Está en la página 1de 13

República de Colombia

Rama Judicial del Poder Público

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


BOGOTÁ D. C.
SALA CIVIL

Bogotá, D. C., dos (2) de diciembre del año dos mil once (2011)

REF. Sentencia. Ordinario. JAVIER ORLANDO


CARRASCO MANTILLA contra MOLANO
MONSALVE & CIA. S. EN C. y GUILLERMO
ROJAS MOLANO.

Magistrada Ponente
LUZ MAGDALENA MOJICA RODRÍGUEZ

Discutido y aprobado en Sala de noviembre 30


de 2011.

Se procede a resolver el recurso de apelación


propuesto contra la sentencia proferida por el Juzgado Primero Civil del
Circuito de Descongestión del Quinto Civil del Circuito de esta ciudad, en
el proceso de la referencia.

ANTECEDENTES

1. Javier Orlando Carrasco Mantilla, por intermedio


de apoderado judicial, promovió demanda contra la sociedad Molano
Monsalve & Cía. S. en C. y Guillermo Rojas Molano, para que previos los
trámites del juicio ordinario de mayor cuantía, una vez subsanada la
demanda, se efectuaran las siguientes declaraciones y condenas:

“PRINCIPALES

“PRIMERA: Que el contrato de compraventa contenido en la Escritura Pública No. 100 del
17 de Enero del 2.003, otorgada en la Notaría 54 de Bogotá, es totalmente simulado.
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

“SUBSIDIARIAS

“En caso de no prosperar lo anterior, comedidamente solicito que subsidiariamente se


declare:

“SEGUNDA: Que el mencionado contrato es NULO DE NULIDAD ABSOLUTA, por carecer


de los elementos esenciales a que hace referencia el Art. 1501 del C. C.

“TERCERA: QUE EN CUALQUIERA DE LOS DOS EVENTOS, el bien objeto de la


compraventa rescindida debe volver al patrimonio de la sociedad Molano Monsalve & Cía
S. en C.

“CUARTA: Que se ordene la cancelación de la escritura No. 100 del 17 de Enero del
2.003, de la Notaría 54 de Bogotá, así como el registro que de tal instrumento se hizo
ante el Registrador de Instrumentos Públicos de Bogotá D.C.”

2. Las afirmaciones de hecho constitutivas de la


causa petendi, en las que la parte demandante apoyó sus pretensiones,
son las siguientes:

2.1. La sociedad demandada prometió en venta a


favor del demandante el inmueble ubicado en la calle 129 A No. 50-26,
interior 1 de esta ciudad, como obra en los contratos de promesa de
compraventa suscritos los días 5 de enero y 14 de julio de 1994, predio
que en ese momento garantizaba obligaciones a favor de Icollantas S.A.
y la Corporación Central de Ahorro y Vivienda.

2.2. El 24 de febrero de 1994 Molano Monsalve &


Cía S. en C. entregó al actor el predio sin que le hubiera dado el
certificado de tradición y libertad “indispensable para solicitar sus cesantías en el
Banco de la república”, y pactaron que la escritura pública se firmaría el 11
de abril de 1994, acto que no se realizó, habida cuenta que la propietaria
– sociedad demandada - no pagó los impuestos y no efectuó ninguna
diligencia para levantar el gravamen.

2.3. El demandante pago la totalidad del precio


convenido, sin embargo, la sociedad demandada utilizando la “supuesta
minuta” del contrato de promesa de compraventa solicitó judicialmente la
resolución del contrato y la restitución del inmueble “sin devolver los
$25.000.000.00 que recibió como precio del inmueble”, pretensiones que
desestimó el Juzgado 52 Civil Municipal de esta ciudad “al comprobar que la
incapacidad médica presentada como excusa de la inasistencia a la audiencia de

conciliación era mentirosa”.

2
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

2.4. El 17 de enero de 2003, mediante escritura


pública No. 100 de la Notaría 54 del Círculo de esta ciudad, la sociedad
demandada le vendió a Guillermo Rojas Molano - socio comanditario de la
sociedad Molano Monsalve & Cía S. en C. e hijo de la representante legal de ésta - el
inmueble ubicado en la calle 129 A No. 50-26 interior 1º de esta ciudad,
por una suma que es “simulada e inferior al avalúo catastral y lógicamente al valor
comercial”.

2.5. La sociedad demandada – vendedora - expresó en


la cláusula quinta del precitado instrumento que el impuesto predial y
complementarios fueron pagados por ella cuando realmente los sufragó
el demandante desde el año 1994, y Guillermo Rojas Molano faltó a la
verdad al decir que recibió el inmueble a satisfacción y que ostenta la
posesión en forma quieta y pacífica.

3. El a quo admitió la demanda, ordenó surtir el


traslado a la parte demandada y prestar caución, de conformidad con lo
previsto en el numeral 1º del artículo 690 del Código de Procedimiento
Civil.(fl. 72, c.1)

3.1. Guillermo Rojas Molano se tuvo notificado por


aviso del auto admisorio de la demanda, quien guardó silencio en el
término de traslado. (fls. 109 a 111, c.1)

3.2. Efectuadas las diligencias pertinentes para


lograr la notificación personal de la sociedad Molano Monsalve & Cía S.
en C., no fue posible su realización, por lo que se solicitó su
emplazamiento, el que surtido en debida forma, sin que concurriera,
originó que se le designara curador ad litem, el que se notificó del auto
admisorio el día 4 de mayo de 2005 y contestó la demanda sin formular
medios exceptivos. (fls. 103, 105 a 108, 113 a 115, c.1)

3.3. El juzgado citó a las partes a la audiencia


prevista en el artículo 101 del Código de Procedimiento Civil, y ante la falta
de ánimo conciliatorio declaró fallida la conciliación y evacuó las demás
etapas. (fls. 119, 123 a 125, c.1)

3
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

3.4. Abierto el proceso a pruebas, se decretaron


algunas de las pedidas por las partes, y vencido el período probatorio se
dio oportunidad para presentar los alegatos de conclusión, derecho del
cual hicieron uso el demandado Guillermo Rojas Molano y la parte actora
para insistir en sus posiciones. (fls. 126 y 127, 288 a 297, c.1)

EL FALLO

4. El a quo en Descongestión puso fin a la primera


instancia mediante sentencia de fecha veintidós (22) de noviembre del año
dos mil diez (2010), en virtud de la cual resolvió:

“PRIMERO NEGAR las pretensiones de la demanda, conforme lo aquí motivado.

“SEGUNDO. Por sustracción de materia no se emite pronunciamiento sobre las


excepciones de mérito.

“TERCERO. CONDENAR al extremo demandante en las costas del proceso. Tásense.”

4.1. Para arribar a la precedente decisión, luego de


relatar los antecedentes, encontrar reunidos los presupuestos procesales
y ausente causal de nulidad, el juzgador señaló que del libelo
introductorio se deduce que lo pretendido por la parte actora es que se
declare la simulación del contrato de compraventa celebrado entre los
demandados, y si bien solicitó la nulidad absoluta del mismo, lo cierto es
que no señaló alguna de las causales de nulidad previstas en la ley; y
que para que se configure la simulación (absoluta o relativa) deben
concurrir tres requisitos, a saber: la existencia de un contrato simulado,
que el demandante tenga derecho para proponer la acción, y que existan
pruebas eficaces y conducentes para llevar el ánimo de convencimiento
sobre la ficción.

Asimismo, indicó que todo aquél que tenga un


interés jurídico protegido por la ley está habilitado para demandar la
declaración de simulación, por lo que los requisitos para que el interés
exista, son: “a) Que quien impugne el contrato en procura de lograr que sea
reconocida la anomalía de la cual adolece sea titular de un derecho visible y presente
respecto de cuyo contenido y ejercicio a plenitud, dicho contrato se ofrezca, al momento
de ser entablada la acción, como un hecho-obstáculo que lo impide o estorba… b) Que la
consolidación de la simulación ocasione, además, un perjuicio cierto a quien ejercitó la

acción…”; que por la sola suscripción del contrato de promesa de

4
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

compraventa celebrado entre el demandante – promitente comprador - y


Molano Monsalve & Cía S. en C. – promitente vendedor - el 14 de julio de
1994, no surge para el actor un interés real en pedir la simulación del
“contrato de compraventa que con el otro comprador celebró la demandada” , ni un
interés jurídico, por lo que éste carece de legitimación en la causa para
solicitar la declaración de simulación de un negocio jurídico en el cual no
participó de forma directa, ni aún bajo el amparo de su condición de
promitente comprador del bien objeto de la negociación que se tilda de
simulada; que “el despacho favorable del petitum demandatorio del señor Carrasco
Mantilla no le reportaría ningún beneficio cierto, serio ni concreto, puesto que su
restitución al patrimonio de la demandada no implica, per se, que ésta le vaya a
transferir el dominio del predio en virtud de la metada promesa de compraventa. Ahora,
si el promitente vendedor se encuentra imposibilitado de hacerlo, porque, como aquí
sucede, ya transfirió el dominio a otra persona, el promitente comprador del bien puede
pedir, si lo considera procedente, la resolución de la promesa con la consecuente

indemnización de perjuicios”; y que si el demandante detenta la posesión del


bien desde la fecha que señaló en la demanda, esto es, antes de la
celebración del contrato cuestionado, dicha condición puede hacerla
valer “dentro de las actuaciones judiciales que la ley prevé al respecto” .

4.2. Decisión recurrida en apelación por la parte


actora, recurso que se concedió y agotado su trámite en esta instancia
compete resolver a la Sala.

DEL RECURSO

5. Motivó su inconformidad, en resumen, en que se


aportaron al plenario pruebas documentales suscritas por las partes “o
desglosadas de otro proceso”, provenientes de terceros – Icollantas -, así como
“interrogatorios de parte y testimoniales no tachadas ni objetadas” , los que
demuestran que el contrato de compraventa realizado entre los
demandados no es más que “una simple patraña” encaminada a despojar de
su patrimonio al demandante; y que en el presente caso se cumplen los
tres requisitos para que se declare la simulación, como son: existencia
del contrato simulado, que el demandante tenga derecho para proponer
la acción, y pruebas eficaces y conducentes que demuestran la ficción,
pues no hay duda que el contrato simulado existe – escritura pública cuya
simulación “o nulidad” se pide - ; que el demandante sí posee interés real y

5
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

jurídico para proponer esta acción, habida cuenta que al plenario se


allegaron pruebas que acreditan que éste pagó a la demandada la suma
de $25.000.000, que tiene un derecho real y cierto a que se le transfiera
en legal forma el bien, que “el ejercicio de este derecho se halla impedido por
gracia de la actuación cuasi delictiva de los accionados, y que la permanencia de tal acto

le ha causado, le causa y le seguirá causando graves perjuicios económicos y morales” ;

y que la ficción y las falsedades contenidas en la escritura pública están


demostradas al comparar su texto con la documental aportada, con los
testimonios, “con las consecuencias del desinterés de la pasiva y principalmente con la
realidad y la verdad de los hechos” , por lo que solicitó se revocara la sentencia
impugnada. (fls. 5 a 7, c.2)

5.1. En auto fechado 3 de junio del cursante se


ordenó, de oficio, la práctica de los siguientes medios de prueba: 1)
oficiar a la Registraduría Nacional del Estado Civil para que informara la
Notaría en la cual se halla el Registro Civil de Nacimiento de Guillermo
Rojas Molano, 2) oficiar a la Superintendencia Financiera de Colombia
para que indicara si el señor Rojas Molano tenía relaciones bancarias o
financieras para los años 2002 y 2003 con las entidades vigiladas por
esa Superintendencia y, 3) citar al representante legal de la sociedad
Molano Monsalve & Cía. S. en C. y Guillermo Rojas Molano para que
absolvieran interrogatorio de parte; los que una vez recaudados
corresponde a la Sala adoptar decisión que defina la instancia.

CONSIDERACIONES

Concierta la Sala con el a quo en punto a que en


este proceso se cumplen a cabalidad los presupuestos procesales
identificados como demanda en forma, capacidad para ser parte,
capacidad para comparecer al proceso, y competencia, y al no
observarse causal de nulidad alguna que haga nugatoria la actuación,
procede resolver sobre el mérito del asunto en referencia.

De acuerdo con el petitum básicamente se persigue


la declaración de simulación o la “ NULIDAD ABSOLUTA” del contrato de

6
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

compraventa contenido en la Escritura Pública No. 100 del 17 de enero


de 2003, otorgada en la Notaría 54 del Círculo de esta ciudad, para que
“el bien objeto de la compraventa rescindida” regrese al patrimonio de la
sociedad Molano Monsalve & Cía S. en C., se ordene la cancelación de
dicha escritura y “el registro que de tal instrumento se hizo ante el registrador de
Instrumentos Públicos de Bogotá D.C.”.

Así las cosas, necesario es traer a colación lo


contemplado en cuanto a la simulación en el artículo 1766 del Código
Civil, el cual establece:

“Las escrituras privadas, hechas por los contratantes para alterar lo pactado en
escritura pública, no producirán efecto contra terceros.

“Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón


de su contenido al margen de la escritura matriz, cuyas disposiciones se alteran en la
contraescritura, y del traslado en cuya virtud ha obrado el tercero.”

Frente a tal figura doctrinariamente se ha


expuesto que:

“En todo acto jurídico existen dos elementos: la voluntad de los agentes (elemento
interno) y la declaración o exteriorización de esa voluntad (elemento externo). Pero
puede ocurrir que un acto al exteriorizarse, se bifurque en dos declaraciones distintas o,
si se quiere, que los agentes celebren dos actos distintos. Sea de ello lo que fuere, la
simulación consiste en que una de las declaraciones del acto único o uno de los dos actos
aparente ante terceros un negocio jurídico, al paso que la otra declaración o acto se
dirige a restarle toda eficacia entre las partes a la declaración o acto aparente, o a
configurar otro negocio distinto. Si lo primero, o sea, si la declaración o acto oculto hace
totalmente ineficaz la declaración o acto aparente, la simulación se dice absoluta. Si lo
segundo, la simulación es relativa y entre las partes debe prevalecer la declaración o
acto oculto, como cuando una donación se ha disfrazado con el ropaje de la
compraventa.”1

“Hay simulación cuando las partes - al mismo tiempo que concluyen un acto secreto que
contiene su verdadera voluntad contractual - presentan un acto ostensible, destinado a
que lo conozca todo el mundo, pero que modifica el contenido del acto secreto.

“Según tesis predominante en nuestra jurisprudencia, hay que descartar la dualidad de


actos. Sea de ello lo que fuere, lo importante es precisar que se trata de una bifurcación
de la voluntad contractual. Esta se expresa en un sentido en el acto ostensible y, en
sentido contrario, en el acto secreto o acuerdo secreto de los contratantes (...). De
2
donde resulta que la voluntad real y sincera de los contratantes es la secreta.”

Por su parte la Honorable Corte Suprema de


Justicia se ha referido a la simulación en lo que respecta a su
concepto, modalidades, elementos, naturaleza jurídica y medios de
prueba, así:

1
OSPINA, Guillermo. Régimen General de las Obligaciones. Editorial Temis. Págs. 484 y
485.
2
TAMAYO LOMBANA, Alberto. Manual de Obligaciones. Editorial Temis. Pág. 333.

7
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

“La simulación, tiene dicho la Corte, puede ser absoluta cuando el concierto simulatorio
entre los participes está destinado a crear una apariencia probatorio de un negocio sin
contenido real, esto es, a producir la idea de un negocio no querido. Las partes como
dice MESSINEO, además de no tener la voluntad que declaran, no tienen ninguna otra.
La segunda, o sea la relativa, se presenta cuando el negocio simulado o aparentado,
esconde total o parcialmente otro negocio que es el verdaderamente querido. (…)

“A partir de la vigencia del Código de Procedimiento Civil, que expresamente derogó el


artículo 1767 del Código Civil. (Artículo. 698), el fenómeno de la simulación puede
demostrarse judicialmente, aún ínter partes, con cualquier medio probatorio.

“Habida consideración del sigilo que se observa en la celebración de los actos simulados,
pues precisamente se trata de un ocultamiento, la prueba más utilizada es la de indicios,
la cual en sentir de la Corte debe cumplir con los siguientes requisitos:

“a.) Conducencia de la prueba indiciaria respecto del hecho investigado;

“b.) Que esté descartada razonablemente la posibilidad de que la conexión entre el hecho
indicador y el investigado sea aparente;

“c.) Que se haya descartado razonablemente la posibilidad de la falsificación del hecho


indicador por obra de terceros o de las partes;

“d.) Que aparezca clara y cierta la relación de causalidad entre el hecho indicador y el
indicado.

“e.) Que se trate de una pluralidad de indicios, si son contingentes;

“f.)Que varios de los indicios contingentes sean graves, concurrentes o concordantes y


convergentes;

“g.) Que no existan contraindicios que no puedan descartarse razonablemente.

“h.)Que se hayan eliminado razonablemente las otras posibles hipótesis y los


argumentos o motivos infirmantes de la conclusión adoptada, pues es frecuente que un
hecho indiciario se preste a diferentes inferencias que conduzcan a distintos resultados.

“i.) Que no existan pruebas de otra clase que infirmen los hechos indiciarios o que
demuestren un hecho opuesto al indicado por aquellos; y

“j.) Que se pueda llegar a una conclusión final precisa y segura, basada en el pleno
convencimiento o la certeza del juez.”3

Siguiendo la jurisprudencia y la doctrina transcrita se


entiende por acto simulado todo acuerdo contractual en el cual los
intervinientes emiten una declaración de voluntad no acorde con la
realidad, que entratándose de la absoluta se traduce en que no se
estructura el acto jurídico por no existir una voluntad directa y
reflexivamente encaminada a producir efectos jurídicos, mientras que la
relativa se presenta cuando la convención censurada oculta, ya de
manera parcial ora total, otro tipo de negocio, el cual es el
verdaderamente pretendido por los contratantes; situaciones éstas ante
las cuales al agraviado se le concede acción para hacer prevalecer la
verdad sobre la declaración ficta o aparente, pudiendo acudir a todos los

3
Sentencia de casación civil. Junio 3 de 1996, M. P. José Fernando Ramírez Gómez.

8
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

medios de convicción para demostrar ese hecho, mas dada la dificultad


de su prueba se admite la indiciaria como apta para acreditar ese
fenómeno.

Ahora, de cara al sub júdice, teniendo en cuenta


que el a quo denegó las pretensiones al considerar que el actor carece
de legitimación en la causa e interés real y jurídico “para deprecar la
declaración de simulación de un negocio jurídico” , hecho en que se centró el
recurso de apelación, se procede a su estudio.

De antaño se tiene por sabido que para demandar


ante la jurisdicción la declaración de simulación no sólo se encuentran
legitimados en la causa por activa los sujetos que participaron en la
convención fingida, así mismo sus herederos, sino también los
terceros que demuestran que por aquél contrato aparente se
encuentran ante un perjuicio cierto y actual. Por línea
jurisprudencial se ha sostenido que:

“En lo concerniente a la legitimación para solicitar la simulación, de tiempo atrás y en


forma reiterada ha sostenido esta Corporación que son titulares no sólo las partes que
intervinieron o participaron en el acto simulado, y en su caso sus herederos, sino
también los terceros, cuando ese acto fingido les acarrea un perjuicio cierto y
actual: “Puede afirmarse, que todo aquel que tenga un interés jurídico protegido por la
ley, en que prevalezca el acto oculto sobre lo declarado por las partes en el acto
ostensible, está habilitado para demandar la declaración de simulación. Ese interés
puede existir lo mismo en las partes que en los terceros extraños al acto, de donde se
sigue que tanto aquellas como éstos están capacitados para ejercitar la acción. Mas para
que en el actor surja el interés que lo habilite para demandar la simulación, es
necesario que sea actualmente titular de un derecho cuyo ejercicio se halle
impedido o perturbado por el acto ostensible, y que la conservación de ese acto
le cause un perjuicio” (G.J. tomo CXIX, pág. 149).

“En razón de la naturaleza de la acción simulatoria puede decirse entonces que podrá
demandar la simulación quien tenga interés jurídico en ella, interés que ‘debe analizarse
y deducirse para cada caso especial sobre las circunstancias y modalidades de la relación
procesal que se trate, porque es ésta un conflicto de intereses jurídicamente regulado y
no pudiendo haber interés sin interesado, se impone la consideración personal del actor,
su posición jurídica, para poder determinar, singularizándolo con respecto a él, el interés
4
que legitima su acción’ (G.J. tomo LXXIII, pág. 212).” (Negrillas del tribunal y
cursivas del texto)

Entonces, se advierte que como del libelo emerge


que la acción propuesta es la de simulación, conocida como aquella que
permite a las partes o a los terceros que se vean afectados
desfavorablemente por el acto ficto para desenmascarar tal apariencia y

4
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia de agosto 27 de 2002.
Expediente Nro. 6926. Magistrado Ponente: Jorge Santos Ballesteros.

9
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

estarse a lo realmente querido, obteniendo el pertinente reconocimiento


jurisdiccional, la legitimación en la causa por activa se halla presente,
pues, si bien es cierto que quien demanda la ficción no fue parte del
negocio que acusa de simulado, también lo es que dicha compraventa le
generó un perjuicio cierto y actual en su patrimonio, impidiéndole
inclusive impetrar el cumplimiento del contrato de promesa de
compraventa celebrado con Molano Monsalve y Cía. S. en C.

En efecto. En el presente asunto se encuentra que el


5 de enero de 1994 se celebró contrato de promesa de compraventa
entre la demandada Molano Monsalve y Cía. S. en C. y Javier Orlando
Carrasco Mantilla sobre el inmueble ubicado en la calle 129 A No. 50-26
interior 1 de esta ciudad, pactando como precio la suma de
$25.000.000, de los cuales el actor pagó la cantidad de $19.000.000 –
representados en 2 cheques de $5.000.000 y $14.000.000 - , de acuerdo con la
confesión – art. 194, C. de P. C. – que la representante legal de la sociedad
encartada realizó el 30 de junio del cursante 5, en esta instancia,
existiendo una diferencia entre las partes allí contratantes en punto al
pago del saldo, esto es, la suma de $6.000.000 - tema este último que por
demás escapa de la órbita de este asunto -.

Relación contractual de la que sin hesitación alguna


se concluye que el actor tiene un interés cierto para reclamar la
declaración de simulación del negocio jurídico celebrado entre los aquí
demandados, pues, canceló parte del precio que había pactado para
adquirir el precitado predio, con lo que su patrimonio se afectó, toda vez
que no obtuvo la contraprestación esperada – adquirir el inmueble -, motivo
por el cual, en el supuesto de prosperar sus pretensiones – esto es, se
declare la simulación perseguida y el inmueble regrese al patrimonio de Molano Monsalve

Cía. S. en C. -, puede solicitar judicialmente el cumplimiento del contrato


de promesa celebrado el 5 de enero de 1994 al ente societario aquí
demandado.
Con todo, lo dicho en precedencia no involucra el
éxito de la alzada, por cuanto, de las pruebas recaudadas no es posible
inferir la simulación del acto jurídico atacado por el demandante, ya que
5
Interrogatorio de parte de Leyla Molano Monsalve – representante legal de Molano
Monsalve y Cía. S. en C. -, preguntas 2, 9, 10, 14, 20, y 22 – fls. 26 a 31, c. 2 -. Ver
también folios 22 y 23 del cuaderno 1 en los que se observa copia simple de los títulos
valores por medio de los cuales se pagaron las sumas de dinero mencionadas por la
deponente y que no fueron tachados por las partes.

10
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

no hay indicio alguno que conduzca a la Sala a percibir que el contrato


de compraventa acusado se celebró para distraer el inmueble en
comento del patrimonio de Molano Monsalve & Cía. S. en C., sino que,
por el contrario, las probanzas recaudadas en su conjunto llevan a la
convicción de que el contrato aludido corresponde al querer de los
contratantes.

Pues, no existe elemento de convicción alguno que


desvirtuara la afirmación hecha por el demandado Guillermo Rojas
Molano en el interrogatorio de parte rendido en esta instancia, en cuanto
a la manera de cómo se pactó el precio acordado por el bien raíz, quien,
por demás, allegó sendos extractos bancarios con los que pretendió
demostrar su capacidad económica para la época en que se celebró la
compraventa acusada6, como estados de cuentas de créditos adquiridos
en el año 2002, documentos que no fueron redargüidos por el
demandante.

En este orden, correspondía al actor de conformidad


con lo dispuesto en el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil
acreditar el supuesto de hecho en que fincó sus pretensiones, esto es,
probar que el contrato de compraventa celebrado por los demandados
obedecía a una ficción para trasladar del patrimonio de Molano Monsalve
& Cía. S. en C. el predio ubicado en la calle 129 A No. 50 -26 interior 1
de esta ciudad, circunstancia que no aconteció en este asunto, ya que,
su esfuerzo se dirigió a evidenciar el incumplimiento del ente societario
respecto del contrato de promesa celebrado el 25 de enero de 1994, al
igual que el predio se encuentra en su poder – los que en modo alguno pueden
llevar a demostrar la existencia de un acto ficto - , sin que, se itera, se allegara
prueba alguna que llevara al convencimiento de que el acto jurídico
atacado era simulado.

En este punto cabe aclarar que las manifestaciones


incorporadas en la escritura pública No. 100 del 17 de enero de 2003 en
punto a que para la fecha de celebración del contrato de compraventa el
inmueble no se encontraba afectado por hipoteca y que se realizó su
entrega material al comprador, no constituyen un hecho cierto del cual

6
Folios 32 a 82 del cuaderno 2.

11
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

se pueda inferir que la voluntad de los contratantes no era la de


enajenar dicho bien.

Finalmente, advierte la Sala que el demandante no


está legitimado el actor para solicitar la nulidad absoluta del pluricitado
contrato de compraventa - contenido en la escritura pública No. 100 del 17 de
enero de 2003 -, habida cuenta que ésta “puede y debe ser declarada por el Juez,
aun sin petición de parte, cuando aparezca de manifiesto en el acto o contrato;
puede alegarse por todo el que tenga interés en ello; puede asimismo pedirse su
declaración por el Ministerio Público en el interés de la moral o de la ley. Cuando no es
generada por objeto o causa ilícitos, puede sanearse por la ratificación de las partes y en

todo caso por prescripción extraordinaria” – artículo 1742 del Código Civil -, requisitos
que no se acreditaron en el plenario, en tanto que no se demostró que el
contrato de compraventa citado este viciado de nulidad absoluta por
objeto o causa ilícita, o por la omisión de algún requisito o formalidad
que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, o por haber sido celebrado por
personas absolutamente incapaces -artículo 1741 del Código Civil-.

Por la motivación precedente la sentencia


impugnada debe ser confirmada por ajustarse a derecho.

DECISIÓN

Por lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, D. C., en Sala Civil de Decisión, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia calendada


veintidós (22) de noviembre del año dos mil diez (2010), proferida por el
Juzgado Primero Civil del Circuito de Descongestión del Quinto Civil del
Circuito de esta ciudad, en el proceso de la referencia.

12
T. S. B. S. Civil Exp. 110013103005200400011 01

SEGUNDO: CONDENAR en costas de esta instancia


a la parte apelante. Tásense.

TERCERO: La Magistrada Ponente señala como


agencias en derecho la suma de $1’000.000,oo para que sea tenida en
cuenta al momento de elaborar la liquidación de costas.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,

Los Magistrados,

LUZ MAGDALENA MOJICA RODRÍGUEZ

CARLOS JULIO MOYA COLMENARES

MARÍA ROMERO SILVA

13

También podría gustarte