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morfosintaxis con
preguntas y
respuestas
Estimulación del
lenguaje
ANABEL CORNAGO
1
A los 4 años dispone de oraciones simples y hasta los 6 irá aprendiendo a construir oraciones subordinadas,
yuxtapuestas y cordinadas. Al final de este período el niño dispone ya de un sistema morfosintácticos funcional,
que se irá enriqueciendo con el aprendizaje de la lectura.
Algunas nociones sobre tiempos, concionales subjuntivos o la voz pasiva se desarrollarán plenamente hasta los
9 años.
TIPP
Gerardo Aguado (1988) propone un esquema de 10 pasos para la adquisición
de los primeros niveles de morfosintaxis, que también recoge Marc Monfort
en su libro Estimulación del lenguaje oral.
En este módulo iremos avanzando en la construcción de frases, y usaremos una herramienta importante: las
preguntas. Con ellas además propiciamos la petición de información, compartir la emoción propia y ajena,
compartir experiencias propias y ajenas, compartir conocimientos propios y ajenos y compartir la opinión tanto
propia como ajena. Vamos a ir preparando terreno a la conversación.
Tipos de preguntas:
Preguntas con respuesta sí o no: ¿Te llamas Pedro? ¿Vives en el Polo Sur?
Preguntas de alternativas: ¿para comer o para beber?
Peguntas cuya respuesta implica decir una palabra
Preguntas cuyas respuestas implican decir dos o más palabras
Preguntas cuyas respuestas implican construir una oración
Ya hemos viendo en módulos anteriores preguntas sencillas, ahora vamos a seguir profundizando para avanzar
en los componentes semánticos y morfosintácticos.
Le señalamos una parte del cuerpo. ¿Qué es? El brazo. Muy bien, ahora
dime 3 partes del cuerpo más.
Le mostramos una fruta. ¿Qué es? Manzana. Muy bien, ahora dime 3
frutas más
Le mostramos un coche. ¿qué es? Esto es un coche. Muy bien. Ahora
dime tres partes del coche: ventanilla, tubo de escape, puerta…
El niño nombrará objetos después de haberlos tocado con los ojos cerrados. Le vamos
dando los objetos a la vez que los nombramos (que sean muy fáciles de reconocer, y
empezamos con dos). Luego repetimos dando y preguntando: ¿qué es? Podríamos
variar la pregunta -y lo vemos después- con ¿Qué tienes en las manos?
El niño nombrará objetos después de haberlos olido con los ojos tapados. El mismo
procedimiento. Podemos ampliar preguntando: ¿Te gusta cómo huele?
El niño nombrará alimentos tras haberlos comido con los ojos cerrados. Peguntamos: ¿qué has comido?
Material descargable:
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2019/01/construyendo-frases-con-yo-veo.html
Encima de la mesa hay objetos con los que se pueden hacer sonidos: flauta,
xilófono, matasuegras, pito, papel para arrugar, tapaderas de cacerola, se golpea
la mesa con nudillos, se palmea, se chasquean los dientes, silbar, etc.
Produces un sonido delante del niño y preguntas: ¿qué oyes?. El niño contesta:
yo oigo xxx.
igual que lo anterior, pero produces el sonido a espaldas del niño.
Se hace el sonido y no se pregunta. El niño contesta de forma espontánea: yo
oigo xxxx.
Realizas una acción: dibujas algo en un papel, das palmas, te levantas de la silla,
te giras, haces una torre con lego, te rascas la cabeza, etc. Después de haber
hecho una de esas acciones, preguntas: ¿qué hago yo?, el niño responde: tú
dibujas un sol en el papel.
Realizas una acción, y después le pides al niño: ahora hazlo tú. El niño repite lo
mismo que previamente has hecho. Después, le preguntas: ¿qué haces?, el niño
responde: yo dibujo un sol en el papel.
Señalas una situación en un libro de dibujos o una foto en la que alguien está haciendo algo (siempre cosas
que se vean muy claras y concretas). Pregunta: ¿qué hace, por ejemplo, la niña? El niño contesta: la niña (por
ejemplo) juega a la pelota.
Como lo anterior, pero la pregunta es: ¿qué pasa aquí?, de esta forma se le da una posibilidad más abierta
de respuesta al niño.
Material descargable:
http://www.autismonavarra.com/wp-content/uploads/2016/08/Preguntas-y-respuestas-2.pdf
Modificamos complemento:
Modificamos atributo:
https://sites.google.com/site/elyuge/home3
Descargable:
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2017/05/preguntas-que-con-complemento-directo.html
presentes)
Sobre la mesa tienes preparadas fotografías de personas y muñecos del niño que tengan nombre. Enseñas una
imagen al niño (o señalas el muñeco), y haces la pregunta:
¿quién es éste? – Éste es papá o éste es el abuelo José o éste es “Lollo” – Muy bien, éste es el papá o
éste es el abuelo José o éste es “Lollo”.
Si a tu hijo le gusta ver vídeos o se entretiene con el ordenador, pues puedes presentarle las imágenes de esta
forma. Y también trabajar los nombres de sus personajes de dibujos animados:
Para generalizar este ejercicio, utiliza cualquier situación de la vida cotidiana para preguntar mientras señalas a
una persona en concreto: ¿quién es éste? – éste es xxx.
TIPP
Repasa las actividades del módulo 6, recuerda incluir profesiones para
ampliar vocabulario.
TIPP
Prepara material de profesión con sus objetos relacionados
Enseñamos foto de mamá: ¿quién es? Mamá. Muy bien, dime cómo se llama.
Enseñamos foto de la abuela. ¿Quién es? Abuela. Muy bien, dime dónde vive.
Compañeros de clase
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2016/05/construyendo-frases.html
Con este ejercicio se pretende abstraer el concepto “quién”. Para ello realizas
preguntas del tipo:
Si ves que en un principio le resulta un poco difícil, puedes ayudarte de material visual de apoyo para que el niño
conteste y arme la frase.
Colocas en el centro de la mesa una serie de fotografías con personas y fotografías con personas que hacen una
acción concreta. Puedes colocar también un cartel donde se lea en letras grandes ¿QUIÉN?
- Explicas al niño: “Yo hago una pregunta y tú contestas. Después, preguntas tú y contesto yo”.
- Tomas una fotografía del montón. Preguntas: “¿quién es? o ¿quién –por ejemplo- come la tarta?”
Esperas a que el niño conteste y refuerzas su respuesta: “Bravo, Juan come la tarta”.
- Dices: “te toca a ti. Coge una tarjeta”
- El niño coge la tarjeta.
- “Muy bien, pregúntame a mí quién es”.
- El niño pregunta: “¿quién es?”
- “Éste es el abuelo Gerhard. Fenomenal, preguntas muy bien. Bravo”.
- “Ahora me toca a mí”. Etcétera.
Conforme el niño va dominando el juego, ya no hará falta que digas te toca a ti, coge una tarjeta, me toca a mí,
etcétera.
Material:
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2013/10/escucho-y-
adivino-discriminacion.html
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2016/05/familias-de-palabras.html
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2013/10/trivial-tarjetas-categoria-acertando.html
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2011/11/del-conejo-blanco-al-juego-de-rimas-con.html
Muestras una imagen o fotografía de una persona –o animal- que esté en un lugar muy
concreto:
Colocas en el centro de la mesa una serie de fotografías con personas, animales u objetos que estén en un sitio
muy concreto. Puedes colocar también un cartel donde se lea en letras grandes ¿DÓNDE?
- Explicas al niño: “Yo hago una pregunta y tú contestas. Después, preguntas tú y contesto yo”.
- Tomas una fotografía del montón. Preguntas: “¿dónde está xxx?”. Esperas a que el niño conteste y
refuerzas su respuesta: “Bravo, Juan está en el parque”.
- Dices: “te toca a ti. Coge una tarjeta”
- El niño coge la tarjeta.
- “Muy bien, pregúntame a mí dónde está”.
- El niño pregunta: “¿dónde está el pato?”
- “El pato está en el lago. Fenomenal, preguntas muy bien. Bravo”.
- “Ahora me toca a mí”. Etcétera.
Conforme el niño va dominando el juego, ya no hará falta que digas te toca a ti, coge una tarjeta, me toca a mí,
etcétera.
TIPP
Idea que nos permite integrar todas las preguntas:
Prepara fotos de personas, objetos, lugares… Elige una, colócala sobre la mesa delante del niño; capta su atención
y asegúrate de que te entiende la pregunta que le haces, enseñándole las fotos de una en una.
Por ejemplo, extiende las fotos de un adulto, una vaca y una pelota; pregúntale “¿quién conduce el
coche?”, y ayúdale a elegir la opción correcta: que te de la imagen (y conteste si ya es verbal)
Cuando pueda hacerlo solo, como respuesta a la pregunta de “quién”, pasa a preguntarle “¿qué?”,
usando la foto de un coche, un niño y un perro.
Dile “¿qué conduce mamá?”.
Cuando elija la opción correcta de entre las tres que le ofreces, comienza a mezclar categorías y a
alternar “qué” y “quién”, en las preguntas, por ejemplo: muéstrale las fotos de una pelota, un bombero,
un perro y una cama.
Pregunta “¿qué se lanza/ qué se bota?”, “¿quién conduce el camión de bomberos?” y “¿dónde se
duerme?”.
Si cogiese la foto equivocada, repite la pregunta enfatizando la palabra clave. Sólo si fuese
absolutamente necesario, dale la repuesta verbal que corresponda.
Para lograr que Erik fuera preguntando ¿dónde? fuimos creando y promoviendo
diferentes situaciones divertidísimas donde faltara un objeto imprescindible para
continuar con la acción. Para empezar, es bueno saber qué le gusta mucho a vuestro
pequeño. Con Erik usamos: helado sin cucharilla, puzzle donde faltara una pieza,
dibujo sin pinturas, números de tamaño gigante encajables donde faltara -por
ejemplo- el 4, juegos de escondite, etc.
Ejemplo:
Más adelante utilizamos figuritas de Lego. Hicimos pequeñas construcciones y jugábamos a mover las figuritas
con preguntas de “¿a dónde va?” y “¿de dónde viene?”.
Asimismo usamos los dibujos con historias interactivas (ver Autismo 0 – Juego 6):
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2009/08/autismo-0-juego-6-historias.html
Este ejercicio también se puede hacer con apoyo visual: tarjetas con personas que se dirigen a sitios y lo
marcamos con flechas de dirección “hacia” o “de”. La imagen es uno de los pictogramas de Arasaac, con los que
podéis preparar muchísimo material de trabajo.
Cuando el niño domina los ejercicios, pues jugáis a una ronda tú, una ronda el niño.
Descargable:
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2016/04/donde-estoy-adivina.html
Libro recomendado:
Actividades
Advertir a los niños/as que estén atentos, porque las preguntas que se le
van a hacer no están bien. Que expliquen por qué están mal.
¿Tú comes con los pies?
¿Antonio es un árbol?
¿Tú miras con los dedos?
¿Esta pelota es cuadrada?
Podemos utilizar imágenes de acciones, situaciones reales ejemplo: Un niño/a sube la escalera y le decimos está
comiendo, etc.
Descargable
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2013/10/trivial-tarjetas-categoria-acertando.html
Podemos jugar a las tiendas -de juguetes- y tienes diferentes objetos para “vender”
al niño. Propicia que pida un objeto, luego que pida objeto con atributos:
NOTA: las primeras veces que se hace este ejercicio, se les puede facilitar la respuesta mostrando
bien el objeto o una fotografía cuyos nombres son necesarios para completar las frases.
etc
Esta palabra puede ser sugerida a partir de una imagen, un objeto real, o una expresión verbal. Por ejemplo:
Se dice un verbo en infinitivo, a partir de aquí han de construir una frase. "Pintar": "Yo pinto en la pizarra".
Se dicen distintos adjetivos: Rojo, grande, cuadrado, redondo, hermoso, fino .... y se construye una frase como
modelo.
Redondo: "La pelota de Enrique es redonda". El niño debe hacer lo mismo con los otros adjetivos.
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2021/02/apoyo-la-lectoescritura-en-autismo.html
Los niños empiezan muy pronto a hacer preguntas, recurriendo fundamentalmente al uso de la entonación; hacia
los 4 años de edad, por otra parte, parece que no hacen otra cosa que preguntar. Es posible plantear al menos
dos formas de hacer preguntas:
El primer tipo de preguntas se limita a buscar una confirmación, y se construye generalmente mediante una
entonación ascendente al final del enunciado. Por su parte, las preguntas wh- utilizan partículas como qué, cómo,
cuándo, cuánto, dónde, por qué y quién. Las preguntas son el enunciado prevalente en el habla que los adultos
dirigimos a los niños. Si bien la cantidad de preguntas no cambia significativamente durante los primeros 18
meses de vida de los niños, sí lo hace el tipo de preguntas y los temas sobre los que se le pregunta. Al principio,
las preguntas se refieren a comentarios sobre lo que está mirando el niño, e intentan dirigir su atención hacia
una determinada actividad. Hacia los 18 meses, sin embargo, las preguntas se tornan más encauzadas al
aprendizaje, y más orientadas a una petición genuina de información. Bloom y sus colaboradores (Bloom, 1991)
han establecido una secuencia evolutiva de las partículas interrogativas en niños de habla inglesa, tal y como
aparece en la siente tabla.
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2015/04/el-juego-de-las-preguntas-por-cachito.html
Necesitas un dado de seis caras. En cada cara pegas una de las siguientes preguntas:
¿quién?
¿qué?
¿dónde?
¿cómo?
¿cuándo?
¿por qué?
Tienes preparadas seis cajitas, en cada caja metes las tarjetas que permiten responder a una de las preguntas.
Las hemos identificado por colores también. Ten preparado un micrófono también.
Se tira el dado. Sale, por ejemplo, ¿dónde? Primero tú coges una tarjeta de la caja Dónde. Formulas pregunta,
por ejemplo, ¿Dónde está el papá? El niño responde.
Fuente: Gladys Williams, Luis Antonio Pérez-González*, Jaqueline Marilac Madeira* y Susana Menéndez-
Suárez** Centro de Investigación del Lenguaje (Oviedo), * Universidad de Oviedo y ** Proyecto de Investigación
en niños con autismo y con problemas de aprendizaje en Asturias
El procedimiento para enseñar las preguntas fue una réplica del procedimiento
de Williams, Donley y Keller (2000) y de Williams, Pérez-González y Vogt (2003).
Empleamos un diseño de caso único, de línea base múltiple a través de las tres
preguntas. Una maestra y una observadora (la tercera y la cuarta autoras)
llevaron a cabo la investigación en el aula del centro de investigación donde el
niño recibía instrucción. El niño se sentó de frente a la maestra, quien le presentó
las 10 cajas por sesión. La observadora permaneció sentada detrás del niño.
Línea base. En cada sesión la maestra presentó 10 cajas, durante 20 segundos cada una. En cada ensayo
presentaba la caja y, sin dar ninguna ayuda explícita, hacía algún comentario acerca del objeto que estaba en el
interior. Por ejemplo, «¡Oh, me encanta éste!», «¡Qué bonito es!», «¡Es de color azul!». No le daba ni le enseñaba
la caja al niño. Si pasaban 20 segundos y el niño no respondía, la investigadora cambiaba a otra caja.
Enseñanza de la primera pregunta «¿Qué hay en la caja?». La maestra sostenía la caja y hacía algún comentario
sobre el objeto que había dentro de ésta en cada ensayo. Entonces, la observadora decía «¿Qué hay en la caja?»,
para que el niño lo repitiera (proporcionaba una ayuda ecoica —ver Greer, 2002 y Skinner, 1957/1981—. Cuando
el niño repetía la pregunta, la maestra le decía lo que había en su interior y le daba el objeto. El niño podía jugar
con el objeto durante 20 segundos. Al final de este tiempo la maestra le presentaba una nueva caja. Cuando el
niño repetía la pregunta correctamente dos veces consecutivas, la maestra le proporcionaba solamente el inicio
de la frase (desvaneció las ayudas a lo largo de los ensayos). Por ejemplo, la investigadora le decía «Qué hay» en
lugar de decirle la pregunta completa. Cuando el niño repetía la pregunta correctamente con esta ayuda parcial
durante dos ensayos consecutivos, se le quitaba la ayuda. Si el niño cometía tres errores consecutivos (ya sea
porque formulaba la frase incorrectamente, ya sea porque permanecía callado tras enseñarle la caja durante tres
segundos) la investigadora le decía la frase entera en los dos ensayos
siguientes y repetía el mismo procedimiento de desvanecimiento de la ayuda.
La maestra repitió este procedimiento hasta que logramos la transferencia de
control del estímulo verbal (la pregunta que la investigadora decía) a la
presencia de la caja. Por lo tanto, la ayuda ecoica se eliminaba cuando el niño
realizaba la pregunta sin necesidad de ayudarle cada vez que se le enseñaba
la caja en dos sesiones consecutivas (20 ensayos). El criterio de aprendizaje de
la pregunta se cumplió cuando el niño emitió la pregunta sin ayudas en dos
sesiones consecutivas de 10 ensayos. A partir de este momento, la maestra
pasó a enseñar la segunda pregunta.
Enseñanza de la segunda pregunta ¿Me lo enseñas? El procedimiento fue el mismo que en la primera pregunta.
Sin embargo, cuando el niño preguntaba «¿Qué hay en la caja?», la investigadora le decía el nombre del objeto
del interior de la caja pero no se lo enseñaba ni se lo daba. Entonces, la otra investigadora decía la frase «¿Me lo
enseñas?», para que el niño la repitiera. Cuando el niño repetía la pregunta correctamente, la investigadora
contestaba algo así como «Por supuesto que puedo enseñártelo» y se lo daba. El procedimiento para enseñar la
segunda pregunta, eliminar la ayuda ecoica y el criterio para continuar con la enseñanza de la tercera pregunta
fueron los mismos que en la primera pregunta. Al empezar a enseñar la segunda pregunta, el niño dejó de hacer
la primera pregunta. Entonces, la enseñamos de nuevo. El primer intento consistió en que la maestra decía «No»
cada vez que el niño emitía la segunda pregunta sin estar seguida de la primera. Esta intervención no fue
suficiente para que el niño emitiese de nuevo la primera pregunta. Entonces, la maestra enseñó la primera
pregunta utilizando el mismo procedimiento de la ayuda ecoica. Una vez que el niño adquirió de nuevo la
pregunta pasamos a enseñar la tercera pregunta.
Contestar «No» como consecuencia a la segunda pregunta. Después de que el niño aprendió las tres preguntas,
realizamos una manipulación para determinar si las tres preguntas se habían aprendido como tres preguntas
independientes, como una clase de respuestas, o como una cadena de conductas. En una nueva fase, la maestra
decía «No» cuando el niño hacía la segunda pregunta «¿Me lo enseñas?» y no le daba la caja. Mientras tanto, las
condiciones para la primera y tercera preguntas permanecieron sin cambios: a la pregunta «¿Que hay en la
caja?», la maestra le decía el nombre del objeto, y a la pregunta «¿Me lo das?» le daba el objeto.
Retorno a las condiciones de reforzamiento originales. Después de tres sesiones en la fase anterior, se retomaron
las condiciones originales de reforzamiento: cuando el niño preguntaba «¿Qué hay en la caja?», la maestra le
decía el nombre del objeto. Cuando el niño preguntaba «¿Me lo enseñas?», la maestra se lo enseñaba. Y cuando
preguntaba «¿Me lo das?», la maestra le daba el objeto. La intervención finalizó dos sesiones después de retomar
las condiciones originales de reforzamiento.
Observación y acuerdo entre observadores La maestra y la observadora registraron en un formato todas las
preguntas del niño. Cada pregunta emitida sin ayuda en los 20 segundos después de la presentación de cada
caja, después de que la maestra dijese lo que hay en la caja, o después de que la maestra mostrase al niño el
objeto que se encontraba en la caja, constituyó una respuesta correcta. Después de que el niño aprendió las tres
preguntas, en cada ensayo había la oportunidad de emitir las tres preguntas. Las repeticiones no se contaron;
por ejemplo, «¿Me lo enseñas?», «¿Me lo enseñas?», fue contada como una única respuesta. La maestra y la
observadora registraron siempre la misma respuesta en todos los ensayos. Por tanto, hubo un 100% de acuerdo
entre observadores.
Juego de las "20 preguntas": Consiste en que una persona piense en un animal, un vegetal o un mineral
y lo mantenga en secreto. Los demás jugadores pueden hacer preguntas contestar de manera afirmativa
o negativa para intentar averiguar el secreto.
Jugar a "¿Qué pasaría si...?" Comienza el juego con un ejemplo para poder darle algunas ideas a los
niños. Puedes comenzar diciendo "¿Qué pasaría si los perros hablaran?" o "¿Qué pasaría si la nieve
fuese de color púrpura?".
Realiza preguntas con pronombres interrogativos. "¿Qué hacemos en los días calurosos?" o "¿Dónde
viven los pájaros?".