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La comunicación política: construcción de un modelo - Dominique Wolton

La comunicación política es tan vieja como la política y nace con los primeros intercambios
que los hombres tienen entre sí. Las retóricas es lo más notable y admirado que pasa a
llamarse en dos términos: “comunicación política”.
Se le dio mucha utilidad a el uso de esas palabras, por el siglo XX el nazismo y comunismo
se lo habían designado a la propaganda. Es una discusión que viene desde la antigüedad,
mientras que la política ha sido una tarea muy notable, mientras que el discurso nunca ha
gozado de la misma jerarquía ni de la misma legitimidad, es como si fueran una forma
degradada de la política.
Tal separación entre la acción y la palabra, acompañada de una intensa valoración de
aquella y de una desconfianza respecto a esta, caracteriza desde hace tiempo la política y
resulta, tal vez, del hecho de que el discurso político remita a las mentiras, promesas e
ideologías que son la otra cara de la política. La edad contemporánea introduce un cambio
sustancial y logra valorizar en la política lo que se refiere a la comunicación, tanto a nivel de
los discursos intercambiados como es el del papel de los medios y hoy, en el de la opinión
pública.
Esta valorización de la comunicación, en especial con el surgimiento de la comunicación
política, es contemporánea de la sociedad y de la democracia de masas, caracterizadas
ambas por el sufragio universal igualitario, el reino de los medios de comunicación masiva y
el de las encuestas. La comunicación política evoca todo aquello que se vincula con la
producción y el intercambio de los discursos políticos que exponen los distintos
actores y los medios reflejan.
La democracia de masas en definitiva ha logrado comprar sus cartas de nobleza y la
comunicación política continúa suscitando reservas. Tiene “mal cartel”.

Definición
En un principio la comunicación política designó, del estudio de la comunicación del
gobierno para con el electorado, más tarde, al intercambio de discursos políticos entre
políticos en el poder y los de la oposición. Luego se extendió al estudio del papel de los
medios de comunicación masiva en la formación de la opinión pública y la influencia de los
sondeos en la vida política, mayormente para estudiar las diferencias entre las
preocupaciones de la opinión pública y la conducta de los políticos. Hoy la comunicación
política abarca el estudio del papel de la comunicación en la vida política, en el
sentido nato, e integra tanto a los medios como los sondeos, la investigación política
de mercados y la publicidad, con especial interés en periodos electorales.
Se hace hincapié en el intercambio de discursos políticos.
La comunicación política designa a toda comunicación que tiene por objetivo la política.
Toda en cuenta dos características de la política moderna contemporánea: la expansión de
las esfera política junto con el aumento de los problemas y de los actores que ingresan en el
campo político, y la importancia creciente que se le da a la comunicación, además del peso
de los medios y de la opinión pública a través de los sondeos.
Estas dos características dan una sensación de tiranía inexorable de la comunicación sobre
la política y de una alteración de está forma de espectáculo. La comunicación política, de
alguna manera, es objeto de una operación de desplazamiento: si bien las reticencias
que durante mucho tiempo han rodeado a los medios de comunicación masiva y los
sondeos hoy han desaparecido, se encuentran casi intactas respecto de la
comunicación política.
Hipótesis: “El público es frágil, manejable y se deja influir”.
Entonces, Wolton propone ir en contra de esta definición extensa que impide comprender la
especificidad de la comunicación política moderna. Y también se inscribe contra el discurso
dominante que ve en la comunicación política una caricatura de la política.
Plantea una nueva hipótesis: “La comunicación política es un cambio tan importante en el
orden político como lo han sido los medios de comunicación masiva en el de la información
y los sondeos, y en el de la opinión pública. La comunicación política traduce la importancia
de la comunicación en la política, no en el sentido de una desaparición del enfrentamiento
sino, al contrario, enel sentido de que el enfrentamiento, que es propio de la política, se
realiza hoy en la democracias en el modo comunicacional, es decir, en definitiva,
reconociendo al otro”.
El surgimiento de la comunicación política como fenómeno importante es el resultado del
doble proceso de democratización y de comunicación iniciado dos siglos atrás, que asegura
la transcripción del ideal político democrático del siglo XVIII en un espacio público
ensanchado en el que los distintos miembros tienen una categoría legítima.
El gran problema que se producía hace dos siglos ha sido no sólo hacer reconocer el
modelo democrático sino también adaptarlo a una sociedad radicalmente distinta de aquella
en la que había sido pensada.
La comunicación política exactamente se nos revela como lo contrario de una
degradación de la política, pero como la condición del funcionamiento de nuestro
espacio público ensanchado. Entonces, al permitir la interacción entre la información, la
política y la comunicación aparece como un concepto fundamental de análisis del
funcionamiento de la democracia masiva. No se va a suprimir la política o a subordinar la a
la comunicación sino, por el contrario, a hacerla posible en la democracia masiva.
Definición de comunicación política: “el espacio en que se intercambian los discursos
contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse
públicamente sobre política, y qué son los políticos los periodistas la opinión pública
a través de los sondeos”.
Esto definición hace hincapié en la idea de interacción de discursos contradictorios que
sostienen actores que no tienen ni la misma categoría ni la misma legitimidad, pero que por
sus posiciones respectivas en el espacio público constituyen la condición de funcionamiento
de la democracia masiva. Son un proceso continuo y nutren los problemas políticos del
momento, a la vez que se concluye de manera regular mediante elecciones, que el sistema
político democrático cierra un espacio de comunicación política y abre otro.
Esta definición presenta 5 ventajas:
1. Amplía la perspectiva clásica: estudio de las relaciones entre los tres.
La interacción constituida por la circulación simultánea los discursos de políticos de los
sondeos y de los medios de comunicación masiva de entrada, es objeto de la definición. Los
tres discursos forman un sistema en la realidad, en el sentido de que se responden, y
también porque representan las tres legitimidades de la democracia la política, la
información y la comunicación. Lo constitutivo de la comunicación política es su interacción
cuando se define como un espacio de ‘confrontación’ de puntos de vista contradictorios,
más que como un espacio de comunicación. Por lo tanto abarca una cantidad limitada de
actores que tienen la legitimidad para expresarse. Es distinta de lo que se llama debate
político, el cual es muy importante la democracia, pero que reúne el discurso de los actores
políticos en sentido estricto. En la idea de comunicación política están, además, la del
choque de varias legitimidades y la sanción que representa el horizonte de la elección
respecto de la cual se ordenan los discursos.
2. La originalidad de la comunicación política: manejó las tres dimensiones
contradictorias y complementarias de la democracia masiva, la política, la
información y la comunicación.
La democracia masiva es inseparable de estas tres características. La originalidad y el
interés de la comunicación política consiste en que son ese lugar de expresión y
enfrentamiento de las legitimidades constitutivas y contradictorias de la democracia masiva.
En este sentido es una nueva realidad tanto en el plano funcional como en el teórico. Las
tres legitimidades constitutivas de la comunicación política no han aparecido juntas, las que
primero se fueron desarrollando desde el siglo XVIII han sido la política y la información, la
batalla por el sufragio universal era inseparable de la batalla por la libertad de expresión y
de la información. Por el contrario, la opinión pública y la comunicación son mucho más
recientes. ¿Por qué comparar comunicación con opinión pública? En primer lugar, porque
no hay democracia masiva sin consideración de la opinión pública, y porque ésta es
inseparable de un proceso comunicacional tanto en su constitución, como expresión. En
efecto, la opinión pública no existe de por sí pero resulta de un proceso social permanente
de construcción/destrucción. Por eso, es inseparable de una interacción social que de
alguna manera la constituye, y además no existe y no cobra sentido sino a través de la
comunicación de los sondeos que son sus megáfono y que le aseguran su publicidad en el
espacio público. La diferencia entre la legitimidad de la política (que está ligada con la
elección) y la de la información (que está ligada con un valor indispensable para el sistema
democrático) resulta clara para todos. La legitimidad de la información de los medios
de comunicación masiva se basa en el derecho a la información y a la crítica, que es
independiente de las técnicas de la comunicación. Pero las técnicas de comunicación
son solo un medio fundamental porque aseguran la transmisión de la información. El
derecho a la información es primordial.
En cambio, para la opinión pública, la comunicación es un valor fundamental necesario,
tanto para su existencia, como para su exposición. En este caso la comunicación política
asegura la convivencia entre estas tres lógicas, cada una de las cuales constituyen una
parte de la legitimidad democrática.
Los intelectuales pueden participar de la comunicación política ya que tiene la autoridad
para expresarse públicamente sobre la política partiendo de su lógica de conocimiento. Su
espacio natural de expresiones es el espacio público y no la comunicación política. Por el
contrario, los expertos, técnicos y tecnócratas que desempeñan un papel decisivo en la
administración, en el funcionamiento del Estado y en la política, no participan de modo
explícito de la comunicación política ya que no tiene vocación para expresarse.
Esta definición restrictiva de la comunicación política está limitada al intercambio del
discurso de los tres autores autorizados para expresarse en todos los campos de la política
lo que permite comprender que la distingue de otro espacio de intercambio fundamental
para la democracia, pero mucho más amplio que el espacio público. Su principio
organizativo está vinculado con la libertad de expresión contiene una variedad de temas que
dan lugar a expresarse intercambiar todo lo referente a la cosa pública. Entonces, se hace
público lo que se quiere comunicar al espacio público y aquello que caracteriza netamente
al espacio público, el cual es un espacio abierto en el que se expresan todos los que se
autorizan para hablar públicamente y por lo tanto para asegurar cierta publicidad y
mediación a su discurso. El espacio público es más amplio y abierto por principio a todos
aquellos autorizados a expresarse, y supera mucho al campo de la comunicación política.
Los técnicos, tecnócratas y expertos se expresan el espacio público, así como también los
intelectuales cuyo acierto es más considerable que el de los técnicos.
La comunicación política es más limitada y más forzada que el espacio público. Si
bien los debates políticos primero atañen a los intercambios entre políticos, la comunicación
política apunta los intercambios entre políticos, periodistas y opinión pública mediante
sondeos; y el espacio público es el más amplio de los tres pues admite todo discurso que se
expresa públicamente.
3. Lo discurso político que figuran son objeto de conflicto y polémicas: la
comunicación política es el espacio en el que se enfrenta las políticas contradictorias del
momento lo que significa que el contenido de tal comunicación varía con el tiempo.
4. La política respecto de la comunicación o ligadas entre ellas: la comunicación no
ha digerido a la política, pues es más bien la política la que en la actualidad se representa
en un estilo comunicacional.
Actualmente es imposible gobernar ignorando lo que desea en la opinión pública y los
sondeos, que son aquellos retrovisores de la opinión pública. La comunicación es
indispensable para el funcionamiento de la democracia masiva en el sentido
descendiente --del poder político al electorado por medio de los medios--, y en el
sentido ascendente --de la opinión pública a los políticos mediante los sondeos--.
Dos causas de la importancia de la comunicación: a) el crecimiento de los medios de
comunicación masiva relacionado con el modelo democrático y las necesidades de
funcionamiento de la sociedad masiva, b) la aparición de una comunicación con la opinión
pública mediante los sondeos.
Dos sentidos diferentes de la disyunción de la comunicación: a) una lógica de la información
que fundamentalmente la de la prensa, b) una lógica de la comunicación vinculada con la
opinión pública y los sondeos.
5. El público No está ausente de esta interacción: la comunicación política no es el
intercambio de los discursos de la clase política y mediática dentro de ella se encuentra la
presencia real de los sondeos, además de los movimientos de opinión y los movimientos
sociales.
La comunicación política tiene un carácter público en otro sentido: desarrollarse ante el
público que, mediante el voto, llega a zanjar debates. La dimensión visible de la
comunicación política constituye un principio fundamental del sistema político en que el
electorado públicamente decide. Entonces, la comunicación política se revela como el
escenario en el que se intercambian los argumentos, los pensamientos y las pasiones, a
partir de las cuales los electores son elegidos. Es una instancia de regulación en que las
elecciones regularmente da la victoria a uno o inmediatamente reanudan otros debates. Por
último, es un conjunto de reglas estrictas que permiten el funcionamiento de espacio de
intercambio de discursos.

Características
La comunicación política es un proceso indispensable para el espacio político
contemporáneo, al permitir la confrontación de los discursos políticos característicos
de la política: la ideología y la acción para los políticos, la información para los
periodistas, la comunicación para la opinión pública y los sondeos.
Estos tres discursos están en permanente tensión, cada uno de ellos guarda una parte de la
legitimidad política democrática y puede pretender interpretar la realidad política del
momento excluyendo al otro. El carácter antagónico de cada uno de estos tres discursos
resulta del hecho de que no tienen la misma relación con la legitimidad, la política y la
comunicación.
Para los políticos, la legitimidad resulta de la elección. La política es su razón de ser, con
una desconfianza cierta en el acontecimiento y una preferencia por las ideologías
organizadoras de la realidad.
Para los periodistas, en cambio, la legitimidad está vinculada con la información que tiene
una categoría evidentemente frágil, puesto que se trata de un valor fundamental pero
deformable, que permite que se relatan los acontecimientos y se ejerza cierto derecho de
crítica.
Los sondeos, “representantes” de la opinión pública, la legitimidad es de orden científico y
técnico. El objetivo es reflejar lo mejor posible una realidad que no tiene existencia objetiva
sino a través de la elaboración que de ellas hacen.
La comunicación política tiene otra característica fundamental: no es un espacio cerrado
sino abierto a la sociedad en el sentido de que cada uno de los actores habla de manera
permanente en dos niveles. Por un lado, tanto para los compañeros de la comunicación
política como para sus pares y, por otro, para la opinión pública. Este doble nivel de
orientación es una necesidad para evitar un diálogo de sordos.
Los medio de comunicación masiva se conmueven en extremo ante el acontecimiento, los
políticos ante la acción, la opinión pública ante la jerarquía de los temas y de las
preocupaciones que no obedecen ni al ritmo de la acción política y al de los medios de
comunicación masiva. Estas diferentes escalas de tiempo y preocupación conducen a
diferentes agendas de unos y de otros. La comunicación política no es sólo un espacio
de intercambio discurso, sino también un espacio de confrontación de lógica y de
preocupación es diferentes.
Para los políticos la opinión pública se reduce en gran medida a los sondeos (periodo
electoral) para saber cual seria el resultado. Para los periodistas, la opinión pública más un
concepto que una realidad una especie de acompañante invisible al cual se dirige ni en el
cual se basan para el hogar y oponerse a los políticos. Para los institutos de sondeos, la
opinión pública es más fiel fotografía de una realidad que no tiene existencia y que por ser
sólo una construcción no Por ello desempeña un papel menos fundamental en nuestra
democracia.
La opinión pública no tiene ni la jerarquía ni la misma función respecto de cada uno
de los actores.

Papel y funciones
El papel fundamental de la comunicación política es evitar la reclusión del debate
político en sí mismo integrando los temas de toda índole que se convierten en la
invité político y al facilitar el proceso permanente de selección, jerarquización y
eliminación brindar elasticidad suficiente al sistema político.
Si bien el sueño de todo político es concluir la comunicación política en los temas conocidos
para evitar que se abran otros, el papel de la comunicación política es impedir ese cierre
que amenaza con desenganchar el medio político del resto de la sociedad. La comunicación
política permite, por ejemplo, considerar el discurso de los movimientos sociales que,
indefectiblemente, surgen entre dos elecciones y que en ocasiones ciertos conflictos
pueden muy bien hacer cargo contra la autoridad. La comunicación política sirve para
dirigir la principal contradicción del sistema político democrático hacer alternar un
sistema de apertura los problemas nuevos con un sistema de cierre destinado evitar
que todo estén debate permanente en la plaza pública.
Para dirigir esta doble función de apertura y cierre la comunicación política segura tres
funciones: 1. Identificar los problemas nuevos que surgen. (Políticos y medios de
comunicación) 2. Favorecen la integración en los debates políticos del momento garantizan
una especie de legitimidad. (Sondeos y políticos) 3. Facilita la exclusión de temas que han
dejado de ser objeto de conflictos o respecto de los cuales existe un consenso temporario.
(Medios).
Estas tres funciones se consolidan de manera simultánea h lo que asegura está triple
función es la especificidad y la fuerza de la comunicación política, es “el pulmón” de la
democracia. Varía según contextos históricos.
En periodo de elecciones las encuestas desempeñan un papel importante puesto que cada
uno trata de saber por anticipado cual podrá ser el resultado. En cada campaña se
comprueba esta preeminencia de los sondeos cada vez más abundantes y cada vez con
más frecuencia dirigidos y publicados por los medios, por lo tanto tienden a convertirse en
agenda de la campaña. En periodo electoral, la comunicación política está cada vez más
dominada por una lógica del sondeo aún cuando el envite no está en el plano de la opinión
pública sino en el del electorado.
En situación normal, entre dos elecciones, la comunicación política resulta alentada, en
especial por los medios que desempeñan su papel en las mejores condiciones haciendo
reconstruir los acontecimientos y los problemas que el político no ve.
En situación de crisis política interna o externa, el equilibrio de la comunicación política
incluso es diferente, al ser dominado por la preeminencia de los políticos. La urgencia de la
situación, la importancia de la acción y las decisiones que se han de tomar, colocan al
político en el centro de la comunicación política. El ritmo de los acontecimientos y su
carácter inesperados disminuyen de modo temporario el papel de la opinión pública y la
importancia de los sondeos.

La comunicación, “motor” del espacio público


La comunicación política (empírica y conceptual) de análisis de la democracia en las
sociedades masivas presenta cinco aspectos de interés desde el punto de vista de la teoría
política:
En primer lugar, es prueba de que no hay antagonismo estructural entre los grupos sociales
por la comunicación política implica el intercambio y por lo tanto el reconocimiento del otro
(adversario).
La teoría de la comunicación política muestra que no sólo el espacio público no está
destruido, sino que su funcionamiento en el nivel de la democracia masiva se halla en
conexión directa con la comunicación política. Respecto a los medios y los sondeos
tampoco han desfigurado el espacio público, sino que han permitido su adaptación en un
marco sociológico y político muy distinto.
En segundo lugar, la importancia de los actores detrás de los discursos. Las lógicas
contradictorias que están en el medio de comunicación están encarnadas por actores y esta
revalorización del papel de los actores es paralela a la de la comunicación política.
El tercer aspecto, mostrar la autonomía de las tres lógicas de la política la información y la
comunicación. Tal autonomía tiene una consecuencia importante desde el punto de vista de
la democracia ya que recuerda la separación que se produce entre la lógica de la
información de los medios y la lógica de la comunicación de la opinión pública. Los medios
de comunicación masiva más que nunca hayan su legitimidad en el valor de la información
en relación con el proyecto democrático político, a la vez que la opinión pública está
vinculada con una legitimidad de la comunicación y la representatividad. Está
autonomización de la opinión pública respecto de la información quizá sea uno de los logros
más importantes tras la actualización de papel fundamental que desempeña la
comunicación política.
Dicho de otro modo el surgimiento de la comunicación política como lugar autónomo
intercambio de discursos contradictorios expresados dos cambios cualitativos en nuestra
democracia: a) separación entre la lógica de los medios y la opinión pública, b) una posición
contradictoria de los tres discursos respecto del tema de la representatividad de la opinión
pública.
El cuarto punto interesante, la concepción de la comunicación política es
fundamentalmente dinámica. el ideal de la comunicación política es cierta igualdad de
tensión entre las tres lógicas constitutivas. por eso la comunicación política es un modelo de
análisis Dinámico y constituye un revelador del estado del sistema político.
El quinto, la comunicación desempeña un papel fundamental en nuestra democracia y la
política, a su vez, domina siempre. La comunicación no sustituye a la política, sino que le
permite existir, y hasta puede emitir la hipótesis de que el reconocimiento de este nivel de
funcionamiento de la comunicación política es signo de un funcionamiento de la democracia
y de cierta madurez política.
Por otra parte se llega a constituir una función de agenda de la comunicación política, como
la y también en el caso de los medios, sólo que es más complicada para elaborar puesto
que engloba muchos más parámetros (entre ellos la de los medios). El fin es el mismo,
lograr entender en todo momento el estado de la comunicación política, el modo cómo se
sopesan las distintas lógicas, la fuerza y las debilidades, así como los riesgos de
desequilibrios estructurales. La función de la agenda varía según las situaciones políticas:
en elección, normal o crisis.
Por último la comunicación política agrupa tres fenómenos simultáneos: es una realidad
visible a diario a través de los discursos que se intercambian los actores legítimamente
autorizados para expresarse. Además es un nuevo nivel de funcionamiento de la política, y
por otra parte, es un concepto distinto del espacio público indispensable para la
comprensión del funcionamiento de las democracias.

Las contradicciones de la comunicación política - Dominique Wolton

La política es inseparable de la comunicación y, por lo demás, la historia de la democracia


es la historia de las relaciones entre ambas. Hoy el problema reside principalmente en
determinar mejor el carácter específico de la comunicación política. En última instancia, toda
política llega a ser comunicación política, en el sentido en el que la política es
constantemente objeto debates y comunicación. Hay que comprender entonces, lo que
distingue la comunicación política de todos los demás fenómenos comunicacionales que
rodean a la política. La comunicación política no es la comunicación pública del Estado y de
las instituciones destinadas a la sociedad. No es tampoco la mediatización de la política on
cuando está mediatización desempeña un papel importante, tampoco es sinónimo de
marketing político ni puede referirse a todo intercambio de discursos relacionados con el
objetivo de poder.
Entonces, la comunicación política es el espacio en que se intercambian los
discursos contradictorios de los tres actores que legítimamente se expresan en
público sobre la política, y qué son los políticos, los periodistas y la opinión pública a
través de los sondeos.
La comunicación política se concibe como un proceso dinámico y abierto, se trata de un
lugar de enfrentamiento de discursos políticos opuestos apoyandapoyandos, o bien por los
periodistas, o bien por los políticos, o bien por la opinión pública en virtud de los sondeos.
La comunicación política así entendida muestra, por un lado, que se trata de un lugar de
enfrentamiento y, por otro, que es enfrentamiento se realiza partiendo de tres discursos que
se expresan legítimamente en una democracia.
La comunicación política asume pues formas diferentes según los periodos normales, de
crisis o de elecciones. Pero siempre tiene la doble función de de seleccionar los temas
sobre los cuales habrá de disputarse y de eliminar aquellos que ya no hay más
enfrentamiento. La comunicación política es la intersección más pequeña entre los tres
espacios simbólicos que son el espacio público el espacio político y el espacio
comunicacional.
La comunicación política es el motor del espacio público.
La comunicación política de ayer incumbía una élite; hoy, considerando el sufragio
universal, es una comunicación en gran escala. La comunicación política es un equilibrio
inestable entre lógicos contradictorias.
La comunicación política es el objeto de un enfrentamiento en su propio seno que tiene
alcanzar “el dominio de la función de agenda”. Esta función de agendas un tanto compleja,
pues presenta dos niveles: el primero, es el de la relación de la fuerza entre estos tres
discursos; y el segundo, es el de la relación entre la comunicación oficial y el estado real de
los debates en la sociedad. El problema es que no llega a administrar estos dos niveles y lo
que entra en discusión es su condición misma como lugar de representación, de
simbolización y de lectura de los objetivos políticos del momento.

1. La sociedad civil absorbida por el espacio público: se debe tener en cuenta las
diferencias en el espacio público. Se debe lograr diferenciar el espacio civil, del
espacio público y reconocer los límites de cada uno. La sociedad civil es
históricamente anterior al nacimiento del espacio público y, teóricamente, condiciona
la aparición de este. La sociedad civil es la vida social organizada según su propia
lógica, especialmente asociativa, que asegura una dinámica económica, cultural y
política. El espacio público está vinculado con la democratización, traduce el
fenómeno de politización de la mayor parte de las cuestiones de la sociedad, en el
sentido de los enfrentamientos y negociaciones. La consecuencia de la extensión del
espacio público es la disminución del papel de la sociedad civil y, a su vez, la
extensión del espacio público que logra ampliar el espacio político y por lo tanto la
política. el riesgo que se corre es la superposición de los diferentes espacios
comunicación política espacio político espacio público y sociedad civil, es decir, que
todo se haga político.
2. La confusión entre espacio público y espacio político; el fin de la frontera entre
vida pública y vida privada: que los temas de la esfera pública pasen a la privada,
y viceversa. Hacer una utilización de lo privado en lo público y a su vez, también,
reconocer los límites. La existencia de la comunicación política supone pues la
distinción entre lo público y lo privado, por un lado, lo que en un determinado
momento es tema de discursos públicos que pueden ser objeto de un
enfrentamiento político y, por otro, lo que permanece dentro de la esfera privada en
una escala interpersonal o de pequeños grupos y que en todo caso no está
destinado a ser debatido en la plaza pública. La comunicación política como forma
temporaria cambia con el correr del tiempo, y lo que cada vez estructura y da sentido
a los empeños de la política es la vida democrática. Hay tres niveles;
privado/público, sociedad civil/espacio público, espacio público/espacio político, y la
comunicación política supone estas tres distinciones. Cuanto más se comunica todo,
más necesario es mantener la distinción entre estos dos niveles o tres instancias.
3. el igualitarismo o el fin de la responsabilidad social de las élites: las élites se
desligan de un rol social y provocan la meritocracia. La libertad es la condición para
que aparezca la democracia y la igualdad. Este discurso sobre la igualdad va
acompañado progresivamente de una descalificación de las élites, por lo demás es
la misma idea de élite la que ha ido atacando los concursos de las sociedades
igualitarias. Lo que hoy se pone en tela de juicio la idea de jerarquía social de la cual
la élite símbolo el elitismo subsiste, entonces, en nombre de la meritocracia que,
aparentemente, no está en contradicción con el igualitarismo. La meritocracia ha
vuelto gozar de todos los privilegios del elitismo de ayer, pero no tienen sentido de la
responsabilidad social, moral y estética que acompañaba antes, ahora cuenta con
ventajas en cuanto a privilegios y ninguna responsabilidad social. En definitiva, en
estas ocasiones la comunicación política es un lugar en donde se refuerza una
ideología de la igualdad que niega la realidad o bien una contribución a preservar el
rol esencial de la diferencias de que ninguna manera está en contradicción con la
igualdad política. El igualitarismo suprime las diferencias que permiten a los
discursos estructurarse y enfrentarse.
4. La mediatización sin límites: la opinión pública o los medios de comunicación de
masas legitiman los discursos y se provoca un desequilibrio porque todo debe ser
mediatizado. Al desaparecer la frontera entre lo público y lo privado hay un efecto
cuestionable ñ, en lo que toca al equilibrio precario la comunicación política se trata
del hecho de que los medios llegan a ser el único patrón de legitimidad, es decir, que
la comunicación llega a ser el criterio último y por lo tanto lo que se conoce se
mediatiza y lo que es legítimo se mediatiza. entonces lo que no es mediatizado no
sólo no se conoce, sino que no es legítimo. Por lo tanto, se produce un impacto en la
comunicación política, un desequilibrio en su función de regulación que se pierde, ya
que precisamente se buscaba incluir y excluir en el campo de lo político ciertos
temas y ciertos discursos.
5. La representatividad omnipresente: sólo se vuelve representativo lo que se
enuncia a través de los tres actores, pero a su vez se pierde de vista la realidad
social. Todo debe pasar por medio de los actores. Es decir que no todo el mundo
puede hablar o expresar sus ideas, la comunicación exige una lógica de
representatividad entonces habla y se expresa aquel que tiene legitimidad para
hacerlo. Entonces, se corre el riesgo de un empobrecimiento. Pues los valores
científicos, estéticos, culturales, religiosos, no se organizan principalmente según es
el principio de representatividad sino que lo hacen según principios de calidad que
son específicos. Puede haber simultáneamente mediatización inconformismo. La
lógica de la representatividad puede desembocar en un efecto perverso: en lugar de
acercar los diferentes intereses, la representatividad contribuye, en cambio, a
separar la comunicación política de la realidad social y cultural.
6. La simplificación de la argumentación política: empobrecer la discusión en base
a los tiempos mediáticos y simplificar de manera mala o pobre el entendimiento de
las audiencias. la política democrática tiene la ventaja de obligar a una simplificación
del discurso político debe ser “hecha a la vista del pueblo” y ser comprensible. El
problema se produce cuando se van más lejos de una simplificación y se reduce a
un juego de estereotipos. La simplificación de la comunicación política no cambia
nada la complejidad de la misma, al contrario, acentúa los defectos de nuestras
sociedades modernas que difícilmente aceptan la duración y el tiempo. La
aceleración de los debates, de los intercambios de ideas y de los argumentos, que
entran y salen de ella, tiene una consecuencia directa en lo tocante a la solución de
los problemas políticos.
7. Unidimensionalización de los discursos: periodistas como mediadores y
legisladores, es decir, se unifica los tres actores en un mismo discurso. Es un riesgo
complementario del anterior. La simplificación y la institucionalización reduce la
heterogeneidad de los discursos políticos y así va despojando progresivamente a la
comunicación política de su función de “plataforma simbólica” a la que pueden tener
acceso a los diferentes medios sociales. Una excesiva racionalización favorece el
retorno de la política violenta, y a su vez la institucionalización entraña el riesgo de la
amenaza de la espiral del silencio: los actores y los grupos que no se reconocen en
el juego de la comunicación política tienen excluirse cada vez más de ella sin darse
cuenta. Esta comunicación favorece y fortalece los conformismo, de manera que
simultáneamente pueda ver ampliación de la comunicación política y
unidimensionalizacion de los discursos. La omnipresencia de la información
acrecienta el lugar y el papel de los discursos comunes del momento, y como
mediadores tiene a los periodistas que portan de una conciencia aguda de su propia
función y están en gran medida influidos por el estado de la comunicación política
que ellos mismos contribuyen a organizar. Fácilmente llegan a cambiar su condición
de mediadores, ya no se contentan con ser los prestadores o los animadores de la
comunicación, sino que creen que son en definitiva sus legisladores. Se puede
producir un conflicto, ya que parte del público de las fuerzas sociales que ya no se
sientan representados en los discursos opone a estos obras y hechos (conflictos
sociales).
8. El desequilibrio entre los tres discursos de la comunicación política: la
comunicación política presenta un equilibrio frágil entre los tres discursos en los
cuales lo que entra en juego es El dominio momentáneo de la interpretación de la
realidad (adquisición de poder ejercicio de este). a) el primer riesgo es aquel en que
los medios se alimentan de la política “política del espectáculo”. Es la autonomía de
la lógica mediática y mediadora lo que se pone en tela de juicio, y su condición de
contrapoder es lo que se ataca. Al acercarse demasiado periodistas y políticos
llegan a ser rechazados por el público. b) el segundo riesgo es el que se corre
cuando los sondeos alimentan de la opinión pública y dar la sensación de una
representación posible de ésta. Se gana en simplicidad y se pierden complejidad y
veracidad, se lleva una empres cimiento al reducir todo simplemente a números,
entonces,hay un deslizamiento en el papel y el valor del sondeo que en vez de
tomarse como medio parcial de comprensión se convierte en el único factor
explicativo. c) el de ser desequilibrio se debe a la ruptura de la relación entre medios
y opinión pública. Es decir, cuando los medios toman la opinión pública para atacar a
la política. El riesgo que se corre es que los periodistas para hacer creíbles
apuntalen ese papel de portavoces cualitativos de la opinión pública y se refugia en
más detrás de los sondeos como representación de la opinión pública para hablar de
los político. De esta forma ganan “objetividad” pero pierden libertad de crítica.
9. Una comunicación que está fuera de la escala humana: la comunicación política
como proceso de delegación de las cuestiones políticas sólo es posible si los
ciudadanos se identifican, de una manera u otra, con los discursos y los objetivos del
momento. El drama de la sociedad individualista es que el individuo está, en
realidad, solo y carece de poder, no tiene capacidad de acción sobre las grandes
decisiones. Entonces, todo el empeño de la comunicación política consiste en
establecer la conexión entre una experiencia individual ilimitada y un sistema
colectivo y distante de organización y decisión. El ciudadano occidental es un
gigante en materia de información y un enano en materia de acción. Esto produce
que la comunicación política queda divorciada de la realidad socio histórica. El
humano tiene una capacidad de cuestionamiento pero no puede procesar ni actuar
sobre toda la información.
10. La comunicación política separada de los ámbitos nacionales: no romper las
fronteras del proceso de comunicación política y mantenerlo a lo nacional. No hay
comunicación política que no sea nacional y tampoco hay un ciudadano mundial. El
carácter específico Nacional de la comunicación política explica las actuales
dificultades para construir una comunicación política en cualquier parte del mundo
donde existen tradiciones específicas de lugar. La verdadera dificultad que hay que
comprender es que cuanto más fácil es difundir información y debatir grandes
problemas, mundializar los objetivos y las formas de la comunicación, tanto más
importante es al mismo tiempo admitir las coacciones y los límites de la
comunicación política.

¿Cuáles son las ideas esenciales evocadas aquí en lo relativo a las contradicciones de la
comunicación política?
En primer lugar que la comunicación política presenta un equilibrio frágil entre componentes
contradictorios. En segundo lugar se refiere a la importancia del tiempo en la comunicación
política, es decir, lo inverso de la lógica del suceso que domina en los medios y en los
sondeos, el objetivo de la comunicación política es el dominio de la interpretación política de
los sucesos en una perspectiva de poder y de acción. En tercer lugar se refiere al conflicto
entre experiencia y representación, el drama de la política moderna consiste en el
alejamiento del ciudadano de los lugares de poder y la disminución de su capacidad de
acción.

La opinión pública y democracia deliberativa - San Pedro Blanco

Poder político y discursivo


El instrumento supremo del poder es definir y jerarquizar los temas del debate de la opinión
pública. Dichos temas se convierten en iniciativa del gobierno o de la oposición (agenda
políticas), en contenido de los medios (agenda mediática) y en asuntos que preocupan a los
ciudadanos (agenda pública). Como nosotros, cada uno de estos actores a punto y ordena
en su agenda los temas de los que ha de ocuparse y según sus prioridades.
Primero están los modelos que explican cómo se construyen las agendas de los políticos y
los periodistas, después quién manda en ellas y qué grupos sociales logran imponer su
agenda. Las respuestas engloba tres escuelas que analizan el poder de las ciencias
sociales el elitismo (manda a los más fuertes) pluralismo (los más representativos) o
institucionalismo (los más favorecidos por las reglas de juego que imponen las
instituciones).

Procesos que construyen el debate político y periodístico:


La teoría de la construcción de la agenda que presenta el autor reúne 25 años de estudio
de la sociología de los problemas y los movimientos sociales, de la ciencia política y la
comunicación. Los que interpelan a la opinión pública buscan espacios de representación
pública en el reconocimiento político de sus demandas y en el debate que vehiculan los
medios. Por lo tanto, en la agenda política hay que identificar problemas soluciones y los
actores encargados de llevarlas a cabo.

Definición del problema ● Datos


social: ● Sucesos que dan
relevancia
● Argumentos sobre
cuasas y
responsabilidades

Propuesta de soluciones ● Expertos y gestores


políticas: ● Apoyos políticos
● Criterios técnicos y
valores sociales

Búsqueda de portavoces ● Respaldos


políticos: electorales y
cambios de gobierno
● Representación
parlamentaria
● Niveles de la
administración
● Apoyos de grupos de
interés

Para construir un problema político se precisan indicadores y datos de su importancia que si


no existen ahora que fabricarlos. El segundo paso es la propuesta de soluciones, se ve
favorecido si las soluciones se formulan en comunidades de expertos, si se recaban apoyos
políticos significativos, y también si se ajustan a los criterios técnicos y los valores sociales
imperantes. Por último, los portavoces políticos que respaldan un cambio de agenda
dependen de los resultados electorales y los cambios de gobierno, la distribución ideológica
o partidista de las fuerzas parlamentarias, la cooperación de los diferentes niveles
administrativos y la presión de los grupos de interés.

Introducir el tema: ● Promotores informativos


● Cobertura del tema
● Acceso como fuente

Determinar el marco discursivo: ● Definir el problema políticamente


● Explicar las causas
● Identificar a los responsables
● Evaluación moral

La agenda mediática es más que la suma de las noticias el espacio y el tiempo que los
medios dedican a los temas públicos. Resulta crucial para la argumentación política porque
determina los asuntos colectivos sobre los que piensan los ciudadanos y como lo piensan.
De ahí que debemos identificar los promotores informativos, que son quién es despliegan
actividades y hacen declaraciones para que se transformen en noticias. De esta manera
podemos medir el capital simbólico de cada grupo social ante los periodistas, porque
informando sobre ellos reconocen y aumentan su legitimidad para presentar ante el público
sus posiciones.
El periodista puede cubrir con sus propios palabras esos hechos o ar acceso a los
promotores con citas textuales o columnas de opinión. Ahora bien, se introduce un tema en
la agenda de los medios no sólo para que se debata sino para definirla como demanda
política y que se actúe sobre ella, por lo tanto los medios deben seguir un guión: 1)
identificar unas causas, 2) proponer una soluciones, 3) y atribuir responsabilidad logrando
4) una evaluación moral positiva.
La agenda y cada uno de los puntos del marco discursivo que presentaba los medios
permiten cuestionar la agenda oficial, subrayar sus contradicciones o manifestar el
desacuerdo público con las mismas.

Modelos de poder político y mediático:


Dependiendo del régimen político las noticias pueden ser fijadas por la elite en el poder, a
través de debates más o menos libres o por la confluencia entre las formas de hacer política
información. Son tres los modelos que expresan tres tipos ideales de poder: el elitismo
puro, el pluralismo y el elitismo institucional o neoinstitucionalismo.

((1)) El elitismo puro coincibe la esfera pública dominada por las clases dirigentes. Los
medios están subordinados y controlados por los dirigentes políticos y económicos. ((2)) El
pluralismo presenta una esfera pública abierta al debate y a las demandas sociales, porque
los medios se ofrece una plataforma alternativa a las instituciones políticas. ((3)) El elitismo
institucional señala que el control político suele implicar la gestión de la información a través
de procesos institucionalizados, que garantizan el control de las élites, al tiempo que
permiten cierto cuestionamiento.
Elitismo puro: mantiene que los grupos dominantes ejercen un control gemelo sobre la
política y los medios excluyendo las demandas contrarias a sus intereses. Tanto el acceso
político como la libertad de expresión sufren serias limitaciones. los gobernantes recurren a
la inactividad por lo que no adopta ninguna medida, vetan o demora las decisiones ajenas y
si la protesta social no puede evitarse se reprime. los resultados mediáticos más factibles
son el silencio o la marginación. Los periodistas deben ignorar las demandas que las
autoridades consideran irrelevantes o peligrosas, si hay represión los medios
convencionales la ignoran o la justifican enmarcando al movimiento como grupo antisistema
extremista o sin respaldo público. El elitismo explica que los movimientos sociales
consideran la información convencional como desinformación.
Pluralismo: argumenta que la distribución del poder es el resultado que ambiente de la
movilización de recursos por los grupos de interés, insertos en un sistema incluyente y
relativamente abierto. La política y la información responden a intereses contradictorios y
diversos sin sesgos preestablecidos, las agendas surgen de abajo a arriba (de los
ciudadanos a las élites), en constante al dominio elitista que se impone de arriba a abajo. La
información pluralista deberá reflejar o incluso potenciar el impacto político de los
movimientos con respaldo social, los medios brindarán acceso a los activistas y/o a la
cobertura favorable de sus protestas.
En este modelo un movimiento social movilizaria la atención de los medios como cualquier
otro recurso. El pluralismo en una hora la desigualdad de recursos y considera los medios
como plataformas neutrales para llegar a la opinión pública.
para promover de forma eficiente la información en movimiento necesita (1) relaciones
estables con los medios (2) una división entera entre activistas y miembros legitimados para
tratar con la prensa (3) coordinación de los simpatizantes para aprender y mantener
protestas que sean fáciles de cubrir por la prensa y (4) una identidad colectiva y un discurso
explícito y coherente.
Elitismo institucional: es el que mejor refleja las relaciones actuales entre poder político y
mediático. Las políticas públicas y las noticias privilegia en a los grupos más poderosos y al
mismo tiempo les imponen ciertos límites. La competición para establecer las agendas no
se disputa en igualdad de condiciones, el modelo acepta resultados elitistas y pluralistas
porque subraya las diferencias de poder y las consecuencias no deseadas y las
instituciones. No existe el control total de las instituciones y sí un margen considerable de
incertidumbre. Las prácticas estandarizadas de hacer política información favorecen a los
sectores con más recursos. Gobernantes y periodistas siguen rutina de interacción que
tienen a marginar a los movimientos sociales, de ahí que por lo general este en (auto)
excluidos de las políticas y las noticias convencionales. Las agendas se caracterizan por
largos periodos de estabilidad y breve fases de cambio, las instituciones como las agendas
reflejan ‘sistemas de participación limitada sometidos a constantes modificaciones’.
La propuesta popular puede cuestionar el sesgo institucional en la movilización de
intereses, por lo tanto, la institucionalización del activismo social toma dos formas la
cooptación y la marginación. Si son cooptados los activistas trabajan en las instituciones y el
éxito político aumenta pero exige a rebajar el radicalismo. Por el contrario, si hay
marginación institucional las demandas envían a comisiones cerradas o a los tribunales de
morandé y privatizando los conflictos de la esfera pública.
Las estructuras institucionales también introducen sesgos en la agenda mediática en contra
de los movimientos, la información sigue unos parámetros.
Rutinas y biología profesionales tienden a inhibir la cobertura de los temas novedosos y
ratifican los límites de política legítima. De ahí que el control político de un problema social
conlleve en la mayoría de los casos, también su gestión informativa. Los periodistas
privilegios no las fuentes oficiales por razones pragmáticas: proporcionan un flujo constante
y seguro de información para redactar 'diferentes’ noticias regularmente. Los actores más
institucionalizados actúan como definidores primarios de la realidad mediática, porque son
fuentes de acceso fácil y predecible. Sin embargo, los activistas suelen carecer de
relaciones estables con la prensa, mezclan las reivindicaciones personales y públicas y sus
actividades son inestables.
Además, la cobertura mediática se basa en valores profesionales - 'objetividad’ - que
garantizan la presencia de al menos dos voces institucionales contradictorias. Estas les dan
al periodista la autoridad de la que carecen para hablar de la realidad social.
En suma, las agendas mediáticas son más receptivas el consenso de las élites y a los
conflictos oficiales que la protesta social. Por eso hablamos de elitismo, aunque lo
maticemos con el adjetivo institucional, porque su lógica institucional de los medios también
Abre ciertas posibilidades para la cobertura de la disidencia.
Dos modos de cooptación: (a) los activistas convertidos en fuentes burocratizada son
promotores de contenidos sensacionalistas, (b) los periodistas adoptando un marco
sensacionalista y los activistas acaban convertidos en una especie de famosos
obsesionados por ganar la atención de los medios incluyendo cualquier tipo de recurso. El
primero ocurre al generar protestas e imágenes impactantes que encajan en los estándares
periodísticos del dramatismo y la novedad y, el segundo, con la institucionalización de la
fuente del movimiento renunciando a cambios radicales y adoptando los marcos discursivos
moderados (medio difundiendo las negociaciones de los activistas con los actores políticos).
Por último, la marginación política suele ir de la mano de la indiferencia mediática y se
corresponde con el desplazamiento del conflicto de los procesos burocráticos.

Hemos visto tres modelos ideales del control político e informativo de la esfera pública.
Como todos los tipos ideales, proporcionan una matriz para organizar relaciones complejas.
Sin embargo, estos modelos tienen a parecer estáticos, deben entenderse como fases de
un único proceso de institucionalización que prosigue hasta que el activismo social resulta
totalmente cooptado o marginado.
El punto de arranque es la fase del elitismo puro cuando las autoridades limitan el acceso
político de nuevos actores y sus posibilidades de expresión. La inactividad oficial o la
represión solaparían con el silencio y la marginación periodística de la protesta.
Luego, hay breves frases pluralistas que irían rompiendo la exclusión, reformando o
reemplazando los monopolios del debate social. La atención mediática se centraría en las
demandas y protestas de los grupos antes marginados o en las desavenencias surgidas
entre las élites.
Finalmente, el elitismo institucional sucedería a esas fases previas con tres resultados
posibles: (1) la cooptación política coincidiría con unos medios atentos sólo a las
negociaciones burocráticas entre activistas y políticos. (2) los movimientos que recurre cena
protesta sensacionalista serían trivializados en los medios. (3) la marginación institucional
reduciría de forma progresiva la cobertura de la protesta, por saturación e indiferencia
mediática ante procesos tediosos y complicados.

¿Qué queda de la representación política? - Manín

Metamorfosis de la representación
La representación experimenta actualmente una crisis. A lo largo de décadas parecía
fundarse en una relación de confianza, fuerte y estable entre los electores y los partidos
políticos, pero hoy hay un número creciente de electores que vota de manera diferente en
cada elección ya que niegan identificarse con algún partido político. Hoy se tiene la
impresión de que los partidos le imponen la sociedad divisiones que tienen carácter artificial.
Antes cada partido proponía a los electores un programa que al llegar al poder se
encargaría de ejecutar. En el presente, la estrategia electoral de los candidatos y de los
partidos se basa la construcción de imágenes bastante vagas en las cuales la personalidad
de los líderes ocupa un lugar predominante, más que la promesa de medidas determinadas.
Finalmente, la preferencia de los ciudadanos respecto de las metas políticas precisas
parecen expresarse cada vez más de manera directa, a través de una encuesta de opinión
o de los movimientos sociales u organizaciones que tratan alcanzar algún objetivo, pero que
no buscan gobernar.
La distancia entre el gobierno y la sociedad, entre representantes y representados, parece
agrandarse, la elección de los representantes no parece ser el medio por el cual los
representados escogen la política que desearían se aplique. La representatividad de los dos
últimos siglos ha sufrido importantes modificaciones.

Madison opone en muchos sentidos el “gobierno republicano” (representación) de la


“democracia” de las pequeñas ciudades antiguas. Sin embargo, no describe la
representación como una aproximación a la democracia que se vuelve técnicamente
necesaria por la imposibilidad material de reunir al pueblo de los grandes Estados, por el
contrario ven la representación una forma diferente y superior de gobierno. Señala que la
representación es el “perfeccionar y ampliar las opiniones públicas haciéndolas pasar a
través de un cuerpo escogido de ciudadanos cuya sabiduría les permite distinguir mejor el
verdadero interés de su país y cuyo patriotismo y amor a la justicia serán los menos
susceptibles de sacrificar este interés a consideraciones efímeras y parciales”.
Uno de los objetivos del sistema enteramente representativo es el de poner a los
gobernantes en condiciones de resistir las ‘pasiones desordenadas’ y las ‘ilusiones
efímeras” que pueden derivar del pueblo, sólo el 'juicio maduro’ y deliberado de la
colectividad debe prevalecer. El sistema propuesto es enteramente representativo por dos
razones: Por una parte todas las instancias son nominadas por el pueblo sea directa o
indirectamente, y para que sea republicano basta con que los individuos que lo gobiernan
sean denominados por el pueblo. La representación se vincula únicamente con la
elección.
A través de la elección deben confiar el gobierno individuos que consagran todo su tiempo a
esta tarea. La representación es la aplicación al orden político del principio de la división del
trabajo y éste a su vez es un factor esencial de progreso social.

“La opinión pública sobre temas políticos puede expresarse más allá del control de los
gobernantes”

La libertad opinión pública política requiere dos elementos: (a) para que los gobernados
puedan formarse opinión sobre los temas políticos necesitan acceder a la información
política, la cual supone cierto carácter público en las decisiones gubernamentales. Y, si los
gobiernos deciden en secreto, los gobernadores tienen medios muy débiles para forjar sus
opiniones en materia política. (b) en segundo lugar, requiere la libertad de expresar
opiniones políticas. Sin embargo, la relación entre libertad de opinión y el carácter
representativo del gobierno no es evidente.
La libertad de opinión, comprendida en su dimensión política, parece como una contraparte
de la ausencia del derecho de instrucción. Los representantes no se hallan obligados a
poner en ejecución la voluntad del pueblo, pero no pueden ignorarla.
La decisión colectiva deriva de la deliberación
La idea de gobierno a través de la deliberación no está incluida analíticamente en aquella
de la representación, no obstante ha sido constantemente asociadas defina del siglo XVIII.
La idea del gobierno representativo ha aparecido desde el comienzo como solidaria de
cierta aceptación de la diversidad social. La representación ha sido propuesta como la
técnica que permite establecer un gobierno que emana del pueblo de los grandes Estados,
compuesto por poblaciones numerosas y diversas. Los creadores del gobierno
representativo estimaron que la democracia directa había sido posible en las repúblicas
antiguas por el tamaño de reducido del cuerpo político y por su homogeneidad.
Tres tipos ideales de gobierno representativo:

EL PARLAMENTARISMO
(1) La elección de los gobernantes por los gobernados: el gobierno representativo es el
gobierno de los notables. Se genera una confianza en uno de los postulantes por la
proximidad local o los intereses compartidos. La vinculaciones espontánea arraigada
en lo social sin ningún fin político.
(2) El margen de independencia de los gobernantes: las palabras reflejan el
pensamiento general de la época en la que se está inmerso. El diputado votó por la
convicción personal y no por convicciones políticas o por representatividad de sus
votantes. Cada uno de los diputados es libre y es un hombre al cual se le brinda toda
la confianza, tomado de manera individual.
(3) La libertad de opinión pública: la libertad y la opinión pública frente a los gobernantes
significa, en este tipo de gobierno, que puede manifestarse una distancia entre la
opinión pública, por un lado, y al parlamento en su conjunto,por otro. Los
movimientos sociales de crianza que no tienen una coincidencia entre los electores y
la opinión pública. Cada una de estas partes hablan de cosas diferentes tanto en la
forma, como en el contenido. Los movimientos sociales y la libertad de la opinión
pública sirven para ejercer presiones desde el exterior al parlamento. Las diferencias
y las tensiones que se dan se deben al carácter restringido al derecho al sufragio y,
además, las elecciones muy pocas veces coinciden con la opinión pública. La
libertad de la opinión pública significa, que en un gobierno representativo, hay una
distancia entre la opinión pública y el parlamento. La OP hace escuchar su voz que
nos es representada.
(4) El gobierno a través del debate: el parlamento es una instancia de deliberación, ya
que no están comprometidos con los electores,discuten los temas que a ellos les
interesan. Debe haber una justificación para ese debate, y es que en el proceso de
deliberación se debe producir un cambio de opinión entre las partes. Esta es una
condición necesaria, pero no suficiente. Los diputados votan por su convicción y no
por lo exterior (pueblo), ni por la deliberación o debate (haya existido o no). No hay
un pacto representativo previo, por lo tanto no se le deben ningún tipo de
representación a los votantes.

LA DEMOCRACIA DE PARTIDOS
(1) La elección de los gobernantes por los gobernados: la ampliación del cuerpo
electoral que sigue a la ampliación del derecho al sufragio, impide una relación
personal entre el elegido y sus electores. Los electores votan, pero no por un
individuo que conocen personalmente, sino por alguien que lleva los colores de un
partido. Los partidos políticos de masa se han gestado en la fuente de la extensión
del sufragio, para encuadrar y orientar los votos en número muy grande de
electores, gracias a las organizaciones y las redes militantes. La estabilidad de los
comportamientos electorales resulta en gran medida de que la orientación del voto
está determinada por la posición social y económica de los individuos o de sus
padres. Los electores presentan estabilidad en su comportamiento, ya que pueden
votar por largos periodos el mismo partido aún cuando cambie el candidato.
(2) El margen independencia de los gobernantes: el gobernante es un hombre que liga
sus decisiones a sus representados o a su partido. Por lo tanto, debe hacer lo que
promete por un vínculo legal que los une con sus votantes. La democracia de
partidos descansa en el principio de compromiso, eso implica que los partidos
permanecen libres, una vez pasadas las elecciones, para no poner en ejecución la
totalidad de su proyecto inicial. Esta libertad se remite ya que los electores otorgan
toda su confianza al partido. La democracia de partidos no suprime el margen de
independencia de los gobernantes frente a los gobernados. mientras que en el
parlamentarismo clásico es el diputado individual el que está libre en su juicio y en
su decisión, en la democracia de partido de partidos esta independencia se desplaza
al interior del sistema, al grupo de diputados y dirigentes del partido.
(3) La libertad de opinión pública: la opinión pública está para defender los intereses
sociales, cada uno de esos intereses está representado por los partidos. En la
libertad de opinión pública es donde se debaten los conflictos. Entonces, los partidos
organizan el combate electoral y la expresión de la opinión pública, y exponen los
principales intereses sociales en conflicto. Por lo tanto, no existe una expresión de
opinión que no esté ligada de una manera a la división partidaria, y cada una de
estas divisiones cuenta con una existencia de una prensa partidaria que ayuda a
mantener a los ciudadanos mejor informados. De esta manera reconocen sus
problemas en la prensa por lo que están poco expuestos a opiniones contradictorias.
(4) El gobierno a través del debate: no se producen discusiones deliberativas en el
parlamento, sino mediante el voto. Se discute dentro del partido, se resuelve y luego
esta opinión no se puede cambiar. Las llamada sesiones plenarias del parlamento
no son más el lugar de la discusión deliberativa, una estricta disciplina del voto reina
en el interior de cada campo y los diputados no pueden cambiar de opinión una vez
tomada la posición del partido y del grupo parlamentario.

LA DEMOCRACIA DE LO PÚBLICO
(1) La elección de los gobernantes por los gobernados: la personalidad del candidato es
lo que interesa y el partido político es un instrumento a la orden del candidato. Se lo
elige en base a los características que representan a los votantes. Es una persona
que conozco a través de los medios de comunicación que son el intermediario entre
la relación del candidato con los votantes.
(2) El margen de independencia de los gobernantes: cada gobernante se apoya en la
imagen que da a través de los medios, y es una imagen que deben mantener para
no perder credibilidad. Estas imágenes son tanto de los candidatos, como de los
movimientos o de los partidos que pertenecen. Estas imágenes no son vacías de
contenido político, es una mezcla entre esto y la personalidad del candidato.
(3) La libertad de opinión pública: los partidos políticos escuchan a la opinión pública,
las tienen en cuenta y deben actuar en consecuencia de estos pedidos. En todo
caso, si los pedidos no pueden ser resueltos instantáneamente, deben proponer
soluciones. La opinión pública es muy fuerte y se utiliza como formadora de agenda.
Los canales por los cuales se forma la opinión pública son relativamente neutros, por
lo tanto los individuos forman opiniones divergentes sobre los objetos políticos.
(4) El gobierno a través del debate: el candidato representa la opinión pública que está
afuera, lo externo, no se representa a sí mismo sino aquello que lo va a beneficiar
hacia sus representados. Él decide autónomamente y no en bloque.

Las transformaciones de la publicidad política - Marc Ferry

Las dos referencias canónicas: espacio público griego y espacio público burgués
En el contexto griego clásico, lo que hoy se llama “espacio público”, remitía a la plaza
pública, o sea, el lugar concreto donde los ciudadanos deben reunirse para debatir sobre los
asuntos concernientes al gobierno de la ciudad. Hoy en día la práctica griega es ese
espacio político, cuyo carácter esencialmente publicó la distingue de la esfera privada de la
domesticidad y de lo económico.
Política y esfera pública coinciden estrictamente. A la política corresponde a la práctica es
decir la acción común concertada tendiente a los mejores fines de la ciudad al concluir un
diálogo. Sin embargo, la técnica remitía más bien a la categoría del trabajo, incluso al
concepto de una racionalidad no comunicacional sino instrumental. O sea, a una
racionalidad que no se refiere a la discusión de los fines de la ciudad sino la buena
adaptación de los medios que sean de emplear, con miras a un fin determinado y no
discutido.
Respecto del espacio público moderno se puede decir que es una creación de la Ilustración,
con perspectivas filosóficas y políticas muy diferentes. Al comienzo, el 'espacio público
burgués’ correspondía a la institucionalización de una crítica que empleaba los medios de la
moral para reducir o racionalizar la dominación política.
El dominio público estaba confinado a ese espacio privado un tanto paradójico de la razón
del estado y del secreto de estado. Lo que crea la apertura de la publicidad y opera la
transubstanciación del dominio público, en espacio público, es la fuerza exterior de la crítica.
El impulso viene de abajo, cuando las personas particulares reunidas en los salones
constituye la primera 'esfera pública burguesa’ para intercambiar sus experiencias. La
autonomía privada de la conciencia individual, núcleo del espacio público moderno,
adquiere su propia fuerza de crítica.
Para los moderno la formación de un espacio público político obedecía en principio al
motivo moral de la emancipación. Para los griegos, la formación del espacio público político
está fundada en una estética de la figuración, de la autopresentación, en donde cada uno
debe sobresalir para conseguir la gloria gracias a las “nobles palabras” pronunciadas en la
plaza pública.
Ambos modelos mencionados el clásico y el moderno, aunque presentan diferencias del
espacio público político, adoptan un principio argumentativo: remiten al contexto de
ilustración en el sentido amplio y favorable para el desarrollo de la democracia y la difusión
de la filosofía. Pero sólo en el modelo moderno se desarrolla una dialéctica, en la cual el
espacio público se transforma en un modo profundo, en algo estructural y hasta en el
Estado social de hoy. Lo hace sin romper romper radicalmente con su principio fundador: la
argumentación pública y la discusión racional dirigida sobre la base de la libertad formal y
de la igualdad de derechos.

El advenimiento de las democracias masivas y la gran mutación del espacio público


El advenimiento de las democracia masivas marca el gran cambio en el espacio político, la
diferencia notoria, “griega”, entre lo público y lo privado se ha diluido en gran medida en el
elemento “social”, además el “reino de la crítica” parece reemplazado por el “reino de la
opinión”.
El concepto de opinión pública cambia de sentido. Ya no se trata de esa opinión ilustrada
qué se empeñan distinguir de la masa confusa de las opiniones y los prejuicios vigentes, en
una plebe aún muy inculta. La opinión pública no es a ese concepto de legado de la
Ilustración, concepto normativo de una opinión idealmente formada con la razón. Designa,
más bien, a la masa segmentada de opiniones particulares en las que se expresan
intereses divididos y hasta conflictivos. Se deduce que el carácter público de la
opinión y su representación institucionalizada, en la prensa y en el parlamento, no
puede ser identificado como una “voluntad general”.

El “nuevo espacio público”: esbozo de delimitación sociológica del concepto


En primer lugar, se impone una redefinición sociológica del espacio público político. La
justificación es el advenimiento de la “sociedad de los medios” un siglo después del de la
“sociedad de masas”. El “espacio público” es el marco”mediático” gracias al cual el
dispositivo institucional y tecnológico, propio de las sociedades postindustriales, es capaz
de presentar a un “público” los múltiples aspectos de la vida social. Por “mediático” se
entiende Lo que mediatiza la comunicación de las sociedades consigo mismas y entre sí. El
“público” del que se trata no está limitado en absoluto el cuerpo electoral de una nación,
más bien se trata de todos los que son capaces de percibir y comprender los mensajes
difundidos en el mundo. El público es, virtualmente toda la humanidad y de un modo
correlativo el espacio público es el medio en el cual la humanidad se entrega a sí misma
como “espectáculo”. El marco de representación que proporciona el espacio público a las
sociedades humanas, las sociedades civiles políticamente delimitadas por la frontera de
Estados-naciones, no obstante penetran sin problema unas en otras de modo que el
espacio público no es sólo lugar de la comunicación de cada sociedad consigo misma sino
también el lugar de una comunicación de la sociedad y distintos entre sí.
Esta extensión horizontal tiene una vertical. La dimensión del espacio público se emplea de
manera considerable y es, de un punto doble de vista, por un lado el espacio público se
puede entender como un medio privilegiado para la formación de una identidad colectiva,
mediante la apropiación de la historia; y por otro, se relaciona con la escenificación y la
tecnificación de episodios, hasta hace poco relativamente privados, de la intimidad
profesional, familiar o conyugal y más allá de la intimidad última de los fantasmas
inconscientes de las angustias reprimidas. Hoy en día se escenifican públicamente aspectos
de la vida que son a tal punto privados que los que forman el público se cuidaría en mucho
de abordarlos en el seno mismo de la esfera de la intimidad familiar. De este modo, el
espacio público supera hoy el umbral natural de lo que parece digno de comunicación.
Pasemos ahora el concepto de “espacio público político”. Hemos visto como el espacio
público social se encuentra desplazado respecto de las fronteras de la comunicación social
ordinaria. De manera comparable el espacio público político se define dentro de límites con
los que el campo de la comunicación política no coincide.

En primer lugar, ciertos aspectos de la comunicación política no se integran al espacio


público. Desde este punto de vista se pueden distinguir una comunicación política de
“masas” y una comunicación política de las “minorías”.
La comunicación política de masas es la comunicación directa, espontánea, ocasiona la
informal que se parece a lo que a veces, con desprecio, se llama “discusión de café”. Tales
comunicaciones participan en la construcción dinámica de la opinión pública, tienen un
marcado carácter político y no son estrictamente privado.
Las minorías también pueden sustraerle al espacio público una forma de comunicación
política. Lo hacen de un modo deliberado, limitando su comunicación intercambio de
información “confidenciales” en relación con la política. Los que pulsan la opinión pública
(periodistas, actores políticos, etc) poseen información que no están destinadas al público
en general.

Algunas consideraciones actuales sobre el espacio público político


La opinión pública en el sentido de sustitución de los sondeos reviste en un significado
sistemático, legítima de manera efectiva cierto poder político de la prensa que por
excelencia puede representar en calidad de opinión pública, un aspecto de la sociedad civil
sociológica y políticamente distinto del cuerpo electoral. Este por su parte siempre está
representado por las instancias parlamentarias.
La “opinión pública” de los institutos de sondeos no cubre la misma realidad que la opinión
del público, desde este punto de vista un fenómeno importante es el desarrollo de los
procedimientos interactivos que permiten a ese público reaccionar en caliente ante temas
de actualidad.

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