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ENSAYO

“ENTREVISTA PSICODIAGNÓSTICA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES”

La entrevista se basa en una interacción bidireccional (cara-cara) con el fin de evaluar aspectos
de funcionalidad del niño, para planificar, implementar o evaluar el tratamiento. En ella, se han de
tener en cuenta aspectos como la observación directa, así como la interacción verbal y no verbal.
Mientras que los objetivos de la evaluación diagnóstica son determinar la psicopatología,
establecer un diagnóstico diferencial y estimar la pauta de intervención.

Una buena entrevista con niños y adolescentes requiere adaptar su proceso y contenido a las
peculiaridades de esta población. Para conseguirlo es necesario tener conocimientos sobre
psicología del desarrollo y ser consciente de contexto social en el que este desarrollo y la propia
entrevista se producen.

Por tanto, el psicólogo que ha de realizar una entrevista psicodiagnóstica en niños y


adolescentes debe conocer y manejar el desarrollo evolutivo y de la psicopatología infantil. Esto
permite contextualizar los motivos de consulta en una edad y en una etapa del desarrollo,
discriminar las conductas transitorias de las estables, no patologizar las consecuencias naturales
de las crisis evolutivas, diferenciar cuándo la intervención precoz es adecuada o propicia
morbilidad y tomar decisiones a tiempo evitando la cronificación de síntomas.

La entrevista psicodiagnóstica brinda al terapeuta la oportunidad de conocer la razón de


consulta y de discernir entre el motivo de consulta manifiesto, o el que expresan los padres y el
motivo de consulta latente, que es el que se encuentra encubierto y debe ser debelado por el
terapeuta y sus habilidades de entrevista. La adaptación empieza por el propio entorno físico de la
entrevista, ya que se debe disponer de mobiliario apropiados a la edad del menor de edad y que
faciliten la interacción con él.

En términos generales, este tipo de entrevista requiere prestar atención a los recursos
psicológicos del menor de edad, sus intereses y aficiones, las fuentes de apoyo familiar y social,
su percepción sobre la estabilidad de sus contextos próximos y sus estrategias de afrontamiento
emocional, así como también y sus maneras de adaptarse a la vida cotidiana.
La entrevista psicodiagnóstica realizada con un niño, niña o adolescente puede tener distintos
objetivos, y es a partir de éstos como se estructurará el guión, el tiempo y la aplicación de la
entrevista.

Una de las diferencias entre la consulta de niños-adolescentes y la consulta de adultos estriba


en que los primeros no acuden a consulta de forma autónoma, sino que necesitan de la mediación
de los adultos que deciden por ellos. El motivo para decidirse acudir a consulta suele ser la
repercusión que la conducta de los menores de edad tiene para ellos mismos o para el ambiente.

En la preentrevista el psicólogo dirá a la persona que demanda la consulta que es necesaria la


presencia de ambos padres en la entrevista inicial porque supone asumir la responsabilidad de
ambos en la educación de los hijos, en las dificultades que presentan y en las soluciones que se
planteen para resolverlas. Es por lo que, en un primer momento, en el caso de los niños, se inicia
la intervención con ambas partes, niños y padres, y se seguirá de forma separada o conjunta
dependiendo de la misma. En el caso de los adolescentes dependerá también de la problemática y
hay que ser flexible, por ellos, cuando la entrevista conjunta creará un conflicto, se hará por
separado.

Además, en la entrevista que el psicólogo ha realizado previamente con los padres, les indicará
a éstos la necesidad de explicar al niño, con las palabras que los padres consideren adecuadas, los
siguientes aspectos: su preocupación por lo que le ocurre; la consulta a un profesional psicólogo;
el modo de trabajo de dicho profesional y su significado; y la necesidad de que él asista con el
objetivo de recibir ayuda en sus problemas.

El entrevistador deberá mostrar respeto, flexibilidad y empatía a lo largo del proceso e intentar
manejar las posibles actitudes del entrevistado que sean contraproducentes para los fines de la
entrevista, tanto si se trata del rechazo a cooperar como de una excesiva necesidad de aprobación.

En la mayoría de ocasiones, la entrevista formará parte de un proceso más amplio de


evaluación e intervención con el menor, lo que requerirá entrevistar a adultos importantes en su
vida, especialmente a los padres.

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