Está en la página 1de 14

3.

TÉCNICAS PARA INCFEMENTAR LAS CONDUCTAS PARTICIPATIVAS


DEL NIÑO EN LA ENTREVISTA.
3.1. LA ENTREVISTA INFANTIL
Entre las definiciones más conocidas de entrevista están la de Sullivan y la de Pope
(Carmin, 2016) en las cuales se recogen los siguientes aspectos: una conversación y/o
relación interpersonal entre dos o más personas, con unos objetivos determinados, en la
que alguien solicita ayuda y otro la ofrece, lo que configura una diferencia explícita de
roles en los intervinientes. Estos roles marcan una relación asimétrica, puesto que uno
es el experto, el profesional, y otro es el que necesita de su ayuda.
La entrevista se caracteriza por ser una técnica previa al diagnóstico e incluso previa a
cualquier modalidad de intervención, imprescindible en el proceso de evaluación por la
cantidad de información y conocimiento personal que aporta del sujeto en un breve
espacio de tiempo. Se desarrolla a través de una conversación con una finalidad, ya que
se centra en la demanda del sujeto, en la explicación de su problema. La información
que aporta el sujeto plantea desde su punto de vista cuál es la elaboración personal de
los acontecimientos por los que consulta.
Es una técnica que recoge abiertamente la petición de ayuda del entrevistado. No se
buscan sólo datos precisos y contrastados de los problemas, sino información acerca de
cómo percibe el propio sujeto el malestar por el que consulta. Esta información es por
un lado amplia y general y por otro específica y concreta, lo que convierte a esta técnica
en un instrumento insustituible de la evaluación. La finalidad del psicólogo
entrevistador es identificar y clarificar la demanda, comprender los problemas y
sentimientos del demandante, elaborar las hipótesis pertinentes sobre la consulta,
confirmarlas en sucesivas sesiones o con otras técnicas a fin de proponer estrategias de
resolución del conflicto o de promoción de salud. En un prefijado espacio de tiempo y
lugar se intenta comprender y dar respuesta a las necesidades de la persona que
demanda
En cuanto a la entrevista a niños y adolescentes, el autor señala que la entrevista con
niños se realiza en base una triada conformada por terapeuta, padres y niños, es una
categoría amplia, que por lo general se considera que son sujetos que no piden ayuda
por sí mismos, sino que la demanda proviene de los adultos, padres, profesores… y
éstos suelen ser parte implicada en el problema y en la resolución del mismo. Donde las
capacidades cognitivas, emocionales y verbales de los niños y adolescentes obligan al
entrevistador a una adaptación muy personalizada de cada caso, superior a la que se
precisa para la relación con los adultos. El conocimiento de las características evolutivas
y la experiencia profesional con sujetos infantiles son imprescindibles para trabajar con
esta técnica. Y, done el profesional decide si el propio sujeto estará presente en la
primera entrevista o si acudirán los padres y después el hijo, situación que suele ser más
usual.
La entrevista infantil difiere de la entrevista con adultos. Estas diferencias provienen
fundamentalmente de la edad de los sujeto y del problema por el que se consulta.
La edad es una variable crítica en el proceso de evaluación porque mediatiza dos
aspectos fundamentales: el modo de interacción con el sujeto evaluado y el método a
utilizar para obtener información. Por ello, entrevistar a un niño no es una cuestión
sencilla. Requiere experiencia y un profundo conocimiento de la psicología evolutiva.
Esto implica conocer las capacidades verbales, cognitivas, relacionales y expresivas a la
edad en que se consulta, sabiendo que pueden estar esas capacidades limitadas o no en
función de los problemas por los que es derivado.

3.2. CARACTERÍSTICA DE LA ENTREVISTA CON NIÑOS


Se inicia con el contacto entre el entrevistador y adultos que están interesados en el
niño, pueden ser los padres, el profesor, el médico, tíos, tutores y otros que están en
relación con la crianza y desarrollo del niño. Son los que vendrán a constituir la
entrevista inicial. El profesional que trabaja con población infanto-juvenil, además del
conocimiento y experiencia que requiere el manejo de la comunicación en la entrevista
y de la evaluación en general, debe ser también un profundo conocedor del desarrollo
evolutivo y de la psicopatología infantil. Esto permite contextualizar los motivos de
consulta en una edad y en una etapa del desarrollo, discriminar las conductas transitorias
de las estables, no patologizar las consecuencias naturales de las crisis evolutivas,
diferenciar cuándo la intervención precoz es adecuada o propicia morbilidad y tomar
decisiones a tiempo evitando la cronificación de síntomas. Además un psicólogo infantil
debe estar al día de los aspectos que configuran el contexto social junto con las
variables del microcontexto familiar y escolar.
Como características personales necesita tener un profundo sentido del humor, mantener
una curiosidad crítica por todo aquello que se innova, ser plástico y saber adaptarse a
situaciones inesperadas, ser riguroso en lo que se quiere conseguir pero flexible en el
modo de conseguirlo, y sobre todo tener un profundo respecto por el sujeto de
evaluación, y bajo ningún concepto transmitir una información no veraz. En la
entrevista que el psicólogo ha realizado previamente con los padres, les indicará a éstos
la necesidad de explicar al niño, con las palabras que los padres consideren adecuadas,
los siguientes aspectos: su preocupación por lo que le ocurre; la consulta a un
profesional psicólogo; el modo de trabajo de dicho profesional y su significado; y la
necesidad de que él asista con el objetivo de recibir ayuda en sus problemas.
Como consecuencia de lo anterior, en la entrevista inicial con niños y adolescentes se
introduce una variable inmediatamente después de las presentaciones. En estos casos el
psicólogo averiguará qué le han explicado al niño con relación a por qué viene, qué ha
entendido, y qué grado de acuerdo tiene él con los problemas por los que consultan. Así
mismo, el psicólogo solicitará de forma explícita su consentimiento para realizar una
evaluación, le informará del derecho a la intimidad y confidencialidad, y el derecho a
conocer los resultados de la evaluación y las decisiones terapéuticas que se tomen por
él.

3.3. ETAPAS DE LA ENTREVISTA CON NIÑOS


Respecto a las fases o etapas de la entrevista con niños, Carmin (2016) señala que los
aspectos que presenta la entrevista con niños son tres.
Primera fase: Inicio de la Entrevista o mutuo conocimiento. Es la primera relación
emocional que se produce entre entrevistador y entrevistado.
El campo que se crea condiciona las posibilidades de éxito o fracaso de una entrevista y
también depende de la habilidad del entrevistador para preparar un adecuado ambiente
que denota confianza en el paciente. El objetivo central en el inicio de toda entrevista es
llegar a establecer un buen rapport, en donde el entrevistado siente simpatía, respeto,
franqueza y aptitud cordial por parte del entrevistador. Los niños, y cuantos más jóvenes
son con mayor razón, precisan de un tiempo para situarse en el contexto en el que están.
Durante los primeros momentos están pendientes del lugar y de los aspectos formales
del examinador y apenas atienden a lo que el psicólogo verbaliza.
El psicólogo se presentará a sí mismo y le llamará por su nombre puesto que él ya sabe
el nombre y los datos del sujeto. Si es necesario le indicará su ubicación en la sala, el
porqué de algunos de los detalles que tiene y en función de la edad, permitirá un tiempo
de reconocimiento y habituación a la misma.
El propio profesional le explicará cuál la función de un psicólogo (ayudar a los niños o
adolescentes así como a los padres en los problemas por los que consultan), le indicará
brevemente cuál es su modo de trabajo (conversar, dibujar, jugar, responder a
cuestionario, etc...) y qué se espera que haga él. Bien en este momento o en otro, como
anteriormente hemos indicado, deben hacer explícitos al niño los principios
deontológicos que van a regir el proceso de evaluación.

Segunda fase: Cuerpo de la entrevista o identificación del motivo de consulta y de


los problemas del sujeto. Es la parte que corresponde a la información que se obtiene
de la entrevista, y su objetivo principal es mantener el raport y que la información no se
convierta en algo superficial, de lo contrario terminará tergiversándose los datos (cada
sesión tiene un inicio, un cuerpo y un final).
Seguidamente se le preguntará si sabe por qué está ahí, por qué ha venido, que le han
dicho sus padres, etc. Es decir, es preciso una clarificación de la información por parte
de ambos, poner en común los problemas que el psicólogo conoce del niño y recabar su
opinión sobre los mismos. Preguntas útiles son , por ejemplo: “¿Sabes por qué te han
traído?”, “¿qué te han dicho?”, “¿a ti qué te preocupa?”. “Vamos a hablar un poco más
despacio de todo esto, me gustaría conocerte bien. Tus padres me contaron que...” Se le
explica el problema por el que es traído a consulta: miedo, notas, celos, robos,
depresión... y se le pregunta básicamente:
Tú qué piensas de lo que te pasa en relación a...? Cómo te sientes ante esta situación?
Por qué crees que ha ocurrido? Quieres intentar cambiar esta situación? Se dedicará un
espacio de tiempo para que el sujeto pueda dar su opinión o versión sobre los
problemas, especialmente el motivo de consulta por el que le han traído al psicólogo.
Esta clarificación puede durar desde unos breves minutos hasta 10 ó 20 en función de
diversas variables.
A continuación se explora generalmente con preguntas abiertas o más cerradas,
dependiendo de la edad y características del niño, los siguientes aspectos:
Aspectos generales: intereses, emociones, preocupaciones, etc...: Cuéntame cosas de
ti o de cómo eres tú... Lo que te gusta o disgusta. Lo que te alegra o pone triste. Lo que
te da miedo. Lo que te gustaría ser de mayor. Qué cosas te preocupan
Qué cosas recuerdas de cuando eras pequeño. Qué cosas haces los fines de semana
Cuáles son tus programas favoritos de la TV (cantantes, futbolistas... ). Qué hiciste estas
vacaciones (o alguna fiesta cercana señalada). (Otras cuestiones en función del caso)
Aspectos relacionados con la escolaridad, rendimiento y relaciones sociales:
La idea básica de este apartado es: “Vamos a hablar de cómo es tu colegio, qué tal vas,
qué haces, etc.?, Explícame estas cosas para que yo te conozca. Háblame de tus
profesores (es aconsejable detenerse en cada uno). Qué asignaturas te gustan más y
menos?, Qué horario de clases tienes, hagamos un organigrama (*). Qué haces en los
recreos?. Qué recuerdas de cuando empezaste el colegio?. Cuál es el profesor que más
te ha ayudado?. Cuéntame quiénes son tus más amigos y amigas, qué hacen?. Participas
en algún deporte en tu centro o fuera de él?. Qué es lo que más te gusta de tu Colegio?.
(Otras peguntas en función del caso).
Relaciones sociales:
Es uno de los aspectos que con más facilidad hablan los sujetos. Las preguntas pueden
ser muy variadas en función del caso, pero el objetivo es conocer si es un sujeto aislado,
que apenas tiene amigos y practica otras actividades que requieran relación social, o si
por el contrario es un sujeto sociable, con muchos amigos, apreciado por sus
compañeros, activo y colaborador en deportes u otras actividades. En función de ello se
formularán las preguntas, como por ejemplo: Tienes otros amigos que no son del
Colegio?, Practicas actividades deportivas con ellos?, Dónde te encuentras con tus
amigos y que actividades realizan?, Con quiénes te llevas mejor y por qué, y a la
inversa; Tus padres y los de tus amigos se conocen?, (Otras preguntas en función del
caso).
Conocimiento familiar:
Este apartado debe ser trabajado cuidadosamente y quizá en más de una entrevista. La
pregunta más abierta y general que abre el campo de la investigación es: Cuéntame
cómo es tu familia. A partir de ella el psicólogo se detenerse en cada miembro de la
familia directamente. Si es pertinente debe ampliarse la información a la familia
extensa. Qué hacen?, Qué les gusta?, Quién se lleva mejor con quién?, Quién está más
en casa?, Qué ocurre cuando falta...?. Quién es más severo/a... más permisivo/a?. Si hay
castigos: quién los pone, por qué, a quién y cómo son?. (Otros aspectos según el caso).
La versión que tiene el niño sobre cada miembro de su familia es sumamente
importante, por lo que conviene ayudarse de cuestiones más cerradas y directas,
específicas de las características y/o actividades que realiza cada miembro de su familia:
madre, padre y cada uno de los hermanos, etc.

Tercera Fase: Final, cierre o Despedida de la entrevista


Es la parte en la que se afianza la motivación para que el entrevistado continúe
asistiendo a la entrevista. La despedida debe ir precedida de una nueva fecha de
encuentro acordando claramente cuál va a ser el método de trabajo para ambos y los
compromisos a los que llegan: puntualidad, asistencia a las sesiones, intimidad,
confidencialidad, información, etc.

3.4. LA PARTICIPACIÓN DEL NIÑO EN LA ENTREVISTA


Borelli (2017), señala que la presencia de los padres en la entrevista es relevante. Pues
los padres son los informantes privilegiados de la vida del hijo, pero ambos están
personalmente implicados en la información que aportan. Esto obliga al profesional a
mantener una interrelación con varios elementos: Una relación con la pareja como tal y
por separado. Además la relación con el hijo, y también con todos como sistema
familiar. Cuando los padres consultan por un hijo o hija la presencia de ambos es
absolutamente necesaria en la primera entrevista, excepto en casos especiales. La
importancia y la necesidad de esta presencia obedece a varias razones: quién decide
acudir a un especialista, implicación de ambos progenitores en el diagnóstico y
necesidad de conocer cómo percibe cada uno de los padres el problema o problemas por
los que consultan.
Desde el punto de vista cronológico, cada edad va a presentar alguna particularidad para
la entrevista, mediatizando la relación del niño con los adultos en el proceso
diagnóstico. Así, la situación de examen se realizar en presencia de la madre
generalmente, y en los tres primeros años es una colaboradora imprescindible. El
sujeto de evaluación es en realidad una parte de la díada madre - hijo. El niño no puede
expresarse adecuadamente en el lenguaje verbal o gráfico, por lo que la interacción del
niño con la madre viene a constituir un aspecto de especial relevancia en la entrevista
inicial con el sujeto infantil. Si experimenta fatiga, aburrimiento, hambre, dolor físico o
psíquico, lo expresa directamente y de formas diversas, y en estos casos la entrevista
debe interrumpirse.
Entre los cuatro y cinco años la madre puede estar ausente en algún momento y
recurso lúdico del juego libre o semiestructurado, así como las expresión gráfica y
plástica, son herramientas de trabajo clínico fácilmente aceptadas por los niños (como
señalamos en la siguiente sección).
El psicólogo utiliza estas herramientas para explicar el motivo de consulta a partir de los
dos o tres años y unas breves palabras acompañadas por una representación de
marionetas o de muñecos propicia que el niño comprenda de algún modo por qué y para
qué está ahí, así como qué se espera de él.
Entre 6 y 11 años:
El punto de corte entre 6 - 11 años obedece a las posibilidades relacionales que se
establecen entre el evaluador y el evaluado. Por una parte, el nivel relacional verbal es
todavía muy reducido en estas edades, aunque muy diverso de unos niños a otros y,
evidentemente muy diferente de los 6 años a los 11. En las primeras edades, 6 a 8, el
juego y el dibujo son dos estrategias de entrevista con las que los niños se expresan de
forma espontánea y fácil. Más adelante el lenguaje empieza a ser un medio válido para
relacionarse con el examinador y exponer sus problemas.
Como ocurría en edades anteriores, la situación de examen está mediatizada por la
relación con el examinador, y variables como edad, sexo, actitud, tono de voz, gestos,
etc., es determinante para obtener su colaboración. Se puede utilizar el lenguaje para
exponer el motivo de consulta y para dialogar sobre la situación de la propia evaluación.
No obstante, la mediación e intervención de terceras personas, es relevante e
imprescindible.
Entre 12 y los 18 años:
A estas edades la relación examinador-examinado es más directa y personal, y las
figuras parentales pierden protagonismo en la entrevista y en la evaluación, comparado
con el que tenían en edades precedentes. Las habilidades cognitivas, lingüísticas y
sociales, principalmente, dotan al sujeto de capacidad de comunicación y de relación
interpersonal, asemejándose en las edades finales más a la situación de examen del
adulto que a la situación de examen de la primera infancia.

3.5. RECURSOS Y ESTRATEGIAS DE PARTICIPACIÓN DEL NIÑO EN LA


ENTREVISTA
Como señalamos en la sección anterior, el recurso lúdico es uno de los más importantes
y significativos para la entrevista con niños. Según el diccionario de la Real Academia
Española, jugar significa hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o
divertirse. El juego es universal y es indicador de salud, favorece el crecimiento del
niño, es generador de confianza y da lugar a las posteriores relaciones de grupo (Freire
de Garbarino, 1986, 2017). Si bien la capacidad de jugar aparece de forma espontánea
en el niño, necesita ser aprendida por éste, es decir se requiere de un otro que estimule
esta capacidad.
Todo juego forma parte de la conducta humana y, como forma de expresión y
comunicación, es un suceso social basado en lo humano, es decir en lo cultural.
Consideramos que representa un elemento humanizado, en una sociedad cada vez más
agresiva y deshumanizada; cualquiera de los juegos, en su esencia, ofrece una estructura
lúdica que es necesaria para el ser humano. En los niños y jóvenes tiende a cumplir una
necesidad vital; en los adultos y mayores se presenta como medio de vivenciar
situaciones que les permite recuperar lo original del ser humano y ser niños, sin perder
la condición adulta. (Echeverri & Gomez, 2009, Acherbo, 2014) El autor señala, el
juego constituye un puente que permite la unión y la comunicación entre las personas;
forma parte de la vida de todo ser humano; ya que representa un proceso educativo no
formal, pero sí de gran importancia; dándole la oportunidad a la persona de aprender
divirtiéndose.
Por medio del juego aprendemos las normas y pautas de comportamiento social,
hacemos nuestros valores y actitudes despertamos la curiosidad. De esta forma todo lo
que hemos aprendido y hemos vivido se hace por medio del juego; el juego tiene como
fin realizar las actividades de forma placentera. El juego es un espacio de construcción
de una semiótica que hace posible el desarrollo del pensamiento conceptual y teórico. El
juego va enfocado al aprendizaje a través de la experiencia, mediante la cual el niño
construye sus experiencias y de esta manera accede al aprendizaje, además de tener
como referente su propia cultura. El juego es llamado una “tercera zona”, dado que el
niño tiene la posibilidad de vivir su propia experiencia enmarcada desde la apropiación
de la cultura que le es propia, así pues, el sujeto tiene la posibilidad de vivenciar y darle
sentido a la cultura. (Winnicott, 2003, Acherbo, 2014) Podemos entender entonces que
el aprendizaje mediante el juego tiene la posibilidad de ser vivida y no imaginada. Así
pues, según el autor, podemos decir, que, mediante el juego, la apropiación de la cultura
y la vivencia de las experiencias podemos acceder a un conocimiento para poder dar
sentido a lo que vivimos.

Es necesario establecer la diferencia entre la entrevista de juego psicodiagnóstica y la


entrevista de juego terapéutica ya que existirán “fenómenos susceptibles de curación
espontánea por parte de factores inherentes a la vida, separadas de aquellas formaciones
clínicas para las que no hay otra alternativa que un tratamiento” (Rodulfo, 1986.
Acherbo, 2014).
La primera corresponde a un recurso utilizado por los psicólogos para formular un
diagnóstico que tenga como fin el conocimiento del niño que tiene delante suyo y estará
precedida por entrevistas con los padres. Esta entrevista por su fin misma de ser
diagnóstica, tiene un comienzo, un desarrollo y un fin, será diferente según el niño y sus
particularidades y se encontrará atravesada en todo momento por la transferencia
(Arzeno, 1993, Acherbo, 2014).
Jugando con el niño, el psicólogo logra recaudar múltiples datos que le permitirán
comprender el comportamiento del niño, descubrir sus posibles patologías o conflictos e
informarse acerca de su nivel psicosexual (Guerra, 2003, Acherbo, 2014. Puede
hablarse de un “lenguaje lúdico”, al decir de Press (2010, Acherbo, 2014), cuya meta
consiste en evocar lo traumático a nivel inconsciente en el niño para que con ayuda
logre simbolizar y posteriormente metabolizarlo. Como se venía desarrollando, el juego
es por excelencia el modo de comunicación que utiliza el niño en el trabajo con el
psicólogo. Éste tiene como objetivo el intercambio, no únicamente la manifestación de
defensas y se presentará de diferentes maneras: a través del juego con objetos, juegos
imaginarios, dibujos y el diálogo del psicólogo. Este último debe ser accesible para el
niño, dependiendo esto de su nivel de desarrollo (Ajuriaguerra, 1982, Acherbo, 2014).
El juego implica un intercambio entre fantasías pertenecientes al mundo interior del
niño, y objetos del mundo exterior. A través de los juguetes, dibujos, éste brinda
información acerca del vínculo que establece consigo mismo y con los demás.
Berenstein y Puget (1997, Acherbo, 2014), desarrollan la representación mental del niño
y los vínculos que establece tanto con él mismo, con los otros y con el medio
circundante.
Los autores sostienen que existen tres espacios psíquicos en la problemática del niño. El
primero es el espacio intrasubjetivo, donde se hallan las representaciones de su yo
corporal, lo interno e intrínseco a su persona. Para el trabajo con éste, deben utilizarse
las herramientas con que cuenta el niño para enriquecer aquellas zonas que se
encuentren comprometiendo tanto su lenguaje como su desarrollo psicomotriz. El
segundo es el espacio a nivel intersubjetivo, en el que se deben trabajar los efectos del
comportamiento del niño en su familia, el modo cómo repercuten estas dificultades en
su ambiente particular. Se deberán pensar estrategias a nivel familiar que favorezcan el
desempeño del niño y disminuyan las resistencias de su entorno. El tercero corresponde
al espacio a nivel transubjetivo, en que se ubica lo socio-cultural, es decir, aquel lugar
que el niño frecuenta y pasa la mayor parte de su tiempo.
La forma de expresión del niño es el juego, da lugar a productos psíquicos que muestran
aspectos del inconsciente, siendo éste el objeto de estudio en el “quehacer” del
psicólogo. En este trabajo con el niño, las entrevistas son del tipo abiertas, el psicólogo
podrá intervenir libremente cuando lo considere pertinente para esclarecer algún aspecto
del tema que trae el niño. Esto permite que las entrevistas con niños sean muy variadas,
no existe una única forma de proceder, ésta dependerá de sus capacidades y necesidades
según su momento evolutivo y de las características del niño en particular. A pesar de lo
libre de la entrevista, hay determinados factores que no pueden variar, el lugar, el
tiempo, el material que debe hallarse siempre a disposición del niño, además del
objetivo y actitud para con el mismo (Freire de Garbarino, 1986, 2017).
Sobre el lugar de trabajo.
El lugar de trabajo debe ser lo más aséptico posible, sin elementos que puedan distraer
al niño, tales como cuadros u objetos llamativos, de tamaño mediano, paredes lavables.
De existir ventanas lo ideal es que el niño no pueda alcanzarlas y en el mejor de los
casos que la habitación cuente con un baño dentro de la misma. En su interior también
deben encontrarse sillas y mesa, pudiéndose agregar un pizarrón para los casos de niños
que ya pueden hacer uso de este elemento.
Es importante para la seguridad del niño que los materiales sean resistentes, que la
puerta del baño no pueda ser trancada desde su interior y que la habitación no contenga
enchufes o cualquier material eléctrico al alcance del niño. De este modo podrán
evitarse accidentes previsibles a la hora de trabajar con niños (Freire de Garbarino,
1986).
Es necesario que el psicólogo pueda tolerar la espera, éste debe tener presente que su
función debe ser la de ayudar al niño, no que éste lo ayude para poder ser interpretado,
(Fernández, 2007, Acherbo, 2014). Es recomendable que en el trabajo con niños este no
se extienda más allá de una hora, al ser considerado tiempo suficiente de trabajo para
éste. En caso que el material recaudado se encuentre incompleto, puede fijarse una
segunda o tercera entrevista con el niño (Freire de Garbarino, 1986, 2017).
Por su parte, las anotaciones pueden perturbar el desarrollo normal de la tarea que el
niño viene realizando, debe optar el psicólogo, dependiendo del caso si podrá o no hacer
uso de esta herramienta. Autores como Arzeno (1993, Acherbo, 2014), recomiendan no
hacerlas ya que podrían distraer al niño en su actividad, provocar en él reacciones del
tipo persecutorias o de rivalidad, aumentando sus resistencias.
Sobre el material.
Respecto al material utilizado en el trabajo con niños dentro de este espacio, el niño
cuenta con una caja de juegos, material fundamental para lograr "entrar en su mundo", e
interpretar sus actos. Esto no podría lograrse si se pretendiese trasladarlo al mundo de
los adultos, en el que éste, a través de la asociación libre, comenta sus preocupaciones.
Este material de juego será utilizado por el niño, asociándolos con objetos de su realidad
y permitiéndole comunicar situaciones dolorosas que no ha logrado procesar
adecuadamente. Podrá, en otras palabras, actuar a su modo, momentos de su vida que ha
tenido que aceptar pasivamente (Freire de Garbarino, 1986, 2017). Los juguetes tienen
la característica de ser materiales manipulables para el niño y dependientes de la acción,
por este motivo juegan un papel fundamental a la hora de representar sus vivencias.
Tienen la característica de representar para el niño sus objetos reales, pero al no
constituirse como tales, el niño posee la libertad de hacer con ellos lo que desee. Esto no
lo podría hacer con sus objetos reales, ya que de ellos, teme su pérdida. Se recomienda
que el material no sea figurativo para de este modo favorecer el despliegue de la
creatividad e imaginación (Fernández, 2007, Acherbo, 2014).
Por otro lado, si bien se tiene en cuenta la edad del paciente, esto no quiere decir que
deba limitarse la inclusión de determinados juguetes con los que corresponde ya no
utilice según su desarrollo. El inconsciente no tiene edad, no puede darse esta elección
por sentado, dependerá de cada niño en particular. Los juguetes tampoco deben ser
seleccionados según el género del pequeño, habrán niñas que disfruten de juegos más
varoniles o varones que se inclinen a utilizar juguetes de niñas. Es por esta razón que los
objetos no deben discriminarse ni por sexo ni por edad. Se está pensando en sus
fantasías, no únicamente en su nivel de desarrollo (Arzeno, 1993, Acherbo, 2014).
Sin embargo, para aplicar esta técnica, es necesario hacer algunas precisiones de los
aspectos evolutivos más relevantes como indica Carrasco (2012, Citado en Perpiña,
2012). Se sabe que los niños recuerdan espontáneamente menos que los adultos,
igualándose la cantidad de información en la pubertad. Sin embargo, la precisión de sus
recuerdos puede ser alta a edades tan tempranas como los dos años y medio (Zwiers y
Morrissette, 1999, Perpiña, 2012). Hay diversos factores que influyen en el grado de
recuerdo. Una mayor edad en el momento del suceso aumenta el grado de detalle,
siendo incluso más importante que la edad en el momento del recuerdo. Además los
niños, especialmente los más pequeños, son más sugestionables debido a diversos
factores cognitivos y de interacción: su falta de conocimiento general y experiencia, el
menor grado de desarrollo de su memoria y metamemoria (incluyendo la habilidad de
reconocer la fuente de una información) y su deseo de complacer a los adultos (Wilson
y Powell, 2001, Perpiña, 2014). La capacidad de sugestión no es exclusiva de los niños,
sino que simplemente disminuye conforme aumenta la edad.
Lo que sí implica es que el entrevistador tiene la responsabilidad de asegurar que la
información obtenida mediante la entrevista no está contaminada por datos y preguntas
sugestivos.
Aspectos evolutivos más relevantes
Memoria El grado de detalle con el que un niño recuerda un suceso
disminuye con:
➪ Una menor edad en el momento del suceso.
➪ El escaso conocimiento y familiaridad sobre ese tipo de
experiencias.
➪ La falta de relevancia personal e interés.
➪ La falta de conocimiento sobre el propio funcionamiento de la
memoria.
➪ Los entornos estresantes y los problemas emocionales.
Fiabilidad ➪ Preguntar sobre detalles específicos de un suceso incrementa
el grado de información obtenido pero puede provocar respuestas
poco fiables por la sugestionabilidad del niño.
➪ La sugestionabilidad disminuye con la edad y se incrementa
con:
✓ Las preguntas tendenciosas.
✓ El deseo de complacer al entrevistador.
✓ La falta de conocimiento e interés sobre lo que se pregunta.
➪ Los niños no son necesariamente mentirosos ni sugestionables,
sino que responden a las demandas ambientales y a sus propias
necesidades psicológicas.
Comprensión ➪ Los niños pueden tener dificultades para comprender el
del lenguaje vocabulario y la gramática utilizados por el entrevistador.
➪ Es responsabilidad del entrevistador detectar estas dificultades
y ajustar su lenguaje al nivel de desarrollo apropiado.
Comprensión ➪ La capacidad de comprender las propias emociones, el
psicológica comportamiento de los demás y las situaciones sociales se
social desarrolla lentamente a lo largo de la infancia y la edad escolar.

Condiciones de la entrevista
Las condiciones físicas de la habitación (fundamentalmente luz, temperatura y
ventilación adecuadas) donde se lleve a cabo la entrevista se tendrán que cuidar
especialmente. Una necesidad más específica es la de contar con un mobiliario
adaptado, distribuido de forma apropiada en un espacio amplio. Lo ideal es contar con
diferentes áreas para poder llevar a cabo distintos tipos de actividades (un área «sucia»
donde poder pintar o trabajar con arcilla; un área limpia; mesas de diferentes alturas;
espacio libre). A falta de estas condiciones, hay que asegurarse de que, al menos, se
dispone de un espacio que permita interaccionar con el niño colocándose a su misma
altura. Con los más pequeños, lo más apropiado será sentarse en el suelo con ellos. Los
niños en edad preescolar necesitarán mesas y sillas de altura apropiada. Para los más
mayores es conveniente disponer de una mesa lo suficientemente grande como para
sentarse al lado o en diagonal, lo que permite tomar notas y no fuerza un contacto visual
continuo que para los niños es incómodo e inapropiado. Además, sentarse de frente y
separados por la mesa transmite un mensaje inadecuado sobre el tipo de relación con el
entrevistador, ya que recuerda en exceso a situaciones de examen y figuras de autoridad.
Si se entrevista a un niño extremadamente inquieto o agresivo, será conveniente retirar
de su alcance cualquier objeto peligroso o delicado.
Mención aparte merece el vestuario del entrevistador, que deberá evitar por lo general la
bata blanca, temida por algunos niños y que incrementa en exceso la asimetría de la
relación.

El uso de material lúdico


El entrevistador deberá disponer de material apropiado para que niños de diferentes
edades puedan realizar algún tipo de juego, con mayor o menor implicación del
entrevistador. Algunas de las opciones más útiles son: los utensilios para dibujar y
pintar, los bloques de construcción, los juegos de mesa, los libros, los muñecos y las
marionetas. Dejando de lado su papel como herramienta psicoterapéutica, el uso de
juegos facilita el rapport y el establecimiento de unas condiciones apropiadas para que
los niños pequeños se comuniquen abiertamente. Los juguetes que no se estén usando
deben poder guardarse para evitar distracciones durante la entrevista.

Expresiones de Arte
Se refiere a acciones del artista en el espacio, bien con objetos, con su propio cuerpo o
con otros participantes, el arte es un ritual que permite al espectador, además de
participar, también descubrir y recomponer su propia realidad física y psíquica. (Gómez,
2005) El autor menciona que, el arte es un espacio que permite el desarrollo de ciertas
habilidades al individuo, también por medio del arte se logran expresar sentimientos y
emociones. Consideramos que el arte permite desarrollar la imaginación del individuo,
gracias a este medio la persona logra descubrir sus capacidades artísticas y por medio de
estas puede manifestar los sentimientos más profundos. Se puede definir como la
manifestación del espíritu humano para expresar determinados valores culturales e
ideológicos plasmados en composiciones simbólicas que se realizan según unos
procedimientos técnicos que dan lugar a diferentes actividades artísticas.(Quartz, 2001)
Según Quartz, nos plantea que a través del arte se puede dar a conocer a las demás
personas, nuestra cultura, creencias, tradiciones, haciendo uso de medios como: pinturas
o actividades artísticas.

Referencias de este capítulo.


Borrelli, F. (2017) Entrevista Clínica. Manual de estrategias prácticas. Semfic
ediciones. Barcelona. ISBN: 84-96216-44-6
Carmin, M. (2016). Técnicas de entrevista y registro. Educación a distancia. UPLA.
Facultad de Ciencias de la salud.
Freire de Gabardino, M. (2017). La entrevista en juego. issn 1688 – 7247. (2017)
Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (124). http://www.bivipsi.org/wp-
content/uploads/16887247201712410.pdf
Maganto, C., y Cruz, S., F. (2006). La Entrevista Psicológica. Publicaciones de la
Universidad. Manuales Universitarios. Sevilla.
Mendoza, et al. (2017). Metodologías Lúdicas. Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua. PDF.
Acherbo, E. (2014). Entrevista de juego: Técnica empleada en el análisis con niñ@s.
Universidad de la República. Uruguay.
https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/5246/1/
ACHERBO.pdf
Montoya, M. (1988) Técnicas de Entrevista y observación.
https://docplayer.es/217315933-Tecnicas-de-entrevista-y-observacion-mirtha-
montoya-arguelles.html
Perpiña, C. (2012). Manual de la entrevista psicológica. Saber escuchar, saber
preguntar. Ediciones Pirámide. Madrid

También podría gustarte