POLÍTICA DE POTENCIALES USOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN

LA CUARTA REVOLUCIÓN Y PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS

La famosa implementación de la Revolución Industrial 4.0 en la administración

pública en América Latina parece ser un hecho inevitable. Los avances del
sector privado muestran que su implementación ofrece beneficios, así como
desafíos y lecciones que deben abordarse. Esta no es una tarea fácil, pues
implica avances que inevitablemente vienen acompañados de tensiones,
especialmente con las realidades de las instituciones públicas de nuestra
región. En primer lugar, para que estos cambios sean sustantivos, no deben
estar separados de la burocracia, la política y la sociedad, como si fueran solo
cambios formales dentro de la burocracia, sin tener en cuenta el contexto
político y social en el que opera. Asumiendo que todas las instituciones
públicas son iguales, que los robots reemplazarán por completo a las personas
en las oficinas públicas, o que todos los ciudadanos tendrán acceso a Internet
para acceder a los beneficios de la tecnología en las políticas públicas,
generalmente es engañoso suponer que estos cambios son solo
administrativos y administrativos. pueden implementarse independientemente
de la política y la sociedad.

El término “Industria 4.0” surge en Alemania para describir la producción

inteligente, basada en la transformación digital y la introducción de las
tecnologías digitales en la industria (Ahora estamos en la llamada etapa final de
esta tercera revolución industrial, donde muchos sectores productivos se están
digitalizando. Esto crea una poderosa fusión de diferentes tecnologías y
difumina las líneas entre los reinos físico, digital y biológico. A este acelerado
surgimiento y aparición de nuevas tecnologías y su incorporación a los
procesos productivos se le denomina Cuarta Revolución Industrial. El
surgimiento de nuevas tecnologías como la nanotecnología, la neurociencia,
todas las formas de robótica, la inteligencia artificial, la biotecnología, los
drones y las impresoras 3D están acelerando el cambio y dando contenido
conceptual y experiencial a la llamada Cuarta Revolución Industrial. Un sello
distintivo de esta cuarta revolución es la velocidad del cambio. Una tecnología
no está completamente implementada y se vuelve obsoleta cuando ya existe
otra tecnología. Las primeras tres revoluciones industriales abarcaron una o
dos generaciones, pero la digitalización se ha producido en menos de una
generación. Pastor y Nogales argumentan que no sabemos en detalle cómo
evolucionarán los próximos años más allá de este ritmo, pero la evidencia
sugiere que la respuesta es integrada, global, pública, privada y comunitaria
sugiere la necesidad de involucrar a la política, al sector técnico, la academia y
la sociedad civil.

La Administración Pública no va a ser ajena a los procesos que implica esta

revolución tecnológica, esto se debe a la naturaleza global de este fenómeno,
pero fundamentalmente a la transparencia y el impacto que siempre han tenido
los cambios en la administración privada sobre el funcionamiento del sector
público. Los impactos pueden ser pequeños, moderados, continuos o radicales,
dependiendo de la preparación de las sociedades, especialmente de las
administraciones públicas, para enfrentar los desafíos involucrados. Por
ejemplo, en 2016 se estimó que 850 000 puestos de trabajo del sector público
en el Reino Unido se verían afectados por la automatización para 2030 (Turley
y Haldenby, 2016:6). Otros países experimentarán resultados similares, con
mayor o menor frecuencia, según la organización y estructura del empleo
público.

A raíz de la pandemia del covid19, ha sido más notorio e intensa la utilización

de robots para ayudar a enfrentarla. Así lo destacaba el DailyMail en su versión
online del 4 de mayo de 2020 donde señalaba que algunos Robots colaboran
atendiendo pacientes en cuarentena afectados por el covid19. Se indica que
ante el colapso de hospitales por la abundancia de pacientes contagiados, el
sector sanitario recurre cada vez más a la tecnología para contener la
propagación de la enfermedad (DailyMail, 2020). Según el Ministerio de Salud
de Japón, en un esfuerzo por reducir la carga del personal médico, las
autoridades han habilitado habitaciones de hotel para alojar a los pacientes que
presentan síntomas leves de la enfermedad. Uno de los robots que colabora en
esta función, es “Pepper”, que da la bienvenida y les recuerda a los pacientes
que controlen su temperatura y descansen bien. Sin embargo, Pepper no es el
único robot, en el hotel de la zona de Ryogoku en Tokio, “Whiz” es otro robot
dotado de inteligencia artificial, que se encarga del aseo de varias partes de las
instalaciones, incluyendo las áreas más arriesgadas o de “zona roja”, donde el
acceso del personal está limitado (DailyMail, 2020).

El Gobierno Electrónico en Ecuador En 2007, los ministros de Administración

Pública y Reforma del Estado de 21 países iberoamericanos, entre ellos
Ecuador, aprobaron la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico (CIGE)
que detalla conceptos, valores y orientaciones útiles para ser implementados
con el propósito de promover la mejora de la gestión pública a través del
empleo de las TIC´s desde una perspectiva del ciudadano y sus derechos.
Estos derechos ciudadanos incluyen: conocer sobre las actividades de las
administraciones públicas, contribuir con la transparencia, la lucha contra la
corrupción y la generación de confianza, optimización de tiempos, la inclusión y
la igualdad de oportunidades de acceso, y la participación activa. En 2009, se
crea el Plan de Gobierno Electrónico (PGE) como un instrumento para la
modernización del Estado. Este plan tiene como objetivo sumar esfuerzos
institucionales para crear formas pioneras e innovadoras de interacción entre el
Gobierno y la sociedad civil ecuatoriana. Para el logro de lo planificado por la
Secretaría Nacional de la Administración Pública, ente encargado de mejorar la
eficiencia de las instituciones públicas, ha sido necesario transformar toda la
gestión pública en el país. La finalidad del Gobierno electrónico es acercar al
ciudadano de una forma visible y práctica, que promueva la excelencia en la
prestación de los servicios públicos, pero para que exista excelencia es
necesario la mejora continua, la innovación y una mejor interacción entre los
diferentes actores del Gobierno Electrónico. La misión del Plan de Gobierno
Electrónico en Ecuador es la de “ejecutar un modelo sostenible e inclusivo de
Gobierno Electrónico que considere aspectos políticos, sociales y ambientales,
con la finalidad de consolidar un Gobierno cercano, abierto, eficiente y eficaz”.
(PNGE v.1.0, 2014).

Mas allá de las intervenciones tradicionales de apoyo a la innovación, el Estado

tiene un rol crucial como impulsor inicial de procesos de digitalización a través
de la regulación o las compras del Estado. La exigencia de uso de la
metodología Building Information Modelling (BIM) en los pliegos de licitación de
infraestructura pública o el uso de mecanismos de compra pública de
innovación (CPI) son ejemplos de cómo el Estado puede promover la adopción
de tecnologías que ya existen en el mercado o contratar el desarrollo de
soluciones tecnológicas innovadoras, fomentando la innovación en los
ecosistemas y mejorando en el camino la eficiencia de los servicios públicos

La cuarta revolución industrial está en plena marcha. Para América Latina y el

Caribe, no subirse a esta ola puede traer consecuencias nefastas, no solo
desde el punto de vista productivo, rezagándonos aún más en la ruta del
desarrollo, sino también aumentando las brechas entre aquellos que pueden
acceder a sus beneficios y aquellos que no.

El éxito de la transformación digital depende de unas políticas integrales, que

combinen elementos de oferta y demanda, y promuevan una relación de
diálogo permanente entre los sectores público y privado para cada uno de los
ejes propuestos. Como región debemos adaptar y complementar las políticas
de innovación para construir una agenda digital de manera ágil y urgente. La
revolución 4.0 requiere políticas 4.0.