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CAMARA APEL CIV.

Y COM 2a
Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 31
Año: 2019 Tomo: 1 Folio: 230-236

EXPEDIENTE: 4724890 - - SANTILLAN, DIEGO MARTIN C/ OLIVA, AIDA NELIDA - ORDINARIO -

DAÑOS Y PERJ.- ACCIDENTES DE TRANSITO

SENTENCIA NUMERO: 31.

En la ciudad de Córdoba, a los diecisiete días del mes de Abril del año Dos Mil Diecinueve,

reunidos en Audiencia Pública los Señores Vocales de la Excma. Cámara de Apelaciones en

lo Civil y Comercial de Segunda Nominación de esta Ciudad, a los fines de dictar sentencia

en estos autos caratulados: “SANTILLAN, DIEGO MARTIN C/ OLIVA, AIDA NELIDA

- ORDINARIO - DAÑOS Y PERJ.- ACCIDENTES DE TRANSITO - Expte. 4724890”

venidos a este Tribunal de Alzada en virtud del recurso de apelación deducido por el letrado

apoderado de los demandados, en contra de la Sentencia Número Cuatrocientos Veintidós, de

fecha quince de diciembre de dos mil diecisiete dictada por el Juez de Primera Instancia y

Décimo Cuarta Nominacion, por la cual se dispusiera: “1. Hacer lugar parcialmente a la

demanda planteada por el Sr. Diego Martín SANTILLAN, D.N.I. 27.920.239, en contra de los

Sres. Aida Nélida OLIVA, D.N.I. 13.539.666, y Rubén Alberto GUEVARA, D.N.I. 12.811.162,

y en su mérito, condenar a estos últimos a abonar al primero la suma de Pesos Quinientos ($

500) en concepto de daño emergente, y la suma de Pesos Siete Mil Quinientos ($ 7.500) en

concepto de daño moral, todo con más intereses establecidos en considerandos pertinentes,

en el plazo de diez (10) días hábiles de quedar firme la presente resolución, bajo

apercibimiento de ejecución forzada, rechazando la demanda en lo demás pretendido. 2.

Imponer las costas en un cincuenta por ciento (50%) a los demandados Sres. Aida Nélida

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OLIVA y Rubén Alberto GUEVARA, y en un cincuenta por ciento (50%) a la parte actora Sr.

Diego Martín SANTILLAN. 3. Regular los honorarios profesionales definitivos del Dr.

Fernando RODRIGUEZ MENDOZA en la suma de Pesos Doce Mil Novecientos Trece ($

12.913), con más la suma de Pesos Un Mil Novecientos Treinta y Seis con noventa y cinco

centavos ($ 1.936,95), correspondientes al art. 99, inc. 5, Ley 8226. 4. Regular los honorarios

profesionales definitivos del Dr. Jaime Ariel WINER en la suma de Pesos Doce Mil

Novecientos Trece ($ 12.913), a lo que debe adicionarse la suma de Pesos Dos Mil

Setecientos Once con setenta y tres centavos ($ 2.711,73) en concepto de IVA sobre

honorarios. 5. Regular los honorarios profesionales definitivos de los peritos oficiales médico

y psicóloga, Dr. Miguel Angel YEMELLI y Lic. Mirtha del Valle GOMEZ, respectivamente,

en la suma de Pesos Siete Mil Setecientos Cuarenta y Siete con ochenta centavos ($ 7.747,80)

para cada uno de ellos. 6. No regular honorarios al perito de control Dr. Rodolfo

MARTINEZ. 7.Las sumas estimadas en concepto de honorarios de abogados y peritos

llevarán intereses desde la presente resolución del modo indicado en considerandos

pertinentes. Protocolícese, hágase saber y dese copia.”.-

Este Tribunal, en presencia del Actuario, se plantea las siguientes cuestiones a resolver:

1.- ¿Es procedente el recurso de apelación de los demandados?

2.- ¿Qué pronunciamiento corresponde emitir?

Efectuado el sorteo de ley, la emisión de los votos resulta en el siguiente orden: 1°) Dra.

Silvana María Chiapero; 2°) Dra. Delia Ines Rita Carta de Cara.-

A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA, LA SEÑORA VOCAL DOCTORA

SILVANA MARIA CHIAPERO DIJO:

1.- Contra la sentencia número cuatrocientos veintidós (422), dictada con fecha quince (15) de

diciembre de dos mil diecisiete por el Sr. Juez de Primera Instancia y Décimo Cuarta

Nominación en lo Civil y Comercial de esta ciudad, interpuso el letrado apoderado de los

demandados recurso de apelación (fs. 415), que fue concedido por el a quo (fs. 416).

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Radicados los autos en esta Sede, expresa agravios la parte apelante (fs. 533/540). La actora

no contesta el traslado corrido por lo que, a instancia de la contraria, se da por decaído el

derecho dejado de usar (fs. 545/6 y 549). Dictado y consentido el proveído de autos (fs. 555),

queda la causa en estado de estudio y resolución.-

2.- El fallo objeto de recurso hace lugar parcialmente a la demanda de daños y perjuicios

promovida en razón de un accidente de tránsito atribuyendo la responsabilidad por su

causación en un cincuenta por ciento (50%) a cada una de las partes. En consecuencia

condena al demandado a abonar la suma de pesos quinientos ($ 500) en concepto de daño

emergente, y la suma de pesos siete mil quinientos ($ 7.500) en concepto de daño moral, con

más intereses. Impone las costas en un cincuenta por ciento (50%) a cargo de cada una de las

partes en virtud de los vencimientos recíprocos y regula honorarios a los profesionales

intervinientes. Para así decidir el juzgador argumenta centralmente lo siguiente: “… analizada

la prueba diligenciada advierto que no existe una única versión, sino que existen pruebas a

favor de la versión esgrimida por la parte actora y otras a favor de los accionados. Me

explico: respecto de la versión referida por la parte actora, cierto es que ésta no ha

diligenciado prueba alguna que acredite tales circunstancias, como tampoco que el Sr.

GUEVARA haya circulado de modo antirreglamentario, a alta velocidad y que perdiera el

control de su vehículo, violando de tal modo las normas de tránsito del lugar, estando la

prueba a su cargo. Nótese que al contestar la demanda, los accionados han negado tales

situaciones, por lo que tales cuestiones constituyen hechos controvertidos, sin existir ningún

medio de prueba por la parte actora tendiente a su acreditación, máxime que se había

configurado la negligencia probatoria de la actora respecto de la prueba testimonial e

informativa (fs. 132 vta.), lo que sellaría la suerte del reclamo, pues no ha demostrado la

culpa del Sr. GUEVARA o causalidad en su contra en el hecho objeto de análisis, y por tanto

no se encontraría demostrado de tal modo el factor de atribución de la responsabilidad, y

faltando tal elemento de la misma, no podría considerarse la existencia de aquella (conf. art.

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1067, Código Civil). Es que, nada ha demostrado la parte actora que haga presumir la

negligencia del Sr. GUEVARA en el evento dañoso, pues no ha acreditado el supuesto

exceso de velocidad a la que circulaba, que haya perdido el control de su vehículo por una

causa a él imputable, como tampoco la supuesta violación de las normas de tránsito del

lugar del hecho. (…)”. A esas consideraciones agrega que: “(…)la actitud asumida por el

actor de no trasladar el vehículo hacia un costado de la calzada y/o encender las balizas y

luces de emergencia (…) y (…) la presencia del Sr. SANTILLAN sobre el costado izquierdo

del vehículo, es decir, no sobre la banquina, sino próximo al centro de la calzada, donde

circulan los vehículos, acreditaría el eximente de responsabilidad alegado por los

accionados(…) puesto que destruiría el nexo de causalidad entre el hecho y los daños

alegados. (…).-

Sin embargo, a renglón seguido sostiene: “… No obstante ello, cabe expresar que en el caso

analizado la responsabilidad o causalidad del Sr. SANTILLAN es concurrente con los

accionados, implicando ello la acreditación parcial del eximente de responsabilidad

invocado por los codemandados Sres. OLIVA y GUEVARA (…) toda vez que (…)

reconocieron al contestar la demanda haber embestido no sólo al Sr. SANTILLAN, sino

también al automóvil que conducía o del que era usuario este último(….) De tal modo, la

inobservancia por parte del Sr. GUEVARA de la presencia de un automóvil detenido sobre

la calzada demuestra también negligencia e impericia de su parte, atento que no respetó las

indicaciones de la autoridad de aplicación, las señales de tránsito y las normas vigentes

(conf. art. 40, Código de Tránsito Municipal, Ordenanza 9981 y modificatorias), siendo

deber de los conductores conservar el dominio efectivo de su vehículo en todo momento de

la circulación y prever las alternativas ordinarias de la circulación -entre ellas los

vehículos detenidos sobre la calzada por algún desperfecto-, donde debe priorizar siempre

la seguridad de las personas por sobre cualquier otro valor o riesgo (conf. art. 46, Código

de Tránsito Municipal, Ordenanza 9981 y modificatorias). De tal guisa, estimo que este

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último hecho debe perjudicar en igual medida a ambas partes y atribuirse causalmente los

daños sufridos en un cincuenta por ciento (50%) a cada una. Es que, habiendo quedado

acreditado la negligencia del Sr. SANTILLAN, quien no encendió las balizas y luces de

emergencia, máxime que el evento ocurrió en horas de la noche, donde la visibilidad es

menor y reducida que durante el día, y el peatón se encontraba sobre el costado izquierdo del

vehículo, es decir, sobre la calzada, vía que es destinada exclusivamente al tránsito de

vehículos; como también la inobservancia por parte del Sr. GUEVARA respecto del vehículo

que se encontraba detenido sobre la ruta, ello no produce una interrupción total del nexo

causal invocado por los Sres. GUEVARA y OLIVA, sino más bien una situación de concausa,

y por tanto ambas partes resultan responsables del evento dañoso. (…) Entiéndase bien la

cuestión, a fin de evitar confusiones: el actor ha resultado claramente negligente al no

cumplir con mínimas pautas al estacionar el automóvil por el desperfecto que sufrió, como

asimismo irresponsable al agacharse a intentar solucionar tal desperfecto en la propia calle

, con el riesgo que ello implicaba, pero conforme la confesión de los demandados, no sólo

embistió al actor, sino también al automóvil estacionado, o sea que de no haber estado el

actor, igualmente habría chocado el rodado estacionado, y de allí que existe

responsabilidad parcial de su parte, pues no es lo mismo decir que no vio a una persona en

medio de la noche que se apareció de repente en una calle, a un automóvil estacionado al

costado de la calle o ruta, demostrando así negligencia o impericia de su parte, siendo por

tanto concausa del hecho producido, de allí la responsabilidad parcial de ambas partes en el

siniestro.” (sic. fs. 405/406).-

3.- Agravios de apelación:

Los agravios merecen el siguiente compendio: a. Primer agravio: Violación del principio

de no contradicción.- Denuncian los apelantes que el iudex se contradice cuando en un

momento afirma categóricamente que “nada ha demostrado la parte actora que haga

presumir la negligencia del Sr. GUEVARA en el evento dañoso, pues no ha acreditado el

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supuesto exceso de velocidad a la que circulaba, que haya perdido el control de su vehículo

por una causa a él imputable, como tampoco la supuesta violación de las normas de tránsito

del lugar del hecho.” y luego -a renglón seguido- le endilga negligencia por haber resultado

“embistente” según surge de confesión efectuada en la contestación de la demanda. Sostiene

que el intento frustrado de esquivar al vehículo, que fuera reconocido por su parte , más que

indicio de negligencia, es indicativo de la actitud plenamente consciente y de control sobre su

conducido, porque no obstante haber intentado esquivar al actor, no logró hacerlo en virtud de

las desfavorables circunstancias de modo, tiempo y lugar. Agrega que el fallo impugnado se

contradice en sus postulados afirmando primero que el actor fue negligente al encontrase en

un lugar no autorizado y sin balizas: “…al no cumplir con mínimas pautas al estacionar el

automóvil por el desperfecto que sufrió…”, y atribuyendo luego responsabilidad al conductor

del vehículo embistente, por no haber observado el dominio de su rodado ni previsto las

alternativas ordinarias de circulación, entre ellas- los vehículos detenidos sobre la calzada por

algún desperfecto-. Sostiene que se ha acreditado que el vehículo detenido en un lugar no

autorizado sin ningún tipo de señalización, constituyó en un obstáculo insalvable dado a las

características del lugar (ruta angosta y sin banquina) y la escasa visibilidad que existía en el

sector. Reitera que dadas las condiciones de tiempo y lugar el vehículo detenido no pudo

haber sido avizorado por el conductor del rodado demandado, ni aun cuando hubiera

empleado la mayor diligencia que es dable exigir a un conductor.- b.-Segundo agravio: Falta

de fundamentación lógica y legal al considerar la presencia del actor como una

alternativa ordinaria de circulación. Sostiene que carece de razón suficiente lo expresado

por el iudex con relación a que el vehículo del actor en la forma que se encontraba detenido,

pueda considerarse como una “alternativa ordinaria de circulación”. Asevera que tal

afirmación es absurda y carente de sustento probatorio ya que lo ordinario es que quien se

encuentre ante un desperfecto lleve el vehículo a un lugar seguro y señalice correctamente

dicha circunstancia y no -como hizo el actor- colocarse a la izquierda del vehículo mal

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detenido sobre la calzada de la ruta, máxime siendo de noche. Postula que incurre igualmente

en falta de fundamentación lógica y legal cuando concluye que: “…no es lo mismo decir que

no vio a una persona en medio de la noche que se apareció de repente en una calle, a un

automóvil estacionado al costado de la calle o ruta, demostrando así negligencia o impericia

de su parte…”, apartándose de las demás circunstancias probadas en la causa con relación a

las condiciones en que se encontraba el vehículo aparcado al costado de la ruta. Sostiene que

quedó evidenciado en la causa que: “…el actor ha resultado claramente negligente al no

cumplir con mínimas pautas al estacionar el automóvil por el desperfecto que sufrió”, como

asimismo que: “…la actitud asumida por el actor de no trasladar el vehículo hacia un

costado de la calzada y/o encender las balizas y luces de emergencia -o al menos no ha sido

acreditado lo contrario- demuestra claramente una negligencia imputable a ella (conf. art.

1111, Código Civil) y no de parte del Sr. GUEVARA, puesto que la presencia del Sr.

SANTILLAN sobre el costado izquierdo del vehículo, es decir, no sobre la banquina, sino

próximo al centro de la calzada, donde circulan los vehículos, acreditaría el eximente de

responsabilidad alegado por los accionados que los eximiría de responsabilidad, puesto que

destruiría el nexo de causalidad entre el hecho y los daños alegados. Nótese que del croquis

realizado por personal policial, surge que el actor se habría encontrado incorrectamente a la

izquierda del automóvil detenido y no a la derecha del mismo donde se encuentra la

banquina y no hay peligro alguno para los peatones (documental; fs. 252), lo que es

reconocido por el propio actor al expresar que “…hallándome de pie sobre el costado

izquierdo del vehículo marca FIAT, modelo 133, dominio UKX 967…” (fs. 7), lo que

demuestra la culpa del Sr. SANTILLAN en el evento dañoso.” Expresa que de tal manera,

encontrándose acreditada la negligencia del actor, resulta contradictorio y por tanto

equivocado, trasladar parcialmente la responsabilidad al demandado en base a una supuesta y

dogmática previsibilidad de las alternativas ordinarias de circulación, cuando nada de

ordinario tenía la presencia del actor al costado izquierdo del vehículo detenido sobre la ruta,

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de noche y sin balizas. Pide por lo expuesto se revoque la sentencia, basada en el hecho de

que la presencia del vehículo estacionado sobre la ruta puede ser considerada una

“circunstancia ordinaria de circulación” sin conjugar dicha afirmación con el resto de las

circunstancias temporo-espaciales que rodearon al hecho y sin fundamentar en que habría

consistido la negligencia del demandado. Agregan que los agravia el fallo impugnado al

sostener que aunque el actor no se encontrase parado en dicho lugar a la izquierda del

vehículo, el demandado habría embestido al vehículo. Aseveran que existieron al menos tres

hechos de negligencia por parte del actor (no trasladar el vehículo a un lugar seguro, no

señalizar el vehículo detenido y haberse colocado el actor sobre el lado izquierdo invadiendo

la ruta y el carril de circulación). Concluyen que dadas las circunstancias expuestas, la

presencia del actor era un obstáculo sorpresivo que quien se desplazaba reglamentariamente

por dicha arteria. Citan jurisprudencia en sustento de su postura.- c.- Tercer agravio: Falta

de fundamentación en la valoración de la prueba. Sostienen que no ha sido probado en la

causa que el demandado haya contribuido con su accionar para que el hecho pueda serle

atribuido ni siquiera parcialmente. Adicionan que no se encuentra acreditado que el

demandado haya cometido algún acto de imprudencia, ni que se haya conducido a un exceso

de velocidad- tal como argumentó la actora sin acreditar- ni ninguna otra circunstancia que

pueda al menos en grado de indicio probar que haya existido negligencia de su parte, por lo

que el mero hecho de haber revestido carácter de embistente no alcanza para atribuir

responsabilidad.- d.- Cuarto agravio: Falta de fundamentación. Se aparta de las

constancias de la causa. Falacia de derivación. Cuestionan que se interprete que el vehículo

se encontraba al costado de la ruta al decir que: “… no es lo mismo decir que no vio a una

persona en medio de la noche que se apareció de repente en una calle, a un automóvil

estacionado al costado de la calle o ruta, demostrando así negligencia o impericia de su

parte…” ya que se encuentra probado que el vehículo se encontraba sobre la ruta y no al

costado. Agregan que en virtud de las condiciones de tiempo, modo y lugar, el hecho de

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encontrarse el vehículo detenido, de noche y sin ninguna señalización configura una extrema

negligencia atribuible al actor- e.- Quinto agravio: Falta de fundamentación lógica y legal

al valorar prueba dirimente. Se quejan por cuanto se pondera que su parte confesó haber

sido embistente sin tener en cuenta lo expresado en la contestación de demanda en cuanto a

que intentó una maniobra de esquive sin poder evitar la colisión. Sostienen que se afirma que

el conductor demandado no tenía el pleno dominio de su conducido, lo que constituye una

afirmación arbitraria y aparente, no surgiendo de las constancias de autos, a lo que suma que

no se han determinado concretamente cuales habrían sido los elementos en que se funda la

pretendida negligencia del demandado y en particular la falta de dominio sobre su vehículo,

por no haber dado el juzgador razón suficiente de sus afirmaciones. Solicitan, en definitiva, se

revoque el pronunciamiento impugnado y se rechace la demanda en todas sus partes

estableciéndose la culpa exclusiva del actor.-

5.-Análisis del recurso.

Todo el embate recursivo está enderezado a denunciar que no estaría demostrado que con su

accionar, el demandado haya contribuido, ni siquiera parcialmente, a provocar el accidente

que motiva el presente proceso.-

El argumento medular del fallo consiste en que si bien se ha acreditado la negligencia del

actor al haber detenido su vehículo sobre la calzada sin señalización y permanecido al costado

del mismo sobre la ruta, el accionado habría contribuido con- causalmente con el accidente

atentohaber embestido no sólo al actor, sino también al automóvil, de modo que la

inobservancia de la presencia de un automóvil detenido sobre la calzada demostraría

también negligencia e impericia de su parte, y por tanto ambas partes resultan igualmente

responsables del evento dañoso (en la proporción del 50% cada una).-

El apelante insiste con que el vehículo se encontraba detenido en un lugar no autorizado y sin

ningún tipo de señalización, lo que a su juicio, se erigió en un obstáculo insalvable (no pudo

haber sido avizorado por el conductor del rodado demandado aun empleando la mayor

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diligencia) dadas las características del lugar (ruta angosta y sin banquina) y la escasa

visibilidad que existía en el sector (era de noche y lloviznaba).-

Adelantamos criterio a favor de la procedencia del recurso. Damos razones (arts. 326 C.P.C. y

155 C.P.).-

No se encuentra controvertido que el accidente ocurrió en horas de la noche (pasadas las

21:00 hs. aproximadamente), en la Av. Juan B. Justo en cercanías del Liceo Militar Gral. Paz,

de la Ciudad de Córdoba, con participación los vehículos Fiat 133, dominio UKX 967 de

propiedad de la demandada Aida Nélida Oliva conducido por el codemandado Rubén Alberto

Guevara, y Fiat Duna, dominio UGZ 488 conducido por el actor quien al momento del

accidente se encontraba fuera del vehículo a su izquierda sobre la calzada.-

Ha quedado asimismo acreditado, conforme surge de la constatación realizada el mismo día

de ocurrido el evento por la Policía de la Provincia de Córdoba a las 22:15 hs. y croquis del

lugar, que el vehículo conducido por el actor se encontraba estacionado sobre el costado

derecho de la Av. Juan B. Justo N° 6000, sin luces de estacionamiento ni balizas (fs. 253

y 302), lo cual luce corroborado por la testimonial rendida a fs. 152/153.-

Tal circunstancia constituye una conducta violatoria de las normas de tránsito, pues conforme

impera el art. 70, inc. e) del Código de Tránsito Municipal (Ordenanza N° 9981 y

modificatorias), los vehículos deben encender sus luces cuando la luz natural sea insuficiente,

o las condiciones de visibilidad o del tránsito lo reclamen, y especialmente las luces

intermitentes de emergencia deben usarse para indicar la detención en zonas peligrosas, como

lo es la Av. Juan B. Justo a la altura N° 6000. A su vez, el estacionamiento en zona urbana

debe efectuarse en los lugares en que no esté expresamente prohibido, sobre el costado

derecho de la calzada, y a una distancia no menor a los cinco (5) metros del borde más

próximo de la senda peatonal demarcada o imaginaria.-

Asimismo, cuando por causa de accidentes de tránsito o deficiencia mecánica un vehículo

quede inmovilizado en la vía pública, su conductor debe proceder a trasladarlo a un costado

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de la calzada con el objeto de no obstruir la circulación. Pero si no fuera posible movilizarlo,

debe advertir a terceros la situación ubicando las balizas y accionando las luces de

emergencia del vehículo(conf. arts. 75, Código de Tránsito Municipal, Ordenanza N° 9981 y

modificatorias; 75, inc. 3, Decreto Reglamentario 511 “G”), conforme surge del informe

emanado de la Municipalidad de Córdoba (fs. 172/173 vta.).-

De tal guisa, la actitud asumida por el actor al no trasladar el vehículo hacia un costado de la

calzada y/o encender las balizas y luces de emergencia sumado a su propia presencia sobre el

costado izquierdo del vehículo, es decir, no sobre la banquina, sino próximo al centro de la

calzada, donde circulan los vehículos configura un supuesto de hecho de la víctima que exime

de responsabilidad a los accionados puesto que rompe el nexo de causalidad adecuado entre el

hecho y los daños alegados. (art. 1111 C.C.).Tal circunstancia luce corroborada por el croquis

realizado por personal policial (fs. 252), y es reconocida por el propio actor al expresar que

“…hallándome de pie sobre el costado izquierdo del vehículo marca FIAT, modelo 133,

dominio UKX 967…” (fs. 7).-

Siendo ello así, asiste toda la razón al apelante puesto que la mera condición de embistente

del demandado no justifica eximir al actor de la total responsabilidad que le cupo en el

accidente. Esto se explica pues podría aceptarse la con-causalidad entre ambos protagonistas

del evento, si se tratara de un vehículo detenido en condiciones reglamentarias, esto es con la

debida señalización que permita ser advertido por los conductores de los demás vehículos que

circulan normalmente por la calzada, no es así en las condiciones que se encontraban detenido

el vehículo y la persona embestida.- Es que no resulta equiparable la situación de un vehículo

detenido de noche sobre la ruta por un desperfecto técnico debidamente señalizado que uno

sin ninguna señalización.-

El iudex trasgrede el principio de razón suficiente al no explicitar porqué el vehículo del

actor- en la forma anti-reglamentaria en que se encentraba detenido- debe considerarse como

una “alternativa ordinaria de circulación”, cuando reiteramos -según la reglamentación del

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tránsito vigente- quien se encuentra ante un desperfecto debe trasladar su vehículo a un lugar

permitido y, de no poder hacerlo, señalizar correctamente dicha circunstancia para advertir la

presencia del obstáculo a los demás vehículos que circulan por la misma, de modo de evitar

posibles accidentes.-

Un vehículo detenido sobre la calzada de noche sin ninguna señalización importa, cuanto

menos, un elemento sorpresivo en el curso de la circulación.-

Por consiguiente, que el demandado confesara la condición de embistente no lo erige en

responsable parcial del siniestro, ya que inveteradamente hemos sostenido que la condición de

embistente es relativa y por sí sola no implica necesariamente que aquél a quien se le atribuye

deba -sin más- ser considerado responsable por las consecuencias dañosas. Por el contrario,

dicha condición tiene carácter relativo en tanto ese rol material resulta contingente en la física

de las acciones por su fácil inversión por velocidad o maniobra inmediatamente previas a la

colisión y además porque el sistema de la responsabilidad civil se sustenta en la idea de la

causa adecuada, para lo cual sólo importa establecer cuál de los partícipes es el que dio

motivo al impacto. En otras palabras, el hecho físico de embestir de por sí no permite arribar

con ligereza a un juicio de autoría responsable como factor causal del suceso, tal como se ha

encargado de puntualizar reiteradamente la doctrina y jurisprudencia, por la facilidad de

inversión de roles por maniobras en la dinámica de la circulación o por la interposición en la

trayectoria de otro vehículo sin el mínimo de tiempo suficiente para variar o detener la

marcha.-

En tal senda, la condición de embistente que pueda tener el rodado en un accidente de tránsito

tiene carácter relativo, pues sólo una maniobra puede transformar rápidamente al embestido

en embestidor y admitir esa conducta disvaliosa podría conducir a consagrar un

reconocimiento injusto y carente de entidad (cfr. C 1° -CCCba, Herrera, Rubén Alberto c/

Pollos San Mateo S.A. – abreviado- daños y perjuicios- accidentes de tránsito – recurso de

apelación -”, 27/06/16; C8ºCCCba, “Zarazaga, Hugo Ricardo c/ Rodríguez Luís Martín s/

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ordinario - daños y perj. - accidentes de tránsito - recurso de apelación”, 23/6/2009;

C6ºCCCba, “Suárez, Gonzalo Marcial vs. Márquez, Alberto s. Ordinario - Daños y perjuicios

- Accidente de tránsito - Recurso de apelación”, 25/07/2013).-

Dentro del contexto probatorio descripto y enmarcados en la teoría de la causalidad adecuada,

ha sido el hecho culpable de la propia víctima que irrumpe sobre el nexo causal, desvirtuando

el presupuesto de autoría, no siendo posible formular juicio alguno de responsabilidad en

cabeza del dueño o guardián de la cosa riesgosa ni objetiva ni subjetiva, ya que no se trata de

ponderar culpas sino autoría materiales. En ese marco, acreditado el hecho culpable de actor y

no probado que el demandado contribuyera con su conducta a la causa del daño, el hecho de

la víctima culpable se constituye en causa exclusiva del daño.-

Este temperamento se erige en fundamento claro y suficiente para revocar el fallo

impugnado.-

Por consiguiente, corresponde hacer lugar al recurso de apelación, en consecuencia, revocar la

condena dispuesta en su contra y en su lugar rechazar la demanda, con costas al actor atento

su condición de vencido, debiendo el primer juez proceder a practicar nuevas regulaciones de

honorarios de conformidad al presente resolutorio. Fijar los honorarios correspondientes al

Dr. Dr. Jaime Ariel Winer en el cuarenta por ciento (40%) del punto medio de la escala del art

36, sobre lo que ha sido motivo de discusión en esta Alzada (arts. 26, 36, 39 y 40 ley 9459).-

Así voto.-

A LA PRIMERA CUESTION, LA SEÑORA VOCAL DOCTORA DELIA INÉS RITA

CARTA DE CARA, DIJO:

Que adhiere al voto y fundamentos vertidos por la Sra. Vocal preopinante votando en el

mismo sentido.-

A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA LA SEÑORA VOCAL DOCTORA

SILVANA MARIA CHIAPERO DIJO:

En mi opinión corresponde: 1.- Hacer lugar al recurso de apelación, en consecuencia, revocar

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la condena dispuesta en su contra y en su lugar rechazar la demanda, con costas al actor atento

su condición de vencido, debiendo el primer juez proceder a practicar nuevas regulaciones de

honorarios de conformidad al presente resolutorio.-

2.- Imponer las costas al actor atento su condición de vencido (art. 130 C.P.C.). Fijar los

honorarios correspondientes al Dr. Jaime Ariel Winer en el cuarenta por ciento (40%) del

punto medio de la escala del art 36, sobre lo que ha sido motivo de discusión en esta Alzada

(arts. 26, 36, 39 y 40 ley 9459).-

Así voto.-

A LA SEGUNDA CUESTIÓN, LA SEÑORA VOCAL DOCTORA DELIA INÉS RITA

CARTA DE CARA, DIJO:

Que adhiere al voto y fundamentos dados por la Sra. Vocal que me precede, votando en

idéntico sentido.-

A mérito del Acuerdo que antecede y lo dispuesto por el art. 382 del C.P.C.,

SE RESUELVE:

1.- Hacer lugar al recurso de apelación, en consecuencia, revocar la condena dispuesta en su

contra y en su lugar rechazar la demanda, con costas al actor atento su condición de vencido,

debiendo el primer juez proceder a practicar nuevas regulaciones de honorarios de

conformidad al presente resolutorio.-

2.- Imponer las costas al actor atento su condición de vencido (art. 130 C.P.C.). Fijar los

honorarios correspondientes al Dr. Jaime Ariel Winer en el cuarenta por ciento (40%) del

punto medio de la escala del art 36, sobre lo que ha sido motivo de discusión en esta Alzada

(arts. 26, 36, 39 y 40 ley 9459).-

Protocolícese y hágase saber.-

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CHIAPERO, Silvana Maria

VOCAL DE CAMARA

CARTA de CARA, Delia Ines Rita

VOCAL DE CAMARA

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