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CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN A
I. ANTECEDENTES
Como fundamentos fácticos de sus pretensiones relataron los que la Sala se permite
resumir a continuación:
Finalmente, sostuvo la parte actora que era deber de la administración vigilar constantemente
los trabajos desarrollados por el contratista, razón por la cual, ante la falta de control y
vigilancia de las obras, incurrió la entidad demandada en una falla en el servicio.
1.2. Expediente 1997 03679. Actor: José Lubián Zamora Vallejo y otro.
Con fundamento en los mismos hechos antes expuestos, los señores JOSE LUBIAN y
MARIA ELFIDIA ZAMORA VALLEJO, por intermedio de apoderado judicial y en
ejercicio de la acción de reparación directa enderezada en contra del INSTITUTO DE
DESARROLLO URBANO Y VALORIZACION DE PEREIRA -INDUVAL- al que
señalaron como parte demandada, solicitaron que, previos los trámites de ley, se lo declare
administrativamente responsable por la muerte del señor LUIS ALFONSO ZAMORA
VALLEJO, en hechos ocurridos el día 14 de mayo de 1995, al caer a un hueco destinado a la
construcción de una cámara de inspección, como parte de las obras de ampliación de la calle
13 con carrera 8, en la ciudad de Pereira.
Dentro del término de fijación en lista de cada uno de los procesos, el Instituto de
Desarrollo Urbano y Valorización de Pereira contestó las demandas 9 para oponerse a la
prosperidad de las pretensiones, en los siguientes términos.
Manifestó la entidad que, contrario a lo que se adujo en las demandas, sí tomó las
medidas de seguridad, preventivas e informativas, tendientes a evitar cualquier tipo de
siniestro a los peatones y a los habitantes del sector, tanto así que en el pliego de
condiciones de la licitación se incluyó un acápite exclusivamente referido a la
señalización de las vías y las medidas de seguridad.
Señaló que no era posible imputarle ninguna responsabilidad por la muerte del señor
Zamora Vallejo, ya que su deceso ocurrió como consecuencia del hecho de un tercero,
tal como lo reveló la necropsia realizada a su cadáver, en la que se estableció que
obedecía a un presunto homicidio, pues el occiso, antes de caer al sitio de donde
supuestamente fue recogido, había sido herido con arma corto punzante, a la altura del
1
Folio 48 del cuaderno No. 1.
2
Folio 49 del cuaderno No. 1.
3
Folio 49 vto del cuaderno No. 1.
4
Folio 51 del cuaderno No. 1.
5
Folio 23 del cuaderno No. 1-1
6
Folio 24 del cuaderno 1-1.
7
Folio 24 del cuaderno 1-1.
8
Folio 26 del cuaderno 1-1.
9
(Fol. 148 al 157 del cuaderno 1 y Fol. 34 al 40 del cuaderno 1-1)
tórax, a nivel del dorso, lo que le produjo un “shock hipovolémico secundario a herida
de vasos pulmonares izquierdos”.
3. El llamamiento en garantía
A la Compañía de Seguros del Estado S.A., en virtud de las Pólizas No. 9463085
y 9463065 y sus anexos de modificación No. 001 de 25 y 26 de octubre de 1995,
respectivamente, cuyo objeto era amparar la responsabilidad civil
extracontractual derivada de la ejecución de los contratos de obra pública No.
004 y 005 de 1996, relativos a la ampliación y pavimentación de la calle 13 entre
carreras 8 y 11 de la ciudad de Pereira.
10
Folios 148 al 157 del cuaderno No. 1 y 36 a 38 del cuaderno No. 1.1.
relacionado con las cantidades de obra, especificaciones técnicas, medidas
preventivas de seguridad y señalización.
Actuando a través de apoderada, señaló que durante el desarrollo de la obra se tomaron las
medidas de seguridad consagradas en los pliegos de condiciones, tendientes a evitar
posibles accidentes, por lo que una vez se iniciaron las labores de excavación se instalaron
señales de prevención y se construyeron puentes peatonales en madera, con el fin de
garantizar la libre y segura circulación de los peatones.
Finalmente, adujo que frente a él existía una falta de legitimación en la causa por pasiva,
toda vez que la obra fue dividida en dos tramos: el primero a cargo del Ingeniero Danilo
Flórez Guarín, que comprendía la calle 13 entre carreras 4ª y 8ª; el segundo, que se
encontraba a su cargo, se desarrollaba en la calle 13 entre carreras 8ª a 11, y, según las
versiones de los residentes del sector, el accidente tuvo lugar en el andén de las esquina
nor-oriental de la calle 13 con carrera 8ª, zona que no estaba bajo su responsabilidad.
11
Folio 162 del cuaderno No. 1.
12
Folios 111 y 112 del cuaderno No. 1.1.
13
Folios 219 al 239 del cuaderno No. 1 A.
4.2. Seguros del Estado S.A.14
Por su parte la Empresa Seguros del Estado S.A., se opuso a las pretensiones de la demanda
con fundamento en las siguientes excepciones:
En relación con esta excepción señaló que la aseguradora amparó la responsabilidad civil
extracontractual derivada de la ejecución del Contrato 004-94, para lo cual estipuló una
cláusula de garantía, consistente en mantener en sitios visibles vallas y otros avisos de
prevención y señalización diurna y nocturna, por lo que al determinarse el incumplimiento
de dicha cláusula habría lugar a las sanciones establecidas en el artículo No. 1.061 del
Código de Comercio.
Señaló que el amparo otorgado en el Anexo 001 de la Póliza No. 9463065 excluyó
expresamente los perjuicios morales y el lucro cesante.
A través de apoderada se opuso a las pretensiones de la demanda, para lo cual señaló que,
en su calidad de interventora de las obras, siempre fue diligente en exigir y verificar el
cumplimiento de las medidas de seguridad correspondientes, lo que en efecto se llevó a
cabo, toda vez que durante la ejecución de la obra se construyeron puentes peatonales, se
instalaron vallas y canecas de colores reflectivos, entre otros, para efectos de garantizar la
seguridad de quienes transitaban por el sector, dando cabal cumplimiento a lo dispuesto en
el pliego de condiciones y en el contrato, situación que se reafirma al tener en
consideración que durante el desarrollo de la obra nunca fue objeto de multas o sanciones
por parte de INDUVAL.
Adicionalmente, propuso como excepción el hecho de un tercero, para lo cual señaló que,
según rumores de vecinos del sector, la víctima fue objeto de una agresión personal
momentos antes de su muerte.
14
Folios 271 al 274 del cuaderno 1A.
15
Folios 283 al 294 del cuaderno 1.
4.4. Empresas Públicas de Pereira 16
Así mismo, señaló que el convenio que la entidad suscribió con el Instituto de
Desarrollo Urbano y Valorización de Pereira no tenía fuerza vinculante en el presente
caso, pues no se consagró ninguna obligación a cargo de las Empresas Públicas de
Pereira, en punto a su responsabilidad por los daños y perjuicios causados con la
ampliación de la calle 13, como tampoco podría considerarse que estaba llamada a
responder por el solo hecho de contribuir económicamente, y por imposición legal, para
la construcción de una obra pública que no contrató, ni participó en su ejecución o se
benefició de ella.
En escrito aparte al de la contestación 17, formuló llamamiento en garantía respecto de la
Compañía Agrícola de Seguros S.A., con ocasión de la Póliza de Seguros de
Responsabilidad Extracontractual No. 10690, al estimar que los hechos por los cuales se
reclamaba indemnización estaban amparados por el mencionado contrato de seguro.
Se opuso al llamamiento en garantía, para lo cual señaló que en uno de los anexos de la
póliza de seguros se contempló como exclusión la existencia de “reclamaciones mutuas
entre asegurado, contratista y/o subcontratistas independientes”, la cual consiste en
que el INDUVAL llamó en garantía a las Empresas Públicas de Pereira, entidad que
alega que no existe fuerza vinculante en su contra y a su vez llama en garantía a la
aseguradora, de manera que tales reclamaciones mutuas configuran la causal de
exclusión pactada en la póliza.
16
Folios 184 al 188 del cuaderno 1 y folios 124 al 126 del cuaderno 1-1.
17
Folios 189 y 190 del cuaderno 1 y folios 127 a 129 del cuaderno 1-1.
18
Folios 413 y 414 del cuaderno No. 1 A.
19
Folios 420 al 423 del cuaderno 1 A.
Mediante escrito presentado el 1° de septiembre de 199720, la parte demandante solicitó la
acumulación de los procesos radicados con los números 3679 y 3406, petición que fue
resuelta favorablemente por el Tribunal Administrativo de Risaralda mediante proveído del
30 de septiembre del mismo año21.
La parte actora señaló, en síntesis, que, contrario a lo afirmado por la parte demandada,
al momento en que ocurrieron los hechos la obra todavía no había finalizado ni la
señalización era adecuada, según daba cuenta la bitácora de la obra. Así mismo,
descartó la posibilidad de que la muerte del señor Luis Alfonso Zamora Vallejo
ocurriera por el hecho de un tercero o por la culpa de la propia víctima, ya que la
Fiscalía se inhibió de abrir investigación penal, teniendo en cuenta una misión de
trabajo adelantada para esclarecer las circunstancias en que ocurrió el fallecimiento, de
20
Folios 436 y 437 del cuaderno 1.
21
Folios 439 a 440 del cuaderno 1.
22
Folio 462 del cuaderno 1 A.
23
Folios 468 a 472 del cuaderno 1 A.
24
Folios 473 a 477 del cuaderno 1 A.
25
Folios 463 al 467 del cuaderno 1 A.
la cual se desprende que el occiso no fue atacado por ninguna persona y, por el
contrario, resbaló y cayó a un hueco lleno de escombros ubicado en la carrera 8 con
calle 13 esquina.
El Ministerio Público rindió concepto de fondo, para solicitar que se accediera a las
pretensiones de la demanda27, al considerar que en el sub lite se encontraba demostrado
que la muerte del señor Luis Alfonso Zamora fue consecuencia directa del descuido por
parte del INDUVAL, en su calidad de propietario de la obra, toda vez que se dejó
abierta una recamara de grandes proporciones, sin ninguna clase de señal de peligro o
prevención para el público que por allí transitaba.
26
Folios 478 al 515 del cuaderno 1 A.
27
Folios 517 al 519 del cuaderno 1 A.
28
Folios 521 al 540 del cuaderno de segunda instancia.
Tabares, cuando el mencionado señor habría perdido la vida en el tramo I de la obra, a
cargo de Danilo Flórez Guarín.
Sobre este particular, afirmó el recurrente que la obra pública comporta una unidad y las
anormalidades que se presenten en un sector determinado afectan a la totalidad de la obra,
así mismo, las responsabilidades que surjan durante su ejecución se predican frente a todos
los contratistas e interventores de la obra, por lo que no podía considerarse que, en este
caso, la ejecución dividida en dos tramos desligara la responsabilidad de los contratistas, de
manera que ambos estaban obligados a responder por la totalidad de la rehabilitación de la
calle 13 en los dos tramos contratados.
Concluyó que el a quo incurrió en un yerro, cuando señaló que al presente caso no se allegó
ninguna prueba relacionada con el tramo de la obra en donde falleció el señor Luis Alfonso
Zamora y la falta de señalización e iluminación en dicha área, pues se debía considerar que
los dos tramos y sectores de la obra comportan una unidad indivisible.
29
Recurso presentado el 11 de febrero de 2000 obrante a folios 542 y 543 del cuaderno de segunda instancia,
debidamente sustentado en escrito que obra de folios 546 a 593 del mismo cuaderno.
Señaló que no era predicable la existencia de la causal eximente de responsabilidad,
consistente en la culpa exclusiva de la víctima, toda vez que el señor Luis Alfonso Zamora
no tenía por qué sospechar siquiera que, al ingerir bebidas alcohólicas, estaba aportando
con la causa de su propia muerte.
El recurso planteado en los términos expuestos, fue admitido por auto del 12 de mayo de
200030 y, mediante proveídos de 8 de septiembre y 13 de octubre de 2000 31, se dispuso
la práctica de pruebas en segunda instancia, en punto a incorporar al expediente unos
documentos allegados por la parte actora y requerir al Instituto de Desarrollo Urbano y
Valorización de Pereira y las Empresas Públicas de Pereira, para el aporte de unas pruebas
documentales decretadas en primera instancia.
Posteriormente, con auto de 7 de febrero de 2002 32 se corrió traslado a las partes para
que alegaran de conclusión y al Ministerio Público para que, si lo consideraba
pertinente, rindiera concepto de fondo, oportunidad procesal que transcurrió en silencio.
II.- CONSIDERACIONES
1. La competencia
La Sala es competente para conocer del asunto, en razón del recurso de apelación
interpuesto por la parte demandante en contra de la sentencia proferida el 31 de enero de
2000, por el Tribunal Administrativo de Risaralda, en proceso con vocación de doble
instancia ante esta Corporación, dado que las demandas acumuladas se presentaron el 9
de septiembre de 1996 33 y el 14 de mayo de 1997 34, y la pretensión mayor en cada una de
ellas se estimó en dos mil veintiún (2.021) gramos de oro fino, equivalente a las sumas de
$26.163.502 y $24.431.121, respectivamente, por concepto de perjuicios morales ,
mientras que el monto exigido en ese año para que un proceso adelantado en ejercicio de
la acción de reparación directa tuviera vocación de doble instancia era de $13.460.000.35
30
Folio 606 del cuaderno principal.
31
Folios 693, 694 y 699 a 701 del cuaderno de segunda instancia.
32
Folio 858 del cuaderno de segunda instancia.
33
Folio 48 del cuaderno No. 1.
34
Folio 23 del cuaderno No. 1-1
35
Decreto 597 de 1988.
2. Ejercicio oportuno de la acción
3. Lo probado en el proceso
Es necesario advertir que la Sala valorará los documentos obrantes en el proceso penal que
se adelantó con ocasión de la muerte del señor Luis Alfonso Zamora Vallejo, el cual fue
decretado como prueba trasladada a petición la parte actora, de conformidad con las pautas
que sobre el particular se han establecido en la jurisprudencia de la Sección 38. En este
36
Normatividad aplicable al presente caso, de conformidad con lo señalado en el artículo 308 de la Ley 1437
de 2011, por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo, en los siguientes términos: “Los procedimientos y las actuaciones administrativas, así como
las demandas y procesos en curso a la vigencia de la presente ley seguirán rigiéndose y culminarán de
conformidad con el régimen jurídico anterior.”
37
De conformidad con lo consignado en el Certificado de Defunción y el correspondiente Registro Civil de
Defunción que obran en el expediente a Folio 14 Cuaderno No. 1; Folio 7 Cuaderno Uno – Uno (1-1); y,
Folios 23 y 24 del cuaderno de pruebas.
38
En relación con el traslado de pruebas y, particularmente, frente a los documentos, públicos o privados
autenticados que hacen parte de un proceso diferente de aquél en el que se pretende su valoración, se tiene
claro que podrán ser valorados en el proceso contencioso administrativo al cual son trasladados siempre que
se haya cumplido el trámite previsto en el artículo 289 del Código de Procedimiento Civil. En tal virtud, una
vez allegado el documento, deberá expedirse un auto que ordene tenerlo como prueba y la parte contra la cual
se aduce podrá tacharlo de falso dentro de los cinco días siguientes a su notificación. Debe tenerse en cuenta
que, según lo dispuesto en la misma norma, no se admitirá la tacha de falsedad cuando el documento
impugnado carezca de influencia en la decisión, o se trate de un documento privado no firmado ni manuscrito
por la parte a quien perjudica. Para el específico caso de la prueba documental la Sala ha señalado que la
omisión del referido traslado no configura vicio de nulidad alguno a la luz del artículo 140 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual resulta procedente dar aplicación a lo dispuesto en el parágrafo de
dicho artículo, según el cual las irregularidades no constitutivas de nulidad procesal “se tendrán por
subsanadas, si no se impugnan oportunamente por medio de los recursos que este Código establece ”. Al
respecto se puede consultar, entre otras, las siguientes providencias: Sentencia de 4 de febrero de 2010,
Expediente 18109, Consejero ponente: Dr. Mauricio Fajardo Gómez; Sentencia de 18 de marzo de 2010,
expediente 32.651, Consejero ponente: Dr. Enrique Gil Botero; Sentencia de 29 de septiembre de 2011,
expediente 23.182; Sentencia de 11 de abril de 2012, expediente 22.667; y, Sentencia de 14 de marzo de
2013, expediente 26892, todas con ponencia de quien funge en la misma condición en esta providencia.
sentido, se tendrán en cuenta el protocolo de necropsia No. 95-A-308 del 15 de mayo de 1995
y la Resolución de 28 de julio de 1995, mediante la cual la Fiscalía 21 de Vida, Delegada
ante los Jueces Penales del Circuito de Pereira, resolvió inhibirse de iniciar instrucción.
Que el señor Luis Alfonso Zamora Vallejo falleció el 15 de mayo de 1995 y que la
causa de su muerte fue un Shock Hipovolémico, según se desprende del contenido de los
Certificados de Defunción y el correspondiente Registro Civil de Defunción que obran en el
expediente40.
Que el Shock Hipovolémico41 que produjo el fallecimiento del señor Zamora Vallejo
fue consecuencia directa de una “herida de vasos pulmonares izquierdos, a nivel del hilio,
39
Si bien la Sala Plena de la Sección Tercera unificó recientemente su jurisprudencia en torno a los criterios
de valoración de la prueba testimonial trasladada de otro proceso, el criterio fijado no tiene aplicación al
presente caso, pues hace expresa referencia a la posibilidad de valorar los testimonios practicados sin
audiencia de las entidades de orden nacional, cuando frente al traslado de dicha prueba se haya guardado
silencio en torno a su validez y admisibilidad. En este sentido se manifestó lo siguiente: “12.2.18. Ahora bien,
en los casos en donde las partes guardan silencio frente a la validez y admisibilidad de dichos medios de
convicción trasladados, y además se trata de un proceso que se sigue en contra de una entidad del orden
nacional, en el que se pretenden hacer valer los testimonios que, con el pleno cumplimiento de las
formalidades del debido proceso, han sido recaudados en otro trámite por otra entidad del mismo orden, la
Sala unifica su jurisprudencia en el sentido de afirmar que la persona jurídica demandada -la Nación- es
la misma que recaudó las pruebas en una sede procesal diferente, lo que implica que, por tratarse de
testimonios recopilados con la audiencia de la parte contra la que se pretenden hacer valer en el proceso
posterior, son plenamente admisibles y susceptibles de valoración, según la interpretación más estricta que
pueda hacerse de las formalidades establecidas en el artículo 229 del Código de Procedimiento Civil, según
las cuales la ratificación de las declaraciones juramentadas trasladadas sólo es necesaria “… cuando se
hayan rendido en otro [proceso], sin citación o intervención de la persona contra quien se aduzcan en el
posterior…”. (Se destaca) Sentencia de 11 de septiembre de 2013, expediente 20601, Consejero Ponente: Dr.
Danilo Rojas Betancourth.
40
Folio 14 Cuaderno No. 1; Folio 7 Cuaderno Uno – Uno (1-1); y, Folios 23 y 24 del cuaderno de pruebas.
41
Según la información que reposa en la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. INH Institutos
Nacionales de la Salud, en la base de datos Medline Plus Enciclopedia médica en español, consultada el 10 de
febrero de 2014, un shock (choque) hipovolémico es una afección de emergencia en la cual la pérdida grave
de sangre y líquido hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo. El choque
hipovolémico, a menudo llamado shock hemorrágico, es un síndrome complejo que se desarrolla cuando el
volumen sanguíneo circulante baja a tal punto que el corazón se vuelve incapaz de bombear suficiente sangre
al cuerpo. Es un estado clínico en el cual la cantidad de sangre que llega a las células es insuficiente para que
estas puedan realizar sus funciones. El término hipovolemia significa disminución del volumen, en este caso,
sanguíneo. La hemorragia es la causa más común por la que un individuo puede caer en hipovolemia y luego
en choque, ya que disminuye la presión arterial media de llenado del corazón por una disminución del retorno
venoso. Debido a esto, el gasto cardiaco, es decir, la cantidad de sangre que sale del corazón por cada minuto,
cae por debajo de los niveles normales.
ocasionada por arma corto punzante penetrante al tórax, a nivel del dorso.”. Igualmente, que
el occiso presentaba una concentración de alcohol en sangre de 257.0 mg/100 ml., por lo que
se encontraba en un grado III de embriaguez alcohólica.
A tal conclusión se llega tras valorar los hallazgos anotados en el protocolo de necropsia No.
95-A-308 del 15 de mayo de 199542, así como el dictamen rendido en este proceso
contencioso administrativo a petición de la parte demandada43, por parte del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 44, en el cual se dio alcance a lo consignado
en el citado protocolo de necropsia y se precisaron los efectos que produce el alcohol en las
personas. En el protocolo de necropsia se registraron los siguientes hallazgos:
“EXAMEN EXTERNO
ESTUDIOS SOLICITADOS
ALCOHOLEMIA
ALCOHOL ETILICO: POSITIVO. Concentración: 257.0 mg/100 ml.
CONCLUSION
42
Obrante a folios 134 a 136 del cuaderno de pruebas y 8 a 10 del cuaderno No. 3, contentivo del expediente
penal.
43
Prueba decretada en auto de 14 de septiembre de 1998, visible a folios 178 y 179 del cuaderno Uno – Uno
(1-1).
44
folios 132 y 133 del cuaderno de pruebas.
Hombre adulto quien fallece por shock hipovolémico, secundario a herida de vasos
pulmonares izquierdos a nivel del hilio, ocasionada por arma cortopunzante
penetrante al tórax, a nivel del dorso.”
Grado III. 250 mg/100ml – 399 mg/100 ml. A estos niveles una persona puede tener
un ligero grado de conciencia, como encontrarse en estado de estupor, estado de
inconciencia tipo anestesia general.
(…)
A una concentración de 257 mg/100 ml. El ligero grado de conciencia no le permite
discernir las actuaciones como anoté, o puede encontrarse en estado de
inconciencia.
En cuanto a la causa probable del fallecimiento del señor Luis Alfonso Zamora
Vallejo, fue por shock hipovolémico, secundario a herida de vasos pulmonares
izquierdos a nivel del hilio, ocasionada por arma cortopunzante, a nivel del dorso.”
Que en virtud de la muerte del señor Luis Alfonso Zamora Vallejo cursó una
investigación penal de carácter preliminar, la que culminó con Resolución de 28 de julio de
1995, mediante la cual la Fiscalía 21 de Vida, Delegada ante los Jueces Penales del Circuito
de Pereira, resolvió inhibirse de iniciar instrucción, pues, a su juicio, no había existido el
punible de homicidio.
El ente investigador arribó a tal conclusión, previas las siguientes consideraciones:
Llamado a declarar el señor URIEL ROBLEDO LOPEZ, vigilante del sector del
parque de la Libertad, manifestó que efectivamente vio el momento mismo en que el
señor LUIS ALFONSO ZAMORA cayó a un hueco que había en la calle 13 con
carrera 8, vía que por esos días estaba en remodelación. Expone que el hoy occiso
venía en avanzado estado de alicoramiento, se “tambaleaba” para los lados, y al
momento de apoyarse en una guadua la cual estaba sobre una base de cemento
colocada encima del pavimento fue a caer al hueco, el cual se encontraba lleno de
escombros de construcción y fragmentos de vidrios, sufriendo las heridas que
posteriormente le causaron la muerte.
De las pruebas allegadas a la foliatura se concluye sin mucho esfuerzo que no es
procedente continuar con estas diligencias, toda vez que el hecho investigado no
ocurrió por el accionar de un semejante. Su deceso acaeció en fatal accidente, es
decir, cuando en estado de embriaguez fue a caer a un hueco, donde sufrió las
heridas referidas en el protocolo de necropsia y las cuales causaron su muerte. Ello
se desprende de la declaración vertida por el señor Robledo López, a la cual el
despacho le da entera credibilidad, pues esta se encuentra ajustada a la realidad de
lo sucedido, no observándose ningún interés oculto en él.”
45
Sobre el particular se tiene la copia auténtica de la Resolución de Dirección No. 282 de 26 de agosto de
1994, por la cual se ordena la apertura de una licitación, se adoptan unos pliegos de condiciones y se
conforma un comité técnico evaluador -Folios 67 y 68 del cuaderno No. 1-.
46
De folios 69 a 72 del cuaderno No. 1, reposa copia auténtica de la Resolución de Dirección No. 327 de 20
de octubre de 1994, por la cual se adjudican contratos estatales de obra correspondientes a la Licitación
Pública No. 001/94, cuyo objeto era la adjudicación de las obras civiles necesarias para la ampliación,
pavimentación y obras complementarias de la calle 13 entre carreras 4 y 11 de la siguiente manera: Grupo I
Calle 13 entre carreras 4 y 8 al Ingeniero Danilo Flórez. Grupo II Calle 13 entre carreras 8 y 11 al Ingeniero
Gabriel Zapata Tabares.
47
De folios 73 a 80 del Cuaderno No. 1, obra copia auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública No.
004/94, suscrito entre el INDUVAL y el Ingeniero Gabriel Zapata Tabares. Igualmente, se tiene la copia
auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública Adicional No. 02/95, suscrito entre el INDUVAL y el
Ingeniero Gabriel Zapata Tabares, para adicionar cantidades de obra. -Folios 81 a 84 Cuaderno No. 1- y la
copia auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública Adicional No. 04/95, suscrito entre el INDUVAL y el
Ingeniero Gabriel Zapata Tabares, para adicionar el plazo del contrato. -Folios 85 y 86 Cuaderno No. 1-.
48
De folios 41 a 50 del Cuaderno Uno – Uno (1-1) obra copia auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública
No. 005/94, suscrito entre el INDUVAL y el Ingeniero Danilo Flórez Guarín. Igualmente reposa la copia
auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública Adicional No. 01/95, suscrito entre el INDUVAL y el
Ingeniero Danilo Flórez Guarín, para adicionar cantidades de obra. -Folios 71 a 74. Cuaderno Uno – Uno (1-
1)- así como la copia auténtica del Contrato Estatal de Obra Pública Adicional No. 03/95, suscrito entre el
INDUVAL y el Ingeniero Danilo Flórez Guarín, para .adicionar el plazo de ejecución del contrato. Folios 89
y 90. -Cuaderno Uno – Uno (1-1)-
49
A folios 87 y 88 del Cuaderno No. 1 reposa copia auténtica de la Resolución de Dirección No. 329 de 24 de
octubre de 1994, por la cual se adjudica a la firma INGENIERIA Y ESTUDIOS LTDA., la interventoría de
los contratos estatales de obra pública celebrados para la ejecución de las obras civiles de ampliación,
pavimentación y obras complementarias de la calle 13 entre carreras 4 y 11. Copia auténtica del contrato de
interventoría No. 02/94, suscrito entre el INDUVAL y la firma INGENIERIA Y ESTUDIOS LTDA., para la
interventoría de los contratos estatales de obra pública celebrados para la ejecución de las obras civiles de
ampliación, pavimentación y obras complementarias de la calle 13 entre carreras 4 y 11 reposa de folios 89 a
93 del cuaderno No. 1 y copia auténtica del contrato adicional de interventoría No. 01/95, suscrito entre el
INDUVAL y la firma INGENIERIA Y ESTUDIOS LTDA., para la interventoría de los contratos estatales de
obra pública celebrados para la ejecución de las obras civiles de ampliación, pavimentación y obras
complementarias de la calle 13 entre carreras 4 y 11 aparece a folios 94 y 95 del cuaderno No. 1-.
Que la realización de las citadas obras públicas fue cofinanciada por parte de las
Empresas Públicas de Pereira a través de un Convenio Interadministrativo suscrito con el
Instituto de Desarrollo Urbano y Valorización de Pereira -INDUVAL-50.
Según se desprende del texto de la demanda, el daño antijurídico que se pretende sea
reparado, se hizo consistir en la muerte del señor Luis Alfonso Zamora Vallejo, la que, se
dijo, fue causada al haberse precipitado a un hueco destinado a la construcción de una
cámara de inspección, como parte de las obras de ampliación de la calle 13 con carrera 8, en
la ciudad de Pereira, excavación que, se alegó en el libelo, no tenía ninguna clase de
50
En este sentido se tiene la copia auténtica del Convenio Interadministrativo No. 04/94, suscrito entre el
INDUVAL y las Empresas Públicas de Pereira, con el fin de establecer un aporte de $500.200.000, de parte
de esta última, para la construcción de las redes de acueducto, alcantarillado, eléctricas y telefónicas de la
obra de ampliación de la calle 13 entre carreras 4 y 11 del Municipio de Pereira -Folios 96 a 98 del cuaderno
No. 1-. Obra además, copia auténtica de “otro sí” al convenio interadministrativo No. 04/94, suscrito entre el
INDUVAL y las Empresas Públicas de Pereira, con el objeto de ampliar la vigencia del mencionado convenio
interadministrativo -Folios 99 y 100 del mismo cuaderno- y copia auténtica de la Póliza de responsabilidad
civil extracontractual No. 10690, sus anexos y modificaciones, tomada por las Empresas Públicas de Pereira -
Folios 191 a 212 del cuaderno No. 1-.
51
Al respecto obran los siguientes documentos, allegados en copia auténtica: Póliza No. EO-9463085 RCE-
00 y sus anexos de modificación No. 140939, 277045, 115338 y Anexo No. 001 a la Póliza 9463085, tomada
por el Ingeniero Gabriel Zapata Tabares -Folios 129 a 134 del cuaderno No. 1-; Certificado de modificación a
la póliza No. 9463085, tomada por Gabriel Zapata Tabares, la mencionada póliza No. 9463085, así como el
clausulado de amparos correspondiente a la póliza única de seguro de cumplimiento a favor de entidades
estatales -Folios 275 a 281 del cuaderno uno A (1-A)-; Póliza Única de Seguro de Cumplimiento a favor de
entidades estatales, No. 9463065, tomada por el Ingeniero Danilo Flórez Guarín, a favor del INDUVAL, junto
con el Anexo 001, la cláusula de garantía específica, certificado de modificación en cuanto a la vigencia de la
póliza -Folios 55 a 59 del cuaderno uno – uno (1-1)-; Póliza de Seguro Colectivo de Vida No. 15381, tomada
por el Ingeniero Danilo Flórez Guarín, junto con el listado de personas aseguradas y el certificado de
modificación No. 57522 -Folios 60 a 62 del cuaderno uno – uno (1-1)-; Póliza Única de Seguro de
Cumplimiento a favor de entidades estatales, No. 9463184, tomada por el Ingeniero Danilo Flórez Guarín, a
favor del INDUVAL -Folio 63. Del cuaderno uno – uno (1-1)-; Resolución No. 331 de 1 de noviembre de
1994, por la cual el INDUVAL aprueba las garantías otorgadas respecto del contrato de obra pública No.
005/94, suscrito con el Ingeniero Danilo Flórez Guarín -Folios 64 a 65 del cuaderno uno – uno (1-1)-;
Resolución de Dirección No. 405 de 13 de diciembre de 1995, por la cual el INDUVAL aprueba la póliza
única de seguros de cumplimiento, estabilidad de la obra y pago de prestaciones sociales respecto del contrato
de obra pública No. 005/94, suscrito con el Ingeniero Danilo Flórez Guarín -Folios 66 y 67 del cuaderno uno
– uno (1-1)-; Certificado de modificación No. 147770, respecto de la póliza No. EO-9463184, tomado por el
Ingeniero Danilo Flórez Guarín, de la Póliza Única de Seguro de Cumplimiento No. 9546245 y el certificado
de modificación No. 289255 -Folios 68 a 70 del cuaderno uno – uno (1-1)-; Póliza Única de Cumplimiento
No. 191990 y su anexo 195225, tomada por la firma INGENIERIA Y ESTUDIOS LTDA -Folios 135 y 136
del cuaderno No. 1-.
52
Al respecto, mediante el Oficio No. 01189 de 23 de junio de 1997, el Director del INDUVAL certificó que
las anotadas fechas de inicio y conclusión de obra, así como la de entrega al servicio de la comunidad -Folio
49 del cuaderno de pruebas-.
señalización o aviso preventivo, por lo cual se configuró una falla en el servicio de control y
vigilancia sobre las obras.
Sin embargo, no siendo suficiente constatar la existencia del daño antijurídico, es necesario
realizar el correspondiente juicio de imputación, que permita determinar si dicho daño
puede ser atribuido fáctica y jurídicamente a la entidad demandada, o si opera alguna de
las causales exonerativas de responsabilidad, o se produce un evento de concurrencia de
acciones u omisiones en la producción del daño.
Tampoco es posible señalar que la lesión fuera causada por los escombros de construcción
que, dijo la Fiscalía, estaban en el hueco, aseveración que carece de confirmación
probatoria en este juicio de responsabilidad estatal, toda vez que no obra en el expediente
ninguna prueba dirigida a establecer, de manera específica, la alegada inexistencia de
señales preventivas al momento de los hechos en el sitio específico donde se ubicaba el
hoyo, mucho menos sobre la presencia de alguna clase de escombros en su interior ni la
constatación de que la herida mortal se correspondiera con los elementos que
supuestamente allí estarían, por lo que vale recordar que la investigación penal partió de la
diligencia de levantamiento del cadáver, la cual se llevó a cabo en las instalaciones de la
Morgue del Hospital Universitario San Jorge de Pereira 56, sin que en ella se practicara
prueba alguna dirigida a la verificación de estos puntuales aspectos en el sitio de los
hechos. En gracia de discusión, si fuese cierto que alguna clase de escombros se hallaran
en el hueco al que cayó la víctima, no producirían una herida con las características de la
encontrada en la diligencia de necropsia, como que ésta presenta particularidades
indicativas de su causación con arma cortopunzante, conclusión a la que llegó el médico
legista que realizó la necropsia, servidor que en razón de su labor profesional es
suficientemente conocedor de esta clase de lesiones57.
va desde la última vértebra cervical hasta el sacro. Se divide en dos regiones anatómicas, la dorsal y la
lumbar, bien diferenciadas por la presencia o ausencia de costillas y también por las diferentes curvaturas.”
http://www.definicion-de.es/dorso-2/, recuperado el 10 de febrero de 2014. “El dorsal ancho es el músculo
más grande, ancho y fuerte de todo el tronco. Está situado en la parte posterior de la espalda. Cubre una
superficie muy amplia de la espalda, al menos sus dos tercios inferiores. Es el músculo con mayor superficie
del cuerpo humano.” http://cuerpo-humano.wikispaces.com/DORSAL recuperado el 10 de febrero de 2014.
56
Obrante de folios 4 a 6 del cuaderno No. 3, contentivo del expediente penal.
57
En este sentido, se describió en la necropsia una única herida “oblicua de 1.5 cms, bordes nítidos,
regulares, ángulo agudo, interno e inferior, abierto…”
investigaciones penales no puede tener el alcance de reemplazar el juicio sobre el
asunto sometido al conocimiento de esta jurisdicción, con base en los mismos hechos
investigados en el ámbito penal 58.
De igual manera, vale resaltar que, tanto en el proceso penal como en esta sede de lo
contencioso administrativo, se estableció fehacientemente la causa de muerte del señor
Zamora Vallejo59 –shock hipovolémico secundario a herida causada por arma
cortopunzante-, la que para los efectos del presente proceso indemnizatorio en contra del
Instituto de Desarrollo Urbano y Valorización de Pereira no permite afirmar que su muerte
tuviera como causa inmediata y eficiente la circunstancia alegada en la demanda y sobre la
cual sería pertinente efectuar el correspondiente juicio de imputación, esto es, el hecho de
haber caído en un hueco carente de señalización preventiva.
Así las cosas, en el sub lite no se configura ni la imputación fáctica -imputatio facti- ni la
jurídica -imputatio iure-, puesto que las pruebas recaudadas revelan que el daño resulta
única y exclusivamente atribuible al accionar de un tercero y no a la actuación de la
víctima, como lo afirmó el Tribunal a quo en la sentencia apelada.
En el presente caso, no sobra repetirlo, aun cuando se encuentra demostrado que la víctima
se encontraba en grado III de embriaguez alcohólica, lo cierto es que no se acreditó que
dicho estado ocasionara su caída ni que ésta hubiese sido finalmente la causa adecuada del
daño, por lo que no se podría tener por configurada la ocurrencia del hecho exclusivo de la
víctima.
58
Este criterio fue expuesto por la Sala en sentencia de 3 de octubre de 2012, expediente 26827.
59
Como ya se dijo, en este proceso -a petición de la parte demandada-, el Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses rindió un dictamen, en el cual se explicó lo consignado en el protocolo de necropsia y
se precisaron los efectos que produce el alcohol en las personas -Folios 132 y 133 del cuaderno de pruebas-.
Finalmente, toda vez que para el momento en que se profiere este fallo, el artículo 55 de
la Ley 446 de 1998 indica que sólo hay lugar a la imposición de costas cuando alguna de
las partes haya actuado temerariamente y, debido a que ninguna procedió de esa forma en
el sub lite, no habrá lugar a imponerlas.
R E S U E L V E: