Según el planteamiento propuesto, sí estoy de acuerdo con la adopción igualitaria
siempre y cuando se cumplan con unos presupuestos mínimos para tal situación, es decir, se deban cumplir unos requisitos de la misma manera como si se tratare de una adopción homoparental, mi favorabilidad parte del artículo 42 de la constitución política de Colombia, donde establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y toda persona tiene derecho a conformarla sin distinción alguna, más aun cuando ese niño, niña o en su defecto adolescente necesita de un hogar, de una familia. Actualmente existen muchos niños en condición de calle, viviendo en condiciones no optimas, siendo muy vulnerables, en donde sus derechos fundamentales son precarios, no cuentan con un efectivo derecho a la salud, educación, entre otros. Y por supuesto el hecho de no tener una familia, o incluso si la tienen existen padres que no son responsables de ellos o quizá cabe también la posibilidad que en la mayoría no cuentan con unas buenas condiciones económicas para subsistir, es entonces donde el Estado debe regular y permitir que esos niños puedan gozar plenamente de sus derechos fundamentales y constitucionales, dentro de esas soluciones se encuentran aprobar que parejas del mismo sexo tengan la posibilidad de adoptar y contribuir a resarcir esos derechos que han sido vulnerados, que no han gozado de ellos, dejando de lado, los estereotipos y tabús que rigen en la sociedad y la religión. Según el director jurídico del ministerio de salud y protección social pone de presente a la corte: No existe evidencia de que la adopción por parejas del mismo sexo genere riesgo para la salud física o mental de los menores”. Explica que “la literatura relevante sobre la materia indica que no existen riesgos para la salud o el bienestar de los menores de edad derivados de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Por el contrario, la orientación sexual de los padres es, en general, indiferente para el desarrollo cognitivo y social de los menores. Adicionalmente, en muchos casos – como en la adopción de menores de alto riesgo- puede contribuir a su bienestar. (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015) Con lo anterior sustento aún más mi percepción puesto que, debe primar lo esencial y fundamental, respetando, por supuesto, la libertad de expresión de cada persona, siendo este también un derecho inherente, pero que se hace indispensable para la normatividad colombiana regular y consentir como lo dije inicialmente bajo unos criterios, la adopción, dado que la sociedad está inmersa en hechos evolutivos, es decir, cambiantes y por lo tanto, se es pertinente la adecuación de la concepción que históricamente ha regido el concepto de familia.