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Análisis

Egoscozabal, M. (2020, 3 marzo). Las claves de la desigualdad de género en el mercado laboral.

CLUB DE MALASMADRES. https://clubdemalasmadres.com/claves-desigualdad-

genero-mercado-laboral/

En este texto se aprecia un lenguaje de tipo social, ya que va dirigido a la sociedad en


general, pero más concretamente a las mujeres; tiene la finalidad de producir un efecto
sobre la población, como puede ser el caso de la toma de conciencia sobre este problema
de desigualdad que acecha nuestro país desde mucho tiempo atrás.

Resumen
Las ideas principales que se quieren transmitir con este texto son las desigualdades que
se encuentran las mujeres diariamente en el ámbito laboral: la brecha salarial, el techo de
cristal, el trabajo a tiempo parcial y la tasa de desempleo.
En primer lugar, tenemos la brecha salarial, que según el Informe Mundial sobre Salarios
2018/2019, dicha brecha en España es del 14,9%, lo que significa que una mujer española
cobra casi un 15% menos que un hombre. Hay varios motivos que justifican esta brecha
de género:
- Hay más mujeres en puestos de trabajo peor pagados y valorados.
- Hay más mujeres que se dedican al trabajo doméstico-familiar, por el cual no
perciben salario alguno ni se les valora.
- Hay más mujeres con empleos a tiempo parcial.
- Los estereotipos asociados a la maternidad, como el que expone que, si una mujer
tiene descendencia, va a tener menos compromiso con el trabajo.
En segundo lugar, y otro de los conceptos más sonados, tenemos el techo de cristal, que
se refiere a una barrera invisible que dificulta el ascenso de las mujeres en su carrera
profesional. También se suele hablar del “suelo pegajoso”, que se refiere a que los puestos
de trabajo más feminizados son los más precarios y, salir de esa situación para conseguir
mejores condiciones laborales, se convierte en una barrera difícil de traspasar, ya que las
mujeres son las que mayoritariamente suelen asumir las tareas domésticas y familiares y
la falta de medidas para la conciliación, que hace que muchas mujeres se vean obligadas
a abandonar sus empleos.
En tercer lugar, tenemos la problemática del trabajo a tiempo parcial, que, según una
estadística, en 2018 un total de 344.800 personas trabajan a tiempo parcial para poder
cuidar a terceras personas, de las cuales el 96,31% son mujeres que, o no pueden
permitirse pagar servicios de atención a personas dependientes, o no tienen este tipo de
servicios a su disposición.
Y, en cuarto, y último lugar, tenemos la tasa de desempleo, que al cierre del año 2019, se
situaba en el 15,6% en el caso de las mujeres, frente al 12,2% en el de los hombres.

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Opinión personal
Personalmente, creo que a día de hoy las mujeres tienen más dificultades en el mundo
laboral que los hombres. Las mujeres tienden a desempeñar papeles más secundarios en
las empresas; pocas son las veces que la alta dirección de una empresa está formada por
mujeres.
Un ejemplo de un sector en el que no se suele encontrar gran presencia femenina es el
sector de la venta de coches. Seguramente, si has visitado algún concesionario de
vehículos, no has visto muchas mujeres ejerciendo de comerciales, sino que, si había
alguna, seguramente se dedicase a labores de secretariado. Esto puede deberse a que
existe un estereotipo acerca de que las mujeres no “saben de coches”, por lo que no es
lógico que se dediquen a ello. Este solo es uno de los tantos ejemplos que podemos
apreciar cada día si observamos un poco nuestro entorno.
La brecha salarial es otro de los problemas a los que nos enfrentamos las mujeres cuando
entramos al mundo laboral. Es evidente que a día de hoy, las mujeres seguimos
percibiendo un salario menor que el de los hombres por ocupar el mismo puesto de
trabajo. Es un hecho. Y por lo que a mí respecta, no encuentro justificación alguna para
que esto siga siendo así.
En cuanto a las dificultades de conciliación familiar, me gustaría destacar que, aunque
tradicionalmente se relacionase a las mujeres con el trabajo doméstico y el cuidado de
enfermos e hijos, es una tarea que fácilmente podrían desempeñar los hombres, ya que no
hay una ley no escrita que diga que solo pueden hacerlo las mujeres. Al no ser así, muchas
mujeres se ven obligadas a dejar sus puestos de trabajo para dedicarse a tareas domésticas
y a cuidar de personas dependientes (enfermos, hijos, etc.), lo que impide que lleguen a
desarrollar su carrera profesional.
Cuando todo esto cambie, podremos hablar de igualdad laboral entre hombres y mujeres.

Paula Ramos Fernández

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