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LA SEGUNDA REPÚBLICA

LA PROCLAMACIÓN DE LA
REPÚBLICA
Después de la dimisión de Primo de Rivera
en enero de 1930, Alfonso XIII intentó
devolver al debilitado régimen monárquico a
la senda constitucional y parlamentaria pero ya
era imposible. Para ello, nombró presidente
del gobierno al general Dámaso Berenguer pero
este fracasó. En febrero de 1931 el rey
nombraba nuevo presidente al almirante Juan
Bautista Aznar frente a un gobierno de
concentración monárquica.
Aznar estableció un calendario electoral, en el
cual se celebrarían elecciones municipales el 12
de abril, y después a Cortes.
Todo el mundo entendió las
elecciones municipales del 12 de abril
de 1931 como un plebiscito sobre la
Monarquía, por lo cual cuando se
supo que las candidaturas republicó-
socialistas habían ganado en 41 de
las 50 capitales de provincia (aunque
en las zonas rurales habían ganado los
monárquicos porque el viejo
caciquismo continuaba funcionando).
https://www.rtve.es/alacarta/videos/archivo-historico/proclamacion-ii-republica-espanola/2923554/
El martes 14 de abril se proclamó la
República desde los balcones de los
ayuntamientos ocupados por los nuevos
regidores. Convencido que las elecciones
municipales habían sido una manifestación
nacional contra la monarquía, el conde de
Romanones, recomendó Alfonso XIII
abandonar España y negoció con el comité
revolucionario el traspaso del gobierno.
Cuando el general Sanjurjo, jefe de la
Guardia Civil, le hizo saber que sus hombres no
lucharían por la monarquía, Alfonso XIII tomó el
camino del exilio.
De esta forma el día 14 de abril el comité
revolucionario se convirtió en el Primer
Gobierno Provisional de la Segunda
República Española.
Proclamación de la
Segunda República en
València
Proclamación de
la Segunda
República en
Alicante
EL GOBIERNO PROVISIONAL
La primera autoridad de la Monarquía de Alfonso
XIII en reconocer como nuevo gobierno al comité
revolucionario es el general Sanjurjo, que a primeras
horas de la mañana del 14 de abril de 1931 se dirige
a la casa de Miguel Maura donde se encuentran
reunidos los miembros del comité revolucionario que
no estaban exiliados en Francia, ni escondidos, y se puso
a sus órdenes.
De esta forma, en plena euforia popular, un
Gobierno provisional, presidido por el conservador
Niceto Alcalá-Zamora, con representantes de las diversas
tendencias de la coalición republicano- socialista,
asumió pacíficamente el poder y puso manos a la obra
para la trasformación del Estado.
LA REPÚBLICA CATALANA
El problema más inmediato que tuvo
que afrontar el Gobierno Provisional
fue la proclamación de la República
Catalana dentro de una federación
de repúblicas ibéricas hecha por
Francesc Macià (líder catalanista) en
Barcelona el mismo día 14 de abril.

Francesc Macià celebrando la proclamación de la República


Catalana
LA REPÚBLICA CATALANA
Tres días después tres ministros del
Gobierno Provisional se entrevistaban en
Barcelona con Francesc Macià
consiguiendo un acuerdo por el cual se
renunciaba en la República Catalana a
cambio del compromiso del Gobierno
Provisional que presentaría en las futuras
Cortes Constituyentes el Estatuto de
Autonomía que decidiera Cataluña y del
reconocimiento del gobierno catalán que se
diría Gobierno de la Generalitat de Cataluña
recuperando la institución abolida por
Felipe V en los decretos de Nueva Planta
LA REPÚBLICA CATALANA
de 1714.
LA REACCIÓN ECLESIÁSTICA
Los obispos, cautelosos, recordaron a sus
fieles el respeto que debía guardarse a los
nuevos gobernantes, mientras el nuncio
del Vaticano en Madrid, buen conocedor
de las simpatías monárquicas del
episcopado, animaba a la Iglesia española
a colaborar con la República.
Poco duró la calma. El anticlericalismo
gubernamental excitó al anticlericalismo
popular, muy arraigado en la sociedad
española, cuyas manifestaciones se
escaparon de las manos de las
autoridades de la República, causando un
daño enorme.
LA REACCIÓN ECLESIÁSTICA
No había cumplido el Gobierno
provisional su primer mes de vida
cuando, caldeados los ánimos con una
pastoral del arzobispo de Toledo (en
la elogiaba la monarquía y a Alfonso
XIII) y la apertura de un centro
monárquico, un centenar de edificios
eclesiásticos eran incendiados por
provocadores
LA REACCIÓN ECLESIÁSTICA
anónimos. Pedro Segura
LA REACCIÓN ECLESIÁSTICA
Esta quema de conventos de mayo de 1931,
nunca reivindicada, suministraría argumentos
a los enemigos de la República,
responsabilizándose al católico Miguel Maura,
ministro de Gobernación, de la pasividad de la
fuerza pública.
Aunque los incidentes fueron de menor
gravedad (cesaron de inmediato con el
despliegue de la Guardia Civil), causaron graves
tensiones en el Gobierno provisional, incluida la
amenaza de dimisión de Maura. Un mes más
tarde, la expulsión de España del cardenal Segura
daría a los católicos nuevas razones contra la
República.
Lugares donde se produjo la
quema de conventos de
1931
LAS CORTES CONSTITUYENTES
Las elecciones para Cortes Constituyentes se celebraron el
28 de junio, con una participación (70,14%) no conocida
hasta entonces en la historia de España y una campaña
previa que despertó más apasionamiento que ninguna
otra.
La conjunción republicano-socialista obtuvo una aplastante
mayoría en casi todas las provincias, con excepción del
País Vasco y Navarra, donde los nacionalistas y los
tradicionalistas le privaron del triunfo. El Congreso estaba,
pues, muy inclinado a la izquierda, e incluía a numerosos
diputados sin experiencia política; pero estaban presentes
los líderes de los principales partidos y un grupo de
intelectuales, como Unamuno, Ortega y Gasset y
Marañón.
LA CONSTITUCIÓN DE 1931
La redacción de una nueva Constitución fue la primera tarea que se impusieron los
diputados, una vez reunidos el 14 de julio y tras haber elegido presidente de la cámara
a Julián Besteiro, socialista moderado y catedrático de Filosofía. El ardor en los
debates constitucionales alcanzó las cotas más altas al afrontar las relaciones de la Iglesia
con el Estado, provocando la primera crisis de gobierno.
Inspirada en el modelo francés, la nueva legalidad impuso la disolución de aquellas
órdenes religiosas consideradas un peligro para la seguridad del Estado y el fin del
presupuesto del clero, todo ello en el escenario de la separación entre el poder civil
y el eclesiástico. En protesta por estas disposiciones, los diputados de derecha
abandonaron el Congreso, al tiempo que Alcalá-Zamora y Maura dimitían de sus cargos
en el Gobierno. La vacante en la jefatura del Gabinete la ocuparía el ministro de la
Guerra, Manuel Azaña, intelectual burgués y excelente escritor, el mejor símbolo del
espíritu reformista de la Segunda República.
LA CONSTITUCIÓ DE 1931
Vigencia: 1931-1939 Parlamento: Unicameral.
Soberanía: Nacional División de poderes: Existe: Legislativo:
el pueblo por medio de las Cortes.
Derechos: Derechos reconocidos
Ejecutivo: el gobierno.
Religión: estado laico, con tolerancia
Judicial: jurados y jueces
religiosa.
Forma de Gobierno: Democracia
Sufragio: Universal Masculino y
Femenino Nº de artículos: 125
Fecha aprobación: 9 diciembre 1931
Presidente de la República: durante su mandato de seis años gozaba de la facultad
de disolver la cámara dos veces.
Art. 1.- España es una República democrática de trabajadores de toda clase... Los poderes
de todos sus órganos emanan del pueblo... La bandera de la República española es roja,
amarilla y morada.
Art. 3.- El Estado español no tiene religión oficial.
Art. 11.- Si una o varias provincias limítrofes, con características históricas, culturales y
económicas comunes, acordaran organizarse en región autónoma... dentro del Estado español,
presentarán su Estatuto con arreglo a lo establecido en el Art. 12.
Art. 26.- Una ley especial regulará la total extinción... del presupuesto del clero. Quedan
disueltas aquellas Órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además
de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la
legítima del Estado.
Art. 36.- Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos
derechos electorales...
Art. 67.- El presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación... Art. 68.-
El presidente de la República será elegido por las Cortes...
El Presidente de la República nombra en el
Jefe del Gobierno (Presidente del
Gobierno) y, a su propuesta, a los
restantes ministros, dispone de la
facultad de disolución del Parlamento y
tiene importantes competencias en el
proceso de aprobación de las leyes.
El día siguiente de la aprobación
constitucional, Alcalá-Zamora era elegido
por el Congreso presidente de la
República (hasta el 1936) y confirmaba
a Manuel Azaña como Presidente del
Gobierno.
Manuel Azaña
“Los principios y preceptos constitucionales en materia confesional no
sólo no responden al mínimum de respeto a la libertad religiosa y de
reconocimiento de los derechos esenciales de la Iglesia que hacían
esperar el propio interés y dignidad del Estado, sino que, inspirados
por un criterio sectario, representan una verdadera oposición aun a
aquellas mínimas exigencias […]. Más radicalmente todavía se ha
cometido el grave y funesto error de excluir a la Iglesia de la vida
pública y activa de la nación, de las leyes, de la educación de la
juventud, de la misma sociedad doméstica, con grave menosprecio de
los derechos sagrados y de la conciencia cristiana del país. […] De
semejante separación violenta e injusta, de tan absurdo laicismo del
Estado, la Iglesia no puede dejar de lamentarse y protestar,
convencida como está de que las sociedades humanas no pueden
conducirse, sin lesión de deberes fundamentales, como si Dios no
existiese, o desatender a la Religión, como si ésta fuera un cuerpo
extraño a ellas o cosa inútil y nociva […].”
Declaración colectiva del episcopado ante la nueva Constitución
(diciembre, 1931)
1. Gobierno Provisional: 14 abril
1931- 9 noviembre 1931
2. Bienio Reformista: noviembre
1931- noviembre 1933
EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933)
Durante el Bienio Reformista, y aun antes de que se
aprobara la nueva Constitución, se llevaron a cabo un
conjunto de reformas estructurales que pretendían la
modernización social y política de España.
Lógicamente, limitaban y reducían los privilegios
históricos de las élites y respondían a las expectativas
generalizadas de cambio democrático de las clases
medias y el movimiento obrero.
LA REFORMA EDUCATIVA
Convencido de que el atraso
español podía superarse mediante
un buen sistema educativo, el
Gobierno de Azaña se entregó a la
difícil tarea de sustituir los métodos y
los profesores religiosos por otros,
partidarios de una enseñanza
progresista. Muchas de las medidas
secularizadoras aprobadas
componían el repertorio legislativo de
los países avanzados.
LA REFORMA EDUCATIVA
Sin embargo, otras, como la
disolución de la Compañía de
Jesús o la prohibición de la
enseñanza a las
congregaciones religiosas, eran
excesivamente agresivas y
entrañaban un grave riesgo de
enfrentamiento entre la opinión
católica y el régimen republicano.

Monjas acechantes
Artículo 26. Todas las confesiones religiosas serán consideradas como
asociaciones sometidas a una ley especial.
El Estado, las regiones, las provincias y los municipios no mantendrán,
favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las iglesias e instituciones
religiosas.
Una ley especial regulará la total extinción, en un plazo máximo de dos
años, del presupuesto del clero.
Quedan disueltas aquellas órdenes religiosas que estatutariamente
impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de
obediencia a una autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus
bienes serán nacionalizados y afectados (...) a fines benéficos y
docentes.
Las demás órdenes religiosas se someterán a una ley especial votada
por estas Cortes Constituyentes (...) .
Constitución de 1931.
LA REFORMA EDUCATIVA
En los primeros decretos de abril de 1931 ya
había quedado reflejada la inquietud
pedagógica de los dirigentes republicanos,
formados algunos de ellos en las aulas de
la Institución Libre de Enseñanza.
A pesar de la decidida voluntad de la
República, ni el tiempo ni el dinero
permitieron eliminar el monopolio docente
de la Iglesia; pero a principios de 1933, cerca
de diez mil nuevas escuelas primarias
evidenciaban la apuesta del Gobierno por la
mejora de la educación.
LA REFORMA EDUCATIVA
Se aumentó el sueldo a los maestros
y, con la reforma de sus planes de
estudio, se pretendió dotarlos de una
mejor preparación, acorde con la
función transformadora que se
atribuía a la escuela en una España con
un 44 % de población analfabeta.
... La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España
ha dejado de ser católica; el problema político consiguientes es organizar el Estado
en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español.
Yo no puedo admitir, señores diputados, que a esto se le llame problema religioso.
El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia
personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la
pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de
Constitución del Estado... porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo...
excluye toda preocupación ultraterrena...Se trata simplemente de organizar el
Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer...Que siga
entregado a las órdenes religiosas el servicio de la enseñanza. Eso jamás. Yo lo
siento mucho; pero ésta es la verdadera defensa de la República.¿Permitiríais
vosotros que un catedrático en la universidad explicase la astronomía de Aristóteles
y que dijese que el cielo se compone de varias esferas a las cuales están atornilladas
las estrellas? ¿Permitiríais que se propagase en la cátedra de la universidad
española la medicina del siglo XVI? No lo permitiríais...Pues yo digo que, en el orden
de las ciencias morales y políticas, la obligación de las órdenes religiosas católicas,
en virtud de su dogma, es enseñar todo lo que es contrario a los principios en los
que se funda el Estado moderno.
AZAÑA, M.: Discurso en el Congreso, 13 de octubre de 1931.
LA REFORMA MILITAR
Los dos objetivos de la reforma militar de Manuel
Azaña fueron:
•Conseguir un ejército más moderno y eficaz, debido a
la abundancia de mandos (cerca de 22000 oficiales),
escasa formación de los soldados y anticuado
material le habían hecho perder capacidad técnica.
Una de las primeras decisiones de Azaña, ministro de la
Guerra en el Gobierno provisional, fue la de ofrecer a
un buen número de oficiales (se calculaba un exceso de
7000 oficiales) la jubilación anticipada con el sueldo
íntegro. La mitad de los afectados eligieron esta
ventajosa reconversión, que redujo drásticamente la
oficialidad.
LA REFORMA MILITAR
El otro objetivo era subordinar el poder militar al
poder político. Uno de los primeros decretos
de la República, de 22 de abril, obligó a los
oficiales a prometer fidelidad a la República.
Además, se adoptaron otras medidas que
tendieron a disminuir la amplitud de la
jurisdicción militar en beneficio de la civil (supresión
de la Ley de Jurisdicciones de 1906), así como el cierre
de la Academia General de Zaragoza, dirigida por
el general Franco. Se limitó la primacía de los
militares africanistas y se prestigiaron las armas de
Artillería e Ingenieros, especialmente «maltratadas»
en los años anteriores.
LA REFORMA MILITAR
Las reformas de Azaña irritaron a amplios sectores del
Ejército, que vieron en ellas un propósito encubierto de
minar el poder y el prestigio de los militares.
El descontento estalló el 10 de agosto de 1932, cuando el
último director de la Guardia Civil de la monarquía, el
general José Sanjurjo, se sublevó en Sevilla contra la
República. La intentona fue un fracaso tanto por su
deficiente preparación como porque, excepto sus
subordinados directos, ni el ejército ni la policía apoyaron el
levantamiento.
Las consecuencias fueron importantes: centenares de
militares destituidos (algunos deportados al Sahara),
destacados monárquicos detenidos y varios periódicos
conservadores cerrados temporalmente. Un tribunal militar
condenó a muerte a Sanjurjo, pero la pena fue
conmutada por cadena perpetua.
LA REFORMA MILITAR
La República no se atrevió a
disolver la Guardia Civil,
aunque sí procuró acabar con su
hegemonía en cuestiones de orden
público. Prefirió crear la Guardia
de Asalto, una fuerza leal,
especialmente entrenada como
policía urbana.
LA REFORMA AGRARIA
La esperanza republicana lleva sobre todo el nombre de
reforma agraria. Extensos latifundios en Extremadura y
Andalucía, campesinos hambrientos y arrendatarios
explotados esperaban un remedio. En el ánimo de muchos,
el régimen de Azaña estaba llamado a acabar, por fin, con
todas las lacras del campo español mediante una distribución
más justa de la propiedad y una mayor atención a sus
rendimientos, para lo que era urgente aprobar una ley que
expropiara grandes fincas y las repartiera entre campesinos
sin tierras.
Con un fondo de agitación creciente en el campo, el
proyecto de reforma agraria chocaba con la resistencia de los
latifundistas y de los partidos de derecha y centro, que la
hacían estancar en las discusiones del Congreso.
Objetivos de la Reforma Agraria:
1. Evitar el paro obrero en el campo. Mediante el
asentamiento de jornaleros en las tierras expropiadas.
2. Distribuir la tierra. Expropiando las grandes fincas
"señoriales" y los latifundios en manos de propietarios
absentistas.
3. Racionalizar la economía agraria. Disminuyendo el
crecimiento de la superficie cerealista y devolviendo a los núcleos
rurales sus antiguos bienes comunales, perdidos con las
desamortizaciones del siglo XIX.
La reforma agraria, consistió en la expropiación con
indemnización de las tierras de la España latifundista (Andalucía,
Extremadura, el sur de La Mancha y la provincia de Salamanca).
LA REFORMA AGRARIA
En agosto de 1932, el fracaso del levantamiento
monárquico del general Sanjurjo contra la República
fortaleció a Manuel Azaña, que aprovechó este
momento para quebrantar la oposición y hacer aprobar
la Ley de Bases de la Reforma Agraria (9 de septiembre
de 1932), que culminaba una serie de decretos que habían
reformado diversos aspectos de la realidad agraria.
La Ley, que comenzó a aplicar el Instituto de Reforma
Agraria en catorce provincias, autorizaba la
expropiación con indemnización, aunque no podía dar
respuesta a la demanda de cientos de miles de
campesinos, prestos a cualquier movimiento
insurreccional. La burocracia, los elevados costes de la
expropiación y las resistencias de los propietarios
afectados por la reforma no permitirían recibir tierras
más que a unas doce mil familias en los dos años
siguientes.
Los efectos de esta ley se extienden a todo el territorio de la República. Su
aplicación... tendrá lugar en los términos municipales de Andalucía, Extremadura,
Ciudad Real, Toledo, Albacete y Salamanca... Las tierras del Estado... podrán ser
objeto de asentamientos, sea cualquiera la provincia donde radiquen...
La ejecución de esta ley quedará encomendada al Instituto de Reforma Agraria
que... promoverá la formación de organismos de crédito a fin de facilitar a los
campesinos asentados el capital necesario para los gastos de explotación...
Serán susceptibles de explotación las tierras incluidas en los siguientes
apartados: 1.- Las ofrecidas voluntariamente por sus dueños...
5.- Las que, por no ser explotadas directamente..., deba presumirse que fueron
compradas con fines de especulación o con el único objeto de percibir su renta.
7.- Las incultas o manifiestamente mal cultivadas...

Gaceta de Madrid, 21 de septiembre de 1932.


El fracaso de la reforma agraria fue una de las causas
principales de la aguda agitación social del periodo 1933- 34,
porque el anuncio de la reforma hizo creer a muchos
jornaleros en una rápida entrega de tierras, que finalmente no
se produjo por el que se sintieron decepcionados.
Además, la reforma agraria unió a los tradicionales sectores
sociales y contribuyó a consolidarlos como bloque de
oposición al régimen republicano.
La reforma, sin resultar un fracaso absoluto, representó una gran
frustración para los labradores a causa del atraso a elaborar la
ley (un año y medio después de la proclamación de la República),
la lentitud del Instituto de Reforma Agraria, encargado de
elaborar el inventario de tierras expropiables
y la falta de dinero para expropiar las tierras, que tenían
que ser indemnizadas previamente.
LAS LEYES LABORALES
El Gobierno republicano estableció su política laboral bajo la dirección del ministro
socialista Francisco Largo Caballero llevando a cabo distintas reformas, entre el
desagrado de los empresarios y la esperanza de los trabajadores.
La gravedad de los enfrentamientos sociales en la España rural empujaba a
conceder satisfacciones inmediatas:
• Extensión al campo de la jornada de ocho horas.
• Prolongación de los contratos de arrendamiento de tierras.
• Decreto de Términos Municipales obligando a emplear preferentemente a los
braceros del municipio en que las labores agrícolas hayan de realizarse.
• Laboreo forzoso de tierras allí donde existiesen braceros en paro.
LAS LEYES LABORALES
El instrumento más eficaz y discutido de intervención laboral
fue el de los jurados mixtos de empresarios y obreros,
dotados de amplias competencias en materia de trabajo, que
impulsarían un alza notable de los salarios agrarios.
Gracias a la confianza que la UGT depositaba en Largo
Caballero descendió el nivel de conflictividad crónica en el
sector, buscando el sindicato socialista el consenso con la
patronal y su fortalecimiento como interlocutor, frente al
radicalismo de anarquistas y comunistas.
Todo ello supuso un incremento de las rentas del trabajo y
nivel de los salarios que suavizó el impacto de la crisis general
y la gran depresión en las clases trabajadoras.
LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA: CATALUÑA
La Constitución definía a España como Estado «integral» con opción a la autonomía para una
o varias provincias limítrofes cuyos electores o ayuntamientos así lo decidiesen por
mayoría de dos tercios, siempre con la aprobación ulterior del Parlamento.
El 9 de septiembre de 1932, Azaña forzó la aprobación del Estatuto de Cataluña, (el llamado
Estatuto de Núria) de que naufragaba en el Congreso por las acometidas de la derecha o del
centro y el poco entusiasmo de la coalición gubernamental. En defensa de la autonomía
catalana pronunció uno de sus más brillantes discursos, que consiguió arrancar de los
diputados el voto favorable al Estatuto.
Mediante el Estatuto, Cataluña se convirtió en región autónoma, que sería regida por un
gobierno propio, la Generalitat de Cataluña, formada por un presidente, un parlamento y
un consejo ejecutivo. La Generalitat tendría facultades legislativas y ejecutivas en
Hacienda, economía, educación y cultura, transportes y comunicaciones; el Gobierno de la
República se ocuparía de las relaciones exteriores y el ejército.
ESTATUTO DE AUTONOMÍA DE CATALUÑA
Art. 1º. Cataluña se constituye en región autónoma dentro del Estado español, con arreglo a
la Constitución de la República y el presente Estatuto. Su Organismo representativo es la
Generalitat y su territorio es el de las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona
en el momento de aprobarse este Estatuto.
Art. 2º. El idioma catalán es, como el castellano, lengua oficial en Cataluña. (…)
Dentro del territorio catalán, los ciudadanos, cualquiera que sea su lengua materna, tendrán
derecho a elegir el idioma oficial que prefieran en sus relaciones con los Tribunales,
autoridades y funcionarios de todas clases, tanto de la Generalidad como de la
República.
Art. 14º. La Generalidad estará integrada por el Parlamento, el presidente de la
Generalidad y el Consejo ejecutivo.
Las leyes interiores de Cataluña ordenarán el funcionamiento de este organismo, de acuerdo
con el Estatuto y con la Constitución.
Gaceta de Madrid, 21 de septiembre de 1932.
LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA: PAÍS VASCO
En el País Vasco, la división de los ciudadanos respecto a su autonomía regional ofrecía
un panorama político bien distinto del de Cataluña.
• Nacionalismo vasco: los únicos que tenían un verdadero espíritu autonomista.
• Socialistas y republicanos: el Estatuto de Autonomía era un asunto menor,
siempre supeditado a la consolidación de la República.
• La derecha vasca no tenía interés alguno en el proyecto autonómico, aunque lo
utilizó, en algún momento, con ánimo de sabotear el régimen.
Nacionalistas y Tradicionalistas sacaron adelante en 1931 un proyecto, el Estatuto de
Estella, aprobado mayoritariamente por los ayuntamientos de Bizkaia, Araba,
Gipuzkoa y Nafarroa, que fue rechazado por su carácter confesional por el resto de
fuerzas políticas y por el Gobierno central.
ESTATUTO DE ESTELLA
«Art. 1. Se declara que el País Vasco integrado por las actuales provincias de í•lava, Guipúzcoa, Navarra
y Vizcaya, constituye una entidad natural y jurídica con personalidad política propia, y se le reconoce
como tal el derecho a regirse y constituirse por sí mismo como Estado autónomo dentro de la totalidad
del Estado español, con el que vivirá articulado conforme a las normas de la Ley de Relaciones
Concertadas en el presente Estatuto. Cada una de las referidas provincias se constituirá y regirá, a su vez,
autonómicamente, dentro de la unidad del país.
Artículo 15. El Estado vasco tiene competencia para legislar, administrar y juzgar, haciendo que se
ejecuten sus leyes y decretos y los fallos de sus tribunales y juzgados en las materias siguientes:
constitución y régimen autonómico del País Vasco (…); organización y administración de Justicia (…);
régimen tributario y económico (…); vida y política económica del País Vasco; seguridad pública y
defensa, incluyendo policía, ejército y marina militar (…); sanidad e higiene (…); enseñanza en todos
sus grados y especialidades (…); legislación social y del trabajo (…) partiendo como mínimo de las
conquistas del proletariado sancionadas por la legislación
española (…); beneficencia (…); obras públicas (…); comunicaciones interiores (…); legislación civil,
hipotecaria, procesal y notarial; las relaciones entre la Iglesia y el Estado Vasco, el cual negociará un
Concordato con la Santa Sede.
Art. 16. La lengua nacional de los vascos será reconocida como oficial en iguales condiciones que el
castellano»
Estella, 14 de junio de 1931.
LA COYUNTURA ECONÓMICA
Debido a su atraso económico en relación con otros países europeos, España
tardó algo más en acusar el golpe de la crisis de 1929. Su reducido grado de
integración en la economía mundial le ahorró la primera acometida, pero no
las posteriores. Los vínculos de España con los países europeos se limitaban a la
exportación de minerales y productos agrícolas, como cereales, aceite,
plátanos y vino.
De las compras europeas dependían en gran parte las entradas de oro y
divisas con las que poder pagar luego las importaciones. La depresión económica
mundial, que afectó fundamentalmente a las clases medias (los mejores clientes
de los productos españoles), originó una brutal caída de las exportaciones y una
parecida disminución de las compras, que frenaría el ritmo de mecanización
del país.
LA COYUNTURA ECONÓMICA
•La República debía soportar una constante
evasión de capitales y los trastornos de la
devaluación de la peseta.
•El paro no cesaba de crecer, hasta alcanzar la
cota de los 650 000 desocupados en 1933.
•Retornaban en masa los emigrantes que habían
perdido su empleo en los países de acogida y
engrosaban el descontento de una sociedad
cada vez más enfrentada.
LA COYUNTURA ECONÓMICA
El Gobierno republicano planteó un programa
económico procurando huir de los excesos de todo signo y
manteniendo una actuación austera en la emisión de
deuda pública y en el control del déficit presupuestario.
Los ministros de Obras Públicas continuaron el plan de
carreteras de Primo de Rivera.
El socialista Indalecio Prieto, en Hacienda, se esforzó por
atender los compromisos económicos internacionales
adquiridos por la dictadura, llevándose a cabo por fin una
reforma fiscal que introducía el impuesto sobre la
renta.
Al mismo tiempo, la reforma del Banco de España, que suponía
un mayor control del Estado sobre la política monetaria
desplazando a la gran banca, le ocasionó a este ministro la
hostilidad de los poderes financieros.
LA COYUNTURA ECONÓMICA
Indalecio Prieto posando
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
La República solo aspiraba a una
modificación sustancial de los fundamentos del
Estado en sus parcelas administrativa, política y
de participación social; por ello, su problema
más grave fue el hecho de tener que
contar con la exigencia revolucionaria
frente a su disposición meramente
reformista.
De ahí que la conflictividad fuera en
aumento, manifestando la tensión
acumulada por los acontecimientos
políticos, el desengaño de los proletarios y la
intransigencia de los patronos, reacios a
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
cualquier reforma.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Firmes partidarios de la acción directa y la
revolución social, los sindicatos anarquistas
comprendieron desde el primer momento que sus
aspiraciones no podían triunfar dentro de la
legalidad de una República burguesa.
Numerosas huelgas y ocupaciones de tierras
llevaban el sello de la CNT, que, con su millón de
afiliados, provocaba continuamente a la
República y la obligaba a responder con duras
medidas policiales.
Los continuos desórdenes públicos no solo
deterioraban la imagen de los Gobiernos de
Azaña, sino que debilitaban su autoridad y
alimentaban la propaganda de los enemigos de la
República.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Uno de los más graves enfrentamientos
con las fuerzas de orden público tuvo
lugar el 12 de enero de 1933 en la
localidad gaditana de Casas Viejas,
donde jornaleros anarquistas
proclamaron el comunismo libertario,
sitiando el cuartel de la Guardia Civil.
Intervino la Guardia de Asalto, que
aplastó el levantamiento después de
fusilar a sangre fría a catorce
campesinos. La matanza causó estupor en la
opinión pública, al tiempo que la
derecha lo culpaba de lo ocurrido e
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
intentaba derribarlo en el Congreso.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
A su vez, la izquierda proletaria
recelaba, cada día más, de una
República definida
constitucionalmente como «de
trabajadores de toda clase», cuyas
fuerzas de orden empleaban tal
violencia contra labradores primitivos
que vivían en la más absoluta miseria. El
sindicato anarquista CNT cayó en manos
de su grupo más radical, la FAI, en
tanto que la UGT socialista marginaba
a los moderados en beneficio de las
teorías revolucionarias de Largo
Caballero.
LA REACCIÓN DE LAS DERECHAS
Nadie conseguía frenar el desgaste del Gobierno
republicano-socialista, que veía cómo la derecha
católica explotaba el anticlericalismo de la
República para organizar un poderoso
movimiento de masas de muy diversa
procedencia social.
La supresión de la Compañía de Jesús en enero de
1932 o la restrictiva Ley de Congregaciones Religiosas
del año siguiente produjeron una gran conmoción entre
los católicos, que buscaron unir sus
fuerzas para cambiar, desde la lucha legal, el rumbo
del Gobierno de Azaña.
LA REACCIÓN DE LAS DERECHAS
Azaña dándolo todo
LA REACCIÓN DE LAS DERECHAS
De la movilización católica nacía en 1933 la
Confederación Española de Derechas
Autónomas (CEDA), con la finalidad de
reformar la Constitución republicana, sobre
todo en las materias concernientes a la
religión y a la enseñanza.
Bajo el liderazgo indiscutido de José María Gil-
Robles, la CEDA era un grupo heterogéneo en
el que, junto a verdaderos democristianos,
imbuidos de la conciencia social de la Iglesia,
convivían hombres de extrema derecha, que
poco a poco se sentían atraídos por el
fascismo.
LA REACCIÓN DE LAS DERECHAS
Gil-Robles imitando a Azaña
El programa de la CEDA en el orden político-religioso reclama
la derogación de las leyes laicas y persecutorias de la Iglesia,
el régimen concordatario, los derechos de la personalidad y
de la libertad humana (…).
Defiende la institución familiar y, en especial, el hogar
obrero, mediante la implantación del salario familiar y
seguros sociales (…), el derecho de la familia a la educación
de los hijos y el reconocimiento del supremo magisterio de la
Iglesia en materia de enseñanza (…). Exige la abolición de la
coeducación (…).
En materia social, la CEDA rechaza la lucha de clases. En
materia económica y financiera, la CEDA condena la política
de inspiración socialista.
Programa fundacional de la CEDA, 1933.
LA EXTREMA DERECHA
Desde febrero de 1933, los ultramonárquicos
se habían separado de Gil-Robles y habían
fundado Renovación Española, cuyos
promotores, Antonio Goicoechea y José Calvo
Sotelo, sostenían que el problema de España
solo podía resolverse fuera de las vías legales y
con el apoyo de los movimientos autoritarios
que triunfaban en Europa.

Calvo Sotelo imitando a Azaña y Gil-Robles


LA EXTREMA DERECHA
El carlismo también se reorganizó
tras superar sus viejas divisiones y,
con ideólogos como Víctor Pradera,
derivó en un movimiento
nacionalista de ultraderecha, la
Comunión Tradicionalista,
dispuesto a desarrollar una
estrategia conjunta con los
monárquicos alfonsinos en su lucha
contra la República.
LA EXTREMA DERECHA
EL FASCISMO ESPAÑOL
En el ambiente estudiantil de clase
media surgieron los primeros grupos
fascistas, a semejanza de distintos
movimientos autoritarios en Europa.
El más exitoso de todos ellos, Falange
Española, fue fundado en octubre de 1933
por José Antonio Primo de Rivera, el hijo del
dictador.
José Antonio Primo de Rivera
LA EXTREMA DERECHA
Contraria al liberalismo y al marxismo, doctrinas que
consideraba caducas y pretendía superar, la Falange se
manifestaba decididamente contraria a la República
democrática y defensora de un firme nacionalismo español,
compatible con la «dialéctica de los puños y las pistolas», como
dijera su líder. Por su ideario nacionalista,
afán de reformas sociales y anticomunismo, el movimiento de
José Antonio arrastraría pronto a la juventud universitaria
derechista.
Si bien las teorías del fascismo español fueron formuladas por
personajes como E. Giménez Caballero, José M.ª Albiñana y su
Partido Nacionalista Español o el fundador de las JONS, Ramiro
Ledesma, solo empezó a adquirir cierta consistencia y
militancia a partir de 1933.
1. Gobierno Provisional (1931)
2. Bienio Reformista (1931-1933)
3. Bienio Conservador (1933-1936)

EL BIENIO RADICAL CEDISTA (1933-1936)


Las movilizaciones de la derecha y las continuas
alteraciones del orden público desgastaban
gravemente a Azaña y sus Gobiernos, que perdieron las
elecciones municipales de abril de 1933.
A los socialistas cada vez les resultaba más incómodo
apoyar una política liberal, tan alejada de su ideal
marxista, y, sobre todo, respaldar con su presencia en el
Gobierno el endurecimiento de la legislación represiva
que trataba de frenar las revueltas campesinas.
Cuando en septiembre de 1933 las divisiones en la
coalición gubernamental se manifestaban como
irreversibles, el presidente de la República, en el uso de su
autoridad constitucional, destituyó a Azaña, lo que hizo
necesarias nuevas elecciones, que quedaron convocadas
para noviembre.
LAS ELECCIONES DE 1933: EL VUELCO ELECTORAL
Con abstención de los anarquistas y elevada
participación católica, el 19 de noviembre
de 1933, los españoles (incluidas las
mujeres) acudieron a las elecciones, cuando
la crisis económica alcanzaba su mayor
intensidad.
• La agitación social.
• La miseria.
• El desencanto del reformismo azañista.
• La división de las izquierdas, que
concurrían por separado a las elecciones
dieron un giro a la República.
LAS ELECCIONES DE 1933: EL VUELCO ELECTORAL
Favorecida por el sistema de atribución de escaños,
la derecha obtuvo un triunfo indiscutible,
compartido con el centro representado por el
Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux.
Los comicios abrieron el Parlamento a algunos
hombres, dudosamente parlamentarios,
colaboradores de la dictadura y de tendencias
antidemocráticas.
A pesar de ser la CEDA el grupo con mayor número
de diputados, el presidente Alcalá- Zamora, en el
ejercicio de su función moderadora, llamó a Lerroux a
formar Gobierno, tratando de evitar un mayor
desplazamiento hacia la derecha y la consiguiente
reacción de las izquierdas.
LA POLÍTICA DE LA DERECHA
• Los sucesivos Gobiernos revisaron en sentido conservador las reformas de los
Gabinetes de Azaña, las suspendieron o las anularon, al tiempo que los patronos,
con las manos libres, rebajaban los salarios y reducían las mejoras logradas por
los trabajadores en los dos años precedentes.
• Y las Cortes no tardaron en dar un respiro a la Iglesia con leyes que le
aseguraban su actividad docente y el cobro de un dinero público.
• Los militares recuperaban su protagonismo y promocionaban a aquellos que
estuvieron apartados de responsabilidades en el bienio anterior.
• No solo no se concedió ningún estatuto de autonomía, sino que las relaciones
de Madrid con Cataluña pasaron por momentos de extrema gravedad.
LA POLÍTICA DE LA DERECHA
Todo ello tenía su respuesta
violenta en la calle, que se
escapaba no pocas veces del
control del Gobierno.
Pero más grave que la algarabía
callejera, aun siendo a veces
sangrienta, era la radicalización
de los líderes y militantes del
PSOE y UGT, cuya disconformidad
se acrecentaba al compás del
bascular derechista de la Segunda
República y de la actitud de
revancha de un buen número de
empresarios.
LA POLÍTICA DE LA DERECHA
En plena rebeldía contra el Gobierno, la CNT declaró la
huelga general en Zaragoza y, más tarde, en complicidad
con la UGT, volvió a poner en jaque a las fuerzas del orden
con multitudinarias movilizaciones en el campo.
Más que en ninguna otra región, la conflictividad se
manifestaba en Cataluña, donde Esquerra Republicana se
enfrentaba a una República desvirtuada a la que se acusaba
de adulterar su primitiva vocación autonomista.
Tras un año de tensiones, en marzo de 1934, el Parlamento
catalán había aprobado una ley que modificaba la
legislación general, para hacerla más favorable a los
campesinos arrendatarios (rabassaires). Apoya dos por la Lliga
de Cambó y por la CEDA, los dueños de las tierras conseguían,
tres meses más tarde en Madrid, la declaración de
inconstitucionalidad de tal ley, lo que equivalía a socavar
desde la propia Cataluña los fundamentos de la autonomía.
LA POLÍTICA DE LA DERECHA
También en el País Vasco, cualquier oportunidad podía desatar
el enfrentamiento; y este llegó ese mismo verano con motivo
del estatuto del vino.
En esta ocasión, el intento de desgravar su consumo para facilitar
la salida de los productos españoles fue considerado como
una injerencia de la Hacienda central y un ataque al concierto
económico vigente.
Los ayuntamientos vascos cerraron filas en torno al último resto
foral con distintas manifestaciones de protesta, que se saldaron
con encarcelamientos de concejales y desalojos. Los socialistas,
alentados por Indalecio Prieto, y el PNV, quejoso con la República
al no haber logrado el estatuto de autonomía, fueron los
protagonistas de una accidentada asamblea convocada en
Zumárraga (Gipuzkoa), a la que asistieron parlamentarios
catalanes y vascos, bien arropados por sus electores.
LA RADICALIZACIÓN SOCIO-POLÍTICA: LA
REVOLUCIÓN DE 1934
Convencida de que Gil-Robles pretendía
destruir la República, la dirección del PSOE,
desde la primavera de 1934, se mostraba
decidida a tomar el poder por la fuerza,
rompiendo con la legalidad republicana, y a
practicar una política abiertamente
revolucionaria.
El día primero de octubre, la CEDA se negó a
seguir apoyando a un Gobierno en el que no
tenía participación y exigió colocar a tres
ministros en el Gabinete que Alcalá-Zamora
encargó formar a Lerroux.
LA RADICALIZACIÓN SOCIO-POLÍTICA: LA
REVOLUCIÓN DE 1934
Las ejecutivas socialista y
ugetista no esperaron más ante lo
que consideraban una agresión
contra la República, y cursaron a
toda España la orden de huelga
general revolucionaria, que
adquirió carácter de insurrección
popular en lugares como
Asturias, Cataluña o el País
Vasco.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: CATALUÑA
El 6 de octubre, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís
Companys, rompía con el Gobierno central, acusándolo de estar
dominado por fuerzas de dudosa lealtad republicana, y proclamaba
el Estado catalán dentro de la República federal española, fórmula
que no contentaba a los nacionalistas radicales.
Fiel a sus superiores republicanos, el general Batet declaró el estado
de guerra y combatió en algunas calles de Barcelona. La Generalitat se
rindió, y el Gobierno suspendió el Estatuto de Cataluña, al tiempo que
ordenaba centenares de detenciones.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: CATALUÑA

Las diez horas de


rebelión catalana
habían dejado 46
muertos.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: ASTURIAS
Desde el comienzo de la
huelga general, todas las
miradas de los españoles se
habían dirigido hacia
Asturias, el único lugar donde
los trabajadores estaban
unidos y preparados para la
lucha armada.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: ASTURIAS
Las organizaciones proletarias asaltaron las
casas cuartel de la Guardia Civil, tomaron la
cuenca minera, ocuparon las fábricas de
armas, se apoderaron de Oviedo y aun
tuvieron tiempo de constituir, en algunas
localidades, comunas obreras, repúblicas
utópicas, con una administración
rudimentaria.
Aunque presentida, la revuelta asturiana
desbordó al Gobierno, que llamó al
general Franco para asesorar
técnicamente desde Madrid a los
responsables de las operaciones militares
dirigidas a aplastar la rebelión.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: ASTURIAS
Siguiendo su consejo, refuerzos
del ejército de Marruecos
desembarcaron en Asturias y en
nueve días sofocaron la comuna
asturiana, que arrojó un balance
trágico de víctimas: mil muertos
entre los paisanos y trescientos
entre la fuerza pública, causados
no solo en los combates, sino
también en la represión
espontánea y criminal
realizada por miembros de uno
y otro bando.
LA REVOLUCIÓN DE 1934: ASTURIAS
Las represalias se extendieron a toda España:
• Fueron encarceladas 30000 personas, acusadas de dirigir
o participar en el levantamiento.
• Se limitaron las actividades de los partidos de
izquierda y se estableció la censura previa.
• Si la brutalidad de los sublevados había incitado a la
derecha, la represión gubernamental provocó un efecto
similar en la izquierda, que intentaría justificar los
sucesos de octubre como una defensa del auténtico
espíritu republicano.
• La brecha era tan honda que los moderados de
ambos lados se encontraban rebasados, alejándose
cada vez más la sociedad española del camino del
entendimiento.
1. Gobierno Provisional (1931)
2. Bienio Reformista (1931-1933)
3. Bienio Conservador (1933-1936)
4. El Frente Popular (1936-1939)
LA HORA DE LA IZQUIERDA: EL FRENTE POPULAR
•La extrema derecha hostigaba a la CEDA, acusándola de tibia
(sobrevolaba el fantasma de una inminente revolución marxista).
•José Calvo Sotelo, que se había exiliado al proclamarse la
República, regresó para hacerse cargo del monárquico Bloque
Nacional, con un programa totalitario.
•Largo Caballero empujaba a la UGT hacia posiciones cada vez más
radicales, muy próximas a las de los comunistas, que desde la
Revolución de Octubre iban ganando adeptos y prestigio.
1. Gobierno Provisional (1931)
2. Bienio Reformista (1931-1933)
3. Bienio Conservador (1933-1936)
4. El Frente Popular (1936-1939)
LA HORA DE LA IZQUIERDA: EL FRENTE POPULAR
En Europa continuaban creciendo los
fascismos, sobre todo desde que Hitler
compaginaba la jefatura del Gobierno con
la del Estado y procedía al rearme de
Alemania. La política de Berlín fascinaba a
los movimientos autoritarios de Europa,
pero infundía temor a los demócratas. Por
su parte, Mussolini confirmaba su ideario
imperialista con la invasión de Abisinia.
Hitler fingiendo ser humano
FORMACIÓN Y PROGRAMA DEL
FRENTE POPULAR
Con este panorama, el comunismo
internacional cambió de estrategia. La
disyuntiva no estaría entre proletariado y
burguesía, sino entre fascismo y democracia.
De ahí que la política a seguir debía pasar por
el establecimiento de Frentes Populares, que
implicaban la ALIANZA del proletariado con las
clases medias, de los partidos socialistas y
comunistas con los burgueses antifascistas, FRENTE
AL ENEMIGO COMÚN. La tarea de los comunistas no
sería, por el momento, hacer la revolución, sino
frenar el fascismo.
LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936
La teoría frente populista pronto pudo llevarse a la práctica en
España, pues el desprestigio del Gobierno, comprometido en
sobornos y escándalos financieros atribuidos a miembros del
Partido Radical, provocaría la convocatoria de elecciones, para
el día 16 de febrero de 1936, en su primera vuelta.
Dejando de lado momentáneamente sus diferencias, la antigua
conjunción republicano-socialista se preparó para la consulta
con la firma de una alianza electoral, o Frente Popular, en la
que estarían representadas las izquierdas y gran parte de las
fuerzas progresistas.
Los partidos coaligados se comprometen:
A conceder por ley una amplia amnistía de los delitos político-sociales cometidos
posteriormente a noviembre de 1933...
Se promulgará una ley concediéndose a las familias de las víctimas producidas por
hechos revolucionarios... la adecuada reparación del daño inferido a las personas...
Se restablecerá el imperio de la Constitución.
Los republicanos no aceptan el principio de nacionalización de la tierra y su entrega
gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del Partido Socialista...
No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por la
representación socialista. Convienen en: restablecer la legislación social en la
pureza de sus principios... rectificar el proceso de derrumbamiento de los salarios
del campo, verdaderos salarios de hambre, fijando salarios mínimos...
Impulsarán, con el ritmo de los primeros años de la República, la creación de
escuelas de primera enseñanza, estableciendo cantinas, roperos, colonias escolares
y demás instituciones complementarias...
Programa del Frente Popular, 15 de enero de 1936.
LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936
El programa del Frente Popular era,
fundamentalmente, socialdemócrata reformista.
Desbordaba la posición original de la izquierda
republicana, pero se alejaba de la obsesión
anticlerical. Estipulaba un acuerdo sobre un
conjunto de principios mínimos para una coalición
electoral, aunque no constituía un plan para un
Gobierno de coalición.
Aunque la derecha consiguió formalizar alianzas en
muchas provincias, careció del sentimiento de unidad
que le dio a la CEDA el triunfo en 1933. La
experiencia de dos años de poder pasaba factura al
centro-derecha, con discrepancias y divisiones
semejantes a las sufridas por la izquierda antes de
los últimos comicios.
LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936
Beneficiada ahora la izquierda por
una ley electoral que estimulaba la
formación de coaliciones, los
candidatos del Frente Popular
arrebataron al centro-derecha sus
escaños y consiguieron la mayoría
absoluta necesaria para gobernar.
Esto no significaba que la derecha
estuviera acabada, pues recibió más
apoyos que en 1933; pero se había
desmoronado el sueño del presidente
de la República, Alcalá-Zamora, de
constituir un centro fuerte.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Los resultados electorales, con sus
consiguientes
manifestaciones de triunfo,
provocaron, desde la misma
noche de los comicios, los
primeros conatos de fuerza
entre los perdedores y distintas
maniobras que no presagiaban
nada bueno para la República.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
A pesar de la buena voluntad de Azaña, llamado
a formar Gobierno, la vida política no conseguía
recuperar su pulso, asfixiada por el radicalismo
proletario y la degradación del orden público.
Ardieron de nuevo conventos e iglesias, mientras
se agravaba la ola de pistolerismo callejero, y los
miembros de las organizaciones legales de derechas
las abandonan en masa para militar en movimientos
más extremistas.
La Falange, que recibía ayuda económica de los
fascistas italianos, multiplicaba sus actuaciones
violentas y atentados.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Los continuos rumores de golpe de Estado provocaban en la
prensa de izquierdas un intenso antimilitarismo que
contribuía al clima de violencia.
La situación se complicó aún más cuando el Congreso
decidió deponer a Alcalá-Zamora de su cargo de
presidente de la República y recurrió al artificio jurídico
de declarar que la disolución de las anteriores Cortes
ordenada por él no había sido necesaria, lo que
comportaba su destitución inmediata.
En mayo de 1936, Manuel Azaña fue promovido a la
presidencia, perdiendo notable capacidad de acción, pues
carecía esta de funciones ejecutivas, asignadas por la
Constitución a la jefatura del Gobierno.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Durante los meses de junio y julio, tanto el
campo como las ciudades fueron testigos de
la agitación revolucionaria.
Campesinos famélicos ocupaban tierras en
Salamanca, Extremadura y Andalucía sin que
las fuerzas del orden consiguieran evitarlo.
Como demostración de su fuerza, la CNT
desencadenó una huelga de la construcción
en Madrid y ensayó un comunismo libertario
de consumo, expoliando las tiendas de
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
comestibles.
LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL
El 12 de julio, unos pistoleros
desconocidos (falangistas según
todos los indicios) asesinaron al
teniente Castillo, de la Guardia de
Asalto.
Al día siguiente cayó asesinado José
Calvo Sotelo, líder de la derecha
parlamentaria, a manos de un grupo
de agentes del orden que trataba
de vengar la muerte de su
compañero. España entera se
estremeció, sospechando que la
conjura militar podía estar a punto
LA CONFLICTIVIDAD
de saltar a la luz.
SOCIAL
Entierro de Calvo Sotelo
¿Habrá todavía entre vosotros -soldados, oficiales españoles- quien
proclame la indiferencia de los militares por la política? Esto pudo y debió
decirse cuando la política se desarrollaba entre partidos. Pero hoy nos
hallamos en presencia de una pugna interior. Está en litigio la existencia
misma de España (...).
Si se disputara el predominio de este u otro partido, el ejército cumpliría con
su deber quedándose en los cuarteles. Pero hoy estamos en víspera de la
fecha. ¡Pensad lo militares!, España puede dejar de existir.
Se nos persigue porque somos -como vosotros- los aguafiestas del regocijo
con que, por orden de Moscú, se pretende disgregar a España en repúblicas
soviéticas independientes. Sin vuestra fuerza, soldados, nos será
titánicamente difícil triunfar en la lucha. Con vuestra fuerza claudicante, es
seguro que triunfe el enemigo. Medid vuestra terrible responsabilidad. El
que España siga siendo depende de vosotros (…).
Carta de José Antonio Primo de Rivera a los militares, mayo de 1936
EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SEGUNDA
REPÚBLICA
La República reconoció un nuevo estatus social y político a las mujeres, posibilitando
(aún con grandes limitaciones) una mayor participación de estas en la vida pública:
•El derecho al sufragio.
•La ley de divorcio (que reconocía la disolución por mutuo acuerdo).
•Derecho de la mujer a la patria potestad.
•La coeducación.
•Prohibición de contratar mujeres en trabajos peligrosos para su salud o futura maternidad
así como despedir de su trabajo a una mujer embarazada o por motivo de maternidad.
•Acceso a empleos públicos de exclusividad masculina (posibilidad de opositar a
notarías y registros)
•En 1935 se abolió la prostitución reglamentada que convertía el cuerpo de la mujer en
una mercancía.
EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SEGUNDA
REPÚBLICA
La implantación del sufragio femenino generó una seria
controversia entre las únicas tres mujeres presentes en las Cortes
constituyentes suscitando un vivo debate:
•Victoria Kent (Partido Radical Socialista) y Margarita Nelken
(PSOE), entendían que la influencia de sus maridos y de la
Iglesia sobre las mujeres orientaría su voto hacía la
derecha, lo que comprometería la consolidación de la
República, opinión compartida por los partidos de la
derecha que apoyaron el voto femenino pese a sus
reticencias ideológicas respecto a la igualdad de género.
Esos 160 diputados que han concedido el voto a las mujeres
serán unos doctrinarios puritanos, pero son unos torpes
republicanos. Nosotros no negamos el voto a la mujer en
nombre de su derecho a la libertad sino en nombre de la
defensa de la República. Las mujeres pueden ser dentro de la
República abogadas, catedráticas, diputadas e incluso
ministras, pero electoras no. Solo unos cuantos pueblos han
concedido el voto a las mujeres y en la República española no
es cosa de que por quijotismo idealista se apoye o se confía
el voto femenino, que durante unos cuantos años será
canalizado por curas, frailes y monjas.
El Diluvio (periódico radical de izquierdas). 2 de octubre de
1931.
EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SEGUNDA
REPÚBLICA
Clara Campoamor (Partido Radical) consideraba
inaceptable marginar a la mujer por miedo a su
comportamiento electoral. La inclusión del voto
femenino supuso ampliar el cuerpo electoral hasta el
55% de la población, frente al 25 % anterior.
Esta participación se reflejó en la aparición de
dirigentes femeninas en diversos ámbitos: María de
Maeztu y la ya citada Clara Campoamor tuvieron un
papel destacado en el seno de la ILE. Algunas de ellas
ocuparían cargos políticos relevantes.
Yo no creo, no puedo creer, que la mujer sea un peligro para la
República, porque yo he visto a la mujer reaccionar frente a la
dictadura y con la República. (…)
Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de
dar entrada a esa mitad del género humano de la política, para
que la política sea cosa de dos, porque sólo hay una cosa que
hace un sexo solo: alumbrar. Las demás, las hacemos todos en
común, y no podéis aquí vosotros venir a legislar, a votar
impuestos, a decir deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre
la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras.
Discurso de Clara Campoamor en el Congreso, agosto de 1931.
EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SEGUNDA REPÚBLICA

Especialmente significativa fue la incorporación de las mujeres al mundo sindical, donde destacaron como líderes
en las luchas sociales y políticas: UGT y CNT pasaron a tener alrededor de 245 000 afiliadas, entre ambas
organizaciones.

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