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Tercer parcial Psicoanálisis.

RUPTURA DEL PRINCIPIO DEL PLACER


MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER – CONFERENCIA 29
TERCER MOMENTO
CAP 1 → El psa todo este tiempo sostuvo que el ppio. de placer rige la vida anímica bajo la hipótesis
de que el aparato intenta mantener lo mas bajo posible la excitación en él. El ppio. de placer se
derivó del de constancia. Sin embargo, ahora F da cuenta de que es incorrecto hablar de un imperio
del ppio. de placer sobre el decurso de los proc. anímicos, porque de ser así, ellos estarían
acompañados de placer o nos dirigirían a él, pero la experiencia refuta esto mismo.
Existen fuerzas que contrarían al ppio. de placer
En este tercer momento, Freud introduce un más allá del principio del placer que representa un
segundo quiebre.
Este más allá implica pensar una dimensión pulsional independiente del campo de las
representaciones, una irrupción pulsional que excede lo representacional. Cae el imperio del
principio del placer ya que Freud empieza a discernir en la clínica una gran cantidad de procesos
anímicos que no se ven acompañados ni llevan al placer, lo cual no implica su desaparición, sino que
hay algo que es independiente de él.
El trauma es leído como la irrupción de un estímulo no ligado al campo representacional, se
conserva el concepto de lo estructural y lo pulsional como responsables del trauma, pero es ubicado
en la dimensión del vacío representacional que no puede ser abordado desde el principio del placer.

EJEMPLOS

Freud postula dos ejemplos que no contradicen al principio del placer y otros tres ejemplos que van
más allá o no están regulados por él.

Los primeros dos corresponden a dos fuentes de displacer que son:

● El principio de realidad: por el influjo de las pulsiones de autoconservación, en un punto, el


principio del placer, propio del proceso primario en el cual la investidura es libre y móvil, es
relevado por el principio de realidad, propio del proceso secundario en el cual la investidura
está ligada. Este implica posponer la satisfacción inmediata y tolerar provisionalmente el
displacer, introduce la espera como condición para acceder al placer mediante un rodeo.

● Placer para un sistema y displacer para otro: la represión logra que aquello que en su origen
estaba destinado a producir placer, es decir, mociones pulsionales inconciliables con el yo,
produzca displacer, es decir, síntomas como satisfacciones sustitutivas. Todo displacer
neurótico, es un placer que no puede ser sentido como tal por el yo, sino como padecimiento.
Los tres siguientes corresponden a tres referentes clínicos que son:

LA REPETICIÓN EN TRANSFERENCIA
La compulsión de repetición fuerza a los neuróticos a repetir en transferencia, es decir, en la relación
con el médico, ciertas vivencias que no contienen posibilidad alguna de placer y que tampoco en
aquel momento fueron placenteras, es la repetición de aquello no ligado como intento de ligadura.
La compulsión de repetición es el eterno retorno de lo igual que insta al aparato a trabajar, esta
compulsión es más originaria que principio del placer.

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En este punto se diferencian la compulsión de repetición de la repetición en acto de lo reprimido
(agieren) que no contradice al principio del placer. Esta consiste en repetir lo reprimido como
vivencia presente, los pacientes se ven forzados a escenificar un fragmento de su vida sexual infantil
en el terreno de la transferencia; en lugar de reproducir lo reprimido a través del recuerdo lo
reproducen a través de la acción sin saber que lo hacen. El agieren implica solo la repetición de
mociones pulsionales reprimidas que producen placer para un sistema y displacer para el otro.

La compulsión de repetición que se instaura más allá del principio del placer se observa también en
el juego infantil y los sueños de las neurosis traumáticas y fuera del análisis en aquellas personas
que parecieran perseguidas por un destino fatal pero que en realidad es un destino autoinducido
que repite influjos de su infancia.

EL JUEGO INFANTIL DEL “FORT DA”


Freud desarrolla este referente a partir de la observación del juego de su nieto. El niño solía arrojar
un carretel lejos de él pronunciando “o – o – o” lo cual Freud traduce a “fort” que significa “se fue”.
Y luego, el niño recogía el carretel pronunciando “a – a – a” lo cual Freud traduce a “da” que significa
“acá está”. Este era el juego completo, el de desaparecer y volver, sin embargo, el niño solía jugar
más frecuentemente solo al fort, arrojando lejos de sí distintos juguetes, aunque el mayor placer
correspondía al da.

La primera interpretación que Freud hace de este juego es que el niño escenifica la partida de su
madre, lo cual era vivenciado como algo penoso, es decir, displacentero para él. Freud da distintas
explicaciones acerca por qué el niño pone en escena la partida de su madre:

● Se puede decir que el niño juega a la partida porque es la condición para el regreso, que es
vivenciado como algo placentero lo cual es correcto si se toma el juego completo, pero Freud
observa que el fort era escenificado por sí solo, en ausencia del da, es decir que solo se
repetía la partida que conllevaba displacer para el niño. Por lo tanto, el juego completo se
puede ubicar dentro del principio del placer, pero el juego incompleto va más allá él, implica
una ganancia de placer de otra índole.

● Freud plantea que el juego es la exteriorización más primaria y originaria que el principio del
placer del esfuerzo de procesar psíquicamente algo impresionante, el niño repite en el juego
aquella impresión desagradable para abreaccionar su intensidad y adueñarse de la situación
(el niño vivenciaba la situación de manera pasiva y en el juego se coloca en un papel activo).
Otro juego que observa Freud consistía en que el niño se hacía desaparecer a sí mismo frente a un
espejo y al hacerlo pronunciaba “bebé o – o – o”. Esto llevó a Freud a una nueva interpretación: el
carretel no representa solo a la madre que se va, sino también al niño como caído de la madre, el
niño como objeto de la libido de su madre cae con su ausencia y ese punto de inexistencia es el
núcleo de la vivencia penosa. A través del juego el niño se nombra como existente por fuera de la
madre, es la primera constitución subjetiva del niño como sujeto individual e independiente.

LOS SUEÑOS DE LAS NEUROSIS TRAUMÁTICAS


Las neurosis traumáticas son aquellos estados que sobrevienen tras accidentes que aparejaron
riesgo de muerte. El cuadro se asemeja en los síntomas corporales a la histeria, pero el padecimiento
subjetivo la sobrepasa. En estas neurosis se pueden destacar dos rasgos:

● Su causa se halla en el terror producido por el accidente. Si bien suelen usarse como
sinónimos se pueden distinguir entre los siguientes tres términos:

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o El miedo, es un estado de expectativa frente al peligro anudado a un objeto
determinado.
o La angustia, es un estado de expectativa frente al peligro pero que carece de
objeto, el peligro es desconocido. Esta protege al yo del terror en tanto lo prepara
para el peligro.
o El terror, es un estado en el cual se cae cuando aparece un peligro para el cual no se
estaba preparado, se vincula con el factor sorpresa.
● El accidente no produjo daño físico, las heridas permiten la tramitación del estímulo que
irrumpió en el aparato contrarrestando el surgimiento de una neurosis traumática.
Parte del padecimiento de las neurosis traumáticas se ve en la vida onírica de los pacientes: sus
sueños los reconducen una y otra vez al accidente y se despiertan con renovado terror. Los
enfermos se encuentran fijados psíquicamente al trauma, es decir que su aparato quedó anclado
pulsionalmente a esa escena displacentera. En estos sueños se pueden destacar dos rasgos:
● El hecho traumático es repetido compulsivamente, reaparece una y otra vez de manera
idéntica.
● La función del sueño se encuentra alterada.
Estas características obedecen a las enigmáticas tendencias masoquistas del yo y llevan a Freud a
reformular su doctrina de los sueños:

● Los sueños son un intento de cumplimiento de deseo.


● Este intento de cumplimiento de deseo puede fallar, y el principal impedimento para la
función del sueño es la pulsión aflorante de la fijación inconciente a un trauma.
La tesis anterior consideraba al sueño como un cumplimiento de deseo que implicaba distintas
operaciones como la desfiguración y la condensación como parte del trabajo del sueño a través del
cual se investía regresiva y alucinatoriamente las huellas mnémicas originarias del aparato siendo el
sueño una regresión a la condición más temprana del soñante. Esta se ve refutada por dos
dificultades:

● Las vivencias sexuales infantiles, que son centrales para la producción del sueño, están
enlazadas a impresiones dolorosas de angustia, prohibición, desengaño y castigo y sin
embargo se reproducen o se hace alusión a estas mociones pulsionales reprimidas o deseos
incumplidos en la mayoría de los sueños.

● En los sueños de las neurosis traumáticas falla la función del sueño en tanto no figuran un
cumplimiento de deseo, no opera el proceso primario, no aparece nada de lo infantil y no
funciona como el guardián del dormir, ya que no puede evitar el despertar. La escena
traumática se repite una y otra vez de manera idéntica como intento de ligadura de aquel
exceso de energía que irrumpió en el aparato y que no pudo ser ligado a ninguna
representación; el sueño obliga al aparato a un trabajo constante. El aparato intenta
recuperar el dominio sobre el estímulo mediante un desarrollo de angustia que produce el
despertar (en esto se asemejan a los sueños de angustia, con la diferencia de que en esos sí
opera el trabajo del sueño y a los dos se los distingue de los sueños punitorios que figuran un
cumplimiento de deseo del superyó). Los sueños de las neurosis traumáticas exceden al
principio del placer no por su contenido sino por la compulsión de repetición de aquella
escena traumática como intento de ligadura.
Para explicar cómo irrumpe lo traumático en las neurosis traumáticas Freud propone la metáfora de
la vesícula:

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● El organismo es una vesícula cuya superficie exterior actúa a modo de receptora de estímulos
externos, esta superficie es análoga a la conciencia que queda igualada a la percepción, es la
frontera entre lo interior y lo exterior. Los estímulos ingresan por este sistema, pero no
queda registro de ellos ya que percepción y memoria se excluyen: en este sistema el proceso
excitatorio deviene conciente, pero las huellas mnémicas de las excitaciones que ingresan se
forman por la propagación de la excitación a los sistemas contiguos.
● A raíz del impacto de los estímulos sobre esta la superficie, la misma se vuelve inorgánica y
se forma una corteza protectora antiestímulos que protege a los sistemas subsiguientes de
ellos, actúa como filtro de las excitaciones exteriores. Esta protección antiestímulos solo vale
para estímulos externos, pero nada puede hacer contra los internos, estas fuentes de
excitación internas son las pulsiones.
Por lo tanto, Freud denomina traumáticas a aquellas excitaciones externas que poseen suficiente
fuerza para perforar la protección antiestímulos. La perforación de la protección antiestímulos
genera una perturbación económica, es decir, energética en el aparato que produce la abolición del
principio del placer. El aparato intenta dominar es un quantum de energía que irrumpió, intenta ligar
psíquicamente los volúmenes de estímulo y conducirlos a su tramitación. Para eso, moviliza energía
hacia el punto de intrusión para crear una contrainvestidura, aquellos sistemas con mayor nivel de
investidura quiescente serán más capaces de ligar psíquicamente los estímulos, es decir, de
transponer la investidura de libre fluir en investidura quiescente.

El desarrollo de angustia funciona a modo de protección ya que prepara al aparato para una posible
irrupción de un estímulo sobreinvistiendo los sistemas que posiblemente lo reciban primero. Este
apronte angustiado, que funciona a modo de contrainvestidura y es la última trinchera de la
protección antiestímulos, falla en las neurosis traumáticas.

El fracaso de la ligadura de la energía pulsional provocaría una perturbación análoga a la producida


por los estímulos externos. Estas excitaciones serían tratadas como externas por el aparato, a lo cual
se denomina proyección.

SEGUNDO DUALISMO PULSIONAL


MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER – CONFERENCIA 32 – EL MALESTAR EN LA CULTURA – EL PROBLEMA ECONÓMICO DEL

MASOQUISMO

SEGUNDO DUALISMO PULSIONAL


Con la conceptualización del más allá del principio del placer Freud introduce su segundo dualismo
pulsional que se sostiene en la oposición entre pulsión de vida y pulsión de muerte. El conflicto
psíquico pasa a ser entre estos grupos de pulsiones, entre la libido y lo no ligado. De la acción eficaz
conjugada y contraria de ambas pulsiones, que nunca aparecen de manera pura sino entrelazadas, lo
cual evidencia una mezcla y desmezcla pulsional, surgen los fenómenos de la vida:

● La pulsión de vida o Eros


La pulsión de vida alude a aquellos estímulos pulsionales ligados que se encuentran dentro
del campo de las representaciones, estando al servicio de estas pulsiones el principio del
placer. Esta busca aglomerar la sustancia en unidades mayores, busca producir ligadura. La
pulsión de vida se presenta como ruidosa y revoltosa, produce tensiones cuya tramitación es
sentida como placer.

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Contiene a las pulsiones yoicas libidinizadas y a las pulsiones sexuales, son la parte de la
pulsión de vida vuelta hacia los objetos.

● La pulsión de muerte o Tanatos


Freud postula que la vida surgió de la materia inorgánica y que en ese momento también
surgió una pulsión que esfuerza a reproducir el estado anterior que el organismo vivo debió
resignar por el influjo de perturbaciones externas. A esta pulsión se la denomina pulsión de
autodestrucción que refleja la naturaleza conservadora de las pulsiones y es una expresión
de la pulsión de muerte.
La pulsión de muerte alude a aquellos estímulos pulsionales no ligados que se encuentran
fuera del campo de las representaciones, ubicando un más allá del principio del placer. Esta
busca disolver y disgregar la sustancia, empuja a volver a lo inorgánico y contraría el afán de
ligar. Estas pulsiones producen los fenómenos de la compulsión de repetición y contienen a
las pulsiones yoicas no libidinizadas (núcleo inconciente del yo). La pulsión de muerte realiza
su trabajo de forma inadvertida y muda.
Al servicio de estas pulsiones está el principio de Nirvana o principio de constancia, que es la
tendencia a mantener al aparato exento de excitaciones o mantener los niveles de excitación
lo más bajos y estables posible.

Hay un momento en el desarrollo del individuo en el cual se produce una mezcla pulsional entre la
pulsión de vida y la pulsión de muerte por la cual la pulsión de vida conquista un lugar junto a la
pulsión de muerte en la regulación de los procesos de la vida. La tarea de la libido (pulsión de vida)
es volver inocua la pulsión de autodestrucción y lo hace desviando o transponiéndola al exterior,
es decir, dirigiendo su energía hacia afuera para que no se produzca la autoaniquilación.

Hay un sector de la pulsión de muerte que no obedece a ese traslado y permanece en el interior del
organismo, ese resto y testimonio de la mezcla pulsional es el masoquismo erógeno primario.

El masoquismo erógeno primario es el placer de recibir dolor y se halla en la base constitucional del
sujeto. De aquel sector de la pulsión de muerte que es proyectado hacia el exterior y aparece como
pulsión de destrucción, surge el sadismo, que es el anudamiento de la satisfacción sexual a la
condición de que el objeto sexual padezca dolor. El sadismo se presenta como la necesidad de
destruir a otros para no destruirnos a nosotros mismos. Por exigencias del mundo exterior, la
pulsión de destrucción puede ser introyectada, es decir, vuelta hacia adentro dando por resultado
los masoquismos secundarios que tienen como fundamento al masoquismo erógeno primario. Los
masoquismos secundarios son:

● El masoquismo femenino, aparece en las fantasías onanistas de pacientes varones, el


contenido de las mismas es ser maltratado y humillado y la interpretación que puede
hacerse es que el paciente se pone en una situación que entrelaza lo femenino y lo infantil
como situación pasiva frente a otro:
o Femenino porque las fantasías representan ser castrado, ser poseído sexualmente o
parir.
o Infantil porque las fantasías evidencian la primera posición del niño como
dependiente de otro y porque aparece en ellas un sentimiento inconciente de culpa
respecto de la masturbación infantil sostenida en deseos incestuosos.
● El masoquismo moral, que puede ser ubicado como un sentimiento inconciente de culpa o
necesidad de castigo que se articula con la tensión entre yo y superyó (uno de los vasallajes).

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Este masoquismo se aleja de su vínculo con la sexualidad, lo que importa es el padecer como
tal y no quien lo infrinja. En el tratamiento, este masoquismo se exterioriza como reacción
terapéutica negativa que, como resistencia estructural del superyó, representa uno de los
mayores obstáculos para la cura.

EL COMPLEJO DE EDIPO Y EL COMPLEJO DE CASTRACIÓN


LA ORGANIZACIÓN GENITAL INFANTIL – ESQUEMA DEL PSA – EL SEPULTAMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO – ALGUNAS

CONSECUENCIAS PSÍQUICAS DE LA DIFERENCIA ANATÓMICA ENTRE LOS SEXOS

El carácter principal de la organización genital infantil y su principal diferencia respecto de la


organización genital definitiva es que para ambos sexos solo desempeña el papel rector un genital,
el masculino, los genitales femeninos siguen sin ser descubiertos. Por lo tanto, no hay un primado
genital en esta fase ya que los genitales no comandan la sexualidad, sino que hay un primado del
falo, que no alude al órgano, sino que es un elemento simbólico que establece la dimensión de la
falta. Así, Freud pasa de llamar fase genital a llamar fase fálica a la etapa que se continúa luego de la
etapa sádico – anal.

Durante esta fase, la fuerza pulsional que parte de los genitales de los niños, se exterioriza en ellos
como curiosidad sexual a través de su pulsión de investigación y comienzan a preguntarse por la
diferencia de los sexos. Al investigar, los niños descubren que no todos poseen pene y que atribuyen
esa falta a una castración.

● Durante la etapa sádico – anal, la oposición dominante es entre pasivo y activo.


● Durante la etapa fálica, hay representación de lo masculino, pero no de lo femenino, por lo
tanto, la oposición es entre falo y castrado, se distribuye a las personas de acuerdo a su
relación respecto al falo.
● A partir de la pubertad, la polaridad sexual coincide con masculino y femenino.
El complejo de Edipo es el fenómeno central del período infantil, es una situación que todo niño está
destinado a atravesar y constituye el complejo nuclear de las neurosis, siendo la sexualidad infantil,
que termina con él, la principal fuerza pulsional de la formación de síntomas. Los dos sexos recorren
de igual modo las primeras fases del desarrollo libidinal, precisamente hasta la fase sádico – anal.
Hasta este punto, para ambos sexos:

● El pecho es el primer objeto de satisfacción. Este se engendra como tal apuntalado en la


necesidad de nutrición que satisface, aunque el pecho no sea distinguido del cuerpo propio.
● La madre es el primer objeto de amor. Esta deviene la primera seductora del niño a partir de
los primeros cuidados que erogenizan su cuerpo.
● El padre es el primer objeto de identificación, es el ideal al cual el niño aspira y hacia quien
tiene sentimientos de ambivalencia.
A partir de la fase fálica el desarrollo se diferencia en el varón y en la niña:

● Varón:
El niño, empujado por las excitaciones que parten de sus genitales, deviene el amante de la
madre y el padre pasa ser su rival: el niño desea ser como el padre y tener a la madre. A raíz
de esto y del onanismo que deja ver su gran interés por sus genitales, el varón recibe, de
manera implícita o explícita, la amenaza de que su miembro será cortado. Esta amenaza de
castración solo cobra efecto cuando el niño ve o recuerda haber visto los genitales femeninos

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ya que con ellos se hace representable y creíble la pérdida del propio pene (produciendo
menosprecio u horror frente a la niña mutilada). En ese punto, el niño cae bajo el influjo de
la angustia del complejo de castración: el varón tiene miedo de su posible consumación.

Para salvar su pene el niño renuncia a la investidura libidinosa de los objetos parentales y al
onanismo. Las investiduras de objeto son desexualizadas y sustituidas por identificaciones: la
autoridad de los progenitores es introyectada formando el núcleo del superyó e
incorporando las leyes contra el incesto y el parricidio.

Con la entrada en la latencia, todo el episodio sufre una represión extremadamente enérgica
que puede caracterizarse como la destrucción del complejo produciendo su olvido radical:
nada queda de este episodio, ni siquiera en el inconciente, salvo el superyó como heredero
del complejo. Si esto no se logra por completo, el complejo subsistirá en el interior del ello
desde donde desplegará su efecto patógeno.

● Niña:
La niña primero descubre, por haber visto los genitales masculinos, que no tiene pene y
considera que este es superior a su propio órgano, el clítoris, que hasta ese momento
producía una satisfacción de manera análoga al pene, ignorando todavía la existencia de la
vagina. Ella cae presa de la envidia del pene, no lo tiene y quiere tenerlo, y atribuye esa falta
a una castración por la cual entra en el complejo de castración: la niña la acepta como un
hecho consumado, aunque en su cuerpo no falte nada realmente. Con la admisión de esta
castración consumada, se establece un sentimiento de inferioridad en la niña, que comparte
su menosprecio hacia esa parte mutilada con el varón y, cuando reconoce este rasgo como
universal y reconoce que ella y su madre están castradas se posibilita el abandono de la
misma como objeto de amor. Esta fase preedípica de la ligazón – madre es la más importante
y decisiva para el desarrollo de la femineidad.

La niña abandona el onanismo masculino apartándose de la masculinidad que da paso a la


femineidad, cediendo el lugar del clítoris a la vagina. Ella hace responsable a su madre por su
falta de pene y la resigna como objeto de amor. Por medio de una ecuación simbólica de
aquello que se separa del cuerpo propio, iguala pene a hijo y el deseo de la niña pasa a ser
tener un hijo. Así, la niña desemboca en la ligazón – padre tomando al padre como objeto de
amor lo cual la introduce en el complejo de Edipo: pasa a identificarse con la madre, a quien
ahora desprecia por celos y por no haberle dado un pene, y pasa a querer sustituirla junto al
padre, que puede darle lo que a ella le falta.

En la niña no hay motivo para la destrucción del complejo, se cree que estos deseos son
abandonados de a poco por incumplibles o reprimidos, a raíz de lo cual, el superyó no
deviene tan severo como en el caso del varón.

De la confrontación con la dimensión de la falta parten tres posibles orientaciones del


complejo de Edipo para la niña:
o La inhibición sexual o neurosis, a partir de que la niña, al renunciar a la satisfacción
masturbatoria por influjo de la envidia del pene, reprime o inhibe sus aspiraciones
sexuales.
o El complejo de masculinidad, en el cual la niña se rehúsa a reconocer su castración
y refuerza aquellas conductas masculinas refugiándose en la identificación con el

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padre. A través de este proceso, la niña evita la pasividad que produce el giro a la
femineidad.
o La femineidad normal, es decir, la maternidad.

Las tres salidas propuestas por Freud son en términos fálicos, no hay un representante
psíquico del sexo femenino por eso ninguna explicación alcanza para determinar qué es ser
una mujer, solo cómo se deviene una.
El complejo de Edipo cae sepultado a raíz de su imposibilidad interna, es decir que está
estructuralmente destinado a fracasar. La principal diferencia entre el complejo de Edipo en cada
caso está dada por el complejo de castración:

● El niño sale del complejo de Edipo por el complejo de castración.


● La niña entra en el complejo de Edipo por el complejo de castración, el Edipo es una
formación secundaria.

CONFERENCIA 33
Freud afirma que todos los sujetos contamos con una disposición constitucional bisexual, la
proporción en que masculino y femenino se mesclan en el individuo va variando y solo
posteriormente al complejo de Edipo nos posicionamos respecto a nuestro sexo. La sexualidad es, en
este punto, psíquica.

La femineidad representa un enigma o misterio que la psicología no puede resolver, es un


continente oscuro. Freud no describe qué es ser una mujer, sino cómo un sujeto de disposición
bisexual deviene mujer. Este desarrollo de niña a mujer implica dos pasos más que el desarrollo del
niño:

● La niña intercambia su zona erógena y su objeto de amor primarios.


● El niño conserva su zona erógena y su objeto de amor primarios.

PEGAN A UN NIÑO
La fantasía de “pegan a un niño” aparece de manera frecuente en el tratamiento y es el resultado y
la heredera de la resignación de las investiduras libidinales incestuosas del complejo de Edipo que
se ven agravadas por la conciencia de culpa que parte del superyó. Estas fantasías aparecen durante
la fase fálica y su contenido se modifica más de una vez.

● Primera fase de la fantasía: esta aparece en la fase preedípica. El niño azotado siempre es
otro y nunca es el fantaseador, el yo solo es espectador. La persona que pega no suele
discerniese al comienzo solo se sabe que es un adulto y solo luego se vuelve reconocible
como el padre. Esta fantasía satisface los celos de la niña y se puede decir que aquel niño
pegado es el sustituto del clítoris que la niña debe trocar por la vagina para entrar al
complejo de Edipo. Su contenido puede sintetizarse como “el padre pega a un niño que yo
odio, entonces el padre me ama solo a mí”

● Segunda fase de la fantasía: esta aparece en la fase fálica. La persona que pega se mantiene,
pero el niño azotado pasa a ser el fantaseador. Esta segunda fase es la más importante, la
fantasía se carga de un placer de carácter masoquista y es la expresión directa de la

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conciencia de culpa ante los deseos incestuosos edípicos que degrada por regresión el “ser
amado por el padre” de la fase fálica a “ser azotado por el padre” de la fase sádico - anal.
Esta conciencia de culpa transmuda el sadismo en masoquismo para desexualizar el amor
hacia los progenitores. Su contenido puede sintetizarse como “Yo soy azotado por el padre”.
La misma nunca llega a devenir conciente, es permanentemente inconciente y debe ser
reconstruida en el análisis.
● Tercera fase de la fantasía: esta aparece en el período de latencia. La persona que pega
permanece indeterminada o el padre es sustituido por un subrogante (un maestro, por
ejemplo). En lugar de ser un solo niño azotado, muchos niños son azotados y el azotamiento
puede ser sustituido por otras humillaciones. La fantasía ahora carga con una excitación
sexual intensa que procura la satisfacción onanista, la misma parece sádica, pero es
masoquista, ya que el fantaseador se identifica con esos niños.
Este es el caso para la niña. En el caso del varón se pueden reconocer dos fases: la primera que
equivale a la segunda de la niña tiene por contenido “Yo soy amado por el padre” y la segunda que
equivale a la tercera de la niña tiene por contenido “Yo soy azotado por la madre”. En ambos casos,
las fantasías surgen de la ligazón – padre, para la niña, de la postura edípica normal y para el varón,
de la postura edípica trastornada (inversa).

SEGUNDA TÓPICA
EL YO Y EL ELLO – INHIBICION, SÍNTOMA Y ANGUSTIA

SEGUNDA TÓPICA
La primera tópica comienza a resultar insuficiente para explicar los fenómenos con los que Freud se
encuentra en la práctica. Ademas, NO ALGANZA para incluir el CONFLICTO PX entre la PX de VIDA y
PX de MUERTE en el aparato —> es decir que no hay lugar en la primera tópica para lo no ligado.

Es por esto que Freud crea una segunda tópica a partir de la conceptualización de la pulsión de
muerte. La misma no invalida ni sustituye a la primera, sino que es formulada para abordar ciertos
obstáculos que se presentan en el análisis que evidencian:

1. Resistencias que no provienen de lo reprimido.


2. Mociones pulsionales que exceden el marco del principio del placer.

Lo inconciente que denominamos como reprimido, no ofrece resistencia alguna en el análisis, solo
pugna por irrumpir en la conciencia, es decir que insiste.

Las resistencias, por el contrario, parten del yo que provocó la represión de ciertas mociones
pulsionales que se contraponían con él en primer lugar, el yo resiste al advenimiento a la conciencia
de aquello reprimido. Sin embargo, Freud observa que los pacientes nada saben sobre sus
resistencias y como las resistencias son yoicas, Freud postula la existencia de algo inconciente en el
yo que actúa como lo reprimido.

Así, Freud pasa de la oposición entre conciente e inconciente a la oposición entre lo reprimido y el
yo coherente. Este yo coherente se ubica como el núcleo inconsciente del yo, por lo cual éste deja
de ser homologable (equiparable, asociable) a la conciencia. A partir de esta conceptualización lo
inconciente ya no coincide con lo reprimido:

● Todo lo reprimido es inconciente.


● No todo lo inconciente es reprimido.

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Es por esto que Freud se ve obligado a postular un tercer estatuto de lo inconciente: aparte del
inconciente descriptivo ubicado como latente y del inconciente dinámico ubicado como reprimido,
hallamos un inconciente estructural ubicado como no reprimido. Este tercer inconciente es el
antecedente de lo que Freud en su segunda tópica llamara ello.

LA CONCIENCIA::

● Es la superficie del aparato anímico.


● Son cc todas las percepciones que vienen de afuera y adentro.
● Las repres. que vienen de adentro que buscan devenir cc deben transponerse en
percepciones exteriores mediante el enlace con representaciones palabra (restos mnémicos
de palabras que provienen de la percepción acústica). Es por esto que la diferencia concreta
entre representaciones cc e icc es su conexión con las representaciones palabra.

EL ELLO:

Parte mas primitiva, profunda, e innata de la personalidad. Se presenta de forma pura en el icc y
está presenta desde el nacimiento. Se mueve a partir de P de Pl y por eso lucha por hacer que las px
primarias rijan la conducta de la persona, indiferente a la consecuencias.

● es lo otro psíquico en el que el yo se continúa y que se comporta como inconciente.


● El yo se asienta sobre el ello a modo de una superficie, siendo el ello su núcleo inconciente.
● Está conformado por lo reprimido. Es sólo una parte de sí.
● También se lo ubica como la sede de las pulsiones y el genuino reservorio de la libido, por
eso es completamente amoral.
● El ello es aquel otro cualitativo – cuantitativo (en relación al monto de afecto) que escapa a
la síntesis del yo y comprende el campo de lo no ligado, por lo cual incluye al resto de la
pulsión de muerte que no es transpuesto al exterior.
Los antecedentes del ello pueden ubicarse en:
1. La fuente independiente de desprendimiento de displacer.
2. El resto autoerótico no cedido a los objetos del narcisismo.
3. El núcleo inconciente del yo.

EL YO:
● Parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior.
● Deriva, es decir que encuentra su génesis, en las sensaciones corporales que parten de la
superficie del cuerpo propio.
● Podríamos decir: ‘es la proyección psíquica de una superficie y una esencia cuerpo’.
● Se afana por reemplazar el ppio. de placer (que rige al ello) por el ppio. de REALIDAD.
● Es el representante de la razón y prudencia —> ≠ al ELLO (sede de pasiones).
● El yo se ubica como moral y ejerce la función de síntesis: tiene la tarea de ligar propia del
campo de las representaciones y de las px de vida, pero esta fracasa y aquello que escapa a
la síntesis es el ello, ese núcleo inalterable que escinde al yo.
● El yo hunde sus raíces en el ello e intenta dominarlo.
● Este gobierna el acceso a la motilidad, es el representante del mundo exterior en lo anímico
y somete a los procesos psíquicos al principio de realidad. También se lo considera el genuino
almácigo de la angustia en tanto es el responsable de emitir la angustia señal.
Los antecedentes del yo pueden ubicarse como:

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o Masa homogénea de representaciones escindida por una representación
inconciliable.
o Un todo unificado con el cual nos identificamos a partir del narcisismo.

EL SUPERYÓ:
● Instancia particular dentro del yo, se localiza por encima de él.
● Doble origen: surge a partir de una identificación primaria con el padre de la
prehistoria personal que atestigua la endeblez del yo, y como heredero del complejo
de Edipo, ya que desciende de las primeras investiduras de objeto del ello.
● Primer cara: pide satisfacción total, cara sádica. Es mítica, relacionada a la cultura.
Identificación con la cultura.
● Segunda cara: exige renuncia, cara reguladora o normativa. Identificación con los
otros de los primeros cuidados
● Eso hace que aparezca como subrogado del ello ante al yo, y por eso puede
permanecer como inconsciente para este.
● El superyó subroga los mandatos que provienen de la identificación parental, esta
identificación implica una desexualización y una desmezcla pulsional que libera la
pulsión de muerte de la cual el superyó extrae su severidad.
● El superyó es la introyección de lo oído, es decir, de representaciones palabra, que
le dan la posibilidad de acceso a la conciencia, cuya energía de investidura proviene
del ello.
● Tiene la función de la conciencia moral.
● La tensión entre esta conciencia y el yo es sentida como sentimiento de culpa o
necesidad de castigo.
● No es sólo un “residuo” de las 1eras elecciones de objeto del ELLO: es una ENÉRGICA
FORMACIÓN REACTIVA frente a ellas.
● Por ende, el SY conserva el carácter del padre; y cuánto más intenso fue el C.E., y
más rápida su represión, tanto más riguroso devendrá el SY como CC MORAL, o senti.
de CULPA sobre el YO.
El SY es portador de ambas pulsiones y se pueden identificar en él dos dimensiones:
> La normativa, que se articula con el ideal del yo. Es la inscripción de lo que sí y lo que no e implica
el enlace entre la ley y el deseo, comprende la prohibición. Es aquella que ejerce la regulación
pulsional.

> La punitoria, que es la vertiente que ordena gozar e implica lo ilimitado, nunca es suficiente para
esta cara del superyó. Es el imperativo categórico que al yo le es imposible cumplir ya que implica la
satisfacción pulsional y su prohibición. A esta cara se articula el masoquismo.
Esta es la paradoja del superyó, cuanto más renuncia a nivel pulsional más exige y más
severo e hipermoral se vuelve al castigar al yo. La conducta del superyó determina la
gravedad de la neurosis.
Los antecedentes del superyó pueden ubicarse en:
o Los diques pulsionales de la latencia: asco, vergüenza y moral.
o La identificación primaria con la formación del ideal del yo.
2 factores que contribuyen al SY:
1. FACTOR BIOLÓGICO: humano dependiente de un otro de los primeros cuidados.

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2. FACTOR HISTÓRICO: relacionado al C.E., cuya represión alude a la interrupción del desarrollo
libidinal. El período de latencia interrumpe este desarrollo con diques pulsionales como la
verguenza, asco, moral, etc.

LOS VASALLAJES DEL YO

El yo se encuentra sometido a tres servidumbres y las relaciones entre cada instancia son múltiples.
Se puede decir que el yo es siervo de:
1. El mundo exterior: la realidad le plantea al yo exigencias y limitaciones propias de la vida
cotidiana por las cuales el yo debe someter a los procesos psíquicos al principio de realidad.
La angustia que decanta de este vasallaje es la angustia realista.
2. El ello: el yo busca mediar entre el ello y el mundo haciendo que la libido obedezca a las
exigencias externas, pero en su lugar se posiciona como siervo sumiso del ello y suele
transponer su voluntad como si fuese propia. La angustia que decanta de este vasallaje es la
angustia de castración.
3. El superyó: este vasallaje se identifica como angustia del yo frente al superyó, es decir, la
angustia de la conciencia moral y dicha angustia es una continuación o procesamiento de la
angustia de castración. Esta angustia se manifiesta en las neurosis obsesivas donde el yo
busca sustraerse de ella mediante la ejecución de los mandatos expiatorios impuestos por el
superyó.

LAS RESISTENCIAS

A partir de la conceptualización de la segunda tópica, Freud postula una nueva sistematización de


las resistencias.

ANTECEDENTES
Las resistencias que hallamos en un primer momento de la obra freudiana son:

● La resistencia de asociación, que producía la detención de las asociaciones entre las


representaciones de la cadena asociativa que conducía al núcleo patógeno.
● La resistencia radial, en relación a la resistencia que se acrecentaba cuanto más profundo era
el estrato de representaciones al cual se llegaba en el análisis en relación a su cercanía con el
núcleo patógeno.
En un segundo momento aparecen también las resistencias transferenciales que se asociaban con la
dimensión de la transferencia como obstáculo, que eran:

● La transferencia positiva de mociones eróticas.


● La transferencia negativa de sentimientos hostiles.
LAS RESISTENCIAS ESTRUCTURALES
La represión exige un gasto de energía constante para que aquello reprimido se mantenga como tal,
esa fuerza es a la cual denominamos resistencia y la misma presupone la formación de
contrainvestiduras de las que el yo se vale para resistir. Sin embargo, las resistencias no solo parten
del yo, sino que también hay resistencias inconscientes que parten del ello y del superyó. La nueva
doctrina de las resistencias ubica 5 resistencias, 2 de las cuales son estructurales:

● Resistencias yoicas:

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o Resistencia de represión: opera a modo de contrainvestidura que se opone al devenir
conciente de aquello reprimido.
o Resistencia de transferencia: consigue establecer un vínculo con el analista y repetir
en acto aquello reprimido que solo debería ser recordado.
o Ganancia de la enfermedad: se basa en la integración del síntoma en el yo, es la
renuencia o falta de disposición para renunciar a esa satisfacción sustitutiva. Da un
beneficio primario, que habla de que el síntoma es placentero para el sistema icc y
displacentero para el yo. Por eso es dificil renunciar al síntoma, verlo con su función
de satisfacción sustitutiva que lo hace placentero aunque el paciente también lo
padezca. Pero aquello no es gratuito, sino que da como resultado un síntoma. Y el
beneficio secundario son los beneficios que la enfermedad misma acarrea al Yo. Ej
Dora, dolor de piernas, con ello lograba que el padre le de más tiempo que a su
mujer.

● Resistencia del ello: es la responsable de la necesidad de reelaboración y de la compulsión


de repetición. Se articula con la estasis libidinal, la inercia psíquica y la viscosidad de la libido
como aquello que queda fijado, es el eterno retorno de lo igual que insta al aparato a
trabajar. Reelaboración porque el aparato se sirve de la repetición para ligar aquello no
ligado.

● Resistencia del superyó: brota del sentimiento de culpa o necesidad de castigo que se articula
con la ganancia primaria de la enfermedad. Se satisface en el padecimiento que la neurosis
conlleva y halla su fundamento en el masoquismo erógeno primario. Esta resistencia
muestra la cara punitoria del SY y se opone a todo éxito de la curación. Es la resistencia
más difícil de superar y se manifiesta en el análisis como reacción terapéutica negativa: esta
testimonia la tensión entre yo y SY y a raíz de ella el paciente siente la posibilidad de curación
como una amenaza, el avance en el tratamiento sólo intensifica su padecer, el paciente no
quiere renunciar al castigo de la enfermedad. Padecimiento mudo: el sentimiento de culpa
es mudo, el paciente no se siente culpable, se siente enfermo, y culpa al análisis de no ser
efectivo para sanar. Habla de ganancia primaria de enfermedad que es básicamente
padecer.

DESARROLLO DE UNA NEUROSIS OBSESIVA


En las neurosis obsesivas se asiste a una lucha continua contra lo reprimido y de su formación de
síntomas participa considerablemente el superyó. La necesidad inicial de estas neurosis es la
defensa contra las exigencias libidinosas del complejo de Edipo. Freud halla 3 mecanismos de
defensa, motorizados por la angustia de castración:

1. La regresión: como primera respuesta defensiva, el yo rechazar la organización genital


infantil correspondiente a la fase fálica y regresa a la fase anterior, la fase sádico – anal. Esta
regresión implica una desmezcla pulsional que segrega los componentes eróticos que se
habían sumado a los componentes destructivos de la fase sádico – anal, es decir que se
libera la pulsión de muerte.

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2. La represión: el yo repudia las mociones hostiles liberadas, las reprime y así se clausura frente
al ello.

3. Las formaciones reactivas: con la entrada en el período de latencia, el complejo de Edipo se


sepulta, se erigen las barreras éticas del yo, es decir, los diques pulsionales y se consolida el
superyó. En las neurosis obsesivas, a esto se le suma la previa degradación regresiva de la
libido que vuelve al superyó más severo. El yo en obediencia al superyó, desarrolla
formaciones reactivas de conciencia moral, que son exageraciones de rasgos de carácter,
también nombrados por Freud en un momento anterior como síntomas defensivos
primarios.
Al advenir la pubertad se instala la organización genital definitiva y aquellas mociones hostiles
reprimidas reaparecen y fuerzan por expresarse al mismo tiempo que arrastran a las nuevas
mociones libidinosas por caminos regresivos prefigurados. El superyó castiga al yo por las mociones
libidinosas e incestuosas provenientes del ello, que en sí son estructurales, es un crimen
constitucional no cometido por el yo que, igualmente, registra el sentimiento de culpa hiperintenso
de manera conciente y asume la responsabilidad, aunque no pueda justificarlo. Esto lleva al yo a
emprender la lucha defensiva secundaria, en la cual se forman las acciones obsesivas, también
llamadas síntomas defensivos secundarios. Los mismos, inicialmente representan limitaciones para
el yo que luego se ve obligado a buscar satisfacción en esos síntomas.

TERCERA VERSIÓN DE LA TEORÍA DE LA ANGUSTIA


CONFERENCIA 32 – INHIBICIÓN, SÍNTOMA Y ANGUSTIA

TERCERA VERSIÓN
En esta tercera versión, se invierte la fórmula, la angustia ya no es producto de la represión, sino
que la angustia crea la represión. El motor del mecanismo defensivo de represión es la angustia de
castración, es decir, la angustia frente a la posibilidad de ser castrado, contra la cual se estrella el
varón a final del complejo de Edipo.

TIPOS DE ANGUSTIA

La angustia

● es una reacción afectiva del yo frente al peligro.


● en el caso de la angustia neurótica, los síntomas son creados para evitar la situación de
peligro que el desarrollo de angustia señala.
● La angustia implica un carácter displacentero por incremento de excitación que conlleva a
procesos de descarga y percepciones de estos.

Angustia realista Angustia neurótica

reacción lógica, frente a peligro esperado reacción frente a peligro icc.


exterior.

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se discierne de manera cc, es el peligro realista no tenemos noticia de él.

se manifiesta el apronte angustiado: no se este peligro es el pulsional, la propia libido.


sostiene en una representación, pero vale como
contrainvestidura y defensa frente al terror.

● Angustia realista: reacción lógica frente a un peligro esperado desde afuera que se discierne
de manera consciente, que es el peligro realista. Aquí se manifiesta en el apronte angustiado,
el cual no se sostiene en una representación, pero vale como contrainvestidura y defensa
frente al terror.
● Angustia neurótica: angustia que se siente frente a un peligro inconciente del cual no
tenemos noticia, que es el peligro pulsional, a la propia libido.

Para cada momento del desarrollo, se puede destacar un tipo de angustia:

● Angustia del nacimiento: la primera vivencia de angustia arquetípica podría ubicarse en el


trauma del nacimiento, que representa la separación de la madre o castración de la madre,
mediante la ecuación simbólica de pene = hijo. El peligro del nacimiento es sentido como
una enorme perturbación económica por incremento de las magnitudes de estímulo carece
de contenido psíquico. Esta constituye el núcleo genuino del peligro y el desvalimiento que
sentimos frente a él que vale como situación traumática que no puede ser tramitada por el
principio del placer.

● Angustia del lactante: en el lactante, el contenido de la situación de peligro es el aumento de


la tensión de la necesidad cuya condición es la ausencia del objeto ya que reconoce a su
madre como quien satisface sus necesidades. Se establece para el lactante una analogía con
la vivencia del nacimiento que produjo una enorme perturbación económica por la pérdida
del objeto. Entonces, la angustia funciona como una señal para la evitación de la situación de
peligro que pasa a ser la pérdida o separación del objeto. A este tipo de angustia se la
denomina angustia señal.

● Angustia de castración: esta angustia que sobreviene en la fase fálica también está ligada a
una angustia de separación, en este caso, a la pérdida de los genitales que, para el varón,
tienen la garantía para una reunión con la madre: perder el pene equivale a separarse de la
madre nuevamente, es decir, quedar expuesto a una tensión displacentera de la necesidad.
En el caso de la niña, la angustia es frente a la pérdida del amor del objeto que es una
continuación de la angustia del lactante (madre ausente sustrae su amor al hijo)

● Angustia de la conciencia moral: esta angustia, también llamada angustia social, refleja el
peligro de la pérdida de amor y el castigo de parte del superyó que, en última instancia, se
puede mudar en angustia de muerte.
El yo es el genuino almácigo de la angustia, sólo él puede registrar el estado afectivo de la angustia,
el superyó no exterioriza angustia alguna y en el ello se producen procesos que generan el
desarrollo de angustia:

1. Angustia señal: en el ello se activa una situación de peligro para el yo y lo mueve a dar la
señal de angustia para evitar ese peligro, es una reacción acorde al fin que busca prevenir el
peligro. Esta caracteriza al psiconeurosis.

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o En la histeria, la condición de la angustia es la pérdida del amor del objeto.
o En la fobia, la condición de la angustia es la castración.
o En la neurosis obsesiva, la angustia es frente al superyó.

2. Angustia automática o traumática: en el ello se produce una situación análoga al trauma de


nacimiento por la cual la reacción de angustia sobreviene de manera automática, es una
reacción inadecuada en una situación nueva de peligro que no puede ser ligada ya que
carece de contenido psíquico. Esta caracteriza a las neurosis actuales, específicamente a la
neurosis traumática.

Análisis terminable e interminable. (1937)

Condiciones para que termine el análisis:


a. que ya no padezca los síntomas
b. que haya superado angustias e inhibiciones
c. que el analista juzgue que hizo cc lo reprimido, eliminando resistencias.

Análisis imperfecto: cuando no podemos alcanzar esas metas por dificultades internas/externas.

3 factores decisivos en desenlace de la cura:


a. Influjo de traumas tempranos.
b. La intensidad constitucional de las px.
c. Alteración del Yo.

Etiología de pertubaciones neuróticas: factor accidental + f. constitucional.

“La escisión del Yo en el proceso defensivo" (1938)

El Yo del niño se encuentra en un conflicto entre la exigencia de la pulsión y el veto de la realidad


objetiva.
Su Yo está al servicio de una exigencia pulsional habituada a satisfacerse, y es de pronto
aterrorizado con una vivencia que le enseña que proseguir con esa satisfacción le traería por
resultado un peligro real-objetivo.
El niño responde al conflicto con dos reacciones contrapuestas, ambas eficaces:
a. rechaza la realidad objetiva y no se deja prohibir nada,
b. y a la vez, reconoce el peligro de la realidad objetiva, asume la angustia ante él como
síntoma de padecer y luego busca defenderse de él.
De esta forma, ambas partes en disputa reciben lo que reclaman: la pulsión retiene la satisfacción y a
la realidad objetiva se le tiene el debido respeto.
Sin embargo, este resultado se alcanzó a expensas de una desgarradura en el Yo.
Las dos reacciones contrapuestas subsistirán de ahora en más como núcleo de una escisión del Yo.

La amenaza de castración tiene por consecuencia, normalmente, que el niño renuncie en todo o en
parte a satisfacer la pulsión. Sin embargo, la reacción que estamos explicando en este texto es que el
niño se creó un sustituto del pene echado de menos en la mujer. Con ello desmintió la realidad
objetiva, salvando así su propio pene. De caso contrario estaba obligado a reconocer que la mujer

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había perdido su pene, perdía credibilidad la amenaza de castración y no necesitaba temer más por
su miembro, continuando su masturbación. Este acto es un extrañamiento respecto de la realidad.

El varoncito no sólo contradice su percepción, no alucinó un pene donde no lo hay, sino que
emprendió un desplazamiento de valor, transfirió el significado del pene a otra parte del cuerpo con
el auxilio del mecanismo de la regresión. Este desplazamiento sólo afectó a la mujer, no a su propio
pene.

En conclusión, el niño se sigue masturbando como si ello no fuera un peligro, pero al mismo tiempo
desarrolla un síntoma que prueba que ha reconocido aquél peligro. Aflora en él una intensa
angustia ante el castigo del padre, por un largo tiempo, que se compensa con todo el gasto de su
virilidad.

Tiempos en las obras de FREUD.

SÍNTOMAS:

1er tiempo:
Textos: Etiología de la histeria, Manuscrito K, etc.
Freud se pregunta cuál es la causa del estado patológico. Oye a los pacientes sobre los síntomas que
le llevan y de allí avanza hasta las causas (Elizabeth).
Los síntomas derivan su causa de ciertas vivencias de eficacia traumática del enfermo, y que son
reproducidos en la vida psíquica como símbolos mnémicos.
Además, dice que ningún síntoma histérico deviene de una vivencia sola, sino que todas las veces
que el recuerdo de la vivencia sea despertado por via asociativa coopera con la causación del
síntoma.
En “Neuropsicosis de defensa” dice que el síntoma es conflicto. Deviene de aquel proceso de
conversión donde la repre. sustitutiva se une al afecto. “Conversión histérica”.

2do tiempo:
Con la introducción de la px se comienza a entender al síntoma desde lo pulsional. Nuevo estatuto
del síntoma:
Conflicto entre el yo y lo sexual > entre la desautorización de lo sexual y el insistir de la px.
El síntoma aparece como sustituto de aspiraciones libidinosas, figura como la práctica sexual de los
enfermos.
Además, Freud postula el pasaje de la teoría de la seducción a la fantasía de seducción. Esta fantasía
opera como defensa ante la propia práctica sexual infantil. Esto altera el mecanismo de producción
de los síntomas:
Ahora, entre el síntoma y las vivencias sexuales infantiles, ubicamos al recuerdo reprimido y la
fantasía, esta construcción que rebasa las impresiones infantiles y se elabora en la pubertad.
Por lo tanto, Freud dice que los S son la práctica sexual de los pacientes ya que se revelan como
figuraciones de fantasías sexuales y como resultado del conflicto entre la libido y la represión.

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EL YO:
1er tiempo:
El yo era pensado como una masa homogénea de representaciones, aunque escindido por lo
reprimido.

2do tiempo: narcisismo.

3er tiempo: Yo como almacigo de angustia y con la función sintetizadora por excelencia > busca
dominar algo del ello, que es el reservorio de las px.

SUEÑOS.
Freud postulaba al sueño como un cumplimiento de deseo alucinatorio (1). Este deseo era icc e
infantil, anudado a restos diurnos pcc, que le servían como disfraz. Este deseo icc era
completamente intolerable para el yo, por lo que se presentaba en el sueño desfigurado por la
censura onírica. De allí las 4 operaciones en el trabajo del sueño: condensación, desplazamiento,
transposición en imágenes y elaboración secundaria. Todo esto para ahorrar la angustia al yo, y la
tendencia al placer, o al menos, evitar el displacer en el aparato. Por ende, no se oponía al ppio de
placer, más bien esta teoría primera de Freud la tomaba como que estaba gobernado por él.
(3) A partir de “Mas allá…” Freud analiza los sueños de las neurosis traumáticas. Estas devienen al
haber estado expuesto a un accidente mecánico con riesgo de muerte. La causación se debe al factor
sorpresa, el terror. (Es decir, no hubo apronte angustiado, que es lo que permitiría una “preparación”
o expectativa ante un peligro). Resulta imposible ligar la magnitud de excitación que ingresa al
aparato, éste resulta anegado (se rompe la barrera protectora antiestímulo), y eso resulta
traumático. Freud nota que en la vida onírica del paciente, este es reconducido al mismo sueño
sobre el evento traumático una y otra vez, repitiendo displacenteramente el displacer vivido.
El enfermo está fijado psíquicamente al trauma. Esto lleva a Freud a proponer la existencia de una
tarea “primordial” del aparato, anterior al ppio de placer: la de la ligadura.
Dice que, cuando el aparato puede ligar la magnitud de excitación, puede tramitarla de acuerdo con
el ppio de placer, de manera tal que se tienda a evitar el displacer mediante la condensación,
desplazamiento, etc.
Por ende, Freud propone que ahora en las N. Traumáticas ese es justamente su objetivo: lograr la
ligadura de aquello que al no poder ligar resulta traumático. Eso explicaría el por qué el sueño se
repite tanto, generando displacer, que no puede ser evitado por una tramitación acorde al P de Pl.

PRIMERA Y SEGUNDA TÓPICA.


La primera tópica propuesta por Freud fue formulada a partir de la Interpretación de los Sueños en
1900 para explicar la formación de los sueños. Así, debió suponer con 2 instancias psíquicas que será
la base de los sistemas icc y pcc; la instancia criticadora, que corresponde al pcc, que realiza el juicio
sobre la actividad de la otra instancia evitando su devenir cc, y la instancia criticada, que corresponde
al icc, la censurada.
La cc son los fenómenos, percepciones y pensamientos que son cc en el instante de la actualidad.
El pcc es todo aquello susceptible de cc (recuerdos, memoria), instancia donde pueden ser evocados
a la cc si cumplen ciertas condiciones. Es el más cercano al polor motor y se relaciona mucho con el
cc. Se ubica como una pantalla, ya que no todo pasará a la cc, queda algo reprimido. Es el icc en
sentido descriptivo o latente.

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El icc es en un sentido dinámico. Hace referencia al icc rápido y eficaz, constituido por repres icc que
buscan devenir cc pero están obstaculizadas por la represión y resistencias. Se lo denomina eficaz ya
que produce efectos como los sueños o síntomas.
En esta concepción del aparato regía el p de Pl.
(3) Hasta este momento, el PSA todo este tiempo sostuvo que el Pr. de Pl. regía la vida anímica bajo
la hipótesis de que el aparato intenta mantener lo más bajo posible la excitación en él. Sin embargo,
Freud ve que la experiencia refuta esto: existen fuerzas que contrarían al Pr. de Pl. El ‘Más alla..’
representa un segundo quiebre. Implica pensar en una dimensión pulsional independiente del
campo de las representaciones, una irrupción pulsional que excede lo representacional. Así, cae el
imperio del Pr. de Pl, ya que Freud ve en la clínica una gran cantidad de procesos anímicos que no
van acompañados ni llevan al placer, sino que hay algo independiente de él.
La primera tópica comienza ser insuficiente para explicar los fenómenos con los que Freud se topa en
la práctica. Además, esta no alcanza para incluir el conflicto pulsional entre la px de vida y muerte en
el aparato, es decir, no hay lugar para lo ni ligado en la 1era tópica. Por ello, Freud crea una segunda
tópica a partir de la conceptualización de la px de muerte. La misma no invalida ni sustituye a la
primera, sino que es formulada para abordar ciertos obstáculos que se presentan en en análisis que
evidencian resistencias que no vienen de lo reprimido, y mociones px que exceden el marco del PP.
Freud nota que en análisis las asociaciones del enfermo fallan al aproximarse a lo reprimido. Se le
notifica que está bajo una resistencia que no concibe.
Pero esta resistencia no proviene de lo icc reprimido, ya que este no se resiste a la cura, solo pugna
por irrumpir cc. Por lo tanto, no puede seguir reduciendo la neurosis a un conflicto entre lo cc y lo
icc. Así, introduce una nueva oposición entre el yo coherente y lo reprimido escindido de él.
Freud realiza algunos cambios, siendo estos los siguientes:
Primero, que las resistencias devienen del yo enfermo; hay algo en el yo tambien icc y que se
comporta como lo reprimido.
Segundo, establece un nuevo icc, el estructural. A diferencia del dinámico, no es reprimido. Siguen
siendo correcto que todo lo reprimido sea icc, pero no que todo lo icc es reprimido.
Este tercer icc es el Ello. No corresponde al orden de la representaciones, es el reservorio de las px
(de vida y muerte), y el Yo no se reconoce en el Ello, pero le incumbe de alguna manera. Decimos que
el Ello es el núcleo icc del Yo, es el resto de la libido intransferible a objetos, lo NO ligado.
Tercero, esta nueva conceptualización no invalida lo anterior, pero le da una dimensión más amplia
que le permite a Freud ubicar estas nuevas resistencias que ve en análisis.
Cuarto, propone una Segunda Tópica, constituída por instancias: Yo-Ello-SY, a diferencia de la primera
que eran sistemas.
No invalida la primera, está destinada a explicar los obstáculos del tratamiento como por ej. los
sueños traumáticos donde vemos la compulsión de repetición que se aparta del objetivo principal
planteado por Freud en 1900 (la de cumplidores de deseo), sino que, anteriores al imperio del P. de
Pl, buscan dominar aquel estímulo que irrumpe en el aparato. Así, pasan a ser un intento de
cumplimiento de deseo, y van más allá del P de Pl.
En la primera tópica, Freud planteó el primer dualismo (pulsion de autoconservación y pulsiones
sexuales), luego con la introducción del narcisismo plantea que el yo se libidiniza, ya que las
pulsiones sexuales se apuntalan a las de autoconservación, siendo ahora yoicas. Entonces este
pseudo-dualismo vendría a ser la libido yoica vs la libido de objeto, las cuales ambas implican al yo,
por eso es contradictorio. Luego da cuenta de que siempre queda un resto autoerótico, donde ubica
a la pulsion de muerte que es aquello no ligado, diferenciandose de la pulsion de vida que es lo
ligable.
El Ello se refiere a la parte más profunda, primitiva, desorganizada e innata de la personalidad. El Ello
se presenta de forma pura en nuestro inconsciente y está presente desde el nacimiento Se mueve a

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partir del principio del placer inmediato, y por eso lucha por hacer que las pulsiones primarias rijan la
conducta de la persona, independientemente de las consecuencias a medio o largo plazo que eso
pueda conllevar. Por ello se suele considerar que el Ello es "la parte animal" o "instintiva" del ser
humano.
El Yo es el yo constituido en el narcisimo, es aquella superficie libidinal que se inviste para formar al
cuerpo propio. El yo intenta realizar una síntesis, la cual fracasa, ya que el ello no la corresponde. Es
frágil ante las exigencias del ello y del superyó.
El Superyó es la identificación inicial hacia el padre, ocurrida cuando el yo todavía era endeble, es el
heredero del Complejo de Edipo, introdujendo en el yo los objetos mas grandiosos. Como el niño a
las figuras parentales, el yo se somete al imperativo categorico de su superyó (exigencia de
satisfacción pulsional por ser el heredero del ello y también por su prohibición). Se localiza, entonces,
“por encima” del yo y puede ser protector o cruel, ya que es portador de ambas pulsiones.

EL TRAUMA.

(1). Al principio, en textos como La Proton Pseudos-Histerica (Emma), Freud descubre que es
reprimido un recuerdo que sólo con efecto retardado devendrá en trauma, con la importante
aparición de una pubertad que RESIGNIFIQUE la primer escena y le de la connotación sexual que
antes no tenía. Por ende, el recuerdo tardío causa el trauma. En el caso Emma, lo primero que ocurre
cronológicamente es la 2da escena que Emma recuerda: es tocada por un pastelero a los 8 años a
través de su vestido, y él ríe. En aquel momento no hay displacer, no un trauma en sí porque es
anterior a la pubertad. Más tarde en la pubertad la maduración sexual resignifica y posibilita
comprender la escena. Por último, sucede la escena que Emma recuerda, la que los empleados se
ríen de su vestido, y que uno de ellos le atrajo sexualmente. En esta concepción de lo traumático,
Freud dirá que la experiencia sexual prematura traumática no produce en sí misma un efecto sino
que esto ocurre cuando se resignifica cuando más tarde esta huella entra en conexión asociativa con
un representante psíquico luego de un período de latencia.
Además en el Manuscrito K introduce la fórmula canónica, que describe el desarrollo típico de la
enfermedad (neuropsicosis de defensa). Son 4 “fases”:
1) la vivencia sexual prematura traumática.
2) la represión: una vivencia presente despierta el recuerdo icc de aquella VSPT, y opera la
defensa reprimiendo esas repres. La VSPT no fue traumática en un principio, sólo deviene así
al entrar en un nexo lógico con algo reciente y de ahi se reprime.
3) la defensa lograda: estado de salud aparente
4) retorno de lo reprimido: fracasa la defensa, vuelven las repres. reprimidas, entran en
conflicto con el yo y forman síntomas secundarios.

(2) Más tarde, con la introducción del concepto de Px, en textos como el creador literario Freud
explica que las excitaciones sexuales infantiles dejan de tener un carácter accidental y se hace un
pasaje a lo estructural. Freud hace un pasaje de la teoría de la seducción a la FANTASÍA de seducción,
como un intento de defensa ante el recuerdo de la propia práctica sexual infantil. Esto (y la
introducción de px) permite ubicar a la sexualidad como algo estructural y constitutivo propio de
todos los humanos, y por eso cae el elemento accidental. Por otro lado, se altera el mecanismo de
producción de síntomas, porque ahora se ubica entre las vivencias sexuales infantiles y el síntoma no
sólo al recuerdo reprimido sino también a la FANTASÍA, como una construcción que rebasa las
impresiones infantiles, elaborada en la pubertad.

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(3) A partir de 1920, con el texto de Más allá… Freud habla de la metáfora de la vesícula, que
propone para explicar cómo irrumpe lo traumático en las neurosis traumáticas. Básicamente, dice
que el organismo es una vesícula cuya superficie exterior recibe estímulos externos. La superficie
sería análoga a la conciencia, como la frontera entre lo interior y lo exterior. Luego introduce esta
corteza protectora antiestímulo que sirve de protección para los sistemas subsiguientes, y actúa
como filtro de las excitaciones exteriores. Cabe aclarar que sólo vale para estímulos externos, y nada
hace contra los internos. Por lo tanto, denominará traumática a aquellas excitaciones externas que
poseen suficiente fuerza para perforar esta protección. La perforación genera una perturbación
económica, o sea, energética, en el aparato, y produce la abolición del Pr. de Pl. El aparato intenta
dominar ese quantum de energía que irrumpe, intenta ligar psíquicamente los volúmenes de
estímulo y conducirlos a su tramitación. Así, moviliza energía hacia el punto de intrusión para crear
una contrainvestidura. La reacción del aparato frente a esta irrupción px es el desarrollo de la
angustia a modo de protección, ya que lo prepara para esta posible irrupción. Este apronte
angustiado, que funciona a modo de contrainvestidura y es la última trinchera de la protección
antiestímulo, FALLA en las neurosis traumáticas. El fracaso de la ligadura del a energía px provocaría
una perturbación análoga a la producida por estímulos externos, estas excitaciones serían tratadas
como externas por el aparato, lo cual denominamos proyección.
Freud habla de la vida onírica de los pacientes con N.T. y dice que allí los sueños los llevan a
experimentar una y otra vez el accidente, despertando con renovado terror, porque se encuentran
psíquicamente fijados por el trauma. De allí habla de que esas características de repetición y la
función alterada del sueño obedecen a enigmáticas tendencias masoquistas del yo, y reformula la
doctrina del sueño, y ya no es un cumplimiento de deseo, ni opera el proceso primario, o aparece
nada de lo infantil, ni mucho menos el guardián del dormido: el aparato busca recuperar el dominio
sobre el estímulo mediante un desarrollo de angustia que produce el despertar, los sueños de las NT
exceden al Pr. de Pl no por su contenido sino por la compulsión de repetición de aquella escena
traumática como un intento de ligadura.

CONFLICTO PSÍQUICO Y DUALISMOS.

Primeros trabajos, anterior a 1900 (1)


Freud conceptualizaba en sus trabajos un conflicto psíquico entre representaciones, introduciendo el
concepto de una representación inconciliable vs. el Yo. De aquí, en textos como Neuropsicosis de
Defensa (1894) hablaba de la histeria de defensa. aquí, la R-i. entraba en conflicto con el yo y actuaba
una defensa que producía la escisión de la cc en el ámbito psíquico. La meta del Yo era dar como no
acontecida a la situación, por lo que producía que la defensa divorcie el afecto de la R-I. El afecto se
une a una repre sustituta que tiene algún nexo con la reprimida, y debilitamiento la R-I, pero a la vez
hay una formación de compromiso por la cantidad de energía que le cuesta al aparato. Esto fue
llamado CONVERSIÓN HISTÉRICA, que es cuando se vuelve inocua la R-I, transponiendo a lo corporal
su suma de excitación y da como resultado el síntoma.
Interpretación de los sueños, 1900.
Más tarde se introduce el texto de Interpretación de los sueños y con ello la primera tópica que
consistía en los 3 sistemas icc, pcc-cc y el conflicto entre representaciones se explica a partir de estas
instancias.
Pulsión y destinos de la px, metapsicología (1905-15) (2)
Con la introducción del texto de Pulsión y destinos de pulsión Freud comienza a pensar mucha de sus
teorías formuladas en términos de la pulsión, por ejemplo, el síntoma, la sexualidad, etc. La px
cuenta con muchas definiciones, entre ellas que es un concepto fronterizo entre lo anímico y lo
somático, el representante psíquicos de estímulos intrasomáticos en continuo fluir y que representa

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una medida de exigencia de trabajo impuesta a lo anímico debido a su trabazón con lo corporal.
Tiene 4 términos asociados, esfuerzo, fuente, meta y objeto. A partir de aquí, Freud crea el primer
dualismo pulsional entre las pulsiones de autoconservación, que buscan la conservación del
organismo pero no son verdaderas px ya que no son constantes y poseen un objeto determinado, su
energía es el egoísmo, y la pulsiones sexuales, que son aquellas que nacen apuntaladas en las px
yoicas y luego se independizan para más tarde volver a reunirse en una síntesis más o menos
acabada para entrar al servicio de la reproducción bajo el primado de la genitalidad. Su energía es la
líbido.
Más tarde con Introducción al Narcisismo (1914) Freud postula un pseudo-dualismo entre la libido
yoica y la libido de objeto, ya que dice que el narcisismo es una colocación libidinal en el yo,
partiendo de la base de que, con el ejemplo de las amebas, la libido puede ser cedida a objetos y
retirada de ellos, y lo mismo con el yo. Es reversible, pero una parte de la libido siempre persiste en
el yo. Ahora, ambas instancias pasan a estar libidinizadas por el carácter fluctuante de la libido. Vale
aclarar que no es un verdadero dualismo ya que no es una oposición en sí, sino que en ambas es lo
mismo fluctuando en un lado o el otro. No es una prolongación del primer dualismo, Freud lo usó
para entender el mecanismo de las N. de transferencias y parafrenias.
Con respecto al conflicto, ahora es entre el yo y la sexualidad. Con el texto de px se resitúa el
conflicto psíquico y se la da un nuevo estatuto al síntoma: el conflicto es entre el yo y lo sexual, o sea,
entre la desautorización sexual y el esforzar de la px. El síntoma es un sustituto de aspiraciones
libidinosas que figura en el retorno de lo reprimido y la práctica sexual de los enfermos ya que se
revelan como figuraciones de fantasías sexuales.
Más allá del principio de placer (1920) (3)
Por último, una vez llegada esta instancia, podemos hablar de un segundo dualismo pulsional
propiamente dicho entre las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte. Freud conceptualiza sobre
ellas en Más allá.., y el conflicto psíquico pasar a ser entre estos grupos de px, ente la libido y lo no
ligado. De la acción eficaz conjugada y contraria de estas px, que nunca aparecen de manera pura
sino entrelazadas, lo cual evidencia una mezcla y desmezcla pulsional, surgen los fenómenos de la
vida.

Freud postula que la vida surgió de la materia inorgánica y que en ese momento también surgió una
pulsión que esfuerza a reproducir el estado anterior que el organismo vivo debió resignar por el
influjo de perturbaciones externas. A esta pulsión se la denomina pulsión de autodestrucción que
refleja la naturaleza conservadora de las pulsiones y es una expresión de la pulsión de muerte.
PX DE VIDA PX DE MUERTE

aquellos estímulos ligados dentro del campo de alude a estímulos px no ligados, fuera del
las representaciones. campo de representaciones.

están al servicio del Pr. de Pl. está más allá del Pr. de Pl.

busca aglomerar la sustancia en unidades busca disolver y disgregar la sustancia. empuja


mayores, producir ligadura. a volver a lo inorgánico, contrariando el afán de
ligar.

se presenta ruidosa y revoltosa. realiza su trabajo de forma inadvertida y muda.

produce tensiones cuya tramitación es sentida produce los fenómenos de la compulsión de


como placer. repetición.

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contiene a las px yoicas libidinosas y a las px contiene a las px yoicas no libidinosas (núcleo
sexuales, son la parte de la px de vida vuelta icc del yo).
hacia los objetos.

el ppio de nirvana o constancia está al servicio


de estás px.

Por último, Freud habla de que hay un momento en el desarrollo del individuo en el cual se produce
una mezcla pulsional entre la px de vida y muerte. La px de vida conquista un lugar junto a la de
muerta en la regulación de procesos de la vida. Ahora, la tarea de la libido (px de vida) es volver
inocua a la px de autodestrucción. Para ello, desvía o transpone su energía al exterior, o sea, la dirige
hacia afuera para que no se produzca la autoaniquilación. Sin embargo, hay un sexto de la px de
muerte que no obedece a ese traslado y permanece en el interior del organismo. Ese resto y
testimonio de la mezcla px es el masoquismo erógeno primario. Es el placer de recibir dolor, se halla
en la base constitucional del sujeto.

REPETICIÓN.
En un primer momento Freud habla de la repetición asociada a la búsqueda de la identidad
perceptiva, o sea, la reanimación de las huellas mnémicas para reproducir por el camino regresivo,
alucinatoriamente, la primer vivencia de satisfacción en el niño.
Más tarde, en textos como ‘Sobre la dinámica de la transferencia’ o ‘Repetir, recordar, reelaborar’,
Freud utilizará el término de Compulsión de repetición para hablar de un fenómeno que se presenta
en el análisis y trata de un paciente que no recuerda nada de lo reprimido, sino que lo actúa. Es decir,
repite sus rasgos patológicos de carácter y sus síntomas pero sin saber que lo hace. La repetición
sería una forma del retorno de lo reprimido. La transferencia aparece también como un modo de
repeitición, y es el terreno donde se librará la batalla por retener en el ámbito psíquico lo que el
paciente quiere guiar hacia lo motor. En la transferencia se ubica al analista en el centro de la
enfermedad en calidad de objeto, por ende, toda nueva producción de la enfermedad se concentra
en relación al médico. Este deberá resignificar los síntomas y darles un nuevo estatuto como S.
neoproducidos, pasando de una neurosis a una neurosis de transferencia.
Más tarde Freud, con la introducción de la segunda tópica postula una nueva sistematización de las
resistencias. Conocíamos la resistencia de asociación y la radial, y las de la transferencia, positiva o
negativa. Ahora se presentan las resistencias estructurales, y se dirá que ya no sólo parten del yo,
sino del ello y el superyó. Así, vemos que ahora la compulsión de repetición se ubica como una
resistencia del ello, estructural, y se dice que es la responsable de la necesidad de reelaboración y de
la compulsión de repetición. Se articula con la estasis libidinal, la inercia psíquica y la viscosidad de la
libido como aquello que queda fijado, es el eterno retorno de lo igual que insta al aparato a trabajar.
Desde ‘Más allá..’ La CDR es causada por la pulsión de muerte, que por medio de la repetición
compulsiva intenta establecer ligadura a aquello no ligado.
Un referente clínico que demuestra ello es el de los sueños traumáticos, donde vemos un paciente
ser reconducido una y otra vez a la situación del accidente despertando con renovado terror. Los
sueños ya no actuarán como cumplidores de deseo, sino con una nueva tarea: intentar recuperar el
dominio sobre el estímulo que provocó la ruptura de la protección antiestímulo. Es un intento de
cumplimiento de deseo. Esta nueva función no contradice el Pr. de Pl., pero es independiente a él.
Esta CDR está por fuera del marco de las repres., es algo no ligado. En la CDR en TRANSFERENCIA, el
analista se inserta en la serie psíquica del paciente y se convertirá en el objeto ideal para que el

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paciente repita la situación tal como viene sucediendo en la CDR y así crear una repre. para que
suceda una ligadura.

TEORÍA DE LA ANGUSTIA.

En un primer (1) momento, Freud plantea que las neurosis actuales (dentro de las cuales están la
neurastenia y la n. de angustia) no poseen mecanismo psíquico, sino que en su base encontramos
una acumulación de excitación sexual somática no tramitada, o tramitada inadecuadamente, que se
muda en angustia. Cuando el aparato psíquico no puede reequilibrar mediante una acción específica
necesaria las excitaciones endógenas, las fuentes internas de excitación, se cae en este tipo de
neurosis. La angustia no proviene de una representación reprimida, a diferencia de la neurosis de
defensa que proviene de una vivencia sexual infantil, por ejemplo. Aquí, la sexualidad es actual, pero
no opera la defensa porque no hay mecanismo ni procesamiento psíquico. Por lo tanto, los pacientes
no podrían ser tratados psicoanalíticamente.
Más tarde (2), Freud introduce la 2da teoría de la angustia. Con la introducción del concepto de
pulsión, que implica que lo sexual está inscripto en el aparato, le posibilita postular una segunda
teoría de la angustia, en la cual la angustia ya no es producto de la acumulación de tensión sexual
somática, sino de la represión. Freud plantea que en el proceso represivo la represión actuaba sobre
las representaciones y el monto de afecto liberado podría tener 3 destinos distintos, uno de ellos la
angustia.
Freud hace un abordaje metapsicológico de la represión en la histeria de la angustia, y distinguir 3
fases: (no es necesario creo)

1. Primera fase: una repre. ligada a una moción libidinal de tinte erótico es reprimida, se le
sustrae la investidura pcc y la investidura icc es descargada como angustia sin que pueda
distinguirse ante qué. Aparece como una angustia no ligada.
2. Segunda fase: la investidura pcc que se sustrajo se desplaza a una representación sustitutiva
que se asoció con la repre. reprimida permitiendo la racionalización del desarrollo de la
angustia. Esta repre. sustitutiva funciona como contrainvestidura: asegura que no emerja en
la cc la repre. reprimida.
3. Tercera fase: busca inhibir el desarrollo de la angustia que parte del sustituto. Esto se logra
invirtiendo todo el entorno asociado a la repre. sustitutiva con una gran intensidad, de
manera que cualquier excitación que se de en ese parapeto, producirá un pequeño
desprendimiento de angustia, como una pequeña señal para evitar que se desarrolle. Este
parapeto fóbico también funciona como contrainvestidura. El conjunto de esta construcción
se denomina fobia, y sólo proyecta el peligro px hacia afuera, pero nada hace con el
verdadero peligro: el interno.

Por último (3), sabemos que en la segunda versión se dice que la angustia es un destino posible del
monto de afecto, o sea que es posterior a la represión. Para la tercera teoría se hará un cambio
fundamental donde la angustia es anterior a la represión, ya que en su indagación sobre las fobias en
‘Inhibición, síntoma y angustia’ se da cuenta que ellas no corroboran esta teoría y que parecen hasta
contradecirla, ya que en las fobias la actitud angustiada del yo es siempre primaria, y es el impulso
para la represión. Así, cae la 2da versión y comienza a reformular la 3ra.
Decimos que se invierte la fórmula en tanto la angustia ya no es producto de la represión, sino que la
angustia crea la represión. El motor del mecanismo defensivo de represión es la angustia de
castración, o sea frente a la probabilidad de ser castrado. Con la segunda tópica Freud puede explicar
que el Yo es el genuino almácigo de la angustia, y esta aparece cuando el Yo percibe un proceso

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amenazador en el Ello. Sólo el Yo es capaz de registrar el estado de angustia, ya que él SY no
exterioriza angustia y en el ello se producen procesos que generan el desarrollo de angustia. Estos
son la angustia señal, cuando en el ello se activa una situación de peligro para el Yo y lo mueve a dar
señal de angustia para evitarlo. Es una reacción acorde al fin que busca prevenir el peligro. Es
característico de la psiconeurosis. Y la angustia traumática, cuando en el ello se produce una
situación análoga al trauma de nacimiento por la cual la reacción de angustia sobreviene de manera
automática, siendo una reacción inadecuada en una situación nueva de peligro que no puede ser
ligada, ya que carece de contenido psíquico. Es característica de las neurosis actuales,
específicamente la traumática.
Freud antes planteaba como peligro a la exigencia pulsional, pero ahora afirma que no es un peligro
en sí misma, sino que lo es porque conlleva además un peligro auténtico exterior: la CASTRACIÓN.
Por ende, la castración es un núcleo definitivo en el desarrollo.
Al mismo tiempo se consuma la formación de la fobia. La angustia de castración recibe otro objeto y
una expresión desfigurada, el caso de Juanito: ser mordido por el caballo en vez de ser castrado por
el padre.
Juanito presenta una zoofobia. Para que ello ocurra, primero apareció un proceso amenazador del
Ello (investidura de objeto hacia la madre). De allí el Yo da la señal de angustia para inhibir dicho
proceso, ya que ceder a él traería aparejado el complejo de castración, y en su lugar crea un síntoma.
De esta manera la antigua idea que afirmaba que la fobia opera por proyección cae, ya que se
comprobó que un peligro exterior se sustituye por otro peligro exterior, en el caso de J, peligro de
castración x peligro a ser mordido.

RESISTENCIA.

En primera instancia se vieron las resistencias de asociación y la radial en ‘Psicoterapia de la histeria’.


La R.A. era definida como una fuerza que contraría el devenir cc de las repres. patógenas, era la
detención de las asociaciones que conducían al núcleo pato, y la radial estaba articulada al núcleo
patógeno, y decíamos que crecía mientras más nos acercamos a él. (núcleo de recuerdos en los
cuales ha culminado el momento traumático.
En un segundo momento Freud destaca las resistencias transferenciales que se asociaban con la
dimensión de la transferencia como obstáculo. Allí, Freud habló de dominar aquellas resistencias que
surgían en transferencia y que fueron lo que llevaron a la represión.
Más tarde, Freud introduce la 2da tópica, y con ello la ideas de resistencias estructurales, entre
muchas otras cosas. Habla sobre que la represión exige un gasto de energía constante para que
aquello reprimido se mantega como tal: a esa fuerza la llamamos resistencia, y la misma presupone
la formulación de contrainvestiduras de las que el YO se vale para resistir. Sin embargo, Freud
descubre que las resistencias no sólo parten del YO, sino que hay resistencias icc que parten del ello y
el SY. Así, la nueva doctrina de las resistencias ubica 5 resistencias, 2 de las cuales son estructurales.
Primero, las R. Yoicas (de repre, transfer, ganancia), las R. de Ello (CDR), y las R. del SY (culpa, castigo,
masoquismo, reacción terapéutica -)

LO ICC.

En la primera tópica Freud plantea al ICC dinámico, descriptivo y sistemático.

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a. ICC DINÁMICO → refiere al retorno de lo reprimido, y en ‘La Represión (1915)’ se lo llama
represión 2ria. Son representaciones con carácter dinámico. Aquellas que a pesar de su
intensidad y acción eficiente se mantienen fuera de la cc. Es empujado por fuerzas vivas que
lo apartan. Su única forma de devenir cc es hacerlo de manera desfigurada, como una
formación del icc. La vida anímica de los pacientes histéricos rebosa de estos pensamientos
icc eficientes que vienen como síntomas. El paciente padece, pero no sabe por qué. La repre.
jamás devino cc pero aún así es eficaz.
b. ICC DESCRIPTIVO → refiere a cierta cualidad. Habla de que una repre-. es icc cuando carece
de cualidad cc, pero que es susceptible de esta. Son repres. latentes susceptibles de cc, que
pueden pasar a la cc tal cual están. Este ICC sería lo que llamamos PCC.
A lo largo del texto ‘El yo y el ello’ (2), observa en el análisis que la asociaciones del paciente fallan
cuando debe aproximarse a lo reprimido, y cuando el analista le informa que se encuentra bajo una
resistencia, él no sabe nada de ello. Freud se pregunta de dónde surgen aquellas resistencias,
descartando de inmediato que provengan del ICC dinámico, ya que este no opone resistencias, solo
pugna por devenir cc.
De allí comienza a conjeturar que dichas resistencias deben provenir del YO del enfermo, planteado
entonces que en el Yo se encuentra algo que también es icc y se comporta como algo reprimido.
Así, Freud hace un pasaje de la oposición entre cc e icc a un vs. entre lo reprimido y el yo coherente.
Este yo coherente se ubica como núcleo icc del yo. A partir de esta nueva conceptualización, decimo
que todo lo reprimido es icc, pero no todo lo icc es reprimido. Por ello, Freud postula un 3er estatuto
de lo icc, aparte del dinámico y el descriptivo, que llama ‘Icc estructural’ y se ubica como no
reprimido. Es el antecedente de lo que Freud en su 2da tópica denomina ‘El ELLO’.
Este icc no corresponde al orden de las repres. Es el reservorio px. Como se ha planteado, el YO no se
reconoce en el ello, por lo tanto se considera impersonal. Este nuevo icc no invalida al anterior, pero
le da a Freud una dimensión más amplia, a partir de donde puede ubicar estas nuevas resistencias
que aparecen en análisis. Propondrá una 2da tópica, constituida por instancias, y no por sistemas
como la anterior: YO-ELLO-SY. :)

REPRESIÓN

En un primer momento (1) Freud introduce el término de represión para hablar de la trayectoria de
la enfermedad en la neurosis de represión. Establece la fórmula canónica que tiene 4 momentos de
la represión. Primero, la VSPT que busca reprimirse, y se logra luego de que es despertada por un
suceso que la asocia. El tercer momento es el de la defensa lograda, salud aparente. Por último, el
estadio donde fracasa la defensa y retorna lo reprimido. A su vez, dice que para que la
representación sea reprimida debe cumplir con 2 condiciones: infantilismo y sexualidad.
La represión aquí operaba divorciando la representación del monto de afecto en fin de debilitar la
repre inconciliable con el ello.
Más tarde (2), Freud introduce el concepto de pulsión y con ello conceptualiza sobre muchas formas
de represión, análogas a la angustia y demás. En ‘la represión 1915’ explica que la represión es
rechazar algo de la cc y mantenerlo alejado de ella. Perturba el vínculo representacion/cc, por lo que
no es un mecanismo originario, sino que supone la diferenciación entre los sistemas. Lo explica en 3
tiempos lógicos:
1. represión primordial: postulado teórico para introducir al repre. psíquico de px, diciendo que
a este se le deniega acceso a la cc, fundando así el campo icc, y quedando inscripto y fijado
allí.
2. represión secundaria: recae sobre los retoños del representante, reprimiendo todo lo que se
asocie a él. aquí cooperan la fuerza de repulsión desde la cc, y la de atracción que ejerce lo

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reprimdo primordial sobre aquello a reprimir. esto exige un gasto constante de fuerza debido
a que su sostenimiento contraría la continua presión de lo que se ha reprimido, queriendo
devenir cc.
3. retorno de lo reprimido: aparecen retoños de lo reprimido deformados, son la manera en la
que nos anoticiar que ha acontecido la represión.

Por lo tanto separa la representación, que desaparece de la cc, y el monte de afecto luego de la
represión, que puede seguir 3 destinos.
Plantea que como el fin de la represión es evitar el displacer, pero sólo opera en las
representaciones, no pudiendo evitar que el afecto se mude en angustia, o neurosis obsesivas o
histerias de conversión, es estructuralmente fracasada.
Se mantiene con un concepto que llama contrainvestidura → la C mantiene la REPRE2, y cuida la
permanenra de la REPRE1. Opera en el sistema pcc, así es como este se protege del intento reiterado
de la repre. icc de acceder a la cc. Es el único mecanismo de la REPRE1 y se le suma la sustracción de
investidura pcc en la REPRE2.
Por último (3), con la introducción de la 2da tópica y la conceptualización sobre las resistencias
estructurales, dirá que la represión es una de las resistencias que ejerce el yo, y opera a modo de
contrainvestidura que se opone al devenir cc de aquello reprimido. Además, respecto a la angustia,
dirá que ahora se invierte la fórmula y la angustia es la que crea la represión, siendo de mucha
importancia la angustia de castración.

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