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IN DUBIO PRO LOCATARIO.* I.— Refiriéndose a una de estas materias


CONCEPTO. 1. In dubio pro locatario, en la emparentadas —la laboral— ha dicho con
duda estar a la solución que mejor favorez- su habitual agudeza Krotoschin que "la
ca al arrendatario, es una locución que he- tendencia a la socialización, tomando el
mos acuñado —imitando al in dubio pro término no exclusivamente en sentido eco-
reo, del Derecho penal; al in dubio pro fis- nómico, y teniendo en cuenta muy especial-
cum, del Derecho financiero, y al in dubio mente sus realizaciones en el campo jurídi-
pro operario, del Derecho laboral —para co, se enlaza en cierto modo con el punto
demostrar la naturaleza tuitiva de la mo- de partida del Derecho social. No es casua-
derna legislación sobre arrendamientos (Ni- lidad que muchas de las nuevas formas
coliello, Nelson: "La locación de inmuebles jurídicas 'socializantes' que se crean —sea
urbanos, un Derecho autónomo", en Revis- en el Derecho de alquileres o de arrenda-
ta de Derecho, Jurisprudencia y Adminis- mientos, en el nuevo Derecho de economía,
tración, Montevideo, t. 69, págs. 1 y ss.). tanto como en el Derecho del trabajo, en el
Esta expresión, que ya usáramos tam- Derecho agrario, etc.— se encuentran, por
bién en ejercicio de la magistratura civil así decir, en una zona gris entre el Dere-
(vid.: Anuario de Derecho Civil Uruguayo, cho privado y el Derecho público, o están
t. V, caso 85, etc.), ha tenido la fortuna de integradas por elementos de ambos" (Ten-
ser compartido por la doctrina argentina, dencias actuales en el Derecho del Trabajo,
citándolo el prestigioso locaciólogo Dr. Sal- Buenos Aires, EJEA, 1959, pág. 31).
vador Álvarez Alonso (Nuevo Régimen de
Alquileres, Buenos Aires, 1976; y "Consi- 3. Se ha hablado muchas veces de pasar,
deraciones sobre la ley de Normalización de una situación cuasi estatutaria de la re-
de la Locación Urbana", en la Revista del gulación de los contratos de arrendamien-
Instituto Uruguayo de Derecho de Arren- tos, particularmente urbanos, al régimen
damientos Urbanos, año III, nos. 7-8, pág. considerado ideal de la "libre contratación".
H). Cabe preguntarse si esta posición de filo-
sofía jurídica es la que corresponde a los
2. El Derecho sobre arrendamientos ur- tiempos en que vivimos. Vale decir, si es
banos no es ya el típico aspecto de una de la adecuada para el legislador que pretende
las ramas del Derecho privado, que fuera expresar el sentimiento de la sociedad y
fundamentalmente en el siglo pasado. Con dictar las normas más apropiadas para la
el Derecho del trabajo, y el de la seguridad convivencia.
social, constituyen hoy el núcleo de la lla- El culto decimonónico de la libre inicia-
mada "legislación social", en una situación tiva ha caído en crisis incluso entre los ex-
intermedia entre las dos provincias clási- ponentes de la teoría económica liberal.
cas de la ciencia jurídica (el Derecho pri-
vado y el Derecho público), en una marcha Maurice Duverger, que, como es sabido,
acelerada hacia una normativa pública o procura seguir, remozándola, la posición
colectiva. clásica de Gastón Jéze, opina que "en nues-
tros días no se cree ya, ni aún en los esta-
dos llamados capitalistas, en la superioridad
* Por el Dr. NELSON NICOLJELLO. incondicional de la iniciativa privada en el
campo económico. Se comprueba que la libre ubicados en la parte destruida del Código
competencia, abandonada a sí misma, tien- (arts. 66 a 99) y sólo señala una disposi-
de a destruirse a través de la constitución ción (letra B) que establece que si el inqui-
de convenios corporativos y a evolucionar lino ha pagado los alquileres por adelantado
así hacia una reducción conciente de la pro- y entrega el bien antes del vencimiento del
ducción (malthusianismo). Se reconoce que contrato, el propietario 'le devolverá (aquí
la distribución de las riquezas y de los debió decir la parte proporcional, pues el
riesgos resultantes de las leyes económicas texto está incompleto) del dinero que el lo-
liberales es profundamente injusta y que catario le haya entregado'" ("El Código
la opinión pública no tolera ya esta injus- de Amurabí", en Revista de la Facultad de
ticia" (Hacienda pública, Barcelona, Bosch, Derecho de Montevideo, año XII, núm. 1,
1968, pág. 7). Como indica bien Masnatta, Pfgs. 179-180).
la doctrina clásica en materia de contratos b) En el Viejo Testamento —y no obs-
partía del punto de vista de la igualdad tante la indudable influencia que la cultu-
ante la ley y del presupuesto de que los ra sumeria, asiría, babilónica y fenicia
interesados en contratar precedían su con- ejerció sobre la hebrea— no hemos hallado
vención de una libre discusión, en la que, de referencias concretas al arrendamiento de
común acuerdo, ajustaban las condiciones; fincas urbanas, aunque sí al de las rústicas.
lo que hoy se ha vuelto ilusorio, con la pre- Ello se debe, seguramente, a la vida predo-
dominancia de los contratos de adhesión, minantemente campesina de los antiguos
que llega a llamar "de sometimiento" (Las judíos. E incluso pudo haber mediado la
nuevas fronteras del contrato, Buenos Ai- circunstancia de que las casas para vivien-
res, Abeledo-Perrot, 1965, pág. 19). De este da en las ciudades permanecían habitual-
modo, para Savatier, se "falsea las relacio- mente en la propiedad comunitaria, entre-
nes contractuales del Código Civil y se de- gándose en usufructo por períodos no ma-
genera en iniquidad" (Les Métamorphoses yores de siete años. Así, se lee ert el
économiques et sociales du Droit Civil d'au- Levítico que "el varón que vendiere casa
jourd'hui, París, Dalloz, 1948, pág. 13). de habitación en ciudad amurallada, tendrá
Es necesario, en consecuencia, que el le- la facultad de redimirla hasta el término
gislador corrija la deficiencia, establecien- de un año desde la venta; un año será el
do medios jurídicos de compensación para término de poderse redimir" (25, vers. 29),
el contratante más débil. Con más razón, algo así como nuestra moderna venta con
cuando esa protección tiende a asegurar pacto de retro. Y "si no fuere rescatada
a sus semejantes un medio imprescindible dentro de un año entero, la casa que estu-
para la subsistencia: la vivienda. Medio viere en la ciudad amurallada quedará para
asegurado incluso por normas constitucio- siempre en poder de aquel que la compró,
nales, como la del art. 45 de la Carta uru- y para sus descendientes; no saldrá en el
guaya, que establece el derecho de todo ha- jubileo" (25, vers. 30). En seguida: "mas
bitante de gozar de una vivienda decorosa. las casas de las aldeas que no tienen muro
alrededor serán estimadas como los terre-
II. — EL ARRENDAMIENTO URBANO COMO nos del campo: podrán ser rescatadas y
UN VIEJO PROBLEMA HISTÓRICO. 4. La esca- saldrán en el jubileo" (25, vers. 31). Todo
sez de las casas arrendables, las incomodi- esto, apoyado en el principio general de un
dades de las mismas, la eterna disputa res- versículo anterior, que haría las delicias de
pecto de sus precios entre locadores y loca- Kenry George: "la tierra no se venderá
tarios, es algo tan viejo como la misma a perpetuidad, porque la tierra mía es" (25,
historia de la Humanidad. vers. 23).
a) El romanista uruguayo Federico Ma- c) Disponemos también de pocas noticias
yer, haciendo el examen del Código de Amu- sobre la materia en la Gregia arcaica. Se-
rabí, ha dicho que "el arrendamiento urba- guramente por el origen igualmente rural
no de casa habitación también mereció de la civilización helénica.
especial atención del legislador. Precisa- Pero sí tenemos noticia de los alquileres
mente en esta época ya una parte impor- de casas en la Grecia clásica, en pleno pe-
tante de la población (funcionarios reales, ríodo de Feríeles. Nos dice Robert Cohén
sacerdotes, artesanos, comerciantes) viven que podía verse en las fincas urbanas de
en ciudades cuya enumeración encontramos las familias acomodadas que "una'escalera
en el prólogo del Código. La circunstancia interior o exterior conducía al piso supe-
de ser casi todas amuralladas por razones rior, ordinariamente ocupado por el mismo
de seguridad, hizo que desde temprano la propietario de la planta baja, pero a veces
vivienda escaseara. No pudo escapar al alquilado a otra familia, como en el caso
ámbito del Código el regular por tanto esa de una casa del banquero Pasión, arrenda-
importante materia. Lamentablemente, los da en cien minas. Existían ya edificios de
artículos sobre arrendamiento urbano están varias plantas. Se conoce uno, en Eleusis,
que molestaba mucho, por su altura, al tiempos de la República y primeros del Im-
vecindario". Y continúa: "no todos, por lo perio, en las grandes ciudades, particular-
demás, poseían su casa propia, y los po- mente en Boma, se extendió el proletariado,
bres, en Atenas, sobrevivían en horribles al que las guerras y la rapacidad de algu-
agujeros. Basta ver, todavía hoy, las hue- nos patricios privó muchas veces de tra-
llas que han dejado sobre el suelo los aloja- bajo. Esta masa de desocupados solía vivir
mientos del barrio de Koilé, para darse fundamentalmente del apoyo económico del
cuenta de que cantidad de desgraciados no Estado y de políticos demagogos. Se aluja-
disponían sino de rincones que medían no ban en las insulae, enormes edificios de in-
más allá de dos metros por uno y medio. quilinato, sin las. menores comodidades, por
¿Será necesario agregar que en los 'hote- los que se le pedía alquileres elevadísimos,
les' de los burgueses, tanto como en los viviendo constantemente en mora y con
tugurios de los pobres, se había olvidado, riesgo de ser desahuciados. Ello motivó la
con mucha frecuencia, las letrinas y que, preocupación de los gobernantes, sobre
cuando existían, la cocina compartía el todo en la época de Julio César. "Los tri-
mismo sitio? Como se ha subrayado, 'la bunos de la plebe —explican Aymard y
misma palabra designaba, en griego, a uno Auboyer— aprovechan la ausencia del dic-
y a otro local' " (Nouvelle histoire grecque, tador para proponer, en el año 48, y de
París, Hachette, 1935, págs. 179-180). nuevo en el -17, una moratoria sobre los
La situación empeoró en el período hele- alquileres al propio tiempo que la abolición
nístico, cuando la formación de grandes de las deudas, y el orden no se restablece
ciudades y una gran inmigración interna- sin refriegas sangrientas. A fin de cuen-
cional —como en el caso de Alejandría— tas, el recién llegado César pone en marcha
tuvo como consecuencias la formación de un pago progresivo, que comporta desfal-
un gran proletariado urbano y la consi- que de los intereses, moratoria de un año
guiente escasez de viviendas. Teócrito, en y supresión de la responsabilidad corporal"
uno de sus deliciosos idilios, hace decir a ("Roma y su Imperio", en Historia Gene-
Praxinoe, dama de la clase media de Sira- ral de las Civilizaciones, Barcelona, 1963,
cusa, que su marido la ha "alojado al extre- p. 204).
mo del mundo, en un antro más bien que Puede colocarse aquí, probablemente, la
en una casa" (Las siracusanas o la fiesta iniciación de un movimiento legislativo pro-
de Adonis}. tector del arrendatario o inquilino urbano
d) Es en Roma donde hallamos la infor- que, como veremos, habrá de tener mayores
mación más completa de la Antigüedad, y proyecciones en el Derecho medieval es-
donde se origina un sistema jurídico que, pañol.
en buena parte, nos sigue siendo útil. e) En la Edad Media española, la célebre
Los romanos consideraban a la locación, Partida 5* establece el respeto a la estabi-
ya fuera de cosas, obras, o servicios, como lidad del contrato durante el plazo conve-
un contrato típico del Derecho civil, con- nido, la posibilidad de arrendar por tiempo
sensúa! y en esencia semejante a la com- determinado o indeterminado y los dere-
praventa. Gayo, en sus Instituías, dice que chos de preferencia y de tanteo (título 8',
el arrendamiento se rige por las mismas ley 2*).
reglas de la compraventa, de donde deduce Al trasladarse paulatinamente las autiri-
que su precio siempre se ha de pagar en di- dades del reino a la ciudad de Madrid,
nero (comentario II!, núm. 142). De acuer- nuevamente tomó importancia el problema
do con Rizzi, se trataba de un contrato bi- de la escasez de viviendas. Por la resolución
lateral, consensual y de buena fe, pudiendo del Consejo Real, de 1771, se establece un
recaer sobre cosas,-.servicios y obras, según orden de preferencia para aspirar a las
se ha dicho; el arrendatario de fincas ur- casas que se arrendaban: se prefería al ca-
banas (para distinguirlo del de fincas rús- tedrático sobre los doctores y licenciados;
ticas: colonus) se le llamaba inquiiinus o más tarde, a los militares sobre los civiles
habitator. (Tratado de Derecho Privado (Real Resolución de 1797) y a los funcio-
Romano, Buenos Aires, 1936, pág. 453.) narios públicos sobre los demás interesados
Las condiciones sobre precio y plazo que- (Real Orden de 8 de febrero de 1790).
daban deferidas a las partes, exigiendo la Mucho interés tiene el Auto Acordado
ley que el locador procurase que el inqui- del Consejo Real, del 31 de julio de 1792:
lino no fuese turbado en el goce del bien se da instrucciones para el arrendamiento
y que él pagase la renta y conservase la de viviendas en Madrid, prohibiendo los
cosa; se admitía el arrendamiento a per- subarrendamientos y los traspasos (cesio-
petuidad (especialmente rural) y el suba- nes) ; se autoriza a la viuda del arrendata-
rriendo. rio o, en su defecto, a sus hijos, a continuar
En principio, entonces, la intervención con la locación (sucesión o subrogación);
del Estado era mínima. Pero en los últimos se admite el pago por anticipado de las
rentas; se prohibe que los propietarios sideró definitiva. El 22 de diciembre de
—sabia medida— puedan tener sin uso o 1955 se dictó la Ley de Bases de Arrenda-
cerradas sus casas y que quienes se ausen- mientos Urbanos, articulada en texto apro-
ten por largos períodos puedan conservar bado por el decreto de 13 de abril de 1956,
sin ocupación las viviendas que arrendaron. modificado posteriormente por la ley de 11
Sin embargo, en el espíritu de su siglo, de junio de 1964, y rige, desde el I9 de ene-
el Decreto de Cortes del 8 de junio de 1813, ro de 1965, el texto refundido aprobado por
primero, y luego el Real Decreto de 6 de el decreto de 24 de diciembre de 1964.
septiembre de 1836 y la ley de arrenda- Por este texto, se distingue entre inqui-
mientos de casas y demás edificios urba- linatos (locaciones con destino a habita-
nos de 9 de abril de 1842, procuraron esta- ción) y locales de negocio (comprendiendo
blecer el régimen de libre contratación, de- toda actividad lucrativa: comercio, indus-
jando sin efecto, incluso, las previsiones de tria, enseñanza; etc.); se excluye a las vi-
la Partida 5*. Ello no obstante, existiendo viendas que se alquilan por temporada, los
plazo pendiente, el arrendador no podía locales de esparcimiento o recreo (casinos,
desalojar al arrendatario ni éste abandonar etc.), los destinados a los porteros, emplea-
el inmueble sin un preaviso de acuerdo con dos y usados en razón del trabajo, y aqué-
las costumbres de la localidad, o de cuaren- llos en que el destino principal sea rústico
ta días en caso de no haberla. aunque incluyan la vivienda. Se admite
que no cambia el destino de habitación por
III. — EL DERECHO COMPARADO. 5. Limi- el hecho de que el locatario o su cónyuge
tándonos a la cita de algunos pocos de los realicen en la finca una profesión, una fun-
más importantes países de economía liberal ción pública o una pequeña industria do-
(pues se sobreentiende que en los de econo- méstica. Los locales ocupados por institu-
mía socialista la intervención del Estado ciones sin fines de lucro se rigen por las
es prominente), podemos establecer este previsiones relativas a los arrendados para
panorama, ciertamente incompleto. habitación; igualmente los locados por la
a) España. Ya con motivo de la escasez Iglesia Católica o el Estado. La ley es de
de viviendas y enlentecimiento de su cons- orden público, salvo aquellos contratos cuya
trucción, motivada por la primera guerra renta exceda de determinadas sumas, en que
mundial, hubo de dictarse el real decreto de puede renunciarse a sus beneficios. Se ex-
25 de junio de 1920, que dispuso prórrogas tiende a los extranjeros cuyos países ofrez-
para los desalojos en las poblaciones con can reciprocidad. Sus reglas deben cumplir-
más de veinte mil habitantes, que se fue- se de buena fe, y los tribunales deben re-
ron extendiendo por los decretos sucesivos chazar todo abuso procesal.
de 1931 y 1936. El subarriendo exige la conformidad ex-
Por la ley de arrendamientos del 31 de presa y escrita del arrendador; el arrenda-
diciembre de 1946 se procuró una solución dor principal puede accionar directamente
definitiva del problema, con un notable di- contra el subarrendatario por los daños a la
rigismo estatal. La ley se declaraba de propiedad, y éste no puede, a su vez, suba-
"orden público" y la autoridad judicial po- rrendar en ningún caso. La cesión de local
día modificar no sólo el alquiler o renta, de vivienda no puede ser onerosa y la gra-
sino los demás elementos del contrato tuita necesita de la conformidad del arren-
(plazo, etc.). Su alcance se limitaba a las dador. Se establece reglas para la cesión
fincas arrendadas para habitación y con o traspaso del local comercial. Se mantiene
destino mercantil (en sentido amplio). Pa- los derechos de preferencia, tanteo, retrac-
ra el caso de división del edificio en pro- to y participación en el precio de traspaso
piedad horizontal, se concede al inquilino comercial.
los viejos derechos de tanteo, retracto y Se dispone sobre viviendas amuebladas
preferencia. El contrato es consensúa! —no (debe establecerse la parte de precio co-
necesita de solemnidades—; se otorga la rrespondiente a la vivienda y a los mue-
prórroga tácita del plazo; se extiende a los bles, por separado). El arrendatario y el
causahabientes del inquilino; el alquiler subarrendatario con plazo pueden renun-
puede revisarse durante la vigencia de¡ pla- ciar al mismo con un preaviso escrito de
zo convencional, inclusive. Se prevé la ce- treinta días y pagando la renta por el reato
sión del arriendo; se permite el subarriendo del plazo. Al vencimiento del plazo, éste se
con autorización del arrendador. Como cau- prorroga obligatoriamente para el arren-
sales de excepción, se prevé: la necesidad dador y potestativamente para el inquilino.
del locador de ocupar la finca, para sí, sus Se excepciona de la prórroga los casos en
aseendientes o descendientes; la recons- que el arrendador necesite de ]a vivienda
trucción. para sí, sus ascendientes o descendientes
Pero la evolución social provocó múlti- legítimos o naturales; en casos de recons-
ples modificaciones de esta ley que se con- trucción; cuando no haya sido ocupada du-
rante seis meses para habitación o el nego- En la reciente postguerra, los problemas
cio permanezca cerrado, sin motivo, por ese habitacionales consiguientes motivaron una
lapso; cuando el inquilino ocupe dos o más legislación de emergencia, con suspensiones
viviendas y no le sea indispensable el uso de lanzamientos y aumentos porcentuales
de todas; si el arrendatario hubiese tenido de los alquileres, tales como el decreto-ley
disponible otra vivienda en los seis meses de 12 de octubre de 1945, el de 27 de fe-
anteriores a la demanda. brero de 1947 y el de 23 de diciembre del
El alquiler se actualiza según índices de mismo año, la ley de 25 de mayo de 1950
revalorización de acuerdo a la antigüedad y el decreto ley de 21 de diciembre de
del contrato y el destino, a solicitud del 1951.
arrendador. Pero, a diferencia de otros países, se ha
Se establecen normas sobre resolución y facilitado gradualmente la vuelta a la le-
suspensión del contrato y de procedimiento. gislación de fondo del Código, con motivo
b) Italia. Para el Código Civil italiano del creciente empuje en la construcción de
anterior, se seguía las previsiones de sus viviendas, motivado por las facilidades fis-
similares del siglo xix, basados en la tra- cales y la intervención del ente estatal crea-
dición y en la imitación del ejemplo fran- do al efecto.
cés: se trataba de un contrato meramente c) Francia. Los principios liberales wi
eonsensual, librado en general a la voluntad materia de arrendamiento» urbanos, como
de las partes, con la limitación de que su en otros países, se mantuvieron con bastan-
plazo no podía exceder de los treinta años; te amplitud hasta la guerra de 1914, con la
cuando excedía de nueve años, debía regis- consabida crisis de precios y viviendas.
trarse el contrato por razones de publicidad. Puede decirse que, hasta entonces, predo-
El arrendador debía asegurar al locatario minó el principio napoleónico sobre plena
el disfrute del bien, y éste abonar su pre- libertad de contratación. La guerra, en
cio en dinero y en los plazos acordados, y cambio, motivó el dirigismo. Y, con mayor
servirse de la cosa como un buen padre de razón tal vez, la primera postguerra y la
familia. Vencido el plazo convenido, el lo- segunda conflagración mundial.
cador podía pedir el desahucio. Hasta 1948, se dictaron normas de emer-
En el Código Civil vigente (desde el 16 gencia, con suspensiones de lanzamientos,
de marzo de 1942), se ha mantenido, como etc. El I9 de setiembre de ese año se dictó
regla general estas previsiones, con algu- una ley que, con escasas modificaciones, se
nas novedades. Entre éstas, conviene re- ha mantenido.
cordar: que deben hacerse por escritura Esta ley parte del principio general del
pública o privada los contratos sobre loca- derecho del inquilino a la estabilidad en la
ción de inmuebles con un plazo superior vivienda, salvo excepciones. Se otorga al
a los nueve años (art. 1.350, inc. 89) ; que arrendador, en ciertos casos, el "derecho a
el arrendamiento de una casa puede conve- la recuperación". Sus disposiciones son de
nirse por todo el tiempo de duración de la orden público. No se aplica en todo el te-
vida del inquilino y por los dos años si- rritorio nacional, sino en aquellas zonas
guientes a su muerte; que puede desalo- que padecen crisis de viviendas, por lo cual
jarse al inquilino que no ofrezca garantía se la considera "norma de excepción"; en el
suficiente, o cuando el arrendador necesi- resto del país siguen rigiendo las disposi-
ta la casa para habitarla personalmente, o ciones del Código Civil. Su alcance se limi-
cuando es trasladado de su cargo público, ta a los contratos con destino a habitación
dando el preaviso que corresponda a las o de; "uso profesional", expresión amplia
costumbres locales; que el arrendatario que incluye el comercio, la industria, las
debe tomar a su cargo las reparaciones me- oficinas profesionales, etc.; no se extiende
nores y que sus causahabientes, en caso de a los locales libres o insuficientemente ocu-
fallecimiento del inquilino pueden renun- pados. El derecho de recuperación se otor-
ciar al contrato dentro de los tres meses del ga al propietario que solicita la finca para
fallecimiento (arts. 1.607 a 1.614). ocuparla personalmente o para destinar las
La última guerra, además, motivó la habitaciones desocupadas a nuevos arren-
sanción de leyes relativas a las casas arren- datarios.
dadas para habitación o para comercio, a La legislación de arrendamientos se com-
fin de que los propietarios no hicieran pleta, como en Italia, con facilidades para
recaer sobre los inquilinos toda la carga la adquisición de la vivienda propia, me-
de las obligaciones fiscales, y para evitar diante créditos muy liberales.
los problemas propios de la escasez de vi- d) Israel. Durante la época en que la en-
vienda. Se estableció límites legales a los tonces Palestina constituyó un mandato
alquileres y a la posibilidad de desalojar. británico, los ingleses establecieron leyes
Se dio facilidades para la instalación de cuya finalidad principal era la de impedir
comercios. que los judíos adquirieran tierras en pro-
piedad, de los árabes, pero que también con- ficaciones y nuevas regulaciones de la ley
tenían medidas vinculadas a la escasez de 4864, de 29 de noviembde de 1965.
viviendas, agravada por la inmigración y En rápido resumen, puede recordarse qu«
la guerra; se procuró especialmente evitar la cesión del contrato, el subarriendo total
la suba desmedida de los alquileres. o parcial y el comodato de inmuebles deben
Establecido el estado de Israel, en 1954 y hacerse con autorización escrita del arren-
1955 se dictaron leyes de protección a los dador, no sirviendo de presunción la tole-
inquilinos. En lo principal, estas leyes —que rancia del mismo. Que el alquiler sólo pue-
recogieron parte de la experiencia adqui- de modificarse mediante acuerdo de las
rida durante la época del mandato británi- partes, por decisión judicial o mediante la
co— prohiben todo aumento de alquiler que aplicación de los índices de corrección mo-
no esté determinado legalmente y limitan netaria establecidos mensualmente por el
el derecho a desalojar a casos excepciona- Consejo Nacional de Economía. Que los
les. La llamada "ley de llave", de 1958, si plazos de las viviendas arrendadas se con-
bien reconoce el derecho (desde largo tiem- sideran prorrogados indefinidamente, pu-
po anterior establecido en la práctica) de diendo, sin embargo, ejercer el arrendador
cobrar "llave" por el alquiler de viviendas la acción de desalojo, si el arrendatario no
y negocios, niega la posibilidad del embar- paga el alquiler ni cumple sus demás obli-
go preventivo para el cobro de su importe. gaciones; si se pide la finca para el propie-
e) Estados Umdos de Norteamérica. De tario o prometiente comprador o para sus
conformidad con la modalidad del país, el ascendientes o descendientes que no dis-
contrato de arrendamiento escapa, por lo pongan de residencia propia, o si, para ese
general, a la intervención estatal. uso, la pide el arrendador, o si, ocupando
No obstante, ambas postguerras han mo- vivienda propia, la piden por necesidad
tivado escasez de viviendas, particularmen- comprobada; en el caso de rescisión del
te en las grandes ciudades, que se agravan contrato de trabajo, la vivienda que ocupa
con la creciente movilidad del ciudadano el trabajador; si se pide para reconstrucción
estadounidense, que suele trasladarse entre o reparaciones urgentes; si la pide el ins-
las urbes y aun entre los distintos estados tituto o caja de viviendas para su asociado.
por razones laborales; teniendo gran desa- En estos casos, debe mediar un preaviso de
rrollo el arrendamiento de fincas amue- noventa días y el juez, al decretar el desa-
bladas. lojo, fija un plazo hasta de treinta días,
La solución, sin embargo, se ha buscado, para la desocupación. En los arrendamien-
y en buena parte logrado, con las facilida- tos con fines no residenciales, el decreto-
des para la construcción y adquisición de ley número 4, de 7 de febrero de 1966, auto-
viviendas; encarada un tanto tibiamente en riza el desalojo terminado el plazo contrac-
el "New Deal" de Roosevelt y más amplia- tual (de acuerdo con el Código Civil);
mente en el Plan de Asistencia Económica. cuando el arrendatario incurre en incum-
Este Plan, que recibiera la ruda compe- plimiento legal o contractual; si en el
tencia de los gastos ocasionados por la gue- arrendamiento sin plazo no se restituye el
rra del Vietnam, ha sido revitalizado por inmueble dentro de los tres meses de soli-
la reciente política social del presidente citado; en caso de muerte del locatario; en
Cárter. caso de rescisión amigable, si el arrenda-
En 1965, se creó en los Estados Unidos tario permanece en la finca; si el inmueble
la Secretaría de Vivienda y Desarrollo Ur- fuere vendido y el adquirente no se obligó
bano, para administrar los programas prin- a respetar la locación; si, mediando plazo
cipales de ayuda para la vivienda y el de- pendiente, el arrendador indemniza por lo»
sarrollo de los centros de población del país. daños y perjuicios resultantes.
Esta Secretaría asesora a la Presidencia g) Argentina y Uruguay. Por ser la le-
de la República sobre la política de vivien- gislación rioplatense de conocimiento de la
da y supervisa diversos programas de cons- mayoría de los lectores de esta Enciclope-
trucciones con créditos hipotecarios, de se- dia, y haberse citado los ejemplos anterio-
guros y otros préstamos, para fomentar la res con la sola finalidad de indicar el
construcción o la modernización de vivien- panorama internacional que corrobora las
das ya existentes. líneas generales de las de nuestros países;
f) Brasil. La legislación vigente en ma- además de tratarse en otros artículos de la
teria de arrendamientos en la República obra dichas legislaciones, prescindiremos
Federativa del Brasil constituye una con- de la información correspondiente.
solidación de diversas normas —tal como 6. Demás está decir que la reseña que
se estila en aquella nación— que tiene su antecede no pretende ser exhaustiva ni es-
base principal en la ley 4494 de 2 de no- tar plenamente actualizada, y que es muy
viembre de 1964, con las reformas introdu- posible que se haya modificado en sus as-
cidas en 1966 y 1968, además de las modi- pectos do detalle a la fecha de la publica-
ción; por ello, solamente constituye un "IN DUBIO, PRO OPERARIO.* (T. XV,
muestreo para poner en evidencia la ten- pág. 258.) I.—Definición. Puede definir-
dencia general. se como el criterio, según el cual, en caso
de que una norma sea susceptible de enten-
IV. — EL DERECHO A LA VIVIENDA COMO derse de varias maneras, debe preferirse
PRINCIPIO UNIVEKSALMENTE RECONOCIDO. aquella interpretación más favorable al
trabajador.
7. Vaz Ferreira opinaba que debe reco-
nocerse como mínimo derecho humano, como II. — Significado. Siguiendo a Deveali
mínimo "derecho individual", el de cada ("La interpretación de las leyes del traba-
hombre a habitar en su planeta y en su na- jo" en la revista Derecho del Trabajo, 1948,
ción (Sobre propiedad de la tierra, Clásicos pág. 164) puede decirse que el reconoci-
Uruguayos, Montevideo, 1953, p. 14). miento del carácter especial del derecho del
El principio ha sido recogido por diver- trabajo importa el rechazo del principio ad-
sas normas constitucionales, como la frac- mitido en el derecho privado, según el cual,
ción XXX del art. 123 de la Constitución los casos dudosos deben resolverse a favor
de México, o el art. 45 de la del Uruguay. del deudor (in dubio pro reo). Este princi-
Pero este principio trasciende de los De- pio que en un primer momento fuera am-
rechos nacionales, y puede considerarse pa- pliamente aplicado aun en el campo de las
trimonio jurídico de la Humanidad. Así, en relaciones laborales, por considerarse las
la Declaración Universal de los Derechos mismas como excepciones a los principios
del Hombre, sancionada por la Asamblea del derecho privado, no puede ser ya admi-
General de las Naciones Unidas en diciem- tido una vez que se reconoce la autonomía
bre 10 de 1948, se proclama que "toda per- del derecho del trabajo, se admite su carác-
sona tiene derecho a un nivel adecuado que ter especial y se acepta que su propósito
le asegure, como a su familia, la salud, el consiste en otorgar un amparo a la parte
bienestar y, en especial, la alimentación, más débil en el contrato de trabajo; parte
la vivienda, la asistencia médica y los ser- más débil que, precisamente a consecuencia
vicios sociales necesarios" (art. 25). de su debilidad, se encuentra f¡n la mayoría
En el art. 23 de los Pactos Internaciona- de los casos en la situación de parte acree-
les y Protocolo Facultativo de Derechos dora.
Humanos, votados por la misma Asamblea Si el derecho privado acepta el principio
General en diciembre de 1966, se asegura del favor pro reo es porque, en la generali-
a la familia la protección de la Sociedad y dad de las relaciones civiles o comerciales,
del Estado. el deudor es el más débil y necesitado. Pero
En la justamente célebre encíclica Mater en las relaciones laborales ocurre exacta-
et magistra, el papa Juan XXIII, al refe- mente lo contrario, puesto que en la gene-
rirse a la función social de la propiedad ralidad de los casos el trabajador, cuya si-
tuación de debilidad frente al empleador
y a la necesidad de espacio vital para la constituye el supuesto básico del derecho
familia, apoyaba la misma posición (parte laboral, se presenta como acreedor frente
1», nos. 6 y 24). a su empleador.
8. Se trata, en consecuencia, de un dere- En el derecho del trabajo corresponde,
cho a la vivienda umversalmente reconoci- pues, no sólo rechazar el principio del dere-
do, que quita al contrato de arrendamiento cho privado, sino que, en virtud del mismo
de fincas urbanas de la simple convención proceso lógico que justifica tal principio,
entre particulares y lo convierte en ideal debe admitirse el otro principio, que nor-
de la comunidad humana. malmente resultará antagónico del in dubio
pro operario.
V. — CONCLUSIONES. 9. Si, en brevísimo Cumple en el derecho laboral una fun-
resumen, la tendencia histórica y actual- ción similar a la que en el derecho penal
mente universal es la de asegurar a todos llena el principio in dubio pro reo.
los hombres la vivienda mínima decorosa; III. — Condiciones de su aplicación. Las
si en consecuencia el Estado ha venido a condiciones de su aplicación son expuestas
intervenir con sus facultades para que esta también por Deveali en la siguiente forma:
tendencia se cumpla en la práctica, limando a) Sólo cuando exista una duda sobre el
las condiciones excesivas de la libertad alcance de la norma legal.
contractual, se llega a la conclusión de que, b) Siempre que no esté en pugna con la
en esta materia, la interpretación debe voluntad del legislador.
hacerse de acuerdo con el principio que he- Respecto de la primera condición diga-
mos enunciado como del in dubia pro loca- mos que sólo cabe aplicarla cuando real-
tario.
BIBLIOGRAFÍA. — L» citad» en el texto. * Por el Dr. AMÉRICO PLÁ RODRÍGUEZ.
mente una norma es susceptible de ser in- IV. — Alcance. Se ha discutido si esta
terpretada de diversas maneras, es decir, regla se aplica también a la prueba de
cuando hay una verdadera duda. No se los hechos. Se ha dicho que la regla se apli-
trata de corregir la norma ni siquiera de ca para interpretar la norma jurídica por-
integrarla; sólo cabe utilizar esta regla que es una forma de actuar de conformi-
cuando existe una norma y únicamente para dad con la ratio legis; pero, en cambio, no
determinar el verdadero sentido dentro de se justifica su aplicación en la apreciación
varios posibles. De modo que cuando una de la prueba porque los hechos deben llegar
norma no existe, no es posible recurrir a al juez tal como ocurrieron. Otros autores
este procedimiento para sustituirse al en- sostienen que la duda del juzgador puede
cargado de dictarla y mucho menos es posi- resultar de la interpretación de un texto
ble apelar a esta regla para apartarse del legal o de la aplicación de una norma a un
significado claro de la norma. O para atri- caso concreto y también de la valoración de
buirle a ésta un sentido que no puede des- las pruebas aportadas por las partes en el
prenderse de ninguna manera de su texto proceso, siendo aplicable dicho principio a
ni de su contexto. todos esos supuestos y en especial cuando
Respecto de la segunda condición, Devea- se pretende determinar si a un hecho con-
li advierte que, más que la interpretación creto le corresponde tal o cual norma, o sea,
literal, debe preferirse aquella que parte de "la subsunción del hecho en la norma o ba-
la voluntad del legislador, o sea, la ratio jo la norma".
legis o el espíritu de la ley. Ello obliga a Entendemos que debe aplicarse la regla
tener en cuenta muchas veces que la ley ha dentro de este ámbito en casos de auténtica
intentado no sólo contemplar los intereses duda para valorar el alcance o el signifi-
de tos trabajadores sino armonizar los in- cado de una prueba. No para suplir omi-
tereses obrero-patronales con los de la co- siones; pero sí para apreciar adecuadamen-
lectividad ; que prescinde a veces de la con- te el conjunto de los elementos probato-
sideración de la situación personal para rios, teniendo en cuenta las diversas cir-
tener en cuenta la finalidad social; que cunstancias, del caso. Las mismas razones
muchas veces se prefieren deliberadamente de desigualdad compensatoria que dieron
soluciones forfaitaires o tarifarias en las origen a la aplicación de este principio jus-
que se amplían los casos contemplados a tifican que se extienda al análisis de los
condición de que se rebaje la reparación hechos ya que, por lo general, el trabajador
o inversamente que una medida de amparo tiene mucha mayor dificultad que el em-
especialmente intensa esté acompañada de pleador para probar ciertos hechos o apor-
una disposición que reduce notablemente su tar ciertos datos u obtener ciertos informes
campo de aplicación; o sea, a mayor inten- o documentos.
sidad corresponde una menor extensión; y •Una particular perspectiva para encarar
a veces por razones prácticas o económicas este problema es la del onus probandi en
se prefieren soluciones parciales o menos materia laboral: ¿a quién corresponde la
perfectas. En todos estos casos —agrega— carga de la prueba? La posición tradicio-
el intérprete, al investigar la ratio legis
debe tener en cuenta que el legislador, al nal sostiene que la carga de la prueba co-
mismo tiempo que se ha propuesto otorgar rresponde a quien efectúa afirmaciones y
un beneficio se ha preocupado de evitar que que solamente cabe apartarse de este cri-
la nueva norma ocasione ciertos inconve- terio básico en los casos en que el legisla-
nientes. Solamente en esta forma —conclu- dor estableció presunciones, las que supo-
ye— se interpreta fielmente la voluntad del nen una inversión de la carga de la prueba.
legislador y se evita el peligro de que una Pero con un mayor conocimiento práctico
norma deje de producir los efectos que se de las realidades que se ventilan en las
propone, u ocasione perjuicios que el legis- contiendas laborales, ha empezado a desa-
lador quiso prevenir. rrollarse hasta resultar predominante la
Si bien son exactas cada una de las ob- posición que proyecta, incluso a este as-
servaciones referentes a los criterios con pecto, la regla in dubio pro operario. Si
los que se elabora la legislación social así bien la difusión del sistema inquisitivo
como la afirmación básica de que debe res- resta importancia al problema de la carga
petarse la voluntad del legislador, no debe de la prueba, se entiende que en la medida
subestimarse la letra de la ley. Todos los en que se entra a este problema, el tra-
códigos procedentes del Código napoleónico bajador merece una consideración especial.
establecen que cuando el sentido de la nor- No sólo por la desigualdad básica de las
ma es claro no se desatenderá su tenor lite- partes, no sólo por el estado de subordina-
ral a pretexto de consultar su espíritu. ción en que se encuentra muchas veces el
Además de ser obligatorio, este criterio trabajador, sino también por la natural
constituye un factor de estabilidad. disponibilidad de medios de prueba que tie-
ne el empleador y que contrasta con las celona, 1960, p. 253) en el sentido de que
dificultades del trabajador en este aspecto. en caso de duda sobre cuál es la interpre-
tación más favorable al trabajador, la equi-
V. — Formas de aplicación. En cuanto a dad aconseja ajustarse a la opción que
las formas de aplicación, corresponde efec- realiza el propio trabajador.
tuar algunas puntualizaciones.
La primera es que se puede aplicar tanto INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL.
para extender un beneficio como para res- (V. PRINCIPIO DE TRASCENDENCIA EN EL
tringir un perjuicio. Martina Catharinó re- CONTRATO CIVIL.)
cuerda Una máxima latina que expresa la
misma idea: odiosa restringenda, favorabi-
lia amplianda. (Compendio Universitario INDEMNIZACIÓN NO PATRIMONIAL
de Direito do Trabalho, Sao Paulo, 1972, DEL DAÑO MORAL.* I. — INTRODUCCIÓN.
T. I, pág. 113). 1. Uno de los temas controvertidos en el
La segunda es que cabe la aplicación de Derecho civil, según es bien notorio, es el
esta regla por grados. El mismo Martina de si el daño moral puro debe ser indem-
Catharinó sostiene que esta regla se aplica nizado.
en progresión decreciente en función de la No nos referimos, obviamente, al daño
mayor remuneración percibida por el tra- moral que tiene repercusiones económicas,
bajador. O sea, que la intensidad y el ri- aunque fueren indirectas. Puede ocurrir,
gor de su aplicación sería inversamente por ejemplo, que la muerte de un familiar
proporcional al monto de la retribución. en un accidente producido en forma culposa
(Op. cit., T. I, pág. 114.) por un tercero, cause perjuicios a los pa-
La tercera precisión es que puede tener rientes de la'víctima, con gastos de sanato-
variedades de aplicación, según la norma rio, de entierro o, simplemente, disminu-
laboral que debe interpretarse. No cabe yendo su capacidad para atender a las ta-
duda que corresponde cuando se trata de reas corrientes; piénsese en la muerte de
aplicar la ley. Tampoco creemos que quepa un hijo sobre el rendimiento profesional de
duda en el caso de los contratos individua- un abogado, tal como nos ejemplarizaba
les de trabajo y de los reglamentos de ta- nuestro recordado profesor el Dr. Amadeo
ller. La verdadera dificultad se plantea con Almada. Pero es evidente que, en tales si-
los convenios colectivos ya que algunos au- tuaciones, no es el daño moral en sí lo que
tores sostienen que el origen de esta norma habrá de compensarse, sino el daño patri-
revela que ha desaparecido la situación de monial ocasionado por el evento, lo que
inferioridad del trabajador que, fortalecido no es ajeno a los principios generales.
por la unión, se mueve en un plano de 2. La indemnización económica del daño
igualdad con el empleador. Entendemos que moral puro se manifiesta como un contra-
no corresponde el distingo. Toda norma la- sentido, a primera vista: si reparar es, en
boral tiene un propósito protector. Que ese sentido estricto, volver a poner las cosas en
propósito lo haya concretado el legislador la situacin en que se encontraban antes de
en un texto legal o el sindicato, actuando recibir el daño o menoscabo, parece cierto
an representación de los propios trabaja- que la pérdida que se sufre dentro del te-
dores, en un convenio colectivo, no altera rreno espiritual o moral no puede repararse
sustancialmente las cosas. Lo cierto es que con beneficios materiales.
la norma está inspirada por una finalidad Por otra parte, ¿cómo medir el equiva-
protectora del trabajador y en consonancia lente pecuniario del daño inmaterial? Cual-
con esa finalidad, la aplicación debe efec- quier compensación que los jueces estimen
tuarse con un ánimo de protección o, mejor ha de resultar notoriamente arbitraria.
dicho, resolviendo los casos de duda, a fa- ¿Cuánto vale la vida de un hijo? ¿ En
vor del que debía ser protegido. La debili- cuánto tasar el honor de una mujer hon-
dad que debe compensarse afecta a cada rada?
trabajador y surge en el momento de la Pero sobre la base de una expresión de
aplicación, y no en el de la elaboración de la sabiduría popular, la de que "los duelos
la norma por lo que no interesa la forma con pan, son menos", se ha pensado que, en
en que ella se haya formado. todo caso, puede hallarse satisfacciones
para la víctima que, si bien no restitu-
La cuarta precisión es que la aplicación yen su moral ultrajada, por lo menos le
de esta norma debe hacerse con modera- causen satisfacciones equivalentes. Lo que
ción. Según Greco (II contralto de lavoro, estaría conforme con el espíritu de justicia
Torino, 1939, p. 79) esta regla sólo se jus- que debe regular todas las relaciones hu-
tifica dentro de ciertos límites y debe ser manas.
aplicada con cautela.
La quinta precisión es formulada por
Alonso García (Derecho del Trabajo, Bar- * Por el Dr. NBLSON NICOLIELLO.
Establecido el principio de la reparación 1948), dice que "todo individuo tiene dere-
del daño moral por los tribunales france- cho a la vida, a la libertad 9y a la seguridad
ses, a pesar de la ausencia de una previsión de su persona"; el art. 2 de la Declara-
expresa que consagrase el principio, ha ción de los Derechos del Hombre y del
hecho fortuna en otros países, entre ellos Ciudadano, efectuada por la Asamblea Cons-
en los rioplatenses, igualmente ayunos de tituyente francesa el 26 de agosto de 1789,
norma que lo reciba. La tesis francesa decía que "el objeto de toda asociación
puede ser consultada en Mazeaud (Traite política es la conservación de los derechos
théorique et practique de la responsabüité naturales e imprescindibles del hombre;
civüe, dílictueVe et contractuelle. París, estos derechos son la libertad, la propiedad,
1931, t. I, núm. 292). En la Argentina, ha la seguridad y la resistencia a la opresión";
expresado Salvat que "la exigencia de valor el art. 79 de la Constitución uruguaya edic-
patrimonial en la prestación ha sido supe- ta que "los habitantes de la República tie-
rada. Se reconoce la legitimidad de la pro- nen derecho a ser protegidos en el goce de
tección de valores de afección y de bienes su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo
extrapatrimoniales. Siendo así, no puede y propiedad"; el art. 29 de la Constitución
existir razón en dejarlos sin defensa cuan- argentina de 1853 expresaba que "el Con-
do son atacados o desconocidos injustamen- greso no puede conceder al Ejecutivo Na-
te. Un derecho sin protección es un absur- cional, ni las Legislaturas provinciales a
do conceptual. Finalmente, dejar un dere- los gobernadores de provincias, 'facultades
cho sin protección por las dificultades, que extroordinarias' ni la 'suma del poder pú-
significa establecer la medida de la repa- blico', ni otorgarle 'sumisiones o suprema-
ración, es más antijurídico que acordarle cías' por las que la vida, el honor o las
una protección inadecuada" (Tratado de fortunas de los argentinos queden a mer-
Derecho Civil Argentino. Obligaciones en ced de gobiernos o persona alguna". Y po-
general, Buenos Aires, Tipográfica Editora dríamos multiplicar estos ejemplos.
Argentina, 1952; t. I, p. 215) .Y en el Uru- El problema consiste en saber de qué ma-
guay coincide con él Peirano Fació: "La nera se realizará esta protección por el
orientación predominante en nuestro De- Derecho de los valorea esenciales del hom-
recho —dice— es favorable a la reparación bre.
del dafio moral. Esta orientación debe, en
definitiva, ser elogiada, porque ella se en-
cuentra acorde con las exigencias de justi- II. — LAS POSIBLES SOLUCIONES. 4. Natu-
cia y con la interpretación de nuestros ralmente que la solución más sencilla —aun-
textos positivos. Desde el punto de vista que pueda ser filosóficamente criticable—
deontológico, la procedencia de la repara- es la de acoger el principio de la repara-
ción del daño moral es evidente: estamos ya ción patrimonial del daño inmaterial o mo-
muy distantes de la época en que los auto- ral en el texto de las leyes. Es lo que ocu-
rea, haciendo gala de una pudibundez muy mán rre, por ejemplo, con el Código Civil ale-
propia del siglo XIX, consideraban inmoral establece (la B.G.B.), que en el parágrafo 823
intentar indemnizar con bienes materiales que "quien dolosa o culposamente
valores de carácter espiritual o, cuando lesiona en forma antijurídica la vida, el
menos, no material; aparte de que esta cuerpo, la salud, la libertad, la propiedad o
crítica «e basa en un concepto estrecho de cualquier otro derecho de otra persona, está
lo que debe entenderse por reparación, obligado para con ella a la indemnización
corresponde decir que tal reparación no del daño causado"; y en el parágrafo 826:
"quien dolosamente causa a otro un daño
tien» en sí misma nada de ilícito o inmo- en forma que atente contra las buenas cos-
ral, y que mucho más ilícito e inmoral se- tumbres, está obligado para con él a la
ría, por otro lado, que el Derecho perma- indemnización del daño"; más claramente
neciera indiferente ante la lesión de los
bienes que integran el patrimonio espiri- o en la salud, así caso
en el 847: "en el de lesión del cuerpo
tual de las personas" (Responsabilidad ex- ción de libertad, elcomo en el caso de priva-
tracmtractual, Montevideo, Barreiro y Ha- gir también una indemnización puede
perjudicado exi-
equitativa
mos, 1954, págs. 396-397).
en dinero a causa del daño que no tenga na-
3. La realidad es que los valores espiri- turaleza patrimonial. La pretensión no es
tuales y morales, los que en conjunto lla- transmisible y no pasa a los herederos, a
maremos inmateriales, han sido declarados no ser que haya sido reconocida por contra-
bajo la protección 1 del Derecho, incluso en to o que haya pasado ya al estado de litis-
normas de naturaleza superior. Así, por pendencia. Una pretensión semejante co-
ejemplo, el art. 39 de la Declaración Uni- rresponde a una mujer contra la cual se
versal de los Derechos del Hombre (pro- comete un crimen o delito contra la mo-
clamada por la Asamblea General de las ral, o que es inducida a permitir la cohabi-
Naciones Unidas el 10 de diciembre de tación extramatrimonial por astucia, inti-
midación o con abuso de una relación de indemnización del daño inmaterial, o si
dependencia"; y en el 1300: "si una prome- simplemente estableció una excepción, in-
tida honesta ha permitido a su prometido terpretable restrictivamente, como toda ex-
la cohabitación, puede, si se dan los presu- cepción; como siempre sucede en estos
puestos del parágrafo 1.298 o del 1.299, casos.
exigir una equitativa compensación en di-
nero aun por el daño no patrimonial". Y 5. Nosotros hemos sostenido que la pro-
también en el Código Civil suizo (sancio- tección de los derechos no patrimoniales
nado el 10 de diciembre de 1907) : "el que debe hacerse también en el derecho de los
ha sido lesionado por usurpación de su ape- valores inmateriales. Que siendo esos dere-
llido puede accionar para nacerlo cesar, sin chos protegidos muy especialmente por las
perjuicio de la reparación en caso de culpa normas constitucionales, su ultraje atenta
y de una indemnización a título de compen- a toda la Sociedad, establecida sobre altas
sación moral si esta indemnización está exigencias morales que configuran la civi-
justificada por la naturaleza del daño su- lización de los pueblos; y que la sanción no
frido" (art. 29) ; "cuando la ruptura (del puede ser de orden económico sino social,
compromiso matrimonial) acarrea una gra- vale decir, penal (Nuevos Apuntes Jurídi-
ve afrenta a los intereses personales de cos, Montevideo, A. Fernández, 1970, págs.
uno de los novios, sin que haya dado moti- 199 y ss.).
vo para ello, el juez puede condenar a la En efecto: en materia de ataque a los
contraparte culpable a pagarle una suma altos valores humanos (la vida, la libertad,
de dinero a título de reparación moral" la seguridad, el honor), se aprecia clara-
(art. 93) ; "si los hechos que han determi- mente una evolución del- Derecho universal.
nado el divorcio acarrean una grave afren- a) De la venganza primitiva, se pasó
ta a los intereses personales del esposo ino- pronto, con los rudimentos de Derecho, al
cente, el juez puede disponer además una régimen de composición: las XII Tablas
suma de dinero a título de reparación mo- establecían la pena del Talión por un miem-
ral" (art. 151, inc. 2'). En el art. 1.077 del bro roto, pero también la transacción entre
Código Civil argentino, antes de la refor- los interesados. En tiempos de Sila, la ley
ma de 1968, se establecía que "todo delito Cornelia de injurias acordó a la víctima la
hace nacer la obligación de reparar el per- elección entre una condena privada (resar-
juicio que por él resultare a otra persona"; citoria) y una condena criminal. Por edic-
y en el 1.078 se agregaba que "si el hecho tos pretorianos, en cierto caso de injurias
fuere un delito del derecho criminal, la (attentata puditicia, costumelia), tales como
obligación que de él nace, no sólo compren- agraviar de palabra, cortejar a una madre
de la indemnización de pérdidas e intere- de familia, seguir a una joven, cometer
ses, sino también del agravio moral que el in atentado al pudor, etc., se acordó una acüo
bonorum et aequurn a la víctima, que le
delito hubiese hecho sufrir a la persona, permitía reclamar una reparación pecunia-
molestándole en su seguridad personal o en ria que el magistrado podía limitar a su
el goce de sus bienes, o hiriendo sus afec- arbitrio.
ciones legítimas, en cuanto pueda ser esti-
mado pecuniariamente". La ley 17.711 ex- ploDedelas la
Partidas ya se ha citado el ejem-
ley 21 del título IX de la Partida
tendió a todo hecho ilícito, por el mismo ar- 7*, que por delito físico o contra la honra
tículo, el deber de reparación moral. En permitía optar entre la reparación civil y
España, luego de entenderse mucho tiempo ía penal o reclamar, incluso ambas respon-
que el honor era inestimable económica- sabilidades.
mente, por sentencia del 6 de diciembre de b) Pero el progreso jurídico ha hecho
1921 se declaró por el Supremo Tribunal que, del régimen de composición, en mate-
vigente y de aplicación tradicional la ley ria de tales injurias se pasara al de la san-
21, tít. IX, Partida 7*, que establece la do- ción penal. Como dice Jiménez de Asúa, "la
ble reparación, económica y penal, para enardecida venganza de sangre entre las
"quien recibe tuerto o deshonra". tribus, se concilia; la reconciliación, basa-
En algunas oportunidades, la legislación da sobre la reparación en metálico a la
ha reservado esta clase de reparaciones para tribu ofendida, negociada primero, se con-
alguna circunstancia especial. Es lo que vierte después en obligatoria. .. En el De-
ocurre en el Uruguay con el art. 63 de la recho germánico se presenta el desenvolvi-
ley 13.892, de 1970: al crear un fondo de miento más claro que en el Derecho roma-
compensación y subsidio para los funciona- no. Al principio, la parentela tiene el dere-
rios policiales víctimas de la subversión, cho de aplicar penalidades o de aceptar
estableció un pago especial de reparación cantidad; después de terrible lucha, en las
por "el daño moral y físico" (inc. B). Que- Capitulares es el Estado quien tiene la fa-
da la duda de si el legislador quiso, con cultad para hacer la liquidación judicial...
ello, adherirse al principio general de la La pena ha entrado en un tercer estadio de
desenvolvimiento con su objetivación como doctrinas filosóficas que se asientan sobre
pena pública" (Tratado de Derecho Penal; ambos se llaman: individualismo, que pos-
Buenos Aires, Losada, 1953, t. I, pág. 208). tula la superior jerarquía de los individuos
c) Porque, si bien se aprecia, la mayor —fines en sí mismos— con respecto al Es-
parte — si no todos — de los agravios que tado, representante de la sociedad; colecti-
pueden tener consecuencias en el dominio vismo o socialismo, que en sus formas agu-
espiritual o moral de las personas, son con- das invierte la relación y considera al Es-
templados por la legislación penal: las in- tado el valor más importante y a los indi-
jurias verbales, las desfiguraciones, las viduos solamente el papel de medios para
lesiones permanentes o no, el homicidio los fines que aquél persigue.
doloso o culposo, la violación, el ultraje al En el lenguaje común o vulgar, al indivi-
pudor, etc. dualismo se le define: "Aislamiento y egoís-
6. Claro que si estos agravios llegan a mo de cada cual, en los afectos, en los in-
causar también pérdidas en el orden eco- tereses, en los estudios, etc." (Diccionario
nómico, los principios generales sobre re- de la Real Academia Española). Este con-
paración civil los harán compensar. cepto es completamente ajeno a la signifi-
Por esta razón, nos parece atinada la so- cación filosófica y sociológica del vocablo,
lución del art. 104 del Código Penal uru- como antes se ha visto. E introduce una
guayo: "todo delito que se traduzca, direc- primera causa de confusión entre quienes
ta o indirectamente por un mal patrimo- no se preocupan de la propiedad de los con-
nial, apareja, como consecuencia, una repa- ceptos. Sobre todo en los tiempos actuales^
ración civil". y desde diversas tribunas, algunas respe-
A la ofensa a los valores inmateriales, tables, suele extenderse esta tacha de
que atentan a los altos valores sociales, co- egoísmo a la doctrina, no siempre de
rresponde también una sanción social: la mala fe.
pena. Pero si con ella se ataca al mismo Ahora bien: a continuación de ese con-
tiempo el orden patrimonial de la víctima, cepto vulgar, el mismo Dicionario se refie-
habrá la sanción que coresponde al campo re a esta segunda acepción, propia de la
material: la restitución pecuniaria. filosofía: "Sistema filosófico que conside-
El ataque no quedará sin sanción; el de- ra al individuo como fundamento y fin de
recho será protegido, pero siempre en su todas las leyes y relaciones morales y polí-
propio terreno (*). ticas". También en los Diccionarios técni-
cos se expresa: "Se dice de toda teoría, de
BiBMOORAI'fA. — La citad» en el texto. toda tendencia que acuerda al individuo o
* Ver en esta Enciclopedia la voz "AGRAVIO a lo individual un valor intrínseco, superior
t. I, p. 604. [N. DE LA R.]
al valor de la sociedad o de los valores lla-
mados impersonales, sea en el orden expli-
INDEXACIÓN. (V. ACTUALIZACIÓN DE cativo, sea en el orden práctico, sea en el
LAS OBLIGACIONES.) orden de los fines morales" (A. Lalande,
Vocabulaire de la Philosophie).
INDIVIDUALISMO.* (Enciclopedia, T. Ningún rastro de egoísmo, en consecuen-
XV, pág. 521.) Desde el origen de las socie- cia. En definitiva y grosso modo, se trata
dades humanas, cada hombre exhibe una de esto: ¿Los hombres son para el Estado
doble condición: por una parte, es un indi- o es el Estado para los hombres ? ¿ Son estos
viduo, esto es, una unidad psicofísica inde- últimos fines en sí mismos (Kant) o sola-
pendiente; por otra, es un individuo social: mente medios del Estado? (totalitarismos
nace y se desarrolla en el seno de una fa- de derecha y de izquierda).
milia y pertenece, a la vez, a una nación o La causa más deformante del verdadero
tribu determinada. En suma, es un todo sentido de la distinción, consiste en oponer
individual y, al mismo tiempo, una partí- el "individuo" al Estdo y no, más cabal y
cula de otro todo superior, un "átomo so- profundamente, la "persona". Ambos no
cial", como suele decirse (es sabido que la son términos equivalentes sino, más bien,
palabra "individuo" es traducción de la contrarios. El hombre, como individuo, es
voz griega atomon, que significa lo "in-di- sólo una unidad biológica, equivalente a
viduo", lo no dividido ni divisible). cualquiera otra unidad biológica (el mate-
Esta doble naturaleza del ser humano, ha rialismo es consecuente al estimar al hom-
sido siempre y seguirá siendo la fuente bre sólo como un animal evolucionado). La
más fecunda de conflictos entre ambos po- persona es también individuo, sin duda,
los, según sea una u otra la que prevalezca pero con jerarquía espiritual: es portado-
en una determinada época histórica. Las ra de valores religiosos, éticos y de cultura,
en general, y construye su vida —que sólo
Je ha sido dada en lo biológico— sobre
* Por el Dr. ALFREDO ORGAZ. esos valores. Tiene conciencia de sí, debe-
res y derechos, es capaz d« virtudes gene- (o Estado) lo que es del César y a Dios (o
rosas y de vicio», de sacrificios y de críme- al Espríritu), lo que e» de Dios (o del Espí-
nes y pecados. Es, en fin, responsable. Todo ritu"). Los derechos humanos son del Es-
esto es completamente ajeno al individuo píritu —es decir, de las personas como in-
psicofísico: "Si se puede decir de la per- dividuos espirituales— y no del Estado, sin
sona que también es un individuo hay que perjuicio de las limitaciones razonables que
agregar que es un individuo de carácter es- éste deba establecer según los casos y las
piritual. Esta concepción destaca en la rea- circunstancias.
lidad de la persona un motivo que considera
fundamental: el de su trascendencia. Si la
persona no se trascendiera constantemente INTRIVITRIALISMO BIOCRIMINOLÓ-
a sí misma quedaría siempre dentro de los GICO.*
límites de la individualidad psicofísica y en SUMARIO: I. Panorámica de lo psicoeco-
último término acabaría inmersa en la rea- nónaico. - II. Política biocriminológlca. -
lidad impersonal de la cosa" (Ferrater III. Sociología biocriminal. - IV. Desde lo
Mora). indivitrial.
La doctrina espiritualista del hombre,
por consiguiente, está mal denominada Capítulo I
"individualismo". Su nombre exacto es "per- PANORÁMICA DE w> PSIOOECONÓMICO
sonalismo". Es la persona y no el individuo
quien está en el centro del problema. Con Una panorámica de lo biopsicoeconómico
este otro nombre, la clásica oposición ad- necesariamente debe ser tratada desde »us
quiere una súbita lucidez: el Estado está fundamentos, si pretende constituirse en
obligado a tratar a los hombres como per- algo abarcador. Su óntica fisioneufal será
sonas y, por consiguiente, a respetar los su primigenia apoyatura, vale expresar, el
valores y los derechos esenciales de éstas, fondo vital de lo económico endotímico.
inherente a su naturaleza espiritual: de Lo psicoeconómico supone de suyo lo bio-
profesar libremente su culto, de enseñar y psicoeconómico o, simplemente, lo biopsí-
aprender, de publicar sus ideas, de entrar quico, cuanto de corpóreo psíquico hay en
y salir del territorio que habitan, de traba- el hombre.
jar, de asociarse y demás derecho» que Nuestro libro Psicología y criminología
enumera, no limitativamente, nuestra Cons- pretende constituirse en un transitar desde
titución Nacional (art. 14). Por todo esto, la psicoaxiología hacia la biocriminología
es una Constitución personalista —y no y, para ello, empezamos paralelizando lo
sólo individualista, como se la suele carac- psico, de la psico-axio-logía, con lo 6ío, de
terizar—: personalista y liberal (por su la bio-crimino-logía, con el énfasis puwrto
contenido de "libertades"). en lo empírico dialéctico de nuestra poii-
Son los "derechos humanos", que pun- ción intrivisa.
tualmente desconocen y aún aniquilan los En lo corporal del psiquismo mora lo
totalitarismos: comunismo, fascismo, na- económico, los ecos de normas, las añosas
reminiscencias de lo disposicional que en-
cismo. Su filosofía es confesadamente ma- causan las necesidades iniciarías de la es-
terialista, según la cual nada hay en el fera vital endotímica.
mundo y, por tanto, en los hombres, que no La eco-nomía es presentada aquí en su
sea materia. Los valores espirituales (reli- prístina desnudez, mostrando desde el va-
giosos, políticos, morales, estéticos) o no mos que lo inclinacional en el hombre, sus
existen en realidad o son también materia ancestrales inclinaciones, convergen con lo
o productos de la materia. En conclusión, económico, con lo propiamente psicoeconó-
las personas no existen: sólo existen indi- mico.
viduos psicofísicos, meros átomos sociales, Lo psicoeconómico porta el impulso de
que pastores iracundos conducen bajo el lá- hacer, de efectuar. Allí radica todo empren-
tigo en rebaño. dimiento y el complejo empresario se ori-
En todo régimen no totalitario, al revés, gina en ese afán de logro, de utilidad, de
el Estado está naturalmente contenido por movimiento, de motilidad corporal de la
la alta jerarquía de los valores personales: esfera vital endotímica espontánea.
su acción ha de ser de coordinación y estí- La sensación de abulia, de no poder .ha-
mulo de las actividades individuales, de cer, de inactividad, de no efectuar por in-
modo que se asegure, a su vez, la armonía capacidad, crea tensiones de impotencia en-
del conjunto, esto es, de la sociedad. Y la dotímica aplastadoras. Quien las padece re-
norma fundamental para deslindar los de- curre a protegerse en la drogadicción o lo
rechos de las personas y los poderes de la delictivo confluyente en ella.
autoridad, se encuentra siempre en la ad-
mirable respuesta de Jesús en el conocido
episodio de los Evangelios: "Dad al César * Por el Dr. MIGUEL HERRERA FIGUEBOA.
Lo neural necesita ejercicio y la activi- motivacionales que avanzando sobre lo cau-
dad nerviosa del hombre inicia su proceso sal explicativo por el propósito, conocimien-
de integración desde lo embrionario. Con to y valoración, comprende, relaciona y
el cerebro implementamos nuestra organi- mundifica la existencia humana.
zación desde antes de nuestro nacimiento, La presencia de nuestra libertad, auten-
en el mismo seno materno, en nuestra exis- tica la de nuestra responsabilidad. Somos
tencia no conciente, en los sueños. Las neu- libres y ello determina que seamog absolu-
ronas activan nuestras emociones y es en lo tamente responsables de nuestros actos, de
afectivo sensorial donde organizamos los nuestra existencia abierta al mundo, pues
primeros emprendimientos que dejarán de hablar de existir sin mundo o de mundo
producirse recién en la hora de nuestra sin existencia entraña un patente sinsenti-
muerte. do. Desde lo biopsicoeconómico somos seres
La actividad neural responde a estímulos cósmicos, patentizamos el mundo luminoso
que la excitan o la inhiben, a reflejos que y comprensivo que se nos abre, o descubri-
la llevan al ataque o a la huida, a intere- mos, que para el caso es lo mismo.
sarse activa, medianamente o desinteresa- El siendo-en-el mundo refuta al dualismo
damente por las cosas o congéneres. sujeto-objeto restableciendo la mismidad
Los estímulos y la actividad refleja han del hombre con su mundo, del que es absur-
sido estudiados en bibliografía, que cita- do pretender separarle. Inclusive, muchas
mos al final con amplitud. Las investiga- veces distinguir su mundo cósmico propia-
ciones realizadas son variadas y aún queda mente dicho de su mundo político o de su
mucho por desvelar en este intrincado la- mundo social, carece de mayor relevancia.
berinto estrechamente contactado al apren- Más importante resulta la indagación por
dizaje de todo cuanto han logrado animales laa maneras de existencia, que son múlti-
y seres humanos. ples, polimorfas y seriadas, pero siempre
Aquí destacamos que los impulsos sádi- culpables. Culpables de su siendo como ta-
cos, de voracidad y de destructividad, lle- les, desde que al ser libres se eligen deter-
van frecuentemente al delito. La crueldad minando con sus elecciones su siendo y re-
el narcisismo, el odio, el hastío, la violen- chazando, en sus decisiones, los actos que
cia, incluido su disfrute pasivo, el maso- no llegan a ser, cuanto no consigue conver-
quismo, la depresión grave, la inafectividad tirse en actuación por propio determinismo
severa, la pasión omnubilatoria, la emoción existenciario.
descontrolada, inclinan las excitaciones ha- Desde la perspectiva biopsicoeconómica,
cia lo criminoso desde zonas bióticag eco- aparece una psicoaxiología bolista que
nómicas. muestra la primacía del todo sobre cual-
Las energías psíquicas, los emprendimien- quiera de las partes que lo componen. Algún
tos, son organizados desde características aspecto puede visualizarse mejor con mé-
filogenéticas, neurohumorales y del tempe- tricas fenomenoaxiológicas, pero ello al
ramento de cada uno. Se trata de motiva- solo efecto de estudiar mejor el enfoque
ciones, de impulsos y de inclinaciones rai- que se quiere destacar, pero de ninguna
gales de nuestro siendo, encaminadas acti- manera con la pretensión de anteponer lo
vamente a la búsqueda de su evolución parcial al proceso global del comportarse.
óptima. La unicidad humana se crea desde raíces
Esta meta se logra en la medida de la biopsíquicas confirmadas por las otras pers-
adaptabilidad al mundo circundante, del pectivas.
equilibrio homeostático que se consiga ar- En la psicología individualista, la con-
monizar y del funcionalizar el integrum de cepción separatista platónica y la unicista
cada cual en el transitar de su existencia en aristotélica, a lo largo de toda su historia
tanto homo viator. contó con representantes que alegaban y
Desde esta panorámica de lo biopsicoe- bogaban per una u otra posición, siempre
conómico vamos a objetar el principio de confirmatorias del dualismo que 'propugna-
causalidad tan caro para biologistas, posi- ban. Aquí nuestra concepción es trialista
tivistas y naturalistas. Nosotros operamos y nuestras actitudes renovadamente dialéc-
con existencias y ellas no aceptan las su- ticas insistirán una y otra vez en la condi-
puestas exactitudes de causas y efectos. Las ción trial de nuestro objeto de estudio, ¡a
cecuencias de conducta rechazan el dualismo conducta del hombre, el proceso de existen-
causa-efecto para adherir al de motivos, ciación estructural y de personificación del
sentidos y significaciones de los compor- siendo humano.
tamientos, objetando así también determi- Esta tarea supone una renovada, ardua
nismo, materialismo y economicismo. y machacona labor de combate contra todas
Lo biopsicoeconómico descree de causali- las posiciones dualistas que vienen pertur-
dades y alienta sus comprensiones en los bando en el ancho marco de las ciencias de
motivos. Erige un conjunto de principios humanidades, con su reducto centralizado
en la psicología. Desde aquí, desvelaremos tálticas que confluyen hoy en lo que com-
las múltiples aporias a que nos conducen prendemos como psicoaxiología intrivisa.
los mencionados dualismos y, este cometi- Ella es una feliz convergencia de los pará-
do, fecundará generosamente el amplio ho- metros empiricistas norteamericanos y de
rizonte de disciplinas científicas que tiene los avances filosóficos europeos mejor lo-
al biopsiquismo como lugar de arranque y grados, conjunción que se unlversaliza al
epicentro de sus desarrollos. finalizar nuestra centuria con métricas fe-
En lo biopsicoeconómico examinamos las nomenoaxiológicas empíricas.
necesidades primarias que surgen de las El más importante rescate de la psico-
condiciones fundamentales de la existencia axiología existenciaria es el de haber sabi-
humana. La adaptación del hombre a su do retomar contactos con el mundo cotidia-
mundo empieza a niveles vitales endotími- no a la mano, dejando valientemente de
cos, en esfera de los emprendimientos, de lado los laberintos de teorías y vagorosas
la producción. El alimento, la vivienda, el experimentaciones de ambigüedades en que
vestido, en fin, nuestras iniciarías obliga- se debatían los distintos sectores de psicó-
ciones para con nuestro cuerpo para la logos controvirtiendo posiciones entre sí.
atención de nuestro siendo somáticos (psi- La corriente existencial trajo soplos de
cosomáticos) resultan insobornables para frescura que descartando necedades vitali-
la consideración del todo de la existencia zaron las nuevas panorámicas desde sus
del hombre, están en los basamentos cimen- ra'íces genéticas, neurales, embioquímicas y
tadores de la seguridad y ordenación de las bióticas, sin descuidar aspectos de otras
tensiones humanas. escuelas, como la que supone el refuerzo en
El comportamiento del hombre es una el conductismo o el subconciente en el psi-
orgánica trinámica —no dualista dinámica, coanálisis o las improntas conciliatorias
sino trialista intrivisible, vale expresar, del análisis transaccional.
intrivisa— y ninguno de los segmentos sin- La psicoaxiología intrivisa asume los de-
gulares de su proceso puede ser compren- sarrollos estimativistas logrados por la
dido marginando el resto del todo actuan- gestalt, escuela iniciada en Alemania por
te, valorante y pensante, en que la conducta Max Wertheiner, Wolfgang Kohler y Kurt
estructura su siendo acción presente en de- Koffka, quienes ensayaron precursoramente
terminado lugar (campo). La dinamis como nuevas actitudes acerca del campo percep-
fuerza comprendía el dualismo cuerpo-alma tual que ampliaría posteriormente Kurt
que la ejercitaba. Aquí se convierte en tri- Lewin para una muy variada gama de si-
namis por ser tres las mensuraciones en tuaciones centradas en espacios vitales,
juego, actividad, actitud y teoría. continentes de la totalidad de hechos capa-
La existencia humana es un hecho his- ces de determinar comportamientos huma-
tórico y nos está vedada la propensión cau- nos.
sal-explicativa de utilizar el hábito, como Con Lewin, la psicología se convierte en
principio de explicación científica única. topológica vectorial y la nueva concepción
La existencia del hombre se abre a los espaciaría, la hodológica, denominación de-
análisis y síntesis fenomeno-axio-lógfcos rivada de hodología o ciencia de los sende-
que describen las experiencias, estiman ros en el sentido de locomoción, produce
sus modalidades y concluyen abstrayendo una revaloración del ambiente como lugares
sus resultados. Describir, comprender y incorporados a la realidad psíquica.
abstraer las experiencias dadas, concretas, Las labores acerca de nuevas concepcio-
inmediatas, es la misión metaxiológica de nes temporales y espaciarías, si no han lo-
fenomenoaxiología existenciaria, que realiza grado un rédito totalmente capitalizado han
este cometido uniglobalmente. Conceptuan- abierto nuevas panorámicas a los plantea-
do y convalidando revelamos realidades mientos existenciarios que tienen a la in-
psicoaxiológicas. tuición como punto de partida. Ellas, no
Los variados tipos de psicologías y tran- obstante, o a pesar de ciertos abusos de
sacciones de psicoanálisis y psicosíntesis, conceptualizaciones físicas y matemáticas,
prepararon el advenimiento de la presente constituyen sólidos soportes para los plan-
psicoaxiología existencial. Sus bases de teamientos existenciarios contemporáneos.
lanzamiento fueron conciliaciones genero- En todo esto hay acentos. Así en ámbito
sas, abiertas y renovadoras. criminal preferimos hablar de biocrimino-
La psicología empírica tuvo que operar logía, con referencia a lo político, aludimos
verdaderos combates para imponerse a la a psicopoliticología, o en órbita trascenden-
psicología racional que la precedió. El con- te, a psicoteología. Pero a la postre, bio,
ductismo, la reflexología, los distintos ti- psico o eco refieren a un mismo substráete.
pos de psicología organísmicas y persona- En lo psicoeconómico privan los factores
lísticas, elaboraron cada una desde su materiales, lo ecoclimático filogenético y lo
perspectiva las estructuras valorativas ges- geocaracterial endotímico, condicionan lo
vital hacia lo constructivo creador, conser- huye de hecho lo delincuencial, un algo emi-
vador o aniquilador destructivo. El proce- nentemente necrófilo por su rotunda nega-
so de desarrollo humano supone cambios y tividad a toda axiofilia.
permanencias y las valoraciones humanísti-
cas elaboran sus diagnosis desde profundi- Capítulo II
dades psicoeconómicas tendenciales. POLÍTICA BIOCRIMINOLÓGICA
En ellas el hombre afirma su progresar,
o niega, o reniega de su siendo, acosado por En un ensayo sobre biocriminología, apa-
esos factores materiales por él creados rentemente pareciera estar de más un ca-
para estímulos de existencias vividas con pítulo dedicado a incursionar en el sentido
mayor intensidad, pero peligrosamente pro- de la política y, más aún, en los principios
clives a la destrucción regresiva de su con- fundamentales que la sostienen. Pero no es
dición, por la maldad, por el crimen o el así, como lo veremos a medida que desarro-
refugio psíquico en la irracionalidad de la llemos el tema.
drogadicción. Maldad, crimen y drogas tien- Para empezar, debemos afirmar que toda
den a abolir la condición humana desde ins- cuestión de principios tiene algo que ver
tancias bioeconómicas. con la psicología y toda problemática polí-
En lo biopsicoeconómico, en las pulsio- tica mucho que hacer con lo criminal, con
nes orgánicas endotímicas, en las recondi- el delito, con el sentido del crimen, en tanto
teces filogenéticas sexuales, anida lo irra- éste se erige siempre como una antipolítica,
cional, que no necesariamente tiende a de- como un desmentido de la constitución de
bilitar o destruir al todo del hombre, sino la polis y como un algo que en singular es-
que por el contrario afirma sus disposicio- pecie categorial desvaliosa se presenta como
nes biófilas a favorecer la vida, a enrique- contracultura, un hacer que enfrenta la
cer fortificándola y, proliferando, asegura política del estado, la niega y la combate.
su continuidad en la especie. Análoga afirmación podemos formular
de la psicoteología en el sentido de que lo
Las necesidades corporales son imposter- biocriminológico está en sus antípodas des-
gables para la supervivencia. Pero el ali- de que el iter criminis derrumba ciudades,
mento no lo es todo; hambre y ser cubren un tanto la polis del hombre como la ciudad de
sector primario pero pequeño en la compleja Dios, Ja construida por la psicopolideología
esfera bioeconómica necesitada de vestido, como la levantada por la psicoteología.
albergue, amor y miles de pasiones que En nuestros Principios de psicología po-
lo mueven, motivan excitan con sus im- lítica hemos definido la política —si cabe
pulsos a la acción, a la organización fun- una definición acerca de ella— como un
cional de su vital endotímico, enderezado conjunto de actitudes acerca de la realiza-
rudimentariamente hacia un timismo cós- ción de la justicia y demás valores jurídicos
mico que en postreras singladuras encami- que determinan el sentido de la acción del
nará otras experiencias cercanas a las esti- estado y, consecuentemente, del derecho.
maciones. Desde esta perspectiva aparece el delito,
Éstas llegarán cuando se avizore la fini- la acción u omisión de la conducta que lo
tud con las primeras versiones de necrofi- determina, como una contrapolítica —si
lia, anticipadoras de la presencia de la es lícito el neologismo— una política con-
muerte, en el enderezamiento del sentido de trovertida desde sus raíces. Lo criminal va
la axiofilia, que recién logra entidad necro- realizando valoraciones injustas, demolien-
fílica a nivel teórico técnico en momento en do las estimaciones jurídicas que sombrean
que el concepto entumece el pensamiento en al valor justicia y, eri última instancia,
lo pensado, cuando las normas, las reglas conspirando contra la constitución y afian-
y las pautas, mejor dicho, lo normado, lo zamiento de cualquier sistema de estado
reglado y lo pautado, gobiernan en el hom- instituido y de todo ordenamiento jurídico
bre. Aquí nace el homo cibernético, el más válido.
avanzado hito del homo simbolicus, el bu- Los principios de política constituyen
rócrata puro, necrófilo personaje ambien- los pilares fundamentales de la libertad
tado en la polución de la sociedad insana humana de la fenomenalizada libertad que
aludida por Erich Fromm. Aquí hemos sa- estudia con penetración existenciaria la
lido de la esfera bioeconómica y, por el len- metaxiología humanista. Los principios es-
te de la biocriminología, empezamos a ver tán en el hombre y radican su sentido, en la
el delito en su megálica proliferación ma- ejemplaridad del Príncipe, a quien hay que
quinada por la megamáquina. seguir por tratarse del principal, de aquel
En lo psieoeconómico el sentimiento del sí cuyo comportamiento orienta la conducta
mismo es eminentemente biofílico. Algo que de los seguidores.
nos inclina a sostener que una panorámica No se trata de un retorno a la superada
biopsicoeconómica, apuntando a lo vital, re- psico-logía del individualismo que sumer-
gía la temática del liderazgo en la clásica tica que se precie de buena, de instrumen-
diacrónica líder-seguidor. Salimos de tales tadora cimenta! del estado, vale expresar,
dualismos y entramos en otros todos, mane- de comportamientos humanos con sentido
ras y estilos, de conceptualizaciones de de rectitud, rectos, conductas rectoras, de
realidades tangibles, pero fluyentes y cam- derecho, las sostenedoras de la cives del
biantes en cada paso, en cada una de las justo.
situaciones concretas de la existencia co- Se trata de principios orientadores desde
munitaria. que toda política se guía por los principios
Todos podemos liderar y todos somos se- del justo, de quien practica la justicia, que
guidores según cada una de las circuns- cuando es la mejor ejercitada se convierte
tancias vividas. De lo que se trata es de en la guía principal, en todo caso, la del
ver, valorar y palpar los trinamismos exis- verdadero Principe, el inspirado por la ver-
tenciarios determinantes de los encuentros dad, la belleza, la bondad y, sobre todo, por
comunitarios. En ellos, se convierten en la justicia y el resto de los valores jurídicos
líderes coyunturales quienes mejor lo fa- que la sombrean.
cilitan y, en seguidores, los demás parti- Desde la autoestima se abren, bloquean o
cipantes de los encuentros. Se trata de si- permanecen indiferentes las oportunidades
tuaciones cambiantes que trinamizan el que conducen a la obtención de prestigio.
accionar humano. La cooperación colaborativa, la competición
Éste puede tender al encuentro multitu- combativa y la ignorancia desentendida,
dinario, al recoleto o en ocasiones a la so- producen notados de liberaciones a los que
ledad, pero inclusive en este último supues- las actitudes políticas atienden, cuidan y
to está latente el encuentro, ya lo sea con guían.
nuestra misma intimidad o se trate de una Estos cuidados arrancan desde la estruc-
auténtica soledad, que lo sería en todo y tura familiar, primera unidad de centra-
cualquier supuesto de alguien, pues desde ción del "existente. Todos los modelos comu-
nuestro siendo constitutivo con otros, cuan- nitarios, la cives del hombre, su polis, tiene
do estamos solos, lo estamos de alguien, con su origen en la familia en cuanto estructu-
la ausencia de la compañía de otro, de los ras enfrentadoras de las primigenias gra-
demás constitutivos necesarios de nuestro tificaciones, inseguridades u obstáculos,
siendo existenciarios. que se presentan a la existencia humana en
La teoría del encuentro convierte en lí- comunidades.
der al facilitador del mismo, pero la cir- Los límites entre las generaciones, las
cunstancialidad de todo encontrar lo torna maneras en que se estructuran los lazos
cambiante, inestable e inevitablemente co- patriarcales y las formas de los sistemas
yuntural, desde que la multiplicidad de en- de comunicaciones, singularizan los agrupa-
cuentros en que desarrollamos nuestra coti- mientos. Ellos están determinados por la
dianidad es infinita y, en cada uno de ellos, posición económica del matrimonio en los
los papeles a desempeñar cambian, pues los trasfondos respectivos de los cónyuges, por
facilitadores se tornan facilitados, conduci- su status de educación, maneras tradicio-
dos, guiados, por quienes por su experiencia, nales impuestas o adquiridas, por nuevas
mejor disposición o simple iniciativa tor- valoraciones situacionales que originan su-
nan el rol de conductor facilitador, para en cesivas conflictividades adaptativas creado-
el encuentro siguiente ceder el paso y dejar- ras de homeóstasis que logren el sistema
se guiar por quien tenga a bien convertirse ideal de convivencia familiar, adecuadas a
en líder de la situación al facilitarla, al todos los estamentos intermedios conflu-
tornar posible la realización grupal. yentes en lo comunitario global.
Entre los Principios de política, vamos & En el seno familiar, se estructuran las
comprender todas aquellas actitudes referi- concepciones religiosas, aquéllas que ligan
das también al poder como uno de los va- al hombre con sus insobornables ansias de
lores jurídicos básicos en la plasmación de trascender. En la familia se perfilan la*
la civea o polis. estimaciones del mundo.
En nuestro lenguaje, estimamos que con- Aquí nuestro principal mensaje apunta
ducta humana, derecho y estado, son voca- a consolidar el criterio de que la polis fe-
blos sinónimos en el sentido político aquí nomenaliza la libertad del hombre y de que
tratado. Entre las valoraciones axiocósmi- precisamente en la libertad conjuga todo el
cas del comportamiento jurídico, el poder plexo valorativo, el conjunto de estimacio-
desempeña un importante papel en la ciu- nes entre las que cuentan no sólo las rectas,
dad del hombre. La política, asienta sus las derechas, sino también las desviadas.
bases de orden y seguridad por el valor po- Los comportamientos desviados suponen
der, a la sombra de las estimaciones de estimaciones dudosas cuando no resuelta-
justicia que guían todo proceso político mente desvaliosas, portadoras de antivalo-
concebible. Nos refsrimoi a cualquier polí- res conturbadores de la armonía existen-
ciaría que ostenta la rectitud de conducta. La invisible presencia de lo espiritual
De las desviaciones de conducta a las puede ir también desde las normas que te-
acciones delictivas, de características co- nemos por buenas, bellas o verdaderas a
rreccionales o criminales, hay un corto tre- impulsar nuestros emprendimientos psico-
cho definido por conceptuaciones de política somáticos y, al canalizarlos hacia la justi-
criminal, cuya panorámica general bosque- cia, convertirlos en principios políticos o,
jamos aquí. cuanto menos, en símbolos políticos canali-
Lo principal a destacar acerca de la po- zadores que debemos distinguir de las ideo-
lítica, es que nos ocupamos del tiempo del logías institucionalizantes (reglas, role»,
hombre cuando nos referimos a ella. Hablar normas, etc.).
de política es hacerlo de jerarquías, de es- Un proverbio eristoaxiológico recomien-
timaciones directamente conectadas a los da reconocernos a nosotros mismos, pues
problemas de nuestra finitud, a la presen- nosotros mismos somos la ciudad y la ciu-
cia del cese de nuestro existir. Desde ese dad es el reino, vale expresar, que en ella
momento tan difícil de nombrar que llama- mora el Príncipe, quien indica los princi-
mos muerte, constituimos las tablas, plexos pios políticos rectores. Ellos enderezan la
y medidas de nuestras dignidades. Desde vida caótica, la carente de ciudad, aquella
el conocimiento de nuestro siendo finitos, que al extraviar su polis ha perdido su
sabemos acerca de lo axio, compulsamos las cives, su tiempo y su espacio.
múltiples valoraciones, uno de cuyos prin- Este reconocernos como ciudad, simboli-
cipales centros radica en la política como zarnos en ella, es un vivenciar la imagen
teoría de la realización de justicia en la de la misma como algo ordenado, seguro y
uves de los hombres. poderoso que serena nuestras inquietudes,
Por los principios de política no vamos nos pacifica en la prudencia, el más sabio
a poder definir lo que es el delito ni dar de los principios políticos, el de la ortodoxia
con 3a esencia del acto criminal. Tampoco profunda del convivir en cuanto interac-
la teosofía nos va a sacar de apuros, pero, cionar en nuestra cives.
evidentemente, nos van a orientar certera-
mente hacia tal sindicación, pues en la po- En estas tareas, las posiciones obedecen
lis —humana o divina— se estructuran las a creencias, afectos, sentimientos, estima-
nacientes criminogenéticas que llegarán a ciones valorativas, frutos de deseos, de
configurarse como delitos en los niveles obligaciones o de simples actitudes. Las
legislativos pertinentes donde las norma- jerarquías se plasman con las flexibles in-
ciones tornan indispensable toda y cual- trovisiones relacionantes que se presentan
quier definición delictual. Ello, desde lue- como positivas, indiferentes o negativas,
go en estados donde priman los ordena- según el partido que se tome en la comu-
mientos jurídicos y no en aquellos de facto nidad.
en que los principios políticos son avasalla- El simbolismo de lo comunitario cohesio-
dos por los hechos brutos de los detenta- na temporalmente nuestras actitudes polí-
dores de poderes desbordados, en los que se ticas, profundizadas emotivamente por el
oscurecen no solamente las valoraciones de alto grado de intimidad continuada que
justicia sino hasta las mínimas nociones aquieta nuestros actos valorantes.
de equidad. Esas nociones misericordiosas En la comunidad jugamos todos los roles
simbolizadas primigeniamente por el cris- y la hacemos nuestra al vivenciarla ínte-
tianismo, que por vía del amor a la caridad grativamente. La comunidad establecida en
convergen en una cristoaxiología de claros su ciudad se civiliza, instaura una civili-
rostros historizados por los santos padres zación, la de la cives que politizada en el
de la Iglesia y las más viejas tradiciones tiempo se hace polis del hombre comunita-
espirituales henchidas de ternura, bondad rio. El espacio y el tiempo de la ciudad
y humanismo. modelan la comunidad en sus expresiones
El hálito de espíritu que empuja nuestro valorantes.
emprendimiento, las empresas económicas Las valoraciones acerca de saberes últi-
vertidas desde profundidad endotímica en mos que la ubiquen con propiedad en ese
la polis, al politizarse tienden a cristalizar mundo y la provean del sentido reflexivo
ordenamientos, establecer reglas, normali- que adecué su trinamizar al de la sociedad
zar situaciones. donde las personas logran encontrar pleni-
Hay en lo político una presencia invisi- tud en el si mismo de un siendo, que per-
ble, pero inquietante, que podemos compa- mite mejores seguridades al amparo de
rar al hálito del pneuma o a los orígenes de creencias raigales acerca de su finitud cor-
lo ígneo, una incesante búsqueda del Padre poral, infinitud espiritual y equilibrio ra-
para con su dominio encontrar hermanos, cional sobre posibles desbordes de la fe que
palpar la fraternidad y, con ella, todas las religa, con su mundo y con el más allá don-
solidaridades y cooperaciones. de mora el Padre todopoderoso creador om-
nipotente y omnisciente que a todos nos desorganización, promoviendo la salud, la
hermana. justicia y el orden, con plena conciencia
Lo comunitario entreteje una variada que trata de algos proliferantes que es ne-
gama de polémicas, de luchas, de rivalida- cesario erradicar a base de cuidado, recti-
des de muy abarcado espectro. La preten- tud y afianzamiento de seguridades.
sión de reducir la política a la mera lucha De enfermedades, crímenes y desorgani-
de partidos o de clases económicas supone zaciones hay epidemias endémicas, agudas,
una ingenuidad. En la arena política se de- graves, etc., y, en su enfrentamiento toman
baten múltiples aspectos de la existencia cartas los poderes públicos para neutrali-
comunitaria y en ella se estructuran las zar sus nocivos efectos. Pero sin una es-
jerarquías de multisímiles especies. La óp- clarecida conciencia del todo comunitario
tica que reduce lo político a una sola de sobre lo dañoso de estas epidemias, los es-
ellas, determina un manifiesto cercenamien- fuerzos de las instituciones intermedias y
to de las opciones que autentican la liber- de los gobiernos superiores resultan esté-
tad como conducta humana fenomenoaxio- riles, frustrados y, a la larga, invadidos
logizada. por enfermedades, crímenes y caos.
Lo criminoso, visto desde este ángulo, Las investigaciones epidemiológicas de
detrimenta la libertad del comportamiento enfermedades, crímenes y desorganizacio-
humano. Una acción desvaliosa, sancionada nes, se han vuelto cada vez más complica-
por instituciones representadas legalmente, das, pero los avances de los estudiosos las
constituye un accionar criminal sanciona- han tornado más precisas, científicas y
ble y, al serlo, un algo que se politiza nega- técnicas. Los principios de política han de-
tivamente. El delincuente toma partido a sarrollado cánones, sumamente útiles para
favor del delito, así él se define en contra la solución de importantes problemas de las
de lo comunitario. áreas investigadas, pero los comercios hu-
En lo epicéntrico de la estructura de la manos entrañados en la polis avanzan so-
polis del hombre, con lo político coexiste lo bre ellos, específicamente aquél que según
apolítico y también lo antipolítico, vale ex- Karl von Clausewitz constituía un prolon-
presar, cuanto se opone sistemáticamente gamiento de la política. Aludimos a la
al desarrollo humano, el crimen, las activi- guerra.
dades de malhechores que violenta, fraudu- Contra el caos y sus proliferaciones" emer-
lenta o culpablemente atentan contra la gen en lo comunitario las valoraciones
polis. El espíritu comunitario ahoga al de- axiocósmicas. Cimentan el orden, la segu-
lito e impone lo corporativo como lo más ridad y el poder del cosmos, por las estima-
auténticamente moderador entre los ciegos ciones que permiten a la autoridad esta-
impulsos y los enceguecedores pensamien- blecer seguridades por la ordenación comu-
tos de lo puramente social racionalista. nitaria, la primera problemática a solven-
Lo comunitario está urgido de necesida- tar.
des políticas estratégicas de prioridades En el mundo de las valoraciones, las axio-
éticas, estéticas y religiosas. En sus actitu- oósmicas o axiotímicas —como prefiramos
des hay un hontanar de problema de coor- designarlas— hacen de tesis a las que se
denadas y de variables, estructuradas de oponen, como antítesis, las estimaciones
fluyentes plexos- temporales. El primero de axiosóf icas, las coordenadas centrales de las
ellos, la familia, condiciona por tradición valorativas comunitaristas simbolizadas en
las múltiples otras solidaridades comunita- los sabios valores eminentes ponderadores
rias que determinan la cooperación, los va- políticos de prudencia, paz y concordia. La
lores más peraltados del plexo axiopolítico, síntesis estimativa última se concreta en
las estimaciones axiológicas sobre las que las valoraciones axiológicas con la coopera-
cabalgan valoraciones religiosas estructu- ción, la solidaridad y la fraternidad que
radoras de la comunidad de los hombres y corona el plexo comunitario axiopolítico
Dios, la más espiritual de las comunidades, presidido por el valor justicia. Va en la va-
aquélla tematizada por la psicoteología. lorativa la problemática jerarquizadorá, la
Los principios de política penetran las aporética.
condiciones de equilibrio, armonía y justi- En la tónica de las contravaloraciones con
ciero sentido de la polis del hombre, como von Clausewitz debimos referirnos a la
de la comunidad de los humanos, la cives, guerra que, en el tiempo en que el kantiano
que fundidas eri lo axio estructuran el sen- estratega tudesco escribiera su tratado De
tido. la guerra (4 vol., Círculo Militar, Bs. As.,
El objeto de estudio de estos principios 1968), se trataba de un alongamiento que
políticos tiende a crear mejores condicio- posiblemente podría distinguirse como se-
nes de equilibrio, armonía y justicia. Para paración, hoy inconcebible con la presen-
ello busca maneras de eliminar factores que cia de la guerra no convencional definida
fomenten la enfermedad, el crimen y la por Alberto Marini como Estrategia sin
tiempo (título de un libro que lleva un pró- juegan en la polis del hombre. Se trata de
logo nuestro al que nos remitimos) y que políticas, limpias o sucias, pero políticas a
incluimos como algo a estudiar en área de fin de cuentas. La propiamente dicha, al
la biocriminología, en tanto consideramos servicio de la ciudad, limpia; la guerra, al
al crimen como contrapolítiea por exce- de su destrucción, aniquilamiento o some-
lencia. timiento, sucia.
La subversión imperante en el mundo Van siendo vías de abordaje al poder, a
actual presenta un cuadro político muy la conducción del estado e instrumentación
complejo. La ciudad, aquella in interiore del derecho vigente. Arriba de éste, corre
homine que nosotros llamamos polis* está un derecho válido que no se practica o,
seriamente conturbada por esta crisis an- mejor expresado, que tiene validez por fi-
tipoder configuradora de delitos masivos gurar en constituciones, códigos y leyes,
que hablan por sí de ineludibles necesida- pero que la comunidad lo ha dejado de lado
des reurdenadoras. No va quedando terri- reemplazando sus textos por otros más ade-
torio en el orbe sin sufrir ese flagelo. cuados a las necesidades ciudadanas o su-
Múltiples complejos del conglomerado plantado por ordenamientos no escritos
comunitario, inclusive los tradicionales ba- pero vigentes en determinados círculos que
luartes ciméntales, religión, patria, familia cuentan con poderes suficientes para im-
y muchas otras, atraviesan agudos momen- poner su positividad.
tos de tránsito existenciario, cuyas reper- Esto acontece en múltiples estratos co-
cusiones caen en ámbitos biocriminológicos, munitarios y el aceleramiento de las situa-
cuando no en el de la biovictimiología (es- ciones de cambio ayudan estas distorsiones
tudio sobre el papel de la víctima en la iuspolíticas. Nacen como hechos crimino-
realización del delito). sos aislados y proliferan en actos y actitu-
El derecho penal ha sido rebasado y otras des delincuentes plurales minoritarias, o
ciencias del complejo economicopolíticoso- masivas mayoritarias, hasta convertirse en
cial han venido en su auxilio, tratando de nuevos ordenamientos válidos con legítima
complementarlo con toda clase de ayudas vigencia normativa.
a fin de conjugar la desorganización y pre- A la sombra de una eticidad en evolu-
servar de lo caótico abismal. ción, inversamente, hechos inocentes y le-
Las disciplinas de servicio social, de re- gales hasta la víspera, se convierten en
laciones públicas, las ciencias educativas en actitudes paradelictivas, o en actos resuel-
general, están acudiendo al llamado de tamente incriminables por modificaciones
nuestra hora, para procurar las soluciones legislativas obedientes a necesilades comu-
que la penalística no puede ofrecer en el nitarias que exigen nuevas política* pe-
desconcierto de tan expandidos desajustes nales.
comunitarios traídos precisamente por en- El sentido de lo político criminal —valga
fermedades, crímenes y caos. En el desplie- la paradoja ineludible— siendo un algo que
gue coordinador de todas esas disciplinas, avizora las encrucijadas, peligros y abis-
lidera la política criminal sobre la que mos de la existencia en común, se constitu-
brindaremos un pantallazo desde sus fun- ye desde las perspectivas más escabrosas
damentos. Como complemento de esta pa- de lo existenciario. Penetra en lo raigal de
norámica recomendamos ver el vocablo las valoraciones humanas y escruta en sus
PENALÍSTICA en esta Enciclopedia (Tomo trinámicas instalaciones las profundidades
XXI, pág. 981). axiocósmicas y las vertientes axiosóficas,
Una política criminal es de suyo una ne- para formular los más finos escrutinios de
gación rotunda de cuanto, connota el voca- las salientes axiológicas, que sintetiza toda
blo polis como sinónimo de política, conjun- estimativa creadora de una materia inma-
to de actitudes tendientes a la realización terial y valga la paradoja también por in-
de la justicia, estructurando la cíves. sustituible.
Le criminal tiende resueltamente a la Ello en formulaciones desvaliosas va de
negación de los valores jurídicos y en ma- lo enfermante como tesis, al delito erigido
nera especial al de su estimación cumbre, en estratégica antítesis que logra sinteti-
el de justicia. zarse en lo caótico del derrumbe cívico.
Habíamos señalado anteriormente al re- Ninguna disculpa sale al cruce con mayor
ferirnos a los principios de política, que decisión que la política criminal cuando
para von Clausewicz la guerra es la prolon- procura la§ soluciones de los arduos proble-
gación de la política. Aquí en sentido in- mas que atormentan la vida, los sentires
verso aludiremos a la paradoja lanzada por y el pensamiento del género humano.
Mao Tse Tung, quien controvirtiendo la Delincuente, delito y pena, son momentos
concepción del General alemán, sostenía que enquistados en la antítesis de la triada dia-
la política es una continuación de la gue- léctica. Ello determina que toda buena po-
rra. Pero para, nosotros, ambos eventos lítica criminal —o política a secas— cual-
quier estrategia que combata desviaciones anillo cósmico de la ciencia política al dis-
delictivas, recurra a la biocriminologia, tinguirse del derecho penal, insinuándose en
obligada por razones de necesidad iuspolí- sus inicios como una política del derecho
ticapenal. criminal, un algo cohonestado a la justicia,
Desde perspectiva penal, lo autoatribu- al principio retributivo encapsulado en ella.
tivo está en la esfera de lo privado, mien- El delito al aparecer en la comunidad, ne-
tras lo autolimitativo en órbita pública y gándola, pone en relieve el sentido de anti-
k> autorracionalizado en el plano socioper- justicia del hombre quien lo comete —el
sonalitario. De la capacidad para imputar delincuente— y hace aparecer la idea de
responsabilidad queda excluida la primera pena.
esfera, parcialmente incluida la segunda Así la política criminal transparece al
y totalmente formalizada la tercera, como servicio de la humanidad armonizando al
expresión misma de la relación punitiva. hombre con su ciudad, con el ciudadano de
Estos finos discrimines del derecho pe- la polis, enfocada ésta como una actitud
nal, retroceden frente a las necesidades, orientada hacia lo justo, al sentimiento,
apremios y razones de la política criminal. sentido e idea de justicia que plasma lo
Las características asignadas históricamen- comunitario en el intrivitrio.
te al derecho sancionatorio de primitivas No hay delictividad sino delincuentes y las
reacciones impulsivas, religiosas retributi- penas deben aplicarse a éste más que a la
vas o meramente utilitaristas, han cedido acción delictiva que hubiere ocasionalmen-
paso en la lucha contra el crimen, a tácti- te cometido, sostuvo con firmeza el positi-
cas, estrategias y técnicas de la política vismo penal. Fue su mensaje, el de desca-
criminal, estrechamente emparentadas con balgar los principios lógico-abstractos, de
resultados de la biocriminología. Al supe- la escuela clásica del derecho penal. Mérito
rar criterios de castigos, culpa moral y Incompleto, pero mérito al fin de cuentas.
penas, se habla de sanciones, funcionaliza- Tanto más meritoria la empresa, cuanto
das, estructuradas e institucionalizadas, que hubo que descabalgar monumentos de
bioaxiológicamente. la escuela clásica de las ciencias crimina-
De la retribución penal como venganza les, en especial, la de su cumbre, Francesco
represiva, se pasó a la expiación espiritual Carrara y su famoso Programa de Derecho
que por sufrimiento opera la punición y, criminal.
de allí, al concepto de prevención, englo- En ese mérito y en concordancia con los
bante de la intimidación y de la enmienda avances del positivismo italiano define von
como principales metas sancionatorias. Liszt a la política criminal como un con-
Así, retribución, expiación y enmienda, junto de principios garantizados por la in-
son operativos concretos de las tácticas, vestigación acerca de las causas del delito
estrategias y técnicas de toda política cri- y de la eficacia de la pena, enderezados a
minal. Ella se realiza en un espacio tem- dirigir la lucha contra lo delictivo, por me-
poral racionalizado que procura el ordena- dio de la pena y sus formas de ejecución.
miento de la convivencia humana, de aquel La política criminal antecede a Rudolf
summum bonum al que sólo se llega, bajo von Ihering como un derecho penal de sen-
los resplandores de la justicia sombreando tido, de proporción adecuada a los daños
el resto de los valores jurídicos. Sobre este producidos, a la temibilidad o peligrosidad
fundamento, la política criminal trinamiza del delincuente. Ella mostraría el estado
un importante sector de la biocriminología. político de la geografía penal, que debe li-
Paraleliza a ella la estrategia en la proli- mitarse al ámbito jurídico valorativo. Pero
feración de los daños terrenales y frente lo político criminal hace tabla rasa con los
a detrimentos espirituales superiores emer- principios jurídicos de retribución, revisa
gen acciones religiosas, éticas o morales, estos fundamentos y promueve estrategias
conjuradoras de males tan profundos como de avanzada, se presenta como un singular
los que acarrea el delito y las secuelas sentido plasmador de lege ferenda unifica-
criminosas. dor de justicia y constructor de funciona-
.En tiempos de Franz von Liszt, la políti- lizaciones tendientes a disminuir la crimi-
ca criminal apuntaba a la crítica de las nalidad. '
leyes penales, pero hoy ha ensanchado en La historicidad del evento políticocrimi-
mucho sus horizontes aunque los funda- nal es un poco la antihistoria espiritual y
mentos sigan siendo los mismos, aquellos en el meollo de su desenvolvimiento el nom-
sugeridos por César Beccaria y por Gian- bre epónimo de los neokantinos de Badén,
domenico Komagnosi en Italia, como con- los de la escuela del sudoeste alemán: Win-
junto de prevenciones, medidas gubernati- delband, Rickert y Lask, no figura especí-
vas tendientes a desanimar actitudes delic- ficamente, pero los connotados valorativos
tivas. nacen de estas insinuaciones que el mo-
La política criminal se desprende como vimiento existenciario fenomenoaxiológico
vendría a poner en el sitial que la tempora- flictividad severa, la subversión anarqui-
lizada política hoy ocupa, o va aposr atándo- zante, lo caótico, el terrorismo, el suicidio
se sin conseguirlo por las exigencias de epidémico, la anemia, incluido el amplio ca-
nuevas singladuras a que se abre en manera tálogo de delitos que describe el ordena-
permanente su trinamizar y nos valga el miento jurídico penal, en fin, aquello que
neologismo que viene a reemplazar en este designamos como contradicción objetiva por
remanso al equívoco dinamizar. constituir la repulsa mejor estructurada
Las actitudes estimativas nos han en- del valor justicia, emergen como expresión
frentado con los tópicos acerca de los va- acabada de antipolítica o de antirreligiosi-
lores y, el entorno de lo axiopolítico coloca- dad o de cuanto se ocupa la política de
do en los andariveles de la temporalidad lo criminal, o sus alongamientos teístas.
que nos puso de pronto, en los perfiles del Es la que señala el camino de la guerra,
sentido, proveyéndole de un inédito encor- sea ésta la precursora o la sucesora de la
dado al tema político, al de lo comunitario, política. En nuestra era tecnotrónica nu-
al de la ciudad del hombre. clear interplanetaria, donde la dogmática
Por estas vías es que la política encuentra carece de leyes para ejercitar sus artilu-
su morada en la justicia y en los otros gios, sólo queda la moderación y los valo-
valores del Estado, pero es por ellas también res prudenciales del más viejo linaje polí-
que cobra distinta importancia en el con- tico, entendido como actitud enderezada a
cierto de disciplinas históricas y futurólo- la justicia en la civilización, o el rezar ro-
gas, singularísimamente en nuestra biocri- gando la instauración de la Ciudad de Dios.
minología. En este tembladeral, opera la biocrimi-
Cuando un estudioso del crimen como nología y elabora materiales de estudio
Edwin Sutherland dice que la materia penal para perspectivas macropolíticas de que
no es el mero conjunto de leyes que prescri- deberán echar mano los organismos inter-
ben sanciones penales, que mucho más que nacionales, para salir al cruce del proceso
el legislador es el juez quien sindica de proliferación del caos, pináculo abyecto
determinadamente lo delictivo, está alu- de antijusticia, de que se ocupa la política
diendo a valoraciones a cargo de cortes de criminal, también en manera específica e
justicia, a concretas políticas criminales insoslayable en los tiempos que corren.
en las que no son ajenas en su aplicación Esta referencia al presente; lo es a un
agentes intermedios tales como la policía ensanchamiento de la temporalidad que lo
y organismos oficiales auxiliares de los comprende, pues de cuanto se habla en po-
tribunales de justicia penal y correccional, lítica es de eso precisamente, de tiempo, de
e inclusive hasta esa estructura de estima- existencia que se temporaliza y, al reali-
ciones conocida como opinión pública. zarlo, se convierte en un sentido, en un
Reconoce así que el influjo de la política algo estructurado como axiopolítica.
criminal es casi una invención de la reali-
dad sancionatoria penal. A su turno, ésta Capítulo III
impone rumbos a la política punitoria le- SOCIOLOGÍA BIOCRIMINAL
gislativa en dialéctica empírica concreta,
configuradora de la política del estado en Una panorámica sociológica nos orienta
general y de las agencias de éste, destina- hacia áreas cognoscitivas desde que lo gru-
das a prevenir y combatir la delincuencia, pal es un algo esencialmente cognitivo, una
como policía (incluidas las privadas bajo abstracción indicadora "de relaciones de
control estatal), fuerzas de seguridad, ser- comportamientos.
vicios penitenciarios, etc. Toda conducta de grupo es convencional
Delincuente, delito y pena, están empa- y el desconocimiento de lo convenido pro-
pados de contenido político, constituyen voca anormalidades en el accionar de los
algos que pertenecen a la comunidad, al componentes de los conjuntos en que actúan.
seno donde establecemos las caracterizacio- Estas anormalidades pueden determinar
nes jerárquicas que el mundo economicopo- desviaciones conducíales y éstas, a su tur-
líticosocial conoce como creaciones valora- no, acciones criminosas.
tivas. Mejor expresado, lo político signa lo En esta escueta panorámica sociológica
creativo espiritual como lo económico el nos interesa destacar lo esencial de las ex-
emprendimiento empresario. Los opuestos, presiones adaptativas desde el punto de
lo delincuencial, tiende a abolir toda crea- vista cognoscente, relaciona! y socioperso-
tividad, destruir, caotizar. nalitario.
A este juego de contravalores enfrenta El personaje es una máscara, un ropaje,
la política criminal. La violencia, el frau- una vestimenta que moldea comportamien-
de, la rareza, la extrañeza, el afranjamien- tos. Ellos componen los grupos que en esen-
to, lo catastrófico, la degradación, lo inhu- cia sólo constituyen pensamientos, juicios,
mano, lo aniquilante, el nihilismo, la con- razonamientos, recuerdos, reglas, normas,
flujos de ideas que se cristalizan, endere- Sorokin, Max Weber, Emile Durkheim, Fer-
zadas simbólicamente a la constitutiva de dinand Tonnies, más que como científicos
instituciones, de ideologías, de formas ló- afinan sus elaboraciones como auténticos
gicas. Las estudiamos aquí, en sus génesis artistas buscadores de aberturas hacia ho-
raigales que, la fenomenalizan en sus co- rizontes desconocidos, imprevistos y ali-
nexiones estructurales y las orientan valo- neados en el sentido de ajenos y salidos de
rativamente. línea (Comte, Marx).
A la persona la estudiamos desde su pa- Un renovado intento de los sociólogos ha
pel de hijo, de resultado de la proyectiva sido el de considerar a los delincuentes como
de dos personajes, el del padre y la madre. pertenecientes a una determinada clase
Este anudamiento epicéntrico, el de la fa- social. Fallida intención que una y otra vez
milia bioaxiológica, extiende sus connota- quedaría fuera de onda (Lombroso, Ferri,
dos en el estudio de las rivalidades entre Garófalo).
hermanos y las catalizaciones colaterales de Algo paralelo le acontece a los sociólogos
la familia con otras instituciones societa- marxistas con la mentada clase proletaria
rias, laborales, recreativas, curativas, reli- que, al no poder conseguir una definición
giosas, etc., con las que la persona se iden- nítidamente lograda, quedan malogrados
tifica y conoce en definitiva su sí mismo. en sus propósitos de sindicación clasista
En nuestra triada, la intrivisa, el nivel y, consiguientemente, anegada su sociolo-
teorético cognoscente juega como síntesis gía, sin salida, clausa.
resultante, en la que a su vez se dialectiza Los propósitos sociológicos de Marx que-
otra compositiva en la que lo societario glo- dan empantanados en el desenvolvimiento
bal hace de tesis eognoscente, la persona, el de la sociología más que por diligencia de
personaje, lo personalitario, se presenta Marx Weber y todos sus contradictores vá-
como antítesis concebida teóricamente y la lidos, en mérito y razón del cambio de la
síntesis, última resultante, es el conoci- realidad históricosocial operada.
miento del sí mismo identificado como tal. El materialismo, como una de las postre-
En el intramundo de este monotrialismo ras expresiones del positivismo decimonó-
aposentan esos fenómenos mentales que lla- nico, no resiste los embates de la centuria
mamos imágenes, que en nosotros conno- siguiente, la de la era tecnotrónica que se
ta la antigua nominación imago, que guarda preanuncia con el telégrafo, denuncia los
cierto paralelismo vicario con la de logia. empaquetamientos del individualismo, del
Esta expresión apunta a precisiones de las espacio recto, e inugurando el curvo, arrolla
que las imágenes se marginan por las pre- la era gutenberiana, lanza las trifusiones
sencias mágicas, muy en especial los imagos masivas y, con ellas, nuevas maneras de
viscerales, los conectados a lo corporal y, comunicaciones condicionadoras de renova-
algo menos desteñidas de su magia, los ima- dos estilos de vidas.
gos instituidos desde lo espiritual valorati- En éstos, transparece la importancia de
vo en su vastísima gama, donde los imagos los medios de comunicaciones, constitutores
religiosos guardan el más acentuado poder de los mensajes, masajes o simples infor-
en área espiritual, a los que suceden en maciones, notas rematadoras de un estilo
imposiciones los arbitrios de la moda y sociológico y auguradoras, con Marhsall
otros parecidos, en los que lo imaginario H. Me Luhan a la cabeza, de otro en el que
cuenta con innegable importancia. lo comunitario aparece forjado por la índole
Tanto ello, que una fijación imaginativa de los medios más que por los contenidos
puede enajenar los triyoes de nuestro sien- mismos de las comunicaciones.
do o conturbar cualquiera de ellos en par- En nuestra panorámica sociológica, el
ticular. El imago de una pasión amorosa bombo aparecería como tesis de los medios,
constituye un significativo ejemplo, lo mis- el libro de imprenta como antitesis y, lo
mo que la del Padre, desvelada por S. post-televisivo, como síntesis comunicante.
Freud en su Tótem y Tabú en manera Cabe este giro dialéctico en los hechos,
sistemática. Pero, conocida desde antiguo desde el momento en que se reconoce que
por todas las civilizaciones que entrevieron los medios imponen la característica modal
lo conflictivo y la lucha (lúdica o agonal) a cuanta información trasmiten. La fórmula
en las reconditeces de lo espiritual jerar- dualística emisor-receptor es eliminada
quizador, Hegel es el nexo, en lo que hace radicalmente por la trialista emisor-medio-
a esta perspectiva, entre el tradicional receptor, en la que el medio no es algo hur-
racionalismo y la naciente abertura exis- table a la realidad de la comunicación
tencia!. social, sino un componente insobornable de
La sociología aparece en sus grandes fi- la misma.
guras como una imago y, en sus peones Ella testifica la presencia de una era
constructores, oomo una técnica. Sus figu- primitiva pre-alfabética que hace de tesis;
ras estelares: Talcott Parsons, Pitirim A. otra tipográfica, la del hombre alfabético
que se le contrapone como antítesis, germen vada en estilos, maneras y modalidades que
desarrollado como etapa de transición, la vamos a tratar de sintetizar, pero de las
era individualista y, por último, la del que nos ocupamos con más amplitud en
hombre intriviso, integrada culminación hu- nuestra Sociología del Derecho. Depalma,
manista en la que lo sociológico logra su Es. Aires, 1968.)
más acabada plenitud mediante nuevos len- Un ejemplo paradigmático lo ofrece Da-
guajes. vid Riesman y la concepción vertida en su
En estos lenguajes juegan todos los sen- libro The lonely crowd, con la colaboración
tidos. No preeminentemente el oído como de Nathan Glacer y Renel Denny al estu-
en los primitivos, ni la vista como a lo lar- diar las transformaciones del carácter nor-
.go de toda la era individualista que inau- teamericano. La muchedumbre solitaria lle-
guran en sus primeros tiempos los griegos gó a ser un lugar común en el que conver-
y que hace llegar técnicamente a su cénit gen todos los tipos caracterológicos: los
Gutenberg, sino la combinatoria armónica orientados desde la tradición, los orienta-
de todos nuestros sensorios convertidos en dos desde las profundidades internas y, por
sentidos, vocacionados en la polis del hom- último, los orientados por los otros. Las so-
bre, tendientes a transformarse en el sen- ciedades constituidas por estos hombres, ti-
tido determinante de prefiguraciones sig- pifican idénticas características coherentes
nificativas de la índole sociológica que facilitadoras de conformidades. Aunque des-
apuntan las resultantes intrivitriales sig- de cualquier perspectiva estamos frente a
nantes del mundo contemporáneo. abstracciones tipológicas, es interesante
El hombre ha evolucionado desde su tipo mostrar la referencia a lo humano concreto,
primitivo proalfabético, pasando por su con- poniendo en resalto la perspectiva existen-
textura dualística representada elocuente- ciaria del punto de partida y con ello, la
mente por el individualismo, hasta conver- revolución copernicana operada aquí por la
tirse en indivitrio, atento a sus tres men- sociología.
suraciones capitales y abierto a todas sus Las intenciones de Riesman están pues-
potencias perceptuales. En este tránsito tas en desocultar los pliegues de la clase
existenciario han acompañado al hombre media urbana estadounidense, tarea que
tres tipos de sociedades, pues es inconcebi- realiza desde sus simientes estudiando al
ble él sin ellas. A la primitiva sociedad niño en. el ámbito escolar, hogareño fami-
tribal, sucedió plasmado en antítesis la so- liar y en facetas iniciales múltiples.
ciedad individual, etapa transicional entre
dos tipos de organización social en la que el El correlato obligado entre el carácter y
hombre creía falsamente enfrentar a su la sociedad se aquilata entre los modos de
conglomerado social conformando el clási- conformidad. El alto potencial de creci-
co dualismo individuo-sociedad. Hoy vivi- miento de una sociedad, desarrolla en sus
mos la síntesis intrivitrial en la que lo so- miembros un carácter social cuya confor-
ciopersonalitario, constituyente humano in- midad está asegurada por la tendencia a
sobornable, al autenticar nuestro siendo con seguir la tradición. Sus hombres son orien-
otros, provee al hombre una sociedad abierta tados por la tradición y su sociedad depen-
de tónicas específicamente cognoscentes, de de orientaciones tradicionales. La India
explosiva al tiempo que limitada en sus ofrecería un buen ejemplo.
parámetros cognoscitivos. En las sociedades de crecimiento demo-
Así, percibimos un cambio en la pers- gráfico transicional desarrolla en sus pro-
pectiva sociológica que estudiamos de la totipos un carácter social cuya conformi-
sociedad nosotros, desde una sociedad per- dad se asegura por su tendencia a adquirir
sonalizada en la que logramos concientizar desde !os primeros pases de sus existencias
nuestro sí mismo sociopersonalitario. En un conjunto de metas propias, internaliza-
esté remanso, confluyen las corrientes so- das al punto de permitirles orientarse des-
ciológicas principales de nuestro momento de sí y a la sociedad en que viven como de-
epocal. Aquí desemboca la que viene de Eu- pendiente de orientaciones internas, pro-
ropa en el torrente existenciado fenomeno- pias de la misma. Rusia se ofrece como pa-
axiológico que une suertes con la del em- radigma cabal.
piricismo norteamericano de la teoría de La sociedad de declinación demográfica
la acción social, con su enorme complejo de incipiente, por último, desarrolla en sus
experiencias buscadoras de características Representantes típicos un carácter social
sociales trabajadas desde lo psicoaxiosocial, cuya conformidad se asegura en la tenden-
convergentes con las aportaciones de inves- cia a orientarse por las expectativas, pre-
tigadores armados con métricas nuevas pero ferencias y elecciones de los otros. A la so-
formados en las viejas tradiciones huma- ciedad en que transcurren sus existencias
nistas. Desde esta triádica confluencia, la la inspira la orientación ajena, los otros.
panorámica de la sociología aparece reno- Se trata de una correlación de tipos idea-
les de carácter y de curvas de población de teres orientados por la tradición a los orien-
la sociedad, madurados en tres momentos tados por internos periscopios y, menos
demográficos configuradores de caracterís- aún, a los que reciben su orientación de
ticas empíricas fáciles de detectar, e inclu- otros y sólo atienden al radar de sus apa-
sive reversibles en sus interpretaciones. ratos perceptuales. En el meollo de esta de-
En los intersticios de estas correlaciones, clinación se insertan las sociedades impo-
de este correr de relaciones, van los roles. niendo características típicas de crecientes
El rolar de f uanto se presenta representan- amabilidades en todas sus plasmaciones so-
do, poniendo en los escenarios la existen- cializadora, vale expresar, que las reglas de
cia representaciones de roles societarios, ceremoniales en las sociedades con alto po-
cuidadosamente ordenados, como en el caso tencial de crecimiento demográfico transi-
paradigmático de la etiqueta social, formas cional y las etiquetas de ésta, inclusive en
disfrazadas, mascaradas ceremoniosas con- los modos del vestir, en las ropas más pun-
troladoras de gustos, cortesías y amabili- tillosas que las empleadas por sociedades
dades, reguladoras a su turno de energías con declinación demográfica marcada o me-
emocionales configuradoras de los perso- ramente incipiente, en las que el aperturis-
najes. mo de la amabilidad derrumba las fronteras
Los múltiples roles que desempeñamos en levantadas por los ceremoniales de la eti-
nuestra existencia pueden poner en conflic- queta.
to nuestro sistema social o nuestra perso- Queda establecido en el nuevo estilo so-
nalidad. La conformativa de nuestro siendo ciológico una abierta correlación entre el
nos determina roles, los que muchas veces crecimiento demográfico, las formas del
no quisiéramos desempeñar pero nos vemos trato social cotidiano y los caracterea de
obligados a aceptarlos o modificarlos com- orientación plasmados en los mismos desde
pensando situaciones o para equilibrarlas edades tempranas, inclusive primera niñez.
armonizándolas en el sistema en que se Se asoman estos múltiples intentos co-
articulan. rrelaciónales, aberturas que unen insepara-
En una visión panorámica de la actual blemente las formalizaciones sociales con
sociología se confronta una pluralidad bas- las actitudes políticas y los emprendimien-
tante amplia de las métricas posibles a em- tos biopsíquicos, las tres esferas mundani-
plear en su desenvolvimiento y la del juego zadas en sus funcional izaciones estructura-
de los roles se complementa con las pers- les o institucionales.
pectivas semióticas. La permanente elabo- Las tres perspectivas conformando un
ración de reglas sociológicas, tiene como todo holístico, vale expresar, entero, total,
obligado vehículo a las palabras y a las completo; en una palabra: y con vocación
proposiciones formadas por vocablos. El reiteradamente integrativa en su insisten-
análisis del lenguaje se torna cada día más ciado proceso trinámico existenciario.
necesario en las expresiones sociológicas, Conforme lo atisbamos al ensayar prece-
no sólo por la proliferación de temáticas dentemente una clasificación de los delin-
ideológicas sino por lo cambiante de éstas cuentes en endotímicos, afectivos y ocasiona-
que tornan necesario el desenterramiento les, estas penetraciones sociológicas pueden
de olvidados moldes o el archivo de formas resultar muy útiles en biocriminología. El
gastadas de expresión que la ciencia impo- historial biocriminológico así lo certifica.
ne renovar en vista de una mayor precisión
lingüística. Capítulo IV
La temática lingüística ha sido discuti- DESDE LO INTRIVISO
da con singularizado énfasis en el campo
de la estética. Pero problemas raigales de Conforme los desarrollos que venimos
la misma desembocaban en la psicología. ensayando, nuestra actitud resulta clara-
Después el psicoanálisis aportó una exten- mente intrivisa, pero insistir en los moti-
dida cuota de conflictos lindantes con tópi- vos, deseos y razones, que determinan nues-
cos sobre simbolismos que en el fondo te- tras intenciones intrivitriales, permite ver
nían características lingüísticas de corte desde una perspectiva generalizada cierta
sociológico descriptivo. actitud de combate contra los dualismos que
Ante la imposibilidad de establecer lími- vienen perturbando a lo ancho de las disci-
tes precisos entre lo endotímico, lo valora- plinas humanísticas, cuya principal voca-
tivo y lo normativo, la profundización en ción integrativa también se ve obstruida en
el conocimiento de los juicios que tratan el ocasiones por la persistencia en querer di-
proceso va al desvelamiento de las áreas cotomizar todo del renuente individualismo
sociológicas en que tales temáticas se de- en trance de periclitación.
baten. Un individuo es un alguien a quien se
Las convenciones van disminuyendo en sindica como despreciable o, cuanto menos,
sus gradientes formalizadas, dé los carac- aludido con cierto dejo de minusvalía. Se
individualiza al delincuente o, inclusive, a dotímico de afectos neurales y de todos
los animales. Cuanto gira en torno a un nuestros impulsos, desde los genéticos a los
individuo, es algo sin prestigio, algo que lindantes con deseos sofisticados, refinados
ha perdido status. o vicariantes. Las tres mensuraciones co-
Los dualismos introducidos a sabiendas municantes, la vital, la estimativa y la
o subconcientemente por el egoísta, por cognoscente propiamente dicha, van pre-
quien confronta su ego con la sociedad o cedidas por un prius global donde juegan
persiste en el dañino dualismo de enfrentar los quienes Cemiten o receptan) el dónde
al individuo con el estado, han acarreado y el cuándo, el qué, el cómo, y los efectos
disturbaciones que la intención dialéctica producidos (feedback') ; prius que no da lu-
empírica intrivisa está esperanzada en su- gar a parcelaciones divisionistas de los hu-
perar. manos en tanto siendo comunicantes.
El absoluto divorcio entre los ciegos im- El proceso comunicativo puede resultar
pulsos vitales y la libertad de elección, es insuficiente, distorsionado o desviado, in-
relativizado por la voluntad y unido por lo clusive convertirse en acto delictivo, de
consciente. Los supuestos dualismos divor- a!lí su importancia biocriminológica. La
cistas de los campos de la compositiva hu- comunicación ayuda al indivitrio a su pro-
mana han cedido paso a la concepción inte- pia identificación, a equilibrar sus emocio-
grativa en la que la unidad se antepone a ne», su reaccionar y reconocer los influjos
los distingos. Para la intención intrivitrial del mundo circundante. La habilidad rela-
hay un prius unitarista intrivisible que cionante procesada trinámicamente es la
posterga todos los distingos, con la certi- condicionante obligada de todos los mensa-
dumbre de' que el todo se antepone a las jes (masajes o discursos), de acuerdos o
partes. Otra óptica determinaría el peligro incomprensiones.
de sucumbir en desintegraciones no desea- En el grado de comprensión va implica-
das ni queridas. Así la intención primera da la jerarquía de todo proceso comunica-
es la de la indivisibilidad de la triada que cional indivitrial y en ella los justos victo-
la condición humana compone, estructura rean las antorchas de la civilización.
y por la que consiste. Lo intriviso muestra una triple compren-
En nuestra intención intrivisa, el presen- sión de nuestro siendo. Él trifurca nuestro
te anuda al pasado y al futuro. Impone un yo, en uno actuante, otro valorante y un
presente del pretérito, un presente actual tercero cognoscente. En el actuante prima
y un presente del porvenir, intrivisible rea- lo espaciario, en el valorante lo temporal
lidad atenta a los tres éxtasis temporales y, por último, en el cognoscente lo absoluto.
trinamizadores de la condición humana. Espacio, tiempo y absoluto elaboran la exis-
El proceso temporal, ofrece una triada tencia, la intrivisa triádicá que vamos
en la que el ensanchamiento del presente siendo.
cobra cálida plenitud. Aquel dualismo: pa- En el yo actuante prima lo experiencial
sado-futuro, ha quedado atrás en el mundo donde se reconocen factores temperamen-
existenciario. El presente como realidad tales característicos condicionadores de lo
trinamiza el proceso. El escamoteo de su neurotónico intrapsíquico somático.
presencia ensayado en manera sistemática En el yo valorante prima una fuerza epi-
por el individualismo ya es algo que ha céntrica concitadora de todos los sentires
quedado fuera de disputa y lo intriviso pue- que convierte en sentido, principio común
de afirmar con la fuerza de convicción que singularizado en cada alguien temporal que
lo caracteriza, que la mensurabilidad del se consolida como una suerte de tiempo y
presente existenciado es insoslayable cuan- finitud que labran jeraquíag perennes o
do hacemos referencia a la tranquilidad, al transitorias, con la comprensión directa de
tiempo en que la existencia del hombre de- lo eterno, de cuanto trasciende lo existen-
sarrolla hacia su maduración y finitud, a ciario terrenal.
lo temporal de la ciudad (cives) que crece Por último, el yo cognoscente, sintetiza
en el hombre como civilización. la idea de nuestro siendo absolutizándolo y
Para nuestra intención indivitrial, en priman en él toda suerte de abstracciones
cuanto a la comunicación, la tríptica: per- conceptuales, incluidas racionalizadas fan-
cepción, valoración y expresión, hace de tasías, ensoñaciones y conciencias lúcidas.
epicentro de todos los componentes válidos Pero una vez más, para hacer compren-
que funcionalizan, estructuran y la siste- der nuestra actitud intrivitrial, damos por
matizan. sentado que los tres yoes mencionados, van
La comunicación en el indivitrialismo no intrivisos en el proceso trinámico antece-
es solamente una teoría, .sino una vehiculi- dido por el integrum del existente concre-
zación de valoraciones, de sentidos monta- to, en que converge la triada de yoes alu-
dos en lo sensorio, en lo sintiente de nues- dida.
tro cuerpo perceptivo, del organizador en- La triada, cuya síntesis final va en la
palabra del sí mismo, tiene en la nuestra Por la conciencia nos sancionamos, gratifi-
raíces ancestrales desarrolladas a la sombra camos o permanecemos indiferentes. Sus
de simientes judeo-heleno-cristianas. En ese puertas de la indiferencia a nuestras re-
socavón milenario insondable, el oriente cánones, reglas o normas, abren las com-
hace de.tesis teísta al que se anteponen los puertas de la indiferencia a nuestras re-
dualismos traídos por los griegos que logra compensas o autocastigos, nacientes de la
sintetizar el post-romano eristoaxiológica- conciencia punitiva que los griegos enlaza-
mente, ofreciendo a la contemporánea ópti- ban a las causas y nosotros insertamos a
ca intrivisa, los secretos recónditos de sus la temporalidad que aquéllos dicotomizaban
vertientes ciméntales primigenias. con la justicia.
La diádica apolínea-dionisíaca de los he- En el antiguo oriente no existió lúcida
lenos, es un risueño juego convertido en conciencia acerca de la propia identidad de
lucha. Lo lúdico bilateraliza las acciones cada quien. Se vivía en funciones grupales
endureciendo los dualismos que dividen. El y de raza, con plenos dominios de concien-
individualismo, que arranca en los pensa- cias colectivas. Fueron los griegos del
dores griegos en la sexta y quizá quinta o siglo Vi al iv antes de Cristo quienes con-
séptima centuria precristiana, escinde lo quistan para la humanidad las primeras
humano, dualiza todas las regiones que es- identidades, personificadas en sus héroes,
tudia. Su signo es el del enfrentamiento en los protagonistas que emergen de sus
que juega y que lucha, los opuestos se unen coros y, por supuesto, en sus dioses.
lúdicamente y cualquier naciente conlleva El peso de la esclavitud y la de los múlti-
un paralelo que lo individualiza. Así, ju- ples corifeos no obsta a la constitutiva de
gando antitéticamente el individualismo he- individualidades. El hombre en cuanto tal
leno, cubre más de veintiséis siglos de va- se designa como dos en el todo in-di-iñso,
riada vigencia, dudosa validez y pernicioso es decir, se ve dentro dos: m (dentro), di
foco efector de desviaciones, desencuentros (dos), viso (ver).
y retrocesos. Aparece el individuo como un compuesto
No es posible desentendernos de sus in- indivisible de alma y cuerpo, de sustancia-
flujos, pero a la larga cederán los basa- accidente y de materia-forma. Con la con-
mentos de los mismos, en pie del indivi- ciencia de identidad se hace presente su
dualismo, arrollado en múltiples sectores indivisión (in-di-visión), tan profundamen-
liberalistas pero firmes con sus adentra- te arraigada que cubre un espectro de vein-
mientos lingüísticos dicotómicos, disturba- ticinco siglos signados por el dualismo con
dores para cuanto se intente edificar supe- que nace la identidad propia de cada cual
rando su enfoque por el del trialismo. como conciencia del siendo libres, de seras
Formulamos esta referencia cimental a viviendo intransferibles libertades en las
propósito de alertar a nuestros lectores so- que no cuentan esclavos ni corifeos.
bre ciertos indispensables neologismos que Este vivenciarse idénticos a sus ambiva-
hemos debido introducir para salvarnos de lencias, no fue un monótono ascender ha-
las acechanzas, ingenuas pero agarradoras, cia la concepción de la persona humana
que la tradición individualística no aban- que nos traerían los últimos estertores del
dona a pesar de reconocer, en mil y un racionalismo vitalista, del racio-vítalismo,
sector, lo nocivo de los dualismos que la culminante expresión dualista de «na co-
sostienen y alimentan. Su capacidad adap- rriente que, negando al individualismo, no
tativa es ilimitada e insondable. Lo prueba acertó a ver la tramoya de la dicotomía que
la longitud de su vigencia y su volatilidad lo entrampaba. Aún no. hemos alcanzado a
simuladora de derrotas que, a corto lapso, medir la fuerza del impulso dualista con
presenta como triunfos, como el típico caso que nacen los primeros intentos de identi-
del liberalismo individualístico, reflotado ficarnos como1 siendo humanos libres. La
una y otra vez por las argucias discursivas serie de pensadores que han vislumbrado
del racionalismo que transforma sus ropa- la presencia trial del hombre, la de su sien-
jes y le coloca como antítesis pronta a es- do intriviso, ha visto traicionado su intento
cindir, a separar y crear abismos dicotómi- una y otra vez por causales múltiples, pues-
cos irreductibles en todos los campos. tas en evidencia por tratadistas antropo-
En nuestra posición trinamizada, el com- axiólogos al estilo de Luis Fernando Rive-
ptejo adaptativo es invulnerable. El cuerpo ra, de Egidio Vechio y de Néstor Amílcar
como aparato integrador central simbióti- Cipriano, para no citar sino a tres incur-
camente autocontrola las motivaciones por sores en lo intriviso humano que elaboran
una estructura temporal jerarquizada que sus tareas antropoaxiológicas y lingüísticas
concita el sentido de las emociones y por el en abierta reacción frente al individualis-
pensamiento racional que convertido en mo aún en boga. Con ellos, hemos docu-
conciencia conforma las autoprohibiciones mentado las primeras denuncias sistemá-
o aceptaciones de exigencias societarias. ticas al individualismo imperante.
La concepción trial, la que concibe al cia apunta a la creación de la ciudad infer-
hombre como unidad intrivisa, a nivel de nal, la del mundo criminal. Pero ésta, por
su síntesis, se ve formando grupos, conjun- propia definición de anti-poüs, jamás llega
tos en que inserta su intrivisa realidad, en a estructurarse en verdadera cives, pues
los que se identifica y a los que identifica. en el fundamento de toda ciudad yace la
De los grupos se experimenta como parte justicia que la hace posible y la injusticia,
y los vivencia desde un nosotros que se sabe lo delincuente, niega su presencia en los
múltiple. hechos. Sus desvaloraciones, en forma ab-
Hay una conciencia intrivisa, la del hom- soluta lo certifican.
bre desidentificado con el individuo e iden- Análogo despropósito al de la ciudad cri-
tificado al siendo trifásico en el que con- minal es la de cierta bioteología de la vio-
vergen los imponderables de la tradición lencia o de la muerte de Dios en la ciudad
con las propias valoraciones y con las de del hombre. En ésta se realiza la justicia,
los otros. Son las trimensiones, de un sien- la creación, la libertad, realidades que ins-
do asentado en un trípode biotradicional, tauran la convivencia mediante el orden
espiritual valorativo y sociopersonalitario. jurídico. En la violencia, la anarquía y sub-
Consigue conciencia trial por experimen- versión, no hay posibilidad de ordenamien-
tarse como cuerpo, como valoración y como to legal, por mucha apelación a los valores
propio concebirse objetivamente. trascendentes que exista y, menos aún, en
El pronombre preferido por el hombre ámbitos del mundo delincuente por los cer-
intriviso es el nosotros. La primera perso- cenamientos a los desarrollos de la perso-
na del singular, el yo, se le triplicó en yoes nalidad que en última y definitiva instan-
actuantes, valorantes y cognoscentes. Aquel cia suponen obstáculos a la libertad, a la
yo egocéntrico, ahora trifurcado, está do- creación y a la justicia.
minado por una conciencia plural partici- La polis del hombre es el fruto de la jus-
padora, la del siendo-con otros, que de nin- ticia y lo honesto, combinado con lo útil y
gún modo lo des-identifica cuando lo sitúa conveniente, ordenado pacíficamente hacia
en la circunstancia de acompañado con otros la convivencia por el poder. Allí, la pruden-
seres, sin los que su existencia no sólo ca- cia política ejercita sus dones sin desenten-
recería de sentido, sino que ni tan siquiera derse de la lucha por el poder. Por ello, in-
hubiera tenido posibilidad de presentarse. clusive la guerra no encuentra sentido en
La conciencia del hombre crea mundos, la otro sitio que en la política como situación
del hombre intriviso está creando uno nue- límite existenciaria. Su solo justificativo
vo aún configurado parcialmente, pero es el de la guerra justa. Sin é!, lo que hay
opuesto al creado por el individualismo, a es proliferación delictiva y no guerra pro-
aquel mundo de dualidades, ambivalencias piamente dicha.
y dicotomías que en sus últimas expresio- Desde la perspectiva espiritual valorati-
nes a su imagen y semejanza entronizaba va, es decir, desde lo axio-político, vamos a
el reinado del esquizoidismo en su seno, expresar el sinsentido de los actos delin-
tornando su mundo en sucesión de enfren- cuentes. Sin pretender convertir cualquier
tamientos dicotomizadores, agónico y disol- o todo hecho injusto en delito, el crimen
vente. En un mundo así, el amargor de los encapsula inexorablemente antijusticia. Por
mensajes de odio y las permanentes divi- el contrario, el arte custodio de la justicia,
siones por ellos producidas, encapsulaba lo es por excelencia la política, en el más
como destino final su propuesta inicial, la cabal de sus sentidos.
lucha y, tras de ella, la delincuencia y el El tiempo del hombre, esa mensuración
aniquilamiento, finamente conseguido por que estructuramos entre el dónde concreto
los diplomáticos a su servicio por trágicos de nuestra corporalidad simbiótica y lo ab-
agonistas enfrentados y por subversivos soluto de los conceptos elaborados, regula
profesionales. nuestros miedos, impotencias, rabias, espe-
Por el contrario, la concepción intrivisa ranzas, desesperanzas, desesperaciones, cul-
humana crea la presencia del prójimo en el pas, huidas, expiaciones, perdones, ilumina-
hombre, la del siendo con otro es la de aJ- ciones mágicas, ilusiones, angustias, deseos,
guien que se aproxima a los demás y se pánicos, fantasías, intuiciones, ansiedades,
convierte inexorablemente en prójimo des- etc. en búsqueda de las tónicas empíricas
de su constitutiva, por propio inexorable que contrabalanceen los principios de auto-
destino. ridad y libertad donde se perciban, ya en
Este constituirse instituye mediante la el seno familiar, en la escuela, en las ins-
justicia la ciudad del hombre, la polis, dis- tituciones que nos cuidan médicamente, nos
tinta de la infernal, la cives demoníaca, asisten espiritualmente, en los clubes de-
pero también opuesta a la cives dei, la de portivos, asociaciones de índole diversa,
la bienaventuranza sobrenatural. ocupacionales, recreativas, en fin, los gru-
Eí delito como antijusticia por excelen- pos en que nos insertamos comunitaria-
mente, la polis que al conformar nuestro pena muestra el entramado de la psicoaxio-
pensamiento que se concientiza como yo logía criminal iluminando así a la bioerimi"
ideal sociopersonalitario, eg convertido en nología.
lenguaje. La criminología imbuida del dualismo
En lo temporal, comulgamos con nuestros naturaleza-cuMura se limitaba al interroga-
semejantes, luchamos contra antagonistas, torio dualista: delito-pena, hurtando en la
dependemos de nuestra herencia, del albur consideración de la materia en investiga-
de la suerte como de la firmeza en el acierto ción, nada menos que al objeto propio de
de nuestras convicciones, pero fundamen- su estudio, al delincuente, ocultando al hom-
talmente, el sentido del tiempo nos auten- bre convertido en tal por la operatividad
tica como siendo libres en última y defini- dialéctica de aquel binomio, que no acertaba
tiva instancia. La presencia de su libertad a temporalizarse como un- siendo triádico.
supera sus frustraciones y como en ellas Una vez más en la larga historia indivi-
anidan las raices de lo conflictivo, de lo dualista, aparecían dos términos antagóni-
vocado a la desviación, al delito o al crimen cos, ocultando en su lucha la tesis principal
severo, en la verdadera libertad, radica la del proceso a estudiar. El clásico dualismo
confianza de la buena fe, de lo correcto, del proyectando sus maléficas sombras oscure-
anticrimen como vida normal con sentido ció por siglos nuestra ciencia. Aquí van
saludable. La libertad no es un absoluto, quedando claras denuncias, expresas sindi-
y una esencia, sino un algo que existe en un caciones de sus nocivas < desarticulaciones,
siendo, en un quien, limitado siempre por formuladas desde perspectivas monotrialis-
su finitud y por su corporalidad. tas firmes, sólidas y fecundas.
La tópica de la libertad se fenomenaliza Los groseros escamoteos operados por «1
y en la esfera vital endotímica su finitud individualismo tradicional se afirman en
es inexorable, en la estructura valorativa la solidez de los múltiples dualismos im-
puede lograr visos de perennidad e infini- puestos desde la noche de las humanidades.
tud. Por último, a nivel del yo eógnoscen- Aquí, en nuestra disciplina, el dualismo
te, sabe acerca de la certitud de su siendo- causa-efecto maniató el desarrollo, pero
con otros a quien espera la muerte que al otros perniciosos dualismos, se encargaron
convertirse en liberación, en ese preciso de hacer lo suyo en áreas limítrofes. Los
momento, se transforma en esencia, en un dualismos: potencia-acto, naturaleza-cultu-
algo que ha sido, en un pretérito que es ra, soma-psique, libertad-necesidad, existen-
puramente formal. No hay más futuro, el cia-esencia, forma-materia, cuerpo-alma,
fallecer ha sesgado la existencia para siem- interno-externo, alto-bajo, negro-blanco, de
pre y, al hacerlo, la convierte en una esen- recha-izquierda, adelante-atrás, y otros mi-
cia de lo que fue, de cuánto y cómo ha sido. les de dicotomizantes duetos muestran grá-
Desde ese momento, la esencia del hom- ficamente las nacientes del esquizoidismo
bre que fue, sentenciará si se trataba de que envuelve a las fáciles soluciones de
un ser virtuoso, honesto, malvado, delin- decadentes ciencias, artes y técnicas.
cuente o qué hizo en algún instante de su Para el desentrañamiento de las proble-
vida o qué obra realizó en otros momentos máticas armadas por los dicotomismos, la
de su existir. métrica intrivisa apela a la fenomenoaxio-
Al hombre que hace de tesis del proceso logía. Ahora y aquí nos preguntamos así:
biocriminológico, se lo opondrá como anti- ¿qué es la fenomenoaxiología? Con el lega-
tesis la consumación de un hecho criminoso do de la escuela sudoccidental de Badén, el
que obtendrá como síntesis inexorable una auxilio de Edmundo Husserl y de Nicolai
sanción dictada por un juez competente en Hartmann, hemos elaborado desde lo in-
determinada jurisdicción. Ese hombre pe- triviso humano esta compositiva de momen-
nado reconfluyendo en la reiteración del tos fenoménicos, axioaporéticos y teóricos.
delito sintetiza su accionar en otra pena El momento del fenómeno es el de la des-
que conforma la habitualidad criminal. cripción que hace visibles todos log rasgos
En rondas dialécticas sucesivas, por dra- perceptuales. Se trata de iluminar lo feno-
máticos procesos configuradores de actos ménico describiéndolo, sin plantear proble-
antijurídicos punibles, nuevas sanciones ju- mas ni ensayar soluciones. Ante el escueto
diciales determinan las características ex- fenómeno, nos hallamos en área pre-proble-
tructurale-s configuradoras de lo biocrimi- mática y pre-teorética, ante una pura
nológico, que no son otras que las inclina- questio-facti primigenia como desnuda ima-
ciones antipolíticas (en cuanto concebimos gen de lo corporal.
lo político como realización de justicia) san- En la triada de momentos, con el feno-
cionados legítimamente por un juez de de- ménico, tropezamos también con el enigma
recho. La dialéctica de lo disposicional o el misterio del problema y nos enfrenta-
dramatizando el delito que converge en la mos con la aporía estimativa, con el esquí-
vo rostro de la aporética, la ciencia de lo tos, de ritmos y gestos que se convierten en
problemático. Esta disciplina no es la de las actitudes estimativas cinéticas, de dura-
soluciones sino la de los problemas, la de las ción continua o discontinua, pero jugadas
valoraciones que siempre problematizan, espaciotemporalmente siempre, en tanto apa-
crean aporías que estructuran conjuntos de recen como Ungestalt.
problemas a valorar.' Cada Gestaltung equivale a un nudo de
El tercer momento, el teórico, agota los fuerzas inclinacionales cuyas tensiones y
otros dos, dando soluciones y respuestas equilibrios modelan las latericias de las co-
después de la lectura de descripciones y del sas fenoménicas de cualquier especie (tie-
inquirir por las estimativas adecuadas de rra, agua, aire). .
los problemas. Sin la labor fenoménica y En la Gestaltung está el escenario de
aporética resulta inútil intentar la lógica sueños, alucinaciones y fantasías basamen-
cognoscente. En este tercer momento, se tando la existencia del hombre por nuclea-
configuran las teorías y la ordenación de mientos originarios del sentido, procesos de
éstas conforman los sistemas. emprendimientos germinados y orientados
La fenomenoaxiología supone un endere- hacia formalizaciones últimas. Se da en ella
zamiento hacia el sistema. Un ir del cosmos el sueño profundo de los orientales.
fenoménico a las valoraciones de los pro- La Ungestalt constituye una especie de
blemas y, por último, a teorizarlos coorde- trasfondo perceptual de problemáticas va-
nándolos en sistematizaciones críticas, que lorativas, exteriorizantes al tiempo que re-
respondan lo más cumplidamente posible a plegadas hacia máximas entrancias percep-
la realidad tratada. tivas. Los acordes arrebatadores de la Un-
La métrica intrivisa fenomenoaxiológica gestalt no se circunscriben a armonizar con
(fenoménica-aporética-sistemática) incluye melodías sino con el tono interno, se hace
al mundo en los éxtasis de los tres yoes y la espacio y se convierte en ritmo propio.
vuelta a las cosas mismas entraña precisa- Origina un marco de referencia interna,
mente eso y no una supuesta conciencia una trama valorativa operadora de ecua-
pura. Hay una dialéctica empírica de im- ciones de sentimientos, de valores y de sím-
plicaciones y polaridades, de fenómenos, va- bolos.
loraciones y teorías, implementadoras de la Por la Ungestalt condicionamos los más
actividad inquisitiva fenomenoaxiológica. expresivos sentidos de nuestros mensajes y
Desde marcos perceptivos los psicólogos creamos el amplio campo axiopolítico con
de la forma (Gestalt) realizaron las prime- nuevas resonancias espirituales. La per-
ras incursiones en las actitudes valorativas cepción puede enajenar lanzando hacia ex-
y penetraron a la génesis de estos fenóme- terioridades o encerrando autísticamente
nos. Descubrieron que en todo acto de per- en sí a quien aliena. La Ungestalt maniobra
cepción participan la Gestaltung, la Unges- las tensiones salientes y entrantes, despro-
talt y la Gestatl. blematizando por adecuadas estimaciones
Veamos a qué se refieren estos vocablos el comportamiento humano.
germanos. La Gestaltung es el torrente de Para un equilibrio intrapsíquico supera-
impulsos sensoriales motrices, inclinaciones dor de las imágenes oníricas, de las fanta-
germinativas brotadas desde honduras per- sías delirantes y de ensoñación encapsula-
ceptivas radicadas en las indiferenciacio- das en la Gestaltung, proyecta la Ungestalt
nes sinestésicas no coaguladas aún en for- luces solucionadoras de aporías, pero en un
mas propiamente dichas. La percepción es, ensueño homologante a los orientales.
un modo de operar sobre las cosas y respon- La Ungestalt recibe referencias internas
de a una organotrinámica sensoria funcio- reflejadas en las disposiciones impulsivas,
nal. La Gestaltung organotrinamiza fuer- en deseos por necesidades insatisfechas, en
zas, tensiones y equilibrios, modelalores de intereses pugnantes, pero también es orien-
percepciones. Implica maneras orientadas tada desde fuera por marcos objetivos de
a formalizar procesos de percepciones que lo sociopersonalitario, por lo que sistema-
nos conducen al mundo de la génesis y tiza la Gestalt lógica-racional. Más que con-
transfiguraciones desde nacientes protofor- textos inestructurados, la Ungestalt va
mas donde se oyen los colores y se ven los siendo una estructuración afectiva de va-
sonidos, perfumes e impresiones sensoriales lores, de emociones movidas hacia entran-
variadas. Desde nuestro cuerpo experimen- tes y salientes, de percepciones profanas,
tamos Ja imagen corporal, estamos abiertos neutras o sagradas, en situaciones cósmi-
al mundo, a los otros y, lo que es más, nos cas, dramáticas o trágicas. En la estructu-
motivamos mostrándonos. rante Ungestalt gestamos nuestras actitu-
En la génesis de las estructuras, existe des, integramos los plexos valorativos con
una Gestaltung como proceso estructuran- que resolvemos nuestros problemas y nos
te e, inclusive, formalizador de movimien- consustanciamos a nuestra cives comunita-
-ia como ciudadanos de una polis llena de lidad genética de desarrollo cuyos quanta
subjetividades íntimas. Privada de for- psíquicos son la Gestaltung germinativas
mas, se confunde con una entonación acti- que, al potenciarse objetiva e informalmen-
tudinal corporal, totalizantemente vivida te problematizada como Ungestalt, no en-
como plenitud. cuentra que haya nitidez en la figura-fondo,
La polaridad de máxima entráñela del como en la Gestalt propiamente dicha.
hombre se da en la Ungtstalt, en tanto ám- La legalidad va a cargo de la Gestalt, que
jito histórico axiopolítico, en tanto estruc- usa diestramente con equilibrio las leyes
tura internalizada de la ciudad del hombre. de las formas del mundo, precipitadoras de
Vale decir, estructura no formalizada, re- configurativas de conjuntos, clases inertes
;reada en un nuevo espacio temporal sin ide objetos, categorías semánticas de pen-
contornos ni relaciones figura-fondo como samiento y de lenguaje.
en la Gestalt. Las tres instancias, la de la Gestaltung,
Las sintonizaciones empáticas del senti- de la Ungestalt y de la Gestalt son funda-
do van a cargo de la Ungestalt en tanto mentales en el proceso de percepción. Las
homogeneizadora de sentimientos, jerarqui- tres no esquivan la presencia de lo corpo-
zadora de problemas e identificadora de va- ral, como matriz de todas las escalas huma-
lores en el devenir del mundo. Ella desenla- nas y como iniciaría imagen de la realidad
za los nudos de sentido que la existencia se concreta del hombre.
encarga de atar, en gestos balbuceantes o En la base de la Gestalt psíquica, la per-
atrevidos y plasma las estructuras espiri- cepción constituye un todo unificado y de
tuales en tanto clima particularizado de ningún modo una composición discontinua
circunstancias al que provee de acentos es- de sensaciones.
timativos: teístas, políticos, delincuentes. Aquí en nuestra conformativa, desde
La caída en ingenuos realismos por abso- perspectiva intrivisa reconocemos que los
lutízaciones valorativas, habla de escruemas principios formales o de Gestalt, han cons-
simplistas que obviamente se esconden en tituido un basamento que ha afirmado con
algún reduccionismo de los tantos que nos sólidos desarrollos en los que la actitud in-
ofrecen las interpretaciones dualistas en trivisa se considera pionera. En una bio-
boga. La Unyestalt cumple una misión per- criminología intrivisa, estas conceptuacio-
ceptiva singularizada con indudable ento- nes resultan confirmadoras desde todos sus
nación corporal, voeada hacia una integra- horizontes. Y sobre todo posibilitan la sin-
dbra totalidad de sentidos que se convier- dicación de lo delictual desde áreas forma-
ten en Gestalt. les, no obstante radicar sus gérmenes en
La percepción obra más allá del sentido zonas bióticas y sus mayores problemáticas
sobre la forma, con esquemas objetivos en la estructura de lo espiritual valora-
como modos de operar en cosas que no se tivo.
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del inquilino y su grupo conviviente. res, de los cuales deben reunirse por lo
2) LOS CONCEPTOS DE LOCATARIO PUDIEN- menos cuatro: ascensores principales, servi-
TE Y ARRIENDO DE LUJO EN LA LEGISLACIÓN cio central de agua caliente, calefacción ge-
LOCATIVA COMPARADA: neral, escalera de servicio, superficie pro-
medio de habitaciones útiles, escalera prin-
Alemania: El inquilino pudiente queda cipal, altura libre de los cielos rasos, vistas
excluido de toda protección arrendaticia sobre avenidas y plazas, puertas con mate-
especial. riales de lujo, puertas independientes de
Australia: En el distrito federal central, entrada a los departamentos, varias aber-
tres Estados y una gobernación según Act. turas externas, varias aberturas espacios
del 30 de junio de 1958, no gozan de pro- libres internos, pisos de calidad, paredes
tección especial los alquileres de unidades superiores al término medio, office, insta-
de más de 120 mcds. y los que cuentan con lación de aire acondicionado, cocina y baño
más de un ambiente por persona integran- principal con detalles especiales de confort
tes del grupo familiar. y lujo. Por lo que se puede observars en esta
Bélgica: Por ley del 29 de enero de 1964 legislación es indiferente que el inquilino
se protege al inquilino modesto, cuya cali- sea o no pudiente.
ficación estará a cargo de cada municipio El sistema de protección emergencial de
de acuerdo a las condiciones objetivas de las locaciones finalizó el 31 de diciembre
la locación (lugar de ubicación de la vivien- de 1964, fecha del retorno absoluto de la
da, superficie, características, etc.). libertad contractual.
Cuba: De acuerdo al régimen político im- Méjico: Por ley del 24 de diciembre de
perante en la actualidad no existe en su 1948, a la cual se adhirieron la mayoría de
legislación el contrato de alquiler; desde los Estados, se excluye de la prórroga
1960 el Estado ha dejado reconocida la arrendaticia a las locaciones con un precio
propiedad en favor del inquilino. superior a los $ 300 mejicanos mensuales.
Chile: De acuerdo al artículo 14 de la ley Noruega: Desde el año 1968 se excluye
11.622, el inquilino rico o que cuenta con de la protección emergencial a los arrendos
otros inmuebles puede ser desalojado sin de lujo, estando a cargo de cada municipio
indemnización, con el requisito de ser noti- la determinación de las características que
ficado con una anticipación de un mes por deben poseer los mismos para ser tenidos
cada año de antigüedad en la locación, has- como tales.
ta un máximo de 12 meses. Rusia: A pesar del sistema político im-
Brasil: La ley de inquilinato de 1964 no perante, la legislación prevé la existencia
contempla expresamente el caso del inqui- del contrato de alquiler del inmueble, el
lino pudiente. cual es libre porque se considera que exis-
Gran Bretaña: Según Act. de 1957, que- te pudiencia conjunta, cuando continúan en
dan liberadas de la prórroga emergencial la locación núcleos familiares que no re-
y del régimen de control de precios, las vi- presentan la línea ascedente, descendente,
viendas de valor imponible superior a las hermanos o cónyuges.
£ 40 anuales en Londres y Escocia, y las Suiza: Desde 1953 el arriendo de lujo
de más de £ 30 en el resto de las Islas Bri- está excluido de toda protección emergen-
tánicas. cial.
Irlanda del Norte: Impera un sistema si- Uruguay: De acuerdo a la ley de locacio-
milar al de Gran Bretaña, para las locacio- nes sancionada el 29 de setiembre de 1964,
nes de vivienda con alquiler anual superior el inquilino pudiente queda fuera de la
a£ 50. emergencia locativa.
Italia: Contempla el "arriendo de lujo", El concepto de arrendatario pudiente ha
para el cual es intrascendente que el inqui- sido reservado, en algunas ocasiones, sólo
lino sea o no pudiente (está excluido de la para el inquilino cuyos ingresos excedieran
protección emergencial ya que el locatario de determinada suma, buscándose otras de-
que no puede pagar el alquiler que demanda nominaciones para las restantes situacio-
la ocupación de una propiedad lujosa por- nes que acreditan una especial capacidad
que no está de acuerdo a sus posibilidades económica para el arrendatario. La ley
económicas, no puede estar protegido por el 13.659 sancionada en 1968, además excluye
solo hecho de mantener un ritmo de vida no de sus beneficios al inquilino que haya
acorde con sus ingresos). arrendado una finca de comodidades simi-
Para determinar las características de lares o superiores en la misma localidad
las unidades de lujo se emplea un sistema (art. 30, inc. d ) ) .
Venezuela: El alquiler de viviendas va- pueden enumerar: los sueldos, jornales,
luadas administrativamente en más de 225 pensiones, jubilaciones u otros ingresos
bolívares, carece de protección. (A fui de provenientes exclusivamente del trabajo
actualizar los datos, se realizaron consultas personal diciendo que los mismos no consti-
en la Embajada de la República de Vene- tuyen por sí solos bienes de fortuna, inclu-
zuela ante la Argentina, en donde se infor- yendo también al cónyuge, salvo que el
mó que con respecto al tema no han ocurri- monto de los mismos exceda en ocho veces
do reformas significativas.) el salario mínimo, vital y móvil para la fa-
milia tipo. Por lo que se puede obserar esta
3) LA PUDIENCIA EN LAS LEYES 15.775, ley innova con respecto a su antecesora,
16.759, 18.880, 20.625 y 21.342: la 15.775, ya que toma en cuenta a los efec-
Ley 15.775: De acuerdo a su artículo 3*, tos de determinar la pudiencia, los bienes
inc. k), quedan excluidas del régimen de y rentas del cónyuge (a lo que la jurispru-
prórroga: "Las locaciones cualquiera fuese dencia le agregó el concubino o concubina),
su destino, cuando el inquilino sea persona y además los ingresos provenientes de los
de existencia real o física —y en este últi- sueldos, jubilaciones, etc., con la limitación
mo caso su cónyuge—, dispongan de bienes anteriormente citada.
de fortuna o rentas suficientes para adqui- Ley 18.880: Art. 3 9 —Quedan excluidas
rir o alquilar vivienda o local que les per- del régimen de la presente ley: inc. j ) : Las
mita seguir desarrollando sus actividades locaciones de vivienda cuyo locatario tuvie-
habituales normalmente, salvo que se alla- re capacidad económica suficiente para ad-
naren a abonar el precio locativo razonable quirir o alquilar otra análoga o que, aún
que se conviniere, o fijare judicialmente, siendo inferior, fuese adecuada a su nece-
el que en todos los casos, lo será de acuer- sidad de alojamiento. Aquella capacidad y
do al valor real y actual de la unidad res- esta necesidad se estimaría con relación al
pectiva, teniendo en cuenta las circunstan- locatario y a quienes integran el grupo con-
cias del caso y las personales del locatario. viviente, con carácter estable. A su vez el
Los sueldos, u otros ingresos provenientes artículo 43 dispone: "Los inquilinos decla-
exclusivamente del trabajo personal, por sí rados pudientes por sentencia que hubiera
solos no constituyen bienes de fortuna a pasado en autoridad de cosa juzgada con
los efectos de esta ley". Esta ley tiene como fecha posterior al 31 de diciembre de 1968,
antecedentes los decretos-leyes N9 10.070/ por aplicación de la ley 16.739, quedan so-
56 y N' 2186/57. metidos al régimen del artículo 3"? inc. j)
Ley 16.739: En la primera parte de su de la presente ley, sin que sea necesaria la
extenso artículo 3°, inc. 1), determina la promoción de nuevo juicio a ese fin."
exclusión del régimen arrendaticio especial, En realidad con respecto a este artículo,
de las locaciones, cualquiera fuese su des- de acuerdo a la autorizada opinión de Ival
tino, en los cuales el locatario, sea persona Rocca, se puede afirmar que la presunción
de existencia ideal o física y eií este último de pudencia del art. 43, reviste el carácter
caso su cónyuge, disponga de bienes de for- de iuris et de iure, y además sería necesa.-
tuna, para adquirir o arrendar vivienda o rio promover nuevo proceso para que no se
local que le permita continuar sus activida- vulnere la garantía del artículo 18 de la
des habituales sin modificar sustancialmen- Constitución de la Nación Argentina.
te su nivel de vida. En realidad, a pesar de la letra del ar-
Esta ley, a diferencia de la actualmente tículo 43, la comparación entre la capacidad
vigente N9 21.342, condicionaba la pudien- económica prevista en la ley 16.739 con re-
cia al hecho de que el locatario no modifi- lación a la ley 18.880, permite apreciar
cara "sustancialmente su nivel de vida", diferencias, y ello se afirma en base a la
concepto éste demasiado amplio que impli- exposición de motivos de la ley, aunque
ca el peligro de arribar a soluciones injus- luego el texto del artículo 43 lo contradiga.
tas, ya que no se puede amparar a un loca- Ley 20.625: Art. 3': Quedan excluidas
tario acostumbrado a un "nivel de vida" del régimen de la presente ley: inc. g) :
que incluya viajes de placer al exterior, au- "Las locaciones cualquiera fuere su destino,
tomóviles de lujo, servicio doméstico nume- cuyo locatario o éste, con su grupo convi-
roso, etc. También esta ley es sumamente viente, tuviera capacidad económica para
detallista con respecto a las pautas de apre- adquirir o arrendar otro inmueble adecua-
ciación de la capacidad económica, lo que do a sus necesidades".
la diferencia de la 21.342, que como más Esta ley, a diferencia de la 18.880 que se
adelante se verá, establece parámetros ge- refiere en este caso solamente a la vivien-
nerales, librados a las circunstancias de da, extiende el concepto de "pudiencia" a
cada caso y a la apreciación judicial. Entre contratos con otros destinos, como el comer-
las circunstancias que toma en cuenta, se cio, industria, actividades civiles, etc., si-
guiendo el criterio establecido por su art. 1°, concurrir asiduamente a restaurantes o
que prorroga todas las locaciones, cualquie- confiterías de lujo, etc.
ra fuere su destino, de modo que la exclu- Desde ya que no pueden tenerse en cuen-
sión también debe abarcar todos los desti- ta para estos casos los gastos en medica-
no» que de otra manera se encontrarían mentos, atención médica, análisis, etc. Tam-
protegidos indebidamente. bién podría llegar a considerarse índice de
La te-y 21.342: De acuerdo a su artículo pudiencia el caso en que el inquilino al
2'), inc. a ) , quedan excluidos de la protec- comienzo de la locación pagara un alquiler
ción emergencia]: "las locaciones cuyo loca- que para ese entonces era muy superior al
tario o éste con su grupo conviviente, tu- normal de plaza, si su condición económica
viere capacidad económica suficiente para no varió sustancialmente.
adquirir o alquilar otra vivienda análoga Además hay que tener en cuenta a los
o que, aún siendo inferior, fuere adecuada efectos pertinentes, una nueva exigencia d«
a su necesidad de alojamiento. Para deter- esta ley, que es la declaración jurada de in-
minar la capacidad económica se tendrán gresos del locatario contemplada por el ar-
en cuenta los bienes, ingresos, nivel de vida, tículo 59, cuyo falseamiento u ocultación de
y egresos habituales." datos traerá aparejada laa sanciones de de-
Por lo tanto no es necesario que el inqui- salojo, prisión y multa, que establecen los
lino posea una gran fortuna. artículos 20 y 21 de la presente ley.
El inquilino pudiente, en razón de la si-
tuación económica en que se encuentra no 4) FUNDAMENTOS DE LA EXCLUSIÓN DEL
puede ampararse en la prórroga legal, ya LOCATARIO PUDIENTE: Ival Rocca (Nuevo
que la misma está destinada a proteger a Derecho de las Locaciones Urbanas, ley
los locatarios de viviendas que no poseen 21.342, ed. Bias, Buenos Aires, 1976, pág.
capacidad económica suficiente. 151), acertadamente sintetiza el motivo de
La verdadera finalidad económica y so- la exclusión de la protección emergencial
cial de la legislación de emergencia, es la del inquilino pudiente con las siguientes
tutela del inquilino de vivienda económica- palabras: "Mientras se brinde protección al
mente débil, que de acuerdo al criterio del locatario pudiente, se estará alentando al
Poder Ejecutivo, con el 25 % de sus ingre- parasitismo de quien no lo necesita, en lu-
sos, incluidos los de] grupo conviviente, no gar de canalizar a ese locatario hacia la
puede pagar el alquiler de mercado de una construcción de su vivienda, que es lo que
unidad adecuada a su necesidad de aloja- realmente interesa en pro de la reducción
miento. de nuestro déficit habitacional", por lo que
A la capacidad económica del locatario, la legislación de emergencia solamente am-
debe agregársele la del grupo conviviente, para un verdadero "estado de necesidad del
que está constituido por todas las personas locatario", único supuesto en que pueden
que viven bajo un mismo techo y forman justificarse las graves limitaciones que im-
un mismo hogar. Al mismo lo pueden inte- pone al titular del domicilio, respecto del
grar además del cónyuge e hijos, en algu- derecho de disponer libremente de su pro-
nos casos la concubina o concubino y sus piedad.
respectivos hijos, si habitan el inmueble 5) PAUTAS JURISPRUDENCIALES EN EL DE-
locado. Este concepto de grupo conviviente RECHO ARGENTINO: La jurisprudencia en
difiere del de familia establecido en el Có- genera! es coincidente respecto de los pará-
digo Civil. metros dentro de los cuales se debe mover
La actual ley de locaciones da pautas ge- el juzgador a los efectos de determinar la
nerales para la apreciación de la capacidad pudiencia, pudiendo ello observarse en los
económica —a diferencia de la ley 16.739—, siguientes fallos:
que era sumamente detallista al respecto,
con referencia a los salarios, pensiones, ju- Prueba: "La actora tiene a su cargo pro-
bilaciones, etc. y demás ingresos del loca- bar la pudiencia de su inquilino a quien
tario. A estos efectos la ley tiene en cuenta pretende excluir de la prórroga emergen-
el nivel de vida, y los egresos habituales del cial por ser ése un recaudo esencial para la
locatario y convivientes, aunque no posean viabilidad de su acción". (C. N. Esp. C. y
bienes, ni se les pueda acreditar ingresos C., sala IV, 10-8-972).
elevados, tomando como pautas indicativas "El actor que solicita la exclusión de su
circunstancias tales como viajes al exte- inquilino por pudiencia debe aportar prue-
rior, vacaciones prolongadas, envío de los ba para demostrar las necesidades de alo-
hijos a colegios privados con aranceles ele- jamiento de su inquilino y el grupo convi-
vados, servicio doméstico numeroso, estar viente. Lo que demuestra con la prueba de
asociado a clubes de gran categoría, prac- las comodidades que se pretende desalojar
ticar deportes caros como golf, polo, etc., y que el locatario con sus ingresos puede
obtener una vivienda similar o que siendo necesidad de alojamiento, ya que la verda-
inferior será adecuada a las necesidades de dera finalidad de la legislación emergen-
alojamiento". (C. N. Esp. C. y C., sala VI, cial locativa y en especial de la actual ley
11-5-973.) 21.342, es la protección del locatario de vi-
"No constituye elemento idóneo para de- vienda (con exclusión de todo otro destino)
terminar la pudiencia del locatario, las de- económicamente débil, que no puede solven-
claraciones de impuestos a los réditos, y a tar su necesidad habitacional, ya que si se
las actividades lucrativas, por tratarse de protegiera al inquilino pudiente, se estaría
meras manifestaciones efectuadas por el alentando la especulación. Además se fo-
mismo interesado". (C. N. Esp. C. y C., mentaría el parasitismo locatario, que vive
Sala I, 14-3-972.) a expensas del locador desalentado de esta
"No basta demostrar los bienes que tiene manera la inversión en la construcción de
el demandado, sino que ellos son suficientes inmuebles con fines habitacional es, influ-
para adquirir o arrendar otro equivalente. yendo ello en la sociedad toda, con sus ya
Y ello es natural, porque esa es la exigen- conocidas nefastas consecuencias.
cia de la ley pero puede llegarse a la mis-
ma conclusión a través de otros medios que JUBISPBDD»NCIA : L» tit»d» en el texto.
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— Nueva Ley de Alquileres Nt 18.880, Bias, Buenos
18.880". (J. C. y C. N' 1, San Martín, "An- Aires, 1971.
túnez c./ Rapanelli", 15-6-971.) — Ley de Alquileres A'9 eo.625, Bias, Buenos Aires,
1974.
"Quien era pudiente para la ley 16.739, — Nuevo Derecho de loa Locaciones Urbanas Ley
con mayor razón lo es ante la ley 18.880" 21.34Í, Biaa, Buenos Aires, 1976.
— Locaciones, Bias, Buenos Aires, 1976, ts. 1 » 8.
(Cámara de Apelaciones de Mar del Plata, Rodríguez Aguilera, O., Derecho de Arrendamientos
6-5-971, "Torres de Villen c./ Matellan"). Urbanos, 2 ts., Bosch, Barcelona, 1965.
Sánchez Fontáns, J., La Ley de Alquileres de 1984, Fa-
Destino exclusivamente habitacional (ley cultad de Derecho y Ciencias Sociales, Montevideo,
1964.
18.880) : "El desalojo fundado en la pu-
diencia del inquilino solamente procede
cuando el inmueble locado esté destinado a INSPECCIÓN GENERAL DE PERSO-
vivienda, no procediendo en casos de otros NAS JURÍDICAS. En el Apéndice II de
destinos". (C. N. Esp. C. y C., sala I, 21- esta obra y sus páginas 467 y siguientes se
12-972.) inserta la voz correspondiente a este epí-
grafe, que fue redactada por el Dr. Enrique
6) CONCLUSIÓN: En base a todo lo anali- Zaldívar. En este trabajo se señalan la or-
zado precedentemente, se puede decir que, ganización y el régimen legal de la preci-
si bien se ha generalizado el uso de la ex- tada Inspección General de Personas Ju-
presión "inquilino pudiente", en realidad rídicas. Posteriormente la ley 19.550 ha sido
no es necesario que el mismo sea persona modificada por la que lleva el número 21.304
de cuantiosa fortuna, ya que es suficiente y lo hace en el sentido de indicar que la ley
que posea capacidad económica para adqui- 19.550 sobre Sociedades Comerciales, esta-
rir o alquilar otra vivienda análoga o que, blecía en su art. 299 que "las sociedades
aun siendo inferior, fuera adecuada a su anónimas, además del control de constitu-
ción, quedan sujetas a la fiscalización de Mientras ésta y la segunda aluden a una
la autoridad de contralor de su domicilio función, la tercera refiere a una estructu-
durante su funcionamiento, disolución y ra y !a cuarta a un acto.
liquidación, en cualquiera de los siguientes 1. — En cuanto una función es una
casos: actividad caracterizada por una finalidad
especial, se advierte que las dos primeras
"2) Tengan capital social superior a pe- acepciones son las más aproximadas a la
sos 5.000.000 idea central. En tanto que la tercera alude
a una estructura caracterizada por conte-
Este inciso 2 es el que sustituye la ley ner y delimitar a una actividad; y la cuarta
21.304 del siguiente modo: es un sustrato físico, documental, de un mo-
"Tengan capital social superior a mento de actividad.
5.000.000 de pesos, monto este que podrá En su acepción primera y principal, la
ser actualizado por el Poder Ejecutivo, instrucción admite dos posibles extensio-
cada vez que lo estime necesario." nes; según que, a) comprenda la asunción
El punto 3.1.4. de la ley 18.805 decía: del objeto del proceso por el órgano juris-
"Fiscalizar las sociedades por acciones diccional, el primer contacto del objeto con
no incluidas en el párafo 3.1.3. en cualquie- la jurisdicción, o sea, su efectivo pasar de
ra de k>s siguientes supuestos: a) lo consi- momento acotado de la vida real (o que se
dere necesario, según resolución fundada pretende o representa como tal) a objeto
para resguardo del interés público; b) lo del proceso, o b) no comprenda dicho mo-
soliciten accionistas que representen el 50 % mento.
del capital suscripto; c) lo requiera un sín- En otros términos, en cuanto función, la
dico de la sociedad. instrucción puede comprender, o no, al re-
"Esta fiscalización se mantendrá mien- levamiento o proposición del objeto (según
tras subsista la causa que lo determinó". que se adopte la terminología que nos parece
La ley 21.304 modifica el inciso B del más adecuada, relevamiento, o la que utiliza
art. 3.1.3. del decreto ley N<? 18.805/70 por Carnelutti, proposición).
el siguiente texto: En todo caso, la instrucción abarca las
"Tengan un capital social superior al que razones y las pruebas, en el proceso de
establece el inciso 2? del art. 299 del decre- conocimiento; y a estos elementos se agre-
to ley N« 19.550/72, sin perjuicio de lo dis- ga, en el proceso de ejecución —y aún
puesto en el punto 3.1.4." (M. O. y F.) puede intervenir de modo preponderante o
exclusivo— la determinación y asegura-
INSTRUCCIÓN PROCESAL.* 1. — Fun- miento de bienes y personas, como estadio
ción procesal que tiene por finalidad deter- preparatorio de la final satisfacción.
minar los hechos, las pruebas y el derecho, La temática doctrinaria y legal de esta
en el proceso de conocimiento, y además función habrá de centrarse en la determi-
los bienes y las personas, para el proceso o nación del concepto de prueba (ya activi-
ejecución. dad, de las partes o del juez, ya entidad
2. — Formalizar un procedimiento. productora de la certeza, ya medida de con-
vicción sobre la certeza) de los medios de
3. — Fase del procedimento que media prueba, del objeto de la prueba, de la car-
entre el relevamiento (o proposición) y la ga de la prueba, del procedimiento y de la
decisión (Carnelutti) y que tiene por con- valoración de la prueba.
tenido la función instructora (la instruc-
ción, en el primer sentido ya descripto). 2. — La segunda acepción es igualmente
funcional —se refiere a un hacer— pero
4. — Documentación complementaria de difiere de la primera en cuanto es más es-
ciertas comunicaciones interorgánicas —ofi- pecífica desde el punto de vista subjetivo
cios, exhortes, etc. y menos específica, desde el punto de vista
El concepto de instrucción —del latín, objetivo.
instructioonis— comporta la idea de adqui- La mayor especificidad subjetiva reside
rir conocimiento y, por lo mismo, .de im- en que la primera acepción no distingue
partirlo y de procurarlo para sí o para entre partes y jueces; para ella, tanto ins-
otros. truyen unos como otros, aun cuando el des-
Las cuatro definiciones, corresponden tino de la instrucción consista en instruir
a distintas categorías ontológicas y la más al Juez o tribunal.
pura parece ser la que hemos colocado en
En esta acepción, la formalización del
primer término. procedimiento se atribuye al órgano judi-
cial o arbitral, o a un órgano dentro del
* Por el Dr. DANTE BARRIOS DE ANGELIS. tribunal judicial o arbitral. Será instructor
el presidente del tribunal, o un arbitro, por INTERMEDIACIÓN.* Santero Passarel-
ejemplo. li C1) la define como hecho jurídico o com-
La menor especificación objetiva finca portamiento positivo humano productivo de
en la mayor generalidad o indeterminación particulares consecuencias jurídicas.
del fin perseguido en el procedimiento. De Considero que esta definición necesita
modo que habrá instrucción de un procedi- ser precisada en términos más concretos.
miento probatorio; e igualmente instruc- En tal sentido la completo afirmando que
ción de un procedimiento que tiene por fi- es la actividad meramente material tendien-
nalidad el impulso procesal, o el control de te a vincular dos o más esferas jurídicas y
los actos de parte o del Juez. En suma, la que se agota con el cumplimiento de esta
formalización de todo tipo de procedimien- finalidad.
to es, en la acepción segunda, instrucción. Un ejemplo típico de mediación es el
Pero esta mayor generalidad obedece a contrato de agencia o de bolsa.
la naturaleza de las cosas; por cuanto por La intermediación tiene en común con la
esencia, la instrucción, en todos sus mati- interposición que ambas se caracterizan por
ces, es el fondo mismo de la actividad pro- un sujeto que desarrolla su actividad ubi-
cesal; un fenómeno de conocimiento, aún cándose entre dos esferas jurídicas.
en los momentos en que la función cognos- Dos son las pautas que pueden servir pa-
citiva cede en importancia a la ejecutiva. ra diferenciar ambas figuras. En primer
3. — La tercera acepción es estructural; lugar la función que el sujeto en cuestión
pero ya sabemos que en virtud de la ley ge- desarrolle, y en segundo lugar por la natu-
nética del proceso, las funciones determi- raleza de la actividad desarrollada.
nan a las estructuras. Y la estructura de- En lo que se refiere a la primera carac-
nominada instrucción es consecuencia de la terística (función del sujeto), el interme-
función que lleva el mismo nombre; por diario es aquel que desarrolla de diversas
cuanto, no puede, además, haber función maneras una actividad tendiente a facilitar
sin una estructura que la delimite y sirva, la instauración de una relación jurídica
ni estructura que no corresponda a una o entre dos o más sujetos. Pero el elemento
más funciones. clave y determinante (que lo diferencia de
Pero hemos dado preferencia al fenóme- la interposición) es que la relación jurídica
no funcional sobre el estructural, porque en se traba y desarrolla entre éstos quedando
la etapa procesal que se denomina instruc- el intermediario por completo ajeno a esta
ción (fase intermedia entre la iniciación relación, en tanto no asume ninguno de los
del proceso y su decisión o ejecución) pue- derechos ni de las obligaciones que inte-
de ser insuficiente para contener toda la gran su contenido.
función instructoria: puede haber instruc- Con respecto al segundo criterio distin-
ción en la etapa de ejecución, por ejemplo. tivo, naturaleza de la actividad ejercitada,
es la de favorecer y preparar la actividad
4. — Finalmente, la instrucción documen- jurídica de otros. Surge de esto como con-
tal no es función ni estructura del proceso, secuencia que la naturaleza de esta activi-
sino un momento de la función, objetivado dad sólo tiene carácter material. Es decir,
en un documento. una actividad encaminada, no a la directa
Por lo general se tratará de documentos instauración de relaciones jurídicas, sino
complementarios de un documento princi- a poner a disposición de los sujetos intere-
pal, copias y testimonios que acompañen a sados varios medios de los que cada tipo de
un oficio o exhorto, por ejemplo, o de cons- intermediario dispone, a fin de que éstos
tancias necesarias o útiles, que deban figu- puedan cumplir la actividad jurídica que
rar en el documento mismo, como comple- implica la relación que los vinculara.
mentación de los datos fundamentales. También de carácter meramente material
Difiere esencialmente de la instrucción es la actividad del abogado cuando desa-
administrativa, aunque ambas pueden te- rrolla función de intermediario para poner
ner alcances prácticos similares. de acuerdo a las partes a fin de que cele-
La instrucción administrativa es el acto bren contratos o negocios o arriben a solu-
del superior dirigido al inferior jerárquico ciones extrajudiciales. Caso por completo
que vincula a éste y contiene indicaciones diferente al del abogado que represente a
de carácter general o específico —para un
grupo de asuntos a para uno en particu-
lar— respecto de la consideración o deci- (1) Santero Passarelli, Nozioni di diritto dd la-
sión del objeto administrativo. La procesal voro, Napoli, 1957.
emana del inferior o del superior, indistin-
tamente, y no puede limitar el libre arbitrio * Por la D'ra. SARA MERCEDES MOLAS Qui-
de su receptor. ROGA.
«u cliente por poder, ya que aquí es el abo- ros, como contrayente o destinatario de la
gado el que actúa, pero obligando a su declaración.
cliente. Generalmente se hace uso de la interpo-
Son entonces, la situación de ajeno a la sición para eludir disposiciones impera-
relación y la naturaleza material de la ac- tivas.
tividad, las características que definen la Spartaco Spano cita como ejemplo de in-
actividad del intermediario. terposición el que utilizaran a menudo las
Existe discrepancia doctrinaria en el corporaciones religiosas que, privadas por
sentido de ubicar a la intermediación entre la legislación del Reino de Italia de perso-
los contratos o más bien si debe conside- nalidad jurídica o de capacidad para adqui-
rarse, conforme sostiene Carraro, como un rir bienes, lograban entrar en posesión de
simple hecho jurídico voluntario. Siendo los mismos disponiendo su adquisición por
su función meramente material, los que en interpósita persona. Después del Concorda-
realidad realizan el contrato son los suje- to cuando les fuera concedida la persona-
tos que el intermediario ayuda a vincular lidad jurídica y la capacidad de adquirir
o sea que no tiene en sí mismo la facultad bienes, pero supeditada a la autorización
para concluir el negocio. estatal, toda vez que ésta no era concedi-
El mediador no estando ligado ni por da las asociaciones religiosas continuaban
vínculos de dependencia ni de colaboración usando el instituto de la interposición de
con las partes, realiza su actividad libre- persona para lograr su objetivo.
mente y recíprocamente libres son las par- Afirma el referido autor que existe in-
tes con respecto a él. El intermediario per- terposición en sentido propio, en el caso
manece extraño al negocio siendo las partes del mandato, toda vez que en éste existe la
las que adquieren los derechos y asumen las característica de sustituir la voluntad del
obligaciones propias del contrato. El inter- interesado con la actividad de una persona
mediario agota su actividad, meramente interpuesta, ya sea por contrato en el man-
material, con la puesta en relación de las dato, o por iniciativa espontánea del inter-
partes. puesto en el caso de la gestión de negocios
de un tercero. El sujeto interesado, o sea
INTERPOSICIÓN.* Existe interposición aquél que sufrirá en su patrimonio los efec-
toda vez que el verdadero sujeto de una tos del negocio, permanece extraño al ne-
relación no teniendo interés en aparecer gocio mismo. No manifiesta personalmente
como tal externamente, prefiere poner en- ninguna voluntad sino que por el contrario
tre sí y el otro sujeto, otra persona que va será el sujeto interpuesto quien lo haga en
a ser la que aparece como parte y realiza su lugar.
el negocio. Entiendo que cuando al acto típico de
Es necesario hacer una distinción entre una interposición se agrega la representa-
la interposición real y la ficticia. En el ción, más que de interposición se debe ha-
primer caso la persona interpuesta es el blar en realidad de una verdadera substitu-
verdadero y efectivo contrayente o destina" ción de la actividad jurídica, en cuanto es
tario de la declaración y log efectos del el representante quien manifiesta la volun-
acto, respecto de los terceros, se cumplen tad contractual directamente en el nombre
en su persona. del interesado y los efectos se producen in-
Ferrara hace esta distinción, como tam- mediatamente en la esfera jurídica de este
bién así Spartaco Spano (*) quien denomi- último, sin posterior pasaje como en el caso
na al segundo caso como simulación relati- de la interposición.
va subjetiva, donde el sujeto interpuesto es Giovanni Nicolini (-'), considera que me-
un prestanombre u hombre de paja. dia interposición ya sea mediante un con-
tratista, sub-contratista o pseudo contratis-
Los efectos del acto, en cumplimiento de ta, sociedades e incluso cooperativas. Por
un acuerdo simulatorio, en el que toman
todos estos medios el principal interpone
parte el interponen te, el interpuesto y la entre sí y el trabajador una sub-empresa o
contraparte, se cumplen en favor del inter-
tercero que viene a cumplir la función del
ponente, figurando la persona interpuesta diafragma entre el verdadero empresario
sólo aparentemente, respecto de los terce- y la mano de obra empleada. El empresario
tiende a utilizar la mano de obra necesaria
a su empresa pero sin asumir responsabi-
(1) Spartaco Spano, 71 divieto di inttrpot iziont lidad directa respecto de los trabajadores.
ntllt prettaziom di lavara, Giufíré, Milano, 1965, p. 48.

* Por la Dra. SARA MERCEDES MOLAS Qm- (2) Giovanni Nicolini, La simvlaziont del rapporto
ROGA. di lavoro rubordingto, ed, Giulíré, Milano, 1969, p, 112.
Muchos autores utilizan los términos in- SUMARIO: 1. Valor d« las palabras. - 2. Rt-
terposición e intermediación como sinóni- gla y excepciones. - 3. Interpretación ex-
mos, por este motivo consideramos de la tensiva. - 4. Los delitos de omisión. - 5.
mayor importancia diferenciarlos. Conclusión.
Existe sin duda un elemento común en- 1. Valor de lax palabras: En todo sistema
tre ambos conceptos, esto es, un sujeto que de derecho escrito, las palabras de que s«
desarrolla su actividad ubicándose entre sirve el legislador tienen una importancia
dos esferas jurídicas, pero aquí termina fundamental, ciertamente: sólo por medio
toda similitud. de palabras expresa él su voluntad.
El criterio fundamental, que diferencia La ley no es solamente su letra, desde
al intermediario del interpuesto, radica en luego, pero tampoco es ésta una mera en-
la naturaleza de la actividad que desarro- voltura de aquélla —como una caja de car-
llan. La del segundo es una actividad jurí- tón u otro envase cualquiera— que se debe
dica substancial, ya que concluye el negocio abrir y dejar después a un lado, para exa-
jurídico manifestando su propia voluntad, minar su contenido: estrictamente, acerca
por más que los efectos, en realidad, se rea- de la ley, no cabe hablar de una "forma"
lizan en la esfera jurídica de otro, que es f i a letra) y de un "contenido" (el precep-
el real interesado. to o la norma), aunque estas expresiones
En tanto que el intermediario permane- suelen usarse con tolerable inexactitud. La
ce afuera de la relación, cumpliendo sola- verdad es que la letra y el espíritu —para
mente una función de carácter material. emplear la terminología del art. 16 del
(Ver más detalle en INTERMEDIACIÓN). Cód. Civil— o la letra y el precepto consti-
Enrique Fernández Gianotti ( 3 ) afirma: tuyen una unidad "orgánica", de suerte que
"En la interposición fraudulenta, que nos las palabras son la ley con idéntico título
interesa aquí considerar, el sujeto inter- que el espíritu. Con una imagen, pero con
puesto —generalmente insolvente— es re- total rigor, podría decirse que la letra y el
putado empleador exclusivo de los trabaja- precepto (o la norma) se hallan en la mis-
dores que, en definitiva, trabajan en pro- ma relación que la piel y el cuerpo humano,
vecho del principal, quien deriva su res- del cual aquélla es solamente —pero tam-
ponsabilidad en el interpuesto. El sujeto bién nada menos— el contorno y el límite
interpuesto suele ser un contratista, sub- natural. Y así como desgarrar la piel im-
contratista. cesionario o concesionario que porta simultáneamente desgarrar el cuerpo,
aparece en nombre propio, contratando al alterar la letra, cuando no se trata de mera
personal, y efectivamente así lo hace, pues corrección de errores materiales, significa
no es un testaferro. Las relaciones jurídicas alterar el sentido mismo del precepto o de
laborales quedan trabadas entre él y los la norma.
trabajadores siendo el concedente, cedente, Desde el punto de vista del método para
contratista o principal un tercero. Por la interpretación de la ley, ésta debe co-
aplicación de los principios generales del menzar por las palabras, pero no quedarse,
fraude puede llegar a descubrirse la manio- sin más, en ellas, pues "toda norma, por
bra, atendiendo a las circunstancias parti- clara que sea o parezca ser en sí misma, esto
culares de la operación intermedia: ámbito es, aislada, y desconectada del sistema ge-
coincidente con el de la actividad del prin- neral de la ley, se dilata o se contrae o
cipal, empleo de instrumentos y demás ele- cambia de color cuando se la relaciona con
mentos de la empresa de éste, insolvencia las demás" í" 1 ). La interpretación que, so
del interpuesto, limitación de la cesión a la capa de claridad, no va más allá de la letra,
mano de obra, etc. Todos estos datos han se llama en doctrina "puramente literal" y
sido captados por nuestra jurisprudencia, es además de peligrosa, desdeñable. Esta
quedando así en evidencia el fraude. (Ac- era la interpretación de la Escuela de la
tualización de jurisprudencia / Contrato Exégesis, ya muerta, pero cuyo fantasma
de Trabajo, La Ley, t. 7, N? 492/511.) suele hacer "apariciones" en alguna que
otra página de jurisprudencia o de doc-
INTERPRETACIÓN DE LA LEY.» (En- trina.
cidopedid, T. XVI, pág. 483.) En pareja ilegitimidad, en el otro extre-
mo, se encuentra la interpretación que, con
el fundamento de dar plena satisfacción al
(3) Enrique Fernández Gianotti. "incorporación de espíritu, prescinde buenamente de la letra
los principios del fraude laboral a la Ley de Contrato
de Trabajo", Dtrechó del Trabaja, año XXXV, pp. 257/
268, abril 1976.
(1) Esta cita pertenece a nuestro articulo "El dsfio
moral y el contrato de transporte", publicado en El De-
recho, t. 1, p. 1045, a propósito de una urnterjcia pura-
Por el Dr. ALFREDO ORGAZ. mente literal.
y la contraría franca o sibilinamente arbitraria. En principio, por tanto, cabe
veces con afán "progresista"—, de suerte afirmar que el sentido literal del texto,
que la ley acaba significando algo muy cuando es de sintaxis clara y correcta y no
distinto de lo expresado por ella y aun, en presenta "erratas", expresa lo realmente
ocasiones, exactamente lo contrario. Esta querido por el legislador ( 4 ). Si el examen
consideración unilateral al espíritu, singu- lógico y sistemático confirma ese sentido
lariza, en mayor o menor medida, a las literal, se tieríe el supuesto normal de in-
diversas corrientes de la Escuela del Dere- terpretación, denominada "declarativa" o
cho Libre, así como a los cultores del inge- "estricta".
nuo empirismo. Sólo excepcionalmente, el sentido literal
El método llamado acertadamente dog- debe ser rectificado por el intérprete. Pres-
mático ( 2 ), atiende por igual a la letra y cindiendo del supuesto de simples defectos
al espíritu de la ley, es decir, a las pala- materiales, que no ofrece ninguna dificul-
bras y a los elementos lógicos de los pre- tad, el texto de una disposición, confron-
ceptos, que esclarece y sistematiza en un tado con los de otros no discutidos, puede
ordenamiento general. El significado de revelar que la voluntad del legislador está
cada norma no se logra por ella sola sino expresada incorrectamente, con exceso o
por todas las otras que pueden ser armóni- con defecto: la letra ha ido más allá o se
camente enlazadas con aquélla. Según este ha quedado más acá de esa voluntad. Son
método, la interpretación comienza por la las hipótesis de la interpretación restricti-
letra de la ley, que considera con muchísi- va y extensiva respectivamente. Es obvio,
mo respeto ( 3 ), y prosigue indagando las sin embargo, que el juicio sobre la discon-
conexiones lógicas de la norma particular formidad entre la voluntad y su expresión,
con otras y con la totalidad sistemática del no depende de las "preferencias" persona-
derecho vigente, concebido éste como una les del intérprete con respecto a la solución
unidad. Si el resultado final de este proce- teóricamente "deseable", sino de la com-
so confirma el sentido que surge inmedia- probación objetiva resultante de los propios
tamente de la letra, esta interpretación po- elementos del sistema legal. Por ejemplo:
drá llamarse, sin error, literal, mas no pu- a) El art. 1079 del Cód. Civil concede
ramente tal, como la de la Exégesis. Esta la acción de indemnización, en caso de de-
observación no siempre es advertida. lito, no solamente al damnificado directo,
Por otra parte, es asimismo esencial en sino a "toda persona que por él (el delito)
este método que el intérprete no se encie- hubiese sufrido, aunque sea de una manera
rre en el sentido meramente "histórico" de indirecta". Literalmente, el texto es de suma
la ley —el que tenía en el tiempo y en el amplitud, sin restricción alguna.
•medio en que nació— sino que favorezca el Pero la aplicación lisa y llana de ese tex-
desarrollo de ese sentido de acuerdo con to conduciría a resultados insensatos, que
las nuevas exigencias sociales, pero con el no han podido estar en la mente del legis-
límite infranqueable de que este resultado lador: en caso de muerte ilícita y culpable
no sea incompatible con el texto legal. de una persona, además de los miembros
2. Regla y excepciones: Como regla ge- inmediatos de su familia (padres, cónyu-
neral, ha de admitirse que el significado ge, hijos) ¿tienen también acción los so-
que se desprende inmediatamente de la le- cios del muerto, sus proveedores, los pa-
tra de la ley traduce correctamente la vo- rientes sin derecho a alimentos, etc.?
luntad del legislador: lo contrario sería Semejante "cascada de responsabilidades"
presumir que éste, de ordinario, redacta de- (Josserand) sería aniquiladora para el res-
fectuosamente sus mandatos y sus prohibi- ponsable, a veces autor de la muerte por
ciones, presunción que sería, por sí misma, simple culpa o negligencia. La jurispruden-
cia y la doctrina, después de vacilaciones
y contradicciones, llegaron a establecer una
(2) "La misión estricta de la jurisprudencia es, distinción fundamental, derivada de elemen-
pues, como explica con precisión y amplitud Rodolfo tos del propio sistema general: la distin-
Stammler, meramente reproductiva? reproductiva de los
dogmas suministrados por el legislador, que recons- ción entre quienes han sufrido un daño
truye, sistematiza, interpreta y expone conforme a un
especial aparato lógico, pero sin discutir su conteni-
d o . . . Lo que urge tener presente, es que la estricta
labor de la jurisprudencia se apoya exclusivamente en (4) "En la aplicación de la ley no se puede atri-
los datos que le suministra la ley, los cuales somete a buir a ella otro sentido que el significado propio de las
una estructura lógica, a una armazón sistemática": G, palabras según la conexión de ellas y por la intención
del Vecchio, Filosofía, del Derecho, Barcelona, 1929, t. del legislador": Código Civil italiano, Disposiciones so-
1, pp. 29 y sigts., nota de Luis Recaséns Sienes. bre la ley en genera!, art. 12.
(3) "La interpretación parte naturalmente del texto "Si la expresión es clara, el intérprete avisado no Be
legaiL, que debe ponerse en claro teniendo en cuenta las dejará fácilmente desviar por dudas artificiosas, ni in-
reglas gramaticales y sobre todo el uso del lenguaje": tercalar en la ley pensamientos, y sobre todo distincio-
Enneccerus-Nipperdey, Tratado — Parte General, t. 1-1», nes, para lo que no hay motivo en el texto literal":
ti. Enneccerus-Nipperdey, ob. y vol. cita., parfig. 52, I.
jurídico, esto es, consecuencia de la lesión hecho sufrir a la persona, molestándola en
de un derecho o de un interés jurídicamen- su seguridad personal, o en el goce de sus
te protegido, y aquellos otros que sólo se bienes, o hiriendo sus afecciones legíti-
han perjudicado de hecho, por simple "re- mas".
percusión" del acto ilícito en sus patrimo- El texto no era, indudablemente, ni equí-
nios. Es la misma distinción que el dere- voco ni oscuro, sino de entera claridad: las
cho establece entre "partes" y "terceros" primeras palabras establecían, para la in-
en punto a los efectos de los contratos y de demnización del agravio moral, la condición
la cosa juzgada de las sentencias judicia- de que "el hecho fuese un delito del dere-
les (5). cho criminal". Tampoco se pretendía ni in-
b) Un otro ejemplo, más sencillo, es el sinuaba que la letra del artículo contuviese
que ofrece el art. 144 del Código, al esta- defecto material alguno.
blecer que pueden pedir la declaración de Un sector importante de la doctrina y de
demencia de una persona, entre otros, "los los tribunales —en minoría, sin embargo—
parientes del demente" (inc. 2?). Pero en sostenía una interpretación amplia, o seai,
ninguna parte el Código reconoce al paren- que la indemnización procedía en todos los
tesco, sin limitación alguna, significación actos ilícitos y no únicamente en los delitos
jurídica: al contrario, los colaterales des- criminales. Se invocaba lo dispuesto por
pués del cuarto, grado carecen de vocación dos artículos muy próximos, 1068 y 1075,
hereditaria (art. 3585) y, por otro lado, su que se referían a aspectos diferentes, en
vinculación parental con el difunto es muy nada oponibles al art. 1078. En todo caso,
lejana. La interpretación ha restringido es manifiesto que aquellos artículos no
acertadamente la expresión literal del in- autorizaban ninguna inequívoca ampliación
ciso, con exclusión de tales parientes. Esta a un texto —este sí, inequívoco— sino, a lo
solución es unánimemente aceptada por la sumo, una sugestión para una complacien-
jurisprudencia y la doctrina. te interpretación amplia ( s ).
3. Interpretación extensiva: La hipótesis En definitiva, los intérpretes en minoría
contraria, de interpretación extensiva, su- interpretaban el art. 1078 como si dijese:
ministra fáciles ejemplos en las leyes es- "Si el hecho fuese o no fuese un delito del
peciales que tienen fines de asistencia so- derecho criminal. . .", modificación tan gra-
cial o de protección a la familia: así, la ve al texto que no podía, por sí mismo,
Corte Suprema de la Nación ha extendido justificarse como legítima interpretación:
el beneficio de pensión en favor de hijas "El resultado de la interpretación. . . no,
divorciadas que se encontraban a cargo del debe sentar un significado inconciliable con
titular de la jubilación, equiparándolas a la expresión literal; el significado grama-
las hijas viudas o solteras del art. 17, ley tical de las palabras, cuando no deja lugar
14.370 (•) ; y en materia de excepciones al a dudas, es su límite extremo" ( 9 ).
servicio militar, las ha autorizado con res- La reforma de este artículo por el de-
pecto a hermanos de crianza y del hijo úni- creto-ley antes aludido, ha eliminado la
co sostén de padre impedido ( 7 ), además cuestión que se planteaba sobre el texto
de otras situaciones no comprendidas lite- originario.
ralmente en la ley. 4. Los delitos de omisión: El art. 1074
En otros sectores, menos pacíficos, la dispone: "Toda persona que por cualquiera
interpretación que va más allá de la letra omisión hubiese ocasionado un perjuicio a
de la ley, suele suscitar serias controver- otro, será responsable solamente cuando
sias. A continuación examinamos dos casos una disposición de la ley impusiese la obli-
interesantes sobre responsabilidad civil por gación de cumplir el hecho omitido".
actos ilícitos. El precepto legisla sobre la responsabili-
El art. 1078, antes de su reforma por la dad resultante de los hechos ilícitos nega-
ley 17.711, disponía: "Si el hecho fuese un tivos o de pura omisión.
delito del derecho criminal, la obligación El artículo precedente declara que "El
que de él nace no sólo comprende la indem- delito puede ser un hecho negativo o de
nización de pérdidas e intereses, sino tam- omisión, o un hecho positivo", y según él
bién del agravio moral que el delito hubiese parecería que son dos las especies de actos,
positivos y negativos (concuerda, art. 945).
Es así, en efecto, pero los positivos o de
(5) Sobre el tema, con mayor detenimiento, véase comisión se subdividen en actos de pura
nuestro volumen El daño resarcible, Buenos Aires, 1967,
3? ed., parág. 6.
( 6 ) Fallos de la Corte Suprema, t. 265, p. 354
(Rev. La Ley, t. 124, p. 533), entre otros. (8) Hemos examinado este problema en la mono-
( 7 ) Palios, t. 248, p. 353 (Rep. La Ley, XXII, p. grafía citada en nota 5.
1153, sum. 11); t. 249, p. 617 (Bey. La Ley, i. 108, (9) Andreas v. Tuhr, "Derecho Civil", Buenos
•p 454), etcétera. Aires, 1946), t. 1. p. 55.
comisión y actos de comisión por omisión. que son actos lícitos "las acciones volunta-
Esta subdivisión ha sido bien iluminada rias no prohibidas por la ley";
por la doctrina penal y es de fundamental c) Correlativamente a esa norma, el 1066
importancia para la debida inteligencia del caracteriza el acto ilícito por el rasgo de
art. 1074: éste se refiere exclusivamente a estar "expresamente prohibido por las le-
los actos de pura omisión (de que son ejem- yes", etcétera;
plos típicos los descriptos por el art. 108 d) El art. 911 dispone que "nadie puede
del Cód. Penal) (10), no, por consiguiente, obligar a otro a abstenerse de un hecho
a los de comisión por omisión, en que el porque éste pueda ser perjudicial al que lo
agente obra positivamente, pero omitiendo ejecute, sino en el caso de que una persona
alguna de las "diligencias" necesarias para obre contra el deber prescripto por las le-
impedir que ocurra un daño: verbigracia, el yes", etcétera.
caso del conductor de un camión que lo deja Estas diversas disposiciones categóricas
detenido, de noche, en un camino público, demuestran, acabadamente, que el art.
mal estacionado y sin luces reglamentarias, 1074, al exigir que la obligación de cumplir
lo que ocasiona un accidente; o el muy el hecho omitido resulte de la ley, armoni-
citado de la enfermera que, con omisión de za plenamente con el sistema general del
las debidas precauciones, coloca una inyec- ordenamiento jurídico.
ción distinta a la prescripta por el médi-
co, y el paciente muere o se agrava en su 5. En conclusión, según el método dog-
enfermedad ("). mático de interpretación, que es el preva-
Hasta hace pocos años, la doctrina y la leciente en la jurisprudencia y la doctrina
jurisprudencia, con pocas excepciones in- de los diversos países, las palabras emplea-
terpretaban ampliamente el art. 1074 —sin das por el legislador, cuando son claras y
la reserva de la última parte—, en la inte- no se hallan en contradicción con otros pre-
ligencia de que la regla legal se refería a ceptos, constituyen un límite infranqueable
los actos de comisión por omisión, que no se que el intérprete debe respetar y no desco-
distinguían de los de pura omisión. nocer en la aplicación de la ley.
Salvada esa confusión, el sentido de aque-
lla disposición aparece, ahora, nítido e in- INTERVENCIÓN DE TERCEROS.*
controvertible: ésta concierne únicamente (Apéndice I, pág. 3fi9.) 1. INTRODUCCIÓN.
a los actos de pura omisión. Antes de entrar en el tema objeto de aná-
Sintetizando sus fundamentos y ordenán- lisis, permítasenos, a los solos efectos de
dolos de acuerdo con.el esquema del méto- precisar la terminología a emplear, revis-
do dogmático, enunciado al comienzo de tar algunos conceptos relacionados con la
este ensayo, se tiene: estructura procesal, con el régimen de las
partes, con la acumulación de pretensiones
A) En cuanto a la letra: el texto es per- y de autos y con la relación litisconsorcial,
fectamente claro y no suscita sospecha al- que son, en nuestro entender, pilares fun-
guna de errores materiales (erratas). A damentales de la "intervención de terceros"
mayor abundamiento, él guarda estricta como instituto procesal.
fidelidad con la fuente declarada por el
codificador, el parág. 444 de la obra de a) Tradicionalmente, el derecho de de-
Aubry y Rau. fensa ha sido contemplado, en el campo
del proceso civil, como existente sólo en
B) En cuanto a las conexiones lógico-sis- cabeza del demandado, olvidando que —tal
temáticas : como resulta de las modernas teorías— el
a) En primer lugar, debe citarse el art. derecho de acción (en definitiva, uno de
19 de la Constitución Nacional, en la parte los equivalentes procesales del derecho cí-
que dice: "Ningún habitante de la Nación vico de petición), también encuadra dentro
será obligado a hacer lo que no manda la del concepto de "derecho de defenpa" ga-
ley, ni privado de lo que ella no prohibe". rantizado constitucionalmente a todos los
b) El art. 898 del Cód. Civil establece habitantes del país f1).
De allí que, según quien ejercite el de-
recho de defensa así concebido, podremos
(10) Art. 108: "Será reprimido con multa de cien
a quinientos pesos, el que encontrando perdido o de-
samparado a un menor de diez afios o a una persona
herida o inválida o amenazada de un peligro cualquiera, ( 1 ) De aquí que no emplearemos el término "de-
omitiere prestarle el auxilio necesario, cuando pudiere fensa" para eludir a una de las posiciones que los liti-
hacerlo" sin riesgo personal o no diere aviso inmediata- gantes puedan tener en el pleito, sino que lo utiliiamo«
mente a la autoridad". en un sentido más amplio, comprensivo del "derecho da
( 1 1 ) Sohre la clasificación de estos actos y su re- acción" y dfl "derecho de contradicción".
lación con el art. 1704, véanse nuestro articulo "Los
actos ilícitos de omisión", en Rav. La Ley, í. 138, pp.
1055 y ss. y nuestro libro La. culpa, Buenos Aires,
1970, parag. 6. * Por el Dr. ADOLFO ALTARADO VELLOSO.
hablar como integrantes de éste, del "dere- avanzar un paso más y sostener, a riesgo
cho de acción" y del "derecho de contradic- de ser acusados de "audaces" o "simplis-
ción", los cuales, lejos de contraponerse, tas", que es parte todo aquel que participa,
se complementan a los efectos de lograr la en un proceso, por el solo hecho de "peticio-
estructura antagónica que requiere el pro- nar" ante el órgano jurisdiccional ( 7 ),
ceso civil ( 2 ), magistralmente esquemati- cualquiera sea el carácter que para ello in-
zada en el ya clásico triángulo chiovendano, voque y cualquiera sea, en definitiva, la
que ubica al juez en el vértice y en los "participación" efectiva que se le otorgue,
extremos inferiores, equidistantes de aquél, en orden a la real vinculación que el parti-
a actor y demandado ( :í ). cipante tenga respecto de la relación sus-
b) Centrando nuestra atención precisa- tancial debatida.
mente en las "partes", trataremos aquí de c) Adscriptos entonces al concepto es-
dar nuestro concepto acerca de ellas —que trictamente procesal de parte, admitimos
no eg coincidente con la opinión generali- que —dentro de la clasificación convencio-
zada— por las profundas derivaciones que nal que a su respecto hace la doctrina—
él tiene en el régimen de los "terceros". debe distinguirse entre "partes origina-
Durante años se identificó la "parte" en rias" y "partes sucesivas", entendiendo por
sentido procesal, con la "parte" de la rela- las primeras a todo sujeto que, desde la
ción sustancial; pero este concepto tuvo que promoción de la demanda se encuentra re-
caer inexorablemente a poco que avanzara vistando en la calidad de "actor" o "de-
la idea de la "abstracción" de la acción y mandado"; y por las segundas, aquéllas
la diferencia entre "conflicto" y "liti- que siendo "terceros" ( s ) en la relación
gio" ( 4 ). procesal nacida a raíz de la demanda, no lo
De allí que, coherente con su pensamien- son en la relación sustancial que se en-
to, Chiovenda afirme que "es parte el que cuentra litigosa y que, por tal razón, tie-
demanda en nombre propio (o en cuyo nom- nen la posibilidad de convertirse en "par-
bre es demandada) una actuación de la ley, tes", voluntaria o forzosamente, en algún
y aquél frente al cual ésta es demanda- momento de la vida del proceso.
da" ( 5 ). Avanzando todavía un poco más, En otras palabras —y a riesgo de ser
Rocco dice que "es parte quien se afirma ti- repetitivos—, una cosa es ser "parte proco
6
tular activo de una relación sustancial" ( ). sal" (calidad que se adquiere por el simple
Sin embargo, creemos que, maguer la
autoridad de tales opiniones y su confesa- hecho de "participar" en un proceso, peti-
cionando algo), y otra, bien distinta, es ser
do propósito de desvincular el concepto de "parte legitimada" ("calidad que se adquie-
toda connotación sustancial, es menester re una vez acreditado el interés que se tie-
ne en la relación litigiosa que se debate en
(2) En ese orden de ideas, del "derecho de de- el proceso) ( f l ).
fensa", derivamos, por un. lado al "derecho de acción"
(de naturaleza abstracta, subjetiva, pública y autónoma) d) La posibilidad de existencia de una
que se concreta en una "pretensión' (el intento de "parte sucesiva" nos lleva a tratar necesa-
someter la voluntad ajena a la propia voluntad) la riamente e! tema relacionado con la multi-
cual, a su turno, se exterioriza en la "demanda". Por
otro lado, y en forma paralela, del "derecho de defen-
sa", derivamos el "derecho de contradicción" (con las
mismas características que el derecho de acción, salvo
en cuanto a la aníonomía, pues su ejercicio depende ( 7 ) Adviértase que esto significa, de «cnerdo a lo
de la voluntad del actor que crea en el demandado 1* expuesto, ejercitar el "derecho de acción", o pl "derecho
carga de contradecir), que puede ejercitarse de muy di- de contradicción".
versas maneras, de las cuales una es la "oposición" (8) Muy compleja, por deficiencia terminológica,
—en sentido genérico—, otra es la "excepción" —en resulta la tarea de conceptuar al tercero. Por propia
sentido restringido—, las que se exteriorizarán a tra- definición, tercero es el juez, con su deber de adminis-
vés de la "contestación de la demanda". trar justicia vmparcialmente; por extensión también son
(8) Sabido es que entre estos sujetos, se crea una terceros los funcionarios del proceso (secretario, ofi-
multiplicidad de relaciones traducidas procesalmente en cial de justicia, empleado notificador, perito, etc.) ; en
deberes, obligaciones y cargas. Acotemos, al pasar, que otro orden de ideas, también lo son los sujetos de algu-
frente a la "concepción concéntrica" del proceso soste- nos medios de prueba (testigos) ; por último, también
nida brillantemente por Dante Barrios de Augelis, so- son terceros todos los miembros de la sociedad para
mos partidarios, en cambio, de hablar de Tina "con- quienes resulta absolutamente indiferente un proceso de-
cepción dimensional", con distintos planos: el horizon- terminado. A ninguno de filos nos estamos refiriendo
tal (de las partes entre sí) y el vertical (de las partes en el texto.
hacia el juez). Esta distinción, sobre la cual no ahon- (9) Adviértase que PS común en la práctica foren-
daremos por no ser el lugar oportuno, tiene enorme se, que alguien se presente en un proceso para interve-
importancia, respecto de la diaponibitidad del proceso. nir de algún modo en él y que —ante determinadas
(4) Con todo, a pesar de este avance, no hay uni- circunstancias— el juez provea "a lo peticionado no ha
formidad de criterios sobre esta diferencia. Pura noso- lugar, por no ser parte". Esta providencia, más que
tros, "Zittflrío" es la "mera" afirmación, en sede jurit- habitual en los estrados judiciales, encierra en sí misma
diccional. de la existencia de un conflicto (que, natu- una honda contradicción: quien así actuó fue parte en
ralmente, se da sólo en el campo sociológico). su propia petición: tanto lo fue, que el JUPZ se vio
(5) Chiovenda, Qiusseppe, Principios dr Dfrecíto constreñido a denegarle la solicitud; en otras palabras,
Procetal, CÍVÜ, ed. Reus, Madrid, 1925, t. 2?, p. 6. el "derecho de acción" en ejercicio hi*o nacer el "deber
(6) Oír. Rocco, Ugo, Tratado de Derecho Procesal de jurisdicción". Lo que ocurre eg que esa partr proce-
Civil, Parte General II, ed. Depalma, Bs. As., 1970, tal, a la cual hipotéticamente aludimos, no está legiti-
pp. 10» y sigts. mada para intervenir en el proceso de otros.
plicidad de sujetos en un mismo litigio (sin configuran una sola parte), entre las que
dejar de advertir que tales "sujetos múlti- no existe relación litisconsorcial ( 12 ).
ples" pueden existir desde la promoción de e) Todavía es menester, antes de entrar
la demanda) y la relación que puede tra- en la materia objeto de análisis, referir,
barse entre ellos, a los efectos de caracte- aunque más no sea someramente a la inter-
rizar con la mayor claridad y precisión po- conexión de las diversas pretensiones que
sibles, el complejo instituto del "litiscon- se esgrimen en un proceso determinado.
aorcio". A ese propósito, adviértase que no es ha-
En primer lugar, es necesario advertir bitual que las relaciones jurídicas que de-
que no compartimos el criterio que, desde rivan de la vida diaria, se presenten aisla-
antiguo, acepta la doctrina para establecer das, a manera' de prolijas ínsulas. Por el
la existencia del litisconsorcio ( 10 ). contrario, las más de las veces están con-
Por lo contrario, aceptando inicialmente catenadas de tal manera que cuando una
el carácter puramente procesal del concep- de ellas se torna conflictiya por incumpli-
to de parte, que nace sólo y exclusivamente miento de la respectiva prestación, inme-
de la relación que origina el proceso y que diatamente entran en conflicto —actual o
es por completo ajeno a la relación jurídico potencial— una serie de otras relaciones
material que allí se afirma, entendemos que jurídicas coexistentes que, aparentemente,
cabe distinguir entre dos situaciones que, a y para el observador no avisado, nada ten-
simple vista, se presentan claramente dife- drían en común con aquélla.
renciadas, pues la observación atenta de la De allí que al jurista le resulte impres-
realidad jurídica nos enseña que puede ha- cindible hallar pautas interpretativas para
ber: a) una parte con sujetos múltiples; y comparar esas diversas relaciones, en or-
b) multiplicidad de partes. den a conocer el grado de afectación que el
En otras palabras, cuando colitigan va- incumplimiento de una pueda ocasionar so-
rios sujetos en un mismo bando procesal, bre otra u otras.
pueden configurar una sola, parte entre to- Para efectuar tal tarea, recurrimos a los
dos ellos o, por lo contrario, tantas partes elementos clásicos de toda relación ( 1S ):
como sujetos se hallen colitigando. sujetos, objeto y causa fuente.
d.l.) En el primer caso, varios sujetos e.l.) Un primer nivel de análisis entre
poseen idéntico interés sustancial respecto dos relaciones que carecen por completo de
del derecho litigioso en determinado pro- elementos comunes, nos enseña que entre
ceso, y actúan en él —consecuencia de tal ellas puede existir total indiferencia: nada
identidad— con una precisa coordinación intresa a Pedro, demandando a Juan por
de pretensiones y en absoluto plano de igual- restitución de cosa dada en comodato, que
dad procesal. Luis demande a José por cobro de arrenda-
Aquí hablamos de la existencia de una mientos de un inmueble del que es locador.
parte con sujetos múltiples que, entre sí, e.2.) Un segundo nivel de estudio, de-
actúan en relación litisconsorcial ("). muestra que entre las diversas relaciones
d.2.) En el segundo caso, varios sujetos puede existir mayor o menor grado de afec-
no tienen un idéntico interés sustancial res- tación: si Pedro es fiador simple de Juan,
pecto del derecho litigioso en determinado se encuentra interesado en que éste triunfe
proceso; sin embargo, tienen entre ellos en el pleito que le incoara Luis por cobro
una relación de afinidad, pues la suerte fi- de una suma de dinero por la cual, even-
nal del litigio podrá depender de la inter- tualmente, habrá de responder por efecto
pretación que el juez emita respecto de un de la fianza otorgada. Y si Pedro se obligó,
punto de hecho o de derecho. Tal afinidad no como simple fiador sino como codeudor
no engendra coordinación de pretensiones, solidario, mayor será su grado de afecta-
las que se mantienen independientes res- ción frente al proceso incoado por Luis,
pecto de cada sujeto que, individualmente, toda vez que aquí podrá ser originariamen-
toma el carácter de parte: coherente con te demandado.
ello, hablamos aquí de multiplicidad de par- Estos simples ejemplos de afectación, nos
tes (y no de multiplicidad de sujetos que llevan a determinar pautas generales de
comparación entre las diversas relaciones,
con el objeto siempre presente, de estable-
(10) Es corriente leer en cualquier obra sobre la
materia, que tal instituto se configura cuando existen
varias • partes en el lado actor (Htisconsorcio activo)
o en el lado demandado (litisconsorcio pasivo) o en (12) La doctrina clásica denomina a esto, "litis-
ambos a la vez (litisconsorcio mixto). consorcio impropio".
(11) La doctrina clásica denomina a esto "litis- (13) Llamados "de la acción" en el Código Civil
consorcio propio". El litisconsorcio necesario integra Trances, art. 1351, denominación recogida por la doc-
siempre este rubro, proque la relación que une entre trina clásica y que, modernamente se conocen como "ele-
ellos a los colitigantes es de naturaleza inescindible. mentos de la pretensión".
cer luego la procedencia de log distintos dados podrán pedir que se simultaneen las
tipos de intervención de un tercero en el causas, siempre que ellas se encuentren en
proceso, tema de este estudio. la misma instancia, pertenezcan a la misma
e.2.1.) Se dice que dos relaciones son competencia territorial y por valor y deban
absolutamente idénticas cuando coinciden sustanciarse por los mismos trámites.
exactamente en la totalidad de sus elemen- La conexidad mixta puede originar, prp-
tos (idénticos sujetos, objetos y causas). cesalmente, tanto una acumulación de pre-
Ellas se presentan siempre en sede judi- tensiones como de autos. El primer caso
cial, a través de la interposición de sucesi- se presenta cuando son varios los actores
vas demandas por un mismo sujeto contra y uno o varios los demandados, siempre que
otro pretendiendo el mismo objeto a base la pretensión se funde en el mismo título
de la misma causa. o nazca del mismo hecho y tenga por obje-
Como en ambos casos se pretende una to la misma cosa.
declaración judicial que debe ser única, El segundo caso se presenta como dere-
pues de lo contrario, al permitir la coexis- cho de ambas partes, ya visto al tratar la
tencia de distintos pronunciamientos, se conexidad objetiva.
posibilita que ellos sean contradictorios, e.4.) Por último, se dice que dos relacio-
fin no querido por el Derecho (pues oca- nes son afines cuando, no teniendo ningún
siona caos), una de las relaciones litigio- elemento idéntico o común, presentan la
sas debe ceder ante la otra. Esto es lo que conveniencia de un solo acto de juzgamien-
ocasiona el estado de litispendencia que to, pues en ambas el meollo litigioso lo
puede ser denunciado por las partes (14) o constituye un mismo punto de hecho o de
por el juez, que necesariamente derivará en derecho.
el archivo de una de las actuacions incoadas. e.5.) En cualesquiera de los casos de
acumulación de autos (conexidad subjeti-
e.2.2.) La identidad precedentemente vis- va) presentados, siempre que la sentencia
ta, puede presentarse también por conti- que deba dictarse en uno de los pleitos haya
nencia (figura intermedia entre la identi- de producir efectos de cosa juzgada sobre
dad absoluta y la conexidad). Ocasiona el otro, aunque las partes no lo hayan soli-
también el estado de litispendencia, pudien- citado, es facultad (en rigor, deber proce-
do derivar en el archivo de una de las ac- sal) del juez ordenar tal acumulación a fin
tuaciones o en la acumulación de una sobre de evitar la posibilidad de coexistencia de
la otra. sentencias contradictorias.
e.3.) Se dice que dos relaciones son co- 2. LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS. Cuan-
nexas cuando poseen uno o dos elementos do un tercero en la relación litigiosa se
comunes (nunca los tres), quedando fuera encuentra afectado actual o potencialmente
de la identidad el o los otros. por ella, puede introducirse en el pleito
A su turno, la conexidad puede ser sub- pendiente —en el que no es parte origina-
jetiva (es común el elemento "sujetos") ria—, por su propia voluntad (intervención
objetiva (es común el objeto y/o la causa) voluntaria o espontánea) o por llamado de
o mixta (son comunes el sujeto y el objeto alguna de las partes o del juez (interven-
o la causa). ción forzosa).
La conexidad subjetiva origina, procesal - La afectación del tercero dentro de los
mente, una acumulación objetiva o de 'pre- grados ya expresados en el capítulo intro-
tensiones (acumulación de objetos en una ductorio, puede ser:
misma demanda). a) indirecta: las pretensiones de las par-
Configura un derecho facultativo del tes pueden producir al tercero un gravamen
actor, que puede ejercer siempre que sus de hecho (acreedor quirografario respecto
pretensiones no se excluyan entre sí, que de su deudor ejecutado por otro acreedor).
pertenezcan a una misma competencia ma- b) directa: ello ocurre cuando media una
terial y que deban sustanciarse por los relación de:
mismos trámites. b.l.) conexidoíd entre su interés sustan-
La conexidad objetiva origina, procesal- cial y el que se halla discutido en el litigio
mente, una acumulación subjetiva o de au- (una relación condiciona la otra: deudor y
tos (acumulación de sujetos demandados fiador).
por un mismo objeto o a base de una misma
causa). Configura un derecho facultativo b.2.) identidad en la relación causal (va-
de ambas partes: si el actor, pudiendo ha- rios titulares contemporáneos de un dere-
cerlo, ño acumuló pretensiones, los deman- cho —por ejemplo, servidumbre predial—
que es desconocido).
(14) Con diferentes matices de opotrunidades en los
b.3.) incompatibilidad entre las diversas
diversos códigos procesales. relaciones sustanciales (surgen contempo-
ráneamente de relaciones que pueden co- discutida sea común al tercero (o. por lo
existir —propiedad y usufructo— o no menos, conexa por identidad de título o de
—dos personas se pretenden titulares de sujeto —o ambas— con otra relación en
un mismo derecho: por ejemplo, propiedad). que el tercero se encuentre con el actor o
En cualquier caso que exista afectación, con el demandado.
el tercero puede intervenir en el proceso 4.2. Ejemplos. 4.2.1. Denuncia de litis.
pendiente entre las partes originarias, y Tiene lugar cuando la parte estima que, en
su intervención puede adoptar las siguien- caso de ser vencida en el pleito ya incoado,
tes formas: se encuentra legitimada para intentar ac-
a) voluntaria (para el tercero) : su pre- ción de regreso o de repetición contra el
sencia en el proceso pendiente depende, ex- tercero.
clusivamente, de su propia voluntad. Facilita un medio de intervención y evi-
b) facultativa, de la parte (forzosa para ta la excepción de "negligente defensa" en
el tercero) : la presencia del tercero depen- el juicio posterior de revalimiento.
de de la voluntad de la parte.
c) forzosa: (para las partes y para el Es el caso, v. gr.: que se desprende de
tercero) : la presencia del tercero depende los artículos 1113 y 1123 del Código Civil:
de la voluntad de la ley. en la demanda por daños y perjuicios in-
En cualesquiera de los tres casos enun- tentada contra el principal, éste puede lla-
ciados precedentemente, según cómo se en- mar al dependiente causante del daño.
cuentre afectado el tercero por la relación El tercero actúa en el proceso en forma
litigiosa, su intervención puede adoptar adhesiva autónoma.
una de las siguientes formas procesales: 4.2.2. Llamada al tercer poseedor o posee-
a) simplemente adhesiva (actuación co- dor inmediato. (LaMdatio o nominatin auc-
ordinada). toris). Tiene lugar cuando el tenedor de
b) autónomamente adhesiva (actuación una cosa (demandado en calidad de posee-
litisconsorcial). dor) denuncia el nombre de aquél por quien
c) excluyente (actuación independiente). posee, en la acción de reivindicación inicia-
da en su contra, o en la relativa al ejerci-
3. INTERVENCIÓN VOLUNTARIA. 3.1. Proce- cio de una servidumbre.
dencia. Tiene lugar cuando el tercero con- Es el caso, v. gr., que se desprende del
curre espontáneamente a un proceso pen- artículo 2782 del Código Civil.
diente, introduciéndose en él o incoando un El tercero actúa en el proceso como parte
nuevo proceso (si su grado de afectación que sustituye a la originaria. Si ésta deci-
así se lo permite), a fin de defender allí su de permanecer en el proceso actúa en forma
interés o derecho que, eventualmente pue- simplemente adhesiva.
de verse perjudicado por el pronunciamiento 4.2.3. Llamada al tercero pretendiente.
que recaiga en la relación litigiosa. Tiene lugar cuando la parte que debe efec-
3.2. Ejemplo. La intervención del fiador tuar una prestación a su acreedor, encuen-
simple--en el proceso promovido contra el tra que existe un tercero que también se
fiado con'motivo de la obligación afianza- considera acreedor y reclama la misma e
da (Código Civil, art. 2023). idéntica prestación.
3.3. Forma de la actuación. Según, sea el Es el caso, v. gr., que se desprende del
grado de afectación de la relación del ter- artículo 757 inciso 4? del Código Civil: el
cero respecto de la relación litigiosa, éste demandado por la entrega de una cosa o el
puede actuar adhesiva (simple o autónoma- pago de una deuda puede llamar al tercero
mente) o excluyentemente. que también pretende ser propietario o
acreedor.
4. INTERVENCIÓN DEL TERCERO POR LLA- El tercero actúa en el proceso en forma
MADO (FACULTATIVO) VE LA PARTE. 4.1. Pro- excluyente.
cedencia. Tiene lugar cuando, en un proce-
so pendiente, una de las partes solicita del 4.2.4. Llamada, en garantía. Tiene lugar
juez que ordene la citación de un tercero cuando la parte (llamante) considera que
por considerar que la controversia es "co- se encuentra en el pleito por una obligación
mún" para oponerle —eventualmente— los de la que es deudor el tercero (llamado).
efectos de la sentencia a dictarse (supone Es el caso, v. gr., del fiador principal
la existencia de un interés jurídico que sea pagador que, demandado por su acreedor,
necesario proteger). El pleito puede resol- llama al deudor afianzado.
verse sin la citación del tercero. El tercero actúa en el proceso en forma
El requisito "común" no consiste en un adhesiva autónoma.
mero interés del que llama o es llamado 4.2.5. Llamada, de eviccián. Tiene lugar
sino en que la relación jurídica material cuando el adquirente llama al enajenante
para que lo defienda en caso de haber sido b) El tercero actúa como una verdadera
demandada la propiedad o posesión de la parte, porque lo es.
cosa enajenada. c) Su demanda implica la coexistencia
Es el caso, v. gr., que se desprende del de tres relaciones litigiosas: la ya pen-
artículo 2108 del Código Civil. diente (entre las partes originarias) ; la
El tercero actúa en el proceso en forma del tercero contra el actor del pleito origi-
adhesiva autónoma. nario; la del tercero contra el demandado
del pleito originario.
5. INTERVENCIÓN FORZOSA DEL TERCERO. d) Las partes del litigio originario se si-
5.1. Procedencia. Tiene lugar cuando, en un túan, frente al tercero, en relación ¡itiscon-
proceso pendiente, no han sido citados to- sorcial.
dos quienes —por voluntad de la ley— de- e) Todas las relaciones litigiosas deben
ben demandar o ser demandados. resolverse, necesariamente, en sentencia
La citación debe efectuarse de oficio a única, a fin de que la cosa juzgada no sea
fin de que la sentencia no resulte inútil y caótica y logre alcanzar con sus efectos a
de cumplimiento imposible. De tal forma, todos los contradictores.
el pleito no puede sustanciarse ni resolver-
se sin la citación de los terceros. 6.2. Intervención adhesiva simple. ":_
5.2. Ejemplos. 5.2.1. Casos de inescindi- 6.2.1. Concepto. Es el modo de interven-
bilidad legal. Tienen lugar cuando es la ción que le cabe al tercero cuando, en razón
propia ley la que ordena la presencia en el de tener un interés jurídico propio (dere-
litigio de todos los intervinientes en la re- cho conexo o dependiente), decide partici-
lación litigiosa. par en un proceso pendiente en apoyo de
Es el caso, v. gr.: de la pretensión de fi- una de las partes, por encontrarse respecto
liación matrimonial: debe promoverse con- de ellas en una relación jurídica tal que la
tra padre y madre conjuntamente (art. 260 pérdida del pleito por la parte a quien co-
dej Código Civil). adyuva, aun cuando no tenga para el ter-
cero los efectos de la cosa juzgada, haría
5.2.2. Casos de inescindibilidad por la na- después difícil la defensa de sus derechos.
turaleza jurídica de la pretensión susten-
tada. Tiene lugar cuando —aunque la ley 6.2.2. Ejemplo. La intervención del fia-
no lo ordene expresamente— se desprende dor simple en el proceso promovido contra
de ella que debe requerirse la presencia en el fiado con motivo de la obligación afian-
el proceso de todos los intervinientes en la zada (art. 2023 del Código Civil).
relación material litigiosa. 6.2.3. Características procesales de este
Es el caso, v. gr., de la pretensión de di- modo de intervención, a) El interviniente
visión de condominio: debe promoverse se introduce en el pleito pendiente.
contra todos los condóminos, pues todos ellos b) El tercero no tiene actuación autóno-
tienen la legitimación pasiva. ma, sino subordinada a la parte a la cual
El tercero actúa en el proceso como una coadyuva. Se limita así, a la exclusiva de-
parte originaria, en relación litisconsorcial. fensa de su interés, a través del derecho
controvertido en la relación litigiosa, por
6. MODOS DE ACTUACIÓN EN EL PROCESO DEL
medio de la subrogación procesal de la par-
TERCERO QUE SE CONVIERTE EN PARTE. 6.1. In- te coadyuvada que obrare negligente, ine-
tervención principal, agresiva o excluyente. ficaz o dolosamente en su perjuicio.
6.1.1. Concepto. Es el modo de intervención
que le cabe al tercero cuando pretende to- c) Su demanda no origina una nueva
tal o parcialmente la cosa o derecho sobre relación litigiosa, sino que permanece sólo
que versa el litigio ya pendiente entre la originaria.
otras dos partes. d) No existe relación litisconsorcial en-
6.1.2. Ejemplo. La pretensión de reivin- tre coadyuvante y coadyuvado.
dicación de una cosa, cuya propiedad se en- e) La intervención del tercero no retro-
cuentra en litigio entre otras dos personas grada el proceso ni suspende su curso, pues
ajenas al reivindicante (tercero). lo toma en el estado en que lo encuentra.
6.1.3. Características procesales de este f) La sentencia no lo condena ni lo ab-
modo de intervención, a) El interviniente suelve.
no se introduce en el pleito pendiente, sino 7.3. INTERVENCIÓN ADHESIVA AUTÓNOMA.
que incoa su demanda ante el juez compe- 7.3.1. Concepto. Es el modo de intervención
tente en turno, sin perjuicio de la posible que le cabe al tercero cuando hace valer un
acumulación posterior y del necesario e derecho propio frente a alguna de las par-
inevitable dictado de un pronunciamiento tes originarias, adhiriendo simultáneamen-
único. te a la calidad asumida por la otra, pues se
encuentra vinculado con cualesquiera de SUMARIO: I. La Metodología Jurídica en
ellas por una relación de naturaleza tal, la Metodología General. $ 1. Metodología
que el proceso tendrá influencia en su y Lógica. § 2. Nociones metodológicas ele-
propia relación aun en el caso de no in- mentales. § 3. La metódica de la Juris-
tervenir en el pleito pendiente, ya sea prudencia. - II. La repercusión del método
comparado sobre la Jurisprudencia. § 4. La
porque se le extenderá los efectos de la delimitación tradicional del objeto de la
cosa juzgada, o porque se llevará la eje- Jurisprudencia. $ B. La nueva delimitación
cución en su contra. De acuerdo con ello, del objeto de la Jurisprudencia. § 6. La
el tercero por ser sujeto de una rela- comparación jurídica. § 7. Efectos de la
ción conexa por e! objeto o por la causa comparación jurídica sobre la clasificación
o por el título, g-oza de legitimación sus- de las Ciencias del Derecho. § 8. Efectos
tancial para demandar o ser demandado ab de la comparación jurídica sobre la metó-
dica de la Ciencia del Derecho. - III. La
initio en el proceso originario a título in- repercusión del método comparado sobre la
dividual o juntamente con la parte a que Metodología de Derecho. § 9. Algunas dis-
adhiere. tinciones para definir mejor el campo con-
7.3.2. Ejemplo, a) Conexidad por el ob- creto de la comparación jurídica. § 10. El
jeto: Se presenta en los casos de legitima- objeto de la comparación jurídica. Conse-
ción pública (el Ministerio Público puede cuencias para la Metodología del Derecho.
intervenir en las causas que hubiera podi-
do promover) y por categorías (quien ge I. LA METODOLOGÍA JURÍDICA
encuentra en la categoría jurídica de des- EN LA METODOLOGÍA GENERAL
cendiente, puede intervenir en el pleito re-
lativo a la legitimidad del matrimonio de
sus ascendientes). § 1. METODOLOGÍA Y LÓGICA. l.Dos termi-
b) Conexidad por el título (o causa) : Es nologías sobre la relación entre Metodolo-
el caso, v. gr.: del codeudor solidario no de- gía y Lógica.
mandado, quien puede intervenir en pleito Por una parte, se puede incluir la Meto-
incoado contra su codeudor. dología dentro de la Lógica, como en su
7.3.3. Características procesales de este momento lo hizo W. Wundt o como lo hace
•modo de intervención, a) El interviniente en la actualidad I. M'. Bochenski O). Aun-
se introduce en el pleito pendiente. que no se lo diga, es evidente que este uso
b) El tercero se convierte en parte con lingüístico se apoya sobre una distinción
actuación autónoma. entre Lógica en sentido amplio y estricto.
c) Su demanda implica la existencia de La Metodología pertenece, según esto, a la
dos relaciones litigiosas: la ya pendiente y primera, y se contrapone a la segunda.
la del tercero contra la parte contraria de Por otra parte, se puede trazar una dis-
aquél a quien coadyuva.
d) El tercero se sitúa en relación litis,- tinción terminológicamente más clara. Así
consorcial con la parte coadyuvada. Como lo hizo, por ejemplo, H. Scholz ( - ) , que
consecuencia de ello tiene plena autonomía partía de un concepto más amplio, el de
sobre su pretensión y libertad probatoria. Teoría de la Ciencia, y distinguía dentro
Su actuación aprovecha pero no perjudica de él entre la Lógica y la Teoría no-formal
al coadyuvado. de la Ciencia. Incluyamos la Metodología
dentro de esta ultima. Podemos llegar, en-
tonces, al siguiente esquema:
INTRODUCCIÓN A LA METODOLOGÍA
COMPARADA DEL DERECHO.*
(1) Wundt, Wilhelm, ÍUgemeine Loglk und Erlcennt-
El presente trabajo es la traducción caste- nistheorie, 5. Aufl., Stuttgart, 1924, Einleitung, 4, p. 12.
llana del texto, ampliado en varios puntos, de Bochenskí, I. M., Die zeitffenossischen Denkmethoden, 7.
Aufl., Miinchen, 1975, pp. 15-16. En el esquema de
la primera lección del curso Rechtsvergleichen- Bochenski, lo que llamamos Lógica en sentido estricto
de Methodenlehre, expuesto por el autor en el se denomina Lógica Formal, y lo que llamamos Lógica
semestre de invierno 1977-1978 en la Facultad en sentido amplio se denomina simplemente Lógica. Para
este autor, la Lógica, además de la Lógica Formal y
de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Co- de la Metodología, incluye una Filosofía de la Lógica,
lonia. El autor agradece en esta oportunidad que en alemán se denomina a veces también con el tér-
a la Alexander von Humboldt Stiftung de la mino Metaioffie (cfr. Bochenski, I. M. - Menne, Albert,
Grtindríb der Logistilc, 4. Aufl., Paderborn, 1973, p.
República Federal Alemana y a la Heinrich 41). Téngase en cuenta que buena parte de los desa-
Hertz Stiftung del Estado de Nord-Rhein- rrollos que formulamos en la parte I de este trabajo
Westfalen, el apoyo dado a sus investigaciones, representan análisis de Filosofía de la Lógica, especial-
mente de Fiosofía de la Lógica Jurídica.
parte de las cuales se resumen en este trabajo. (2) Scholz, H., Abrib der Geschichte der LoTcia, 2.
Aufl., Wien-New York, 1959, pp. 2-16. En el mismo
sentido, en cuanto al concepto de Lógica, Klug Ulrich,
Juristische Loffik, 3. Aufl., Berlin-Heidelberg.New York,
* Por el Dr. JUAN CARLOS GARDELLA. 1966, pp. 1-2.
Teoría formal de la grupo de disciplinas, y la Lógica Aplicada
Teoría Ciencia (Lógica) resultante se relaciona con la Metodología
de la propia de las mismas.
Ciencia Teoría no-formal c) Una ciencia. En este caso, la inter-
de la Ciencia Metodología pretación de la Lógica Pura permite dar
cuenta de los métodos que tienen validez
Desde el punto de vista -conceptual, este en ese campo específico del conocimiento
segundo uso lingüístico no se diferencia científico. La Lógica Aplicada que de aquí
esencialmente del primero. Y, en lo que se resulta se relaciona con la respectiva Me-
refiere a la noción de Lógica, coincide con todología.
la manera como R. Carnap caracterizó esta De donde se sigue que una Lógica Espe-
disciplina en un conocido texto, en forma cial debe ser entendida, de algún modo,
breve y tajante: "una Lógica especial del como una Lógica Metodológica, es decir,
sentido (Sinnlogik) es superflua; la ex- como el análisis del valor lógico de ciertos
presión 'Lógica no formal' constituye una métodos. De ahí el valor estratégico que
contradictio in adjecto" ( 3 ). estas disciplinas tienen en el sistema del
De por sí, las dos terminologías que aca- conocimiento, ya que con ellas se traza el
ban de mencionarse son independientes de puente entre la Lógica, instrumento de todo
la diferencia entre Lógica clásica y moder- saber científico, y cada ciencia.
na ( 4 ), en el sentido de que representantes Recordemos las dos terminologías men-
de esta última, como I. M. Bochenski, si- cionadas en el N9 1 de este parágrafo. Si se
guen el primer uso lingüístico. Sin embar- aclaran como es debido las respectivas de-
go, puede sí decirse que, de hecho, la Ló- finiciones nominales, es obvio que resulta
gica clásica tiende hacia la primera ter- indiferente emplear una u otra. En ambos
minología y la Lógica moderna hacia la se- casos se llega a la conclusión de que la Ló-
gunda. gica (o la Lógica Formal) es distinta de
2. El problema de la Lógica Aplicada, y la Metodología. Es que, en este contexto, se
las maneras de entender las relaciones en- entiende por Lógica (o Lógica Formal) la
tre Metodología y Lógica. Lógica Pura. Distintas son las cosas cuan-
La Lógica, sea que se la llame simple- do se plantea el problema de la relación
mente así, sea que se la denomine Lógica entre la Metodología y la Lógica Aplicada.
Formal, permite la contrucción de una se- En este punto, todo depende del concepto
rie de disciplinas que reciben el nombre 5de que se tenga sobre la Lógica Pura emplea-
Lógicas aplicadas, especiales o prácticas ( ). da en la construcción de la Lógica Aplica-
Una Lógica de esta índole es la aplicación da. Aquí nos interesa solamente (a) desta-
de la Lógica Pura a distintos sectores del car, de manera muy esquematizada, dos
conocimiento, caracterizables como aquéllos conceptos de Lógica que aparecen polar-
donde tienen validez determinados méto- mente contrapuestos en la praxis de la in-
dos. Dicho de otra manera: la construcción vestigación metodológica y lógico-aplicada, y
de una Lógica Aplicada tiene lugar cuan- f b ) notar las consecuencias que uno y otro
do la Lógica Pura, que es una sintaxis no concepto de Lógica Pura tienen para la
interpretada, se interpreta en términos de noción de Lógica Aplicada y para el pro-
una sintaxis válida para: blema de las relaciones entre ésta y la res-
a) Cualquier campo científico. En este pectiva Metodología.
caso, la interpretación de la Lógica Pura a) Dos conceptos de Lógica Pura.
permite dar cuenta de los métodos comu- Desde luego, y esto es el núcleo común a
nes a toda ciencia. La Lógica Aplicada re- las dos alternativas que más abajo señala-
sultante se relaciona con la Metodología mos como A y B, la Lógica Pura es una
General de las ciencias. sintaxis no interpretada, que se desenvuel-
b) Un grupo de ciencias. Aquí, la Lógica ve deductivamente, y donde rige, desde
Pura se interpreta para fundamentar los 1920, la multivalencia lógica ('). A partir
métodos que tienen validez dentro de ese de esta idea, patrimonio común de la Ló-
gica moderna, la Lógica Pura, cuando con
ella se construye una Lógica Especial, es
(3) Carnap, Hnidolí, Logische Syntax der Sprache, entendida en la práctica de la investíga-
2. Aufl., Wien-New York, 1968, p. 202. Comp. Klug,
Juriftische Itogik, p. 2, que coordina estas ideas de
Carnap con las ya mencionadas de Scholz.
(4) Para la distinción entre Lógica clásica y mo- t e ) La bivalencia (verdad-íalsedad) es tanto la de
derna remitimos a los criterios propuestos por Bochenski, la Lógica clásica como la de la etapa dé la Lógica mo-
Die zeitgenotiiachen Denkmethoden, pp. 75-76. Véase derna que culmina con los Principia Mathematica de
también Bochenski - Menne, Grwndrib der LogistiJi, 0.1. Whitehead-Russell. Como se sabe, a partir de 1920 se
( 5 ) Por ejemplo, Klug, Juristische Logik, p. 7, don- desarrollaron los sistemas "heterodoxos" dentro de la
de la Lógica Jurídica es considerada como un caso de Lógica moderna, entre ellos los que suponen más de dos
la "Lógica Práctica". valores lógicos.
ción metodológica y lógico-aplicada, de dos La Lógica Jurídica, por ejemplo, según
maneras diferentes: la idea que criticamos, analizaría los méto-
A) Como una sintaxis no interpretada en dos de aplicación y sistematización, mien-
la cual: 1) el momento de la interpretación tras que los restantes métodos, como la in-
resulta contingente; 2-) el carácter deduc- terpretación, la integración o la determina-
tivo significa referirse exclusiva, o casi ción de la validez de normas, quedarían
exclusivamente, al pensamiento deductivo; reservados a ¡a Metodología del Derecho ( 8 ).
3) la bivalencia lógica (o verdad o falsedad) Cuando, por el contrario, a la Lógica
sigue rigiendo de hecho como la posibilidad Pura utilizada en la Lógica Especial se le
más fecunda. atribuyen los rasgos señalados en la carac-
B) Como una sintaxis no interpretada terización B, la Lógica Especial resultante
en la cual: 1) el momento de la interpreta- resulta apta para el análisis de la respec-
ción resulta necesario, ya que, se piensa, tiva metódica en toda su extensión. De
la construcción de sistemas puramente for- donde puede resultar un beneficio mutuo
males no reduce la Lógica a una actividad para los dos tipos de investigaciones que
lúdica, sino que trata de hacer que ella con frecuencia, bajo el nombre de Lógica
cumpla de manera más perfecta su papel Especial y Metodología, se han desarrolla-
de instrumento de la ciencia; 2) la deduc- do, hasta ahora, en forma separada.
tibilidad de los sistemas lógicos en sí mis- 3. Desaparición de las fronteras entre
mos no desconoce el hecho de que ellos pue- Lógica Especial y Metodología.
den, en principio, ser referibles tanto al La convergencia de las investigaciones
pensamiento deductivo como al no-deducti- lógico especiales y metodológicas plantea
vo; 3) la multivalencia lógica cumple un un interrogante: ¿desaparecen las fronte-
papel efectivo. ras que se había creído posible trazar en-
b) Consecuencias de esos conceptos. tre las mismas?
Cuando la Lógica Pura utilizada en la Por un lado, con un enfoque pretendida-
construcción de la Lógica Especial se le mente "sistemático", puede responderse in-
atribuyen los rasgos señalados en la carac- sistiendo en la necesidad de distinguir, en
terización A, la Lógica Especial resultante dicho contexto, diferentes disciplinas. Se
tiende a eliminar de su óptica todo aquello distinguiría, en primer lugar, entre el exa-
que, en la metódica del campo respectivo, men de los procedimientos técnicos de un
sea no-deductivo ( 7 ), no-sintáctico, y no área determinada, que recibiría el nombre
comprensible en términos de bivalencia de Metodología técnica, y el examen de los
lógica. métodos de dicha área. En segundo lugar,
Este enfoque sobre la Lógica Especial dentro del análisis de los métodos se dis-
lleva a entender sus relaciones con la Me- tinguiría entre dos disciplinas, apelando
todología respectiva de la siguiente mane- para ello a un supuesto punto de vista espe-
ra: una parte de los métodos, aquéllos que cífico de cada una: el enfoque formal de los
en el respectivo campo científico aparecen métodos definiría el campo de la Lógica
como los más obvios, son analizados por la Especial, el enfoque no-formal de los mis-
Lógica Especial, y el resto de la metódica mos delimitaría el ámbito de la Metodolo-
se deriva a la Metodología, argumentando gía básica respectiva.
que se trata de procedimientos sin estricto Por otro lado, con un enfoque verdadera-
valor lógico. mente sistemático, es decir, más respetuo-
En nuestra opinión, este deslinde entre so de la manera como esos desarrollos cien-
Lógica Especial y Metodología perjudica tíficos tienen lugar en la praxis de la
ambas líneas de investigación, la lógico-es- investigación, nos parece que sólo puede
pecial, porque empobrece su temática y le admitirse, hasta cierto punto ( 9 ), la dife-
priva de las enseñanzas y renovaciones que rencia entre una Metodología orientada
puede lograr mediante el análisis del nivel
metódico tomado en toda su extensión, y la
metodológica, porque una parte de la me- (8) Klug, Jwñstwchr Logik, trata fundamentalmen-
te la aplicación del derecho y parte de la integraeióu
tódica resulta cuestionada como procedi- (argumentos de analogía), mientras que la interpreta-
miento demostrativo. ción queda fuera del campo de la Lógica Jurídica
1
(cfr.
parág. 14 y passim). Wagner, Heinz y Haag , Karl,
Die moderne Logik in der Kechtswisttenschaft, Berliu-
Tairich, 1970, 7-8, señalan que no existe una Lógica Ju-
( 7 ) En lugar de "no-deductivo" puede decirse, de rídica y que lo que suele indicarse como especifico de 1»
acuerdo con la terminología propuesta por Bochenski, mifma es en su mayor parte Metodología; pero no
"reductivo" (véase, de este autor, Di e zeitijfnossiscfieii renuncian a la aplicabilidad de. la Lógica moderna a
Denkmfthoden, V). Sobre el papel de la reducción en la la Ciencia Jurídica, posibilidad ésta que ven en el
metodología del Derecho ha llamado la atención Vieh- campo de la sistematización.
wejr, Theodor, Rechttphiosophie ais Gwidla,genjorschwiy, (9) Ya que la metódica básica y la técnica de
en: Archiv für Reclitt-und ftozialphilosophie (publica- u n a disciplina están estrechamente unidas entre s5. es
ción que en adelante se cita ARSP), t. XLVII (1961), claro que la diferencia entre Metodología básica y lí«-
pp. 519-53tí, cfr. p. 528. todología técnica sólo puede ser relativa.
más bien hacia el examen de las técnicas, Para comprender estas distinciones, tén-
y una orientada preferentemente hacia el gase en cuenta que se trata de Jos tres
análisis de los métodos básicos del campo aspectos que puede ofrecer un lenguaje
respectivo. En cambio, la pretendida dife- cualquiera. Los signos que lo componen pre-
rencia entre Metodología básica y Lógica sentan, en efecto, tres tipos de relaciones:
Especial resulta insostenible si se toma en de los signos entre sí (sintaxis), de los
cuenta que los aspectos formales y no-for- signos con aquello que los signos designan
males de un método son inescindibles. (semántica), y de los signos con los suje-
De la Lógica Especial puede decirse, en tos que emplean dicho lenguaje (pragmá-
conclusión, que ella representa un sector tica) .
de la correspondiente Metodología. Dicho Aquí nos interesa ejemplificar especial-
con más precisión: es la parte fundamental mente con el lenguaje jurídico. Éste se
de la misma. compone de secuencias de signos como las
que aparecen, verbigracia, en el conocido
4. Una redefinición del formalismo y de ejemplo escolar siguiente: 1. Si alguien co-
los conceptos de Lógica y Metodología, con metió asesinato debe ser penado con pri-
especial referencia al campo jurídico. sión de 8 a 25 años. 2. A cometió asesina-
Con un método que se atiene más bien to. 3. A debe ser penado con prisión de 8
al punto de vista clásico, el concepto de for- a 25 años. En este ejemplo, los signos se
malismo se construye apelando a la dife- conectan entre sí de cierta manera (aspec-
rencia entre contenido y estructura. Lo to sintáctico). Además, ellos mencionan
formal se identifica con lo estructural. Un distintas situaciones objetivas: la secuen-
enfoque es formal cuando apunta a la es- cia 1 se refiere a una ley, la 2 a un asesi-
tructura de un objeto o, dicho de otra ma- nato, la 3 a la decisión de un tribunal ju-
nera, cuando prescinde del contenido o dicial (aspecto semántico). Finalmente, no-
"materia" del mismo. temos cómo esas secuencias de signos se
Este concepto de forma resulta suficien- pueden formular por parte de diferentes
temente inequívoco, -y» por eso, lo hemos sujetos: tribunal judicial, abogado, juris-
empleado en los desarrollos anteriores para ta, etc. (aspecto pragmático).
alcanzar un enfoque claro sobre las inte-
rrelaciones de la Lógica y la Metodología. nesPor sumarias que sean, estas distincio-
sugieren ya con claridad dónde se en-
Pero la moderna Teoría General de los
Signos permite caracterizar de modo toda- cuentran los campos de la Metodología y
vía más inequívoco la noción de formalis- entre sí: de la Lógica, y cómo se relacionan ellos
mo y, de esta manera, redefinir con mayor
claridad los conceptos de Lógica y Meto- Las técnicas y métodos básicos de una
dología. En este orden de ideas, el concep- disciplina se expresan en un lenguaje. Los
to de formalismo se construye sobre la base aspectos sintácticos, semánticos y pragmá-
de la distinción entre lo sintáctico y lo ticos de dicho lenguaje, en su conjunto, se-
no-sintáctico, identificando lo primero con ñalan el ámbito de la Metodología de esa
lo formal y lo segundo con lo no-formal (10). disciplina. El aspecto sintáctico señala el
En lugar de "no-sintáctico" puede también ámbito de la Lógica Especial respectiva.
decirse, en forma afirmativa, "semántico" En este orden de ideas, puede ensayarse
y "pragmático" ( ). n una redefinición más precisa de los prin-
cipales conceptos hasta ahora examinados,
con especial referencia al caso de las dis-
(10) Klng, Jurietische Lógik, p. 145, a propósito ciplinas jurídicas:
de los paralogismos en el derecho, rechaza la identifi-
cación total entre lo sintáctico, por un lado, y lo formal La Lógica Pura es una sintaxis de los
en sentido cásico, por el otro. Esto puede ser histórica- demás lenguajes. Se trata de una sintaxis
mente exacto. Pero nos parece que el núcleo rescata- no-interpretada, es decir, donde se hace
ble de lo que la Lógica clásica denominó "formal"
sólo puede redefinirse en términos de la moderna Sin- abstracción de todo aspecto semántico o
taxis.
(11) Sobre las distinciones entre sintaxis, semántica pragmático ( 12 ). La Lógica Jurídica, una
y pragmática, la bibliografía desborda ya las posibili- de las Lógicas Especiales o Aplicadas, es
dades de una cita medianamente bien informada. Como la sintaxis del lenguaje del derecho. Se
primera aproximación al estudio de ese tema, visto sobre
todo deade el punto de vista de su aplicación al campo trata, en este caso, de una sintaxis inter-
jurídico, véase, entre otros, Kalinowski, Georges, Intro- pretada, donde, en consecuencia, los aspec-
ducSion, á la Logique Juridique, Paris, 1965, cap. II;
idem, Einführung in die Normerdogik, Frankfurt, 1973, tos no sintácticos entran necesariamente en
cap. 1; Klug, Juristische Logik, pp. 144-145; Menne,
Albert, Einige Aspekte zum Thema "Sprache und Logik"
in: A.R8P XLVIII (1962), pp. 507-524. Oír. además
G«rd«lla, Juan C., Fichas de filosofía jurídica, Rosario, (12) En realidad, aún los sistemas más formali-
1970-1972, edición de la Facultad de Derecho, espe- zados parecen contener un elemento semántico (la regía
cialmente Picha N» 8. El concepto d« derecho, que se de que pueden referirse a "cualquier" objeto) y uno
apoya en parte sobre los análisis de Morris, Charles, pragmático (la regla de que pueden ser empleados por
Signt, Language and Behaviour, New York, 1946. "cualquier sujeto").
consideración. La existencia de una sin- manera de proceder en un campo cualquie-
taxis jurídica puede ser presentada de dos ra de actividades. Dicho con más exactitud:
maneras: decir que la sintaxis pura "se el método es el procedimiento que indica
aplica" en la jurídica, o bien que ésta "se cómo alcanzar un objetivo presupuesto (14).
interpreta" en términos de aquélla. Como No resulta muy importante lograr mayor
una sintaxis especial es, por definición, claridad sobre el concepto de método. Sí
una sintaxis provista de reglas semánticas tiene importancia, en cambio, distinguir
y pragmáticas que permiten referirla a un cuidadosamente entre método y metódica,
campo determinado, puede parafrasearse la por un lado, y metodología por el otro.
célebre fórmula de Carnap (13) sobre la Denominaremos "metódica" el sistema de
Lógica Pura, y decir: Una Lógica Especial métodos. En cada campo de actividades exis-
que pretenda ser formal representa una te normalmente una metódica, es decir, una
contradictio in adjecto. serie de métodos que se organizan de ma-
La Metodología General es la sintaxis, nera más o menos sistemática. Metódica y
semántica y pragmática de un lenguaje, en Metodología no deben ser identificadas, ya
la medida en que esos aspectos se combinan que ellas están entre sí en la relación de
entre sí en dicho lenguaje para formar lenguaje a metalenguaje. La Metodología es
ciertos procedimientos que se denominan una teoría sobre ("con respecto a") la me-
"métodos" y "técnicas". La Metodología tódica, y esta fórmula muestra ya, por sí
Jurídica es, entonces, la sintaxis, semánti- misma, cómo la Metodología y la metódica
ca y pragmática del lenguaje del derecho, ocupan diferentes niveles del lenguaje ( 15 ).
en cuanto que en éste se combinan de tal
manera dichos aspectos, que la combina- 2. Niveles fundamental y técnico de una
ción resultante permite a ese lenguaje al- metódica. La metódica de cualquier ciencia,
canzar ciertos objetivos, tales como la in- por ejemplo la de la Jurisprudencia ( ie ),
terpretación y aplicación de normas, la ofrece dos niveles. Por una parte, un nivel
integración de las mismas, etc. fundamental, donde surgen cuestiones que
De donde se desprende, de manera toda- presentan un carácter predominantemente
vía más inequívoca, la validez de la tesis "de fundamento", es decir, referidas a la
ya expuesta sobre la relación entre Lógica justificación de los procedimientos metó-
Especial y Metodología del campo respec- dicos. Por otra parte, un nivel técnico, don-
tivo: referida al ámbito del derecho, dicha de se plantean problemas que apuntan a
tesis señala que la Lógica Jurídica es una aspectos detallados y concretos del trabajo
parte de la Metodología Jurídica, es la de la ciencia.
parte fundamental de la misma. Así, por ejemplo, dentro de lo que la Ju-
risprudencia denomina "subsunción", pue-
§ 2. NOCIONES METODOLÓGICAS ELEMEN- den diferenciarse dos tipos de cuestiones.
TALES. 1. Método y metódica. De una ma- Por una parte, aparecen problemas que se
nera muy general y, por cierto, algo im- refieren a la subsunción como forma de
precisa, el método suele definirse como la pensamiento y a su justificación como mé-
todo, si ella configura una operación deduc-
tiva o reductiva, como se relacionan a su
(13) Citada supra nota 3. En cuanto al formalismo respecto los elementos empíricos y no em-
de la Lógica Pura, hay que tener en cuenta dos as-
pectos. Por un lado, un sistema formal, es decir, una píricos del conocimiento, etc. Por otro lado,
sintaxis no interpretada, puede ser inaplicable en un» se plantean cuestiones sobre la técnica de
etapa de la ciencia pero devenir aplicable en otra; vale,
pues, el "principio de tolerancia" de R. Carnap, según la prueba, cómo hay que proceder cuando
el cual "cada uno puede construir como quiera su Ló- se maneja dicha técnica, si existe un catá-
gica, es decir, EU forma de lenguaje" (Carnap, Logische
Syntax der Sprache, p. 45). Por otro lado, sin embargo, logo cerrado o abierto de tales procedimien-
los sistemas totalmente formales, si bien representan "un
rebasarse de la Lógica a sí misma" (Kalinowski, In
tos probatorios, si algunos de ellos tienen
trckiuation & la Logique JurMüejM-e, cap. I, parág. 2, c), fuerza de convicción con respecto a ciertos
siguen teniendo la finalidad (objetiva) que la Lógica
tuvo desde sus comienzos, es decir, la de ser un ins-
hechos y no con respecto a otros, etc.
trumento para la ciencia; esta necesidad impide que el La Metodología se ocupa con cuestiones
formalismo se reduzca a una actividad puramente ludí-
ca. Nos parece que del balanceo entre aquel principio
carnapiano y esta necesidad que acaba de señalarse
(y que, por lo demás, el mismo Carnap en la reedi- (14) Cfr. por ejemplo Bochenski, Die Zfitgenotsis-
ción de la Logische Syntax der Sprache, Los Angeles, chett De-nkmtthoden-, pp. 16-17.
1968, parece haber reconocido —(cfr. p. VII del pro (15) Cfr. Klaus, Georg - Buhr, Manfred, Philoso-
logo a dicha reedición—) se desprende una consecuen- 1>Mucheit Worterbuch, 8. Aufl., Berlin, 1972, t. II, p. 721,
cia que alcanza especial relevancia para el caso de la vocablos Methodik y Methodologie.
Lógica Jurídica: las Lógicas Especiales representan P! (16) Tomamos el vocablo "Jurisprudencia" siempre
nivel donde se verifica la validez científica (la validez t-n el sentido de Ciencia del Derecho, y no como deci-
para el estado actual de la ciencia) de los sistemas de siones concordantes de tribunales u otros órganos jurí-
la Lógica Pura que, de por B!, sólo tienen validez sin dicos. Por otra parte, suponemos re.welta en sentido
táctica. La Lógica Jurídica, por ejemplo, no se puede afirmativo 1» vieja discusión (que no comienza sólo con
pues desarrollar de manera formal ni separada de 1» el conocido escrito de .1. von Kirchmann) sobre «1
Metodología del Derecho. carácter científico de la Jurisprudencia.
de uno y otro tipo, pero, naturalmente, Así, por ejemplo, en la Jurisprudencia hay
otorga mayor importancia al nivel funda- que distinguir dos tipos de conocimiento,18el
mental, donde ella converge con las inves- de "protagonista" y el de "espectador" ( ),
tigaciones que suelen denominarse "lógico- lo que lleva, en cada uno de esos casos, a
especiales". En este caso puede hablarse de un uso diferente de la metódica jurídica.
una Metodología Básica, cuya diferencia e) Un método supone, asimismo, una
con una Metodología Técnica, orientada cierta dirección del procedimiento, de tal
hacia la metódica básica más bien como manera que se pueda alcanzar en concreto
medio que permite articular y dotar de la finalidad que el sujeto del método' se ha
fuerza probatoria el con junto de las técni- propuesto. Por ejemplo, el jurista tiene que
cas, es, desde luego, relativa. En efecto, los dirigir en concreto (frente a cada "caso")
niveles fundamental y técnico representan, la metódica de su ciencia, organizando los
en el trabajo científico efectivo, dos caras diferentes pasos que hay que dar (verbi-
de una misma actividad, imposibles de dis- gracia, interpretar primero una norma u
tinguir entre sí de manera tajante. otra, sistematizar primero un campo nor-
3. Elementos de un método científico. En mativo u otro, etc.).
el método de una ciencia cualquiera pue- El elemento mencionado en (a) repre-
den distinguirse, entre otros, los cinco ele- senta el aspecto semántico de la metódica.
mentos siguientes ("): El (c) es sintáctico. Los (b), (d) y (e)
a) Un objeto al cual apunta el respectivo dirigen la atención hacia el aspecto prag-
método. mático.
b) Un objetivo o finalidad que el méto- 4. El concepto de ciencia y la teoría de
do se propone alcanzar, es decir, o la mo- los niveles del lenguaje.
dificación del objeto, o su conocimiento, o Las nociones de ciencia y de método es-
ambas cosas. En realidad, no tiene sentido tán estrechamente unidas entre sí, ya que
una separación tajante entre esos objeti- una ciencia se compone tanto de los respec-
vos, ya que, en efecto, todo cambio del ob- tivos resultados como también de la metó-
jeto supone conocimientos sobre el mismo dica que ha permitido establecerlos. Un
y, a su vez, todo cambio trae consigo nue- concepto de ciencia es, pues, indispensable
vos conocimientos, de tal manera que siem- para la Metodología. Por otro lado, una
pre nos encontramos ante un círculo que ciencia, como asimismo la Lógica y la Me-
se mueve entre la modificación y el cono- todología, es un lenguaje, de modo que su
cimiento del objeto. Lo que sí tiene sentido ubicación en los respectivos niveles lin-
es preguntar a cuál de esos dos objetivos güísticos permite precisar las interrelacio-
(conocimiento o transformación de la rea- nes de estas disciplinas.
lidad) sirve primariamente un método. Así a) Concepto de ciencia.
formulada, esta pregunta permite distin- Por lo menos (1!)) los cinco rasgos si-
guir dos tipos de metódicas y, correlativa- guientes son característicos de una ciencia:
mente, de ciencias, es decir, las teóricas y A. Se trata de una secuencia de propo-
las prácticas, según que predomine uno u siciones sistemáticamente ordenada.
otro objetivo. La Jurisprudencia, por ejem- B. Dicha secuencia se compone sólo de
plo, posee una metódica práctica, y es, pues, proposiciones efectivamente formadas, y no
una ciencia práctica, ya que sus conoci- de proposiciones posibles. Por ejemplo, la
mientos nunca sirven a la mera captación Jurisprudencia francesa de comienzos del
de su objeto sino al cambio del mismo, lo siglo xix se compone de las proposiciones
que se desprende del hecho de que ella es efectivamente formadas en esa época, y no,
una disciplina que se ocupa con las solu- aunque eran teóricamente posibles, ds las
ciones de los casos. Para lograr tales solu- que componen la Jurisprudencia actual de
ciones, la Jurisprudencia tiene que inter- Francia. Toda ciencia tiene, en efecto, en
pretar normas, integrarlas, etc. forma necesaria, un desarrollo histórico.
c) Un método contiene una secuencia de C. Dicha secuencia de proposiciones re-
-proposiciones, relacionadas entre sí con presenta un proceso social, es decir un tipo
coherencia.
d) Un método se usa por determinados
sujetos, en ciertas situaciones, y el análi- (18) Sobre esta distinción, cír. Gardella, Juan Car-
sis de este uso de los métodos no puede es- los, Fichas de filosofía, jurídica, Ficha N' 13, passim.
tar ausente de la respectiva Metodología. (19) Se pueden agregar, desde luego, más caracte-
res. Cír. para una caracterización más extensa: Bunge,
Mario, La ciencia, su método y su filosofía, Bs. Aires,
1969, cap. 1. Para exponer el concepto de ciencia en
función de los problemas de la Jurisprudencia es sufi-
(17) Por supuesto, es posible agregar más elemen- ciente la caracterización que indicamos en el texto, to-
ÍOB. L» caracterización que sigue responde, sobre todo, mada en parte de Bochenski, Die zeilgenoeaischen Derik-
a las necesidades de la Metodología Jurídica. methoden, pp. 17-19.
de relación entre los seres humanos, donde D. Aquella secuencia de proposiciones
se dan ciertos valores, actitudes, normas, representa un saber metódicamente obteni-
finalidades, etc. Esta caracterización no do. De donde se sigue la importancia que
niega el valor objetivo del conocimiento. tiene la enunciación explícita y clara de la
Lleva, sí, en los distintos campos científi- metódica para toda disciplina que preten-
cos, a definir cada vez más las verdades da poseer valor científico. Ya que, en efec-
como intersubjetivas antes que como obje- to, esa enunciación permite controlar la
tivas. Pero no hay que perder de vista que validez de los resultados y acceder a pro-
también en este caso la objetividad sigue posiciones intersubjetivamente válidas.
siendo el valor rector para juzgar sobre la
E. Las proposiciones científicas constitu-
justificación de las proposiciones científi-
yen siempre un saber crítico, en el sentido
cas. Sólo que, sobre todo a través de la
de un saber que reflexiona sobre sí mismo
experiencia histórica que llamamos "cien- para dar razón de cada una de sus afirma-
cia moderna" ( 2 0 ), la humanidad ha apren- ciones o negaciones. Tal reflexión crítica
dido que el mejor medio para el logro de no se refiere sólo a los resultados del tra-
proposiciones objetivamente verdaderas es, bajo científico, sino también a los procedi-
precisamente, la fuerza de convicción in- mientos que emplea, la cieacia, entre ellos,
tersubjetiva que ellas puedan mostrar. Esto ante todo, a los procedimientos que cons-
supone la elección compartida de una me- tituyen la metódica básica respectiva.
tódica, y aquí puede observarse otro rasgo
social de la ciencia. Una consecuencia de b) Lenguaje y metalenguaje.
la caracterización de la ciencia en términos Se pueden organizar los principales con-
sociales es el valor creciente que hoy en día ceptos hasta aquí mencionados (ciencia,
se otorga al examen del lenguaje científi- lógica, metodología, teoría de la ciencia),
co, ya que, en efecto, como obra comparti- en un esquema que se basa en la teoría so-
da, una ciencia supone un sistema de co- bre los niveles del lenguaje, que tisne, en-
municación que ha de ser tan inequívoco tre otras, la ventaja de mostrar con clari-
y preciso como sea posible (21). dad las interrelaciones de esas disciplinas:

(objeto) (lenguaje-objeto) <—— (metalenguaje)


Metodología Ju-
rídica Técnica Teoría
el derecho la Jurisprudencia de la
Metodología Jurí- Ciencia
dica Básica y Ló- Jurídica
gica Jurídica

Los límites que este esquema traza en- en los desarrollos de Lógica y Metodología
tre diferentes campos científicos han de in- del Derecho, pueden también llegar a for-
terpretarse como fronteras fluidas. Así, mar disciplinas relativamente autónomas
como ya se observó supra § 1 N9 3, la dife- dentro de la Teoría de la Ciencia Jurídica.
rencia entre Metodología básica y técnica
es relativa. Asimismo, la distinción entre § 3. LA METÓDICA DE LA JURISPRUDENCIA.
el derecho y la Jurisprudencia tiene que
ser relativizada, ya que el primero no con- 1. Clasificación de los métodos jurídicos
tiene sólo conocimiento "de protagonista" básicos.
sino también "de espectador" ( 22 ). Por otra a) De la Jurisprudencia de cada país.
parte, la Teoría de la Ciencia Jurídica no Cada Jurisprudencia nacional es una dis-
se agota en Metodología (y Lógica Jurídi- ciplina vertebrada por varios métodos cuya
ca) : las problemáticas gnoseológico, onto- enumeración difiere según el autor y la
lógico y axiológico-jurídicas, que, por su- escuela. Nosotros utilizaremos aquí la si-
puesto, están de alguna manera presentes guiente lista: determinación de la validez,
interpretación, integración, aplicación, sis-
tematización. La fórmula simplificadora
(20) Algunos de sus postulados esenciales apunta- método jurídico, empleada con frecuencia,
ban, por cierto, ya antes de la edad moderna.
(21) La necesidad, de un lenguaje preciso y unívoco oculta, como se ve, el hecho de que la me-
debe ser planteada en la actualidad sobre todo con res- tódica de la Jurisprudencia posee una es-
pecto a las Ciencias Humanas. Pero ella no significa
necesariamente el uso de un lenguaje artificial idéntico tructura interna rica y complicada.
al de las matemáticas. Puede exponerse esa secuencia de méto-
( 2 2 ) Sobre esta distinción cfr. supra, parág. 2,
N9 3, d, y nota 18. dos mostrando en la misma la existencia
de un cierto orden interno. En efecto, la parativo, es decir utilizándolos sólo en la
metódica de la Jurisprudencia se desen- medida necesaria para establecer el mate-
vuelve según una serie, cuyo punto de par- rial de la comparación.
tida es la noción de caso y la exigencia de Como método constitutivo de esa disci-
una solución, de la siguiente manera: plina, la comparación jurídica se desen-
Cuando se encuentra ante un caso que vuelve, en efecto, en dos fases:
exige una solución, el jurista debe ante A. Establecimiento del material que se
todo examinar las normas que parecen te- ha de comparar, es decir, las soluciones que
ner relevancia para ese caso, a fin de de- a partir de dos o más sistemas jurídicos
terminar si las mismas son o no válidas pueden darse a los casos. Para lo cual la
(método para la determinación de la vali- comparación jurídica emplea los métodos
dez). Seguidamente, él debe investigar el básicos propios de la Jurisprudencia de
sentido de la o las normas (método de in- cada país. El punto de vista específico de
terpretación). Puede suceder que en las la Jurisprudencia Comparada, su tendencia
normas no se halle solución alguna para el a la totalidad ( 2 6 ), repercute ya ahí, en la
caso, situación que se suele denominar como selección del material, y la distingue de la
"existencia de lagunas" y, entonces, por Jurisprudencia de cada paiís, de donde re-
medio de la analogía o los principios gene- sulta un uso diferente de aquellos métodos
rales del derecho, el jurista ha de construir básicos en una y otra disciplina.
una solución (método llamado "integra- B. Análisis comparativo del material, es
ción") ( 23 ). Luego, los hechos que integran decir, constatación y explicación de las di-
el caso han de ser subsumidos bajo el su- ferencias y semejanzas que se dan: 1) en-
puesto normativo, y se han de deducir las tre las soluciones que a partir de dos o más
respectivas consecuencias jurídicas (méto- sistemas pueden darse a un mismo caso ( 2 7 ),
do de aplicación). Finalmente, el jurista y 2) entre los tipos de soluciones que a
ha de construir un sistema coherente para partir de dos o más conjuntos de sistemas
representar Ja totalidad de las normas (mé- pueden darse a tipos de casos. Es en esta
todo de sistematización). fase donde se desenvuelve el método com-
b) De la Jurisprudencia Comparada parado como procedimiento básico, verte-
("Universal"). brador de la Jurisprudencia Comparada.
Cada uno de los métodos básicos mencio- 2. Dimensiones de la metódica jurídica.
nados en (a) se compone de diversos "pro- La constatación de la estructura trialis-
cedimientos metódicos" ( 2 4 ), uno de los ta del derecho ( 28 ) lleva a la idea de una
cuales es la comparación jurídica. ( Esta triple índole del conocimiento jurídico, que,
interviene, al lado de otros procedimientos, en este orden de ideas, se compondría de
para proporcionar más seguridad a las juicios de tipo enunciativo, de valor, y nor-
conclusiones de cada método básico. Así, mativos.
por ejemplo, la fuerza de convicción que un De aquí parecen seguirse dos consecuen-
determinado modo de interpretar una nor- cias epistemológicas:
ma tenga en la Jurisprudencia de un país a) Puede hablarse de tres metódicas di-
se refuerza si se comparan esos resultados ferentes, y, por lo tanto, de tres disciplinas
hermenéuticos con los logrados a partir de
una norma semejante en la Jurisprudencia
de otro país. (26) La tendencia a la totalidad que registra la
En cada Jurisprudencia nacional, la com- Jurisprudencia Comparada no es lina utopía, sino un
ideal histórico. En su estado actual, dicha disciplina se
paración juega, pues, un papel que es, por conforma en gran parte con "microeomparaciones" y
cierto, importante, pero que funciona siem- con los primeros ensayos de "maerocomparación" (sobre
estos dos términos véase infra nota 2 7 ) .
pre de manera subordinada dentro de cada (27) Los niveles 1 y 2 representan lo que puede
método básico. En cambio, en el nivel de denominarse respectivamente "micro" y "macrocompara-
ción". en el sentido que a estos términos da Rheinstein,
la Jurisprudencia Comparada ("Univer- Max, Eiriführitnfr in dif, Rechttvergleichunp. Manchen,
sal") ( 25 ) la situación metódica es exacta- 1974. parág. 4. El nivel 2. fss decir, la macrocornpara-
ción. trata de construir los llamados "círculos jurídicos"
mente la inversa: También en este caso o "familias jurídicas" (romano-germánico, angloamerica-
se emplean los métodos mencionados en (a), no, etc.), que, a veces, suelen denominarse también "sis-
temas de derecho", tomando en este caso el término
subordinándolos, empero, al método com- "sistema" en sentido amplio.
(28) Cfr. Goldschmidt, Werner, Introducción filosó-
fica aA derecho, 4* edición. Buenos Aires, 1973; tam-
bién, del mismo: Der Aufbau der juristischen W?,U, Wies-
(23) Terminología corriente en los idiomas neolati- badén, 1963. Algunas consecuencias epistemológicas de
nos. La dftnomin&ción alemán» mate b ttiettos equivalehté la ontología trialista hemos extraído, por nuestra parte,
es Rtchlsforfíríldung (así, por ejemplo, en Larení, Karl, en "Normativismo", en Enciclopedia Jurídica Omebn,
Vethodenlehre der KFchtswi«^fnecf>aft, Berlín, 1975, Bufenos Aires. 1965, t. XX, pp. 376-390; en Fichas
passim). te Filosofía Jurídica, Picha N? 13, y, específicamente
(24) Sobre la diferencia entre método básico y pro- sobre el método de interpretación, en "La interpreta-
cedimiento metódico, cfr. infra, parág. 3, N? 3. c.ión del derecho. Ru lógica, en Rol. drl Inst. <ffe Der,
('25) Sobre las posibilidades de una "Jurispruden- Civ., Universidad N. del Litoral (Acantina), 1962,
tia Universalis", cfr. mira II. pp. 7-64.
distintas: la Sociología del Derecho, ca- esta disciplina. Para tal análisis es posible
racterizada por el empleo de juicios enun- emplear diferentes puntos de vista, entre
ciativos; la Política Jurídica, que usa jui- los cuales; aquí, elegiremos uno de ellos, el
cios enunciativos y de valor; la Jurispru- que se refiere al ámbito espacial del objeto
dencia, caracterizada por la utilización de de la Jurisprudencia. Dicho de otra mane-
juicios de las tres categorías mencionadas. ra: analizaremos cómo los límites del ob-
b) En cuanto a la Jurisprudencia en sí jeto de esta disciplina se establecen de ma-
misma, sería erróneo hablar de tres metó- nera diferente en la etapa tradicional y
dicas, ya que, en tal caso, no se trataría en la innovadora, y cómo el rol del método
de una misma disciplina, sino de tres. El comparado en dicha delimitación ha sido
principio epistemológico (y de sentido co- decisivo.
mún), según el cual una ciencia se especi- De .acuerdo con el criterio tradicional, la
fica en función de una metódica, resulta, Jurisprudencia se concibe como el conoci-
claro está, ineludible. No sería, pues, co- miento que se ocupa solamente con el de-
rrecto distinguir, dentro de la metódica de recho de cada país. Vistas las cosas desde
la Jurisprudencia, entre métodos normati- afuera de cada Jurisprudencia, hay tantas
vos, enunciativos, y estimativos. Ciencias Jurídicas, separadas entre sí, como
Pero, lo que sí puede hacerse, es distin- sistemas de derecho positivo. Un enfoque
guir dentro de la metódica de la Jurispru- interno, es decir, desde el punto de vista de
dencia, que representa una estructura uni- cada Jurisprudencia, reconoce sólo la vali-
taria, métodos donde predomina uno u otro dez de la propia Ciencia Jurídica. En tal
tipo de conocimiento. Así, por ejemplo, la situación, el método comparado juega un
interpretación registra el papel decisivo de rol muy pequeño o, incluso, nulo ( 29 ).
juicios enunciativos, la integración el de La concepción tradicional sólo puede ser
los juicios de valor, la sistematización el entendida cuando se toma en cuenta el de-
de los normativos, etc. sarrollo del derecho europeo, de cuya his-
3. Método básico y procedimiento metó- toria, considerada a grandes rasgos, nos
dico. interesa aquí destacar dos de sus etapas:
Cada método jurídico básico posee una la del jus commiine y la de la unificación
cierta unidad. Observado de cerca, mues- jurídica en cada país ( 30 ).
tra, sin embargo, una estructura interna 1. El jus commune en el continente.
rica y complicada: diversos procedimientos Después de la caída del Imperio Roma-
se enlazan entre sí para otorgar fuerza no, la situación jurídica europea se carac-
probatoria al respectivo método básico. teriza, entre otros rasgos, por la subsis-
Un error muy común en la Metodología tencia de los restos del derecho romano, el
consiste en definir cada método básico agregado de derechos germánicos consue-
atendiendo solamente a la última etapa del tudinarios, y el paulatino desenvolvimien-
mismo. Así, por ejemplo, suele decirse que to del derecho canónico. En el siglo XI se
la aplicación es la deducción de la conse- recupera el conocimiento del Corpus luris.
cuencia jurídica prevista por una norma Éste se convierte en Bologna, y posterior-
para un caso concreto. En realidad, esta mente en otras universidades de Europa,
fórmula señala solamente uno de los proce- en la base de los estudios de derecho. A
dimientos metódicos de la aplicación, si- partir de este fenómeno histórico, el dere-
tuado en la fase final del método. Habría cho romano enseñado por glosadores y
que decir, en efecto, que la aplicación es: postglosadores extiende su influencia en
1) la comprobación de hechos, 2) la sub- toda Europa, con excepción de Gran Bre-
sunción de los mismos bajo un supuesto taña (31). En el Sacro Imperio Romano
normativo, 3) la deducción de las conse- Germánico, el derecho romano se convierte
cuencia jurídicas, y 4) la determinación de en derecho del Emperador, y llega a ser
las mismas. El método básico denominado
"aplicación" se compone, pues, por lo me-
nos, de cuatro procedimientos metódicos. (29) Cfr. Rheinstein, Max, Einfuhrung in á¡«
Rechtsvergleichwnff, pp. 39-40.
(30) Para esta exposición seguimos, en lo lunda-
II. LA REPERCUSIÓN DEL MÉTODO mental, a Rheinstein, cit., parftg. 5; a David, Rene, Lttt
gmnds systdmes de droit contemporaine, 59 ed., París,
COMPARADO SOBRE LA JURISPRUDENCIA 1973, N? 29 ss.; a David, Rene y Grasmann, Gttnther,
Einführung in die ffroben Reditssyste'me der Geffenwart,
§ 4. La delimitación tradicional del ob- München und Berlín, 1966, N? 23 ss.; a Schmtzer,
Adolf F., Veryleichende Rechtslehre, 2. Aufl., Base],
jeto de la Jurisprudencia. 1961; a Fikontscher, Wolfgang, Method&n des Rechte, in
Para comprender buena parte de los verffleichender Dar&steUunff, Tübingen, 1975-77 (5 to-
mos), t. I.
problemas de la Jurisprudencia sigue sien- (31) Desde el siglo xi comenzó a desarrollarse el
do útil el examen de la contraposición common tato como sistema propio, distinto del continen-
tal, y donde los elementos romanistas iban a jugar un
entre los tipos tradicional e innovador de papel limitado.
derecho común en buena parte del Imperio, En resumen, en la etapa del jus commu-
si bien a título subsidiario ( 32 ). En Fran- ne, se registraba en la situación jurídica
cia, el derecho romano carece de validez y científico-jurídica la existencia de nu-
como tal, pero, ello no obstante, influye merosos elementos que tendían hacia el
enérgicamente sobre la Jurisprudencia fran- ideal de una posible unidad europea ( 36 ).
cesa (33). Cuando aparecieron los Estados nacionales,
Este jus commune desenvuelto en el con- la lucha de éstos para lograr la hegemonía
tinente era, fundamental pero no exclusi- dentro de Europa y asegurarse el contralor
vamente, derecho elaborado por los juris- sobre los territorios extraeuropeos median-
tas, sobre todo por los profesores de las te la colonización (37) condujo a la disolu-
universidades. El derecho aplicado por los ción de aquella incipiente unidad jurídica.
tribunales de entonces representaba un sis- Este proceso de disolución se desenvolvió
tema diferente, que la mayor parte de las durante varios siglos, de manera que la in-
veces quedaba al margen del interés di- fluencia del yus commune alcanzó a perdu-
recto de los juristas. Sin embargo, «1 jus rar hasta principios del siglo XIX.
commune, sobre todo por la vía de la Juris- 2. La unificación jurídica de cada país.
prudencia ( 34 ), ejerció paulatinamente su
influjo sobre el derecho aplicado por los La segunda etapa del derecho europeo se
jueces. Este fenómeno histórico puede ser caracteriza por la unificación jurídica pro-
considerado como uno de los factores que ducida dentro de cada Estado. Generaliza-
explica la tradicional confianza europeo- da a partir del siglo XIX, esa unificación se
continental con respecto a la Jurispruden- apoyó por una parte sobre los movimientos
cia, así como, por su parte, el fenómeno in- codificadores que se desenvolvían en Euro-
verso que se producía en Gran Bretaña, pa desde dos siglos antes. Mencionemos
donde el common Iww surgía esencialmente aquí solamente los más importantes: Dina-
por la vía de la práctica judicial, explica marca en 1683, Noruega 1687, Suecia y
el prestigio que entre los anglosajones ad- Finlandia en 1734, Prusia en 1791-1794,
quiría la Ciencia Jurídica desenvuelta a Austria < en 1811, y, desde 1804, Fran-
través de la actividad misma de los jueces. cia (3S). Destaquemos, desde luego, la im-
En el continente europeo existían, pues, portancia de la codificación francesa, que
un derecho y una Jurisprudencia relativa- fue adoptada en numerosos países y que
mente unitarios, en el sentido de un dere- ejerció en otros un poderoso influjo sobre
cho como conjunto de exigencias conside- las propias codificaciones. El proceso codi-
radas justas y con validez universal, y en ficador siguió su marcha, principalmente
el sentido de una Jurisprudencia a la cual a través de los códigos civiles de Alemania
se atribuía validez científica general. Para (1900) y Suiza (1912).
el desarrollo de esta relativa vocación uni- Por otra parte, la unificación jurídica de
versalista que apuntaba en la época, la Ju- cada país se apoyó también sobre los movi-
risprudencia contó con el auxilio de las teo- mientos constitucionalistas que se desen-
rías del Derecho Natural que, si bien se volvieron desde el siglo xvni. Una consti-
desenvolvían con profundas contradicciones tución, en efecto, sistematiza de manera más
internas, mantenían, sin embargo, una cier- o menos coherente el derecho público y los
ta unidad temática y terminológica (35). puntos esenciales del derecho privado de
un país.
Ni la codificación ni el constitucionalis-
(32) Stadtrecht bricht Landrecht, Landrecht bricht mo tenían por qué llevar al "nacionalismo"
fiemeine* Jteeht, cfr. David-Grasmann, Einführung, p. 54. y al "normativismo" (en el sentido nega-
Sobre las relaciones entre "derecho imperial" y roma- tivo de estas dos palabras) en los cuales
no, además de las obras citadas en nota 30, véase Moli-
tor, Erich - .Sehlossetr, Hans, Grundzüge der Neueren cayó la Jurisprudencia europea desde me-
Privatrechtsgeschichte, Karlsruhe, 1975, pp. 20-21. Sobre diados del siglo xix. Por el contrario, esos
el papel del derecho romano en cada país europeo, véase
Mieinstein, Einführung, pp. 84-85. dos movimientos, más allá de su aspecto
(33) Reinstein, Einführung, p. 84, y David, Le»
grita* «ystímes de droit contemporaine, pp. 53-54. Véase
*n este autor, pp. 54-55, las indicaciones sobre la si-
tuación jurídica en Escandinavia y Suiza, relativamente (36) Rheinstein, Einführung, p. 84. Pero no se
marginal en cuanto a 1a romanización del derecho, lo olvide que el desarrollo científico-jurídico, y el jurídico
que no impidió, sin embargo, una romanización de la mismo, tuvo una cierta independencia con respecto al
Ciencia Jurídica. factor político; sobre esto cfr. David-Grasmann, p. 40.
(34) En el sentido de Ciencia del Derecho (cfr. (37) Rheinstein, Einführung, p. 85, señala la lu-
supra nota 16). Sobre la manera persuasiva como in- cha por la hegemonía intraeuropea. Por nuestra parte,
fluyó la Jurisprudencia en la evolución del derecho en agregamos el papel desempeñado por las luchas para
el ámbito europeo-continental, cfr. David, Les granas lograr el contralor de ámbitos no europeos mediante las
fyxtémes, pp. 51-52, y David-Grasmann, pp. 51 y 53. colonizaciones.
(35) Sobre este carácter relativamente unitario de (38) David-Grasmann, pp. 63-73; David, parágs.
la teoría del Derecho Natural, cfr. sobre todo Welzel, 47-50; R'heinstein, pp. 85-88. Los trabajos preparatorios
Hsns, Naturrecht und materiaíe Gerechtig'ktit, Gottin- del código civil austríaco habían ya comenzado, como se
gen, 1960, pp. 7-8 y passim. sabe, en el siglo xvm (cfr. Rheinstein, p. 85).
metodológico C 3 9 ), registran la presencia Pero, cualquiera sea el modo como se in-
enérgica de los ideales cosmopolitas y eti- terpreten los hechos que acaban dé mencio-
cistas de tipo liberal-democrático, que se narse, sobre los vínculos históricos de los
habían abierto camino en una parte del movimientos codificadores y constituciona-
jus commune y en una parte de las teorías listas con la Jurisprudencia tradicional, y
del jus naturae. sobre las diferencias entre esta última y la
Si el derecho y su conocimiento cientí- "clásica", puede coincidirse en la caracte-
fico, a partir de mediados del siglo XIX, se rización de la Jurisprudencia tradicional
"nacionalizaron", es decir, cayeron en una como una disciplina cuyos rasgos dominan-
situación de aislamiento nacional y de re- tes son el aislamiento nacional y la exage-
cíproca ignorancia y hostilidad, y si ellos ración del punto de vista dogmático. En
se definieron en forma crecientemente nor- efecto:
mativista, es decir, olvidaron las dimen- De un lado, como toda Jurisprudencia,
siones social y política de lo jurídico, estos también la tradicional consideró tarea cen-
fenómenos negativos no pueden atribuirse tral la exposición del contenido de un sis-
ni a la codificación ni al constitucionalis- tema de derecho, es decir, la exposición del
mo, sino a los factores económicos, sociales producto de un determinado sistema de
y políticos que se traducían en la ya men- fuentes jurídicas. Pero, a diferencia del
cionada lucha por la hegemonía en Europa modelo clásico, el tradicional tendió a re-
y en los procesos de colonización. ducir la Jurisprudencia, lo más posible, a la
exposición normativa, excluyendo el elemen-
3. La Jurisprudencia de tipo tradicional. to real del derecho y toda tarea crítica.
Mencionemos en la etapa de unificación De otro lado, la Jurisprudencia tradicio-
jurídica nacional la existencia de dos mo- nal definió las fuentes del derecho restrin-
delos de Jurisprudencia: giéndolas a las fuentes oficiales de cada
Una, la "tradicional", cuyos rasgos se país.
pusieron de manifiesto con toda claridad La tarea de exponer de la manera más
desde mediados del siglo XIX, interpretaba exhaustiva posible el contenido del propio
las consecuencias científicas de los proce- derecho nacional orientó, entonces, todo el
sos codificadores y del constitucionalismo trabajo de los juristas hacia el desenvolvi-
en un sentido normativista y estrechamen- miento de una Ciencia Jurídica "propia".
te "nacional". El saldo de este proceso histórico ha sido
Otra, la "clásica", le había precedido, negativo, aunque, desde luego, no dejó de
manteniendo su influencia hasta princi- tener un aspecto positivo. Por una parte,
pios del siglo xix. Apoyada en el "jus com- en cada país, la Jurisprudencia se propuso
mune", había tratado de orientar las con- dar cuenta del propio sistema de derecho,
secuencias científicas de la codificación y desenvolviéndose con un alto nivel de refi-
constitucionalismo en un sentido diferen- namiento técnico y metódico. Esto fue, sin
te. Sin embargo, dentro de ella se habían duda, positivo. Por otra parte, sin embar-
diseñado fuertes corrientes contrapuestas, go, además de la ya señalada tendencia ha-
de índole formalista y de orientación fina- cia el normativismo y el predomnio de la
lista ( 4 ( l ) , más inclinadas las primeras, no Dogmática, entre las Ciencias Jurídicas de
así las segundas, al normativ;smo y "nacio- cada país se trazaron fronteras .demasiado
nalismo". Por lo cual no es de extrañar profundas, lo que llevó a un creciente de-
que, consideradas las cosas solamente des- sarrollo de las actitudes "provincialistas"
de el punto de vista de la historia de las en el seno de estas disciplinas ( 41 ).
ideas, pueda decirse que las corrientes for- De esta manera, en la etapa de la uni-
malistas de la Jurisprudencia clásica, vo- ficación jurídica, la Jurisprudencia desem-
luntaria o involuntariamente, abrieron el boca, desde mediados del siglo Xix, en una
camino a la Jurisprudencia tradicional. situación científica singular, caracterizada
por la distribución de su, trabajo en dos
niveles: uno, el de la serie de las diferentes
(39) Codificación y constitucionalización tienen tan-
to un aspecto axiológieo cuanto uno metodológico. Desde Ciencias Jurídicas Nacionales. Otro, el de
«rte último punto de vista, representan el métode jor el las eventuales coincidencias que, alrededor
cual el derecho se autosistematiza. Sobre los métodos de
autosistematización, cfr, Qardella, Fichas de filosofía de ciertos problemas, pueden producirse en-
jurídica, Ficha N? 13, IV, B. 4, e.
(40) Cfr. ibidem, Picha N» 4, passim, sobre las
diferencias entre Jurisprudencia cl&sica y tradicional, 7
entre corrientes formalistas y finalistas de aquélla, si- (41) Rheínstein, Einführunff, p. 38, sobre el aisla-
guiendo, para esto último, una idea de H. Kantorowicz. miento de la Jnrisrpudencia de cada país Aclaremos,
La ausencia de estas distinciones lleva por ejemplo, a por nuestra parte, que ese fenómeno se producía en los
M. Rheinstein, Einf&lirung, p. 39, a sostener que "tan- países "centrales", que es donde se tendía a desenvolver
to en la época del derecho común como también en la Ciencias Jurídicas "propias". En los paísrs "periféricos",
de las grandes codificaciones los juristas estaban inte- por ejemplo los latinoamericano*, so producía el corres-
resados ante todo en la Dogmática Jurídica". pondiente fenómeno inverso.
tre esas disciplinas, coincidencias que se dar que a mediados de ese siglo varios
ensaya organizar bajo la forma de "tenden- autores llamaron la atención, de una u otra
cias generales" del pensamiento jurídico. manera, sobre los peligros-del nuevo rumbo
Sin desconocer el valor de algunos de estos que tomaba la Jurisprudencia. Mencione-
ensayos, corresponde señalar, sin embargo, mos aquí solamente dos de ellos. /. von
que en la concepción tradicional el centro Kirchmann señaló en 1848 la "falta de valor
de gravedad recae sobre el primero de los de la Jurisprudencia como ciencia", con lo
niveles mencionados, de tal manera que, si- cual aludía, seguramente, a la disciplina
guiendo a L. J. Constantinesco, puede cali- que empezaba a formarse con claridad hacia
ficarse al mundo jurídico tradicional como esa época. Poco después, escribía Jhering
"ptolomeico" ( 4 2 ). Para Ptolomeo la tierra lo siguiente: "La ciencia se ha degradado
es el centro, y el sol gira alrededor de ella; en la forma de Jurisprudencia provinciana,
de manera análoga, para la Jurisprudencia las fronteras científicas coinciden en la
de esa época el propio sistema de derecho Jurisprudencia con las fronteras políticas.
se convierte en el centro, en torno al cual ¡Una forma indigna, humillante, para una
giran tos demás sistemas jurídicos. Ciencia!" f 4 3 ) . La reacción contra el ante-
rior tipo de Jurisprudencia había posibili-
4. Comparación entre la etapa del jus tado a la nueva forma de esta disciplina
commune y la de la unificación jurídica escapar de r.n extremo, para caer sin embar-
en cada país. go en el otro. Una Jurisprudencia univer-
Comparemos los resultados de ambas eta- salista pero abstracta, era sustituida por
pas, en la medida en que ellas desemboca- una disciplina más concreta, pero nacional-
ron en la concepción "tradicional" sobre el mente estrecha.
derecho y la Jurisprudencia: Tanto la primera como la segunda etapa
En la fase del jus commune existían va- de la Jurisprudencia, pero por distintos
rios factores de unidad de la Jurispruden- motivos, no habían estado en condiciones
cia, entre ellos el "derecho común" elabo- de hacer sitio a la comparación jurídica. Y,
rado por los juristas en un proceso secular precisamente, es desde la actitud compara-
fuertemente influido por el derecho roma- tiva donde va a surgir uno de los impulsos
no, las teorías del Derecho Natural y el más fuertes para las direcciones "innovado-
derecho canónico. Representaban, quizás, ras". Estas, apoyándose en buena parte
puntos de apoyo débiles. Pero, de cualquier sobre los resultados de la comparación jurí-
modo, el jurista de esa época podía dar del dica, van a proponer una nueva manera de
objeto de su disciplina una definición con delimitar el objeto de la Jurisprudencia.
cierta validez general. Desde luego, esta uni-
versalidad se había logrado a costa de la § 5. La nueva delimitación del objeto de
concretitud del objeto, ya que la Jurispru- la Jurisprudencia.
dencia de entonces tendía a dejar de lado lo Desde hace un siglo comenzó una nueva
más posible los aspectos empíricos, tempo- forma de Jurisprudencia. Por cierto, la
espacialmente determinados, de los fenó- forma tradicional permaneció y permanece
menos jurídicos. aún, de manera que en la situación teoré-
En la segunda etapa, el surgimiento de tica de esta disciplina se hace necesario
loe Estados nacionales y el correlativo pro- distinguir, todavía hoy, continuamente, dos
ceso de paulatina unificación jurídica por direcciones principales opuestas entre sí,
países desencadenó a la larga una reacción aunque, por supuesto, imposibles de dife-
contra aquel tipo de Jurisprudencia. Los renciar con total claridad en numerosos
juristas aprendieron a conocer paso a paso, punto?. Uno de los temas donde resalta ní-
en la práctica, los límites espaciales y tem- tidamente la contraposición entre las di-
porales del objeto de su disciplina. La recciones tradicionales e innovadoras es la
influencia del jus commune, de las teorías delimitación del objeto de la Jurispruden-
del Derecho Natural, y del derecho canóni- cia: en lugar del derecho limitado por las
co, desaparecieron en forma lenta pero fronteras nacionales, aparece, como objeto
continua. El desarrollo de la unificación ju- de esta disciplina, la serie de todos los sis-
rídica nacional, que había comenzado ya an- temas jurídicos del mundo.
tes, se hizo sentir cada vez con mayor fuerza Por supuesto, la existencia de ordena-
en el curso del siglo xix. Originó, finalmen- mientos jurídicos distintos del propio nun-
te, el tipo de Jurisprudencia que hoy se ca estuvo ausente de la óptica de los juris-
designa como "tradicional". Conviene recor- tas. No es, pues, ese hecho trivial el que
quiere darse a entender cuando se dice que
(42) Constantinesco, Léontin - Jean, Rechtsve.rglei-
chung, Münch(>n, 1971, t. I: Einführung m die Reehts-
verglñchung, passim. (43) Cfr. Rheinstein, Einfiihrune, p. 39, nota 6.
la nueva forma de la Jurisprudencia apun- § 6. La comparación jurídica.
ta a la serie de todos los sistemas jurídicos El punto de partida de la investigación
del mundo. Se trata de algo muy diferente: sistemática en derecho comparado puede
es el hecho de que, hasta hace un siglo, la ubicarse en el decenio del 60 'del siglo 'xix.
conciencia de los juristas con respecto a Le precedieron ensayos asistemáticós y
¡a diversidad del derecho había consistido, esporádicos, que chocaban con fuertes obs-
o bien en una constatación sólo teórica, sin táculos provenientes, ora de una Jurispru-
relevancia para el trabajo efectivo de la dencia orientada hacia el jus commnne ( 4e ),
Ciencia Jurídica, o bien, en los casos en ora de una Jursprudencia cuyos intereses
que el reconocimiento de esa diversidad apuntaban ante todo al respectivo sistema
jugaba un papel real, consistía en un senti- nacional de derecho. Esto no obstante, no es
miento de superioridad frente a los otros inoportuno recordar aquí la existencia de
sistemas de derecho, desvalorizados como numerosos juristas y filósofos que fueron
fenómenos jurídicos "inferiores". De una u verdaderos 'precursores de la comparación
otra manera, el derecho ajeno, como tal, re- jurídica ( 47 ).
sultaba ignorado. Las direcciones "innova- Siguiendo la opinión de M. Rheins-
doras" ven las cosas de manera distinta: tein ( 4S ), se puede considerar a Ernst Ra-
Por una parte, consciente o inconsciente- bel y Eduard Lambert como los verdaderos
mente, de buen o mal grado, la nueva Ju- fundadores de la comparación jurídica en
risprudencia tiende a reconocer el derecho el siglo xx.
ajeno. Y, lo que es más importante, ese re- En 1869 se había fundado la Sacíete de
conocimiento adquiere relevancia para el Législation Comparée, y en la segunda mi-
trabajo efectivo de los juristas. tad del siglo xix y comienzos del XX había
Por otra parte, las direcciones innovado- crecido el número de los institutos, socie-
ras tienden hacia la total disolución de los dades, congresos y autores dedicados a la
prejuicios recíprocos que existen entre las comparación del derecho.
diferentes Ciencias Jurídicas nacionales. Fue entonces cuando se fundó, en 1916,
Lo primero trajo cambios en la Juris- en la Unversidad de Munich, el primer ins-
prudencia con respecto a su objeto y me- tituto universitario alemán dedicado a la
tódica. Lo segundo impulsó una nueva comparación, el Instituí für Rechtsverglei-
orientación en la Política del Derecho: el chung, cuyo director fue Erns Rabel. En
ideal del pluralismo jurídico ( 44 ). 1926 se fundó en Berlin el Kaiser-Wilhelm-
Los cambios de la Jurisprudencia y de la Instüut, dedicado al estudio del derecho
Política Jurídica sólo pudieron producirse privado internacional y extranjero. Rabel
cuando la Sociología del Derecho comenzó fue su director hasta 1933, cuando, debido
a desarrollarse con seriedad ( 4r> ). El influ- a su ascendencia judía, fue dejado cesante
jo de la Sociología fomentó el método jurí- por el régimen nazi. El Instituto de Berlín
dico comparado, gracias al cual, a su turno, se había convertido, gracias especialmente
pudo imponerse la ampliación del objeto de a la dirección impresa por Rabel, en uno de
la Jurisprudencia y los cambios de su me- los centros mundiales más célebres para la
tódica, y, asimismo, pudo precederse a la investigación jurídico-comparativa ( 49 ).
revisión crítica de los ideales político-ju- El primer instituto para derecho compa-
rídicos. Desde luego, la base real de estas rado en una universidad francesa se fundó
transformaciones producidas a nivel teóri- en 1920 en la Universidad de Lyon, y diri-
co ha de buscarse en la ampliación y com- gido por Eduard Lambert, llegó a ser en
plicación que desde hace un siglo experi- poco tiempo otro centro mundial para la
mentan tanto los intereses en juego en el investigación jurídico-comparativa.
interior de cada país, como así también en
las relaciones recíprocas entre los diferen- (46) La incompatibilidad del jus commune y la
tes Estados. comparación jurídica ha sido señalada por Hheinstein,
Einführung, p. 38.
(47) íbideni, pp. 40 ss. donde, entre otros, se men-
ción a: Aristóteles, quien comparó diferentes constitu-
ciones de Grecia; Teofrasto, de quien ha quedado un
(44) Noft referimos a.1 pluralismo en sentido demo- enfoque comparativo sobre la ' compraventa; algunos ca-
ftatico. Esta noción puede desinterpretarse en sentido nonistas y legistas de la Edad Media; algunos juristas
autoritario. Sobre «sto, cfr. Gardella, Fichas de FUato de comienzos de la Edad Moderna, que se ocuparon con.
fía jurídica, Ficha N? 11. las reglas del tráfico marítimo y comercial; Vico y Mon-
(45) . En lo que se refiere a su utilidad para la tesquieu en el siglo "XTTii; J. P. A. Feuerbach, H. Maine
comprensión de los problemas jurídicos, el estado actual y, sobre todo, R. Jhering, en el siglo xrx.
de la Sociología es todavía precario. En Rev. Jurld. La (48) Sobre esto, y para la exposición que sigue, cfr. ,
Liy (Buenos Aires, 1960), t. 100, pp. 1003 ss., co- Rheinstein, Einführunff, pp. 44 y 45-51.
mentando una obra de W. Goldschmidt, ensayamos un (49) En 1939 B. Rabel emigró a los Estados Uni-
balance de conjunto respecto, sobre todo, a los resulta- dos de Norteamérica. Sobre E. Rabel vid. especialmente
dos de la Sociología. En Pichas de filosofía jurídica, Rheinstein, parag. 7. El Institut de Berlín se prolongó,
N? 4, 5 y 13 (Rosario, 1972). ensayamos un examen después dé la guerra, en el actual Max-Pla.nrk-lni!titut
de la metódica de 1» Sociología del Derecho. de Hamburgo.
Con Rabel y Lambert, y numerosos otros dos como puntos de apoyo para el logro de
autores, en los mencionados institutos y en "soluciones" a "problemas". En este senti-
muchos otros más, se desenvolvió la etapa do, el objeto de dicha Jurisprudencia Uni-
fundadora de la comparación jurídica. Des- versal, corno el de cualquer Ciencia Jurí-
pués de la segunda guerra mundial, esta dica, es doble. Por un lado, consiste en una
disciplina amplió y profundizó notablemen- serie de' problemas, ejemplificares en "ca-
te su trabajo, y pudo ejercer de manera sos", y, por otro lado, en una serio de so-
cada vez más enérgica la influencia que ya luciones a los mismos, que se obtienen to-
había comenzado a operar sobre la menta- mando en cuenta de alguna manera los
lidad del jurista, impulsado, por su propia diversos sistemas jurídicos.
naturaleza, una Jurisprudencia más abier- Los problemas de que aquí se habla no
ta. Este carácter abierto es, precisamente, son, por sí mismos, "jurídicos", ellos son
uno de los rasgos más significativos de las ante todo económicos, familiares, políticos,
corrientes innovadoras de la Jurispruden- etc. Llegan a ser "jurídicos" en la medida
cia. en que se los expresa, de alguna manera,
Por el hecho de que una de sus tareas en el lenguaje de los diversos sistemas de
consiste en abrir las Jurisprudencias na- derecho.
cionales unas a las otras, la comparación Como toda Ciencia Jurídica, la Juris-
jurídica sólo puede desenvolverse en el ni- prudencia Universal ha de partir del "pro-
vel de la cooperación científica internacio- blema" ( 52 ). Gracias a su punto de vista
nal. Pueden mencionarse numerosas inicia- orientado hacia el conjunto, ella está en
tivas que sirven a este propósito, y agre- condiciones de poder seleccionar aquellos
gar, como resumen, que con ellas se acelera problemas que alcanzan mayor relevancia
el desarrollo de la Ciencia Jurídica en di- en la evolución del derecho, es decir, aque-
rección hacia una "Jurisprudencia Univer- llos interrogantes que las etapas y coyun-
sal" ( 50 ). Por cierto, este proceso se en- turas decisivas del desarrollo de las estruc-
cuentra todavía en sus comienzos, y hay turas económicas, sociales, políticas, etc.,
que valorar con mucha cautela las posibi- plantean al derecho. En la medida en que
lidades de su influjo sobre el derecho y la organiza esos interrogantes en un marco de
Jurisprudencia. De todos modos, ofrece ya referencia coherente, y en la medida en
puntos de apoyo suficientes para poder es- que enfoca los sistemas jurídicos como pun-
tablecer el doble orden de efectos que la tos de apoyo para el logro de respuestas
comparación jurídica está ejerciendo sobre alternativas a tales interrogantes, el de-
la Jurisprudencia: con respecto a la clasi- recho comparado genera progresivamente
ficación de las Ciencias Jurídicas (§ 7) y una "Jurisprudencia Universal". Hay que
con respecto a la metódica de las mis- repetir, aquí, que esta disciplina recién ha
mas (§ 8). abandonado su situación de "proyecto", y
que la producción jurídico-comparativa se-
§ 7. Efectos de la comparación jurídica ria avanza, todavía de manera muy lenta,
sobre la clasificación de las Ciencias del en los dos niveles fundamentales antes se-
Derecho. ñalados de la "micro" y "macrocompara-
Un esquema simplificado sobre la mane- ción" i58).
ra como se organizan las Ciencias Jurídicas 2. Una serie de Ciencias Jurídicas nacio-
de la actualidad podría ser el siguiente: nales.
1. Una Jurisprudencia Universal, que es El objeto de cada una de estas discipli-
el producto del método comparativo cuan- nas es el sistema jurídico que rige en un
B1
do éste funciona como método básico ( ). país determinado. Se trata, también aquí,
Se trata de una disciplina que recién ha de una esfera de problemas, formulados
comenzado su desenvolvimiento y cuyas di- como "jurídicos", y que se dan en el res-
ficultades no deben ser disimuladas. pectivo país, y de las soluciones que pue-
Su objeto, en efecto, es el conjunto de den darse a los mismos a partir del corres-
los sistemas jurídicos del mundo, entendi- pondiente sistema.

(50) Rheinstein, Evnfu'h.rung, pp. 49-50. Se trata (52) En este sentido ella es "tópica", para era1-
de la vieja idea sobre una posible Jurispruítentia TJnivfr- plear la expresión que, gracias a las investigaciones de
stilis, con respecto a la cual llamó 3a atención Ijeibniz, Th. Viehweg (Tojñk und Juríepnulem, 5. Aufl., Mün-
y que J. P. A. FeuerTbach renovó de manera brillante. chen, 1974) se han hecho .ya clásicas en la Teoría del
(51) Vid. supra parág. 3, 1 sobre la diferencia Derecho actual.
entre el funcionamiento del método comparativo jurí- (53) Vid. supra parág. 3, 1, b. Esos dos niveles se-
dico como básico y como subordinado. Agreguemos que, ñalan solamente los dos polos entre los cuales se ubica
en este orden de ideas, la vieja controversia sobre si la el trabajo concreto de la comparación jurídica. Hay, pues,
comparación es sólo un método o también una discipli- en realidad, numerosos niveles intermedios, como, por
na, parece no tener sentido. David, Les grnds systémus ejemplo, la investigación que enfoca partes de un círculo
de droit contemporain8f N9 9 y 13, se' refiere a dicha jurídico (verbigracia, el sector de influencia francesa
controversia, y parece inclinarse a una solución ecléctica. dentro del círculo romano-germánico).
Desde luego, la relación de cada Juris- de la Ciencia Jurídica, fecundada por el
prudencia con el derecho de un país deter- comparatismo, sobre la Sociología.
minado no excluye la necesidad de que ella
considere también los otros derechos nacio- 1. El surgimiento del enfoque funcional
nales. Como ya se indicó más arriba (§3, en la Jurisprudencia, y el papel del compa-
l,b), hay procedimientos metódicos compa- ratismo jurídico.
rativos que integran cada método básico de El contacto con la Sociología favoreció
la Jurisprudencia. Pero tales enfoques com- en la Jurisprudencia un enfoque de tipo
parativos no representan el interés central funcional. El pensamiento funcional, pro-
de esta disciplina, sino sólo uno de sus pio de las corrientes innovadoras, se con-
instrumentos para el logro de una com- trapone al "analítico", propio de las direc-
prensión más profunda del derecho del pro- ciones tradicionales, pero no se identifica
pio país. necesariamente con el funcionalismo repre-
sentado por varias escuelas de la Sociolo-
Obsérvese la estrecha interdependencia gía General ( 55 ). Como se lo entendió en
que existe entre los dos niveles (1 y 2) que la Jurisprudencia, un enfoque es "funcio-
acabamos de señalar; cada Jurisprudencia nal" cuando relaciona las normas con algo
nacional necesita la ayuda de la Jurispru- que, exterior a las mismas, permite com-
dencia Universal, y, recíprocamente, esta prenderlas mejor. El "sentido" de una nor-
última sólo puede construirse sobre la base ma (o, por lo menos, el "verdadero sentido"
de las Ciencias Jurídicas de cada país. de ella) sólo podría entenderse, de acuerdo
Obsérvese también, finalmente, que, en con esta idea, cuando se entienden los ele-
cuanto al papel que la comparación cumple mentos "no normativos". La tendencia a
en el cambio interno de la Ciencia del De- entender la norma "en función de" tales
recho, su situación se asemeja a la de otras elementos extranormativos, uno de los ras-
disciplinas, tales como, por ejemplo, la gos más típicos de las corrientes antitra-
Lingüística y la Teología. Este paralelismo dicionales, representó una evidente conquis-
ha llamado la atención de varios auto- ta para el pensamiento jurídico desde fines
res ( 54 ) : en efecto, tradicionalmente había del siglo XIX. Su filiación, en el plano de la
tantas Filologías como lenguajes, y tantas historia de las ideas, puede buscarse, entre
Teologías como religiones, pero en la actua- otros, en R. Jhering, con su teorización so-
lidad, como consecuencia de la aplicación bre el papel que cumple "el fin" en el de-
del método comparativo, existen la Lingüís- recho, y con su concepto del derecho sub-
tica y Teología comparadas, donde la res- jetivo como protección jurídica de intere-
pectiva problemática puede recibir un tra- ses.
tamiento más coherente y profundo. Ahora bien, nótese cómo esa tendencia
§ 8. Efectos de la comparación jurídica surgió y se afirmó paralelamente con el
sobre la metódica de la Ciencia del De- surgimiento y afirmación del enfoque com-
paratiata. En la etapa en la cual la Juris-
recho. prudencia delimitaba su objeto ateniéndose
La historia de la Ciencia Jurídica desde en forma exclusiva al criterio de las fron-
fines del siglo XIX se caracteriza por la teras nacionales, tenía que imperar un en-
existencia de una serie de fenómenos es- foque de tipo "analítico", que en la prácti-
trechamente unidos entre sí: desarrollo del ca desemboca en la visión normativista del
comparatismo, surgimiento de corrientes derecho; en efecto, cuando un sistema ju-
innovadoras dentro de la Jurisprudencia, rídico se aisla de los demás, esta actitud
contacto creciente de esta disciplina con la estimula, ad intra, una consideración del
Sociología, revisión crítica de las posibili- sistema "en sí mismo", donde los elementos
dades de la Política Jurídica. Examinare- no normativos pasan pronto a ocupar un
mos aquí uno de ellos, el que se refiere a la lugar secundario. En cambio, cuando se
influencia de la Sociología sobre la Juris- desarrolla la comparación de los sistemas
prudencia, especialmente en cuanto este nacionales, constatando sus coincidencias y
contacto activó las tendencias comparatis- divergencias, este comparatismo estimula,
tas dentro de esta disciplina, fenómeno que ad intra, un enfoque del sistema en fun-
se vincula con la aparición del "enfoque fun- ción de los elementos extranormativos. És-
cional" en la misma. No sin antes aclarar tos, a su vez, permiten explicar aquellas
que dicha influencia no ha sido unilineal: diferencias y semejanzas entre los siste-
también se registra la influencia inversa, mas nacionales, de tal manera que la trans-

(54) Cfr. Rheinstein, Eintührung, pp. 39-40: tam- (55) Sobre el funcionalismo, véase, entre otros,
bién Hernández Gil, Antonio, Metodología, de ta Ciencia Rchmid, Güenter, Pwnktionanahfse una Polítifich? Theorie,
del Derecho, Madrid, 1973, t. III, p. 384. Dusseldorf, 1974.
formación de la metódica de la Jurispru- c. Las valoraciones con las cuales los ac-
dencia de cada país en un sentido funcional tores mismos de la situación histórica va-
refluye sobre la metódica de la Jurispru- loraban a ésta, y que pueden haber sido
dencia Universal. En resumen: desde fines aceptadas, rechazadas o ignoradas por el
del siglo XIX, comparatismo y enfoque fun- autor de la norma.
cional, interdependientes ( 5(i ), ponen en d. Las valoraciones con las cuales el au-
marcha un proceso circular, donde los cam- tor de la norma ha estimado la situación
bios en la metódica de las Jurisprudencias históricamente existente, y que han prece-
nacionales influye sobre los cambios en la dido y fundado la solución proyectada para
metódica de la Jurisprudencia Universal, y la misma.
éstos, a su turno, vuelven a repercutir so- e. La situación presente, que de alguna
bre aquéllos. manera continúa a la situación pasada que
señaló en "a", o que puede contener elemen-
2. índole del enfoque funcional. tos nuevos.
El enfoque funcional arrastró consigo f. La solución que a dicha situación da
cierta equivocidad en el concepto central o daría "el actual poder del Estado" (ex-
("función"), lo que puede atribuirse tanto presión de H. Kantorowicz) ( 57 ), y que
al hecho de que ese concepto provenía en puede coincidir o no con la ideada por el
parte de la Sociología, donde su uso ha autor de la norma.
sido con frecuencia poco claro o, incluso, g. Las valoraciones mediante las cuales
criticable, como asimismo al hecho de que los actores de la situación en el presente
en la Jurisprudencia, tal como el problema valoran a la misma.
de la norma quedó planteado en esta disci- h. Las valoraciones propias del "actual
plina a partir del enfoque tradicional, el poder del Estado" con respecto a la situa-
significado de lo "extranormativo" podía ción.
adquirir connotaciones muy diversas. Acá Nótese cómo la construcción del esquema
interesa establecer en forma clara esa mul- precedente toma en cuenta varios crite-
tivocidad semántica de la expresión "extra- rios: Primero, la diferencia entre situación
normativo". Se la puede entender, por lo y solución. Segundo, la diferencia entre
menos, de las siguientes maneras: situación pasada o histórica y presente.
a. Situación a la cual se ha referido el Tercero, la diferencia entre la situación
autor de la norma. No se trata, necesaria- en sí y su valoración por parte de los acto-
mente, de la "situación normada", que, des- res de la misma. Cuarto, la diferencia entre
de luego, representa siempre un elemento la solución querida por alguien (elemento
normativo, sino de la situación en sí misma volitivo) y las valoraciones que preceden y
a la cual el autor de la norma ha querido fundamentan la misma (elemento emotivo).
referirse, y que puede haber sido correcta Casi no hace falta subrayar que en todos
o incorrectamente captada en el "supuesto los casos se constata una interdependencia
jurídico". Este primer sentido de la fór- entre los elementos que se han distinguido;
mula "elementos extranormativos" apunta, en efecto, no se trata de separaciones entre
pues, a la situación tal como ella se daba los mismos, sino de distinciones que acen-
históricamente, y para la cual el autor de túan el aspecto principal.
la norma entendía establecer la solución Nótese, por otra parte que al esquema
que aparece en la segunda parte de ésta, es supone la posibilidad de divergencias en-
decir, en la "consecuencia jurídica". tre la lectura normativa de situaciones y
b. La solución que el autor de la norma soluciones, y éstas en sí mismas ( 5S ).
ha querido. No se trata necesariamente de Como se puede fácilmente observar a
la "consecuencia jurídica", que representa, través del análisis anterior, la fórmula
también ella, un elemento normativo, sino "elementos extranormativos" y la correla-
de la voluntad real del autor, correcta o in- tiva fórmula "enfoque funcional de la nor-
correctamente captada en la norma. Este ma" recubren una amplia gama de signifi-
segundo sentido de la expresión "elementos
extranormativos" se refiere, pues, a la vo-
luntad histórica del autor de la norma, que (57) Kantorowicz, Hermán, Der Eampf um die
quería solucionar de determinada mane- Recktswissen^chaft, Heidelberg, 1906, en: H. Kantoro-
wicz, Rechtswissenschaft und Soeioloffie. Ausgeviáhlte
ra la situación señalada en "a". Schfiften zur fVitsenschaftslehre, Karlsruhe, 1962, p. 34:
die zur Zeit der Entscheiduny bestehende Staatsffewalt
("el podjer estatal existente en el momento de la deci-
sión"). Véase en castellano: "La lucha por la Ciencia
(56) Es t*n legítimo decir que el comparatismo es- del Derecho", en: La Ciencia del Derecho, Buenos Aires,
timuló el enfoque funcional, como, a la inversa, decir 1949, p. 363.
que éste estimuló a qvél. Aquí, coma en, el caso antes (S.S) La definición de norma en el trialismo (vid.
señ»l»d« de las influencias recíproc»», entre Sociología y supra, parág, 3, 2 y nota 28), entendida como "cap-
Jurisprudencia, deben evitarse cvúdadoscunente las con- tación lógica", explica la posibilidad de tales diver-
cepciones unilinealee. gencias.
cados, no necesariamente incompatibles en- colaboración entre Sociología (e2) y Juris-
tre sí. Se los puede coordinar mediante prudencia se planteó en el contexto de la
otro de los conceptos desenvueltos en las pregunta sobre la función que una norma
corrientes innovadoras de la Jurispruden- (o conjunto de normas) cumple con respec-
cia, el de "conflicto xde intereses" (5í)), re- to a determinado conflicto de intereses. La
formulando entonces la expresión "enfoque respuesta a este interrogante exige inves-
funcional de la norma*' de la siguiente ma- tigar, en cada caso específico, y mediante
nera: los conocimientos de las Ciencias Humanas
a. Que una norma cumple una función empíricas, la función que una análoga nor-
significa: ella es la solución de un con- ma (o complejo normativo) cumple en otro
flicto de intereses. sistema de derecho ( 63 ). De aquí el papel
b. El conflicto de intereses a tomar en decisivo que la comparación jurídica cum-
cuenta es el que existe tanto en la situa- ple tanto con respecto a la Jurisprudencia
ción pasada, a la que se refirió el autor de Universal como a la nacional.
la norma, cuanto en la situación presente, b. Por otra parte, y también bajo la in-
y, en uno y otro caso, abarca tanto las va- fluencia del enfoque funcional, la Jurispru-
loraciones de los actores como las del autor dencia, que en la cocepción tradicional ten-
de la norma. día a presentarse como separada de la
c. La solución a tomar en cuenta puede Ciencia Política, comenzó a acercarse a ésta,
ser (60) tanto la que el autor de la norma reconociendo sus vínculos con la misma.
ha querido en el pasado, como también la En efecto, los conceptos "conflicto de inte-
que el "actual poder del Estado" quiere dar- reses." y "solución de conflictos" no impli-
le en el presente. Tanto una como otra re- can solamente cuestiones relativas a juicios
presentan elementos extranormativos, y, de realidad (enunciativos) sino también a
en consecuencia, sea que se elija la solución juicios de valor. Así pudo desarrollarse el
del pasado, sea que se opte por la del pre- lado político-jurídico de la Jurispruden-
sente, se trata en ambos casos de un enfo- cia' ( M ). La zona de colaboración entre Po-
que funcional ( ei ). lítica Jurídica y Jurisprudencia puede se-
3. Resultados del enfoque funcional en el ñalarse con la pregunta sobre si una nor-
proceso de innovación de la Ciencia Jurí- ma (o complejo de normas) cumple ade-
dica. cuadamente la función que el análisis pre-
La innovación producida en la Jurispru- vio sociológico ha permitido establecer, o
dencia desde hace un siglo parece haber si quizás otra norma (o complejo normati-
apuntado en dos direcciones, en cada una vo) puede servir mejor a dicha función, es
de las cuales el enfoque funcional y la ten- decir, si puede solucionar de manera más
dencia comparatista han jugado un rol satisfactoria el respectivo conflicto de in-
significativo: tereses ( es ). La comparación jurídica cum-
a. Por una parte, la Jurisprudencia, que ple, también acá, un rol decisivo, ya que,
en la concepción tradicional tendía a redu- para poder responder a ese interrogante,
cirse fundamentalmente a sus aspectos nor- hay que apoyarse sobre una comparación
mativos ("dogmáticos"), comenzó, bajo la entre dicha norma (o complejo normativo)
influencia del enfoque funcional, una apro- y la norma (o complejo normativo) que per-
ximación a la Sociología, tratando de con- tenece a otro sistema pero que cumple la
ceptualizar la norma "en función de" los misma función.
conflictos de intereses y de las soluciones 4. Balance crítico del enfoque funcional
a los mismos. De esta manera se comenzó a en Ja Jurisprudencia.
destacar el lado sociológico o real de la Ju- A primera vista, el desplazamiento de
risprudencia, o, lo que es lo mismo, el pa- la concepción tradicional, el surgimiento de
pel que desempeñan los juicios enunciati- las corrientes innovadoras, la introducción
vos en la estructura de esta disciplina. La

(62) Se trata de una manera simplificada de ex-


(59) Como «e sabe, este concepto ha sido empleado presarse. En realidad, no es sólo la Sociología la que
por numerosas escuelas innovadoras, entre ellas la. Ju- aqu! entra en juego, sino, de manera más amplia, el
risprudencia de Intenses de Ph. Heck y la Jwritpru- conjunto de las ciencias empíricas del hombre o de la
deuda. Sociológica, de B.. Pound. conducta, sobre todo el complejo interdisciplinario socio-
(60) Decimos puede ter, y no: debe ser. Se trata psico-antropológico. Casi no hace falta advertir que la
de la descripción neutral de una posibilidad alternativa: calificación de dichas ciencias como empíricas o lácti-
el poder del Estado se somete a la legalidad anterior o cas sólo tiene el sentido de subrayar uno de sus dos
no. Y agreguemos: debe someterse a la legalidad ante- niveles, el más descuidado hasta no hace mucho. En
rior legitima, legitimidad que se define, desde luego, rigor, dichas disciplinas son empírico-racionles o em-
con los criterios del sistema democrático. pírico-teóricas,
(61) En realidad, siempre se elige la solución del (63) Cfr. Bheinstein, Einfühmmg, P- 26.
presente, ya que la del pasado, coma tal, no puede (64) "Político-jurídico" o, si se quiere, aiioJógico-
operar. Lo que sí puede operar es 1» solución del pre- jurídico, ético-jurídico, etc.
sente orientada hacia el pasado. (65) Cfr. Rheinstein, op. cít., loe. cit.
del enfoque funcional, la creciente aplica- forma completa la superficie de la realidad
ción del método comparativo, el reconoci- social, elimina de hecho en sus análisis los
miento de los vínculos interdisciplinarios niveles no directamente dados a la expe-
de la Jurisprudencia con la Sociología y riencia, por lo cual tiende a definir como
Política, representan, todos ellos, hechos "superficie empírica" sólo una -parte de la
que autorizan a calificar como satisfacto- misma. Ya que, en efecto, la extensión del
rio el estado actual de la Jurisprudencia. concepto "experiencia" se determina siem-
Y, en efecto, hay autores que describen esa pre por el nivel de profundidad del análisis
situación con cierto tono optimista. Así, teórico. Una Sociología del tipo aquí men-
por ejemplo, M. Eheinstein (66). cionado desemboca, pues, en una descrip-
Digamos que la etapa de innovación de ción incompleta de las situaciones que he-
la Jurisprudencia representa, sin duda, un mos denominado "conflictos de intereses",
proceso de crecimiento de la Ciencia Ju- y, de esta manera, impide la comprensión
rídica. Pero, al mismo tiempo, agreguemos más profunda de la norma. Buena parte de
que un balance exacto no puede desconocer la actual interrelación entre Jurispruden-
las inevitables contradicciones internas a cia y Sociología se apoya sobre una Socio-
través de las cuales ese proceso iba a de- logía de esta índole.
senvolverse, sobre todo en los dos puntos b. La dimensión político-jurídica.
centrales antes. mencionados: los aspectos También la comprobación, correcta, de
sociológico y político-jurídicos de la Juris- que una norma puede no cumplir adecua-
prudencia. damente la función respectiva, es decir,
a. La dimensión sociológico-jurídica. puede no solucionar el conflicto de intere-
La comprobación, correcta, de que una ses en forma "adecuada", y de que otra
norma describe la solución de un conflicto norma puede hacerlo mejor, ha llevado al
de intereses, y de que, en consecuencia, el pensamiento jurídico del siglo XX en dos
análisis de este conflicto es un supuesto direcciones opuestas:
para la comprensión de la norma, ha con- Por un lado, en una dirección correcta,
ducido al pensamiento jurídico del siglo la Ciencia Política (y la Política Jurídica)
xx en dos direcciones opuestas: define el concepto adecuación de dos ma-
Por un lado, en una dirección correcta, se neras. La solución establecida por una nor-
describe el conflicto de intereses en su to- ma es "adecuada", primero, y con un enfo-
talidad, a fin de establecer en qué medida que sólo tecnológico, cuando ella asegura
la solución ideada por el autor de la norma con eficacia una coordinación de intereses
prefiere o posterga unos intereses a otros, en la cual alguno o algunos de ellos, sobre
y en qué proporción lo ha hecho. Una des- cuya justificación no se abre juicio, logran
cripción completa de los conflictos que la primacía. Segundo, y con un enfoque
aparecen en la superficie de la realidad so- tecnológico y ético, la solución del conflic-
cial supone una Sociología que no sea me- to es adecuada cuando asegura con eficacia
canicista, es decir, una Sociología que cap- el predominio de aquellos intereses que
te los niveles más profundos de los con- se pueden calificar como "verdaderos" por
flictos histórico-sociales y trabaje cientí- sobre los "falsos" ( 68 ). Esta dirección del
ficamente con ellos. Sólo el análisis de los pensamiento necesita, pues, explicitar cri-
procesos no directamente, dados a la expe- terios que hagan posible distinguir entre
riencia puede garantizar, en efecto, una uno y otro tipo de intereses. Tienen que ser
descripción completa de la experiencia ( 97 ). criterios que se fundan en instancias no
Por otro lado, en una dirección errónea, directamente dadas a la experiencia, pero,
sobre todo bajo el influjo de escuelas del al mismo tiempo, de acuerdo con el postu-
empirismo positivista, la Sociología, aun- lado empirista ( e9 ), han de ser inferibles
que teóricamente proclama su sujeción a la a partir de la misma. El punto de partida
experiencia y la necesidad de describir en necesario es, en consecuencia, la superficie
de la realidad social descripta en forma
completa. De donde resulta claro cómo, en
(66) Rheinstein, Einführung, parágs. 1-5. esta dirección del pensamiento, una Polí-
(67) Un análisis de los. conceptos "experiencia" y tica Jurídica que no se reduce a tecnología
"elementos no dados directamente a la exaeriencia", a
fin de comprender la distinción entre empirismo posi- sino que contiene también y sobre todo fun-
tivista y no-positivista, se encontrará en nuestro trabajo damentos axiológicos se coordina con una
Finitas de filosofía jwrliUca, Rosario (Argentina), 1970-
1972. Ea nuestra opinión, el recurso a "elementos no
directamente dados a la experiencia" es condición ne-
resaria, pero no suficiente, de la cientificidad. En efec- (68) La contraposición de intereses verdaderos-falsos
to, también el racionalismo y el irracionalismo apelan puede también formularse, en este caso, como "justifi-
a instancias de esa índole, a priori el primero, por vías cados-no justificados".
no racionales el segundo. Pero la cientificidad es in- (69) Aquí nos referimos a la dirección que he-
compatible con el. apriorismo (salvo en la» ciencias for- mos denominado "empirista no-positivista" (vid. supra
males) y con toda vía irracional. nota 67).
Sociología que describe los conflictos de Por lo pronto, desde el punto de vista de
intereses en forma completa. la técnica de investigación en derecho com-
Por otra parte, en una dirección errónea, parado, puede señalarse una serie de dis-
la Ciencia Política (y la Política Jurídica) tinciones útiles. Los trabajos donde se toma
define el concepto "adecuación" restrin- en cuenta el derecho de dos o más países
giéndolo a su aspecto tecnológico. No se asumen, en efecto, entre otras, las siguien-
considera necesario enjuiciar los intereses tes formas:
como "verdaderos" o "falsos", ya que, o a. Desde el punto de vista de su tema,
bien la justificación de los intereses que pueden enfocar problemas especiales (por
alcanzan el predominio en virtud de la nor- ejemplo: el contrato de arrendamiento). He
ma respectiva se da por supuesta sin nece- aquí el campo propio de la "microcompara-
sidad de fundamentación racional ( 7 0 ), o ción" ( 7 a ). Tales trabajos, según el número
bien se la remite a una zona nebulosa de de derechos tomados en cuenta, pueden ser
"criterios de justicia" abstractos ( 71 ). En "monográficos" (por ejemplo: contrato de
estos casos, la distinción entre intereses arrendamiento en el derecho francés y ale-
verdaderos o falsos opera, de hecho, sólo mán) o "sinóptico" (verbigracia: dicho
dentro de las alternativas que se dan en la contrato en los derechos francés, alemán y
superficie de la realidad social descripta en norteamericano).
forma incompleta. En este orden de ideas, b. Desde el punto de vista de su tema,
se tiende a identificar el interés "verdade- pueden enfocar, en cambio, "familias" o
ro" con el aparentemente "fuerte", y el "círculos" jurídicos en su totalidad, pers-
"falso" con el aparentemente "débil". De pectiva que constituye el ángulo propio de
donde resulta claro cómo, en esta dirección la "macrocomparación". A su turno, según
del pensamiento, una Política Jurídica re- el número de círculos jurídicos que toman
ducida a tecnología se coordina con una en cuenta, estos trabajos pueden ser, tar-
Sociología que describe en forma incom- bién, "monográficos" (por ejemplo: el
pleta los conflictos de intereses. círculo jurídico romano-germánico) o "si-
nópticos" (verbigracia: los círculos jurí-
III. LA REPERCUSIÓN DEL MÉTODO
dicos romano-germánico y anglosajón).
COMPARADO SOBRE LA METODOLOGÍA
Ahora bien, cualquiera sean las formas
DEL DERECHO
concretas que asuman, y que en la práctica
son desde luego mucho más complicadas que
La Metodolgía Jurídica puede ser enten- las que acaban de indicarse, los trabajos
dida como la teoría sobre los métodos del jurídicos donde se toma en cuenta el dere-
derecho, entre ellos el método comparativo; cho de dos o más países pueden tener ca-
El concepto de Metodología Jurídica fue rácter solamente descriptivo de las normas,
analizado más arriba (§ 1, N9 4). Asimis- o, a la vez, descriptivo y funcional, en el
mo, se examinó ya (II) la repercusión que sentido que a esta última expresión le he-
el método comparado ha tenido sobre la mos dados en el § 8. Sólo cuando se trata
restante metódica del derecho. Dirijamos de trabajos descriptivo-funcionales, pueden
ahora la atención hacia los efectos que él ellos recibir con propiedad la denominación
ha tenido sobre la misma Metodología Ju- de "jurídico-comparativos". Si son única-
rídica (§ 10), para comprender lo cual, sin mente descriptivos, debiera considerárselos
embargo, resulta útil formular una serie como "mero conocimiento de derecho ex-
de distinciones previas que permitan aco- tranjero" ( 7 4 ). Estos últimos representan,
tar mejor el campo de la comparación ju- en efecto, nada más que acumulación de
rídica ( § 9 ) . una parte del material para la ciencia. Por
más importante que sea esta tarea, ella no
§ 9. Algunas distinciones para definir pasa de ser una etapa preparatoria del tra-
mejor el campo concreto de la comparación bajo científico propiamente dicho.
jurídica. 2. Diferencia entre la comparación jurí-
1. Diferencia entre comparación jurídi- dica propiamente dicha y el llamado "de-
ca y mero conocimiento de derechos extran- recho comercial internacional".
jeros ( 72 ).
interesa no es el caso de una investigación donde so
enfoca un derecho que, para su autor, es ex-traujero,
(70) Se trata del irraoionalismo en la Ciencia sino la investigación de dos o más derechos que, unos
Política. respecto de ios otros, son extranjeros. Sobr« esto, y, en
(71) Es lo que sucede en la dirección racionalista general, sobre el tema "conocimiento del derecho extran-
(72) Seguimos aquí en parte la exposición de Bhein jero", cfr. Schnitzer, Adolf P., Vcryleichende JtJ-chtvlehrc,
stein, Einführung, parág. 3, 1, », quien emplea la el 2. Aull., Base!, 1961, Erster Tei!. A-bschnitt III.
presión Auslandsrechtskunde, traducible al castellano apro (73) Sobre este concepto vid. iníra parag. 3, 1
rimadamente como "conocimiento del derecho extranje y notas 26 y 27.
re". Nosotros preferimos hablar de "mero conocimiento (74) Así, de manera aproximada, ge expresa Rhein-
de derechos extranjeros", en plural: en eíecto, lo que stein, p. 22.
Las necesidades del tráfico internacional todos, corresponde destacar, entre otros, los
hacen que los comerciantes de diversas na- siguientes puntos:
cionalidades desarrollen una serie de ne- 1. La comparación de "métodos jurídi-
gocios jurídicos que se caracterizan por la cos" debe ser enfocada tomando este térmi-
existencia de cláusulas de una naturaleza no en sentido amplio. La comparación no se
peculiar. Estos negocios se encuentran re- interesa solamente por la metódica de los
gulados, de manera diferente, en los res- órganos del derecho (por ejemplo: Parla-
pectivos derechos nacionales. A raíz de mento, tribunales), sino también por la que
esta diversidad, los comerciantes interna- emplean los juristas como científicos del
cionales tienden a crear una propia regula- derecho. Dicho de otra manera: ella se
ción de sus contratos, a respetarlos, y a interesa también por los métodos que uti-
someter al arbitraje los eventuales pleitos, lizan aquellos que M. Weber denominó
dejando de lado los tribunales de los res- Rechtshcmoratioren, es decir, los grupos de
pectivos Estados ( T 5 ). personas que en una sociedad tienen un
Como se trata de una regulación jurídica grado tal de prestigio e influencia, que
que la mayor parte de las veces funciona pueden determinar decisivamente los ras-
de manera unitaria, no es posible hallar gos característcos del sistema jurídico de
ahí sistemas diferentes, y su estudio, en esa sociedad ( 77 ).
consecuencia, no puede caer bajo la esfera
de la comparación jurídica en sentido pro- 2. La importancia que tiene la compara-
pio ( 76 ). ción de los métodos jurídicos se hace evi-
dente cuando se recuerda que uno de los
§ 10. El objeto de la comparación jurídi- criterios esenciales para la diferenciación
ca. Consecuencias para la Metodología del entre los "círculos de derecho" radica, pre-
Derecho. cisamente, en las diferencias entre las me-
La pregunta ¿cuál es el objeto investi- tódicas que son consideradas válidas den-
gado en la comparación jurídica?, recibe tro de cada uno de ellos.
dos respuestas: 3. Un resultado importante de la compa-
Por lo pronto, la comparación se ocupa, ración de los métodos, sobre todo cuando se
desde luego, con el derecho, entendido como la lleva a cabo comparando círculos jurídi-
norma, como conjunto de normas integran- cos, es el hecho de que, de esa manera, se
tes de una institución, o como círculo ju- evidencia la ilegitimidad de toda Metodolo-
rídico. Dicho de manera más precisa: ella gía del Derecho que pretenda ser unitaria.
se ocupa con las soluciones o tipos de solu- Las metódicas de los diversos círculos de
ciones que, a partir de dos o más sistemas derecho presentan, por cierto, un núcleo
jurídicos, pueden darse a un caso o tipo de común, pero, al mismo tiempo, muestran
casos ( cfr. supra § 3,1). diferencias notables. Bajo el influjo de la
Hay que dar un paso más. Objeto de la comparación, también la Metodología del
comparación no es sólo el derecho, en el Derecho ha de hacerse pluralista, reflejan-
sentido de un sistema de reglas para la so- do así, a nivel epistemológico, la exigencia
lución de conflictos de intereses, sino, tam- del pluralismo jurídico ( 7S ).
bién, el complejo de métodos con los cuales Esta tarea de la comparación jurídica, es
las reglas de un derecho nacional o de un decir, el desarrollo de una Metodología
círculo jurídico son interpretadas, aplica- comparada del Derecho, tan prometedora
das, integradas, sistematizadas, etc. como la de comparar las reglas, está apenas
Con respecto a la comparación de los mé- en sus comienzos ( T9 ).

(77) Sobre este concepto cfr. Rheinstein, parág. 22.


Se discute sobra el sentido que M. Weber quiso dar a.
(75) Para esta caracterización del derecho comercial la expresión Rechtshonoratioren, si sólo quería referirse
internacional (Law Merchant) cfr. Rheinstein, Einfüh- a los juristas prácticos o también a los teóricos. En el
rung, pp. 23-24. Schnitzer, Vergleiehende Rechtslehre, texto optamos por el sentido máa amplio de dicha ex-
Erster Teil, Abschnitt JI, 4, cuando enfoca tas rela- presión.
ciones entre Derecho Comparado y Derecho Privado In- (78) Sobre el pluralismo, que se ha de entender ea
ternacional, como «e refiere sobre todo al derecho civil el sentido del pluralismo democrático, véase supra pa-
internacional, no marca la independencia que existe rág. 5 y nota 44.
entre el derecho comparado y el derecho comercial inter- ( 7 9 ) Entre las obras recientes vid.: Fikeutscher,
nacional. Wolfganff, Methodfu dfs Rtchts, in verglfichender Dür-
(76) Rh«instein, p. 24. steüunf, Tübingen, 1975-1977 (5 tomos).

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