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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA PRIMERA

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 79
CUIJ: 13-04044135-7/1((010305-54068))
AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA SAPEM (AYSAM) EN J°
259077/54068 GIMENEZ HUGO RODOLFO Y OTS. C/ AYSAM (AGUA
Y SANEAMIENTO MENDOZA S.A.) P/ DAÑOS Y PERJUICIOS P/
RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL
*104961007*

En Mendoza, a veintinueve días de Diciembre de 2020, reunida


la Sala Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en
consideración para dictar sentencia definitiva la causa n° 13-04044135-7/1
(010305-54068), caratulada: “AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA
SAPEM (AYSAM) EN J° 259077/54068 GIMENEZ HUGO RODOLFO
Y OTS. C/ AYSAM (AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA S.A.) P/
DAÑOS Y PERJUICIOS P/ RECURSO EXTRAORDINARIO
PROVINCIAL”.
De conformidad con lo decretado a fojas 78 quedó establecido
el siguiente orden de estudio en la causa para el tratamiento de las
cuestiones por parte de los Señores Ministros del Tribunal: primero: DR.
PEDRO JORGE LLORENTE; segundo: DR. JULIO RAMON
GOMEZ; tercero: DRA. MARÍA TERESA DAY.
ANTECEDENTES :
A fojas 7/26 la Dra. María Florencia García Baker, en
representación del recurrente Agua y Saneamiento Mendoza S.A.,
interpone recurso extraordinario contra la resolución dictada por la Quinta
Cámara Civil, Comercial y Minas de la Primera Circunscripción Judicial a
fojas 445 y ss. de los autos n° 54.068 caratulados: “GIMENEZ, HUGO
RODOLFO Y OTS. C/AYSAM (AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA
S.A. P/Daños y perjuicios”.
A fojas 50 se admite formalmente el recurso deducido, se
ordena correr traslado a la parte contraria, quien a fojas 51/56 contesta
solicitando su rechazo.
A fojas 63/64 se hace parte Fiscalía de Estado y a fs. 67/70 se
registra el dictamen del Sr. Procurador General del Tribunal, quien
aconseja el acogimiento parcial del recurso en trato.
A fojas 77 se llama al acuerdo para dictar sentencia y a fojas 78
se deja constancia del orden de estudio efectuado en la causa para el
tratamiento de las cuestiones por parte de los Señores Ministros del
Tribunal.
De conformidad con lo establecido en el art. 160 de la
Constitución de la Provincia, se plantean las siguientes cuestiones a
resolver:
PRIMERA CUESTION : ¿Es procedente el recurso
interpuesto?
SEGUNDA CUESTION : En su caso, ¿qué solución
corresponde?
TERCERA CUESTION : Costas.
A LA PRIMERA CUESTION EL DR. PEDRO J. LLORENTE DIJO:
ANTECEDENTES DE LA CAUSA.
1. A fs. 111/117, se presenta el Dr. Luis E. Magnaghi, en
representación del Sr. HUGO RODOLFO GIMENEZ -en su carácter de
Administrador de la Sucesión nro. 63.180 “GIMENEZ JORGE y Juri, Dora
P/SUC”-, y de la Sra. DORA GIMENEZ, e interpone demanda por daños y
perjuicios en contra de AYSAM (AGUAS Y SANEAMIENTO MENDOZA
S.A.) por la suma de PESOS UN MILLON OCHOCIENTOS SESENTA Y
OCHO MIL ($ 1.868.000), o lo que en más o en menos resulte de la
prueba a rendirse en autos.
Relata que con fecha 23/10/2014 sus mandantes advierten que
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desde el frente del inmueble en el que habitaban -sito en calle Manuela


Pedraza 176, Las Heras, Mendoza- fluía gran cantidad de agua desde la
vereda hacia el sector acequias. Indica que el inmueble sufrió una serie de
perjuicios que repercuten en su estructura, tales como “grietas en muros,
fisuras en paredes y cielorrasos, desplazamiento de cañerías de agua y gas,
desprendimiento de traba en el extremo norte de la vivienda, hundimiento
de pisos, etc. “, y que constan en documental que se adjunta.
Asevera que se solicitó la intervención de la Dirección de Obras
Privadas de la Municipalidad de Las Heras, y que a través de la Inspección
correspondiente, se habría constatado el estado en que se encontraba el
inmueble, y las filtraciones de agua denunciadas por su parte. Remite a las
actuaciones administrativas nro. 25792-PO-2014.
Apunta que con fecha 24/10/2014 se efectuó el reclamo
pertinente ante la empresa demandada, dando lugar al reclamo nro.
7347215/14, y que con fecha 26/10/2014 operarios de Aguas Mendocinas
proceden a romper la vereda donde se detecta la pérdida de agua y realizan
una reparación parcial. En fecha 27/10/2014, nuevamente concurren los
operarios a fin de concluir las tareas de reparación.
A pesar de los trabajos realizados, señala, el agua no cesó de
fluir, dando lugar a que el día 13/2/2015 se interpusiera nuevo reclamo,
bajo el Nº 7530863/15, concurriendo personal de la demandada a realizar
nuevas reparaciones.
Que al día siguiente se advirtió que las filtraciones no cesaban,
razón por la cual se interpuso un tercer reclamo, bajo el Nº 7557367/15.
Que el 17/4/2015 se interpone reclamo de daños y perjuicios
ante la demandada dando lugar a la pieza administrativa Nº1-4874-15, y al
no obtener respuesta, se interpone pronto despacho el 16/7/2015.
Expresa que el 28/9/2015 recurrió ante el EPAS, dando lugar al
reclamo nro. 2525/15, en el que la demandada no se presentó, contestó ni
ofreció pruebas, y que con fecha 11/11/2015, mediante Res. Nro. 199/15,
indicó el organismo que “Al momento de la inspección no se pudo
constatar la existencia de pérdida de agua en dicho domicilio, salvo
humedad en la vereda, coincidente con la traza de la conexión. Tampoco
había escurrimiento de agua y cuneta y sí se pudo observar en calzada
indicios de reparación de conexión…”. En virtud de ello, el organismo
concluye que carece de competencia para expedirse sobre el reclamo y
remite a la justicia provincial.
Apunta que como consecuencia de lo expuesto, su inmueble
sufrió un fuerte asentamiento en las fundaciones, y provocó que se
desplazara hacia el frente, que tuvo un súbito deterioro, tornándose
inhabitable y en grave peligro de derrumbe. Transcribe la resolución de la
Municipalidad por la que se indica que deberá desalojar el inmueble, en
forma inmediata.
Reclama: a) daño material por la suma de $ 5.000 por
honorarios de peritaje y $ 1.630.000 por demolición de vivienda y
construcción, b) privación de uso, sujeto su monto a la apreciación
judicial, c) daño moral por la suma de $ 63.000 de la Sra. Dora Gimenez, y
de $ 100.000 del Sr. Hugo Gimenez, y d) daño punitivo por la de $ 30.000
para la Sra. Dora Gimenez y $ 40.000 del Sr. Hugo Giménez.
2. A fs. 170/177 se presenta AYSAM S.A. y contesta demanda.
Cita en garantía a Allianz Argentina Cia de Seguros S.A.
Sostiene que de las pruebas aportadas y de los hechos
invocados, surge que los mismos no serían imputables a su parte.
Indica que con fecha 24/10/2014, ingresó ticket AYSAM nro.
734215 como pérdida de agua en cuneta que fue arreglado con fecha
27/10/2014, por lo que resultaría falaz que siguió perdiendo y generando
daños.
Afirma que si el inmueble tuvo alguna pérdida interna, no es
competencia ni responsabilidad de su parte.
Resalta que la competencia de AYSAM está dada por la línea
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Municipal y comprende la red externa; en tanto desde la línea municipal


hacia adentro es de competencia municipal y de responsabilidad del
usuario.
Recuerda las normas del Contrato de Concesión respectivo y
resalta que de la prueba aportada no surge en forma fehaciente que la
causa de los daños que se reclaman sea imputable a AYSAM, careciendo
por tanto la demanda de sustento legal. Impugna los rubros y montos
reclamados, solicitando su rechazo.
3. A fs. 181/184 se presenta Fiscalía de Estado, y contesta
demanda, solicitando su rechazo, con costas.
4. A fs. 219/222 se presenta Allianz Argentina S.A., y acepta la
citación en garantía, en los límites de la cobertura. Niega que el
Administrador de la sucesión tenga legitimación para formular el presente
reclamo, salvo que acrediten que tanto él como su hermana son los únicos
herederos del titular registral del bien. Adhiere a la contestación de
AYSAM e impugna los montos reclamados. Solicita aplicación del art. 730
del CCyC.
5. La sentencia de primera instancia admite la demanda, con los
siguientes fundamentos:
- Dado que la acción tiene por objeto el reclamo de los daños y
perjuicios que se habrían producido por filtraciones en la vivienda de los
actores -dado la humedad por derrame de una cañería de agua ubicada en
la calzada-, se debe encuadrar el mismo como una relación de consumo.
- Además, dado que el hecho que motiva el presente reclamo
habría acaecido el 23/10/2014, debe aplicarse la normativa anterior
(Código Civil velezano), salvo en lo que hace a la determinación del
quantum del daño, para lo cual rige el nuevo Código (art. 1741 para el
daño extrapatrimonial y para la medida del daño por muerte o incapacidad
los arts. 1745 y 1746, CCCN).
- No se encuentra controvertido entre las partes que con fecha
23/10/2014 se produjo una pérdida de agua en una cuneta de un inmueble
situado enfrente del de los actores, sito en calle Manuela Pedraza nro. 176
del Dpto.Gral Las Heras, propiedad del padre de los reclamantes. Son en
cambio, cuestiones a dilucidar por no estar de acuerdo las partes del
presente caso, las siguientes: a) la legitimación de los actores, b) la
responsabilidad de AYSAM, y c) la extensión y monto de los rubros
reclamados.
- En cuanto al primero de los tópicos, a fs. 71 se agrega la copia
de la resolución que da cuenta de la autorización al Administrador
definitivo Sr. Hugo Gimenez para que inicie la presente acción; con lo que
se da por cumplido el requisito que indica el art. 346 del CPCCT, 2345 y
cc del CCC.
- La segunda de la cuestión a resolver es sobre la pretendida
eximisión de responsabilidad de AYSAM, en base a los siguientes puntos:
1) por considerar que la pérdida de agua estuvo arreglada, y por lo tanto
no hay causa del deterioro del inmueble imputable a su parte; 2) para el
caso de que ello no fuere así, sostiene que no es de su competencia por
estar la pérdida dentro de la línea Municipal, mientras que su parte es
responsable de las redes externas, y 3) no existiría daño a indemnizar que
no fuere propio de la antigüedad y propias condiciones del inmueble.
- Ninguno de los argumentos expuestos por la demandada
pueden tener recepción favorable en el presente proceso.
- Según la pericia de parte agregada a fs. 17/39, y reconocida a
fs. 239, surge de la inspección una serie de daños detallados en el croquis
nro. 2. En sus conclusiones, indica que los daños son absolutamente
coherentes con efectos asociados al asentamiento de fundaciones, y que se
puede dar por tres razones: a) errores de diseño, b) defectos constructivos
y c) agentes externos a la construcción. Indica que en este caso, se puede
advertir que se está en presencia del punto 3, y menciona la situación del
Expediente de la Municipalidad de Las Heras nro. 25792, donde se asentó
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que se observa en el sector vivienda, al frente de la misma que fluye agua


desde la vereda hacia la cuneta en forma constante, dado la ruptura de un
caño de distribución de agua potable, cuya traza se encuentra sobre la
vereda norte de calle Pedraza.
- Acompaña una foto bajo el nro.39, donde se muestra la gran
cantidad de barro que se extrajo de la zona de filtración de agua, y
sostiene que con esas condiciones de humedad se encontraba toda la masa
de suelo circundante al caño en el punto de pérdida, y en consecuencia, la
zona de asiento de las fundaciones de la vivienda próximas a esa zona.
Esta situación modificó radicalmente las propiedades físicas normales del
suelo en el sector. Sostiene que la gran cantidad de agua presente en la
masa de suelo hizo que la presión hidrostática ejercida por el líquido sobre
las partículas de suelo provocara la separación de las mismas,
rompiéndose la cohesión existente entre ellas, que es uno de los factores
que contribuyen a la capacidad portante del suelo, y ocasiona importantes
asentamientos que se traducen finalmente en daños de diversa
consideración en elementos estructurales y no estructurales.
- Enfatiza en que eso es lo que ha sucedido en la vivienda
puesto que sufrió un fuerte asentamiento en las fundaciones del muro de
mampostería de ladrillo cerámico de fachada y en la cabecera sur del muro
de mampostería de ladrillo cerámico entre Cochera y Estar y el muro de
mampostería de adobe crudo medianero este, provocando que la vivienda
tendiera a desplazarse hacia el frente, lo cual al ser impedido por la
sustentabilidad del resto de la misma, provocara fracturas de algunos de
los muros y la rotura de las trabas en los encuentros de algunos muros,
como lo notorios desniveles en sectores de pisos.
- Si bien no se desconoce que es un informe de parte, la pericia
de ingeniero civil de fs. 276/287 da cuenta de lo expuesto, en atención que
preguntado sobre los daños en la pregunta 1, indica que a la inspección
ocular, se detectaron los daños que enumera y que coinciden con el
informe del Ing. Mario Manziotti. Afirma además que los daños detectados
son consistentes con el asentamiento de fundaciones y que los daños
reclamados son los típicos de un asentamiento diferencial, y que el origen,
como comúnmente se da en estos casos, es por una pérdida de capacidad
portante del suelo producido por su humedecimiento. Además, que existen
signos de reparación en la vía pública y en la vereda.
- Concluye en que la vivienda no presenta signos anormales de
humedad por ascensión capilar proveniente del terreno, como tampoco de
la antigüedad de la casa.
- La pericia es impugnada a fs. 293 por la citada, y a fs.
295/297 por la demandada directa; en sendas observaciones, se puntualiza
que no puede determinarse el valor de la vivienda según su estado al
momento del daño, dado que es de adobe. Luego, se pretende debilitar el
dictamen por haberse remitido al informe de parte presentado en el
expediente, y que no podría hablar de fundaciones si no efectuó inspección
ocular. Además, que no ubicaría correctamente la pérdida de agua, y que
no explica cómo las grietas son verticales. También objeta que no se ha
indicado la dimensión de los desniveles.
- Corrida vista de las observaciones, contesta el perito a fs.
304/316: sostiene que al momento de la inspección era sin signos de
humedades propias de la vivienda. Indica que presenta daños causados por
un asentamiento diferencial de un extremo y reparaciones en la vereda y
en la calle. Apunta que resulta difícil determinar las áreas cubiertas que
corresponden a construcciones de adobe y ladrillos, pues algunos planos
de cubierta apoyan en muros de ambos materiales. Estima en el 50% y
55% de la superficie apoyada en muros de adobe y entre el 45 y 50%
apoyada en muros de mampostería. Explica técnicamente cada una de sus
afirmaciones en la pericia, y las ratifica. Insiste en que las reparaciones
fueron fuera de la línea municipal y que coincide con la de edificación.
Respecto de los desniveles apunta que son visibles a simple vista, por lo
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que no necesitan mayor instrumental de medición, y que alcanzarían el


orden de los 10 cm.
- Así las cosas, las impugnaciones no alcanzan a debilitar el
contenido del informe, por el solo hecho de haberse valido de elementos
que han estado incorporados al expediente; efectivamente si no se
compartieran, el perito podría haber manifestado justamente que no estaba
de acuerdo con la misma.
- En consecuencia, el daño y su relación de causalidad con la
rotura de una cañería de agua de competencia de AYSAM S.A. ha sido
debidamente comprobada, sin que la demandada haya podido desvirtuar la
misma por falta de probanza de eximente alguna.
- En cuanto a que no se puede tomar la pericia como nexo
causal, por haberse efectuado casi cuatro años después de la rotura, lo
cierto es que el vínculo estaría acreditado por la sucesiva concatenación de
hechos dañosos en la vivienda, y que tuvieron su origen en el exceso de
humedad provocado por la cañería. Si la antigüedad de la pericia o la
antigüedad de la casa fueron los determinantes del daño reclamado, ello no
surge de la prueba de la causa, y recaía sobre AYSAM su aportación,
desde que lo pretende es eximirse de responsabilidad.
- En aplicación de los principios y valores expuestos, y
colectada la prueba de la causa, nadie discute que la casa por la cual se
reclama reparación era una casa antigua y de adobe; sin embargo, era la
demandada la que debía probar que esos elementos eran los que
determinaron el grave deterioro del inmueble.
- Cualquier duda sobre la afirmación efectuada, inclina la
balanza a favor del usuario-consumidor, puesto que uno de los principios
fundamentales del Régimen consumerista es el de in dubio pro
consumidor, conforme los art. 3 y 37 de la LDC.
- En cuanto a los daños, el perito sostiene que no se permite
reparación en la construcción y afirma enfáticamente en la respuesta
nro.18 que la solución pertinente es la demolición de la vivienda, tanto en
la parte de adobe como en la de ladrillo, pues se encuentra muy dañada y
debe reconstruirse con estructura sismorresistente (fs.284/285).
- En cuanto al presupuesto para la construcción de una vivienda
de superficie equivalente a la existente, y que se aporta, informa que ronda
los 17.000 pesos el metro cuadrado, incluyendo materiales y mano de obra
con aportes correspondientes más beneficio empresarial. Indica en el caso
de 138 m2, un importe de $ 2.340.000, de construcción sin incluir
demolición. Indica que demandaría un plazo de entre 8 meses y un año.
(pregunta nro. 19 pericia de fs. 285)
- La demandada insiste en que otorgar la suma equivalente a la
construcción de una vivienda nueva sismorresistente, podría considerarse
un enriquecimiento para los actores, puesto que no tenía estas
características la vivienda a demoler. Ahora bien, debe tenerse presente
que frente a la demolición de una casa que no cumple con las normas de
construcción, ello no habilita a construir una de idéntica naturaleza. Así lo
afirma el perito en la pregunta 21 ap.b), desde que indica que “no está
permitido la construcción nueva de este tipo de estructuras, ya sea por
reglamentación municipal o código de estructuras, según lo establecido en
el Código de Edificación ap. V 4.1.1.”
- Es decir, que si debe destruir la existente y construir una
nueva casa de material antisísmico, ello no es sino de interés público y
cumplimiento de normativa que incluso está por encima de la propia
voluntad de los reclamantes.
- En consecuencia, y dado que se ha calculado a la fecha de la
pericia, es decir, al 7/2/2018 (según cargo de fs. 287), el monto reconocido
será de $ 2.340.000 con más los intereses legales a partir de dicha fecha.
Debe incluirse en este rubro además, el valor de la factura por honorarios
de fs. 40, ya que integra el monto de costos del presente proceso, por
resultar el elemento fundante de la demanda.
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- En cuanto a la privación de uso, se observa que en la demanda


se indica que el inmueble estaba destinado al uso y goce del Sr. Hugo
Gimenez, la Sra. Dora Gimenez y los tres hijos de ésta, es decir a un uso y
goce permanente, y puntualiza que no cabe sujetarse con estrictez al valor
locativo calculado, sino que corresponde cuantificarlo prudencialmente
con una suma que pondere el lapso probable de privación y también de
falta de uso implica ahorro de gastos de conservación. Al momento de
contestar la demanda, los legitimados pasivos nada dicen de la ausencia de
precisión de monto reclamado (art. 156 3) del CPCCT), aun cuando se
sujete a la apreciación judicial del art. 90 inc. 7 del CPCCT, y cuestionan
su procedencia.
- En oportunidad de alegar, no suplen este requisito sino que
puntualizan en el testimonio de fs. 242/243 que indica que el actor vive en
la calle, en un auto, y que sí lo hace la hermana con una prima.
- Bajo las facultades que confiere el art. 46 inc. 9 del CPCCT,
este rubro debe ser calificado como “pérdida de chance”. Esta pérdida de
chance es perteneciente al patrimonio sucesorio, puesto que en el estado
indiviso en el que se encuentra (art. 2363 del CCC), desde que no se ha
acreditado partición de la misma. En consecuencia, corresponde reconocer
el crédito a la masa indivisa, representada por el Sr. Hugo Gimenez, en su
calidad de Administrador.
- En el caso, se estima que el lapso que corresponde a ambos
herederos reclamantes es el lapso de duración de la demolición y
construcción de un nuevo inmueble, y que en el caso se ha comprobado
que es de 8 meses y un año (fs. 285 pregunta 20). Consultadas las bases
públicas de información, se obtiene que el alquiler de una casa de
características similares al inmueble dañado, asciende a $ 8.000 mensuales
(https://www.inmoclick.com.ar/inmuebles/alquiler?
q=&favoritos=0&limit=24&prevEstadoMap=&localidades=6&precio
%5Bmin%5D=&precio%5Bmax%5D=&moneda=1&sup_cubierta%5Bmin
%5D=&sup_cubierta%5Bmax%5D=&sup_total%5Bmin%5D=&sup_total
%5Bmax%5D= ). Ello así, la demanda prospera en este punto por la suma
de pesos noventa y seis mil ($ 96.000).
- En lo relativo al daño moral, es de relevancia ponderar que la
prestación de bienes y servicios en el ámbito consumerista, debe ser
efectuado en forma digna y equitativa (art. 8 bis LDC). En efecto, el
artículo 42 de la Carta Magna al utilizar la expresión “trato equitativo y
digno”, se refiere a un aspecto social o externo, es decir al honor y el
respeto que se le debe a la persona.
- En autos, surge prueba fehaciente de las molestias ocasionadas
por la alteración en la prestación defectuosa del servicio público, y la
ausencia de reparación posterior de sus consecuencias negativas, lo cual
les ha generado agravios en su esfera personal, esto es, la paz, la
tranquilidad de espíritu, la libertad individual, la integridad física, etc.,
todo lo cual se resume en el concepto de "seguridad personal", y el honor,
honra, sagrados afectos, etc., o sea en una palabra las "afecciones
legítimas" a que se refería el art. 1078 del Cód. Civil, antes de la reforma
introducida por la Ley 17.711.
- Así también, surge de las probanzas que la conducta de la
demandada no fue acorde a derecho ni a la buena fe, toda vez que a pesar
de los sucesivos reclamos acreditados en el expediente que se efectuaron
en sede administrativa, se concluyó incluso que no era de su competencia
y remitió a la justicia civil, por un hecho del año 2014, y cuyo reclamo en
esta sede se inició en el año 2016.
- En consecuencia, se estima que existieron padecimientos
espirituales propios de las molestias ocasionadas a los actores como
justiprecio el daño peticionado, en la suma de pesos setenta mil ($ 70.000)
a cada uno de los actores, suma con la que podrán acceder a un viaje a
Punta Cana para dos personas
(https://almundo.com.ar/promociones/paquetes-desde-mendoza) por lo que
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la indemnización más que un valor simbólico posee un correlato real que


se explicita en la presente, en cumplimiento de la ratio iuris y el mandato
expreso del art. 1741 del C.C y C.
- En cuanto al daño punitivo, sea que su análisis subsuma los
hechos en la posición más restrictiva o morigerada, la condena procede,
desde que la conducta reprochable de la empresa prestadora de un servicio
público, que implicó sucesivas tramitaciones para canalizar las inquietudes
de los actores y que se tradujeron en daños de gran envergadura, afectando
el derecho humano a la vivienda digna (art. 17 CN y Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales), como así también en la insistencia de
la reticencia en sede extrajudicial y en esta sede judicial a reparar las
consecuencias negativas de la prestación deficiente de su servicio.
- Tomando en cuenta la índole del hecho generador y el grave
impacto de la prestación deficiente del servicio, que agravó con el
transcurso del tiempo la estructura misma de una vivienda, el rubro
prospera por la suma de pesos cincuenta mil ($ 50.000), para cada uno de
los actores.
6. Apela la demandada y la citada en garantía. La Cámara
rechaza el recurso de la primera y admite parcialmente el de la
Aseguradora (relativo a los intereses). En lo que aquí interesa, razona del
siguiente modo:
- Las demandadas centran su queja en que AYSAM no resulta
responsable del mantenimiento ni conservación del caño cuya rotura
habría ocasionado los daños en la vivienda de los demandantes, sino que
tal responsabilidad recae sobre el usuario y el municipio; que no se ha
demostrado la relación de causalidad entre dichos daños y la rotura del
caño y que se ha omitido toda consideración a la resolución del EPAS que
en copia certificada glosa a fs. 261/264 en la que el mencionado
organismo de control sostiene que no existen elementos suficientes para
tener a AYSAM como responsable de los daños y perjuicios sufridos en el
inmueble de calle Pedraza 176 de Las Heras.
- Respecto del primer argumento debe considerarse que
AYSAM como concesionario del servicio de conformidad a lo dispuesto
por el art. 3.2.1. del contrato de concesión es responsable de la
construcción, mantenimiento, renovación, operación y explotación de las
instalaciones necesarias para la prestación del servicio en los términos del
referido contrato. Sobre el concesionario recae el deber de extender,
mantener, renovar y rehabilitar las redes externas de agua potable y
desagües cloacales.
- La apelante en modo alguno refuta lo expuesto en la sentencia
de grado en cuanto a que surge de la pericia practicada en la causa que el
caño averiado se encontraba fuera de la línea municipal, por lo que la
Municipalidad no tiene vinculación alguna con la cuestión a resolver. A fs.
308 el perito concluye en que “en este caso las reparaciones fueron de la
línea municipal, línea que coincide con la edificación” (sic).
- Igual solución cabe respecto de la relación de causalidad entre
la rotura del caño de agua potable y los daños que presenta la vivienda de
los accionantes, que la Juez de grado tiene por acreditada especialmente a
través del informe pericial.
- Los recurrentes ante esta Alzada intentan restarle eficacia
probatoria a dicha evaluación utilizando los mismos argumentos que los
empleados en oportunidad de observarla y al alegar (que la pericia se basa
en el informe de parte y las fotografías acompañadas por la parte actora).
También aducen que el inmueble de los accionantes se encuentra en una
zona sísmica y que en gran parte es de adobe con una antigüedad de más
de cincuenta años por lo que es factible que los deterioros denunciados se
deban a la antigüedad, el sistema de construcción y los innumerables
movimientos sísmicos que han ocurrido en la provincia. Dichas críticas
han sido ampliamente refutadas por la Juez de grado quien ha decidido
atenerse a las conclusiones del experto, por lo que el agravio expresado
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luce desierto.
- A mayor abundamiento, la pericia es del todo clara en este
aspecto, al expresar: “según la morfología de los daños estos son típicos
de un asentamiento diferencial de las fundaciones, el origen como
comúnmente se da en estos casos es por una pérdida de capacidad portante
del suelo producido por humedecimiento del mismo. Observando las fotos
que existen en el expediente y los antecedentes de la rotura del caño se
puede decir que fue provocado por esta situación. Hoy existen los signos
de dichas reparaciones en la vía pública y la vereda”. El profesional
también pone de manifiesto que “la vivienda no presenta signos anormales
de humedad por ascensión capilar proveniente del terreno. Tampoco de la
antigüedad de la casa. No presenta actualmente signos de humedad”.
- Al igual que lo entendiera la juez de la instancia precedente,
corresponde atenerse a las conclusiones de la pericia. Es que para
apartarse del análisis efectuado por el perito en una materia propia de su
conocimiento, se debe encontrar apoyo en razones serias, es decir, en
fundamentos objetivamente demostrativos de que la opinión del experto se
encuentra reñida con principios lógicos o máximas de la experiencia,
situación ésta que no se presenta en el caso razón por la que el agravio
expresado en este sentido resulta inaudible.
- Por todo ello, se considera que en el caso ha sido debidamente
acreditado que los daños que presenta la vivienda sita en calle Pedraza
fueron provocados por la pérdida de agua de la cañería subterránea que se
encuentra frente a ella y siendo la responsabilidad del prestador del
servicio de carácter objetiva, de conformidad a lo previsto por le ley de
Defensa del Consumidor, la demandada debía demostrar que el daño se
había producido por una causa ajena, cuestión que no se presenta en el
caso.
- Por lo demás, siendo que la concesionaria AYSAM es
guardiana de los bienes públicos dados en concesión la solución
propiciada resulta acorde también a las normas de derecho común. El
carácter inerte, pasivo o inmóvil de la cosa no obsta a su posible
encuadramiento dentro del régimen específico de responsabilidad previsto
por el art. 1113 del Código Civil siempre y cuando la víctima justifique
que la cosa se comportó, sitúo o posicionó de una manera anormal
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala D, 30/04/2004,
"Almirón, Miguel c. Gómez, Sergio y otro", La Ley, 08/04/2005, 7)
- En cuanto a que se ha omitido considerar la resolución dictada
por EPAS, el argumento resulta a todas luces inatendible. El EPAS no
tiene entre sus funciones intervenir en los procesos en donde los usuarios
del servicio público reclaman la reparación de los daños sufridos en la
prestación del servicio. Está demás decir que no tiene función
jurisdiccional. La gestión del ente está claramente definida en el art. 3 de
la Ley de Creación N° 1763. Incluso el art. 2 de la Ley 6856 que regula lo
atinente a las demandas que entablen los usuarios de servicio y obras
públicas contra los concesionarios y cualquier tipo de prestadores de
servicios públicos sean de origen nacional o provincial, derivadas del
servicio que presten, dispone que no es requisito previo para la promoción
de la demanda, iniciar ni agotar la vía administrativa ante el prestador,
entes reguladores ni la administración pública general.
- Fuera de ello, en dicha resolución sólo se deja constancia que
a la fecha de la inspección efectuada por el ente fiscalizador no se constató
fuga de agua en el domicilio pero que sí se observó humedad en la vereda
coincidente con la traza de la conexión; que el frente de la fachada
presenta deterioro por asentamiento diferencial, producto de la pérdida de
capacidad portante del suelo cuyo origen debe ser evaluado por un
especialista. Es decir que los extremos considerados en la referida
resolución no se contraponen a las probanzas producidas en este proceso
que han sido meritadas para endilgar la responsabilidad a la demandada en
la causación de los daños cuya reparación se pretende.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA PRIMERA
PODER JUDICIAL MENDOZA

- En cuanto a la cuantificación del daño, la queja se dirige a la


ponderación de la prueba, poniendo de resalto que por daño material
–costo de construcción del inmueble– se da un valor en base sólo a la
pericia, la que fue impugnada. Tal como ya se expresara en el análisis del
agravio precedente, la sentencia apelada luce acertada al atenerse a las
conclusiones de la pericia 276/286 la que informa que según las
publicaciones del Centro de Ingenieros de Mendoza, al mes de octubre del
2.017 el precio por metro cuadrado de una vivienda económica (prototipo
IPV) rondaba la suma de $ 17.000 por metro cuadrado, por lo que siendo
el inmueble de los accionantes de 138 metros cuadrados el total del costo
de la construcción es de 2.340.000, sin incluir demolición. El argumento
relativo a la antigüedad del inmueble y del material con el que estaba
construido, ha sido correctamente analizado en la sentencia de grado,
luciendo el agravio esgrimido ante esta alzada como una mera reiteración
de lo argumentado en primera instancia, siendo por tanto en este aspecto
desierto.
- También se quejan los recurrentes del valor asignado al rubro
privación del uso de la vivienda aduciendo que el mismo no fue
cuantificado en la sentencia ni que tampoco se ha acreditado que la Sra.
Dora Giménez haya vivido en el inmueble con sus tres hijos. Impugnan la
suma fijada. Surge de las testimoniales rendidas a fs. 242 y 247/248 -las
que no fueron objeto de tacha- que los accionantes residían en la vivienda
sita en calle Pedraza. A través de la instrumental que glosa a fs. 62 ha sido
acreditado que en el mes de diciembre la Dirección de Obras Privadas la
Municipalidad de las Heras ordenó el inmediato desalojo del inmueble,
ello a raíz del riesgo de derrumbe producido por los severos daños que
presentaba.
- De ello se colige que los accionantes se vieron privados del
uso del inmueble lo que configura por sí mismo un daño indemnizable -
más allá de que acuerde o no con la calificación dada por la juez de grado
al rubro en cuestión como pérdida de chance- y por tanto, dicha privación
basta para demostrar el daño, porque en general no se tiene la cosa sino
para utilizarla, y su indisponibilidad significa el cercenamiento de la
posibilidad de beneficiarse del mismo a través de su utilización, salvo
demostración en contrario que debe suministrar la demandada.
- Encontrándose por tanto acreditado el daño, corresponde al
juzgador justipreciar la indemnización debida en tal sentido, de
conformidad a la manda contenida en el art. 90 inc. 7) del C.P.C.C.yT.
- Es además acertado que la pauta a considerar a los fines de la
justipreciación del rubro debe ser el valor locativo de un inmueble de
similares características al que los demandantes se vieron obligados a
desalojar. Y en la tarea de determinar dicho valor no se advierte escollo
alguno en que el sentenciante consulte un sitio web, como lo hizo en el
caso la Juez a-quo, de público acceso, sin que, por lo demás, la recurrente
haya explicado las razones por las que considera que su derecho de
defensa se ha visto violentado al acudir a la herramienta aludida. No
justifica en modo alguno sus dichos al decir que la suma otorgada es
excesiva ni tampoco precisa el monto que por tal concepto considera
adecuado. Por todo ello, y teniendo en cuenta la envergadura de los
intereses en juego, esto es un derecho humano fundamental que es el
derecho a una vivienda digna y a los a él vinculados como la dignidad, la
integridad y la salud (art. 14 bis de la Constitución Nacional; art. 25.1 de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos; apartado XI de la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; art. 11. 1 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; art.
11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
etc), y el tiempo meritado a tales fines (entre 8 meses y un año para la
construcción del inmueble conforme lo informa el perito) la suma fijada en
la sentencia de grado de $ 96.000 resulta razonable y ajustada a las
constancias de la causa.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA PRIMERA
PODER JUDICIAL MENDOZA

- Critica también la demandada la admisión de la reparación del


daño moral, aduciendo que no se ha acreditado el mismo y que se ha
otorgado una suma mayor a la pretendida. Previo a todo, se destaca que la
diferencia entre la suma pretendida y la concedida es ínfima, por cuanto en
la demanda se peticionó un monto de $ 63.000 para la Sra. Dora Giménez
y $ 70.000 para el Sr. Hugo Giménez en tanto que el decisorio apelado
concede la suma de $ 70.000 para cada uno. Tal como se ha dicho en otros
precedente, la obligación de indemnizar el daño moral (art. 772 del
C.C.yC.N.) constituye una deuda de valor, razón por lo que su
cuantificación debe efectuarse, de ser ello posible, al momento del dictado
de la sentencia. Por ello, no se viola el principio de congruencia cuando el
juez otorga una indemnización ajustada al paso del tiempo desde que se
inició el proceso hasta la sentencia, aun sin petición de parte. No se
advierte de qué modo se ha cercenado el derecho de defensa de la
demandada al otorgarse una indemnización ínfimamente mayor a la
reclamada en la demanda, siendo que el monto peticionado por la
accionante fue calculado a la fecha de promoción de la demanda. Por lo
demás, la suma otorgada no resulta excesiva teniendo en cuenta las
circunstancias en que los demandados se vieron privados de su vivienda,
al ser obligados a desalojarla por temor a un derrumbe con todas las
implicancias que ello acarrea. Forzosamente vivieron una situación de
máxima angustia e incomodidad al tener que abandonar su casa de un día
para el otro, sin tener otro lugar donde habitar. Debe ponderarse además,
la trascendencia del derecho en juego, que conforme ya lo expusiera
constituye un derecho humano fundamental. Por todo ello, el agravio
expuesto en este sentido resulta inaudible.
- Igual solución cabe respecto del daño punitivo. Este instituto
tiene por fin sancionar al demandado (el sujeto dañador) por haber
cometido un hecho particularmente grave y reprochable con el fin de
disuadir o desanimar acciones del mismo tipo. Al respecto, se ha señalado
que además de la antijuricidad de la conducta, debe comprobarse que ha
existido un propósito deliberado de obtener un rédito, con total desprecio
al usuario; o que el hecho haya sido extremadamente injusto, y con una
total ignorancia de la integridad o dignidad humana (conf. Brun, Carlos,
“Sobre los daños punitivos. A propósito del destino de la multa”, Revista
del Derecho Comercial y de las Obligaciones, año 2017, Rev. 286).
- En la especie, resulta acertada la solución dada a la cuestión
por la juez de la instancia precedente, teniendo en cuenta que de las
constancias de la causa surge un actuar altamente negligente por parte de
la demandada. Así, no ha sido controvertido que pese a que con fecha 27
de octubre del 2014 operarios AYSAM concurrieron al domicilio de calle
Pedraza a reparar un caño de agua roto, los reclamos por parte de los
demandantes continuaron en el mes de febrero del 2.015, lo que por otra
parte surge de la instrumental de fs. 56 y 57, la que aún habiendo sido
impugnada por la demandada debe ser merituada, al no haber fundado en
modo alguno tal observación, siendo que además lo allí informado se
corrobora a través de otros elementos.
- En la resolución N° 199/15 emitida por el EPAS se expresa
que a pesar del arreglo efectuado el 27 de octubre el agua no cesó de fluir
por lo que el 13 de febrero del 2.015 se hace un nuevo reclamo
concurriendo los empleados de la prestadora a realizar nuevas
reparaciones sin que el problema se solucione lo que motiva un nuevo
reclamo. De allí que pueda concluirse que pese a los arreglos efectuados,
la pérdida de agua continuó. También se valora que la demandada se
comportó de un modo displicente frente a la grave situación por la que
atravesaban los demandados luego de la orden de desocupación, quienes
incluso, luego de formular un reclamo extrajudicial se vieron compelidos a
presentar un “pronto despacho” el 15/07/2015 sin obtener ningún tipo de
respuesta.
- Se concluye que en el caso la entidad de los intereses en juego
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PODER JUDICIAL MENDOZA

amerita la imposición de una sanción como la aquí analizada, tanto desde


la perspectiva de los daños concretos padecidos por los demandantes,
como desde la visión de reprochabilidad del acto en sí mismo.
II. LOS AGRAVIOS Y SU CONTESTACIÓN .
a) Se agravia la recurrente de una errónea valoración de la
prueba, inexistencia de factor de atribución de responsabilidad de Aysam,
omisión de valorar la resolución del EPAS en sede administrativa, marco
regulatorio y normas del contrato de concesión, como así también del
monto reconocido en la sentencia, el que considera exorbitante atendiendo
a las características del inmueble de los actores.
Enumera las funciones y atribuciones del EPAS según Ley
6044, a la vez que recuerda el procedimiento para solución de
controversias entre usuarios y concesionarios (dec. 911/95) y Reglamento
del usuario dictado mediante Resolución del EPAS 115/99 (mod. Por
Resoluciones Directorio 119/00 y 64/01), normas de las cuales concluye
que el único organismo para entender en un reclamo derivado del servicio
de cloaca, como el presente, es el EPAS.
Critica la sentencia en tanto habría omitido todo análisis de la
Resolución Instructor Sumaria del EPAS 119/2015 (sic) -la que estableció
que no existían elementos suficientes para imputar al operador del servicio
como responsable de los daños sufridos en el inmueble-.
Considera que no es de aplicación la Ley de Defensa del
Consumidor, toda vez que el reclamo no deriva del servicio en sí, sino por
deficiencias en las instalaciones.
En el capítulo referido a la valoración de la prueba, puntualiza
que la pericia se realizó cuatro años después del hecho y que se basó en
referencias y dichos del actor como en fotos no certificadas, lo que no
puede restar valor probatorio a la Resolución del EPAS.
Dice que el testigo que declaró a fs. 247 dijo que el actor vivía
en el auto y que al ser preguntado dónde vivía antes dijo “en la calle”. Que
el testigo de fs. 242 declaró que vivía en calle Rizzo 515 pero luego en su
declaración dijo que vivía a tres casas de los actores. Que la actora al
demandar declaró el mismo domicilio que ese testigo (calle Rizzo) lo que
demuestra que sería concubino de la actora y que ésta no habita el
inmueble dañado, en tanto no surge de ninguna declaración. Resalta que en
el poder otorgado por el actor denuncia domicilio en calle Pedraza, sin
manifestar que tiene domicilio incierto.
Se agravia también de los montos condenados, señalando que
no existen pruebas certeras que acrediten la entidad ni los valores
reclamados.
Indica que la indemnización concedida supera notoriamente el
valor que tenía la vivienda de los actores al momento del hecho, sin
contemplar datos como la antigüedad (70 años) y que se trataba de una
construcción de adobe.
En cuanto al daño moral, refiere que se ha elevado el monto
peticionado y que el mismo debe ser ajustado a montos razonables.
Se queja de la admisión del daño punitivo, destacando que se
han elevado los montos peticionados por tal concepto (de 70.000 a 100.00
para ambos actores). Señala que no ha habido negligencia ni desaprensión
de su parte -no ha sido probado-, dándose curso al reclamo del usuario
conforme el marco regulatorio y demás normas que regulan el servicio.
Resalta que no hay constancia de que la pérdida haya continuado luego del
primer arreglo y que no se dan los presupuestos para la procedencia de
este rubro.
b) Contestación.
Considera que los agravios sólo trasuntan un disenso con el
criterio de valoración del juzgador, lo que no es suficiente para habilitar el
remedio excepcional. Indica que el EPAS en su resolución se refirió a la
cuestión de competencia, poniendo en conocimiento de los reclamantes
que respecto del pedido de resarcimiento de daños debían recurrir por ante
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PODER JUDICIAL MENDOZA

la justicia ordinaria y que el origen del mismo debía ser evaluado por
especialista. Indica que la quejosa critica la valoración de la prueba sin
señalar cuál es la prueba que la desvirtúe, transcribiendo los
razonamientos de la sentencia impugnada. Justifica el daño punitivo en el
accionar altamente negligente de la accionada.
c) Dictamen de la Procuración General de la Corte.
El Procurador considera que, salvo en lo que hace al rubro daño
punitivo -respecto del cual la queja resulta atendible por no darse los
presupuestos para su procedencia-, la recurrente no demuestra el grave
vicio denunciado, sino que disiente con las conclusiones a las que arribó la
Cámara en el fallo impugnado, y siendo la presente una instancia
extraordinaria, no se puede pretender un nuevo examen de la causa.
III. LA CUESTIÓN A RESOLVER :
La cuestión que esta Sala está llamada a resolver es si resulta
arbitraria o normativamente incorrecta la sentencia que, confirmando la de
la instancia anterior, admite la demanda incoada por usuarios del servicio
público de agua potable en contra de la prestadora AYSAM S.A. por los
daños y perjuicios sufridos en su inmueble a raíz de filtraciones de agua
ocasionadas por la rotura de una cañería correspondiente a la red
distribuidora del Operador.
a) Reglas que dominan el recurso extraordinario en nuestra
provincia:
Reiteradamente ha dicho este Tribunal que, "la tacha de
arbitrariedad requiere que se invoque y demuestre la existencia de vicios
graves en el pronunciamiento judicial recurrido, consistentes en
razonamientos groseramente ilógicos o contradictorios, apartamiento
palmario de las circunstancias del proceso, omisión de consideración de
hechos o pruebas decisivas o carencia absoluta de fundamentación (L.S.
188-446, 188-311, 102-206, 209-348, etc.)" (L.S. 223-176). Siguiendo este
orden de ideas, hay arbitrariedad en los casos de análisis erróneo (cuando
el error es inexcusable) ilógico o inequitativo del material fáctico. La
omisión o merituación torcida de prueba decisiva, relevante, esencial y
conducente para la adecuada solución del litigio, hace que el fallo no sea
una derivación razonada de lo alegado y probado en la causa, agraviando
el art. 18 de la Constitución Nacional" (L.S. 238-392).
También es criterio invariable de esta Sala, que es
imprescindible que el recurrente señale en qué consiste la errónea
interpretación legal y de qué forma ese vicio ha determinado que la
resolución recurrida sea total o parcialmente contraria a sus pretensiones.
Consecuentemente, no basta invocar una norma, ni enunciar su contenido,
sino que el quejoso debe explicitar cuál es la interpretación que
corresponde o el principio que debe aplicarse y a qué resultados lleva (LS
67-227; LA 86-153; 98-197).
b) Aplicación de tales pautas al presente caso
Los agravios del recurrente giran en torno a las siguientes
cuestiones: 1) Competencia de la justicia ordinaria para decidir la presente
controversia; 2) Omisión de valorar la resolución del EPAS; 3) Aplicación
de la Ley de Defensa del Consumidor, y en ese específico agravio la
cuestión relativa a la procedencia de la condena por daño punitivo; 4)
Valoración de la prueba pericial y testimonial y 5) Cuantificación de los
daños.
En cuanto al primer agravio, además de resultar
manifiestamente improcedente –lo que surge además de la propia
Resolución 199/15 del EPAS–, el mismo no fue planteado al momento de
contestar demanda (cfr. fs. 170/177) ni al expresar agravios (cfr. fs.
391/406), con lo que se trata de una alegación novedosa que impide su
tratamiento en esta instancia.
Es criterio reiterado de este Cuerpo, que en la instancia abierta
con motivo de los recursos extraordinarios en el orden local, no cabe
considerar cuestiones de hecho o de derecho que no hayan sido sometidas
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA PRIMERA
PODER JUDICIAL MENDOZA

a tratamiento en las instancias ordinarias. (LA 84-83; 81-459; LS 185-247;


200-1)
El segundo agravio -referido a la omisión de analizar la
Resolución del EPAS- es una mera reiteración del planteado en la
instancia anterior, sin atacar el argumento en base al cual la Cámara lo
rechaza, consistente en que los extremos considerados en la referida
resolución del órgano de contralor no se contraponen a las probanzas
producidas en el expediente a mérito de las cuales se endilga
responsabilidad a la accionada.
En efecto, la sentencia se encarga de explicar que “… AYSAM
SA tiene la responsabilidad de la prestación del servicio público de agua
potable y desagües cloacales y/o industriales, en las condiciones previstas
en la Ley N° 6.044, el Marco Regulatorio y el Contrato de Concesión
(Artículo1.3 ). El Concesionario, el Servicio y todo otro aspecto derivado
de la ejecución del Contrato, estarán bajo el control y regulación del Ente
Regulador, según lo previsto en la Ley N° 6.044 y el Marco Regulatorio.”
“El EPAS no tiene entre sus funciones intervenir en los
procesos en donde los usuarios del servicio público reclaman la reparación
de los daños sufridos en la prestación del servicio. Está de más decir que
no tiene función jurisdiccional. La gestión del ente está claramente
definida en el art. 3 de la ley de creación N° 1763, siendo sus principales
funciones dictar las normas y ejercer el poder de policía, de seguridad
técnica sobre los sistemas de tratamiento y provisión de agua y de
recolección y tratamiento de líquidos cloacales y residuales, y toda otra
obra complementaria o conexa con la prestación de los servicios públicos
de su competencia y vigilar la observancia de las obligaciones legales,
técnicas, económicas y administrativas por parte de terceros autorizados
para prestar los servicios públicos de su competencia.”
“Incluso el art. 2 de la ley 6856 que regula lo atinente a las
demandas que entablen los usuarios de servicio y obras públicas contra los
concesarios y cualquier tipo de prestadores de servicios públicos sean de
origen nacional o provincial, derivadas del servicio que presten, dispone
que no es requisito previo para la promoción de la demanda, iniciar ni
agotar la vía administrativa ante el prestador, entes reguladores ni la
administración pública general.”
“Fuera de ello, en dicha resolución sólo se deja constancia que
a la fecha de la inspección efectuada por el ente fiscalizador no se constató
fuga de agua en el domicilio pero que sí se observó humedad en la vereda
coincidente con la traza de la conexión; que el frente de la fachada
presenta deterioro por asentamiento diferencial, producto de la pérdida de
capacidad portante del suelo cuyo origen debe ser evaluado por un
especialista.”
“Es decir que los extremos considerados en la referida
resolución no se contraponen a las probanzas producidas en este proceso
que han sido meritadas para endilgar la responsabilidad a la demandada en
la causación de los daños cuya reparación se pretende.”
En otras palabras, la sentencia concluye que la resolución del
EPAS no se pronuncia sobre el problema de la responsabilidad por tratarse
de materia extraña a sus competencias administrativas, argumento que no
ha sido conmovido por el censurante.
Por lo demás, la propia resolución señala que el organismo no
puede determinar lo atinente a la responsabilidad del Operador, ya que
según se desprende del Informe Técnico aportado “no se pudo constatar la
existencia de pérdidas de agua...” y que “el frente de la fachada presenta
deteriorio por asentamiento diferencial, producto de la pérdida de
capacidad portante del suelo, cuyo origen deberá ser evaluado
oportunamente por un especialista...”, poniendo en conocimiento de los
reclamantes que el Ente carece de competencia para expedirse sobre los
daños, debiendo recurrir ante la justicia ordinaria.
Todo ello sella la suerte adversa del agravio.
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PODER JUDICIAL MENDOZA

En relación a la tercera queja -relativa a la aplicación al caso de


la Ley de Defensa del Consumidor-, ha dicho reiteradamente este Tribunal
que la relación entre el prestador de un servicio público domiciliario y el
usuario del mismo es una relación de consumo, cuyo sistema legal
protectorio se estructura bajo el principio directriz “in dubio pro
consumidor”, receptado por la Ley 24.240 y sus modificatorias, la reforma
constitucional del ’94 y el Código Civil y Comercial de la Nación -además
de las propias del servicio público, aplicadas conforme el mentado
principio protectorio-. (Expte. N° 13-04748620-8/1,"Pioli, Miguel Ángel
en J° 53.285/53.881 E.D.E.M.S.A. S.A. C/ Pioli, Miguel Ángel P/ Cobro
de pesos S/REC. Ext. Prov.”, 06/08/2020)
Del mismo modo, ha resaltado que el derecho al agua potable y
al saneamiento es un derecho humano fundamental, y conectando esa
noción con su naturaleza de servicio público, ha dicho que “éste es el
medio a través del cual el Estado y sus autoridades tienen la obligación
constitucional de garantizar su efectivo control sobre su calidad y eficacia
(art. 42 C.N.). Control que ejerce especialmente cuando la prestación sea
concedida a particulares. (Farina, Juan M; “Defensa del consumidor y del
usuario”, Astrea, Bs. As. 2011, p. 313).” En este punto, ha enfatizado
también el carácter de garantes del Estado y las autoridades conforme al
art. 42 de la Constitución Nacional frente a la situación de daños
producidos por deficiencias en la prestación de un servicio público. (Esta
Sala, expte. 13-00693001-2/1, caratulada: “Iglesias Ana Marina y Ot. En
Jº4053/52.590 “Iglesias, Ana Marina y Ots. C/ Obras Sanitaria Mendoza
S.A. y Ots. P/ D. y P. S/ Inc. Cas.”, 15/02/2018).
Es de toda evidencia que el daño provocado al usuario por las
instalaciones con que cuenta el prestador para la provisión del servicio
(especialmente por sus defectos) guarda una clara vinculación causal con
el acto prestacional, de donde entenderlo atrapado por las reglas de
protección del consumo es una necesaria consecuencia de esa situación de
causalidad. La intervención del EPAS ratifica en el caso la condición de
prestadora de la recurrente y la vinculación entre el servicio público y las
consecuencias que provoca su prestación defectuosa.
Lo expuesto resulta suficiente para rechazar el agravio
planteado en este aspecto.
Las críticas que cuestionan la valoración de la prueba pericial
resultan ser una reiteración de los agravios expresados al apelar (cfr. fs.
391 y ss.), los que a su vez -al ser idénticos a los planteados en primera
instancia- fueron declarados desiertos por la Cámara.
En efecto, puede leerse en la resolución atacada que “los
recurrentes ante esta Alzada intentan restarle eficacia probatoria a dicha
evaluación utilizando los mismos argumentos que los empleados en
oportunidad de observarla y al alegar (que la pericia se basa en el informe
de parte y las fotografías acompañadas por la parte actora). También
aducen que el inmueble de los accionantes se encuentra en una zona
sísmica y que en gran parte es de adobe con una antigüedad de más de
cincuenta años por lo que es factible que los deterioros denunciados se
deban a la antigüedad, el sistema de construcción y los innumerables
movimientos sísmicos que han ocurrido en la provincia. Dichas críticas
han sido ampliamente refutadas por la Juez de grado quien ha decidido
atenerse a las conclusiones del experto, por lo que el agravio expresado
luce desierto.” (fs. 449 vta.)
En su recurso, el censurante no critica en modo alguno la
declaración de deserción realizada por la Cámara, por lo que al no
derribarse esa barrera se hace imposible la merituación del agravio ante
esta Sede. (esta Sala, expte. 112.051 “Agro Exportadora San Ceferino S.A.
en J° 99.566/50.071 Smurfit Kappa De Argentina S.A. C/ Agro
Exportadora San Ceferino S.A. S/ Cobro De Pesos S/ Inc. Cas.”,
19/06/2014)
En cuanto a la valoración de la prueba testimonial, los agravios
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planteados también constituyen una mera repetición de lo ya planteado en


la instancia precedente.
Sin perjuicio de ello, se advierte que la sentencia, en orden a
evaluar la procedencia del rubro privación de uso (único en el que se hace
mención a la prueba testimonial cuya eficacia intenta desvirtuar el
recurrente con sus críticas), valora que los testigos no fueron tachados y
que además, “a través de la instrumental que glosa a fs. 62 ha sido
acreditado que en el mes de diciembre (…) se ordenó el inmediato
desalojo del inmueble, ello a raíz del riesgo de derrumbe producido por los
severos daños que presentaba.” “De ello se colige que los accionantes se
vieron privados del uso del inmueble lo que configura por sí mismo (…)
un daño indemnizable (…).” (fs. 451 vta. in fine)
Este núcleo argumental -autónomo y dirimente para decidir esta
parcela del daño- no ha sido derribado por el quejoso, por lo que las
críticas relativas a la eficacia convictiva de las testimoniales no son
suficientes para rebatir el razonamiento que condujo al reconocimiento de
este perjuicio.
En este aspecto, esta Sala ha reiterado en numerosos
precedentes que el recurso interpuesto debe contener un “desarrollo
expreso de los motivos de impugnación contra la totalidad de los
elementos de igual rango que sustentan el decisorio recurrido. Por lo
mismo, la ausencia de impugnación de las conclusiones principales del
acto sentencial o de sus fundamentos autónomos con eficacia decisoria,
obsta a la procedencia de la vía excepcional.” (LA 109-7; LA 82-1; 90-
472; 85-433; 97-372).
En cuanto a la cuantificación del daño material, el agravio
postula que la suma fijada supera el valor de la vivienda al momento del
hecho y no tiene en cuenta su antigüedad, así como tampoco su calidad
constructiva.
Así planteada la impugnación acerca de la cuantificación del daño
emergente, entendido en los términos del art. 1738 del CCCN como pérdida o
disminución del patrimonio, cabe en esta instancia el interrogatorio acerca de si
resulta jurídicamente admisible o por el contrario importa un quebrantamiento
normativo, disponer la indemnización debida a la víctima en función del costo
actual de construcción de una vivienda económica, conforme las exigencias
constructivas vigentes al tiempo en que debe determinarse la cuantía del perjuicio,
o debió estarse a la valuación de una casa de las características constructivas y
antigüedad de la que fuera perdida por los accionantes a raíz del escape de agua
que tornó ruinosa la añeja casa.
Para resolver este aspecto de cuantificación estaré a lo que dispone el
Código aprobado por Ley 26994, por cuanto aun cuando el evento que provocó el
perjuicio fue de fecha anterior a su vigencia, la determinación del cuantum
resarcitorio es una consecuencia de aquél hecho anterior, que se rige por la nueva
ley. Recuerda la Dra. Kemelmajer de Carlucci que hay cierto acuerdo en que debe
distinguirse entre la existencia y la cuantificación del daño. La segunda operación
debe realizarse según la ley vigente en el momento en que la sentencia determina
la medida o extensión, sea fijándolo en dinero o estableciendo las bases para su
cuantificación en la etapa de ejecución de sentencia (La Aplicación del Código
Civil y Comercial a las Relaciones y situaciones jurídicas existentes – Segunda
Parte, Rubinzal – Culzoni Editores, 1ª Ed. 2016, pág. 234).
Pues bien, la norma de aplicación establece el principio de plenitud en
la reparación, que consiste en la restitución de la situación del damnificado al
estado anterior al hecho dañoso (art. 1740 CCCN). Ante tal norma cabe pues
interrogarse acerca de lo que fueron privados los accionantes. La respuesta es que
fueron privados de una casa habitación en la que tornaban realidad su derecho a la
vivienda asegurado por el orden constitucional. Lo que les debe restituir el
responsable del perjuicio es justamente eso, una casa humilde en la que puedan
vivir, casa similar a aquella de la que fueron desalojados por la amenaza de ruina.
Su derecho como damnificados consiste en obtener la restitución en
especie (lo que implicaría la construcción de una casa por parte de la demandada
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para lo que debería necesariamente estar a las reglas constructivas exigibles en la


actualidad) o pagar con dinero suficiente para ese mismo fin restitutorio.
El planteo acerca de la pérdida por los accionantes de una casa
parcialmente amortizada y de construcción mixta, no contempla la exigencia de
restitución posible de una casa conforme reglamentos vigentes a ser ubicada en el
predio que ocupaba la anterior vivienda, con lo que no se hace cargo de la función
resarcitoria del derecho de daños, que pone a cargo del autor del perjuicio las
consecuencias mediatas en tanto sean previsibles. Esto último por cuanto una
consecuencia mediata (conectada causalmente con un acontecimiento distinto cual
es la modificación de las exigencias constructivas de las viviendas) previsible, es
que para restituir la cosa o la suma dineraria que permita adquirirla deberá estarse
a las actuales condiciones de las construcciones; desde luego, en paridad de otros
aspectos socioeconómicos del caso (por ejemplo que el deudor de la
indemnización no deberá hacerse cargo del valor del terreno que en esta hipótesis
de resarcimiento será aprovechado y que sus acreedores permanecerán en el
vecindario en que vivían).
Conforme lo expuesto el agravio no debe acogerse por cuanto la
sentencia en recurso no estableció un cuantum indemnizatorio infundado o
excesivo sino que cumplió acabadamente las exigencias previstas en el derecho
que rige el caso.
En lo que se refiere a las consecuencias no patrimoniales, la
accionada recurrente reitera casi literalmente lo expuesto al expresar
agravios -en cuanto a que se ha elevado en la sentencia el monto solicitado
por los accionantes- y solicita que se disminuya el rubro a una suma que
resulte razonable y contemple las probanzas y acreditaciones de autos.
En cuanto a la posibilidad de condenar por un monto superior al
peticionado, ha recordado este Tribunal que “la teoría de la
responsabilidad civil, en su actual concepción doctrinaria debe ser
considerada como un derecho de la víctima a obtener la reparación integral
del daño injustamente sufrido. Del débito de responsabilidad, concebido
como obligación del dañador de resarcir a la víctima, se pasa a privilegiar
el crédito de indemnización nacido en cabeza de ésta con motivo del
acaecimiento del daño que injustamente sufre, supuesto de hecho
necesario que le otorga legitimación para reclamar su reparación. El
cambio más importante que se advierte en el tema que nos ocupa es el del
emplazamiento del derecho a la reparación como derecho constitucional.”
Luego de reseñar los precedentes de la Corte Nacional en los
que se ha hecho aplicación del principio constitucional de reparación
integral, concluyó que “mal puede afirmarse entonces que el otorgamiento
de una suma mayor a la solicitada en la demanda pueda afectar el principio
de congruencia, máxime tratándose de una acción de daños y perjuicios
donde la cuestión de la cuantificación no es meramente matemática y el
monto original demandado es sólo estimativo, sujeto a las pruebas
rendidas y a la discrecionalidad del Tribunal ejercida dentro de los límites
de la razonabilidad.” (Expte. 13-00506081-2/2 “Sanchez, Claudia,
30/08/2016)
Por lo demás, dada la especial naturaleza de la indemnización
reparadora de las consecuencias no patrimoniales -la que no responde a
pautas aritméticas o parámetros objetivos- y atento que nos encontramos
en una instancia extraordinaria, de carácter eminentemente excepcional,
no corresponde modificar el importe concedido por ese concepto, salvo
que se advierta una manifiesta arbitrariedad, ilogicidad o irrazonabilidad
en la suma concedida, una discordancia insoportable y absoluta entre el
monto justipreciado por el Tribunal recurrido y el sufrimiento cuya
indemnización se pretende, lo cual en el caso no se advierte. (Expte. N°
13-03586362-6/1, “Gobierno”, 12/08/2019; Expte. Nª 13-00673144-3/1,
“C. M. B.”, 13/11/2019, LS599-049 ).
“Resulta improponible el agravio referente a la cuantificación
del daño, que la recurrente califica de desproporcionada, desde que y
conforme lo tiene dicho este Tribunal, el tema de la cuantificación de los
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daños en principio escapa de la órbita del recurso extraordinario, por


implicar el ejercicio de facultades propias y excluyentes, máxime en el
supuesto de autos en que, lo que se indemniza, es un rubro eminentemente
discrecional, como es el daño moral, salvo el supuesto de arbitrariedad
manifiesta que no se advierte en la especie”. (Expte. 93359 “Beckerman”,
LS399-152).
En virtud de estas pautas, los montos reconocidos en las
sentencias de grado ($70.000 para cada actor) y la entidad de los derechos
en juego (acceso a la vivienda), la cuantificación del rubro aparece como
una razonable ponderación del magistrado, insusceptible de ser revisada a
través de la vía intentada.
En lo que respecta al daño punitivo, señala la quejosa que no
está acreditado el actuar altamente negligente que le endilga la sentencia,
ni la desidia o falta de respuestas. Arguye que se dio curso al reclamo del
usuario conforme al marco regulatorio y demás normas que regulan el
servicio, y destaca que incluso el Ente regulador no aplicó sanción alguna
por prestación deficiente del servicio.
Considera que es falaz y no está probado que la pérdida de agua
continuara luego de la reparación, aduce que la cuadrilla informó su
reparación y concluye que en el caso no se dan los presupuestos para la
procedencia del rubro (dolo o conducta severa reiterativa que acredite una
maliciosa negligencia), citando jurisprudencia en apoyo de su pretensión.
Recientemente esta Sala ha tenido oportunidad de reseñar los
antecedentes en los que se analizaron los presupuestos de esta figura, entre
los que se destacan: “Guerrero”(2014); “Castillo”(2014); “Viviendas
Mendoza”(2015); “Fornetti”(2016); “Alonso”(2018); “Caceres”(2018),
“Cruzat, Paulo” (2019). Se dijo allí lo siguiente:
“La premisa para la procedencia de este rubro siempre ha sido
guiada por verificar la existencia del factor subjetivo necesario que
justifique la imposición de ese tipo de condena pecuniaria, siendo la
finalidad punir graves inconductas y prevenir el acaecimiento de hechos
similares o desalentar este tipo de conductas, es decir que el daño
punitivo tiene un propósito netamente sancionatorio de una lesión a la
persona o a sus intereses y derechos que resulta intolerable; por ello, el
Tribunal ha sido restrictivo a la hora de admitir la procedencia del
instituto.
Así se ha considerado que “constituyen requisitos de la
aplicación del daño punitivo los siguientes: incumplimiento del proveedor
de sus obligaciones legales o contractuales; petición por la parte
perjudicada; la graduación de la sanción se realizará en función de la
gravedad del hecho y demás circunstancias; la pena es independiente de
otras indemnizaciones que pudieran corresponder; responden por la multa
civil de manera solidaria todos los integrantes de la cadena de
comercialización y distribución, sin perjuicio de las acciones de regreso
que correspondan” (Expte. N° 110849, “Guerrero”).
Específicamente en “Alonso” (L.S. 551-023) se estableció que
la conducta negligente y omisiva de la concesionaria, por la falta de
información respecto del daño que sufrió la camioneta en su traslado
desde fábrica hasta la concesionaria; es lo que determinó en definitiva la
condena por daños punitivos. Puesto que esa información omitida hubiera
significado otra elección para el actor o la aceptación de esa situación.
Sin lugar a dudas la firma entregó la camioneta sin la debida
información, que ella conocía puesto que así figuraba en la carta de porte
que no acompañó; y justamente es la configuración de esa conducta
reprochable lo que determinó la procedencia de la multa civil. En
consecuencia, este instituto tiene un propósito netamente sancionatorio de
un daño que resulta intolerable, siendo su finalidad punir graves
inconductas y prevenir el acaecimiento de hechos similares (ver Furlotti,
Silvina, “Los daños punitivos: sentido y alcance del art. 52 bis de la Ley
24.240”, LL Gran Cuyo 2010, octubre, 819). En tal caso, lo sancionado
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fue el engaño, la mala fe en el acto del vendedor.


Así, en “Caceres” se determinó que “En materia de daño
punitivo, no resulta arbitraria la sentencia que rechaza el rubro,
considerando que, más allá del incumplimiento de una obligación
contractual en que ha incurrido el proveedor del servicio, no se encuentra
acreditado, ni siquiera por indicios o presunciones, que exista el factor
subjetivo necesario para poder justificar la imposición de este tipo de
condena pecuniaria (dolo o culpa grave)”. “El daño punitivo tiene un
propósito netamente sancionatorio de un daño que resulta intolerable,
siendo su finalidad punir graves inconductas y prevenir el acaecimiento
de hechos similares” (L.S. 551-055).
En igual sentido se estableció que “No resulta procedente la
indemnización por daños punitivos si el accionar de la demandada -no
obstante traslucir una informalidad que no es propia de un profesional del
rubro (compañía aseguradora)- no se perfila como una maniobra
tendiente a desbaratar los derechos del actor ni ostenta una gravedad tal
que imponga la necesidad de admitirlos” (Expte.: N° 13-00693521-9/1,
“Fornetti”)”. (Expte. No. 13-02070751-2/1 “Cooperativa Andina de
Transporte Automotor Cata Internacional Ltda.” (22/10/2020).
En el caso, y en concordancia con lo dictaminado por el
Procurador General, considero que el agravio propuesto debe ser admitido.
Ello, en tanto si bien la sentencia parece seguir los lineamientos
mencionados para la procedencia del instituto -presencia de factores
subjetivos además del mero incumplimiento contractual o prestación
deficiente del servicio- funda sus conclusiones en afirmaciones que no
encuentran respaldo en las constancias objetivas de la causa.
En efecto, la resolución califica de “altamente negligente” el
accionar de la demandada teniendo en cuenta que “pese a que con fecha 27
de octubre del 2014 operarios de AYSAM concurrieron al domicilio de
calle Pedraza a reparar un caño de agua roto, los reclamos por parte de los
demandantes continuaron en el mes de febrero del 2.015...”
Si bien las partes son contestes en que existió un reclamo el 24
de octubre y que los operarios concurrieron los días 26 y 27 de ese mes a
realizar reparaciones, no surge de las constancias de la causa que tales
reparaciones no hayan sido las adecuadas para resolver el específico
problema denunciado.
La actora en su demanda alega que la pérdida continuó luego de
esa fecha, pero lo cierto es que ninguna prueba avala su postura en cuanto
a que la pérdida originaria no haya sido solucionada.
El período de tiempo transcurrido entre la reparación finalizada
el 27 de octubre -sobre la cual no media controversia- y el siguiente
reclamo al que refiere el actor en su demanda -realizado el 13 de febrero
del 2015, cfr. fs. 112 vta. y 57- no permite afirmar linealmente que se
tratara de la misma pérdida que continuó, como lo hace la sentencia
impugnada.
Según consta a fs. 56, el cliente concurrió a la oficina el día
27/2/2015 y relató que “fueron los operarios y realizaron el trabajo y se
retiraron pero al otro día en la mañana el propietario advierte de que hay
una pérdida nuevamente y mayor...”
De tales antecedentes no puede derivarse que la accionada haya
desatendido los reclamos realizados por el cliente. Por el contrario, sus
operarios concurrían cada vez que se formalizaba una solicitud de
atención, lo que impide considerar que su conducta haya presentado rasgos
de reticencia, grosera negligencia, malicia o dolo.
En este escenario, parece más lógico sostener que el daño se
produjo en definitiva por el vicio de las cosas (instalaciones de la
demandada) que ocasionaba nuevas pérdidas, perjuicio que será
adecuadamente resarcido mediante las indemnizaciones que por la
presente se confirman.
Por lo demás, la sentencia en crisis esgrime como fundamento
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de su decisión la resolución Nº 199/15 emitida por el EPAS. Señala que tal


resolución “expresa que a pesar del arreglo efectuado el 27 de octubre el
agua no cesó de fluir por lo que el 13 de febrero del 2.015 se hace un
nuevo reclamo concurriendo los empleados de la prestadora a realizar
nuevas reparaciones sin que el problema se solucione lo que motiva un
nuevo reclamo. De allí que concluyo que pese a los arreglos efectuados, la
pérdida de agua continuó.”
Sin embargo, la sentencia no repara en que tal descripción de
los hechos responde al relato efectuado por el usuario ante el organismo de
control (cfr. fs. 76/77), y no a hechos que hayan sido constatados o
demostrados a través de pruebas colectadas, por lo que la conclusión
relativa a que la pérdida de agua continuó, sólo constituye una afirmación
dogmática desprovista de sustento probatorio.
La falta de respuesta al reclamo extrajudicial tampoco sostiene
razonablemente la condena a abonar este rubro, en tanto no posee, a mi
modo de ver, entidad suficiente como para habilitar la imposición de esta
multa de carácter excepcional.
En definitiva, entiendo que la sentencia luce arbitraria
únicamente en cuanto condena a la accionada a abonar una suma de dinero
en concepto de daño punitivo, en tanto no se dan en el caso los
presupuestos de hecho para que proceda la figura, conforme los
lineamientos exigidos por este Tribunal.
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. GÓMEZ y DAY, adhieren al
voto que antecede.
A LA SEGUNDA CUESTION EL DR. PEDRO J. LLORENTE, DIJO:
Conforme los fundamentos esgrimidos en la cuestión anterior,
corresponde admitir parcialmente el recurso incoado, revocando la
resolución en crisis únicamente respecto de la condena a abonar una suma
de dinero en concepto de daño punitivo, debiendo rechazarse la demanda
en este aspecto.
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. GÓMEZ y DAY, adhieren al
voto que antecede.
A LA TERCERA CUESTION EL DR. PEDRO J. LLORENTE DIJO:
En cuanto a las costas, corresponde imponerlas en todas las
instancias a la demandada vencida, por lo que prospera la demanda.
En cuanto al daño punitivo, esta Sala ya ha señalado que en
virtud del “orden público involucrado, el espíritu tuitivo de la ley en
relación al consumidor, el carácter aleccionador de los daños punitivos
solicitados lo cual hace que sea muy difícil su cuantificación, la necesidad
de que se priorice el acceso a la justicia de los consumidores sin ninguna
limitación que pueda coartarlo, y el hecho de que la concesión del daño
punitivo es una facultad judicial”, el rechazo del rubro daño punitivo no
debe llevar imposición en costas. (causa n° 108.977 “Castillo”,
11/03/2014).
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. GÓMEZ y DAY, adhieren al
voto que antecede.
Con lo que se dio por terminado el acto, procediéndose a dictar
la sentencia que a continuación se inserta:

SENTENCIA:
Mendoza, 29 de Diciembre de 2020.

Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Sala
Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, fallando en definitiva,

RESUELVE:
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I. Admitir parcialmente el recurso incoado a fs. 7/26 contra la


resolución dictada por la Quinta Cámara Civil, Comercial y Minas de la
Primera Circunscripción Judicial a fojas 445 y ss. de los autos n° 54.068
caratulados: “GIMENEZ, HUGO RODOLFO Y OTS. C/AYSAM (AGUA
Y SANEAMIENTO MENDOZA S.A. P/Daños y perjuicios”, la que
quedará redactada de la siguiente manera:
“1) Hacer lugar parcialmente a los recursos de
apelación interpuestos a fs. 375 por Agua y Saneamiento Mendoza SA. y a
fs. 378 por Allianz Cia. De Seguros S.A. y en consecuencia, modificar la
sentencia de fs. 363/374, la que queda redactada como sigue:
““I. Hacer lugar a la demanda
incoada por el Sr. HUGO GIMENEZ en su calidad de Administrador de la
Sucesión “GIMENEZ JORGE FORTUNATO Y JURI DORA JAUFAT
P/SUC”, exp.nro. 63180-16 Civil, y en consecuencia condenar a AGUAS
MENDOCINAS S.A. (AYSAM), para que en el término de DIEZ DIAS
desde la notificación del presente, procedan a abonar a la actora la suma
de PESOS DOS MILLONES CUATROCIENTOS CUARENTA Y UN MIL
($ 2.441.000), con más los intereses indicados en la presente resolución y
hasta el efectivo pago, costos y costas del juicio, bajo apercibimiento de
ley.””
““II- Hacer lugar parcialmente a la
demanda incoada por los Sres. HUGO GIMENEZ y DORA GIMENEZ, y
en consecuencia condenar a AGUAS MENDOCINAS S.A. (AYSAM), para
que en el término de DIEZ DIAS desde la notificación del presente,
procedan a abonarles la suma de PESOS SETENTA MIL ($ 70.000) a cada
uno de ellos, con más los intereses en la forma considerada, y hasta el
efectivo pago, costos y costas del juicio, bajo apercibimiento de ley.””
““III- Declarar que la condena se
hace extensiva a ALLIANZ ARGENTINA S.A. en la medida del seguro,
conforme lo considerado. (art. 109 y 118 LS)””
““IV- Imponer las costas a los
demandados por lo que se admite la demanda (arts. 35 y 36 inc. I del
CPC).””
““V- Regular los honorarios de los
Dres. Luis MAGNAGHI, Manfredo Lorenzo CHIQUINELLI, Maria
Florencia GARCIA BAKER, Constanza FISCHETTI, Marcela BERRIOS,
Sebastian GUTIERREZ, Raul MONTOYA, Matias MONTOYA y Graciela
GHERZI, en las sumas de PESOS CIENTO CINCUENTA Y CUATRO MIL
OCHOCIENTOS SESENTA ($ 154.860), TRESCIENTOS NUEVE MIL
SETECIENTOS VEINTE ($ 309.720), TREINTA Y SEIS MIL CIENTO
TREINTA Y CUATRO ($ 36.134), SETENTA Y DOS MIL DOSCIENTOS
SESENTA Y OCHO ($ 72.268), TREINTA Y SEIS MIL CIENTO
TREINTA Y CUATRO ($ 36.134), SETENTA Y DOS MIL DOSCIENTOS
SESENTA Y OCHO ($ 72.268), TREINTA Y SEIS MIL CIENTO
TREINTA Y CUATRO ($ 36.134), TREINTA Y SEIS MIL CIENTO
TREINTA Y CUATRO ($ 36.134) y TREINTA Y SEIS MIL CIENTO
TREINTA Y CUATRO ($ 36.134), respectivamente, con más el IVA en
caso de acreditación de la condición fiscal respectiva, y en consideración a
la actuación efectivamente cumplida, sin perjuicio de los honorarios
complementarios que pudieren corresponder. (Arts, 2, 3, 13, y 31 de la Ley
Arancelaria nro.3641).
““VI- Regular los honorarios del
perito H. Martin OBREDOR, en la suma de PESOS CIENTO TRES MIL
DOSCIENTOS CUARENTA ($ 103.240), con más el IVA en caso de
acreditación de la condición fiscal respectiva, en atención a la actividad
desplegada en el expediente y los usos y costumbres, y lo dispuesto por el
art. 180 del CPCCyT-Ley 9001.””
“2) Imponer las costas del recurso planteado
por la demandada AYSAM a la recurrente por lo que se rechaza el recurso,
sin imposición de costas por lo que se admite. Imponer las costas del
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recurso interpuesto por la citada en garantía a la accionante por lo que se


admite y a la apelante por lo que se rechaza.”
“3) Regular los honorarios profesionales de los
Dres. Luis Emilio MAGNAGHI, Manfredo Lorenzo CHIQUINELLI,
María Florencia GARCÍA BAKER, Javier Conrado PONS, Graciela F. de
GHERZI y Andrés BOULIN, por lo que se rechazan los recursos de
apelación y que están a cargo de los apelantes en las respectivas sumas de
pesos CUARENTA Y SEIS MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y
OCHO ($ 46.458), pesos CIENTO CINCUENTA Y CUATRO MIL
OCHOCIENTOS SESENTA ($ 154.860), pesos DIECISEIS MIL DOS ($
16.002), pesos CINCUENTA Y CUATRO MIL DOSCIENTOS UNO ($
54.201), pesos DIECISEIS MIL DOS ($ 16.002) y pesos CINCUENTA Y
CUATRO MIL DOSCIENTOS UNO ($ 54.201) (arts. 15, 31 y cc. de la ley
9131).”
“4) Diferir la regulación de honorarios de los
Dres. Luis Emilio MAGNAGHi, Manfredo Lorenzo CHIQUINELLI,
Graciela F. de GHERZI y Andrés BOULIN por lo que prospera el recurso
interpuesto por la citada en garantía y que están a cargo de la apelada
hasta tanto se practique liquidación.”
II. Imponer las costas en esta instancia extraordinaria al
recurrente por lo que se rechaza el recurso, sin imposición de costas por lo
que se admite.
III. Regular honorarios profesionales María Florencia
GARCÍA BAKER, en la suma de pesos TREINTA Y DOS MIL
QUINIENTOS VEINTE ($32.520); Javier Conrado PONS, en la suma de
pesos CINCUENTA Y CUATRO MIL DOSCIENTOS UNO ($54.201);
María Constanza FISCHETTI, en la suma de pesos CINCUENTA Y
CUATRO MIL DOSCIENTOS UNO ($54.201); Luis Emilio MAGNAGHI,
en la suma de pesos CUARENTA Y SEIS MIL CUATROCIENTOS
CINCUENTA Y OCHO ($46.458) y Manfredo Lorenzo CHIQUINELLI, en
la suma de pesos CIENTO CINCUENTA Y CUATRO MIL
OCHOCIENTOS SESENTA ($154.860) (arts. 2, 3, 13, 15 y 31 LA).
NOTIFIQUESE.

DR. PEDRO JORGE LLORENTE DR. JULIO RAMON GOMEZ


Ministro Ministro

DRA. MARÍA TERESA DAY


Ministro

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