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UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA

TRABAJO

PRUEBAS EN LOS PROCESOS DE ARBITRAMENTO

PRESENTADO POR:

JAIME ANTONIO LOPEZ ECHEVERRI

PRESENTADO A:

DR. RICARDO ECHEVERRI

BOGOTA, OCTUBRE DE 2013

[Escriba texto]
LA OMISIÓN PROBATORIA COMO CAUSAL DEL RECURSO
EXTRAORDINARIO DE ANULACIÓN.

El recurso de anulación es un recurso excepcional, que procede contra laudos


arbitrales por errores in procedendo, es decir, por la inobservancia de los
tramites o actuaciones que implica el normal desarrollo del proceso.

Es excepcional por cuanto no consagra una segunda instancia como


normalmente ocurre en los procesos judiciales, por cuanto el tribunal superior
que avoca conocimiento del recurso no obra como superior jerárquico del
tribunal de arbitramento previamente establecido. Sin embargo no es una
violación a la doble instancia por cuanto el hecho de recurrir a la justicia arbitral
implica un principio dispositivo en el cual las partes involucradas en el conflicto,
de común acuerdo confían la solución de su problemática ante un organismo
paraestatal.

Ahora bien, conviene precisar que de conformidad con lo dispuesto en el


numeral quinto del artículo 41 de la Ley 1563 de 2012 1 –modificatorio de la
causal del inciso cuarto del artículo 163 del Decreto 1818 de 1998, así como
en los términos del numeral 1 del artículo 72 de la Ley 80 de 1993–, para la
interposición, la admisibilidad y el estudio del recurso extraordinario de
anulación en lo que concierne a la omisión probatoria se deben seguir unos
lineamientos necesarios para que dicho recurso prospere.

Primero que todo, es de aclarar de manera general, que frente a la omisión


probatoria, el recurso de anulación no procede por errores in indicando, es
decir, por errores del árbitro en la interpretación sustantiva de la norma, sino
por errores en el procedimiento, tal y como lo afirma la Sección Tercera del
Consejo de Estado en Sentencia del 10 de marzo de 2005, M.P. Dra María
Elena Giraldo Gómez2, Radicado Nº 27946.
1
“Haberse negado el decreto de una prueba pedida oportunamente o haberse dejado de practicar una prueba
decretada, sin fundamento legal, siempre y cuando se hubiere alegado la omisión oportunamente mediante el recurso
de reposición y aquella pudiera tener incidencia en la decisión”
2
“[…] El control excepcional del laudo por errores in indicandoo aparece sólo en los eventos en que el legislador faculta
al juez del recurso de anulación para que se pronuncie sobre el fondo o materia del asunto, como cuando se dan los

[Escriba texto]
Además es de anotar, que en el mismo pronunciamiento, el honorable Consejo
de Estado3 hace referencia al hecho de que al interponer el recurso de
anulación se debe enunciar taxativamente la causal por la cual se recurre de
manera extraordinaria a esta herramienta, so pena de ser declarado desierto el
recurso por falta de sustentación del mismo.

Es de apreciar que el Recurso extraordinario de anulación ha sido asimilado


jurisprudencialmente como análogo al recurso de casación, no solo por su
carácter excepcional, sino también por la taxatividad de sus causales, tal y
como lo sustenta la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá, en Sentencia
del 28 de Noviembre de 1977.

Ahora bien, enmarcándonos al tenor de la causal quinta del artículo 41 de la


Ley 1563 de 2012, nos damos cuenta que surge el requisito de que las pruebas
que fueron pedidas, mas no decretadas o practicadas, tengan esa vocación de
“NECESIDAD” o de “Incidencia Definitiva” para que logren configurar la
estructura de la Sentencia. Deben poseer esa característica de “EFICACIA”,
además de conducencia y pertinencia para que produzcan en el árbitro el
convencimiento requerido para proferir un laudo, tal y como lo estima el
Consejo de Estado en Sentencia de 27 de julio de 2000 , M.P. Doctor Jesús
María Carrillo Ballesteros4.

Ahora también, corresponde a las partes llevar con la carga de verificar que se
decreten las pruebas solicitadas en la respectiva etapa procesal, y en caso de

supuestos para modificar el laudo a través de la corrección y/o la adición. En cambio, cuando se trata del control del
laudo por errores de procedimiento, el legislador sólo le da competencia al juez para anular la decisión arbitral,
sacándola del ordenamiento jurídico; en tales eventos no tiene competencia para pronunciarse sobre los puntos
sometidos por las partes a conocimiento de la justicia arbitral y decididos por ésta […]”

3
“[…] Si el actor no invocó expresamente la causal directa del recurso; agregó que al juez no le es dable encuadrarlo
en alguna otra, ni deducir a partir de ello causales implícitas, teniendo en cuenta la naturaleza extraordinaria del
recurso, el carácter taxativo de las causales y el principio dispositivo que las gobierna […]”.

4
“[…] para que se configure la causal indicada, relacionada con las pruebas solicitadas y no decretadas o practicadas;
sólo tiene vocación de prosperidad cuando dichas pruebas tengan incidencia en la decisión de tal manera que sean
determinantes en la resolución del laudo arbitral y se hayan reclamado en la forma y tiempo debidos. Debe ser tal la
eficacia de las pruebas pedidas que logren configurar la estructura de la sentencia, pues, en últimas el objeto de la
prueba es demostrar la existencia de un hecho litigado que dé origen a un derecho. Dicho de otra manera, no basta
que las pruebas pedidas por las partes cumplan con el requisito de conducencia y pertinencia, es necesario que sean
eficaces al punto que produzcan en el juez o en el árbitro, el convencimiento que necesita para decidir […]”

[Escriba texto]
que el tribunal de arbitramento incurra en alguna omisión en su decreto o
práctica, se interponga recurso de reposición so pena de sanear tal actuación
por faltar al lleno del requisito de “alegar la omisión oportunamente”.

Es decir, esta causal solo procede ante la omisión en el decreto o practica de


pruebas por parte del árbitro que tenga en su potestad dirimir el conflicto, mas
no opera para situaciones fácticas como ausencia de aporte de documentos
por parte del actor o de ambas partes, o irregularidades en el nombramiento de
peritos, debido a la mencionada taxatividad de las causales que hacen
extraordinario el recurso de anulación.

Es importante aclarar que al menos en la presente causal objeto de estudio -


Omisión Probatoria- la Anulación al ser un recurso especial, no permite que el
juez (o en este caso el árbitro), profiera sentencia sustitutiva o de instancia 5, y
más bien se asemejaría a un fallo inhibitorio en donde se predica la nulidad de
todo lo actuado, y se permitiría la integración de un nuevo tribunal de
arbitramento o en su defecto recurrir a la jurisdicción ordinaria siempre que se
vaya de común acuerdo.

Para finalizar, tal y como lo afirma la Honorable Corte Constitucional en


Sentencia de Unificación SU-600 del 18 de Agosto de 1999. M.P. Eduardo
Cifuentes Muñoz. “No es posible negar la importancia jurídica y procesal de la
etapa pre arbitral, dado que si bien en ella no se decide la controversia, si se
hace patente el ejercicio de una función pública que debe cumplirse conforme a
un procedimiento legal vinculante tanto para el centro como para las personas
convocadas. Pese a que en esta etapa no se decide la controversia, la garantía
del debido proceso y el derecho de defensa pueden resultar comprometidos
cuando se violan los preceptos legales que la gobiernan. La vigencia de estos
derechos fundamentales es independiente de la caracterización de esta etapa
como jurisdiccional o de que semejante atributo se atribuya o niegue al director
del centro de arbitraje.”

5
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 11 de Abril de 2002. “La anulación no faculta al juez del recurso
para sustituir la decisión arbitral, salvo lo previsto en los numerales 3 a 5 del articulo 72”

[Escriba texto]
Es por ello que, el Consejo de Estado 6 nos da a entender que la violación de
las ritualidades procesales y formas propias de cada juicio previstas para el
trámite prearbitral, no solo violan el debido proceso y el derecho de defensa,
sino que también se convierten en vías de hecho.

Por ende, el ejercicio de la potestad arbitral implica un importante ejercicio


intelectual por parte del tribunal fallador, puesto que en sus manos recae no
solo la solución de un litigio entre dos partes, sino que también se convierte en
garante de los derechos concebidos bajo el manto del artículo 29
Constitucional.

6
CONSEJO DE ESTADO. SECCION TERCERA. SALA DE LO CONTENCIOSO ADTIVO. Sentencia 27 de julio de
2000. M.P. Jesus Maria Carrillo Ballesteros. Rad. 12910

[Escriba texto]

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