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Por estos días se están moviendo dos peticiones en Change.org: una a favor del despido de
Walter Block como profesor de la Universidad Loyola Nueva Orleans y otra a favor de
darle un aumento salarial. La primera está motivada por la idea de que Block es un racista y
sexista, cuyas ideas no tienen cabida en un entorno académico. Más concretamente, los
promotores de esta absurda iniciativa argumentan tres cosas:
1. Que Block cree que la esclavitud no es reprochable desde el punto de vista moral,
pronunciamiento que resulta ofensivo y “dañino” para los negros.
2. Que Block justifica que a las mujeres se les pague menos que a los hombres, lo cual
resulta ofensivo para los “no-hombres” (non-men, literalmente dice así la petición).
Con el fin de defender el honor de una persona que ha sido un mentor y amigo, voy a
desmentir estas falsas acusaciones:
1. Esclavitud. Cuando escuchamos esta palabra lo que se nos viene a la mente es la
imagen de blancos esclavizando negros. El célebre economista afroamericano
Thomas Sowell ha estudiado el fenómeno exhaustivamente y ha llegado a la
conclusión de que la esclavitud de los africanos no representa ni el 10% de la
historia total de la esclavitud. Esta institución tiene por lo menos 11.000 años de
Antigüedad y ha existido en todos los continentes habitados por el Hombre, por
ende, ha involucrado a personas de los más diversos orígenes étnicos.
Por otra parte, ignoran que los propios pueblos africanos también han practicado la
esclavitud. Veamos algunos ejemplos. Entre los siglos XVI, XVII y XVIII los
ashanti y los yorubas (entre otros) se iban a la guerra contra otros pueblos para
capturar personas y venderlas como esclavos a los europeos. En 1635, Anthony
Johnson, un esclavo angoleño vendido a un plantador en Virginia, recuperó su
libertad y se convirtió en un próspero hacendado, entre sus propiedades tenía
esclavos africanos. En Liberia, la élite américo-liberiana, descendiente de esclavos
repatriados, practicó durante más de un siglo un sistema de esclavitud y segregación
racial contra los pueblos nativos (de los cuales no se distinguían étnicamente),
modelo que sería copiado en Sudáfrica con el nombre de Apartheid.
Bien, una vez abordadas estas cuestiones históricas, veamos qué es lo que realmente
piensa Block sobre esto. Para empezar, él jamás ha dicho que la esclavitud “no es
tan mala como parece”. Él mismo se ha encargado de desmentir tan vil acusación,
basada en una interpretación amañada y descontextualizada de sus planteamientos.
En 2015, él argumentó que la libre asociación es un aspecto muy importante de la
libertad. Un esclavo se ve obligado a “asociarse” con un amo cuando hubiera
preferido enormemente no hacerlo. Por lo tanto, se vulneraba el derecho de la
propiedad privada que ejercían los esclavos sobre sus propios cuerpos. Así mismo,
el profesor Block se ha manifestado tajantemente en contra de los horrores y la
monstruosidad derivados de la esclavitud, especialmente, la que se practicó en su
país.
Ahora bien, dados estos reparos éticos, ¿es posible que exista la esclavitud
voluntaria? Por supuesto que sí. Si nosotros somos los dueños absolutos de nuestro
cuerpo, podemos hacer con él lo que queramos, incluyendo ponerlo al servicio de
otras personas. A lo largo de la Historia han abundado estos ejemplos. Verbigracia,
en el Código de Hammurabi, se permitían los contratos de autoventa; en las antiguas
sociedades griega y romana, este tipo de contratos facilitaban el camino a la
ciudadanía; en la España visigoda también eran comunes los esclavos voluntarios.
En la mayoría de los casos, eran personas sin recursos que regalaban su trabajo a un
amo y a cambio éste les mantenía económicamente.
Los críticos de Block se rasgan las vestiduras hablando de la esclavitud de épocas
pasadas, pero ¿acaso condenan con la misma vehemencia las formas modernas de
esclavitud? Más específicamente, ¿las que vivimos todos nosotros bajo el orden
estatal? En nuestros tiempos, el servicio militar obligatorio es una forma de
esclavitud, tener que entregarle una porción de los frutos de nuestro trabajo al
Estado vía impuestos también lo es, así como las innumerables regulaciones que
pesan sobre nuestro cuerpo, propiedad y relaciones con los demás. Muy
seguramente, estos críticos estarán de acuerdo con la mayoría de estas cosas.
2. Brecha salarial. Siempre escuchamos que las mujeres ganan mucho menos en
comparación con los hombres, por el mismo trabajo, y bajo las mismas condiciones.
Este argumento es bastante cuestionable por decir lo menos.
Por otra parte, los hombres y las mujeres tienen distintas percepciones sobre el
trabajo. Por lo general, los hombres optan por trabajos más riesgosos y estresantes.
Así mismo, se decantan por profesiones mejor remuneradas como las ingenierías y
las relacionadas con las ciencias duras, en comparación con las mujeres. Estos datos
pueden corroborarse en un estudio realizado en 2019 en el Reino Unido, en el que
se comparó la proporción de la fuerza laboral por género para más de 300
ocupaciones.
En efecto, la Americans with Disabilities Act es una ley nefasta, de hecho, es una de
las peores leyes que se han aprobado en Estados Unidos en los últimos treinta años.
Ésta permite, como nos cuenta Lew Rockwell, que las agencias federales y
tribunales se consagren como dictadores sobre los planes arquitectónicos de la
economía privada y que envenenen cada decisión de contratación con la amenaza de
un litigio. Ha afectado a todos, tanto a empleadores como a empleados
discapacitados.
Para los discapacitados también ha resultado negativa esta ley. De hecho, desde que
se aprobó, las cifras de paro entre esta población han aumentado. Los empleadores
tienden a rechazarlos, porque la ley les obliga a hacer adaptaciones en el lugar de
trabajo, así mismo, su propensión a los accidentes laborales es más alta, lo cual
representa un riesgo adicional para las finanzas de la compañía. Es decir que los
empleados discapacitados son mucho más costosos desde que entró en vigor la ley.
En su lugar, el empleador, naturalmente, prefiere una opción más barata.
Nota. Te invitamos a firmar esta petición en Change.org a favor del buen nombre del
profesor Block, con la que esperamos fastidiar un poco a los progres:
https://www.change.org/p/loyola-university-new-orleans-administration-give-walter-block-
a-pay-raise