Está en la página 1de 22

ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena

DAÑO SUFRIDO POR SERVIDORES ESTATALES / FALLA DEL SERVICIO POR


FALTA DE CAPACITACIÓN DE EMPLEADO MUNICIPAL / RESPONSABILIDAD
SOLIDARIA POR FALTA DE MEDIDAS DE SEGURIDAD LABORAL - Hecho
probado / RESPONSABILIDAD POR OMISIÓN DE CUMPLIMIENTO DE
POLÍTICAS O IMPLEMENTACIÓN DE PROGRAMAS DE SALUD
OCUPACIONAL - Existente / SALUD OCUPACIONAL - Incumplimiento /
ACCIDENTE DE TRABAJO

SÍNTESIS DEL CASO: [E]l 2 de enero de 1991, el señor Castañeda Moreno se


vinculó laboralmente a la Secretaría de Infraestructura del municipio de Pereira
como ayudante de lámina y pintura y que, el 17 de marzo de 2005, la Jefe de Vías
del municipio lo envío a hacer un reemplazo a la Cantera de Combia, en la vía que
de Pereira conduce a Marsella (…) que, el día de los hechos, a la víctima le
asignaron funciones relacionadas con la coordinación de la cantera, esto es, llevar
el registro de las volquetas que ingresaban al lugar a cargar material y colocar a
cada una su respectiva carpa y que, a eso de la 1:30 p.m., fue atropellado por el
automotor de placas TKF – 471 que se encontraba dando reversa, el cual era
conducido por (…) y de propiedad de…

JURISDICCIÓN CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA - Entidad de carácter


pública / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO - De conocer el recurso
de apelación / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO EN SEGUNDA
INSTANCIA - Por el factor cuantía

La Sala es competente para conocer de los recursos de apelación interpuestos por


los demandantes, el municipio de Pereira y La Previsora S.A. contra la sentencia
del Tribunal Administrativo de Risaralda que los declaró responsables por la
muerte del señor (…) en un proceso con vocación de doble instancia, toda vez
que las pretensiones ascienden a 5.500 s.m.l.mv (…) Según la Ley 446 de 1998,
los tribunales conocen, en primera instancia, y el Consejo de Estado, en segunda
instancia, de los procesos de reparación directa cuya cuantía exceda, al momento
de presentación de la demanda, de 500 salarios mínimos legales mensuales
vigentes, como ocurre en este caso

CADUCIDAD - No operó / TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE


REPARACIÓN DIRECTA POR ACCIDENTE LABORAL / DEMANDA EN TIEMPO
/ CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - La demanda se
presentó de forma oportuna

De conformidad con el artículo 136 del Código Contencioso Administrativo,


aplicable para la época de los hechos, la acción de reparación directa caduca al
cabo de dos (2) años (…) Se encuentra acreditado, conforme a su registro civil de
defunción, que el señor (…) falleció el 17 de marzo de 2005, de modo que la
demanda de reparación directa debió instaurarse, a más tardar, el 18 de marzo de
2007. Como este día fue domingo y el lunes siguiente festivo, el término de
caducidad corrió hasta el 20 de esos mismos mes y año, fecha esta última en que
la señora (…) y su grupo familiar presentaron la demanda, razón por la cual ésta
se interpuso dentro del término de ley. En cuanto a la demanda interpuesta por
(…) se tendrá en cuenta la fecha de presentación inicial ante el Juzgado Tercero
Laboral del Circuito de Pereira, esto es, el 1 de agosto de 2006, de modo que, al
tenor de lo dispuesto por el artículo 143 (inciso 4) del C.C.A., aplicable al sub
examine, no hay duda de que aquélla se interpuso dentro del término de ley
FUENTE FORMAL: CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO
136 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 20

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO POR ACCIDENTE DE


TRABAJO - Existente / DAÑO ANTIJURÍDICO - Muerte de trabajador
municipal / INCUMPLIMIENTO DEL REGLAMENTO DE TRABAJO - Hecho
probado / CULPA EXCLUSIVA DE LA VÍCTIMA - Hecho no probado

Consta en el expediente que el señor [VICTIMA] falleció el 17 de marzo de 2005.


Así lo muestran su registro civil de defunción y la necropsia practicada por el
Instituto Nacional de Medicina Legal, Seccional Risaralda. De esta manera, se
encuentra acreditado el daño que los demandantes alegan haber sufrido y piden
resarcir. Se acreditó que la víctima estaba vinculada laboralmente con el municipio
de Pereira como ayudante de lámina y pintura y que, el 17 de marzo de 2005,
cuando se encontraba realizando un reemplazo en la Cantera de Combia, (…) de
propiedad de Palacio Estrada S. en C. y con la que el municipio había suscrito un
contrato de abastecimiento de material inerte, fue atropellado por una volqueta
que estaba dando reversa (…) es claro que al señor Castañeda Moreno no se le
suministró capacitación alguna para el cumplimiento de las funciones que debía
realizar el día del accidente en la Cantera de Combia, pues, como se vio atrás, los
testigos que declararon en el proceso manifestaron al unísono que aquél no
recibió ninguna inducción, lo cual evidencia a las claras que se incumplió lo
dispuesto en el reglamento que se viene citando. Para la Sala no son de recibo las
exculpaciones del municipio demandado, en cuanto asegura que no había
necesidad de brindarle a la víctima capacitación alguna (…) el hecho de que el
referido comité paritario de salud ocupacional hubiera formulado tales
recomendaciones muestra que, para el día del accidente, las áreas de tránsito
vehicular de la cantera no estaban demarcadas y los trabajadores encargados de
poner las carpas a los automotores se encontraban expuestos al tráfico vehicular.
Si bien no es posible establecer que, de haber tomado el municipio de Pereira
todas las medidas de precaución necesarias, el accidente no hubiera ocurrido, lo
cierto es que la falta de capacitación de la víctima y las condiciones poco
favorables en las que debió trabajar (tránsito continuo de vehículos pesados,
ausencia de demarcación de la zona de tráfico vehicular, no muy buena visibilidad
y excesivo ruido de las trituradoras, lo cual, según el testigo Gustavo Giraldo,
impidió que la víctima escuchara el pito o la alarma que indicaba que la volqueta
que lo atropelló se encontraba dando reversa) incrementaron en buena medida la
posibilidad de sufrir un accidente, como en efecto ocurrió, razón por la cual el
municipio de Pereira debe responder, a título de falla del servicio, por la muerte del
señor (…) pues, a pesar de que el accidente era previsible, ninguna medida tomó
al respecto. Finalmente, el citado municipio y la aseguradora llamada en garantía
sostuvieron a lo largo del proceso que el accidente se debió a la culpa exclusiva
de la víctima, no existen pruebas que respalden dicha afirmación y, en cambio, las
que obran en el plenario permiten sostener que el accidente fue responsabilidad
del municipio, por haber expuesto a la víctima a un riesgo innecesario

INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS MORALES POR MUERTE EN ACCIDENTE


DE TRABAJO / RECONOCIMIENTO Y TASACIÓN DE PERJUICIOS MORALES /
CONDENA SOLIDARIA DE LA ADMINISTRACIÓN Y PARTICULARES -
Procedencia

[D]ada la participación eficiente y determinante de los demandados en la


causación del daño, cada uno de ellos es responsable de la totalidad de la
indemnización y no de una cuota parte o proporción, de modo que la Sala
revocará la decisión del tribunal, en cuanto dispuso que el municipio de Pereira
pague, a favor de los demandantes, el 50% de la indemnización y que el otro 50%
lo asuman Palacio Estrada S. en C. (hoy Cantera de Combia S.A.S.) y los señores
Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos, pues, como se dejó dicho,
cada uno de los demandados debe la totalidad de la indemnización y así se
declarará en la parte resolutiva de esta providencia

LLAMADO EN GARANTÍA / CONTRATO DE SEGURO / RESPONSABILIDAD


PATRIMONIAL DEL LLAMADO EN GARANTÍA - Por existir póliza de seguro

En cuanto a la aseguradora llamada en garantía (La Previsora S.A.), la Sala


advierte que se probó que ésta celebró un contrato de seguro en el que el tomador
y el asegurado es el municipio de Pereira, contrato que se perfeccionó con la
expedición de la póliza 1001361 de responsabilidad civil extracontractual, cuya
vigencia se extendió desde el 1 de marzo de 2005 y hasta el 1 de marzo de 2006,
con el fin de amparar los perjuicios patrimoniales que sufra el municipio de Pereira
(…) teniendo en cuenta que la condena impuesta al municipio de Pereira obedece
a los perjuicios patrimoniales que este causó a terceros, entendiendo por tales
perjuicios el menoscabo o lesión que afecta los bienes de las personas, sean
materiales (susceptibles de valoración económica) o inmateriales (que no se
pueden cuantificar económicamente), debe concluirse que la llamada en garantía
está en la obligación de reembolsar el dinero que el accionado deberá pagar como
consecuencia de los perjuicios causados a los acá demandantes, hasta el límite
de lo asegurado y en los términos del contrato de seguro (…) se confirma la
decisión del Tribunal Administrativo de Risaralda, que condenó a la llamada en
garantía, La Previsora S.A., a reembolsar las sumas de dinero que el municipio de
Pereira deba pagar a los demandantes como consecuencia de este fallo

NO PROCEDE CONDENA EN COSTAS

FUENTE FORMAL: CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO


176 / CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 177 / CÓDIGO
DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 115 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO
CIVIL - ARTÍCULO 362

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN TERCERA

SUBSECCIÓN A

Consejero ponente: CARLOS ALBERTO ZAMBRANO BARRERA

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de septiembre de dos mil diecinueve (2019)

Radicación número: 66001-23-31-000-2007-00059-01(45516)

Actor: ROSA JULIA MORENO DE CASTAÑEDA Y OTROS

Demandado: NACIÓN – MINISTERIO DE MINAS Y ENERGÍA, PALACIO


ESTRADA S. EN C. (HOY CANTERA DE COMBIA S.A.S), MUNICIPIO DE
PEREIRA, SANDRA VICTORIA PALACIO ESTRADA Y WILSON ALZATE
BURGOS
Referencia: ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA (SENTENCIA)

Decide la Sala los recursos de apelación interpuestos por la parte demandante, el


municipio de Pereira, La Previsora S.A., Palacio Estrada S. en C., Sandra Victoria
Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos contra la sentencia del 19 de abril de
2012, proferida por el Tribunal Administrativo de Risaralda, que resolvió (se
transcribe textualmente):

“1. Se declara probada parcialmente y únicamente dentro del proceso radicado


66001-33-31-003-2008-00126-00 la excepción del hecho de un tercero.

“2. Declárase administrativamente responsables al municipio de Pereira, sociedad


Palacio Estrada S. en C. –hoy Cantera de Combia S.A.S.-, Sandra Victoria Palacio
Estrada y Wilson Alzate Burgos, por la muerte del señor Víctor Manuel Castañeda
Moreno, dentro del marco de las circunstancias que da cuenta la sentencia.

“3. Como consecuencia de la declaración anterior, se condena al municipio de


Pereira en un 50% y a la sociedad Palacio Estrada S. en. C. –hoy Cantera de
Combia S.A.S.-, Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos en el
restante 50% a cancelar las siguientes sumas de dinero dentro del proceso
principal radicado 66001-23-31-003-2007-00059-00, a título de indemnización de
los perjuicios que a continuación se relacionan:

“3.1. Por concepto de perjuicios morales

- La suma equivalente a cien (100) salarios mínimos a favor de Rosa Julia Moreno
de Castañeda.
- Para la señora Deyanira Castañeda Moreno el equivalente a cincuenta (50)
salarios mínimos legales mensuales vigentes.

- Para Danelly, Myriam1 y Alba Trinidad Ramos Castañeda, el equivalente a


veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales vigentes, para cada una de
ellas.

- Para Pedro Ramos el equivalente a quince (15) salarios mínimos legales


mensuales vigentes.

“3.2. Por concepto de perjuicios a la vida de relación.

“A favor de la señora Rosa Julia Moreno de Castañeda el equivalente a cien (100)


salarios mínimos legales mensuales vigentes.

“4. Como consecuencia de la declaración descrita en el numeral segundo de la


parte resolutiva de esta sentencia se condena al municipio de Pereira a cancelar
las siguientes sumas de dinero dentro del proceso principal radicado 66001-33-31-
003-2008-00126-00, a título de indemnización de los perjuicios que a continuación
se relacionan:

“4.1 Por concepto de perjuicios morales


1
En la demanda (fl. 5, cdno. 1) y en el registro civil de nacimiento (fl. 6, cdno. 2) figura como Myriam Julia
Ramos Castañeda.
“La suma equivalente a cincuenta (50) salarios mínimos a favor de Lina María
Castañeda Aristizabal.

“4.2. Por concepto de perjuicios a la vida de relación.

“A favor de la señora Lina María Castañeda Aristizábal el equivalente a cincuenta


(50) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

“5. Niéganse las demás súplicas de la demanda, conforme a lo expresado en la


parte considerativa.

“6. Se condena a la llamada en garantía, La Previsora S.A. al pago de las sumas


impuestas a cargo de la entidad demandada, en los términos del contrato de
seguro, en cuanto al límite asegurado y el deducible, de acuerdo a lo precisado en
la parte motiva.

“7. El municipio de Pereira, sociedad Palacio Estrada S. en C. –hoy Cantera de


Combia S.A.S.-, Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos darán
cumplimiento a la sentencia en los términos indicados en los artículos 176, 177 y
178 del Código Contencioso Administrativo. Para lo anterior se enviará copia de
esta sentencia a la Procuraduría Regional de Risaralda.

“8. No se condena en costas, conforme a lo señalado en la parte considerativa de


la presente decisión.

“9. Expídanse las copias con destino a los interesados, precisando cuál presta
mérito ejecutivo.

“10. Una vez ejecutoriada la presente decisión, por Secretaría procédase con la
devolución a la parte demandante de los remanentes de la cuota de gastos a que
hubiere lugar y con el archivo del expediente” (fls. 118 y 19, cdno. ppal.).

I. ANTECEDENTES

1.1 Las demandas

1.1.1 El 1 de agosto de 2006, Lina María Castañeda Aristizábal, a través de


apoderado judicial, presentó demanda laboral contra el municipio de Pereira por la
muerte de Víctor Manuel Castañeda Moreno, ocurrida el 17 de marzo de 2005,
quien fue atropellado por una volqueta en el lugar de trabajo, hecho que la parte
demandante calificó como un accidente laboral (fls. 1 a 17, cdno. 3) 2.
2
Debe precisarse que, mediante auto del 15 de agosto de 2006, el Juzgado Tercero Laboral del Circuito de
Pereira admitió la demanda (fl. 39, cdno. 3); sin embargo, luego de algunas actuaciones que se surtieron en el
proceso laboral, dicho juzgado, en auto del 15 de abril de 2008, decretó la nulidad de todo lo actuado, por
falta de jurisdicción y ordenó remitir el expediente a los Juzgados Administrativos del Circuito de esa misma
ciudad, pues, en su opinión, la jurisprudencia reiterada del Consejo de Estado sostiene que, en casos de
demandas instauradas por familiares del trabajador fallecido, esto es, como terceros ajenos a la relación
laboral, la fuente de la responsabilidad es extracontractual y el juez contencioso administrativo es el
competente para dirimir el asunto, “en tanto la entidad cuya responsabilidad se pretende es de carácter
estatal y porque la indemnización no corresponde a las prestaciones derivadas del vínculo laboral” (fl. 686,
cdno. 6).
Para efectos de la caducidad de la acción de la demanda interpuesta por Lina María Castañeda Aristizábal, se
tendrá en cuenta la fecha de presentación inicial ante el Juzgado Tercero Laboral del Circuito, esto es, 1 de
agosto de 2006, conforme a lo dispuesto por el artículo 143 (inciso 4) del C.C.A., según el cual: “ En caso de
falta de jurisdicción o de competencia mediante decisión motivada el juez ordenará remitir el expediente al
competente, a la mayor brevedad posible. Para todos los efectos legales se tendrá en cuenta la presentación
1.1.2 El 20 de marzo de 2007, en ejercicio de la acción de reparación directa y por
conducto de apoderado judicial, Rosa Julia Moreno de Castañeda, Deyanira
Castañeda de Ramos3, Pedro Ramos, Danelly Ramos Castañeda, Myriam Julia
Ramos Castañeda, Alba Trinidad Ramos Castañeda y Teresa de Jesús Orozco Gil
solicitaron que se declarara responsables a la Nación – Ministerio de Minas y
Energía, al municipio de Pereira, a Palacio Estrada S. en C., a Sandra Victoria
Palacio Estrada y a Wilson Alzate Burgos por el fallecimiento del señor
mencionado en el párrafo precedente, hecho que, en opinión de los acá
demandantes, se debió a una falla en la prestación del servicio imputable a los
referidos ministerio y municipio de Pereira y a la negligencia de los 3 últimos (fls. 5
a 40, cdno. 1).

Manifestaron ambas demandas que, el 2 de enero de 1991, el señor Castañeda


Moreno se vinculó laboralmente a la Secretaría de Infraestructura del municipio de
Pereira como ayudante de lámina y pintura y que, el 17 de marzo de 2005, la Jefe
de Vías del municipio lo envío a hacer un reemplazo a la Cantera de Combia, en la
vía que de Pereira conduce a Marsella, en la que el municipio extrae piedra, según
un contrato de abastecimiento de material que suscribió con Palacio Estrada S. en
C., propietaria de la cantera.

Aseguraron que, el día de los hechos, a la víctima le asignaron funciones


relacionadas con la coordinación de la cantera, esto es, llevar el registro de las
volquetas que ingresaban al lugar a cargar material y colocar a cada una su
respectiva carpa y que, a eso de la 1:30 p.m., fue atropellado por el automotor de
placas TKF – 471 que se encontraba dando reversa, el cual era conducido por
Wilson Alzate Burgos y de propiedad de Sandra Victoria Palacio Estrada.

Lina María Castañeda Aristizábal agregó que el municipio de Pereira expuso a la


víctima a un riesgo innecesario, en la medida en que le encomendó funciones para
las cuales no fue contratada y no estaba preparada.

Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar ratificaron lo dicho por la otra
demandante y agregaron que todos los enjuiciados deben responder por la muerte
del hoy occiso, teniendo en cuenta que: i) el Ministerio de Minas y Energía omitió
el cumplimiento de las normas de seguridad industrial en la cantera, conforme a
las exigencias del Decreto 2222 de 1983, ii) Palacio Estrada S. en C. es la
propietaria y explotadora de la cantera y, por tanto, la responsable de la seguridad
en la zona, iii) Wilson Alzate Burgos omitió las medidas de precaución necesarias
en la conducción del automotor y causó el accidente que cobró la vida del señor
Castañeda Moreno y iv) Sandra Victoria Palacio Estrada, era la guardiana de la
actividad peligrosa, dada su condición de propietaria del vehículo causante del
accidente.

Dijeron ambas demandantes que la muerte del citado señor les produjo un
profundo dolor y tristeza y que, por lo mismo, los accionados deben responder por
los perjuicios causados; en consecuencia, Lina María Castañeda Aristizábal pidió
condenar al municipio de Pereira a pagarle, en total, 250 s.m.l.m.v. (fls. 7 y 8,
cdno. 3), mientras que Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar
solicitaron condenar a los demandados a pagarles, en total, 5.250 s.m.l.m.v. (fls. 6
y 7, cdno. 1).

1.2 Autos admisorios, contestación de las demandas y otras actuaciones


inicial hecha ante la Corporación o juzgado que ordena la remisión” (se resalta).
3
En su registro civil de nacimiento figura como Deyanira Castañeda Moreno (fl.3, cdno. 2).
1.2.1 El 10 de julio de 2007, el Tribunal Administrativo de Risaralda admitió la
demanda promovida por Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar y
ordenó que el auto admisorio fuera notificado a los accionados y al Ministerio
Público (fls. 56 a 58, cdno. 1).

1.2.2 El 29 de mayo de 2008, el Juzgado Tercero Administrativo del Circuito de


Pereira inadmitió la demanda promovida por Lina María Castañeda Aristizábal, a
fin de que la adecuara a las exigencias previstas por el Código Contencioso
Administrativo (fl. 694, cdno. 6). Subsanada en tiempo, la demanda la admitió
mediante auto del 11 de septiembre de ese mismo año y dispuso que el auto
admisorio fuera notificado al municipio accionado y al Ministerio Público (fls. 716 y
717, cdno. 6).

1.2.2.1 El municipio de Pereira se opuso a las pretensiones de las demandas y


dijo que el accidente se debió a la culpa exclusiva de la víctima, por cuanto, en su
opinión, ésta nada tenía que estar haciendo en el lugar donde ocurrieron los
hechos, ya que su puesto de trabajo se encontraba ubicado justo a la entrada de
la cantera, en la que los administradores tenían un escritorio desde el cual
diligenciaban los formatos de ingreso y salida de los automotores.

Afirmó que la víctima, además de controlar el ingreso y la salida de las volquetas,


tenía que poner la carpa a cada una de ellas, actividad que no ofrecía ningún
riesgo, por cuanto aquélla contaba con la experiencia necesaria, pues ya lo había
hecho en otras oportunidades y el municipio la había capacitado en ello.

Propuso las excepciones de: i) culpa exclusiva de la víctima, por cuanto ésta actuó
con descuido y negligencia, ii) hecho de un tercero, en la medida en que el
automotor que atropelló al señor Castañeda Moreno no es propiedad del municipio
y era conducido por un particular, iii) rompimiento del nexo causal, pues la
actuación de la víctima fue la que produjo el daño, iv) caducidad de la acción
respecto de la demanda promovida por Lina María Castañeda Aristizábal, ya que
los hechos ocurrieron el 17 de marzo de 2005 y el auto admisorio de la demanda
fue notificado al municipio el 28 de noviembre de 2008, esto es, después de
transcurridos los 2 años a los que alude el ordenamiento legal y v) falta de
legitimación en la causa pasiva, por cuanto el accidente fue causado por un
particular ajeno a la administración (fls. 725 a 738, cdno. 6).

1.2.2.2 El Ministerio de Minas y Energía, Palacio Estrada S. en C., Sandra Victoria


Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos guardaron silencio (fl. 209, cdno. 2).

1.3 Del llamamiento en garantía

1.3.1 En escrito separado de la contestación de la demanda instaurada por Rosa


Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar, el municipio de Pereira llamó en
garantía a La Previsora S.A., con fundamento en lo dispuesto en la póliza de
responsabilidad civil extracontractual 1001361, cuya vigencia iba del 1 de marzo
de 2005 al 1 de marzo de 2006 (fls. 158 y 159, cdno. 1). En auto del 3 de abril de
2008, el Tribunal Administrativo de Risaralda admitió el llamamiento (fls. 178 a
180, cdno. 1).

1.3.2 La Previsora S.A. se opuso a las pretensiones de la demanda de reparación


directa y del llamamiento en garantía y alegó que el accidente que cobró la vida
del señor Castañeda Moreno obedeció a su propia culpa, pues, a pesar de que
tenía experiencia en la actividad que se encontraba desarrollando el día de los
hechos, inexplicablemente bajó de su puesto de control y se paró sobre la vía por
la cual circulaban las volquetas, siendo atropellado por una que estaba dando
reversa.

Propuso las excepciones de: i) falta de jurisdicción, teniendo en cuenta que el


accidente que provocó la muerte del citado señor se produjo en desarrollo de un
contrato de trabajo con el municipio de Pereira, ii) inexistencia del nexo de
causalidad entre el daño y los hechos imputados al municipio, iii) culpa exclusiva
de la víctima, ya que el señor Castañeda Moreno fue negligente y no tomó las
precauciones del caso, iv) hecho exclusivo de un tercero, por cuanto el accidente
fue causado por un vehículo particular, v) carencia de cobertura por inexistencia
del siniestro, ya que el municipio de Pereira fue ajeno a los hechos que cobraron
la vida del citado señor, vi) inexistencia de la obligación de indemnizar por falta de
cobertura de la póliza, en la medida en que ésta fue expedida para amparar los
perjuicios patrimoniales causados por el municipio de Pereira, el cual nada tuvo
que ver en lo sucedido, vii) límite de responsabilidad en el valor asegurado y el
amparo afectado y viii) condiciones generales y exclusiones de la póliza, toda vez
que ésta no ampara perjuicios extrapatrimoniales (fls. 182 a 192, cdno. 1).

1.4 De la denuncia de los pleitos

En escritos separados de la contestación de la demanda presentada por Lina


Marina Castañeda Aristizábal, el municipio de Pereira, de un lado, denunció el
pleito a: i) Palacio Estrada S. en C., por ser la encargada de explotar la cantera
donde se produjo el accidente del señor Castañeda Moreno (fls. 805 a 808, cdno.
6), ii) Sandra Victoria Palacio Estrada, por ser la propietaria del vehículo que
atropelló a dicho señor (fls. 825 y 826, cdno. 6) y iii) Wilson Alzate Burgos, por ser
quien conducía el automotor (fls. 828 a 830, cdno. 6) y, de otro lado, llamó en
garantía a La Previsora S.A., con fundamento en la póliza 1001361, cuya vigencia
iba desde el 1 de marzo de 2005 al 1 de marzo de 2006 (fls. 840 y 841, cdno. 6).

1.5 Acumulación de procesos

1.5.1 El 19 de febrero de 2010, el municipio de Pereira pidió al Tribunal


Administrativo de Risaralda acumular los procesos, por cuanto ambos-aseguró-
persiguen el resarcimiento económico por la muerte de Víctor Manuel Castañeda
Moreno (fl. 854, cdno. 6).

1.5.2 El 24 de mayo de ese mismo año, el tribunal ofició al Juzgado Tercero


Administrativo del Circuito de Pereira y solicitó el envío del expediente originado
con ocasión de la demanda instaurada por Lina María Castañeda Aristizábal, a fin
de contemplar una posible acumulación de procesos (fl. 859, cdno. 6), como en
efecto ocurrió a través de auto que el tribunal expidió el 23 de julio de 2010 (fls.
862 a 866, cdno. 6).

1.6 Admisión y contestación del llamamiento en garantía y de las denuncias


del pleito y otras actuaciones

El 2 de septiembre de 2010, el Tribunal Administrativo de Risaralda admitió el


llamamiento en garantía contra La Previsora S.A. y las denuncias del pleito contra
Palacio Estrada S. en C., Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos
(fls. 868 a 871, cdno. 6).

1.6.1 La Previsora S.A. esgrimió las mismas razones de defensa y propuso las
mismas excepciones que quedaron plasmadas en el numeral 1.3.2 del acápite de
esta providencia, denominado “Del llamamiento en garantía” (fls. 890 a 909, cdno.
7).

1.6.2 Palacio Estrada S. en C. se opuso a las pretensiones de la demanda y de la


denuncia del pleito, por cuanto –afirmó- la explotación de la Cantera de Combia
S.A.S. ha cumplido con todos los requisitos y procedimientos de ley, lo cual ha
permitido que la actividad se desarrolle en condiciones óptimas de seguridad.

Sostuvo que el accidente se debió a la culpa del señor Castañeda Moreno, quien
se puso a hacer anotaciones en la mitad del patio de cargue y no tomó ninguna
precaución, lo cual le impidió percatarse de que una de las volquetas se
encontraba realizando una maniobra de reversa, con tan mala fortuna que lo
atropelló. Afirmó que, a pesar de que el día de los hechos la víctima estaba
haciendo un reemplazo, no era la primera vez que lo hacía y, por tanto, tenía
experiencia y conocía todas y cada una de las medidas de precaución que debía
adoptar, cosa que no hizo (fls. 910 a 921, cdno. 7).

1.6.3 Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos pidieron negar las
pretensiones de la demanda y de la denuncia del pleito, por cuanto –aseguraron-
en el accidente confluyeron 2 factores que incidieron en el resultado dañoso, esto
es: i) la culpa de la víctima, por haber omitido las medidas de precaución
necesarias en el cumplimiento de sus funciones y ii) el hecho de un tercero, ya
que el municipio de Pereira ordenó al señor Castañeda Moreno desarrollar una
actividad para la cual no fue contratado y no tenía experiencia, es decir, lo sometió
a un riesgo innecesario, máxime teniendo en cuenta que no lo capacitó ni le
suministró los medios de protección necesarios para el cumplimiento de sus
funciones.

Alegaron que, como algunas de las pruebas que integran el acervo probatorio
fueron producidas por el municipio de Pereira, no podían ser tenidas en cuenta
para dirimir esta controversia, ya que el municipio es parte en el proceso y le
asiste interés en su resultado (fls. 926 a 933, cdno. 7).

1.7 Alegatos de conclusión en primera instancia

El 21 de octubre de 2011, el Tribunal Administrativo de Risaralda corrió traslado a


las partes, para alegar de conclusión y al Ministerio Público, para que rindiera
concepto (fl. 590, cdno. 1).

1.7.1 La Previsora S.A. sostuvo que las pretensiones de la demanda y del


llamamiento en garantía no tienen vocación de prosperidad, por cuanto se
demostró en el proceso que la muerte del señor Castañeda Moreno se debió a su
propia culpa, dado que omitió las medidas de seguridad exigidas en el
cumplimiento de sus funciones y agregó que deben declararse probadas las
excepciones que propuso en la contestación del llamamiento en garantía (fls. 967
a 970, cdno. 7).

1.7.2 El Ministerio de Minas y Energía sostuvo que no se encuentra legitimado por


pasiva para comparecer al proceso, pues, de conformidad con la ley, le
corresponde trazar las directrices y políticas generales sobre la exploración,
explotación, distribución y comercialización de los recursos mineros del país, de
modo que el accidente en el que perdió la vida dicho señor nada tiene que ver con
sus funciones y, por tanto, el ministerio no debió ser vinculado al proceso. Afirmó
que la responsabilidad por la seguridad de los trabajadores mineros es del
explotador o titular minero y no del ministerio y agregó que, en el asunto sub
examine, no se reúnen los elementos para declarar la responsabilidad por la
muerte del citado señor, dado que ello se debió a su propia culpa (fls. 973 a 1004,
cdno. 7).

1.7.3 Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos pidieron que se les
exonerara de responsabilidad, en consideración a que el accidente obedeció a la
concurrencia de culpas entre la víctima y el municipio de Pereira, pues el primero
omitió adoptar las medidas de seguridad que estaba obligado a acatar y el
segundo porque era el empleador del hoy occiso y tenía la obligación de
suministrarle la capacitación y el adiestramiento necesarios para el cumplimiento
de sus labores, cosa que no hizo.

Señalaron que la víctima nada tenía que estar haciendo en el sitio en que se
produjo el accidente, no sólo porque este lugar estaba destinado al cargue y
descargue de las volquetas, sino porque, además, su oficina estaba localizada en
la entrada de la cantera, lugar desde el cual controlaba la entrada y salida de los
automotores (fls. 1056 a 1067, cdno. 7).

1.7.4 Palacio Estrada S. en C. pidió que se le exonerara de responsabilidad, por


cuanto nada tuvo que ver en el accidente y agregó que siempre ha cumplido los
reglamentos de higiene y seguridad para la explotación de la cantera, conforme a
las exigencias previstas por el Decreto 2222 de 1993.

Dijo que la muerte del señor Castañeda Moreno se debió a su propia culpa, por
haber omitido las medidas de precaución debidas, pues, según testigos, aquél “se
quedó parado en el patio de cargue dándole la espalda a las maquinarias que
transitan por ese espacio” y fue atropellado por una volqueta que estaba dando
reversa. Expresó que, si bien el día de los hechos la víctima se encontraba
haciendo un remplazo, no era la primera vez que lo hacía y, por tanto, conocía
perfectamente su labor y las medidas de seguridad que debía implementar, lo cual
omitió (fls. 1068 a 1079, cdno. 7).

1.7.5 El Ministerio Público guardó silencio (fl. 1084, cdno. 7).

1.8 La sentencia recurrida

Mediante sentencia del 19 de abril de 2012, el Tribunal Administrativo de


Risaralda declaró la responsabilidad del municipio de Pereira, de Palacio Estrada
S. en C. (hoy Cantera de Combia S.A.S.), de Sandra Victoria Palacio Estrada y de
Wilson Alzate Burgos y los condenó en los términos citados ab initio, por cuanto,
en su opinión, la muerte del señor Víctor Manuel Castañeda Moreno se debió a la
presencia de varios factores: i) la falta de capacitación de la víctima en la actividad
que el municipio le asignó el día de los hechos, ii) la falta de medidas de seguridad
por parte de la encargada de la explotación de la cantera, esto es, Palacio Estrada
S. en C., iii) la actuación de los señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson
Alzate Burgos, la primera por ser la propietaria del automotor que atropelló a la
víctima y el segundo por ser quien lo conducía y no haber tomado las medidas de
precaución necesarias. En relación con estos últimos, el tribunal sostuvo que su
actuación debía estudiarse con fundamento en un régimen de responsabilidad
objetivo, de suerte que, constatado el daño y la actividad riesgosa a cargo de los
citados señores, para exonerarse de responsabilidad debían demostrar la
presencia de una causa extraña, lo cual no ocurrió.

Con fundamento en lo anterior, el tribunal sostuvo que el municipio de Pereira


debía pagar, a favor del grupo familiar de Rosa Julia Moreno de Castañeda, el
50% del monto total de la condena, mientras que el otro 50% lo debían asumir
Palacio Estrada S. en C. y los señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson
Alzate.

En relación con Lina María Moreno Aristizábal, el tribunal redujo el monto de la


condena en un 50%, por cuanto ésta se dirigió únicamente contra el referido
municipio y no contra los demás implicados en el asunto.

De otro lado, el tribunal condenó a la llamada en garantía, La Previsora S.A., a fin


de que reembolse, en los términos del contrato de seguro, las sumas que el
municipio de Pereira deba pagar como consecuencia de este fallo y exoneró de
responsabilidad al Ministerio de Minas y Energía, en consideración a que nada
tuvo que ver en los hechos que rodearon la muerte del señor Castañeda Moreno
(fls. 1085 a 1120, cdno. ppal.).

1.9 Los recursos de apelación

Dentro del término legal, los demandantes, el municipio de Pereira y La Previsora


S.A. interpusieron sendos recursos de apelación contra la sentencia anterior.

1.9.1 Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar pidieron modificar la


sentencia apelada y declarar la responsabilidad solidaria de los demandados, por
cuanto el tribunal, si bien sostuvo que éstos concurrieron a la causación del daño y
son responsables solidarios, “termina concluyendo que se trata de una obligación
divisible”.

Afirmaron los recurrentes que, al concurrir 2 o más personas a la causación del


daño, éstas, al tenor de lo dispuesto por el artículo 2344 del C. C., son
responsables solidariamente y, por tanto, cada una de ellas debe la totalidad de la
indemnización y no una cuota parte o proporción, como lo determinó el tribunal en
el asunto sub examine (fls. 1138 a 1144, cdno. ppal.).

1.9.2 Lina María Castañeda Aristizábal pidió modificar el fallo impugnado y


condenar al municipio de Pereira a la totalidad de las pretensiones solicitadas,
pues, en su opinión, el tribunal no debió reducir el monto de la condena en un
50%, con fundamento en que la demanda se dirigió únicamente contra dicho
municipio.

Adujo la recurrente que la causa exclusiva y determinante de la muerte del señor


Víctor Manuel Castañeda Moreno fue la actuación imprudente y negligente del
municipio de Pereira, si se tiene en cuenta que expuso a la víctima a un riesgo
innecesario, pues le asignó una tarea distinta de aquélla para la cual fue
contratada y no le suministró la suficiente capacitación y preparación, lo cual
incidió en el resultado dañoso.

Afirmó que la reducción de la condena tampoco resultaba procedente en este


caso, por cuanto el municipio denunció el pleito a quienes resultaron
comprometidos en el accidente (fls. 1145 a 1148, cdno. ppal.).

1.9.3 El municipio de Pereira pidió revocar el fallo apelado y negar las


pretensiones de la demanda, toda vez que el accidente que cobró la vida del señor
Castañeda Moreno se debió a la culpa exclusiva de éste, pues asumió
imprudentemente un riesgo innecesario, ya que el día de los hechos abandonó su
puesto de trabajo e ingresó, sin ninguna precaución, a la vía en la cual las
volquetas se encontraban realizando el cargue y el descargue del material, con tan
mala fortuna que fue atropellado por una que se encontraba dando reversa.

Dijo el municipio que la tarea asignada a la víctima no requería el uso de casco,


botas, gafas ni lentes, porque era una labor que debía cumplir desde una oficina y
agregó que el tribunal debió tener en cuenta el comportamiento imprudente de
aquélla y declarar, en últimas, la concurrencia de culpas y reducir el quantum
indemnizatorio (fls. 1122 a 1128, cdno. ppal.).

1.9.4 La Previsora S.A. pidió revocar el fallo del tribunal, teniendo en cuenta que la
muerte del señor Castañeda Moreno se debió a su negligencia, por haber
desatendido las normas mínimas de seguridad, pues salió de su oficina, se ubicó
en la zona por la que se movilizaban las volquetas y fue atropellado por una que
estaba dando reversa. Sostuvo que, si bien aquél fue contratado para desarrollar
actividades distintas de aquellas que se encontraba realizando el día del
accidente, no era la primera vez que lo hacía y, por tanto, tenía experiencia en
ello.

Dijo que las excepciones que propuso en la contestación de la demanda y del


llamamiento en garantía debían prosperar (fls. 1129 a 1137, cdno. ppal.).

1.9.5 Como los recursos de apelación interpuestos por Palacio Estrada S. en C. y


los señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos (fls. 1149 a
1160 y 1189 a 1193, cdno. ppal.) fueron rechazados por el Consejo de Estado,
mediante auto del 28 de agosto de 2013, por extemporáneos (fls. 1304 y 1305,
cdno. ppal), la Sala ninguna alusión hará a éstos.

1.10 Alegatos de conclusión en segunda instancia y otras actuaciones

1.10.1 El 27 de junio de 2012, el expediente fue remitido a la Sala de


Descongestión del Tribunal Administrativo de Risaralda (fl. 1234, cdno. ppal.), la
cual, mediante auto del 12 de julio de ese mismo año, avocó conocimiento y siguió
con el trámite del proceso (fl. 1237, cdno. ppal.).

1.10.2 El 11 de septiembre de 2012 fracasó la audiencia de conciliación de que


trata el artículo 70 de la Ley 1395 de 2010, por falta de ánimo conciliatorio y, por
ende, el tribunal concedió los recursos de apelación (fls. 1258 a 1261, cdno. ppal.).

1.10.3 El 28 de agosto de 2013, el Consejo de Estado admitió los recursos de


apelación interpuestos por los demandantes, el municipio de Pereira y La
Previsora S.A. y, como se dijo atrás, rechazó, por extemporáneos, los que
presentaron Palacio Estrada S. en C. y los señores Sandra Victoria Palacio
Estrada y Wilson Alzate Burgos (fls. 1304 y 1305, cdno. ppal.).

1.10.4 El 23 de octubre de ese mismo año se corrió traslado a las partes, para
alegar de conclusión y al Ministerio Público, para que rindiera concepto (fl. 1307,
cdno. ppal.).

1.10.4.1 La demandante Lina María Castañeda Aristizábal pidió que se modificara


la sentencia del tribunal y se accediera a pagarle el 100% de las pretensiones,
toda vez que la casusa eficiente y determinante de la muerte del señor Castañeda
Moreno fue la actuación del municipio de Pereira, razón por la cual –aseguró-
dirigió la demanda únicamente en contra de éste (fls. 1313 a 1317, cdno. ppal.).
1.10.4.2 La demandante Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar
pidieron que se modificara el fallo y apelado y se declarara la responsabilidad
solidaria de los accionados (fls. 1319 a 1356, cdno. ppal.).

1.10.4.3 El municipio de Pereira, La Previsora S.A. y el Ministerio Público


guardaron silencio (fl. 1357, cdno. ppal.).

II. CONSIDERACIONES

2.1 Cuestión previa

Teniendo en cuenta que los recursos interpuestos por Palacio Estrada S. en C. y


los señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos en contra de
la sentencia del 19 de abril de 2012, proferida por el Tribunal Administrativo de
Risaralda, fueron extemporáneos, la Sala ningún pronunciamiento hará sobre las
razones que tuvo el tribunal para declararlos responsables por la muerte de Víctor
Manuel Castañeda Moreno.

2.2 Competencia

La Sala es competente para conocer de los recursos de apelación interpuestos por


los demandantes, el municipio de Pereira y La Previsora S.A. contra la sentencia
del Tribunal Administrativo de Risaralda que los declaró responsables por la
muerte del señor Víctor Manuel Castañeda Moreno, en un proceso con vocación
de doble instancia, toda vez que las pretensiones ascienden a 5.500 s.m.l.mv.

Al respecto, es menester indicar que los recursos de apelación fueron interpuestos


en vigencia de la Ley 1395 de 2010, “por la cual se adoptan medidas en materia
de descongestión judicial”, cuyo artículo 3 modificó el numeral 2 del artículo 20 del
Código de Procedimiento Civil y dispuso que la cuantía del proceso se determina
“por el valor de la suma de todas las pretensiones acumuladas al momento de
presentación de la demanda”.

Según la Ley 446 de 1998, los tribunales conocen, en primera instancia, y el


Consejo de Estado, en segunda instancia, de los procesos de reparación directa
cuya cuantía exceda, al momento de presentación de la demanda, de 500 salarios
mínimos legales mensuales vigentes, como ocurre en este caso.

2.3 Oportunidad de la acción

De conformidad con el artículo 136 del Código Contencioso Administrativo,


aplicable para la época de los hechos4, la acción de reparación directa caduca al
cabo de dos (2) años, contados a partir del día siguiente al acaecimiento del
hecho, omisión u operación administrativa o de ocurrida la ocupación temporal o
permanente del inmueble de propiedad ajena, por causa de trabajo público o por
cualquier otra causa.

Se encuentra acreditado, conforme a su registro civil de defunción, que el señor


Víctor Manuel Castañeda Moreno falleció el 17 de marzo de 2005 (fl. 19, cdno. 3),
de modo que la demanda de reparación directa debió instaurarse, a más tardar, el
18 de marzo de 2007. Como este día fue domingo y el lunes siguiente festivo 5, el
término de caducidad corrió hasta el 20 de esos mismos mes y año, fecha esta
última en que la señora Rosa Julia Moreno de Castañeda y su grupo familiar
4
Ley 446 de 1998.
5
(www.calendario/colombia/2007).
presentaron la demanda (fl. 40, respaldo, cdno. 1), razón por la cual ésta se
interpuso dentro del término de ley.

En cuanto a la demanda interpuesta por Lina María Castañeda Aristizábal, se


tendrá en cuenta la fecha de presentación inicial ante el Juzgado Tercero Laboral
del Circuito de Pereira, esto es, el 1 de agosto de 2006 (fls. 1 a 17, cdno. 3), de
modo que, al tenor de lo dispuesto por el artículo 143 (inciso 4) del C.C.A. 6,
aplicable al sub examine, no hay duda de que aquélla se interpuso dentro del
término de ley.

2.4 Caso concreto y análisis probatorio

Consta en el expediente que el señor Víctor Manuel Castañeda Moreno falleció el


17 de marzo de 2005. Así lo muestran su registro civil de defunción (fl. 19, cdno. 3)
y la necropsia practicada por el Instituto Nacional de Medicina Legal, Seccional
Risaralda (fls. 110 a 112, cdno. 9).

De esta manera, se encuentra acreditado el daño que los demandantes alegan


haber sufrido y piden resarcir.

Se acreditó que la víctima estaba vinculada laboralmente con el municipio de


Pereira como ayudante de lámina y pintura (fl. 141, cdno. 1) y que, el 17 de marzo
de 2005, cuando se encontraba realizando un reemplazo en la Cantera de
Combia, en el kilómetro 3 de la vía que de Pereira conduce a Marsella (Risaralda),
de propiedad de Palacio Estrada S. en C. y con la que el municipio había suscrito
un contrato de abastecimiento de material inerte, fue atropellado por una volqueta
que estaba dando reversa (fl. 67, cdno. 3).

Según el informe del accidente, elaborado por el municipio de Pereira, el día de


los hechos, a eso de las 10:25 a.m., el hoy occiso, después de haber puesto la
carpa al automotor de placas OVE - 064, se quedó tomando nota sobre la vía y no
se percató de que la volqueta de placas TDK - 471 se encontraba realizando una
maniobra de reversa, con tan mala fortuna que lo atropelló, lo cual le produjo
lesiones de consideración que ameritaron su traslado inmediato a un centro
asistencial, donde falleció 20 minutos después (fls. 67 y 68, cdno. 3).

Las funciones que el señor Castañeda Moreno desarrollaba el día de los hechos
en la referida cantera consistían en registrar el ingreso de las volquetas que
llegaban a cargar material y ponerles la respectiva carpa (fl. 141, cdno. 1).

Se estableció que la volqueta causante del accidente era de propiedad de la


señora Sandra Victoria Palacio Estrada (fl. 141, cdno. 3) y era conducida por el
particular Wilson Alzate Burgos (fl. 21, cdno. 3).

La parte actora sostiene que el municipio de Pereira debe responder por la muerte
del señor Castañeda Moreno, por haberlo expuesto a un riesgo innecesario, en la
medida en que le asignó funciones para las cuales no fue contratado y no estaba
capacitado.

6
Artículo 143:
(…)
“En caso de falta de jurisdicción o de competencia mediante decisión motivada el juez ordenará remitir el
expediente al competente, a la mayor brevedad posible. Para todos los efectos legales se tendrá en cuenta la
presentación inicial hecha ante la Corporación o juzgado que ordena la remisión” (se resalta).
El municipio demandado se defendió de las imputaciones alegando que la muerte
de aquél se debió a su propia culpa, por haber desatendido las normas mínimas
de seguridad y agregó que la actividad que le fue asignada ese día no ofrecía
peligro alguno y que la víctima tenía experiencia, por cuanto ya la había realizado
en otras oportunidades.

Por su parte, el Tribunal Administrativo de Risaralda encontró acreditada la


responsabilidad del ente territorial, por cuanto, en su opinión, omitió capacitar a la
víctima en el cumplimiento de las funciones que le asignó el día de los hechos, lo
cual incidió en el accidente.

Sobre lo ocurrido, Lina María Frasica Aristizábal, quien se desempeñaba como


Coordinadora de Área de la Secretaría de Infraestructura de Pereira, en
declaración rendida el 30 de julio de 2008, ante el Tribunal Administrativo de
Risaralda, relató que, el día de los hechos, solicitó al señor Castañeda Moreno
que hiciera un reemplazo en la Cantera de Combia, porque el encargado de llevar
el registro de las volquetas que llegan a cargar material y colocar a cada una su
respectiva carpa se encontraba incapacitado, actividad que, según la testigo, “es
casi de oficina”, porque “se necesita simplemente saber leer y escribir”. Sostuvo
que en el sitio donde se produjo el accidente existen 2 plataformas: una, por la
cual ingresan las volquetas y la otra, ubicada 3 metros más arriba, donde se
encuentran localizadas las oficinas del personal de la cantera. Dijo que la actividad
que la víctima realizaba ese día consistía en tomar nota, desde esas oficinas, de
las volquetas que ingresaban a cargar material y bajar luego por unas escaleras,
para colocarles la carpa. Agregó que el hoy occiso ya había desarrollado esa labor
en otras oportunidades y que ésta no ofrecía riesgo alguno (fls. 140 y 141, cdno.
2).

En declaración que el señor Gustavo Giraldo Vélez rindió el 28 de julio de 2008,


también ante el Tribunal Administrativo de Risaralda, afirmó que el día del
accidente la víctima lo reemplazó en el trabajo, porque se encontraba
incapacitado. Aseguró que su labor consistía en registrar en una planilla el ingreso
de las volquetas que acudían a la cantera a cargar material y que, en desarrollo de
esta actividad, debía anotar la hora de ingreso y salida de éstas y el lugar de
destino y, posteriormente, colocar la carpa a cada una. Finalizada esta tarea,
explicó, debía dirigirse a su oficina, para hacer las anotaciones del siguiente
vehículo y así, sucesivamente, todo el día. Señaló que, si bien no presenció el
accidente, se enteró de lo ocurrido cuando llegó al trabajo, pues le contaron que la
víctima, luego de poner una carpa al volco de un automotor, se quedó parada en el
patio y no escuchó, debido al excesivo ruido de las máquinas trituradoras, el pito o
la alarma que indicaba que una volqueta estaba dando reversa, con tan mala
suerte que ésta lo atropelló. Expresó que el señor Castañeda Moreno ya había
hecho otros reemplazos en la cantera y que, por lo sencillo de la operación, nunca
se recibía capacitación y tampoco se pedía (fls. 125 a 127, cdno. 2).

El señor Hugo Jaime Cardozo Bravo, quien también laboraba en el municipio de


Pereira, en declaración rendida el mismo día y en el mismo lugar en que lo hizo el
testigo anterior, afirmó que la víctima contaba con experiencia suficiente para estar
en la cantera, pues ya había hecho reemplazos en otras ocasiones, razón por la
cual no necesitaba capacitación y menos aún quién le enseñara las funciones que
debía realizar en ese lugar (fls. 122 a 124, cdno. 2).

La señora Diana Patricia Rodríguez Henao, quien se desempeñaba como Jefe


Administrativa y Financiera de la Secretaría de Obras Públicas de Pereira y
elaboró para la ARP el informe del accidente que sufrió el señor Castañeda
Moreno, en declaración rendida el 30 de julio de 2008, ante el Tribunal
Administrativo de Risaralda, ratificó que la víctima no recibió capacitación alguna
para realizar las actividades en las cuales perdió la vida, “porque no era
necesario, ya que la labor en la cantera consistía y consiste todavía en llenar una
planilla de entrega de material”, que el accidente se debió a que la víctima se
encontraba ubicada en un lugar en que no debía estar y que ese día no le
suministraron ningún elemento de protección, porque la actividad que tenía que
desarrollar no lo requería (fls. 136 a 139, cdno. 2).

Pues bien, la prueba testimonial acabada de referir muestra, por una parte, que el
señor Víctor Manuel Castañeda Moreno ya había realizado, en otras
oportunidades, la misma actividad que desarrolló cuando se produjo el accidente
en que perdió la vida y, por otra parte, que nunca había recibido capacitación en
ello y menos aún le habían suministrado los elementos de protección necesarios.

El Reglamento de Higiene y Seguridad Industrial del Municipio de Pereira,


aprobado mediante Resolución 3 del 11 de enero de 2005, expedida por el
Ministerio de la Protección Social, aplicable al sub examine, dispone, en su
artículo primero, que dicho municipio “se compromete a dar cumplimiento a las
disposiciones legales vigentes, tendientes a garantizar los mecanismos que
aseguren una adecuada y oportuna prevención de los accidentes de trabajo
y enfermedades profesionales (…)”; por su parte, el artículo cuarto (parágrafo)
ibídem señala que, a fin de que los riesgos previstos en el reglamento no se
traduzcan en accidentes de trabajo o enfermedad profesional, el municipio “ ejerce
un control en la fuente, en el medio transmisor o en el trabajador, de
conformidad con lo estipulado en el programa de salud ocupacional”.

El artículo 4 (numeral 9) del reglamento en cita contempla como factor de riesgo


los “Mecanismos en Movimiento”, frente a lo cual cabe recordar que el señor
Castañeda Moreno fue atropellado por una volqueta que estaba dando reversa.

Ahora, a pesar de que el artículo 6 ibídem señala que el municipio de Pereira “ha
implantado un proceso de inducción del trabajador a las actividades que deba
desempeñar, capacitándolo respecto de las medidas de prevención y
seguridad que exija el medio ambiente laboral y el trabajo específico que
vaya a realizar”, es claro que al señor Castañeda Moreno no se le suministró
capacitación alguna para el cumplimiento de las funciones que debía realizar el
día del accidente en la Cantera de Combia, pues, como se vio atrás, los testigos
que declararon en el proceso manifestaron al unísono que aquél no recibió
ninguna inducción, lo cual evidencia a las claras que se incumplió lo dispuesto en
el reglamento que se viene citando.

Para la Sala no son de recibo las exculpaciones del municipio demandado, en


cuanto asegura que no había necesidad de brindarle a la víctima capacitación
alguna, por cuanto ya había hecho otros remplazos en la cantera cumpliendo las
mismas funciones que desarrollaba cuando sufrió el accidente y perdió la vida,
pues lo cierto es que el reglamento al que se hace alusión no contempló
excepción alguna al deber del municipio de brindar a sus trabajadores la inducción
necesaria respecto de las actividades desempeñadas, inducción que, en este
caso, cobraba una mayor importancia, precisamente porque la especialidad del
hoy occiso era en lámina y pintura y no en aquello en que perdió la vida.

La falta de capacitación del hoy occiso para el cumplimiento de la labor que le fue
asignada en reemplazo de un compañero que se encontraba incapacitado
desconoció, de un lado, lo pretendido por el “Subprograma de Medicina
Preventiva del Trabajo”, el cual, según el artículo 3 del “Reglamento de Higiene y
Seguridad Industrial del Municipio de Pereira”, se encuentra orientado, entre otros
aspectos, a prevenir cualquier daño a la salud, ocasionado por las condiciones de
trabajo y los riesgos generados por la presencia de agentes y procedimientos
nocivos y, de otro lado, lo pretendido por el “Subprograma de Higiene y Seguridad
Industrial”, dirigido, entre otros aspectos, a “crear los procedimientos que
conlleven a eliminar o controlar los factores de riesgo que se originen en los
lugares de trabajo que puedan ser causa de enfermedad, disconfort o accidente”.

Si bien los testigos atrás citados señalaron que el señor Castañeda Moreno había
tenido la oportunidad de realizar otros reemplazos, en los que –aseguran- cumplió
la misma actividad laboral que hizo el día del accidente, no precisaron cuándo se
produjeron tales remplazos, a lo cual se suma que no obra prueba que demuestre
que para éstos se le suministró la capacitación requerida para el desarrollo de las
funciones respectivas.

El caudal probatorio valorado muestra, contrario a lo afirmado por el municipio de


Pereira, que la actividad asignada al señor Víctor Manuel Castañeda Moreno el
día de los hechos sí ofrecía riesgo para su seguridad, toda vez que su labor debía
adelantarla en un sitio en el que transitaban continuamente vehículos pesados,
como se desprende del informe rendido por el “Comité Paritario de Salud
Ocupacional del Municipio de Pereira”, el cual puso de presente que el accidente
en el que aquél perdió la vida se debió a las siguientes causas: i) dificultad de
visibilidad por el tipo de vehículo que ocasionó el accidente, ii) ubicación del señor
Víctor Manuel Castañeda en la zona de tránsito vehicular, al momento de hacer el
registro de los automotores y iii) zona de tráfico pesado y continuo (fl. 56, cdno. 2).

Como conclusión final y con el propósito de reducir y/o eliminar “EL FACTOR DE
RIESGO QUE ORIGINO (sic) EL ACCIDENTE” del señor Castañeda Moreno,
dicho informe hizo las siguientes recomendaciones: i) deben demarcarse las áreas
de tránsito vehicular y ii) los automotores deben parquearse al costado derecho de
la salida de la vía, para la instalación de las carpas a los volcos, “CON EL FIN DE
NO EXPONER AL TRABAJADOR AL TRAFICO (sic) VEHICULAR” (fl. 56, cdno.
2).

Ahora, el hecho de que el referido comité paritario de salud ocupacional hubiera


formulado tales recomendaciones muestra que, para el día del accidente, las
áreas de tránsito vehicular de la cantera no estaban demarcadas y los
trabajadores encargados de poner las carpas a los automotores se encontraban
expuestos al tráfico vehicular.

Si bien no es posible establecer que, de haber tomado el municipio de Pereira


todas las medidas de precaución necesarias, el accidente no hubiera ocurrido, lo
cierto es que la falta de capacitación de la víctima y las condiciones poco
favorables en las que debió trabajar (tránsito continuo de vehículos pesados,
ausencia de demarcación de la zona de tráfico vehicular, no muy buena visibilidad
y excesivo ruido de las trituradoras, lo cual, según el testigo Gustavo Giraldo,
impidió que la víctima escuchara el pito o la alarma que indicaba que la volqueta
que lo atropelló se encontraba dando reversa) incrementaron en buena medida la
posibilidad de sufrir un accidente, como en efecto ocurrió, razón por la cual el
municipio de Pereira debe responder, a título de falla del servicio, por la muerte del
señor Víctor Manuel Castañeda Moreno, pues, a pesar de que el accidente era
previsible, ninguna medida tomó al respecto.
Finalmente, el citado municipio y la aseguradora llamada en garantía sostuvieron a
lo largo del proceso que el accidente se debió a la culpa exclusiva de la víctima,
no existen pruebas que respalden dicha afirmación y, en cambio, las que obran en
el plenario permiten sostener que el accidente fue responsabilidad del municipio,
por haber expuesto a la víctima a un riesgo innecesario.

En consecuencia, la Sala confirmará la sentencia del 19 de abril de 2012, proferida


por el Tribunal Administrativo de Risaralda, en cuanto declaró responsable al
municipio de Pereira por la muerte del señor Víctor Manuel Castañeda Moreno.

III. INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS

3.1 Perjuicios morales

El tribunal condenó a los demandados a pagar, por perjuicios morales, 100


s.m.lm.v. para Rosa Julia Moreno de Castañeda, 50 s.m.lm.v. para cada una de las
siguientes personas: Deyanira Castañeda Moreno y Lina María Castañeda
Aristizábal, 25 s.m.l.m.v. para cada una de las siguientes personas: Danelly
Ramos Castañeda, Myriam Julia Ramos Castañeda y Alba Trinidad Ramos
Castañeda, así como 15 s.m.l.m.v. para Pedro Ramos.

El tribunal dispuso que el 50% de las sumas acabadas de mencionar lo debía


asumir el municipio de Pereira, mientras que el otro 50% lo debían asumir Palacio
Estrada S. en C. (hoy Cantera de Combia S.A.S.) y los señores Sandra Victoria
Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos.

Está acreditado que Víctor Manuel Castañeda Moreno era hijo de Rosa Julia
Moreno de Castañeda (fl. 1, cdno. 2), que Lina María Castañeda Aristizábal era
hija de aquél (fl. 20, cdno. 3), que Deyanira Castañeda Moreno era hermana del
primero (fl. 3, cdno. 2), que Danelly Ramos Castañeda, Myriam Julia Ramos
Castañeda y Alba Trinidad Ramos Castañeda eran sobrinas de la víctima (fls. 5, 6
y 7, cdno. 2) y que Pedro Ramos era su cuñado (fol. 4, cdno. 1).

Pues bien, dado que se encuentra acreditado el parentesco de Rosa Julia Moreno
de Castañeda, Lina María Castañeda Aristizábal y Deyanira Castañeda Moreno
con el hoy occiso, puede inferirse, aplicando las reglas de la experiencia, que
aquéllas tenían un nexo afectivo importante con la víctima, lo cual determinó la
existencia de lazos de alianza y solidaridad entre ellos y que, por lo tanto, sufrieron
un profundo dolor y pesar con su muerte trágica, de modo que las pruebas del
parentesco aportadas al proceso son suficientes para tener por demostrado el
daño moral reclamado por ellas.

Por su parte, Danelly Ramos Castañeda, Myriam Julia Ramos Castañeda y Alba
Trinidad Ramos Castañeda, además del parentesco con la víctima, demostraron la
relación afectiva con ésta, conforme se desprende de la declaración que Melissa
Díaz Ramos rindió en este proceso7.

Asimismo, el señor Pedro Ramos, quien compartía con la víctima el mismo techo,
demostró el dolor que le produjo la muerte de ésta (fls. 129 a 131, cdno. 2).

Toda vez que la condena que el tribunal produjo a favor de las personas acabadas
de citar se acompasa con los parámetros dispuestos por la jurisprudencia de esta
corporación en materia de reconocimiento y liquidación de perjuicios morales en
7
Testimonio rendido el 29 de julio de 2008, ante el Tribunal Administrativo de Risaralda (fls. 129 a 131,
cdno.2)
caso de muerte8, la Sala confirmará las sumas que aquél fijó, excepto los 50
s.m.l.m.v. que dispuso a favor de Lina María Castañeda Aristizábal, a quien, en su
condición de hija de la víctima, le corresponden 100 s.m.l.m.v. y así se dispondrá
en la parte resolutiva de este fallo.

Ahora bien, en el recurso de apelación la señora Rosa Julia Moreno de Castañeda


y su grupo familiar pidieron modificar la sentencia apelada y declarar la
responsabilidad solidaria de los demandados, por cuanto –afirman- el tribunal
sostuvo que, si bien éstos concurrieron a la causación del daño y son
responsables solidarios, “termina concluyendo que se trata de una obligación
divisible”.

En efecto, si bien el tribunal afirmó en la sentencia que el municipio de Pereira,


Palacio Estrada S. en C. (hoy Cantera de Combia S.A.S.) y los señores Sandra
Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos contribuyeron “de manera
eficiente y determinante en la causación del daño” y deben responder
solidariamente por la muerte de Víctor Manuel Castañeda Moreno,
contradictoriamente dividió la obligación indemnizatoria entre todos los
condenados, lo cual riñe con el precepto legal que señala que todo daño que
pueda ser atribuido a dos o más sujetos de derecho origina una responsabilidad
de naturaleza solidaria en aquella obligación (artículo 2344 del Código Civil).

En consecuencia y dada la participación eficiente y determinante de los


demandados en la causación del daño, cada uno de ellos es responsable de la
totalidad de la indemnización y no de una cuota parte o proporción, de modo que
la Sala revocará la decisión del tribunal, en cuanto dispuso que el municipio de
Pereira pague, a favor de los demandantes, el 50% de la indemnización y que el
otro 50% lo asuman Palacio Estrada S. en C. (hoy Cantera de Combia S.A.S.) y
los señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos, pues, como
se dejó dicho, cada uno de los demandados debe la totalidad de la indemnización
y así se declarará en la parte resolutiva de esta providencia.

3.2 Daño a bienes constitucionalmente protegidos, denominado por


los demandantes y el tribunal como “daño a la vida de relación”

El tribunal condenó al municipio de Pereira a pagar por este concepto el


50% de 100 s.m.l.m.v., a favor de Rosa Julia Moreno de Castañeda, así como 50
de esos mismos salarios, a favor de Lina María Castañeda Aristizábal (fl. 1119,
cdno. ppal.)

Sobre el particular, es indispensable manifestar que este tipo de perjuicio ha sido


objeto de estudio por la Sala en diversas oportunidades; en efecto, en la sentencia
del 19 de julio de 2000 (expediente 11.842) se reformuló el concepto del perjuicio
fisiológico por la de daño a la vida de relación y allí se precisó que éste
“corresponde a un concepto mucho más comprensivo, por lo cual resulta
ciertamente inadecuado el uso de la expresión perjuicio fisiológico”, de modo que
“debe la Sala desechar definitivamente su utilización”.

Posteriormente, la Sala abandonó la denominación de “daño a la vida de relación”


y se refirió al perjuicio por la alteración grave de las condiciones de existencia,
bajo el entendido de que, cuando se trata de lesiones que producen alteraciones
físicas que, a su vez, afectan la calidad de vida de las personas, éstas tienen
derecho al reconocimiento de una indemnización adicional a la que se reconoce
8
Consejo de Estado, Sala Plena de la Sección Tercera, sentencia de unificación de jurisprudencia del 28 de
agosto de 2014 (expediente 27.709).
por el perjuicio moral, por lo que aquél no debe limitarse a los casos de lesiones
corporales que producen alteraciones orgánicas, sino que debe extenderse a
todas las situaciones que alteran de manera grave las condiciones habituales o de
existencia de las personas9.

Luego, en sentencia del 14 de septiembre de 2011, la Sala dijo:

“(…) que la tipología del perjuicio inmaterial se puede sistematizar de la siguiente


manera: i) perjuicio moral; ii) daño a la salud (perjuicio fisiológico o biológico); iii)
cualquier otro bien, derecho o interés legítimo constitucional, jurídicamente
tutelado que no esté comprendido dentro del concepto de ‘daño corporal o
afectación a la integridad psicofísica’ y que merezca una valoración e
indemnización a través de las tipologías tradicionales como el daño a la vida
de relación o la alteración grave a las condiciones de existencia o mediante
el reconocimiento individual o autónomo del daño (v.gr. el derecho al buen
nombre, al honor o a la honra; el derecho a tener una familia, entre otros),
siempre que esté acreditada en el proceso su concreción y sea preciso su
resarcimiento, de conformidad con los lineamientos que fije en su momento
esta Corporación” (se resalta)10.

Por último, en sentencia de unificación de jurisprudencia del 28 de agosto de 2014


(expediente 32.988), la Sala sostuvo que se trata de un daño inmaterial que
proviene de la vulneración o afectación a bienes o derechos constitucionales y
convencionales, que se repara principalmente a través de medidas de carácter no
pecuniario y que, en casos excepcionales, esto es, cuando el juez considere que
aquéllas no sean suficientes, pertinentes, oportunas o posibles podrá otorgar una
indemnización pecuniaria, única y exclusivamente, a la víctima directa del daño y
hasta por 100 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Así las cosas, al realizar la adaptación correspondiente a la comentada línea


jurisprudencial, es claro que la indemnización pedida por “daño a la vida de
relación” encuadra perfectamente en lo que hoy la jurisprudencia de la sección
Tercera del Consejo de Estado reconoce o identifica como parte de los bienes
constitucionalmente protegidos.

No obstante, en el plenario no obra prueba que demuestre la causación de daño


distinto al moral, el cual ya se reconoció, razón por la cual la Sala revocará lo que
el tribunal reconoció a favor de las señoras Rosa Julia Moreno de Castañeda y
Lina María Castañeda Aristizábal.

3.3 De la responsabilidad de la aseguradora llamada en garantía

En cuanto a la aseguradora llamada en garantía (La Previsora S.A.), la Sala


advierte que se probó que ésta celebró un contrato de seguro en el que el tomador
y el asegurado es el municipio de Pereira, contrato que se perfeccionó con la
expedición de la póliza 1001361 de responsabilidad civil extracontractual, cuya
vigencia se extendió desde el 1 de marzo de 2005 y hasta el 1 de marzo de 2006,
con el fin de amparar los perjuicios patrimoniales que sufra el municipio de Pereira
“como consecuencia de reclamaciones de terceros” (fls. 161 a 170, cdno. 1).

En atención a lo anterior y teniendo en cuenta que la condena impuesta al


municipio de Pereira obedece a los perjuicios patrimoniales que este causó a
9
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 1 de noviembre de 2007 (expediente 16407).
10
Consejo de Estado, Sala Plena de la Sección Tercera, sentencia de 14 de septiembre 2011 (expediente
19031).
terceros, entendiendo por tales perjuicios el menoscabo o lesión que afecta los
bienes de las personas, sean materiales (susceptibles de valoración económica) o
inmateriales (que no se pueden cuantificar económicamente), debe concluirse que
la llamada en garantía está en la obligación de reembolsar el dinero que el
accionado deberá pagar como consecuencia de los perjuicios causados a los acá
demandantes, hasta el límite de lo asegurado y en los términos del contrato de
seguro.

Por consiguiente, se confirma la decisión del Tribunal Administrativo de Risaralda,


que condenó a la llamada en garantía, La Previsora S.A., a reembolsar las sumas
de dinero que el municipio de Pereira deba pagar a los demandantes como
consecuencia de este fallo.

IV. DECISIÓN SOBRE COSTAS

Teniendo en cuenta que no se dan los supuestos previstos por el artículo 55 de la


Ley 446 de 1998, ya que no se demostró que alguna de las partes hubiera
actuado temerariamente, la Sala se abstendrá de imponer costas.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección A, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley,

FALLA:

MODIFÍCASE la sentencia del 19 de abril de 2012, proferida por el Tribunal


Administrativo de Risaralda, la cual quedará así:

PRIMERO: DECLÁRASE patrimonial y solidariamente responsables al municipio


de Pereira, a Palacio Estrada S. en C. –hoy Cantera de Combia S.A.S.- y a los
señores Sandra Victoria Palacio Estrada y Wilson Alzate Burgos por la muerte de
Víctor Manuel Castañeda Moreno, ocurrida el 17 de marzo de 2005.

SEGUNDO: CONDÉNASE solidariamente al municipio de Pereira, a Palacio


Estrada S. en C. –hoy Cantera de Combia S.A.S.-, a Sandra Victoria Palacio
Estrada y a Wilson Alzate Burgos a pagar, por perjuicios morales: i) 100 s.m.l.m.v.
para cada una de las siguientes personas: Rosa Julia Moreno de Castañeda y
Lina María Castañeda Aristizábal, ii) 50 s.m.l.m.v. para Deyanira Castañeda
Moreno, iii) 25 s.m.l.m.v. para cada una de las siguientes personas: Danelly
Ramos Castañeda, Myriam Julia Ramos Castañeda y Alba Trinidad Ramos
Castañeda y iv) 15 s.m.l.m.v. para Pedro Ramos.

TERCERO: NIÉGANSE las demás pretensiones de las demandas.

CUARTO: CONDÉNASE a La Previsora S.A. a reembolsar las sumas que el


municipio de Pereira deba pagar a los demandantes como consecuencia de este
fallo, hasta el límite de lo asegurado y en los términos del contrato de seguro.

QUINTO: Sin condena en costas.

SEXTO: DESE cumplimiento a los artículos 176 y 177 del Código Contencioso
Administrativo, para lo cual se expedirá copia de la sentencia de segunda
instancia, conforme a lo dispuesto en el artículo 115 del Código de Procedimiento
Civil; para tal efecto, el tribunal de instancia cumplirá los dictados del artículo 362
del C. de P.C.
SÉPTIMO: Ejecutoriada esta providencia, DEVUÉLVASE el expediente al tribunal
de origen.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

MARÍA ADRIANA MARÍN MARTA NUBIA VELÁSQUEZ RICO

CARLOS ALBERTO ZAMBRANO BARRERA

También podría gustarte