Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE PSICOLOGÍA - EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

Entrevista Clinica en niños


Integrantes: Danna Bustamante, Daniela Muñoz, Laura Gabriela Cárdenas,
Juan Perez y Juan Buenahora
Definición
La entrevista clínica es un paso fundamental entre el terapeuta y el paciente, a través de ella
el terapeuta obtiene información relevante sobre el tipo de caso, la terapia y el tratamiento a
seguir.
La entrevista es el medio a través del cual se obtienen datos significativos y aclaratorios a la
hora de realizar un diagnóstico psicológico clínico o neuropsicológico. Además de la
información recabada, permite definir el tipo de tratamiento que el paciente necesita, así
como tomar las decisiones y juicios clínicos oportunos.
En la mayoría de las ocasiones, la entrevista clínica se establece durante las primeras tomas
de contacto entre terapeuta-paciente, donde además de obtener información significativa, se
crean los primeros lazos y vínculos, que afianzarán el trabajo posterior. Por eso, durante la
realización de dicha entrevista se deberá crear un clima de confianza, calidez y apertura que
favorezca la comunicación interpersonal desde las primeras tomas de contacto.
A través de esta comunicación interactiva, que se establece tanto a nivel verbal como no
verbal, se abordarán emociones, sensaciones y pensamientos que el terapeuta ha de saber
gestionar a fin de esclarecer las necesidades del paciente y poder así conceptualizar el caso.

Es por ello que, durante el proceso, debe procurarse conseguir una atmósfera relajante que
permita el diálogo franco, fructífero y, por consiguiente, una comunicación abierta.
Asimismo, se debe mantener una actitud profesional y racional, minimizando
manifestaciones e interpretaciones simplemente emocionales y buscando avanzar en la
conversación con un sentido práctico. El cuidar todos estos aspectos es fundamental. De lo
contrario, se puede crear un ambiente de desconfianza o tenso si las partes no consiguen
intercambiar sus primeras palabras de forma confiada y abierta.
Fundamentos y/o pilares
Los fundamentos de la aplicación de la entrevista clínica se encuentran en las aportaciones de
Lightener Witmer, quien en 1896 inicia una indagación de metodología flexible de un niño de
14 años con un problema de escritura relacionado con la mala ortografía (Juárez, 2016;
Verdugo, 1994), planteando así una técnica de entrevista que sería promovida por el mismo
Witmer mediante capacitaciones de psicología clínica (Juárez, 2016). Por otra parte, estos
aportes se consideran relevantes porque contribuyeron a la constitución de la evaluación
psicológica (Fernández-Ballesteros, 2001), empleando conocimientos teóricos de la
psicología científica y variedad de técnicas en las que se destacan los procedimientos de
observación. Finalmente, en la aplicación de la entrevista clínica es fundamental hacer uso de
su flexibilidad para atender a las preocupaciones reales de la consulta y sus motivaciones
(Bleger, 1964).

Características

● El niño se conceptúa como un ser en continua evolución aspecto que convierte la


evaluación en un hecho puntual, por lo que se deberá de prestar una especial atención
a la edad, sexo y a su nivel de desarrollo teniendo en cuenta patrones tanto normativos
como sociales (Ross, 1987 citado en Molina, 2001)
● Los padres por iniciativa propia o sugerencia de otros, llevan a sus hijos a consulta. Es
decir, que el paciente no va por sí mismo.
● La relativa plasticidad propia de la etapa infantil en ocasiones favorece que se
moldeen en el contexto familiar comportamientos inadecuados en el niño como
producto de la relación entre los distintos miembros de la familia.
● Los problemas de comportamiento del niño se pueden producir en distintos contextos
como en la casa, colegio, etc.
● Determinadas respuestas fisiológicas expresadas a una variedad de eventos o
acontecimientos se confunden a esta edad con problemas estrictamente de
comportamiento.
● Se puede decir que el proceso de evaluación infanto-juvenil tiene un grado de
complejidad mayor los más importantes, es que por un lado, la carencia de autonomía
del niño (incluso para interpretarse como necesitado de ayuda) hace que sean los
padres, maestros u otros profesionales quienes valoran la necesidad de intervención.
Y lo otro, la evaluación de los trastornos de la infancia implica necesariamente
realizar una serie de juicios normativos sobre lo que puede constituir: a) una
desviación evolutiva; b) una variación en el tipo de comportamiento en relación con el
grupo de referencia; c) una adaptación apropiada a una variedad de demandas
situacionales y d) una desviación inesperada del curso previsto de evolución
individual.

Procedimiento
No existe un orden establecido ni una manera concreta de llevar a cabo la entrevista con el
niño; depende de cuál sea la principal queja y la patología manifiesta, de la edad del niño y
del estado evolutivo, del estilo personal del entrevistador y la situación y contexto clínicos.
Cualquiera que sea el formato, la entrevista está determinada por el clínico, que es quien
dirige la atención hacia varias áreas y fenómenos relevantes, y por el sentido estratégico del
entrevistador que decide la mejor manera de obtener los datos pertinentes en cada caso.
Algunos datos surgen espontáneamente, mientras que otros deben preguntarse o utilizar otros
medios deliberados a fin de conseguir la información.

Sin embargo, es conocida una estructura establecida, del psicólogo y descrita a


continuación:
Inicio de la entrevista: Sobre todo en niños pequeños, no se recomienda comenzar con el
problema manifiesto. Es prioritario hacer que el niño se sienta como en su casa. Se puede
conseguir permitiendo que el niño explore los materiales de juego disponibles o preguntar por
temas neutrales o agradables, como puede ser con qué se divierte el niño. Esta manera de
enfocar el inicio de la entrevista también aporta información útil sobre el estilo de manejo de
la ansiedad situacional, motivaciones y habilidades recreativas, capacidad de disfrutar, fluidez
verbal y relaciones sociales del niño.
Problema manifiesto y proceso de consulta: Al iniciar la entrevista, es útil revisar y
esclarecer qué piensa el niño acerca del objetivo de la evaluación y qué se le ha explicado.
Con los adolescentes es la mejor manera de comenzar la entrevista. Con un niño más
pequeño, se suele recomendar, como ya se ha indicado anteriormente, esperarse hasta que el
niño se encuentre cómodo. El tema no debe prorrogarse indefinidamente ya que el retraso
excesivo puede transmitir al niño que el objetivo está algo fuera de los límites o que el
entrevistador está incómodo o se encuentra en una especie de subterfugio. Preguntarle al niño
qué es lo que sabe del porqué de la visita permite reconducir los conceptos erróneos o resumir
y organizar la comprensión del propio examinador en cuanto al motivo de consulta. La
duración de la evaluación, la confidencialidad y el papel del clínico deben exponerse también
en términos adecuados al nivel del desarrollo.
Evaluación de las principales áreas de funcionamiento: Es necesario preguntar por los
intereses del niño, sus potencialidades y debilidades, y los sentimientos en los principales
ámbitos de su vida. Engloban el mundo externo de la familia, compañeros y escuela (o
trabajo), así como el sentido interno de sí mismo (incluyendo la imagen corporal y
preocupaciones) y el mundo interno de fantasía. Incluso aunque estos aspectos se hayan
cubierto en relación al problema manifiesto, es importante investigar sistemáticamente estas
áreas.
Preguntas sobre síntomas psicopatológicos: Es importante estudiar específicamente los
diversos síntomas, sobre todo los diagnósticos de diversos trastornos, a menos que esta
información ya haya surgido en el curso de la entrevista. Es indispensable demostrar la
presencia de los siguientes síntomas en términos evolutivamente adecuados: depresión, baja
autoestima, o ideación o conducta suicida; ansiedad excesiva o temores inusuales;
alucinaciones e ideas delirantes; conducta alimentaria anormal o actitudes; obsesiones y
compulsiones; conductas antisociales o delincuentes; y uso de alcohol o sustancias. También
es importante preguntar en términos evolutivamente adecuados sobre la exposición a
experiencias potencialmente traumáticas, como el abuso físico o sexual o la violencia familiar
o comunitaria.
(Molina vives)

Instrumentos

Los instrumentos desarrollados para la evaluación clínica infantil son numerosos. Los
clínicos utilizan entrevistas con los padres, test, escalas, etc. y según la problemática
entrevistas con el propio niño (Luciano, 1997 citado en Molina, 2001). La selección de
instrumentos para evaluar la conducta en la infancia depende de la naturaleza del objetivo de
la evaluación, de las características del sujeto (edad, sexo, habilidades cognitivas,...), de la
fuente de envío, del contexto, del medio sociocultural y del propósito de la evaluación (Mash
y Terdal, 1988 citado en Molina, 2001).
Basados en el sistema diagnóstico categorial
El método más usado es la entrevista, semi-estructurada y estructurada. Durante la entrevista
inicial es fundamental determinar cuáles son las expectativas y las creencias de los padres
sobre el desarrollo y comportamiento problema del niño, así como la influencia de los
mismos en la relación familiar. Estos aspectos se deberían tratar y discutir con ellos de una
manera clara y natural (Molina, 2001).

Basados en el sistema dimensional


Desde esta perspectiva se conceptualiza el comportamiento inadecuado o perturbador como
un continuo, en el que se clasifican los distintos problemas de comportamiento en función de
su intensidad. Se utilizan: inventarios, escalas y cuestionarios, que son aplicados a los padres
y niños. En general, este tipo de instrumentos son fáciles de aplicar, son económicos y
requieren poca formación por parte del entrevistador. Se suelen utilizar antes y después de la
intervención a fin de evaluar los cambios experimentados (Molina, 2001).

Basados en la observación
La observación ha sido el método tradicional por excelencia de la evaluación conductual, al
menos en sus primeras etapas (Silva y Moro, 1994 citado en Molina, 2001). Teniendo en
cuenta que los problemas infantiles ocurren en distintas situaciones, la observación sería la
técnica ideal para recoger de modo directo no sólo los comportamientos objeto de interés sino
las condiciones en las que ocurren. En este sentido mediante el registro se pueden recoger
distintos elementos que son fundamentales para realizar el análisis funcional de la conducta
problema y generar a partir de estas información las hipótesis oportunas de cara a la
planificación del tratamiento. Así mismo, el registro de observación se puede llevar a cabo en
un contexto estructurado (clínico o de laboratorio) o bien en un contexto más abierto, como
las distintas situaciones que se pueden presentar en el hogar y en el aula. No obstante, la
observación como instrumento de evaluación contiene limitaciones de las que podríamos
destacar las siguientes (Silva, 1989): la reactividad que puede producir tanto en el
comportamiento del sujeto observado como en el observador, la baja fiabilidad entre
observadores y el propio sesgo del observador que repercute en la distorsión de los datos
(Molina, 2001).
Caso
Mario es un niño de 9 años de edad. Tiene un hermano pequeño, con el que se lleva 13
meses. El estatus socioeconómico y cultural de los padres es de nivel medio. Los padres
tienen en el momento de la intervención 35 años (madre) y 39 años (padre).
Motivo de consulta:
La madre comenta que el comportamiento de Mario tanto en el colegio como en casa no es el
adecuado. En el colegio Mario ha tenido un expediente académico brillante y un
comportamiento ejemplar, hasta este último año, donde se ha podido observar un
comportamiento negativo y desadaptativo unido a un bajo rendimiento escolar.
Evaluación:
La evaluación del caso tuvo una duración de 4 semanas. Se utilizaron varios instrumentos:
entrevista, registro de observación y autoinformes.
Se aplicó el Modelo de Entrevista General para niños, Forma para Padres del Centro de
Psicología Aplicada de la UMH. Adicional, se realizó una entrevista telefónica con la tutora.
Ésta confirma el cambio de comportamiento de Mario en el último trimestre, unido a un
descenso en el rendimiento escolar. Se tomó la decisión de aplicar a Mario los siguientes
autoinformes tras la información recabada en la entrevista clínica. Ambos se administraron en
la segunda sesión de evaluación.
Autoinforme de Sueño Infantil (Orgilés, Owens, Espada, Piqueras y Carballo, 2012). Evalúa
los hábitos y problemas relacionados con el sueño en niños de 8 a 12 años. Está formado por
16 ítems y cuatro subescalas. Los ítems se puntúan del siguiente modo: normalmente (2),
algunas veces (1) y pocas veces (0). Los resultados obtenidos por Mario no parecen ser
relevantes ya que obtuvo una puntuación de 10 sobre 32.
Escala de Ansiedad Infantil de Spence (Orgilés, Méndez, Spence, Huedo-Medina y Espada,
2011). Compuesta por 45 ítems y 6 subescalas (ansiedad por separación, fobia social,
trastorno obsesivo compulsivo, pánico/agorafobia, miedo al daño físico y ansiedad
generalizada). Se aplicó únicamente la subescala de ansiedad generalizada. Mario obtuvo una
puntuación de 12 sobre 18, lo que significa que tiene un elevado nivel de ansiedad.
Con ayuda de la madre se registraron las conductas problema en el ámbito familiar. Se diseñó
un modelo de registro, donde la madre recogería información sobre el día y la hora en la que
se producía la conducta problema, la situación (la conducta problema), qué hace o dice la
madre, la duración (en minutos) y la intensidad (rango: 0-10, donde 0 es el mínimo y 10 el
máximo)(López Hernández, 2014).
Referencias

Bleger, J. (1964). La entrevista psicológica. Temas de psicología (entrevista y grupos).

Fernandez-Ballesteros, R. (2001). Introducción a la Evaluación Psicológica - 2 Tomos.


Piramide Ediciones.

Juárez, A. R. (2016). Lightner Witmer y la primera clínica psicológica de niños de Estados


Unidos. In VIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología
XXIII Jornadas de Investigación XII Encuentro de Investigadores en Psicología del
MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires.

López Hernández, Paloma (2014). Un caso de comportamiento disruptivo infantil:


Tratamiento conductual en el ámbito familiar. Revista de Psicología Clínica con Niños y
Adolescentes, 1(2),117-123.[fecha de Consulta 11 de Octubre de 2021]. ISSN: . Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=477147184002

Molina Vives, M. (s.f.). Entrevista de valoración a niños y adolescentes .

Molina, Antonio (2001) Instrumentos de evaluación clínica en niños y adolescentes. Rev


Psiquiatr. Psicol Niño y Adolesc.

Verdugo, M. A. (1994). Introducción a los modelos de evaluación. En M. A. Verdugo (dir.),


Evaluación curricular: Una guía para la intervención psicopedagógica (pp. 3-92). Madrid:
Siglo XXI.

También podría gustarte