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HIPERTENSIÓN ARTERIAL

La hipertensión arterial es una enfermedad caracterizada por un aumento de la presión en el interior de los vasos
sanguíneos (arterias). Como consecuencia de ello, los vasos sanguíneos se van dañando de forma progresiva ,
favoreciéndose el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (ictus, infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca), el
daño del riñón y, en menor medida, de afectación de la retina (los ojos).
Es una enfermedad muy frecuente, que afecta al 35% de los adultos en nuestro país y al 68% de los mayores de 65 años.
FISIOLOGÍA
Se define como el resultado de un proceso en el que están involucrados dos factores: los que inician la desregulación de la
presión arterial, también llamados inductores, y los que provocan la elevación de la presión, denominados efectores.
Existen diversos factores inductores y efectores, por lo que entre estos factores se presentan interrelaciones múltiples. Esto
determina la heterogeneidad patogénica y fenotípica de la hipertensión esencial y consecuentemente, su carácter clínico de
síndrome.
Cabe señalar que son varios los elementos fisiopatológicos que han sido tomados a consideración en la producción de la
hipertensión arterial esencial. Entre estos se encuentra el elevado consumo de sodio (Na), la disminución de la ingesta de
potasio (K) y calcio (Ca), el incremento de la actividad del sistema nervioso simpático; el aumento en la secreción o la
inapropiada actividad de la renina, que produce una sobreproducción de angiotensina II y aldosterona; el déficit de
vasodilatadores, tales como óxido nítrico y prostaciclina.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La hipertensión es una patología que se define como un asesino silencioso, pues se trata de un trastorno crónico con
características asintomáticas, que ocasiona lesiones de forma silente en el corazón, vasos sanguíneos, riñones y cerebro,
siempre y cuando no se detecte ni se trate. La mayoría de los pacientes que padecen esta enfermedad no presentan
síntomas específicos con relación a la hipertensión arterial y a menudo son identificados en un examen médico rutinario.
Cuando los síntomas obligan al paciente a ir a la consulta médica, esta sintomatología se relaciona con los síntomas de la
hipertensión arterial, los síntomas de la enfermedad vascular hipertensiva y los síntomas derivados de la enfermedad de
base en caso de una hipertensión arterial secundaria.
Uno de los síntomas más frecuentes es la cefalea, que sobre todo se observa en la hipertensión arterial severa y se localiza
en la región occipital; el paciente se despierta con la cefalea y se calma luego de varias horas. Otras manifestaciones
pueden ser: vértigos, palpitaciones y fatiga.
SEMIOLOGÍA
Cuando evaluamos a un paciente que consulta por elevación de la presión arterial, o encontramos cifras anormales de
presión arterial en quien consulta por otra causa, debemos:

Se destaca en todo momento la importancia de este acto del cual depende en gran parte un diagnóstico correcto y un
tratamiento acorde.
1. Motivo de consulta.
2. Antecedentes vasculares familiares directos (mínimo primera generación), HTA, diabetes, ACV, IAM, IRC, etc.
3. Factores de riesgo coexistentes (tabaco, dislipidemias, diabetes, adicciones, etc.).
4. Comorbilidades (enfermedad renal, peso al nacer, colagenopatías enfermedades metabólicas, enfermedades
neurológicas, tumores, etc.).
5. Utilización de Sustancias vaso-activas : café, tabaco, alcohol, cocaína, AINE, esteroides, contraceptivos orales,
eritropoyetina, antimigrañosos, etc.
6. Situaciones especiales, familiares, psico-sociales, sexo, etc.
7. Hábitos alimentarios, actividad física, sueño, ingesta de sal.
8. Evaluación de HTA secundaria.
9. Búsqueda de signos y síntomas de daño de órgano blanco.
10. Analizar la experiencia con tratamiento

HIPERTENSIÓN PRIMARIA
La hipertensión arterial de causa desconocida se denomina hipertensión primaria (anteriormente se denominaba
hipertensión esencial). Entre el 85 y el 95% de las personas con hipertensión sufren hipertensión primaria.
Probablemente, la elevación de la presión arterial se debe a una combinación de diversas alteraciones producidas en el
corazón y en los vasos sanguíneos. Por ejemplo, la cantidad de sangre bombeada por minuto (gasto cardíaco) puede
aumentar, y la resistencia al flujo sanguíneo también puede incrementarse porque los vasos sanguíneos estén
contraídos. 
HIPERTENSIÓN SECUNDARIA
Cuando existe una causa conocida, la afección se denomina hipertensión secundaria. Entre el 5 y el 15% de las
personas con hipertensión arterial tienen hipertensión secundaria.

 Un trastorno renal: Muchos trastornos renales pueden provocar hipertensión arterial, ya que el papel de los
riñones es importante para controlar la presión arterial. Por ejemplo, una lesión renal por inflamación o por
otros trastornos puede alterar la capacidad de los riñones para eliminar suficiente sodio y agua del organismo,
con lo que aumenta el volumen sanguíneo y la presión arterial.
 Los trastornos hormonales: que causan hipertensión arterial incluyen:
el hiperaldosteronismo (sobreproducción de aldosterona, a menudo como consecuencia de un tumor en una de
las glándulas suprarrenales), el síndrome de Cushing (un trastorno caracterizado por altas concentraciones
de cortisol), el hipertiroidismo (hiperactividad de la glándula tiroidea) y, en raras ocasiones,
un feocromocitoma (un tumor localizado en una glándula suprarrenal y que produce las
hormonas epinefrina y norepinefrina).

 Los fármacos y sustancias: que pueden causar o empeorar la presión arterial elevada incluyen el alcohol (su
consumo excesivo), la cocaína, los corticoesteroides, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), los anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) y los simpaticomiméticos (ciertos
descongestionantes que se encuentran en remedios para el resfriado, como la pseudoefedrina y la fenilefrina).
COMPLICACIONES

El aumento de la presión y la reducción del flujo sanguíneo pueden causar:

 Dolor torácico (angina de pecho).


 Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón y las células del
músculo cardiaco mueren debido a la falta de oxígeno. Cuanto mayor sea la duración de la obstrucción, más
importantes serán los daños que sufra el corazón.
 Insuficiencia cardiaca, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros
órganos vitales.
 Ritmo cardiaco irregular, que puede conllevar la muerte súbita.

La hipertensión puede también causar la obstrucción o la rotura de las arterias que llevan la sangre y el oxígeno al cerebro,
lo que provocaría un accidente cerebrovascular. 

Asimismo, puede causar daños renales que generen una insuficiencia renal.

TRATAMIENTO

Cambiar el estilo de vida puede ayudar a controlar la presión arterial alta. Es posible que el médico te recomiende hacer
cambios en el estilo de vida, que incluyen:

 Seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal


 Hacer actividad física con regularidad
 Mantener un peso saludable o bajar de peso, si tienes sobrepeso u obesidad
 Limitar la cantidad de alcohol que bebes

MEDICAMENTOS

El tipo de medicamento que tu médico te recete para la presión arterial alta depende de tus rangos de presión arterial y de
tu salud general. Dos o más medicamentos para la presión arterial suelen funcionar mejor que uno solo.

El objetivo del tratamiento de la presión arterial debería ser menos de 130/80 mm Hg en los siguientes casos:

 Eres un adulto sano de 65 años o más.


 Eres un adulto sano menor de 65 años con un riesgo del 10 por ciento o más de padecer una enfermedad
cardiovascular en los próximos 10 años.
 Padeces una enfermedad renal crónica, diabetes o una enfermedad de las arterias coronarias.

Los medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta incluyen los siguientes:

 Diuréticos: Los diuréticos son medicamentos que ayudan a los riñones a eliminar el sodio y el agua del cuerpo.
Estos medicamentos suelen ser los primeros que se prueban para tratar la presión arterial alta.
 Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA): Estos medicamentos, como el lisinopril
(Prinivil y Zestril), el benazepril (Lotensin), el captopril y otros, ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear
la formación de una sustancia química natural que los estrecha.
 Antagonistas de receptores de la angiotensina II: Estos medicamentos relajan los vasos sanguíneos al bloquear
la acción, y no la formación, de una sustancia química natural que los estrecha. Los  antagonistas de receptores de
la angiotensina II incluyen el candesartán (Atacand), el losartán (Cozaar) y otros.
 Bloqueadores de los canales de calcio: Estos medicamentos, incluidos la amlodipina (Norvasc), el diltiazem
(Cardizem, Tiazac y otros), entre otros, ayudan a relajar los músculos de los vasos sanguíneos. Algunos
disminuyen la frecuencia cardíaca. Los bloqueadores de los canales de calcio quizás funcionen mejor que los
inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina por sí solos para las personas con ascendencia africana y
las de mayor edad.

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