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LOS VALORES Y SU INFLUENCIA EN LA CONDUCTA HUMANA

No es sencillo analizar los componentes de la personalidad, ni tampoco buscar una respuesta coherente a
por qué la conducta de una persona es de una manera o de otra. Sin embargo, uno de los factores que más
puede llegar a influir en el desarrollo de la personalidad y conducta de una persona son los valores.
Derivado directamente de la teoría socio-cognitiva, en la que se ponía de manifiesto que la personalidad
era el producto del carácter propio y la influencia de su entorno, la sociedad actual concibe los valores
como algo que debe ser la base de la conducta de cada uno, pues significa que esa persona sabrá
diferencias las acciones buenas de las malas, teniendo un sentimiento de remordimiento cuando realice
estas últimas, y servirá como prevención para evitar que esa persona sea perjudicial para la sociedad.
Esto nos lleva a pensar en la importancia de cultivar esos valores desde la infancia, que es cuando
comienza a formarse la personalidad, y para ello es necesario que, tanto en el ámbito escolar como en el
familiar, existan buenos ejemplos que inculquen todos los valores necesarios para una correcta conducta.
Es cierto que no siempre se cumple esta ley, pues puede darse el caso de que alguien que haya sido
educado con valores éticos y morales resulte ser maleducado y dañino para su entorno, mientras que otro
que haya carecido de valores en su infancia, acabe por ser respetuoso, pero los valores actúan, por regla
general, como incentivador o aumento de las probabilidades a la hora de que una persona acabe siendo
buena.
En conclusión, todos y cada uno de los valores existentes, ya sea afecto, empatía, amor, respeto o
generosidad, son factores que conforman la personalidad y conducta humana, siendo estos un aliciente, y
por ende, una ayuda para que la persona sea buena.

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