

Y tienen el deber de preservarlo


Implica la obligación activamente universal que tienen todos los habitantes de defender el medio
ambiente. Se legitima implícitamente al habitante para accionar en ejercicio de su derecho y
obligación de preservar el ambiente.
El daño ambiental, consiste en una lesión a un interés colectivo, a la humanidad misma, a la
conservación y preservación del ambiente, sin la existencia de un perjuicio directo ocasionado a
persona concreta.

Generará prioritariamente la obligación de recomponer...


La existencia de un derecho al ambiente preservado, trae como consecuencia la responsabilidad de
los particulares por los daños derivados de la contaminación producida por ellos.
Recomponer significa arreglar, volver las cosas a su estado original. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer, siempre que sea posible o aún sin perjuicio de otras
obligaciones, como el pago de una indemnización o el cumplimiento de una sanción penal.

Según lo establezca la ley


Marca el protagonismo del congreso de la Nación que debe incorporar a los códigos de fondo, el
principio de recomposición.
Este párrafo se debe interpretar como una obligación del Estado. Proveer este derecho implica
acción para elaborar la legislación adecuada, para vigilar estrictamente su cumplimiento.
Proveer este derecho implica acción para elaborar la legislación adecuada, para vigilar estrictamente
su cumplimiento.
La preservación del patrimonio natural y cultural son dos aspectos estrechamente ligados y cuyo
contenido es amplio ya que la cláusula constitucional comprende tanto al ambiente natural como
cultural de nuestra sociedad.

“Corresponde a la Nación dictar normas que contengan los presupuestos mínimos de protección y a
las Provincias las necesarias para complementarlas sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales”
Los presupuestos mínimos deben estar contenidos en normas, es decir, en preceptos generales como
los que dicta el Congreso.
La Constitución atribuye al Congreso “hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes
para poner en ejercicio los poderes concedidos al gobierno de la Nación Argentina, sin perjuicio de la
facultad reglamentaria, que con posterioridad a la intervención del Congreso y dentro de los límites
de la ley, pueda ejercitar el Poder Ejecutivo.
Los presupuestos mínimos de protección a dictar por La Nación son un piso al que las provincias
quedan habilitados para colocar un techo más alto para complementarlos en virtud de la potestad de
éstas de extender la protección ambiental en sus territorios.
La ley general del ambiente entiende por Presupuesto Mínimo, a “toda norma que concede una
tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio nacional y tiene por objeto imponer
condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos y de los
radiactivos.
Cabe conceptualizar a los residuos como todo objeto, sustancia o energía que resulte de la
utilización, descomposición, transformación o destrucción de un objeto, sustancia o energía que
carece de utilidad para su dueño y cuyo destino natural debería ser su eliminación.
Residuo peligroso es aquel que puede causar daño directo o indirecto a seres vivos o contaminar el
suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Los residuos radiactivos son los isótopos y los
elementos que han sido expuestos a contaminación radiactiva, durante el proceso de producción o
utilización de combustible nuclear.

La Cláusula Ambiental y la cuestión competencial en la ref. de 1994 (Artículo 124 In Fine)

La facultad del Congreso de la Nación de dictar presupuestos mínimos de protección ambiental y de


las provincias de sancionar las normas necesarias para complementarlas, no implican contradicción
alguna con la declaración del dominio originario por parte de éstas últimas, en relación con sus
propios recursos naturales.
Es posible desdoblar en materia de recursos naturales, la titularidad del dominio originario que
corresponde a las provincias, pero ello no invalida la jurisdicción nacional en la materia por razones
de planificación y como garantía del uso racional de los recursos y de la sustentabilidad ambiental.

Artículo 75, inciso 19 de la Constitución Nacional

“Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la


productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los
trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y
tecnológico, su difusión y aprovechamiento.
Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas
diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para
estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.
Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional
respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable
del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la
igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios
de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las
universidades nacionales.
Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras
del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.”

Impone al Congreso de la Nación proveer el dictado de normas que hacen al desarrollo humano, al
progreso económico (aumento de la producción de bienes y servicios) debe hacerse con justicia
social, mediante la distribución de esos bienes y servicios debe hacerse equitativamente entre los
individuos de la sociedad.
Es importante el concepto de calidad de vida, el cual comprende aspectos no monetarios en la vida
de una persona.
Al aumento de la productividad, en el sentido de un mayor rendimiento del trabajo humano.
A la generación de empleo o si ello no es posible, la utilización de políticas de subsidios a los
desocupados.
A la formación profesional, tanto en lo educacional como en lo práctico.
A la defensa del valor de la moneda, para un país que durante más de medio siglo tuvo el flagelo de
la inflación y la hiperinflación.
Ello fundamentalmente se logra con una adecuada política fiscal y de equilibrio de las cuentas
públicas.
A la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento, a través de
políticas activas, como la llave del poder de las naciones.
Al desarrollo armónico y el doblamiento de su territorio, atento al desigual desarrollo de nuestra
nación.
A la formación de Regiones entre provincias de igual o parecido desarrollo, a través de políticas
diferenciadas para evitar los desequilibrios entre provincias y regiones.

El artículo establece que se debe proteger:


❖ La Identidad y pluralidad cultural.
❖ La libre creación y circulación de las obras del autor.
❖ El patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.
Se repite el artículo 41 cuando habla del “patrimonio natural y cultural”, sin embargo, dentro de la
protección del paisaje y de los paisajes en general, se refiere al concepto de sonido, como parte de él
y por añadidura, se podría hablar de que integran el paisaje los olores, la temperatura, la humedad
ambiental, etc. Por ende, la protección del “ambiente natural” es sumamente amplia.

La Ley N° 25.675, interpretación de sus normas “Ley General del Ambiente”

El hombre está inserto y se desarrolla en un medio que lo condiciona y a su vez es condicionado.


Surgen los vocablos medio, ambiente, medio ambiente:

Medio sugiere la idea de rodear, circundar, alojar, el medio donde se vive, el medio natural.

Ambiente sugiere la idea de condicionar, estar en ambiente, estar ambientado– Se aglutinan ambos
sustantivos y surge la denominación “Medio Ambiente”

El medio ambiente, se presenta como una realidad compleja e interactuante compuesta de distintos
elementos bióticos (animales y vegetales) y abióticos (aire, agua, suelo).

El despertar de la conciencia ambiental se produce en la década del 60. El destinatario final de este
medio ambiente es el ser humano.
Se establece el derecho humano al ambiente como parte de los derechos de la tercera generación en
las constituciones y entre nosotros a partir de 1994 en la Constitución Nacional de 1994.

Surge el derecho ambiental, como disciplina jurídica que se caracteriza por ser transversal

La Ley General del Ambiente es una ley marco en materia de presupuestos mínimos de protección
ambiental, dictada conforme al tercer párrafo del artículo 41. Es una ley mixta porque regula
aspectos generales relativos a los presupuestos mínimos sobre protección ambiental (principios e
instrumentos de política ambiental), contiene también aspectos concretos vinculados al daño
ambiental. Con ello, la ley tiene normas de diversa índole en función de las categorías establecidas
por el art. 41 de la Constitución Nacional.
Al momento de esquematizar las potestades legislativas del Congreso de la Nación, Eduardo P.
Jiménez, clasifica los tipos de leyes de la siguiente manera:
❖ Leyes orgánicas (o de organización)
❖ Leyes federales (o especiales)
❖ Leyes ordinarias (o comunes)
❖ Leyes de base (o de habilitación)
❖ Leyes medidas (administrativas)

Las normas de presupuestos mínimos se inscriben en la estructura de las leyes de habilitación.

La ley 25.675 Ley General del Ambiente el Congreso Nacional la sancionó el 6 de noviembre de
2002, denominada Ley general del Ambiente, la misma fue publicada en el Boletín Oficial 28 de
noviembre 2002 con el título de Política Ambiental Nacional.
Estructura de la Ley N° 25.675
Se compone de 35 Art. y dos Anexos.

1. Acta constitutiva del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) de fecha 31de Agosto
de 1990– firmado en la Rioja.
Es un organismo permanente para la concertación y elaboración de una política ambiental
coordinada entre los estados miembros (provincias, Gobierno Federal y ciudad de Buenos
Aires), actúa como Persona Jurídica de derecho público, integrado por una Asamblea, una
Secretaría Administrativa y una Secretaría Ejecutiva.
2. El Pacto Federal Ambiental (de fecha 05 de Julio de 1993 firmado en Cap. Federa por las
provincias, Gobierno Federal, y la ciudad de Buenos Aires). Su fin es promover políticas
ambientales adecuadas en todo el territorio nacional, estableciendo acuerdos marcos entre
los estado y la nación o los estados provinciales entre sí.

La ley contiene tres grandes capítulos que determinan esa línea directriz:
❖ Política ambiental (titulado por la ley Bien Jurídicamente protegido)
❖ Principios de la Política ambiental (donde la ley establece los principios que deben ser
respetados por la política ambiental nacional).
❖ Instrumentos de la política de la gestión ambiental:
a) Ordenamiento ambiental territorial.
b) Evaluación del impacto ambiental.
c) El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas.
d) La educación ambiental.
e) El sistema de diagnóstico e información ambiental.
f) El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable.
La ley también abarca conceptos necesarios para normas ambientales futuras, como ser
participación ciudadana, los seguros ambientales y el daño ambiental.

Las Leyes de Presupuestos mínimos de Protección ambiental


Con anterioridad a la reforma de 1994 de la Constitución Nacional de 1994 el sistema imperante era
un federalismo que propugnaba la división vertical del poder sumado a una trama de relaciones
horizontales en los roles de la legislatura, la administración, y la jurisdicción.
Allí los estados locales o provinciales se reservaban todo poder no delegado expresamente a la
nación, cada gobierno, local o nacional podía detentar facultades exclusivas y excluyentes.
Este sistema de federalismo vertical fue reemplazado con la reforma de la Constitución Nacional de
1994 por un sistema federal diferente, que el maestro Pedro Frías lo denomina de concertación, en
donde las facultades de las provincias y de la nación se acuerdan entre jurisdicciones a fin de diseñar
políticas complementarias.
Expresaba la convencional Elba Roulet: “El tercer párrafo del artículo 41 se refiere a la legislación y
atribuciones de los distintos niveles de gobierno, en cuanto a la legislación ambiental (…): Dentro de
cada territorio la responsabilidad en los temas ambientales corresponde a la jurisdicción en la que se
localizan. Las responsabilidades de los gobiernos locales son primarias (…): Pero corresponde a la
Nación dictar una legislación de base con los presupuestos mínimos que aseguren por una parte
iguales condiciones de protección a todos los habitantes de la Nación en cualquier lugar en que ellos
se encuentren y que asuman la necesidad del establecimiento de las normas vinculadas con los
procesos globales de preservación ambiental (…) la nación tendrá que dictar normas de base,
dejando a los gobiernos locales y provinciales, la responsabilidad de la legislación y la jurisdicción en
esos niveles. De allí se advierte una nueva forma de concurrencia en las potestades legislativas entre
las provincias y la Nación que rompe con la anterior distribución.

Según Alsina: “el nuevo art.41 de la CN ha puesto fin al problema de las competencias en el ejercicio
del poder de policía ambiental. En adelante, la nación deberá dictar las normas legales necesarias
para la tutela del ambiente en toda la República que contenga los presupuestos mínimos de
protección”.

Bidart Campos sostiene: “que el sistema de derechos de la Constitución Federal obliga a las
provincias, que no pueden disminuir el sistema, pero pueden mejorarlo y ampliarlo. Agrega que este
sistema se caracteriza que lo que primacía sobre el derecho provincial es el piso y obliga a acatarlo,
pero en donde el techo queda a cargo de las provincias. Por ello la tarea de interpretación requiere
una concurrencia de competencias.”

Las normas de presupuestos mínimos de protección ambiental para toda la Nación es una facultad a
cargo de la Nación (art. 41 de la Constitución Nacional) y debe ser ejercida por Congreso de la Nación
correspondiéndole al Poder ejecutivo federal la potestad reglamentaria, dejando a las jurisdicciones
locales la facultad para dictar normas complementarias incrementando o ampliando las mismas.

Las provincias, la CABA y los municipios pueden dictar toda la legislación vinculados a los temas
ambientales, de acuerdo con los problemas originados en su ubicación geográfica, pero siempre
observando las pautas mínimas que se hubieren dictado previamente por la Nación.

Particularidades que presentan las leyes de presupuestos mínimos

El artículo 41 otorgó a la Nación la facultad de dictar las normas de presupuestos mínimos


ambientales sin esclarecer que se entendía por ello.
El Consejo Federal de Medio ambiente por Resolución N° 92/2004 previo Dictamen de la Comisión
Asesora Permanente de Tratamiento legislativo fijo las pautas sobre lo que se considera
presupuestos mínimos.

“Se entiende por presupuesto mínimo al umbral básico de protección ambiental que corresponde
dictar a la Nación y que rige en forma uniforme en todo el territorio nacional como piso
inderogable que garantiza a todo habitante una protección ambiental mínima más allá del sitio en
que se encuentre. Incluye aquellos conceptos y principios rectores de protección ambiental y las
normas técnicas que fijen valores que aseguren niveles mínimos de calidad. La regulación del
aprovechamiento y uso de los recursos naturales, constituyen potestades reservadas por las
Provincias y por ello no delegadas a la Nación. En consecuencia, el objeto de las leyes de
presupuestos mínimos debe ser el de protección mínima ambiental del recurso y no el de su
gestión, potestad privativa de las provincias.”

Las normas de presupuestos mínimos se caracterizan por: “Delegación de potestad legislativa en


materia ambiental.

Sus limitaciones:
1) Es indudable que el artículo 41 de la CN contiene una expresa delegación de las Provincias a
la Nación, de potestades legislativas de protección ambiental, imponiendo las siguientes
limitaciones para tal cometido: a) que su contenido sea de garantía mínima; b) que sea de
protección ambiental; y c) que no se alteren las jurisdicciones locales.
2) Son leyes dictadas por el Congreso de la Nación. El mandato del artículo 41 de la C.N. está
otorgado a la “Nación” y consiste en el dictado de “normas”. De conformidad con las
previsiones contenidas en el artículo 75, inc. 32, 76 y 99, 2º Párrafo del inc. 3º de la CN, debe
entenderse que la referencia a Nación es al Congreso de la Nación, único Poder con
facultades legislativas.” En consecuencia, el concepto normas corresponde al de leyes, que
por su naturaleza son dictadas por el Congreso de la Nación.
3) Contenido de Protección Ambiental: Toda interpretación que se haga debe tener carácter
restrictivo lo que implica que su objetivo debe mantener una relación directa y concreta con
la finalidad de protección ambiental sin desvirtuar las competencias reservadas a las
provincias, vaciando de contenido a los arts. 122 y 124 C.N.

COFEMA dice que se entiende por normas complementarias: “Las leyes de presupuestos mínimos
pueden ser reglamentadas por las provincias de conformidad a los mecanismos que sus
ordenamientos normativos prevén, en caso que éstas lo consideren necesario a los efectos de su
aplicación efectiva. La Nación, por su parte, tiene la misma facultad en el marco de su jurisdicción y
en el ámbito de las competencias constitucionalmente delegadas.

Para el caso en que existan normativas provinciales o locales menos restrictivas que la ley de
presupuestos mínimos, éstas deberán adecuarse a la Ley Nacional. Respecto de las normas locales
vigentes y preexistentes a las leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental, aquellas
mantienen su vigencia en la medida que no se opongan y sean más exigentes que éstas.

Las leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental en su estructura participan de un


carácter hibrido o mixto sus normas, en algunos casos las normas son de derecho público y en otros
de derecho privado, pueden ser normas de fondo o excepcionalmente procesales e inclusive de
índole administrativo. Todas estas particularidades hacen que este tipo de leyes constituyan una
nueva categoría de leyes previstas por la constitución nacional.

De acuerdo al orden cronológico que fueron sancionados las leyes de presupuestos mínimos hasta la
fecha son:

• Ley 25.612 Presupuestos mínimos para la Gestión Integral de Residuos Industriales y de


Actividades de Servicio. B.O 29 /07/02.
• Ley 25.670 Presupuestos Mínimos para la Gestión y Eliminación de PCBs. B.O 19/11/02.
• Ley 25.675 Presupuestos Mínimos Para la Gestión Sustentable y Adecuada del Ambiente. B.O
28/11/02.
• Ley 26.688 Régimen de Gestión Ambiental de Aguas. B.O 30/01/03.
• Ley 25.831 Información Pública Ambiental de Aguas. B.O 07/01/04.
• Ley 25.916 Gestión de Residuos Domiciliarios. B.O 07/09/04.
• Ley 26.331 Presupuestos Mínimos de Protección de Bosques Nativos. B.O 26/12/07.
• Ley 25.562 Protección Ambiental para el Control de Actividades de Quema.B.O.16/12/09.
• Ley 26.839 Protección de los Glaciares y del Ambiente Peri glacial B.O.28/10/10.
• Ley 26.815 de Protección Ambiental en materia de incendios forestales y rurales. B.O
16/01/13.

Constitución de la Provincia de Tucumán

La Constitución de la Provincia sancionada en el año 2006 en su art. 41 dispone que: “La Provincia de
Tucumán adopta como política prioritaria de Estado la preservación del medio ambiente…”. La
norma constitucional reafirma lo dispuesto en el art. 41 de la Constitución Nacional que establece
que el derecho de tercera generación, de que todo habitante tiene de gozar de un ambiente sano y
su responsabilidad de preservarlo para las generaciones futuras.

En igual sentido a lo consagrado en la Constitución Nacional, la dictada por nuestra provincia, con la
última reforma operada en el año 2.006, dispone en su artículo 41, abarcando, de manera extensa, la
temática ambiental, que: La Provincia de Tucumán adopta como política prioritaria de Estado la
preservación del medio ambiente. El ambiente es patrimonio común. Toda persona tiene derecho a
gozar de un ambiente sano y equilibrado, así como el deber de preservarlo y defenderlo en provecho
de las generaciones presentes y futuras. El daño ambiental conlleva prioritariamente la obligación de
recomponerlo y/o repararlo. Dentro de la esfera de sus atribuciones la Provincia:
Arbitrará los medios legales para proteger la pureza del ambiente preservando los recursos naturales,
culturales y los valores estéticos que hagan a la mejor calidad de vida. Prohibirá el depósito de
materiales o substancias de las consideradas basuras ecológica, sean de origen nuclear o de cualquier
otro tipo. Acordará con la Nación, las otras provincias y las municipalidades, lo que corresponda, para
evitar daños ambientales en su territorio por acciones realizadas fuera del mismo. Regulará,
asimismo, la prohibición de ingreso de residuos peligrosos y radiactivos al territorio provincial,
propiciando mecanismos de acuerdos con el Estado Nacional, con otras provincias, o con la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Estados extranjeros e instituciones privadas, con el objeto de crear
sistemas de tránsito, tratamiento y/o disposición final de los mismos. Deberá prevenir y controlar la
contaminación y la degradación de ambientes por erosión, ordenando su espacio territorial para
conservar y acrecentar su equilibrio. Protegerá las reservas naturales declaradas como tales y creará
nuevas con la finalidad de que sirvan como bancos de semillas de la flora autóctona, material
genético de la fauna y lugares de estudio de las mismas. Fomentará la forestación, especialmente con
plantas autóctonas, tanto en tierras privadas como en las del Estado. Reglamentará la producción,
formulación, comercialización y uso de productos químicos, biológicos y alimenticios de acuerdo a las
normas vigentes en la materia y a los códigos de conducta internacional. Procurará soluciones
prácticas, respetando las reglas sobre expropiación. Garantizará el amparo judicial para la protección
del ambiente. Promoverá la educación ambiental en todas las modalidades y niveles, y desarrollará
campañas destinadas a la concientización de la ciudadanía en general. Establecerá la obligatoriedad
de la evaluación previa del impacto ambiental de todo emprendimiento público o privado susceptible
de relevante efecto. Determinará por ley el régimen de competencia en materia ambiental,
delimitando expresamente las facultades que correspondan a la Provincia y a los municipios.
Reservará para sí la jurisdicción sobre toda cuestión que se suscite en materia ambiental dentro de su
territorio, y su sustanciación será de competencia administrativa y judicial provincial”.
Se advierte que, aunque no emplee el término “biodiversidad”, ella se encuentra implícitamente
comprendida en los alcances del texto en cuanto de manera general sienta como principio “la
preservación del medio ambiente”, y específicamente propende a la protección de las reservas
naturales, a la creación de bancos de semillas de flora autóctona, material genético de la fauna;
fomentando la forestación, especialmente con plantas autóctonas. Lo consagrado, claro está,
dependerá en gran medida de la operatividad que los organismos pertinentes doten a tales ideales a
fin de que no queden en mera letra muerta.
Ley 6253/91 sobre defensa, conservación y mejoramiento del ambiente

La ley comentada, con las modificaciones introducidas por las leyes N° 7459 y 7873, en vigencia
desde el año 1991 tiene por objeto (art. 1°), el racional funcionamiento de los ecosistemas humanos
(urbano y agropecuario), y natural mediante una regulación dinámica del ambiente, armonizando las
interrelaciones de Naturaleza– Desarrollo– Cultura, en todo el territorio de la provincia de Tucumán.

La disposición trata la defensa, conservación y mejoramiento del ambiente, admitiendo a la EA


(Educación Ambiental) como un instrumento válido para lograr el racional funcionamiento de los
ecosistemas en todo el territorio tucumano. Así, ordenó incluir a la Ecología como materia obligatoria
en el plan de estudios y organizar programas, talleres y cursos de estudio y debate destinados al
público masivo

Esta ley está compuesta por 4 títulos, con varios capítulos dentro de cada uno. Así el Título primero
trata sobre el Objeto y ámbito de aplicación, el Título segundo sobre las autoridades de aplicación,
título tercero sobre la contaminación y también del impacto ambiental, y el Título cuarto trae
disposiciones especiales acerca de las aguas, de los suelos, la atmósfera, la flora, la fauna y la energía.

Su texto contiene disposiciones de carácter general relativas a la contaminación, impacto ambiental y


las relativas a las obligaciones y atribuciones concedidas a la autoridad de aplicación para luego
regular, a partir del Título IV, lo inherente a cada recurso natural en particular. De esta forma lo
relativo al “suelo” se encuentra contenido a partir del artículo 23 que enumera las obligaciones a
cargo de las aéreas gubernamentales pertinentes a fin garantizar el manejo del suelo dentro de
parámetros ambientales razonables, sean éstos de propiedad pública o privada.

Por ejemplo:
a) Inventario y clasificación de los suelos por región especificándose grado de utilización,
degradación, sobreexplotación, etc.;
b) Listado de plaguicidas, herbicidas, fertilizantes…evaluando sus efectos actuales y residuales;
Monitoreo periódico de los suelos de la provincia para proceder a la reclasificación para un mejor uso
y mantenimiento de su calidad.

Artículo 24°: La Autoridad de Aplicación en coordinación con las otras áreas competentes en la
materia y teniendo en consideración las tablas de datos de la Organización Mundial de la Salud,
reglamentarán
a) El uso de elementos físicos químicos y biológicos compatibles con la óptima productividad de los
suelos y la protección de los seres vivos.
b) La producción, transporte, distribución, almacenamiento y eliminación de desechos, productos o
compuestos, cuyo volcamiento, voluntario o accidental pudiere degradar los suelos o resultar
peligroso para la salud humana.

En el artículo 24, como una obligación separada reitera lo enunciado en el apartado “a” del artículo
precedente, en cuanto se refiere al deber que pesa sobre las autoridades del área de reglamentar el
“uso de elementos físicos– químicos y biológicos compatibles con la óptima productividad de los
suelos y la protección de los seres vivos”.
El apartado “b” del artículo comentado reglamenta, erróneamente como permitida, la “producción,
transporte, distribución, almacenamiento y eliminación de desechos, productos o compuestos, cuyo
volcamiento, voluntario o accidental pudiere degradar los suelos o resultar peligroso para la salud”.
Indudablemente peca de defectuosa y contradictoria la redacción comentada, por cuanto las
conductas descriptas constituyen maniobras prohibidas y sancionadas por la misma ley, la que
precisamente las reitera en la disposición contenida en el artículo 10 (Queda prohibido a toda
persona, individual o titular responsable de plantas, instalaciones de Producción o servicio, realizar
volcamientos de efluentes contaminantes a las masas superficiales y subterráneas de agua,
descargas, inyección e infiltración de efluentes contaminantes a los suelos, o hicieren emisiones o
descargas de efluentes contaminantes a la atmósfera, que produzcan o pudieren en el corto, mediano
y largo plazo una degradación irreversible, corregible o incipiente que afecte en forma directa o
indirecta la calidad y equilibrio de los ecosistemas humano y natural.) Resulta evidente que las
autoridades intervinientes jamás podrían reglamentar como válidas, lícitas o permitidas, actividades
que a todas luces contrarían las finalidades y objetivos que se propone la ley comentada.

La ley 6.290

Llamada ley de suelos, como su nombre lo indica, tiene por objeto la protección y conservación del
suelo en aras de mantener su capacidad productiva, calificando dicho objetivo como de “interés
público” (art. 1); a tal fin impone a los sujetos obligados, la adopción de prácticas conservacionistas
que permitan aprovecharlo de manera racional. Con la finalidad de cumplir con los objetivos
señalados, la ley clasifica y distingue distintas regiones naturales para la implementación de técnicas
que permitan el cumplimiento de los objetivos de la ley, correspondiendo a la autoridad de
aplicación determinar los casos en que pueda ser degradado el suelo productivo. En relación a ello,
cabe hacer una crítica en cuanto a la sola mención de la “degradación” cuando es sabido que a ella se
suman múltiples causan que arrojan idéntico resultado, tales como la erosión, ya sea hídrica o eólica,
agotamiento, decapitación, que de una manera u otra disminuyen o anulan la capacidad productiva
del suelo. En el ámbito administrativo, la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos dependiente de
la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la provincia, autoridad de aplicación de la normativa
vigente, encaró la implementación, en el ámbito de sus atribuciones, de programas de fomento, a fin
de propender a la conservación de la biodiversidad mediante la implementación de áreas naturales
protegidas. Estas constituyen uno de los mecanismos primordiales de conservación del patrimonio
natural, cultural y de sus recursos.
Se denomina área protegida a aquellos ambientes que cuentan con protección legal y manejo
especial, destinado al logro de objetivos de conservación y/o preservación. Su manejo orgánico y
estructurado, a través de un Sistema de Áreas Protegidas, es el punto medular de cualquier
programa en la materia, figurando entre sus objetivos y funciones el de conservar la biodiversidad,
mantener el equilibrio natural y preservar los escenarios naturales importantes, proteger los hábitats
de especies amenazadas, resguardar el patrimonio natural y cultural, etc. Tucumán posee, en este
sentido, 12 áreas protegidas. La diversidad biológica, los recursos hídricos, la estabilidad, el
funcionamiento de todo el territorio provincial y su desarrollo socioeconómico sostenible dependen,
en gran medida, de la preservación y protección de estas áreas. Ellas poseen, además, valores
arqueológicos y antropológicos, que las convierten en centros de primer nivel en el panorama de la
totalidad del territorio nacional. La protección de ambientes naturales en la provincia de Tucumán se
inició a principios de siglo, época de oro de la cultura y las ciencias tucumanas, reflejando las
primeras tendencias nacionales y mundiales de los movimientos proteccionistas. Desde las primeras
décadas del siglo XX se llevaron a cabo varias iniciativas y proyectos, que se concretarían en el año
1936, cuando se crea el Parque Provincial La Florida, primera área protegida provincial en Argentina
y la primera del país adquirida por el Estado con fines de preservación de la naturaleza.
Nuestra provincia posee la legislación,( sin bien dispersa y con fallas en su adecuación a la vigente a
nivel nacional), y los instrumentos idóneos a fin de propender a la protección de la diversidad
biológica sita en el ámbito de su territorio, muchas veces amenazada por los efectos de la
contaminación generada mayormente por las actividades industriales que en ella se desenvuelven,
como ser la derivada de la industria azucarera.
Unidad N°3 DD AMBIENTAL

PUNTO 1: Los grandes problemas ambientales

La protección de la naturaleza y del ambiente siempre estuvo presente en los diferentes pueblos,
pero es en el siglo XX, a partir de 1960, que se intensificó la difusión de los problemas ambientales y
toma de conciencia de que había que adoptar medidas urgentes tendientes a evitar el daño al
ambiente. Es así que para mencionar algunos de los problemas que afectan al ambiente se puede
citar: a la deforestación de grandes superficies en la zona del Amazona, lo que implica la pérdida de
biodiversidad, la contaminación atmosférica por gases específicos emanados de las industrias y
también del transporte y por el uso de las calefacciones en los centros urbanos, la acumulación de
residuos industriales, tóxicos y peligroso, los que emanan de los residuos domiciliarios y los que
surgen de la actividad agraria, todos ellos inciden significativamente en la calidad del ambiente y por
ende en la salud de los individuos. Asimismo, está también la contaminación de las aguas de los ríos,
arroyos, canales y lagos como consecuencia de la actividad que realiza el hombre a través de sus
industrias, y la contaminación sonora en las grandes ciudades en donde sus habitantes deben
soportar niveles de ruido superiores a los admisibles, produciendo una degradación progresiva del
ambiente, con graves consecuencias en la salud de la población. Este y otros son algunos de los
problemas que se afrontan en la actualidad. El siglo XX se caracterizó por la incorporación de nuevas
técnicas agrícolas, selección de razas, variedades, mecanización agraria, uso de nuevos componentes
químicos como elementos de luchas contra plagas y enfermedades, fabricación de abonos en
sustitución de los naturales, técnicas de cultivos intensivos, nuevos métodos de mejoras genéticas
con la incorporación de nuevas técnicas de la llamada ingeniería genética, el perfeccionamiento de
los métodos de transporte, la creación de múltiples industrias, los emprendimientos mineros con
explotaciones no solamente subterráneas, sino también a ciclo abierto en fin todo tipo de
actividades realizadas por el hombre en pro del progreso. El paradigma dominante del desarrollo
económico sustentable, fundado en el patrón antropocéntrico llevo a considerar que el progreso y la
evolución permitirían 198 generar tecnología sin límites a tal punto de destruir el ambiente en donde
el hombre está inserto y se desarrolla, medio que lo condiciona y a su vez es modificado por su
acción. Contra esa concepción se reacciona y se comienza a gestar una nueva visión filosófica: “El
hombre es parte integrante de la naturaleza y debe extender su valor a toda ella sin que esta actitud
signifique que pierda su creatividad”. Surgen los términos ecología, recurso, ambiente, impacto
ambiental, daño ambiental, biodiversidad, vocablos que en principio son utilizados en otras
disciplinas ajenas al derecho pero que poco a poco se incorporarán a él. Se entiende por ecología
como la ciencia que estudia la interrelación entre los organismos y sus medios. El vocablo recurso se
define como algún bien del que depende el ser viviente para su mantenimiento o abastecimiento.
Los recursos naturales son aquellas manifestaciones y materias naturales que el hombre puede
utilizar para satisfacer sus necesidades, anhelos y aspiraciones. Se tratan de recursos prístinos
(Prístinos del latín pristinus, que significa primitivo, original).

Problemas comunes a toda la humanidad. Agravamiento de los problemas ambientales en los


países en desarrollo.

El despertar de la conciencia ambiental en el plano internacional se produjo, como


se dijo, en la década del 60, lo que llegó a la Organización de la Naciones Unidas (ONU) a
tomar cartas en el problema y decidió hacerlo en una conferencia que se reunió en Estocolmo
en 1972. Esta proclama “el derecho de los seres humanos a un ambiente sano y
su deber de protegerlo y mejorarlo a favor de las generaciones futuras”. Las principales
agresiones al planeta son identificadas y denunciadas.
Tan explosivo fue el reclamo de la comunidad por sus derechos al ambiente, que
destacados juristas los denominaron como derechos de tercera o cuarta generación
por contraposición a los derechos civiles y políticos propios de la concepción liberal
imperante en Francia y Estados Unidos a finales del siglo XVIII y a los derechos sociales
y económicos reconocidos a partir de la segunda década del siglo XIX.
En los años posteriores las Naciones Unidas organizaron numerosas conferencias
de interés mundial sobre el entorno y el desarrollo –citemos las conferencias
mundiales sobre población en 1974, 1984, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
desertificación y la primera conferencia sobre clima en 1979.
El derecho humano al ambiente como parte de los derechos a la tercera generación
o derecho de solidaridad como se dijo anteriormente fue receptado en la Declaración
de Estocolmo de 1972, integrado más tarde en otros documentos internacionales
como el Protocolo Adicional de San Salvador de 1988 y considerado también en
la conferencia de Río de 1.992.
En 1987 a consecuencia de las conclusiones del informe Brundtland, de la Comisión
Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, la asamblea general de las
Naciones Unidas adopta el concepto de sustainable development: desarrollo duradero
y sostenible, definido como aquel que responde a las necesidades del presente
modo igualitario, sin comprometer las posibilidades de sobrevivir y prosperar de las
generaciones futuras.
Este concepto surge como alternativa a la estéril confrontación que había opuesto
la conservación del medio ambiente al crecimiento económico planteado y analizado
desde los tiempos de Malthus a finales de la década del ochenta. El desarrollo
sustentable era un término usado por los expertos en temas de medio ambiente,
organizaciones no gubernamentales y de los líderes del mundo. A pesar de los años
transcurridos no se ha podido llegar a una conclusión uniforme sobre qué se entiende
por desarrollo sostenible, ello por cuanto depende de la región, zona, de la diversidad
biológica y cultural.
Una pregunta que ronda constantemente entre los especialistas en el tema es la
vinculada si es conciliable el desarrollo sostenible y la protección ambiental. Difícil
pregunta que exige una respuesta prudente. En los países desarrollados son compatibles
ambos conceptos, es que éstos al no encontrarse constreñidos económicamente,
las soluciones a dichos problemas se efectúan a través de una acción pública,
permanente y consciente de sus gobiernos. Así, por ejemplo, en EEUU estableció en
la ley agrícola de 1985 el Programa de Reserva Conservacionista que consiste en retirar
de la producción agrícola tierras muy expuestas a la erosión y degradación con
la finalidad de conservar los suelos y a la vez reducir los excedentes de granos. Las
tierras que se retiran de la producción agrícola deben hacerlo por un mínimo de diez
años, pero pueden ser destinadas a otros usos conservacionistas como la forestación.
Los propietarios que acceden a ello son resarcidos económicamente mediante un
subsidio por hectárea y por año.
Dicho subsidio era generoso a tal punto que en 1990 se habían incorporado
14.000.000 de hectáreas a este programa, con lo que se estima que la erosión en el
país del norte se redujo a un tercio.
Como estas políticas implican disponer de recursos por parte del estado, el desarrollo
sostenible y la producción al medio ambiente se torna en los países pobres
o con sus economías seriamente resentidas, impracticable, si no existe una actitud
de solidaridad de los países desarrollados. Una iniciativa que demostró ello fue una
propuesta de canje de deuda externa por naturaleza, canjes que se pusieron en práctica
en Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, Madagascar y Zambia.
En América Latina, como consecuencia de la deuda externa acumulada por los
países de la región, no sólo produjo distorsiones en lo económico sino también en lo
social y en lo ambiental. Los países ubicados en Centroamérica y en el sur, acuciados
por la pobreza explotan sus recursos naturales sin observar ningún tipo de cuidado
de sus recursos, lo que obstaculiza el concepto de desarrollo sustentable.
Los problemas ambientales no solamente se reducen a los aspectos vinculados
al agua, residuos, contaminación atmosférica, sino se extienden a otros temas como
el ruido que es la agresión ambiental que más afecta al individuo.
Frente a la diversidad de problemas ambientales las soluciones a ellos no se reducen
a políticas sociales, sino que deben orientarse a planificaciones Interregionales, basadas en
convenios del uso racional de los recursos naturales fruto de la solidaridad y la responsabilidad
compartida.
Ello significa que los países avanzados con un gran despliegue industrial para asegurar su desarrollo
sustentable, en el sentido de no agotar sus reservas de bienes naturales, importan de los países en
desarrollo grandes cantidades de recursos naturales (productos de los bosques tropicales, minerales,
especies animales y vegetales) en desmedro del desarrollo sostenible de éstos últimos. Tal actitud
debe ser olvidada y primar la solidaridad común con el fin de preservar para las generaciones
futuras la misma capacidad de explotación de las actuales.
La prevención, la precaución, el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones:
social, equitativo e inclusivo, económico y ambiental, la erradicación de la pobreza,
la cooperación internacional a los países subdesarrollados son algunos de las conclusiones
que se arribaron en la Conferencia de Río del año 2000, denominada en la
jerga RIO+20, por realizarse a veinte años de otra conferencia también efectuada en
la ciudad de Río de Janeiro en el año 1.992. Estas conferencias marcaron lo que se
llama pautas o líneas directrices que se deberían respetar por los países para lograr
un ambiente sano.

Problemas ambientales en la Argentina.

Argentina es una de las principales economías en el continente sudamericano y alberga


aproximadamente 44 millones de habitantes. Sin embargo, este país repleto de amplias extensiones
y bellezas (casi) sobrenaturales está amenazado por múltiples problemas medioambientales, que
tienen relación entre sí y se agravan los unos a los otros.
Cuáles son los principales problemas ambientales en Argentina
A modo de resumen, comentamos que existen muchos y diversos problemas que afectan al medio
ambiente en esta parte del mundo y que, a su vez, están totalmente ligados a los problemas
globales. No obstante, aquí hablaremos de 12 problemas ambientales en Argentina, explicando un
poco de cada uno:
1. Consumo irresponsable.
2. Producción no ecológica.
3. Uso de energía procedente de combustibles fósiles
4. Producción y gestión de residuos.
5. Sobrepesca y explotación de océanos.
6. Megaminería.
7. Frontera agropecuaria.
8. Pérdida de suelo.
9. Contaminación atmosférica.
10. Cambio climático.
11. Retroceso de glaciares.
12. Pérdida de biodiversidad.
Consumo irresponsable
Argentina se encuentra en una fase de expansión económica de la que el consumo es una parte
fundamental. Este consumo, sin embargo, no se hace con responsabilidad hacia el medio
ambiente y, al final, hacia la sociedad. La huella ecológica de los productos que son cada vez más
demandados sigue.
Producción no ecológica
Además de tener una demanda creciente, generalmente, la producción de lo que se consume no se
hace con criterios ecológicos.
A lo que nos referimos es que, desde el inicio de la gran mayoría de cadenas de producción hasta que
el producto llega al usuario final, las empresas o compañías no hacen suficiente uso de las llamadas
Mejores Técnicas Disponibles, no se usan de forma eficiente las materias primas y energía y se
genera gran cantidad de residuos. Un ejemplo de estos residuos son los vertidos.
siendo demasiado alta para que pueda ser satisfecha a largo plazo.
Uso de energía procedente de combustibles fósiles
Según varias entidades y asociaciones argentinas relacionadas con el medio ambiente, la mayor parte
de la energía argentina está basada en combustibles fósiles, en concreto un 87% entre petróleo y
gas.
Esto contribuye de forma negativa al cambio climático, explicado más adelante, y agota los recursos
disponibles de este tipo de combustibles, que son finitos o no renovables.
Producción y gestión de residuos
Tanto los ciudadanos como la industria argentina generan grandes cantidades de residuos que
deberían ser gestionados adecuadamente para llegar a ser inocuos para el medio ambiente.
Sobrepesca y explotación de océanos en Argentina
El agotamiento de bancos pesqueros en otros países del mundo, como España, unido a la demanda
de este tipo de alimento, están provocando la sobreexplotación de los recursos marinos argentinos.
En algunos casos, no se cumple con las cuotas máximas de pesca, y además se retiran individuos
juveniles que aún no han alcanzado la edad reproductora, por lo que no se produce reemplazo
generacional.
Megaminería
La minería en grandes explotaciones o megaminería, y en concreto la minería a cielo abierto, son
actividades en extremo contaminantes, que pueden afectar tanto al suelo y los recursos hídricos (en
especial las aguas subterráneas) como a la biota de los ecosistemas. Esta actividad ha contado con
beneficios fiscales especiales.
Frontera agropecuaria
La frontera agropecuaria se ha visto expandida, en especial debido al masivo cultivo de
soja destinada a la exportación. El cultivo de soja pasó de ocupar 5 millones de hectáreas
aproximadamente en los años 90 a ocupar 18 millones dos décadas después, para lo cual se
roturaron (es decir, se araron por primera vez) inmensas tierras que antes pertenecían a ecosistemas
naturales.
No olvidemos, además, que el monocultivo es una de las modalidades de agricultura más
perjudiciales, ya que requiere del uso de insumos agrícolas (como fertilizantes y pesticidas) y acelera
la pérdida de suelo.
Pérdida de suelo
La agricultura, la ganadería y el descontrol en la gestión de residuos está llevando a una
inevitable pérdida de la calidad del suelo argentino, tanto por procesos de contaminación como por
una erosión acelerada del sustrato.
Contaminación atmosférica en Argentina
Argentina se encuentra entre los 30 países que más contaminan la atmósfera en el mundo. La
contaminación atmosférica ha ido creciendo lenta pero sostenidamente desde los años 90. Así,
Argentina emite actualmente entre el 15 y el 20% de los GEI (Gases de Efecto Invernadero) del
conjunto de Sudamérica. La mayoría de GEI en Argentina son generados por los medios de
transporte, aunque no debemos olvidar que la ganadería es una fuente importante de metano. Pero
no solo son los GEI lo que debe preocupar a la población: la industria también genera otros
contaminantes, como derivados del azufre y del nitrógeno, cuya concentración se eleva en las zonas
industriales.
Cambio climático
El dióxido de carbono emitido a la atmósfera, junto con otros GEI, están siendo los culpables
del cambio climático. Estos GEI impiden que la radiación infrarroja "sobrante" pueda ser reemitida al
espacio por el planeta, lo que ocasiona un sobrecalentamiento de la atmósfera.
Además de la emisión de GEI, la deforestación causada por la actividad agropecuaria y otras
problemáticas como el deshielo del permafrost están contribuyendo negativamente a este
fenómeno. Ya se ha alertado del profundo impacto que el cambio en la climatología podría tener en
Argentina, como sequías prolongadas e inundaciones que afectarían tanto a los ecosistemas como a
la actividad económica.
Retroceso de los glaciares por deshielo
Debido al cambio climático, ya se ha constatado el retroceso de los glaciares patagónicos, como por
ejemplo el glaciar Upsala en Santa Cruz. Asimismo, se ven afectados los glaciares en ambos polos y se
está produciendo una aceleración de su derretimiento, lo cual aumenta el nivel de las aguas de los
océanos.
Pérdida de biodiversidad en Argentina
Todas estas problemáticas, y pese al aumento de los espacios naturales protegidos, están generando
una notable pérdida de biodiversidad. Varias especies autóctonas, entre las que se encuentran el
Aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) y el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus) se
encuentran amenazadas.
Fuentes jurídicas del Derecho Ambiental

El Derecho ambiental como toda disciplina jurídica recurre para su interpretación


y aplicación a las fuentes internas y externas.
Fuentes jurídicas internas
Dentro de las fuentes internas se mencionan:
1) Constitución Nacional
La Constitución Nacional influye genéricamente sobre el derecho ambiental
cuando fija las bases del derecho argentino. Atribuye funciones a los tres poderes y
distribuye la competencia entre los gobiernos nacional y provincial5.
La reforma de 1994 incluyó en la constitución el derecho de todos los habitantes
a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, siguiendo la práctica
de otras constituciones extranjeras6 y provinciales7, lo que convierte en un derecho
enunciado expresamente que antes era implícito (Constitución Nacional arts. 33
y 41). Pero además impone su habitante el deber de preservarlo que es el reverso de
ese derecho, porque no preservar el ambiente implica frustrarlo.
Incorpora también el principio de desarrollo duradero llamados a veces sostenible
o sustentable.
La obligación de recomponer el daño ambiental según lo establezca la ley que
impone, va a requerir una cuidadosa reglamentación legal.
Pero además le encomienda otras prestaciones como ser:
a. La utilización racional de los recursos naturales misión de difícil cumplimiento
puesto que la mayor parte de esos recursos pertenecen a particulares.
b. La preservación del patrimonio natural y cultural.
c. La preservación de la diversidad biológica.
d. La información ambiental.
e. La educación ambiental.
También introduce la modalidad, ya común en el sistema jurídico de Europa, de
facultar al gobierno de la nación para fijar en materia ambiental lo que ella llama los
“presupuestos mínimos de protección”, para todo el país y a las provincias las faculta
a complementarlos y aplicarlos.
Es razonable que el gobierno de la nación, imponga la calidad ambiental mínima
que quiera para todo el país y que cada provincia decida imponer o no presupuestos
más estrictos en sus territorios respectivos. Las únicas restricciones que tienen los
poderes nacionales es que solo pueden hacerlo en materia de protección ambiental
y sin alterar las jurisdicciones locales8. Finalmente reitera la prohibición hasta ese
momento legal de introducir residuos actuales o potencialmente peligrosos.

Legitima a los afectados, a determinadas organizaciones no gubernamentales y


a los defensores del pueblo para accionar por vía de amparo en defensa del derecho
constitucional al ambiente (art.43).
2) Los códigos de fondo:
En primer término, hay que mencionar al Código Civil y Comercial vigente que vino
a reemplazar el Código de Vélez Sarsfield que conforme lo ha señalado el Presidente de
la Comisión redactora Dr. Ricardo Lorenzetti “un código del Siglo XXI se inserta en un
sistema caracterizado por el dictado incesante de leyes especiales, jurisprudencia pretoriana
y pluralidad de fuentes.” Y agrega que “lo importante es que el Código defina
los grandes paradigmas del derecho privado a través de principios que van estructurando
el resto del ordenamiento”. Una de las innovaciones del Código Civil y Comercial
es que establece la constitucionalidad del derecho privado eliminando la división tajante
entre lo privado y lo público y estableciendo una conexión entre la Constitución
Nacional y el derecho privado basado en los aportes de la doctrina y jurisprudencia.
En lo que se refiere a la protección del ambiente se regula los derechos individuales
y de incidencia colectiva en general en los arts.14, 240y 241 del citado cuerpo
legal. En el Título III (Bienes), Capitulo 1 referido a los Bienes con relación a las personas
y los derechos de incidencia colectiva establece en el art. 241 que: “El ejercicio
de los derechos individuales sobre los bienes mencionados en el capitulo1 y 2 deben
ser compatibles con los derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las
normas del Derecho Administrativo nacional y local dictadas en el interés público
y no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas, de la
flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros
según los criterios previstos en la ley especial”. Por otra parte, el art. 241 expresa que:
“cualquiera que sea la jurisdicción en que se ejerzan los derechos, debe respetarse
la normativa sobre presupuestos mínimos aplicable. “De lo reseñado se desprende el
énfasis que se ha puesto en este código en la protección del bien colectivo que es el
ambiente, reconocido en el art. 41 de la Constitución Nacional.
3) Los códigos de fondo. El Código Penal y su legislación complementaria.
El Código Penal Argentino no incrimina genéricamente las acciones y omisiones
perjudiciales para el ambiente, sino que incrimina específicamente:
a. La usurpación de agua y la rotura y alteración de obras hidráulicas con ese
fin (art.182)
b. El daño que incluye implícitamente el daño al ambiente (art. 183/184)
c. El incendio, la explosión y la inundación (art.186/189)
d. La fabricación, suministro, adquisición, sustracción o tenencia de bombas,
materiales o aparatos capaces de generar energía nuclear, materiales explosivos
inflamables asfixiantes o tóxicos (art.189 bis)
e. El envenenamiento o adulteración de agua potable (art.200/203)
f. La propagación de una enfermedad contagiosa y peligrosa para las personas
(art.202). El código incrimina la mera propagación.
206
El código se constituye en guardián de otras normas protectoras de la salud
cuando reprime:
a. La violación de las leyes de policía sanitaria animal.
b. La violación de medidas que la autoridad adopte para impedir la introducción
o propagación de una epidemia. Convendría que una futura reforma del código
agrupase en un título especial a las normas penales aplicables. Además
así estimularía así la jurisprudencia y a la doctrina a ir elaborando una teoría
general del derecho ambiental penal9.
5) Los códigos de fondo. El Código de Minería y la legislación de hidrocarburos.
El código de Minería impone a quien explora o explota minas determinadas limitaciones
con el fin de evitar daños al terreno y a sus accesorios (art.32 y siguientes).
Además, impone medidas de seguridad 10y expresamente la preservación ambiental
(arts.233/246/268). Así también en la ley de inversiones mineras debe tomar una determinada
conducta ambiental (ley 24.196).
La ley nacional de hidrocarburos 16.319 contiene normas relativas a la preservación
ambiental (art.69) e impone que quien busque o explote hidrocarburos la obligación
de indemnizar a los propietarios de la tierra. La Res. SE 105/92 norma el estudio
de impacto ambiental para esta actividad.
6) Legislación específicamente ambiental entre las que se pueden citar:
La ley de residuos peligrosos 24.051.
Ley 25. 675 (año 2002) para la gestión sustentable y adecuada del ambiente
Ley 25.612 (año 2002) de presupuestos mínimos de protección ambiental sobre la
gestión integral de residuos de origen industrial y de actividades de servicio.
Ley 25.688 (año 2003) de presupuestos mínimos para la preservación de las aguas,
su aprovechamiento y uso racional.
La ley 25.831 de Información Pública Ambiental
La ley 25.916 de Gestión de Residuos Domiciliarios
La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques
Nativos.
7) Legislación específicamente ambiental local.
Ley 6.253 de la provincia de Tucumán y sus modificatorias.
Esta ley está compuesta por 4 títulos, con varios capítulos dentro de cada
uno. Así el Título primero trata sobre el Objeto y ámbito de aplicación, el Título
segundo sobre las autoridades de aplicación, título tercero sobre la contaminación
y también del impacto ambiental, y el Título cuarto trae disposiciones especiales
acerca de las aguas, de los suelos, la atmósfera, la flora, la fauna y la energía.

8) Legislación sobre ruidos molestos.


El ruido como factor de perturbación ambiental ha concitado el interés de la doctrina.
Es una de las molestias que nombraba el artículo 2.618 del Código Civil, actualmente
en el artículo 1.973 del CCYC. También tiene su legislación administrativa. La
mayoría de las municipalidades11 y algunas provincias sancionaron ordenanzas y
leyes que limitan la generación de ruidos molesto.12
9) Legislación de otras materias que contienen normas ambientales.
Como el ambiente es un aspecto de la realidad resulta comprensible que tantas
normas ambientales se originen en leyes que norman otras materias. Se las comenta
a continuación:
Legislación laboral
a. Impone reglas de higiene y seguridad para proteger al trabajador contra los
daños que el medio pueda causarle. Así establece a mantener en buen estado
las maquinas instalaciones y útiles como así también las instalaciones eléctricas
sanitarias y de agua potables.
b. También a instalar equipos necesarios para la remoción del aire, a evitar la
acumulación de desechos y residuos que constituyan un riesgo para la salud
c. A eliminar aislar los ruidos y vibraciones peligrosas para la salud del trabajador.
d. Limita la jornada laboral en los casos en que debe cumplirse en un medio
adverso.
e. Acuerda indemnizaciones por accidentes y enfermedades causadas por el
medio en el que el trabajador se desempeña.
Legislación del Agua
La legislación nacional prohíbe arrojar a ríos y arroyos residuos cloacales, domiciliares
e industriales sin purificación previa. A contaminar las aguas navegables
e impone medidas para la preservación del ambiente en los puertos. Tanto la legislación
Nacional como Provincial organizan el abastecimiento de agua potable para
poblaciones y la evacuación de los desechos domiciliarios e industriales, para lo que
acuerdan privilegios a este uso del agua sobre todos los otros, imponen la obligación
de utilizar o pagar el servicio público y en algunos casos norman la prestación por
terceros de estos servicios13.
Legislación sobre policía sanitaria animal y vegetal
Las leyes de policía sanitaria animal y vegetal encomiendan funciones policiales
a la autoridad nacional.
Además, se impone a los particulares la obligación de denunciar las plagas, destruir
los bienes o soportar su destrucción para evitar la propagación de las plagas.
También faculta a la autoridad para imponer cuarentena o barreras sanitarias.
Legislación sobre sanidad humana
Para defender la salud humana el derecho impone determinadas obligaciones,
como ser la de obtener patente de sanidad que se impone a todo buque que entre o
salga de puerto argentino, la de vacunarse con la viruela establecida por ley, contra
el tifus y la difteria, la de aislar los leprosos, la de denunciar pestes, entre otras.
10) Otras fuentes legislativas
No son estas las únicas leyes que norman el ambiente. Hay muchas otras, entre
ellas las siguientes:
Las leyes de arrendamiento y aparcerías rurales 13.246 y 22.298, que consideran
la erosión como causal de extinción del contrato e imponen arrendatarios y apareceros
la obligación legal de evitar la erosión y agotamiento y de mantener el predio
libre de plagas y malezas, si existirán al recibir el campo, a compartir con el propietario
por mitades el costo de su combate (art. 8, 18 y 20)
La ley 13.273 de bosque modificada por decreto 710/1995, que es eminentemente
protectora, impone la obligación de conservar los bosques protectores y permanentes
(art. 89, 32 y ss), y autoriza la reforestación que haga la autoridad en tierra privada
(art. 27).
La ley 20.247 que norma la protección y comercialización de semillas y la propiedad
de las creaciones filogenéticas.
La ley 22.351, que norma y organiza los parques, reservas y monumentos naturales
nacionales.
Otras fuentes
1. La jurisprudencia.
Aunque la norma jurídica ambiental no siempre resuelva con claridad todas las
cuestiones de derecho, el juez debe siempre resolver todo reclamo que se le plantea.
Ello crea en quien tiene un derecho o una obligación ambiental en interés de saber
de antemano como han decidido anteriormente los jueces casos similares para
ilustrar sus análisis y ajustar mejor sus expectativas, pretensiones y planteo jurídico.
El conocimiento por las partes de la opinión de los jueces ayuda a evitar juicios
innecesarios.
Los acuerdos interjurisdiccionales
Una solución para evitar la pluralidad normativa sobre el ambiente sometido a
una pluralidad de jurisdicciones es el acuerdo interjurisdiccional que puede ser:
a. Adhesión a una ley básica como se ha hecho en materia de bosque
b. Acuerdo interjurisdiccional que armoniza el desarrollo de cuencas hídricas.
3. La doctrina
La doctrina suple la función integradora de los códigos cuando ni estos ni la ley
logran abarcar todo el espectro jurídico ambiental, facilita la identificación de los
principios que rigen en la materia e ilustra las tomas de decisiones. Además, hace
evolucionar el derecho.
209
Abunda la doctrina jurídica ambiental tanto en nuestro país como en el exterior.
Su característica es que no solo cultivan esta rama especialista en derecho
ambiental, sino constitucionalistas, administrativistas, procesalistas, penalistas y
civilistas.
4. Los usos y las costumbres
Los usos y las costumbres jurídicas o sea la observación constante y uniforme de
una conducta por la comunidad con la convicción de que responde a una necesidad
jurídica son fáciles de seguir. Son muy comunes en materia ambiental y suelen ser
beneficiosas para la comunidad que la practique.
5. Normas de adhesión voluntaria. Las normas ISO.
También emiten normas ambientales organizaciones llamadas hoy en todo el
mundo no gubernamental, precisamente por no pertenecer ni depender de gobierno
alguno. Estas organizaciones proponen normas que no son de cumplimiento
obligatorio pero que las partes se someten voluntariamente a ellas. Su cumplimiento
por las empresas mejora su aceptación por los mercados, su imagen pública, su acceso
al crédito. Son normas jurídicas de cumplimiento voluntario que se convierten
obligatorio cuando la norma jurídica lo impone.
Se destaca entre ellas las normas ISO, propuestas por la International Organizatión
of Standarization que es una federación de organizaciones no gubernamentales
que establecen prácticas y materiales de alto prestigio internacional fundada en
1947 y que tiene su sede en Ginebra.
Como el sistema de normas ISO puede ser seguido por diferentes empresas en
todo el mundo, esto permite comparar la conducta ambiental de una empresa con
la de otra.
Fuentes jurídicas externas
Dentro de las fuentes externas es importante señalar que su obligatoriedad no
es en todos los casos iguales. Es así que las conferencias internacionales a las cuales
asistió nuestro país con sus representantes como la Conferencia de Río de 1.992 o
bien la de Río +20 sus conclusiones son solo recomendaciones. Sin embargo, en la
Conferencia de Río de 1.992 se firmó el Convenio de Biodiversidad que posteriormente
por ley se incorporó a la legislación argentina. Conforme a la Constitución Nacional,
sus disposiciones tienen fuerza legal. Efectuada esta salvedad, a continuación
se citan:
1. El derecho internacional y el comunitario
El ambiente y la globalidad de los grandes problemas que plantea explican la
necesidad de encuadrarlo en normas jurídicas internacionales.
Nuestro continente no se ha dado aún normas jurídicas de nivel comunitario
como lo que está adoptando la Unión Europea, pero se ha logrado algunos acuerdos
regionales.
2. El derecho comparado y el derecho extranjero.
El estudio del derecho comparado constituye una valiosa fuente doctrinaria del
derecho interno muy consultada por los legisladores y estudiosos. El derecho comparado
podrá ser acogido por el ordenamiento interno si encuadra en el sistema
jurídico nacional, y si se adecua al medio físico, social y económico.
Además, es frecuente tener que recurrir al derecho del estado en que el daño
ambiental se origina como sucede en los casos de perjuicios ambientales originados
en otros estados.
Así mismo, las prohibiciones y obligaciones impuestas en un estado suelen repercutir
en el ambiente de otro.
3. Acuerdo, convenios y declaraciones multinacionales.
El derecho internacional condiciona al ambiente argentino mediante los tratados
que la Argentina ha suscripto y prevalece sobre la legislación interna incluso la
provincial. Hay que recordar lo que establece el art. 31 de la Constitución Nacional.
También las normas de los acuerdos o tratados sobre los elementos del ambiente
que se encuentran en más de un país como puede ser un río, un lago, una cuenca, la
atmósfera o las especies vivas, son fuentes jurídicas externas.
Otras fuentes de derecho internacional son los fallos y laudos arbitrales.
4. La Carta Mundial de la Naturaleza.
La Asamblea General de las Naciones Unidas sancionó la Carta Mundial de la
Naturaleza, declarando que los recursos naturales deben manejarse de manera que
asegure su producción optima y continua. También establece entre otras cosas que
los recursos naturales deben usarse con prudencia y no derrocharse, lo que implica
que los recursos biológicos no deben usarse más allá de su capacidad de recreación.
Que los recursos que no se consumen con el primer uso deben ser reciclados y los no
renovables y consumibles deben explotarse con prudencia.
5. El modelo de la Unión Europea
Es en el seno de la actual Unión Europea donde está surgiendo un modelo jurídico
ambiental supranacional. La evolución del Derecho Ambiental en el seno de
los que hoy son la Unión Europea, muestra que la variable ambiental es inherente a
toda actividad política económica y social y que sus normas esta implícitas en todo
el sistema jurídico. Es en el Acta Única Europea, y el Tratado de la Unión Europea
(Maastricht 1.992), le atribuyeron competencia ambiental explicita encomendándose
por ejemplo, los siguientes:
a. Promover un crecimiento sostenible
b. Promover un nivel elevado de protección ambiental
c. Hacer valer el principio precautorio
d. Hacer valer el principio “quien contamina paga”
6. El Mercado Común del Sur. (MERCOSUR)
Los compromisos asumidos por la argentina en virtud del tratado de Asunción
que instituye el MERCOSUR, se instrumentan en Resoluciones Comunitarias.
La más trascendente es el REMA /Resolución C nº 1/94, que impone el compromiso
de todos los países del Mercosur de asegurar la armonización de la legislación
ambiental entre los estados partes del tratado. La resolución entiende y recomienda:
a. Garantizar la adopción e practicas no degradantes del medio ambiente en los
procesos que utilizan recursos naturales
b. Asegurar la adopción del manejo sustentable en el aprovechamiento de los
recursos naturales renovables a fin de garantizar su utilización futura.
c. Asegurar la obligatoriedad de la habilitación ambiental para todas las actividades
potencialmente degradantes del medio ambiente de los estados partes.
Uno de los instrumentos ha de ser la evaluación del impacto ambiental
d. Asegurar la eliminación del vertido de contaminantes y la adopción de tecnologías
limpias y de reciclaje.
e. Asegurar un menor grado de deterioro ambiental en los procesos productivos.

El derecho ambiental como derecho humano. (esto me parece relevante)


El derecho ambiental como parte de los derechos humanos de tercera generación,
tiene un carácter transversal, lo que significa que sus valores, principios y normas, contenidos
tanto en instrumentos internacionales como en la legislación interna de los Estados,
nutren e impregnan todo el ordenamiento jurídico. Esto implica que su escala de valores
llega a influir necesariamente en la totalidad de las ramas de las ciencias jurídicas.
Los derechos humanos son el conjunto de normas y principios reconocidos tanto
por el Derecho Internacional como por los distintos ordenamientos jurídicos internos,
de observancia universal e inherentes al Ser Humano, considerado este, tanto
en su faz individual como en su rol de sujeto integrante de una comunidad, y que
definen las condiciones mínimas y necesarias para que el individuo pueda desarrollarse
plenamente en el ámbito económico, social, cultural, político y jurídico, en
armonía con el resto de la sociedad.
Los derechos humanos pueden clasificarse, teniendo en cuenta la época de su
surgimiento, en tres generaciones:
a. Derecho Humanos de Primera Generación: Estos son positivados en el Bill of
Rights norteamericano de 1776 y por la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano
suscripta en Francia en el año 1789. Estos son los denominados derechos
Civiles y Políticos, encaminados a la protección de la Libertad, la Seguridad,
Integridad Física y Moral de los individuos. Se caracterizan por ser derechos
exclusivamente individuales, sin tener en cuenta a la sociedad.
b. Derechos Humanos de Segunda Generación: En esta categoría podemos incluir
a los derechos Económicos, Sociales y Culturales. Nacen como consecuencia
del capitalismo salvaje y la explotación del hombre por el hombre. Su
primera incorporación la encontramos en la constitución Mexicana del año
1917, la Constitución de la República Socialista de Rusia y la Constitución de
la República de Weirmar de 1919.
Los derechos humanos de primera y segunda generación fueron rápidamente
incorporados en una gran cantidad de constituciones a nivel global, pero no pasaban
de ser parte del derecho interno de los estados, situación que cambia radicalmente
a partir de 1948, cuando como consecuencia de las atrocidades cometidas en las dos
grandes guerras mundiales, una gran cantidad de países reunidos en el seno de las
Naciones Unidas suscriben la Declaración Universal de Derechos Humanos, con el
objetivo de garantizarla Libertad, la Justicia y la Paz.
Asimismo, en el año 1966 se suscriben el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales.
c. Derechos Humanos de Tercera Generación: Nacen con el objetivo de corregir
las graves injusticias que aquejan a la humanidad. Se trata de derechos colectivos,
ya que sus beneficios están dirigidos a toda la colectividad y no solo
al individuo.
Parte de la doctrina ha calificado a estos derechos de tercera generación como
“Soft Rights” (derechos blandos) por carecer de atribuciones de coercitividad.
Dentro de esta tercera generación de derechos humanos encontramos el derecho a
gozar de un ambiente sano y equilibrado, el derecho al desarrollo, el derecho a la paz,
derecho a la libre determinación de los pueblos, patrimonio común de la humanidad,
derecho a la comunicación, y por último el mega derecho humano al Desarrollo Sostenible,
conformado tanto por el derecho al ambiente como por el derecho al desarrollo.
El Derecho al Ambiente, que forma parte de la tercera generación de derechos
humanos, contiene una serie de principios que inundan la totalidad del sistema jurídico,
de allí que se habla de su transversalidad.
Tiene por objeto la tutela de la vida, la salud y el equilibrio ecológico, velando por
la conservación de los recursos naturales y los bienes culturales.
Este es un derecho subjetivo concebido para todos los sujetos, oponible a cualquiera,
ya sea Estado o particulares, y con la posibilidad de ser ejercitado a nombre de
cualquiera por formar parte de los denominados intereses difusos. Tiene su origen a
nivel internacional en el año 1972 en virtud de la Declaración de Estocolmo sobre Medio
Ambiente Humano, luego va desarrollándose en la Carta de la Tierra del año 1982, la
Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo del año 1992, la Declaración de
Johannesburgo del 2002 y recientemente la Declaración de Río de 2012.
De la fusión del derecho al ambiente y del derecho al desarrollo nace como una
categoría de mega derecho humano el denominado Derecho al Desarrollo Sostenible,
entendido como aquel modelo de desarrollo que satisface las necesidades de las
generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras
de satisfacer sus propias necesidades. Está integrado por tres elementos fundamentales:
el ambiental, el económico y el social, de manera que debe existir un perfecto
equilibrio entre sus tres elementos constitutivos.

CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS SOBRE MEDIO AMBIENTE HUMANO (Estocolmo 1972)

Reunidos del 5 al 16 de junio de 1972, los representantes de 113 Estados y más de 400 ONGs
contemplaron la necesidad de un criterio y unos principios comunes que ofrecieran a los pueblos del
mundo inspiración y guía para preservar y mejorar el medio humano.

Durante las discusiones, se observaron dos facciones de Estados. La primera, compuesta por
las naciones desarrolladas, sostenía que debía cesarse rápidamente con las políticas depredadoras de
los ecosistemas. En tanto, los países en vías de desarrollo se agruparon denunciando que un cambio
tan brusco significaría auto condenarse a la pobreza y a convertirse en vertedero del mundo
desarrollado.

La discusión trajo a colación una evidente verdad. Mientras el mundo desarrollado podía darse
el lujo proteger sus ecosistemas de la mano de gobiernos no constreñidos financieramente, el resto de
las naciones no podía seguir el mismo camino con sus resentidas economías; la única manera era si
mediaba una actitud de solidaridad de los países desarrollados.

Finalmente, los conferencistas acordaron que la conservación ambiental y el desarrollo


económico son conceptos fuertemente ligados. Se superó así el inicial y limitado enfoque en el
ambiente y sus recursos integrantes para cimentar la concepción antropocéntrica mencionada ab
initio. Se emitió entonces una declaración que expresa las siguientes ideas:
• El ser humano es obra y artífice de su medioambiente, tanto en sus esenciales dimensiones
natural y artificial.

• La protección ambiental afecta el bienestar y el desarrollo del mundo entero.

• La capacidad del hombre para transformar su medio puede llevar al ennoblecimiento de todos
los pueblos, así como también dañar incalculablemente a la humanidad.

• En los países en vías de desarrollo, la mayor parte de los problemas ambientales están
motivados por el subdesarrollo. Es por ello que deben dirigirse esfuerzos para desarrollar
dichas sociedades de acuerdo a sus prioridades y necesidades.

• En los países desarrollados, la industrialización y el avance tecnológico son las principales


causas de la contaminación ambiental. Estas naciones deben esforzarse para achicar la brecha
que las separa del mundo subdesarrollado.

• El crecimiento poblacional plantea continuos problemas sobre preservación ambiental. Deben


tomarse medidas apropiadas para lidiar con la cuestión, sin olvidar que la humanidad es lo más
valioso del mundo dada su capacidad de mejorar el medio.

• Los seres humanos deben redirigir sus esfuerzos a mejorar las condiciones de vida del medio,
con entusiasmo, trabajo y serenidad.

• La humanidad, en todos sus planos, debe aceptar las responsabilidades que le incumben y
participar equitativamente en la labor común de proteger el ambiente y lograr el desarrollo.
Para ello se requerirá cooperar en todos los niveles.

Según Bellagamba, de los puntos antedichos se desprenden dos conceptos jurídicos esenciales
en materia ambiental, según los cuales el hombre tiene:

• Derecho a condiciones de vida en un medioambiente que permitan vivir con dignidad y


bienestar.

• Obligación de proteger y mejorar el ambiente para las generaciones presentes y futuras.

Como resultado de la Conferencia, se creó el Programa de Naciones Unidas para el Medio


Ambiente (PNUMA).

PNUMA

Es la voz del medio ambiente en el sistema de las Naciones Unidas. Actúa como catalizador,
defensor, educador y facilitador para promover el uso sensato y el desarrollo sostenible del medio
ambiente global.

El mandato del PNUMA es ser la autoridad ambiental líder en el mundo, que fija la agenda
ambiental global, que promueve la aplicación coherente de las dimensiones ambientales del desarrollo
sostenible en el marco del sistema de las Naciones Unidas, y que ejerce de defensor acreditado del
medio ambiente global.

En tanto, el Programa tiene la misión de proporcionar liderazgo y alentar la participación en el


cuidado del medio ambiente inspirando, informando y facilitando a las naciones y los pueblos los
medios para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.
El organismo tiene seis áreas prioritarias de trabajo:

Cambio Climático. El Programa lucha contra el cambio climático colaborando con los
diferentes países para reducir su huella de carbono e incrementar su resiliencia ante los
impactos actuales y futuros del cambio climático. Esto se da mediante iniciativas tales como la
creación de capacidades y sensibilización, intercambio de información, evaluación de
necesidades tecnológicas y vulnerabilidad, e implementación de proyectos específicos de
mitigación y adaptación.

A) Desastres y Conflictos. Mientras la población mundial sigue aumentando, el clima siga


cambiando y la demanda de recursos mantenga su crecimiento, hay un significativo potencial
para conflictos sobre recursos naturales que podría intensificarse en las próximas. Es por eso
que el Programa entiende integrar el medio ambiente y los recursos naturales en la
consolidación de la paz es una exigencia de seguridad.

B) Manejo de Ecosistemas. La presión sobre los ecosistemas terrestre amenaza las perspectivas
de desarrollo económico, pero al mismo tiempo ofrece una enorme ventana de oportunidades
para que empresas y gobiernos innoven en beneficio de las comunidades. Es tarea del
Programa trabajar para articular, facilitar y apoyar en brindar las respuestas apropiadas para
dichos desafíos, promoviendo el crecimiento socioeconómico y la igualdad.

C) Gobernanza Ambiental. El Programa hace hincapié en garantizar la gobernanza ambiental a


nivel nacional, regional y mundial para atender las prioridades ambientales acordadas en los
diversos instrumentos de derecho ambiental internacional. Para ello, se busca promover el
desarrollo progresivo y la implementación del derecho ambiental como respuesta a los
desafíos ambientales; en particular, apoyando a los Estados y a la Comunidad Internacional a
fortalecer su capacidad para desarrollar e implementar marcos legales. A su vez, se apoya la
implementación de los Acuerdos Multilaterales Ambientales (AMUMAs) por las partes y se
facilitan las interrelaciones y sinergias, respetando la autonomía legal de los AMUMAs y las
decisiones tomadas por sus respectivos grupos gobernantes.

D) Productos Químicos y Desechos. La gestión inadecuada de productos químicos y desechos


constituye una amenaza para la salud de las personas y el medio ambiente. Para prevenir estos
impactos, el Programa proporciona información y apoya iniciativas orientadas a mejorar la
gestión de los productos químicos y los desechos, y facilita la implementación en las regiones
de los diferentes acuerdos internacionales vigentes o en fase de negociación.

E) Eficiencia de Recursos. Dentro de ésta área, el Programa tiene como objetivo apoyar y facilitar
los esfuerzos mundiales para asegurar que los recursos naturales sean producidos, procesados
y consumidos en una forma más ambiental y sostenible. Para ello, se requerirá una
combinación de nuevas políticas, una inversión redirigida, aplicación de tecnologías
ecológicamente racionales, cooperación internacional y la creación de capacidades para
reformar las economías nacionales, así como la economía mundial.

COMISIÓN MUNDIAL SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO (1983)

Establecida a instancia de la AG, la CMMAD fue creada como consecuencia de los ínfimos
avances respecto de los principios de Estocolmo y de la expansiva corriente neoliberal a instancias de
EE.UU. y el Reino Unido. Presidido por la ex Primer Ministra noruega Gro Herlem Brundtland (que dio
lugar a que la comisión fuera popularmente denominada Comisión Brundtland), el grupo de trabajo
recibió la sugerencia de proponer estrategias medioambientales a largo plazo para alcanzar un
desarrollo sustentable, además de recomendar sendas a través de las cuales la comunidad
internacional pudiera lidiar cooperativamente con la cuestión ambiental.

Luego de cuatro años de trabajo, se publicó el reporte titulado Nuestro Futuro Común (también
llamado Reporte Brundtland), que se hizo famoso por acuñar la siguiente definición:

El desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la habilidad de futuras generaciones para satisfacer las propias.

El trabajo resultante sostuvo que el desarrollo de recursos humanos (mediante reducción de


pobreza, igualdad de género y redistribución de la riqueza) es crucial para formular estrategias de
conservación ambiental. A su vez, se reconoció la existencia de límites ambientales para el crecimiento
económico de las sociedades industrializadas y en vías de industrialización.

La Comisión Brundtland advirtió que la no-adopción a escala global de un modelo de


crecimiento social, económico y ambiental de tipo sostenible ponía en peligro la habilidad de la Tierra
para sustentar vida en el largo plazo. Para facilitar el cambio, propuso:

• Atribuir a organismos supranacionales la responsabilidad de fiscalizar el avance hacia la


sustentabilidad (e.g. la OEA en el caso de las naciones americanas).

• Desarrollar instrumentos financieros para respaldar el uso sostenible y la conservación de la


diversidad biológica.

• Financiar y asistir técnicamente la iniciación de proyectos relacionados con tecnologías no


contaminantes, el uso eficiente de los recursos y la preservación de los recursos renovables.

CONVENCIÓN DE VIENA PARA LA PROTECIÓN DE LA CAPA DE OZONO (1985)

El ozono es un gas que forma una delgada capa en la parte superior de la atmósfera, entre 12
y 15 kilómetros de altura. La gran importancia de esta capa radica en que protege la superficie terrestre
de la radiación ultravioleta dañina que proviene del sol y que puede causar cáncer de la piel y daños
imprevisibles a las plantas, las algas, la cadena de alimentación, y el ecosistema mundial.

En 1974, los científicos publicaron sus primeras hipótesis científicas sobre como los gases
clorofluorocarbonos (CFC), utilizados ampliamente y que no presentan ningún daño, pueden migrar a
la estratosfera, mantenerse intactos durante décadas o siglos y romper la capa de ozono por la
liberación de cloro.

Para evitar el adelgazamiento de la capa de ozono, el PNUMA ayudó a negociar el Convenio de


Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Los objetivos de éste instrumento internacional son
alentar a las partes a promover cooperación a través de observaciones sistemáticas, investigaciones e
intercambio de información sobre el impacto de las actividades humanas en la capa de ozono y para
adoptar medidas legislativas o administrativas en contra de actividades que puedan producir efectos
adversos en la capa de ozono.

En el marco del convenio, se han llevado a cabo numerosos acuerdos y tratados para reducir o
prohibir la producción y venta de CFC; el más importante de éstos es el Protocolo de Montreal. De
acuerdo a evaluaciones del PNUMA y de la Organización Meteorológica Internacional (OMI), la
cantidad de compuestos combinados que agotan la capa de ozono alcanzó su punto máximo en 1994
y desde entonces ha disminuido paulatinamente. La capa de ozono continuará adelgazándose debido
a las sustancias químicas que ya se encuentran en la atmósfera. Sin embargo, si se lleva a cabo al pie
de la letra los acuerdos, la capa de ozono estará totalmente restaurada a mediados del siglo XXI.

CONVENCIÓN DE BASILEA SOBRE EL CONTROL DE LOS MOVIMIENTOS TRANSFRONTERIZOS


DE DESECHOS PELIGROSOS Y SU ELIMINACIÓN (1989)

Se trata de un acuerdo cuyo objetivo primordial es reducir el volumen de los intercambios de


residuos con el fin de proteger la salud humana y el medio ambiente estableciendo un sistema de
control de las exportaciones e importaciones de residuos peligrosos, así como su eliminación.

En el documento se definen a los residuos peligrosos, otorgando a toda parte del Convenio la
potestad de añadir a esta lista otros residuos clasificados peligrosos en su legislación nacional.

Respecto a los movimientos transfronterizos, son definidos como todo movimiento de residuos
peligrosos o de otros residuos procedentes de una zona que sea competencia nacional de un Estado y
con destino a una zona que sea competencia nacional de otro Estado, o en tránsito por dicha zona, o
de una zona que no sea competencia nacional de ningún Estado, o en tránsito por dicha zona, siempre
y cuando al menos dos Estados se vean afectados por el movimiento.

Entre las obligaciones y prohibiciones que impone este instrumento se pueden mencionar:

• Prohibición de exportar o importar residuos peligrosos y otros residuos con destino a o


procedentes de un Estado que no sea parte del Convenio;

• Prohibición de exportar ningún residuo si el Estado de importación no ha dado por escrito su


aprobación específica para la importación de estos residuos;

• Obligación de embalar, etiquetar y transportar con arreglo a normas internacionales los


residuos que deban ser objeto de movimiento transfronterizo. A su vez, los desechos deberán
ser acompañados de un documento de movimiento desde el lugar de origen del movimiento
hasta el lugar de eliminación;

• Obligación de reimportación de residuos peligrosos si éstos han sido objeto de tráfico ilícito.

CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO (Río de


Janeiro 1992)

Del 3 al 14 de junio de 1992, los representantes de 172 países y de unas 1.500 ONGs se
reunieron en Río de Janeiro para llevar por primera vez al plano real el concepto de desarrollo
sustentable. En base a los p i ipios de Esto ol o el ‘epo te B u dtla d, el o jetivo fue esta le e u a alia za
u dial nueva y equitativa mediante la creación de nuevos niveles de cooperación, procurando alcanzar
acuerdos internacionales en que se respetaran los intereses comunes e interdependientes de la Tierra
y sus habitantes.

Como resultado de la reunión de elaboraron una serie documentos de gran relevancia para el
derecho ambiental internacional:

A) Declaración de Principios de Río de Janeiro. Consta de 27 principios en los que se resumen lo


que debe significar un desarrollo sostenible. Los temas claves de estas idea pueden agruparse en
los siguientes puntos:
a. Cooperación entre Estados. Es un requisito esencial e indispensable para erradicar
problemas como la pobreza y la degradación ambiental planetaria, puesto que éstos
requieren la promoción internacional de un sistema económico y favorable.

El trabajo conjunto es también necesario para evitar la exportación de actividades y sustancias


ambientalmente degradantes del mundo desarrollado a otros territorios. Por otro lado, debe
favorecerse la transferencia de tecnología y saberes científicos.

b. Consumo y Superpoblación. Estos, en el contexto de sistemas económicos


insostenibles, son los problemas básicos del actual modelo de desarrollo. Deberán
reducirse y eliminarse dichos sistemas, y fomentarse políticas demográficas apropiadas.

c. Control ambiental. Es una necesidad que debe hacerse efectiva por medio de la
legislación de los Estados y los organismos de integración. Se precisa, además, instaurar
una obligación de evaluar el impacto ambiental de toda actividad y no permitirla si no
hay seguridad científica respecto de su inocuidad.

d. Participación. Es imprescindible que los diversos sectores de la sociedad participen


activamente en el proceso de diseñar un nuevo modelo económico.

B) Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El objetivo de este tratado
es lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Este nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten
naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada
y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible.

C) Convenio de las Naciones Unidas sobre la Protección de la Diversidad Biológica. Con éste
instrumento se reconoció el valor intrínseco de la biodiversidad (variedad y variabilidad entre los
elementos vivos) a nivel genético, especie o ecosistema, además de las demás valoraciones
asociadas (e.g. cultural, científica, etc.)

Se puso como objetivos conservar la diversidad biológica, utilizar sustentablemente sus


componentes y asegurar la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la
utilización de los recursos genéticos.

A su vez, se reconoce el derecho soberano de los Estados de explotar sus propios recursos en
aplicación a su propia política ambiental, y la obligación de asegurar que las actividades que se lleven
a cabo dentro de su jurisdicción o bajo su control no perjudiquen al medio de otros Estados o a zonas
situadas fuera de jurisdicción nacional.

D) Agenda 21. Se trata de un calendario de trabajos concretos parar hacer realidad lo acordado en
Río
9, a o da do los p o le as de fi es del siglo XX los ue se esti a te d á luga a lo la go del presente
siglo. Esencialmente, refleja un consenso mundial a nivel político sobre el desarrollo y la
cooperación en la esfera del medioambiente, estableciéndose medidas de acción, métodos de
financiamiento y compromisos varios.
CUMBRE MUNDIAL SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE (Johannesburgo 2002)

Del 26 de agosto al 4 de septiembre tuvo lugar la también llamada Cumbre de la Tierra 2002,
reuniendo a instancias de Naciones Unidas a líderes empresarios y ONGs con el objetivo de discutir
formas de implementar el desarrollo sostenible a través de iniciativas no gubernamentales. A su vez,
se buscó discutir formas de hacer frente de manera sustentable a las crecientes demandas de comida,
agua y otros servicios esenciales por parte de la población mundial. Lamentablemente, la conferencia
sufrió el boicot de los Estados Unidos, entonces presididos por el republicano George W. Bush.

El principal resultado de las declamaciones fue la Declaración de Johannesburgo, que consiste


en un documento generalista que buscó tomar conciencia sobre los problemas que retrasan la
implementación del desarrollo sustentable: la xenofobia, la desnutrición, los conflictos armados, el
narcotráfico, el terrorismo, etc. Se destaca, no obstante, por sostener que el multilateralismo es el
camino para alcanzar la concreción de los objetivos respecto a la protección ambiental y al desarrollo
económico equilibrado.

Fuera de la Declaración, se firmaron numerosos tratados entre diversos países para afrontar
acciones tendientes a garantizar el acceso al agua potable y a condiciones sanitarias dignas. También
hubo un compromiso para detener el deterioro de los ecosistemas marinos y forestales.

CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE (Río de Janeiro 2012)

Del 20 al 22 de junio, se reunieron en Río de Janeiro líderes mundiales y representantes del


sector privado y ONG. Su objetivo fue dar forma a instrumentos jurídicos para reducir la pobreza,
fomentar la equidad social y garantizar la protección del medioambiente. Se discutió sobre dos
principales ejes temáticos:

• ¿Cómo construir una economía ecológica para lograr el desarrollo sostenible y sacar la
gente de la pobreza?

• ¿Cómo mejorar la coordinación internacional para el desarrollo sostenible?


Debido a que las conversaciones tuvieron lugar 20 años después de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el coloquio fue informalmente denominada
Río+20.

Se elaboró una declaración dividida en seis partes:

A) Nuestra Visión Común. Los Estados reafirman la necesidad del alcanzar el desarrollo sostenible
en sus dimensiones social, económica y ambiental. Para ello, es preciso lograr un mundo más
inclusivo y equitativo, en que primen la libertad, la paz, la seguridad, la democracia y el Estado
de Derecho.

B) Renovación del Compromiso Político. Los Estados renuevan el valor de las declaraciones y
planes de acción anteriores en materia ambiental, no obstante, su desigual aplicación y
cumplimiento de objetivos. Para mejorar, se vuelve necesario fomentar la integración de
regulaciones y políticas e incentivar la participación de todos los grupos.
C) Economía Verde. Éste tipo de economía ecológica debe contribuir a la erradicación de la
pobreza y al crecimiento ecológico sostenido, aumentando la inclusión social y mejorando el
ambiente humano sin resentir el funcionamiento saludable de los ecosistemas terrestres.

D) Marco Institucional para el Desarrollo Sostenible. Se debe fortalecer el marco institucional


para el desarrollo sustentable a fin de que responda eficazmente a los desafíos que se presenten,
vigorizando la coherencia y coordinación de esfuerzos. A su vez, se debe disponer de un sistema
internacional eficaz, exclusivo y transparente de resolución de conflictos que obstaculizan el
desarrollo sostenible.

E) Marco para la Acción y el Seguimiento. Entre numerosas esferas temáticas y cuestiones


intersectoriales a tratar, se deben abordar cuestiones tales como la erradicación de la pobreza,
el transporte sostenible, el cambio climático, la desertificación y la igualdad de género.

F) Medios de Ejecución. Cada país debe asumir la responsabilidad primordial de su propio


desarrollo socioeconómico, siendo esenciales tanto la planificación como la disposición de
recursos económicos. Es imperante entonces lograr una movilización importante de recursos y
una utilización eficaz de los mismos.

Principios del Derecho Internacional Ambiental.


Del conjunto de instrumentos internacionales adoptado en las conferencias de
las naciones unidas sobre cuestiones ambientales y de desarrollo, reseñadas en el
presente trabajo, derivan una serie de principios, los cuales resultan de aplicación
no solo en el ámbito internacional, sino que también se han extrapolado al ámbito
regional y nacional.
Entre estos principios internacionales del derecho ambiental podemos destacar.
a. El derecho soberano de los Estados de aprovechar sus propios recursos, con
la correlativa responsabilidad de no causar daño al medio ambiente de otros
Estados o zonas situadas fuera de los límites de toda jurisdicción nacional.
(Principio 21 de la declaración de Estocolmo del 72, y Principio 2 de la Declaración
de Río del 92).
Este principio, no obstante, su finalidad protectora del medio ambiente,
constituye también una especie de cláusula de blindaje de los países en vía
de desarrollo, que busca evitar que se condicione todo compromiso o acuerdo
de ayuda económica internacional, a la adopción de una determinad política
en materia ambiental. De esta forma cualquier condicionamiento que se quiera imponer estaría en
pugna con la idea o el principio de soberanía de los
Estados sobre sus recursos naturales.
b. Principio de Responsabilidades comunes pero diferenciadas de los Estados
en la protección del medio ambiente (Declaración de Río del 92 y en el Convenio
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio climático).
Así el principio 7 de la Declaración de Río 92 expresa: “En vista de que han
contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados
tienen responsabilidades comunes, pero diferenciadas. Los países desarrollados
reconocen la responsabilidad que les cabe en base en la búsqueda internacional del
desarrollo sustentable, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio
natural y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen”.
A lo que se agrega lo establecido en la Convención sobre el Cambio Climático,
artículo 3, apartado 2: “Deberían tomarse plenamente en cuenta las necesidades específicas
y las circunstancias especiales de las Partes que son países en desarrollo,
especialmente aquellas que son particularmente vulnerables a los efectos adversos
del cambio climático, y las de aquellas Partes, especialmente las Partes que son países
en desarrollo, que tendrían que soportar una carga anormal o desproporcionada
en virtud de la convención.”
Se desprende de este principio que todos los estados deben colaborar en las medidas
de respuesta internacional a los grandes problemas ambientales, pero las obligaciones
de los estados al respecto se deben diferenciar, principalmente teniendo en
cuenta sus diferentes circunstancias y capacidades.
Este principio parte del reconocimiento de las diferencias históricas en la contribución
y responsabilidad de los Estados desarrollados y en vía de Desarrollo en
cuanto a la producción o generación de los problemas ambientales, asimismo toma
en cuenta también las diferentes capacidades económicas y técnicas para hacer
frente a dichos problemas.
Podemos afirmar que este principio es un reconocimiento de la responsabilidad
de los países desarrollados en la degradación del medio ambiental que tuvo lugar en
las décadas pasadas.11
Por lo tanto, a pesar de que la protección del medio ambiente es una responsabilidad
común a todos los estados, existen y deben reconocerse las diferencias entre
las responsabilidades de unos y otros.
c. Principio de cooperación internacional para la protección del medio ambiente
(Principio 24 de la Declaración de Estocolmo, Principio 21 de la Carta Mundial
de la Naturaleza y Principio 27 de la Declaración de Río del 92).
El principio 24 de la declaración de Estocolmo 72 expresa “Todos los países, grandes
o pequeños, deben ocuparse con espíritu de cooperación y de pie de igualdad, en las cuestiones
internacionales relativas a la protección y mejoramiento del medio. Es indispensable cooperar,
mediante acuerdos multilaterales o bilaterales o por otros medios apropiados, para controlar,
evitar, reducir y eliminar eficazmente los efectos perjudiciales que las actividades que se realicen
en cualquier esfera puedan tener para el medio, teniendo en cuenta debidamente la soberanía
y los intereses de todos los Estados.”
Por su parte el Principio 27 de Río 92 sostiene que “Los Estados y las personas deberán
cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la aplicación de los principios consagrados
en esta Declaración y en el ulterior desarrollo del derecho internacional en la esfera del
desarrollo sostenible.”
Este principio se pone de manifiesto principalmente en el deber de promover
la conclusión de tratados e instrumentos internacionales en materia de protección
ambiental, así como en la ejecución de medidas eficaces a los efectos garantizar la
efectiva aplicación del Derecho Ambiental Internacional.

La Constitución Nacional reformada en 1994 y el ambiente


Comentario e interpretación arts. 41, 124 In Fine y 75 Inc. 19
Reforma Constitucional de 1994 en cuanto al medio ambiente2
El derecho ambiental no estaba contemplado en forma expresa en la Legislación
Constitucional de 1853 anterior a la reforma de 1994. Solo se encontraban tácitas
referencias a la preservación del ambiente y el uso racional y sostenible de los recursos
naturales. El derecho al ambiente se encontraba implícito entre los objetivos
constitucionales de: proveer a la defensa común (lo que incluye al ambiente) y el de
promover el bienestar y el derecho a condiciones dignas equitativas de labor y el acceso
a una vivienda digna, según el art. 14 bis.
Por otra parte, era uno de los derechos no enumerados que nacen de la soberanía
del pueblo y de la forma republicana de gobierno a que se refiere el art. 33.
Con respecto a este artículo 33, la doctrina considera en forma unánime, el reconocimiento
implícito de gozar de un ambiente sano y equilibrado para todos los
habitantes y en el Preámbulo se hace referencia a las Generaciones Futuras.
Entre los nuevos derechos y garantías introducidas a la Constitución Nacional
por la Convención Constituyente de 1994 con respecto al medio ambiente, podemos
mencionar el siguiente:
El Artículo 41 de la Constitución Nacional, el cual consta de los siguientes párrafos:
1º Párrafos:3
a. Derecho de todos los habitantes al ambiente sano.
b. Deber de preservación.
c. Obligación de Recomponer con carácter prioritario en caso de Daño Ambiental.
2º Párrafo: –Funciones Estatales Obligatorias para todos los poderes públicos según
sus competencias:
a. Proveer a la protección del derecho al ambiente.
b. Proveer la utilización racional de los recursos naturales.
c. Proveer a la Preservación del patrimonio Natural y Cultural y de la4 Diversidad
biológica.
d. Proveer a la información y educación ambiental.
3º Párrafo: Dispone la distribución de competencia normativa en relación a esas
funciones estatales entre La Nación y Las Provincias, incorporando el concepto de
“Presupuestos mínimos de Protección Ambiental”.
4º Párrafo: Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos tóxicos o radiactivos.
Esta cláusula ambiental se encuentra inserta en el 2do capítulo de la parte dogmática,
el de los llamados “Nuevos Derechos y Garantías” que ensancha la recepción
constitucional de los derechos humanos de 2a generación (los económicos, sociales y
culturales) y por ello, se la incluye dentro de los llamados Derechos de 3a generación
(es decir, son derechos de incidencia colectiva que se fundan sobre los valores de la
paz y la solidaridad.
En el caso “Mendoza, Beatriz S. y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios
(derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza Riachuelo) CSJN
20/06/2006), se definieron las notas esenciales de lo que se debe considerar un “derecho
de incidencia colectiva” tales como: uso común, indivisibles, transindividuales,
pertenecientes a la esfera social y no disponibles para las partes. Por ende, un bien
será colectivo cuando exista una pluralidad de titulares y éste sea no susceptible de
apropiación exclusiva pero susceptible de uso y goce común.
Análisis5
Todos los Habitantes….
La palabra todos es común a nuestro derecho, empezando por el preámbulo mismo
de nuestra constitución, por su art. 14 y por el Código Civil Argentino. Se consagra
el derecho en sentido amplio, ya que nuestra constitución fue más allá que otras,
que solo se refieren a los ciudadanos.
Gozan de un derecho a un ambiente sano….
Es aquel derecho que tienen todos los seres humanos de vivir en un ambiente físico,
social y cultural adecuado. Los derechos reglados en esta parte de la constitución
son derechos humanos y al ser positivados son Derechos “fundamentales”.
En la Convención Reformadora de nuestra Constitución de 1994 el despacho de
la mayoría, aclaró que “tal concepto de sano no solamente tiene que ver con la preservación
y no contaminación del aire, del agua o del suelo, sino además con todos
aquellos ámbitos construidos por el hombre. Es decir que lo sano, implica una ciudad
con cloacas, con agua corriente, control del ruido y de las emanaciones y con espacios
verdes suficientes. Sano significa una vivienda adecuada, un ámbito de trabajo
adecuado a su función, seguro y confortable, escuelas donde los niños y adolescentes
pasan una gran parte de su vida, tengan este mínimo de condiciones, pudiendo
hacer extensivo lo mismo a los hospitales, las cárceles, etc.
Ambiente Equilibrado:
Es decir, ecológicamente equilibrado. El equilibrio que busca proteger el texto constitucional
es tanto el equilibrio de los ecosistemas como el equilibrio individuo-sociedad.
Apto para el desarrollo humano:
El hombre es el centro de las preocupaciones del desarrollo sustentable. Ahora
bien, el desarrollo humano no es lo mismo que el crecimiento económico, es más
que eso, pues no basta que el Estado o la comunidad brinde condiciones para el crecimiento
económico, sino que, dentro de nuestro sistema jurídico, debe ser apto para
el desarrollo humano.
De allí que dos variables e indicadores del desarrollo humano tratan de reflejar,
no solo el crecimiento económico, sino un desarrollo integral del ser humano, bien
alimentado, con acceso a puestos de trabajo, con posibilidades concretas de acceder
a la educación, salud, seguridad, etc.
El concepto de desarrollo humano no se refiere únicamente a la cantidad de bienes
y servicios que pueda producir, sino fundamentalmente a la calidad de vida que
puede y debe llevar todo habitante del país.
Y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades sin comprometer las de
las generaciones futuras…
Se incorpora el concepto de desarrollo sostenible o sustentable: La promoción del
desarrollo económico y la protección del medio ambiente, no son desafíos independientes.
La distribución temporal del esfuerzo social, que, en términos de calidad de vida,
genera la utilización actual de los recursos naturales disponibles, remite al planteamiento
de dos cuestiones:
1. ¿Cuál ha de ser la “unidad temporal de análisis” sobre la que se justificará el
esfuerzo social? Y ¿Cómo se ha de mensurar o cuantificar el sacrificio realizado?
La primera pregunta remite al concepto de generación, utilizando en el texto de
la cláusula bajo análisis.
Para Ortega y Gasset, según expresa Horacio D. Rosatti en su obra sobre “Derecho
Ambiental Constitucional”6, los miembros de una generación “vienen al mundo
dotados de ciertos caracteres típicos, que les prestan una fisonomía común, diferenciándolos
de la generación anterior. El individuo está adscrito a su generación, pero
la generación no está en cualquier parte, sino entre dos generaciones determinadas,
de forma que es posible concebir dinámicamente, sin segmentar a la sociedad como
la articulación de generaciones, “altitudes vitales desde las que “se siente la existencia
de una determina manera”.
Ahondando en el tema cabría preguntarse: ¿sobre qué bases puede obtenerse
una caracterización de la generación?, y también: ¿cuánto dura una generación?
Algunos autores proponen como criterios de respuestas a los siguientes:
a. Criterio biológico puro, que remite a factores naturales de comprobación estadística
precisa como tasas de natalidad, de mortalidad, etc.
b. Criterio biológico-político, que tiene en cuenta el predominio social de determinadas
franjas de edad en la toma de decisiones políticas.
c. Criterio funcional que remite al segmento de vida humana impregnado de
utilidad social.
d. Criterio vivencial-cultural es el seguido por José Ortega y Gasset y su discípulo
Julián Marías, para quienes, la generación se extiende temporalmente por
quince años, que involucran las siguientes etapas del crecimiento humano:
niñez (cero a quince años), juventud (quince a treinta años), iniciación (treinta
a cuarenta y cinco años), predominio (cuarenta y cinco a sesenta años),
vejez (más de sesenta años).
El segundo interrogante remite al concepto de sustentabilidad, también inserto
en la norma constitucional.
La sustentabilidad expresa una concepción humanista y anti mercantilista que
al preservar el patrimonio ambiental, gestado en una continuidad generacional para
que subsista en el futuro, traduce el concepto de nación.
El desarrollo sustentable debería ser entendido no sólo como progreso económico
o crecimiento sostenido, sino también como el despliegue intergeneracional de
nuestro ideario permanentemente enriquecido.
Y tienen el deber de preservarlo7
Es la contrapartida del derecho ambiental e implica la obligación activamente
universal que tienen todos los habitantes de defender el medio ambiente. Se legitima
implícitamente al habitante para accionar en ejercicio de su derecho y obligación de
preservar el ambiente.
El daño ambiental, consiste en una lesión a un interés colectivo, a la humanidad
misma, a la conservación y preservación del ambiente, sin la existencia de un perjuicio
directo ocasionado a persona concreta.
Al respecto, la Ley Nacional 25.675 de presupuestos mínimos de protección, define
al daño ambiental “como toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente,
sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas o los bienes o valores colectivos”.
Generará prioritariamente la obligación de recomponer...8
La existencia de un derecho al ambiente preservado, trae como consecuencia
la responsabilidad de los particulares por los daños derivados de la contaminación
producida por ellos.
Recomponer significa arreglar, volver las cosas a su estado original.
El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, es decir,
siempre que sea posible o aún sin perjuicio de otras obligaciones, como el pago
de una indemnización o el cumplimiento de una sanción penal.
Se debe identificar al sujeto pasivo, disponer cómo, cuándo y dónde se recompone
antes de reparar o indemnizar como dispone la ley civil.
Respecto de la indemnización, si se puede se pagará en especie, de lo contrario
en dinero conforme al principio general de reparación.
Según lo establezca la ley.
Es decir, marca el protagonismo del congreso de la Nación que debe incorporar a
los códigos de fondo, el principio de recomposición.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional
de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y
de la diversidad biológica y a la información y educación ambientales.
Este párrafo se debe interpretar como una obligación del Estado.
Proveer este derecho implica acción para elaborar la legislación adecuada, para
vigilar estrictamente su cumplimiento.
La utilización racional de los recursos naturales tiende también a que el Estado
vele y restrinja las actividades socioeconómicas cuando se destruyen los recursos
naturales.
La preservación del patrimonio natural y cultural son dos aspectos estrechamente
ligados y cuyo contenido es amplio ya que la cláusula constitucional comprende
tanto al ambiente natural como cultural de nuestra sociedad.
La Ley General del Ambiente establece la obligatoriedad de suministrar información
relacionada con la calidad ambiental y referida a las actividades que desarrolla
sin distinguir entre personas físicas, jurídicas, públicas o privadas.
En cuanto a la educación ambiental, existen acuerdos internacionales (Declaración
Universal de los Derechos Humanos, Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
y Convención sobre los Derechos del Niño) incorporados a la Constitución Nacional,
que establecen la prioridad de la educación ambiental, a efectos de establecer
la dimensión ambiental en todas las decisiones de la sociedad.
Corresponde a la Nación dictar normas que contengan los presupuestos mínimos de protección
y a las Provincias las necesarias para complementarlas sin que aquellas alteren las
jurisdicciones locales”.9
Es decir que de dicho precepto surge que los presupuestos mínimos deben estar
contenidos en normas, es decir, en preceptos generales como los que dicta el Congreso.
Además, la Constitución atribuye al Congreso “hacer todas las leyes y reglamentos
que sean convenientes para poner en ejercicio los poderes concedidos al gobierno
de la Nación Argentina, sin perjuicio de la facultad reglamentaria, que con posterioridad
a la intervención del Congreso y dentro de los límites de la ley, pueda ejercitar
el Poder Ejecutivo.
Es decir que los presupuestos mínimos de protección a dictar por La Nación son
un piso al que las provincias quedan habilitados para colocar un techo más alto para
complementarlos en virtud de la potestad de éstas de extender la protección ambiental
en sus territorios.
Por supuesto esto no supone que las provincias puedan dictar normas complementarias
de leyes nacionales de protección ambiental cuando éstas tengan que ver
con materias objeto de los códigos de fondo.
Por su parte, la ley general del ambiente entiende por Presupuesto Mínimo, a
“toda norma que concede una tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio
nacional y tiene por objeto imponer condiciones necesarias para asegurar la
protección ambiental.
Finalmente se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente
peligrosos y de los radiactivos.
Al respecto, cabe conceptualizar a los residuos como todo objeto, sustancia o
energía que resulte de la utilización, descomposición, transformación o destrucción de un objeto,
sustancia o energía que carece de utilidad para su dueño y cuyo destino
natural debería ser su eliminación.
Residuo peligroso es aquel que puede causar daño directo o indirecto a seres vivos
o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.
Los residuos radiactivos son los isótopos y los elementos que han sido expuestos
a contaminación radiactiva, durante el proceso de producción o utilización de combustible
nuclear.
VI. La Cláusula Ambiental y la cuestión competencial en la ref. de 1994
(Artículo 124 In Fine)10
La versión federal se ha ampliado en varios aspectos de nuestro derecho sustantivo
a partir de la última reforma constitucional.
En cuanto a la problemática ambiental y la relación Nación-Provincias, referente
a las cuestiones de dominio y jurisdicción local y federal, corresponde señalar que la
cláusula introducida en el 3er. párrafo del art. 41 por la reforma de 1994 y el último
párrafo del artículo 124, son las llaves maestras para aclarar este tema.
La facultad del Congreso de la Nación de dictar presupuestos mínimos de protección
ambiental y de las provincias de sancionar las normas necesarias para complementarlas,
no implican contradicción alguna con la declaración del dominio originario
por parte de éstas últimas, en relación con sus propios recursos naturales.
A esta compatibilidad debemos agregarle la delegación efectuada por las provincias
en el Congreso de la Nación, para sancionar la legislación de fondo, que se
mantiene en el actual art. 75, inciso 12.
Pero esta competencia federal de legislación, no significa que pueda centralizar su
jurisdicción en materia ambiental, máxime cuando la reforma del art. 94 le asigna a las
provincias la facultad de disponer de sus recursos naturales y sus ambientes.
Daniel Sabsay se pregunta: ¿Cómo se complementan ambas facultades? y responde
que: “La Facultad de dictar normas básicas ha sido delegada a la Nación por
las provincias, siempre que la misma no importe un vaciamiento de tal dominio".
De modo que, a partir de lo señalado, es posible desdoblar en materia de recursos
naturales, la titularidad del dominio originario que corresponde a las provincias, pero
ello no invalida la jurisdicción nacional en la materia por razones de planificación y
como garantía del uso racional de los recursos y de la sustentabilidad ambiental.
VII. Artículo 75, inciso 19 de la Constitución Nacional11
Impone al Congreso de la Nación proveer el dictado de normas que hacen al desarrollo
humano, al progreso económico, es decir, el aumento de la producción de
bienes y servicios, debe hacerse con justicia social, es decir, la distribución de esos
bienes y servicios debe hacerse equitativamente entre los individuos de la sociedad.
Es importante el concepto de calidad de vida, el cual comprende aspectos no
monetarios en la vida de una persona.
Al aumento de la productividad, en el sentido de un mayor rendimiento del trabajo
humano.
A la generación de empleo o si ello no es posible, la utilización de políticas de
subsidios a los desocupados.
A la formación profesional, tanto en lo educacional como en lo práctico.
A la defensa del valor de la moneda, para un país que durante más de medio siglo
tuvo el flagelo de la inflación y la hiperinflación.
Ello fundamentalmente se logra con una adecuada política fiscal y de equilibrio
de las cuentas públicas.
A la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento,
a través de políticas activas, como la llave del poder de las naciones.
Al desarrollo armónico y el doblamiento de su territorio, atento al desigual desarrollo
de nuestra nación.
A la formación de Regiones entre provincias de igual o parecido desarrollo, a través
de políticas diferenciadas para evitar los desequilibrios entre provincias y regiones.
También la Constitución Nacional se refiere a la Educación con objetivos claros:
a. Consolidar la Unidad Nacional
b. Respetar las particularidades provinciales y locales.
c. Responsabilidad indelegable del Estado.
d. Participación de la Familia.
e. Participación de la Sociedad.
f. Promoción de valores democráticos, en el sentido de valores republicanos.
g. Igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna.
h. Garantizar el principio de Gratuidad y Equidad de la educación pública estatal.
i. Garantizar la autonomía y autarquía de las Universidades Nacionales.
Finalmente, el artículo establece que se debe proteger:
a. La Identidad y pluralidad cultural.
b. La libre creación y circulación de las obras del autor.
c. El patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.
En este último aspecto parece que se repite el artículo 41 cuando habla del “patrimonio
natural y cultural”, sin embargo, dentro de la protección del paisaje y de los
paisajes en general, se refiere al concepto de sonido, como parte de él y por añadidura,
se podría hablar de que integran el paisaje los olores, la temperatura, la humedad
ambiental, etc. Por ende, la protección del “ambiente natural” es sumamente amplia.
El Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación y el ambiente12
Paradigmas y Principios Jurídicos.
El Código Civil y Comercial de la Nación, sancionado mediante la Ley nº 26.994 el
1º de octubre de 2014, consagra, entre otras reformas, nuevos paradigmas y principios
jurídicos. Un Código del Siglo XXI como éste "se inserta en un sistema caracterizado
por el dictado incesante de leyes especiales, jurisprudencia pretoriana y pluralidad
de fuentes. La relación entre un Código y los microsistemas jurídicos, es la del sol que
ilumina cada uno de ellos y que los mantiene dentro del sistema"13.
Lo importante es entonces, que el Código defina los grandes paradigmas del Derecho
Privado, a través de principios que van estructurando el resto del ordenamiento
y esa es la proposición metodológica central de este Código.
En relación con las Leyes especiales, se ha decidido mantenerlas como se desprende
del texto de la Ley de aprobación. Es lo que sucede con Salud Mental, Consumidores,
Sociedades, Ley General del Ambiente, etc.
Sin embargo, la potencialidad de los principios, irá reformulando el sentido de
cada uno de los microsistemas, tarea que incumbe a la doctrina y jurisprudencia.
Sin perjuicio de ello, se mantuvieron una serie de reglas de extensa tradición en
el Derecho Privado, porque constituyen una plataforma conocida, a partir de la cual
se producen las mudanzas hacia los nuevos tiempos.
a. Constitucionalización del Derecho Privado.
La mayoría de los Códigos existentes se basan en una división tajante entre el
Derecho Público y el Privado. En éste Código existe una comunicabilidad de principios
entre lo público y lo privado en casi todos los temas centrales. Por primera vez
hay una conexión entre la Constitución y el Derecho Privado, basada en los aportes
de la Doctrina y Jurisprudencia en este tema.
b. Derechos Individuales y de Incidencia Colectiva.
En el Código, de acuerdo con la Constitución, se regulan los Derechos individuales
y de incidencia colectiva (art. 14). En éste último campo se establece que la ley
no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al
ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general (arts 14 y 240).
c. Un nuevo paradigma en materia de bienes.
La mayoría de los Códigos han quedado desactualizados en esta materia, en
efecto, aparecieron bienes que pertenecen a la persona, pero que no tienen un valor
económico, aunque sí una utilidad como sucede con el cuerpo, órganos, genes, etc.
La relación exclusivas comunidades, como ocurre con los pueblos originarios. Finalmente, los
conflictos
ambientales se refieren a bienes que son mencionados en el Código como del dominio
público, pero la Constitución y a ley ambiental los consideran colectivos, y no
solamente de propiedad del Estado.
Todo ello requiere una concepción más amplia. Por ello se regulan los bienes patrimoniales
como en todos los Códigos, pero también los derechos sobre el cuerpo
humano, los derechos de las comunidades indígenas (art. 18), y los bienes con relación
a las personas y a los derechos de incidencia colectiva (arts 240 y concordantes) a entre los bienes y
la persona también ha mudado y aparecen.

La Ley N° 25.675, interpretación de sus normas


“Ley General del Ambiente”
El hombre está inserto y se desarrolla en un medio que lo condiciona y a su vez
es condicionado. Surgen los vocablos medio, ambiente, medio ambiente:
Medio sugiere la idea de rodear, circundar, alojar, el medio donde se vive, el medio
natural.
Ambiente sugiere la idea de condicionar, estar en ambiente, estar ambientado–
Se aglutinan ambos sustantivos y surge la denominación “Medio Ambiente”.
El medio ambiente, se presenta como una realidad compleja e interactuante
compuesta de distintos elementos bióticos (animales y vegetales) y abióticos (aire,
agua, suelo).
El hombre en un principio solo utilizaba de los recursos lo necesario para su
subsistencia, pero con la revolución industrial comienza a explotarlos, degradarlos
y contaminar el ambiente, todo ello hace necesidad que intervenga el Estado a fin de
proteger el ambiente con mira al futuro y modificado por su accionar.
El despertar de la conciencia ambiental se produce en la década del 60. El destinatario
final de este medio ambiente es el ser humano.
“Medio Ambiente Humano” es una expresión usada en la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente en el año 1972, la que proclama el derecho de
los seres humanos a un ambiente sano y su deber de protegerlo y mejorarlo a favor
de las generaciones futuras. Y se reafirma en la Declaración de Río de 1992 como una
dimensión del desarrollo de los países que implica lo económico y social.
Se establece el derecho humano al ambiente como parte de los derechos de la
tercera generación en las constituciones y entre nosotros a partir de 1994 en la Constitución
Nacional de 1994.
Surge el derecho ambiental, como disciplina jurídica que se caracteriza por ser
transversal.
Luego de 8 años de la reforma constitucional, se sanciona la Ley General del Ambiente.
Esta ley es una ley marco en materia de presupuestos mínimos de protección
ambiental, dictada conforme al 3o párrafo del artículo 41.
Dicha ley marco es una ley mixta porque regula aspectos generales relativos a
los presupuestos mínimos sobre protección ambiental (principios e instrumentos
de política ambiental), pero contiene también aspectos concretos vinculados al daño
ambiental. Con ello, la ley tiene normas de diversa índole en función de las categorías
establecidas por el art. 41 de la Constitución Nacional. 2
Y como bien expresa Humberto Quiroga Lavié, después de la reforma constitucional
de 1994 queda claro que la actuación del Congreso no se desarrolla a través de
un solo tipo de leyes sino de varias.
Al momento de esquematizar las potestades legislativas del Congreso de la Nación,
Eduardo P. Jiménez, clasifica los tipos de leyes de la siguiente manera:
• Leyes orgánicas (o de organización)
• Leyes federales (o especiales)
• Leyes ordinarias (o comunes)
• Leyes de base (o de habilitación)
• Leyes medidas (administrativas)
El autor pone como ejemplo de leyes de base a aquellas que regulan la materia
educativa, comunidades aborígenes, y la Ambiental. Así entiende que las normas de
presupuestos mínimos se inscriben en la estructura de las leyes de habilitación.4
La ley 25.675 Ley General del Ambiente el Congreso Nacional la sancionó el 6 de
Noviembre de 2002, denominada Ley general del Ambiente, la misma fue publicada
en el Boletín Oficial 28 de noviembre 2002 con el título de Política Ambiental
Nacional.
Estructura de la Ley N° 25.675
La ley 25.675 se compone de 35 Art. y dos Anexos.
1– Acta constitutiva del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) de fecha
31de agosto de 1990– firmado en la Rioja
Es un organismo permanente para la concertación y elaboración de una política
ambiental coordinada entre los estados miembros (provincias, Gobierno Federal y
ciudad de Buenos Aires), actúa como Persona Jurídica de derecho público, integrado
por una Asamblea, una Secretaría Administrativa y una Secretaría Ejecutiva.
2– El Pacto Federal Ambiental (de fecha 05 de Julio de 1993 firmado en Cap. Federa
promover políticas ambientales adecuadas en todo el territorio nacional, estableciendo
acuerdos marcos entre los estado y la nación o los estados provinciales entre sí. Por
este documento, se reconoció al COFEMA como instrumento válido para la coordinación
de la Política Ambiental en la República Argentina; y los estados firmantes
se comprometieron a compatibilizar e instrumentar la legislación ambiental en su
jurisdicción.
La ley contiene tres grandes capítulos que determinan esa línea directriz, ellas son:
1. Política ambiental (titulado por la ley Bien Jurídicamente protegido)
2. Principios de la Política ambiental (donde la ley establece los principios que
deben ser respetados por la política ambiental nacional)
3. Instrumentos de la política de la gestión ambiental.
a. Ordenamiento ambiental territorial
b. Evaluación del impacto ambiental
c. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas.
d. La educación ambiental
e. El sistema de diagnóstico e información ambiental
f. El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable.5
La ley también abarca conceptos necesarios para normas ambientales futuras,
como ser participación ciudadana, los seguros ambientales y el daño ambiental.

Ámbito de aplicación de la ley:


Art. 3. “La presente ley regirá en todo el territorio de la Nación, sus disposiciones
son de orden público y se utilizarán para la interpretación y aplicación de la legislación
específica sobre la materia, la cual mantendrá su vigencia en cuanto no se
oponga a los principios y disposiciones contenidas en ésta”.
La ley es de aplicación en todo el territorio del país, por ende, no necesita ningún
tipo de ley de adhesión por parte de las provincias y de la ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Ello no obsta que las provincias deban dictar la legislación complementaria que
la hagan operativa en algunos aspectos.
Esta ley es operativa, más allá de los artículos que estrictamente requieran reglamentación
en el orden nacional o leyes complementarias en las provincias o en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por ser ley de presupuestos mínimos, rige en todo el país y es el piso de protección
ambiental que ninguna legislación local puede perforar, más si ampliarla.
Su normativa tiene carácter de orden público, entendiéndose que una cuestión
es de orden público cuando responde a un interés general, colectivo, por oposición a
las cuestiones de orden privado, en las cuales solo juega un interés particular.

Bien jurídico protegido:


Art. 1. “La presente ley establece los presupuestos mínimos para el logro de una
gestión.
Sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad
biológica y la implementación del desarrollo sustentable”.
La dimensión ambiental se completa en tres interfaces de presupuestos mínimos:
1. Gestión ambiental y adecuada del ambiente.
2. Preservación y protección de la diversidad biológica.
3. Implementación del desarrollo sustentable.6
Se entiende por presupuestos a toda norma que concede una tutela ambiental
uniforme o común para todo el territorio nacional y tiene por objeto imponer condiciones
necesarias para asegurar la protección ambiental.
Dicho artículo establece el concepto de ambiente, que considera como “bien jurídico
protegido”.
El concepto de protección del ambiente no se limita a los ecosistemas naturales,
sino que comprende la actividad antrópica de todo ser humano. Es una protección
amplia, por comprender tanto a los sistemas naturales como a la actividad antrópica
del hombre (protege los bienes culturales materiales e inmateriales, incluyendo dentro
de éstos el patrimonio histórico).
La palabra gestión significa la acción y efecto de gestionar o de administrar, y la
ley establece las pautas de gestión de los recursos o bienes naturales y culturales,
tanto para el Estado como para los particulares.
Las políticas deben ser concretas, claras y aplicables, en relación con la calidad
de nuestra biosfera.
El vocablo sustentable, significa mantener, soportar o conservar. El concepto de
desarrollo sustentable viene del conocido informe Brudtlan que lo define como “el
desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer
las posibilidades de las futuras generaciones para satisfacer las suyas”.
Así gestión sustentable es aquella que utiliza los bienes y servicios para la satisfacción
de las necesidades presentes, sin descuidar y proteger que esa utilización
debe preservar los derechos de las generaciones futuras. Concretamente significa
que el uso y disposición de los bienes que realizamos permita la continuidad de la
vida del ser humano en el planeta Tierra por un lapso prolongado.
Se pretende la preservación (resguardar anticipadamente de daños o peligros) y
protección (amparar, favorecer, defender) de la diversidad biológica.
Como se conoce la biodiversidad de la fauna y de la flora en nuestro país, como
en todo el mundo sufre ataques constantes (el área cultivada aumenta día a día, la
dependencia de soja, trigo, maíz girasol– y el aumento de la población en las grandes ciudades
requiere mayor superficie para urbanizar, la caza y la pesca indiscriminada), dichos
ataques son la causa de la pérdida de la biodiversidad. De allí la necesidad imperiosa
de realizar acciones preventivas y correctivas para protegerla.
2.3. Objetivos:
La norma establece los objetivos de la Política Ambiental Nacional en el art. 2°que
básicamente representan el reflejo detallado de los principios establecidos en el art. 1°–
Art-2.“La política ambiental nacional, deberá cumplir los siguientes objetivos.
a. Asegurar la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la
calidad de los recursos ambientales, tanto naturales como culturales, en la
realización de las diferentes actividades antrópica.
b. Promover el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes
y futuras, en forma prioritaria.
c. Fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión.
d. Promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales.
e. Mantener el equilibrio y dinámica de los sistemas ecológicos,
f. Asegurar la conservación de la diversidad biológica.
g. Prevenir los efectos nocivos y peligrosos que las actividades antrópicas generan
sobre el ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica
y social del desarrollo.
h. Promover cambios en los valores y conductas sociales que posibiliten el desarrollo
sustentable, a través de una educación ambiental, tanto en el sistema
formal como en el no formal.
i. Organizar e integrar la información ambiental y asegurar el libre acceso de la
población a la misma.
j. Establecer un sistema federal de coordinación interjurisdiccional, para la implementación
de políticas ambientales de escala nacional y regional.
k. Establecer procedimientos y mecanismos adecuados para la minimización de
riesgos ambientales, para la prevención y mitigación de emergencias ambientales
y para la recomposición de los daños causados por la contaminación ambiental”.
Las líneas directrices que informan algunas normas e inspiran directa. Se hace referencia
al uso racional de los recursos naturales y al mantenimiento del equilibrio de
los sistemas ecológicos.7
Por otro lado, la ley contiene ya los postulados básicos sobre los instrumentos
que coadyuvarán al logro de los principios referidos. En tal sentido comprende: educación ambiental,
información ambiental, policía ambiental coordinadas a nivel nacional
y regional, daño ambiental.

Principios
Concepto: "Los principios son ideas directrices, que sirven de justificación
racional de todo el ordenamiento jurídico; son, pues, pautas generales de valoración
jurídica. Son pues, líneas fundamentales e informadoras de la organización."8 Las líneas
directrices que informan algunas normas e inspiran directa o indirectamente
una serie de soluciones por lo que pueden servir para promover y encauzar la aprobación
de nuevas normas, orientar la interpretación de las existentes y resolver los casos
no previstos”. El derecho ambiental como rama del Derecho reposa sobre una serie de
principios jurídicos que se encuentran su fundamento en la auto conservación del medio
ambiente y que están dotados de autonomía propia. Estos principios jurídicos representan
las directivas y orientaciones generales en las que se funda el derecho ambiental,
con las características de que no son el resultado de construcciones teóricas
sino que nacen a partir de necesidades prácticas, que a su vez, han ido modificándose
con el tiempo, transformándose en pautas rectoras de protección del medio ambiente.
Principios de la política ambiental:
El art. 4 dispone que: “La interpretación y aplicación de la presente ley, y de toda
otra norma a través de la cual se ejecute la política ambiental, estarán sujetas al
cumplimiento de los siguientes principios”:
1. Principio de congruencia: La legislación provincial, municipal referida a lo ambiental
deberá ser adecuada a los principios y normas fijadas en la presente ley; en caso de que
así no fuere, éste prevalecerá sobre toda otra norma que se le oponga.
Principio de congruencia: surge en términos de armonizar, como asimismo de
integración normativa legal, consagrado en el ámbito regional supranacional, en el
artículo 1° del Tratado de Asunción del MERCOSUR, ley 23.981. Por lo demás, juega
por las diversas relaciones que, conforme n/ régimen de organización constitucional,
existe entre el Estado Federal y los Estados miembros (de supra subordinación,
de incoordinación y de coordinación). El principio de congruencia guarda familiaridad,
analogía o similitud con el denominado principio de regulación jurídica integral,
que, en síntesis, exigen del legislador en primer término y del intérprete en la
fase de aplicación, tener una perspectiva macroscópica e integradora. Este principio
se inserta en la mayoría de los instrumentos jurídicos internacionales, y con especial
atención ha sido declarado en el Primer Programa de Acción Comunitaria en
materia de ambiente, así como igualmente en la Recomendación N° 70 del Plan de
Acción adoptada en la Conferencia de Estocolmo.

2. Principio de prevención: Las causas y las fuentes de los problemas ambientales se


atenderán en forma prioritaria e integrada, tratando de prevenir los efectos negativos
que sobre el ambiente se puedan producir.

El principio de prevención: Este principio invoca la necesidad de impedir la producción


de un daño ambiental mediante una práctica, respecto de la cual se sabe
conocida y previsible, es decir, de prevenir todo efecto negativo sobre el ambiente.10
La ley limita la descripción de lo que denomina “principio de prevención” a la
atención prioritaria e integrada de la causa y las fuentes de los problemas ambientales,
que trata de evitar los efectos negativos que se pueden producir sobre el ambiente.
Durante las décadas de los setenta y de los ochenta se insistió mucho acerca
de que en materia ambiental vale más evitar el daño que repararlo, por cuanto la
experiencia muestra que el costo de la reparación es generalmente superior al de la
prevención.11
Siguiendo a Néstor Cafferatta: “El énfasis preventivo constituye uno de los caracteres
por rasgos peculiares del derecho ambiental.
3. Principio precautorio: Cuando haya peligro de daño grave o irreparable la ausencia
de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas efectivas, en función de los costos, para impedir la degradación
del medio ambiente.
El principio precautorio: Este principio se refiere a la necesidad de imponer cautela
frente a una situación de peligro o de daño grave o irreparable, ante la ausencia
de información o certeza científica, la falta de certeza científica no deberá utilizarse
como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función a los costos,
para impedir la degradación del medio ambiente.12
Néstor A. Cafferatta expresa: “El principio de precaución fue enunciado inicialmente
por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio climático, creado en 1987,
por decisiones congruentes de la Organización Metereológica Mundial y el PNUMA,
lo recogió la Declaración Ministerial de la II Conferencia Mundial del Clima, para
aparecer consagrado en el inc. 3 del art. 3 del Convenio Marco sobre el Cambio Climático,
negociado entre febrero de 1991 y mayo de 1992, bajo los auspicios de las
Naciones Unidas. También aparece como principio 15, en la Declaración de Río sobre
el Medio ambiente y Desarrollo en 1992”.
Al decir del Dr. Mario F. Valls, “Debe distinguirse este principio precautorio del
principio de prevención. Este último se dirige a un riesgo conocido que se busca precaver;
aquél, a uno cierto. Con otra expresión, “el principio de precaución” funciona cuando la relación
causal entre una determinada tecnología y el daño temido no ha
sido aún científicamente comprobado de modo pleno. Esto es precisamente lo que
marca la diferencia entre la “prevención y la precaución”.
4. Principio de equidad intergeneracional: Los responsables de la protección ambiental
deberán velar por el uso y goce apropiado del ambiente por parte de las generaciones
presentes y futuras.
Supone que debemos entregar a las generaciones venideras un mundo que desde
la estabilidad ambiental les brinde las mismas oportunidades de desarrollo que
tuvimos nosotros.
“El Principio de equidad intergeneracional (que a su vez deriva del Protocolo adicional
al Tratado de Asunción sobre medio ambiente). Se recuerda que el principio
3 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, Acta de conformidad
151/5, de 07/05/92, de la Conferencia de las Naciones del 3 al 14 de junio de 1992,
manifiesta que “El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda
equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones
presentes y futuras”
5. Principio de progresividad: Los objetivos ambientales deberán ser logrados en forma
gradual, a través de metas interinas y finales, proyectadas en un cronograma temporal
que facilite la adecuación correspondiente a las actividades relacionadas con esos
objetivos.
El principio de progresividad: Este principio impone la necesidad de un cronograma
temporal con metas interinas y finales en un proceso gradual.14
En nuestra doctrina, se destaca que este principio responde a ideas de temporalidad,
de involucramiento paulatino, de concientización, de adaptación.
6. Principio de responsabilidad: El generador de efectos degradantes del ambiente, actuales
o futuros, es responsable de los costos de las acciones preventivas y correctivas
de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas de responsabilidad ambiental
que correspondan
"Tal como aparece enunciado en la ley 25.675 apunta a reforzar la idea de internalización
de costos ambientales sobre todo en cabeza del generador degradante del
ambiente, conforme el principio 16 en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente
y Desarrollo, ONU, 1992: “Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar
la internalización de los costos ambientales y el uso de instrumentos económicos,
teniendo en cuenta el criterio de que el contamina debería, en principio, cargar los costos de la
contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin
distorsionar el comercio ni las inversiones internacionales”.15
7. Principio de subsidiariedad: El Estado Nacional, a través de las distintas instancias
de la Administración pública, tiene la obligación de colaborar y, de ser necesario, participar
en forma complementaria en el accionar de los particulares en la preservación
y protección ambiental.
El principio de subsidiariedad: Hace a la obligación del Estado Nacional, a través
de las instancias de la administración pública debe colaborar o participar con los
particulares en la protección ambiental y no solo de contralor en todo lo que sea
preservación y protección ambiental.16
“Principio de subsidiariedad El Estado Nacional, tiene la obligación de colaborar,
para la preservación y protección ambiental, conforme al principio de subsidiariedad,
y en caso de ser necesario, participar en forma complementaria, en el accionar
de los particulares. En cuanto a su funcionamiento, la subsidiariedad posee dos
aspectos, uno positivo y otro negativo. El aspecto positivo, significa que el Estado
Nacional tiene la obligación de colaborar, en tanto que la intervención de la autoridad
nacional debe ejercerse sólo cuando sea necesario. El aspecto negativo, que la
autoridad nacional debe abstenerse de asumir funciones que pueden ser cumplidas
eficientemente por los particulares. Es decir, que el principio de subsidiariedad se
aplica teniendo en cuenta dos criterios diferentes en la defensa ambiental: a la luz de
la “complementariedad”, criterio de “colaboración” y criterio de “necesidad”. Es decir
que la participación del Estado es concurrente, y residual.”
8. Principio de sustentabilidad: El desarrollo económico y social y el aprovechamiento
de los recursos naturales deberán realizarse a través de una gestión apropiada del
ambiente, de manera tal, que no comprometa las posibilidades de las generaciones
presentes y futuras.
“El Principio de sustentabilidad, con base directa en la Constitución Nacional
en tanto el art. 41, consagra el derecho ambiental, para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de la generaciónes
futuras”18, adoptando la fórmula de Brundtland, acorde a la idea de desarrollo sustentable,
sostenible, sostenido o duradero, elaborada para el informe de la Comisión
Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, denominado “Nuestro futuro común” y
que fuera aprobado por las Naciones Unidas en 1998.19 Concordantemente, la Decla-
ración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, expresa que “A fin de alcanzar
el desarrollo sustentable, la protección del medio ambiente deberá constituir parte
integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada” (principio
4).”
9. Principio de solidaridad: La Nación y los Estados Provinciales serán responsables de
la prevención y mitigación de los efectos ambientales transfronterizos adversos de su
propio accionar, así como de la minimización de los riesgos ambientales sobre los sistemas
ecológicos compartidos.
El principio de Solidaridad: El estado Nacional y el estado Provincial serán responsables
de prevenir y mitigar los efectos ambientales en sistemas ecológicos compartidos
o transfronterizos.
“El Principio de solidaridad: De los principios contenidos en la ley objeto de este
análisis surgen principios básicos de la responsabilidad ambiental internacional. Así
por ejemplo, el principio de solidaridad que constituye el punto de partida para la
constatación del daño transfronterizo". “Los Estados deberán cooperar con espíritu
de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad
del ecosistema de la Tierra” (principio 7, Declaración de Río sobre Medio Ambiente
y Desarrollo). Los Estados y los pueblos deben cooperar de buena fe y con espíritu
solidario, en la aplicación de los Principios consagrados (Principio 27, Declaración de
Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo). El principio de solidaridad, está compuesto
al decir de buena parte de la doctrina por los principios de información, en sus
tres variantes: de un Estado al otro o de una Administración a otra o información
popular, vecindad o Países limítrofes, cooperación internacional, igualdad entre los
Estados y principio de patrimonio universal, que considera el carácter internacional
del ambiente.”
10. Principio de cooperación: Los recursos naturales y los sistemas ecológicos compartidos
serán utilizados en forma equitativa y racional. El tratamiento y mitigación de
las emergencias ambientales de efectos transfronterizos serán desarrolladas en forma
conjunta.
El principio de Cooperación. Los recursos naturales y los sistemas ecológicos
compartidos serán utilizados en forma equitativa y racional. 23.
2.5. Presupuestos mínimos
Art. 6. de la ley “Entiende por presupuesto mínimo, establecido en el art. 41 de
la Constitución Nacional, a toda norma que concede una tutela ambiental uniforme
o común para todo el territorio nacional, y tiene por objeto imponer condiciones
necesarias para asegurar la protección ambiental. En su contenido, debe preveré lo
necesario para garantiza la dinámica de los sistemas ecológicos, manteniendo su
capacidad de carga y, en general, asegurar la preservación ambiental y el desarrollo
sustentable”.
La capacidad de carga está dada por el límite de los recursos naturales para absorber
los contaminantes producidos por el hombre. Se identifica con la letra “K”.24
2.6. Competencia judicial
El art. 7. la ley contempla la competencia Judicial.
1. Una competencia general, atribuida a los tribunales ordinarios (según corresponda
por el territorio, materia o persona).
2. Una competencia especial de los tribunales federales en tanto se trate de
actos u omisiones que degraden o contaminen recursos ambientales interjurisdiccional.
UNIDAD 4 PLAN 2018
Instrumentos de Política y Gestión Ambiental
En el art. 8 se enumeran los seis instrumentos de política y gestión ambiental, que se
desarrollan en los artículos subsiguientes.
a) El ordenamiento ambiental del territorio. (Arts. 9-10) Permitirá desarrollar la
estructura de funcionamiento global del territorio de la Nación, generada a partir de la
coordinación interjurisdiccional entre los gobiernos nacionales, provinciales y municipales a
través del Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA). Se apunta a lograr los
objetivos de máxima producción, mínima degradación y participación social en la toma de
decisión, entre otros.
En este punto la ley también establece premisas fundamentales para la localización de las
actividades desplegadas por el hombre y el desarrollo de los asentamientos poblacionales.
b) Evaluación de Impacto Ambiental. (Arts. 11, 12 y 13) También llamada EIA,
constituye una de las principales herramientas de prevención de daño ambiental de la
administración pública. De la ley se desprende que la EIA es un procedimiento previo a la
realización de toda actividad u obra, en territorio nacional, que sea susceptible de degradar
al ambiente o sus componentes, o de afectar significativamente la calidad de vida de la
población.
La persona que llevará a cabo o es responsable de la actividad u obra presentará una
declaración jurada, manifestando si aquella afectará al ambiente. Las autoridades
competentes luego exigirán la presentación de un estudio de impacto ambiental (contiene
un proyecto detallado de lo que se quiere realizar, una identificación de consecuencias
ambientales y plan de mitigación de efectos negativos); en base a dicho estudio se
realizará la EIA. Se emitirá finalmente una declaración en la que se manifieste la
aprobación o el rechazo de los estudios presentados.
c) El Sistema de Control sobre el Desarrollo de las Actividades Antrópicas. La ley no
lleva a cabo un desarrollo de éste instrumento. En opinión de Bellagamba, se encuentra
implícito en el espíritu de la normativa, dando libertad de acción a los distintos niveles de
gobierno sobre cómo se debe controlar el desarrollo de actividades humanas.
d) Educación Ambiental. (Arts. 14 y 15) Constituye el instrumento básico para generar
en los ciudadanos valores, actitudes y comportamientos acordes a lograr un ambiente
equilibrado. La coordinación la ejecutara el Consejo Federal de Medio Ambiente
(COFEMA).
e) El Sistema de Diagnóstico e Información Ambiental. (Arts. 16-18) La provisión de
información ambiental constituye un deber de todas las personas (físicas o jurídicas,
públicas o privadas) para con el Estado, quien está obligado a proporcionarla a los
ciudadanos.
Se establece también el deber del Poder Ejecutivo de elaborar un informe anual sobre la
situación ambiental del país, presentado al Congreso nacional. A su vez, todas las
autoridades se vuelven responsables de informar sobre el estado ambiental que los
efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas.
f) El Régimen Económico de Promoción del Desarrollo Sustentable. La ley no lleva a
cabo un desarrollo de éste instrumento. Bellagamba opina que el legislador buscó dar
libertad respecto a la promoción económica del desarrollo sustentable no normativizando
procedimientos o instituciones específicas; en su lugar, el sistema promotor sólo encuentra
en la ley principios esenciales.
LEY NACIONAL N°25.675 DE PRESUPUESTOS MÍNIMOS EN MATERIA AMBIENTAL
Por mandato del art. 41, se sancionó en 2002 la Ley N°25.675 de Presupuestos Mínimos
en Materia Ambiental o Ley General del Ambiente. La misma constituye una ley marco de
carácter mixto debido a que regula aspectos generales relativos a los presupuestos
mínimos sobre protección ambiental; al mismo tiempo, la disposición contiene aspectos
concretos vinculados al daño ambiental.
La finalidad de la norma a analizar es el establecimiento de una directriz básica y general
en torno de la cual deberían ser sancionadas las futuras normas ambientales que se
dictarán en la República Argentina.
En cuanto a su estructura, la ley está compuesta por treinta y cinco artículos y dos anexos.
Los primeros pueden agruparse en cuatro grandes capítulos:
• Política Ambiental (Arts. 1-3);
• Principios de la Política Ambiental (Arts. 4-7);
• Instrumentos de la Política de la Gestión Ambiental (Arts. 8-18).
• Otros Elementos Esenciales para la Política Ambiental (Arts. 19-35)
También se ven abarcados por la ley bajo análisis conceptos necesarios para normas
ambientales futuras, como ser la participación ciudadana, los seguros ambientales y el
daño ambiental.
Política Ambiental:
a) Ámbito de Aplicación
La norma se aplica en todo el territorio nacional, sin necesidad de leyes de adhesión de los
estados provinciales y la ciudad de Buenos Aires. No obstante, éstos están obligados a
dictar la legislación complementaria que la haga operativa en algunos aspectos.
Siendo una ley de presupuestos mínimos de protección ambiental, establece un piso que
no puede perforarse, pero sí ampliarse. Además, su carácter de orden público afirma el
interés general y colectivo que tiene la cuestión, en contraposición con los intereses
particulares del orden privado.
b) Bien Jurídico Protegido
La norma bajo análisis instaura presupuestos mínimos ambientales, entendidos como
normas tutelares y comunes que imponen condiciones necesarias para asegurar la
protección del ambiente. Ésta se visiona desde tres perspectivas: gestión sustentable y
adecuada del ambiente, preservación y protección de la biodiversidad, e implementación
del desarrollo sustentable. Debe aclararse que la defensa descripta es de carácter amplio,
abarcando las actividades antrópicas y sus modificaciones sobre los sistemas naturales –
i.e. se amparan también los bienes culturales, materiales e inmateriales.
La gestión sustentable es aquella conformadas por pautas de administración de bienes
ambientales que sean concretas, claras y aplicables, orientadas a permitir la continuidad
de la vida del ser humano en el planeta Tierra por un lapso prolongado. Se pretende
además la preservación (resguardo anticipado de daño o peligros) y la protección
(amparar, favorecer y defender) de la diversidad biológica, así como efectivizar el
desarrollo sustentable.
c) Objetivos
Art. 2.- La política ambiental nacional deberá cumplir los siguientes objetivos:
a) Asegurar la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad
de los recursos ambientales, tanto naturales como culturales, en la realización de las
diferentes actividades antrópicas;
b) Promover el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y
futuras, en forma prioritaria;
c) Fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión;
d) Promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales;
e) Mantener el equilibrio y dinámica de sistemas ecológicos;
f) Asegurar la conservación de la diversidad biológica;
g) Prevenir los efectos nocivos o peligrosos que las actividades antrópicas generan
sobre el ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica y social del
desarrollo;
h) Promover cambios en los valores y conductas sociales que posibiliten el desarrollo
sustentable, a través de una educación ambiental, tanto en el sistema formal como en el
no formal;
i) Organizar e integrar la información ambiental y asegurar el libre acceso de la
población a la misma;
j) Establecer un sistema federal de coordinación interjurisdiccional, para la
implementación de políticas ambientales de escala nacional y regional;
k) Establecer procedimientos y mecanismos adecuados para la minimización de
riesgos ambientales, para la prevención y mitigación de emergencias ambientales y para la
recomposición de daños causados por la contaminación ambiental.
Esta serie de objetivos constituye un reflejo detallado de los principios establecidos en el
art. 1. Refieren los mismos al uso racional de recursos naturales, al mantenimiento de
equilibrio de los ecosistemas, etc.
Principios de la Política Ambiental:
a) Principios Interpretativos
En el art. 4 se enumeran los nueve principios que rigen la interpretación y la aplicación de
la ley 25.675, así como todas las demás normas a través de las cuáles se ejecute la
política ambiental. A su vez, se establece en el artículo 5 que los distintos niveles
gubernamentales integrarán previsiones de carácter ambiental en todas las decisiones y
actividades que lleven a cabo; esto tiene la finalidad de asegurar el cumplimiento de los
principios enunciados en la ley bajo análisis.
b) Presupuestos Mínimos
La capacidad de carga referida está dada por el límite de los recursos naturales para
absorber los contaminantes producidos por el hombre. Se identifica con la letra “K”.
c) Competencia Judicial
Instrumentos de Política y Gestión Ambiental
En el art. 8 se enumeran los seis instrumentos de política y gestión ambiental, que se
desarrollan en los artículos subsiguientes.
a) El ordenamiento ambiental del territorio. (Arts. 9-10) Permitirá desarrollar la
estructura de funcionamiento global del territorio de la Nación, generada a partir de la
coordinación interjurisdiccional entre los gobiernos nacionales, provinciales y municipales a
través del Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA). Se apunta a lograr los
objetivos de máxima producción, mínima degradación y participación social en la toma de
decisión, entre otros.
En este punto la ley también establece premisas fundamentales para la localización de las
actividades desplegadas por el hombre y el desarrollo de los asentamientos poblacionales.
b) Evaluación de Impacto Ambiental. (Arts. 11, 12 y 13) También llamada EIA,
constituye una de las principales herramientas de prevención de daño ambiental de la
administración pública. De la ley se desprende que la EIA es un procedimiento previo a la
realización de toda actividad u obra, en territorio nacional, que sea susceptible de degradar
al ambiente o sus componentes, o de afectar significativamente la calidad de vida de la
población.
La persona que llevará a cabo o es responsable de la actividad u obra presentará una
declaración jurada, manifestando si aquella afectará al ambiente. Las autoridades
competentes luego exigirán la presentación de un estudio de impacto ambiental (contiene
un proyecto detallado de lo que se quiere realizar, una identificación de consecuencias
ambientales y plan de mitigación de efectos negativos); en base a dicho estudio se
realizará la EIA. Se emitirá finalmente una declaración en la que se manifieste la
aprobación o el rechazo de los estudios presentados.
c) El Sistema de Control sobre el Desarrollo de las Actividades Antrópicas. La ley no
lleva a cabo un desarrollo de éste instrumento. En opinión de Bellagamba, se encuentra
implícito en el espíritu de la normativa, dando libertad de acción a los distintos niveles de
gobierno sobre cómo se debe controlar el desarrollo de actividades humanas.
d) Educación Ambiental. (Arts. 14 y 15) Constituye el instrumento básico para generar
en los ciudadanos valores, actitudes y comportamientos acordes a lograr un ambiente
equilibrado. La coordinación la ejecutara el Consejo Federal de Medio Ambiente
(COFEMA).
e) El Sistema de Diagnóstico e Información Ambiental. (Arts. 16-18) La provisión de
información ambiental constituye un deber de todas las personas (físicas o jurídicas,
públicas o privadas) para con el Estado, quien está obligado a proporcionarla a los
ciudadanos.
Se establece también el deber del Poder Ejecutivo de elaborar un informe anual sobre la
situación ambiental del país, presentado al Congreso nacional. A su vez, todas las
autoridades se vuelven responsables de informar sobre el estado ambiental que los
efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas.
f) El Régimen Económico de Promoción del Desarrollo Sustentable. La ley no lleva a
cabo un desarrollo de éste instrumento. Bellagamba opina que el legislador buscó dar
libertad respecto a la promoción económica del desarrollo sustentable no normativizando
procedimientos o instituciones específicas; en su lugar, el sistema promotor sólo encuentra
en la ley principios esenciales.

2_ Ordenamiento ambiental Territorial.


Base constitucional del Ordenamiento territorial.
LA LEY GENERAL DEL AMBIENTE 25675. ANALISIS DEL ORDENAMIENTO
TERRITORIAL.
El mismo deberá considerar la concertación de intereses de los distintos sectores de la
sociedad entre sí, y de éstos con la administración pública.
Art.10. — El proceso de ordenamiento ambiental, teniendo en cuenta los aspectos
políticos, físicos, sociales, tecnológicos, culturales, económicos, jurídicos y ecológicos de
la realidad local, regional y nacional, deberá asegurar el uso ambientalmente adecuado de
los recursos ambientales, posibilitar la máxima producción y utilización de los diferentes
ecosistemas, garantizar la mínima degradación y desaprovechamiento y promover la
participación social, en las decisiones fundamentales del desarrollo sustentable. Asimismo,
en la localización de las distintas actividades antrópicas y en el desarrollo de
asentamientos humanos, se deberá considerar, en forma prioritaria:
a) La vocación de cada zona o región, en función de los recursos ambientales y la
sustentabilidad social, económica y ecológica;
b) La distribución de la población y sus características particulares;
c) La naturaleza y las características particulares de los diferentes biomas;
d) Las alteraciones existentes en los biomas por efecto de los asentamientos
humanos, de las actividades económicas o de otras actividades humanas o fenómenos
naturales;
e) La conservación y protección de ecosistemas significativos.
Concepto. Ley general del Ambiente 25.675.
El ordenamiento territorial es un instrumento de la política ambiental previsto en la LGA,
pero no definido por la misma, que sólo lo enuncia. La legislación comparada provee
muchas definiciones, citando entre ellas a la de la Unión Europea, que lo entiende como la
expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de la
sociedad. El tratadista argentino Belorio Clabot sostiene que dicha herramienta tiene por
fin promover el funcionamiento integrado, homogéneo y solidario de las distintas esferas
del estado, frente a los intereses de la sociedad.
En el Noroeste Argentino, las principales acciones referidas al ordenamiento territorial han
sido enfocadas a las superficies boscosas nativas. Pioneras han sido las siguientes
provincias:
Legislacion comparada
• Jujuy. Con participación de la Fundación Pro Yungas, se dictó en 2006 la ley
Nº7.731 que declaró la emergencia de las masas boscosas naturales nativas por el
término de dos años en terrenos públicos y privados en todo el territorio de la provincia. Se
considera, a su vez, masa boscosa natural a toda formación vegetal perteneciente a la
flora provincial compuesta por especies arbóreas y arbustivas.
Se suspendían todas las actividades de intervención de las masas boscosas que implicara
disminución, degradación y o aprovechamiento de las mismas, con excepción de las
actividades de enriquecimiento forestal. Posteriormente, se permitió el aprovechamiento en
terrenos cuya pendiente fuera superior al 10%.
Si bien se trata de una serie de disposiciones que apuntan a proteger los bosques nativos,
no implica un verdadero ordenamiento territorial en dicha provincia, que sólo llegaría luego
de la sanción de la ley nacional Nº26.331.
• Santiago del Estero. Dicha jurisdicción sancionó una ley de ordenamiento territorial
(Nº6.942) de acuerdo a la ley de protección de bosque nativos nacional. La normativa
provincial dividió la superficie de su territorio en área rojas (protegidas), en áreas amarillas
(desarrollo sustentable) y en áreas verdes (desmonte parcial permitido).
Para desmontar, se requiere un estudio de impacto ambiental aprobado y la realización de
una audiencia pública.
Urge en Tucumán dictar políticas estatales de ordenamiento territorial, concebidas y
puestas en vigencia con un sentido integrador de los espacios urbanos y rurales, y con una
visión que tienda además a la conservación de los espacios urbanos y rurales, y con una
visión que tienda además a la conservación de los espacios naturales, en forma armónica
y articulada con el sistema de ordenamiento del territorio en conjunto, abarcando todos los
recursos naturales.
El cambio del uso o aprovechamiento de la propiedad con el objeto de incorporar la
dimensión de la sustentabilidad, exigirá una gran cuota de sagacidad, sensatez y visión de
largo plazo por parte de los decisores públicos y los actores de la actividad privada, para
que la carga y beneficio que resulten de un esquema de ordenamiento territorial sean
repartidos entre todos los actores de la sociedad en forma justa y equilibrada, en procura
de fomentar actividades productivas que lo pequeños productores rurales y comunidades
indígenas realizan en los bosques.
En definitiva, el ordenamiento ambiental debe tener en cuenta los aspectos políticos,
físicos, sociales, culturales y ecológicos dela realidad local, la que deberá asegurar el uso
ambientalmente adecuado de los recursos, posibilitar la máxima producción y utilización de
los diferentes ecosistemas, garantizando la mínima degradación y desaprovechamiento y
promover la participación social en las decisiones fundamentales del derecho sustentable.

3_ EVALUACION DE IMPACTO AMBIENTAL


Concepto.
El término “impacto ambiental”, el vocablo impacto podría ser definido como el resultado de
un choque de un cuerpo contra otro o el efecto o impresión que una cosa causa sobre otra,
resultando consecuencia de esa acción o efecto la alteración del elemento impactado. De
este modo, como una primera aproximación podríamos definir como impacto ambiental a
toda alteración en el ambiente humano.
A efecto de brindar cierta precisión para el campo de acción de las evaluaciones
ambientales y de determinar qué tipo de impactos ambientales requieren una evaluación
ambiental previa, es de destacar que muy pocas legislaciones incluyen la evaluación de
aquellos impactos de signo positivo, sino que enfocan aquellos negativos o nocivos para el
ambiente. Asimismo ese impacto debe ser directa o indirectamente resultante de una
actividad material humana.
La Ley de Base Chilena define impacto ambiental como la alteración del medio ambiente,
provocada directa o indirectamente por un proyecto o actividad en un área determinada.
En una forma más precisa y completa, la Resolución 001/86 del Consejo Nacional del
Medio Ambiente Brasilero, en su art. 1, considera impacto ambiental a cualquier alteración
de las propiedades físicas, químicas o biológicas del medio ambiente, causada por
cualquier forma de materia o energía resultante de las actividades humanas que directa o
indirectamente afectan:
• La salud, seguridad o bienestar de la comunidad
• Las actividades sociales o económicas
• La biodiversidad
• Las condiciones estéticas y sanitarias del medio ambiente
• La calidad de los recursos naturales.
Un concepto casi idéntico es adoptado por la Ley de Evaluación del Impacto Ambiental
Uruguaya. Si bien, estas definiciones dan una idea de lo que se considera impacto
ambiental, es necesario efectuar algunas precisiones para poder determinar el alcance del
término:
Alteración física: Los estadounidense dicen que el impacto debe comprender la alteración
en los aspectos ecológicos, estéticos, históricos, sociales o relativos a la salud pública, ya
sean éstos directos, indirectos o acumulativos. Por ello, en primer lugar, el impacto debe
estar causado por una alteración física, esto significa que los económicos o sociales no
deben ser entendidos por si solos como susceptibles de 443 requerir una Declaración de
Impacto Ambiental, no obstando a que sean analizados en el contexto global de una
evaluación. Así, cabe destacar que aunque algunos impactos como el desempleo
producen de un modo indirecto alteraciones en el medio ambiente, no son ambientales en
un sentido estricto y no requieren una EIA (Evaluación de Impacto Ambiental).
Pero existen innumerables medidas estructurales, que si bien no acarrean un impacto
físico podrán repercutir en el ambiente y la calidad de vida. Ej. el aumento del parque
automotor en una ciudad, requiere indefectiblemente un análisis desde el punto de vista
ambiental en cuanto a la capacidad del medio receptor de asimilar mayor emisiones de
CO2, aunque no una EIA en sentido estricto. (No es lo mismo si los autos se guardar en el
garaje y no se utilizan).
Significación: En segundo lugar, el efecto global de la acción, entendido este como la
resultante de diversos impactos, debe ser significativo. O sea que el significado de una
acción debe ser analizada en su contexto e intensidad, entendiendo al primer término
como el área de influencia del impacto en los sentidos humano, social, religioso, etc., en
tanto por intensidad debe entenderse la severidad gradual del impacto en relación a áreas
protegidas, salud, seguridad y calidad de vida.
Muchos países optaron por categorizar los emprendimientos que requieren una EIA con
base en la gravedad o magnitud de los impactos que cada uno de éstos produce, en tanto
otras normativas dejan a discreción de las autoridades administrativas establecer la
significación de la obra o proyecto (sistema que adopta la Ley Nacional de Política
Ambiental Estadounidense.
La mayoría de las legislaciones del continente americano, incluyendo algunas provincias
argentinas, adoptan un sistema mixto, enumerando de un modo taxativo las obras que
requieren una evaluación previa y dejando un margen discrecional para que la autoridad
ambiental respectiva establezca la necesidad de requerir una EIA, de considerarlo
necesario en un caso puntual.
Concepto y definición legal:
El concepto de EIA admite diferentes enfoques, los límites y alcances del concepto serán
aquellos que finalmente determine la normativa vigente y que serán enunciados, implícita o
explícitamente, a través de su definición legal. Según Federico Iribarren, el instituto que
analizamos puede concebirse como:
1. La EIA como procedimiento: es un procedimiento previo a la toma de decisiones que
sirve para registrar y valorar de manera sistemática y global todos los efectos potenciales
de un proyecto, con el objeto de evitar desventajas para el medio ambiente.
2. La EIA como análisis y valoración de un proyecto: La EIA como análisis y valoración por
parte de la autoridad gubernamental del proyecto propuesto, prevé la presentación de un
estudio de Impacto Ambiental por parte del proponente y una posterior evaluación del
mismo por parte de la autoridad correspondiente.
3. La EIA como un documento: estudio técnico o específico que permite estimar, prever o
identificar efectos o impactos ambientales de una obra o proyecto y evaluar los mismos.
La EIA constituye en el ordenamiento jurídico de la provincia de Tucumán, un
procedimiento administrativo especial que garantiza para el titular de la obra o actividad, el
derecho de demostrar ante la administración pública que la misma cumple con criterios de
calidad ambiental aceptable, y a obtener, en consecuencia, el correspondiente Certificado
de Aptitud Ambiental.
La EIA constituye una de las principales herramientas de prevención del daño ambiental de
la administración pública.
Esta valiosa técnica del Derecho Ambiental ha sido receptada por el ordenamiento jurídico
provincial desde 1991, mediante la sanción de la Ley N° 6.253, complementada por la Lye
8,517 del año 2012 y sus decretos reglamentarios.
Impacto ambiental Directo e Indirecto y Acumulativo.
Impacto directo o indirecto.
Los impactos directos son los definidos por el mencionado Código de Regulaciones como
los efectos causados por la acción propuesta en el mismo tiempo y lugar, en tanto los
impactos indirectos son causados por la acción federal y se observarán temporalmente en
forma tardía o a mayor distancia, pero pueden ser razonablemente previsibles. Ej. la
inducción de crecimiento que ocasionaría la construcción, ampliación o pavimentación de
una carretera en los asentamientos urbanos y comunidades rurales cercanas a la misma,
modificándose hábitos culturales socio-económicos, pudiendo llegar a saturar la
infraestructura de servicios planificados para una comunidad menor.
Impacto acumulativo
Este tipo de impacto pueden ser menores en forma individual, pero en el transcurso del
tiempo o la distancia, pueden adquirir enorme significado. Así un impacto acumulativo es
aquel que resulta de los impactos incrementales de una obra, toda 444 vez que éste se
añade a otros pasados, presentes o razonablemente previsibles proyectos futuros,
independientemente de la persona o agencia que esté llevando o haya llevado a cabo esas
acciones.
En el proceso de EIA debe considerarse al menos tres tipos de efectos acumulativos: la
combinación de los efectos de más de un proyecto que se estén realizando
simultáneamente, la combinación de efectos pequeños que resulten de un impacto de
envergadura, y los efectos combinados de proyectos que se consideran en un lapso de
tiempo. Ej. efectos de un plan de exploración y explotación de petróleo, entre la costa de
California y Alaska, si bien evaluados individualmente cada uno de los emprendimientos,
no acarreaban impacto significativo, considerados en conjunto y en forma completa, se
determinó que resultarían nocivos para especies migratorias de la fauna marina.
Fundamento y antecedente
Los fundamentos de la EIA los encontramos en la incidencia desfavorable sobre el medio
ambiente que causaron el aumento desmesurado de la población y el desarrollo
económico indiscriminado de las sociedades industriales, caracterizando a nuestra era por
la capacidad ilimitada del hombre para construir y crear, por un lado, y por el otro para la
capacidad para destruir con igual magnitud.
Ya en la Conferencia de Estocolmo se expresó que en la evolución de la raza humana en
el planeta, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha
adquirido el poder de transformar el medio ambiente natural y artificial que lo rodea.
Al tomar conocimiento de los peligro que implican la erosión de los suelos, deforestación,
contaminación, extinción de especies, y destrucción de ecosistemas, las políticas
gubernamentales de algunos países comenzaron a focalizar los factores cualitativos que
permitían tener plena conciencia de los efectos nocivos de una determinada actividad
siendo, la EIA la herramienta idónea para ello.
Significado de la EIA
El término evaluación de impacto ambiental, no implica solamente una evaluación en lo
que su sentido lato significa (estimación de valor), sino que consiste en el procedimiento
que abarca desde la presentación del proyecto por un proponente, hasta la declaración de
los impactos ambientales de la actividad propuesta por parte de la autoridad ambiental.
Las etapas de este procedimiento pueden comprender tanto una única instancia en la que
se determine que la obra propuesta no requiere de un estudio de impacto ambiental, o
varias instancias que permitan arribar a una declaración de impacto ambiental fundada y
completa, e incluyan un diagnóstico del área de influencia, análisis de los impactos
ambientales del proyecto, análisis de alternativas, planes de monitoreo, seguridad y
contingencias, dictamen técnicos, etc.
Las etapas que en líneas generales abarcará este PROCEDIMIENTO:
• La presentación de un estudio mínimo de base, del que surgirá eventualmente, que el
mismo no acarrea efectos significativos o bien que deberá realizar el estudio de impacto
ambiental.
• La presentación de un estudio de impacto ambiental detallado por parte del proponente,
de forma excluyente o complementaria del estudio inicial de base, el cual se puede dar
como consecuencia de la clasificación del proyecto según estudio mínimo de base o bien
en forma directa y sin necesidad de éste, según lo prevea la legislación respectiva.
• Circulación del borrador del estudio o declaración de impacto, a los fines de la inclusión
de comentarios por otros organismos involucrados y de parte del público afectado,
pudiendo celebrarse una audiencia pública, facultativa u obligatoria según el caso.
• Declaración de Impacto Ambiental por parte del órgano ambiental competente, la cual,
previa consideración de los comentarios introducidos al borrador, dará los elementos
necesarios a la autoridad con competencia sustantiva para la aprobación total, parcial o
condicional o denegatoria de la propuesta.
Se entiende que estos son los objetivos y etapas que en forma secuencial y necesaria se
deben dar para autorizar un proyecto u obra susceptible de producir efectos ambientales
negativos.

LEGISLACION PROVINCIAL: Evaluación de impacto ambiental en la provincia de


Tucumán.
La EIA está regulada en la provincia en la Constitución provincial en el art.41, inciso 10,
con lo cual este instrumento de política y gestión ambiental previsto en la ley 25675
(LGA) en nuestro caso particular adquiere rango constitucional. También esta regulada en
la ley de ambiente provincial N° 6.253 vigente conforme a la ley 8.240 (Digesto Jurídico).
La ley 6.253 se encuentra complementada por la ley 8517 del año 2012. A estas leyes se
incorporan todos los decretos reglamentarios dictados a tal efecto.
En el capitulo II: Del Impacto Ambiental de la ley 6253 en su art. 17:” la presentación de
evaluación de estudios de impacto ambiental esta a cargo de: Las personas públicas y
privadas responsables de acciones u obras que degraden o puedan degradar en el futuro
el ambiente. La autoridad de aplicación informará respecto a la viabilidad del estudio
presentado,realizando a su vez una evaluación….”.
Es pertinente señalar que la autoridad de aplicación y de evaluación de los estudios son de
base administrativa, en consecuencia sus actos en principio están sometidos a la ley de
procedimiento administrativo de la provincia.
La autoridad de aplicación en Tucumán es la Secretaría de estado y Medio Ambiente,
anteriormente correspondía a la Dirección de Economía y Política Ambiental, que depende
del Ministerio de Desarrollo productivo.
La ley 6253 creo el Consejo Provincial de Economía y Ambiente, organismo integrado por
distintos representantes de las áreas del gobierno afines a la gestión ambiental,
organizaciones ambientalistas con personería jurídica, organizaciones empresariales y
sindicales con personería jurídica y las universidades. Entre sus facultades se encuentra la
de estudiar,evaluar y autorizar las evaluaciones de impacto ambiental.
El Consejo provincial de Economía es un órgano de consulta y asesoramiento de los
poderes ejecutivo y legislativo para los temas de economía y ambiente. Sus opiniones este
organismo las emite mediante informes y dictámenes que conforme a la ley son
meramente consultivas y no decisorias. Por ello lo aconsejado por el Consejo no es
vinculante. Le corresponde a la autoridad de aplicación (Dirección de Medio Ambiente) la
que emite la resolución o acto administrativo definitivo que surge como consecuencia de
haber finalizado el procedimiento establecido en la ley .Si se aprueba el estudio de impacto
ambiental el acto administrativo autorizara una determinada actividad (agrícola, industrial,
comercial, construcción de una obra etc).
Finalmente se debe recalcar que la EIA aplica los principios preventivos y precautorios
para evitar el eventual daño ambiental que una determinada actividad humana puede
producir en el ambiente.
UNIDAD 5

1-Intereses difusos y legitimación. Distinción entre derecho subjetivo, interés legítimo, interés
simple e intereses difusos o colectivos. Criterios básicos. Jurisprudencia – Fallo Halabi.

El análisis de los Derechos reconocidos constitucionalmente: el derecho, como sistema normativo,


que regula la conducta humana se preocupó por la protección de ciertos derechos, que los podemos
agrupar en cada una de esas generaciones según que protegió con mayor o menor medida al
ambiente. El derecho ambiental como parte de los derechos humanos de tercera generación, tiene
un carácter transversal, lo que significa que sus valores, principios y normas, contenidos tanto en
instrumentos internacionales como en la legislación interna de los Estados, nutren e impregnan todo
el ordenamiento jurídico. Los derechos humanos son el conjunto de normas y principios reconocidos
tanto por el Derecho Internacional como por los distintos ordenamientos jurídicos internos, de
observancia universal e inherentes al Ser Humano, considerado este, tanto en su faz individual como
en su rol de sujeto integrante de una comunidad, y que definen las condiciones para que el individuo
pueda desarrollarse plenamente en el ámbito económico, social, cultural, político y jurídico, armonía
con el resto de la sociedad.

Los derechos humanos pueden clasificarse, teniendo en cuenta la época de su surgimiento, en tres
generaciones:

a-Derecho Humanos de Primera Generación: que se consolidaron con el constitucionalismo liberal


clásico de fines del siglo 18 o principios del siglo 19. Estos son los denominados derechos Civiles y
Políticos, encaminados a la protección de la Libertad, la Seguridad, Integridad Física y Moral de los
individuos y la propiedad. Se caracterizan por ser derechos exclusivamente individuales, sin tener en
cuenta a la sociedad. Recepción constitucional: se han consagrado en los artículos 14 y 17 de la
constitución nacional. A través de la protección de estos derechos individuales tubo como
consecuencia indirecta la tutela del medio ambiente; por ejemplo, a partir de la protección del
derecho de propiedad o del derecho a la vida.

b-Derechos Humanos de Segunda Generación: En esta categoría podemos incluir a los derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que surgen entre la primera y la segunda guerra mundial. El valor
protegido sobre los cuales se asienta esta segunda generación es la igualdad, el cual da nacimiento al
constitucionalismo social. Recepción constitucional: en nuestro ordenamiento jurídico se encuentran
receptados en el artículo 14 bis de la constitución nacional. Dentro de esta especie tenemos el
derecho al trabajo, a una vivienda digna, a la asistencia y seguridad social, etc. La tutela es indirecta,
por ejemplo, a través de la protección del derecho a la salud.

c-Derechos Humanos de Tercera Generación-Intereses Difusos-Legitimación activa en materia de


daño ambiental: que involucran a los derechos de incidencia colectiva, ya que sus beneficios están
dirigidos a toda la colectividad y no solo al individuo, de allí que su titularidad sea difusa siendo sus
titulares no solamente los individuos, sino también agrupaciones o asociaciones, comprendiendo
este concepto desde simples grupos hasta la sociedad en su conjunto. Valor protegido sobre el cual
se asienta: la paz, la fraternidad, la solidaridad y dignidad humana. Dentro de esta tercera generación
de derechos humanos encontramos el derecho a gozar de un ambiente sano y equilibrado, el
derecho al desarrollo, el derecho a la paz, derecho a la libre determinación de los pueblos,
patrimonio común de la humanidad, derecho a la comunicación, y por último el mega derecho
humano al Desarrollo Sostenible, conformado tanto por el derecho al ambiente como por el derecho
al desarrollo. El Derecho al Ambiente, que forma parte de la tercera generación de derechos
humanos, contiene una serie de principios que abarca la totalidad del sistema jurídico, de allí que se
habla de su transversalidad. Tiene por objeto la tutela de la vida, la salud y el equilibrio ecológico,
velando por la conservación de los recursos naturales y los bienes culturales. Este es un derecho
subjetivo concebido para todos los sujetos, oponible a cualquiera, ya sea Estado o particulares, y con
la posibilidad de ser ejercitado a nombre de cualquiera por formar parte de los denominados
intereses difusos. Tiene su origen a nivel internacional en el año 1972 en virtud de la Declaración de
Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano, luego va desarrollándose en la Carta de la Tierra del año
1982, la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo del año 1992, la Declaración de
Johannesburgo del 2002 y recientemente la Declaración de Río de 2012. De la fusión del derecho al
ambiente y del derecho al desarrollo nace el Derecho al Desarrollo Sostenible, entendido como aquel
modelo de desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer
la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Está integrado por
tres elementos fundamentales: el ambiental, el económico y el social, de manera que debe existir un
perfecto equilibrio entre sus tres elementos constitutivos. El objetivo de este derecho es permitir
que el hombre logre un verdadero desarrollo integral, que se traduce en un desarrollo económico,
social, cultural y político, en donde el hombre como centro de las preocupaciones del desarrollo
sostenible logre satisfacer sus necesidades básicas de salud, educación, cultura, alimentación,
trabajo, justicia, etc. Recepción constitucional: a través de numerosos artículos incorporados con la
reforma de la constitución en el año 1994: los artículos 41,42 y 43. El doctor Morello dentro de estos
derechos de tercera generación, refiriéndose al derecho ambiental, postula el nacimiento de una
cuarta generación de derechos, remarcando el derecho a un medio ambiente sano, que presenta la
característica de ser intergeneracional, no solo para las generaciones presentes sino también con una
visión futura, lo que conlleva un deber actual, exigible, esto es de conservar los recursos naturales
para también las generaciones que vendrán. Hay una tutela directa del medio ambiente a través de
los artículos mencionados y específicamente del artículo 43 y la legislación: la ley general del
ambiente, como una ley marco de presupuestos mínimos y luego las leyes de presupuestos mínimos
sectoriales que se sancionaron como consecuencia de la manda constitucional específicamente el
artículo 41 tercer párrafo.

En la doctrina procesal se admite que los derechos colectivos o los derechos de grupo pueden
clasificarse en tres tipos: difusos, colectivos e individuales homogéneos.
- Se entiende por derechos o intereses difusos los que pertenecen a todos en la comunidad y al
mismo tiempo no pertenecen a nadie en particular (transindividual e indivisibles), es decir, “los que
pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos, en cuanto a integrantes de grupos, clases o
categorías de personas, ligadas en virtud de la pretensión de goce, por parte de cada una de ellas, de
una misma prerrogativa. De forma tal que, la satisfacción de intereses que atañe a cada individuo, se
extiende por naturaleza a todos; del mismo modo que la lesión a cada uno afecta, a los integrantes
del conjunto comunitario”. Ellos pertenecen a personas indeterminadas unidas por circunstancias de
hecho. La esfera del interés difuso se vale del interés no individualizado porque no depende de
afectaciones personales sino del mismo hecho que se quiere amparar. Se los denomina intereses
difusos porque son compartidos entre una pluralidad de personas en cuanto integrantes de un
determinado grupo o comunidad, no pertenecen a una o varias personas en particular, sino a todo el
grupo al que afectan. Se caracterizan además por hacer referencia a bienes que no son susceptibles
de apropiación, y respecto de los cuales su disfrute individual no está limitado por el concurrente
disfrute de los otros miembros de la colectividad.

La Jurisprudencia nacional ha definido su alcance al sostener “comprende una gama de derechos


vitales que hacen a la calidad de vida, preservación del medio, tutela de la fauna, defensa de los
derechos del consumidor, protección de bienes históricos arqueológicos, que no posan en el
exclusivo patrimonio de una persona singular, pues comprometen la suerte y el destino de un grupo,
medio o colectividad”.

La determinación del alcance y naturaleza de los denominados derechos de incidencia colectiva es de


importancia a fin de asegurar el acceso a la justicia y la adecuada protección del derecho a gozar de
un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano consagrado por nuestra CN.

Así la constitución nacional al consagrar el Amparo Ambiental en el art. 43 faculta a deducir esta
acción al afectado, al defensor del pueblo y a las asociaciones que propendan a estos fines. A su vez
estos se encuentran legitimados a reclamar la recomposición del ambiente dañado en virtud del art.
30 de LGA, al igual que el Estado Nacional Provincial o municipal, y a la persona directamente
damnificada se le otorga legitimación activa tanto para la acción de recomposición como para la de
indemnización por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción. Por último, el art. 30 de LGA
establece el principio de concentración procesal al establecer “Deducida demanda de daño
ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no podrán interponerla los restantes, lo
que no obsta a su derecho a intervenir como terceros”.

- Los derechos colectivos son transindividuales como los difusos. Difieren en que los miembros del
grupo están ligados entre sí o con la otra parte por una relación jurídica previa, por ejemplo, las
personas clientes de un banco que cobra gastos administrativos ilegales. La esfera del interés
colectivo perjudicado o amenazado que se representa por las entidades jurídicamente reconocidas o
constituidas ocasionalmente, las mismas condicionan el interés a tutelar y definen el interés
afectado.

- los derechos individuales homogéneos son derechos individuales subjetivos con la particularidad
de que derivan de un origen común, sea de hecho o de derecho y dan lugar a una acción colectiva
por daños individuales. Se denominan derechos homogéneos porque tienen la misma causa, hace
posible su tutela en un proceso colectivo y el dictado de una sola sentencia para todos. El interés de
cada uno coincide con el de los demás. Al coincidir los intereses, justifican que los efectos de la
sentencia sean proyectados a la mayor cantidad de casos, siendo útil para ello los las acciones de
clase y los efectos de este tipo de sentencia.
Para tratar de definir a los derechos de incidencia colectiva, se hacen referencia a ellos como
comprensivos de:

a-los intereses colectivos

b-los intereses difusos.

Los primeros reconocerían como titular a un sector de la sociedad, caracterizado como unidad
jurídica; mientras que los segundos partirían de un concepto individualista del derecho subjetivo
tutelado, aun cuando su titularidad se amplía.

1- Derecho subjetivo: Implica la predeterminación normativa de la conducta humana


imperativamente protegida, genera un interés propio que habilita para exigir una determinada
prestación.

2-Interés legítimo: existe una concurrencia de individuos a quienes el orden jurídico otorga una
protección especial por tener un interés personal y directo en la impugnación del acto. El interés
debe ser de un circulo definido ilimitado de individuos.

3-Interés simple: es el que no pertenece a la esfera de las necesidades o conveniencia públicas, es el


interés que tiene interés particular en que la ley se cumpla y solo tiene protección administrativa
mediante la formulación de una denuncia, y carece de legitimación para reclamar judicialmente
como tampoco puede peticionar un resarcimiento de indemnización.

Jurisprudencia-Fallo Halabi

La introducción de los llamados derechos colectivos o de incidencia colectiva tuvo su consagración


definitiva en la reforma constitucional de 1994, a partir de la incorporación del Cap. Segundo titulado
“Nuevos derechos y garantías”, arts. 41, 42 y 43. Sin embargo, una adecuada interpretación histórica
demuestra que ya se registraban algunos antecedentes aislados de la ponderación de estos derechos
en nuestro país, bajo el ropaje de “intereses difusos, legítimos y simples”. Los fallos dictados por
nuestro máximo Tribunal han dado lugar a la creación de una doctrina propia en lo que respecta a la
protección de los derechos de incidencia colectiva. Esta doctrina parte de la existencia de dos puntos
centrales en lo que respecta a la viabilidad de los reclamos planteados por los justiciables, los cuales
se resumen en: la necesidad de que exista una causa o controversia que habilite la intervención del
Poder Judicial y la distinción entre derechos de incidencia colectiva (cuya tutela concierne tanto al
afectado como al defensor del pueblo o las asociaciones) y derechos de carácter patrimonial,
puramente individuales (cuyo ejercicio y tutela corresponden a las personas afectadas). El requisito
de una causa o controversia judicial es un principio fundamental de nuestro sistema judicial. De
acuerdo a lo establecido por el art. 116 de la Constitución Nacional y el art. 2 de la ley 27, los
tribunales judiciales sólo ejercen su potestad jurisdiccional en el marco de una causa o controversia
judicial concreta.

La legitimación anómala del Defensor del Pueblo y de las asociaciones, conferida por el art. 43
segundo párrafo de la Constitución, ha diluido la fuerza del principio que exige la existencia de una
causa judicial dado que permite accionar a quien no es titular del derecho. Sin embargo, la Corte
sigue demasiado apegada a la jurisprudencia tradicional (anterior a la reforma constitucional) y ha
rechazado diversas acciones de amparo interpuestas por el Defensor del Pueblo y las asociaciones
con el argumento de que no existía una causa o controversia judicial concreta.

Un fallo de la Corte más reciente es Halabi, Ernesto c/ P.E.N – ley 25.873 – dto. 1563/04 s/ amparo
ley 16.986”. Ernesto Halabi es el abogado que promovió amparo para declarar la inconstitucionalidad
de la ley 25.873, modificatoria de la ley de telecomunicaciones 19.798 y su decreto reglamentario N°
1563/04, en cuanto imponen a los prestadores de servicios de telecomunicaciones la obligación de
captar y derivar, en las condiciones allí reguladas, todas las comunicaciones que transmiten, para
permitir su observación remota a requerimiento del Poder Judicial o del Ministerio Público, e incluyó
en el concepto de “telecomunicaciones” al tráfico de datos por internet.

La ley 25.873 (llamada “ley espía”) decía tres cosas. Primero, que las telefónicas debían disponer los
medios para que las comunicaciones sean interceptadas a requerimiento del Poder Judicial y del
Ministerio Público. Segundo, que debían conservar por diez años los registros de llamadas o
conexiones. Tercero, que el Estado se hacía responsable por los eventuales daños y perjuicios
derivados de todo esto.

El accionante planteó sus agravios alegando “violación de sus derechos a la privacidad y a la


intimidad, en su condición de usuario, a la par que menoscaba el privilegio de confidencialidad que,
como abogado, ostenta en las comunicaciones con sus clientes”.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación señaló que para resolver si corresponde o no expandir la
cualidad de cosa juzgada de las sentencias judiciales sobre sujetos que habían participado en el
proceso (esto es para ver si resulta procedente o no la tutela colectiva), es necesario determinar cuál
es la naturaleza jurídica del derecho cuya salvaguardia se procuró mediante la acción deducida.
Abocada a esta tarea, identificó tres categorías de derechos, a saber: 1) individuales; 2) derechos de
incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos y 3) derechos de incidencia colectiva
referentes a intereses individuales homogéneos. Según el tribunal, los últimos dos tipos encuadran
en la noción de derechos de incidencia colectiva receptada por el art. 43 de la C.N.

En primera instancia, la Justicia habilitó competencia aun cuando la ley no se estaba aplicando por
propia decisión del Ejecutivo (quien había postergado la entrada en vigencia de la reglamentación).
Pero, con buen criterio, se asumió que la sola vigencia de la ley implicaba que no era cuestión
“abstracta”. Y, en cuanto al fondo, se dijo que la ley era inconstitucional básicamente porque “de sus
previsiones no queda claro en qué medida pueden las prestatarias captar el contenido de las
comunicaciones sin la debida autorización judicial” (además, en otros fundamentos se aludía al
riesgo de que los datos captados sean utilizados para fines distintos de los de investigación, exceso
en la reglamentación, insuficiencia del debate parlamentario).

La Cámara luego ratificó el Fallo de primera instancia, apuntando a la tutela constitucional de un


ámbito de privacidad sólo puede ser invadido por el Estado “sobre la base de ponderadísimos juicios
que sean capaces de demostrar que las restricciones conciernen a la subsistencia de la propia
sociedad” (esto es, por orden judicial de intervención, fundada) siendo insuficiente la sola invocación
de la finalidad de “combatir el delito” que se postulaba para lo que era, según su criterio, el
“convertir a todos los habitantes de la Nación en rehenes de un sistema inquisitivo en el que todas
sus telecomunicaciones pueden ser captadas para su eventual observación”.

Aunque, el Estado no apeló sobre la inconstitucionalidad en sí, la Corte Suprema le prestó mucha
atención a este caso. La importancia del fallo radica en el cons. 12º del fallo, después de hablar de los
derechos individuales y de los colectivos, la Corte ve en el segundo párrafo del art. 43 C.N. “una
tercera categoría conformada por derechos de incidencia colectiva referentes a intereses
individuales homogéneos”.

Tal sería el caso de los derechos personales o patrimoniales derivados de afectaciones al ambiente y
a la competencia, de los derechos de los usuarios y consumidores como de los derechos de sujetos
discriminados.
Estos casos, según la Corte, se caracterizan porque:

No hay un bien colectivo (como podría ser el caso del ambiente, previsto en el primer pfo. del art. 43)
y se afectan derechos individuales divisibles. Sin embargo, hay un hecho que provoca la lesión a
todos ellos y por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea. La demostración de los
presupuestos de la pretensión es común a todos esos intereses, excepto en lo que concierne al daño
que individualmente se sufre.

En estos casos, dice la sentencia, “hay una homogeneidad fáctica y normativa que lleva a considerar
razonable la realización de un solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte,
salvo en lo que hace a la prueba del daño”. “Sin embargo, no hay en nuestro derecho una ley que
reglamente el ejercicio efectivo de las denominadas acciones de clase en el ámbito específico que es
objeto de esta Litis. Este aspecto resulta de importancia porque debe existir una ley que determine
cuándo se da una pluralidad relevante de individuos que permita ejercer dichas acciones, cómo se
define la clase homogénea, si la legitimación corresponde exclusivamente a un integrante de la clase
o también a organismos públicos o asociaciones, cómo tramitan estos procesos, cuáles son los
efectos expansivos de la sentencia a dictar y cómo se hacen efectivos”.

Frente a esa falta de regulación, cabe señalar que la referida disposición constitucional es operativa y
es obligación de los jueces darle eficacia, cuando se aporta evidencia sobre la afectación de un
derecho fundamental y del acceso a la justicia de su titular. Esta Corte ha dicho que donde hay un
derecho hay un remedio legal para hacerlo valer toda vez que sea desconocido; principio del que ha
nacido la acción de amparo, pues las garantías constitucionales existen y protegen a los individuos
por el solo hecho de estar en la Constitución e independientemente de sus leyes reglamentarias,
cuyas limitaciones no pueden constituir obstáculo para la vigencia efectiva de dichas garantías.

La fuente constitucional de la garantía, atada al carácter provincial de la materia procesal, implica


que no sólo está interpelando al legislador “nacional” sino a todas las legislaturas provinciales, que
deberán sancionar leyes de acción colectiva.

La corte, en el Cons. 14, hace mención al vacío legal y sostiene que “no es óbice para que los jueces
arbitren las medidas apropiadas y oportunas para una tutela efectiva de los derechos
constitucionales que se aducen vulnerados”. Sostiene que las garantías individuales existen y
protegen a los individuos por el solo hecho de estar consagrada por la constitución e
independientemente de la existencia de las leyes reglamentarias.

2-Acceso a la Justicia: Competencia Judicial y Administrativa. El amparo ambiental en la


Constitución Nacional vigente. Análisis del art.43 de la Constitución Nacional, partes legitimadas.
Jurisprudencia – Fallo Mendoza Beatriz.

Competencia judicial: El art. 7. de la LGA contempla la competencia Judicial.

1-Una competencia general, atribuida a los tribunales ordinarios (según corresponda por el
territorio, materia o persona).

2-Una competencia especial de los tribunales federales en tanto se trate de actos u omisiones que
degraden o contaminen recursos ambientales interjurisdiccionales.

Amparo colectivo ambiental previsto en el artículo 43 de nuestra C.N: Legitimación para obrar:

Artículo 43: “Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no
exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley.
En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u
omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos
que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de
incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan
a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su
organización…”.

La justicia registra pronunciamientos en los que distingue una subespecie de amparo colectivo. En
esa línea doctrinaria, se destaca la existencia de una acción de amparo de características peculiares,
propias, calificada como amparo ambiental, reafirmándose por otra parte la esencia de orden público
que acompaña al derecho ambiental por su directa vinculación con la salud de la población, la calidad
de vida y la dignidad de la persona humana.

Amparo que goza de una doble naturaleza jurídica: como acción que por su propia dinámica excede
toda forma instrumental, y como derecho constitucional subjetivo innegable. Asimismo, se acentúa
los principios ambientales de solidaridad, que surgen del carácter intergeneracional del derecho
ambiental.

Se sostuvo que la tutela judicial que brinda la acción de amparo no funciona como vía subsidiaria,
sino que reviste carácter de alternativa principal cuando los derechos lesionados constituyen
enunciados básicos constitucionalmente reconocidos, ya que tiende a asegurar el rápido y efectivo
acceso a la jurisdicción, derecho que emana de la garantía constitucional de inviolabilidad de la
defensa en juicio.

Tras la Reforma de la CN el amparo colectivo evidencia una realidad: la dilatación de la legitimación


de las personas directamente afectadas para consagrar una expansividad horizontal, con
fundamento en la protección de intereses que ni exclusiva ni privativamente se radican en una o más
personas determinadas. Acontece que tales derechos (entre los cuales se encuentra el derecho
ambiental), intereses legítimos, o simplemente intereses humanos envuelven una colmena de
perjudicados. Se configura, una dimensión social que solidariamente abraza intereses ajenos pero
similares; son los de categoría o grupo amenazados por igual con la violación de esos que hemos
rotulado como derecho a la dignidad de la vida.

El marco conceptual de la norma – el citado artículo 43 CN-, admite una legitimación individual y
colectiva, por categorías, grupos o clases de afectados. Se reconoce competencia procesal
(legitimación) a un elenco de sujetos bien abarcados: el usuario, el consumidor, el afectado, para
añadir concurrente y/o subsidiariamente al Defensor del Pueblo (art. 86, C.N), al Ministerio Público
(art. 120 C.N), y a las asociaciones que propendan a esos fines.

Legitimación para obrar: La Acción Ambiental

El acceso a la justicia y a la jurisdicción comienza por un previo reconocimiento de la legitimación.

La legitimación es la aptitud de un sujeto o de una pluralidad de sujetos para obtener una sentencia
de fondo o de mérito. El legitimado es aquel que tiene relación con lo pretendido.

La aptitud para demandar coincide con la titularidad activa de la relación jurídica sustantiva
controvertida en el proceso. Esto es lo que se denomina legitimación activa normal.
El Paradigma Ambiental ha influido en cuanto a la legitimación para obrar, concepto este que está
unido al bien afectado.

Ejemplo: un líquido contaminante es derramado sobre un río y, al beber el agua, resultan tres
personas lesionadas y fallece una de ellas; en este caso hay un bien individual y resultan legitimados
los titulares afectados, es decir las personas o sus herederos.

Si dos pájaros la beben y mueren y con ello se extingue la especie, es dañado un bien colectivo y
resultan legitimados el afectado por la desaparición de dicha especie que es titular de un interés
difuso, las organizaciones no gubernamentales que son titulares de un derecho colectivo y el
Defensor del Pueblo, que es el titular de un interés público (art. 43 Constitución Nacional); en tales
casos tanto la acción de prevención – recomposición, como la de resarcimiento pueden producir
efectos sobre el bien, pero nunca ingresará dinero alguno al patrimonio de los titulares. Si el agua
enferma a miles de personas, estamos ante un caso de interés que son individuales, pero
homogéneos porque hay una causa común en el daño.

La legitimación para la acción de amparo ambiental de la constitución nacional.

El art. 43 de nuestra Constitución Nacional reconoce legitimación para promover un proceso de


Amparo colectivo al afectado, al Defensor del Pueblo y a las asociaciones que propenden en la tutela
de los derechos de incidencia colectiva:

1- El afectado

El afectado es quien ha sufrido, sufre o se encuentra amenazado de sufrir un perjuicio en su persona


o patrimonio directo y actual.

El vocablo afectado debe ser interpretado en un sentido amplio para permitir que todo aquel sujeto
de derecho que se sienta vulnerado en forma directa o refleje un interés colectivo, pueda lograr una
directa y efectiva protección de su porción objetiva de interés común.

Sin bien es cierto, el Art. 43 de la Constitución Nacional legitima a sujetos diferentes del
directamente afectado, dicha amplitud en cuanto a la legitimación de ninguna manera significa que
pueda cualquiera demandar sin que exista cuestión susceptible de instar el ejercicio de la
jurisdicción, es decir, que debe existir un caso y la comprobación en este sentido es básica e
ineludible, de raigambre constitucional. Es fundamental que quienes realizan la presentación o
ejercen la pretensión demuestren que existe un perjuicio, la afectación de un interés jurídicamente
protegido.

La Constitución emplea la expresión afectado, y será la doctrina y los jueces quienes en su labor de
hermenéutica determinaran quien es el afectado: el afectado directo, el indirecto, el que lo es por
reflejo, por implicancia.

El vocablo afectado se vincula con la legitimación para deducir acción de amparo, conforme el Art. 43
de la Constitución Nacional y divide las corrientes, según la amplitud de interpretación del vocablo,
en tres:

1) Una amplísima: equipara las acciones ambientales a las “class action”, señalando que por
referirse a intereses difusos y a la protección de la salud y tratándose de la lesión de
derechos de tercera generación, todos los habitantes están habilitados para procurar su
protección.
2) Una amplia o intermedia: se habla de la acreditación de un mínimo interés razonable, son los
que sostienen que el término afectado comprende a los derechos subjetivos, como a los
intereses legítimos y los intereses simples.
3) Una restringida: consideran que el afectado es el titular de un derecho subjetivo que, por lo
tanto, persigue la satisfacción de un interés legítimo, requiere de un daño diferenciado que
titulariza al accionante.

La doctrina considera que la corriente intermedia o amplia es la más acertada al valorar la


legitimación de quien demuestra ser un ciudadano activo, porque el interés que demuestra un
involucramiento más estrecho que el común a cualquier ciudadano, un mínimo de afectación
particularizada que exige una acreditación, un “mínimo interés razonable y suficiente”, que distingue
a un determinado ser humano como perteneciente a un ámbito en el que se desenvuelve como tal,
diferenciándolo del resto de la sociedad, es el que merece esta protección más amplia o flexible que
marca el nuevo paradigma ambiental.

2- El Defensor del Pueblo

En este caso no se trata del directamente afectado, sino que estamos frente a una legitimación
anómala, complementaria, integrativa, se trata de la representación de la persona, grupo o sujetos
afectados y en cuyo nombre se inicia la acción. Virtualmente es el titular de la acción popular en
representación del pueblo.

Esta representación no margina a la que tiene el afectado o a la víctima, sino que tiende a facilitar el
acceso a la justicia de muchas personas que, por diversas circunstancias, nunca promoverían un
proceso judicial.

La legitimación del Defensor del Pueblo, de acuerdo al Art. 86 de la Constitución de la Nación, se


limita a los casos que tengan por objeto asegurar la protección de un derecho de incidencia colectiva,
habiéndose rechazado por la justicia su legitimación en las acciones que persigan resarcimientos
individuales. Se encuentra supeditada, además a que ninguno de los titulares indicados por la ley
haya deducido la demanda de daño ambiental colectivo, limitación también impuesta por tribunales
provinciales.

No obstante, tales limites, el acogimiento de la legitimación del Defensor del Pueblo implica una
ampliación de los cánones legitimatorios, que la jurisprudencia ha debido ir adecuando al necesario
equilibrio a fin de evitar una función de esta institución de carácter exorbitante o abusiva en lo
procedimiento jurisdiccional.

3- Las Asociaciones Civiles

El segundo párrafo del art. 43 de la norma Constitucional también confiere legitimación para
promover amparo contra cualquier tipo de discriminación, para tutelar el ambiente, la competencia,
el usuario y el consumidor y cualquier otro derecho de incidencia colectiva, a las asociaciones que
propenden a esos fines. La norma exige que las asociaciones se encuentren registradas conforme a la
ley.

La discusión que se planteó en torno a la exigencia constitucional de registración, es si es que la


misma alude a una ley especial que llevará un control de las asociaciones habilitadas para interponer
una acción de amparo con la finalidad de proteger un derecho de incidencia colectiva, o si, en
cambio, para obtener legitimación procesal, basta que esa finalidad esté contemplada en sus
estatutos. En la doctrina, las opiniones estaban divididas: Para unos, la Ley Suprema no exigía un
registro especial para la actuación por amparo, sino que bastaba con la que resulte ante los
organismos de control de funcionamiento general de la misma. Para otros, la norma reconoce
legitimación a quien no sufre una afectación directa y a cambio establece determinados requisitos
para habilitar tal participación a fin de evitar una multiplicidad de acciones que puedan llevar a un
caos jurídico.

Una interpretación de la finalidad de la garantía del amparo y de la fuerza normativa de la


constitución, lleva a admitir la legitimación de todas aquellas asociaciones que, en defensa del grupo
o sector que representan promueven un amparo colectivo, aun cuando no estuviesen registrados por
no existir aún la correspondiente reglamentación, siempre y cuando acrediten que su objeto
constitutivo y actividad desarrollada es la tutela de los derechos de incidencia colectiva que motivan
el amparo. De otro modo, la decisión del constituyente de brindar efectiva protección a dichos
derechos quedaría frustrada. La mayoría de la Doctrina, ante la falta del registro, ha adoptado esta
posición, la que ha sido receptada por numerosos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Amplitud legitimatoria – art. 30 LGA

Un criterio amplio acerca de la legitimación es la llave maestra de la tutela judicial efectiva. La ley
general del Ambiente, Ley de Presupuestos Mínimos, en su art. 30 a previsto un criterio de
legitimación más amplio que la reconocida en el segundo párrafo de la norma constitucional para
reclamar la tutela de los derechos de incidencia colectiva.

La Ley General del Ambiente establece distintos tipos de legitimación y cada una de ellas está ligada
al tipo de pretensión de la parte actora:

a-la persona directamente damnificada por el hecho dañoso puede promover un proceso de
resarcimiento y de recomposición.

b-el Afectado, el Defensor del Pueblo, las Asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental, el
Estado Nacional, provincial o municipal pueden reclamar la recomposición del ambiente dañado.

c-toda persona puede solicitar el cese de la actividad generadora del daño a través de un proceso de
amparo. Esta amplísima legitimación, tiene relación con la acción popular. Tratándose por esta vía de
lograr el cumplimiento del mandato constitucional de que toda persona tiene derecho a un ambiente
limpio y sano y en consecuencia todo ciudadano puede lograr la cesación de las actividades dañosas
del ambiente.

Dice el Dr. Ricardo Lorenzetti, cuando se actúa en defensa del bien colectivo las acciones son las
siguientes:

*La prevención: cuyo objetivo es detener una amenaza de daño;

*la recomposición: que implica que ya hay un daño y se vuelven las cosas al estado anterior
(recomposición in-natura);

*la reparación: que supone que ya hay un daño, que las cosas no pueden volver al estado anterior
(in-natura) y que procede una indemnización dineraria sustitutiva.

Con relación a la acción popular, aquella que se encuentra a disposición de cualquier persona frente
a cualquier acción antijurídica, nuestra Constitución Nacional, no la prevé, pero tampoco la prohíbe;
de modo que es posible, que un texto constitucional provincial la implemente. La legitimación
reconocida por estas Constituciones provinciales, extendida a toda persona o a todo habitante,
resulta una ampliación de la base normativa dada por la Constitución Nacional (art. 43), toda vez que
la ley suprema de la nación fija un piso mínimo de protección que naturalmente las provincias
pueden superar.

Jurisprudencia- Fallo Beatriz Mendoza:

Para citar jurisprudencia en lo que se refiere al ambiente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en el caso: "Mendoza, Silvia Beatriz y otros c/Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios (daños
derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza-Riachuelo) en el pronunciamiento de
apertura de la competencia originaria de fecha 20/06/2006 dijo: “El derecho ambiental tiene por
objeto la defensa del bien de incidencia colectiva configurado por el ambiente que tutela un bien
colectivo, el que por su naturaleza es de uso común, indivisible y esta tutelado de una manera no
disponible por las partes”.

El fallo emblemático dictado por nuestra corte de la nación, en donde se hace referencia a esta
legitimación en materia ambiental es En el caso “Mendoza, Beatriz S. y otros c/ Estado Nacional y
otros s/daños y perjuicios (derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza Riachuelo) CSJN
20/06/2006), se definieron las notas esenciales de lo que se debe considerar un “derecho de
incidencia colectiva” tales como: uso común, indivisibles, transindividuales, pertenecientes a la
esfera social y no disponibles para las partes. Por ende, un bien será colectivo cuando exista una
pluralidad de titulares y éste sea no susceptible de apropiación exclusiva pero susceptible de uso y
goce común.

3. La orden de limpiar un río. “Mendoza, Beatriz y otros c. Estado Nacional y otros”, Corte
Suprema de Justicia de la Nación Argentina.

Un grupo de vecinos que habitaban en la zona en la cuenca de los ríos Matanza-Riachuelo, se


presentaron ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reclamando la indemnización de diversos
daños personales y patrimoniales que dijeron haber sufrido como consecuencia de la contaminación
de los ríos mencionados. También peticionaron el cese de la contaminación de los ríos y la
recomposición a través de medidas de saneamiento.

Responsabilizaron al Estado Nacional al producirse la situación denunciada sobre una vía navegable e
interjurisdiccional, respecto de la cual éste tenía facultades de regulación y control, en virtud de lo
dispuesto en el art. 75, incs. 10 y 13 de la Constitución Nacional. También adjudicaron
responsabilidad a la Provincia de Buenos aires por tener el dominio originario sobre los recursos
naturales existentes en su territorio, de conformidad con lo establecido en los arts. 121 y 124 de la
Ley Fundamental. También demandaron a la Ciudad Autónoma de Buenos aires en su carácter de
corribereña del Riachuelo, el que constituía en el área de su jurisdicción, un bien de su dominio
público; porque tenía jurisdicción sobre todas las formaciones insulares aledañas a sus costas, con los
alcances permitidos por el Tratado del Río de la Plata y porque le correspondía preservar la flora y la
fauna de su ecosistema, como reserva natural, según lo señala el art. 8º de la Constitución local.
Finalmente, denunciaron a las empresas aledañas (en total 44) porque volcaban directamente al río
los residuos peligrosos, porque no construyeron plantas de tratamiento, porque no adoptaron
nuevas tecnologías y porque no minimizaron los riesgos de su actividad productiva.

La Corte dictó una sentencia (en materia de legitimación) de fecha 20 de junio de 2006 en la que
dispuso lo siguiente (también tiene otros pronunciamientos en el 2007 y 2008, pero nos interesa
este) :
1- Sostuvo que se debían distinguir los intereses individuales de los colectivos. Los daños sufridos por
las personas, sean patrimoniales o morales, eran individuales y no eran competencia de la Corte
Suprema en su jurisdicción originaria. Estos reclamos debían tramitar ante los jueces provinciales por
su cercanía con los reclamantes, y por la diferenciación que existía en cada una de las pretensiones
resarcitorias.

2- Se declaró competente para conocer en la pretensión relativa al bien colectivo. Dijo que “la
segunda pretensión tiene por objeto la defensa del bien de incidencia colectiva, configurando por el
ambiente. En este supuesto los actores reclaman como legitimados para la tutela de un bien
colectivo, el que por su naturaleza jurídica es de uso común, indivisible y está tutelado de una
manera no disponible por las partes, ya que primero corresponde la prevención, luego la
recomposición y, en ausencia de toda posibilidad, se dará lugar al resarcimiento”.

3- Señaló que “El reconocimiento de status constitucional del derecho al goce de un ambiente sano,
así como la previsión atinente a la obligación de recomponer el daño ambiental no configuran una
mera expresión de buenos y deseables propósitos para las generaciones del porvenir, supeditados en
su eficacia a una potestad discrecional de los poderes públicos, federales o provinciales, sino la
precisa y positiva decisión del constituyente de 1994 de enumerar y jerarquizar con rango supremo a
un derecho preexistente, que frente a la supremacía establecida en el art. 31 de la Constitución
Nacional y las competencias regladas en el art. 116 de esta Ley fundamental para la jurisdicción
federal, los asuntos en que la afectación se extienda más allá de uno de los estados federados y se
persiga la tutela que prevé la carta Magna”... “Que en tutela del bien colectivo. En tal sentido, tiene
una prioridad absoluta la prevención del daño futuro, ya que en el presente se trata de actos
continuados que seguirán produciendo contaminación. En segundo lugar, debe perseguirse la
recomposición de la polución ambiental ya causada conforme a los mecanismos que la ley prevé, y
para el supuesto de daños irreversibles, se tratará del resarcimiento”.

4- “La tutela del ambiente importa el cumplimiento de los deberes que cada uno de los ciudadanos
tienen respecto del cuidado de los ríos, de la diversidad de la flora y la fauna, de los suelos
colindantes, dela atmósfera. Estos deberes son el correlato que esos mismos ciudadanos tienen a
disfrutar de un ambiente sano, para sí y para las generaciones futuras, porque el daño que un
individuo causa al bien colectivo se lo está causando a sí mismo. La mejora o degradación del
ambiente beneficia o perjudica a toda la población, porque es un bien que pertenece a la esfera
social y transindividual, y de allí deriva de que los jueces deben actuar para hacer efectivos estos
mandatos constitucionales”.

5- “En uso de las “facultades ordenatorias e instructorias que la ley confiere al tribunal, a fin de
proteger efectivamente el interés general” se resolvió:

“Requerir a las empresas demandadas para que en el plazo de treinta días informen sobre los
siguientes puntos:

1-Líquidos que arrojan al río, su volumen, cantidad y descripción;

2-Si existen sistemas de tratamiento de los residuos;

3- Si tienen seguros contratados en los términos del art. 22 de la ley 25.675. (art. 22: Toda persona
física o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas para el ambiente, los ecosistemas
y sus elementos constitutivos, deberá contratar un seguro de cobertura con entidad suficiente para
garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que en su tipo pudiere producir, asimismo,
según el caso y las posibilidades, podrá integrar un fondo de restauración ambiental que posibilite la
instrumentación de acciones de reparación”.

6-Requerir al Estado Nacional, a la Provincia de Buenos aires, a la ciudad de Buenos Aires y al


COFEMA para que en el plazo de treinta días y en los términos de la ley 25.675 presenten un
plan integrado. Los distintos niveles de gobierno integrarán en todas sus decisiones y actividades
previsiones de carácter ambiental, tendientes a asegurar el cumplimiento de los principios
enunciados en la presente ley basado en el principio de progresividad, el que prevé que los objetivos
ambientales deberán ser logrados en forma gradual, a través de metas interinas y finales
proyectadas en un cronograma temporal. Dicho plan deberá contemplar:

1-Un ordenamiento ambiental del territorio (arts. 8, 9 y 10);

2-El control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas “teniendo en cuenta los aspectos
políticos, físicos, sociales, tecnológicos, culturales, económicos, jurídicos y ecológicos de la realidad
local, regional y nacional, deberá asegurar el uso ambientalmente adecuado de los recursos
ambientales, posibilitar la máxima producción y utilización de los diferentes ecosistemas, garantizar
la mínima degradación y desaprovechamiento y, promover la participación social en las decisiones
fundamentales del desarrollo sustentable”;

3- Estudio de impacto ambiental de las cuarenta y cuatro empresas involucradas, y si no los tuviera,
los requerirá en forma inmediata;

4-Un programa de educación ambiental (art. 14: La educación ambiental constituye el instrumento
básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con
un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización
sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población);

5-Un programa de información ambiental pública a todo el que la requiera, especialmente los
ciudadanos del área territorial involucrada (art. 16: “Las personas físicas y jurídicas, públicas o
privadas, deberán proporcionar la información que esté relacionada con la calidad ambiental y
referida a las actividades que desarrollan. Todo habitante podrá obtener de las autoridades la
información ambiental que administren y que no se encuentre contemplada legalmente como
reservada”). (art. 18: Las autoridades serán responsables de informar sobre el estado del ambiente y
los posibles efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas actuales y proyectadas
el Poder Ejecutivo, a través de los organismos competentes, elaborará un informe anual sobre la
situación ambiental del país que presentará al Congreso de la Nación. El referido informe contendrá
un análisis y evaluación sobre el estado dela sustentabilidad ambiental en lo ecológico, económico,
social y cultural de todo el territorio nacional”.

7-Convocar a una audiencia pública a realizarse “en la sede de esta Corte”

Luego de varias audiencias públicas en las que se requirió información sobre el plan, se ordenó un
dictamen de factibilidad general del mismo. En fecha 22 de agosto de 2007 la Corte volvió a tratar el
tema avanzando más en las especificaciones y dispuso que la demandada encargada del plan
informara “modo concentrado, claro y accesible para el público en general” una cantidad de puntos
específicos sobre el plan propuesto a fin de mejorar el control público y tomar una decisión sobre el
tema. Mientras tanto, el plan comenzó a ejecutarse.

Pronunciamiento de fecha 08/07/2008 – Sentencia Definitiva


Antecedentes: En la causa tramitada en competencia originaria de la Corte Suprema, relativa a las
pretensiones concernientes a la prevención, recomposición y el resarcimiento del daño ocasionado
por la contaminación de la cuenca del Río Matanza-Riachuelo, una vez integrado definitivamente el
frente activo, requerida la elaboración de informes, y sustanciada la causa con el traslado de la
demanda y las defensas articuladas, el Tribunal procedió a dictar sentencia definitiva.

Algunas cuestiones planteadas:

a)-Recomposición daño colectivo.

b)-Saneamiento de la cuenca Matanza - Plan integral –

c)-Auditoría General de la Nación - Control de la ejecución presupuestaria.

d) Defensor del Pueblo - Participación ciudadana.

Estándar aplicado por la Corte:

-El proceso sobre la recomposición y prevención de daños al ambiente obliga al dictado de decisiones
jurisdiccionales urgentes, definitivas y eficaces, cuyo objeto decisorio se oriente hacia el futuro y fije
criterios generales para que se cumpla efectivamente con la finalidad indicada — programa que
regule un comportamiento definido con precisión técnica, la identificación de un sujeto obligado al
cumplimiento, la existencia de índices objetivos que permitan el control periódico de sus resultados y
una amplia participación en el control—, pero respetando el modo en que se concreta, lo que
corresponde al ámbito de discrecionalidad de la administración.

-La Autoridad de Cuenca, es la autoridad obligada a la ejecución del plan integral para el
saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo, que asumirá las responsabilidades ante todo
incumplimiento o demora en ejecutar los objetivos que se precisan, sin perjuicio de mantener intacta
en cabeza del Estado Nacional, de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, la responsabilidad que primariamente les corresponde.

-La Auditoría General de la Nación llevará un control de la asignación de fondos y de ejecución


presupuestaria de todo lo relacionado con el plan integral para el saneamiento de la cuenca
Matanza-Riachuelo.

-Defensor del Pueblo será coordinador de la recepción de sugerencias de la ciudadanía, en virtud de


la plena autonomía funcional que se les reconoce al no recibir instrucciones de ningún otro poder del
Estado, a fin de fortalecer la participación ciudadana en el control del cumplimiento del plan integral
para el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.

-A fin de preservar un grado de inmediatez, y asegurar el acatamiento de las decisiones adoptadas


por la Corte en instancia originaria corresponde atribuir la competencia para la ejecución del plan
integral para el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo a un juzgado federal de primera
instancia con competencia en parte del asiento territorial de la cuenca hídrica, el que tomará
intervención en la revisión judicial que se promueva impugnando las decisiones de la Autoridad de
Cuenca, tendrá las facultades para fijar el valor de las multas diarias derivadas del incumplimiento de
los plazos, con la suficiente entidad como para que tengan valor disuasivo de las conductas
reticentes, y podrá ordenar la investigación de los delitos que deriven del incumplimiento de los
mandatos judiciales que se ordenan.

-El objeto de la recomposición y la prevención de la contaminación ambiental, mediante un plan


integral para el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo, debe ser complementado
instrumentalmente, ordenándose la acumulación de todos los litigios relativos a la ejecución del plan
por ante el juez encargado, y declarándose que el proceso produce litispendencia respecto de las
demás acciones colectivas que tengan por objeto una controversia sobre el mismo bien jurídico, aun
cuando sean diferentes el legitimado activo y la causa petendi.

Por medio de esta sentencia la CSJN condenó a la ACUMAR, al Estado Nacional, la Ciudad de Buenos
Aires y la Provincia de Buenos Aires a tomar diversas medidas con la finalidad de recomponer el
medio ambiente y evitar que se produzcan mayores daños en el futuro. Según explicó la propia
Corte, la condena y medidas son consideradas como parte de un mandato de cumplimiento
obligatorio para los demandados cuyo contenido específico fue diagramado por el propio tribunal en
uso de las atribuciones conferidas por la Constitución Nacional y la Ley General del Ambiente N°
25.675. El contenido de este mandato fue delimitado por la Corte, quien se ocupó de subrayar que
su sentencia se orienta hacia el futuro y se circunscribe a fijar criterios generales para cumplir con el
objeto de la pretensión. Es por ello que el mandato obligatorio dejó en manos de los demandados la
elección de las acciones concretas que fueran necesarias para cumplir los objetivos. Los criterios
generales fijados por la Corte fueron precisados como integrantes de un programa que fue
considerado como necesario para garantizar la eficacia en la implementación de la sentencia. Las
principales características del contenido de dicho programa fueron resumidas por la CSJN en los
siguientes términos: un comportamiento definido con precisión técnica, la identificación de un sujeto
obligado al cumplimiento, la existencia de índices objetivos que permitan el control periódico de sus
resultados y una amplia participación en el control.

Se fijaron tres objetivos simultáneos a cumplir, consistentes en:

1-La mejora de calidad de vida de los habitantes de la cuenca,

2-La recomposición del ambiente en la cuenca en todos sus componentes (agua, aire y suelos).

3- La prevención de daños con suficiente y razonable grado de predicción.

Dicho programa también comprende aspectos como: asegurar el acceso al público a la información
con datos actualizados sobre el progreso de los objetivos; en materia de contaminación de origen
industrial, la obligación de realizar inspecciones en todas las empresas radicadas en la cuenca
Matanza-Riachuelo; el saneamiento de basurales; limpieza de ríos; expansión de la red de agua
potable, desagües pluviales y saneamiento cloacal; y, establecer un plan sanitario de emergencia.

Para concluir:

*el daño es difuso y afecta a muchos.

*Es necesario que se facilite el acceso a la justicia, por parte de quién debe defender sus derechos y
de aquellos a quienes la ley le confiere la facultad de defender el derecho de otros.

*La ley 25.675 establece una legitimación más amplia que la reconocida en el segundo párrafo del art
43 de la C.N para reclamar la tutela de derecho ambiental.

*un criterio amplio referido a la legitimación es la llave maestra de la tutela judicial efectiva.

3-Otros Instrumentos de Política Ambiental. Educación e Información Ambiental.


Participación Ciudadana. Seguro Ambiental.
Participación ciudadana
La participación ciudadana puede ser entendida, como el mecanismo que pretende impulsar el
desarrollo local y la democracia participativa a través de la integración de la comunidad al quehacer
político. O bien como la inclusión de los ciudadanos en los asuntos públicos. Dicha participación
ciudadana está basada en varios mecanismos para que la población tenga acceso a las decisiones del
gobierno de manera independiente, sin necesidad de formar parte de la Administración Pública o de
un partido político.

Tipos de participación ciudadana según el ámbito de influencia

*Participación comunitaria: acciones ejecutadas colectivamente por los ciudadanos en la búsqueda


de soluciones a las necesidades de la vida cotidiana.

*Participación social: proceso por el cual los individuos se agrupan en distintas organizaciones de la
sociedad civil para la defensa y representación de sus intereses.

*Participación política: intervención de los ciudadanos a través de la participación en campañas


electorales, de la manifestación a favor o en contra de algún hecho y de la acción desde partidos
políticos y/o sindicatos, entre otras posibilidades, para lograr la materialización de los intereses de una
comunidad política.

Participación ciudadana - Protección al ambiente

Dada la importancia de la participación de la sociedad en la problemática ambiental, y el eco que de


ello se hacen las autoridades públicas surge la participación ciudadana como instrumento social. La
interrelación del individuo con el ambiente lo inducen a accionar oportunamente cuando advierte la
posibilidad del daño o amenaza a este. El mejoramiento creciente de los medios de comunicación
facilita esa participación.

En nuestro ordenamiento jurídico el art. 41 de la Constitución Nacional, plasmó la cláusula ambiental


constitucional al operar la reforma de la Carta Magna en 1994. Es de destacar que para que se
operativice la protección al medio ambiente, además de otorgarle raigambre constitucional, es
necesario logar un acompañamiento legislativo y jurisprudencial lo que implica considerar la
participación ciudadana como elemento esencial del Estado Social y Democrático de Derecho.

Desde el punto de vista ambiental, el Principio 10 de la Declaración de Río de Janeiro (Declaración


de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo) establece que: “El mejor
modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados,
en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la
información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la
información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como
la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar
y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición
de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos,
entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”.

Dicho principio consagra la participación ciudadana, con el objetivo de otorgarles a las personas el
acceso a la información, la participación en el proceso de toma de decisión y el acceso a la justicia.

El art. 23, de la Carta Mundial de la Naturaleza y el art. 14 del Tratado de la Biodiversidad acompañan
a este principio.

La Ley 25.675 o Ley General del Ambiente, en los arts. 19, 20, y 21, plasma los postulados de la
participación ciudadana estableciendo que:
“ARTICULO 19-Toda persona tiene derecho a ser consultada y a opinar en procedimientos
administrativos que se relacionen con la preservación y protección del ambiente, que sean de incidencia
general o particular, y de alcance general.

ARTÍCULO 20-Las autoridades deberán institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias


públicas como instancias obligatorias para la autorización de aquellas actividades que puedan generar
efectos negativos y significativos sobre el ambiente. La opinión u objeción de los participantes no será
vinculante para las autoridades convocantes; en caso de que éstas presenten opinión contraria a los
resultados alcanzados en la audiencia o consulta pública deberán fundamentarla y hacerla pública.

ARTICULO 21-La participación ciudadana deberá asegurarse, principalmente, en los procedimientos de


evaluación de impacto ambiental y en los planes y programas de ordenamiento ambiental del
territorio, en particular, en las etapas de planificación y evaluación de resultados”.

Objeto: La participación ciudadana, tal como lo expresa la LGA, apunta al derecho que tiene toda
persona a opinar en los procesos de toma de decisión y en segunda instancia al acceso a la justicia en
relación con el daño ambiental de incidencia colectiva. Las autoridades deben institucionalizar
procedimientos de consulta o audiencias públicas previos a la autorización de actividades que
puedan producir efectos negativos sobre el ambiente. Si bien la instancia previa de consulta es
obligatoria, la opinión de los participantes no se tomará como vinculante, no obstante, lo cual las
autoridades deberán fundamentar el haber adoptado una decisión contraria a la opinión resultante
de la participación ciudadana.

El proceso de participación ciudadana debe interpretarse como una oportunidad de decisión


participativa basada en la discusión constructiva, la colaboración y búsqueda de consenso que a la
vez otorga amplia legitimación a las decisiones de las autoridades. Se puede entender que el objeto
de la participación ciudadana es, institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias públicas
como instancias obligatorias para la autorización de aquellas actividades que puedan generar efectos
negativos y significativos sobre el ambiente.

Más allá del resultado que arroje el proceso de participación de la ciudadanía, la Administración debe
hacerse cargo del veredicto ciudadano al fundamentar su determinación de autorizar la ejecución de
un proyecto, pues este aspecto se incardina en el principio de legalidad al que debe ajustarse su
accionar y en la necesidad de motivar los actos de gobierno cuando ellos puedan afectar derechos
que gozan de un plus de protección constitucional.

Reitero que la opinión u objeción de los participantes no será vinculante para las autoridades
convocantes; pero en el caso que éstas presenten opinión contraria a los resultados alcanzados en la
audiencia o consulta pública deberán fundamentarla y hacerla pública (art.20 LGA).

La participación ciudadana deberá asegurarse en los procedimientos de evaluación de impacto


ambiental y en los planes y programas de ordenamiento ambiental territorial, en particular, en las
etapas de planificación y evaluación de resultado (art.21 LGA)

Mecanismos de participación ciudadana

Desde el año 1994 nuestra Ley Suprema se hizo eco de las cuestiones ambientales en virtud de los
hechos que se desarrollaron a nivel mundial; es por ello que en su art 41 expresa:

“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer
las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.
El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos
naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y
a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones
locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los


radiactivos.”

La Ley 25.675 “Ley General del Ambiente”, sancionada en el año 2002, en su art. 2 enuncia los
Objetivos de la Política ambiental, entre los que resaltamos los incisos:

“c) Fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión;

d) Promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales;

h) Promover cambios en los valores y conductas sociales que posibiliten el desarrollo sustentable, a
través de una educación ambiental, tanto en el sistema formal como en el no formal;

i) Organizar e integrar la información ambiental y asegurar el libre acceso de la población a la misma”

De los cuales surge el reconocimiento a la participación de la sociedad en los temas ambientales. Y el


art 8 de la mencionada ley 25.675 expresa “Los instrumentos de la política ambiental”:

“Los instrumentos de la política y la gestión ambiental serán los siguientes:

1. El ordenamiento ambiental del territorio

2. La evaluación de impacto ambiental.

3. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas.

4. La educación ambiental.

5. El sistema de diagnóstico e información ambiental.

6. El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable.”

Y en sus artículos 19, 20 y 21 hace referencia a la “Participación ciudadana”.

Entre los Objetivos, los Instrumentos de la Política Ambiental y los artículos referentes a la
Participación Ciudadana enunciados en la ley General del Ambiente tenemos, los elementos
necesarios que concretar la protección de ambiente con una mirada ampliamente democrática, ya
que dichos instrumentos se traducen en educación, información, participación, audiencia pública y
obligación de la sociedad.

Educación e información ambiental:

Estos dos instrumentos de política ambiental guardan un correlato con la Participación Ciudadana, ya
que difícilmente podría darse en la práctica una participación ciudadana útil y constructiva, que
mejore la calidad institucional y el nivel de los procesos de toma de decisiones, si no se encuentra
fundada en sólidos conocimientos e información certera sobre las cuestiones a debatir.
Tanto el Derecho a la información ambiental como el derecho a la educación ambiental se
encuentran consagrados en el artículo 41 de la constitución nacional “... Las autoridades proveerán a
la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales”

La educación ambiental engloba todos aquellos procesos que tienen por finalidad crear en cada
individuo conciencia, aportar conocimientos, aptitudes y capacidades, necesarios para comprender,
afrontar y contribuir a la resolución de la problemática ambiental. Consiste en reconocer valores y
aclarar conceptos con el objeto de fomentar las aptitudes necesarias para comprender y apreciar las
interrelaciones entre el hombre, la cultura y su medio físico. la educación ambiental es considerada
como un proceso dirigida a lograr instaurar en cada individuo una conciencia sobre lo que implica el
desarrollo sustentable o sostenible a través de la comunicación de información e instrucción, de esta
forma se logra que cada individuo cuente con los medios para evitar, mitigar o recomponer el medio
ambiente agredido por los efectos de la contaminación.

Esta educación ambiental debe estar presente tanto en el ámbito de la educación formal como
informal, y la misma supone tres niveles de conocimientos.

• Conocimientos sobre los elementos naturales, el funcionamiento de los ecosistemas y la


relación de estos con el ser humano.

• Conocimiento sobre las consecuencias que las distintas actividades del hombre pueden
generar en el entorno natural.

• Conocimientos respecto de las acciones concretas y eficaces para revertir los efectos nocivos
al ambiente.

El ámbito educativo no debe acotarse al estrictamente académico y formal: debe extenderse a los
medios masivos de comunicación para así alcanzar al mayor número de ciudadanos.

Tratamiento normativo:

El art. 41 CN, a partir de la reforma del 94, establece que le cabe a la Nación dictar las normas que
contengan los presupuestos mínimos de protección ambiental, reconociendo expresamente que las
jurisdicciones locales en la materia no pueden ser alteradas. En efecto, corresponde reconocer en las
autoridades locales la facultad de aplicar los criterios de protección ambiental que consideren
conducentes para el bienestar de la comunidad para la que gobiernan, como asimismo valorar y
juzgar si los actos que llevan a cabo sus autoridades, en ejercicio de poderes propios, afectan al
bienestar perseguido.

En ejercicio de la nueva facultad concurrente– complementaria, el Congreso Nacional comenzó el


dictado de una serie de leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental. Varias de esas
normas reconocen y regulan el derecho a la educación ambiental estableciendo, además,
previsiones, mecanismos y procedimientos tendientes a hacer efectivo su ejercicio, sin perjuicio de la
potestad que le cabe a cada provincia de dictar sus propias normas en la materia que nos ocupa.

Una de las novedades que trajo la reforma constitucional fue la de incluir en su art. 41 la
obligatoriedad de la “EDUCACION AMBIENTAL”, es la única materia cuya enseñanza tiene carácter
constitucional.

Normativamente, la educación ambiental (EA) se encuentra contemplada:


*Declaración de Estocolmo (1972). En el Principio 19 se dice que es indispensable una educación en
labores ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos, y que preste la
debida atención al sector de la población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una
opinión bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades
inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en
toda su dimensión humana. Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten
contribuir al deterioro humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre
la necesidad de protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre puede desarrollarse en todos los
aspectos”.

*Carta de Belgrado (1975). Se encuentra implícita entre los objetivos, tales como la toma de
conciencia y la obtención de conocimientos y actitudes, Capacidad de Evaluación Y Participación.

*Declaración de Tbilisi (1977). Hizo hincapié en la educación ambiental, llegando a enumerar los
principios que deben regir la educación ambiental: 1) globabilidad del enfoque; 2) continuidad a lo
largo de la vida del individuo; 3) interdisciplinariedad; 4) participación; 5) dimensión local y regional a
la vez; 6) enfoque presente y futuro; 7) comprensión del desarrollo eco- nómico desde una
perspectiva ambiental; 8) promoción de la cooperación local y nacional para la solución de los
problemas ambientales.

*Agenda 21 (1992). Sentó las bases globales comunes para la educación ambiental.

*Constitución Nacional (1994). Incorporó entre otros, el “Derecho a la Educación Ambiental”, en el


art. 41. Al igual que lo que acontece con el derecho a la información ambiental, entendemos que lo
que tenga que ver con el derecho a la educación ambiental, reviste carácter operativo, por lo tanto,
acceder a la misma constituye un derecho– deber en cabeza de toda persona, correlativo de la
obligación inherente al poder ejecutivo, legislativo y al judicial, tanto en el ámbito nacional como
local.

*Ley Nº6.253, de Tucumán (1991). La disposición trató la defensa, conservación y mejoramiento del
ambiente, admitiendo a la EA como un instrumento válido para lograr el racional funcionamiento de
los ecosistemas en todo el territorio tucumano. Así, ordenó incluir a la Ecología como materia
obligatoria en el plan de estudios y organizar programas, talleres y cursos de estudio y debate
destinados al público masivo.

*Ley de Educación Nacional Nº26.206 (2006). En su artículo 89 establece que el Ministerio de


Educación, Ciencia y Tecnología, en acuerdo con el Consejo Federal de Educación, dispondrá las
medidas necesarias para proveer la educación ambiental en todos los niveles y modalidades del
Sistema Educativo Nacional, con la finalidad de promover valores, comportamientos y actitudes que
sean acordes con un ambiente equilibrado y la protección de la diversidad biológica; que propendan
a la preservación de los recursos naturales y a su utilización sostenible y que mejoren la calidad de
vida de la población. A tal efecto se definirán en dicho ámbito institucional, utilizando el mecanismo
de coordinación que establece el artículo 15 de la Ley Nº 25.675, las políticas y estrategias destinadas
a incluir la educación ambiental en los contenidos curriculares comunes y núcleos de aprendizaje
prioritario, así como a capacitar a los/as docentes en esta temática.

*Ley General del Ambiente Nº25.675 (2002). Se plantea el andamiaje básico de la educación
ambiental en los artículos 14 y 15 de dicha disposición

ARTICULO 14: La educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los
ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado,
propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad
de vida de la población.

ARTICULO 15: La educación ambiental constituirá un proceso continuo y permanente, sometido a


constante actualización que, como resultado de la orientación y articulación de las diversas
disciplinas y experiencias educativas, deberá facilitar la percepción integral del ambiente y el
desarrollo de una conciencia ambiental,

Las autoridades competentes deberán coordinar con los consejos federales de Medio Ambiente
(COFEMA) y de Cultura y Educación, la implementación de planes y programas en los sistemas de
educación, formal y no formal.

Las jurisdicciones, en función de los contenidos básicos determinados, instrumentarán los respectivos
programas o currículos a través de las normas pertinentes.

Derecho a la Información Ambiental

El derecho de acceso a la información pública ambiental

El acceso a la Información en general y a la Información Ambiental en particular, vienen a apuntalar


aspectos importantes de la democracia y de la participación ciudadana que consagra el derecho
constitucional moderno.

Cabe destacar que el derecho de acceso a la información no puede equipararse a la información


pública, ni al derecho a la información. El derecho de acceso consiste en la posibilidad con que
cuenta toda persona de acceder a información administrada por el Estado, mientas que la
información pública surge del principio de publicidad de los actos de gobierno, y es la obligación del
Estado de difundir y publicar las decisiones emanadas de los distintos órganos que lo componen. Por
último, el derecho a la información se refiere a mandatos de difusión de información que los
organismos deben activamente poner a disposición de los ciudadanos en base a alguna normativa
determinada.

El uso efectivo de este derecho resulta de vital importancia para llevar a cabo la participación de la
ciudadanía en los procesos de toma de decisiones vinculadas al medio ambiente y el desarrollo
sustentable, y es un instrumento fundamental para la protección ambiental, al tiempo que permite
monitorear y controlar la gestión pública, y fomentar la transparencia en la gestión del Estado.

El acceso a la información ambiental también reviste una importancia como elemento de contralor
externo al accionar del Estado. Si el Estado está obligado a suministrar información referida al
ambiente a cualquier ciudadano o habitante que lo pida, constituye un fuerte aliciente para
transparentar la gestión pública.

El Derecho a la Información Ambiental

La información ambiental tiene dimensión desde el punto de vista jurídico, en cuanto presupuesto
para el disfrute, ejercicio y protección de determinados derechos como el de la salud o el de la
preservación de un medio ambiente adecuado. La participación pública y el acceso a la información
son imprescindibles para avanzar en el desarrollo sostenible. Es un pilar esencial en el
establecimiento de sistemas adecuados de participación pública, y, por lo tanto, un instrumento
básico en la consecución de una política ambiental efectiva.

Por información ambiental debemos entender toda información disponible sobre el estado de los
recursos naturales y culturales, sobre las actividades que los afecten o puedan eventualmente
afectarlos y respecto a las medidas eficaces para protegerlos. Es cualquier información disponible en
forma escrita, visual, oral o en forma de base de datos sobre el estado de las aguas, el aire, las
faunas, las tierras y los espacios naturales, y sobre las actividades o medidas que les afecten o
puedan afectarles, y sobre actividades y medidas protectoras, incluidas las medidas administrativas y
los programas de gestión del medio ambiente.

El derecho de Información Ambiental constituye un derecho sustantivo de titularidad colectiva,


genéricamente atribuido a todas las personas que deseen ejercitarlos que no estén obligadas “a
probar un interés determinado”. Está ligado a la participación como instrumento destinado a
aumentar la eficacia de la política ambiental.

En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio
ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y
las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en
los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y
la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el
resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.

De las herramientas de política ambiental, se desprende que las Autoridades Públicas deberán
asegurar que la ciudadanía tenga libre acceso a los Informes de Impacto Ambiental que se presenten,
inclusive deberían publicarlos en un lenguaje simple y fácilmente comprensible a fin de que el
ciudadano común pueda conocer la incidencia de las distintas actividades sobre el entorno,
garantizando un eficiente ejercicio de la participación ciudadana a través de las audiencias o
consultas populares.

El Derecho a la Información ambiental en el derecho argentino: La CN encomienda a las autoridades


proveer a la información ambiental (art. 41, pár. 2), lo que no sólo las obliga a proveerla, sino
implícitamente a registrar y compilar ese tipo de información para proveerla mejor.

La necesidad de hacer pública la información se refiere tanto a la que detenta el individuo como el
Estado. Distintos cuerpos normativos obligan a uno y otro respectivamente.

Compete a cada provincia reglamentar el ejercicio del derecho constitucional a la información


ambiental, del mismo modo que cada provincia reglamenta el ejercicio de los demás derechos de
fuentes constitucional.

Pero el Congreso Nacional decidió uniformar en todo el país la reglamentación del ejercicio del
derecho constitucional a la información ambiental, señalando el uso de la prerrogativa que el art. 41
de la CN le atribuye con ese fin, prerrogativa condicionada a que la reglamentación no altere las
jurisdicciones locales. Ello dictando la LGA n° 25.675.

La CSJN ordenó a los gobiernos demandados a elaborar un programa de información ambiental


pública y especialmente para los ciudadanos del área territorial involucrada.

Derecho a la información ambiental en la LGA N° 25675: Mientras la CN (art.4º) impone a las


autoridades la obligación de proveer información ambiental, nada dispone respecto de los
particulares. La LGA impone esa obligación a toda persona (art. 16).

El cumplimiento de esa obligación deberá armonizar con el derecho al secreto que reconoce la CN
(art. 17 y 182). Sus arts. 11, 12 y 13 imponen a toda obra o actividad susceptible de degradar el
ambiente, alguno de sus componentes o afectar la calidad de vida de la población en forma
significativa, la carga de ejecutar una evaluación de impacto ambiental previa.

Art.16: Las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, deberán proporcionar la información que
esté relacionada con la calidad ambiental y referida a las actividades que desarrollan.

Todo habitante podrá obtener de las autoridades la información ambiental que administren y que no
se encuentre contemplada legalmente como reservada.

Art. 17: La autoridad de aplicación deberá desarrollar un sistema nacional integrado de información
que administre los datos significativos y relevantes del ambiente, y evalúe la información ambiental
disponible; asimismo, deberá proyectar y mantener un sistema de toma de datos sobre los
parámetros ambientales básicos, estableciendo los mecanismos necesarios para la instrumentación
efectiva a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA).

Art. 18: Las autoridades serán responsables de informar sobre el estado del ambiente y los posibles
efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas actuales y proyectadas.

El Poder Ejecutivo, a través de los organismos competentes, elaborará un informe anual sobre la
situación ambiental del país que presentará al Congreso de la Nación. El referido informe contendrá
un análisis y evaluación sobre el estado de la sustentabilidad ambiental en lo ecológico, económico,
social y cultural de todo el territorio nacional.

Además, provee al ejercicio del derecho de todo habitante a obtener de las autoridades la
información ambiental que administran, encomendando a la autoridad:

a-Desarrollar un sistema nacional de información que administre los datos significativos y relevantes
del ambiente y evalúe la información ambiental disponible.

b-Proyectar y mantener un sistema de toma de datos sobre los parámetros ambientales básicos.

c-Informar sobre el estado del ambiente y los posibles efectos que sobre él puedan provocar las
actividades antrópicas actuales y proyectadas.

Al P.E. le encomienda expresamente elaborar y presentar al Congreso un informe anual sobre la


situación ambiental del país que contenga un análisis y evaluación del estado de la sustentabilidad
ambiental en lo ecológico, económico, social y cultural de todo el territorio nacional.

Ley 25.831 – Régimen de Libre Acceso a la información Pública Ambiental: En virtud de la


supremacía interpretativa que la LGA (las normas de la ley 25.675 son de orden público) asumió
frente a las demás leyes ambientales federales, sus normas relativas a la información ambiental se
aplican conjuntamente con las de la ley 25831 y prevalecen sobre ellas.

La ley 25.831 establece como sujeto activo a toda persona física o jurídica. Para acceder a la
información ambiental no necesita invocar ni acreditar razones de interés determinado. El acceso es
libre y gratuito, a excepción de los gastos vinculados con los recursos utilizados para su entrega.

El sujeto pasivo es el sector público, es decir, el Estado Nacional, provincial, las municipalidades, la
CABA, los entes autárquicos y las empresas de servicios públicos, publicas privadas o mixtas.

La información ambiental de acceso libre es aquella relacionada con la protección del ambiente, los
recursos naturales o culturales que lo integran y el desarrollo sustentable. Ella incluye tanto el simple
dato básico como el elaborado y los resultados de las evaluaciones, diagnósticos y aún pronósticos
que la autoridad deberá proveer siempre con la mayor exactitud posible.
Determina que la autoridad podrá, por decisión fundada, denegar el pedido de información en los
casos en que ello afecte:

a- La defensa nacional, la seguridad interior o las relaciones internacionales;

b- El procedimiento judicial;

c- El secreto comercial o industrial o la propiedad intelectual;

d- La confidencialidad de datos personales;

e- Trabajos de investigación científica no publicados;

f- Información clasificada como secreta o confidencial.

También podrá denegar el pedido en caso de falta de datos suficientes o imprecisión de la solicitud.
Para la resolución del pedido la ley fija un plazo máximo de 30 días. Se impone a las autoridades
nacionales y locales concertar los criterios para establecer los procedimientos de acceso a la
información ambiental en cada jurisdicción en el ámbito del COFEMA (Consejo Federal de Medio
Ambiente), organismo responsable de la coordinación de todo el ordenamiento ambiental.

Se encomienda a la autoridad ambiental nacional la cooperación para facilitar el acceso a la


información ambiental, promoviendo la difusión del material informativo que se genere en las
distintas jurisdicciones.

La prerrogativa del art. 41 CN, acuerda al Congreso nacional establecer los presupuestos mínimos de
protección, sin que alteren las jurisdicciones locales y asegura que las decisiones respecto de cuál es
la información ambiental que debe suministrarse y cuál no, del contenido de la norma de
procedimiento y su aplicación sean privativas de cada unidad federal.

ARTICULO 1°: Objeto. La presente ley establece los presupuestos mínimos de protección ambiental
para garantizar el derecho de acceso a la información ambiental que se encontrare en poder del
Estado, tanto en el ámbito nacional como provincial, municipal y de la Ciudad de Buenos Aires, como
así también de entes autárquicos y empresas prestadoras de servicios públicos, sean públicas,
privadas o mixtas.

ARTICULO 2°: Definición de información ambiental. Se entiende por información ambiental toda
aquella información en cualquier forma de expresión o soporte relacionada con el ambiente, los
recursos naturales o culturales y el desarrollo sustentable. En particular: a) El estado del ambiente o
alguno de sus componentes naturales o culturales, incluidas sus interacciones recíprocas, así como las
actividades y obras que los afecten o puedan afectarlos significativamente; b) Las políticas, planes,
programas y acciones referidas a la gestión del ambiente.

ARTICULO 3°: Acceso a la información. El acceso a la información ambiental será libre y gratuito para
toda persona física o jurídica, a excepción de aquellos gastos vinculados con los recursos utilizados
para la entrega de la información solicitada. Para acceder a la información ambiental no será
necesario acreditar razones ni interés determinado. Se deberá presentar formal solicitud ante quien
corresponda, debiendo constar en la misma la información requerida y la identificación del o los
solicitantes residentes en el país, salvo acuerdos con países u organismos internacionales sobre la
base de la reciprocidad. En ningún caso el monto que se establezca para solventar los gastos
vinculados con los recursos utilizados para la entrega de la información solicitada podrá implicar
menoscabo alguno al ejercicio del derecho conferido por esta ley.
ARTICULO 4°: Sujetos obligados. Las autoridades competentes de los organismos públicos, y los
titulares de las empresas prestadoras de servicios públicos, sean públicas, privadas o mixtas, están
obligados a facilitar la información ambiental requerida en las condiciones establecidas por la
presente ley y su reglamentación.

ARTICULO 5°: Procedimiento. Las autoridades competentes nacionales, provinciales y de la Ciudad de


Buenos Aires, concertarán en el ámbito del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) los
criterios para establecer los procedimientos de acceso a la información ambiental en cada
jurisdicción.

ARTICULO 6°: Centralización y difusión. La autoridad ambiental nacional, a través del área
competente, cooperará para facilitar el acceso a la información ambiental, promoviendo la difusión
del material informativo que se genere en las distintas jurisdicciones.

ARTICULO 7°: Denegación de la información. La información ambiental solicitada podrá ser denegada
únicamente en los siguientes casos: a) Cuando pudiera afectarse la defensa nacional, la seguridad
interior o las relaciones internacionales; b) Cuando la información solicitada se encuentre sujeta a
consideración de autoridades judiciales, en cualquier estado del proceso, y su divulgación o uso por
terceros pueda causar perjuicio al normal desarrollo del procedimiento judicial; c) Cuando pudiera
afectarse el secreto comercial o industrial, o la propiedad intelectual; d) Cuando pudiera afectarse la
confidencialidad de datos personales; e) Cuando la información solicitada corresponda a trabajos de
investigación científica, mientras éstos no se encuentren publicados; f) Cuando no pudiera
determinarse el objeto de la solicitud por falta de datos suficientes o imprecisión; g) Cuando la
información solicitada esté clasificada como se- creta o confidencial por las leyes vigentes y sus
respectivas reglamentaciones. La denegación total o parcial del acceso a la información deberá ser
fundada y, en caso de autoridad administrativa, cumplimentar los requisitos de razonabilidad del
acto administrativo previstos por las normas de las respectivas jurisdicciones.

ARTICULO 8°: Plazos. La resolución de las solicitudes de información ambiental se llevará a cabo en un
plazo máximo de treinta (30) días hábiles, a partir de la fecha de presentación de la solicitud.

ARTICULO 9°: Infracciones a la ley. Se considerarán infracciones a esta ley, la obstrucción, falsedad,
ocultamiento, falta de respuesta en el plazo establecido en el artículo anterior, o la denegatoria
injustificada a brindar la información solicitada, y todo acto u omisión que, sin causa justificada,
afecte el regular ejercicio del derecho que esta ley establece. En dichos supuestos quedará habilitada
una vía judicial directa, de carácter sumarísima ante los tribunales competentes. Todo funcionario y
empleado público cuya conducta se encuadre en las prescripciones de este artículo, será pasible de
las sanciones previstas en la Ley N° 25.164 o de aquellas que establezca cada jurisdicción, sin perjuicio
de las responsabilidades civiles y penales que pudieren corresponder. Las empresas de servicios
públicos que no cumplan con las obligaciones exigidas en la presente ley, serán pasibles de las
sanciones previstas en las normas o contratos que regulan la concesión del servicio público
correspondiente, sin perjuicio de las responsabilidades civiles y penales que pudieren corresponder.

ARTICULO 10: Reglamentación. La presente ley será reglamentada en el plazo de noventa (90) días.
ARTICULO 11: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Seguro ambiental

Llamaremos Seguro Ambiental Obligatorio a la GARANTÍA FINANCIERA exigible a toda persona física
o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas para el ambiente, los ecosistemas y sus
elementos constitutivos, según lo establece el artículo 22 de la Ley General del Ambiente N° 25.675 y
su Decreto Reglamentario 1638/2012. Las partes intervinientes son tres: el tomador de la póliza (el
obligado), el estado nacional, provincial o municipal (asegurado o beneficiario) y la compañía
aseguradora (quien emite la póliza).

El Dr. Ricardo Lorenzetti sostiene que: “Con referencia al impacto al medio ambiente el Estado puede
prohibir la instalación de empresas que dañen al ambiente; o puede exigir a éstas que demuestren
que no causan perjuicios, como requisito para su instalación; o puede dejar que los detrimentos se
produzcan y luego obligar a indemnizar; y en este último caso puede hacer que la empresa sea
responsable o bien difundir el costo entre toda la comunidad. Estas medidas representan diversos
grados de solución del conflicto entre la propiedad empresaria y la protección ambiental.
Actualmente se trata de que esos costos, o externalidades negativas, sean soportadas por la
empresa”. Y agregó que, en la legislación, existe una adjudicación de derechos: ‘El derecho a un
medio ambiente sano’. De manera que lo que se produce es una transformación desde una situación
en la que la empresa produce externalizando los costos que son pagados por la comunidad, a otra en
la que la empresa produce internalizando los costos. El efecto de la imputación legal derivada del
derecho a un ambiente sano es que la empresa, que antes lucraba, ahora debe pagar por ese costo”.

“El principal obstáculo que presenta la aseguración de la responsabilidad por daño ambiental
consiste en la dificultad que encierra este tipo de siniestros para dimensionar el daño, las
probabilidades y la frecuencia de que esto ocurra, así como para estimar el costo de su reparación.
Esto lleva a las compañías aseguradoras a retirarse del mercado del seguro ambiental, o bien, a
permanecer en él, pero fijando primas muy elevadas en el afán de cubrir el grado de incertidumbre
predominante en el tema”

Caferratta explica que la propia naturaleza del seguro ambiental resulta incompatible con la
especificidad de los daños ambientales debido a que se pueden plantear dificultades como, por
ejemplo, los supuestos de contaminación crónica acumulada, la valoración del daño causado, la falta
de información estadística o la magnitud de los daños. Frente a estas circunstancias el sector
asegurador ha manifestado sus reticencias a admitir la cobertura del daño ambiental en las pólizas
de seguro o crear una especial al respecto.

Se consideran actividades riesgosas para el ambiente, en los términos del artículo 22 de la Ley Nº
25.675, a aquellas actividades listadas en el Anexo I de la Resolución SAyDS N° 177/2007 modificada
por las Resoluciones N° 303/2007, N° 1639/2007 y N° 481/2011, que verifiquen los niveles de
complejidad ambiental identificados como categorías 2 o 3 del Anexo II (mediana o alta complejidad
ambiental, respectivamente) de la norma.

A los fines de determinar las actividades riesgosas se establecieron tres niveles, que responden a
factores relacionados con los efluentes residuales, el riesgo, el sistema de gestión ambiental,
sustancias peligrosas, el rubro, la localización y la dimensión de las empresas.

En el caso de las industrias identificadas en el segundo y tercer nivel (mediana y alta complejidad
ambiental), están alcanzadas por el deber de contratar el seguro ambiental.

También habilita a las autoridades locales a incluir en los niveles pasibles de seguro a
establecimientos con puntaje inferior, teniendo en cuenta variables como por ejemplo la
vulnerabilidad del lugar de emplazamiento, antecedentes negativos en el desempeño ambiental, u
otros criterios de riesgo.

Seguro ambiental y fondo de restauración


LGA-ARTICULO 22: Toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas
para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos constitutivos, deberá contratar un seguro de
cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que
en su tipo pudiere producir; asimismo, según el caso y las posibilidades, podrá integrar un fondo de
restauración ambiental que posibilite la instrumentación de acciones de reparación.

El Seguro Ambiental, como instrumento de gestión del medio ambiente, no tiene como fin único el
garantizar la solvencia del sujeto dañoso en caso de producirse un daño ambiental de incidencia
colectiva, sino también en la materialización del principio preventivo. Por ello es necesario el diseño
de un esquema de seguro ambiental que comprometa a las compañías aseguradoras a responder
ante la ocurrencia del siniestro, y a la implementación de estrictos sistemas de evaluación del riesgo,
y que establezcan el costo de la prima en relación al mismo. El carácter de auditor de riesgo
ambiental que desarrollará el sector asegurador tendrá como externalidad positiva que las empresas
obligadas a contratar los esquemas de aseguramiento tiendan a optimizar sus capacidades técnicas,
tecnológicas y de gestión, en aras de reducir los riesgos de afectación al medio ambiente, movidas
por la necesidad de eficientizar sus costos.

El esquema actual, donde el único producto ofrecido lo constituye una garantía de caución (de pago
con derecho a repetición) no genera incentivos suficientes para la prevención del daño al ambiente.
Para ello es necesario la modificación de los tres artículos de la LGA que originaron los problemas de
implementación del seguro ambiental: el 22, que “demanda un seguro casi imposible”; el 27, para
acotar la definición de daño ambiental; y por último, el 28, que aborda el tema de la reparación ante
daño ambiental. Para llegar a lograr la implementación por las aseguradoras de un seguro posible
asociado a daños y a reparaciones de alcances más razonables, el cual deberá ser complementado
con un fondo que garantice la reparación excedente. Procurando asegurar la completa reparación de
los daños ambientales que se ocasionen aún frente a la insolvencia del causante.
Unidad 6
Daños y Perjuicios ambientales

• Concepto de Daño Ambiental: El artículo 27 de la Ley General de Ambiente define al daño


ambiental como “toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente, sus
recursos, el equilibrio de los ecosistemas o los bienes y valores colectivos”.

Es una expresión ambivalente ya que designa no solo el daño que recae sobre el patrimonio
ambiental que es común a una colectividad, sino que también se refiere al daño que se produce al
medio ambiente, y que el medio ambiente ocasiona de rebote a los intereses legítimos de una
persona determinada, configurando un daño particular que ataca un determinado derecho subjetivo,
y legitima al damnificado para accionar en reclamo de una reparación o resarcimiento del perjuicio
patrimonial o extramatrimonial que le ha causado. A esto se lo denomina se lo denomina daño
derivado del ambiente, constituye un daño indirecto.

La distinción se basa en la persona sobre la que recaen los efectos dañosos, en el daño ambiental el
damnificado es la colectividad o en su caso una comunidad determinada, razón por la que se sostiene
que este daño afecta a los llamados intereses colectivos o difusos. En el daño indirecto, la lesión se
configura en cabeza de personas determinadas, estamos aquí en presencia de un típico daño civil y
tanto sus efectos, la responsabilidad derivada del mismo y los medios de reparación o resarcimiento
se regirán por las normas y principios del derecho civil.

En el supuesto de daño ambiental, no necesariamente debe concretarse un daño indirecto específico


a personas determinadas. Por el contrario, en el caso de daño derivado del ambiente, el mismo es
ocasionado a las personas o sus bienes como consecuencia del menoscabo en el ambiente, en este
caso el ambiente es el medio a través del cual se lesiona los derechos subjetivos de los particulares.

El daño ambiental colectivo se caracteriza por ser ambivalente o bifronte en cuanto afecta intereses
individuales y supraindividuales, es complejo, de relación causal difusa, itinerante, vinculado con
aspectos técnicos o científicos tecnológicos, de ardua, costosa o difícil comprobación, en ocasiones
anónimos o impersonal, prevalentemente social, colectivo o masificado. A su vez constituye el único
daño civil constitucionalizado.

El daño debe prevenirse, el daño puede ser continuado, progresivo siendo sus efectos de
manifestación tardía, irreversible y de alto costo de recomposición.
Respecto a la relevancia del daño la doctrina enseña que la línea divisoria entre relevante e
irrelevante estaría constituida por la capacidad de la naturaleza de autorregularse o auto
regenerarse, de esto se desprende que una “Simple Alteración” susceptible de regenerarse
naturalmente no constituiría daño ambiental, mientras que una alteración negativa caracterizada por
la imposibilidad de ser subsanada por la propia naturaleza nos pondría en presencia de un “Daño
Ambiental”. Este criterio no obstante debe ser interpretado teniendo en cuenta la regla de la
razonabilidad respecto de los aspectos temporales, ya que deja librada al azar la cuestión del plazo
dentro del cual debería ocurrir la autorregulación.

Otra postura es la que sostiene que el daño ambiental se configura cuando el deterioro relevante
causa una lesión ambiental de tal magnitud que compromete el equilibrio y la futura viabilidad del
ecosistema afectado y en general la preservación y el desarrollo sustentable del mismo.

La función de la responsabilidad civil en nuevo código civil y comercial de la Nación

La responsabilidad civil en general, ha sido definida como “el conjunto de reglas que obligan al autor
de un daño causado a otro a reparar el perjuicio sufrido ofreciendo a la víctima una
compensación”.

En la actualidad podemos afirmar que las funciones que cumple la responsabilidad civil son tres:

1. La función Preventiva: Tiene por finalidad prevenir el daño antes de que este suceda.
2. La función Resarcitoria: tiene lugar una vez acaecido el hecho, y cuya finalidad es crear una
situación idéntica o equivalente a la que existía antes de ocurrido el mismo.
3. La función Punitiva: finalidad es la imposición de una pena disuasiva, ejemplificadora, a los
fines de evitar que la conducta que provocó el daño sea repetida por su autor o por un
tercero.

Originalmente el nuevo Código preveía las tres funciones de la responsabilidad civil, pero finalmente
la función punitiva fue eliminada en el trámite parlamentario, quedando solamente la función
bipartita: prevenir y reparar.

La función preventiva del daño se estable en el artículo 1710 del C.C.C:

“Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de:

a) evitar causar un daño no justificado;

b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se
produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un
daño del cual un tercero sería responsable; tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los
gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;

c) no agravar el daño, si ya se produjo”.

La Ley Nº 25675 General del Ambiente, en su artículo 4 contiene dos principios que se basan el deber
de preservación establecido por la constitución nacional como obligación de todos los ciudadanos y
de las autoridades de preservar el medio ambiente para las generaciones futuras. Dichos principios
son el de prevención y el precautorio.
Néstor Cafferatta nos explica que: “así como el principio de prevención tiende a evitar un daño
futuro pero cierto y mensurable, el principio de precaución apunta a impedir la creación de un riesgo
con efectos todavía desconocidos y por lo tanto imprevisibles. Opera en un ámbito signado por la
incertidumbre.

Ambos principios si bien pretenden un mismo fin, son diferentes entre sí. La función preventiva
prevista en el nuevo Código, engloba el principio preventivo del art. 4 de la Ley General del
Ambiente, no así el precautorio.

Presupuestos de la responsabilidad en el daño ambiental

Para que surja la responsabilidad por daño ambiental es necesario que concurran los presupuestos
de toda obligación resarcitoria, estos son:

a. Daño: Presupuesto central de la responsabilidad, sin daño no puede pensarse en la


pretensión resarcitoria, sin este presupuesto no existe responsabilidad.
b. Antijuridicidad: entendida como la existencia de un hecho que infringe el deber jurídico de
conducta impuesto por el ordenamiento jurídico. En lo relativo al ambiente, es evidente que
la contaminación del mismo constituye un hecho contrario a derecho, lo cual resulta
inclusive de la propia CN – artículo 41 – ya que al reconocer está el derecho al ambiente sano
la ilicitud surge de la mera violación de este derecho.

Quien contamina no puede eximirse de responsabilidad alegando y probando el cumplimiento de


disposiciones reglamentarias ni por contar con permiso administrativo. En tal caso su responsabilidad
subsiste en concurrencia con la que pueda pesar sobre el Estado.

c. Relación de Causalidad: se hace necesario que exista relación causal entre el hecho
generador y el daño ambiental, aplicándose los principios generales que rigen en la materia.
No obstante, la cuestión presenta especial complejidad en la materia que nos ocupa debido a
la gran dificultad de la prueba de la relación causal, es por ello que se admite de manera
pacífica que la relación causal pueda ser probada por presunciones.
d. Factor de Atribución: En todos los casos de contaminación ambiental el factor de atribución
de responsabilidad es siempre objetivo, con fundamento en la responsabilidad por el riesgo
creado.

La responsabilidad objetiva por daño ambiental es reconocida tanto en el derecho comparado como
en nuestro ordenamiento jurídico por aplicación del art. 1757 del CCyC y recogida también por la LGA
en su Art. 28.

Las causales eximentes de responsabilidad que enumera la ley están orientadas a demostrar la
ruptura del nexo causal. Así quien es sindicado como objetivamente responsable del daño, para
eximirse de responsabilidad deberá acreditar, primero que ha tomado todas las medidas destinadas
a evitar el daño, o sea que el mismo no le es imputable, y en segundo lugar que los daños se
produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por el cual no tiene que responder. En
caso de que exista culpa concurrente del responsable no podría este invocar las causales apuntadas.

No hay culpa de la víctima o de un tercero que libere de responsabilidad al legitimado pasivo si los
daños han sido provocados por la conducta culposa de este último

Régimen de responsabilidad por daño ambiental colectivo en la Ley General del Ambiente
La LGA en su art. 4 consagra los principios a los cuales se sujetará la interpretación y aplicación de la
misma. Sentando entre ellos el principio de responsabilidad, según el cual “El generador de efectos
degradantes del ambiente, actuales o futuros, es responsable de los costos de las acciones
preventivas y correctivas de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas de
responsabilidad ambiental que correspondan”. Este principio está orientado a alcanzar el
restablecimiento del equilibrio preexistente alterado por el hecho dañoso contaminante.

El art. 28 establece “El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de su
restablecimiento al estado anterior a su producción. En caso de que no sea técnicamente factible, la
indemnización sustitutiva que determine la justicia ordinaria interviniente, deberá depositarse en el
Fondo de Compensación Ambiental que se crea por la presente, el cual será administrado por la
autoridad de aplicación, sin perjuicio de otras acciones judiciales que pudieran corresponder”.
Establece la responsabilidad objetiva por daño al ambiente y la consiguiente obligación de
recomponer (en consonancia con el art. 41 de la CN) quedando solamente la opción de
indemnización sustitutiva para el caso de imposibilidad de restablecer las cosas al estado anterior,
reforzando el principio de reparación in natura prevista en el artículo 1740 del CCyC.

La Constitución Nacional de 1994, introduce un precepto que, si bien consagra prioritariamente, la


obligación de recomponer el daño ambiental, reserva a la ley el contenido y la forma de esa
obligación. En este sentido es que la LGA al reglamentar la obligación de recomponer, identifica a la
misma con la de restablecimiento de las cosas su estado anterior. Esta reparación in natura,
tendiente a suprimir o borrar el daño causado, puede efectuarse por medio de un hacer (ya sea que
se trate de la realización de obras o de la instalación de dispositivos anti polución etc.).

En lo que respecta a la obligación de recomponer, la solución es acertada si se tiene en cuenta la


especial naturaleza del bien jurídico tutelado ya que permite, cuando ello es posible, el
restablecimiento del hábitat afectado. Esta reparación en especie debe ser ordenada, aunque la
misma resulte antieconómica. Como consecuencia de la gravedad del perjuicio, de su incidencia
colectiva y sobre todo del carácter intolerable que tiene el daño ambiental.

Solo en caso de que la recomposición se torne materialmente imposible, será sustituida por una
indemnización pecuniaria con destino al fondo de composición ambiental tal como surge de la
norma.

Se ha considerado muy conveniente que las indemnizaciones que impongan los jueces intervinientes,
no terminen en el patrimonio individual sino colectivo, a través de la creación de un Fondo de
Compensación ambiental o de Remediación de Pasivos Ambientales, administrado por las
autoridades, pero garantizado por la amplia participación comunitaria en el manejo de los mismos.

El art. 34 de la LGA se ocupa de regular la creación del fondo de composición, estableciendo que será
administrado por la autoridad competente de cada jurisdicción y fijando como finalidad del mismo la
de garantizar la calidad ambiental, la prevención y mitigación de efectos nocivos o peligrosos sobre el
ambiente, la atención de emergencias ambientales; asimismo, a la protección, preservación,
conservación o compensación de los sistemas ecológicos y el ambiente.

En su art. 29 regula las causales de exención de responsabilidad por parte del autor del hecho
dañoso, así establece “La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de
haberse adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa concurrente del
responsable, los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por quien no
debe responder”.
La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es independiente de la administrativa. Se
presume iuris tantum la responsabilidad del autor del daño ambiental, si existen infracciones a las
normas ambientales administrativas.

Régimen de responsabilidad civil por daño ambiental indirecto

Se refiere a los perjuicios causados indirectamente como consecuencia del daño al ambiente, a la
persona o los bienes de sujetos individualmente considerados. Se trata de un daño que, si bien es
causado al ambiente, perjudica concretamente a personas determinadas afectando sus derechos
subjetivos y es a la reparación de estos perjuicios a lo que apunta la responsabilidad civil.

El artículo 1737 del CCyC define al daño diciendo “hay daño cuando se lesiona un derecho o un
interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio
o un derecho de incidencia colectiva”.

El código define el daño como una lesión a derechos o intereses. Este perjuicio debe ser susceptible
de apreciación pecuniaria, ya que el objeto de la obligación tiene siempre un contenido patrimonial,
aunque el interés del acreedor pueda ser extramatrimonial.

Los perjuicios objeto de reparación comprenden no solo la indemnización por la pérdida o


disminución sufrida en el patrimonio de la víctima, sino también el lucro cesante y la perdida de
chances, como así también el daño moral. (art. 1738).

El art. 1740 del CCyC sienta el principio de la reparación plena: “La reparación del daño debe ser
plena. Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso,
sea por el pago en dinero o en especie. La victima puede optar por el reintegro especifico, excepto
que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar
en dinero...”

La reparación que prescribe este artículo tiene como fin último reponer al acreedor en la situación
en que se encontraba antes de sufrir las consecuencias del hecho. Esta reparación in natura, puede
traducirse en una obligación de hacer, de no hacer o de dar. En el caso de reparación en especie es la
misma cosa dañada la que vuelve al estado anterior, mientras que con la indemnización pecuniaria
se trata de restablecer el patrimonio de la víctima. Contempla dos excepciones a la regla de
reparación en especie, la imposibilidad de volver las cosas al estado anterior y la opción por parte del
acreedor, diferenciándose al respecto con el modo de reparación en caso de daño ambiental
colectivo, en donde la reparación consiste prioritariamente en recomponer el medio dañado, sin que
exista opción por una indemnización pecuniaria.

Los artículos 1753 y 1757 ingresan en la responsabilidad derivada de los daños causados por
dependientes o por cosas y actividades riesgosas, respectivamente. Se establece la obligación de
responder por los daños causados por personal que se tenga a cargo (personal dependiente, art.
1753) y por las cosas de las que uno se sirva o tenga bajo su cuidado y por las actividades riesgosas
(artículo 1757). En el caso de responsabilidad por las cosas, serán responsables el dueño y el
guardián de la cosa. Se considera guardián a quien ejerce por sí o por terceros el uso, la dirección o el
control de la cosa o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño o guardián de la cosa y el titular de
las actividades riesgosas, para eximirse total o parcialmente de responsabilidad deberán demostrar
que de su parte no hubo culpa, acreditar la culpa de la víctima o de un tercero por quién no se tenga
que responder.
El artículo 1757 2º párrafo establece que “No son eximentes de responsabilidad la autorización
administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las
técnicas de prevención”.

En la responsabilidad objetiva, no interesa si la acción generadora del daño es reprochable en sí


misma, no interesa haber obrado con intención de dañar o, al menos, haber observado negligencia,
impericia o imprudencia. Lo importante es que el daño se ha producido y se debe responder por él,
salvo, obviamente, que la culpa sea del que sufre el perjuicio o de alguien sin relación con el dueño o
guardián de la cosa en cuestión.

Responsabilidad penal

Desde el punto de vista del Derecho Penal se persigue el castigo de quién haya incurrido en alguna
conducta tipificada en la ley como delito.

Los delitos relacionados con el daño al medio ambiente los encontramos en el Código Penal y en
leyes específicas como por ejemplo la ley 22421 sobre Fauna Silvestre y la ley 24051 sobre Residuos
Peligrosos.

El Código Penal en el art. 200 regula los delitos que atentan contra la Salud Pública y reprime al que
“envenenare o adulterare, de un modo peligroso para la salud, aguas potables o sustancias
alimenticias o medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas”.

No es necesario que se haya producido un daño ambiental para que la responsabilidad penal sea
aplicable, basta con que se haya producido la conducta descripta en la norma.

La ley 22421 sobre Fauna Silvestre establece figuras delictivas definidas por acciones de caza
realizadas en campo ajeno y sin autorización, o ejecutadas sobre especies cuya captura o
comercialización esté prohibida o vedada, o desarrollada utilizando armas, artes o medios
prohibidos.

En la ley 24051 sobre residuos peligrosos, El delito por daño ambiental es definido en el art. 55 que
dice: “será reprimido con las mismas penas establecidas en el art. 200 del C.P el que, utilizando los
residuos a que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o contaminare de un modo
peligrosos para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general”. Las acciones de
envenenar, adulterar o contaminar los recursos naturales mencionados o el ambiente en general
solo constituirán delito si implican un peligro para la salud.

Las sanciones son aplicables a personas físicas. No debe descuidarse la gravedad de las penas a
aplicar que, fundamentalmente, consisten en la privación de la libertad. La reprochabilidad de la
conducta debe estar enmarcada, ineludiblemente, en una actuación dolosa o culposa.

Responsabilidad administrativa

Surge como consecuencia del incumplimiento de una norma administrativa, tal el caso por ejemplo
de la contaminación de un cuerpo de agua como consecuencia de un vertido industrial que no se
ajusta a los niveles de calidad que le fija una norma determinada.

A veces, la misma normativa de carácter administrativo destinada a la defensa del ambiente contiene
una serie de disposiciones que establecen sanciones a aplicar por su incumplimiento, tal el caso de la
ley 24051 de Residuos Peligrosos, o de la reciente ley 25612 sobre Gestión Integral de Residuos
Industriales o de Actividades de Servicios.

Las sanciones típicas para este tipo de incumplimientos consisten en apercibimientos, multas,
clausuras, suspensiones, cancelaciones definitivas de habilitaciones. Pueden recaer tanto sobre
personas jurídicas o de existencia ideal, como sobre personas físicas. En tal sentido, las leyes
mencionadas establecen que “cuando el infractor fuera una persona jurídica, los que tengan a su
cargo la dirección, administración o gerencia, serán solidariamente responsables de las sanciones
establecidas”.

Se trata de verificar el incumplimiento de la norma. Aunque puede verificarse un daño ambiental sin
que se haya violado ninguna norma, también se da lo inverso, que es el incumplimiento de una
norma administrativa y la consiguiente sanción, sin que aquel implique un daño al ambiente.

El daño ambiental en la Constitución Nacional y en la Ley 25675

La responsabilidad civil por el daño ambiental en la Argentina, es un fenómeno relativamente


reciente ya que su incorporación al Derecho Positivo se produce a partir de la reforma constitucional
de 1994 con la inclusión del derecho a gozar de un ambiente sano, conforme el texto del nuevo Art.
41 de la C.N.

Dos son las instituciones Jurídicas del Derecho Civil que más han sido utilizadas en el pasado para
fundamentar posibles reclamos por pasivos ambientales, antes de la sanción de la L.G.A.: La
responsabilidad objetiva por el riesgo o vicio de la cosa y el exceso de la normal tolerancia entre
vecinos. En menor grado, se ha recurrido a la institución de los vicios ocultos, para resguardar los
intereses del comprador en las transacciones inmobiliarias o compras de activos tangibles.

El código Civil de Vélez Sarsfield, establecía, en el Art. 1113, la regla general de la responsabilidad
objetiva por los daños que se produzcan como consecuencia del vicio o riesgo de la cosa de que se
sirve su dueño o guardián. La mencionada normativa establece un marco jurídico general en materia
de responsabilidad civil que resulta perfectamente aplicable a los casos de contaminación y daño
ambiental. En el mismo sentido, con la sanción del nuevo Código Civil y Comercial, a través de la Ley
26.944 sancionada el 1/10/2014, se vienen a reafirmar dichos conceptos en el artículo 1757 CCyC.

El nuevo CCyC define los principios del derecho privado, pero conserva los microsistemas como la ley
de consumo o la Ley Gral. del Ambiente, las cuales tienen pautas de forma y de fondo, y de acuerdo a
la CN, regula los derechos individuales y de incidencia colectiva (art. 14). Se establece que la ley no
ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los
derechos de incidencia colectiva en general (arts. 14 y 240 CCYC).

El factor de atribución de responsabilidad, es de naturaleza objetiva y yace en el riesgo creado por la


cosa que produce el daño. (arts.1722-1723 C.C.C). La principal consecuencia de la responsabilidad
objetiva, es la presunción de la responsabilidad, con prescindencia del elemento subjetivo de
culpabilidad.

En forma coincidente en la causa “Duarte, Dante y Otros c/Fábrica de Opalinas Hurlingham”, el


tribunal aplicó las reglas de responsabilidad civil objetiva, tomando como factor de atribución a la
sustancia contaminante y considerándola “cosa” y a la industria que las generaba como “Actividad
Riesgosa”. Es éste, el encuadramiento que corresponde darle a la cuestión de la responsabilidad civil
por los daños que pueden causar a las personas los residuos peligrosos, al igual que los demás
deshechos y afluentes industriales, como contaminantes del ambiente.

En otra decisión judicial que ha marcado el rumbo para el derecho ambiental argentino: “Maceroni
c/Dirección General de Fabricaciones Militares”, el tribunal sostuvo que, verificado el daño ambiental
por contaminación, no puede discutirse que exista un daño a la salud, indemnizable en los vecinos
cercanos a la Planta Industrial de la empresa contaminación. En cuanto a la cuantificación de la
indemnización pertinente, el tribunal estableció que “Son resarcibles los daños por discriminación del
valor de las propiedades, imposibilidad de venta de los inmuebles y daño al uso normal de las
viviendas, derivados de la existencia próxima de las mismas a una fábrica de ácido sulfúrico que
genera afluentes de alto poder corrosivo”. El fundamento de este pronunciamiento, radicó en los
Art. 1113 y 2618 del CCyC.

El criterio adoptado en ambos pronunciamientos, refleja la idiosincrasia judicial imperante antes de


la reforma constitucional. En estos casos, sin embargo, se soslayó la cuestión que atañe a la
“Recomposición del Ambiente”, como objetivo central de la pretensión procesal.

Daño ambiental en la ley general de ambiente

En el caso del daño al ambiente, existe un daño al medio, ya sea mediante su alteración o
destrucción que afecta la calidad de vida de los seres vivos, sus ecosistemas. Cuando existe daño al
ambiente, no debe necesariamente concretarse un daño específico a las personas o sus bienes
particulares.

• Prueba: la L.G.A. categoriza a los dictámenes de organismos gubernamentales con la misma


fuerza probatoria de los informes periciales en el Art. 33. Contribuye a afrontar con los
recursos del Estado, las medidas probatorias que muchas veces resultan inaccesibles para el
común de la población.
Debido a las dificultades existentes para probar el daño ambiental, sería sumamente
beneficioso tomar en cuenta la teoría de la carga probatoria dinámica, según la cual quien
debería probar es “aquella parte que se encuentre en mejores condiciones técnicas,
económicas, jurídicas o fácticas.
• Cumplimiento de la Condena al dañador a recomponer el ambiente: Cuando la condena se
traduce en una suma de dinero por resultar imposible o extremadamente dificultosa la
reparación en especie, no se presentan inconvenientes prácticos, ya que una vez que la
sentencia pasó en autoridad de cosa juzgada, si el deudor no la cumple, queda habilitada la
ejecución forzada.
Si en la sentencia el juez ordena al responsable hacer cesar el daño y rehabilitar o
recomponer el ambiente que dañó, la ejecución se rige por las normas del cumplimiento de
la condena de hacer. No se advierte inconveniente en que para hacer efectivo el mandato
judicial se disponga la aplicación de astreintes, porque se trata de un medio persuasivo o de
coacción eficaz para evitar que se consumen conductas idénticas en el futuro y para
constreñir al obligado a dar cumplimiento a la manda judicial, pues en muchos casos no será
posible la ejecución por un tercero a costa del deudor.
En los casos en que es posible condenar al dañador a recomponer en especie el atentado
causado al entorno, es preciso que la sentencia establezca un plan de seguimiento para
verificar el estricto cumplimiento de la manda. Como en general se trata de operaciones
técnicas complejas y muy costosas, es preciso contar con el auxilio no sólo de peritos idóneos
sino fundamentalmente con la participación y asesoramiento de los organismos
especializados de la Administración Pública, como así también de entidades científicas o
establecimientos especializados tanto nacionales como internacionales, quienes estarán en
condiciones de ejercer una vigilancia activa mientras dura el proceso de restauración, esto
es, de realizar una verdadera auditoría e informar al tribunal sobre sus resultados.
• Efectos de la Sentencia: La L.G.A. (art. 33) establece que la sentencia favorable hará cosa
juzgada y poseerá efecto “erga omnes”, a no ser que la acción sea rechazada, aunque sea
parcialmente por cuestiones probatorias. Con ello se deja abierta la posibilidad de reapertura
ilimitada de procesos con el consiguiente costo judicial. El término “cosa juzgada” debe
entenderse tanto en su aspecto material como formal, impidiendo que vuelva a tratarse en
el mismo proceso o uno posterior la cuestión debatida. El efecto “erga omnes” implica el
lógico y necesario beneficio que excede la relación entre el demandante y el demandado,
para alcanzar al resto de la comunidad.

Contaminación Sonora
La contaminación es la introducción de sustancias en un medio que provocan que este sea inseguro o
no apto para su uso. El medio puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo.

El contaminante puede ser una sustancia química, energía (como sonido, calor, luz o radiactividad).
Es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general, se genera como
consecuencia de la actividad humana considerándose una forma de impacto ambiental.

La contaminación puede clasificarse según el tipo de fuente de donde proviene, o por la forma de
contaminante que emite o medio que contamina. Existen muchos agentes contaminantes entre ellos
las sustancias químicas (como plaguicidas, cianuro, herbicidas y otros.), los residuos urbanos, el
petróleo, o las radiaciones ionizantes. Todos estos pueden producir enfermedades, daños en los
ecosistemas o el medioambiente. Además, existen muchos contaminantes gaseosos que juegan un
papel importante en diferentes fenómenos atmosféricos, como la generación de lluvia ácida, el
debilitamiento de la capa de ozono, y el cambio climático.

Para poder comprender los problemas de la contaminación sonora que afectan a los habitantes de
los países industrializados o con cierto nivel de desarrollo, o a los ciudadanos que habitan en grandes
ciudades es necesario distinguir entre lo que es el sonido y el ruido.

Nuestro sistema auditivo esta siempre abierto al mundo, lo que significa una recepción continuada
de estímulos y de informaciones sonora de la que no podemos sustraernos. El sonido, además de
constituir un estímulo necesario sirve como un canal de comunicación con lo que nos rodea.

El sonido, de acuerdo al momento, puede en algunos casos resultar agradable y, en otras


circunstancias, estrepitoso y agresivo. Un mismo sonido, como la música, puede ser agradable o
relajante por la persona que decide disfrutarlo o bien sufrirlo como una agresión física y
perturbadora cuando ese sonido se lo recibe por ejemplo en horas de descanso del individuo.

De allí que la diferencia entre sonido y ruido está determinada en principio por un factor subjetivo:
“ruido es todo sonido no deseado”. Ruido es toda perturbación sonora, a periódica, compuesta por
un conjunto de sonidos que tiene amplitud, frecuencia y fases variables cuya mezcla suele provocar
una sensación desagradable al oído,
Los elementos que integran el ambiente son: el espacio en sí, la tierra, los animales, los vegetales, el
agua, la atmósfera, las cosas que fabrica el hombre y sus desechos y los demás seres humanos. Para
que los seres humanos no se vean perjudicados, el ambiente debe reunir condiciones de seguridad,
temperatura, luminosidad, sonoridad, salubridad, y olor entre otras. Estas cualidades, en la
actualidad fruto del progreso, del aumento de población, y de la tecnología se encuentran
significativamente alteradas.

La concentración de la población en las ciudades produce una serie de ruidos o perturbación sonora.
Esos ruidos traen como consecuencia lo que se conoce como contaminación sonora afectando de esa
forma uno de las condiciones del ambiente.

La ciudad de San Miguel de Tucumán registra un notable aumento de la contaminación sonora a


pesar de las ordenanzas que contemplan esta problemática. Otras ciudades como Buenos Aires
ocupan el cuarto lugar en la clasificación de las ciudades más ruidosas del mundo siendo precedida
por Tokio, París, Nueva York y Madrid.

Salud y ruido

Las consecuencias de la contaminación sonora en las personas se manifiestan de manera diferente


en molestias, lesiones inmediatas, daños por acumulación o trastornos físicos. Lo que implica que
existe una estrecha relación entre el ruido y la salud de las personas.

Diversos científicos y expertos que tratan la materia, y numerosos organismos oficiales entre los que
se encuentran la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Comunidad Económica Europea (CEE), la
Agencia Federal de Medio Ambiente Alemana y el CSIC Español (Consejo Superior de Investigaciones
Científicas), han declarado de forma unánime que el ruido tiene efectos perjudiciales para la salud.
Estos perjuicios varían desde trastornos puramente fisiológicos, como la conocida pérdida progresiva
de audición, hasta los psicológicos.

Los ruidos durante las horas de descanso que perturban el sueño, aunque su efecto no es el mismo
en los niños que en los ancianos, (los ancianos son más propensos a despertarse debido a la ligereza
de su sueño), ambos grupos mostraron alteraciones vitales debido al ruido, como alteraciones del
pulso, vasoconstricción, modificaciones en el electro miógrafo y en el encefalograma.

Estudios han comprobado que, con niveles de ruido altos, la tendencia natural de la gente hacia la
ayuda mutua disminuye o desaparece, reapareciendo en el momento en que se suprime la presión
sonora. Otras investigaciones demuestran que los niños cuyos colegios lindan con zonas ruidosas
(industrias, aeropuertos, carreteras con mucho tráfico...), aprenden a leer más tarde, presentan
mayor agresividad, fatiga, agitación, peleas y riñas frecuentes, mayor tendencia al aislamiento, y
cierta dificultad de relación con los demás.

El ruido es junto a los gases un factor de alteración de los parámetros de la atmósfera. En la


actualidad las consecuencias que producen los ruidos son cada vez mayores debido al progreso
acelerado con que ha aumentado las fuentes de emisión.

Fuentes de emisión de ruidos


Un automóvil, resulta problemático
Móviles individualizar al responsable
Pueden ser

Fijas Se puede fácilmente determinar al


agente emisor y aplicar las
sanciones que corresponda para
lograr el cese de la emisión del
ruido.

Ruidos provenientes de un bar, de


un club, cine, boliche etc.

El instrumento que se utiliza para medir la presión acústica en un lugar se denomina decibelímetro y
la unidad de medida se conoce como decibeles. En una ciudad los ruidos pueden oscilar entre los 40
los 90 decibeles según la zona donde se encuentren.

Cuando la presión acústica en un espacio es superior a los 60 decibeles, se transforma en un ruido


molesto que perturba no sólo a los individuos sino también al ambiente, por lo cual se requiere que
las autoridades pertinentes arbitren controles eficaces a fin de prevenir los daños que los ruidos
pudieran ocasionar en las personas y en el ambiente.

La protección jurídica del ambiente en la Constitución Nacional

A partir de la reforma de la constitución nacional de 1994 el tema referido al ambiente adquiere


jerarquía constitucional y se caracteriza por consagrar a todos los habitantes de la nación el derecho
a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo del derecho humano y para las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las generaciones futuras.

Lo cual, así como establece este derecho impone a los habitantes el deber de preservarlo. La
interpretación del texto constitucional apunta a señalar que la intención de los constituyentes no se
limitaba a una mera declaración o aspiración, al modo de un mero interés difuso sino un auténtico
derecho que se relaciona con el correlativo deber.

Distintas etapas de protección

El sistema jurídico argentino ha evolucionado en su regulación a través de las leyes en el abordar la


temática de la contaminación sonora.

En una primera etapa el ruido sólo tenía consecuencia si afectaba la saludad del hombre individual,
no como habitante sólo podía ser detenido en la medida que excediera la normal tolerancia entre
vecinos linderos. De ello resulta que la persona legitimada para pedir el cese del ruido o la
indemnización era solamente el dañado individualmente y directamente quien debía probar la
alteración a su salud mediante las acciones pertinentes (ex art. 2618 CC, actual art. 1973 CCyC)

El art. 2618 del C. Civil fue reformado por la ley 17711 el que establecía que: “Las molestias que
ocasionen el humo, calor, olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o daos similares por el ejercicio de
las actividades en los inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta
las condiciones del lugar y aunque sólo mediare autorización administrativa para aquellos. Según las
circunstancias del caso, los jueces podían disponer la indemnización de los daños o la cesación de
tales molestias. En la aplicación de la disposición el juez, debe contemporizar las exigencias de la
producción y el respeto debido al uso regular de la propiedad, asimismo tendrá en cuenta la prioridad
en el uso”.

En esta norma se contemplaba lo referente a los ruidos excesivos o molestos en el ámbito de las
relaciones de vecindad y fijaba un parámetro para distinguir al ruido excesivo del que debe ser
soportado y esa pauta es la normal tolerancia.

La jurisprudencia nacional como provincial ha señalado a través de sus fallos que se entiende por
normal tolerancia:

Jurisprudencia: “Estenarrena, Martin A.c. Empresa de Ferrocarriles Argentinos”, en donde se


discutía si el ruido generado por la campana de alarma del ferrocarril debía considerarse superior al
que corresponde a una normal tolerancia, expreso que: “ el ruido debe considerarse como una
molestia turbadora de la tranquilidad y el descanso y que en la actual redacción del art.2618,
específica para el caso, esta debe privar sobre las disposiciones generales referentes a las
obligaciones de hacer, y puesto que no tendría justificación alguna otorgar el resarcimiento y
mantener el ruido, con lo cual la supresión trasciende el interés de los actores para afectar el
vecindario todo, corresponde hacer uso de la facultad acordada por aquella y disponer únicamente la
cesación.

En este fallo se advierte ya que el problema del ruido excede el ámbito de las relaciones de derecho
privado.

En una segunda etapa el ruido es considerado entre las condiciones dignas en las que el trabajador
debe realizar su tarea (art. 14 y 14 bis CN). Finalmente, a partir de la reforma de la CN de 1994, el
ruido exorbitante como lo he remarcado en los párrafos anteriores, implica una alteración al
ambiente, y este es un bien jurídico protegido a partir de la reforma.

Al ruido se puede encarar desde dos puntos de vista: el primero cuando el ruido afecta a un
particular como en el supuesto del tráfico vehicular que transcurre en una autopista e incide a este
cuando ingresa a su vivienda, y el segundo cuando se propaga al espacio público alrededor de la
autopista.

En el primero estamos frente a un daño individualizado en las personas afectadas, y se rige por las
normas del C. Civil. En el segundo el daño es colectivo por la interminación de los sujetos afectados y
por las características del bien protegido, que es de naturaleza colectivo, que es el ambiente. En este
supuesto tienen legitimación para accionar en defensa de este bien; el defensor del pueblo, las
organizaciones ambientales no gubernamentales y el afectado. (artículo 43 de la CN).

Jurisprudencia. ͞Barragán c/ Autopistas Urbanas S.A. Gustavo Cima y otros sobre amparo͟: Lo que
origina este caso como consecuencia de un planteo que efectúa un vecino de la ciudad de Bs. As.,
quien reside con su familia en un departamento próximo a la autopista 25 de Mayo (AV) que
atraviesa la ciudad y por la que circulan un promedio de 170.000 vehículos por día. La concesionaria
de dicha autopista es la empresa Autopistas Urbanas S.A. (AUSA) y el accionista mayoritario es el
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El vecino demostró que los niveles de ruido que ingresaban a su vivienda y los percibidos en la
autopista superaban los tolerables (75 a 85 dB), lo que producía lesiones en el oído. Al no obtener
solución a su problema por la empresa concesionaria, interpuso una acción de amparo contra la
concesionaria y otros. El tribunal de alzada confirmó la sentencia recurrida haciendo lugar al amparo
y ordenó a AUSA y al Gobierno de la Ciudad a tomar medidas conducentes a mitigar el nivel de ruido
existente en la autopista.

Esas medidas apuntaban a que AUSA debía presentar ante el Juez de primera instancia, un estudio
técnico de Impacto Ambiental y un Plan de Adecuación Ambiental, en donde se especificara los
niveles de ruido en el espacio público, los niveles de ruido en el interior de las viviendas y edificios en
general, incluidas escuelas, ubicadas en las zonas linderas a la autopista y soluciones técnicas para
reducir los niveles de ruidos en ambos espacios (Instalaron pantallas acústicas).

Asimismo, el Gobierno de la Ciudad de Bs. As. en virtud del principio de subsidiariedad estaba
también obligado a expedirse sobre los puntos indicados en el párrafo anterior y presentarlo ante el
Juez. Del proceso conjunto de ambas partes el Juez obtendrá un panorama para ordenar la ejecución
de un Plan de Adecuación para reducir los ruidos de la autopista. En este fallo se aplican los
principios establecidos en la Ley 25.675 (Preventivo, responsabilidad, solidaridad y subsidiariedad).

La ley General del Ambiente 25675 sancionada en fecha 6 de noviembre de 2002 denominada por la
doctrina como ley marco, establece los presupuestos mínimos de protección para el logro de una
gestión sustentable y adecuada del ambiente. El art. 1 de la ley se refiere al bien jurídico protegido
(ambiente), menciona la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del
desarrollo sustentable.

Se advierte que si bien expresamente no se regula sobre la contaminación sonora y sus efectos
nocivos al proteger el ambiente (como bien jurídico protegido) surge implícitamente de sus artículos
que el derecho de los habitantes a un ambiente sano reconoce la posibilidad de controlar la
contaminación sonora.

El nuevo CCyC introduce la temática ambiental expresamente en los artículos 14 y 240, y preserva al
derecho ambiental en su propio sistema especial, configurado por la Constitución Nacional, los
convenios internacionales y las leyes de presupuestos mínimos (241 CCyC), estableciendo un cambio
paradigmático al poner énfasis más en la preservación que en el la reparación tratándose de daños al
ambiente.

Las disposiciones locales que regulan sobre la contaminación sonora

• La Constitución de la Provincia sancionada en el año 2006 en su art. 41 dispone que: “La


Provincia de Tucumán adopta como política prioritaria de Estado la preservación del medio
ambiente…”. La norma constitucional reafirma lo dispuesto en el art. 41 CN que establece
que el derecho de tercera generación, de que todo habitante tiene de gozar de un ambiente
sano y su responsabilidad de preservarlo para las generaciones futuras.
• La ley Provincial l de Medio Ambiente 6253 en su art. 2 expresa: “Es objetivo de la presente
ley, el racional funcionamiento de los ecosistemas humanos (urbano agropecuario) natural,
mediante una regulación dinámica del ambiente, armonizando las interrelaciones de
Naturaleza-Desarrollo-Cultura, en todo el territorio de la Provincia”.
• En el capítulo II de la Atmósfera en su art. 27 y 28 se reglamenta sobre las emisiones de calor
o ruido que superen los máximos admisibles, atribuyéndoles consecuencias jurídicas.
• Las ordenanzas municipales han regulado sobre ruidos molestos producidos por fuentes
móviles y fijas, (Ordenanza 288/78).
• El Decreto 122/G/79 establece los niveles máximos sonoros para los automotores,
motocicletas y otras fuentes fijas que origen ruidos molestos al vecindario.
• La ordenanza 942/87 denominado Código de tránsito en su art. 44 expresa: “ningún vehículo
automotor debe superar los límites reglamentarios de emisión de contaminantes, ruidos,
humos y radiaciones parasitarias”. Estos límites y los procedimientos para detectar las
emisiones, serán los que establezcan el Departamento Ejecutivo en la reglamentación del
presente artículo. En su art. 105 dispone: “En este Municipio está prohibido el uso de la
bocina, únicamente se admitirá su uso en caso de fuerza mayor o cuando el conductor no
tenga otro recurso para evitar accidentes. Está prohibido asimismo la instalación el uso de
otros aparatos distintos de la bocina reglamentaria sean cual fuere su mecanismo, excepto
los autorizados para vehículos policiales, bomberos, ambulancias etc.”
• En general las ordenanzas municipales han reglamentado para los infractores distintas
sanciones las que pueden ser multas y/o clausura del local o establecimiento. En este sentido
la ordenanza 758/82 incorpora l tres artículos al Código de Faltas entre ellos es oportuno
citar el art. 92 y 92 bis:
El art. 92 dispone sanciones: “El que infringiere las normas prohibitivas de ruidos
molestos o vibraciones que afecten la vecindad, será sancionado con multa de 150 U
a 400 U y/o clausura del local o establecimiento. (Modificado por Ord. N°4013/08.
ART. 92 BIS: “El que infringiere normas provocando desequilibrios ecológicos y
perjuicios en el medio ambiente, motivados por contaminación, polución ambiental,
acumulación de basuras y residuos, deforestación, ruidos, hacinamientos y demás
afines, será sancionado con multas que van desde 1000 U a 15000 U. En la misma
resolución de la sanción deberá disponerse de la cesación de la actividad,
procedimiento u omisión que ocasiona el perjuicio o desequilibrio. En casos
reiterados o de gravedad extrema, podrán hasta triplicarse los montos estipulados
en el primer párrafo y además podrá resolverse hasta la clausura o cese definitivo de
la actividad, aplicándose los procedimientos pertinentes. Se entenderá por
contravención o infracción por atentado y daño a la ecología y el medio ambiente, a
los actos de los ciudadanos, instituciones y organismos privados o públicos que
promuevan, atenten o causen daño a la ecología y el Medio Ambiente: haciendo
peligrar la salud, higiene publica, la preservación de la flora y fauna, como así
también que contaminen el agua, tierra y la atmosfera. Fijase para el motivo de la
multa por “contravención o infracción por atentado o daño a la ecología y el medio
ambiente la cantidad que en cada caso y de acuerdo a la gravedad del hecho
denunciado determine el Juez de Faltas actuante, tomando como valor máximo el
que fija el art. 13 actualizado, de acuerdo a las acordadas de Tribunal Municipal de
Faltas. (modificado por Ord. N°4013/08).

Contaminación Atmosférica
Se entiende por contaminación atmosférica a la presencia en el aire de materias o formas de
energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier
naturaleza, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir
olores desagradables.

El nombre de la contaminación atmosférica se aplica por lo general a las alteraciones que tienen
efectos perniciosos en los seres vivos y los elementos materiales, y no a otras alteraciones inocuas.
Los principales mecanismos de contaminación atmosférica son los procesos industriales que implican
combustión, tanto en industrias como en automóviles y calefacciones residenciales, que generan
dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes. Algunas
industrias emiten gases nocivos en sus procesos productivos, como cloro o hidrocarburos que no han
realizado combustión completa.

La contaminación atmosférica puede tener carácter local, cuando los efectos ligados al foco se sufren
en las inmediaciones del mismo, o planetario, cuando por las características del contaminante, se ve
afectado el equilibrio del planeta y zonas alejadas a las que contienen los focos emisores.

Los principales problemas atmosféricos en América Latina y el Caribe son la contaminación del aire,
el agotamiento de la capa de ozono estratosférico y el proceso de cambio climático, así como el
impacto que todo esto tiene en la salud de la población y en los ecosistemas regionales.

El agotamiento de la capa de ozono estratosférico tiene impactos locales sustanciales, afectando el


sur de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

El deterioro en la calidad del aire en América Latina y el Caribe tiene, entre sus principales causas, las
emisiones atmosféricas provenientes de los sectores forestales y las fuentes domésticas. En
combinación con condiciones meteorológicas locales que agravan su impacto, estas emisiones tienen
un efecto muy importante sobre la salud de las poblaciones rurales y urbanas.

El calentamiento global y el efecto invernadero

El efecto invernadero es el fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la
atmósfera terrestre, retienen parte de la energía que la superficie planetaria emite por haber sido
calentada por la radiación solar. Sucede en todos los cuerpos planetarios rocosos dotados de la
atmósfera.

Este fenómeno evita que la energía recibida constantemente vuelva inmediatamente al espacio,
produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero. En el sistema
solar, los planetas que presentan efecto invernadero son Venus, la Tierra y Marte.

Si no fuese por la capa de dióxido de carbono y de los demás gases llamados de efecto invernadero
que la integran y retienen parte del calor que su superficie emite en forma de rayos infrarrojos como
si fueran cristales de un invernadero, el planeta Tierra estaría helado. El crecimiento de esa capa
hace que la tierra retenga más calor y de ese modo las sequías, las tempestades y las inundaciones
sean más extremas.

Además, provoca una mayor licuación de hielo, lo que aumenta el nivel de agua y paulatinamente va
sumergiendo las áreas más bajas del mundo que es donde se encuentran sus más grandes ciudades y
concentraciones industriales. La quema de combustibles y la quemazón de bosques disminuyen la
masa vegetal que es la que lo absorbe, también hace crecer esa capa y correlativamente aumenta la
temperatura terrestre.

Las mayores emisiones de dióxido de carbono siempre han provenido de EEUU, sumadas a las
emisiones de China, la Federación Rusa y Japón, se llega a la mitad de la emisión mundial.
La industrialización ha contribuido a mejorar el nivel de vida, por diversos medios. Aumentando los
ingresos individuales, elevando la prosperidad social y mejorando los servicios, en particular el
transporte y las comunicaciones. La actividad industrial entraña también riesgos para la salud de los
trabajadores y de la población en general, por exposición directa a prácticas o agentes nocivos o
indirectamente por degradación del medio ambiente.

En los países desarrollados como en desarrollo, las prácticas industriales ejercen efectos nocivos, al
liberar en el aire y en el agua contaminantes y desechos peligrosos. Es por ello que la Organización
Mundial de la Salud (O.M.S.) recomienda establecer un proceso de planificación en el que se tenga
en cuenta la salud y el medio ambiente en todas las decisiones relativas a la implementación y la
concepción de nuevas industrias, la elección de los procedimientos industriales y de medidas de
seguridad y dispositivos de protección industrial como, conceder mayor prioridad a la lucha contra la
contaminación del aire y el agua, vigilar con más atención los escapes y fugas de efluentes
industriales, abordar el problema de las enfermedades profesionales y de la contaminación del
medio ambiente en las pequeñas industrias, respetar los acuerdos mundiales sobre gestión de los
desechos, estudiar mejor las interacciones entre los agentes químicos y los sistemas biológicos.

El efecto invernadero es un fenómeno natural que permite a la Tierra mantener una temperatura
adecuada para poder habitarla. Es un fenómeno por el cual algunos gases de la atmósfera retienen
parte de la energía que emite el suelo de nuestro planeta y que ha obtenido de la radiación solar.

Cuando la actividad del hombre aumenta la cantidad de gases emitidos hacia la atmósfera se
produce un desajuste de la temperatura de la Tierra, lo que provoca el calentamiento global. Entre
las actividades humanas, está la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural), la
deforestación o la creación de vertederos.

Disminución de la Capa de Ozono

Afecta a un bien común a toda la humanidad que es la atmósfera. El clorofluorocarburo (CFC), una de
cuyas variedades se conoce como gas freón, se obtiene por síntesis a muy bajo costo; se evapora a
baja temperaturas, es inerte, estable y no tóxico. Difundido en refrigeradores y luego en aerosoles,
matafuegos y espumas plásticas. Aunque inofensivo para el usuario, resultó altamente dañoso para
la atmósfera no sólo porque contribuye activamente al recalentamiento global sino porque el cloro
que su descomposición libera destruye la capa de ozono que retiene la mayor parte de los rayos
ultravioletas que provienen del sol.

Una exposición excesiva de tales rayos debilita el sistema inmunológico de los seres vivos y origina
quemaduras y el temido cáncer de piel. La alarma producida por la reducción a la mitad de esa capa
sobre la Antártida hacia 1985, indujo a un grupo de naciones a celebrar la Convención de Viena de
1985 y el protocolo de Montreal de 1988, que impuso una reducción de más de la mitad de la
producción de CFC para fin de siglo. Se creó un fondo internacional para ayudar a los países en
desarrollo a adoptar tecnologías que no dañasen la capa de ozono.

El Cambio Climático

Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala
global o regional.
Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros
meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. Debido tanto a
causas naturales como antropogénicas.

El término suele usarse de manera poco apropiada, para hacer referencia tan solo a los cambios
climáticos que suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. La
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término «cambio
climático» solo para referirse al cambio por causas humanas.

Afecta el clima de toda la humanidad. Se origina principalmente dañando un bien común a toda la
humanidad que es la atmósfera.

Atmósfera y clima: marco jurídico internacional

Los problemas de la contaminación atmosférica y del cambio climático han de ser abordados a nivel
internacional, ya que los contaminantes del aire sobrepasan las fronteras nacionales, en forma que
se puede hablar de un proceso de internacionalización de la contaminación, que requiere soluciones
globales. La manifestación más visible y preocupante de dicho proceso es el recalentamiento de la
atmósfera, como consecuencia de la elevada concentración de los denominados gases de efecto
invernadero (dióxido de carbono, clorofluorocarbonos, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos, etc.)

Para afrontar el problema, la comunidad internacional dispone de un foro, el IPPC (Panel


Intergubernamental del Cambio Climático, constituido en 1988), que ha promovido la celebración de
varias convenciones internacionales.

A partir de la II Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en
1992 en Brasil, se generaron una serie de instrumentos de estratégica importancia como son:

• El Programa 21.
• La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
• El Protocolo de Kyoto, en 1997. Que fuera aprobado en la Tercera Reunión de las Partes del
Convenio, realizado en Japón.

En Buenos Aires en el año 1998 tuvo lugar una Cumbre internacional, donde se sentaron bases para
que las emisiones de los gases de efecto invernadero se reduzcan al nivel correspondiente.

Convención marco sobre cambio climático

Por convocatoria de las Naciones Unidas, se reunieron en junio de 1992, en Río de Janeiro,
representantes de los países miembros de las Naciones Unidas y con la presencia de más de 150 jefes
de Estado y suscribieron el día 12 del mismo mes la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático, bajo el auspicio de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Nuestro país ha ratificado mediante Ley 24.295, la Convención de Cambio Climático, sancionada el
7/12/1993, por lo que a partir del 9 de junio de 1994 el Convenio posee fuerza de ley.

El texto aprobado de ese documento marco es, básicamente, un acuerdo instrumental por el cual se
crean distintos mecanismos que están destinados a dar respuestas progresivas al incremento de los
gases de efecto invernadero en la atmósfera, pero en cual no se establecieron metas concretas de
reducción de las emisiones.
El objetivo principal de la Convención, contenido en su art. 2, es “lograr… la estabilización de las
concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a un nivel que impida
interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un
plazo suficiente para que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que
la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de
manera sostenible.

Se establecen los principios que deben guiar a las Partes suscribientes, destacándose entre los
principales:

• El de proteger el sistema climático para las generaciones presentes y futuras


• Impulsar medidas de precaución, prevención y reducción de las causas identificadas, en
todo momento reconociendo las diferenciadas necesidades de los países en desarrollo, a
quienes se le reconoce el derecho al desarrollo sostenible.

En el art. 4 y siguientes se establecen:

• Los compromisos asumidos, entre otros promover la difusión e intercambio de prácticas


necesarias para reducir y prevenir emisiones,
• Información y educación de la población
• Aplicar los programas necesarios para mitigar el cambio climático
• Apoyar la gestión sostenible de los sumideros y depósitos de emisiones (bosques, océanos,
biomasa y otros ecosistemas).
• Etc.

El art. 7 crea la autoridad suprema del Convenio, la Conferencia de las Partes, responsable de tomar
las decisiones para la aplicación eficaz del instrumento.

Protocolo de Kyoto

Es un protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático


(CMNUCC), y un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de
efecto invernadero que causan el calentamiento global.

La Tercera Reunión de las Partes, realizada en diciembre de 1997, en Japón, sembró inusitadas
expectativas en la comunidad internacional, en razón que el desafío era cuantificar los compromisos
establecidos en la Convención, fijando metas de reducción a cumplir por los países, convirtiéndose
así en un punto de inflexión.

Dichos compromisos, poseen efectos jurídicos directos, y obligan a las partes suscribientes, a partir
de que sean ratificados al menos por 55 países, entre ellos los desarrollados, que representen por lo
menos el 55% de las emisiones.

Las negociaciones determinaron la inclusión de seis gases prioritarios sobre los cuales se debe actuar
para reducir las emisiones, estos son:

• El dióxido de carbono (CO2)


• El metano (CH4)
• El óxido nitroso (N2O)
• Los perfluorocarbonos (PFC)
• Los hidrofluorocarbonos (HFC)
• Hexafluoruro de azufre (SF6)

El Protocolo negociado en Japón define cuáles son las diferentes actividades antrópicas que generan
los gases de efecto invernadero, o sea los sectores o categorías de fuentes productoras:

a. Sector Energía: quema de combustibles, industrias de energía, manufacturera y


construcción, transportes y otros; emisiones fugitivas de combustibles sólidos, petróleo y gas
natural.
b. Procesos industriales: productos de minerales industria química, producción de metales,
producción y consumo de halocarbonos, hexafluoruro y azufre, etc.
c. Utilización de disolventes y otros productos.
d. Agricultura: fermentación entérica, aprovechamiento de estiércol, cultivo de arroz, suelos
agrícolas, quema de residuos agrícolas y quema prescrita de sabanas, etc.
e. Desechos: Eliminación de desechos sólidos en la tierra, tratamiento de aguas residuales,
incineración de desechos, etc.

La necesidad de financiación podría satisfacerse a través de los mecanismos de flexibilización


previstos por el Protocolo de Kyoto, los cuales permiten que los países desarrollados que quieran
continuar produciendo emisiones paguen a otros para que reduzcan las suyas o para que extraigan
dióxido de carbono de la atmósfera a través del proceso de fotosíntesis.

Los “mecanismos de desarrollo limpio” previstos en el artículo 12 del Protocolo de Kyoto consisten
en la incorporación de tecnologías destinadas a disminuir la emisión de gases de invernadero.

La forma de obtener recursos por este medio consiste en cuantificar las reducciones de emisiones
efectuadas a través de un Proyecto de Mecanismo de Desarrollo Limpio reconocido por las
autoridades del Protocolo de Kyoto. La reducción certificada a través de este procedimiento se
convierte en “Bonos de Carbono”, que pueden ser comercializados en el mercado internacional.
Aunque todavía existe una gran variabilidad de precios, ya que se trata de un mercado emergente, se
acepta que no bajarán de tres dólares por tonelada de CO2 Equivalente.

Las ventajas de este enfoque son evidentes: el país en desarrollo que emite los bonos logra un
ingreso que puede emplearse para mejorar la productividad y generar empleo, al mismo tiempo que
se evita el deterioro que afecta a las tierras agrícolas y forestales de muchas de estas naciones.

El protocolo fue inicialmente adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero no entró en
vigor hasta el 16 de febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 estados los que ratificaron el
protocolo. Estados Unidos, mayor emisor de gases de invernadero mundial, no ha ratificado el
protocolo.

El instrumento se encuentra dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
el Cambio Climático (CMNUCC), suscrita en 1992 dentro de lo que se conoció como la Cumbre de la
Tierra de Río de Janeiro.

Argentina, como país en desarrollo y con aproximadamente el 0,6 % del total de las emisiones
mundiales, no estaba obligada a cumplir las metas cuantitativas fijadas por el Protocolo de Kioto.
Pese a ello ratificó el acuerdo, previa aprobación del Congreso Nacional el 13 de julio de 2001, a
través de la Ley Nacional 25.438. En consecuencia, su condición de país adherente hace que deba
comprometerse con la reducción de emisiones o, al menos, con su no incremento.
El disfrute de un ambiente sano: jurisprudencia

La posibilidad de disfrutar de un ambiente sano constituye un derecho fundamental y, en términos


constitucionales, engloba no sólo la tutela de los recursos naturales sino también el patrimonio
cultural, artístico, histórico, el paisaje y todo lo relativo a los micro bienes ambientales.

Esta definición amplia que emana del art. 41 de la Constitución Nacional posibilita determinar un
doble objeto de protección: por una parte, se ampara el ambiente como macro bien, mientras que
también tutela la calidad de vida de las personas integrantes de la generación actual y de las
generaciones futuras.

Para el sistema internacional de derecho humanos como para nuestro derecho interno, el disfrute de
un ambiente sano constituye un verdadero prerrequisito o presupuesto para el goce de los demás
derechos reconocidos por los Estados, plexo de derechos fundamentales entre los cuales se
encuentra el de la dignidad de la persona humana.

Una industria no podría alegar el ejercicio regular de un derecho para arrojar sus residuos a un río,
amparada que se encuentra permitido por autoridad administrativa, si está contaminando y
afectando el ambiente o la salud de la población.

Una empresa contaminante del aire o del suelo podría válidamente insinuar en juicio como
estrategia defensiva que las personas que la denuncian asumieron el riesgo de ser damnificadas
porque construyeron sus viviendas en las adyacencias de tal industria cuando ella ya estaba
funcionando.

La causa Almada, Hugo Néstor c/ Copetro S.A., en el que la Sala III de la Cámara Primera de
Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata, confirmó la sentencia de
primera instancia y se hizo lugar a la pretensión indemnizatoria de los actores, ordenando a la
demandada cesar en la emisión de los elementos contaminantes que se le imputaron, bajo
apercibimiento de ordenar el cierre de la empresa.

El actor sostuvo que los daños derivaban de la planta industrial de la firma citada, cuya actividad
principal consiste en la calcinación de coque de petróleo, instalada en el barrio Campamento de la
localidad bonaerense de Ensenada, donde reside. Como resultado del proceso industrial, afirmó, la
fábrica expulsa hacia la atmósfera una gran cantidad de pequeñas partículas carbonosas, las que al
ser transportadas por el viento hacia donde habita, no sólo ensucian y deterioran su propiedad, sino
también producen consecuencias nocivas para las vías respiratorias.

La empresa contestó que su planta industrial se encuentra en un polo petroquímico preexistente a la


instalación de dicha planta y que su actividad no incrementó la contaminación ambiental que ya
existía en la zona. Además, alegó que tomó todas las medidas de control de la contaminación y que
de los controles que realiza el Ministerio de Salud de Buenos Aires surge el reducido grado de
contaminación que produce. Asimismo, la CSJ de Buenos Aires, a su turno, rechazó los recursos de
nulidad y extraordinario interpuesto por la demandada, quedando firme el fallo que condenó a
Copetro a indemnizar por los daños causados y a cesar en la contaminación, reiterando el
apercibimiento ante la falta de cumplimiento de lo ordenado el cierre del establecimiento industrial.

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