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9-29
Resumen
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Revista Internacional de Educación Emocional y Bienestar Año 1 • Número 1 • enero-junio, 2021
Abstract
Introducción
La educación emocional, también conocida como educación socioe-
mocional, se fundamenta en un marco teórico amplio analizado des-
de una perspectiva integradora, para una acción formativa eficiente.
Uno de los fundamentos básicos detrás de esta educación es el de
la inteligencia emocional, desde sus diversos modelos, y las investi-
gaciones que dan soporte a su naturaleza evolutiva y posibilidades
educativas. En ese sentido, capacidades asociadas a la conciencia y a
la regulación emocional surgen del modelo de inteligencia emocional
postulado por Salovey y Mayer (1990) y son claves en la educación
emocional.
Por su parte la psicología positiva se ocupa de potenciar las emo-
ciones gestoras de bienestar en las personas, y en los contextos de
interacción social. Este ámbito de la psicología investiga construc-
tos hipotéticos tales como el bienestar subjetivo, el fluir (o flow), la
empatía, y otros conceptos que se derivan de terminologías anglo-
sajonas que denotan distintas dimensiones de la relación intrínse-
ca que existe entre motivación, cognición y experiencia emocional,
tales como: engagement (compromiso o involucramiento), savoring
(disfrute o saborear), flourishing (florecimiento interno o expansión),
elevation (crecimiento interior o inspiración sublime), mindfulness
(atención plena), etc., que son fundamentos básicos de la educación
emocional.
Educabilidad de la inteligencia
emocional
Al hablar de inteligencia emocional, y de educación emocional, es
importante plantear la relación entre capacidad, competencia, habi-
lidad e inteligencia. Estos conceptos se utilizan con frecuencia con
poca precisión. Además, cuando estos términos se traducen de una
legua a otra las confusiones pueden ser todavía mayores.1
Competencias emocionales
y socioemocionales
Las competencias emocionales son un conjunto de conocimientos,
capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender,
expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales
y sus efectos e interrelación con el ámbito de la convivencia y las
relaciones interpersonales; de ahí que en ocasiones se agrupen en un
sólo denominativo como competencias socioemocionales, en el en-
tendido de que la expresión y las experiencias emocionales se viven y
expresan a través de las interrelaciones sociales, o desde un contexto
social (Bisquerra y Pérez-Escoda, 2007; Chao Rebolledo, 2018).
Existen diversos modelos de competencias emocionales o so-
cioemocionales (Bisquerra y Mateo, 2019; Consortium for Academic,
Social and Emotional Learning [CASEL], 2020; Mikolajczak, Quoidbach,
Kotsou y Nelis, 2009; Saarni, 1999; SEP, 2017). Uno de los que han teni-
do una amplia difusión en Estados Unidos y en los países pertenecien-
tes a la OCDE, es el que propone el CASEL (2020), que se estructura en
cinco bloques de habilidades denominadas como socioemocionales:
de una sociedad y para el uso del tiempo libre u ocio, todo lo que
contribuye a la construcción del bienestar subjetivo personal y
social. El bienestar emocional es lo más parecido a la felicidad,
entendida como la experiencia de emociones positivas de forma
recurrente, e incluso ante situaciones adversas. En este contex-
to, el bienestar emocional no viene dado, sino que se construye
con voluntad y cultivando una actitud optimista, crítica y objeti-
va a lo largo de la vida. Desde este enfoque, se presupone que la
mejor manera de contribuir al bienestar global es construyendo
el propio bienestar emocional.
Reflexiones finales
en torno a la implementación
de la educación emocional
Conclusiones
La llegada de la educación emocional a la arena educativa respon-
de a la necesidad de contar con mayores y mejores recursos para
formar a los estudiantes hoy, de manera que puedan enfrentar los
retos que presupone el contexto global presente y hacia el futuro.
La sociedad actual, densamente conectada, sobreinformada y rápida-
mente cambiante, requiere contar con competencias que permitan a
una persona y a una comunidad lidiar de forma preventiva, efectiva
y resiliente con la incertidumbre, la densificación y multiplicidad de
contextos sociales y culturales, y con los fenómenos sociales y afec-
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