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La teoría clásica o del patrimonio-personalidad

Si bien el concepto de patrimonio proviene de la Antigüedad romana, asociado con los


bienes y derechos paternos que se transmitían a la descendencia, la primera teoría al
respecto se remonta al siglo XIX, específicamente a la obra de los juristas franceses
Charles Aubry (1803-1883) y Charles Rau (1803-1877) de 1873.

Para ellos, miembros de la escuela de la exégesis francesa, el patrimonio debía


entenderse como un conjunto abstracto de bienes, derechos, obligaciones y cargas,
tanto presentes como futuros, pertenecientes a una misma persona y dotados de
“universalidad jurídica”.

Dichos elementos se mantienen unidos a la persona por su propia voluntad, por lo


que cada persona posee su propio patrimonio, que es “una emanación de su
personalidad” (de allí el segundo nombre de esta teoría). Por el mismo motivo, el
patrimonio es indivisible, único e inalienable durante la vida de la persona, pues
enajenar el patrimonio sería como enajenar su personalidad misma.

Únicamente la muerte de la persona puede legitimar la transmisión del patrimonio


a terceros (sus descendientes), puesto que en realidad se trata de la extinción del
patrimonio del difunto y la creación, de nuevo, de un patrimonio único, indivisible e
inalienable para el heredero.

A esta teoría clásica (también llamada subjetiva) se le ha criticado su difícil aplicación a


la vida real, especialmente en lo que se refiere a la distinción entre patrimonio y
capacidad de adquirir bienes futuros. Esto último implicaría que todas las personas
poseen necesariamente un patrimonio, ya que poseen la posibilidad futura de adquirir
dichos bienes o recursos, entendidos como una “prenda tácita” por Aubry y Rau.

Por otro lado, esta idea de patrimonio resulta en particular problemática a la hora


de pensar el patrimonio empresarial o de las organizaciones, ya que solo las
personalidades tienen patrimonio. Los autores, para el resto de los casos, hablan de una
“Mesa de bienes”, sin explicar exactamente a qué se refieren con ello.

La teoría moderna o del patrimonio-afectación


También conocida como la teoría objetivista, teoría finalista o como teoría alemana, fue
propuesta por los juristas germanos Alois von Brinz (1820-1887) y Ernst Immanuel
Bekker (1785-1871), quienes se oponían a las consideraciones del abogado francés
Marcel Planiol (1853-1931) respecto del patrimonio colectivo. Esta teoría fue luego
recogida por el Código civil alemán en 1900 y el de Suiza en 1907.

La teoría objetivista aspira a un alejamiento de la teoría clásica del patrimonio, ya


que propone la idea de que el patrimonio no necesariamente requiere de una
persona para existir.
Por el contrario, afirma que el patrimonio puede perfectamente existir sin dueño, ya que
la idea misma de patrimonio se sostiene en base a la afectación que hace de los bienes
que integran el patrimonio, o sea, que lo central en el patrimonio no es la persona
sino los objetos que lo componen. De allí el nombre de esta teoría.

Según Brinz y Bekker, la afectación del patrimonio es lo que permite mantener unidos
los elementos que lo conforman, sin que exista un dueño explícito. A esto lo llamaron
“patrimonio de afectación” (Zwechvermogen) o “patrimonios objetivos”.

Para los autores, de esta manera, el patrimonio debería entenderse como el conjunto
de las relaciones jurídicas que afectan bienes, acciones y derechos
individualizados y determinados en tiempo y lugar, y que están destinadas
objetivamente a un fin económico y jurídico. En esto último, la teoría objetivista se aleja
también de la universalidad jurídica como la entendía el modelo clásico.

Por último, según la mirada objetivista, es imposible que exista patrimonio sin bienes,
y no se toma en cuenta la opción futura de poseerlos en absoluto. Así, es posible que un
patrimonio no pertenezca a alguien, sino a algo, lo cual facilita las cosas a la hora de
hablar de patrimonio empresarial.

- TEORIA CLÁSICA. Igualmente se la conoce como Teoría Personalista, subjetivista, o del


Patrimonio-Personalidad, cuyos autores Coviello, Aubry y Rau, afirmaron en su tratado de
Doctrina General del Derecho Civil, que la idea del patrimonio se deduce de manera lógica del
concepto de personalidad. En tal sentido el patrimonio es: “una emanación de la personalidad
y refleja la potestad jurídica de que se halla investida la persona, y que le otorga la aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones” (Conocida como Aptitud Patrimonial que funciona
permanentemente), llegando por ello a adquirir el denominativo de teoría del Patrimonio –
Personalidad. Con esta definición, elaboraron sus propias conclusiones que las traducen en
principios, de acuerdo al siguiente orden. a).- Todas las personas necesariamente tienen
Patrimonio. Puesto que el sólo hecho de existir (nacer con vida) significa que la persona ya
cuenta con un Patrimonio adquirido por ese solo hecho jurídico, así sea que no cuente con
bien o bienes alguno(s). y consecuentemente, solo las personas individuales pueden tener
patrimonio, por reflejar dicha aptitud de adquirir derechos y contraer obligaciones que las
obtienen con el solo nacimiento. En cuanto a las personas colectivas, adquieren su Patrimonio
en el momento de su constitución al exigirse como requisito para adquirir la personalidad
jurídica, declarar la existencia de un Patrimonio. b).- El Patrimonio es único. Pues cada persona
no tiene más que un solo patrimonio, por cuanto el conjunto de derechos y obligaciones que le
pertenecen (Capacidad Patrimonial), conforman una sola unidad por pertenecer todos ellos
(Derechos y Obligaciones que recaen sobre bienes) a un mismo y único propietario
c).- El Patrimonio se transmite solo por razón de muerte. (Mortis Causa). Porque siendo el
Patrimonio inseparable de la persona no es admisible que se la transmita por actos realizados
en vida. Por consecuencia, se constituye en intransmisible (in totum). Pues lo contrario
significaría, admitir que se pueda transmitir la propia persona, considerada en si misma; y es
por ello, que de manera estricta se admite la transmisión de los elementos particulares que
integran el Patrimonio (Derechos, Obligaciones y Bienes) únicamente cuando se extingue/
fallece una persona, esto es, transmisión por Mortis Causa. d).- El patrimonio conforma una
Universalidad Jurídica. Al ser único todo este conjunto patrimonial, al nacer una obligación
valorada en dinero serán los derechos sobre los bienes en general, quienes respondan por
tales deberes. e).- La persona cuenta con dos tipos de derechos. I.- Los primeros denominados
DE LA PERSONALIDAD O EXTRAPATRIMONIALES.- Que por las características especiales que
revisten no son objeto de comercio al no ser valorados económicamente (los derechos
Políticos, los familiares, las acciones del Estado, etc.), encontrándose al margen del Patrimonio.
II.- En cambio existen (la llamada Capacidad Patrimonial), en la persona algunos derechos que
SÍ PUEDEN ser objeto de valoración económica que recaen sobre los bienes de su pertenencia
a los que se los conoce como DERECHOS PATRIMONIALES, y son estos los que responden por
los deberes de orden privado, que contraen las personas. Cabe hacer notar que en esta
categoría se encuentran algunos bienes que debido al servicio que presta y finalidad a la que
están destinadas, no responden por las obligaciones y se los denomina bienes inembargables.
La llamada Capacidad Patrimonial. Es la capacidad que tiene la persona para adquirir derechos
y contraer obligaciones, que recaigan sobre los bienes; en cualquier momento

TEORIA MODERNA Llamada igualmente Objetiva o del Patrimonio-Afectación que fuera


propuesta entre otros autores por Kipp, Ennecerus, Von Turhr, en sus ediciones de Derecho
Civil; Wolff en su tratado “Derecho de Cosas”. Expresa sobre la Doctrina que encontró
aceptación en el Derecho Alemán y surge como resultado de las estrictas y puntuales
observaciones traducidas en una franca oposición a la Teoría Clásica. La crítica observa la
intención Clásica de tratar de entrelazar los términos de patrimonio y personalidad; que son
Instituciones totalmente diferentes y que de existir alguna posible relación entre ellas, no
ocupan un primer plano en la ciencia del derecho. Lo importante según esta Teoría Moderna,
es que las ideas de bienes, fines o destinos, juegan en el patrimonio un fundamental papel y
que no siempre la Universalidad Jurídica es aplicable a la masa patrimonial. De tales ideas se
entiende por patrimonio a: “La afectación social de una determinada cantidad o de riqueza o
de bienes a un fin social específicamente señalado y que se halla protegido por el derecho”.
Consecuentemente, el patrimonio está conformado por la masa de bienes de que dispone el
titular para obtener el fin jurídico que se proponga. De estos criterios doctrinales, se extraen
principios totalmente contrarios y/o complementarios a los ya expresados por la Teoría
Clásica, tal y como podemos apreciar a continuación:

a).- No todas las personas tienen patrimonio. puesto que quien en absoluto carece de bienes,
al no tener nada que afectar o destinar para actividades jurídicas, carece de Patrimonio. Sobre
todo se presenta tal situación en las obligaciones de orden imperativo. b).- El patrimonio no es
único. Siendo por tanto posible que la persona puede tener varios patrimonios. De tal manera,
refleja este criterio el caso concreto que se representa en el Derecho Sucesorio con el instituto
de la Aceptación de Herencia con Beneficio de inventario. c).- El patrimonio es transmisible por
Mortis Causa y por actos entre vivos. Según este principio de manera lógica y real al
fallecimiento del titular del Patrimonio se transmite la masa patrimonial (Mortis causa); e
igualmente, una persona puede transferir parte de su patrimonio o la totalidad del mismo, por
actos jurídicos en vida (inter vivos). d).- todos los derechos son iguales. Por cuanto lo llamados
derechos patrimoniales no son diferentes de los restantes derechos de la persona, pues los
derechos de la personalidad o personalísimos, cuando son afectados producen el
resarcimiento económico por el daño civil ocasionado, lo que significa que esos derechos
invalorables, inicialmente, a través de este proceso son pasibles de apreciación económica.
Refiriéndose al Patrimonio, los juristas Franceses Mazeaud dicen: “El patrimonio es el
continente de todos los derechos pecuniarios o no pecuniarios, que van a fundirse en él, su
influencia reciproca es demasiado grande para que puedan disociarse algunos de sus
elementos”. (Derecho Civil. Tomo II. Vol. I. Henry, León, Jean, Mazeaud)

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