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TEMA 10.1 La proclamación de la Segunda República. La Constitución de 1931.

El bienio reformista (1931-1933).

1. La proclamación de la Segunda República


La II República se proclamó el 14 de abril de 1931 tras el éxito republicano en las elecciones municipales.
El nuevo régimen fue recibido con grandes esperanzas por los intelectuales, la clase media y el movimiento
obrero, y con desconfianza por la oligarquía (especialmente la agraria), el Ejército y la Iglesia. La tensión
entre defensores y opositores al sistema fue creciente a lo largo de toda la etapa, alentada por un contexto
internacional desfavorable (Crack del 29, crisis de las democracias y ascenso del fascismo).
Tras la marcha de Alfonso XIII al exilio, se constituyó un Gobierno provisional presidido por Niceto
Alcalá-Zamora (conservador y católico), que contaba con representantes de todas las corrientes del Pacto de
San Sebastián (1930): republicanos moderados (Partido Radical, de Alejandro Lerroux) y de izquierdas
(Acción Republicana, Manuel Azaña), socialistas (Largo Caballero, Indalecio Prieto) y nacionalistas
catalanes y gallegos.
Alcalá-Zamora convocó elecciones a Cortes Constituyentes para elaborar una nueva Constitución y elegir
un Gobierno que remplazase al provisional.
A pesar del inicial clima pacífico, el rechazo de los sectores monárquicos a los primeros decretos que
sentaban las bases de las futuras reformas (agraria, militar, religiosa, etc.), provocó varios incidentes en
mayo que derivaron en la quema de conventos y la expulsión del cardenal Segura, dejando la imagen de la II
República muy deteriorada.

2. Constitución de 1931
Los partidos republicanos, el PSOE y los nacionalistas periféricos obtuvieron una amplia mayoría en las
Cortes Constituyentes de junio de 1931. Los anarquistas no participaron en las elecciones y los partidos
extremistas de derecha e izquierda fracasaron.
La nueva Constitución, aprobada en diciembre de 1931, recogió las aspiraciones de los partidos reformistas,
mayoritarios en las Cortes, siendo sus características principales:
- Laicidad del Estado: se reconoció la libertad de cultos y se estableció una estricta separación Iglesia-
Estado (supresión de la financiación pública del clero, prohibición de enseñanza a las órdenes religiosas,
disolución de la Compañía de Jesús y aprobación del matrimonio civil y del divorcio).
- Jefatura de Estado: El Presidente de la República era elegido conjuntamente por las Cortes y por un
número de compromisarios igual al de diputados. Ostentaba el cargo durante 6 años. Actuaba como poder
moderador, siendo sus principales competencias la elección del Jefe de Gobierno (que debía ratificar las
Cortes) y la capacidad de disolver las Cortes hasta dos veces cada mandato (aunque si en su primera sesión
las terceras Cortes estimaban que no habían existido razones de peso para la segunda disolución, el
Presidente era cesado).
- Legislativo: Cortes unicamerales (Parlamento), que legislaban y controlaban la acción del Gobierno.
- Sufragio universal: establecía por primera vez el derecho de voto de la mujer.
- Descentralización territorial: reconocimiento del derecho de autonomía de las regiones, dentro de un
Estado integral.
- Creación del Tribunal de Garantías Constitucionales: velaba por la constitucionalidad de las leyes.
- Derecho a la educación: el Estado debía garantizar la educación primaria a toda la población. Además, la
Constitución definió un nuevo modelo de enseñanza: pública, laica y mixta.

Aprobada la Constitución, las Cortes eligieron a Niceto Alcalá-Zamora como Presidente de la República y a
Manuel Azaña como Presidente del Gobierno (y ministro de la guerra).

3. El Bienio Reformista (1931-1933)


El objetivo del Presidente Azaña era modernizar el país resolviendo sus problemas históricos. Para ello,
nombró a ministros socialistas buscando el apoyo de la clase obrera a su proyecto reformista:
- Reforma del Ejército: Azaña promovió una reforma militar con tres objetivos: subordinación del Ejército
a la autoridad civil (supresión de la Ley de Jurisdicciones); lealtad institucional (nombramiento de oficiales
fieles a la República para los principales cargos y creación de la Guardia de Asalto); y profesionalización
(reducción del número de oficiales mediante el retiro voluntario con mantenimiento de sueldo. A ella se
acogieron 7.500 oficiales, casi un 40% del total, reduciendo el exceso de oficiales arrastrado desde las
guerras carlistas).
- Reforma agraria: debía resolver la dramática situación de dos millones de jornaleros. La Ley de Bases de
la Reforma Agraria aprobó la expropiación con indemnización de grandes latifundios y su entrega a
jornaleros. Fracasó por la falta de financiación y la obstrucción judicial de los propietarios. La frustración
entre los campesinos desembocó en ocupación de tierras y protestas (sucesos de Casas Viejas).
- Reforma laboral: Largo Caballero, ministro de Trabajo, aprobó la jornada laboral de 8 horas en el campo,
los contratos de trabajo, la negociación colectiva y los Jurados Mixtos de Arbitraje.
- Descentralización territorial: se aprobó el Estatuto de Cataluña, que reconoció la cooficialidad del catalán
y amplias competencias de autogobierno (Parlamento y Generalitat). Poco después fue elegido como
Presidente Francesc Macià, de Esquerra Republicana.
- Reforma educativa: buscó reducir el analfabetismo mediante la apertura de escuelas, institutos y
bibliotecas. Se promovió una educación pública laica, obligatoria, gratuita y mixta. Se eliminó la asignatura
de religión y se prohibió el ejercicio de la enseñanza por órdenes religiosas (Ley de Congregaciones
Religiosas).

El Gobierno tuvo que enfrentarse a una durísima oposición a lo largo de todo el Bienio Reformista:
- Para los sectores conservadores (Ejército, Iglesia, terratenientes e industriales) las reformas eran
inadmisibles por la alteración del status quo. Por ello, primero intentaron liquidar el sistema por la fuerza
(fallido golpe de Estado del general Sanjurjo, agosto de 1932) y cuando esto fracasó alentaron el recurso a la
vía política mediante la creación de partidos como la CEDA (Confederación Española de Derechas
Autónomas), liderada por Gil-Robles bajo el lema “Religión, patria, familia, propiedad y orden”, Falange
Española, formación fascista fundada por José Antonio Primo de Rivera y las JONS (Juntas de Ofensiva
Nacional Sindicalista) de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma.
- Por el contrario, para socialistas y anarquistas los cambios resultaban insuficientes. La crisis económica
dificultó la financiación de las reformas, desencadenando una fuerte conflictividad social (huelgas,
ocupaciones, etc.) y una dura represión. La izquierda comenzó a rechazar al Gobierno de Azaña.

Finalmente, el asesinato de unos campesinos por la Guardia Civil en Casas Viejas (Cádiz, enero 1933) acabó
provocando la dimisión de Azaña y del Gobierno republicano-socialista en el verano de 1933. Alcalá-
Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones, ganadas por amplia mayoría por la CEDA (110 escaños) y
el Partido Republicano Radical de Lerroux (100 escaños). Las izquierdas obtuvieron apenas 100 escaños (58
eran socialistas).
TEXTOS

Constitución, 1931
“Art. 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de
Libertad y de Justicia.
“Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.
“La bandera de la República española es roja, amarilla y morada.
“Art. 3. El Estado español no tiene religión oficial.
“Art. 8. El Estado español, dentro de los límites irreductibles de su territorio actual, estará integrado por
Municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyen en régimen de autonomía.
“Art. 27. La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión
quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública.
(...)
“Art. 34. Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y opiniones, valiéndose de cualquier
medio de difusión, sin sujetarse a la previa censura. (…)
“Art. 36. Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años, tendrán los mismos derechos electorales
conforme determinen las leyes.
“Art. 38. Queda reconocido el derecho a reunirse pacíficamente sin armas.
“Art. 39. Los españoles podrán asociarse o sindicarse libremente para los distintos fines de la vida humana,
conforme a las leyes del Estado.
“Art. 43. (…) El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para ambos sexos, y podrá disolverse por
mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges, con alegación en este caso de justa causa. Los
padres están obligados a alimentar, asistir, educar e instruir a sus hijos.
(…) Los padres tienen para con los hijos habidos fuera del matrimonio los mismos deberes que respecto de
los nacidos en él.
“Art. 51. La potestad legislativa reside en el pueblo, que la ejerce por medio de las Cortes o Congreso de los
Diputados.
“Art. 67. El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación. (…)
“Art. 68. El Presidente de la República será elegido conjuntamente por las Cortes y un número de
compromisarios igual al de Diputados. (…)
“Art. 81. […] El Presidente podrá disolver las Cortes hasta dos veces como máximo durante su mandato,
cuando lo estime necesario. (…)
“En el caso de segunda disolución, el primer acto de las nuevas Cortes será examinar y resolver la
necesidad del decreto de disolución de las anteriores. El voto desfavorable de la mayoría absoluta de las
Cortes llevará aneja la destitución del Presidente”.
Manuel Azaña: Discurso, Congreso de los Diputados, 13 de octubre de 1931
“(...) La revolución política, es decir, la expulsión de la dinastía y la restauración de las libertades públicas,
ha resuelto un problema específico de importancia capital, ¡quién lo duda!, pero no ha hecho más que
plantear y enunciar aquellos otros problemas que han de transformar el Estado y la sociedad españoles
hasta la raíz. Estos problemas, a mi corto entender, son principalmente tres: el problema de las autonomías
locales, el problema social en su forma más urgente y aguda, que es la reforma de la propiedad, y este que
llaman problema religioso, y que es en rigor la implantación del laicismo del Estado con todas su
inevitables y rigurosas consecuencias. Ninguno de estos problemas los ha inventado la República (...). Cada
una de estas cuestiones, señores diputados, tiene una premisa inexcusable, imborrable en la conciencia
pública, y a venir aquí, al tomar hechura y contextura parlamentaria es cuando surge el problema político.
Yo no me refiero a las dos primeras, me refiero a eso que llaman problema religioso. La premisa de este
problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema
político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica
el pueblo español. Yo no puedo admitir, señores diputados, que a esto se le llame problema religioso. El
auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia personal, porque es en la
conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino (...)”.

Manuel Azaña. Proyectos de reforma militar, 29 de abril de 1931


“Las reformas que el Gobierno de la República se propone introducir en la organización y régimen del
Ejército habrán de llevarse a cabo en dos partes: una, más urgente y sencilla, la acometerá, desde luego, el
Gobierno, en virtud de los poderes que la revolución ha puesto en sus manos; otra, que ha de comprender
las bases legales de la instrucción militar, estará deferida a las Cortes. Votarán en su día éstas una nueva
ley constitutiva; fundarán sobre algo más que el papel de la Gaceta la instrucción preliminar que permita,
con ventaja del Tesoro público y de la producción nacional, la reducción del tiempo de servicio en filas;
fijarán las normas de reclutamiento e instrucción de la oficialidad y la tropa, así como la selección del
Estado Mayor General; darán una ley de cuadros para establecer las plantillas según las necesidades que la
técnica profesional determina, y una ley de efectivos que sustraiga la importancia y cuantía de cada unidad
táctica a las arbitrariedades administrativas de los licenciamientos anticipados, rebaja del servicio y otras
combinaciones reprobables ajenas, cuando no contrarias, a la buena preparación de la tropa para la
guerra; proveerán las Cortes al armamento de las fuerzas que el país necesita en la eventualidad de una
movilización; revisará los principios en que se basa nuestra justicia militar, corrigiendo los defectos de un
Código Penal arcaico y durísimo; votarán el primer presupuesto de guerra que revele exactamente nuestra
organización armada y su costo, que, con otras innovaciones que no son de analizar en este preámbulo,
dotarán a España de la capacidad defensiva propia de un pueblo libre y pacífico, e infudirán en la clase
militar aquella seguridad de justicia y buen gobierno en su carrera, no sólo conciliable, sino estrechamente
ligada al respeto de los derechos inherentes a la ciudadanía”.
Ley de Bases de la Reforma Agraria, 21 de septiembre de 1932
“Los efectos de esta ley se extienden a todo el territorio de la República. Su aplicación, en orden a los
asentamientos de campesinos, tendrá lugar en los términos municipales de Andalucía, Extremadura, Ciudad
Real, Toledo, Albacete y Salamanca. Las tierras del Estado y las que constituyeron antiguos señoríos,
transmitidas desde su abolición hasta hoy por título lucrativo, podrán ser objeto de asentamientos, sea
cualquiera la provincia donde radiquen. La inclusión en posteriores etapas, a los fines de asentamientos, de
las fincas situadas en términos municipales de las 36 provincias restantes, sólo podrá realizarse a propuesta
del Gobierno. (…)
“La ejecución de esta ley quedará encomendada al Instituto de Reforma Agraria, como órgano encargado
de transformar la constitución rural española. (…)
“El Instituto de Reforma Agraria promoverá la formación de organismos de crédito a fin de facilitar, a los
campesinos asentados, el capital necesario para los gastos de explotación. (…)
“Serán susceptibles de explotación las tierras incluidas en los siguientes apartados:
“1. Las ofrecidas voluntariamente por sus dueños siempre que su adquisición se considere de interés por el
Instituto de Reforma Agraria. (…)
“3. Las adjudicadas al Estado, región, provincia o Municipio, por razón de débito, herencia o legado. (…)
“4. Las fincas rústicas de Corporaciones, fundaciones y establecimientos público que las exploten en
régimen de arrendamiento, aparcería cualquiera otra forma que no sea explotación directa, exceptuando las
tierras correspondientes a aquellas fundaciones en que el título exija la conservación de las mismas, como
requisito de subsistencia. (…)
“5. Las que por las circunstancias de su adquisición, por no ser explotadas directamente por los adquirentes
y por las condiciones personales de los mismos, deba presumirse que fueran compradas con fines de
especulación o con el único objeto de percibir su renta. (…)
“6. Las que constituyeron señoríos jurisdiccionales y que se hayan transmitido hasta llegar a sus actuales
dueños por herencia, legado o donación (…)
“7. Las incultas o manifiestamente mal cultivadas en toda aquella porción que, por su fertilidad y favorable
situación permita un cultivo permanente, con rendimiento económico superior al actual. (…)
“Quedarán excluidas de la adjudicación temporal y de la expropiación las siguientes fincas:
“a) Los bienes comunales pertenecientes a los pueblos, las vías pecuarias. (…)
“b) Los terrenos dedicados a explotaciones forestales. (…)
“c) Las ofrecidas voluntariamente por sus dueños, siempre que su adquisición se considere de interés por el
Instituto de Reforma Agraria.
“d) Las fincas que por su ejemplar explotación o transformación puedan ser consideradas como tipo de
buen cultivo técnico o económico. (…)
“8. Las que debiendo haber sido regadas por existir un embalse y establecer la Ley la obligación del riego
no lo hayan sido aún, cuando todas estas circunstancias se acrediten previo informe técnico”.
IMÁGENES

Cuarto gobierno republicano de Manuel Azaña, 1933.

Proclamación de la Segunda República en la Puerta del Sol, 14 de abril de 1931.

GRÁFICAS

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