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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. Nro. AA20-C- 2012-000054

Ponencia de la Magistrada ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ.


 
En el juicio por simulación seguido por el ciudadano GUILLERMO ENRIQUE

ORTEGA ARANGO, representado judicialmente por los abogados Lizabeth Jaimes González,

Yobanis Antonio Manzanillo Quintanilla y David León Hernández Peña, contra los

ciudadanos ELIZABETH ORTEGA CARUSO SCANNELLA y FRANCESCO SCANNELLA ADORNA,

representados judicialmente por las abogadas Zulay Mery Struve Pineda y Ana Victoria; el

Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial

del estado Zulia, dictó sentencia en fecha 12 de agosto de 2011, mediante la cual declaró

con lugar la demanda, sin lugar la apelación intentado por la parte demandada y confirmado

el fallo dictado el 1 de febrero de 2011, por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, que declaró con lugar la

demanda de simulación.
                Contra la referida sentencia de la alzada, la parte demandada anunció
recurso de casación, el cual fue admitido mediante auto del 25 de noviembre de 2011,
y oportunamente formalizado. Hubo impugnación, réplica y contrarréplica.
               
                Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a dictar sentencia
bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los términos
siguientes:
 

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

Con fundamento en lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del

Código de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción los artículos

26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como

los artículos 12, 15, 146 y 341 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto afirma

que el juez superior incurrió en violación“…del orden público procesal…”.

 
El formalizante, para fundamentar su delación sostiene lo siguiente:

 
“…configura una violación al ORDEN PÚBLICO PROCESAL, al haber
omitido el juez de la recurrida, el análisis de los presupuestos procesales de la
acción y la pretensión ejercida por el actor, la cual se refiere a una acción de
simulación y nulidad del documento debidamente protocolizado por ante la
Oficina del Registro Inmobiliario del Primer Circuito del municipio Maracaibo
del estado Zulia, en fecha 5 de agosto de 2005, bajo el No. 15, Tomo 14,
Protocolo 1°, en el cual aparecen como otorgantes, la
codemandada ELIZABETH ORTEGA CARUSO SCANNELLA, como
compradora y su legítimo padre, hoy difunto, quien en vida respondió al
nombre de ROBERTO ORTEGA ACERO, como vendedor.
Ahora bien, al ser impugnado el referido documento público en la presente
causa a través de una acción de simulación, cuya pretensión del accionante es
su anulación, y debido a la naturaleza de dicha acción, se debe demandar en la
misma a las partes intervinientes en la negociación, es decir vendedor y
compradora; pero en este caso el vendedor ROBERTO JOSÉ ORTEGA
ACERO murió ab-intestato y automáticamente queda abierta la comunidad
hereditaria entre todos sus herederos; por lo cual necesariamente debe
entenderse que sus herederos conocidos y desconocidos debieron ser llamados
al proceso para conformar adecuadamente la litis, toda vez que los contratantes
del acto tildado de simulado (comprador y vendedor) debieron ser llamados a
juicio, y   por   cuanto   uno   de   los  contratantes  falleció,  le
correspondía a sus herederos conforman (sic) un LITISCONSORCIO
PASIVO necesario, que debió integrarse al contradictorio del proceso, pues a
ellos los 
obligaciones que derivan de un mismo título y se hallan en comunidad jurídica
respecto al objeto de la causa.
                  …Omissis…
ciudadanos  Magistrados, que por cuanto el juez es el rector del proceso, debió tomar
los correctivos necesarios para depurarlos; y al no hacerlo vulneró lo pautado en el
artículo 146 del Código de Procedimiento Civil; ya que dicho sentenciador no
consideró la existencia de un LITISCONSORCIO PASIVO, y es necesario destacar que en
el mismo fallo, dicho sentenciador  reconoció que aparte de los actuantes en el pleito,
hay otro heredero del de cujus que nunca fue llamado a juicio; el
ciudadano ANTONIO JOSÉ ORTEGA, e igualmente hay evidencia que éste falleció,
durante la pendencia del proceso, dejando sus hijos menores como herederos, lo cual
hace aún más evidente la ausencia del establecimiento adecuado del contradictorio
en el litigio, apreciándose 
que la decisión dictada afectará derechos de personas que no actuaron en el juicio y
por ello 
no pudieron defenderse; violándose de esta manera el ordinal 1º del artículo 49 la
Constitución Bolivariana de Venezuela.

Así las cosas, se vulneran los artículos 12 y 15 del Código de Procedimiento Civi1, que
establece la obligación del juez de ceñirse a lo alegado y probado en autos, y en la
causa se encuentra (sic) promovidas y evacuadas completamente pruebas que
determinan 
que además del demandante y la demandada, existió como legítimo heredero del
causante ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, el ciudadano ANTONIO ORTEGA
CARUSO, quien posteriormente falleció y dejo como herederos de éste, su esposa,
dos hijos habidos en su matrimonio y dos niñas menores de edad producto de una
relación extra-conyugal.

Igualmente con fundamento en el principio de la adquisición procesal, y en


concordancia con los artículos de la Ley adjetiva antes nombrada, me permito
indicarle a los ciudadanos Magistrados, que en el escrito de promoción de prueba del
accionante en el numeral SEGUNDO, fue promovida el acta de defunción del difunto
ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, donde se lee:… ‘dejo tres hijos’, la cual fue valorada
por el sentenciador en todo su valor probatorio; e (sic) también en el aparte VI del
citado escrito, correspondiente a la promoción de testigos, fue promovida con tal
carácter la ciudadana YOIRIS JOSEFINA MARTÍNEZ ALVARADO, (pag. 129 de la pieza
N° 2 del expediente signado con el N° 11.751) cuya testimonial se evacuó, por ante el
Tribunal 5to. (sic) de los Municipios Maracaibo, San Francisco y Jesús Enrique Lossada
de la Circunscripción Judicial del estado Zulia; testigo este que a través de toda su
exposición dejo claro, que es la progenitora de Dos (2) niñas cuyo padre fue, el
legítimo heredero ANTONIO ORTEGA CARUSO (folio 106, 107, 108 y 109 de la pieza
No. 3).

Como puede constatarse ciudadanos Magistrados, se violentaron los derechos


sucesorales y garantías de las niñas habidas en la relación que mantuvo el
difunto ANTONIO ORTEGA CARUSOcon la ciudadana YOIRIS
JOSEFINA MARTÍNEZ ALVARADO consagrados en el Título II y
Capítulo II del artículos (sic) 86 (derecho a defender su derechos(sic)), 87
(derecho a la justicias (sic)) y 88 (derecho a la defensa y el debido proceso) de
la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, lo cual hace
más evidente la ausencia del establecimiento adecuado del contradictorio en el
litigio; y así dicha sentencia afecta en forma directa derechos de niñas que no
que no actuaron en el juicio a través de su representante legal, que es la
ciudadana YOIRIS JOSEFINA MARTÍNEZ ALVARADO, después de la
muerte del legítimo heredero ANTONIO ORTEGA CARUSO, herederos
éstos que al ser  ignorados en la sentencia recurrida, no pudieron ejercer sus
derechos a la defensa…”. (Mayúsculas y negrillas del formalizante).

            

                De  la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el formalizante

delata el quebrantamiento de formas sustanciales, por cuanto en su criterio el juez

superior incurrió en violación de las normas del litisconsorcio pasivo necesario, toda

vez que “…la pretensión del accionante es su anulación -del  documento

protocolizado ante la Oficina del Registro Inmobiliario del Primer Circuito del

Municipio Maracaibo… mediante el cual el de cujus Roberto José Ortega Acero

vendió 2 bienes inmuebles de su propiedad a la ciudadana Elizabeth Ortega Caruso

de Scannella- y debido a la naturaleza de dicha acción, se debe demandar a las

partes intervinientes…” y como quiera que “…en este caso el vendedor Roberto José

Ortega Acero murió ab intestato y quedó abierta la comunidad hereditaria entre


todos sus herederos, por lo cual necesariamente debe entenderse que sus herederos

conocidos y desconocidos debieron ser llamados al proceso para conformar

adecuadamente la litis…”. Por lo tanto “…al existir otro heredero del de cujus que

nunca fue llamado, el ciudadano Antonio José Ortega e igualmente hay evidencia que

este falleció, durante la pendencia del proceso, dejando sus hijos menores como

herederos… hace evidente la ausencia del establecimiento adecuado del

contradictorio…” de allí que, el juez “…violó el artículo 341 del Código de

Procedimiento Civil, ya que el operador de justicia de primera instancia admitió una

demanda que era contraria al orden público procesal, y al no ordenar la

conformación del litisconsorcio pasivo… incurrió en un quebrantamiento   del

derecho a la tutela judicial efectiva…”.      

            

             Para decidir, la Sala observa:

             Al respecto de los argumentos expuestos por el recurrente, para sostener el

vicio de quebrantamiento de formas sustanciales con menoscabo del derecho de

defensa, esta Sala considera fundamental revisar, en primer término, el alcance de los

efectos de la cosa juzgada en sentencias  que conozcan demandas por simulación de


negocio jurídico; luego deberá constatar, si los actos considerados írritos por el

demandado cumplen o no con su finalidad, a los fines de justificar una eventual

reposición de la causa, y finalmente verificará si el alegato de falta de legitimación

pasiva fue oportunamente alegado en la instancia lo que justificaría aún más que deba

ser conocida tal denuncia.    

                En el presente caso, se observa que el juez superior  en el juicio por

simulación instaurado por el ciudadano Guillermo Enrique Ortega Arango, contra los

ciudadanos Elizabeth Ortega Caruso de Scannella y Francesco Scannella Adorna


confirmó la sentencia dictada por el juez a quo que declaró “…con lugar  la demanda

de simulación incoada por el ciudadano Guillermo Enrique Ortega Arango contra los

ciudadanos Elizabeth Ortega Caruso de Scannella Y Francesco Scannella Adorna…y

nulo el documento de compraventa protocolizado por ante la Oficina de Registro

Inmobiliario el Primer Circuito del Municipio Maracaibo del estado Zulia, en fecha 5

de agosto de 2005, bajo el Nº 15, tomo 14, protocolo 1°; también ordenó la

cancelación del asiento registral antes señalado…”.

                   Al respecto de las demandas por simulación, cabe precisar que las mismas son

esencialmente declarativas y conservatorias y son precisamente estos dos efectos los que se

persiguen de modo inmediato.

                   En efecto, mediante esta acción las parte o los terceros procuran

fundamentalmente “…demostrar la realidad verdadera en una situación jurídica, la

comprobación de una realidad jurídicamente objetiva…” y conservar el patrimonio del

deudor,  por cuanto la intención de los interesados no es ejecutarlo, por el contrario, lo que

se busca es hacer declarar que determinado bien  o derecho no ha salido en realidad del

patrimonio del deudor.

 
                En este sentido, vale aclarar que la consecuencia inmediata de la acción por

simulación es la nulidad del acto ostensible o ficticio, a los efectos de que prevalezca el

acto real. Además, cabe señalar que en caso de que el acto que se pretenda declarar como

simulado, consista en una enajenación de bienes o derechos, por efecto de la declaratoria

tales bienes o derechos  vuelven a su titular íntegramente con sus frutos y productos, con

exclusión de los gastos de conservación.

                Ahora bien, es preciso advertir que quienes pretendan una declaratoria de esta

naturaleza deben  dirigir su acción contra todas las partes intervinientes en el acto simulado.
 

                   Por otra parte, es preciso señalar que la teoría de las nulidades aplicable en caso

de observarse un acto írrito, presupone que el acto causa indefensión a la parte y que no

cumple con el objetivo dispuesto por la norma. Por argumento en contrario, si el acto írrito

no produce indefensión sino que resguarda derechos de eventual transgresión, resultando

inútil su reposición y de ninguna manera podrá ser declarada su nulidad, por aplicación del

artículo 206 del Código de Procedimiento Civil, cuya parte in fine dispone “…en ningún

caso se declarará la nulidad si el acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado…”.

                   A propósito de lo anterior, resulta imprescindible advertir que desde la

perspectiva de la Sala Constitucional, el examen detallado de los preceptos contenidos  en

los artículos, 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en

concordancia con el supra artículo 206 del Código adjetivo, permite afirmar que, en todo

caso y en todos los casos, la nulidad y la reposición no podrán ser pronunciadas “si el

acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado”. Así, la referida Sala, mediante

sentencia Nro. 889 de fecha 30 de mayo de 2008, caso: Inversiones Hernández Borges C.A.

(INHERBORCA),  estableció lo siguiente.

               
“…estima esta Sala Constitucional pertinente el recordatorio de que la
supremacía y eficacia de las normas y principios constitucionales de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como el deber de
todos los jueces o juezas de la República de ‘asegurar la integridad de la
Constitución’ (ex  artículos 334 y 335 constitucionales),obligan al juez, siempre ,
a la interpretación de las instituciones procesales al servicio de un proceso
cuya meta es la resolución del conflicto de fondo, de manera imparcial, idónea,
transparente, independiente, expedita y sin formalismos o reposiciones
inútiles (ex  artículo 26), para el logro de que la justicia no sea sacrificada por la
omisión de formalidades no esenciales, como lo ordena el artículo 257 del Texto
Fundamental.

Por otra parte, en lo que respecta, específicamente a la nulidad y reposición de


actos procesales, el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil preceptúa…
             …Omissis…

En el mismo sentido, pero desde otra perspectiva, los preceptos a que se hizo
referencia con anterioridad, 206 del Código de Procedimiento Civil y 26 y 257 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, llevan a la ineludible
conclusión de que, en todo caso y en todos los casos, la nulidad y reposición a
que se refiere el artículo 320 del Código Adjetivo no podrán ser pronunciadas ‘si
el acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado’ –en este supuesto, la
sentencia que hubiere compuesto la controversia entre las partes en forma
ajustada a derecho-, apreciación que debe hacerse en estricto respeto al
derecho de los justiciables a una justicia ‘equitativa’, ‘expedita’, ‘sin dilaciones
indebidas’ y ‘sin formalismos o reposiciones inútiles’, en el marco de un proceso
que sea, en forma eficaz, ‘un instrumento fundamental para la realización de la
justicia’ y que no sacrifique ese objetivo ‘por la omisión de formalidades no
esenciales’ (ex artículos 26 y 257 C.R.B.V.); así se declara.

…Omissis…
Así, esta Sala Constitucional aprecia que el acto decisorio objeto de
revisión erró respecto del control de la constitucionalidad que debe
hacerse en toda aplicación del Derecho (interpretación ‘desde’ la
Constitución), cuando omitió el análisis y encuadramiento del caso
concreto en la regla de derecho aplicable, a la luz los principios
jurídicos fundamentales de celeridad procesal y justicia expedita sin
reposiciones inútiles de los juicios que preceptúan los artículos 26 y 257
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a la base,
también, del artículo 206 del Código de Procedimiento Civil–
preconstitucional- que prohíbe la declaratoria de la  “nulidad por la
nulidad misma”, así como las reposiciones inútiles.
…Omissis…
Además, se vulneró el derecho constitucional a la tutela judicial eficaz de la
pretensora de revisión, en virtud de que se declaró la nulidad del veredicto
que la favorecía…”. (Negritas de esta Sala de Casación Civil).

               

                   Del criterio jurisprudencial parcialmente transcrito, se observa que la

interpretación concatenada de los artículos 206 del Código de Procedimiento Civil y 26 y

257 Constitucional, permiten concluir que “…en todo caso y en todos los casos, la nulidad

y reposición no podrán ser pronunciadas ‘si el acto ha alcanzado el fin al cual estaba

destinado…”, esto implica que si “…la sentencia que hubiere compuesto la controversia


entre las partes en forma ajustada a derecho-, apreciación que debe hacerse en estricto

respeto al derecho de los justiciables a una justicia ‘equitativa’, ‘expedita’, ‘sin dilaciones

indebidas’ y ‘sin formalismos o reposiciones inútiles’, en el marco de un proceso que sea,

en forma eficaz, ‘un instrumento fundamental para la realización de la justicia’ y que no

sacrifique ese objetivo ‘por la omisión de formalidades no esenciales”’, de ninguna manera

podrá  ser anulada.


 

En este sentido, la Sala Constitucional estableció expresamente, respecto de las

declaratorias de nulidad de sentencia solicitadas, que ésta procederá “…sólo si el acto

decisorio objeto de revisión erró respecto del control de la constitucionalidad que debe

hacerse en toda aplicación del Derecho (interpretación ‘desde’ la Constitución), cuando

omitió el análisis y encuadramiento del caso concreto en la regla de derecho aplicable, a la

luz los principios jurídicos fundamentales de celeridad procesal y justicia expedita sin

reposiciones inútiles de los juicios que preceptúan los artículos 26 y 257 de la Constitución de

la República Bolivariana de Venezuela, a la base, también, del artículo 206 del Código de

Procedimiento Civil–preconstitucional- que prohíbe la declaratoria de la ‘nulidad por la

nulidad misma’, así como las reposiciones inútiles…”.

                Pues, las instituciones procesales deben ser interpretadas siempre al servicio de

un proceso cuya meta sea la resolución del conflicto de fondo, en consecuencia una

decisión que ignore tales preceptos y pretenda una declaratoria de la  “…nulidad por la

nulidad misma…”, sin duda atentaría contra la tutela judicial efectiva. 


 

               Aún más, la Sala Constitucional ha hecho énfasis en facilitar las condiciones de

acceso a la justicia y la ineludible tramitación de la pretensión, en obsequio al principio  pro

actione, mediante la correcta comprensión de la función asignada a las formas y requisitos
procesales, los cuales deben “...estar en línea de hacer avanzar la pretensión por caminos

racionales, y no de imposibilitar injustificadamente… el ejercicio de la acción...”.   (Vid.

sentencia de fecha de fecha 23 de marzo de 2010, caso: Sakura Motors C.A.).

                   En el presente caso, esta Sala observa que los demandados -recurrentes en

casación-, afirman por primera vez en casación que el juicio no fue instaurado

debidamente, toda vez que la demanda fue presentada contra una sola de las partes

contratantes en el negocio jurídico que se procura anular –venta de un conjunto de

inmuebles-, específicamente la acción se dirige contra la compradora, y por cuanto el

vendedor había fallecido para el momento de interposición de la demanda, en criterio del

recurrente, el juicio no sólo debía sustanciarse con la compradora -descendiente del

vendedor- en la venta ficticia, sino también contra otro descendiente del ciudadano Roberto

José Ortega Acero –vendedor- es decir, contra el ciudadano Antonio Ortega Caruso, que

aún cuando no forma parte del “…negocio jurídico simulado, esto es la venta de los

derechos del causante que conforman el acervo hereditario a uno sólo de los hijos -la

compradora- …”, según las normas del litisconsorcio pasivo, el referido ciudadano Antonio

Ortega Caruso debía integrar también la relación procesal, a los efectos de garantizar la

efectividad de la sentencia.
  
A propósito del planteamiento realizado por el recurrente, la Sala advierte por

una parte que -en el caso particular y concreto - de aplicársele las reglas del litisconsorcio,

puede determinarse que el ciudadano que refiere para ser llamado a la  litis, es decir Antonio

Ortega Caruso, conforme a los alegatos propios de la formalizante, es hermano de quien fue la

beneficiaria exclusiva de la venta que le hizo su padre antes de morir de dos inmuebles que

componen el acervo hereditario y el cual se pretende anular, lo cual determina que la sentencia

dictada en este juicio, le reconoce derechos sobre el inmueble que fueron desconocidos con
motivo de la venta simulada, pues regresa al patrimonio de la comunidad el inmueble objeto de

dicha venta.

Expresado en otras palabras, el recurrente a lo sumo perseguiría mediante su

denuncia de quebrantamiento de las formas procesales, en este caso atinentes a la legitimación,

sumar mayor número de personas en la pretensión de simulación de la venta del acervo

hereditario.

Por otra parte, como antes se expresó está proscrito en nuestro ordenamiento

jurídico la declaratoria de nulidad por la nulidad misma, por consiguiente si la “….sentencia   que

hubiere compuesto la controversia entre las partes –lo hizo- en forma ajustada a derecho-,

apreciación que debe hacerse en estricto respeto a los preceptos constitucionales…”,  es decir

sino  “…omitió el análisis y encuadramiento del caso concreto en la regla de derecho

aplicable, a la luz los principios jurídicos fundamentales de celeridad procesal y justicia

expedita sin reposiciones inútiles…”  de ninguna manera podrá ser anulada.

 En efecto, si el acto írrito, en este caso el acto de admisión de la demanda,

cumplió con su finalidad al respetar el equilibrio de las partes en el proceso y salvaguardar

sus derechos y garantías constitucionales, como por ejemplo la preeminencia del

principio pro actione –que implica que sea conocida la pretensión y obtener la sentencia de

mérito-, la reposición sería inútil.

Más aun, si se parte de que la declaratoria con lugar de la pretensión de

simulación de la venta del acervo hereditario, lejos de conculcar los derechos

constitucionales del referido ciudadano Antonio Ortega Caruso, éste por el contrario se

beneficiaría de los efectos anulatorios y conservatorios perseguidos con la referida demanda.


    
A propósito de lo anterior, la Sala estima importante puntualizar que siempre la

relación jurídico procesal debe estar integrado adecuadamente, debiendo estar presente en

los casos de simulación de negocio jurídico, inclusive en la venta del patrimonio hereditaria,

tanto vendedor como comprador, es decir todos los involucrados. Sin embargo, en el

presente caso, se advierte que, para que prospere la denuncia de quebrantamientos de

formas sustanciales -especialmente de las reglas del litisconsorcio- es requisito

indispensable que exista violación del derecho de la defensa, situación esta que no se

produce en el caso sub-judice, pues por aplicación de la teoría de las nulidades procesales y

desde la perspectiva de los valores y principios constitucionales la reposición solicitada

resultaría inútil, toda vez que los derechos de la parte que según la formalizante no formó

parte de la relación procesal fueron efectivamente tutelados, resultado éste obtenido en la

causa –con la nulidad del negocio simulado el cual benéfica no sólo al demandante sino

también su hermano –heredero del causante (vendedor)-, dado que el resultado de dicha

anulación es el reverso de los bienes al patrimonio hereditario del causante. Además, cabe

agregar que la denuncia de quebrantamiento de formas sustanciales formulada no es más

que una excusa de reposición, que en definitiva sólo beneficiaría a la demandada al

pretender una nueva tramitación de la causa en perjuicio de los derechos fundamentales del

resto de las partes en el proceso.

  

Además, cabe añadir que el argumento de falta de legitimación de la parte

demandada o de ausencia del litisconsorcio pasivo necesario, no fue planteado en la

instancia por los demandados, sino en casación, lo cual en principio, no sólo pudiera atentar

contra las legítimas expectativas o previsiones de las partes de no ser sorprendidas en el

proceso, al incorporar un argumento que cambiaría las circunstancias formales bajo las

cuales se desenvolvió  naturalmente el juicio, sino que por aplicación de la perspectiva de

los actos propios, según la cual puede el sentenciador considerar determinadas conductas

procesales inconsecuentes o heterogéneas de las partes en relación con sus alegatos y


defensas, es decir, sí el comportamiento procesal desplegado por la parte significa un

exceso o contradicción con un obrar anterior, deviene en una conducta procesal

contradictoria formulada inequívocamente para desviar la dirección de la litis trabada

inicialmente, en sentido positivo a favor de la parte que es incidida o perjudicada por tal

conducta. (Vid. sentencias de fechas: 20 de mayo de 2010 caso:  Rafael Enrique Alfonzo

Sotillo contra Instituto De Clínicas y Urología Tamanaco, C.A y otro;  y del 3 de mayo de 2011,

caso: Miguel Ángel de Biase Masi contra Pasquale Borneo Missanelli, respectivamente).

Efectivamente, resulta pertinente señalar que esta Sala mediante sentencia de

fecha de fecha 24 de enero de 2012, caso: Marina Friso de Fridegotto contra Giuseppe Fridegotto

Magagnin y otros Exp. N° 2011-000050, bajo ponencia del magistrado Antonio Ramírez Jiménez

dejó asentado que “…en atención a los principios de confianza legítima y expectativa plausible,

los criterios adoptados en la sentencia N° RC-258, de fecha 20 de junio de 2.011, caso de Yván

Mujica contra Centro Agrario Montañas Verdes, expediente N° 10-400, en cuanto a la falta de

cualidad que puede ser declarada de oficio por el juez,  no serán empleados en la presente causa,

pues no debe ser aplicada de manera retroactiva una doctrina de Casación a situaciones

jurídicas ocurridas con anterioridad a la misma, en consecuencia, se aplicarán los criterios

jurisprudenciales que prevalecían antes de la publicación del fallo antes señalado, en un todo de

conformidad con la doctrina reiterada por esta Sala…”.

Asimismo, esta Sala en sentencia de fecha 27 de abril de 2012, caso:  Ciriaco y

Antonio Pannillo Sauchella contra Erkis Rosanna y otras, Exp. 2011-000725, a propósito de la

aplicación temporal de los criterios adoptados por la Sala  y la trascendencia de los cambios

experimentados en la suerte de la controversia, con ponencia del Magistrado Carlos Oberto

Vélez, estableció lo siguiente:

 
“…En el sub iudice, advierte la Sala que la demanda por nulidad de asamblea de
accionistas, no fue intentada, como correspondía, contra la persona jurídica,
sino contra unas personas naturales, que si bien son socios de la empresa y se
alega que celebraron tales asambleas ilegalmente y contrariando los estatutos
sociales, no tenían la cualidad pasiva para sostener tal acción.

En este orden de ideas resulta pertinente invocar la sentencia N° 493, de fecha


24/5/10, expediente N°10-0221 en la solicitud de revisión solicitada por
Promociones Olimpo, C.A, proferida por la Sala Constitucional de este Tribunal
Supremo de Justicia en la que se estableció:

…Omissis…

De ahí, que cuando se demande la nulidad de una asamblea, considera la


Sala que el legitimado pasivo es la sociedad mercantil, como órgano que
agrupa a todos los accionistas.

…Omissis…

Razón por la cual, partiendo de la teoría del órgano que es la asamblea


por estar conformada por todos los socios que integran la sociedad como
unidad social de sociedades, se concluye, que es suficiente con la citación
de la sociedad mercantil demandada por ser ésta la legitimada pasiva ….”

De la trascripción realizada se evidencia el criterio de la Sala Constitucional,


señalando que la demanda de nulidad de asambleas de una empresa debe
accionarse contra la persona jurídica, que en definitiva representa al
conglomerado de sus accionistas; de esta forma estará cumplido el requisito de
convocar correctamente al sujeto pasivo de la relación procesal.

…Omissis…

Ahora bien, el criterio supra invocado establecido por la Sala Constitucional en


fecha 24 de mayo de 2010, en cuanto a quiénes pueden ser sujetos pasivos en
un juicio de nulidad de asambleas de accionista, fue posterior a la admisión de la
demanda y, no podría ser aplicado retroactivamente al sub iudice, ya que la
demanda se incoó el 7 de febrero de 2007…

…Omissis…

Pues bien, aplicándose cualquiera de los dos criterios, no tendría ninguna


trascendencia en la suerte de la controversia, sería inútil y no se cambiaría la
situación procesal ni la condición de inadmisibilidad de la demanda, en razón de
que en el caso que se resuelve al no haber sido demandada la totalidad de los
socios, criterio anterior, ni la empresa, criterio vigente, seguiría prosperando la
falta de cualidad pasiva…”. (Negritas y subrayado).

Por consiguiente, visto que la demanda fue presentada en fecha 28 de octubre

de 2008 y su reforma el 10 de diciembre de 2008, fechas éstas anteriores a los criterios

adoptados por la Sala de Casación Civil en cuanto a la posibilidad de declarar, inclusive de

oficio la falta de cualidad de las partes, y como quiera que la reposición solicitada sería inútil

pues no se verificó transgresión alguna del derecho de  defensa de la parte demandada, por

el contrario los derechos de éstos, y en particular del ciudadano  Antonio José

Ortega, heredero del causante -que tampoco formó parte de la venta del patrimonio

hereditarios objeto del juicio de  simulación- permanecen incólumes e íntegros sus

potenciales derechos hereditarios respecto del causante.   

Finalmente, en cuanto a la denuncia de infracción de las normas

constitucionales, esta Sala de forma reiterada ha señalado que su conocimiento compete

expresamente a la Sala Constitucional, conforme lo dispone el artículo 266, numeral 1° del

Texto Fundamental. (Vid. sentencia de fecha 19 de junio de 2008, caso:  Transportaciones y

Servicios Salazar C.A., contra Banco Mercantil, Banco Universal C.A.).

                   En virtud de todo lo anterior, la Sala desecha la denuncia de infracción de los

artículos 12, 15, 146 y 341 del Código de Procedimiento Civil. Así se establece.

II

De conformidad con lo previsto en el artículo 313, ordinal 1° del Código

de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción de los artículos 12 y

243, ordinal 5°, por cuanto en su criterio el juez superior comete el vicio de
incongruencia negativa, pues si bien menciona “…los alegatos de defensa postuladas

en la demandada…”, no obstante “…no los analiza debidamente…”.

             Así, el recurrente para fundamentar su delación argumenta lo siguiente:      


“…1.) Lo alegado en el escrito de contestación de la demanda, donde se
argumento que la simulación solamente puede demandarla el heredero cuando
el 
hubiere testado irrespetando su legítima, y que debido a que en el presente no
hubo testamento, y tampoco en el documento tildado de simulado se 
vendieron todos los bienes pertenecientes al de cujus, mal podría haberse
demandado tal simulación…

…Omissis…

Observen bien ciudadanos Magistrado, que el documento de partición amigable


efectuada por ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, en fecha 12 de agosto
de 1986,  
que puso fin al juicio de partición hereditaria intentado por el heredero Antonio
José Ortega Caruso en contra de su padre Roberto José Ortegas Acero, donde se
detalla en forma minuciosa el acervo hereditario dejados por la causante Isabel
María Caruso de Ortega a su fallecimiento, 
quien a su vez los heredó a la muerte de su padre Antonio  Caruso; que es este
documento, el que dio origen a los bienes que fueron propiedad del progenitor
del demandante, y que fue promovido tanto por el accionante como por mi
representada en su carácter de demandada, y valorado en la sentencia
recurrida, y que corre 
a la pieza Nº 10 del expediente 11.751 desde el folio 200 al folio 210.

Por ser notoria la defensa y excepciones esgrimidas en esa oportunidad por la


apoderada judicial de mi hoy representada, Elizabeth Ortega Caruso de
Scannella y Francesco Scannella Adorna de los hechos conocidos por  el juez, es
necesario delatar que los hechos denunciados no fueron analizados ni
desestimados previo análisis de su fundamentación en forma expresa…

2.).- En el escrito de contestación de demanda se alegó, que según el


parentesco que unía al de cujus con la co-demandada de autos no era un
indicio de la  simulación, sino una consecuencia de la cercanía afectiva
existente entre ellos, y que lógico era que el padre de esta última al decidir
vender los inmuebles detallados en el documento tildado de nulo; optara
por ofrecérselos en primer lugar a su legítima hija Elizabeth Ortega Caruso
de Scannella, antes que a tercero extraños, más aun cuando era ella la que
cuidaba de él y de su delicado estado de salud.
En el caso de marras la recurrida determinó que el parentesco existente
padre e hija, es decir entre el vendedor y la co-demandada en su carácter de
compradora, en el contrato tildado de simulado revelaba un indicio de tal
simulación lo cual reafirmó al concluir que el de cujus vivía con su hija,
que ésta cuidaba de él y que su fallecimiento ocurrió en la casa de esta
última; cuando realmente estas adicionales conclusiones lejos de revelar
una simulación, en sana lógica y por aplicación de una simple máxima de
experiencia, debían llevar al sentenciador a razonar que si el difunto
vendedor quería vender parte de sus activos en vida, en primer lugar se los
debía ofrecer a la hija que lo atendía a diario y velaba por él en su
enfermedad, y no a un tercero, por un precio que además fuera menor al
precio de mercado, dadas las consideraciones afectivas existentes por la
situación narrada, o es que acaso a su propia hija debía venderle por el
mismo precio que le podría vender a un tercero?
Además ciudadanos Magistrados, cabe destacar que del (sic) tantas veces
nombrado documento de venta supuestamente simulado, expresamente se
lee al final de dicho documento: ...‘…Nosotros Roberto José Ortega
Acero y Elizabeth Ortega de Scannella, antes identificados, declaramos
‘Que los inmuebles objeto  de esta venta es propiedad de la sucesión de
Isabel María Caruso Romero de la somos integrantes como cónyuge e
hija heredera respectivamente… documento este que al ser valorado por el
sentenciador no fue íntegramente analizado y valorado la totalidad de su
contenido.
3.).- Igualmente en el escrito de contestación de demanda fue alegado que
la demandada, sí tenía capacidad económica para poder realizar la compra
de las alícuotas vendidas de los inmuebles, derivado de su condición de
comerciante acreditada en las copias de los documentos constitutivos de
sendas compañías de comercio en las que es socia…
El fallo censurado establece que no hay prueba que acredite la capacidad
económica de la adquirente del 66,6% de los bienes descritos en el
documento tildado de simulado, sin apreciar que de las mismas actas se
demuestra que ella era, para esa fecha, propietaria  del 16, 66 % de esos
mismos bienes, cuya titularidad la adquirió según partición amigable
efectuada por ante el juzgado tercero de primera Instancia en lo Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, en fecha 12 de
agosto de 1986, y que si para el año 2005 tales activos estaban valorados
en Bs. 3.535.155,37  según la experticia valorada por el juez, pues para esa
fecha la compradora ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE
SCANNELLA,identificada en actas, contaba fácilmente con un patrimonio
de Bs. 586.835,79  (16,6% del valor total de los inmuebles), que claramente
le permitían cubrir el pago del precio pactado. 
4.).- En la contestación de la demanda la defensa sostuvo que la
reclamada ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA vivió
en el inmueble ubicado la Urbanización la California calle 48 casa Nro.
15D-77 en la ciudad de Maracaibo, hasta mediados de 2005, cuando su
legitimo (sic) hermano ANTONIO JOSÉ ORTEGA CARUSO la obligó a
salir violentamente, en compañía de su esposo, hijas 
y padre del mismo, ya que era (sic) en ese inmueble tenía constituido su
hogar, circunstancia esta (sic) debidamente acredita en las actas procesales
y denuncias al expediente oportunamente.
Ninguno de los anteriores argumentos fue debidamente analizado y
desestimado, previo análisis de su fundamentación…”. (Negritas y
mayúsculas del formalizante).
 
 
 

De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el formalizante

delata el vicio de incongruencia, por cuanto considera que el juez de la recurrida no se

pronunció sobre los alegatos que de seguida se señalan: i) “…la simulación sólo

puede demandarla el heredero cuando el causante hubiere testado irrespetando su

legítima… y como en el presente caso no hubo testamento…   -además- …tampoco en

el documento tildado de simulado se vendieron todos los bienes pertenecientes al de

cujus…” de modo que mal puede el demandante intentar tal acción; ii)  “…según el

parentesco que unía al de cujus con la co-demandada no era un indicio de simulación

sino una consecuencia de la cercanía efectiva existente…”,  en consecuencia “…lo

lógico era que el padre de la demandada decidiera venderle los inmuebles detallados

en el documento tildado de nulo…” pues primero debía “…ofrecérselos a su legítima

hija antes que a terceros extraños…”;  también iii)  el juez ad quem hizo caso omiso

en relación con el argumento de que la demandada “…si (sic) tenía capacidad

económica para poder realizar la compra de las alícuotas vendidas de los inmuebles,

derivada de su condición de comerciante acreditada con las copias de los documentos

constitutivos de sendas compañías de comercio en las que es socia…”,   así como

iv)  “…que la demandante vivió en el inmueble ubicado en la Urbanización la

California calle 48 caso Nro. 15D-77 en la ciudad de Maracaibo, hasta mediados de

2005, cuando su legítimo hermano Antonio José Ortega Caruso la obligó a salir

violentamente, en compañía de su esposo, hijos y padre…”:                       


 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
 
               El requisito de congruencia del fallo está contenido en el artículo 243, numeral 5,  el

cual literalmente dispone: toda sentencia debe contener “… disposición expresa, positiva y

precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que

en ningún caso pueda absolverse la instancia…”.

               Asimismo, cabe destacar que la referida norma debe ser analizada en concordancia

con lo previsto en el artículo 12 del Código adjetivo, que consagra, entre otras

particularidades, que el juez debe decidir conforme a todo lo alegado y sólo lo alegado en

autos, sin suplir excepciones o argumentos de hecho no formulados por las partes, lo cual

constituye una reiteración del principio dispositivo que caracteriza el procedimiento civil en

nuestro ordenamiento jurídico.

               De modo que, la congruencia del fallo implica la conformidad que debe existir

entre el fallo respectivo, el asunto controvertido y los hechos alegados oportunamente por

las partes, y sólo sobre tales hechos, que a su vez fijan los límites de la controversia o  thema

decidendum.

Al respecto del requisito de congruencia del fallo, la Sala mediante sentencia de

fecha 10 de mayo de 2011, caso: Servi Comidas Express C.A. contra  la sociedad mercantil

Imosa Tuboacero Fabricación C.A., reiterada en sentencia de fecha 28 de junio de 2011,

caso: Materiales Taguanes C.A. contra Materiales Colina de Piedra C.A., estableció lo

siguiente:
 

“‘…el vicio de incongruencia del fallo se produce cuando el Juez extiende su


decisión más allá de los límites del problema judicial que le fue sometido a su
consideración (incongruencia positiva), o bien cuando omite el debido
pronunciamiento sobre alguno de los términos del problema judicial
(incongruencia negativa).

Esta última hipótesis conduce a establecer que el Juez tiene la obligación de


considerar y decidir sobre todos y cada uno de los alegatos formulados por sus
partes, es decir, sobre todo aquello que constituye un alegato o una defensa,
regla ésta llamada principio de exhaustividad.

En este sentido, la Ley adjetiva impone al Juez la determinación y posterior


análisis de todos los alegatos y defensas esgrimidas en el proceso, los cuales
deben necesariamente ser tomados en cuenta para la sentencia que se
emita...’”. (Negrillas de la Sala).

De conformidad con las normas jurídicas analizadas y a los precedentes

jurisprudenciales anteriormente transcritos, esta Sala de Casación Civil reitera su contenido

y observa en consecuencia, que una sentencia cumple con el requisito de congruencia

cuando la misma es expresa, positiva y precisa respecto de las pretensiones y excepciones

trascendentales que hubieren sido invocadas por las partes, respecto de las cuales el juez

debe sujetarse a los alegatos formulados oportunamente, sin que le sea posible dejar de

decidir alguno de ellos (incongruencia negativa), o por el contrario, extender su decisión

sobre excepciones, argumentos de hechos no formulados en el proceso o excederse en lo

solicitado oportunamente por las partes (incongruencia positiva).

En el presente caso, la Sala considera fundamental transcribir parcialmente la

sentencia dictada por el juez superior, con el objeto de verificar si éste ignoró los alegatos
fundamentales de la defensa invocados por la demandada. Así, el juez de alzada estableció

lo siguiente:

“…QUINTO 
DE LAS CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

…Omissis…

Pruebas de la parte demandante: 


Junto al libelo de la demanda acompañó:

…Omissis…

Prueba de presunciones e indicios, los cuales son:

1) El vínculo de parentesco existente entre el de cujus ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO


y la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA.

...Omissis…

2) El vendedor y la compradora compartían la misma casa de habitación para el


momento de la celebración del contrato, situación ésta que perduró hasta el día de la
muerte del vendedor.

...Omissis…

6) La venta simultanea y en un sólo acto de los mejores bienes propiedad del


vendedor.

…Omissis…

El vendedor favorece a uno sólo de sus hijos. No obstante que el vendedor tenía 3
hijos (ELIZABETH ORTEGA CARUSO, ANTONIO JOSÉ ORTEGA CARUSO y GUILLERMO
ORTEGA ARANGO), la venta no se hizo en forma equitativa entre todos los hijos sino
que el padre la hizo únicamente para favorecer a su hija ELIZABETH ORTEGA CARUSO.

…Omissis…

8) Ausencia de beneficio económico para los demás hijos del vendedor. Para el
momento de la celebración del contrato simulado, y con posterioridad a éste, el
accionante no participó ni ha participado ni de alguna manera se ha beneficiada
económicamente de los frutos civiles o del arrendamiento de los locales y oficinas del
centro comercial Consenza ni del inmueble ubicado en La California.
…Omissis…

Del informe de avalúo consignado en actas, en fecha 31 de mayo de 2010, por los
expertos, se evidencia, en sus conclusiones, los siguientes valores, los cuales están
expresados en bolívares actuales, es decir, de acuerdo con la reconversión monetaria:

Valores obtenidos para el día 5 de agosto del 2005: 


Terreno del centro comercial Cosenza: Bs. 793.492,62.

Edificación centro Cosenza y 20 puestos de estacionamiento: Bs. 1.243.899,16. Local


5: Bs. 207.544, 68; local 6: Bs. 94.639,12; local 7: Bs. 94.639,12; local 8: Bs. 94.639,12;
local 9: Bs. 94.639,12; oficina 4: Bs. 53.879,90; oficina 5: Bs. 103.883,81; oficina 6: Bs.
53.879,90; oficina 7: Bs. 87.644,62; oficina 8: Bs. 138.922,46; oficina 9: Bs. 95.289,10;
y oficina 10: Bs. 103.883,81. 
Terreno ubicado en la calle 48, No. 15-77, urbanización La California: Bs. 33.883,26.
Edificación sobre el terreno ubicado en la calle 48, No. 15-77, urbanización La
California: Bs. 240.395,57. Todo lo cual arrojó un valor total, para el día 5 de agosto
del 2005, de ambos inmuebles, de: TRES MILLONES QUINIENTOS TREINTA Y CINCO
MIL CIENTO CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON TREINTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs.
3.535.155,37), cifra ésta expresada en bolívares actuales.

…Omissis…

Prueba de posiciones juradas para que la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE


SCANNELLA y su cónyuge FRANCESCO SCANNELLA ADORNA contesten bajo juramento
las posiciones que les harán. Igualmente, el demandante manifiesta su voluntad de
absolver las posiciones que la contraparte le haga. 
La prueba bajo estudio no fue evacuada, lo cual puede constatarse de la simple
lectura de las actas de este expediente; por lo cual debe desecharse. Y ASÍ SE
ESTABLECE.

…Omissis…

Prueba de Informes a la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras


(SUDEBAN), a los efectos de que informe si en sus archivos o en los archivos de los
bancos sometidos al control y supervisión del Estado, para el año 2005, aparecen
registradas cuentas bancarias en alguna institución bancaria en el territorio de la
República a nombre de los ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO; ELIZABETH
ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; y FRANCISCO SCANNELLA ADORNA.

En fecha 23 de marzo de 2010, el tribunal  a-quo  libró oficio Nº 539-10 a la


mencionada Superintendencia, la cual efectivamente remitió comunicación Nº 06427
y Nº 06428 de fechas 7 de mayo de 2010. Así, mediante la comunicación N° 06427, la
Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras informó que solicitó la
información requerida a través de circular dirigida al Sistema Bancario Nacional
(comunicación Nº 06428). 
En efecto, FONDO COMÚN, BANCO UNIVERSAL, en sintonía con la aludida
comunicación Nº 06428, remitió comunicación de fecha 14 de mayo de 2010, en la
que informó que los datos suministrados en el oficio no se encuentran en sus
registros salvo error u omisión del sistema. Asimismo, el BANCO PROVINCIAL, en
sintonía con la citada comunicación Nº 06428, remitió comunicación de fecha 18 de
mayo de 2010, en la que informó que el ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO,
no figura como cliente; la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA,
para el año 2005, no mantuvo cuentas en esa institución bancaria; y el ciudadano
FRANCISCO SCANNELLA ADORNA, no figura como cliente. Igualmente, las
instituciones bancarias: DEL SUR, BANCO UNIVERSAL; THE ROYAL BANK OF
SCOTLAND; BAN VALOR, BANCO COMERCIAL; 100% BANCO; VENEZOLANO DE
CRÉDITO; BANCO OCCIDENTAL DE DESCUENTO; BANPLUS; BANCO DE EXPORTACIÓN Y
COMERCIO, C.A.; BANCO GUAYANA; CORP BANCA; BANCOEX, EXTERIOR; BANCO
CARONÍ; BANGENTE; BANCO FEDERAL; ALCALDÍA DE CARACAS INSTITUTO MUNICIPAL
DE CRÉDITO POPULAR; BANCAMIGA; ACTIVO, BANCO UNIVERSAL; AVANZA FONDO
DEL MERCADEO MONETARIO; SOFITASA; CASA PROPIA; CITIBANK; BANCO NACIONAL
DE CRÉDITO; BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA; BANESCO; BANCO DEL SOL;
BANCORO; ARRENDADORA FINANCIERA EMPRESARIAL, C.A.; BANDES, BANCO DE
DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL DE VENEZUELA; MI BANCO y BANCO AGRÍCOLA
DE VENEZUELA, en sintonía con la singularizada comunicación Nº 06428, mediante
comunicaciones de fechas 19, 20, 13, 21, 18, 14, 21, 20, 24, 14, 18, 20, 26, 19, 20, 24,
18, 20, 27, 14, 18, 25, 18, 21, 27, 13 de mayo y 15 de junio de 2010, respectivamente,
informaron que los citados ciudadanos no poseen cuenta.

Por su parte, el BANCO DE VENEZUELA, en sintonía con la precitada comunicación Nº


06428, remitió comunicación de fecha 20 de mayo de 2010, en la que informó que los
ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO y FRANCISCO SCANNELLA ADORNA no
poseen cuenta en dicha institución; y que la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO
DE SCANNELLA mantiene desde el día 3 de agosto de 1999 la cuenta de ahorro No.
0102-0347-39-01-00000201. Del mismo modo, el BANCO MERCANTIL, sintonía con la
mencionada comunicación Nº 06428, remitió comunicación de fecha 18 de mayo de
2010, en la que informó que los ciudadanos FRANCISCO SCANNELLA ADORNA y
ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA no poseen cuenta en dicha institución; y
que el ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO figura en sus registros como titular
de la cuenta de ahorros No. 0043-41716-9, con fecha de apertura el día 26 de octubre
de 2001 y status cancelada. Además, remitió comunicación de fecha 11 de junio de
2010, en la que informó que no fue posible ubicar en sus archivos la copia de la ficha
de identificación del cliente de la cuenta de ahorro No. 0043-41716-9 perteneciente
al ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO.
La información requerida fue suministrada en estricto cumplimiento a lo establecido
en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, por ende, al no haber sido
impugnada por la contraparte, le merece fe en todo su contenido y valor probatorio a
esta superioridad. Y ASÍ SE ESTIMA.

…Omissis…

• Prueba de Informes al Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y


Tributaria (SENIAT), a los fines de que informe si en sus archivos, para el año 2005,
aparecen los registros de información fiscal, declaraciones de impuesto sobre la
renta, pagos por impuestos o contribuciones, así como cualquier otra declaración o
acto de naturaleza fiscal cumplidos por los ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA
ACERO; ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; y FRANCISCO SCANNELLA
ADORNA. En fecha 23 de marzo de 2010, el Tribunal a-quo libró oficio Nº 540-10 a
dicho organismo, el cual remitió comunicación de fecha 16 de noviembre de 2010, en
la que informó que el ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, para el año fiscal
2005, se encontraba inscrito en el Registro de Información Fiscal bajo el N° V-
00196039 y no presentó declaración de impuesto sobre la renta para el ejercicio
2005. Asimismo, indico que la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA
se encuentra inscrita en el referido sistema bajo el N° V-04150110-0 y presentó
declaración de impuesto sobre la renta para el ejercicio 2005, la cual no reposa
físicamente en los archivos de esa gerencia regional. Además, se constató que la
declaración fue presentada según los siguientes detalles: Fecha: 24 de marzo de 2006;
impuesto: DPN F/25; periodo: 12/2005; N° de documento: 0690097982; banco:
Occidental; y monto pagado en bolívares fuertes: 30.996,oo. Al mismo tiempo, se
agregó que el ciudadano FRANCISCO SCANNELLA ADORNA no se encuentra inscrito en
el Registro de Información Fiscal.

La información requerida fue suministrada en estricto cumplimiento a lo establecido


en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, por tal, al no haber sido
impugnada por la contraparte, le merece fe en todo su contenido y valor probatorio a
este Juzgador. Y ASÍ SE CONSIDERA

                   …Omissis…

Ahora bien, en lo que respecta a la amistad o parentesco, se constata de las actas


procesales -con los medios probatorios aportados a las actas, los cuales ya fueron
suficientemente apreciados y valorados por este sentenciador, adicionado a las
afirmaciones realizadas por las partes contendientes en sus respectivos escritos- que
entre las partes contratantes, es decir, el causante ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO
(vendedor) y la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA (compradora),
existe un parentesco por consanguinidad. Ciertamente, se colige que el vendedor era
padre de la compradora; que dicho vendedor vivía con su hija ELIZABETH ORTEGA
CARUSO DE SCANNELLA, la cual tenía a su cargo su cuidado y atención; y que éste (el
ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO) falleció en la casa de su hija ELIZABETH
ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; todo lo cual pone de manifiesto la comprobación
del elemento relacionado con el parentesco entre los contratantes, lo cual se ve
reforzado con el vínculo afectivo que persistía entre ellos y cuya probanza se
encuentra acreditada en actas. Y ASÍ SE ESTABLECE. 
En lo atinente al precio vil del documento, cuyo objeto fueron los dos (2) inmuebles
debidamente singularizados en esta sentencia, se evidencia que dicho precio arribó a
la cantidad de TRESCIENTOS MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 300.000.000,oo),
equivalentes a la cantidad de TRESCIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs. 300.000,oo) de
acuerdo con la reconversión monetaria, precio éste que -según las resultas de la
prueba de experticia promovida por el actor- no corresponde con la realidad.
Efectivamente, en la precitada experticia se estableció que el valor de los dos (2)
inmuebles, para la fecha (5 de agosto de 2005) de celebración del negocio jurídico sub
examine, ascendió a la cantidad de TRES MILLONES QUINIENTOS TREINTA Y CINCO
MIL CIENTO CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON TREINTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs.
3.535.155,37), cifra ésta que se encuentra expresada en bolívares actuales; todo lo
cual pone de manifiesto que el precio del negocio jurídico cuya simulación se
demanda es irrisorio. En consecuencia, se comprueba el elemento relacionado con el
precio vil del negocio jurídico. Y ASÍ SE APRECIA.

               …Omissis…

En cuanto a la capacidad económica del adquirente, del amplio plexo probatorio que
consta en las actas, no hay elemento de convicción alguno del que se desprenda, con
la debida certeza, que la compradora, ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE
SCANNELLA, para la fecha de celebración del negocio jurídico sub examine, poseía los
medios económicos necesarios para efectuar la adquisición, por el precio antes
señalado (Bs. 300.000.000,oo ó Bs. F. 300.000,oo), de los dos (2) inmuebles objeto del
contrato de compraventa protocolizado por ante la Oficina de Registro Inmobiliario el
Primer Circuito del Municipio Maracaibo del estado Zulia, en fecha 5 de agosto de
2005, bajo el Nº 15, tomo 14, protocolo 1°; todo lo cual se traduce en la
comprobación del elemento relacionado con la falta de capacidad económica del
adquirente. Y ASÍ SE ESTIMA…”. (Mayúsculas del recurrente).

De la sentencia recurrida parcialmente transcrita se observa que el juez superior

tomó en cuenta los alegatos principales, tanto de ataque como de defensa invocados por las

partes, a los fines de evidenciar la simulación del negocio jurídico pretendida. En este sentido, el
juez superior consideró el examen de los alegatos atinentes a desvirtuar los  supuestos objetivos

-desarrollados tanto por la doctrina como por la jurisprudencia- que permiten identificar si se está

en presencia de un negocio jurídico simulado, es decir, i) El parentesco o cercanía que pudiere

existir entre las partes contratantes; ii)Disconformidad consciente entre la voluntad aparente y la

voluntad real: en materia del consentimiento como uno de los elementos esenciales del contrato,

pues lo que se procura es impedir efectos legítimos y espontáneos  que se sucederían de no

manifestar  a tiempo una determinada declaración exterior por vías legales, así se emite la

declaración pero no se quiere unívocamente el contenido mismo del negocio correspondiente,

pues la intención real es otra; iii) La carencia de los medios patrimoniales suficientes en el

comprador para pagar el precio de la aparente venta; iv) el precio vil de la venta; iv) los riesgos

que corre el supuesto comprobador pariente próximo del vendedor, al no exigir la tradición

inmediata de los bienes o consentir su tenencia por parte de terceros; y demás circunstancias

objetivamente consideradas que hagan presumir la voluntad de los intervinientes en el negocio de

crear una apariencia engañosa.

A propósito de lo anterior, se constató que el juez superior consideró

expresamente: 1) El vínculo de parentesco existente entre el de cujus y la ciudadana Elizabeth

Ortega Caruso de Scannella (parte demandada en el juicio por simulación, 2) El vendedor y la

compradora compartían la misma casa de habitación para el momento de la celebración del

contrato, situación ésta que perduró hasta el día de la muerte del vendedor; 3) La venta

simultanea y en un sólo acto de los mejores bienes propiedad del vendedor a uno sólo de sus

hijos, no obstante que el vendedor tenía 3 hijos; para luego expresar “…que existe obviamente un

parentesco por consanguinidad –pues- el vendedor era padre de la compradora que dicho

vendedor vivía con su hija… la cual tenía a su cargo su cuidado y atención; y que éste (el ciudadano

ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO) falleció en la casa de su hija; todo lo cual pone de manifiesto la

comprobación del elemento relacionado con el parentesco entre los contratantes”; 5) En cuanto al

precio irrisorio o vil del documento, “…cuyo objeto fueron los dos (2) inmuebles debidamente
singularizados en esta sentencia, se evidencia que dicho precio arribó a la cantidad de (Bs.

300.000.000,oo), equivalentes a la cantidad (Bs. 300.000,oo) de acuerdo con la reconversión

monetaria, precio éste que -según las resultas de la prueba de experticia promovida por el actor-

no corresponde con la realidad”; 6) en cuanto a la capacidad económica del adquirente, el juez

superior expresó que “…del amplio plexo probatorio que consta en las actas, no hay elemento de

convicción alguno del que se desprenda, con la debida certeza, que la compradora… para la fecha

de celebración del negocio jurídico sub examine, poseía los medios económicos necesarios para

efectuar la adquisición, por el precio antes señalado de los dos (2) inmuebles objeto del contrato

de compraventa…”.

Ahora bien, en el presente caso al margen de los elementos fácticos que

debe revisar ineludiblemente el juez ad quem, mediante una pretensión de simulación

de negocio jurídico, el recurrente argumenta que independientemente de aquéllos, el

juez ha debido pronunciarse expresamente sobre los siguientes alegatos: a) que “…la

simulación sólo puede demandarla el heredero cuando el causante hubiere testado

irrespetando su legítima… y como en el presente caso no hubo testamento…  -además-

…tampoco en el documento tildado de simulado se vendieron todos los bienes

pertenecientes al de cujus…” de modo que mal puede el demandante intentar tal

acción; b)  “…según el parentesco que unía al de cujus con la co-demandada no era

un indicio de simulación sino una consecuencia de la cercanía efectiva

existente…”,  en consecuencia “…lo lógico era que el padre de la demandada

decidiera venderle los inmuebles detallados en el documento tildado de

nulo…” pues primero debía “…ofrecérselos a su legítima hija antes que a terceros

extraños…”; c)  el juez ad quem hizo caso omiso en relación con el argumento de que

la demandada “…si (sic) tenía capacidad económica para poder realizar la compra

de las alícuotas vendidas de los inmuebles, derivada de su condición de comerciante

acreditada con las copias de los documentos constitutivos de sendas compañías de


comercio en las que es socia…”,  así como  d) “…que la demandante vivió en el

inmueble ubicado en la Urbanización la California calle 48 caso Nro. 15D-77 en la

ciudad de Maracaibo, hasta mediados de 2005, cuando su legítimo hermano Antonio

José Ortega Caruso la obligó a salir violentamente, en compañía de su esposo, hijos

y padre…”.                       

De los alegatos previamente mencionados, se observa que éstos

constituyen argumentos secundarios que se encuentran ínsitos en el pronunciamiento

que hace el juez respecto de los elementos fácticos principales del juicio de

simulación, como lo son, el peso del parentesco entre las partes contratantes del

negocio que se pretende anular; la capacidad económica y objetiva que hayan

demostrado las partes para pagar el precio; los presupuestos procesales atinentes a los

sujetos y que no son exclusivos del juicio de simulación, como es el interés legítimo

que se requiere por aquél que se afirma actor para que resulten ante él inoponibles los

actos que su deudor haya efectuado en fraude de sus derechos. De allí que,  no es cierto que

el juez superior haya omitido pronunciamiento sobre tales alegatos pues los mismo sí

fueron tratados a propósito de la revisión de los supuestos del juicio de simulación.   

 
En todo caso, la Sala advierte que en el fondo lo pretendido por el formalizante

es manifestar su desacuerdo respecto a lo decido por el juez superior, respecto de cada uno

de los supuestos fácticos fundamentales de un juicio de esta naturaleza, que de constatarse

conducirían inequívocamente a declarar la simulación del negocio en cuestión.

Por consiguiente, la Sala desecha la denuncia de infracción de los artículos 12 y

243, ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil. Así se establece.


 
 
 
III

Al amparo de lo previsto en el artículo 313, ordinal 1° del Código de

Procedimiento Civil, el recurrente delata la infracción del artículo 243, ordinal 4 eiusdem al

incurrir el juez de la recurrida en el vicio de inmotivación “…por petición de principio… al

dar por demostrados dos hechos con la sola afirmación del demandante que debieron ser

probados...”.

Para soportar su denuncia, el formalizante argumenta lo siguiente:   

 
“…La sentencia en análisis concluye, en el folio 153 de la pieza Nro. 4,
que la falta de capacidad económica de la adquirente alegada en el libelo,
quedó acreditada porque del amplio plexo probatorio que consta en las
actas ‘…no hay elemento de  convicción alguno del que se desprenda, con
la debida certeza, que la compradora ciudadana ELIZABETH ORTEGA
CARUSO DE SCANNELLA para la fecha de la celebración del negocio
jurídico sub examine, poseía los medios económicos necesarios para
efectuar la adquisición por el precio antes señalado de (Bs.300.000.000,00)
hoy Bs. 300 mil) de los dos (2) inmuebles objeto del contrato de compra
venta protocolizado en la Oficina del Registro Inmobiliario del Primer
Circuito del Municipio Maracaibo del estado Zulia, en fecha 5 de agosto de
2005, bajo el N° 15, Tomo 14, protocolo 1°; todo lo cual se traduce en la
comprobación del elemento relacionado con la falta de capacidad
económica del adquirente, Y ASÍ SE ESTIMA’.
…Omissis…
Pero caso es, que los anteriores alegatos plasmados en la demanda, y que fueron
tajantemente negados en la contestación de la demanda, sin que se aportaran
hechos nuevos al respecto, conformaba dos de los elementos que debían ser
probados por el actor a lo largo del proceso… es decir, tenía el demandante la
carga de demostrar que la co-demandada efectivamente no tenía capacidad
económica para pagar la compra de las alícuotas partes que le fueron vendidas
de los inmuebles determinados en el documento tildado de simulado, además
tenía que probar que luego de la venta ella no entró en posesión de los mismos.
La anterior actividad probatoria no fue llevada a cabo, y de hecho el
sentenciador no menciona elemento probatorio alguno que le permita dar por
probadas las descritas afirmaciones de falta de capacidad económica de la co-
demandada…”. (Subrayado del formalizante).
 

 
De la denuncia antes transcrita, se observa que el recurrente delata el vicio de

inmotivación, pues a su parecer el juez de alzada incurre en petición de principio cuando

concluye que “…no hay elemento de  convicción alguno del que se desprenda, con la

debida certeza, que la compradora ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE

SCANNELLA para la fecha de la celebración del negocio jurídico sub examine,

poseía los medios económicos necesarios para efectuar la adquisición por el precio

antes señalado de (Bs.300.000.000,00) hoy Bs. 300 mil) de los dos (2) inmuebles

objeto del contrato de compra venta… todo lo cual se traduce en la comprobación del

elemento relacionado con la falta de capacidad económica del adquirente…”,   tal

como lo alego el actor, ni que la demandada “…poseía y pagaba los servicios

públicos de los inmuebles enajenados…”,  aun cuando  “…el sentenciador no

menciona elemento probatorio alguno que le permita dar por probadas las

afirmaciones del actor…”.


 
Para decidir, la Sala observa:
 
 

Al respecto del vicio de inmotivación, esta Sala considera importante

desarrollar los supuestos generales bajo los cuales se configura, para luego explicar cómo

se produce específicamente la petición de principios, y constatar en la sentencia recurrida,

si el juez ad quem efectivamente dio por demostrado el hecho identificado por la parte que

debió ser probado y que según el formalizante no quedó acreditado en autos.

 
               En este sentido, el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, ordinal 4°

describe el requisito de motivación del fallo en los siguientes términos toda sentencia debe

contener los motivos de hecho y de derecho que la sustentan.

 
               Por su parte, el artículo 244 eiusdem  sanciona con nulidad, el incumplimiento del

requisito de motivación, entre otros. 

Sobre el particular, cabe destacar que la exigencia de requisito de motivación se le

impone a los jueces con el fin de dar consistencia y coherencia a su decisión, es decir, la

motivación del fallo constituye la prueba del razonamiento lógico que siguió el sentenciador

para establecer el dispositivo, pues sólo si las partes conocen los argumentos del juez pueden

determinar si están conformes con su razonamiento, y en caso contrario, podrían ejercer los

recursos previstos en la ley para obtener la revisión del fallo. De allí que se afirme que la finalidad  

de la motivación no es otra sino impedir la arbitrariedad.

Lo expuesto encuentra sin duda justificación, en que el juez para decidir debe partir

de los hechos alegados por las partes, los cuales debe fijar y valorar con ajustamiento a las

pruebas, para luego realizar la operación lógica de vinculación de esos hechos probados en el caso

concreto con la norma general que en abstracto los prevé. Es decir, el deber de motivar la

sentencia consiste en la explicación por parte del juez del razonamiento lógico que justifica la

decisión que tomó respecto al caso concreto dentro de las reglas y principios de derecho, que

constituyen el fundamento jurídico. (Vid. sentencia de fecha 9 de noviembre de 2011,

caso: Inmobiliaria Andina, C.A., contra Expresos Flamingo, C.A.).

                  De tal manera que, sólo mediante la exteriorización del razonamiento que

siguió el juez para decidir, las partes puede  controlar la arbitrariedad judicial y

advertir si dichos motivos son ajustados a derecho o no, y defender la legalidad de lo

decidido.
 

               En suma, cuando el juez cumple con su deber de motivar la sentencia

legitima su posición institucional, demuestra objetivamente que la decisión tomada es


la correcta y deja constancia que acogió el derecho de los justiciables al exponerles el

razonamiento jurídico que fundamentó su decisión.                 


 

Por otra parte, cabe señalar las modalidades ordinarias bajo las cuales

puede configurarse el vicio de inmotivación. Al respecto, esta Sala de forma reiterada

ha establecido que la inmotivación en el fallo, consiste en la falta absoluta de

fundamentos, y que ésta puede manifestarse de distintas maneras, a saber: a) que la

sentencia no presente materialmente ningún razonamiento; b) Que las razones dadas

por el sentenciador no guarden relación alguna con la acción o la excepción y deben

tenerse por inexistentes jurídicamente. c) Que los motivos se destruyan los unos a los

otros por contradicciones graves e irreconciliables y, d) Que todos los motivos sean

falsos. (Vid. Sent. de fecha 16 de junio de 2011, caso: Freddy Dugarte Chocrón contra

Proyectos Y Construcciones Albric C.A).


 

Ahora bien, cuando se refiere a que el juez incurrió en petición de principio, se

quiere significar que el sentenciador da por demostrado aquello que requiere ser probado, y

tan sólo se conforma con la simple afirmación o negación de las partes.

En el presente caso, se observa que el recurrente afirma que el juez incurrió en

petición de principio cuando estableció  que “…no hay elemento de  convicción alguno del

que se desprenda, con la debida certeza, que la compradora ciudadana ELIZABETH ORTEGA

CARUSO DE SCANNELLA para la fecha de la celebración del negocio jurídico sub examine,

poseía los medios económicos necesarios para efectuar la adquisición por el precio antes

señalado de (Bs.300.000.000,00) hoy Bs. 300 mil) de los dos (2) inmuebles objeto del

contrato de compra venta… todo lo cual se traduce en la comprobación del elemento

relacionado con la falta de capacidad económica del adquirente”.


Ahora bien, esta Sala pudo constatar que el juez superior consideró todo el

cúmulo probatorio tendente a acreditar la capacidad económica de la demandada para el

momento de la celebración del negocio jurídico que se quiere anular. Así, se observa que el

juez superior, previa a la conclusión a la que alude la demandada estableció en el capítulo

de las pruebas lo siguiente:

“…Prueba de Informes a la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones


Financieras (SUDEBAN), a los efectos de que informe si en sus archivos o en los
archivos de los bancos sometidos al control y supervisión del Estado, para el año
2005, aparecen registradas cuentas bancarias en alguna institución bancaria en
el territorio de la República a nombre de los ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA
ACERO; ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; y FRANCISCO SCANNELLA
ADORNA. 
En fecha 23 de marzo de 2010, el tribunal  a-quo libró oficio Nº 539-10 a la
mencionada Superintendencia, la cual efectivamente remitió comunicación Nº
06427 y Nº 06428 de fechas 7 de mayo de 2010. Así, mediante la comunicación
N° 06427, la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras
informó que solicitó la información requerida a través de circular dirigida al
Sistema Bancario Nacional (comunicación Nº 06428).

En efecto, FONDO COMÚN, BANCO UNIVERSAL, en sintonía con la aludida


comunicación Nº 06428, remitió comunicación de fecha 14 de mayo de 2010,  en
la que informó que los datos suministrados en el oficio no se encuentran en
sus registros salvo error u omisión del sistema. Asimismo, el BANCO
PROVINCIAL, en sintonía con la citada comunicación Nº 06428, remitió
comunicación de fecha 18 de mayo de 2010, en la que informó que el
ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, no figura como cliente; la
ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA, para el año 2005, no
mantuvo cuentas en esa institución bancaria; y el ciudadano FRANCISCO
SCANNELLA ADORNA, no figura como cliente. Igualmente, las instituciones
bancarias: DEL SUR, BANCO UNIVERSAL; THE ROYAL BANK OF SCOTLAND; BAN
VALOR, BANCO COMERCIAL; 100% BANCO; VENEZOLANO DE CRÉDITO; BANCO
OCCIDENTAL DE DESCUENTO; BANPLUS; BANCO DE EXPORTACIÓN Y
COMERCIO, C.A.; BANCO GUAYANA; CORP BANCA; BANCOEX, EXTERIOR;
BANCO CARONÍ; BANGENTE; BANCO FEDERAL; ALCALDÍA DE CARACAS
INSTITUTO MUNICIPAL DE CRÉDITO POPULAR; BANCAMIGA; ACTIVO, BANCO
UNIVERSAL; AVANZA FONDO DEL MERCADEO MONETARIO; SOFITASA; CASA
PROPIA; CITIBANK; BANCO NACIONAL DE CRÉDITO; BANCO INDUSTRIAL DE
VENEZUELA; BANESCO; BANCO DEL SOL; BANCORO; ARRENDADORA
FINANCIERA EMPRESARIAL, C.A.; BANDES, BANCO DE DESARROLLO
ECONÓMICO Y SOCIAL DE VENEZUELA; MI BANCO y BANCO AGRÍCOLA DE
VENEZUELA, en sintonía con la singularizada comunicación Nº 06428, mediante
comunicaciones de fechas 19, 20, 13, 21, 18, 14, 21, 20, 24, 14, 18, 20, 26, 19,
20, 24, 18, 20, 27, 14, 18, 25, 18, 21, 27, 13 de mayo y 15 de junio de 2010,
respectivamente, informaron que los citados ciudadanos no poseen cuenta.

Por su parte, el BANCO DE VENEZUELA, en sintonía con la precitada


comunicación Nº 06428, remitió comunicación de fecha 20 de mayo de 2010,
en la que informó que los ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO y
FRANCISCO SCANNELLA ADORNA no poseen cuenta en dicha institución ; y que
la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA mantiene desde el día
3 de agosto de 1999 la cuenta de ahorro No. 0102-0347-39-01-00000201. Del
mismo modo, el BANCO MERCANTIL, sintonía con la mencionada comunicación
Nº 06428, remitió comunicación de fecha 18 de mayo de 2010, en la que
informó que los ciudadanos FRANCISCO SCANNELLA ADORNA y ELIZABETH
ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA no poseen cuenta en dicha institución; y que el
ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO figura en sus registros como titular de
la cuenta de ahorros No. 0043-41716-9, con fecha de apertura el día 26 de
octubre de 2001 y status cancelada. Además, remitió comunicación de fecha 11
de junio de 2010, en la que informó que no fue posible ubicar en sus archivos la
copia de la ficha de identificación del cliente de la cuenta de ahorro No. 0043-
41716-9 perteneciente al ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO.

La información requerida fue suministrada en estricto cumplimiento a lo


establecido en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, por ende, al no
haber sido impugnada por la contraparte, le merece fe en todo su contenido y
valor probatorio a esta Superioridad. Y ASÍ SE ESTIMA.

• Prueba de Informes al Servicio Nacional Integrado de Administración


Aduanera y Tributaria (SENIAT), a los fines de que informe si en sus archivos,
para el año 2005, aparecen los registros de información fiscal, declaraciones  de
impuesto sobre la renta, pagos por impuestos o contribuciones, así como
cualquier otra declaración o acto de naturaleza fiscal cumplidos por los
ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO; ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE
SCANNELLA; y FRANCISCO SCANNELLA ADORNA.

En fecha 23 de marzo de 2010, el tribunal a-quo libró oficio Nº 540-10 a dicho


organismo, el cual remitió comunicación de fecha 16 de noviembre de 2010, en
la que informó que el ciudadano ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, para el año
fiscal 2005, se encontraba inscrito en el Registro de Información Fiscal bajo el
N° V-00196039 y no presentó declaración de impuesto sobre la renta para el
ejercicio 2005. Asimismo, indico que la ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO
DE SCANNELLA se encuentra inscrita en el referido sistema bajo el N° V-
04150110-0 y presentó declaración de impuesto sobre la renta para el ejercicio
2005, la cual no reposa físicamente en los archivos de esa Gerencia Regional.
Además, se constató que la declaración fue presentada según los siguientes
detalles: Fecha: 24 de marzo de 2006; impuesto: DPN F/25; periodo: 12/2005;
N° de documento: 0690097982; banco: Occidental; y monto pagado en
bolívares fuertes: 30.996,oo. Al mismo tiempo, se agregó que el ciudadano
FRANCISCO SCANNELLA ADORNA no se encuentra inscrito en el Registro de
Información Fiscal. 
La información requerida fue suministrada en estricto cumplimiento a lo
establecido en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, por tal, al no
haber sido impugnada por la contraparte, le merece fe en todo su contenido y
valor probatorio a este Juzgador. Y ASÍ SE CONSIDERA.

• Prueba de Informes al Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera


y Tributaria (SENIAT), a los efectos de que informe si en sus archivos o en los
archivos de los bancos sometidos al control y supervisión del Estado, si para el
año 2005, aparecen registradas cuentas bancarias en alguna institución bancaria
en el territorio de la república a nombre de los ciudadanos ROBERTO JOSÉ
ORTEGA ACERO; ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; y FRANCISCO
SCANNELLA ADORNA.

La aludida prueba no se evacuó, lo que puede evidenciarse de la simple lectura


de las actas que integran este expediente, en conclusión, debe desecharse. Y ASÍ
SE APRECIA.

• Prueba de Informes al BANCO OCCIDENTAL DE DESCUENTO, BANCO


UNIVERSAL, a los fines de que informe si en sus archivos, para el año 2005,
aparecen registrados contratos de préstamos personales y/o cuentas bancarias
individuales o conjuntas a nombre de los ciudadanos ROBERTO JOSÉ ORTEGA
ACERO; ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE SCANNELLA; y FRANCISCO SCANNELLA
ADORNA.

En fecha 23 de marzo de 2010, el tribunal a quo libró oficio Nº 541-10 a la


referida entidad bancaria. No obstante, la respuesta al citado oficio no fue
consignada en actas; razón por la cual la singularizada prueba debe
desestimarse. Y ASÍ SE VALORA…”. (Negritas de la Sala y mayúsculas del juez
superior).

 
Como puede advertirse  de lo anterior, el juez superior  para arribar a la

conclusión de que “…no hay elemento de convicción alguno del que se desprenda,

con la debida certeza, que la compradora ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO

DE SCANNELLA para la fecha de la celebración del negocio jurídico sub examine,

poseía los medios económicos necesarios para efectuar la adquisición por el precio

antes señalado…”,  se valió de los resultados obtenidos mediante la  1) “…Prueba de

Informes a la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras

(SUDEBAN), -la cual debía-  informar si en sus archivos o en los archivos de los

bancos sometidos al control y supervisión del Estado, para el año 2005, aparecían

registradas cuentas bancarias en alguna institución bancaria en el territorio de la

República a nombre de los ciudadanos Roberto José Ortega Acero; Elizabeth Ortega

Caruso de Scannella; y Francisco Scannella Adorna”;  y de la 2)  “…Prueba de

Informes al Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria

(SENIAT), a los fines de que informara si en sus archivos, para el año 2005, aparecen

los registros de información fiscal, declaraciones de impuesto sobre la renta, pagos

por impuestos o contribuciones, así como cualquier otra declaración o acto de

naturaleza fiscal cumplidos por los ciudadanos Roberto José Ortega Acero; Elizabeth

Ortega Caruso de Scannella y Francisco Scannella Adorna…”. 

De tal manera que, esta Sala pudo evidenciar que el juez superior  no incurrió

en  petición de principio como sostiene el recurrente, toda vez que  la afirmación según la

cual “…no hay elemento de  convicción alguno del que se desprenda, con la debida

certeza, que la compradora ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE

SCANNELLA para la fecha de la celebración del negocio jurídico sub examine,

poseía los medios económicos necesarios para efectuar la adquisición por el precio

antes señalado…”  si encuentra soporte probatorio en el expediente.

 
Por consiguiente, la Sala desecha la denuncia de infracción de los  artículos 12

y  243, ordinal 4° del Código de Procedimiento Civil. Así se establece.

 
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

                De conformidad con lo previsto en el artículo 313, ordinal 2° del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, el recurrente delata la

infracción de los artículos 12 y 509 ibidem, pues considera que el juez de alzada está incurso

en el vicio de silencio de pruebas. 

                Así, el recurrente para fundamentar su delación argumenta lo siguiente:   

“…Ciudadanos Magistrados, se aprecia que en el decurso (sic) del proceso


la parte demandante a través de su apoderada, aportó válidamente a las
actas un instrumento público que también fue aportado por la co-
demandada al expediente, contentivo del acuerdo de partición amigable de
los bienes hereditarios quedantes (sic) al fallecimiento de su legítima
madre, Isabel María Caruso de Ortega, efectuada por ante el Juzgado
Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción
Judicial del estado Zulia en fecha 12 de agosto de 1986, el (sic) dicho
documento se le adjudico el DIECISEISPUNTO (sic) SESENTA Y SEIS
POR CIENTO (16,66%) de los bienes que conformaban el acervo
hereditario dejados al morir su madre, y que asimismo los reclamados (sic)
promovieron también válidamente, sendas actas constitutivas estatutarias
de dos compañías de comercio en las que ambos son socios y accionistas, y
varias actas levantadas en oficinas administrativas o jefaturas civiles en las
que se tramitaron diversas denuncias por violencia familiar formuladas por
la co-demandada, contra su hermano Antonio Ortega Caruso.
El caso es, que si bien tales pruebas instrumentales fueron mencionadas en
la sentencia recurrida, e incluso valoradas y estimadas en su mérito
probatorio, nada dijo el sentenciador de su contenido íntegro, ni tampoco
de lo que se derivaba del mismo en obsequio a lo alegado por las partes en
el proceso.
Pues bien, del acuerdo de partición amigable en comento se puede
claramente apreciar que la co-demandada se le adjudicaron en propiedad
los locales comerciales Nros. 1 y 2, más las oficinas Nros. 11, 12, 13 y 14
del Centro Comercial Consenza, o sea un 16,66% del mismo, lo cual no fue
mencionado, analizado ni establecido por el sentenciador, y que de haberlo
hecho hubiera podido claramente entender y presumir fundadamente que
dicha ciudadana ELIZABETH ORTEGA CARUSO DE
SCANNELLA, sí tenia (sic) capacidad económica para realizar el negocio
jurídico tildado de simulado, lo cual obviamente hubiera cambiado el
dispositivo del fallo.
Igualmente, de las actas constitutivas de las compañías de comercio
agregadas en forma oportuna en el proceso y que rielan desde el folio 180
al folio 189 de la pieza N° 1 del expediente 11.751 y que fueron
acompañadas al escrito de contestación de demanda y promovidas y
evacuadas durante el proceso, y no leídas por el sentenciador, puede
evidenciarse que la co-demandada era socia y accionista de las mismas, lo
cual tampoco fue mencionado, analizado ni establecido por el sentenciador,
y que de haberlo hecho también hubiera podido presumirse, en adición a lo
anterior y fundadamente, que mi representada, sí tenia (sic) capacidad
económica para realizar el negocio jurídico tildado de simulado, lo cual
obviamente hubiera cambiado el dispositivo del fallo, siendo entonces tal
omisión determinante en el mismo.
Y en el mismo, las actas levantadas ante las oficinas parroquiales y
policiales en el año 2005, en las que el hoy difunto padre de la co-
demandada ROBERTO JOSÉ ORTEGA ACERO, personalmente y su
esposo, también demandado, formularon denuncias contra el señor Antonio
Ortega Caruso, demostraban que para esa fecha ambos reclamados (sic)
vivían y habitaban en la casa situada en la urbanización La California,
donde tenían constituido su hogar…”. (Negritas y mayúsculas del
formalizante).
 

De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que  el recurrente delata

el vicio de silencio de pruebas pues afirma que existen tres pruebas incorporadas

al proceso como: i)“…acuerdo de partición amigable de los bienes hereditarios

quedantes (sic) al fallecimiento de su legítima madre, Isabel María Caruso de

Ortega, efectuada por ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil y

Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia en fecha 12 de agosto de

1986, el (sic) dicho documento se le adjudico el Dieciseispunto (sic) sesenta y seis

por  ciento (16,66%) de los bienes que conformaban el acervo hereditario dejados al
morir su madre…”; ii) “…sendas actas constitutivas estatutarias de dos compañías

de comercio en las que ambos son socios y accionistas…”; y iii) “…varias actas

levantadas en oficinas administrativas o jefaturas civiles en las que se tramitaron

diversas denuncias por violencia familiar formuladas por la co-demandada, contra su

hermano Antonio Ortega Caruso…”, respecto de las cuales “…si bien tales pruebas

instrumentales fueron mencionadas en la sentencia recurrida, e incluso valoradas y

estimadas en su mérito,  nada dijo el sentenciador de su contenido íntegro, ni

tampoco de lo que se derivaba del mismo  en obsequio a los alegado por las partes al

proceso…”.
 
 
Para decidir, la Sala observa:

Al respecto del vicio de silencio de pruebas, esta Sala estima fundamental

aclarar ab initio los supuestos inequívocos bajo los cuales se presenta,  para luego

revisar si las razones expuestas por el formalizante permiten conocer de la denuncia

en los términos planteados. 

 
Respecto del vicio de silencio de pruebas, esta Sala ha sostenido que éste

se pone de manifiesto cuando el sentenciador omite o soslaya total o parcialmente el

análisis de las pruebas, o cuando a pesar de mencionarlas, no expresa su mérito

probatorio, ni los hechos que pudieran ser demostrados.

Asimismo, se ha sostenido que el referido vicio procede “…sólo cuando el juez

omite dar criterio o mención alguna sobre la prueba o se limita a referirla sin dar alguna

valoración de ésta…”,  y agrega además, conforme a su doctrina pacífica y

reiterada: siempre que tal vicio sea determinante o definitivo en el dispositivo del fallo.
(Ver sentencia de fecha 16 de diciembre de 2010). De manera que, si el vicio no resulta

trascendental en la suerte de la controversia no podría prosperar.

Hechas estas apreciaciones, la Sala observa que el formalizante para soportar su

denuncia de silencio de prueba reconoce expresamente en relación con las pruebas

referidas, es decir: i)“…acuerdo de partición amigable de los bienes hereditarios quedantes

(sic) al fallecimiento de su legítima madre, Isabel María Caruso de Ortega, efectuada por

ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción

Judicial del estado Zulia en fecha 12 de agosto de 1986, el (sic) dicho documento se le

adjudico el Dieciseispunto (sic) sesenta y seis por  ciento (16,66%) de los bienes que

conformaban el acervo hereditario dejados al morir su madre…” ; ii) “…sendas actas

constitutivas estatutarias de dos compañías de comercio en las que ambos son socios y

accionistas…”; y iii) “…varias actas levantadas en oficinas administrativas o jefaturas civiles

en las que se tramitaron diversas denuncias por violencia familiar formuladas por la co-

demandada, contra su hermano Antonio Ortega Caruso…”  que el juez superior sí las

menciona, las valora y las estimadas, y al mismo tiempo el recurrente sostiene que “… nada

dijo el sentenciador de su contenido íntegro, ni tampoco de lo que se derivaba del

mismo  en obsequio a los alegado por las partes al proceso…”.

Como puede observarse tales argumentos no sólo resultan contradictorios, sino

que además la Sala pudo constatar que ciertamente el juez superior respecto del “ …acuerdo

de partición amigable de los bienes hereditarios quedantes (sic) al fallecimiento de su

legítima madre, Isabel María Caruso de Ortega…”,  la analiza en los siguientes términos “…

Copias fotostáticas simples de documento de partición amigable realizado en el juicio de partición

hereditaria llevado por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la

Circunscripción Judicial del estado Zulia; y de cédula de identidad del actor. Los anteriores
instrumentos constituye copias fotostáticas simples de documentos públicos, emanados de un

funcionario público competente, con las solemnidades exigidas por la Ley, el cual tiene facultad

para darles fe pública; y al evidenciarse que dichos instrumentos no fueron impugnados, de

conformidad a lo establecido en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, se tienen como

fidedignas, mereciéndole fe a este sentenciador en todo su contenido y valor probatorio…”.

Ahora bien, en relación con el resto de las probanzas mencionadas,

específicamente “…sendas actas constitutivas estatutarias de dos compañías de comercio en

las que…” los demandados “…son socios y accionistas…” ; y “…varias actas levantadas en

jefaturas civiles en las que se tramitaron diversas denuncias por violencia familiar…”   debe

esta Sala recordar que, las mismas han debido ser determinantes en la suerte de la

controversia. Por lo tanto, visto que el juez  analiza todas las probanzas en su conjunto, a los

fines de constatar, en primer orden, la configuración de los elementos definitorios de la

simulación pretendida, se hace forzoso descartar la presente denuncia de silencio de

pruebas. 

Por todo lo anterior, la Sala desecha la denuncia de infracción de los artículos 12

y 509 del Código de Procedimiento Civil. Así se  establece.

II

 
                De conformidad con lo previsto en el artículo 320 del Código de Procedimiento

Civil, el recurrente delata la falsa aplicación del artículo 429  ibidem y la falta de aplicación

de los artículos 431 eiusdem, 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil por parte del juez de la

recurrida, y para fundamentar su delación afirma lo siguiente:

 
“…Efectivamente, la sentencia recurrida al valorar los medios instrumentales de
prueba que los demandados aportaron tanto en forma adjunta a su
contestación, como en la etapa probatoria en la promoción Décima, del escrito
de promoción de pruebas y que denominaron contratos de arrendamiento,
correspondiente a los locales que tiene arrendados en el centro comercial de su
propiedad, de los cuales fueron consignados un número de 10 contratos,
inicialmente en copias simples y luego en originales, determinó, en el vuelto del
folio 144 de la pieza No. 4 del expediente, que los mismos habían sido suscritos
por la co-demandada como arrendadora y por terceras personas como
arrendatarios, y que por tanto debía entenderse que tales documentos
emanaban de terceros, por lo que se hacía necesario, de conformidad con lo
previsto en el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, su ratificación en
juicio, y que como tal ratificación era inexistente tales documentos debían
desestimarse del proceso.

La anterior norma fue falsamente aplicada por la recurrida, pues se aplicó a una
situación de hecho no regulada en ella, ya que realmente los documentos
contratos de arrendamiento en mención, no constituyen pruebas escritas
emanadas de terceros, sino documentos públicos autenticados consignados en
la forma permitida por el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, de
manera que las normas que debió aplicar el sentenciador (y que no aplicó) para
valorarlos eran las contenidas en los artículos 1.357, 1.359  y 1.360 del Código
Civil, ya que dichos instrumentos fueron autorizados por un funcionarios (sic)
públicos (sic) (Notarios) facultado por la ley para darles pública, y por ende
hacen plena fe, entre sus otorgantes y frente a terceros, de los hechos que el
funcionario declara haber efectuado, visto u oído, y de la vedad de las
declaraciones formuladas por sus otorgantes acerca de la realización de hecho
jurídico al que se contrae cada documento, por ende, de su contenido quedaba
demostrado tanto que la codemandada tenía arrendado inmuebles de su
propiedad que le permitían tener capacidad económica para llevar a cabo la
operación tildada de simulada, como que también arrendaba los inmuebles que
le vendió su padre, lo denotaba entonces que el contrato objeto de la acción de
simulación si fue 
realmente ejecutado, conclusiones estas que claramente son determinantes en
el dispositivo del fallo, pues cualquiera de ellas correctamente apreciadas por e
sentenciador deben llevarlo a desestimar la demanda de simulación
intentada…”.
                De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el formalizante delata la

falsa aplicación del artículo 431 del Código de Procedimiento Civil –relacionado con la

ratificación en juicio de documentos emanados de terceros- y la falta de aplicación de los

artículo 429 eiusdem –incorporación del documento público o privado reconocido en el

proceso- y 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil– en lo que se refiere a la definición de

documento público, tarifa legal y tratamiento que se merece, respectivamente- por cuanto

en su criterio el juez superior al establecer que  los “…contratos de arrendamiento,

correspondiente a los locales que tiene arrendados en el centro comercial de su propiedad,

de los cuales fueron consignados un número de 10 contratos, inicialmente en copias simples

y luego en originales, determinó que los mismos habían sido suscritos por la co-demandada

como arrendadora y por terceras personas como arrendatarios, y que por tanto debía

entenderse que tales documentos emanaban de terceros, por lo que se hacía necesario, de

conformidad con lo previsto en el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, su

ratificación en juicio, y que como tal ratificación era inexistente tales documentos debían

desestimarse del proceso…”, erró toda vez que, tales contratos a su parecer “…no

constituyen pruebas escritas emanadas de terceros, sino documentos públicos

autenticados… ya que dichos instrumentos fueron autorizados por un funcionarios (sic)

públicos (sic) (Notarios) facultado por la ley para darles pública… por ende, de su contenido

quedaba demostrado tanto que la codemandada tenía arrendado inmuebles de su propiedad

que le permitían tener capacidad económica para llevar a cabo la operación tildada de

simulada…”.

                Para decidir, la Sala observa:

 
                Al respecto de los argumentos expresados por el recurrente, para sostener los

vicios de falta de aplicación de las reglas sustantivas del instrumento público y la falsa

aplicación de la regla del establecimiento de la prueba de terceros, esta Sala estima

importante establecer en qué consisten cada uno de los vicios delatados, para luego

detenerse en el análisis de los principios de control y contradicción de la prueba, así como el

de pertinencia y conducencia de ésta, con el objeto de aclarar que los medios probatorios

sólo pueden ser incorporados válidamente al proceso siempre que respeten los principios

antes invocados.   

En cuanto al vicio de falsa aplicación, vale señalar que éste es un error de

derecho propiamente dicho que se produce cuando, el juzgador incurre en una falsa relación

entre los hechos contenidos en los autos y los previstos como supuesto de la norma jurídica

que se aplica, es decir, cuando el juez emplea una determinada norma jurídica a una

situación de hecho que no es la contemplada en ella.  Sentencia de fecha 24 de noviembre

de 2011, caso: Distribuidora Ktdc C.A. contra Seguros Mercantil C.A.

Por su parte, el vicio de falta de aplicación, se produce cuando se niega

vigencia a una norma dispuesta para resolver el conflicto. Sobre el particular, esta

Sala se ha pronunciado de manera reiterada, señalando que “…si la denuncia está

referida al vicio de falta de aplicación de una norma jurídica,   es porque ésta, aún

cuando regula un determinado supuesto de hecho, se niega su aplicación o

subsunción en el derecho, bien porque el juez la considera inexistente, o por

desconocimiento de su contenido, o porque presume que no se encontraba vigente,

aún cuando ella estuviese promulgada o no hubiese sido derogada. Esta omisión
conduce a la violación directa de la norma,  pues, bajo este supuesto, la situación

sometida a conocimiento, ha debido ser decidida de conformidad con el precepto

legal que efectivamente planteaba la solución y que el juez respectivo no aplicó… ”.

(Vid. sentencia de fecha 1 de marzo de 2012, caso: EliLilly And Company

contra Laboratorios Leti S.A.V y otros).

En esta oportunidad, resulta importante referirse al principio de

pertinencia, idoneidad o conducencia y utilidad de la prueba. Sobre el particular, se ha

señalado que muchas veces la prueba por su contenido no sirva en lo absoluto para los

fines propuestos y aparezca claramente improcedente, lo cual asegura sin duda, la

presencia de pruebas eficaces en el proceso. Ahora bien, cuando se menciona el

término pertinencia, esto quiere decir que haya alguna relación lógica o jurídica entre

el medio y el hecho por probar, en cualquier caso debe siempre evaluarse su idoneidad

es decir la identificación, correspondencia y peso del medio con el valor de

convicción que este puede aportar al juicio.    

En el presente caso, la Sala observa que el formalizante delata que el

artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, fue falsamente aplicado por el juez
superior respecto de los contratos de arrendamiento celebrados entre la demandada y

los arrendatarios –ajenos a esta causa- y que fueron consignados unilateralmente por

los demandados, dado que tales contratos están autenticados y aún cuando los terceros

no hayan sido llamados a la causas, tales documentos per se deben aplicárseles las

reglas del instrumentos públicos, así como su tarifa legal conforme a los artículos

1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil.        

A propósito de lo anterior, es preciso señalar que los errores de

juzgamiento, a los que se contrae el artículo 313, ordinal 2° del Código adjetivo, sólo
podrán ser declarados procedentes, siempre que sean determinantes en la suerte de la

controversia.

En el caso sub judice, efectivamente el juez superior desestimó los contratos de

arrendamientos autenticados por “…constituir documentos privados que emanan de

terceros ajenos al proceso, de conformidad con el artículo 431 del Código de

Procedimiento Civil, -por tanto- deben desestimarse por no haberse ratificado en

juicio…”.. Sin embargo, esta Sala advierte que al margen de si las razones invocadas por el

juez superior son válidas o no –por tratarse de instrumentos autenticados como lo afirman

los demandados-, es de advertir la relevancia y pertinencia de los hechos que pueden ser

acreditados, mediante tales contratos en esta causa.  

Precisamente, mediantes estos contratos de arrendamientos, lo que pudieran

acreditar los demandados objetivamente es la existencia de una relación arrendaticia, su

objeto, vigencia y condiciones establecidas por las partes, es decir entre la demandada y

unos terceros, lo cual no guarda relación inmediata con la pretensión que se ventila, cual es,

simulación de venta parcial del acervo hereditario.

 
Además, conforme a la exigencia del último aparte del referido artículo 313 del

Código de Procedimiento Civil, la infracción de ley denunciada ha debido ser determinante

en el dispositivo de la sentencia so pena de ser declarada improcedente.


           

Por lo tanto, visto que el error denunciado no tiene influencia directa en esta

causa, capaz de cambiar el dispositivo adoptado  en ésta, la Sala descarta la denuncia de

falta de aplicación de los artículos 1.357, 1.359, 1.360 del Código Civil y 429 del Código

de Procedimiento Civil, así como de falsa aplicación del artículo 431 eiusdem. Así se

establece.
 
III
 
 
                Al amparo de lo establecido en el artículo 313, ordinal 2° del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320  eiusdem, el recurrente delata el

error de interpretación del artículo 1.281 del Código Civil, pues considera que el juez

superior “…dio por demostrada la acción de simulación, sin considerar las presunciones

invocadas por los demandados para desestimar la misma…”. 

 
 

El recurrente para soportar su denuncia sostiene lo siguiente:


 
“…En el caso de bajo estudio la sentencia recurrida primeramente
determinó que parentesco existente (padre-hija) entre el vendedor y la co-
demandada en el contrato tildado de simulado revelaba un indicio de tal
simulación cual reafirmó al concluir que el  de cujus  vivía con su hija, que
ésta cuidaba de él y  que su fallecimiento ocurrió en la casa de ésta última:
cuando realmente estas adicionales lejos de revelar una simulación, en sana
lógica y por aplicación de una simple máxima de experiencia, debían llevar
al sentenciador a razonar que si el  
difunto vendedor quería vender parte de sus activos en vida, en primer
lugar se los debía ofrecer a la hija que lo atendía a diario y  velaba por él en
su enfermedad, y no a un tercero, por un precio que además fuera menor al
precio de mercado, dadas las consideraciones afectivas existentes por la
situación narrada, o es que acaso a su hija debía venderle por el mismo
precio que le podría vender a un tercero?
Luego sostiene la recurrida que el precio de la operación (Bs. 300.000.00),
fue vil e irrisorio, pues lo compara con el precio que según la experticia
evacuada en el debían tener los inmuebles vendidos para el mes de agosto
de 2005, precio éste que señala en Bs. 3.535.155,37,   olvidándose el
sentenciador de precisar que la venta no  fue de la totalidad de esos
inmuebles, sino del 66.6% de sus derechos de propiedad, por ende a la
suma que extrajo de la experticia debió determinarle el 66.6%   para
compararlo con el precio de venta, siendo dicho porcentaje equivalente a
Bs. 2.354.413,47, que no luce vil ni irrisorio en comparación al precio de
la operación en la que el padre le vende a la hija que cuidaba de él, y  que
es incluso un precio que supera al valor que en el año 2004 le había
asignado el fisco municipal a uno de los inmuebles vendidos en el
documento tildado de simulado, estimado en Bs. 400.000,00, cuyo 66.6%
asciende a Bs. 266.400,00, precio éste inferior al de la venta llevada a
cabo.
Seguidamente establece el fallo censurado que no hay prueba que acredite
la capacidad económica de la adquirente del 66.6% de los bienes descritos
en el documento tildado de simulado, sin apreciar que de las mismas actas
se demuestra que ella era, para esa fecha, propietaria del 16,66% de esos
mismos bienes, y que si para el año 2005 tales activos estaban valorados en
Bs. 3.535.155,37 (según la experticia valorada por el juez), pues para esa
fecha ella contaba fácilmente con un patrimonio de Bs. 586.835.79 (16,6%
del valor total de los inmuebles), que claramente le permitían cubrir el
pago del precio pactado. Y para concluir que no hubo una ejecución del
contrato tildado de simulado, el juez de la recurrida analiza parte del
material probatorio agregado al expediente para determinar que no pudo
acreditarse que la demandada entró en posesión de los inmuebles vendidos
luego de la firma del referido documento, situación que no sólo tenía que
ser probada por el actor sin que lo hiciera, sino que se desvirtúa con los
contratos de arrendamiento que deben ser correctamente analizados, y con
la respuesta que la empresa suministradora del servicio eléctrico Enelven
remitió al tribunal de la causa informando que el servicio de electricidad de
la casa de la urbanización la California, fue suministrado hasta el año 2007
a nombre de la codemandada Elizabeth Ortega Caruso de Scannella, es
decir, hasta dos años después de firmada la venta en comento… ”.
(Subrayado del recurrente).
 
 
 

                De la denuncia antes transcrita, se observa que el formalizante delata el

vicio de error de interpretación del artículo 1.281 del Código Civil, por cuanto afirma

que el juez ad quem  no“…ponderó el contexto integral dentro del cual surgió la

negociación atacada y sin considerar las presunciones que fueron invocadas por los

demandados…” pues el juez estableció que el“…parentesco existente (padre-hija)

entre el vendedor y  la co-demandada en el contrato tildado de simulado revelaba un

indicio de tal simulación cual reafirmó al concluir que el de cujus vivía con su

hija…”, que  el “…precio de la operación (Bs. 300.000.00), fue vil e irrisorio, pues lo

compara con el precio que según la experticia evacuada debían tener los inmuebles

vendidos para el mes de agosto de 2005, precio éste que señala en Bs.

3.535.155,37…”,  tampoco que  iii) “…no hay prueba que acredite la capacidad

económica de la adquirente del 66.6% de los bienes descritos en el documento tildado


de simulado, sin apreciar que de las mismas actas se demuestra que ella era, para

esa fecha, propietaria del 16,66% de esos mismos bienes…”, y que “…no hubo una

ejecución del contrato tildado de simulado… -es decir-, no pudo acreditarse que la

demandada entró en posesión de los inmuebles vendidos luego de la firma del

referido documento, situación que no probó el actor…”.

             Para decidir, la Sala observa:

 
             Al respecto de las razones expresadas por el formalizante para fundamentar el vicio

delatado, esta Sala considera importante explicar, en primer término, los supuestos de

procedencia del mismo, y en segundo lugar será necesario constatar si tales razones han

sido invocadas por el recurrente para soportar las anteriores denuncias conocidas por la

Sala.

               Respecto del vicio error de interpretación, esta Sala ha establecido en forma

reiterada que el mismo  se produce en la labor de juzgamiento de la controversia,

especialmente por la falta que puede cometer el juez al determinar el contenido y alcance

de una regla, que fue correctamente elegida y aplicada para solucionar el conflicto surgido

entre las partes, bien sea en la hipótesis abstractamente prevista en la norma, o en la

determinación de sus consecuencias jurídicas, esto es, “…cuando no le da a la norma su

verdadero sentido, haciendo derivar de ella consecuencias que no concuerdan con su

contenido…”.  (Vid. Sentencia de fecha 6 de abril de 2011, Exp. Nro. AA20-C-2010-000675).

             En el presente caso, la Sala advierte que los argumentos expuestos por el

formalizante para sostener que, en definitiva el juez superior incurrió en error de


interpretación del artículo 1.281 del Código Civil contentivo de: la acción de

simulación, tiempo para ejercerla efectos entre las partes y frente a terceros;

específicamente por cuanto el juez dejó de evaluar 1) el “…parentesco existente

(padre-hija) entre el vendedor y  la co-demandada en el contrato tildado de

simulado  –no-  revelaba un indicio de tal simulación cual reafirmó al concluir que el

de cujus vivía con su hija…”, 2) que  el “…precio de la operación (Bs. 300.000.00),  -

no-  fue vil e irrisorio…”,  y tampoco que  3) sí “…hay prueba que acredite la

capacidad económica de la adquirente del 66.6% de los bienes descritos en el

documento tildado de simulado,  -pues-  de las mismas actas se demuestra que ella

era, para esa fecha, propietaria del 16,66% de esos mismos bienes…”; evidencia que

el recurrente redime, los mismos argumentos expuestos en su segunda denuncia por

defecto de actividad –vicio de incongruencia-, conocida por esta Sala en el capítulo II

de esta decisión.

             En este sentido, la Sala reedita las razones expresadas para descartar la

referida denuncia de incongruencia, y por otra parte advierte, que lo pretendido

fundamentalmente por el recurrente es manifestar su desacuerdo en relación con lo


decidido por el juez superior, específicamente de la forma como valoró el cúmulo de

medios probatorios que sustenta la dispositiva de su decisión, respecto de lo cual se

reitera que, el simple desacuerdo manifestado por el formalizante, sin que aporte

fundamentos  consistentes de su denuncia de error de interpretación del artículo 1.281

del Código Civil-, impide a la Sala verificar la producción del vicio.

 
             Efectivamente, se ha expresado respecto de las denuncias propuestas al

amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código adjetivo que, el formalizante tiene

el deber procesal de razonar en forma clara y precisa en qué consiste tal infracción,

debe demostrarla, y para ello, no basta con señalar que el juez en su sentencia violó tal

o cual precepto legal, es necesario que el recurrente demuestre cómo, cuándo y en qué

sentido, se incurrió en infracción, pues de lo contario deberá ser desechada, más aun

cuando no es función de la Sala completar la deficiencia de fundamentos del recurso

ni suponer el caso específico al que pretende hacer alusión el interesado. (Vid.

sentencia de fecha 9 de mayo de 2011, caso: Luis Salvador Gutiérrez contra Zakie

Reina Talbice Khawan y otras).

             En virtud de todo lo anterior, la Sala desecha la denuncia de error de

interpretación del artículo 1.281 del Código Civil por inadecuada fundamentación. Así

se establece.

DECISIÓN

 
 

 
Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia de la República

Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la

República y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR  el recurso de casación formalizado

contra la sentencia de fecha 12 de agosto de 2011, dictada por el Juzgado Superior Segundo

en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Zulia.

 
 

Por haber resultado infructuoso el recurso interpuesto, se condena a los

demandados al pago de las costas derivadas de su interposición.

Publíquese, regístrese y remítase el presente expediente al Tribunal de la causa,

Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma

Circunscripción Judicial. Particípese esta remisión al juzgado superior de origen, antes

mencionado, de conformidad con el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada  y sellada en  la  Sala  de  Despacho  de  la  Sala de Casación  Civil 

del Tribunal  Supremo  de  Justicia, en Caracas, a los diez (10) días del mes de octubre de  

dos mil doce. Años: 202º de la Independencia y 153º de la Federación.

Presidenta de la Sala,

__________________________

YRIS PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta-ponente,

 
 

_____________________________

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado,

______________________________

ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ  

Magistrado,

__________________________

CARLOS OBERTO VÉLEZ

Magistrado,

____________________________________

LUÍS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ

Secretario,

________________________________

CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. Nro. AA20-C-2012-000054


Nota: Publicado en su fecha a las

Secretario,
 

El  Magistrado  Antonio Ramírez  Jiménez,  consigna el

presente “voto salvado” al contenido de la presente decisión, con base en las siguientes

consideraciones:

Quien suscribe, no comparte la solución dada al trámite para el análisis de la denuncia

de silencio de prueba.

  

En efecto, la ocurrencia de un vicio por silencio de prueba ha debido ser analizada por

esta Sala en el ámbito de un recurso por defecto de actividad, ello de conformidad con la

constitución vigente y el Código adjetivo civil que exigen una justicia completa y exhaustiva; no se

lograría dicho fin si se omite   algún elemento clarificador del proceso.

Esa es la interpretación que se le debe dar al artículo 509 del Código de

Procedimiento Civil, al señalar que los jueces deben de señalar todas las pruebas producidas en el

expediente y emitir su opinión, así sea en forma breve o concreta, ello de conformidad con el

ordinal 1º del artículo 313 eiusdem, en razón de lo cual la delación de semejante vicio,

considerado históricamente por esta Sala de orden público, no puede tener aparejado el

cumplimiento de una carga por parte del recurrente, en directa contradicción en el artículo 26 y

257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.


Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el

ámbito de un recurso por defecto de actividad, en un todo de conformidad con el ordinal 1ª del

artículo 313 del Código de Procedimiento Civil.

Queda así expresado el voto salvado del magistrado que suscribe.

Presidenta de la Sala,

________________________

YRIS  PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta,

_____________________________

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado,

_____________________________

ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

Magistrado

 
__________________________

CARLOS OBERTO VÉLEZ

Magistrado,

___________________________________

LUIS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ

Secretario,

________________________________

CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. Nro. AA20-C-2012-000054


Secretario,

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