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(5) Relmundín, Derecho procesal civil, t. 1, (1) Diccionario razonado de jurisprudencia y le-
pág. 124. gislación.
se refiere al perdón o al indulto porque exis- que aquella tuviere más ojos que tuvo Ar-
te condena, y en consecuencia, sanción o gos. 2' Los crímenes que se conocen pero cu-
castigo, aun cuando los efectos de la conde- yos autores escapan a la acción de la jus-
no no se lleven a efecto; y si se trata de la ticia por no haber sido determinada su per-
aplicación de una anmistía haya habido o sonalidad o por no haber podido ser apre-
no condena, no es que el delito quede im- hendidos. 3* Los delitos cuyos autores son
pune, sino que se borra el delito. La inexis- conocidos, pero que no se persiguen ni se
tencia no es de castigo, sino de delito. Me- penan, por excepción abusiva debida a la
diante la anmistía —afirma Ricardo C. Nú- organización política y social, propia de cada
ñez (2)— "el Estado anula la incriminación, tiempo. Se dan en esos tres supuestos "los
borra el delito". verdaderos casos de impunidad, la cual,
"La impunidad —sigue afirmando Escri- por consiguiente, aparece como una de las
che— no debe pender del juez cuando el tres formas de relación en que se muestra
crimen está plenamente probado en justi- el delito con la pena, a saber: a) delito con
cia; pero mientras hubiere duda, vale más su pena (caso normal, idealmente cuando
exponerse al riesgo de absolver al culpable menos); b) pena sin delito (caso del error
que condenar a un hombre que puede ser judicial); finalmente, delito sin pena (la
inocente. La impunidad es un gran mal, imjuinidad de que tratamos)".
porque fomenta los delitos: mas el castigo Bernaldo de Quirós advierte que las lla-
de la inocencia es un mal todavía más gran- madas impunidades de derecho no son ver-
de, porque lleva la alarma y el terror a to- daderas impunidades, ya que sobrevienen
dos los individuos de la sociedad". por ministerio de la ley, subordinándose al
Cabanellas (») observa atinadamente que sistema del Derecho. Menciona que en el
"la causa más común de impunidad, y la que Derecho antiguo la más importante de las
más hiere la sensibilidad colectiva, son aque- instituciones de impunidad fue el derecho
llos casos en que, siendo los autores de los de asilo; y que en el Derecho moderno es-
delitos conocidos, no se les persigue, circuns- ta clase de impunidad comprende dos gru-
tancia que se da siempre que el orden po- pos principales de instituciones: "1" Las que
lítico sufre modificaciones por razón de se refieren a la extinción de la responsabi-
la fuerza y de la violencia". Y añade con lidad criminal por causa distinta de la
igual acierto: "Estas situaciones abusivas muerte del reo y el cumplimiento de la pe-
son propias de Estados en los que la libertad na, a saber: anmistía, indulto, perdón, pres-
ha sido cercenada, la prensa amordazada, cripción. 2' Las que suelen llamarse excusas
los tribunales prostituidos y el poder en- absolutorias, en que la ley, atendiendo a ra-
tregado en manos de una minoría sostenida zonamientos y móviles diversos, deja sin
por la coacción, el miedo y la cobardía ge- pena hechos que positivamente son delitos,
neral". Por nuestra parte, podríamos agre- puesto que ninguna causa de justificación
gar que esa posibilidad del Poder público, ni de inimputabilidad les discrimina". En-
especialmente el Ejecutivo, de mantener im- tre esas excusas absolutorias y con referen-
punes aquellos delitos que sirven un inte- cia a la legislación española vigente en aque-
rés político, es infinitamente mayor en aque- lla época, Bernaldo de Quirós señala las
llos países en que falta la publicidad de los siguientes: a) la exención de toda pena
juicios por no haberse implantado el siste- en favor de los ejecutores de los delitos de
ma .de la oralidad, y en que se veda toda rebelión y sedición, cuando se disolvieron o
facultad a los particulares de mantener la sometieron a la autoridad legítima antes
acusación privada y aun la popular, atri- de las intimaciones de disolución y retirada
buyéndola al Ministerio fiscal que es un ór- o a consecuencia de ellas; b) la exención de
gano estatal demasiado vinculado al Poder pena en favor del marido que causare le-
Ejecutivo. No resultaría difícil aludir a ca- siones menos graves o leves a su mujer sor-
sos concretos corroboradores de este pun- prendida en flagrante adulterio, o al adúl-
to de vista. (V. ACCIÓN PENAL.) tero; y también en favor del padre que hi-
Señalan los autores que la impunidad ciere otro tanto con su hija menor de vein-
puede ser de dos clases: de hecho y de de- titrés años y su corruptor, mientras aquella
recho. Constancio4 Bernaldo de Quirós al viviese en la casa paterna y siempre que
tratar este tema ( ) fija tres categorías de no hubiese promovido o facilitado el suce-
impunidades de hecho: 1* Los crímenes que so; c) la exención de pena en los hurtos, de-
pasan desconocidos a los ojos de la justicia fraudaciones y daños recíprocamente causa-
y que pasarán siempre, más o menos, aun- dos por los cónyuges, ascendientes y descen-
dientes o afines en la misma línea y los her-
(2) Enciclopedia Jurídica Ometia, voz Amnistía.
manos y cuñados si vivieren juntos.
(3) Diccionario de Derecho usual. Finalmente el autor precitado incluye
(4) Enciclopedia Jurídica Española, voz Impu- también en la doctrina de las instituciones
nidad. de impunidad "la de los delitos que sólo pue-
den perseguirse a instancia de parte y en demasía o despreciándola en exceso, opina
que la pena está pendiente de la voluntad que es razonable la posición intermedia de
del perjudicado". Mezger, quien fija la verdadera función de
El problema de la impunidad no es teó- la estadística al decir que ésta "como tal
rico o intrascendente sino que presenta ca- no constituye en sus cifras un medio inde-
racteres de extraordinaria gravedad debi- pendiente de investigación y es tan sólo la
da a la enorme cantidad de delitos que que- recopilación de numerosas observaciones sin-
dan sin castigo, bien porque no sean cono- gulares, que a su vez condicionan el valor
cidos, bien porque no se identifique a los o desvalor del conjunto; pero como tal reco-
autores o porque las pruebas acumuladas pilación constituye la estadística un medio
contra ellos no lleven al convencimiento auxiliar indispensable de la investigación
"íuera de toda duda razonable" de su cul- sociológica, que no puede prescindir de este
pabilidad. Como es lógico cuanto mayor sea esclarecimiento de las conexiones entre los
el número de casos que quedan impunes, singulares fenómenos". Y sigue diciendo
mayor será también la osadía de los delin- Mezger —siempre en la cita de Jiménez de
cuentes para cometerlos. Naturalmente que Asúa— que "respecto a la estadística crimi-
no es posible llevar una estadística no ya nal, rigen además ciertas peculiaridades"
relativa a aquellos casos en que el delito no pues "en primer término conviene tener pre-
llega a conocimiento de la autoridad, sino sente que la estadística criminal no es, co-
tampoco en aquellos otros en que se conoce mo pudiera parecer a primera vista, estadís-
al delito pero no el delincuente. Todo tica de los delitos sino estadística de las
cálculo al respecto ha de ser puramente condenas; por tanto, estadística penal".
conjetural, pero su realidad y su cuantía Sin embargo, de las estadísticas penales,
son tan notorias que un autor tan destaca- o estadísticas de las condenas —como las
do como von Hentig ($) ha podido decir llama Mezger— pueden obtenerse algunos
que "es probable que el número de delitos datos muy significativos en lo que se re-
conocidos por la policía sea sólo un peque- fiere a la impunidad de delitos conocidos y
ño fragmento de la cifra de los delitos rea- atribuidos a personas determinadas, pero
les". cuya culpabilidad no ha sido suficientemen-
"Las estadísticas del delito —dice también te probada. En otra interesante obra de von
el mismo autor— tratan de fenómenos so- Hentig (») se aprende que con relación a
ciales, de irregularidades que violan nuestro las causas instruidas por asesinato en Ale-
deseo de conformidad. Esas anomalías noa mania Occidental en los años 1950 a 1953,
hieren de dos maneras diferentes: como víc- "alrededor del 19 % de todos los procesos
tima y como miebros responsables de una principales por asesinato terminaron con la
sociedad inadecuadamente construida. In- absolución o sobreseimiento; el tribunal, por
quietos para no incurrir en omisiones pro- lo tanto, consideró estos casos como no acla-
pias, rodeamos muchas manifestaciones del rados". Es decir, que cerca del 20 % de esta
vicio y del crimen de una ignorancia ame- clase de delitos, no obstante su gravedad y
drentada y voluntaria. Se agrega a esta su espectacularidad que fuerzan a un ma-
atmósfera general negativa que muchos de- yor interés investigatorio, quedaron sin cas-
litos no llegan a las instituciones encarga- tigo, bien sea porque los presuntos culpables
das de aplicar la ley y de registrar el deli- no lo eran en realidad y no fueron descu-
to. Una de nuestras dificultades está en el biertos los verdaderos, bien sea porque aún
hecho que los delincuentes quedan ocultos. siendo culpables los procesados no se pudo
Muchas víctimas por otra parte se unen a acreditar suficientemente su culpabilidad.
sus atormentadores en ese secreto, y el cata- Y si tomamos en consideración una esta-
logador o investigador tropieza con una ta- dística sueca recogida por von Hentig en la
rea insuperable. Así las estadísticas del de- misma obra, nos enteramos de que en el pe-
lito sólo pueden ser estimaciones aproxima- ríodo que va desde 1913 a 1924 "las cifras
das y sólo los expertos más experimentados de condena oscilan entre el 47 y el 30 %" en
tendrían oportunidad para una verificación relación a los crímenes denunciados. O sea
analítica" ( 8 ). que más de un 50 % representa casos no
Acerca del valor de las informaciones es- aclarados y, en consecuencia, impunes.
tadísticas relativas a la materia que nos ocu- Es cierto que como señala von Hentig (»):
pa, Jiménez de Asúa (?) después de señalar "Las absoluciones sólo pueden computarse
la diferente apreciación que de la estadística con ciertas reservas en la zona negra (10),
hacen unos y otros autores, valorándola en
(8) Estudios de psicología criminal, trad. de
(5) Criminología, pág. 83, trad. de Abad de Rodríguez Devesa, t. 2, pág». 33 y sigs., Madrid,
Santillán. Ed. Atalaya, Bs. Aires, 1948. 1960.
(6) Criminología clt., pág. 69. (9) Estudios... clt., pág. 65.
(7) Tratado de Derecho penal. 2* ed., t. 1, pa- (10) Este autor llama ''zona negra" precisa-
gina 180, Ed. Losada, Bs. Aires, 1957. mente a toda esa parte de los delitos que por no
aunque no deja de tener importancia el nú- ha podido quedar sin descubrir por qué le
mero de procesos penales que concluyen ha sido posible por alguna razón detenerse
can una absolución o sobreseimiento. Jurídi- en sus crímenes.
camente, el caso está terminado. Pero al "Estos asesinos de masas nos permiten
lado discurre el enjuiciamiento psicológico, echar una ojeada en la zona negra del ase-
que va por otros caminos. Sobre este suelo sinato. No puede hacerse ninguna objeción
oscilante no hay lugar para estimaciones ni a ello. H. H. Holmes quitó la vida cuanto
en absoluto para cifras. La ciencia no debe menos a treinta y dos seré 5 humanas. Pé-
volver la espalda a este problema fascinan- tiot cometió veintisiete asesinatos, los ase-
te e intacto". sinatos de Haarmann no han podido saberse
Casos típicos de impunidad —por lo me- exactamente, psro en veintisiete casos des-
nos de impunidad durante muy largos pe- aparecieron de la superficie de la tierra víc-
ríodos— se encuentran en ios que crimino- timas que habían estado en contacto con
lógicamente son denominados "asesinos de él. Es seguro que la Belle Gunnes asesinó a
masas", es decir a aquellos que de un modo catorce personas, Hoch a doce, Landrú a
continuado y frecuentemente sistemático, once, Kürten a trece, Jack el Destripador,
asesinan a otras personas. El hecho resulta al menos, a once. Dittrich, asesino sádico,
muy significativo al respecto, ya que de- concedió haber cometido diez asesinatos. En
muestra que el individuo autor de sucesivos la mayoría de estos tipos se trata de cifras
delitos de esa clase o no es descubierto mínimas. Deben su impunidad con frecuen-
nunca, o si lo es por el último de ellos que- cia, durante años, en primer lugar a la elec-
da evidenciado que todos los anteriores ha- ción de sus víctimas, y además a nuestra
bían quedado impunes. Acerca de esto dice deficiente pricología. Sólo con estudiar las
von Hentig ("): "Los modelos franceses, in- primeras víctimas de diez asesinos de masas
gleses y americanos no van a la zaga de ase- se llegará a la conclusión de que el porcen-
sinos de masas como Masen, Wittmann, taje de asesinatos «aclarados» puede y debe
Haarmann y Kürten en Alemania, entre los ser más alto. Pues si el autor fuera cogido
que hay que computar todavía Seefeld en y condenado en el primer asesinato habría-
la época más reciente. Se comprende que la mos salvado la vida de las demás personas.
persecusión penal cuando hay gran número Los grandes y pequeñas asesinatos de masas
de víctimas no hurgue mucho en el preté- son nuestros más rígidos educadores y nos
rito y sa contente con los últimos casos co- debían enseñar a superar con renovado es-
nocidos y probadas. Cuando fue cogido Hu- fuerzo la flaqueza que denuncian en nues-
go Schenk surgieron una serié de casos no tros conocimientos. En Cleveland, una ciu-
esclarecidos. «La fiscalía de Viena, sin em-r dad moderna y progresiva, ocurrieron en
bargo, a causa de los vagos fundamentos de 1935 intranquilizadores hallazgos de cadá-
la sospecha, no ejercitó la acción y agregó veres. Honra a la administración de policía
que se guiaba en esto por la consideración que no cerrara los ojos a los hechos ni tra-
de una rápida y eficaz administración de tara de quitarles importancia ni de disimu-
justicia». James P. Watson, que murió en lar nada de lo que ocurría".
San Quintín el 16 de octubre de 1939, se ha- Von Hentig, autor al que constantemente
bía casado veinticinco veces la mayor parte nos venimos refiriendo por la claridad con
de ellas ilegalmente, y había dado muerte que, a nuestro juicio, desarrolla el tema,
a dieciséis esposas. Fue juzgado sólo por uno se refiere a diversas causas o situaciones que
de los casos y enviado a una penitenciaría pueden originar la impunidad. Ellos se re-
de por vida. fieren, en una clasificación que hacemos
"Todos estos asesinos de masas han sido por nuestra cuenta a los siguientes:
encontrados y capturados sólo en el último a) Los perjuicios favorables a determina-
asesinato. Hasta ese momento ha habido do tipo de personas, ya sea por su cultura
algo que no ha funcionado en el servicio de y por su elevada posición social, ya sea por
defensa de la sociedad; hasta ese momento la normalidad de su vida externa o por las
ss advierte también un descuido de vigilan- muestras de su piedad religiosa.
cia y previsión en el asesino, quien atribu- Dice von Hentig O 2 ): "Pudiera ser que los
ye su inmunidad a su propia astucia, cuan- asesinatos que se cometen en los círculos
do a menudo es debida tan sólo a la suerte, superiores de la sociedad encuentren ma-
o a la incompetencia de los demás. Ambas yor benevolencia. Con frecuencia coopera
cosas no pueden durar eternamente, aunque una mejor defensa; es probable que el pro-
hay casos en los que el asesino de masas ceso de averiguación policial ó del ministe-
rio público sean vacilantes, no sólo por es-
haber sido aclarados se mantienen en la oscuridad, tar en juego el respeto ante el poderío so-
bien sea porque el delito no llegue a conocerse,
bien sea porque el delincuente no llegue a ser des- cial o económico sino también porque las
cubierto o castigado.
(11) Estudios... cit.. págs. 52 y slgs. (12) Op. cit., pág. 55.
almas candidas no consideran posible un en un campo de trabajo del Este se encon-
asesinato en estas altas esferas. La mujer traron veinte cadáveres.
de las capas superiores si tiene buen aspec- "Todos estos casos fueron tenidos por sos-
to y se di-fisnde con toda clase de artes, dis- pechosos por algún departamento: la ma-
fruta claramente —hasta donde te puede nera de como los muertos son arrojados al
afirmar con certeza— del favor de los jura- agua o enterrados, el modo como desapare-
dos. Es interesante y característico el des- cieron para siempre de la superficie de la
tino ulterior y la conducta de algunos hom- tierra algunas personas, todo apunta hacia
bres que fueron absueltos; de ellos se ha- la muerte violenta. A pesar de ello la perse-
blará en el tema del sospechoso. Un cierto cusión penal tropezó con obstáculos que no
número de ab:oluciones fueron tenidas ya pudo superar. Hasta qué punto se ocultan
en su tiempo por definitivas más jurídica muchos homicidios tras las causas naturales
que psicológicamente. Pero nunca estamos de la muerte, lo podemos inferir retrospec-
más lejos de la seguridad. Nunca la zona ne- tivamente con atenernos a los diarios y con-
gra es más oscura, aunque las cifras de las fesiones de los asesinos de múltiples per:o-
absoluciones estén inequívocas ante noso- nas. Especialmente el envenamiento, cuan-
tros". do lo revisamos cuidadosamente, nos pro-
b) La dificultad que frecuentemente se porciona una lección opresiva. Hay que ad-
presenta de distinguir entre la muerte natu- mitir, por lo tanto, que bajo el epígrafe de
ral y la muerte causada por mano ajena, así personas muertas por causas aparentemente
como entre el accidente casual y el homi- naturales se oculta un número no despre-
cidio. ciable de a:esinadas, que son enterradas re-
"En el asesinato se mata. Se produce un gularmente, sin sombra de sospecha".
resultado, la muerte, que pertenece a uno "La historia criminal está llena de casos
de los hechos más frecuentes de la vida nor- de asesinatos en los que se estaba ante la
mal y que en 1950 se repitió en la Alemania alternativa de asesinato o suicidio; incluso
Occidental alrededor de 500.000 vece;. No es en determinados tipos de asesinato no se
fácil en muchos casos advertir que esta
muerte fue producida por medios violentos puede prescindir sin más de la posibilidad
de un accidente. La excusa del suicidio es
y no por una causa jurídicamente irrele- tan frecuente, que hay que tratar de ello
vante. Incluso son causas de la muerte el en un capitulo especial, cuando se hable de
suicidio y los accidentes, en los que opera la técnica de las evasivas. Cuando la «razón
una aplicación de la violencia y el cuadro de Estado» ordena un homicidio, entonces
patológico nos deja con frecuencia en la se presenta como la explicación más segu-
estacada. Una persona cae de una ventana; ra el cuadro montado y debidamente com-
otra es sacada del agua sin que sean per-
ceptibles en ella lesiones externas; un hom- probado
de
del suicidio, sobre todo tratándose
prisioneros".
bre es hallado muerto en una habitación
llena de gas; en todos estos casos la situa- Y más adelante: "En los accidentes mor-
ción objetiva permite las más diversas inter- tales hemos con:iderado sólo, las «desgra-
pretaciones. En las grandes ciudades se en- cias» o «agentes externos», sin contar los
cuentra la policía casi a diario con casos producidos por vehículos a motor, que en
externamente multívocos. 1950 causaron 15.476 muertos. Se prescin-
"Las fuentes de error son muchísimo ma- dió de 5803 casos debidos a «accidentes
yores tratándose de las causas naturales con vehículos a motor o por medio de los
de la muerte. Aproximadamente la mitad de mismos». Pero el criminal ha descubierto
todos los casos de muerte se puede clasificar el auto como arma mortífera: monta en un
por sus causas en grupos en los que puede paraje montañoso la escena de un accidente
haber habido una intervención huma- o prende fuego al coche. En otros casos, des-
na" (is). y señala en otro lugar el autor pués de asegurarse el esposo la coartada
comentado O 4 ): "De distinta manera se han quema la casa: en las ruinas se encuentra
de enjuiciar las comprobaciones de Bluzhm el cadáver de la mujer. G. J. Smith, «el ase-
quien los antecedentes de la Fiscalía del Tri- sino del cuarto de baño» británico, ahogó a
bunal territorial de Duisburgo encontró tres mujeres en el baño, engañó tres veces
veintiséis asesinatos no descubiertos. Se tra- a los médicos, y sólo fue cazado por causa
ta aquí de la época caótica, casi anárquica, de un padre enfurecido. Asesinatos por des-
que va de abril a diciembre de 1945, a la peñamientos en la alta montaña son en-
que no debemos aplicar los módulos usuales. mascarados como ataques de vértigo. Con
Solamente en unas posteriores excavaciones buenas razones han indicado los médicos
forenses que los asesinatos por óxido de
(13) Von Hentlg. Estudios... cit., págs. 33 y carbono son mucho más frecuentes de lo que
siguientes. creemos. Según la experiencia de Berthold
(14) Estudio»... cit., pág. 39. Müller quedan probablemente muchas veces
sin descubrir. Si por ejemplo la familia brimiento de los delincuentes o encubri-
quiere deshacerse del viejo que duerme en miento de los mismos por diversos motivos.
la cocina, es según Miiller, muy. tentador No es del caso —porque ello nos apartaría
dejar abierta la llave del gas durante el en cierto modo del tema concreto que esta-
sueño de esta persona. Las afirmaciones de mos estudiando— entrar a considerar en
suicidio o accidente no pueden ser fácil- detalle la parte que en la impunidad de los
mente contradichas. Sólo con un trabajo delitos pueda corresponder a la ineficacia
muy bueno de la policía es posible obtener de los organismos policiales, ya sea por fal-
la condena caso de envenenamiento con gas ta de medios científicos de investigación,
del alumbrado". ya sea por falta de personal debidamente
"Toda una literatura ha tratado de ilu- capacitado. Pero de que el problema de la
minar las oscuras fronteras entre asesinato, relativa ineficacia de la policía no es una
suicidio y accidente mortal. Partiendo de apreciación gratuita, nos da buena prueba
casos que primero fueron resueltos de otra Von Hentig (") quien con respecto a la.
manera, se puede y se tiene que sacar la de los E.E. U.U., pese a ser considerada co-
conclusión de que las cifras de suicidios y mo muy bien preparada técnicamente, nos
accidentes encierran una serie de asesina- dice: "Aunque parezca extraño, los delin-
tos no descubiertos: con seguridad puede cuentes consideran a la mayor parte de las
decirse que ésta rebasa el número de los agencias de policía privadas más eficien-
asesinatos conocidos". tes que a la policía oficial. «La policía pri-
c) La ausencia de personas cuya desapa- vada generalmente causa más dificultades
rición no es nunca denunciada ni conoci- al ladrón profesional que la policía de la
da. Siempre ateniéndonos a las referencias ciudad», The professional thief, pág. 128.
de von Hentig (10) se advierten estos inte- Josiah Flynt dice respecto del Chicago de
resantes datos: "La Jefatura de la Secciór hace cuarenta años: «La agencia de detec-
de Policía de Nueva York para Desapare tives Pinkerton, se decía, podía proteger
cidos y Cadáveres Desconocidos informa que a Chicago por menos de dos tercios de lo
en quince años de servicio se han dado por que ahora cuesta a los contribuyentes al
desaparecidos aproximadamente un cuarto Departamento Municipal de Policía, y la
de millón de personas; añade que no se in- protección habría sido ideal y en todos los
cluyen las personas desaparecidas de las que aspectos». Josiah Flynt: The World oj Graft,
no se ha dado noticia a una oficina pública. pág. 32, Nueva York, 1901".
En los años malos aumenta el número. En Con referencia siempre a la participa-
1931 hubo 25.320 casos de desapariciones ción que corresponde a la policía en la im-
misteriosas. Muchos de los cadáveres des- punidad de los delitos, se expresa Von Hen-
conocidos hallados en Nueva York están en tig (i») en los siguientes términos: "Hay
avanzado estado de descomposición lo que delitos que la policía no necesita conocer.
hace imposible toda identificación". Puede haber delitos conocidos por la po-
"Sería un error creer que la zona negra licía sin que los nombres sean hechos fi-
de la muerte violenta se agota con los casos gurar en los sumarios. El caso principal es
tratados criminalmente. Hay muchas per- el de la protección dada por algunos miem-
sonas que desaparecen sin que nadie dé bros de la fuerza policial". Y con referencia
cuenta de su ausencia. En los bosques, en a la experiencia estadounidense, añade.
los sótanos, en el lecho de los ríos, repo- "Los ladrones informan que el soborno
san muertos que nunca han pasado como puede hacerse siempre 'prácticamente si el
«desconocidos» por las salas de autopsia delincuente tiene bastante dinero". "Es evi-
médico-forenses ni los depósitos de cadá- dente que en todos esas casos se cometen de-
veres. Tampoco puede traducirse aquí en litos, pero no son conocidos". En apoyo de su
números la naturaleza de las cosas". afirmación transcribe a renglón seguido las
Facilita esa desaparición de personas, palabras de von Cise (i») de quien dice que
siempre ignorada, la circunstancia de que no es autor de novelas, sino fiscal de dis-
"toda población tiene un elemento flotan- trito de la ciudad y distrito de Denver:
te que ha roto la relación protectora con "Todos ellos tíos delincuentes] se aseguran
parientes y amigos, y que vive del otro la- alguna medida de protección, ya sea de los
do de la línea de demarcación trazada po- departamentos de policía, de los agentes
licialmente. Allí se encuentran fugados de federados o de los funcionarios electos. En
presidio y de manicomios, declassés, per- algunas ciudades sólo se da auxilio limita-
vertidos, prostitutas, vagabundos de todas do; en otras el sistema es hermético..."
clases" ( 1C ). Ya por su propia cuenta sigue diciendo Von
d) Ineficacia de la policía en el descu-
(17) Criminología, pág. 70.
(15) Eítu&iOS... clt., pág. 45. (18) Criminología, pág. 75.
(16) Estudios... clt., pág. 47. (19) Fighting the underworld, Boston, 1936.
Hentig ( 2 °): "En estos casos el carácter de suficientes para identificar a los tipos su-
peculado no es dudoso. Relativamente a los periores. Pero nadie se ha aplicado aún al
confidentes, es una manera oficial de vigi- estudio de los asesinos absueltos —un gru-
lar las actividades delictivas. El papel con- po intermedio— ni escrito la historia de su
siderable desempeñado por los confidentes posterior evolución" (23).
es reflejado en las listas de perdón en las f ) El silencio de las propias víctimas del
que su ayuda es reconocida y destacada. En delito que prefieren la impunidad del de-
esos casos el delito es pasado por alto, de- lincuente a la publicación de hechos de-
bido a que contribuye a la lucha contra el lictivos que pueden repercutir en su des-
delito". prestigio o probar su deshonestidad. Tal vez
e) Habilidad en la ejecución de los deli- los casos más frecuentes sean aquello que
tos para dificultar el descubrimiento de los afectan a una relación sexual (violación,
autores. Del lado opuesto a la en ocasiones estupro, rapto corrupción de mayores o de
deficiente actuación de la policía en la per- menores, abusos deshonestos, adulterio para
secución y descubrimiento de los delitos, aquellas legislaciones que todavía lo inclu-
puede señalarse que también en ocasiones yen entre los hechos delictivos, etcétera).
y aún frecuentemente quedan impunes los Von Hentig (24) señala una serie de deli-
delitos por la técnica y la habilidad con tos que por su misma índole evitan la de-
que son ejecutados. En la misma Crimino- nuncia por parte de los perjudicados, de-
logía de Von Hentig (21) se puede leer lo jando a sus autores en la más completa
siguiente: "Centenares de miles de robos, impunidad. "En situaciones sexuales —di-
que se creen pérdidas accidentales, no son ce— los delitos permanecen casi siempre
presentados a la atención de la polica. Exis- inmunes a la persecución por miedo a la
ten además formas de robo que dependen publicidad". Otro tanto sucede con los de-
de la falta de sospecha de la víctima". Para litos de chantaje; con los robos cometidos
corroborar esto último, cita el relato que en los parque públicos, utilizando "la pan-
aparece recogido por Charles L. Clarck y talla de las circunstancias capciosas [sic]
Earle Edward Eubank ( 22 ) hecha por un la- para prevenir una denuncia"; con los rea-
drón señalando la posibilidad de entrar con lizados por los jugadores tramposos; con
llaves falsas en un negocio y sacar todo lo los que se llevan a cabo dentro de algunas
que pueda sin que el dueño descubra en ab- minorías religiosas o raciales, inclinadas a
soluto la pérdida. Asegura el ladrón infor- resolver las cosas entre sí; etcétera. Estas
mante que "un experto en ese tráfico pue- son —termina afirmando— unas pocas de
de robar en un lugar dos o tres veces por las limitaciones que hay que tener presenr
año y el dueño no conoce nunca la pérdi- tes al analizar las estadísticas policiales.
da"; y afirma conocer a un hombre de Illi- Hay que agregar otras como los centenares
nois que "ha hecho esto durante años y ha de millares de abortos realizados anualmen-
obtenido una considerable fortuna como re- te, los fraudes frecuentes del seguro, los
sultado", pues supo dejar siempre "el ne- numerosos asesinos no descubiertos y "na-
gocio robado de tal manera que el dueño turalmente, los delitos cometidos por la po-
no advirtió nunca que había sido robado". licía son desconocidos de la policía. La ma-
En corroboración de la idea expuesta, es- yor parte de los métodos de tortura (third-
tablece Von Hentig la mayor facilidad para degree-methods) son delitos. La difusión de
descubrir a los delincuentes vulgares que esas prácticas ha sido establecida en el
a los de mayor categoría, y por ello dice: Wickersham Report".
"El delincuente no viene a nosotros como Finalmente, López-Rey (2¡">) se refiere
el paciente busca al médico, abriéndole su también a la cuestión de la impunidad, y
pecho, para encontrar ayuda y salvación. después de señalar la propensión del vulgo
Se oculta de nosotros, nos evita. Como un a sintetizar sus sensaciones y conocimien-
animal del bosque, se mantiene escondido tos, considerando como delincuente sólo a
en sitios donde le veremos cien veces sin aquél que en mayor o menor medida se ade-
reconocerle. Cambia sus disfraces jugando cúa a una determinada definición (la dada
corno un virtuoso con nuestras debilidades por Hooton) comenta: "Ahora bien, esto
y defectos. No puede probarse ni contra- no es cierto, pues es un puro concepto pro-
decirse la presunción de que, prescindiendo cesal legal que no abarca toda la cuestión
de algunas excepciones, sólo cogemos y ha- y buena prueba, de ella, es que no son po-
cemos desaparecer al proletariado del ase- cos los que considerándose honestos y aún
sinato, siendo nuestros conocimientos in- perfectos, son auténticos delincuentes con-
(20) Criminología, pág. 76. (23) Estudios... cit.. pág. 37.
(21) Pág. 78. (21) Criminología, págs. 78 y sigs.
(22) Lockstep and Corridor, pág. 81, Cincinna- (25) Introducción al estudio de la criminología
ti, 1927. págs. 65 y sigs., Ed. El Ateneo, Bs. Aires, 1945.
forme a lo que.empírico cultural y típica- puede cargarse a su cuenta el delito y sus
mente ha de entenderse por tal, faltándo- consecuencias" (Carrara).
les sólo el ser descubiertos, juzgados y con- Para que un hecho pueda considerarse
denados, lo que prácticamente hay que re- un delito, no solamente es necesario que el
conocer es mucho. No conviene, pues, ha- acto sea típicamente antijur.dico y culpa-
cerse demasiadas ilusiones". En apoyo de ble, sino que también debe ser imputable
los conceptos precedentes, cita López-Rey a un hombre, vale decir, que al análisis tí-
la opinión de Sutherland (**), cuando afir- picamente antijurídico del hecho debe se-
ma que la policía y aún la judicatura, aun- guir el de la relación que éste tenga con su
que ésta menos, constantemente quebran- autor.
tan las leyes, en especial las disposiciones El hecho ilícito producido por un hom-
relativas al arre.to y detención. A su vez bre es digno de pena sólo en abstracto, el
Hopkins, citado por Sutherland, equipara problema que siempre hay que resolver, es
los secuestros a los arrestos ilegales y en cuando es digno de pena en concreto el
tal sentido, según él, los cometidos por la autor de un hecho, que es quien realmente
policía son centenares de veces más nume- debe sufrirla.
rosos que los. realizados por delincuentes. La ley penal dice que sufrirá de 8 a 25
"Por nuestra parte —dice López-Rey— nos años quien mate a otro en homicidio sim-
hallamos en un todo conforme con lo se- ple, pero cuando se vaya a juzgar un hecho
ñalado y preguntamos: ¿Los que cometen concreto, suponiendo que realmente un ho-
tales delitos, tras un cargo casi siempre micidio haya ocurrido, deberáse examinar
oficial, han sido tenidO3 en cuenta en las si ese sujeto, que es un hombre, es capaz
investigaciones antropológicas de un pre- de imputación panal, es decir, si no se trata
tendido tipo criminal? ¿Y aquellos otros que de un niño, de un enajenado, en cuyo caso
sin ostentar dicha condición oficial, han no se podrá imponerle la pena y sólo a lo
cometido y cometen, validos de muy diver- sumo medidas de seguridad.
sas circunstancias, delitos con toda impu- Por ello por una parte debe hacerse en
nidad? ¿Y lo.s tiranos, dictadores y r?gí- abstracto el análisis de los elementos cons-
mene3 antidemocráticos que hacen come- titutivos de la figura delictiva válidas para
ter una serie de delitos? ¿Y las otras per- todos los casos, por otra es necesario con-
sonas que sin cometerlos, los realizan men- siderar el posible sujeto del delito, con in-
talmente y que desde un punto de vista dependencia de la comisión de un acto de-
antropológico serían también delincuentes lictuoso, para llegar, en último extremo, a
ya que la no consumación no quita nada a determinar la relación subjetiva y jurídica
la existencia de características criminales? entre el delito y el autor. De modo que el
Como vemos y sin extendernos más en el hecho que ofrezca tolas las características
examen de lo apuntado, que ofrece bastan- formales externas de la figura, podrá no
te campo para ello, se llega así también a obstante no conitituir verdadero delito, por
la conclusión consignada en el texto". ausencia del nexo necesario y querido por la
ley para que a su autor pueda considerár-
BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
selo culpable.
LMPUTABILIDAD CRIMINAL.» SUMARIO: Es más, una verdadera causa de inimpu-
I. La imp-utabilidad. II. La imputaWiáad tabilidad, como la locura o la minoridad, no
y sus limites. III. La imputabilidad y svs tiene relación con determinado hecho, sino
consecuencias legales sepan la escuela clá- que siempre es una situación o estado del
sica y positiva y las direcciones intermedias:
A) La doctrina clásica. B) La doctrina posi- sujeto, ya que esta situación habría supri-
tiva. C) Critica. D) Direcciones interme- mido la responsabilidad tanto por el hecho
dias. IV. Tendencias para definir la iním- concretamente cometido, como por cual-
putabilidad. V. La imputabihdad y el tiem- quier otro.
po de ejecucion.de la acción. VI. Las cau-
sas de inimputabilidad en general. VII. Las Es importante porque en ello se diferen-
censos de inimputabilidad en particular: cia la imputabilidad de la culpabilidad,
A) Falta de desarrollo mental: 1. La inma- pues- en esta última importa siempre una
durez por minoridad. 2. La edad senil. 3. La
sordomudez. 4. Los estados de barbarie. relación entre el sujeto y determinado he-
B) Ausencia de salud mental. Insuficiencia cho imputado, v. g., si se excusa al que no
y alteración morbosas de las facultades: es culpable por error, es indispensable que
1. La inconsciencia. 2. El trastorno mental el mismo recaiga sobre el hecho.
transitorio. VIII, Imputabüidad disminuida.
Por eso Soler aconseja en el análisis de
I. La imputabilidad. "Decimos que un in- estas cuestiones subjetivas, que se proceda
dividuo es penalmente responsable cuando a examinar previamente las que se refieren
(26) Principies of eriminology, Nueva York. en general al sujeto (locura, minoridad);
1939. luego deben seguir las que se refieren en
concreto si mijma sujeto (inconsciencia),
* Por el Dr. CARLOS V. GALLJNO YANZI. y sólo después corresponde examinar la re-
loción concreta del hecho, es decir, la cul- Por ello puede definirse la imputabilidad
pabilidad, si no ha mediado error, ignoran- como la facultad de obrar normalmente y
cia, si ha mediado dolo o culpa, etcétera. Von lászt lo ha hecho, diciendo que: "es la
Porque para Soler la imputabilidad es un capacidad de conducir :e socialmente, es de-
presupuesto de la culpabilidad, y para Mag- cir, de observar una conducta que respon-
giore es todavía más, el antecedente o pre- da a las exigencias de la vida política co-
supuesto, el potencial subjetivo en que la mún de los hombres".
culpabilidad reposa y podría denominarse Pero ya que esta normalidad debe hacer
más correctamente: capacidad jur dica pe- referencia a la ley penal, ya que el sujeto
nal. Para éste, la imputabilidad deviene en imputable es un sujeto de derecho, encon-
culpabilidad, o lo que es lo mismo, el sujeto tramos más apropiada la definición que
imputable (por eso capaz), realiza un acto transcribe Soler de Mayer y que dice: "Im-
delictivo que lo convierte en culpable. Por putabilidad es la posibilidad condicionada
ello para Blasco Fernández de Moreda su- por la salud y madurez espiritual del autor,
jeto imputable es análogo a sujeto de de- de valorar correctamente los deberes y el
recho. obrar conforme a ese conocimiento".
Imputar, es entonces, atribuir un hecho a III. La imputabilidad y sus consecuencias
un sujeto, pero aparte de la vinculación legales según la escuela clásica y positiva y
material, el derecho requiere con el sujeto las direcciones intermedias. Alrededor del
una relación vinculatoria total, no con el concepto de imputabilidad se desenvuelve
hombre como cosa, sino como persona, como el más discutido de los problemas penales
sujeto de derecho, v. g., no podemos negar de hoy —dice Soler— y por ello la mera
que el loco es un hombre, pero el hecho que exposición dogmática del tema aparecería
cometa no podemos atribuírselo, porque no totalmente insuficiente, máxime para ríos-
es un sujeto capaz de cometer delitos. otros, pues el problema ha dado lugar a
Imputable, es así, el sujeto qtíe reúne las toda suerte de equívocos, no ya meramente
condiciones que el derecho' fija para que doctrinarios, sino infiltrados en los propios
una persona deba responder de un hecho, antecedentes del Código penal y en varios
es decir, sufrir una pena. proyectos de reforma.
Imputabilidad es el conjunto de condicio- E.te problema ensambla con una gran
nes que un sujeto debe reunir para que de- cuestión, la del libre albedrío, que susten-
ba responder penalmente de su acción. taron los clásicos que nos enseñaron que
Finalmente, el juicio de comprobación el hombre es imputable parque es libre, por-
del hecho delictivo y de su culpabilidad, que tiene esa libertad de elegir entre el bien
realizado por la sociedad a través de sus y el mal, y se requiere primeramente que
órganos juri:diccionales genera la respon- te sea libre y consciente para poder violar la
sabilidad que es la consecuencia, esto es, ley penal y por ello, como consecuencia se
la obligación de sufrir la pena por el cul- pueda ser sancionado.
pable. Esta concepción espiritual tiene su tér-
II. La imputabilidad y sus limites. Para mino opuesto en el positivismo. Este no
Jiménez de Asúa, en una sistemática total asegura que los hombres sean libres para
del Derecho punitivo, la imputabilidad de- determinarse, incluso cree que no lo son, cree
be ser estudiada en el tratado del delin- que el hombre se determina por causa; y
cuente, cuando lo permita el ordenamiento niega la libertad. El primer bien que debe
jurídico del país; pero en cuanto a su ca- resguardarse es ei de la seguridad .social,
rácter de delito y presupuesto de la culpa- y es tan peligroso el hombre consciente y
bilidad, ha de ser enunciada también en la libre que viola la ley, como el enajenado.
p'arte de la infracción. Centra por ello la responsabilidad en el
La imputabilidad es para él la base psi- hombre y no existen para el positivismo
cológica de la culpabilidad, como para So- diferencias entre penas y medidas de segu-
ler es el presupuesto de ésta; pero siempre ridad; todas ellas se aplican a los que han
referida al sujeto del derecho, que debe ser' delinquido, sean o no moralmente imputa-
en primer lugar un hombre (con lo que se bles.
abre el problema de si pueden serlo ade- Entre estas dos posiciones hay criterios
más las personas jurídicas); hombre que eclécticos, intermedios. Para éstos el aspecto
debe ser además capaz de imputación y retributivo de la pena de los clásicos no ago-
por ello se ha dicho que para determinar ta el Derecho penal, pero tampoco puede
si un sujeto es imputable o ininputable ello prescindirse de él; en consecuencia el sis-
sólo podrá hacerse con un criterio crimino- tema sancionador del Derecho penal se com-
lógico mediante la directa observación del pone de penas y medidas de seguridad; las
individuo, tomando como referencia la ley penas se aplicarán a quienes tengan cier-
penal, pero con total independencia del ca- tas condiciones de capacidad, es dercir, a
so concreto de la comisión del delito. quienes hayan obrado con libertad y vo-
luntad; las medidas de seguridad a aque- El delincuente aparece compelido al hecho
llos que son inimputables: los enajenados, por un conjunto de factores subjetivos y ob-
los niños, etcétera. jetivos, que obran como poder causal sobre
Para los clásicos y para los eclécticos in- su conducta. Sustituye así, la responsabi-
termedios, los autores de delitos se dividen lidad moral por la social. Pero hay un des-
en dos grandes categorías: imputables e cubrimiento que tiene sobre la imputabili-
inimputables. Para los positivistas, el aspec- dad un influjo decisivo. Se cree comprobar
to de la imputabilidad no es decisivo, y to- que las condiciones que llevan a un indivi-
dos los autores responden del delito por el duo a la delincuencia, son fundamentalmen-
hecho de haberlo cometido. te factores psíquicos-orgánicos, verdaderas
A) La doctrina clásica. Carrara dijo en el anomalías que hacen del tipo delincuente
Programa "No me ocupo de discusiones fi- un tipo patológico. Esta concepción lombro-
losóficas, presupongo aceptada la doctrina siana lleva a afirmar, que la delincuencia
del libre albedrío y de la imputabilidad mo- casi siempre es patológica y por lo tanto
ral del hombre, y edificada sobre esa base el enajenado, el psicótico, no puede estar
la ciencia criminal, que mal se construiría fuera del Derecho penal.
sin ella". Entonces, desde el punto de vista A juicio de esta doctrina, el principio de
clásico, la pena tiene un carácter de retri- la imputabilidad moral desarma a la socie-
bución moral y por lo tanto presupone que dad contra las formas más peligrosas de
ha de sufrirla el sujeto "moralmente impu- la delincuencia. Debe rechazarse toda pre-
table" vale decir, inteligente y libre. tensión ética y basar el Derecho penal en la
Declara así inseparable la imputabilidad defensa social; el sujeto no debe responder
penal y el libre albedrío; pues no hay im- porque es inteligente y libre, que no lo es,
putabilidad penal sin imputabilidad moral sino porque es un ser social. Bastará con
y de ésta sin libre albedrío, es decir, sin li- que sea autor material de la infracción, no
bertad de elección. le interesa si el sujeto es normal o anormal,
Para que a un sujeto se le pueda imponer suprime así la diferencia entre imputables
justamente la obligación de responder por e inimputables y el hombre responde no en
un hecho delictivo, debe tener capacidad cuanto es libre, sino por el hecho de vivir
de comprender y determinarse libremente, en sociedad. La doctrina de la imputabilidad
vale decir, debe tener inteligencia y liber- es sustituida por el estudio del delincuente,
tad. por la clasificación de diversos tipos psico-
Pero ambas cualidades, dice Soler, deben sociales de delincuentes y en cuanto al ele-
ser entendidas para penetrar íntimamente mento subjetivo propiamente dicho, la prin-
en el sentido de la escuela clásica, en su cipal investigación es la de los móviles del
valor más general y amplio, pues esta doc- hecho.
trina se construye sobre la idea del hombre Este punto de vista tiene para nosotros
como ser moral, dotado de libre arbitrio y importancia suma en cuanto es la opinión
sobre el sistema del Derecho natural, como radicalmente dominante hasta 1937 y de la
orden normativo superior al Derecho posi- que aparece como coronamiento el proyecto
tivo. de Código penal de los profesores Jorge
El Derecho penal llega así donde llega esa Eduardo Coll y Eusebio Gómez, en el cual
libertad de elección, más allá o más acá; se cree debe prescindirse de la diversifica-
cuando se encuentra frente a un enajena- ción de imputables e inimputables.
do ya no es de aplicación el ordenamiento C) Crítica. Es un error en que el positi-
punitivo y el reo es declarado inimputable. vismo ha caído el equiparar al delincuente
Por ello no solamente la pena, sino el De- con el enfermo mental, como si los delin-
recho penal queda totalmente excluido pa- cuentes fueren equivalentes a tipos patoló-
ra aquéllos que violan el orden jurídico, gicos.
pero carecen de capacidad para comprender Siguiendo a Radbruch observamos que,
y determinarse: el hombre es responsable para ello, sería -preciso substituir el concep-
porque es inteligente y libre; antes de vio- to de delincuente en relación al valor jurí-
lar la ley en los hechos la ha violado en su dico, por un concepto natural del criminal
corazón, y es de esa falta délo que responde. independiente de un derecho dado, y agre-
Fueron los sostenedores de la .teoría, Car- ga "sería el milagro de los milagros, una
mignani en sus Elementa juris criminales; especie de armonía preestablecida, pues no
Carrara en el Programa; Pessina en Ele- puede esperarse entre dos modos de consi-
mentos de Derecho Penal; Stoppato La es- deración fundamentalmente diferentes, que
cuola jurídica italiana; Brusa Tratado de un concepto como el del Derecho o el del
Derecho Penal; Bataglini, etcétera. delincuente, formados en relación valora-
B) La doctrina positiva. En un principio tiva y cultural, coincidan con otro concepto
optó por la negación metafísica del libre natural obtenido en una consideración no
albedrío y la afirmación del determinismo. valorativa ni cultural". "¿Acaso las variado-
nes legislativas determinan el nacer y el doctrina italiana y en los Códigos penales
morir de las enfermedades psiquiátricas o de 1889 y 1930, es el de la pura voluntad (o
de las anomalías psicopatológicas?" voluntariedad), es decir, una voluntad sin
Delincuencia y normalidad. Hoy día ya adjetivos y, especialmente, desdeñosa del
nadie equipara delincuencia y anormalidad. adjetivo "libre". Zanardelli, el autor del Có-
La ciencia psiquiátrica sólo se limita a veri- digo italiano de 1889, le respondió así a
ficar cuál es el porcentaje de anormalidad quien le proponía fundar en la libertad la
psíquica entre los delincuentes y estas exa- imputabilidad: "Admito la libertad de elec-
geraciones que fueron tan corrientes en Ar- ción —dijo— que es por decirlo así, el sello
gentina, ya no las sostienen ni los mismos de la dignidad y de la libertad del hombre,
positivistas. pero creo al mismo tiempo justa la senten-
Al estudiar la anormalidad y normalidad, cia de Kant de que no se debe construir
cabe recurrir a los porcentajes de anorma- un edificio sobre bases filosóficas contro-
les entre los delincuentes que varían de vertidas". Así nació la fórmula de la volun-
acuerdo a la experiencia d« cada autor y tad del Código de 1889, tímida componen-
según los diversos factores etiológicos, eco- da entre el positivismo triunfante y el cla-
lógicos, etcétera. Soler citando a Sante de sicismo decadente, lo cual no impidió que
Santis, dice que éste admite dos clases de la fórmula "libertad de actos propios" vol-
delincuentes: los verdaderos, graves, prima- viera a usarse en el artículo 46 de ese Códi-
rios, reincidentes, habituales; los delincuen- go a propósito de las causas que excluyen la
tes menores, los falsos delincuentes, leves, imputabilidad, declarándose: "No es puni-
primarios, ocasionales. Asigna a la primera ble el que, en el momento en que ha co-
categoría estar compuesta por individuos menzado el hecho, estaba en estado de en-
con fallas orgánicas, aunque raramente fermedad mental que le quitaba la concien-
verdaderos alienados; la segunda categoría cia y la libertad del propio acto".
se trata en realidad según afirma, de varia- Por último Soler considera acertada la
ciones extremas del carácter normal; nor- posición de Grispigni en su Curso de Dere-
males, defectuosos, falsos anormales. cho Penal, quien admite la imputabilidad
La afirmación final que se ha hecho por desde su positivismo crítico; y destaca ese
los positivistas teorizando con excesiva ge- principio por subrayar el carácter estricta-
neralidad de que el sólo hecho de que una mente jurídico de la responsabilidad, que
persona cometa un delito determina con- al Derecho penal interesa. Las penas y las
siderar que ya no se trata de una persona medidas de seguridad son las consecuen-
normal está en crisis, porque si a la anor- cias jurídicas de un acto ilícito, es decir,
malidad, vamos a considerarla así, ya no sanciones, sin que por ello podamos negar
le acordamos un sentido psiquiátrico, sino que de acuerdo a sus propias característi-
psíquico-social y aún estad;stico, lo que es- cas son distintas.
tá lejos de destruir la doctrina de la impu- Con la imputabilidad legal, según Soler,
tabilidad. se afirma de modo exclusivo el carácter emi-
D) Direcciones intermedias. Estas, sin ne- nentemente jurídico de la responsabilidad;
gar el libre albedrío, se declaran agnósticas de la vida social el Derecho toma sus pre-
al respecto. Consideran al problema de la visiones para su auto-defensa, sin que para
libertad como metafísico e insoluble y para' ello sea preciso discernir como centro de im-
fundar la imputabilidad lo reemplazan por putación la personalidad de un sujeto "cons-
otros criterios. Uno de los más difundidos ciente y libre" que le daba a la responsa-
es el de la 'intimidabilidad" enunciado por bilidad la doctrina "clásica". La responsa-
Romagnosi en su Génesis del delito, y por bilidad es para el profesor de Buenos Aires
Feuerbach y que ha sido sostenido por Im- responsabilidad jurídica.
pallomeni, Alimena, Carnevale y Vannini. Debemos establecer que la doctrina posi-V
Según esta teoría, la pena tiene una fun- uva es falsa, en cuanto cree haber elimina-
ción altamente intimidadora, pues obra so- do del Derecho penal la imputabilidad, pues
bre las personas que, por sanas y de ma- incluso en la propia construcción interna
durez mental, son en su mayor parte inti- del sistema sancionador o positivista y aún
midables. La imputabilidad coincide con la admitiendo que las penas y las medidas de
intimidabilidad, propia de los hombres sa- seguridad son sanciones, es evidente que
nos y psíquicamente maduros. Casi en la se distingue el hecho del hombre normal
misma línea Liszt en su Tratado, concibe del que no lo es, y entre éstos los hechos
la imputabilidad "como la facultad normal fortuitos de los culpables, que reconocen
de determinarse", y, de acuerdo a esta teo- dos grandes categorías: dolosos y culposos.
ría, los hombres se dividen ante la ley penal Quintano Ripollés ha sintetizado con
en dos categorías: normales y punibles y maestría el estado actual de la cuestión
anormales y no punibles. determinado por la lucha de escuelas, y así
Un último criterio predominante en la afirma "que buena parte de las energías de
los penalistas clásicos y positivistas a fines son sus requisitos que falte la conciencia de
del siglo anterior y principio del actual, se los propios actos o la libertad que hace po-
consumieron en torno a los principios del dble la voluntad. Así, el artículo 34 del Có-
«libre albedrío» y del «determinismo», pro- digo toscano de 1853, decía: "La violación
blema que notoriamente desborda el cauce de la ley penal no es imputable cuando
de lo jurídico y quizá también de lo filo- quien la comete no tiene conciencia de sus
sófico, hasta que los contendientes cansa- actos y libsrtad de acción".
dos de inútiles disputas, llegaron a un acuer- Para la tendencia mixta, la falta de ap-
do. Fue éste el de no remover la cuestión, titud psicológica v. g. de comprender la cri-
puesto que, en defiritiva libre o no la vo- minalidad del acto o la imposibilidad de di-
luntad en sus dimensiones metafísicas, el rigir sus acciones, es el resultado de un an-
creerse libre por el sujeto, por el legislador tecedente biológico que se origina en la in-
que dicta la norma y por la comunidad a suficiencia o alteraciones morbosas de las
quien está destinado el precepto, equivale facultades o en los estados de inconscien-
a serlo ante la realidad del Derecho. En cia. Es el sistema que adopta el Código pe-
virtud de ello, la voluntad se estima libre nal argentino (art. 34, inc. 1»), que según la
para los efectos, siempre y cuando no esté autorizada opinión de Núñez provendría del
viciada o ausente por las pesunciones de párrafo 35 del Código penal ruso de 1903,
minoría de edad, estado mental, fuerza, a través de Herrera y encuentra su antece-
miedo, azar, que las normas positivas e;ta- dente en la Exposición de Motivos del Có-
bl-cen de modo expreso o tácito" C 1 ). digo de 1922 ( 2 ) . Así dispone que es inimpu-
IV. Tendencias para definir la inimputa- table "el que no haya podido en el momento
bilidad. Más que ningún otra problema ju- del hecho, ya sea per insuficiencia de sus
rítíico-penal, la doctrina déla inimputabi- facultades, por alteraciones morbosas de las
Hdad debe ocuparse de la personalidad del mismas o por su estado de inconciencia...
autor y ello ha hecho surgir tres sistemas comprender la criminalidad del acto o di-
legislativos que se conocen como: o) El psi- rigir sus acciones".
quiátrico puro o biológico o etiológic»; De aquí pues para Núñez la imputabili-
b) El psicológico; c) El psiquiátrico-psico- dad deba definirse de conformidad al ar-
lógico jurídico o biológico jurídico. tículo 34, incisos 1» y 36" del Código penal
El primero responde a una concepción "como la condición del delincuente mayor
netamente biológica de la personalidad del de 16 años cuya posibilidad de comprender
autor en que su capacidad psicológica no es la criminalidad del acto o de dirigir sus ac-
tenida en cuenta. La falta de salud mental, ciones, no haya estado excluida en el mo-
la comprobación de la edad, etcétera, es mento del hecho, por insuficiencia o alte-
suficiente como dato para hacer del suje- raciones morbosas de las facultades o por
to al que se le atribuye el hecho, un sujeto su estado de inconsciencia".
inimputable; modelo de e$ta orientación Se requiere que las causas biológicas ha-
es la del Código penal francés cuando di- yan determinado la imporíbilidad en el hom-
ce: "No hay crimen ni delito, cuando el bre de saber lo que hacía y de conducir su
prevenido estuviera en estado de demen- conducta dentro de ese saber.
cia al tiempo de ia acción"; así decía tam- El proyecto del profesor Soler "ha trata-
bién nuestro Código penal en el derogado do de pulir y aclarar esta fórmula del Có-
artículo 36: "No es punible el menor de 14 digo penal que en el fondo siempre ha creí-
años etcétera" y hoy lo afirma en la ley do afortunada" y dice: "No es punible el
14.394, cuando establece que al menor de 16 que no h?ya podido en el momento del he-
sños que incurriere en delito, sólo se le po- cho comprender la criminalidad del acto o
drá comprobar el mismo, las circunstancias dirigirse sus acciones debido a -insuficien-
ambientales en que vive y sólo en casos ex- cia de sus facultades, alteración morbosa,
tromos se ordenará su internación. El pro- aunque sea transitoria, de las mismas o a
yscto del doctor Soler establece que "este una grave perturbación de la conciencia"
Código se aplicará a las personas que en el (art. 24).
momento del hecho fueran mayores de 18 V. La imputabilidad y el tiempo de eje-
años" (art. 5). Deja así a los menores de cución de la acción.. La culpabilidad debe
esa edad fuera del Código penal y someti- ser coetánea con la imputabilidad que la
do! a una ley especial. condiciona en el momento del hecho, para
Para el criterio psicológico la inimpu- que podamc-s cargarle al hombre el repro-
tabilidad es el resultado de una perturba- che de su individual conducta, v. g. si el
ción psíquica determinada por la aliena- agente era plenamente capaz en el instan-
ción, sólo se atiende al trauma psicológico y
(2) Núfiez. La culpabilidad en el Código penal,
páy. 34, Ed. Depalma Bs. Aires, 1946.
(1) Qulntano Ripollés. A., Compendio de Dere- Ver págs. 48 y 49 de la edición oficial del Código
cho penal, t. 1, pág. 193, Madrid, 1958. penal, Bs. Aires, 1924.
te de inferir la puñalada, que luego de va- se acuesta con su hijo de días sin tomar
,rios días recién produjo el resultado letal, ninguna precaución y le mata por sofoca-
o estaba en su sano juicio cuando remitió ción al apretarlo dormida con EU cuerpo.
la carta constitutiva del ardid en la estaía, El problema de la imputabilidad para estos
resulta irrelevante que el mismo haya psr- autores debe ser referido, en este caso, no
dido con posterioridad la razón; para la al instante en que el cuerpo dormido de la
ley será imputable porque en el instante madre aprieta al niño sino al momento en
del hecho tuvo la posibilidad de determi- que aquella, despierta y consciente, comete
narse consciente y libremente; no sucede el acto imprudente de acostarse en el mismo
así en el caso contrario. Si por circunstan- lecho con su hijo.
cias que perturbaban a su mente no podía El vigente Código penal argentino omite
comprender la criminalidad del acto o di- legislar la acción libera in causa, no sin
rigir sus acciones o se encontraba con una que ;:us intérpretes la encuentren en su sis-
grave perturbación de consciencia, no cera temática; sin embargo, el proyecto de 1960
imputable así hayan desaparecido las cau- la regla expresamente, cuando dice: "Si el
sas que lo obnubilaron y haya recuperado agente ha llegado voluntariamente al esta-
su cordura, voluntad o conciencia. Al tra- do de grave perturbación de la conciencia
tar la epilepsia nuestros tribunales han te- a que se refieren los artículos 24 y 25 por el
nido oportunidad de establecer en forma uso de bebidas alcohólicas, sustancias estu-
precisa y clara este requisito esencial, de pafacientes u otros medios similareí, el he-
que el estado de inimputabilidad coincida cho cometido en ese estado será reprimido
temporalmente con la conducta cau:ante en la siguiente forma: a) con la pena co-
del acto delictivo (3). rrepondiente al delito doloso, cuando el
Actio libsra in causa. Sin embargo, este agente se colocó en ese estado con el fin
principio de que la imputabilidad debe exis- de cometer el hecho o de procurarse una
tir en el tiempo de la ejecución de la acción, excusa; b) con la pena fijada por el delito
sufre una excepción en la actio lib-ra in culposo, en los demás ca-os" (art. 26).
causa o actio ad libzrtatem relata ( 4 ). Se El ejemplo para el primer inci:o sería el
trata de yituaciones en que la conducta del enferm-ro que regula el oxígeno de un
causante directa o indirectamente del de- pulmotor y su temperatura, y que instigado
lito se realiza en un tiempo en que el autor, a quitar la vida al paciente que atiende,
por su voluntad o por su culpa se encuentra se embriaga hasta perder la dirección de
en estado de inimputabilidad. Pero este cri- sus acciones, con el objeto de quitarse la
terio de Soler encuentra una rectificación retirada ante toda posibilidad de desisti-
en Núñez, para quien la actio lib:ra in cau- miento; el del segundo cer'a el de la madre
sa sólo en apariencia es una excepción al imprudente que hemos expuesto antes.
principio de que la imputabilidad debe exh- La ebriedad. A una discrepancia de muy
tir en el momento del hecho, porque, en el acalorado sesgo ha dado lugar en la Argen-
proceso causal, la condición del resultado tina el problema de la ebriedad preordena-
la pone el agente desde el momento en que da o de la culposa. Una minoría de la juris-
con ánimo doloso o imprudencia culposa prudencia ha sustentado la tesis que hoy
empieza a ponerse en estado de inimputabi- acoge el profesor Soler en,su Proyecto (c);
lidad —v. g. embriagarse—; y así es al obrar pero lo cierto es que la mayoría frente a la
con pleno y sano juicio que da comienzo a criminalidad de .sangre favorecida o tolera-
la relación causal ( 5 ). Mezger hace parejos da en grado máximo por el con-unió inmo-
razonamientos al de Núñez. Así dice: "por derado de bebidas alcohólicas, ha estable-
tales acciones libera in causa han de enten- cido que quien delinque en estado de ebrie-
derse aquellas acciones en las que el suje- dad voluntaria, será responsable a título
to establece la causa decisiva en un momen- de dolo (T) .
to en que es imputable, mientras que, en No escapa al menos avisado la dificultad
cambio, su conducta corporal sólo se desen- de la prueba de una ebriedad preordenada,
vuelve en un tiempo en que su imputabili- frente a ciertos principios tomados como in-
dad está ausente. Puede decirse que en es- tangibles en el procedimiento penal argen-
tos casos se utiliza a sí mismo como ins- tino v. g., la indivisibilidad de la confesión,
trumento". Es el ejemplo tan conocido de la la necesidad de dos teítigos para hacer ple-
madre que conociendo su sueño inquieto,
(6) Cám. Apel. Tucumán, J. A., t. 32, pág. 1198.
Nota del doctor O. N. Vera Barros a la Cám. C im..
(3) C. S., 20-2-935., J. A., t. 49 pág. 159; S. C. Ccrr. y del Trabajo en J. A., 1956-T. pág. 266. So-
Tucumán, 5-6-937, L. L., t. 7 pág. 382; C. A. Men- ler. S., Tratado, ob. cit. t. 2, pág. 63; Núñez, R..
doza, 20-3-935. J. A., t. 49, pág. 722. Derecho penal argentino, t. 2, págs. 38 y sigs.
(4) Soler, 8., Derecho penal argentino, t. 2 pá- (7) C. S. Nac.. J. A., t. 38. pág. 2fi: S. C. Bs. Ai-
gina 46. res, L. L. t. 53, pág. 593; Cám. 3' Crim. La Plata.
(5) Núñez, B., La culpabilidad en el Código pe- J A., 1950-III, pág. 688; Cám. Crim. Corrientes.
nal, págs. 39 y sigs. J. A., 1956-1, pág. 266; etc.
na prueba, etcétera, testimonio viviente de propios de la personalidad, no ajenos a
un sistema de pruebas legales que todavía ella" («).
subyace en el ordenamiento procesal argen- Mezger que ha postulado, la concepción
tino en la mayoría de sus Estados; suma- normativa de la culpabilidad, dice que pre-
dq, a todo esto una realidad, que ni al legis- cisamente es misión de la culpabilidad ha-
lador, ni al juez le está permitido descono- cer reprochable ai agente por aquellos actos
cer (desde los treinta y nueve años que lle- que son expresión de su personalidad, ya
va de vida el Código argentino de 1922, no que a juicio nuestro en la valoración del
se lo ha dotado de las instituciones que son sujeto no puede escindirse la verdadera per-
necesarias para su plena vigencia, v. g., la sonalidad del sujeto. Por ella —agrega Mez-
reforma de un vetusto procedimiento crimi- ger— "no existe motivo alguno para favore-
nal [salvo la provincia de Córdoba, y las que cer con la exclusión de la imputabilidad
recientemente han seguido su ejemplo]; a sujetos brutales que sólo en la embria-
cárceles adecuadas a los dos tipos de penas; guez despiertan su propia naturaleza; sólo
reformatorios para menores, patronatos de cuando el hecho realizado en estado de em-
vigilancia de liberados y de menores, etcé- briaguez representa de modo indudable un
tera), por lo que es incomprensible ese afán acontecimiento ajeno a la verdadera perso-
de divorciar aún más a la vida del Dere- nalidad del que actúa, debemos considerar-
cho, y resulta inarmónico ese propósito de lo como un caso de inimputabilidad".
crear una superestructura jurídica técnica Este razonamiento, inspirado en la juris-
y científicamente impecable, inspiradas en prudencia alemana, nos auxiliará a insuflar
el Código griego o en el proyecto alemán en la doctrina argentina que ha incrimina-
de 1958 (tal sucede con el Proyecto Soler) do a la ebriedad voluntaria a título de dolo,
o hilar tan fino en materia de culpabilidad, la culpabilidad de que se la acusa carecer; y
que a la postre todo el que mate en estado ello sólo se logrará, "cuando teniendo en
de ebriedad, deberá ser penado a título de cuenta las circunstancias del hecho o del
culpa. temperamento o antecedentes del agente,
Correctamente interpretada la ebriedad, pueda reprochársele que teniendo su reali-
cuando es accidental plena y completa se zación tan sólo como posible, la acepta con-
califica en la ley argentina como un caso sintiendo en ella" (») recurriéndose al dolo
de inconsciencia; pero ésta debe interpre- eventual. Podrá objetarse que la acepta-
tarse como un caso de perturbación en alto ción de lo que se prevé como posible ocu-
grado de la misma, pues la inconsciencia rrirá ya .cuando el sujeto no pueda dirigir
total supone el estado de sueño tóxico o co- sus acciones, pero no es así, ella surge an-
ma y por lo tanto, quien duerme no obra tes de que pierda su autodominio, que es
(salvo que sea sonámbulo). Mezger enseña cuando conoce las circunstancias del hecho
que la plicación de la inconsciencia como y su temperamento, y sin embargo bebe.
causa de inimputabilidad en la ebriedad VI. Las causas de inimputabilidad en
conduciría a consecuencias insoportables. general.
Se ha pretendido por M. E. Mayer al criticar Consideraciones previas. Ya hemos dicho
la jurisprudencia alemana, que ha sosteni- que el positivismo, haciéndose fuerte en el
do este criterio, que se trata de una "in- argumento de la responsabilidad social, ha-
consecuencia consciente", pero Mezger abo- b:a encontrado ocioso definir la imputabi-
na el razonamiento favorable diciendo: lidad, por lo que, tanto el niño como el ena-
"existen fundamentos teoréticos que justi- genado debían ser responsables ante la ley
fican una responsabilidad amplificada en penal; orientación que en América latina
los casos de simple embriaguez, pues la ex- siguieron los Códigos de Colombia, Cuba y
periencia enseña que en la embriaguez es México C°), y entre nosotros el Proyecto
posible, y puede por tanto ser exigido, un Coll-Gómez (1937), que no dejaba por ello
grado más alto de autodominio que en los de hacer concesiones a la imputabilidad (")
d perturbación de la conciencia de índole
orgánica; la perturbación por envenena- (9) Blasco Fernández de Moreda, F.; Gallillo
Yanzi. C. V.; Virasoro. L., Dictamen sobre el Pro-
miento alcohólico siempre permanece, por yecto de 1960-28-6-1961. Enmienda propuesta al
tanto, en mayor o menor medida en la su- art. 26: "Con la pena correspondiente al delito
perficie (puntos de vista análogos son apli- doloso, cuando el agente se colocó en ese estado
cables en la sugestión y en la hipnosis). con el -lin de cometer el hecho o de procurarse
una excusa; o cuando habida cuenta de las cir-
También ha podido comprobarse que, con cunstancias del hecho, o del temperamento o an-
frecuencia, en la embriaguez (aunque no en tecedentes del sujeto, pueda reprochársele que te-
niendo su realización como posible, la aceptó con-
modo alguno siempre) despliegan su efica- sintiendo en ella".
cia impulsos y sentimientos verdaderamente (10) Jiménez de Asúa y Carsi, Códigos penales
ibero-americanos, t. I, II.
(11) Coll, J. E., y Gómez, E., Proyecto de Có-
(8) Mezger, E., Tratado, ob. cit., t. 2, pág. 73. digo penal para la República Argentina.
El Código penal argentino, en el libro I, "justificación", podrá serlo, pero no deberá
del título V, se ocupa de la "imputabilidad", indemnización alguna por su conducta; el
pero los artículos que lo integran no sola- "inimputable" como el "inculpable" no po-
mente se refieren a las causas de inimputa- drán ser condenados criminalmente, pero
bilidad (insuficiencia de facultades y altera- el hecho típico y antijurídico ha determina-
ciones morbosas de las mismas o estado de do una lesión jurídica, que deberá ser in-
inconsciencia que priva al agente de com- demnizada civilmente e incluso podrá ha-
prender la criminalidad del acto o dirigir cerlo acreedor a una medida de seguridad
sus acciones y la minoridad, artículo 34, adecuada al hecho y sobre todo a su perso-
incisos 1 y 36 derogado por la ley 14.394), nalidad.
sino que comprende además las causas de VII. Las causas de inimputabilidad en
justificación (estado de necesidad, legítima particular. Las causas de inimputabilidad
defensa, cumplimiento de la ley, deber, ejer- enunciada en la ley argentina, son: a) in-
cicio, autoridad o cargo, arts. 34, incs. 3', suficiencia de facultades; b) alteraciones
6' y 7', 4' C. P.), las causas de inculpabili- morbosas de las mismas; c) el estado de
dad (error o ignorancia, vis compulsiva, inconsciencia (siempre que estas tres con-
obediencia debida, art. 34, incs. 1» 2» seg. diciones priven al autor en el momento del
parte, 5* C. P.) y, además la falta de acción hecho de la posibilidad de comprender la
(vis absoluta, art. 34, inc. 2", 1» parte C. criminalidad del acto o dirigir sus accio-
P.) ( 1 2 ); por esta razón, por la variedad de nes) ; d) la minoría de edad.
causas de distinta naturaleza que concu- Se discute si dentro de su hermenéutica
rren a nular la punibilidad de la conducta cabe el trastorno mental transitorio, cues-
que se subsumen en este artículo, es que la tión que trataremos someramente más ade-
doctrina ha coincidido en que el término lante; anotaremos por el momento que Ji-
"imputabilidad" de la ley penal, debe enten- ménez de Asúa ha sostenido que está com-
darse como "no punible". prendido ínsitamente en nuestro artículo 34,
Así como la falta de tipo hace no perse- inciso 1', Código penal, lo que también cree
guible criminalmente un hecho por el prin- Soler (i*).
cipio nullum crimen nulla poena sine lege, Estas causas que excluyen la imputabi-
es lógico que quien obra en estado de nece- lidad del delincuente, vale decir su capaci-
sidad o en legítima defensa o en el legítimo dad de ser sujeto de Derecho penal, no pue-
ejercicio de un derecho, autoridad o car- den ser aplicadas por analogía a juicio de
go, por obrar conforme al derecho, encuen- Núñez y Soler, porque el hecho de que las
tre su conducta justificada por la ley y pue- mismas se hayan condicionado causalmen-
de decirse que tampoco ha cometido deli- te sería demostrativo de la finalidad de la
to alguno, porque ha anulado la antijuri- ley de restringir etiológicamente la inimpu-
cidad de la acción; las causas de inimputa- tabilidad ( 1G ). Jiménez de Asúa, por el con-
bilidad por el contrario no destruyen o anu- trario, cree legítimo hacer aplicación por
lan el delito, que se ha cometido por el analogía de las causas que privan de puni-
agente como un hecho típico y antijurídico, bilidad, así ha admitido "la no exigibilidad
y lo que ocurre es que no puede serle repro- de otra conducta" como causa de inculpabi-
chado porque el autor carece de la capaci- lidad, y afirma: "debe procurarse como en
dad que el Derecho penal exige para que orden a las causas de justificación, ensan-
a una persona pueda cargársele en cuenta char el ámbito de estos motivos de inimpu-
una pena, vale decir pueda ser sujeto de tabilidad, reconociendo su existencia en
derecho y sanción. Es así que el enagenado, cuantos casos esté excluida la facultad de
el menor, etcétera, quedan al margen de la conocer el deber y no encerrarse en el re-
imputabilidad, por lo que reciben el nom- pertorio de causas que la ley consigna (i«).
bre de inimputables. Es claro advertir, en- Siguiendo al ex profesor de Madrid que pos-
tcnces, que esto confirma lo que escribimos tula una clasificación meramente enuncia-
antes, de que la imputabilidad es el presu- tiva de las causas de inimputabilidad, sin.
puesto de la culpabilidad. perder por ello de vista que es a la dogmá-
Las diversas situaciones jurídicas enun-
ciadas tienen para el Derecho especial tras- sólo c.oncretiza algunas figuras antijurídicas y no
cendencia, sobre todo del punto de vista de todas, por lo que existe un ancho campo de con-
ductas antijurídicas, no típicas, que dan lugar a
la responsabilidad civil, v. g., quien obra sanciones civiles y a la responsabilidad civil. Todo
"atipicamente" 13no deberá ni tan siquiera ello surge de la naturaleza sancionadora del De-
ser procesado ( ), el que ha obrado con recho penal.
(14) Jiménez de Asúa, El Criminalista, t. 1.
pág. 276, 1942; Soler, Proyecto, ob. cit., nota al
(12) Jiménez de Asúa, La ley y el delito, 3' ed., art. 24.
Kermes, Bs. Aires. (15) Núñez, R., Derecho penal argentino, "Par-
(13) Sobre la responsabilidad civil de los actos te general", t. 2, pág. 32, 1960.
fi-tipioos, suele sostenerse que lo que no es tipleo (16) Jiménez de Asúa, La ley y el delito, pá-
es roña de libertad; sin advertir que la ley penal gina 339.
tica argentina la que servimos, nos ocu- lidad nacional y ante el recrudecimiento
paremos de las siguientes causas de inim- alarmante de la delincuencia juvenil (i»).
putabilidad: A) falta de desarrollo mental; La vigente ley 14.394 (2°) establece un
B) ausencia de salud mental; C) trastorno trato de distinta entidad para los menores
mental transitorio. y preceptúa:
a) en los casos de mayores de 16 años y
A) Falta de desarrollo mental. menores de 18, sólo someterá a proceso a]
1) La inmadurez por minoridad. La capa- menor cuando los delitos sean de cierta
cidad de los menores no siempre fue valo- gravedad, pero no podrá aplicársele una pe-
rada en la misma forma. "Es difícil saber na propiamente dicha; sí podrá ser someti-
cuál ha sido la condición jurídica del menor do a una medida de seguridad, cuya mayor
delincuente en la antigüedad, dificultad na- gravedad se expresa-por el internamiento
cida de la falta casi absoluta de fuentes de (art. 3', inc. 1' y 2').'
Derecho en aquel período histórico. Única- b) cuando el menor a que se refiere el
mente el Derecho romano, dice Salomones- punto a) haya cumplido 18 años de edad o
cu, contiene referencias notables; pero es- por lo menos un año de internamiento u
tas noticias esporádicas no permiten, sin otro tratamiento tutelar, se informará al
embargo, afirmar la existencia de tm siste- juez sobre su conducta, grado de adaptabi-
ma propiamente dicho. Todo cuanto puede lidad social, aptitud para el trabajo y de-
decirse a este respecto es que existia una más circunstancias personales. Si de las
diferencia de tratamiento entre el menor y conclusiones del informe, modalidades del
el adulto" ("). hecho, antecedentes del menor y de la im-
La minoridad como causa de inimputabi- presión general directa del juez parecieVa
lidad o modificativa de la reponsabilidad, fundadamente necesario aplicarle una san-
aparece con carácter científico a mediados ción, así lo resolverá conforme a la ley pe-
del siglo xix, en el cual se va 'perfilando un nal, pudiendo reducirla en la forma deter-
tratamiento distinto para la delincuencia minada para la tentativa. También en esta
infantil y juvenil. Contribuye a ello una circunstancia el juez podrá proceder con
mayor técnica del Derecho penal, la cons- arreglo a las facultades concedidas en los-
trucción de una teoría sobre los menores artículos 1 y 2 (art. 4'),
que ha rechazado los medios retributivos La ley ordena que si la sanción fuera pri-
expiatorios y hasta represivos para obte- vativa de libertad se cumplirá en estableci-
ner su enmienda. Por ello hoy se tiende por mientos especiales (art. 5"). Si en esa si-
la ciencia a declarar al menor fuera del de- tuación el menor alcanzare los 22 años de
recho penal O 8 ). edad, será trasladado para el cumplimien-
to de la sanción impuesta a un estableci-
Hay una realidad biológica que el Dere- miento para personas mayores.
cho reconoce. La imputabilidad requiere pa- Resulta lógico inferir que la plena impu-
ra ser atribuida a una persona humana, una tabilidad empieza en el régimen de esta ley
cierta madurez de la mente en cuanto a su a los 18 años, cuando establece: "el menor
poder intelectivo y volitivo, inexistente en de 18 a 22 años de edad, que infrinja las
los primeros años de la vida, y por esa ra- disposiciones de la ley penal, quedará so-
zón los Códigos determinan límites fijos y metido a ella" (art. 8'). También puede
objetivos en el afán de establecer desde qué aplicársele una pena (art. 4» y 8') y no so-
edad el hombre dará cuenta de sus actos lamente medidas de seguridad. La ley ha es-
criminales. Se han dado, además, a estos li- tablecido además que hasta que se organi-
mites el carácter de presunciones jure et cen los establecimientos para menores, las
de •jure. sanciones serán cumplidas en secciones es-
Si bien en el Derecho penal moderno peciales para mayores (se entiende para me-
existe una tendencia a ampliar el limite nores de 18 a 22 años), pues a partir de 105
de la inimputabilidad de los menores (tal 22 deberán ser trasladados a las secciones
ocurre en el Derecho argentino que ha es- para adultos (art. 8').
tablecido en el Código de 1922 la edad de Los menores que han cumplido 16 y hasta
14 años y lo ha elevado a 16 la ley 14.394 e los 18 años pueden ser sometidos a proceso
Incluso el proyecto Soler propone 18 años) cuando se tratare de un hecho que la ley
es fuerte la doctrina que postula una equi- califica como delito que tuviere una pena
valencia entre la capacidad civil y política.
(19) Blasco Fernández de Moreda, F.; Galllno
Nosotros hemos prevenido contra el exce- Yanzi, C. V.; Virasoro, L., Dictamen sobre el Pro-
so de teorización, contemplando nuestra rea- yecto de 1960.
(20) La ley ha fracasado por falta de tribuna-
les y establecimientos adecuados en la mayor par-
(17) Pérez Vitoria, La minoría penal, pag. 13, te del país y subsiste como una normativiclnd teó-
Barcelona, 1940. rica, frente al desarrollo inquietante de la delin-
(18) Jiménez de Asúa, La ley y el delito. cuencia Juvenil.
mayor de un año de prisión, y no sólo de alemán "el sordomudo no es punible si ha
sanciones de multa o inhabilitación; pero quedado rezagado en su desarrollo intelec-
deberá procederse a lo sumo a aplicarles tual y es incapaz, por consiguiente, de com-
medidas de seguridad (arts. 1», 2' y 3") por prender la ilicitud del hecho o de actuar se-
lo que erróneamente se ha inferido que gún esa comprensión" (22).
tienen una imputabilidad relativa, cuando 4. Los estados de barbarie. Problema de
en realidad sólo restringe la punibilidad en muy subido tono plantean los hombres per-
atención a la gravedad del delito ( 21 ). tenecientes a tribus indígenas cuya cultura
El que no ha cumplido 16 años es inim- no rebasa los limites de los estados de bar-
putable sin subordinación a ninguna condi- barie. La República Argentina, no obstan-
ción psicológica. En esa forma la ley acoge te la existencia en su territorio de pequeños
el sistema biológico puro, porque para esta- grupos no asimilados, no ha legislado en la
blecer la imputabilidad sólo tiene en cuen- ley penal la barbarie como causa de inimpu-
ta la edad, sin preocuparse si al obrar el tabilidad; por lo que en los casos concre-
menor ha tenido la posibilidad o no de sa- tos, sólo podrá hacerse aplicación de las
ber lo que hacía. atenuantes genéricas que se valoran para
La minoridad se vincula, como toda la im- la adecuación de la pena. (art. 40 y 41 del
putabilidad, al momento del hecho. Si esta C. P.). Por el contrario, en el Código perua-
condición está presente entonces en el agen- no, los casos de "Indígenas semi-civiliza-
te, es inimputable, aunque en el instante de dos o degradados por la servidumbre o el
la decisión judicial haya cumplido 16 años. alcohol" se juzgan según una imputabilidad
Procesalmente la minoridad se comprue- disminuida (arts. 45 y 90 del Código penal
ba en la República Argentina con la parti- peruano).
da de nacimiento-; en ausencia de ella, por
la imposibilidad de hallarla, se la establece B) Ausencia de Salud Mental
mediante la pericia médica que judicial- Insuficiencia y alteración morbosa de las
mente ordenará el juez y su sola comproba- facultades. Esta fórmula, inspirada en una
ción determina el sobreseimiento libre si teoría psicológica ya periclitada, denomina-
hubiere mediado prisión preventiva y la li- da "psicología de las facultades", sustentaba
bertad por falta de mérito en el caso de que la tesis de que la naturaleza humana se
no lo hubiere, sin perjuicio de la aplicación compone de una cantidad de poderes deno-
de los artículos 1' y 2V de la ley 14.394. minador "facultades", que producen y des-
2. La edad senil. La ancianidad no influ- empeñan parcialmente en la mente diver-
ye sobre la imputabilidad, a menos que el sas actividades, y de que cada acto psicoló-
estado senil degenere en enfermedad. La ve- gico depende de algún factor o conjunto de
jez no quita por sí misma la capacidad para factores de la estructura del organismo (ge-
comprender la criminalidad del acto o di- neralmente el cerebro) (2«). Esta es desde
rigir sus acciones, y ella sólo servirá para va- el punto de vista de la psicología una con-
lorar la .personalidad del sujeto en la apli- cepción superada, por lo que el término fa-
cación de la pena (art. 40 y 41 del C. P.). cultades debe ser entendido, en la ley, "co-
Idéntico trato merecerán la ceguera y el se- mo aptitud o potencia psíquica del hombre,
xo femenino. vulgarmente denominada mente" (2«). La
3. La sordomudez. Nuestro Código, a di- causa de inimputabilidad examinada com-
ferencia de otros extranjeros, v. g. el ale- prende a los enfermos mentales, es decir a
mán de 1871 § 58, el uruguayo (art. 35) etc., los que sufren parcial o totalmente la au-
no ha hecho de la sordomudez una especial sencia de salud mental, porque mientras
causa de inimputabilidad. El sordomudo no el Derecho penal se funde para nosotros en
puede generalmente hablar o hacerse en- la capacidad de entender y querer, no se
tender, porque desde su nacimiento o des- podrá imponer una pena a quien estuviese
de su más tierna infancia ha acusado una enajenado en el momento de cometer el
falta total o parcial muy considerable del hecho.
sentido del oído. Para nuestra ley, la sordo- El Código penal argentino establece que
mudez debió haber impedido el desarrollo no es punible "el que no haya podido en el
de la madurez intelectual, determinando en momento del hecho, ya sea por insuficien-
el agente una insuficiencia de facultades que cia de sus facultades, por alteraciones mor-
le privan de comprender la criminalidad del bosas de las mismas... comprender la cri-
hecho o dirigir sus acciones, al efecto de po-
der ser apreciada como causa de inimputa- (22) Mezger, E., Derecho penal (libro de estu-
bilidad. Parejamente, en el vigente Código dio), trad. de R. Núñez y C. Ftnzl, pág. 206, Bs.
Aires, 1958.
(21) Núfiez. E.. "El régimen Jurídico de los me- (23) Engish Diccionario manual de psicología,
nores", en La Ley, t. 64, pág. 342, e "Inimputabi- pág. 378; Wolff, W., Introducción a la psicología,
lidad penal de loa menores", en la misma revista, c Introducción a la psicopatologia.
t. 68, pág. 282. (24) Núfiez, R., La culpabilidad, ob. clt.
minalidad del vacto o dirigir sus acciones" (multitudinaria). En los casos de sugestión
(art. 34, inc. l C. P.). por hipnosis, el súcubo obra como instru-
La insuficiencia o alteraciones morbo- mento del íncubo y por lo tanto su acción es
sas de las facultades son como hemos dicho la de un mero instrumento del autor me-
enfermedades mentales que deben ser noso- diato, que es quien lo hipnotiza; no hay fal-
lógicamente valoradas por el perito médico ta de imputabilidad; hay, sí, sin duda algu-
(psiquíatra o psicopatólogo) en cuanto a na, falta de acción. El agente es un "ente",
describir, diferenciar y clasificar a la en- no una persona. Sólo podrá cargársele el
fermedad, determinando su gravedad, tran- acto en su cuenta, cuando conociendo los
sitoriedad o permanencia, y en cuanto las designios del autor, se prestó voluntariamen-
mismas puedan privar al sujeto de la capa- te a servir de instrumento del delito.
cidad de entender o de querer. Pero todas Locura moral. Lombroso señaló a esta
las clasificaciones de las enfermedades men- anomalía como propia de los delincuentes
tales o psicopatías, aunque responden casi natos, pero corresponde a los ingleses, so-
siempre a algún interés práctico, siguen bre todo a Pritchard, haberla denominado
siendo de valor científico, y por más que moral insanity.
los médicos se hayan dado a la tarea de es- "Un loco moral es —según el criterio más
tablecer, identificar, sistematizar y clasifi- extendido— un sujeto que teniendo sus fun-
car qué enfermedades son las que causan ciones psíquicas aparentemente normales
la insuficiencia y alteración morbosas de y poseyendo una inteligencia normal —o
las facultades, hállanse lejos de lograrlo, por incluso superior— se comporta de un modo
lo que la más sabia ley será la que los en- contrario a las normas morales, premedi-
globe en la forma más vulgar y genérica, tadamente y sin necesidad, porque aún
como "enajenados" tal cual lo propone Ji- cuando conoce, por así decirlo, el código de
ménez de Asúa ( 2 5 ). la moral, le falta sentirlo para creer en él".
Así como al médico incumbe diagnosticar No es pacífica la tesis de que la "locura
esas enfermedades de la mente (insuficien- moral" exista como una entidad nosológica,
cia y alteraciones morbosas) según su cien- que se determine por compartimentos es-
cia y arte, sin perjuicio de servirse de la tancos, y así es muy discutible que una alte-
propia conducta social del sujeto, al juez ración afecte sólo al "sentido moral", de-
le corresponde indelegablemente valorar si jando indemne la capacidad intelectiva y
esa enfermedad ha sido capaz de privar al volitiva (20).
enfermo de su capacidad de entender o de Mira y López, que propone se la designe
querer debiéndose hacerse la estimación de con el r~mbre de "psicosis perversa", esta-
las mismas separadamente, es decir, com- blece que puede ser delimitada por tres
prender o dirigir. El juez, pues, valora el condiciones: a) una grave perversión moral
efecto, no la causa. que no sea incidental, sino permanente; b)
Se entiende que la "insuficiencia de fa- que no se halle justificada por un factor del
cultades o alteraciones de las mismas" son ambiente; c) que el sujeto no sufra ningu-
determinadas por un estado morboso. Por lo na otra psicosis; pero concluye que, en rea-
tanto, la afección de la mente puede pro- lidad, se trata más de un "defecto" que de
venir tanto de una enfermedad psíquica una enfermedad de la personalidad ( 2 7 ).
como la neurastenia por constitución (psi- Más que como enfermedad, nos interesa
cosis afectiva), histerismo, epilepsia, para- determinar si ella es causa de inimputabili-
noia, etcétera, como surgir de un trauma fí- dad para la ley argentina. La doctrina tra-
sico, cual, por ejemplo los accesos, tumores dicional, siguiendo a Herrera, ha afirmado
en la cabeza, etc., o por gérmenes patógenos, que la."locura moral" por 2 sí misma no es
como la sífilis o la hidrofobia o por infec- causa de inimputabilidad ( «). Núñez afir-
ciones tóxicas o autointoxicaciones, como la qu'e "esta solución no está en desacuerdo ni
psicosis urémica, la psicosis tiroidea (creti- con las conclusiones de la legislación ac-
nismo y basedowianismo), parálisis progre- tual ni con la psiquiatría, como podemos
siva, etc. comprobarlo leyendo el actual Código ita-
Lo que interesa determinar muy especial- liano de 1930, que considera al loco moral
mente es que el estado morboso, cualquiera como un .delincuente por tendencia, sujeto
sea su origen, debe desembocar en una ver- punible cuya capacidad de querer y enten-
dadera enfermedad mental; razón por la
cual no caben dentro de esta causa de inim- (26) Soler, S., Tratado, págs. 56 y slgs.
(27) Mira y López, E.. Manual de psicología ju-
putabilidad las pasiones, el terror, el miedo, rídica, págs. 109 y sigs., 1945.
la sugestión, ya sea individual o colectiva (28) Herrera, La reforma penal, págs. 396 y
sigs.; González Roura, O., Derecho penal, t. 2.
(25) Rojas, N., Medicina legal, t. 2, págs. 149 págs. 26 y sigs. Conforme: Cám. Apel. Santa Fe.
y sigs., 2* ed., 1942; Ottolenghi y De Sanctis, Traí- 31-5-932, J. A., t. 38, pág. 548; Cám. Apel. Cap.
tato pratico di jisichiatria forense, 1908; Tanzi y Fecl., 11-12-925. G. del P., t. 59, pág. 527; 19-12-924,
Lugaro, Trattato delle ma.la.ttie mentali, 1924. O. del F., t. 54, pág. 283.
der lo hacen plenamente punible" ( 29 ). Sin de perturbación de la conciencia los que de-
embargo no obstante la anterior doctrina, tallamos a consideración: el sueño normal,
se enseña por Mezger que la "locura mo- los estados emocionales intensos, el sueño
ral" puede conducir a la inimputabilidad producido por la hipnosis, la estrechez de
cuando sea la secuela o el síntoma de una la conciencia en el momento en que se eje-
enfermedad, es decir de un proceso morbo- cuta la orden post-hipnótica, el estado de
so orgánico, condicionalidad esta que de- somnolencia, la lipotimia, la embriaguez
be ser perfectamente comprobada (so) y que aguda, el llamado estado patológico de em-
por lo tanto haya determinado la ausencia briaguez, otras perturbaciones de la con-
de toda valoración. ciencia determinadas por el alcohol u otras
El proyecto del Prof. Soler determina pa- sustancias tóxicas, depresiones de toda es-
ra los delincuentes por tendencia la reclu- pecie, delirios febriles, estados crepuscula-
sión por tiempo indeterminado ( 3 i). res con base histérica, epiléptica o esquizo-
frénica transitorios o que duran unas ho-
C. Trastorno Mental Transitorio ras, unos días o unas semanas. El sujeto pue-
1. La inconsciencia, incluimos como una de actuar en tales estados, conscientemen-
forma del trastorno mental transitorio al te, de modo que son posibles, en los mismos,
que se ha denominado por la doctrina esta- acciones complicadas, como ser, por ejemplo,
do de inconsciencia, pues no podemos sino la realización de viajes en estados35 crepus-
ceñimos a la dogmática de la ley argen- culares, histéricos o epilépticos" ( ).
tina. Lo importante es determinar que la per-
Ahora bien, hoy se está conteste en afir- turbación de la conciencia debe existir en
mar que el vocablo "inconsciencia" debe en- el momento del hecho, y que ese estado psí-
tenderse cual lo ha hecho la doctrina ale- quico le haya impedido al agente compren-
mana, como una "grave perturbación de la der la criminalidad del acto o dirigir sus
conciencia que imposibilita al agente com- acciones; excepción hecha, claro está, de
prender la criminalidad del acto o dirigir los casos en que la inconsciencia haya sido
sus acciones", y ello porque la inconscien- preordenada o voluntaria (actio libera in
cia total supone la no conciencia y la no con- causa), pues sólo en los casos de inconscien-
ciencia es, en definitiva, falta de acción, cia, fortuita o accidental y, por lo tanto,
siendo, en suma, indispensable atribuir al inculpable, puede liberarse al agente de la
sujeto un mínimo de participación aními- responsabilidad de sus actos.
ca (32); sin embargo, alguna jurispruden- 2. El trastorno mental transitorio. Jimé-
cia ha exigido la pérdida total de la con- nez de Asúa, que con Sanchis Banús incor-
ciencia C3) y esa jurisprudencia no está au- porara a la legislación española la figura
sente de apoyo doctrinario (3*). del "trastorno mental transitorio", sostiene
La jurisprudencia y la doctrina alema- que la fórmula de la "inconsciencia" es in-
nas, ante un precepto idéntico del Código suficiente para suplir los supuestos que los
de 1871, han afirmado, siguiendo este mis- hechos plantean y en el deseo de dar una
mo orden de ideas que hoy se postula por mayor amplitud a la ley argentina, la ha
dominante entre nosotros, que se trata de interpretado sosteniendo que puede de con-
"una grave perturbación de la conciencia". formidad a la propia construcción del ar-
Se ha dicho así, que no es necesario que se tículo 34, inciso 1', eximirse de pena "a un
trate de un estado de pérdida del conoci- sujeto de personalidad «sicopatológica» que
miento; por el contrario, si existe una fal- se halle preso de una reacción agresiva de
ta total de conocimiento no hay penalmen- vindicación, causante del trastorno mental
te una acción. transitorio que' no le permita dirigir sus
"El estado de perturbación de la con- acciones, aunque sea consciente y compren-
ciencia puede consistir en un estado no mor- da la criminalidad del acto". Funda su
boso (fisiológico) —como el sueño normal— aserto en que si bien la ley exige que las
o morboso (patológico) como un estado tó- alteraciones e insuficiencia de las faculta-
xico o un estado crepuscular epiléptico. Di- des sean morbosas y morbosa significa en-
chos estados pueden ser transitorios o de fermedad, sólo al psiquíatra le es posible
más larga duración. Consideramos estados determinarlas; ya que no sólo es posible
que esta eximente se refiera a alteraciones
(23) Núñez, R., La culpabilidad, pág. 73. morbosas congénitas y duraderas, sino tam-
(30) Mezger, E., Tratado, t. 2, páge. 80 y siga.
(31) Proyecto 1960, ob. clt. Exposición de Mo- bién a las reaccionales y transitorias. En el
tivos, pág. 18, arts. 89 y 90. caso que anotaba, decía: "si se conjuntan
(32) En tal sentido coinciden Jiménez de Asúa, la personalidad «psicopática» (del autor)
Soler y Núñez, ob. cit,
(33) O. C. C., J. A., t. 32, pág. 881; S. C. Tucu- —que la sentencia confiesa probada— y
mán, J. A., t. 67, pág. 620.
(34) Gómez, E., Tratado de Derecho penal, (35) Mezger, E., Derecho penal. "Parte, gene-
t. 1. ral" (libro de estudio), pág. 208.
la reacción por vindicta, nos aparece claro alemán de 1958 (§ 24) («). Entre nosotros,
el trastorno mental de carácter morboso", el profesor Soler la ha introducido por pri-
que no le permite dirigir sus acciones. Y re- mera vez en el proyecto de 1960 (art. 25 y
calca su razonamiento afirmando: "el Códi- nota) («).
go penal argentino no ha unido con la con- El Código de 1922 no ha contemplado ni
junción copulativa «y> el «comprender la expresa, ni implícitamente a la imputabi-
criminalidad del acto» y el «dirigir sus ac- lidad disminuida como eximente de pe-
ciones» sino que los ha separado por la con- na («); tampoco es legítimo decir que se
junción disyuntiva «o»" ise). disminuye la imputabilidad propiamente
Soler cree, también que el trastorno men- dicha cuando el juez adecúa la pena dentro
tal transitorio está comprendido en la ley de un mínimo y un máximo (art. 40 y 41
vigente, pero para "aclarar las dudas y dis- del Cód. penal); lo que ocurre es que sim-
crepancias a que ha dado lugar", lo regla- plemente, es posible que el juez dentro de
menta en el Proyecto de 1960 (»?). Corres- sus facultades disminuya la pena y tal ha
ponde, sin embargo, al Proyecto de Peco de sido en general la orientación de nuestra
1941 el mérito de haberla legislado con ma- jurisprudencia al igual que lo admitió la
yor minuciosidad como causa de inimputa- doctrina alemana antes de la ley de 1933.
bilidad y, además, vinculada3S a la peligro- La doctrina italiana ha sostenido "que el
sidad y sus consecuencias ( ). desequilibrio mental, que no sea una turba-
Establecida su concreción rectora, en cuan- ción profunda de la "psique", puede dar la
to a nuestro ordenamiento vigente y a los manera al juez para aplicar conveniente-
proyectos que se citan, sólo nos queda decir mente la pena, dentro del mínimo y el má-
que este controvertido e interesante proble- ximo, pero no sirve para disminuir la impu-
ma del "trastorno mental transitorio", será tablilidad", cuando la ley se refiere al vizio
desarrollado in extenso en el vocablo corres- parólale di msnti exige que la capacidad sea
pondiente. grandemente disminuida, sin llegar desde
Imputabilidad disminuida. Existe un es- luego a la énagenación. La misma debe
tado intermedio entre la plena imputa- existir en el momento del hecho y a los
bilidad y la inimputabilidad al que los italia- psiquiatras y psicopatólogos corresponde
nos han denominado vizio partíale di mentí determinarla.
y a quien los alemanes llaman la "imputa- Beling sostiene que no hay una disminu-
bilidad disminuida". ción de la imputabilidad sino de la culpa-
El Código italiano, dice: "el que en el bilidad; análogo criterio parece sustentar
momento de cometer el delito estaba, por el proyecto alemán cuando nos habla de
enfermedad, en tal estado mental que le "capacidad disminuida de culpabilidad",
disminuyera grandemente, sin excluirla, la pero esa conclusión no es pacifica, pues se
capacidad de entender o de querer, será sostiene por Magglore que la imputabilidad
responsable dsl delito cometido; pero se le disminuida no disminuye y menos excluye
disminuirá la pena" (art. 89). el dolo, sino que lo que ocurre es que hay
Esta tesis tiene numerosos adversarios, una disminución de la capacidad de querer
sobre todo en los positivistas que la han y entender ( 4 <).
combatido en Italia en el plano médico y La imputabilidad disminuida no excluye
jurídico (»»); sin embargo la opinión pre- la responsabilidad civil en los ordenamien-
dominante la acepta, no sólo en ese país, tos que la contemplan («) y menos en nues-
sino además en Alemania, donde no apare- tro Derecho.
cía reglada por el Código de 1870, y lo fuá El Proyecto Soler, si bien disminuye la
más tarde por la ley del 24 de noviembre pena de los que delinquen por existir una
de 1933 («o) hoy mantenida en el proyecto correlativa disminución de la responsabi-
(33) Jiménez de Asúa, El Criminalista, t. 2, pá-
lidad, atiende muy especialmente a los ca-
ginas 247 y slgs.. 1942. sos en que en el sujeto late una peligrosidad
(37) Proyecto de '1S80, rrt. 24 y nota. que va más allá del valor objetivo del hecho
(38) Peco, J., Proyecto de Código penal, Exp, da cometido, casos en los que dispone medidas
Motivos, págs. 99, 106-110 127, 129-33; en cuanto a
la responsabilidad civil, págs. 164-69. Causa de In-
de seguridad ( 46 ).
imputr.tjiímad (Art. 26), peligrosidad (art. 30, san- JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas.
ción (art. 45), curativa (art. 58).
(39) Para los positivistas se ampararla a los BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
individuos más peligrosos, ya que su base patoló-
gica no permite su readaptación, siendo muy im- (41) Anuario de Derecho Penal v Ciencias So-
probables determinarlos clínicamente. En Argen- ciales, mayo-agOGto 1958, pág. 262, Madrid.
tina se han opuesto al Proyecto Soler: Blarduni, (42) No la contemplaba el Proyecto Coll-Gó-
O. C., "En problema de la imputablUdad disminui- mez, ni el de Peco (1941).
da", en La Ley, 7-10-960, y N. Rojas, en La Prensa, (43) L. L., t. 8 pág. 143; J. A., t. 49, pág. 722.
23-6-961. (44) Magglore, Derecho penal, t. I, pág. 556.
(40) Mezger, E., Criminología, pág. 75; Tratado (45) Arts. 329 y 1308 C. C. C. italiano.
de Derecho psnal, págs. 82 y 377 y slgs. (46) Proyecto 1960. Exp. de Motivos, pag. 18.
IMPUTABILIDAD DISMINUIDA. (V. IM- referida a la unidad de todo un orden nor-
PTJTABILIDAD CRIMINAL.) mativo. Esta operación, bien diversa por
cieto de la anterior, es la que tiene lugar al
IMPUTACIÓN.* En el conocimiento de atribuir a una persona jurídica colectiva
los fenómenos jurídicos la imputación es una (orden jurídico parcial) o al Estado mismo
operación mental consistente en atribuir (orden jurídico total), los actos realizados
una determinada consecuencia jurídica a por uno de sus órganos. Pues tales actos,
un hecho o situación condicionante. en la medida en que se encuentran estatui-
El problema de la imputación ha comen- dos por el ordenamiento jurídico corres-
zado a tematizarse a partir de las inves- pondiente, no tienen como soporte al hom-
tigaciones lógico-jurídicas realizadas por bre que los lleva a cabo, sino a la unidad
Hans Kelsen. En efecto: la teoría normati- integral de aquel orden, que funciona como
va elaborada por este jusfilósofo articúlase sujeto.
fundamentalmente sobre la base de una Esta segunda modalidad de imputación
previa oposición entre el conocimiento cau- ha sido trasladada, por extensión, también
sal, privativo de las ciencias naturales y a la persona jurídica individual, en virtud
el conocimiento normativo, propio del De- de lo cual se habla ya en doctrina de una
recho. Esta oposición resuélvese en defini- imputación personal como función lógica
tiva, en una distinción de funciones signi- consistente en atribuir a un individuo, de-
ficativas entre la ley natural con que opera terminado carácter, estado o situación ju-
el científico de la naturaleza y la norma rídica.
jurídica, con cuyo auxilio el jurista apre- No se advierte hasta qué punto la cons-
hende el material empírico que se ofrece trucción kelseniana de la imputación, en
a su observación. tanto operación distinta de la relación cau-
Del mismo modo que la ley natural, for- sal, ha quedado incólume. Pues el mismo
mulada según el esquema "Si A es, es B", Kelsen parece habe revisto los fundamentos
expresa una relación entre un hecho an- de la estricta separación entre el ser y el
tecedente y otro consecuente al tiempo que deber ser normativo llevada a efecto en su
permite atribuir el efecto (B) a su causa Teoría Pura del Derecho, en ulteriores in-
(A), la ley jurídica, fomulada de acuerdo al vestigaciones como El Origen de la ley de
esquema "Si A es, debe ser B", expresa la causalidad a partir del pincipio de retri-
también una relación entre un hecho ante- bución (i) y Sociedad y Naturaleza (2) en
cedente y otro consecuente y permite impu- las cuales retoma el hilo de las más recien-
tar la-eonsecuencia jurídica juídica (B) a tes teorías metodológico-científicas. que sos-
su condición (A). De este modo, mientras tienen que el principio de causalidad no
la relación táctica expresada por la ley na- significa la forzosa aplicación de un crite-
tural tiene un -sentido causal, la expresada rio de necesidad sino sólo la expresión sin-
por la ley jurídica tiene un sentido nor- tética de un cálculo estadístico en función
mativo. de un coeficiente de posibilidades.
Estas diferencias de sentido aparecen im- Por lo demás, cabe advertir que no sólo en
plicadas, según Kelsen, en las diferentes el campo de la naturaleza opera la catego-
funciones que cumplen los respectivos ría de causalidad; pues también se habla de
conceptos relaciónales o copulativos. Pues causalidad en el ámbito de la cultura —y
la cópula ser representa en la ley natural específicamente, en el de la Historia— don-
la aplicación de un criterio de necesidad, de un hecho del hombre, considerado como
un tener que ser así necesariamente, en efecto, es referido a otro hecho humano
tanto que la cópula debe ser sólo expresa estimado como causa. Claro está que esta
el específico modo con que el jurista rela- particular categoría de causalidad, lejos de
ciona enlaza, con un criterio individua- establecer una correlación entre aconteci-
lizador, una consecuencia jurídica a su con- mientos físicamente causados, generaliza-
dición, conforme a la significación dada ble por vía inductiva, es la resultante de
de antemano por la norma. una compleja correlación de sentidos va-
Pero aparte de esta modalidad de impu- liosos, no generalizable por vía de induc-
tación —denominada periférica—, median- ción (3).
te la cual una situación de hecho es refe- Lo cierto es, sin embargo, que la concep-
rida a otra, el mismo Kelsen descubre una ción kelseniana que sostiene que el deber
nueva en la llamada imputación cental con ser opera, en tanto concepto relacional im-
cuya función una situación de hecho es (1) The Journal o/ Unif'.ed Sciencic, 1939, to-
Tratamlentos de semlimputables no peligrosos (ar- mo 8, páginas G9 y siguientes.
ticulo 85) y peligrosos (art. 86) contempla la sus- (2) Traducción castellana de Society and Na-
titución del internamlento por una pena (art. 87). ture. A Sociological Inquiry, publicada por Ed.
Depalma, Bs. Aires, 1945.
(3) Véase la voz EFECTO, en tomo IX. pági-
* Por el Dr. JUAN CARLOS SMITH. na 654 de esta misma Enciclopedia.
putativo, como categoría lógica-trascenden- IMPUTACIÓN DEL PAGO. (V. PAGO
tal con cuyo auxilio es posible interpretar [IMPUTACIÓN DEL].)
los hechos de conducta, ha dado base a una
extraordinaria proliferación teorética en IMPUTACIÓN NORMATIVA. (V. NORMA
punto a la consideración de las normas co- JURÍDICA.)
mo estructuras de conocimiento. A partir de
entonces distingüese ya, nítidamente, como IMPUTADO.* SUMARIO: I. Concepto y deno-
ocurre en la Teoría Egológica del Derecho, minación: 1) Noción e importancia. 2) Otras
el conocimiento entitativo expresado a tra- locuciones. 3) Imputado. II. Adquisición
de la calidad de imputado, cesación y al-
vés de juicios enunciativos, del conocimien- cance: 1) Momento. 2) Denuncia. 3) Ile-
to normativo representado por juicios im- gitimidad inicial del procedimiento. 4) Su-
putativos o normas, sin que se hayan dado jeto. 5) Cesación. 6) Readquisición. Caso
de extradición. III) Personalidad individual
hasta el presente íundamentos suficientes del imputado: 1) Identidad. 2) Condicio-
que permitan considerar a las proposiciones nes personales. IV) Intervención necesaria.
normativas como verdaderos juicios, es de- V) Condición jurídica: 1) Estado de ino-
cir, como estructuras de pensamiento um- cencia. 2) Libertad e incoercibilidad. 3) De-
rechos y poderes. 4) Deberes. 5) Interven-
versalmente válidas con pretensión de ver- ción en la prueba. 6) Calidad de parte.
dad y capaces, por lo tanto, de estructurar VI. La condición de imputado como garan-
una ciencia. tía de defensa.
Con prescindencia de si la imputación
constituye o no una operación mental esen- I. CONCEPTO Y DENOMINACIÓN
cialmente distinta de la causalidad o si 1) Noción e importancia. En la relación
sólo es una modalidad muy especial de procesal penal uno de los sujetos indispen-
esta, su aplicación resulta particularmente sables que deben integrarla para que el pro-
adecuada y útil en el conocimiento jurídico ceso exista válidamente, es el imputado, pero
si se la considera como mera forma de en- imputado no es sólo el sujeto de esa rela-
lace de dos .o más hechos o circunstancias ción enfrentado a una requisición penal ante
normativamente relacionados. la justicia. Aun antes de que la acción penal
Conforme a la significación más genera- haya sido ejercida, o de que dicha relación
lizada del término corresponde distinguir se constituya, tiene ya ese carácter quien
en la actualidad dos diversas clases de im- simplemente ha sido indicado como supuesto
putación normativa: partícipe de un hecho delictuoso en cual-
a) La imputación de un hecho conse- quier momento de la investigación, enten-
cuente a otro antecedente, y b) la imputa- diendo por tal, cualquier acto o serie de
ción de un carácter o situación jurídica a actos cumplidos por los órganos penalmente
un sujeto (individual o colectivo). predispuestos y tendientes a la averigua-
En el primer caso se tata de la referencia ción de un hipotético delito.
o correlación de una consecuencia jurídica Imputado es, entonces, el perseguido pe-
a su respectiva condición (la prestación es nalmente, y si conforme a la Constitución
imputada a la situación de hecho que la y a las leyes de procedimiento, los derechos
origina y hace exigible; el acto coactivo es y garantías de defensa se deben conceder
imputado a la ilicitud). En el segundo caso y asegurar a quien afronta esa situación
se trata de la atribución a un sujeto indi- —inviolabilidad de la defensa en juicio—
vidual o colectivo de una determinación o es obvio que para una recta interpretación
estado que lo caracteriza jurídicamente (una del alcance de los mismos, estos se deben
posibilidad o un conjunto de posibilidades extender no sólo a quien ha sido procesado
de acción es imputada al sujeto facultado; (lo que requiere un pronunciamiento juris-
o bien, una o varias acciones exigibles son diccional afirmativo) o acusado (lo que su-
imputadas al sujeto obligado). pone normalmente, salvo el caso de quere-
Pero tanto la imputación de un hecho a lla por delito de acción privada, una requi-
otro, como la imputación de un carácter sitoria que apoye en una instrucción ya
a un sujeto no aparecen en el proceso del realizada que le dé fundamento), sino a
conocimiento jurídico como operaciones todo ciudadano que, en cualquier momento
mentales impuestas por el propio curso de de la investigación y aun antes de la efectiva
los acontecimientos sino que están, con- constitución del proceso, sea señalado como
forme a lo dicho, preordenados a priori por sospechoso de ser autor o partícipe de un
las normas mismas que son, en definitiva, delito, y objeto, por consecuencia, de perse-
las que confieren a los individuos y a sus cución penal. A quien se encuentra en esa
actos un cierto y específico sentido jurídico, situación atribuímos la condición jurídica
caracterizando a aquellos como facultados de imputado, y consiguientemente, las ga-
o como obligados y a estos, como lícitos o
ilícitos, como debidos o no debidos. ,
BIBLIOGRAFÍA. — La citada en el texto y notas. * Por el Dr. FERNANDO DE LA RÚA.
rantías, derechos y deberes que son propios ble, la persona ya sometida a juzgamiento;
a ella. prevenido, el sujeto a una prevención su-
De ahí la importancia que tiene la deno- maria, y la voz reo, empleada por el Código
minación con que se designe al sujeto per- italiano en ocasiones, aparte de constituir
seguido penalmente y la determinación de un resabio de épocas en que el imputado era
su concepto, porque según sea la conclu- objetoB de persecución y no sujeto de dere-
sión que se obtenga se circunscribirá técni- chos ( ) 8, no es tampoco suficientemente
camente el alcance de las garantías estable- precisa ( ).
cidas para la defensa, y sobre todo la opor- 3) Imputado. No obstante la sinonimia
tunidad de su vigencia. que puede atribuirse a estas locuciones con
2) Oirás locuciones. El vocablo procesa- la de imputado (algunas de ellas han sidc-
do (i) no traduce, en efecto, con la debida empleadas con ese contenido por la legisla-
amplitud, la persona a quien le deben ser ción italiana), es evidente que sólo com-
acordadas esas garantías, desde que solo prenden aspectos o situaciones parciales,
tiene esa calidad quien está sometido efec- por lo que la expresión más exacta resulta
tivamente a proceso, lo cual supone un acto ser esta última.
jurisdiccional declarativo de su probable No podrá decirse, en consecuencia, que
culpabilidad. Pero el detenido o aun el sim- sea el imputado "la persona sujeta, 1a los
plemente indagado, ¿no debe estar, acaso fines de su castigo, al juicio penal" í. *), ni
también, asegurado por esas garantías y que lo. sea sólo "el sujeto de la relación pro-
dotado de los medios de hacerlas efectivas? cesal contra quien se procede penalmen-
La voz acusado (2) tampoco es eficaz; y te" (*), sino que lo será, con más amplitud,
si bien la expresión vulgar trasunta un sen- todo aquel que haya sido detenido, citado,
tido amplio, es lo cierto que en el lenguaje señalado o indicado como tal en cualquier
técnico jurídico es sólo aquel contra quien acto inicial de la investigación o del proce-
se ha formulado una acusación emanada dimiento (») con las aclaraciones que for-
del órgano requirente (Ministerio Fiscal o mularemos más adelante.
querellante) (3). Pero para llegar a esa Y extendiendo así, con la fuerza defini-
acusación y determinar en la persona el toria de la expresión, las garantías legales
status de "acusado", son necesarios (o pue- de defensa a todo el que revista tal calidad,
den serlo) una serie de actos previos du- se asegura la observancia del precepto cons-
rante cuyo transcurso y cumplimiento no es titucional, con la amplitud que el mismo
posible privar de calidad jurídica asegura- exige y supone.
dora del derecho de defensa, a quien debe La moderna legislación procesal penal del
soportarlos (*). país establece, siguiendo ese criterio, que
Tampoco las expresiones inquirido, preve- "los derechos que" se acuerdan "al imputa-
nido, justificable o reo son certeras. Inqui- do podrán hacerlos valer, hasta la termi-
rido será el indagado, el interrogado respec- nación de la causa, la persona contra la
to a un hecho, incluso el testigo; justicia- cual se ha decretado el procesamiento o la
que ha sido en tal carácter citada, detenida
(1) Código Nacional, arts. 8', 9' y slgs., y legis-
laciones que lo siguen. Jiménez Asenjo, E., Dere- (5) Gelrechén Zacharias, citado por Schmidt, E ,
cho procesal penal, págs. 149 y 150, Madrid, s/í., en Los fundamentos teóricos y constitucionales dsl
luego de Incurrir en el error de considerar como Derecho procesal penal, trad. de José Manuel Nú-
"parte" —sentido sustancial— al imputado, di- fiez, pág. 66. Bs. Aires, 1957, se refiere a la "tau
ciendo que "son partes pasivas principales las que humillante situación del reo".
sólo pueden ser acusadas como responsables... de (6) Florián, E., op. cit., pág. 89.
un delito", agrega: "El concepto procesal de parte (7) Carnelutti, F., Lecciones sobre el proceso
no se encuentra agotado, sin embargo, con la pre- penal, trad. de Sentís Melendo. t. 1, pág. 195, Bs.
cedente conclusión, sino que es preciso, ademas, Aires, 1850. Su definición es inaceptable: la pev-
que se haya dictado contra ellas «auto de procesa- sona imputada, ni aún la ya sometida a Juicio, ro
miento», que es el acto jurídico que, aparte, de lo es necesariamente para su castigo, sino para
otros, posee la virtualidad de transformar al in- investigar su inocencia o su culpa, con la ínter-
culpado en parte procesal, con todos los derechos relaclón de su actividad defensiva, por lo que es
(¡recién!) que la ley le concede". mas propio concebir la calidad de imputado como
(2) Código de la provincia de Buenos Aires. garantía de defensa que como condición determi-
(3) En el Derecho'romano, acusado era la per- nadora de sanción; por otra parte, no es imputado
sona sujeta a una acción penal. Ese es el- sentido solamente el sometido a juicio, sino también el que
que debe darse al vocablo, aunque agregando que es inicialmenie investigado como sospechoso. De
la acción debe haber sido efectivamente ejercida. este concepto equivocado, extrae Carnelutti una
Florián define al acusado como aquel contra quien inadecuada distinción entre imputado y cuasi im-
se ejercita la acción penal (Florián, E., Elementos putado e imputado propio e impropio.
de Derecho procesal penal, trad. de L. Prieto Cas- (8) Manzini, V., Tratado de Derecho procesal
tro, pág. 89, Barcelona, 1934). penal, trad. de Sentís Melendo y Ayerra Redín, II,
(4) Plorián, ob. clt., pág. clt., se refiere al acu- pág. 381. Véase también lo que decimos en nota 36.
sado, pero al desarrollar la noción parece cambiar (9) En este sentido, Vélez Marlconde, A., Estu-
el concepto, dando a la voz acusado el contenido dios de Derecho procesal penal, n, pág. 129, Cór-
que tiene la de imputado. doba, 1956.
o indicada en la denuncia, en la querella o tal carácter del mencionado, o su detención,
en la requisitoria" (10). o su indagación, o que sean pasados al mi-
nisterio fiscal o juez competente, los ante-
n. ADQUISICIÓN DE LA CALIDAD DE IMPUTADO, cedentes del caso.
CESACIÓN Y ALCANCE
Pero como no puede depender de la sola
1) Momento. Conforme a lo expuesto, la voluntad del juez el acordar o no hasta
calidad de imputado puede adquirirse des- cierto momento las garantías, haciendo que
de el primer momento de la investigación, ello se subordine al dictado de un proveído
por parte de la persona que resulta men- que tendría mero valor formalista, es me-
cionada en ella como sospechosa. No es nester procurar un criterio de solución ob-
tarea sencilla, sin embargo, la determinación jetivo: el mencionado será imputado cuan-
de un criterio objetivo y certero para seña- do a su indicación de probable autoría, se
lar, en cada caso, el momento inicial de'la sume una investigación (o la iniciación de
adquisición de esa calidad. Procuraremos, ella) girando en su torno; más ampliamen-
no obstante ello, desentrañar del análisis de te, un procedimiento —que en definitiva se
algunas situaciones particulares, una regla resuelve en investigación—, dirigido a su
práctica que sirva a los fines aludidos. persona. Si el juez desatiende o desecha la
Debe tratarse, en primer lugar, de una versión del testigo, y no encamina respecto
indicación de probable autoría hecha en la al mencionado por éste investigación ni
investigación penal, cumplida ante los ór- procedimiento alguno, el mismo no adqui-
ganos penalmente predispuestos; no es rirá la calidad de imputado.
necesario, empero, que sea mencionada por Tampoco el hecho de que una persona se
constancia formal y escrita, que puede no presente espontáneamente a la autoridad
existir, siendo bastante la realización de un confesándose autora del delito, le hará ad-
acto objetivo que implique la sospecha oficial quirir dicha calidad, aunque su confesión
o determine una coerción investigadora (co- pueda ya configurar la mención imputativa.
mo en el caso de la detención o citación), Ese podría ser un medio para después abs-
por lo que es más adecuado hablar de indi- tenerse de declarar algún testigo fundamen-
cación o señalamiento, que de mención, tal. Quien al deponer como testigo se dice
voz a la que asignamos ese sentido, atribu- autor del hecho, sin serlo, cometerá delito
yendo a todas el valor de sospecha. de falso testimonio. Si por la falsa autoría
Ahora bien: si una persona, v. gr., mani- que a sí mismo se atribuye, se convirtiera
festando sentirse investigada, pero sin ha- sin más en imputado, ya no habría podido
ber sido mencionada en las actuaciones, se cometer delito de falsedad, porque no se le
presenta ante la autoridad a fin de inter- pudo tomar declaración bajo juramento (")".
venir en ellas, no por eso sólo adquirirá la No basta, en consecuencia, la sola men-
calidad de imputado. Lo contrario signifi- ción: es necesaria la imputación, que ha de
caría extender al infinito la posibilidad de ser oficial, y que existirá cuando exicta un
que extraños se hicieran parte en el proce- acto de investigación o, mejor, de procedi-
so, y se crearía el riesgo de convertir a los miento, dirigido por la autoridad penal con-
tribunales jurisdiccionales en tribunales de tra una persona, como sospechosa de auto-
honor. ría delictual. No es preciso, sin embargo,
El caso es similar al de una persona que que la investigación se realice efectivamen-
en una declaración testimonial cualquiera, te: basta que sea ordenada, como cuando
del sumario o del juicio, sea mencionada el tribunal ante el cual se formula la men-
como autora del hecho por el testigo; no por ción imputativa, ordena pasar los antece-
eso sólo adquirirá la calidad de imputado. dentes al Ministerio fiscal o juez compe-
Es necesario, en este caso, que el juez recoja tente. Por eso, mejor que hablar de inves-
la atribución particular y la convierta en tigación, resulta ser más exacto referirse
sospecha oficial, ordenando la citación en a un procedimiento dirigido contra la per-
sona que ha sido mencionada.
(10) Córdoba art. 68. Similar: Mendoza, art. 68, En conclusión de lo expuesto, el criterio
pero éste se refiere al "detenido o Indicado como
participe de una Infracción penal en cualquier acto más cercano a la solución deseada, resulta
del proceso". No obstante que a la voz "proceso" ser el que atiende al origen y dirección del
se le asigna un sentido amplio en la nota, el apar- acto en base al cual se debe decidir si existe
tamiento del articulo de su fuente (Córdoba, ar- o no imputación. La declaración del testigo
tículo citado), en la forma adoptada es inJustifi-
cado y desfavorable, aunque sea plausible el in-
tento de evitar el sistema enumerativo de los actos (11) Pero si el Juez resolvió después tomarle
que hacen adquirir la calidad de imputado. Mas indagatoria, lo que implica imputarlo, la declara-
exacto el Proyecto de C. P. P. para la Capital del ción prestada como testigo será nula, y el allí se
Instituto de Derecho Procesal Penal de la Facultad produjo con falsedad, no se le podrá culpar por
<le Derecho de Córdoba, art. 68, que usa "procedi- silo, aun cuando después sea sobreseído. 81 asi
miento" en lugar de "proceso" (Cuadernos, Bole- ocurre, declarará nuevamente, después, como tes-
tín I, 1958). tigo, y allí sí bajo las penas previstas por la ley.
que acusa, está dirigida al juez, no a quien antes la calidad de imputado fue favorecida
resulta acusado por él; la propia mención por el efecto extensivo del perdón en los
imputativa de quien se declara autor falsa- delitos de acción privada, o cuando se pro-
mente, también al juez se dirige; pero la cede en ause'ncia de instancia previa en de-
orden del tribunal de que una persona com- lito de acción dependiente de ella, etcétera.
parezca a su presencia, o de que los antece- La condición de imputado, concebida co-
dentes sean pasados al Ministerio público a mo garantía de defensa (sobre lo que vol-
los fines de la requisitoria, o la averigua- veremos más adelante) permitirá a quien
ción realizada respecto a una persona, con la tenga el ejercicio de sus derechos y la
vinculación al hecho investigado, ya se di- consecuente propugnación de nulidad de lo
rigen, en cambio, a quien es sospechado y actuado.
señalado como autor del delito, y que, por 4) Sujeto. Para asumir la calidad de im-
ser destinatario de esa actividad del órga- putado debe tratarse de una persona fkica
no penal, adquirirá la calidad de imputado viva, de un individuo humano, con lo que
y tendrá derecho, desde ese momento, a que se descartan las personas jurídicas, los
le sean reconocidos los derechos que como muertos y los animales O3). No es necesario
tal le competen. la capacidad de entender, querer y obrar
Será pues imputado, la persona señalada . válidamente (") porque la incapacidad de
en las actuaciones cumplidas ante o por los ejercicio o insuficiencia de condiciones psí-
órganos penalmente predispuestos, como sos- quicas sólo impedirá, en su caso, el pleno
pechosa de ser autora de un hipotético de- ejercicio de los derechos que emanan de la
lito, contra la cual, y por ese motivo, se condición de imputado, pero no la asunción
dirija un acto de procedimiento o de inves- de la titularidad de los mismos (i 5 ) que,
tigación penal (12). por lo contrario, imponen o la suspensión
2) Denuncia. La denuncia es un caso del procedimiento o que se provea a la in-
especial, porque la misma es un acto que tegración de la persona del incapaz de
suministra la mención imputativa y provoca obrar.
la inmediata investigación, iniciándola. En De la misma manera, quien es citado o
el Código nacional y los que lo siguen, es investigado, no por estar ausente de la
un modo de iniciar el sumario y promover causa deja de adquirir la calidad de impu-
la acción (C. PP. FF. arts. 155 y 179 inc. 1"). tado. Su presencia le será impuesta como
En Córdoba determina una inexcusable y un deber (sometimiento a la jurisdicción)
concreta actividad del juez, del fiscal o de y será necesaria para que ejercite sus dere-
la policía (arts. 186, 187 y 188) imponién- chos y pueda el procedimiento, al menos en
doles la realización inmediata de actos pro- la etapa del juicio, realizarse válidamente,
cesales o de diligencias de investigación que todo lo cual emana, precisamente, de esa
se dirigen a la averiguación y resolución de condición.
la situación del denunciado. Por eso no es Para que una persona asuma la calidad
exacto lo que se ha sostenido alguna vez, de imputado no es necesario, entonces, que
de que el denunciado no es imputado, sino esté presente en el proceso, aunque sí para
sólo una persona respecto a la cual, las ga- que la relación procesal se perfeccione vá-
rantías y derechos de éste son extendidos lidamente (véase nota 36). Basta, para
por la ley: será imputado en virtud de la aquello, que haya sido indicado en la in-
denuncia, aunque la misma sea después vestigación como sospechoso del delito, y
desestimada. Es el caso de concurrencia de que el procedimiento se dirija en su contra
mención imputativa e investigación simple- (aun cuando no lo alcance in cor por e ) . Por
mente ordenada; esa investigación o pro- eso el imputado ausente, incluso el fugado,
cedimiento resulta dispuesto así, por la ex- no puede ser condenado en rebeldía. No
presa disposición de la ley. podría así ejercer su defensa, y esta es con-
3) Ilegitimidad inicial del procedimiento. cedida, como garantía formal y sustancial,
Debemos agregar que la ilegitimidad ini-
cial del procedimiento no impide adquirir la (13) Víanse al respecto Interesantes referenc'as
calidad de imputado, como cuando se pro- en Manzlnl, V.. op. cit., t. 2, págs. 394 y sigs. y bi-
bliografía allí citada. En nota 51, pág. 44. t. 2,
cede contra un legislador sin previo des- alude al problema de los hermanos siameses.
afuero, o contra un juez sin destitución, (14) Como lo exige Vélez Marlconde, Estudios
o contra una persona que sin haber tenido cit., U. pág. 135.
(15) Es lo que dice Fenech, M., El proceso...
(12) No está lejos lo expuesto de la Idea con- cit., 64, 81: "Incluso el absolutamente Inimputa-
cisaraente esbozada por Pcnech, cuando toma co- ble puede realizar actos procesales válidos, como
mo base p«ra considerar imputada a una persona, son todos aquellos que conduzcan a poner de re-
fuera cíe su detención o citación, que "se realice lieve su Inlmputabllldad genérica". Aunque luego
cualquier otro acto procesal que Implique el que aílrma que "DO pueden ser imputados... los me-
se considere sospechosa a una persona de haber nores de 16 años... en el momento de la comisión
realizado un hipotético delito" (Fenech. M.. El pro- del delito", lo que está en contradicción con lo
cero penal, pág. 83, n. 65, Barcelona. 1656). anterior.
al imputado, a quien rio basta concebirlo persona investigada —o sometida a juicio,
como sujeto de derecho, sino también como como dice Carnelutti— (21) para lo que se
sujeto en condiciones de ejercerlo (i«). hace necesario su individualización.
5) Cesación. La calidad de imputado ce- Esa individualización puede hacerse, pri-
sa por los actos que ponen término al pro- meramente, mediante el nombre, pero éste,
ceso, como la sentencia y el sobreseimiento, así como los demás datos personales del
aun cuando la representación de los defen- sujeto, comunmente llamados sus generales
sores no termine por haber recaído sen- o generalidades t 22 ), pueden no ser suficien-
tencia condenatoria (CSN, Fallos 212, 361). tes. La homonimia, generadora de error, o
No es necesario que se trate de una resolu- la inexactitud de las referencias de que se
ción jurisdiccional que impida volver even- disponga, v. gr., pueden hacer preciso una
tualmente sobre el mismo asunto (non bis más amplia averiguación que alcance el
in ídem), ya que también la desestimación grado de suficiencia requerido. Y ello, por
de la denuncia la hace cesar. Pero debe tra- cuanto es fundamental individualizar a la
tarse de una resolución firme. La muerte persona física contra quien se procede pe-
del sujeto no importa tanto perder la cali- nalmente, con posibilidad de diferenciarla
dad o capacidad de imputado (i?), como la de otra cualquiera y poder determinar luego
desaparición misma del sujeto de la rela- sus condiciones personales en cuanto a su
ción procesal. El sobreseimiento provisional pasado penal y aun personal, sin que a ve-
(C. PP. FF. arts. 435 y 436 2* parte) no de- ces .sea bastante para lograrlo la sola acu-
termina la cesación, porque el sujeto queda mulación de los elementos nominales de
ligado indefinidamente al proceso (i«). identificación.
6) Readquisición. Caso de extradición. El Estos elementos, por otra parte, no son
recurso de revisión hace renacer la calidad decisivos ni imprescindibles, y el error que
de imputado (19) aunque no en el caso de sobre ellos pueda recaer o la imposibilidad
que se intentara para rehabilitar la memo- de procurarlos, no paralizara ni afectará el
ria del condenado muerto (Córdoba, art. 521 desarrollo de la causa. Lo fundamental es
inc. 2") porque en ese supuesto los derechos la individualización del sujeto: el posible
de parte corresponden, no ya a un imputa- error en el nombre o el que pueda recaer
do, sino a un defensor o curador de esa sobre la referencia de sus generalidades, es
memoria. rectificable en cualquier momento, no al-
Pero la calidad de imputado se readquie- tera el curso del procedimiento y carece de
re no sólo cuando se interpone un recurso relevancia cuando se pueda señalar distin-
de revisión, sino también cuando se reini- tamente al individuo contra quien se pro-
cia o reabre aun indebidamente un pro- cede con la certeza de que es ese contra
ceso, v. gr., cuando por haber cosa juzgada quien se quiere proceder (23).
se haya de violar la garantía del non bis in El proceso se constituye contra la persona
ídem. Quien así resulte objeto de segunda y no contra su nombre (Longhi) o, en otras
persecución penal, ejercitando sus derechos palabras, se juzga a un hombre, no a un
podrá impugnar el procedimiento. nombre. De ahí la importancia técnica de
Diremos, finalmente, que también tiene la distinción entre identificación nominal e
la calidad de imputado el requerido de ex- identidad física. Esta supone la certeza de
tradición (20), sea por país extranjero o procederse contra quien efectivamente se
por las- autoridades de otra provincia, por quiere proceder y de la exacta dirección del
lo que tendrá derecho a nombrar defensor proceso contra el sujeto verdaderamente
y a ser escuchado. sospechado e investigado, es decir, imputa-
do. El nombre, o los datos sobre las circuns-
III. PERSONALIDAD INDIVIDUAL DEL IMPUTADO tancias generales, son sólo un medio para
1) Identidad. Como hemos visto, el im- individualizar a la persona contra quien se
putado debe ser una persona física viva, está procediendo. Valioso y estimable, por
lo que nos enfrenta al problema de la coin- cierto, pero no el único ni indispensable.
cidencia entre la persona indicada y la Por eso, siempre que exista duda al res-
pecto (2*) el instructor debe procurar los
(16) Se hiv dicho con razón que la ausencia
constituye un impedimento a la tramitación de la (21) Carnelutti, F., op. cit., I, pág. 196.
acción penal (Lowe Bosenmberg, paga. 4-9, citado (22) Por "generales" o generalidades de una
por Schmldt, K., Los fundamentos... clt., pág. 95). persona se entienden: su nombre, apellido, apodo
(17) Fenech, M., El proceso... clt., pág. 81, en su caso, datos de filiación, lugar y fecha de na-
n. 64. cimiento, domicilio y residencia, actual y anterio-
(18) En contra, al parecer, Fenech, M., op. cit., res, estado, arte, profesión u oficio, etc.
C5, 83. (23) En el sentido del texto, Manzinl, V., op.
(19) Manzinl, V., op. cít., II, págs. 383 y 415; cit., II, pág. 386.
Penech, M., op. cit., pág. 83, n. 65. (24) Por lo que la averiguación es facultativa,
(20) Vélez Marlconde, A., op. cit., H, pág. 134; no obligatoria. Salvo, por cierto, la obligación ge-
Manzinl, V., op. cit., II, pág. 383. nérica Impuesta al Juez de averiguar la verdad.
elementos que sirvan como indicación su- Es llegada la hora de pensar que se juzga
ficiente y bastante para distinguir a la per- a un hombre, a un ser de cuerpo y alma, que
sona imputada de cualquier otra (25). Para se sienta frente al estrado del tribunal, coa,
ello debe acudir, en primer lugar, a los da- el cúmulo de sus pasiones, de su vida, de su
tos que el mismo imputado suministra, para drama. Que mira y observa con ansiedad
verificar comparativamente su exacti- o indiferencia la sucesión de las pruebas
tud ( 2 «); a las señas particulares del suje- que se acumulan en su contra, o que sufre
to (27); al reconocimiento por testigos, por con horror su inocencia negada. El proble-
fotografías o en rueda de presos; a la iden- ma no se supera con esa previsión de la ley
tificación dactiloscópica ( 28 ) o a cualquier penal ni con el solo examen psiquiátrico qu,e
otro método aconsejado por la ciencia o la determina el Código para Córdoba (art. 73)
práctica, con la sola limitación de que no y los que lo siguen, para los sujetos acusa-
resulte vejatorio, contrario a la moral, bue- dos de delitos reprimidos con penas de diez
nas costumbres u orden público (moralidad años o más, según lo aconsejado por el
de la prueba). Congreso Penitenciario Argentino de 1914.
La identificación tendrá, en cada caso, la La averiguación, impuesta por la ley y
naturaleza jurídica del acto mediante el exigida por la necesidad de justicia penal,
cual se practique, esto es, pericial, testimo- no se puede agotar sino por la inmediación,
nial, informativa, o la propia de la combi- a través del juicio oral; y durante la ins-
nación de algunos de ellos, según el caso (29). trucción, mediante la preocupación cons-
2) Condiciones personales. Pero si para tante del juez dirigida a conocer la per-
la exacta determinación de la relación pro- sonalidad del sometido a proceso. Una ver-
cesal es necesaria la identificación indivi- dadera justicia no se logra si el juzgador
dualizadora del imputado, no lo es menos desconoce esa personalidad del hombre que
que para cumplir plenamente el fin especí- tiene frente a sí, y de ahí la necesidad de
fico del proceso (averiguación de la verdad que el juez, mediante frecuentes contactos
real, subjetiva y objetiva, respecto al hecho, con el imputado, viéndolo de cerca y no
y actuación consecuente de la ley penal) fugazmente, se ponga en situación de co-
es menester lograr, además, el conocimien- nocerlo bien: de conocerlo posiblemente
to del sujeto mediante la determinación de intus et in cute ( 31 ).
sus condiciones personales, reveladoras de Es ese el drama del procedimiento escrito,
su pasado penal. Esto es, lo que se refiere en que el juez condena a un nombre luego
a sus antecedentes, moralidad, conducta de cálculos y apreciaciones frías de actas
anterior, medios de vida; a sus condiciones que generalmente traducen may la realidad
intelectuales y familiares; capacidad para justiciable. Es necesario la presencia viva
comprender la criminalidad del acto, adap- del sujeto y la acumulación de los ante-
tación al medio, y todos los otros elementos cedentes e informaciones que lo revelan en
que sirvan para valorar su personalidad. su circunstancia, es decir, en su vida. Para
Su investigación está impuesta —así como juzgar no es suficiente determinar cuál es,
el conocimiento directo y de visu del impu- sino que es preciso saber quién es el im-
tado por parte del juez— por el artículo 41 putado.
del Código penal y exigida también por la
mayoría de las leyes procesales ( 3< >). IV. INTERVENCIÓN NECESARIA
Hemos dicho que el imputado es un suje-
(25) Carnelutti, F., op. cít., I, pág. 199. to esencial de la relación procesal. Su inter-
(26) Puede tener trascendencia, v. gr., la veri-
ficación del domicilio que el imputado suministre, vención en el proceso, por consiguiente, "es
ante la norma que prohibe la excarcelación a quie- tan imprescindible como para superar su
nes carezcan de él (Córdoba, art. 346, inc. 3»), o de propia voluntad, porque la justicia no se
la edad, por la influencia que la misma ejerce en
el proceso, en caso de minoridad (inlmputabilidad,
puede discernir sin su presencia" ( 3 2 ).
integración de la persona del inc?.pazí o senectud El proceso penal que, concebido como ins-
(prisión domiciliaria para delitos leves). titución contiene la idea común objetiva
(27) Es interesante y de gran importancia en de la actuación de la ley sustantiva, requie-
esta aspecto,. el método descriptivo de Bertillón, re, para que esa actuación pueda ser efecti-
frecuentemente utilizado por la policía científica.
Véanse referencias en Jiménez Asenjo, E., op. cit., va y justa, la presencia de una persona res-
I, pég. 474. pecto a la cual, y en virtud de un hecho a
(28) Método ideado por Vucetich y que, como ella atribuido, se realice dicha actuación.
es sabido, se basa en la inmutabilidad, perennidad
y variedad de las impresiones digiltales. Medio de clon), moralidad, criminalidad, estado mental y
identificación impuesto obligatoriamente en el país discernimiento.
por ley 11.752 (Registro Nacional de Reincidencia (31) Finzi M.. "El imputado visto de Jejos".
y Estadística criminal y Carcelaria). en Revista de Derecho Procesal, año 1, Ser. trimes-
(29) Véase Jiménez Asenjo, E., op. cit. I pá- tre 1943, núm. 3. Véanse las interesantes experien-
gina 471. " cias recogidas en este trabajo.
(30) La ley española exige la investigación de (32) Vé'ez Mcriconde, A., Estudios... cit.. II .
la edad (elemento más propio de la individualiza- pí.g. 154.
La inexcusabilidad de esa presencia se La ausencia del imputado no paraliza i-i
funda en el carácter de sujeto esencial de curso de la instrucción o sumario (Cba, 72
dicha relación que el imputado reviste y es- y 168; Nac. 150), pero su presencia es nece-
tá impuesta por la naturaleza pública del saria para que pueda concluir válidamente
proceso y la necesidad constitucional de desde que supone, por lo menos, su indaga-
efectiva vigencia de los principios de ino- ción y el eventual procesamiento o sobresei-
cencia y de inviolabilidad de la defensa. miento en su caso (»?) para posibilitar la
Por otra parte, responde a un doble obje- acusación que dará base al juicio, o impe-
tivo: sometimiento material del imputado dirlo.
al poder jurisdiccional y ejercicio positivo Si su presencia es necesaria para la vá-
del derecho de defensa en juicio (33). sin lo lida conclusión del sumario, cuanto más lo
primero, cualquier declaración seria abs- será en la etapa del juicio, que supone la
tracta y la eventual condena irrealizable; total discusión de los sujetos procesales, con
sin lo segundo, cualquier declaración seria facultades de amplio contralor de la prueba,
formalmente injusta e inválida. Es por eso y el pleno ejercicio del derecho de defensa.
que las leyes procesales determinan los me- Por eso es que nuestra legislación, al igual
dios de asegurar la presencia del imputado que la española, no admite el juicio penal
en el proceso, estableciendo su deber de en rebeldia (Cba. 162, Nac. 150, 2a parte y
comparecer ante el tribunal, reglando la 151) apartándose asi de la italiana que lo
prisión preventiva que encuentra aquí su consiente en renunciamiento a las más sa-
principal fundamento, estatuyendo la revo- bias y prudentes enseñanzas de la doctrina
catoria de la excarcelación para el rebelde, y de la historia (»»).
los límites en que esta puede concederse y Lo expuesto no significa que, en las pro-
gozarse, y la prohibición de juicio en au- vincias donde rige el juicio oral, la presen-
sencia del imputado. cia del imputado en la sala sea obligatoria
Esa presencia de que hablamos no debe diirante el desarrollo de la audiencia. Si no
ser sólo física, en el sentido de mero some- puede ser obligado a declarar ni sometido a
timiento del sujeto al poder jurisdiccional. coacciones, tampoco se le puede imponer su
Debe ser también moral, desde el punto de asistencia al debate. La misma sólo podrá
vista de la capacidad de actuar del mismo ¿••crie exigida cuando deba practicarse un
y, consecuentemente, de ejercitar los dere- reconocimiento o, más generalmente, cuan-
chos que le competen. De allí las normas do su persona deba ser objeto de prueba
que determinan la suspensión del procedi- (Cba., 396); y también, para que manifieste
miento en caso de demencia sobrevinien- al menos su formal negativa a estar en la
te i» 4 ) y la integración de la persona del audiencia y declarar < :f '-'>.
incapaz (™).
Durante la instrucción, es cierto que en los V. CONDICIÓN JURÍDICA
primeros momentos puede el imputado no 1) Estado de inocencia. Mientras no sea
estar aún individualizado; pero no lo es me- condenado por sentencia firme el imputado
nos que hasta tanto no lo haya sido, y esté
ya presente en el proceso, la relación proce- otros entendemos que s'n Individualización del im-
sal —relación jurídica entre sujetos 3de de- putado (Vélez Mariconde) o con la sola noticia de-
recho— no se habrá perfeccionado ( «). esa individualización (Maozini), no se excluye u::
procedimiento y, en todo caso. la relr.cióu ci'>ie pue-
(33) Fenech, M.. en El proceso... clt., pág. 83, de mediar entre el fiscal y el Jusz y eventualmentp
n. 67, la Justifica por estas dos razones: a) asegu- el actor civü. Petp para que la relación procesal
rar el cumplimiento de los fines del proceso (actos penal se perleccione. exigimos la presencia del im-
coercitivos); b) como sujeto de un eficacísimo me- putado, porque aquélla es una relación juridicíi
dio de prueba. Esto último está supuesto en lo entre sujetos de Derecho, que deben estar en con-
primero: y se olvida de la necesidad de que la de- diciones subjetivas y objetivas de poderlos ejercer,
fensa sea efectiva. (37) Que debe recaer sobre pcrs^nrx detsrmi-
(34) Córdoba, art. 72: "... sin perjuicio de que nnda. sin w.e sea admisible el sobir-cimicnto de lñ
se averigüe el hecho y prosiga la causa contra los causa o formal.
coprocesaclos". (38) Ello ha dado lui$p.r a que, en reiteradas
¡35) De'oen contarse entre ellos, aunque la ley oportunidades, la Corte Supscma Nacional regara
formal rio los mencione, los sordomudos que r.o Ir. extradición de requeridos q'.;e h n b f a i 1 sMo yii
senr.h darse a entender por escrito, a que alude el j'i7^:>dns en Italia en rebeldía, precisamente por
C-id. civil, art. 54, inc. 4". por dfottos procesos írrevísibles y no haber permi-
(36) Véase Vélez Marlconde, A., Estudios. .. tido la ausencia una adecuada deíeusu. Véanse, cu-
c't., II, paj. 155, quien afirma que "la relación tí e otros. J. A.. 1950-IV, pftg. 805.
procesar puede constituirse válidamente sin isi in- (29) Así debe -entenderse el párrafo de Vílez
tervención del Imputado". Manzini, V., op. cií.. Mp.rironde, A.- en Estudio*... c;t., II, pá¡?. 157.
II, págs. 384 y slgs., enseña que la constitución de cuando dice: "si asiste a la audiencia, su indaga-
la relación procesal penal presupone en todo caso toria es ineludible", ya que ésta también es Ine'iu-
que la acción penal se dirija contra una determi- r)lb!e «un para el caso de que no.asista. No ots-
nada persona, y para la perfecta constitución de tante la voluntad del imputado de no permanecer
la misma exige la "noticia de que se sospecha que PII la sila durante e! debate, debe hacérsele saber
una persona individualizada... sea autora..." Nos- que puede declarar o abstenerse de hacerlo y de-
tiene la condición jurídica definida por la ciertos presupuestos, el derecho a la liber-
mas exacta doctrina como estado de ino- tad personal que sólo en determinados a.>-
cencia, el que ampara a todo ciudadano, y pectos y condiciones puede serle restringi-
se funda en el principio constitucional se- da. Esto es, en la medida exclusiva daca
gún el cual nadie puede ser considerado por la necesidad de aseguración de los fi-
culpable mientras una sentencia firme no nes del proceso, y por los medios de coerción
lo declare tal (Const. Nac., art. 18). normativamente reglados como recaudos ex-
Esa es la expresión del llamado principio cepcionales y por lo tanto de interpretación
de inocencia, cuyo origen radica en la "De- restrictiva (v. gr., presión preventiva, suje-
claración de los Derechos del Hombre y del ción del imputado como objeto de prueba,
Ciudadano", formulada por la asamblea etc.).
francesa de 1789. que estableció (art. IX) Por lo demás, queda absolutamente li-
que debía presumirse inocente a todo hom- bre de menoscabo su libertad de resolución
bre hasta que haya sido declarado culpable. y de manifestar su voluntad en todo lo que
Locución ésta —la de presunción— que al se refiere a su posición respecto al objeto de!
ser seguida inadvertidamente por los auto- proceso mismo H-O, de lo que no puede ser
res O") ha llevado a la negación del prin- privado, incluso y sobre todo en lo que to-
cipio por otros O 1 ) equivocando así una ca- a la formulación de manifestaciones de
cuestión terminológica con el fondo de un defensa material en las que decde el punto
problema trascendental. Será impropio, en de vista de su valor probatorio, el imputado
efecto, afirmar la existencia de una presun- actúa como sujeto de prueba.
ción de inocencia en el imputado, pero na- Su incoercibilidad, por lo tanto, es sólo
die puede negar que hasta tanto no exista moral, y tiene el preciso contenido que de-
una sentencia firma de condena, el mismo jamos expuesto. Su corporeidad física, por el
s'.1 encuentra en estado de inocencia, que só- contrario, está constreñida a los actos de
lo puede ser destruido por este único medio. coerción o aseguración, que deben estar li-
La condición primaria del imputado es, mitados por aquélla su razón y objeto, lo
pues, la de inocente, no obstante que su vin- cual determina su alcance: consecuencia de
culación al proceso sea basada en la sospe- los fines del proceso, con respecto siempre
cha de su participación en el hecho delic- a la personalidad del imputado.
tuoso que se investiga. Pero su inocencia 3) Derechos y poderes. Está dotado, a la
es jurídica ( < - ) , propia de su estado y, co- vez, de irrenunciables poderes de defensa,
mo tal, determinante de efectos jurídicos que debe estar en condiciones subjetivas y
que hacen dei imputado un noli me tange- objetivas de poder ejercer. La garantía de
r:; c3) o, en otra forma, como se ha afir- defensa, premisa individualista impuesta
mado, el sujeto incoercible de la relación constitucionalmente e insuflada también
procesal. por un preciso contenido de interés público,
2) Libertad e incoercibilidad. Hemos di- exige no sólo la atribución del derecho, sino
cho que uno de los sujetos esenciales de la además, la efectiva posibilidad de su ejer-
relación procesal es el imputado. Como tal cicio, por lo que se ha concebido a la capa-
sujeto lo es de derecho, y por esa su ca- cidad de hecho del imputado, como un pre-
lidad y como derivación de su estado de ino- supuesto procesal («).
cencia, conserva dentro del proceso, y bajo Mediante el ejercicio del poder de defen-
sa el imputado influye en el proceso como
jarse ronsiar.cia ele cüo y, en su caso, cíe ¡a nega- sujeto modelador del mismo («), interrela-
tiva.
í + O l Cnrrara, P., "II Dirlfo pénale e ia proce- cionando su actividad con la de los otros
cUirr. néjale", en Optiscoli, V. píg. 17: Lucchini. sujetos para determinar la resultante que es
Lltmcnti di P. pej,a!<\ 1821, 18-17. la relación procesal, en la que se encuentra
( 4 1 ) Garófalo, Ferri, Mortara, Aloisi y Man- en paridad de condiciones jurídicas (•").
7inl, ruarlos p~r Vélrz N:rriooncle en Estudios.. .,
II, PPT. 20. donrle están retiñidos y explicados to-
cio; las antecedentes cíe la cuestión y su solución ;14) Sehjnit'.t. E., Los funjai.ientos. . . cit., pn-
,><!ruia-J.a, en prolijo desarrollo cíe! problema. ;;ln\ 67.
¡4'!) Por oso nr> es pxncio lo afirmado por Fo- (45) Fchmirtt. E., tos fundamentos... cit.. p*-
rerh (El proceso... cit., pac;. 82. n. 65> cuando rrlna 94. Ello rletprmina, como ya hemos v'sto, 'T
i'.'re que "el Imputado, mientras no sea cor.denr.do suspensión del procedimiento por Incapacidad so-
o vi? nclto por sentencia firme, o se haya dictado brcvínlcnte y la integración de la persona del ir.ca-
i'ir.i- tic sobreseimiento, tiene la condición jurídica \:-AZ. I:a fiti'n o íüis*".icia, que en dernitivn se tra-
d* mero sospechoso (el subrayarlo nos pertenece) C!UCP en una imposibilidad de obrar en el proceso,
('o hi'!)pr ¡levado a cabo un acf.o punible". Su co«- Cf termina f.unbién su pnrnllzaclón (a lo menos en
ttiaón jurídica es la de inocente; su situación p/'O- lu crrpa del juirio y relativamente al ausente): los
rvüií chji'tira purde ser la de sospechado, pero lo derechos de que goza el imputado se ven Impedi-
qi.i> flrtei-iniíiu las garantías v !c. limUacicii a las dos de actuarse, aun cuando se deba n.su propio
'•fsi.rlecioue.i cautelaros, y la posición misma del hecho.
r;,in:tíi'io en el proceso, es aquella condición. (46) Schmldt, E., Los fundamentos...- cit., pá-
<!.1i Srhmidt. E., Los fundamentos... cit.. t'ii'o <i9.
1:. CS. (47) No se puecie decir, como lo hace Manzini.
Siendo el fin inmediato del proceso la ave- lisis empíricos, como en el caso de recono-
riguación de la verdad real, subjetiva y ob- cimientos, pericias corporales o psiquiátri-
jetiva, presupuesto y límite de la actuación cas, perquisiciones, etcétera.
de la ley sustantiva, en tanto el imputado La distinción es importante, pues según
debe participar, sobre todo en el juicio, en sea la calidad que se asigne al imputado en
el contralor de la prueba, el derecho de de- cuanto a su intervención concreta en la
fensa se nos muestra como un presupuesto prueba —sujeto u objeto— distinta será la
de la validez de la sentencia. El imputado solución, en cada caso, frente al principio
actúa, entonces, respecto a la prueba, como de su incoercibilidad.
sujeto esencial de su contralor. Hemos dicho que ésta es sólo moral. En el
En cuanto al fin mediato, que lo es la caso de la reconstrucción del hecho, v. gr.,
actuación de la ley sustantiva, como sólo la participación del imputado será, nece-
puede' arribarse a un pronunciamiento ju- sariamente, moral, y el obligarlo a asistir
risdiccional válido y justo luego de un pro- o participar en ella significará un medio de
ceso en que se haya respetado la necesi- coerción no admitido, desde que se lo con-
dad constitucional de la defensa, nos mues- vertiría en suministrador subjetivo de prue-
tra este derecho, ahora, como un presupues- ba en su contra, equivalente a la declara-
to de la actuación de la ley sustantiva. ción contra sí mismo, extremo, prohibido
4) Deberes. Pero a la vez que está dotado constitucionalmente. Por eso la ley ritual
de derechos y poderes que hacen a su liber- condiciona la participación del imputado en
tad y defensa, el imputado está también la reconstrucción del hecho, a su confor-
obligado por una serie de deberes, compren- midad expresa al respecto (Córdoba, artícu-
didos en el genérico de sometimiento a la lo 225).
jurisdicción. Su imposición se funda en la 6) Calidad de parte. Diremos, finalmen-
propia naturaleza de ésta y en la esencia, te, que el imputado no es parte stríctu sen-
naturaleza y finalidad del proceso penal, su, sino un sujeto jurídico necesario del
cuyo objeto principal —aunque mediato, proceso y esencial de la relación procesal,
como hemos visto— es la actuación de la con los especiales caracteres de ser privado
ley sustantiva, lo que se tornaría imposi- y pasivo. Sería vano y fatigoso penetrar en
•ble sin la observación de dicho deber (véa- la ardua discusión del concepto de parte;
se supra: Intervención necesaria). pero entendiéndolo como aplicable a quien
Dentro del concepto del deber de some- pide en propio nombre y aquél frente a
timiento, están comprendidos el deber de quien se pide la actuación de una voluntad
comparendo personal y el de sujeción a me- de la ley (*9) es obvio que el imputado no
didas coercitivas. Por el primero, el im- reviste esa calidad.
putado debe comparecer ante el Tribunal Carece, en efecto, de todo poder disposi-
siempre que sea citado, aunque su incum- tivo sobre el contenido sustancial y aún
plimiento no determine sanciones discipli- formal del proceso (so) y su confesión no
narias, excepto, desde el punto de vista tiene el valor formal que se le acuerda, en
procesal, la revocación de la excarcelación el proceso civil, a la del demandado (").
o la declaración de rebeldía, en su caso. Por Pero la cuestión es más bien terminoló-
el segundo, y no obstante el estado de ino- gica y no exegética ( r ^). Visto el imputado
cencia que lo acompaña durante todo el como uno de los sujetos privados y esen-
proceso, puede ser sometido a restricciones ciales de la relación procesal, la designación
a su libertad, a cuyo alcance ya nos hemos
referido. (49) Chiovenda, J., Instituciones, II, pág. 264.
5) Intervención en la prueba. En lo que (50) Su defensa está impuesta como garantía
hace a la actividad procesal probatoria, individual, pero responde a la vez a un interés co-
puede el imputado actuar haciéndolo ya co- lectivo que la hace irrenunciable.
(51) Vélez Mariconde, A., Estudios... cit., II,
mo sujeto, ya como objeto de la prueba. pág. 61.
Lo primero, en cuanto puede prestar 8decla- (52) Schmidt, E., Los fundamentos... cit., pá-
ración indagatoria en el procesot* ), so- gina 71, descarta que pueda considerarse a la cues-
meterse a careos y participar en la recons- tión como un verdadero problema científico, y lue-
go de recordar a Lowe Kosenmberg, en cuyo con-
trucción del hecho. Lo segundo, en cuento cepto es una "cuestión subordinada"; a Sauer, que
su cuerpo y psiquis sean sometidos a aná- sólo le atribuye "significación constructiva", y a
Kohlrnusch y Exner, quienes .prescinden de ella,
op. cit., II, pág. 384, que el imputado esté en una concluye en qué se trata de un pseudo problema
situación inferior a la del Ministerio Público. Está, carente de importancia, reducido en el fondo a una
en todo caso, en uña situación distinta y, si se cuestión de. palabras. Dice, en fin, respecto al pun-
quiere, procesalmcnte más favorable, porque lo to central de la cuestión, que "no se puede hablar
ampara el estado de inocencia que lo libera de Xa de ninguna manera de partes, si no es en el sen-
carga probatoria, impidiéndola al órgano público. tido de superflua denominación o rotulación co-
(43) Que no obstante ser nn medio específico mún para la comprobación del hecho trivial de
de defensa, es también, a la vez, y secundariamen- que los depositarios del derecho en sus papeles
te, fxiente de prueba. principales no son Idénticos al tribunal" (pág. 73).
de parte, aceptada por la costumbre íorense, el imputado es un sujeto de derecho y la
es eficaz, siempre que se cuide de no con- asunción de tal calidad representa una ga-
íundir el alcance del término (^) al que no rantía de defensa. Por ello, para ser con-
debe darse más que un contenido formal, secuentes, es menester reconocer a quien
como lo hace Plorián (s*) para quien "es la adquiera, todos los derechos que la Cons-
parte aquél que deduce en el proceso penal titución Nacional asegura, y asignar a aqué-
o contra el que es deducida una relación lla la amplitud y eficacia inicial con que la
de derecho sustantivo, en cuanto esté in- concebimos, extendiéndola a todo el que
vestido de las facultades procesales necesa- resulte sospechado de ser autor de un de-
rias para hacerla valer, o respectivamente, lito y sea objeto por ello de cualquier acto
para oponerse (contradecir)". de procedimiento penal.
VI. LA CONDICIÓN DE IMPUTADO COMO BIBLIOGRAFÍA. — Carneluttl, F., Lecciones sobre el
GARANTÍA DE DEFENSA proceso penal, trad. de Sentís Melendo, Bs. Aires,
1950. — Fenech, M., El proceso penal, Barcelona,
Resulta de todo lo expuesto que la condi- 195,6. — Finzi, M., "El imputado visto de lejos", en
ción de imputado es y debe ser concebida, Revista de Derecho Procesal, año 1, núm. 3, 1943.
— Florian, E., Elementos de Derecho procesal pe-
principalmente, como una garantía de de- nal, trad. de Prieto Castro, Barcelona, 1934. — Ji-
fensa. La determinación del concepto y su ménez Asenjo, E.. Derecho procesal penal, Ma-
alcance tiene, a nuestro entender, ese obje- drid, s/í. — Manzini, V., Tratada de Derecho pro-
tivo primario que configura el punto de vis- cesal penal, trad. de Sentís Melendo y Ayerra Ke-
dín, Bs. Aires, 1951. — Schmidt, E., Los fundamen-
ta más eminente para el tratamiento del tos teóricos y constitucionales del Derecho proce-
tema del imputado. Desde que una persona sal penal, trad. de José Manuel Núñez. Bs. Aires,
asume esa calidad, le amparan las garantías 1956. — Vélez Mariconde, A., Estudios de Derecho
fundamentales que aseguran el ejercicio efi- procesal penal. Córdoba, 1956.
caz de su defensa en juicio, y la asignación
de un entendimiento amplio al concepto po- IN ARTICULO MORTIS. (V. ARTICULO
MORTIS [IN].)
sibilita el logro de la intención constitucio-
nal.
El imputado es y debe ser un sujeto de IN CAPITA. (V. ESTIRPE. SUCESIONES.)
derecho, armado de poderes esenciales de
defensa y sometido sólo jurídicamente a un IN DUBIIS, DUBIO, DUBITO, DUBIUM,
procedimiento regular y legal, determinado DUBIUS.* En la duda. Etimológicamente
en abstracto por el derecho procesal. Y ello dichos términos derivan de las voces latinas
no sólo por imponerlo por así la Constitución in, preposición de significación muy varia-
Nacional que estatuye, como hemos visto, da, pero que generalmente- equivale a en
los principios de inocencia y de inviolabili- y de dubiis, dubio, dubito, dibium o dubios
dad de la defensa, sino por concebir a aquél que provienen del adjetivo numeral plural
la moderna doctrina, como un sujeto esen- dúo y que significan estar vacilante, dudar,
cial de una relación jurídica (^) con lo que estar indeciso, estar perplejo, fluctuar entre
ha suministrado fundamento científico al dos cosas (i). La palabra duda filosófica y
trascendente paso determinado por la-filoso- primariamente, significa vacilación, irreso-
fía del siglo xvni en la ciencia del proceso lución, perplejidad. En la duda hay un es-
penal. Por ese influjo de simpatía hacia la tado de suspensión del juicio pues ella im-
especie humana que aquélla inspirara, el plica, por lo menos, la existencia de dos
imputado dejó de ser objeto de persecución proposiciones o de dos hechos entre ios cua-
para convertirse— mejor dicho, ser recono- les la mente se siente fluctuanté. Dentro de
cido— como un sujeto de derechos, arma- esta significación genérica el estado de du-
do de las garantías y poderes que aseguran da puede presentarse de diversa manera,
el respeto a su personalidad. Explica tam- esto es, como actitud, como un método o
bién el abandono de prácticas lamentables como un elemento necesario para la fe. La
como las .ordalías, el duelo judicial, la tor- duda como actitud es una postura frecuen-
tura y los procesos contra muertos y ani- temente adoptada por la mayoría de las
males. personas que, siendo incapaces de adherirse
Esta es, pues, la conclusión trascendente: a determinada teoría o doctrina filosófica,
consideran que no existe proposición al-
(53) Atribuyéndole uno de que carece, como Ji- guna cuya validez pueda ser probada de
ménez Asenjo (op. cit., págs. 149 y 150), transcripto modo suficiente como para engendrar una
en nota 1; o una, extensión indebida, como Beling convicción completa. La duda como méto-
y Schmidt, qxie la aplican Incluso al testigo, por
ejemplo. do ha sido empleada por innumerables íi-
(54) Elementos... cit., pág. 91.
(55) Lo que constituye una de las más impor- * Por el Dr. Ltns ALBERTO PEÑA OÜZMÁN.
tantes conquistas de la gran época de la reíorma
del siglo Í9. Schmidt, E., Los fundamentos... cit., (1) Elanquez Fraile, A., Diccionario latino-es-
págs. 65 y 66, n. 80. pañol, Ed. Ramón Sopeña, Barcelona, 1946.
OMEBA - XV - 17
lósofos, a tal punto, que se ha llegado a al expresar: en las cosas dudosas no es me-
afirmar que es el método filosófico por ex- nos justo que seguro atenerse a la interpre-
celencia, ya que la filorofia consiste en tación más benigna (in re benigniorem in-
poner en claro todo género de supuestos lo terpretationem scnui, non minus iustius est,
que no puede llevarse a cabo sin someter- quam fui tus) (2).
los a la duda. Por último, la duda como
elemento necssaris de la fe consiste en su- IN DUBIIS MELIOR EST CONDITIO POS-
poner que la fe que no vacila no es fe pues, SIDENTIS. En la duda es mejor la condi-
para que ella exista, es indispensable, no en ción del poseedor, que también puede enun-
creer en algo a ojos cerrados sino, en un ciarse como in dubio pro possessore, con lo
creer acompañado de duda la que, en gran cual se ,da a entender que en caso de duda
medida, alimenta a la fe (2). acerca de la propiedad de una cosa, debe
decidirse en favor de su poseedor. (M. O.
IN DUBIIS ABSTINE.*. En la duda abs- y F.)
tente (i). Aforismo latino que etimológica-
mente proviene de in dubiis, que sigifica IN DUBIO. (V. IN DUBIIS, DUBIO, DUBITO,
dudar, desconfiar y de obstine compuesto DUBIUM, DUBIUS.)
de las voces abs y teneo que quieren de-
cir: apartar, mantener alejado ( 2 ). Cuando IN DUPIO MAGIS CONTRA FISCUM
el sujeto se encuentra en la imposibilidad EST RESPONDENDUM.» En caso de duda
material de decidirse hay filosóficamente debe decidirse más bien contra el fisco (i).
hablando, duda. Una norma elemental de Este adagio nació debido a los abusos que
prudencia aconseja en este caso abstenerse se cometieron en Roma por el fisco, carac-
de opinar o decidir y a ello conduce el terizado como una persona jurídica de de-
sentido del aforismo que juega en innume- recho privado, en la persecución contra sus
rables situaciones en el campo de lo social deudores, facultad que ejerció con mayor
y de lo jurídico. Es así que en loi juicios dureza y eficacia que los particulares por
que a diario emitimos sobre nuestros seme- la gran cantidad de privilegios de que go-
jantes, no es correcto expresar alguno ad- zaban. De ahí es que el jurisconsulto-legis-
verso sobre determinado individuo si no lador socorrió al deudor en caso de duda
poseemos la convicción de lo que decimos, como podemos inducir de un pasaje de Mo-
asi como tampoco el juzgador puede con- destino que expresa: no creo que delinque
denar al reo si tuviera alguna duda sobre el que en cuestiones dudosas hubiera res-
su culpabilidad. pondido con facilidad contra el fisco (non
puto delinquiré eum, r>ui ir, dubiis quaes-
IN DUBIIS FAVORABILIOR PARS ET tionibus contra fiscum facüe responderi (2).
ELIGENDA.* En la duda ha de elegirse lo
más favorable ( J ) . Este aforismo concuer- IN DUBIO PRO OPERARIO.* 1. De los
da con la regla de derecho expuesta en el principios generales del Derecho del trabajo,
Digesto romano por el jurisconsulto Gayo frecuentemente los autores atribuyen espe-
que dice: en los caros dudosos se ha de cial jerarquía al expresado con el aforismo
preferir siempre lo más benigno (semper in romano: in dubio pro operarlo, que tam-
dubiis bznignio ra praeftrenda sunt), pen- bién encontramos consignado bajo la fór-
samiento que también comparte Marcelo mula: In dubio pro misero. Y que no es sino
la traducción a esta rama del derecho del
(2) Perra ter Mora, J.. Diccionario de filosofía, clásico principio de la legislación penal:
Ert. Sxidamerlcana, Bs. Aires 1958.
In dubio pro reo; aunque con un sentido
• Por el Dr. LUIS ALBERTO PEÑA GtrzMAu. bien distinto de su formulación por la legis-
lación común: In dubio pro deudor, por in-
(1) Cabsinellas, G., Repertorio jurídico de focu-
ciones, máximas ti aforismos latinos y castellanos, (2) Gayo, Dig., 60, 17, 56: Marcelo, Dlg., 60, 17.
n''>m. 2903, F3. Blbiloeráfica Argentina, Bs. Aires. 192, 1.
1950: Halperin. G. Manual de latín para juristas.
Repertorio de adanios jurídicos, núm. 582, Tipográ-
fica Edito-a Argertlnn. Bs. Aires. * Por el Dr. Ltris ALBERTO PESA GOZMAN.
(2) B'arquez Fraile, A., Diccionario laiino-es-
panol, Ed. Ramón Sopeña, Barcelona, 1946. (1) Cabanelias, O., Repertorio jurídico de locu-
ciones, máximas y aforismos latinos y castellanos,
núm. 2910; Halperin G., Manual de latín para ju-
• Por el Dr. Ltris. ALBERTO PESA GUZMÁN. rístcs. Repertorio <le adagios jurídicos, núm. 503,
II) Cabanellas. G.. Repertorio jurídico if.e locu- Tipográfica Editora Argentina, Es. Aires. 1946.
ei^nes máximas y aforismos latinos y casfellanos. (2) Mod«stlno, Dig., 49. 14, 10: Pothlcr, E. J.,
Ecl. Bibliográfica Argentina Bs. Aires, 1959; Hal-
Pcnlcstes de Justinien. trad, de Breard Neuvllle.
perin, O., Manual de latín para juristas. Repertorio t. 21. pag. 151, París. 1823.
de adagios jurídicos. Tipográfica Editora Argenti-
nr. 3». Aires, 1946. * Por el Dr. Jóse MARÍA BIVAS.
vertirse el sujeto protegido. Ya que en tanto desigualdades" (Couture, Estudios de De-
el Derecho común apunta ni deudor de la recho procesal civil, t. 1, pág. 275).
obligación, el Derecho del trabajo se atiene Pero aún en este aspecto, no faltan voces
al acreedor (Conf. Deveali, 1en Lincamientos que se alzan contra el recordado principio;
del Derecho de Trabajo. 3 ed. pág. 167), y en especial la de aquellos que se atienen
dando asi base a una de las pautas de a los interese,? generales viendo en la pro-
quienes afirman su autonomía e importan- ductividad el "interés" a proteger por sobre
cia. (Conf: Pergolessi en Tattcto di Diritto los individuales y aun de grupo (Conf: Pin-
díl Lavara, t. 1, pág. 52, en nota). to Antunes y Álipio Silveira, cit. por De-
Claro está qué la importancia a conce- veali y Barassi en op. y loes, cits.).
der al mentado principio dependerá del ca- Y aún la importancia del principio es me-
rácter que se atribuye al Derecho de tra- noscabada si se lo refiere a las leyes de
bajo; pues para aquellos que sostienen que previsión, pues en ellas no se da "la dtua-
es un derecho de clase (De la Cueva, Dere- ción de debilidad obrera frente a la pre-
cho Mejicano del Trabajo, 4* ed. t. 1, págs. ponderancia patronal, que justifica el prin-
240 y sigs.), dictado en amparo de los hipo- cipia in dubio pro operario" (Deveali, op,
suficientes (Cesarino Júnior Díreito. Social cit. pág. 177). La opasición se plantea entre
Brasilelro, 2' ed. pág. 21), el aforismo tiene el afiliado, acreedor, y el órgano previsipnal,
suma relevancia puesto que centra el interés deudor; debiendo tenerse en cuenta que lo
del legislador y del intérprete en el sujeto a que se otorga a un afiliado es algo que se
proteger: el trabajador en su condición de quita a los demás que han colaborado con
ser la parte económicamente débil en la rela- sus contribuciones. En'conseeuencia se plan-
ción jurídica; pero para aquellos que consi- tea un conflicto entre un individuo y un
deran supsrada erta primera etapa de la grupo que no siempre es factible resolver
ciencia laboral, para quienes se atienen a en un sentido determinado pues "es frecuen-
su significado económico (Deveali, op. y loe. te el caso en que el amparo da un grupo
cít. pág. 30, Eaggí Ageo, Rev. Trabajo, La requiere el sacrificio de alnún interés indi-
Habana, 1943, pág. 1285); o fijan también vidual de los miembros que lo componen"
su atención no sólo en las normas de subor- (Deveali. op. y loe. cít. Barassi, op. cit. pá-
dinación, sino también en las normas • de gina 244 y nota 55). En cuyo caso el prin-
coordinación (Krotoschin, Instituciones de cipio regirá o no, según el estado de necesi-
Derecho del Trabajo, 1» ed. t. 1, pág. 9), EU dad que la prestación tienda a cubrir.
revelancla va perdiendo, gradualmente, la 3. En el ámbito interpretativo, el prin-
fuerza que le constituyera. Debiendo limi- cipio puede ser aplicado siempre que: 1) se
tarse su aplicación, según se considere al trate de optar entre varios sentidos de la
legislador o al intérprete y según se trate norma; 2) exista duda «.obre su alcance le-
del derecho individual o del derecho colec- gal; y 3) no se oponga a la voluntad del
tivo, como lo habremos de ver (Barassi, legislador (Conf: Deveali, op. cit. pág. 169,
Tratado de Derecho del Trabajo, 1* ed. Cast. Alonso García, op. cit. pág. 251). El prin-
t. 1, pág. 243; Alonso García, Derecho del cipio que consideramos no puede fundamen-
Trabajo, 1» ed. t. 1, pág. 249). tar el otorgamiento de un derecho que no
2. Como manifestación legislativa el prin- ha sido expresamente previsto par el legis-
cipio ira dubio pro operario, ha primado ini- lador; sólo tiene validez cuando se trata
cialmente en el Derecho del trabajo; "cuan- de optar frente a varias posibilidades sur-
tas medidas de política social fueron arbi- gidas, de la formulación normativa; pero
tradas, en los primeros tiempos, para lu- nunca debe suplir la actividad del legisla-
char contra las injusticias nacidas de una dor, o ir más allá de su intención pues "hay
desigualdad económica entre las clases, tu- silencios y reticencias legi:lativas no for-
vieron, indudablemente, en su expresión ju- tuitas sino probablemente meditadas, de
rídica un sentido directamente inspirado en modo que en tal caso es preciso aferrar.;* al
la protección al trabajador, en la tutela del criterio —por sí tan mecánico y tan falaz—
mismo" (Alonso García, op. cit. pág, 249). opuesto al de la analogía y que es el de
Y es que la igualdad presupuesta por el li- ubi Zsi voluit dixit..." (Barassi, op. cit.,
beralismo económico, fundamento del de- pág. 245); pues es menester tener presente
recho común, se encuentra controvertida en que "el Derecho del trabajo es un mínimo
el Derecho del trabajo en que al empleador, de garantías en beneficio de los obreros, no
todo a lo que tienen derecho, pero otros
económicamente fuerte, se opone el traba- procedimientos y no la jurisprudencia son
jador, económicamente débil. Y para atenuar los vehículos de su evolución".
esta desigualdad, para restablecer el equili- Donde, en el Derecho individual del tra-
brio, acude el legislador en beneficio del tra- bajo, el principio tiene mayor aplicación es
bajador ya que "el procedimiento lógico de cuando se encuentran en conflicto fuentes
corregir las desigualdades es el de crear otras de distinta jerarquía: ley, contrato colecti-
vo, contrato individual. Y cuya dilucidación concertación; no cabe, pues, que el intér-
debe hacerse conforme al principio de la prete acuda en apoyo de la que se considera
aplicabilidad de la norma más favorable al más débil, pues ambas se encuentran en
trabajador, que no es sino otra enunciación un plano de igualdad. Cuyos intereses con-
del principio que consideramos. Aplicación trapuestos, son compuestos teniendo en vis-
que no se atiene, como fácilmente se com- ta el interés de un tercer actor tan a menu-
prende, a la jerarquía normativa. Y que de do olvidado: la colectividad; que está re-
alguna manera es enunciado en forma po- presentada en la negociación por el Estado
sitivo, por nuestro derecho: "Las disposicio- preponderando sobre los individuales. "A
nes de las convenciones colectivas deberán menudo una disposición legal (convencio-
ajustarse a las normas legales que rigen las nal) concilla los tres intereses de los em-
instituciones del Derecho del trabajo, a me- pleadores, de los trabajadores y de la co-
nos que las cláusulas de la convención re- lectividad. Interpretar sistemáticamente la
lacionadas con cada una de esas institu- ley (convención) en favor de los trabaja-
ciones resultaran más favorables a los tra- dores rompería el equilibrio querido" (Du-
bajadores y siempre que no afectaran dis- rand et Jaussaud, Traite de Droit du Tra-
posiciones dictadas en protección del inte- vail, t. 1, pág. 261). De donde: "la inter-
rés general" (art. 6, ley 14.250). nretación será conducida en forma de fa-
Y que plantea un problema doctrinario vorecer lo más posible el equilibrio de. los
en que se oponen dos distintas teorías: a) opuestos intereses patronales y obreros y
de un lado la llamada teoría de la acumu- la recíproca colaboración de las categorías
lación, "según la cual, los trabajadores go- productoras, sobre la base de la subordina-
zarán siempre d 1 estatuto jurídico que más ción de todo interés, individual o de cate-
les favorezcan, aunque para ello sea me- goría, a los intereses superiores de la pro-
nester fragmentar las disposiciones, destru- ducción y del Estado" (Riva Sanseverino,
yendo preceptos de unas y otras normas, Corso de Diritto del lavoro, pág. 54).
para entrescar de todas ellas las que se esti- BIBLIOGRAFÍA. — La citada en el texto.
men más beneficiosas" (Pérez Botija: El
Derecho del trabajo, pág. 154); b) del otro
la de la inescindibttidad o conglobamento IN DUBIO PRO POSSESSORE.* En la,
que considera aplicable el conjunto total de duda, a favor del poseedor (i). Este aforis-
la norma que resulte más favorable al tra- mo jurídico, al igual que los anteriores, in-
bajador, aunque los beneficios que otorga clina la decisión judicial a favor de quien
sean superados, en algún aspecto por la posee una cosa cuando alguien le discute
norma desechada. Y entre ambas teorías, su titularidad. El mismo consta de las vo-
atomística y global, se postula otra inter- ces ya analizadas in y dubio y de las voces
media, calificada como orgánica, que acepta pro, que es una preposición que significa a
"como unidad de comparación el conjunto favor de y possessor, que deriva de possideo,
de las cláusulas relacionadas con cada una que a su vez proviene de potis, adjetivo in-
de las instituciones del Derecho del traba- declinable que significa "que puede", "capaz
jo" (Deveali, op. cit. pág. 565; conf: Krotos- de" y de la locución sedeo, verbo intransi-
chin, Tratado pr.áctico del Derecho del tra- tivo que quiere significar "estar sentado" (2).
bajo, t. l, pág. 67). El término poseedor además tenía en el
4. Hasta aquí nos hemos referido al De- proceso romano el mismo' significado que
recho individual del trabajo; y hemos dicho, reus o demandado. Desde antiguo, en Roma
precedentemente, que- el principio in dubio han existido normas tendientes a cimentar
pro operario debía ser analizado, también, el principio de que la posesión producía
desde el punto del Derecho colectivo, y en consecuencias jurídicas de capital impor-
especial —agregamos— en relación a su tancia que la ley debía proteger, alcanzán-
aplicabilidad para la interpretación de las dose el concepto de que quien posee tenía
convenciones colectivas del trabajo. derecho a ser defendido en su posesión aun
El principio ha surgido para restablecer cuando la misma fuese ilegítima. Para refor-
el equilibrio entre las desiguales partes con- zar tal principio el Derecho romano creó
tratantes: el empleador y el trabajador. presunciones a favor del poseedor y de las
Pero en la moderna técnica laboral, el con-
trato individual deja poco margen para la * Por el Dr. Luis ALBEBTO PEÑA GUZMÁN.
negociación pues se encuentra regulado en (1) Cabanellas, G., Repertorio jurídico de locu-
toda su amplitud por la ley y el convenio ciones, máximas y aforismos latinos y castellanos,
colectivo. Al extremo de haberse puesto en núm. 2919, Ed. Bibliográfica Argentina, Bu. Aires,
crisis su existencia, solventada tan sólo por 1959; Halperín, G., Manual 'de latín para juristas.
la posibilidad de celebrarlo o no. Repertorio de adagios jurídicos, núm. 584, Tipo-
gráfica Argentina, Bs. Aires, 1946.
El convenio colectivo ha restaurado la (2) Blanquez Fraile, A., Diccionario latino-es-
igualdad de las partes que-se avienen a su pañol, Ed. Ramón Sopeña, Barcelona, 1946.
que nos informan las opiniones de los más al derecho de fondo. Bajo el primer aspecto
calificados jurisconsultos. Así Ulpiano ex- interesaba ocupar el lugar de demandado
presa que: los poseedores son preferidos aun porque, sobre to'do hasta la época imperial,
cuando no tengan ningún derecho (quo el cargo de la prueba correspondía siempre
possessores sut potiores, licet nullum ius al actor o demandante por ser quien invo-
habéant) (3). Más adelante el mismo Ul- caba la pretensión y en caso de que no lle-
piano nos dice: cuando se trata del lucro gara a probar los hechos invocados, basta-
de dos es mejor la causa del que posee (quum ba la negativa del deudor para que el mismo
de lucro duorum quaeratur, mellar est causa fuera absuelto y, en caso de que la prueba
possidentis) (*). También el jurisconsulto hubiera resultado deficiente, el juez debía
Paulo se inclina por esta interpretación al en la duda favorecer al reo, sea absolvién-
manifestar que: en causa igual debe ser dolo, sea mejorándolo en su condición. En
considerado preferente el poseedor (in pa- lo que respecta al derecho de fondo, el
rí causa possessor potior haberis debet) (5). mismo se veía frecuentemente alterado en
Por fin, Justiniano confirmó definitiva- su titularidad con motivo de una demanda
mente la ventajosa situación que en el como una consecuencia del rumbo que hu-
Derecho debe ocupar todo poseedor al dis- bieran tomados los trámites judiciales con
poner en su Código que: no le incumbe motivo de una desacertada actuación pro-
al poseedor la necesidad de probar que la cesal. Así, sabemos que si alguna de las par-
posesión le pertenece, pues dejando su opo- tes, especialmente la actora que daba impul-
nente de suministrar la prueba, queda el so al proceso, equivocaba «1 derecho invo-
dominio en su poder (possessiones, quas ad cado o incurría en errores procesales, como,
te pertinere dicis, more iudiciorumperseque- la plus petitio, se veía expuesta a perder, no
re; nec enim possessori incumbit necessitas sólo el juicio que había iniciado en pos de
probandl, eas ad se pertinere, quum te in su pretensión, sino también el derecho mis-
probatione 8sessante, dominium apud eum mo, base de la relación jurídica que dio
rsmaneat) ( >. causa al pleito, sea por la prescripción ope-
rada en el ínterin, sea per la novación su-
IN DUBIO PRO REO.* En la duda, a frida por efecto de la litis contestatio.
favor del reo (i). El presente aforismo jurí- El Derecho romano consagró innumera-
dico resume a todos los anteriores, pues tiene bles casos a los que puede aplicarse perfec-
una íntima vinculación con la específica y tamente el aforismo. Es así que siguiendo
elevada misión que debe desempeñar la jus- la autorizada opinión de Gayo se consagró
ticia en el castigo de los actos ilícitos y en una norma de carácter general: "los deman-
la aplicación de la pena, en toda sociedad dados son considerados más favorablemen-
organizada, ya que equivale a decir: "antes te que los actores (favorabiliores reí potius
absolver a un culpable que condenar a un quam actores habentur) (3). Concordante
inocente". En Roma, todas las personas que con lo expresado, el jurisconsulto Marciano
eran partes en un proceso fueron califica- acude en defensa de la libertad cuando nos
das de reus, término que con el transcurso dice: "en la duda prevalece la libertad (in
del tiempo sirvió sólo para designar al liti- oscuro, libertatem praevalere) (i). El em-
gante que ocupara el lugar de demandado, perador Antonio Pió el quinto día de los
utilizándose las voces2 actor o petitor para idus de marzo dictó una Constitución por
la parte accionante ( ). La ubicación que la que disponía que: "no probando el actor,
correspondiera a un litigante en el proceso ganará el demandado, aun cuando nada
judicial era de capital importancia para los hubiere él alegado" (actore anim non pro-
romanos, no solamente por lo que hacía al bante, qui convenitur, etsi nihil ipse praes-
aspecto formal o procesal, sino también por titerit obtinebit) ( 5 ). En materia criminal,
en que están en juego la libertad y la vida
las consecuencias que dicha colocación po- de los individuos, el aforismo desempeña
día acarrear a las partes en lo referente un rol de trascendental importancia porque
el juzgador en manera alguna puede con-
(3) Ulpiano, Dig., 7, 6, 5, pr. in f. denar al acusado de haber cometido un de-
(4) Ulpiano. Dig., 50, 17, 126, 2. litp sin una disposición legal que condene
(5) Paulo, Dig., 50, 17, 128, pr.
(6) Cod., 4, 19, 2.
criminalmente el hecho cometido y sin una
evidente y clara convicción de que el in-
culpado es realmente el autor del delito.
* Por el Dr. Luis ALBERTO PEÑA GUZMAN.
(1) Cabanellas, G., Repertorio jurídico de locu- IN FRAGANTE. (V. DELITO FLAGRANTE.)
ciones, máximas y aforismos latinos y castellanos,
núms. 2920 y 7532, Ed. Bibliográfica Argentina, Bs.
Aires, 1959. (3) Gayo, Dig., 50, 17, 125.
(2) Gayo, Inst., III, 180; Modestino, Dig., 45, (4) Marciano, Dig,, 40, 5, 50.
2, 1. (5) Cod., 3, 1. 4.
IN ITINERE. (V. ACCEDENTES OX TRABAJO. a) no necesitaba, pues, testigos, como en
ACCIDENTES IN ITINERS.) la mancipación cinco, sino que se confor-
maba con las partes interesadas.
IN JURE CESSIO.* SÜMAEIO: A. Deftnttio. b) tampoco corría el peligro de una posi-
B. Época de la "tn jure cessio". C. Cavaos ble anulación posterior del negocio Jurídico
eficientes de su existencia: 1. Negocio Jurí-
dico simple. 2. Necesario. 3. Interpretada. por la incapacidad de 103 testigos, cuyo con-
D. La "I. J. C." es "legis atitio virtualis": trol no era fácil, ni aun en los tiempos más
1. Realizado en general. 2. En especial; la avanzados (<).
persona vindicante; el Domir.us; el Magis- 2. Además la in jure cessio era un negocio
trado. 3. El acto de la /. J. C. E. Los efectos
de la "I. J. C."i 1. Para el vindicante. 2. Para jurídico eminentemente necesario, pues
el Dominus. P. La finalidad de la "I. J. C.": a) en la transferencia de la propiedad
1. Transmitir la propiedad. 2. Constituir de- resultó ser más amplio que la mancipa-
recho*. O. Decadencia de la "¡. J. C.". ción (5);
1. Prevalencla de la prop. bonitarln. 2. Lega-
lización de la traditio. 3. La cesantía de la b) y más extenso en cuanto también lo-
res mancipi etc. 4. Reemplazado por la tra- gró constituir derechos soore cosas incor-
ditio. porales.
A) La in jure cessio es antiguo e inter- 3. En fin, la in jure cessio es producto de
pretado negocio Jurídico, virtual legis actio, interpretación de una norma procesal de la
realizado por personas sui juris y por el ley decemviral que estableció, que "confes-
magistrado, con el fin de transmitir —en sus pro judicato habztur", quien confiensa
forma inmediata y con carácter incondi- en la fase in jure, automáticamente será
cional—'derechos de propiedad sobre cosas considerado como juzgado y será condenado
corporales y de constituir derechos perso- por su propia sentencia («).
nales y reales sobre cosas incorporales. D) La in jure cessio es legis acdo vir-
B) Época. Su origen es discutido. Algu- tualis. La injuria cessio se realizó en gene-
nos sostienen que existía ya en los princi- ral y
piso de la república (») y aún cuando esta 1. únicamente por personas sui juris, ya
tesis no parece ser muy verosímil, no cabe que los que están bajo potestas no pueden
sin embargo duda alguna de que en su otra ceder nada en derecho (O.
cara (2) existía en el Derecho consuetidu- 2. En especial entre tres personas; el que
nario romano, confirmadas más tarde por vindica, el que niega contravindicar y en
la ley decemviral como tantas otras ( 3 ). fin el magistrado, que ad-dicit.
C) Causas eficientes de su existencia. La a) La persona que vindica su derecho es
in jure cessio, como negocio Jurídico surgió el adquiriente; a quien le serán transmiti-
de la simple necesidad por medio de una dos la propiedad o los. derechos ( 8 ).
Interpretación. b) La otra persona es el dominus quien
1. La in jure cessio en comparación con por medio de su confesión virtual cede su
la mancipación era simple: derecho (»).
c) La tercera persona es el magistrado
* Por el Dr. COXNEL ZOLTAN Mrursz. (4) Ulpianus, 38, ad Sabiorum (D.. 1, 14, 3):
Barbarivs Philippus. (¡iium serous fvgitivus esset,
(1) Sostienen que la manumisión del denun- Romae praeturam petiit, et praetor designatus est.
ciante esclavo Vlndex fue realizada por medio de (5) La /. J. C. podia transferir la propiedad de
la I. J. C.; pero poco probable es, pues la realiza- las cosas res nec mancipi también.
ción de la /. J. C. recesariamenté requiere la pre- La /. J. C. era más extersa y amplia, pero la
senc'a del dominus, del cedente. Pero en el caso de mancipac'ón era más frecuente.,
Vindex, el dueño Vltello no podía estar presente, Oajus,,Inst., II-25.
pues íué ejecutado por Brutus, antes que su es- . .flerumque tamen et fere semper mancipationibus
clavo, el denunciante de su dominus, hubiera sido utimur. Quod enim ipsi per nos, praesentibus ami-
manumitido. ois, agere possumus, hoc non est necesse cum ma-
T. Llvlus Ab urbe condita, II-6. jare dificultóte apud praetorem ití apud praesidem
Después del castigo del culpable... queriendo los provincias quaerere.
romanos alejar por medio de otro ejemplo igual- (6) Paulus, XVI Ad Edictum (D., 42, 2, 1).
mente notable crímenes parecidos, concedieron por Confessui pro judicaío est, quo quodammodo
recompensa al denunciador una. cantidad de di- sua sententia damnatur.
nero que pagarla el Tesoro, y además la libertad (7) Oajus, Inst., 1-96.
y los derechos de la ciudadanía. In summa sciendum est, his qui in potestate,
lácese que aquél fue el primer esclavo puesto en manu, mancipioq-ue sunt, nitiil in jure cedi pcase,
libertad por la vindicta. Otros creen que la pa- cum enimistarúm personarum niMl siium esse
labra'vtndicta viene del mismo esclavo que se lla- possit aonveniens et scüicet ut nih.il svum éste
maba Vlndlclo. •per se in jure vindicare possint.
(2) Confesas pro judicats habetur. Ver nota 6. Ulpianus XIX, 3, 4.
(3) Fragm. Vaticana, 60: Et ma-tcipationem et M. T. Cicero, Tópica, 10.
jwe cessionem" tez Duodecim T&bularum con- Si alguien enajenó lo que no podía enajenar, el
firmat. que lo recibió ¿adquirió le propiedad?
El concepto de la confirmación in se verifica la (8) Ulpianvs, XIX, 9. 10.
«o ipso preexistencia de la jure cesión como vigente ... vindicat is, cui ceditur.
negocio Jurídico. (B) Id., in jure eei.it Dominus.
que confirma oficialmente la pertenencia consecuencia jurídica de la in jure cessio es
del derecho, después de la negación del do- que
minus (io). 1. El vindicante adquiere los derechos ce-
3. El acto se realiza en la forma si- didos:
guiente: a) no por haber tenido razón, persiguien-
a) el dominus, que desea transferir su do en una acción fingida fluod síbi "non"
derecho, y el vindicante que lo adquirirá debeatur!"
se presentan ante el magistrado (»). b) tampoco por la voluntad del magis-
b) En la presencia de éste, el adquirente trado pues éste no adjudica derecho, sino
pronuncia la fórmula correspondiente de con su ad-dicción confirma el hecho de
la vindicación ("). que el dominus cedió su derecho al que vin-
c) Inmediatamente, el magistrado inte- dicaba "sin derecho".
rroga al dominus si cede o contravindi- c) El vindicante adquiere los derechos
ca(«). por la exclusiva y definida voluntad del do-
d) La única y admisible respuesta del minus cedente.
dominus tiene que ser negativa. 2. En lo que se refiere a los efectos de la
alfa) o en forma directa, en cuanto con- conducta pasiva del dominus, son virtual-
testa, que no desea contravindicar (") o, mente independientes, en cuanto el cedente,
asta) en forma indirecta, en cuanto per- el dominus, en el momento de su cesión.
manece en silencio (i»). a) pierde su derecho incondicional,
e) El dominus por su actitud paíiva (i«) b) pero al mismo tiempo lo constituye a
será considerado como confessus y como favor del vindicante,
consecuencia el Pretor ad-dicit el derecho c) legalizado por la confirmación (ad-
del cedente a favor del vindicante (") y dictio) del magistrado actuante.
por esta razón la in jure cessio se llama F) La finalidad de la in jure cessio, es
legis actio («) virtual (i»). 1. Transmitir el derecho de la propiedad
E) Los efectos de la in jure cessio. La sobre las cosas corporales
a) que están in commsrcio ( 20 ).
(10) Ulpiamis. XIX O, 10. b) especialmente las cosas de res mancipi
In jure cedit Dominus, vindicat i», cui ceditur;
"addicit praetor!" y nec mancipi ( 2l ).
(11) Gajus, Inst., 1-24. c) en forma inmediata e incondicio-
In jure cessio autem hoc modo fit; apud Itagis- nal (22).
tratum Populi Romani; veluti praetorem, vel apund
Praesidem provinciae.
2. o, sobre las cosas incorporales í2»)
(12) Id., ...is. in jure cedetur, rem tenens, constituir derechos.
tía dicit: Huno ego hominem ex jure Quiritium a) personales. (Manumisión, emancipa-
meum esse ato... cipación, adopción, tutela legitima mulie-
(13) Id., ... deinde postquam Me vindicaverit rum.)
praetor interrogat eum qui cedit. an contravin-
dicet. b) y reales, como v. gr. servidumbre per-
(14) Id.. ... quo negante... sonal (usufructo) (2*)) o predial real (2»)
(15) Id.. ...aut tácente...
El empleo de la forma directa páreosnos más (20) Gajus, Inst., n-7.
probable, pues según Paulo el que calla no da Sed in provinciali solo... dominum Populi Ro-
ura contestación determinada, pues ni confiesa ni mani est... nos autem possessionem tantum vel
niega. usum fructum habere videmur.
Paulus, LVI. Ad Edictum (D., 50. 17, 142). D., 18 1, ... et quae res venire non possunt.
Qui tacet, non utique fatetur; sed tomen verum C.. 4, 38 (40 y 51).
est, eum non negarel D.. 1. 8 De dív'.sione rerum et qualite.
(16) C., 7. 59 (año 211 P. C. N.), Imp. Anto- (21) ülplanus, XIX. 1.
ninus. Omnes res aut mancipi sunt, aut nec mancipi;
Confesaos in jure pro judicatos haberi placet. mancipi res sunt praedia in itálico solo; tam rus-
Ver notas 6 y 2. tica, qualis est fundus, quam urbana, qualis est
(17) Gajus. ¡nst.. 1-24. domus; item jura praeíiorum rusticorum velut •..
Quo negante aut tácente tune el, qui vindicave- (22) D., 50. 17, 177. Paplnlanus. Quaesttones.
rit eam rem aidicit. XXIII.
(18) Id., ...idque "legis actio" vocatur: el vin- Actus legitimi,.. vitiantur per temporil vel con-
dicante pronuncia la fórmula de la reí vindicatio; ditionis adlectíonem.
finge la ejercitacíón de una acción reivindicatoría. (23) Ulplanus, XIX, 11.
(19) D., 44. 7, 51. In jure cedí, res etiam incorporales possunt, ve-
Actio autem nih.il aliud est, quam fus, quod lut ususfructus, heredttas. et tutela legitima li-
sibi debeatur, indicio perseguendí. bertae.
La /. J. C. consideramos legis acción virtual, Gajus, Inst., H-28.
pues el .vindicante cuando pronuncia la fórmula Incorporales res traditioncm non recipere mani-
de la reí vindicatio, solamente festum estl
a) finge la ejercitación de una acción reivindi- (24) Gajus. Inst., 11-30.
catoría, Vsufructus- in jure cesstonem íantum recipit;
b) y recibe, no que »ibi debeatur, sino lo que nam Dominus proprietatis allt usumbructum i»
ei conceditur; jure cederé potest ut Ule usumbructum habeat et
c) no por la voluntad del magistrado, sino del ipte nudam proprietatem retineat.
scudo-reo. (26) Id., 11-29.
(urbano y rústico). También la heredi- propiedad de las cosas res mancipi corpo-
tas ( 2 6 ) que, como cosa incorporal ( 2T ) con- rales (33) .
siste en derechos, transíeribles por medio 2. El predominio y la legalización de la
de la in jure cessio (28). traditio al frente de la in jure cessio se ca-
G) Decadencia de la in jure cessio. La racterizó mas todavía cuando la "inmuni-
in jure cessio como negocio jurídico, man- dad de los fundos itálicos cesa con el em-
tuvo su plena vigencia durante cuatro si- perador Diocleciano, y con ella la base de
glos; la decadencia gradual de su uso, en la la separación de la posesión provincial, que
transferencia de las cosas corporales. ya Diocleciano llama pura y simplemente
1. comienza con la categórica prevalencia propiedad" (s*). Con este gesto de Diocle-
del equitativo derecho honorario (pretoria- ciano el ager publicus dejó de ser extra
no) (20) frente al derecho civil quiritario. commerciumr y entró in commercio (3f>).
a) el derecho honorario brindó eficaz 3. Y cuando la distinción de las cosas en.
apoyo a la propiedad bonitaria ( 30 ) contra res mancipi et nec mancipi fue eliminada
el Dominium ex jure Quiritium desde las por Justiniano como cosa inútil (&& Ms), el
postrimerías de la República, con la afa- fundo itálico dejó de ser res mancipi, y se
mada acíio in rem Publiciana (si). abrió amplio lugar para la transferencia
b) La acción Publiciana era la que por más sencilla y legalizada, para la tradi-
primera vez apoyó y se puede decir que le- tio (s«).
galizó indirectamente el sencillo empleo de 4. La in jure cessio, como negocio jurídi-
la simple traditio («2) para transferir la co, en la época y en el Derecho de Justi-
niano cae definitivamente en desuso y en las
Sed iura praediorum urbanorum in jure cedí Pandectas reaparece solamente en su forma
possunt rusticorum vero .... "etiam" mancipan no interpretada (37) como también en los
possunt. Fragmentos de los citados Jurisconsultos.
(26) Gajus, Inst., 11-34.
Hereditas queque in jure cessionem tantum re- Desapareció un negocio jurídico, antiguo,
ciplt. rígido y aparatoso, y por estas razones des-
Fragmenta Vaticana, 293. plazado por otro mejor, más elástico, equi-
(27) Gajus, Inst., 11-14.
Incorporales, quae tangí non possunt, qualis sunt tativo y amplio.
ea, quae jure consistunt, sicut hereditas. La in jure cessio cedió su lugar para la.
Neo ad rem pertinet, quod in hereditate res cor- traditio.
porales contínentur.
(28) Gajus, Inst., 11-35.
Nam si is ad quem ab intestato legitimo jure per- IN JUS VOCATIO.* SUMARIO: A. Definición..
tinet hereditas, in jure etiam aüi ante aditionem B. Época. C. Citación: l. Realizado por.
sedat, id est antequam heres exttterit, proinde f i t 2. Prohibición relativa. 3. Prohibición abso-
"heres is, cui in jure cesserit, ac si ipse per legem luta. 4. Penalidades. D. Lugar: 1. Cuestión
ad hereditatem vocatus essetl" del domicilio. 2. Lugares públicos. 3. Solu-
(29) I., 1,' 2, 7. ción. E. El acto de la citación: 1. Pronuncia-
Hoc etiam "just honorarium" solumus appellare ción. 2. Atestiguación. 3. Manus iniectio.
quod qui honores gerunt, id est Magistratus, auc- P. Reacción del reo. Reacción negativa (I);
toritatem huic juri dederunt. 1. In jus vocatio potencial.2. In jus vocatio
D., 1,"1, 7. PapiníanÚB, Definitiones, II. actual. Efectos de la reacción negativa (II) :
Ju-s Praetoníum est, quod praetores introduxe- 1. muleta y proc. ejecutiva. 2. Manus iniec-
runt adjuvandi, vel supplendi, vel corrigendi juris
civilis •gratia, proter fitilitatem publicam, quod est hendimus; scilicet si ex justa causa traditae sunt
honorarium dicitur, ad honorem praetorum sic no- nobis.
minatum. Gajus, Inst., 11-19.
D., 1, 1, 8. Marcianus, Instituía. Nam res nec mancipi ipsa traditione plent jure
Nam ut ipsum "jus honorarium" est viva vox altfrius fiunt, si modo corporales sunt et ob id
juris civilis. recipiunt traditionem.
(30) En los ílnes de la República, pero espe- (33) La tradición de las cosas res mancipi in-
cialmente desde Caracalla —exceptuando los pocos corporales, según Gajus, Inst., 11-28. Incorporales
que gozaban el jus italicum— la mayor parte de res traditionem non recipere, manifestum est.
la propiedad de los ciudadanos romanos no era (34) P. Bonfante, Elementos y bases de Dere-
quintaría, sino casi exclusivamente bonitaria, cu- cho romano helénico (2-55).
ya transferencia ha sido posible realizar, ni con (35) Fundus Italicus es res mancipi hasta Jus-
la mancipación, ni con la in jure cessio, sino so- tiniano. Fundus provincialis o ager publicus fue
lamente con la traditio. (V. nota 32.) extra commercium hasta Dioclecianom. Por .la sus-
(31) La fecha aproximada de la acción publi- pensión de la inmunidad de los fundos itálicos, el
ciana, Inventada por el pretor Publicáis, es muy fundo provincial entró in commercio.
probable que coincide con la época ciceroniana. (35 .bis) C., 8, 31.
M, T. Cicero, Pro duendo, XLV. Cum etiam res dividí mancipi et nec mancipi,
Defendía yo hace poco tiempo a un ciudadano sane antiguum est, et mérito antiquari opertet, ut
oscuro, un simple escribano, D. Matrinio, ante los sit rebus et loéis ómnibus simiHs ordo, "inuiili-
pretores M. Junio y Q. Publicio. bus" ambiguitatibus et "diferentiis sublatis".
Sobre actio in rem Publ., ver Gajus Inst., IV-36; (En el año 531 de n. era.)
D., 6, 2; I., 4. 6. 4.
(36) ver la nota 32.
(37) Ver la nota 6.
(32) Ulpianus, XIX, 7.
"Traditio" propria est alienatio rerum nec man-
cipi, harum rerum dominia, ipsa traditione apre- * Por el Dr. COENEL ZOLTAN MEHESZ.
tio extrajudicial. G. Reacción del actor. Reac- zones de respeto los ascendientes natura-
ción negativa (I). Causam cadere. Reacción
activa (II): 1. Accionar. 2. Eximir directa
les ( 9 ) y los patronos («>).
o indirectamente. 3. Intervención del pre- 3) La relativa prohibición de in jus voca-
tor. H. Calificación de la "in jus vocatio": tio del patrono (") por parte del liberto,
1. Acto secundario. 2. Conditio sine qua y la pena que para los infractores aplica-
non. 3. Fórmula con contenido puro. 4. Re-
sumen.
ron (i2) hizo necesario:
a) la ventilación de la clase de la preten-
A) Definición: La in jus vocatio es una sión del liberto (i3)_;
citación a juicio que el actor dirige oralmen- b) la determinación del presunto deman-
te al reo demandado (i) con el fin de po- dado ante el pretor;
der comprobar la existencia de un derecho c) para que este resolviera antes de la in
ante el magistrado (2). jus vocatio, si el reo cabía en la categoría
B) Época: Como fórmula procesal con de los patronos;
cambios accidentales perduró casi un mi- d) y en caso afirmativo si correspondía
lenio a través de la monarquía, la república o convenía autorizar al liberto para la rea-
y el principado, pues en la cognición extra- lización de la ¿TI jus vocatio (").
ordinaria ya con cambios esenciales fue 4) Por la inobservancia de los estable-
reemplazada con la litis denuntiatio. cidos en el edicto perpetuo del pretor, acer-
C) Citación: 1) La in jus vocatio es reali- ca de los patronos y ascendientes "sin que
zada por el actor (3) demandante. otorgara la venia a la rústica ignoran-
a) personalmente, si es un actor parti- cia" (i») el pretor aplicaba las muletas pe-
cular; cuniarias (i») o corporales (").
b) por intermedio de un esclavo público,
si el actor es un magistrado (*). ñeque praetorem.... ñeque ceteros Magistratus
qui Imperium habent.
2) En Roma ( 4 b<«) toda persona podía Aulus- Gellius, Nóct. Att., Xin-XTII.
ser citada a juicio, menos las que minucio- Varrus, De re*)us hum: "Los magistrados que no>
samente exceptuaban las Pandectas: tienen derecho a citar a los individuos, ni para
a) así no podían ser llamadas in jus pro- prenderlos, pueden ser citados por un particular.
M. Levino, edilis curulis, íué citado por un par-
visoriamente (los magistrados superiores) ticular ante el pretor... (pues carecía de imperio.
los pontífices, durante los sacrificios, los que Nota del autor).
estaban por casarse; los defensores, mien- D., 2, 4, 4. Ulpianus, Com. ad Edit., V.
. .Quique litigandi causa necesse habet in jure,
tras abogaban ante el pretor; ni los jueces ver certo loco sisti; nec furiosus, vel infantes. ....
particulares, "mientras se hallaban cono- (8) D., 2, 4, 22. Gajus, Com. ad XX Tab.
ciendo una causa" (B) . Estaban exentos los Ñeque impúberes, puellas quae alieno jure su~
participantes de un sepelio (6), y ios que biectae essent, in jus vocare permissum est.
(9) D., 2, 4, 6. Paulus, /. Sentent.
por causa litigiosa tenían que comparecer Parentes naturales in jus vocare nemo potest..
en un juicio. una est enim ómnibus parentibus servando reve-
b) En ninguna manera podían ser llama- rentia.
C., 2, 2, 3.
dos a juicio los magistrados superiores, pro- (10) D., 2, 4, 4, 1. Ulpianus, Com. ad Edit., V.
vistos con el imperio, ni los dementes e in- Praetor ait. párente, patronum, patronam libe-
fantes (?) doncellas impúberes (?), y por ra- ras, parentes patroni, patronae in jus "sine per-
missu meo" ne quis vocet.
(11) C., 2, 2, 1.
íl) Reus (demandado) is cum quo agitur. Sicut bonis morlbus convenit, reverentiam mo-
(2) D., 2, 4, 1. Paulus, Com. ad Edict., TV. numissoris uxori... ita re exigente in jus eam
.In Jus vocare est Juris experiundi causa vocare. sine permissu praetoris vocari, pruhibitum est.
(3) Actor (demandante) is qui agere vult. D. 2, 4, 13. Modest., Pandecta X.
(4) M. T. Cicero, C. Verres., cap. 54. Generaliter eas personas, quibus reverentía praes-
Cuando Verres lo supo, envió un esclavo del tanda est, sina jussu praetoris, in jus vocare non
templo de Venus para notificarle que compareciese possumus.
en juicio en Lillbeo. (12) D., 2, 4, 24. Ulpianus, Com. ad Edit., V.
(4 bis) Constitución Deo Auctore, 10. In eum qui adversus ea fecerit, quinquaginta
Román autem intelligendum est non solum ve- aureorum iudicium datur.
terern, sed etiam regíam nostram, quae Deo pro- (13) D. 2, 4, 10, 12. Ulpianus, Coro, ad Edict., V.
pitio cum melioribus condita est auguriis. Praetor ait: in jus, nisi permissu meo, ne quis
(5) D., 2, 4, 2. Ulpianus, Com. ad Edict. vocct; permissururs enim est, si (amasa aceto non
In jus vocarí non oportet .... pontificem dum sit, vel pudorem non suggillart, qua Patronus con-
sacra facit.... qui uxorem ducat, aut eam, quae venitur vel.
nubat, neo judicem, dum de re cognoscat, neo (14) Parentess. "Et totum Y.oc causa cpgnita
euam, dum quis apud Praetorem causara, agit. debet faceré", nom interdum etiam ex causa fa-
(6) D. 2, 4, 2., ... ñeque funus ducentem fa- mosa, ut Pedius putat, permitiere debet patronum
miliare, justave mortuo facientem. in jus vocari a liberto, si eum gravissima iniuria.
D. 2, 4, 3. Callistratus, Jurisdicciones, lib. I." affecit, flagellis forte cecídit.
Vel qui caá iver prosequuntur, quod etiam vide- (15) C., 2, 2, 2.
tur ex Prescripto Divorum Fratrum comprobatum .. . nec ea re nisticitati venia praebeatur auum
esse. naturali ratione honor hujusmodi personií de-
(7) D., 2, 4. 2. leátur.
In jui vocari non oportet ñeque consulem... (16) D. 2, 4, 12. Ulpianus, LVH, Ad Edit.
a) Las relaciones agnaticias y patronales in jtirS vocatio era trifásico y de carácter
eran en Roma sumamente complejas, y su alternativo, en cuanto:
aclaración requería gran habilidad, expe- 1) En la primera fase el actor empleaba
riencia y pericia. £1 litigante particular ca- la pronunciación oral de la invitación, se-
reció, en la mayoría de los casos de capaci- gún lo21establecido en la Ley de las XII Ta-
dad y habilidad pura atenderse solo; ade- blas ( ), aproximadamente asi: ¡In juste
más su error le aparejaba la indeclinable vaco! (¡Te llamo anta el magistrado!) o,
aplicación de una muleta grande, en conse- ¡In jus sequere! (¡Sigúeme ante el magis-
cuencia; trado!) (22).
b) convenía al actor, antes de realizar la 2) En caso de incumplimiento de la in-
in jus vccatio, dirigirse al pretor para acla- vitación oral el actor elegía la otra alterna-
rarle la pretensión y su relación con la per- tiva y el acto de la in jus vocatio entraba
sona, potencialmente citada. sn su s'guncia fase, en cuanto al actor, se-
El pretor, según el resultado de su exa- gún lo establecido por la ley decemviral (M
men o denegaba u otorgaba su permiso en U, at est amina.') llamaba los testigos, para
forma explícita, si existía efectivamente re- que escuchen la invitación y su negación.
lación patronal, y en forma implícita, si el 3) inmediatamente se procederá a rea-
caso era común y normal. lizar la tercera fase de la' in jus vocatio; la
c) En resumen: la in jus vocatio, inten- aprehen ion del demandado. (Jgitur em ca-
tada por el actor, siempre se efectuaba pre- pito.) En esta alternativa y esta tercera
via consulta con el magistrado. fase la in jus vocatio se identifica con una
D) Lugar de la citación; referente al manus iiiectio, de carácter estrictamente
lugar, en donde la citación del demandado/ extrajudicial (23).
reo se realizó, estarán en cuestión el domi- F) La reacción del demandado: la reac-
cilio del demandado o lugares públicos. ción del demandado frente a la in jus voca-
1) Considerando el carácter sagrado y tio puede ser activa o pasiva.
privilegiado del domicilio C»), la citación I. La manera de su actividad pasiva de-
del demandado eu él sólo fue posible y dio pendió de las circunstancias y de las condi-
resultado, cuando este aceptaba voluntaria- ciones temporales de la in jus vocatio, en
mente la citación. cuanto:
2) Más adelante, con prescindencia de 1) El demandado en caso de una in jus
la conformidad del demandado, prevaleció vocatio potencial:
la opinión de que el simple hecho de citar- a) podía ocultarse en un lugar;'
lo en el domicilio equivalía a violencia O»). b) o ausentarse (24).
3) Por tal razón poco a poco desistióse de 2) En caso de in jus vocatio actual el de-
esta forma de in jus vocatio, más aún cuan- mandado pc-d'a reaccionar pasivamente con
do se permitió practicar la citación en los una resistencia que podía ser otra vez, pa-
lugares públicos. Desde este momento en siva o activa.
Boma la* litigantes hicieron la citación fue- a) resiste pasivamente el demandado, en
ra de domicilio del demandado en lugares cuanto en el acto de in jus vocatio, reali-
públicos, tales como el Foro, el teatro, los zado ante su domicilio, permanece en su
baños públicos, e incluso la viña propia del casa;
demandado (2«). b) resiste activamente el demandado,
E) El acto de la citación: El acto de la cuando el acto de la in jus vocatio, realiza-
do en un lugar público, u otro particu-
Sí Hbertus in fut vocaverit contra Praetoris, edic-
tum filium Potrón* sui .... et el poenalem in fac- (21)Le.T XII Tabitlarum. (a). Si in jvs vocat.
tum accionem, id est qutnquaginta aureorum, ad- lío (b). Ni it, antestamino! (3) ¡gitvr em cu-pito.
verstis íibertum competeré. (22) Presumimos que no exist'eron fórmulas
(17) D., 2. 4. 25. Modestlnus, De poenis. 1. muy exactas, pues en los textos conservados exis-
Si sine Venia Edtcti impetrata Hbertus patro- ten varios en formas diferentes, pero esencialmente
num in jus vocaverit, ex querela paí'oni .... quin- idénticos.
quaginta áureos dat. vel a Praefecto urbi "qitasi E. gr.
inofficiosus castigatur", si inopia dignoscitur la- Plautus. Rudens, III-7.
borare. Pleusipido. (ad Labracem), Eamus ín jusl
(18) D., 2, 4. 21. Paulus, Com. ad Edict., 1. PJautus, Cvrctílius, V-2.
Sed et si sis, qui domi est, interdum vocari in jus Fedromo: Puesto que has aprendido a comprar
potes!, tomen "de domo sua nema ext~ahi debet". hljrs robadas a sus padres, ven conmigo al juicio.
(19) D. ,2, 4 18, Ga/us, I. na legem XII Tab. Plautus, Persa, Tf-S.
Pleríquc putaverunt, nuttttm de domo sua in jus (23) Ver la vo:s MANUS INIZCTIO, en esta Enci-
vocari licere, quia dormís tutissimum cuique refu- clopedia.
giuní atque receptaculum sit, eumque, qui inde ("') No interfiere en los efectos Jurídicos de la
in juí vocaret, vim tnferre videri. ausencia la calificación de ésta. En consecuencia,
(20) D.. 2, 4, 20. Gaius I. ad legrm XII Tab. la avsrncia involuntaria del demandado acarrea
Sed etíam a Diñes, et balneo, et theaíro nemo les mismos efectos que la ausencia voluntarla con
dubitat in jus vacarí licere. el fin de sustraerse a la in jus vocatio.
lar (25) se niega a seguir al actor a compa- Frente al resultado apremiante que le traia
recer ante el magistrado. aparejada su resisten :ia a comparecer ante
II. Los efectos de la reacción negativa el magistrado, al demandado le pareció más
de parte del demandado, se califican y se útil, honesto (si) y provechoso comparecer
dividen en tres formas, en dos diferentes ante el magistrado, pues,
aplicaciones. 1) Si la in jus vocatio por relaciones ag-
1) Si el demandado se sustrae a la in jus naticias o patronales, carecía del permiso
vocatio, ocultándose o ausentándose (*«) o correspondiente del pretor, el muletada se-
simplemente permanece en su casa, le será ria el actor y no el reo.
aplicada —salvo la ignorancia rústica: 2) Si la pretensión del actor fue inadmi-
a) la muleta pecuniaria del pretor («); sible, el pretor no tarda en negar la acción.
b) además en los mismos casos, el pretor, 3) Podía ocurrir también, que el actor,
sin el previo cognito causas, aplicará al de- luego no aparezca en el dizs secuta, y se-
mandado el procedimiento ejecutivo del de- gún lo establecido en las XII Tablas (&)
recho honorario, ordenando la Bonorum el actor por la razón de causam cadere, per-
posssssio o venditio a favor del actor/de- derá el litigio.
mandante (28). 4) También puede suceder al demandado,
2) Si el demandado resiste activamen- que mientras se encamine hacia el magis-
te (*») seguir al demandante ante el magis- trado:
trado, será aprehendido por medio de la a) encuentre quien lo defenderá econó-
manus tniectio, micamente (33), O
a) y será llevado a pie ante el pretor, o b) transija sobre la cuestione»), como
b) en caso de enfermedad, vejez o de- la ley establece {**).
fectos cprporales, según lo establecido O) La reacción asi demandante: La con-
por la ley decemviral (*<>) será llevado por ducta del demandante acerca de la in jus
carro. vocatio podía ser activa o pasiva.
ni. La reacción activa del demandado. I. Su actuación era pasiva si en el dies
secuta no reaparecía, dando el caso de cau-
(25) Ver nota 20. (Foro, teatro, tralneario. hu- sam cadit, y lugar a lo dispuesto: Post m°.-
ta en su propia viña se puede citar al demandado, riditm praesenti litem addicito! (Ver F/I1I-
¡a viña pues no es domicilio.) 3.) («6).
(26) En el Derecho romano el ocultarse es equi-
valente de s!n dejar Informe sobre su paradero. II. En lo que se refiere a su conducta ac-
(27) D, 2, 5. 2, 1. Paulus. Com. ad Edtct.. 1.
Si quis in jus vocatum no ierit. ex causa a com- (31) V. la voz UTUJTAS (EN EL DERECHO HO-
petente "Índice muleta" pro jurisiictione judiéis MARO).
damnatibur. (32) tez Xll Tab., 7.
Runtfcitatt enim hominis pttrccn&iim erlt (de- Poat neridiem praesentt litem addicito.
berá perdonarse la rusticidad). Aulus Oellius, Nocí. Attic., XVTI-2.
(28) El pretor dice en su edicto: Qui frauda- En las Doce Tablas s^ encuentran estas palabras:
tionf» causa latitavit, si boní viri arbitratu non Antes de mediodía... después de mediodía que se
defen-íttur, ejus baña possideri vindique jubcbo decía el proceso en favor de le parte presente..."
(Scialoja. Proc. de D. R., pág. 305). (33) Lex XII Tabularum. 4.
(29) Leí Xll Tabularum. Assiduo viudez asstduui esto! Proletario iam civi
Si caívitur, pedunve pedunve stríut, "manum qu?'s volet vindex esto!
endo ilaclto!" Aulus Oellius, Nocí. Att., XVI-IO
Ffstuí: struere! Antiqui dicebant pro adicere, Assiduus en ¡as Doce Tableo designa al ciuda-
auyere at in duodecim quod est: "Si culvítur... ut dano rico que desempeña desahogadamente sus de-
supra..." Alti puníant significare retrorsus iré, beres. Esta palabra se deriva .... de assem daré,
alii in aliam partem (iré) alii fugere. dar dinero, cosa que hacían cuando lo reclamaban
Fes tus: pedenmve sustruit in. XI!, tignificttt las circunstancias .... assíduus figura también con
lugit. el nombre ds locuples, poseedor de bienes en plc-
D.. 50, 16. 233. Gajus, Ad legem XII Tab. rique loco o locu-ple(rique) en diferentes lugares.
Si calvityr, et moretur et frustretur inde et ca- M. T. Cicero, Tópico.
lumniatores appcllatt sunt. ... Manda la ley. que el contribuyente apoye al
(30) Leí Xll Tabularum. contribuyente, y por consiguiente el rico al rico,
Si morbtts, aevitasve vicium escít, jumentum porque el rico es contribuyente, como dice El:o:
dato! (81 suíre enfermedad, vejez o un defecto cor- el contribuyente (assiduuus) se llamó asi, ob asse
poral, dale un carro.) dando.
Modestlnus, IX. Dif/ereníiarum (D., 50, 16. 101, Oajus, II, Ad legem XII Tab. (D., 50, 16, 234, 2).
2). Locuples est qui satis idoneus habet pro magni-
Verum est "morbum" esse temporalem corporls tudine reí, quam actor restituendamrsse pettt. (Lo-
imbecitlitotem. "Vitum vero perpetuum corporis cuples es que tiene lo suficiente para satisfacer
inpedimentum, veluti sí ta!um excussit nam et al actor!)
luscus itaque vitiosus est. (La enfermedad es una (34) D./2, 4, 22. 1. Gajus. Ad legem XII Tab.
temporal debilidad del cuerpo, pero el vicio es un Qui in jus vocatus est. doubus casibus dimiíten-
impedimento perpetuo del cuerpo, como, p. ej.. la dus est. Si quis ejus personam defendet, et si dum
deformación del talón...) in jvs veni'ur, de re transactum Juerit.
Pnulus VIII, Ad Sabinum (D., 50. 17, 29). (35) Lex XII Tabularum, 5.
Quod. initio viíiosum est, non potest tractu tem- Rcm ubi pacunt. orato! (SI se hace la paz...)
poris convalescere! (33) Ver nota 32.
tiva, ésta era guiada según el grado de la solamente al procedimiento ejecutivo con-
legalidad de las pretensiones del actor, pues tra el demandado.
éste 3) Como fórmula, se destacó por su con-
1) persuadido de la legalidad de su pre- tenido simple y puro, pues limitábase al es-
tensión procedía según lo establecido por tricto llamamiento ante el magistrado, sin
la ley; ventilar las pretensiones («>).
2) En caso contrario, y si además care- 4) En resumen: La in jus vocatio como
cía de honor, podía eximir (^) a su supues- fórmula de citación, era un acto —según
to contrincante (al demandado) directa o su existencia— secundario, pero —según
indirectamente. su esencia— primario, con la finalidad de
a) Directamente o por fuerza o por dolo comprobar un derecho y de iniciar un litigio
malo con la finalidad de aprovechar los be- por la recuperación correspondiente, ante el
neficios, que se producen por la no apari- magistrado superior del pueblo romano.
ción de los citados (38).
b) Indirectamente cometió o se hizo sos- IN MEMORIAM. (V. INFORMACIÓN AD PER-
pechoso por el Eximio el que premeditada- PETUAM.)
mente citó al demandado cuando éste se
encontraba ausente por razones particula- IN PARTIBUS INFIDELIUM.» La locu-
res. ción latina in partibus infidelium, ha de
3) La ventilación de los casos, pertene- traducirse por "en regiones de infieles".
cían a la jurisdicción del pretor, que según En los primeros siglos del cristianismo
lo- deliberado, aplicaba la pena correspon- existieron diócesis que adquirieron prospe-
diente (»»). ridad y desarrollo, pero que, tras haber
H) Calificación de la in jus vocatio: La caído en manos de infieles, fueron paulati-
in jus vocatio como fórmula procesal se namente desapareciendo. A fin de mantener
destacó por su forma, por su carácter de el recuerdo de aquellas viejas diócesis y de
condición y también por su simple y puro que no se perdieran sus nombres en la no-
contenido. che de los tiempos, los papas han acostum-
1) En sí era un acto secundarlo, pues su brado designar obispos (o arzobispos) con
realización, por las razones ya expuestas aquellos títulos episcopales.
(ver C/3) era concedida previa consulta A estos obispos, cuyos primeros vestigios
con el pretor. aparecen en el canon 37, del Concilio Tru-
lano, en el año 692, se los llamaba in parti-
2) Mas no por eso dejó de ser una con- bus infidelium. A partir del 27 de febrero
ditio sine qua non de un litigio bifásico. de 1882, por intermedio de la Congregación
El ineumplimiento de la in jus vocatio de Propaganda Fide, León XIII sustituyó
excluía la posibilidad del juicio, dando lugar esa frase por" la de "obispos titulares", con
el agregado del nombre de la diócesis an-
(37) D., 2, 7, 3, 2. Ulpíanus, Con. ad Edit., V. tigua que se recuerda.
Quod praetor praecepit VI EX1MAT, vi an et En sus Letras Apostólicas In Suprema, del
dolo WIOÍON Suj/icit VI, quamvis dolus malus ces- 10 de junio de 1882, el nombrado pontífice
set.
D., 2, 7, 4. Paulus, IV, Ed Edictum. expresaba, que los obispos titulares, "son
Pero la palabra eximiros genérica, como dice promovidos a la dignidad, episcopal con el
Pómpenlo, porque arrebatar .es quitar de las ma- título de las iglesias catedrales en otro tiem-
nas por rapto y eximir es quitar de cualquier modo, po florecientes, y ahora sin clero y sin fie-
por ejemplo, si uno hubiera demorado a alguien:
a) a íin de que no fuese al juicio, para que les, a fin de que no desaparezca por com-
transcurriese el término de la acción, o se perdiere pleto el recuerdo de su antigua dignidad".
la cosa con el tiempo, se entenderá que eximió, Son verdaderos obispos que, tras la cere-
aunque no hubiera exentado a la persona; monia de la consagración episcopal que re-
b) pero también (se entenderá que eximió) si
lo hubiere retenido en algún lugar, y no le dejó cibep de otro obispo, adquieren la plenitud
presentarse, está comprendido en estas palabras. del Orden Sagrado. Pero, a diferencia de
(38) Ver los puntos F-2. los que han sido colocados en el gobierno de
(39) La pena establecida por el Edicto perpe-
tuo del pretor íué aplicada únicamente en el caso una diócesis, no pueden ejercer potestad
de eximio de fuerza (VI eximita!) alguna en aquella de la cual son titulares,
D., 2, 7, 1. Ulpianus, Com. ad Edict., V. y de la que ni siquiera toman posesión (ca-
Estableció «1 pretor este edicto para contener con non 348). Es decir, que aunque reciben el
el temor de la pena a los que por la fuerza arreba-
tan a los citados a juicio (Hoc Edictum Praetor carácter episcopal, no tienen jurisdicción en
proposuit ut metu poenae compesceret eos, qui in el lugar donde otrora existieron aquellos
jus vocatos VI eripiunt) obispados, y carecen de clero y de pueblo,
(40) Plautus, Persa, IV-9. por lo cual se encuentran eximidos de resi-
Saturion: ¡Ven, Lenón, conmigo ante el magis-
trado! dencia. Si se los convoca, pueden participar
Bórdalo: ¿Por qué tenía que ir?
Saturion: Ya telo diré delante del pretor! * Por el Dr. ALFREDO NOCETTI FASOLINO.
de los Concilios Ecuménicos, con voto deli- Civ. 1» en L. L. 5-780; Busso, Código civil
berativo, a no ser que otra cosa se prevenga anotado, Ediar, Bs. Aires, 1955, t. 5, pág. 96;
expresamente (canon 223). Luis de Gasperi, Tratado de las Obligacio-
Los obispos titulares, no poseen, en conse- nes, Depalma, Bs. Aires, 1946, II, núm. 838,
cuencia, las obligaciones que son propias pág. 74 y sigs; Giorgi, Teoría delle Obbliga-
de los obispos residenciales, mas se les pide zioni, Pirenze 1825,1, núm. 183; Savigny, Le
que rueguen a Dios por los que viven en los Droit des Obligations, trad. francesa de Hip-
lugares, de donde han recibido el título. pert, París, ed. Durant y Lauriel, 1873,1 § 20,
"Aunque no tienen obligación, con todo, por pág. 158; De Crescenzio y Contardo Ferrini,
caridad, conviene que alguna vez apliquen en Enciclopedia Giuridica Italiana, dirigida
la Santa Misa por su diócesis" (canon 348). por Mancini y Pessina, Socieíá edltrica Li-
Los obispos titulares, gozan de todos los braría, Milano s/a, 1.12, parte I, ObbZipazio-
privilegios episcopales que les asigna el Có- ne, núm. 389, pág. 428).
digo de Derecho canónico. La Santa Sede, 2. Demolombe, XXVI, números 287 y si-
reserva estas designaciones: guientes al comentar las teorías de Aubry
a) A aquellos obispos que sirven a la et Rau y de Mourlon sobre la solidaridad
Iglesia, en la dirección y administración de imperfecta, expresa que ño existe tal, puesto
la misma, generalmente en el propio Va- que la solidaridad es creada por la ley o por
ticano; la convención, y es de un solo tipo.
b) A los que ocupan cargos diplomáti- La cuestión se plantea con respecto a los
cos pontificios o delegaciones apostólicas; actos ilícitos cometidos por varias personas.
c) A los que se retiran de sus sedes resi- Para Demolombe, el hecho de que la obliga-
denciales, por causa de edad, enfermedad u ción sea exigible in totum o in solidum, o sea
otras razones, sin perder, como es lógico, su en su totalidad, por entero, a cualquiera de
condición episcopal; los obligados, no significa que se superpo-
d) A los que son designados como obis- nen las dos obligaciones, como por ejemplo,
pos coadjutores (con derecho a sucesión) o las del fiador y del directamente obligado.
como obispos auxiliares (sin derecho a su- Demolombe expresa (núm. 295 a 304) que
cesión), de los obispos residenciales. "la obligación in solidum, o sea la obligación
En la República Argentina han existido, de varios que comprende íntegramente una
y existen, numerosos obispos titulares. Los deuda que no se reparte entre ellos, es algo
dos primeros, llamados entonces obispos in distinto a la obligación solidaria que la ley
partibus infidelium, fueron monseñor Ra- reglamenta. Esta última tiene un régimen
fael Andreu y Guerrero (obispo de Epifa- preciso instituido por el Código, en tanto
nía) y monseñor Mariano Medrano (obispo que aquella ha quedado sin reglamentar.
de Aulón, que fuera luego obispo diocesano Las principales diferencias son : 1') La so-
de Buenos Aires). lidaridad es una cualidad excepcional en
virtud de la cual una deuda colectiva que
IN SOLIDUM.* 1. El artículo 699 del Có- en principio debería dividirse, no se divide
digo civil, expresa que "la obligación man- sino que se concentra. Por lo mismo que es
comunada es solidaria cuando la totalidad excepcional, requiere que expresamente la
del objeto de ella puede, en virtud del título ley o la convención hayan dispuesto que esa
constitutivo o de una disposición de la ley, deuda no se divida. En las obligaciones in
ser demandada por cualquiera de los acree- solidum pasa algo distinto: .por imperio de
dores a cualquiera de los deudores". las circunstancias que rodean su nacimiento,
Esta es la solidaridad perfecta, existiendo por la fuerza misma de las cosas la obliga-
en doctrina sutiles diferencias entre dicha ción nace como obligación integral a cargo
solidaridad, y la solidaridad imperfecta, co- de cada uno de los deudores. No es menester
rrealidad o solidaridad simple, como asimis-. que una disposición expresa establezca que
mo entre la obligación solidaria y la obli- ella no se divide, porque por su propia es-
gación in solidum. tructura no corresponde que se divida. 2')
Sin embargo, nuestro Código no ha reco- La deuda solidaria supone la existencia de
gido tales sutilezas, y para él no existe más una vinculación entre los copartícipes, en
que la solidaridad perfecta (Salvat, Obliga- tanto que la deuda in solidum no la requiere.
ciones en general, 6» ed. con notas de Enri- De estas diferencias fundamenales en cuan-
que V. Galli, T.E.A., Bs. Aires, 1953, t. 2, to a la esencia de la obligación, surgen una
pág. 60 núm. 878 o núrn. 967 a 969; .Lafaille, serie de consecuencias: La culpa de uno en
Curso de Obligaciones, Bs. Aires, 1927, II, la pérdida de la cosa, no crea responsabili-
núm 440 bis, y Tratado de las Obligaciones, dad a cargo de los otros; la demanda contra
Ediar, Bs. Aires, 1950, II, núm. 1126; Colmo, uno de los obligados no interrumpe la pres-
Obligaciones, Bs. Aires, 1920, núm. 528; Cám. cripción ni hace correr intereses a cargo de
los otros; la remisión de deuda hecha a un
* Por el Dr. ALBERTO M. Enera. deudor no beneficia a los cqmpañeros. En
cambio, en otros aspectos, las deudas in Recuérdese que en toda obligación debe
solidum tienen un régimen similar al de las distinguirse el vínculo de la responsabilidad:
obligaciones solidarlas: asi, por ejemplo, Schuld y Haftung (v. nuestro estudio en
el deudor que haya pagado tiene acción re- esta Enciclopedia, t. XII. págs. 824 y sigs.).
cursoria contra los codeudores, porque ese Y puede existir responsabilidad sin vinculo.
recurso no es una consecuencia de la soli- 5. En la doctrina y jurisprudencia argen-
daridad, sino que responde al principio ge- tina se ha discutido largamente, si existe
neral del enriquecimiento sin causa" (i). solidaridad entre los obligados por un cuasi-
En resumen, pues, la obligación in solidum, delito, o si la obligación es in solidum. Colmo
es aquella en que se puede demandar la cp. cit. núm. 529, expresa que "nuestro de-
totalidad a uno de los deudores, pero tal recho ignora la obligación in solidum", Sal-
demanda no perjudica al otro; la remisión vat, Hechos ilícitos, op. cit:, núm. 2790 y
de la deuda en favor de uno, no beneficia sigs., niega también la existencia de solida-
al otro; la mora de uno, no perjudica al ridad en los cuasi-delitos. Véase un estudio
otro, etcétera. Diferenciase de la obligación de Pedro León, en Revista Jurídica de Cór-
solidaria, en que en ésta lo que beneficia o doba, 1.1 pág. 302,'y una nota del suscripto,
perjudica a uno, beneficia o perjudica al resumiendo la cuestión, en J. A. 1953-IH-222.
otro, porque los deudores se consideran Nosotros sostenemos la existencia de la
mandatarios unos de otros (Cód. civ., arts. solidaridad.
705 y 708, y sus notas).
3. Así puede decir Busso, op. cit., núm. 55, BIBUOGBAFÍA. — La citada en el texto.
que la teoría de la solidaridad imperfecta
ha derivado, pues, en la teoría de las obli- IN STATU QUO. (V. INNOVACIÓN EN EN
gaciones m solidum, como tipo paralelo pero ESTADO DE LA COSA LITIGIOSA. INTERDICTO DB
distinto de las obligaciones solidarlas. Esa NO INNOVAR.)
idea ha sido recogida en el moderno Derecho
francés, si bien no aparecen bien definidos IN STIRPES. (V. ESTIRPE.)
los caracteres de esas obligaciones. Capitant,
señala que io característico es que varias IN VOCE. (V. INFORME IN VOCE.)
personas aparecen obligadas íntegramente
a una prestación, sin estar vinculadas entre INALIENABtLIDAD. (V. BIEN DE FAMILIA.
sí por un nexo de solidaridad (Capitant, BIENES INALIENABLES. DOMINIO. HOMESTEAD.
nota en Dalloz Périodique, 1903, 1, 401). Ri- RESTRICCIONES DEL DOMINIO.)
pert y Boulanger, después de preguntarse
si esa noción no es un simple artificio de INAMOVILIDAD.* Dícese de todo aquello
lenguaje para reconocer la existencia de so- que aquello que tiene la calidad de inamo-
lidaridad sin usar la palabra, concluyen que vible, o sea que no es movible. Pero si bien
se trata de un concepto con valor propio el término es aplicable a cualquier cosa que
y diferente del de obligación solidaria (Rl- no pueda ser separada del lugar o del pues-
pert y Boulanger, Tr. élém, II, aúm 1884). to que .ocupa, cuando en términos jurídicos
En el mismo sentido: Dalloz, Nouveau Ré- se habla de ina movilidad, re entiende que el
pertoire, t. 3», Pan?, 1949, .voz Obligations, concepto está referido al derecho que tienen
núm. 192. Varios autores y fallos se han los funcionarios y empleados públicos de
ocupado del tema repitiendo ideas similares toda clase, de no ser separados de sus car-
(cita varios). gos salvo en aquellos casos que la propia ley
4. Otros autores distinguen la obligación determina, como son, característicamente,
in solidum de la responsabilidad in solidum: los derivados de la mala conducta, de la
Pérez Vives, Teoría general de las obligacio- ineptitud, de la negligencia en el desem-
nes, 2* el. Temis, Bogotá 1954, t. 2, nútns. peño de iu misión o, desde otro punto de
184 y 235; t. 3, núm. 312, siguiendo a Pla- vista, por haber alcanzado una edad que
niol, Ripert y Esmeín VII, núm. 244, expresa les permite acogerse a los beneficios de la
que "en nuestro sentir habrá responsabili- jubilación. La inamovilidad del empleado o
dad in solidum (ya que na obligación soli- funcionario público es equivalente a la es-
daria o in solidum) en todos aquellos casos tabilidad del empleado particular, e inclu-
en que una persona responda por otra, pu- so, con respecto a aquellos, se puede y se
diendo ser demandada por la totalidad suele utilizar la palabra estabilidad como
(in solidum) sin que, a pesar de ello, se sinónima de inamovílidad.
produzcan los naturales efectos de la soli- El tema ofrece extraodinaria importan-
daridad, en especial los consignados en el cia, porque cuando el funcionario tiene con-
artículo 1579 C. C,". ciencia del derecho a ser respetado en su
(1) Resumen do Busso, op, cit., pág. 95, nú-
mero 64. * Por el Dr. MAKUO. OSSOBIO r FLOBIT.
función (salvo en aquellos casos que legal- vas de un Estado de Derecho, ya que es in-
mente pueden ocasionar su destitución o compatible con los regímenes totalitarios o
cesantía) actúa con mayores probidad com- con los gobiernos de facto, en los cuales la
petencia y dedicación al trabajo. El em- voluntad omnímoda del dictador c del gru-
pleado público que carece de estabilidad, po que le apoya es incompatible con todo
sabe bien que la permanencia en su cargo derecho individual, entre otros el de la ina-
depende de la arbitrariedad, de sus jefes je- movilidad de Iss funcionarios.
rárquicos, y que para poco o para nada le Bien se comprende que si la ir.amovili-
han de servir su buen proceder y su interés dad debe constituir la norma general, resul-
en el cumplimisnto de sus deberes. La con- ta tanto más necesaria cuando se trata de!
secuencia lógica de ese estado de ánimo, le personal que desempeña funciones judicia-
fuerza a poner toda EU atención en ver si les ya que si carece de tal garantía, queda
encuentra otro empleo, dentro o fuera de la afectada &u independencia, lo cual es su-
administración pública, que le reporte me- mamente grave, porque es bien sabido que
jores beneficios económicos inmediatos. Y sin independencia de los miembro3 que in-
esto dn entrar a considerar el riesgo más o tegran el Poder Judicial, no existe auténti-
minos remoto de que quien realiza su labor ca justicia.'
en tan precaria: condiciones, trate de cu- Mas no basta con que los servidores del
brise de la posible cesantía mediante pro- Estado en cualquiera de sus ramas gocen
cedimientos nada honestos. Contrariamen- de inamovilidad. porque para que ella re-
te, el funcionario que se considera seguro sulte moral y prácticamente efectiva, se ha
en su posición, tratará, lógicamente pensan- de completar con un acertado sistema de
do, de no incurrir en ninguna de las cau- ingreso y de ascensos. E?, decir, que se tiene
sas que pueden motivar su separación legal que ir a la formación de las diferentes ca-
del empleo, porque al actuar indebida o des- rreras judiciales y administrativas en las
honestamente, es muy grande el riesgo a que para nada y en ningún momento jue-
que se expone. guen el favoritismo o los intereces parti-
En muchos países —en aquellos de mayor darios.
adelanto administrativo— la inamovilidad Para la mejor comprensión de este tema,
constituye un derecho indiscutible. En la remitimos al lecto a otras voces de esta
Argentina —como en otros países america- Enciclopedia en que ha sido desarrollado.
nos— todavía quedan residuos de aquellos (V. EMPLEADOS PÚBLICOS. ESTABILIDAD. JUDI-
tiempos, no muy lejanos, en que al cambiar CATURA. PERSONAL CIVIL DE LA NACIÓN, DE LAS
el titular del Poder Ejecutivo, cambiaban PROVINCIAS Y DE LOS MUNICIPIOS.)
todos los empleados públicos, desde lo,= de
más elevada jerarquía hasta los más mo- INAMOVILIDAD DE LOS JUECES. (V.
destos servidores de la administración. En JUDICATURA.)
provincias era esa la noma corriente, según
es bien sabido. En otros términos: los em- INAPELABILIDAD.* SUMARIO: I. El Tema.
II. Concepto. III. Importancia de la cues-
pleadas carecían de toda inamovilidad. En tión. IV. Nuestro sistema vigente. V. Limi-
cierto modo ello era lógico, porque debién- taciones al derecho de apelar: 1?) Por ¡a ín-
dose los nombramientos al favoritismo mi- dole de la resolución. 2?) Por el tipo de pro-
nisterial o a los coiripromhos polínicos de ceso: A) De menor cuantía. B) Procesos la-
borales. C) De mayor cuantía: a) Sentencias
partido, sin consideración a circunstancias definitivas, b) Sentencias interlocutorlas que
de capacidad comprobada, no era de extra- causan gravamen Irreparable, c) Sentencias
ñar que los empleados y funcionarios más Interlocutorias que deciden artículo, d) Pro-
que servidores de la Nación o del Estado, se videncias de mero tramite. D) Procesos es-
peciales: a) Interdictos, b) Desalojos, c) Ley
considerasen servidores del gobierno y del de ouiebra 11.719. E) Juicio ejecut'vo. Su-
partido político que los había designado. puestos a), b) y e ) . F) En la ejecución de
Por suerte toda esa situación ha cambiado sentencia. G) Juicios sumarios y sumarisi-
y los servidores de la administración públi- mos. H) Ley federal núm. 50. 3?) Por ei
ca nacional, provincial o municipal gozan monto. 4") Situación del rebelde. 5») Me-
didas cautelares: A) Principios generales.
hoy de unas garant-'as que antes no tenían B) Situación especial en la Justicia del Tra-
y que están consignadas en los estatutos bajo. VI, Inape:aWlidad en función de la
par los cuales se rigen. No cabe ocultar que índole de las reso'uciones relativas al juirio
ordinario. Necesidad de una sistemática cla-
esas garantías no tienen un valor absoluto sificación y univoca denominación de ios
y que a veces no es debidamente respectada proveídos judiciales: 1?) Principios genera-
esa estabilidad. Únicamente el personal de les. 2?) Clasificación de las providencias v
las fuerzas armadas ha disfrutado siempre secuencia acerca de su apelabilidad. A) Sen-
tencias definitivas. B) Sentencias o autos
de un auténtica inamovilidad. interlocutores que deciden artículo. C) Son-
Claro es que la inamovilidad únicamente
puede darse en los regímenes representati- • Por el Dr. ÓSCAR I. RILLO GÁNALE.
léñelas o autos interlocutorlos que causan
justicia buena pero lenta" (*). Quiere de-
gravamen irreparable. D) Providencias de cir, entonces, que hoy se tiende a restrin-
mero trámite ó decretos de cajón. VII. Quid
del auto que concede o deniega el recursogir la apelabilidad y aumentar la inapela-
bilidad, como una necesidad para una jus-
de apelación. ¿Es apelable o no?. VIII. In-
apelabilidad en función de cierto tipo de re-
ticia acelerada. Si el tiempo es oro, en los
soluciones. IX. Colofón. procesos es más: Es justicia, como también
I. El tema. Es una materia ubicada den- lo ha señalado con su agudeza habitual
tro del Derecho procesal, importante pre- Couture. Se regresa entonces a épocas pri-
ceptiva hoy situada —sin discusiones, por la mitivas en que la apelabilidad no existió ($).
mayoría de la doctrina— como una rama en IV. Nuestro sistema vigente. Se ha dicho
Derecho público. y bien (6) que "la apelación es el más im-
Su análisis es de gran importancia, ya portante y el más utilizado de los recursos
que —y como veremos luego— la apelabili- ordinarios. Funciona tanto en el proceso
dad o no de las resoluciones judiciales, im- escrito como en el oral, según resulta de la
portan una secuela de gran trascendencia simple confrontación de la legislación com-
en las contiendas judiciales. Aquí aludiremos parada. En la instancia única aparece su-
exclusivamente a la característica de ciertos primido, o tal vez sea más exacto decir sus-
proveídos dictados por el órgano jurisdic- tituido en la generalidad de los casos por
cional para ser considerados como apela- una «revisión» que lleva al mismo doble
bles o no, y como juega la inapelibilidad en examen del caso. Hay regímenes procesales
los más importantes tipos de proceso, pero donde se limita la apelación pero fortale-
referido exclusivamente al proceso civil, con ciendo o ampliando la casación como se
especial referencia al sistema vigente en intentó hacerlo en el Código italiano de 1940;
nuestro país, la República Argentina. o donde se la reemplaza directamente por
II. Concepto. El término es un derivado la casación como en el proceso laboral de
de la voz jurídico-procesal "Inapelable", la la provincia de Buenos Aires, con el riesgo
cual como bien han dicho Couture (i) es de desvirtuarla y convertirla en tribunal de
el "atributo o calidad de las resoluciones hechos". Lo que quiere decir que se debe dis-
judiciales que no son suceptibles de recurso tinguir el sistema positivo vigente de cada
de apelación". país. Donde impera la oralidad en tribunal
III. Importancia de la cuestión. Es de único, no cabe la apelación por razones
singular valor para los prácticos, en espe- obvias. Aquí impera la inapelabilidad con
cial los abogados en ejercicio, conocer la toda fuerza. En nuestro ámbito existe tal
teoría general o principios generales que sistema en los Códigos de procedimientos
civiles vigentes en Jujuy y La Rioja, en los
regulan el tema. Ello es así ya que como años 1949 y 1951 respectivamente. También
técnicos del procedimiento, deben conocer en los procesos laborales tramitados en la
todo lo relativo a la clasificación de las re- provincia de Buenos Aires y ámbitos que
soluciones judiciales, para hacer uso de los han seguido su preceptiva. Es en el proceso
recursos que correspondan. Conforme a la escrito, predominantemente dispositivo y con
índole de la resolución recurrida, será ella doble instancia,
o no apelable como veremos luego. Además ordinario, dondey laeninapelabilidad
especial para el juicio
es la ex-
debe saberse que cada tipo de proceso tiene cepción. En nuestra capital y provincias que
una mayor o menor amplitud en cuanto a
la apelabilidad o no de las resoluciones que han seguido su sistemática, la apelación es
principio rectpr. Tan es así que la jurispru-
en él se dicten. No es igual el régimen de dencia de nuestros tribunales ha establecido
apelaciones en el proceso ordinario, que en como principio que en situaciones de duda
el ejecutivo o cautelar. debe estarse por la apelabilidad de la reso-
Además es importante destacar, que hoy lución respectiva CO. Pero en otros, en es-
a diferencia de épocas anteriores, "se va res- pecial en los de índole sumaria o sumarísi-
tringiendo la posibilidad de recurrir" ('•>). ma impera el principio contrario, es decir,
Ello es así para cumplir con los principios el de la inapelabilidad ( 8 ).
rectores del proceso, como son el de econo- En nuestro país, y en especial en el ám-
mía y celeridad («). Es por ello exacto lo bito metropolitanOj la inapelabilidad y su
que se ha dicho entonces, de que "la ten-
dencia de nuestro tiempo es la de aumentar (4) Couture, Fundamentos, pág. 340 y nota 11.
los poderes del juez, y disminuir el número (5) Pallares, Diccionario de Derecho procesal,
de recursos; es el triunfo de una justicia voz Apelación, pág. 64,
pronta y firme sobre la necesidad de una el (6) Ibáñez Procham, Tratado de los recursos en
Derecho civil, 2» ed. 1957, pág. 131, Ed. Biblio-
gráfica Argentina.
(1) Couture, Vocabulario jurídico, pág. 336. (7) Podetti, Tratado de los recursos, pág. 128;
(2) Couture, Fundamentos, 3» ed., pág. 349. Costa, op. cit., pág. 77, y jurisprudencia que glosa
(3) Costa, El recurso ordinario de apelación en por la C. S. de la Nación, Fallos, t. III. pág. 202.
el proceso civil, pág. 111, núm. 81. (8) Podetti, op. cit., pág. 120, nota 10.
lógica consecuencia la apelabilidad, debe A mi juicio la inapelabilidad juega en
desarrollarse distinguiendo la clase de re- nuestro país y en particular en la Capital
solución, el tipo de proceso, el monto y Federal, en función de 3 directivas:
otras cuestiones singulares que se analizan y 1') Por la índole de la resolución: La
distinguen en capítulos siguientes. Es decir, clase de resolución dictada por el juez de-
que analizaremos el tema bajo la íórmula terminará si ella es o no apelable. Por ello
de limitaciones al derecho de apelar, en el es necesario que la doctrina y la ley efec-
sentido de que en tales eventualidades surge- túen una buena clasificación de ellas en
con evidencia y claridad la institución de función de cuando no deberán ser conside-
la inapelabilidad. radas las mismas como inapelables. Es tal
V. Limitaciones al derecho de apelar. vez la distinción más Importante. Calaman-
¿Cuándo rige la norma o preceptiva de la drei en materia de medidas cautelares, des-
inapelabilidad? arrolla toda su doctrina haciendo un aná-
Podemos establecer como principio que lisis referido precisamente al contenido de
la apelación no es una garantía individual este tipo de proveídos, para distinguirlos de
de orden constitucional que obligue al Es- otros.
tado a concederla sin limitaciones. Este 2') Por el tipo de proceso. Lo hacemos
puede por distintos criterios y con la fina- tomando en cuenta las enseñanzas magis-
lidad esencial antes aludida de procurar ce- trales que sobre el proceso ha explicado el
leridad y economía en los procesos, poner maestro Carnelutti. Este como es sabido y
límites a la apelación que las partes inten- a diferencia de otros artífices de la escuela
ten en los litigios. En el Derecho canónico italiana de Derecho procesal, desarrolla su
la apelación era un derecho incuestionable obra cúspide —"Sistema de Derecho Proce-
del individuo, por lo que el Estado tenía el sal Civil"— sobre la base de la clasificación
deber de reconocerla sin trabas. Es decir, o tipo de procesos. Ouiándome por tal doctri-
que la apelación era considerada de dere- na y refiriéndola a nuestro sistema procesal
cho natural (»). Como ha dicho la doctrina vernáculo podemos decir que conforme sea
"en nuestro régimen político... no es un el tipo de proceso, juzgará con mayor o me-
derecho de origen constitucional, es decir, nor amplitud la apelabilidad o inapelabili-
no se cuenta entre las garantías individua- dad en su sistemática.
les que consagra la Constitución Nacio- Con tal sentido efectuamos la siguiente
nal" ( 10 ); por cuanto la doble instancia "es discriminación:
un problema que atañe a la organización A) De menor cuantía. Regulado por la
judicial como elemento de buena adminis- ley 11.924 que determina el procedimiento
tración" ("). De allí entonces que la apela- en la Justicia Nacional de Paz en esta me-
ción no sea materia que interesa al orden trópoli. Por las reformas introducidas por
público, constituyendo sólo una facultad U2) el decreto-ley 23.398/56 que ha modificado
concedida al litigante en procura de mejor los artículos 34, 35 y 36 de aquella ley y es-
justicia. "No es una etapa íatal y necesaria pecificado su artículo 52 con carácter ta-
de todo juicio, sino una manera de com- xativo cuando se da la apelabilidad en estos
probar la justicia de la sentencia" (is). Y procesos, podemos señalar que en esta ju-
no siendo entonces garantía de orden cons- risdicción impera el principio de la inapela-
titucional no hay obligación del Estado de bilidad. Con carácter absoluto cuando el
concederla sin limitaciones. Puede y debe monto no sobrepasa la cantidad de $ 1.000.
ser objeto de restricciones, atendiendo a la Y cuando excede de dicho tope sólo cabe la
celeridad y economía de los juicios, prin- apelación en los supuestos a que se refiere
cipios rectores de todo buen sistema proce- el artículo 52 del decreto-ley 23.398/56. Ello
sal ("). Destaca el aspecto celeridad Sen- es así por cuanto entra dentro de las fina-
tís Melendo (15) ya que trata lo relativo a lidades esenciales de estos procesos el ob-
los recursos en el capítulo genérico que de- jetivo de que se resuelva con la mayor cele-
nomina "celeridad procesal" (i«). ridad y economía posibles.
B) Procesos laborales. Regulados en nues-
(9) Hevia Bolaños, Curia filípica, pág. 249, nú-
mero 19.
tra capital por la ley 12.948. También en
(10) Costa, op. cit., pág. 24; Podetti, op. cit., general impera en esta jurisdicción la ina-
pág. 118; C. S. N., en J. A., 1953-IV, pág. 183, con pelabilidad. En los juicios en que el monto
nota de Jurisprudencia. "cuestionados" no exceda de $ 1.000 la sen-
(11) Costa, op. cit., pág. 24. tencia es inapelable. La ley determina en
(13) Costa, op. cit., pág. 46.
(13) Costa, op. cit., pág. 13. Y tan es ello cierto su artículo 96 los únicos casos en que cabe
que la doctrina y la jurisprudencia han estableci- la apelación en esta jurisdicción. Tales su-
do que este derecho procesal puede ser renunciado. puestos son: Sentencias definitivas supe-
(14) Costa, op. cit., pág. 111. riores a un monto de $ 1.000 moneda nacio-
(15) El proceso civil, cap. 1 punto IV, núm. II,
págs. 65 y s¡ss y 1C5 y 106 Ejea, 1957. nal. Debiendo agregarse también las apela-
(161 O/), c-<.. r-á<13. 65 y sigs. ciones contra el auto que resuelve las excep-
OMEBA - XV - 18
ciones y la "resolución fundada" que deniega Son inapelables. Así resulta de la interpre-
la producción de una prueba ofrecida por tación de los artículos 223 y 224 del Código
los litigantes ("). Y si8 bien también la doc- proc. civil y 39 apart. 1 de la ley 14.237. Pos-
trina ha establecido O ) que las normas del teriormente haremos un desarrollo más ex-
procedimiento civil en materia de recursos tenso sobre esta cuestión (20).
se aplican subsidiariamente aquí, ante las D) Procesos especiales. La índole especial
dificultades para determinar el concepto de y particular de muchas causas justifica su
"sentencia interlocutoria" y en especial en inapelabilidad como bien se ha dicho (-i).
lo relativo a cuando hay o no "gravamen Destacarenlos los más importantes y con
irreparable", han hecho bien los jueces de tal objetivo veamos:
este fuero en interpretar con criterio restric- a) Interdictos. Regulados en el título
tivo las situaciones no previstas en su nor- XVII del Código proc. civil, es decir, para
matividad, para' denegar el recurso de ape- adquirir la posesión, para retenerla, para
lación. Un caso típico que refirma esta ase- recobrarla y para impedir una obra nueva.
veración lo certifica lo resuelto en materia Sólo es apelable la sentencia definitiva C¿2)
de apelaciones sobre medidas cautelares en (art. 573, 580, 584 y 585). Lo demás es norma
esta jurisdicción ( i » ) . Y es loable esta doc- la mapelabiUdad.
trina ya que también aqui la celeridad y b) Desalojo. En esta clase de procesos
economía son de su esencia. sólo es apelable la sentencia definitiva con-
C) De mayor cuantía. Nos referimos al forme a la ley actualmente vigente número
juicio ordinario previsto en el Código de pro- 15.775 que regula este tipo de proceso. El
cedimientos en lo civil y comercial vigento artículo 55 de dicha ley determina que "se-
en nuestra metrópoli. Teniendo presente su rán apelables todas las sentencias recaídas
contenido debemos distinguir en el tema en juicio de desalojo". Durante su curso y
objeto de este estudio el tipo de providencia por imperio de lo dispuesto en la ley 11.924
dictada por el juez. Incluímos aqui a los y decreto-ley 23.398/562;iimpera el principio
asuntos civiles y comerciales ordinarios en de la inapelabilidad ( ). Debemos tener
que el valor .cuestionado exceda de $ 10.000 presente que la jurisprudencia del fuero
moneda nacional como lo determina por ex- tiene decidido a este respecto que "el prin-
clusión el decreto-ley 1285 (dictado el 4 de cipio general de la inapelabilidad estable-
febrero de 1958 y que se registra en J. A., cido por la ley 11.924 para los juicios meno-
1958-1-481) en su artículo 46, 1", a). res de $ 200, continúa vigente, con las únicas
Con tal objetivo tenemos: limitaciones establecidas en los incisos b)
a) Sentencias definitivas. Son apelables y e ) , articulo 52, referentes a las sentencias
conforme lo estatuye el artículo 226 del Có- definitivas ( - < ) . Sobre el particular ha es-
digo proc. civil y 39 apartado 1 de la ley crito un excelente trabajo el doctor Mer-
14.237. cader que denomina "El juicio de desalojo y
b) Sentencias interlocutorias que causen la restricción de la apelación" (-•"•).
gravamen irreparable. Son apelables por asi c) Ley de Quiebras 11.719. Lo común es
también determinarlo el artículo 226 del la inapelabilidad. Por excepción en los casos
Código proc. civil y 39, apartado 1 de la ley previstos por la ley, se acepta la apelación.
14.237. Si bien esta última ley estableció que Por su articulo 12 se concede la apelación
la apelación en tales eventos lo era "en los en caso de rechazarse el pedido de Convo-
casos expresamente determinados por la catoria de Acreedores. Conforme al artículo
ley" como veremos luego en los hechos no 41 es inapelable el auto de declaración sin
se ha alterado la situación anterior, por lo quiebra, aunque no obstante la jurispru-
que queda librado al arbitrio del juez deter- dencia ha permitido el recurso de nulidad
minar en cada caso si hay o no gravamen en caso de falta de "motivación del fallo".
irreparable para declarar inapelable lo de- También la jurisprudencia ha establecido
cidido. que el auto de declaración de quiebra no es
c) Sentencias interlocutorias que deciden susceptible del recurso de apelación, ya que
articulo. Son igualmente apelables por im- contra él sólo cabe el incidente de nulidad
perio del texto expreso de la ley (art. 226, previsto expresamente por la ley 11.719. Las
Cód. proc. civ. y 39, apar. 1 ley 14.237). demás resoluciones son inapelables, ealvo
d) Procidencias de mero trámite Son las disposición expresa de la ley como lo indica
que se conocen como interlocutorias simples
o mera interlocutorias que no causan gra- (20) Cap. 6, núm. 2, § D.
(21) Costa, op. cií., pág. 117, núm. 05.
vamen irreparable. En la jerga tribunalicia (22) Pcdctti, Tratado de ios recursos, pág. 127.
también se las denomina decretos de cajón. (23) Ver cap. 5, rlúm. 2, § A.
(24) Cám. Paz Cap., Sala 2?, G. de P., t. 96,
(17) Pocletti, Tratado del proceso laboral, t. 1. pág. 141, citado por Podetti, op. cit.. pág. 120j
pág. 343, Ed. Ediar. nota 10.
(18) Podetti, op. cií., pág. 343. (25) J. A'., 1949-III, pág. 167, que recuerda Po-
(19) Ver cap. 5, núm. 5, § B. detti, op. cit., pág. 120, nota 10, in fine-
el recordado artículo 12 de esta preceptiva. adió iudicati. En esta clase de trámites sólo
Así lo enseña la doctrina y la jurispruden- son oponibles en forma taxativa las excep-
cia (a»). ciones previstas por el artículo 539 del Có-
E) Juicio ejecutivo. La norma general es- digo proc. civil. Por excepción sólo cabe el
tá por la inapelabilidad. Por ello el artículo recurso de apelación en el supuesto a que
505 del Código proc. civil determina que se refiere el artículo 540 del Código proc.
"fuera de la sentencia de remate, sólo son civil (31), es decir, contra el pronunciamien-
apelables en el juicio ejecutivo, los autos to que resuelve la excepción. Repito, enton-
que se declaran tales en el presente título". ces, que la norma general a este respecto
Por excepción, entonces, no hay la apela- esta por la inapelabilidad.
bilidad, es decir, se concede el recurso de G) Juicios sumarios y sumarisimos. En
apelación, que será sólo en relación en los esta clase de trámites Ja norma es la inape-
supuestos a que alude el artículo 501 del labilidad. La restricción de Ids recursos aquí,
Código proc. civil reformado por el artículo debe ser estricta, si no se quiere convertir-
69 de la ley 14.237. En suma, en esta cíase los en juicios ordinarios, desvirtuando el
de procesos con carácter excepcional, pro- objeto de su establecimiento. Asi lo resol-
cede la apelación en estos únicos supuestos. vió la jurisprudencia, por ejemplo, en el
a) Cuando opuestas excepciones, ellas se juicio sumarísimo previsto en el articulo 10
declara que 110 son admisibles (art. 18, de- de la ley 13.512 de Propiedad Horizontal («).
creto-ley 23.398/56, modificatorio del art. 401 H) Ley Federal 50. En esta clase de ám-
del Cód. proc. clv.). bitos, salvo en las cuestiones de pequeño
b) Cuando se hayan opuesto excepciones monto en que rige la inapelabilidad (art. 17,
que se hubieran declarado de puro derecho; ley 4055 que declara inapelables los juicios
c) Cuando se hayan deducido excepcio- de un monto de hasta $ 500 moneda nacio-
nes y producido prueba sobre las mis- nal) , en lo demás juegan los principios que
mas («). hemos señalado antes en cuanto al tipo de
Debemos destacar que como consecuencia providencias y lo aludido con referencia
de los principios precedentemente reseñados concreta al juicio ejecutivo. Un prestigioso
la jurisprudencia, en especial del Tribunal magistrado del fuero, y distinguido proce-
civil metropolitano, últimamente ha aplicado salista, ha hecho una reseña jurispruden-
con mucho rigor el articulo 505 del Código cial exhaustiva sobre la apelabilidad o ina-
proc. civil para denegar apelaciones en este pelabilidad en los procesos regulados en la
tipo de proceso. A no dudarlo, ello ha sido jurisdicción federal (»). A él remito al lec-
así por entender que aquí impera como nor- tor para un examen detallado de la misma.
ma genérica la inapelabilidad. Pero debemos destacar que aquí existen con
Son de destacar en este aspecto, entre respecto a la inapelabilidad, dos circunstan-
otros el que establece («»). "Soto son apela- cias importantes. La primera que en los
bles (en el juicio ejecutivo), los autos que juicios de apremio la sentencia que se dicte
se declaren tales en el presente título (art. es inapelable (»*). La segunda que por el ar-
505, Cód. proc. civ.), que incluye los trámi- tículo 88 de la ley SO, convierten en inapela-
tes de ejecución... especialmente previstos ble la sentencia dictada en virtud de la con-
en el Código, y que por tanto no pueden fesión del demandado, efectuada al contes-
caer dentro de la categoría de incidentes tar la demanda (3»).
innominados" (»). III. Por el monto. En nuestro sistema le-
F) En la ejecución de sentencia. Se ha gal se limita la apelación por razón del
dicho por la doctrina (««) que "también se monto (se).
restringen los recutsos en el periodo de eje- La doctrina ha defendido, y con razón,
cución de sentencia, recaída en proceso or- esta limitación. Es decir, que está en favor
dinario. Se trata de lo que se conoce como de la inapelabilidad cuando el monto o va-
lor del juicio sea de escasa entidad ( 3 7 >.
(26) Ibáñez Frocham, op. cít., 2» ed., pág. 132.
nota 169;. Castillo, La quiebra en el Derecho argen- (31) Serantes Pena y Clavell Borras, op. cit.
tino, I, pág. 224, Bs. Aires, 1940; Aleonada Aram- pág. 516.
burú, Código de comercio y leyes complementarias (32) Cám. Apel. Civ. Cap., Sala B, L. L., t. 74,
anotadas, t. 1, pág. 806, núm. 5, Ett. Depalma, 1956, pág. 337, citado por Podetti, op. cit., pág. 120,
cue denomina "Principios de inapelabilidad"; Sa- nota 10.
jón, J. V., El concordato preventivo, 1957, pág. 220; (33) Sartorio, La leí/ 50. 2' ed. 1955, págs. 517
y faüos de L. L., t. 11, pág. 64; t. 89, pág. 333; etc. a 628, Ed.'TEA.
(27) Serantes Peña y Clavell Borras, Código (34) Sartorio, op. cit,, pág. 521 y amplia juris-
procesal civil y comercial, págs. 291 y 293, Depal- prudencia que resella y a la que me remito; id.
ina, 1957; Podetti. op. cít., pág. 127. Costa, op, cit., pág. 126.
(28) Caín. Apel. Cív. Capital. Sala B, L. L., t. 70, (35) Costa, op. cit., pág. 118, núm. 85, ¡n fine.
pág. 310. . (36) Costa, op. cit., págs. 111 y sigs.; Ibáñez
(29) Citado por Podetti, op. di., pág. 127, no- Froncham, op. cit., pág. 132; Podettt, op. cit.. pá--
ta 28. glna 128.
(30) Podetti, op. cít., pág. 127. (37) Costa, op. cit., pág. 112.
En el régimen procesal metropolitano des- dictada en rebeldía, no se admitirá recurso
tacamos los siguientes preceptos: articulo alguno (art. 442, Cód. proc. civil.).
9, ley 11.924 cuyo artículo aludido la refiere El doctor Costa es partidario de mantener
hasta la cantidad de $ 200 moneda nacional, el principio de la inapelabilidad a este res-
tope aumentado hasta $ 1.000 por el decreto- pecto. Es una opinión de lege lerenda. En-
ley 23.398/56 (« 8 ); la 12.948 creativa de la tiende que es más justo negar recurso al
Justicia del Trabajo cuyo limite lo lleva contumaz, sin perjuicio de mantener —agre-
hasta la cantidad de $ 1.000 moneda nacio- ga— la acción de nulidad en caso de obten-
nal. En la jurisdicción federal rige el artícu- ción fraudulenta de rebeldía. Es muy inte-
lo 17 de la ley 4055 que determina la ina- resante la opinión vertida por él sobre el
pelabilidad hasta un tope de $ 500 moneda particular; y si tenemos en cuenta que ac-
nacional. A este respecto ha dicho la Cáma- tualmente se está en vías de reforma a
ra Nacional de Mendoza "que se trata de nuestro Código (*») es motivo plausible para
una regla de orden público", que no puede tener en cuenta esta sugestión. Claro está
ni debe quedar al arbitrio de las partes de*- que no se corregiría el fraude en la vía y
jarla sin efecto" (a»). forma indicada por Costa (por una acción
El Código de procedimientos civil y co- de nulidad), ya que imperando en el inci-
mercial de Santa Fe (art. 636) también li- dente de nulidad previsto por los artículos
mita la apelación cuando el agravio que se 49, 50 y 51 de la ley 14.237, seria éste el pro-
pretende reparar no exceda de $ 50, mone- cedimiento adecuado para que el declarado
da nacional en caso de resoluciones de jue- aviesamente rebelde quisiera desfacer el
ces legos y de $ 200 moneda nacional cuan- fraude.
do la hubiesen dictado jueces letrados. 5') Medidas cautelares.
Idéntico principio juega en las regulaciones A) Principios generales. Nuestro Código
de honorarios. de procedimientos vigentes en la Capital
En forma análoga se refipren a esta limi- Federal a diferencia de muchas provincias
tación del recurso los artículos 364, 365 y no ha regulado esta materia en forma sis-
366 del Código santiagueño («O. temática. Sólo trata de los embargos pre-
Pero acerca de la determinación de la can- ventivos y de las inhibiciones en el título
tidad, pueden suscitarse dudas que la doctri- XIII, artículo 443 al 463. Aquí los dos pre-
na y la jurisprudencia ha disipado, elabo- ceptos que se refieren al tema son los ar-
rando distintos principios y soluciones que tículos 452 y 453. Con respecto al litigante
son de destacar. Costa («) ha enunciado actor expresa este último precepto que "el
tales normas y a ellas remito al lector por auto en que no se hiciere lugar al embargo
su claridad y justeza. preventivo, será apelable dentro de tres
4') Situación del rebelde. ¿Y la rebeldía días". Y con respecto al demandado, el ar-
de un litigante, justifica o no la Inapelabi- tículo 452 señala que "el embargo en todos
lidad? los casos, se hará saber al embargado den-
La doctrina se ha hecho eco de este inte- tro de los tres días siguientes a la traba,
rrogante. Así Costa (42) lo estudia, seña- y éste podrá apelar dentro de los tres días
lando que "otro motivo que justifica la de- al solo efecto devolutivo".
negación de la apelación es la rebeldía" De- A mi juicio debo destacar que sobre esta
fiende el principio que imperaba en el De- materia rigen los siguientes principios:
recho romano: contumax non appellat. Y 1») Que estos artículos son de aplicación
ello debe ser —agrega el eximio abogado, subsidiaria a toda clase de medidas caute-
lamentable y prematuramente desapareci- lares (prohibición de innovar, anotación de
do— así por cuanto en el juicio de rebeldía litis, intervención judicial, etc.); ya que la
no existe litis. laguna de la ley se integra con la preceptiva
Pero las legislaciones no han sancionado que expresamente regula materias análogas
esta regla, como él lo reconoce. Nuestro Có- y en las que no hay incompatibilidad (art.
digo de procedimientos civil se ha plegado 62, Cód. proc. civ.).
a los que disponen que corresponde la apela- 2') Salvo esas situaciones legales en que
bilidad. Y ello es así si tenemos en cuenta impera la apelabilidad, en las demás pro-
que en su artículo 441 concede al rebelde videncias juega el principio de la inapelabi-
expresamente la facultad de apelar, pero se- lidad. Aplicando esía doctrina, es aceptable
ñalando que una vez ejecutada la sentencia entonces la jurisprudencia que paso a re-
señar:
(38) Ver cap. 5, 2» § A. a) Es inapelable la providencia que de-
(30) L. L,, t. 38, pág. 831 y J. A., 1943-11. pa-
gina 641, citado por Podetti, op. cit., pág. 128. (43) Por el Dr. Baymundo L. Fernández, repu-
(40) Tales situaciones han sido recordadas pcv tado procesalista a quien el Poder Ejecutivo de-
Podetti. op. cit., pág. 128. signó para la confección de un Anteproyecto de
(41) Op. cit., págs. 113 a 116. reforma a nuestro Código de procedimiento civil
(42) Op. cit., pág. 116, Duro. 84. vigente en esta metrópoli.
niega medidas solicitadas para determinar guridad vienen a colación a este propósito.
si el ejecutado posee bienes raices (**); Dice bien Podetti, por ello, que "la limita-
b) Es inapelable la formación de inciden- ción de los recursos requiere la fijación ta-
tes por separado sobre medida precautoria xativa de las resoluciones apelables... o la
de anotación de litis ("); interpretación restrictiva de los casos en los
c) Es inapelable la declaración que la cuales procede y su concentración" («>).
apelación' del embargo no suspende el trá- Acerca de la terminología en esta materia
mite de lo principal (<«). estoy conforme con lo que enseña Podet-
B) Situación especial en la justicia del ti (si) de que es mejor utilizar como tér-
trabajo. Debemos señalar pronunciamientos mino genérico la denominación de "resolu-
que en este ámbito se han dictado sobre em- ciones judiciales" como referidas a aquellos
bargos preventivos y embargos en la ejecu- actos procesales instructorios, resolutorios o
ción de sentencia. Con tal objetivo adver- ejecutivos del órgano jurisdiccional. Luego
timos que en el acuerdo plenario del 23 de de esta declaración pasa a distinguir la cla-
abril del año 1956 (") se resolvió que son sificación y.denominación de las resolucio-
inapelables los pronunciamientos sobre em- nes judiciales, ubicando el tema dentro de
bargos preventivos, así como los que ordenen la mejor técnica, ya que tratándose dicha
embargos en el pronunciamiento de ejecu- materia de actos procesales, su análisis debe
ción de sentencia. Por el decreto-ley 6221/57 efectuarse en un tratado que precisamente
en su articulo 2° reformó el artículo 96 de englobe a los mismos. Efectúa una triple
la ley 12.948 al declarar recurribles las reso- categoría de resoluciones judiciales ( s2 ):
luciones acerca de las medidas precautorias, sentencias definitivas; autos o sentencias
quedó modificado dicho plenario en ese as- interlocutorias que causen perjuicio irrepa-
pecto, o sea con relación a los embargos rable en definitiva, en los que incluye los
preventivos. "Pero al no haberse dispuesto autos interlocutorios que deciden artículo, y
nada respecto de los embargos definitivos, finalmente las providencias simples, autos
debe considerárselo subsistente" (•»»). interlocutorios simples, o providencias de
VI. Inapelabilidad en función de la ín- mero trámite. Agrega luego el maestro, y con
dole de las resoluciones relativas al juicio or- razón, que no existe límites precisos, en la
dinario. Necesidad de una sistemática clasi- ley ni en la doctrina vernácula, acerca de
ficación y univoca denominación de los pro- estas tres clases de resoluciones. Asimismo
veídos judiciales. 1") Principios generales. y con respectos a los autos o sentencias in-
Pallares (<») siguiendo a Carnelutti ha re- terlocutorias que causen agravio o perjuicio
cordado el principio de que "toda apelación irreparable en definitiva, sostiene ( 53 ) que
supone una resolución apelable". Como con- se incluyen "decisiones muy dispares". Por
secuencia entonces que no hay apelación en ello señala que su tripartita división es "un
tratándose de resoluciones inapelables. Re- aporte para facilitar una elaboración ju-
feridos estos principios a nuestro juicio or- risprudencial y doctrinaria de estas diversas
dinario o de mérito, debemos como cuestión clases de resoluciones judiciales y evitar lo
fundamental ponernos de acuerdo de la de- 'multívoco y ambiguo de las denominaciones
nominación y clasificación de las resolucio- empleadas".
nes judiciales. Este es un prius, cuestión De ello se infiere que es muy loable lo que
previa, de fundamenal importancia —a mi a este respecto han dispuesto los legislado-
juicio— para señalar principios generales res de provincia que últimamente han «te-
sobre esta materia y su aplicación a los dis- tado Códigos procesales civiles. Destaco aquí
tintos casos a resolver por el órgano juris- al de Jujuy (art. 42), La Rioja (art. 51), y
diccional, a propósito de cuando un proveído en especial el de Mendoza —o Código de
es o no inapelable. Litigantes y abogados Podetti— con vigencia a partir del año 1954;
deben encontrar preceptos ciertos y claros que se han hecho eco de la denominación y
o directivas con tal entidad, para saber a clasificación de las resoluciones judiciales,
qué atenerse acerca del alzamiento o no teniendo en cuenta la importancia que esta
de tales proveídos. Los valores orden y se- materia reviste. Debo insistir como especial-
(44) J. A., 1. 27, pág. 1159.
mente destacable el temperamento del le-
(45) Cám. Civ. 1' Cap.. J. A., t. 28, pág. 77. gislador mendocino. En el Código procesal
(46) Cám. Com. Cap., J. A., t. 46, pág. 408. civil de esta provincia sancionado por ley
(47) In re Gómez, Agustín c/Autoar. 2269, tiene un capítulo expreso —el 9— que
(48) Sentencia ínterlocutoria núm. 3623 del 27 trata de las "resoluciones judiciales". Por su
de agosto de 1959 en los autos Moreno, Juan Carlos
c/Ind. Electromecánicas Medina de B. Medina s/ importancia paso a transcribir dicho artícu-
despido, de la Sala 2* de la Cám. del Trabajo de la
Capital; reiterado en los autos Olivieri Saravia lo) Op. cít., pág. 120.
c/Cooperatíva "Pampa" (diario Crítica), en reso- (51) Tratado de los actos procesales, págs. 406
lución del 21 de octubre de 1959 que se registra en y sigs..
J. A., 1860-1, pág. 617. (52) Op. cit., pág. 409.
(40) Op. di., pág. 72. (53) 'Op. cit., pág. 409.
lo: "I. Tres clases de resoluciones judicia- y las providencias o decretos de mero trá-
les podrán dictarse en los procesos: decretos, mite. Subdividen a su vez los interlocutorios
autos y sentencias. II. Los decretos proveen, en dos grupos: los que deciden artículo
sin sustanciación, al desarrollo del proceso frente a los que causan gravamen irrepa-
y deben ser pronunciados dentro de los dos rable W.
oías a contar desde la fecha del cargo, de El eminente jurista Couture (»») también
la petición actuada o del vencimiento del efectúa una clasificación tripartita de estos
plazo conforme al tercer apartado del ar- proveídos": mera interlocutoria, interlocu-
ticulo 62. III. Los autos deciden todas las forias y definitivas; distinguiendo dentro
cuestiones que se planteen dentro del pro- de las primeras según que causen o no gra-
ceso, que no deben ser resueltas en la sen- vamen irreparable a los efectos de admitirse
tencia dfinttiva y deben ser pronunciados el recurso de apelación.
en los plazos fijados por este Código y a De todo lo expuesto se infiere que es fun-
falta de aquellos, dentro de los veinte días damental tener un concepto de las resolu-
de quedar en estado. IV. Las sentencias de- ciones judiciales, dando una acepción única
ciden el fondo de las cuestiones motivo del en sentido genérico como lo hace Podetti y
proceso, y deben ser pronunciadas, salvo efectuando luego una subdivisión de las
disposición expresa en contrario, en el plazo mismas, de acuerdo a su contenido y con
de sesenta dias a contar desde la fecha en particular y esencial diferencia acerca de
la cual el proceso quedó en estado". cuales de ellas son o no apelables. Con ello
El maestro Podetti ha tomado como fuente se clarifica una materia que es confusa
para la clasificación y resolución de las re- y se dan pautas fijas y ciertas a los justi-
soluciones judiciales el artículo 220 del Có- ciables en los interrogantes que se les plan-
digo procesal civil de Méjico. teen en los alzamientos que pretendan frente
Otro eximio procesallsta, el doctor Sentís a los proveídos judiciales. Claro está que es
Melendo (»«) recalca también que la termi- esencial que esto se regule en la ley y como
nología del Código en lo que a clasificación un capitulo especial ubicado en el título
de las resoluciones judiciales se refiere, es de los actos procesales como lo ha enseñado
bien confusa ("). Podetti y se ha establecido en el Código
Jofré (so) resta toda importancia o inte- procesal civil vigente en la provincia de
rés práctico al estudio y clasificación de las Mendoza. Vuelvo a repetir que por ello es
resoluciones judiciales, por cuanto ellas —ar- lamentable que nuestro Código no reglamen-
guye— no reposan "sobre bases científicas". te la distinción que existe entre los distin-
A mi juicio no es exacta tal aseveración. tos tipos de resoluciones judiciales. Pero
Opino que es de gran importancia, precisa- estando en vías de reforma, seria muy loa-
mente, para acreditar cuando ellas son o no ble que nuestro Parlamento tomando en
inapelables. Estoy totalmente de cuaerdo con cuenta la mejor doctrina y lo que las leyes
Podetti y con el legislador mendocíno, en- análogas de provincia han dispuesto, san-
tonces, cuando efectuando una debida valo- cione preceptos expresos sobre el particular.
ración de esta cuestión, ia discriminan y Mi opinión entonces se basa en lo siguiente:
analizan. Debe darse una denominación única y con
Sentís Melendo (»') estudia los antece- carácter genérico a todos los proveídos ju-
dentes de la sistemática procesal en España, diciales dentro de la acepción de resolucio-
fuente de nuestro Código en esta materia nes judiciales y efectuarse una clasificación
para destacar también la necesidad de una de éstas en cuatro grupos, tal como se efec-
clasificación de las resoluciones judiciales túa en el capítulo siguiente. Y determinan-
y resume la mejor doctrina acerca de la do que sólo serán apelables aquellas resolu-
terminología. ciones que se dispongan en el texto expreso
Con respecto a la clasificación y denomi- de la ley. Es una opinión de lege ferenda.
nación de los proveídos del órgano judlsdic- Pero en cuanto a nuestro sistema positivo
cional toda nuestra doctrina ha hecho re- ritual vigente en la metrópoli, analizamos
ferencia al tópico para llegar a la conclu- la cuestión en el punto siguiente.
sión de que en nuestro ámbito hay tres 2') Clasificación de las providencias y se-
tipos fundamentales de resolución. Las sen- cuencia acerca de su apelabilidad. Es nece-
tencias definitivas; ios autos interlocutorios sario insistir acerca de la gran importancia
que reviste determinar la naturaleza de
(51) El proceso civil, pág. 85. una resolución judicial para deducir acerca
(55) Recuerda que el doctor Rayniuntlo L. Fer-
nández también lo destaca en su Código de proce-
dimientos civil y comercial de la Capital, 2» di., (58) Jotré, op. cit., t. 4, pág. 56; Fernández,
pág. 303, Bs. Airea, 1942. op. cit.. 2» ed. 1948, pág. 112, nota 59; Alsina, Tra-
(56) Manual de procedimientos civil y penal, tado, 1* ed., t. 2, pág. 552; Relmundfn, Derecho
5» ed., t. 4, pág. 55. procesal civil, t. 2, pág. 71, Ed. Viracocha; etc.
(57) Op. cit., pág. 85. (59) Fundamentos, 2» ed., págs. 203 y 311.
de si la misma es o no apelable (*>). Asimis- doctrina ha enseñado que nuestra ley ha
mo lo hemos destacado como uno de los querido referirse o la ha utilizado como equi-r
factores esenciales para la determinación valente del vocablo incidente (•»).
del concepto de la inapelabilidad («i). En Algún autor habla de interlocutoria subs-
nuestro sistema ritual metropolitano y del tanciada, esto es, que resuelve incidente de-
análisis conjunto de los artículos 223 del batido entre las partes ( M ).
Código proc. civil y 39 apart. 1 de la ley Entre este tipo de resoluciones son de ubi-
14.237 señalamos que a nuestro juicio se dan car las excepciones, rebeldías, negligencias,
cuatro tipos de resoluciones judiciales y etcétera. La ley 14.237 en sus artículos 47
que pasamos a analizar por separado des- y 48 contempla expresamente esta institu-
tacando en cada una de ellas como juega ción jurídico procesal de los incidentes es-
la inapelabilidad. Con tal sentido tenemos: tableciendo que sólo la resolución final será
A) Sentencias definitivas. En primer lu- apelable (art. 48, parte final).
gar destacamos su concepto. Esta senten- A esta clase de resoluciones Couture (70)
cia es "aquella que recae normalmente sobre las denimona interlocutoria o sentencia in-
el mérito de la causa y mediante la cual se terlocutcria, es decir, "aquella mediante la
pone fin a la instancia" («2). Alsina ha cual se resuelve un incidente".
dicho a este respecto que "puede apelarse Estos proveídos o resoluciones son apela-
de toda la sentencia o sólo de una parte de bles. Pero no en forma amplia, sino limita-
ella, debiendo en la duda entenderse que da. Bajo la modalidad conocida en nuestro
se ha recurrido en su totalidad, pero en sistema formal como apelación en relación.
todo caso debe referirse exclusivamente a A diferencia de los anteriores, vale decir
la parte dispositiva porque los consideran- las sentencias definitivas en que la apela-
dos son inapelables" (<»). ción es en forma amplia y conocida en
En esta clase de resoluciones judiciales, la nuestra terminología como apelación libre.
norma está por la apelabilidad. Excepcio- C) Sentencias o awíos iníerZocwíoríos que
nalmeute y por el monto (**) o por el tipo causan gravamen irreparable. En el artícu-
de proceso (ejecutivo, vía de apremio, jui- lo 226 del Código proc. civil se determina
cios sumarios y sumarísimos; por ejemplo) que procederá la apelación en las interlo-
ocurre a la inversa, es decir, la directiva cutorias que causan gravamen irreparable.
general está por la inapelabilidad. En el artículo 39, apartado 1 de la ley 14.237
B) Sentencias o autos interlocutores que se agregó al anterior concepto la siguiente
deciden articulo. ¿Qué quiere decir, o en qué frase: "Y en los casos expresamente deter-
sentido se utiliza el vocablo "artículo"? minados en la ley".
Como bien lo enseña Couture (®$) lo es como Parecería entonces que para ser apelables
sinónimo de "incidente". Esta última acep- tales resoluciones, requerirían dos condicíio
ción tiene un sentido conocido no sólo en juró:
la doctrina sino también en la práctica del a) Que causen gravamen irreparable;
foro. Por su claridad reenvío al lector a la b) Que la ley lo determine expresamente,
acepción que de este último vocablo nos es decir, que concretamente se esté por la
da Couture (66) y que reiteró en este mo- apelación.
mento transcribiéndola: "Litigio accesorio
que se suscita con ocasión de un juicio, nor- La cuestión sin embargo, no es clara, a
malmente sobre circunstancias de orden mi juicio. En realidad de verdad, el legisla-
procesal, y que se decide mediante una sen- dor no ha modificado el cisterna del artícu-
tencia interlocutoria". lo 226 del Código proc. civil. Entiendo que
La doctrina vernácula ha expresado que lo único que se debe tomar en cuenta por el
esta denominación de "decidir artículo", es intérprete —abogado o juez— es si la re-
terminología deficiente («?). Pero la propia solución causa o no gravamen irreparable.
No hay tal segunda condición agregada a
(60) Serp.ntes Peña y C!av«H Borras, op. ctt., la primera. Con la sanción de la ley 14.237,
pág. 197, en comentario al art. 223 C. P. C.. pun- no se ha pretendido una reforma esencial
to a). del tipo del que condensa el sistema de
(61) Ver cap. 2.
(62) Couture, Vocabulario jurídico, pág. 552, Mendoza, para determinar en qué casos es-
voz Sentencia definitiva, pecíficos son apelables esta clase de Jnter-
(63) Op. cit., t. 2, 1» ed., pág. 615, § b) y Ju- locutorios (^i).
risprudencia concordante que glosa en las notos 31,
32 y 33; id. Ibáfiez Frocham, op. cit., pág. 132; Fer-
nández, op. cíí., en comentarlos al art. 225 C. P. C. (63) Couture. Alsina y Costa, op. cit...
(64) Ver cap. 5, núm. 3. (69) Ibáñez Frocham, op. cit., pág. 132, pun-
(65) Vocabulario jurídico, pág. 121. voz Artícu- to b).
lo, acepción 2. (70) Diccionario jurídico, pág. 553, voz Senten-
(66) Vocabulario jurídico, pág. 337, voz Inci- cia interlocutoria.
dente. (71) Art. 133, inc. I, que dice: "Sólo procede el
(67) Alsina, op. cit., t. 2. pág. 616; Costa, op. recurso de upelaciórv* en contra de las sentencias
cit., pág. 119. de aquellos autos declarados apelables expresamen-
Dos ilustrados juristas han comentado el parable. En forma limitada las primeras y
tema. En primer lugar Sentís Melendo C2) demasiado, amplias las segundas.
señalando que las palabras "en los casos Efectivamente la ley, por ejemplo, deter-
expresamente determinados por la ley" ha mina expresamente que ciertos interlocuto-
tenido por objeto evitar el "abuso que po- rios son inapelables. Es el caso de lo esta-
dría resultar al admitir con una gran elas- tuido en el artículo 168 del Código procesal
ticidad ese recurso". Más tarde Lino Pala- civil, esto es los que rechazan la recusación
cio (") —fino y distinguido procesalista— de los peritos. Otro supuesto era el del ar-
ha expresado con referencia a esta cuestión, tículo 8 de la ley 4128 que declaraba ina-
lo siguiente: "Entiendo que el agregado que pelable los autos que ordenan diligencias de
la primera parte de la norma transcripta pruebas dentro del término respectivo. Pero
hace al artículo 226 del Código de proced. éste ha sido suprimido y sustituido por el
carece de mayor importancia práctica. Sí, artículo 9 del decreto-ley 23.398/56.
como parece, la razón que se tuvo en cuenta Podemos decir entonces que nuestro sis-
para ello fue restringir el eventual arbitrio tema procesal de la Capital Federal cuando
judicial en la concesión de los recursos de la ley no prevé expresamente si es recu-
apelación, lo cierto es que la nueva norma rrible o no el interlocutorio que devenga
carece de aptitud en ese sentido. Porqué, en gravamen irreparable, será el juez el dueño
efecto, conservando los jueces —como no y señor de la apelación. Vale decir, que el
podría ser menos— la facultad de apreciar órgano jurisdiccional será exclusivamente
en cada caso si la providencia recurrida in- quien decidirá si hay o no gravamen irre-
fiere no gravamen irreparable, no queda parable. En el primer evento concederá la
otra alternativa que confiar en la pruden- apelación y en el segundo declarará inape-
cia y mesura de los magistrados". Estoy con lable su proveído.
esta última opinión. Todo queda entonces, La acepción gravamen irreparable tiene
como era antes de la ley de reforma. Queda su origen en las leyes de enjuiciamiento
librado, entonces a analizar en la casuísti- civil españolas ( ™ ) ; y ya los más impor-
ca cuando hay o no "gravamen irreparable". tantes comentadores de estas leyes señalaron
Incuestionablemente entonces el sistema las dificultades de su clara determina-
del Código procesal de Mendoza es muy su- ción (W¡) .
perior. El contenido del artículo 133 de la Couture en su Proyecto de Código —ar-
ley mendocina pone seguridad y orden en tículo 496—, define al gravamen irreparable
esta intrincada y muchas veces arbitraria como el perjuicio efectivo de carácter mate-
acepción. Los motivos por los cuales reputo rial o la privación de un medio de defensa
decisivamente loable la reforma mendocina, en juicio de tal índole que no admita repa-
los expresa Podetti en la nota puesta al pie ración antes de la sentencia definitiva. Pos-
del recordado artículo 133, cuando dice: teriormente en su "Vocabulario Jurídico" al
"Una reforma trascendental aparece en la hablar de los vocablos agravios, gravamen
primera sección del artículo, al suprimir el y gravamen irreparable, recalca el contenido
demasiado elástico concepto de "perjuicio de esta acepción. Dice o define a -estos voca-
irreparable" para determinar la proceden- blos así. Agravio (76). Es el "perjuicio o gra-
cia del recurso. Se declaran únicamente vamen material o moral que una resolución
apelables, las sentencias definitivas en la IV judicial causa a un litigante". Grava-
acepción del artículo 86, y los autos cuya men ( 77 ). Es el "perjuicio o agravio que de-
apelabilidad se declare expresamente. Se para una resolución judicial"; y gravamen
limitan así los recursos de apelación —mo- irreparable (78). "Dicese de aquel que no es
tivo de dilación de los pleitos— siguiendo la susceptible de reparación en el curso de la
corriente doctrinaria moderna que propug- instancia en que se ha producido. Conju-
na la inapelabilidad de las interlocutorias. gadas estas tres acepciones vendrían a dar-
Insisto entonces que en nuestro sistema nos su verdadero sentido. Es decir, que
procesal metropolitano se ha seguido un gravamen irreparable sería entonces el per-
camino diferente. Se limita la apelabilidad juicio, agravio o gravamen material o mo-
de estas locutorias en unos casos por texto ral que irroga una resolución judicial, tnsus-
expreso de la ley y en las restantes es el ceptible de reparación en el curso de la ins-
juez en cada caso cuando decide por la con- tancia que se ha producido.
cesión o no del recurso de apelación cuan-
do a su arbitrio existe o no gravamen irre- (74) Costa, op. cit., pág. 119.
(75) Caravantes, Tratado, t. 4, pág. 10; Beua,
Ley de enjuiciamiento, comentarlo 384, t. 1, pá-
te por este Código". Se ha tomado como fuente el gina 462.
art. 240 del Cód. de proc. civil de Méjico. (7(3) Op. cit., pág. 95.
(72) Op. cit., pág. 106. (77) Op. cit., pág. 315, nüm. 3 del vocablo res-
(73) Teoría y práctica de la reforma procesal pectivo.
yivil, Ed. La ley, 1958. (78) Op. cit., pág. 318, vocablo respectivo.
Pero es la verdad que el problema sub- ejemplo la doctrina asentada por la Cáma-
siste. Es que en cada caso vendrá a decidir ra de Apelaciones de Tucumán (M) de que
el juez cuando se ha dado ese perjuicio, son inapelables las medidas provisionales
agravio o gravamen y de si es o no irrepa- adoptadas por jueces durante el juicio de
rable en el curso de la instancia. Por ser divorcio para el cuidado de los hijos, no es
cuestión de hecho permite que el arbitrio aceptable, por tratarse de medidas cautela-
judicial en muchos casos se transforme en res que tornan necesariamente la apelación
arbitrariedad. Con grave quebranto de la y por que es evidente además que devengan
celeridad y economía en la secuela judicial. agravio al cónyuge a quien se le Umita todo
A ello obedece que no me canse de expresar derecho relativo a sus hijos.
sobre las bondades del temperamento se- Resumiremos aquellos fallos en que se
guido por Podetti y el Código procesal de dispone —y bien— la inapelabilidad:
Mendoza. 1) La aclaratoria no es apelable si se
Tiene razón entonces nuestra doctrina consintió la sentencia ( 8 «).
procesal que ha censurado la disposición 2) No cabe apelar contra la decisión de
legal que rige en nuestra Capital Federal. separar las acciones acumuladas (8?).
Tanto Alsina (™) como Ibañez Frocham (8°), 3) En materia de alegatos, el decreto que
Podetti (si) y costa (82) recalcan que es di- pone los autos en la oficina a los efectos del
fícil de precisar. Y tienen razón ya que artículo 213 del Código procesal civil es ina-
como lo he señalado antes se deja al arbi- pelable (88) .
trio del órgano jurisdiccional una materia 4) Es inapelable el auto que rehusa el
tan importante y que necesita de regulación archivo de los autos ( 89 ).
sobre bases objetivas, precisas y seguras. 5) Es inapelable el recurso contra un
Participo totalmente de lo que dice Cos- decreto disponiendo un comparendo de con-
ta (83) a este propósito cuando arguye que: ciliación (»o).
"La reforma legislativa, en este orden más 8) Son inapelables las resoluciones que
necesaria que en otros tendrá que afrontar no revisten el carácter de "medidas disci-
la dificultad, delimitando con exactitud los plinarias", como lo es la que dispone una
casos en que debe admitirse el recurso para advertencia general (»i). O un llamado de
corregir los excesos que la práctica ha ori- atención.
ginado". Esto es evidente, ya que en muchos 7) La declaración de puro derecho en
casos como lo he señalado antes más que juicio ordinario, es apelable; no asi cuando
con arbitrio, con arbitrariedad se han con- esa declaración se formula en las excepcio-
cedido o denegado apelaciones, en esta ma- nes dilatorias por ser facultativo del
teria. Sin ánimo de pecar de cargoso, vuel- juez (»2).
vo a repetir que la fórmula ideal es la en- 8) Es inapelable la resolución acerca de
señada por Podetti y que se condensa en el si la demanda reúne o no los requisitos le-
tan recordado artículo 133 del Código pro- gales (93) .
cesal civil de Mendoza. La última palabra 9) Es inapelable la providencia que orde-
debe decirla el Parlamento metropolitano al na producir prueba acerca de la ignorancia
considerar el anteproyecto de reforma pre- del domicilio de la contraparte (9«).
sentado por el doctor Raymundo L. Fer- 10) Es inapelable la providencia que de-
nández, en estos momentos en vías de tra- clara innecesaria la apertura a prueba de
tarse. las excepciones dilatorias (»«).
La jurisprudencia de nuestros tribunales 11) Son inapelables en materia de ex-
acerca de la resolución de cuanto corres- hortas las resoluciones que se limitan a cum-
ponde o no conceder la apelación en esta plir la notificación pedida por el juez exhor-
materia de gravamen irreparable, es nume- tante (98); o que se limita a ordenar la no-
rosísima y para todos los gustos. La con- tificación pedida en la rogatoria (97).
densa84Costa en un prolijo y exhaustivo aná-
lisis ( ). Muchas de estas soluciones las (85) J. A., t. 1, pág. 804.
(86) J. A., t. 33, pág. 585.
consideramos aceptables, otras no. Sería dar (87) J. A., t. 11, pág. 994.
una extensión inusitada a este trabajo (88) J. A. t. 49. pág. 670.
efectuar un análisis punto por punto de (89) L. L., t. 13, pág. 591.
toda ella. Baste decir —al pasar— que por (90) J. A., t. 39, pág. 143; Rayniundo L. Fer-
nández, op. cit., comentario al art. 64 del Cód. de
proc. civil.
(79) Op. cit., t. 2. pág. 616 de la 1» ed. (91) J. A., t. 17, pág. 100.
(80) Op. cit., 2t ed., pág. 132. (92) Raymundo L. Fernández, en nota de J. A.,
(81) Trotado de los actos procesales, pág. 408 t. 51, pág. 739.
y nota al art. 133 del Cód. de proc. civil de Men- (93) J. A., t. 4, pág. 8.
doza. (94) J. A. t. 48, pág. 915.
(82) Op. cit.. pág. 119. (95) J. A., t. 8, pág. 52.
(83) Op. cit. (96) J. A., t. 47, pág. 29.
(84) Op. cit., págs. 120 a 141. (97) J. A., t. 11, pág. 994.
12) Es inapelable la habilitación de fe- clon (i»»). Si bien como enseña Costa («»)
ria judicial (»«). hay fallos contradictorios sobre el particu-
D) Providencias de mero trámite o de- lar, a mi juicio es acertada la doctrina que
cretos de cajón. De acuerdo a nuestro Có- está por la inapelabilidad. Agregando que
digo de procedimiento civil y comercial vi- las últimas decisiones jurisprudenciales son
gente, las providencias judiciales de mero casi unánimes también por la inapelabi-
trámite como serian por ejemplo "agregúe- lidad.
se", "téngase presente", o de índole similar 2') Las que ordena, de oficio, se aclare
son inapelables. Igualmente aquellos autos o ajuste la demanda a las formas legales.
interlocutorios que no devengan gravamen Tanto la doctrina como la jurispruden-
irreparable (»»). cia (no) han establecido que estas resolu-
Vil. Quid del auto que concede o deniega ciones judiciales son inapelables.
el recurso de apelación. ¿Es apelable o no? IX. Colofón. El tema de ia inapelibilidad
La doctrina y la jurisprudencia se han y su secuencia la apelabilidad está íntima-
planteado el interrogante y lo han decidido mente relacionado a la discusión doctrina-
en favor de la inapelibilidad. Tanto Cos- ria acerca de las ventajas e inconvenientes
ta (10°) como Podetti (ioi) e Ibáñez Fro- de la apelación. Es decir, a si es mejor un
cham(1(>2) así lo han puntualizado. sistema positivo de instancia única o de
Sólo caben contra dicho proveído, es de- doble grado. En el sistema de instancia única
cir, contra el auto que niega, la apelación el esencialmente existe el principio de la ina-
recurso de hecho previsto por el artículo 234 pelabilidad. A diferencia del de doble ins-
del Código procesal civil. SI la concede, el tancia en que juega el principio inverso.
apelado sólo podrá reclamar ante el Ad En nuestro país están en favor de la ins-
quem í"»). tancia única autorizados tratadistas siendo
VIII. Inapelabilidad en función de cierto de destacar que quien con mayor fuerza de-
tipo de resoluciones. Se ha dicho que "cierta fiende el sistema de instancia única, es Pa-
clase de resoluciones, por la naturaleza de sini Costadoat (»i). Por su parte Costa de-
la facultad que ejercita el juez al dictarlas, fiende con pasión la doble instancia ya que
son inapelables" (104). En especial, a este con ella se logra un juicio más depura-
propósito son de destacar dos: do ("2).
1») Las que se dictan para mejor proveer Frente a estas posiciones antagónicas es-
La más autorizada doctrina así lo ha es- toy de acuerdo —una vez más— con la doc-
tablecido ( I05 ). La jurisprudencia igualmen- trina del maestro Podetti (ns) cuando sos-
te ha establecido que las resoluciones para tiene que para opinar sobre esta materia
mejor proveer son inapelables. La siguiente: debe dejarse de un lado la pasión "y obser-
"Por ser una atribución personal y facul- var el problema con espíritu critico y en la
tativa del juez... el auto que ordena una realidad de la vida jurídica". Que no todos
medida para mejor proveer... es irrecurri- los defectos del actual procedimiento se
ble" (10S). Igualmente la de la Cámara de deben a la doble instancia ya que "la len-
Apelaciones de Mercedes («"): "La resolu- titud, la onerosidad, la falta de contacto
ción que deniega las posiciones solicitadas entre los jueces, los justiciables y la prueba
en calidad de "para mejor proveer", no viva, no son el fruto exclusivo de la doble
causa agravio y por ello no es susceptible instancia". Que a ello se llega por el nú-
de apelación". Es esta cuestión doctrina rei- mero insuficiente de magistrados, deficien-
terada del más alto Tribunal de la Na- cia en locales y elementos de trabajo; falta
de laboriosidad y vocación de los jueces;
(931 J. A., t. 24. págs. 5 y 6. arcaísmo en el sistema de los recursos; ma-
(99) Contra estas providencias só'.o cabe el re- las artes de litigantes y profesionales".
curso de reposición o revocatoria previsto por ti Participo totalmente de esta tesis que la
art. 223 del Cód. de proc. civil. Y conforme a los
arts. 225 y 226, la resolución del a quo hará ejecu- he valorado en mi condición de abogado de
toria a menos que por causar gravamen Irreparable intensa vida forense en esta Capital Fede-
corresponda la apelación (arts. 225 y 226 del Cód. ral. Por ahora es menester advertir al ór-
ris proc. civil). gano jurisdiccional que debe ser escrupu-
(100) Op. cit.
(101) Op. cit., pág. 129. loso y objetivo en la concesión de apelacio-
(102) Op. cit.. pág. 133.
(103) En nuestra capital esta doctrina es jus (108) C. S. N., Fallos, t. 53, pág. 347; t. 76, pá-
receptum Jurisprudencial. En algunas provincias se gina 153; t. 80, pág. 361; t. 88. pág. 380; t. 91.
ha determinado específicamente en igual sentido, pág. 19; t. 192, pág. 415; t. 222, pág. 428; etc.
como por ejemplo ha ocurrido en los arts. 645 de (109) Op. cit., pág. 134.
Santa Fe y 372 de Santiago del Estero. (110) Podetti, op. cit., pág. 128, nota 30.
(104) Podetti. op. cit.. pág. 128. (111) Posibilidad de implantar la instancia úni-
(105) Podetti, op. cit., pág. 128 y Sartorio, op. ca en tí procedimiento civil y comercial de la Ca-
•ctt., pág. 519. pital Federal, Ed. Abeledo. 1946.
(106) J. A., 1948-11, pág. 127. (112) Op. cit., pág. 22.
(107) J. A,, 1948-in, pág. 96. (113) Op. cit., págs. 118-121.
nes de interlocutorics que devengan gra- 2. Todo legislador al establecer las espe-
vamen Irreparable. No debe ser muy liberal cies de pena tiene en cuenta los bienes que
en la concesión de apelaciones, ni tampoco su comunidad ha apreciado como valiosos.
arbitrario por excesiva rigidez en las dene- Vida, libertad, patrimonio, honor, son algu-
gatorias. La fórmula del prudente arbitrio nos de esos valores y toda medida que poi
que enseña Couture es la que mejor se aco- medio de la ley conduzca a eliminarlos o
moda para estas eventualidades. Es decir, restringirlos, constituye la afirmación del
que se debe formar y elaborar una juris- disvalor equivalente.
prudencia con límites y pautas objetivas y Las penas privativas de libertad, pueden
claras. E insisto finalmente que en estos orientarse hacia dos aspectos distintos del
momentos sería muy de desear de nuestro mismo valor que niegan. En un primer caso,
legislador se avoque al análisis de esta cues- restringiendo la libertad ambulatoria o de
tión, reformando nuestro viejo Código de movimientos del condenado, esto es, afec-
procedimientos y guiándose por las sabias tando exclusivamente su libertad física,
enseñanzas de Podetti y del legislador men- aquella que se arraiga en su condición de
docinc. ser humano. Esta hipótesis exige recurrir
JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notes.
a determinados elementos materiales que
pueden permitir a la pena lograr su ob-
BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas. jetivo. El encierro del reo es la base tácti-
ca para que pueda cumplirse tal sanción
INCAPACIDAD CIVIL DE LOS PENA- y el legislador elegirá los medios naturales
DOS.* SUMARIO: Introducción. Primera Parte. o técnicos suficientemente idóneos para
Sistemas en el Derecho comparado: I. La in-
capacidad de derecho absoluta. II. La Inca- cumplir tal fin: cárcel, galeras, minas, ca-
pacidad de derecho relativa. ITI, La incapa- denas, etc. La libertad sufrirá un menos-
cidad de hecho. Segunda Parte. El sis- cabo proporcional en su dominio y dura-
tema legal argentino: I. Antecedentes histó- ción a la magnitud del encierro. Habrá un
ricos. II. Presupuestos: A. Pena impuesta:
B. Pena privativa de libertad; C. Pena ma- máximo y un mínimo en la graduación del
yor de tres años. ni. Ámbito de aplicación' disvalor. El valor primado, la libertad del
A. Delitos comprendidos; B. Delitos exclui- reo, recobrará su plenitud desaparecido el
dos; C. Categoría intermedia. IV. Efectos; encierro.
A. Privación de la patria potestad; B. Priva-
ción de la administración de sus bienes; En un segundo caso, esta especie de pena,
C. Privación del derecho de disposición. puede tener una mayor pretensión. Su ob-
V. Duración. VI. Naturaleza Jurídica: A. La jetivo no se limita a la simple privación re-
incapacidad como medida tutelar; B. La in- ferida. Por el contrario, excede el ámbito
capacidad como sanción; C. Conclusiones.
VII. Reformas propuestas. natural y tiende a despojar al sancionado
de su libertad jurídica, esto es, de su condi-
INTRODUCCIÓN ción de sujeto titular de facultades, perso-
1. La institución que nos ocupa es deno- na de derecho.
minada tradicionalmente incapacidad civil En esta última hipótesis la pena privati-
de los penadas. Sin embargo ella no es in- va de libertad es absoluta, ya que además
herente a la condición de aquéllos, ya que de limitar la vitalidad natural del sujeto,
no toda pena impuesta necesariamente ha- al impedirle el ejercicio de gran parte de
ce incapaz "a quien la sufre. En el Derecho sus facultades físicas por el hecho del en-
comparado existen distintas especies de cierro, le despoja ds su letalidad legal. Apa-
sanciones cuyo cumplimiento no altera la rece a los ojos de la sociedad como un muer-
capacidad del sancionado. En el Derecho to civil.
positivo argentino ni la,pena de multa ni 3. En el curso de la historia, las penas
la de inhabilitación traen aparejada tal privativas de libertad han presentado ese
consecuencia que es propia de las penas doble aspecto con frecuencia. En muchas
privativas de libertad. Como se verá a con- legislaciones, vigentes hasta el siglo pasa-
tinuación, tampoco éstas la originan en to- do, las penas citadas importaban una hv-
dos los casos, requieriendo para ello cierta terdicción legal para el condenado, cono-
gravedad en su duración (i). cida con la expresión "muerte civil". Tal
institución no debe confundirse con la im-
* Por el Dr. GUILLERMO J. OOVIÑA.
posibilidad de ejercer los derechos, cau-
sada por el encierro del penado. Es de-
(1) Sin embargo, la expresión es utilizada in- cir, debe distinguirse la institución reía-
variablemente en la doctrina. Así. por ejemplo:
Valdez. H., "Incapacidad civil de los penados", en nal y Penitenciaria, Bs. Aires, 1940, t. 5, núm. 18.
Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias So- pág. 509.
ciales, Bs. Aires, 1928. t. 7, pág. 485; Orgaz. A., In- Otros autores emplean la expresión interdicción
capacidad civil de los penados. V ed.. Imprenta de civil, como Paz Anchorena, Curso de Derecho pe-
la Universidad, Córdoba. 1939; Laníranco. H. P.. "La nal, cátedra del profesor Juan P. Ramos, 3» ed..
incapacidad civil de los penados", en Revista Pe- t. 3, pág. 110. Bs. Aires. 1945.
tiva a la incapacidad de derecho del con- dica de un criminal, esta pena es autónoma
denado con la situación táctica de la re- y no resulta del cumplimiento de una re-
clusión que origina una incapacidad de he- clusión. Así ocurre, por ejemplo, con la pe-
cho. na de destierro perpetuo, en la que el pena-
Primera Parte do debe emigrar del ámbito territorial ro-
mano, sufriendo la pérdida absoluta de sus
SISTEMAS EN EL DERECHO COMPARADO derechos y la confiscación de su patrimo-
4. La evolución histórica de esta institu- nio.
ción permite observar los tratamientos di- 6. Esta incapacidad de derecho absoluta
ferentes que ha merecido en el Derecho com- se presentaba en otras ocasiones como una
parado. Para una mejor comprensión de pena supletoria. Así, dentro del derecho
sus características es conveniente distinguir bárbaro, el ofensor que no pagaba la suma
los sistemas, tomando como criterio orienta- estipulada en concepto de composición
dor los efectos jurídicos que ocasiona. (wergeld) era sometido a servidumbre por
I. La incapacidad de derecho absoluta el ofendido. Se trataba de una aplicación
del penado. 5. El Derecho romano se asien- más del principio, común en el Derecho an-
ta en una dicotomía conceptual: aut liben tiguo, regulador de derechos personales del
aut serví. En consecuencia la pérdida de la acreedor sobre el deudor insolvente. También
libertad importaba la pérdida de la perso- los romanos lo conocieron y autorizaban por
nalidad jurídica. Esta era el resultado de él cualquier posible daño sobre el infractor
tres status sucesivos: libertad, ciudadanía y (et facmt de eo quod voluerit).
familia. La eliminación del primero impedía 7. Entre los longobardos, un edicto limita-
ademas gozar de los derechos relativos a ba el poder del damnificado por el delito,
cualquiera de los otros. Se producía una o de los familiares, impidiendo hacer algo
pérdida absoluta de la capacidad del sujeto, más que convertir en esclavo al ofensor («).
que los juristas llamaron capitis diminu- En los visigodos, la pérdida total de dere-
tio (2). chos es una pena autónoma: la servidum-
Para los romanos no podía ser sujeto de bre perpetua. Consistía en una sanción por
derecho quien hubiera perdido su libertad. la, que la persona del reo y todos sus bienes
Su capitis diminutio era máxima por cuan- pasaban a poder de la víctima, sin que fue-
to carecía también de ciudadanía y de fa- ra posible intentar con posterioridad su res-
milia, ya que no se podía concebir tales con- cate.
ceptos en un esclavo. Carecía de todos los 8. En el antiguo Dsrecho francés esta ins-
derechos civiles y no podía 3
obligarse jurídi- titución tuvo asidua aplicación, en especial
camente por sus actos- ( ). durante el reinado de Luis XIV. La Revolu-
Debe advertirse que la situación jurídica ción, por su parte, establecip la muerte civil
de la capitis diminutio no supone el encie- para los deportados y emigrados ( 7 ) . sin
rro como hipótesis necesaria. Subsistía aun embargo, la más depurada reglamentación
cuando el esclavo tuviera amplia libertad aparece con la sanción del Código civil y el
ambulatoria. Se trata de una sanción del Código penal de 1810.
derecho, de un castigo de la ley. Originariamente, la ley penal francesa
El Derecho romano no conoció la priva- establecía una distinción entre los condena-
ción de libertad como pena específica y des- dos a penas perpetuas o temporarias. Por el
conoció, naturalmente, los establecimien- artículo 18, los condenados a trabajos for-
tos específicamente carcelarios (<). Por lo zados a perpetuidad y los deportados su-
tanto, cuando instituye la incapacidad juri- fren la muerte civil. En igual condición se
(2) Savigny, F. C. de, Sistema de Derecho ro- encontraban los condenados a la pena de
mano actual, 2» ed., s/í., t. 1, pág. 338, Madrid, muerte durante el tiempo que mediaba en-
Centro Editorial de Oóngora. En la nota de pie de tre la condena'y la ejecución y aún en el
página explica las razones por las cuales considera supuest de encontrarse prófugos.
igualmente legítimas' las expresiones capitis de-
minutio o diminutio. La muerte civil importaba la pérdida de
(3) Savigny, P. C. de, op. cit., t. 1, pág. 421 la capacidad civil desde la fecha en que
(Apéndice), al analizar los efectos de las obliga- fuera pronunciada la sentencia, así como
ciones contraídas por los esclavos romanos, consi- la pérdida de la propiedad de todos sus bie-
dera que si bien no producían las consecuencias
inherentes a las obligaciones naturales, el servus nes. En consecuencia el pronunciamiento
poenae podía adquirir créditos para su señor, pero del juez penal originaba la iniciación en se-
lo hacía a título personal cuando aquél era su deu-
dor o cuando carecía de dueño. El .vínculo era na-
tural y conservaba tal carácter aunque el esclavo (6) Del Giudlce, P., "Diritto pénale germánico,
fuera manumitido. rispetto all'Italia", en Enciclopedia del Diritto Pé-
(4) Ferrtnl, C., "Esposizlone storica e dottrinale nale Italiano, dirigida por Enrique Pessina, vol, 1
cíel Dirltto pénale romano", en Enciclopedia del Di- pág. 525, Milán, 1905.
rítto Pénale Italiano, dirigida por Enrique Pesstna. (7) Leyes del 28 de marzo y 17 de septiembre
t. 1, pág. 155, Milán, 1905. cíe 1783.
de civil del respectivo juicio sucesorio ab se de nuevo. Los hijos legítimos no pueden
intestato. heredar a su padre muerto civilmente, exis-
Los alcances de la ley francesa eran no- tiendo para ello una verdadera confiscación
toriamente graves. El condenado no podía de bienes (").
adquirir bien o derecho alguno por suce- La muerte civil fue eliminada de la legis-
sión ni aún hacer testamento para dispo- lación francesa respondiendo a la critica
ner de los propios. Tampoco le estaba per- constante y unánime de los juristas y si-
mitido hacer donaciones ni transmitir a sus guiendo el ejemplo dado por otras legisla-
herederos forzosos los bienes que adquiriera ciones que también la habían suprimido ( 12 ).
por medio de un legado posterior a su con- En los casos de deportación es eliminada en
dena. Hasta el matrimonio contraído con el año 1850. Subsistió en todos los demás
anterioridad cesaba de producir efectos ju- hasta que la famosa ley del 31 de mayo de
rídicos y en cuanto al matrimonio poste- 1854 la abroga definitivamente.
rior no podía causar ningún efecto. II. La incapacidad de Derecho relativa
Sin embargo, el muerto civil conservaba del penado. En algunos sistemas jurídicos,
el derecho de adquirir por medio del legado las penas privativas de libertad afectan de-
de alimentos y de exigir la reparación de los terminados derechos del condenado. Perte-
daños que sufriera. Savigny afirma que el nece a esta categoría la legislación france-
sistema francés es vano en sus determinacio- sa después de la reforma introducida al sis-
nes y vacilante en sus fundamentos. Es in- tema original por la ya citada ley del
consecuente al permitirle adquirir bienes año 1854.
para luego establecer que serán recibidos a 9. Al derogar la muerte civil que el Có-
su muerte por el8 Estado, en calidad de he- digo establecía para las penas perpetuas, el
redero forzoso ( ). legislador francés pensó que no resultaba
Si bien esta disposición fue tomada del justo que las penas benignas se convirtie-
Derecho romano carece de igual fundamen- ran en más gravosas para el penado. En
to jurídico, ya que en aquél se admitía la efecto, las demás penas aflictivas que sola-
pena de confiscación general de bienes. Por mente daban lugar a la interdicción civil
otra parte concluye Savigny, tampoco se ex- iban a ser más severas que las perpetuas.
plica satisfactoriamente la diferencia hecha Para evitar tal situación la ley sustituyó la
.entre la donación prohibida y otros con- muerte civil por una nueva institución que
tratos que se le permitían al deportado (»). restableciera la jerarquía de las sanciones.
La muerte civil no afectaba solamente el Ella resultaba de la interdicción legal ya
campo de los derechos civiles del condena- conocida a la que se agregaban la incapa-
do, sino que eliminaba también sus atribu- cidad de adquirir o disponer a título gratui-
ciones políticas. En cierta manera reprodu- to, así como la de hacer testamento (w).
cía los efectos de la infamia romana. El sistema creado implantó graves conse-
Esta institución fue severamente critica- cuencias civiles para el reo. Para las penas
da por la doctrina francesa y extranjera. temporarias se mantuvo la degradación cí-
Rossi, uno de los más ilustres penalistas vica y la interdicción legal (i*). Para las
clásicos, calificó a la muerte civil como pe- perpetuas debían agregarse, como se dijo, la
na inmoral que responsabilizaba a los no
culpables. Sostiene el autor citado, que aque- (11) Tissot, J., El Derecho -penal, estudiado en
lla vincula por una ficción, las más deplo- sus principios, en sus aplicaciones y legislaciones
rables consecuencias y los hombres, cre- de los diversos pueblos del mundo, t. 1, pág. 394,
Madrid, 1880. Advierte el autor que la Ordenanza
yéndose sabios porque juzgan por palabras, del año 1670 había sido más prudente, ya que re-
no quieren llamarla pena sino, solamente, conocía al muerto civil la facultad de casarse.
consecuencia de pena. Concluye Rossi afir- (12) Así, el caso de Bélgica sometida al Imps-
mando que la muerte civil es una pena irra- rlo Francés y por lo tanto al Código penal de 1810.
Cuando logró su Independencia, el Congreso pro-
cional y anacrónica, resultando inverosímil clamó la neces'dad de una legislación propia y la
que pocos años después de la Revolución se Constitución de 1831 suprimió expresamente la
redactase el Código que la legisla (i»). muerte civil. Coní. La legislación penal compara-
Tissot, por su parte, afirma que la muer- da, publicación de la Unión Internacional de De-
recho Penal, bajo la dirección de Franz von Liszt
te civil lesiona la justicia, la moralidad y la (versión española de Adolfo Posada), t. 1, pá-
humanidad misma. Si la ley hubiera sido gina, 391, Madrid, 1896.
consecuente el cónyuge del condenado, por - (13) La adquisición o disposición a titulo one-
ejemplo, habría tenido la facultad de casar- roso se encontraba vedada por efecto de la Inter-
dicción civil.
(14) Por el art. 31-del Cód. penal de 1810 se
(8) Savigny, F. C. de, op. cit., t. 2, pág. 11. prohibe al reo recibir suma o renta alguna. Los co-
(9) Tal opinión es compartida por darrp.ud. en- mentaristas de la época justificaban esta disposi-
tre otros. Conf. Précis de Droit crimine!, XI ed., ción, pues no estimaban razonable que el penado
pág. 335, París, 1912. pudiera convertir la prisión en un lugar de placer
'10) Rossi, P.. Trattafo di Dlritto pcnale. trad. o pudiera financiar su evasión. (Conf. Rogron, J. A,.
italiana de Enrique Pesslna, pág. 282, Ñapóles, 1853. Cade penal expliqué, pág. 48, París, 1885.)
prohibición de testar y la de adquirir o dis- (art. 54 a 57) si bien nada dicen al respec-
poner gratuitamente. to, pertenecen a esta orientación, prescri-
La ley francesa revela con toda evidencia, biendo tal interdicción solamente en el ca-
el sentido punitivo que la anima. El dominio so de cadena perpetua o temporal.
de las incapacidades que crea se amplía Por su parte el Código penal ruso (art.
en la hipótesis de los delitos que merezcan 31) establece la pérdida de la patria potes-
penas más graves ( 15 >. tad cuando se compruebe el abuso de la
La doctrina francesa ha criticado esta misma por parte del condenado y en el ar-
institución por la finalidad perseguida y por tículo 20, inciso e) se enumera entre las
las contradicciones jurídicas que origina. medidas de defensa social, la pérdida de
Qarraud (op. cit. pág. 337), pone el caso derechos políticos y derechos civiles deter-
del padre que quisiera hacer en vida la par- minados.
tición de sus bienes y que de acuerdo a la III. La incapacidad de hecho del pena-
ley civil, debe ser hecha por donación o tes- do. 12. En los dos sistemas analizados pre-
tamento y con respecto a todos sus hijos. Si cedentemente, la ley imponía al condenado
uno de éstos fuera condenado a pena per- la privación del goce de sus derechos. En el
petua, tal acto afectarla los legítimos inte- que ahora nos ocupa, las legislaciones que
reses de terceros, imposibilitando la parti- lo siguen (entre ellas los Códigos penales
ción pretendida. de Alemania, Brasil y Grecia) no se han pre-
10. £1 Código penal italiano de 1930 esta- visto ni privaciones ni suspensiones en la
blece en su articulo 32 la interdicción legal titulariedad jurídica.
para todo condenado a prisión perpetua, la Algunos regímenes establecen expresa-
que implica por otra parte la pérdida de la mente ciertas incapacidades como conse-
patria potestad, de la autoridad marital, de cuencia de la sanción privativa de libertad;
la capacidad de testar y causa la nulidad del otros nada dicen al respecto, delegando el
testamento redactado con anterioridad. Pa- caso a los principios generales del Derecho
ra, las penas temporarias menores de cinco o a las respectivas disposiciones de la ley
años la ley no sanciona incapacidad alguna. civil.
Las de cinco años o más tienen previstas la Resulta evidente que un condenado a pe-
interdicción legal del penado que puede ir na privativa de libertad pierde su capacidad
además, acompañada de la suspensión del de hecho en el aspecto procesal, por ejem-
ejercicio de la patria potestad y de la auto- plo, pues no puede actuar en juicio. Pero,
ridad marital, durante el tiempo de la pe- en cambio, no puede afirmarse que necesa-
na. riamente pierda la capacidad de hecho ne-
Como podrá apreciarse esta interdicción gocial, pues el encierro no le impediría ad-
legal se encuentra bastante alejada del ministrar sus bienes por medio de un man-
precedente romano de la infamia o de la datario de su confianza personal. Algunos
muerte civil. En ella, como afirma Maggiore, Códigos han preferido no establecer ningún
se percibe con más nitidez que las incapaci- tipo de incapacidad civil para el reo. Este
dades creadas tienden a proteger a terce- conserva su plena capacidad de derecho y
ros. Todos aquellos que tengan un interés aquella capacidad de hecho compatible con
legítimo pueden alegar la nulidad de los la espeie de acto que se trate y la situación
actos realizados durante la interdicción de prisionero que lo afecta.
(Cód. civ., art. 1421) O»*»*). Segunda Parte
11. Tanto la legislación francesa como la
italiana han regulado verdaderas sanciones EL SISTEMA LEGAL ARGENTINO
accesorias, en las que se han atendido a ve- I. Antecedentes históricos. 13. El primer
ces finalidades tuteladoras para los bienes proyecto de Código penal, elaborado por el
del condenado y los posibles derechos de Dr. Carlos Tejedor, establecía que las penas
terceros. En otras legislaciones se percibe de presidio y penitenciaría traían aparejada
con mayor claridad que la naturaleza jurí- la interdicción civil del penado que lo privaba
dica de esta institución es la de una verda- mientras durase la pena de la administra-
dera pena. ción de los bienes y del derecho de disponer
Los Códigos penales de Colombia (art. de ellos por actos entre vivos (art. 12 y 18,
42), Nicaragua (art. 47) y Honduras (art. del Título II, Libro I*). No trae modifica-
24), expresamente la califican de pena ac- ciones al respecto el Proyecto del año 1881
cesoria. Otros como el Código penal español de los doctores Villegas, Ugarriza y García.
14. El Código penal de 1887, establecía
(16) Orgaz, por el contrario, ve en la Institu- para la pena de presidio, la accesoria de in-
ción una medida de protección al par que .una san- terdicción civil. Esta privaba de la patria
ción (op. cit., pág. 33). potestad, de la administración de los. bie-
(15 bis). Maggiore, O., Derecho penal, versión
española de la 5* ed. italiana por José Ortega To- nes y del derecho a disponer de ellos por
rres, vol. 2, pág. 304, Bogotá. 1954. actos entre vivos.
Como podrá apreciarse es similar al tex- digo penal vigente desde 1922, el que en su
to vigente en la actualidad, con excepción articulo 12 expresa: "La reclusión y la pri-
de la cúratela del penado, que entonces no sión por más de tres años llevan como in-
estaba prevista. herente la inhabilitación absoluta por el
La interdicción civil también era acceso- tiempo de la condena, la que podrá durar
ria de la pena de penitenciaria, siguiendo hasta tres años más, si así lo resuelve el tri-
en esto al proyecto de Tejedor. bunal, de acuerdo con la índole del delito.
15. El proyecto de 1891, de los doctores Importan además la privación, mientras du-
Pinero, Rivarola y Matienzo, había estable- re la pena, de la patria potestad, de la ad-
cido la interdicción civil como accesoria de ministración de los bienes y del derecho de
las penas de penitenciaria y presidio. Ella disponer de ellos por actos entre vivos. El
privaba del ejercicio de todos los derechos penado quedará sujeto a la cúratela esta-
civiles con excepción del de testar, implan- blecida por el Código civil para los incapa-
tando la sujeción a la cúratela legislada por ces".
la ley civil para los incapaces. II. Presupuestos. El Código penal argen-
16. El proyecto de 1906,. introduce la no- tino supone la existencia de ciertos requi-
vedad de la expresión más de tres años. En sitos previos para que pueda darse el caso
efecto, el artículo 17 establece que las pe- de la institución que nos ocupa. Es efecto
nas de presidio o prisión por más de tres de una pena, de cierta especie, de una du-
años importan la inhabilitación absoluta ración cuyo mínimo está previsto y que su-
por el tiempo de la condena y la privación pone la existencia de otra pena accesoria
de los derechos civiles, con excepción del de de la que es conjunto.
testar. Como los anteriores precedentes, su- A) Pena impuesta. 18. El primer presu-
jeta al condenado a la cúratela de los in- puesto es que el reo sea un penado, esto es
capaces (16). que haya sido condenado al cumplimiento
El Proyecto del año 1916, reproduce en el de una pena. Es necesaria esta distinción por
artículo 17 la disposición correspondiente cuanto el Código penal argentino estable-
del Proyecto de 1906. ce un sistema dual de sanciones: penas y
17. La Comisión Especial de la Cámara de medidas de seguridad. El artículo 52 prevé
Diputados designada para revisar el proyec- la aplicación como medida accesoria a la
to del diputado Rodolfo Moreno (h.), pro- última condena la reclusión por tiempo
puso el siguiente artículo: La reclusión y la indeterminado. Se trata de una medida de
prisión por más de tres años importan la seguridad, denominada por algunos elimi-
inhabilitación absoluta por el tiempo de la natoria y que si bien tiene cierta indetermi-
condena y de uno a tres años más, según el nación en cuanto al tiempo de duración, por
caso y a juicio del tribunal. Importa tam- interpretación del artículo 53 no puede ser
bién la privación de los derechos civiles con menor de cinco años contados a partir del
excepción del de testar, reconocer hijos na- cumplimiento de la pena de privación de
turales y contraer matrimonio ín extremis. libertad.
El penado queda sujeto a la cúratela esta- El Código nada dice con respecto a esta
blecida por el Código civil para los incapa- medida y por lo tanto las únicas normas
ces. La privación de la patria potestad co- existentes son las contenidas en el ya ci-
rresponderá en todos los casos cuando el de- tado artículo 12. Este, expresamente habla
lito se haya cometido sobre los hijos del con- de la incapacidad mientras dure la pena y,
denado o en perjuicio de los mismos. nuevamente en el apartado final, utiliza el
Como podrá apreciarse, se insiste en la término "penado" al referirse al incapaz
privación de los derechos, grave error que sujeto a la representación de la cúratela
indirectamente hubiera conducido a la im- impuesta.
plantación de la muerte civil en nuestra le- La interpretación sistemática de la ley
gislación. argentina nos conduce a estimar que en los
La parte final del artículo, se encontra- casos del artículo 52 del Código penal no
ba vigente, pues reproducía innecesariamen- corresponde imponer la incapacidad civil
te el texto de la ley de 1903. del penado por causa de la medida citada.
Sin dar explicación alguna la Comisión En consecuencia, ¡a interdicción legal re-
del Senado modificó el texto por el actual. sulta improcedente en todos aquellos deli-
Finalmente el Congreso sancionó el Có- tos cuya pena no la origine, no obstante la
eventual medida de seguridad que se hu-
(16) El proyecto establece nada menos que la biera impuesto. En los casos en que fuera
privación de los derechos civiles. Sin duda ha que- procedente, una vez cumplida la pena
rido decir "privación del ejercicio",' como seflaln principal, deberá cesar la incapacidad civil
con acierto Orgaz, op. cit., pág. 79. Nada dice al aún cuando se prolongue la reclusión ac-
respecto en la exposición de motivos y su silencio
resultaría inexplicable ante tamaña innovación en cesoria.
la legislación patria. B) Pena privativa de libertad. 19. En
nuestro sistema penal son penas privativas cidad civil de sus autores. Ellos son el ho-
de libertad la reclusión y la prisión. La micidio simple (art. 79), homicidios agra-
expresión usada por la ley excluye las pe- vados en todas las hipótesis (art. 80), pro-
nas de inhabilitación y multa. vocación de duelo calificado por muerte
Sin embargo no debe creerse que la in- (art. 100 inc. 3"), duelo irregular calificado
habilitación queda excluida totalmente, (art. 101 inc. 2'), abandono de personas
pues en todos los casos en que la incapaci- calificado por el vínculo y seguido de muer-
dad civil sigue a estas penas privativas de te (art. 107), violación (art. 119), violación
libertad, también concurre la inhabilitación calificada (arts. 122 y 124), estupro califi-
absoluta, aún cuando su contenido y dura- cado (arts. 123 y 124), corrupción o prosti-
ción sean diferentes. Ambas son accesorias tución de menores de diez años (arts. 125,
de una pena principal, pero entre sí son inc. 1"), corrupción o prostitución de ma-
concurrentes en sentido relativo. yores (art. 126), robo calificado por muer-
20. En cambio la pena de multa queda te (art. 165), robo calificado (art. 166), es-
absolutamente excluida por cuanto aún en trago calificado por muerte (art. 186, inc.
la hipótesis prevista en el artículo 21, se- 5°), interrupción de servicio ferroviario se-
gundo apartado (esto es, cuando se con- guido de muerte (art. 191, inc. 4), atentado
vierte la suma impaga en pena de prisión), a la navegación seguido de muerte (art.
la conversión no puede exceder del año y 194, tercer apartado in f i n e ) , piratería se-
medio de prisión, máximo que no alcanza guida de muerte (art. 199), adulteración de
al mínimo exigido por la ley (ver injra aguas, comestibles o medicinas seguidas de
N" 22). muerte (art. 200 in fine y 201), traición a
21. Se trata de la privación de libertad la patria (arts. 214 y 218), traición a la
como pena por lo cual, no basta su efectiva patria calificada (arts. 215 y 218), traición
privación cuando responda a un interés infame a la patria (C. N. art. 29 y C. P.
cautelar, como en el caso del procesado de- art. 227), y cohecho judicial (art. 257).
tenido, el cual sigue siendo plenamente ca- 25. En este número reducido de figuras
paz ("). delictivas el Código Penal ha establecido
C) Pena mayor de tres años. 22. Como penas privativas de libertad mayores de
tercer requisito la ley exige que las penas tres años. Son los únicos casos en que la
sean de una duración mayor a tres años. incapacidad civil del penado resulta inevi-
Por lo tanto el legislador exige como pre- table. Como podrá apreciarse, se trata de
supuesto no sólo las penas específicamente un pequeño sector dentro del catálogo de
mas graves, sino también de una duración los entuertos tipificados en la ley (18).
apreciable. B) Delitos excluidos. 26. Por el contra-
Debe tenerse presente que la ley exige rio, existen otras figuras delictivas que en
más de tres años y que por lo tanto la pena ningún caso pueden determinar la proce-
mínima será tres años y un día. Este míni- dencia de esta institución, sea por tener un
mo excluye una cantidad apreciable de de- máximo de pena menor al mínimo exigido
litos que tienen como pena máxima la de por el artículo 12, sea por establecer una
tres años. especie de pena ajena a las contempladas
23. Al haberse establecido la duración de en el citado artículo.
la sanción en la cantidad ya citada se ha 27. En primer lugar, deben enumerarse
excluido la posible ejecución condicional de los delitos que si bien tienen como sanción
la pena, por cuanto el artículo 26 supone las penas de reclusión o prisión, han esta-
una pena máxima de dos años. blecido como límite máximo el término de
III. Ámbito de aplicación. Los presupues- tres años. Ellos son: infanticidio (art. 81,
tos analizados anteriormente permiten Inc. 2'), homicidio culposo (art. 84), aborto
describir el ámbito de aplicación de esta involuntario (art. 87), lesiones leves (art.
institución distinguiendo los delitos que 89), lesiones leves en riña (art. 96), duelo
ocasionan la incapacidad civil de aquellos simple (art. 97), duelo irregular (art. 103
que en ningún caso pueden originarla. in fine) abuso de armas (art. 104), aban-
A) Delitos comprendidos. 24. En primer dono de personas (art. 106), calumnia (art.
término podemos incluir los delitos que 109), injuria .(art. 110), adulterio (art.
necesariamente traen aparejada la incapa- 118), publicaciones obscenas (art. 128),
rapto consentido (art. 131), supresión de
(17) Se requiere por lo tanto una condena fir- estado civil (art. 138), privación de llber-
me, no siendo suficiente la pena impuesta en pri-
mera instancia cuando no ha sido consentida por
las partes. Sin embargo, no resulta necesaria una (18) Nos referimos, claro está, a delitos consu-
declaración expresa en la sentencia al respecto, por mados, cometidos por autores o participes princi-
cuanto la incapacidad es un efecto necesario de la pales y no reiterados, pues en los casos de tenta-
pena impuesta, y por ende no deja de producirse tiva, participación secundarla o reiteración, las pe-
porque se baya omitido el pronunciamiento de la nas pueden ser alteradas (Cód. penal, arts. 44, 16
Incapacidad misma. y 55).
tad (art. 141), privación de libertad califi- expendio indebido de medicinas (art. 204,
cada (art. 143), inducción a la fuga (art. cuarto apartado), violación de inmunida-
148), ocultación de menores (art. 149), vio- des (art. 242), usurpación de títulos u ho-
lación de domicilio (art. 150), allanamien- nores (art. 247), omisión de los deberes de
to de morada (art. 151), violación de secre- funcionario público (art. 249), abandono
tos (art. 153), violación de la libertad de de servicio (art. 252), designación ilegal de
trabajo (art. 158), turbación de reunión funcionarios (art. 253), cohecho pasivo del
(art. 160), obstrucción a la libertad de (art. 259), malversación de caudales (art.
prensa (art. 161), hurto (art. 162), quiebra 260), malversación culposa (art. 262), in-
culpable (arts. 177 y 178), connivencia con cumplimiento de pago ordenado (art. 264),
el quebrado (art. 180), usurpación (arts. prevaricato (art. 269 y 270), ejercicio inde-
181 y 182), daño (art. 183), estrago culposo bido de la abogacía (art. 271) y demás fun-
(art. 189), destrucción de medios de comu- cionarios judiciales (art. 272), denegación
nicación (art. 190), interrupción de tren de justicia (art. 273), incumplimiento de la
(art. 191, inc. 1'), atentado contra convoy represión de la delincuencia (art. 274), cir-
(art. 193), abandono de servicios (art. 195), culación indebida de moneda falsa (art.
descarrilamiento culposo (art. 196), inte- 284), uso o expendio de sellos inutilizados
rrupción de comunicaciones (art. 197), de- (art. 290, seg. apart.).
litos culposos contra la salud pública (art. 29. El precedent» agrupamiento permite
203), venta de alcaloides (art. 204), viola- observar que Zas figuras delictivas exclui-
ción de medidas sanitarias (art. 205 y 206), das son más numerosas que las incluidas.
ejercicio ilegal de la medicina (art. 208), En ambas categorías el juez nada puede
intimidación pública (art. 211), apología hacer para imponer o evitar la incapacidad
del crimen (art. 213), violación de tratados del reo, pues la ley previamente ha esta-
(art. 220), violación de inmunidades (art. blecido los presupuestos determinantes. Pe-
221), violación de secretos políticos o mili- ro resulta ilustrativa la comparación de los
tares (art. 223), planificación indebida dos grupos pues demuestra que en muy
(art. 224), ejecución de concilios no auto- pocas hipótesis el código ha fijado un mí-
rizados (art. 228), sedición (arts. 229 y nimo de pena suficiente y necesario para
230), atentado contra la autoridad (art. 237 la procedencia del art. 12, así como permite
y 238), desobediencia (art. 239), alteración comprobar que en ese reducido número es-
del orden (241), incomparencia de testigos tán incluidos delitos que ocasionan la
(art. 243), desacato (art. 244), falsa denun- muerte de la víctima o de terceros, o que
cia (art. 245), usurpación de autoridad revelan una notoria indignidad cívica, mor-
(art. 246), abuso de autoridad (art. 248), bosidad de costumbres, violencia en la
omisión de auxilio (art. 250), violación de conducta o bajos instintos.
sellos (art. 254), cohecho (art. 256), dádiva C) Categoría intermedia. 30. Todas las
a funcionarios (art. 258), malversación de figuras delictivas no incluidas en las dos
caudales públicos (art. 260), negociaciones categorías anteriormente desarrolladas, se
incompatibles (art. 265), exacciones ilega- encuentran en una situación intermedia.
les (arts. 266 y 267), encubrimiento (art. El legislador ha establecido en ellas un mí-
277), evasión (art. 280), alteración de mo- nimo que no sobrepasa los tres años y un
neda (art. 283, seg. apartado), falsificación máximo naturalmente mayor. En esta hi-
de marcas (art. 289), falsificación de docu- pótesis el juez puede elegir indirectamente
mentos privados (art. 292 In fine), certifi- la procedencia de la medida del art. 12, ya
cación falsa (art. 295), tenencia de instru- que al fin de cuentas puede optar entre
mentos destinados a la falsificación (art. una prisión de tres años y una pena simi-
299), fraudes al comercio (art. 300), y che- lar de tres años y un día. En la elección
que sin provisión de fondos (art. 302). de ese día de diferencia gravitará de ma-
28. La precedente enumeración debe ser nera más decisiva la institución que nos
completada con aquellas figuras delictivas ocupa que la eventual agravación que ese
que no traen aparejada una sanción priva- día importa í 1 »).
tiva de libertad. Ellas son: lesiones culpo- En esta categoría también ingresan los
sas (art. 94), instigación al duelo (art. 99, delitos excluidos (v. supra 27 y 28) cuando
inc. 1'), omisión de auxilio (art. 108), in- por reiteración supongan la aplicación del
jurias (art. 110), injuria encubierta (art. art. 55 del código que conduzca concreta-
112), reproducción de injurias (art. 113),
exhibiciones obscenas (art. 129), autoriza- (19) El art. 81, Inc. 1?, presenta el interés de
ción culposa de matrimonio ilegal (art. tener una pena de prisión de uno a tres años o re-
136), publicación indebida de correspon- clusión de tres a seis. Es decir, que con respecto
dencia (art. 155), divulgación de secretos a la pena de prisión no cabe la posibilidad de la
(art. 156 y 157), competencia desleal (art. incapacidad civil del penado, y con respecto a la
reclusión puede darse cualquiera de las dos situa-
159), defraudaciones especiales (art. 175), ciones.
OMEBA - XV - 19
mente a un aumento de pena. También habilitación. Transcurridos dos años desde
deben sumarse los citados como necesaria- la fecha de la resolución respectiva, puede
mente incluidos (V. supra 24) en los su- solicitarse se reintegre la potestad suspen-
puestos en que deba operarse una reduc- dida.
ción de penas, como por ejemplo en los 34. Finalmente el artículo 12 del Código
casos de tentativa y participación secun- penal impone la privación de esta potestad
daria. por el tiempo de duración de la pena prin-
IV. Efectos. El artículo 12 enumera los cipal. Por lo tanto cabe la posibilidad de
efectos de la condena. Recaen sobre la pa- que sea perpetua.
tria potestad, la administración de los bie- La privación que impone la ley penal
nes del condenado y la disposición de aqué- produce las siguientes consecuencias:
llos por actos entre vivos. Corresponde ana- a) No puede gozar del usufructo de los
lizarlos separadamente. bienes de sus hijos;
A) Privación de la patria potestad, 31. b) No puede designarles tutor testamen-
Patria potestad es el conjunto de derechos tario;
y obligaciones que corresponden a los pa- c) No puede autorizarlos para que deman-
dres sobre las personas y bienes de sus den judicialmente;
hijos desde la concepción de éstos y en d) No puede acordarles venia para el
tanto sean menores de edad y no se hu- ejercicio del comercio;
bieran emancipado (C. Civil, art. 284, re- e) No puede autorizar sus convenciones
formado por la ley 10.903). Su ejercicio co- matrimoniales;
rresponde en principio al padre, teniendo f) En fin, pierde todos los derechos sobre
igual derecho la madre .cuando aquel se la persona y bienes de sus hijos.
incapacita o pierde tal atribución. La pérdida de la patria potestad trae co-
La comisión de un delito por el titular mo consecuencia la imposibilidad perpetua
de la patria potestad (padre o madre) pue- de ser tutor o curador (Cód. civil, art. 398,
de originar distintos efectos, los que deben incisos 6 y 10) ( 20 ). También importa la,
ser analizados relacionando el ya citado pérdida de la autoridad marital ( 2 t ).
artículo 12 del Código penal con las dispo- El penado sigue, no obstante, vinculado
siciones del Código civil y de la ley 10.903. a sus hijos en cuanto al cumplimiento de
De la interpretación sistemática de tales las obligaciones que le impone la ley civil y
preceptos se distinguen tres situaciones. el artículo 13 de la ley 10903 (conf. art. 11,
32. En primer lugar la pérdida de la pa- inc. 2' del C. penal).
tria potestad. Se da en aquellos casos en B) Privación de la administración de sus
que el titular de tal atribución comete el bienes. 35. El penado no puede administrar
delito contra su propio hijo (C. civil, art. los bienes que integran su patrimonio. Para
307, inc. 1»). Debe advertirse que el efecto que esta prohibí.ion no ocasione perjuicios
citado no deriva de la pena impuesta (caso innecesarios la ley ha previsto la cúratela
del art. 12 de C. P.), ya que el delito co- de aquél. Al respecto resultan de aplicación
metido puede ser penado con multa o in- las disposiciones pertinentes de la ley civil
habilitación, así como ser de aquellos cuya y especialmente los artículos 476, 477 y 478,
pena privativa de libertad tenga un máxi- que determinan el orden establecido para
mo de tres años o, en fin, no ser punible la designación del representante del inca-
en virtud de la excusa absolutoria del ar- paz (22).
tículo 185 del Código penal (hurto, defrau- 36. El curador es el administrador de los
dación o daño en perjuicio del hijo). bienes del reo y puede realizar cualquier
El fundamento de la sanción establecida acto destinado a conservar o aprovechar-
por la ley civil es fácilmente comprensible. los. No necesita autorización alguna, pues
La sociedad no puede tolerar la evidente son actividades inherentes a su función.
contradicción que importaría confiar la Son aplicables al caso las reglas que en
educación y asistencia de la víctima al pro- la administración de la tutela el Código ci-
pio delincuente. vil ha establecido en sus artículos 424, 436,
33. La pérdida del ejercicio de la patria y 438, inc. 5'. En virtud de ellas, el curador
potestad ocurre en los casos en que se con- deberá colocar el sobrante de las rentas del
dena a su titular por delitos graves, o penado a interés bancario o adquirir bienes
cuando fuera varias veces condenado, de- raíces, previa autorización del juez civil.
mostrando así ser un delincuente peligroso
o profesional (C. Civil, artículo 308). (20) Laníranco, H., op. cit., pág. 553.
La ley deja librado al criterio judicial la (21) Conf. Valdez, H., op. cit.. pág. 515; Lau-
determinación en cada caso de la gravedad franco, H., op. cit., pag. 552; Orgaz, A., op. cít.,
del delito y del número de condenas que pág. 112.
(22) V. Orgaz. A., op. cit., pág. 132, el análisis
deberán tenerse en cuenta. A diferencia del detallado de las'llmltaclones establecidas por 1» ley
caso anterior, en éste resulta viable la re- en la actividad del curador.
Debe, también, solicitar a dicho magistrado tad. Esta disposición, comprensible en el
licencia para la venta de un inmueble que ámbito de la tutela, resulta notoriamente
posea el penado con otra persona si la rigurosa cuando se aplica al caso de quie-
prolongación de la comunidad resultase nes no son precisamente menores y de-
perjudicial a sus intereses. El artículo 436 muestra, una vez más, que los efectos de
le impone la obligación de provocar la ven- la institución impuesta por el artículo 12
ta de la cosa que el menor tuviese en co- no se avienen plenamente con una concep-
munidad con otro y la división de la he- -ción protectora del reo.
rencia en que tuviese alguna parte C-'3). C) Privación del derecho a disponer de
El curador debe inventariar los bienes sus bienes. 38. A diferencia de la muerte
del penado, con las formalidades estableci- civil y las instituciones que de ella deriva-
das por el artículo 418 del Código civil y ron, la ley argentina no priva al penado de
debe incluir en él los que adquiriese con sus bienes. Los efectos de aquélla se limi-
posterioridad (art. 420, C. C.). No puede tan a imposibilitar la disposición de su pa-
realizar ningún acto de disposición sin la trimonio. Resultaría incoherente si privara
debida venia judicial (art. 443, C. C.) y al reo administrar sus bienes, imponiéndo-
debe efectuar oportunamente la rendición le un curador, y al mismo tiempo le per-
de cuentas respectivas (art. 459, C. C.). mitiera enajenarlos por su propia voluntad.
37. El artículo 481 establece la obligación El fundamento de esta regla jurídica de-
para el curador de incapaces de lograr que be encontrarse en la necesidad de proteger,
recobre su capacidad. La ley civil, a juicio un patrimonio sobre el cual tienen derecho
de Lanfranco ( 2 4 ) no es aplicable al cura- los familiares del condenado e interés legí-
dor del penado. Entendemos sin embargo timo sus acreedores, entre los que figuran
que el artículo citado tiene aplicación en los damnificados del delito. En nuestra
un caso excepcional: corresponde también opinión la medida establecida por la ley
al curador gestionar la libertad condicional no es una consecuencia del cumplimiento
del reo cuando sea procedente la aplicación de la pena, esto es, no deriva del hecho del
del artículo 13 del Código penal. encierro. Las opiniones que sustentan lo
Debe advertirse que las reglas enuncia- contrario en la doctrina nacional no expli-
das no son absolutamente idóneas para el can satisfactoriamente porqué ese hecho
caso del penado. Resultan de la aplicación produce tales efectos jurídicos cuantío du-
indirecta de las instituidas para la tutela ra más de tres años y no les origina
per el Código civil en virtud de la remi- cuando se prolonga hasta tres años( 2 5 ).
sión hecha por el Código penal. En conse- En ambos casos la privación de libertad
cuencia, algunas disposiciones de aquél ig- tiene la misma intensidad y características,
noran una característica decisiva: el pleno diferenciándose tan solo en su promulga-
discernimiento que tiene el penado. La ley ción, la que naturalmente puede darse en
civil ha creado una institución relativa a un sentido tan minúsculo que resulte irre-
los dementes, sordomudos que no saben levante: un día.
darse a entender y menores de edad (C C. 39. El condenado conserva el derecho de
arts. 488, 469 y 475). El condenado por una disponer de sus bienes como expresión de
pena criminal necesariamente debe tener última voluntad y en consecuencia la ley lo
discernimiento (C. P. art. 34, inc. 1") y por autoriza a testar. Esta facultad tiene vieja
lo tanto, su representante legal debería te- raigambre en el derecho patrio, pues Es-
ner en la ley una reglamentación diferen- paña fue uno de los primeros países que la
te. Así, por ejemplo, resulta inaplicable el implantó en las Leyes de Toro.
artículo 479 del Código civil que autoriza 40. Si el penado viola la prohibición im-
al padre, o la madre, a designar curador puesta por la ley, el acto jurídico que reali-
por testamento, para sus hijos mayores de ce es absolutamente nulo ( 20 ) y tal nulidad
edad dementes o sordomudos. No se pre-
senta en el caso del penado la necesidad (25) En contra del texto, Orgaz (op. cií., pá-
de proteger un déficit intelectual conocido gina 144) dice que la falta de libertad del reo le
y evitar el posible desamparo del incapaz. Impide el normal ejercicio de sus derechos, porque
La inconveniencia del sistema vigente se la libertad es indispensable para ejercerlos de un
modo eficaz y prudente. Ya hemos dicho (supra,
p3rcibe con toda nitidez en la regla conte- núm. 2) que la libertad puede ser interpretada en
nida por el artículo 411, aplicable también un sentido físico o jurídico. Por lo tanto no com-
al caso en estudio: todos los actos del re- partimos el sentido de la cita transcripta, pues 120
presentante se ejecutan sin el concurso del dees cierto qxse la falta de libertad física sea la causa
esta interdicción, pues tampoco tiene libertad
representado y prescindiendo de su volun- el encerrado en prisión por tres años. El impedi-
mento físico es el mismo, la diferencia solamente
(23) Orgaz, A., op. cit., pág. 134, incluye la obli- puede encontrarse en el plano jurídico de la li-
gación de aceptar con beneficio de inventario toda bertad.
sucesión que lo instituya como heredero. (26) La mayoría de la doctrina nacional y er-
(24) Lanfranco, H., op. cií., pág. 557. tranjera le asigna los efectos señalados en el texto.
puede ser invocada por cualquiera de las cumplida siga e procesamiento del reo, el
partas y aún declarada de oficio (C. C. art. cumplimiento de una-pena menor o la apli-
1047). cación de una medida de seguridad acce-
41. Conserva el penado el ejercicio de los soria (C. P. art. 52).
derechos personalísimos como, por ejemplo, 45. Los efectos de esta incapacidad cesan
el reconocimiento de un hijo natural o, a también, cuando se concede al reo los be-
su vez, la aceptación o repudio del recono- neficios de la libertad condicional. En este
cimiento que hicieran de él sus padres. caso, la ley ha creado un régimen especial
V. Duración. 42. Los efectos civiles que de cumplimiento de la pena al estimar in-
ocasiona la condena penal no pueden exce- necesaria la rigurosidad de la reclusión o
der el tiempo señalado por la sentencia ju- prisión efectivas, admitiendo su cumpli-
dicial a la pena privativa de libertad. El miento en libertad. Resulta razonable pen-
artículo 12 del Código penal señala expre- sar que la ley no ha querido mantener las
samente que tales consecuencias se produ- consecuencias civiles previstas para el caso
cen mientras dure la pena y si bien es cier- del cumplimiento estricto de tales penas.
to que la redacción del artículo no es su- Además hubiera resultado contradictorio
ficientemente correcta, debe entenderse mantener la incapacidad del liberado y exi-
que la ley al decir "pena" se refiere a las girle al mismo tiempo la obtención de me-
de reclusión o prisión. dios propios para subsistir.
El análisis sistemático del Código permi- VI. Naturaleza jurídica. 46. Uno de los
te conocer el mínimo y el máximo de du- temas más debatidos en el Derecho argen-
ración de esta institución. El primero es tino es precisamente este de la naturaleza
tres años y un día y el segundo, en prin- jurídica del instituto que analizamos. La
cipio, veinticinco años (2?). Cuando la pena doctrina nacional se encuentra dividida en
fuera reclusión o prisión perpetuas, el dos sectores, según se califique la incapaci-
máximo podrá eventualmente exceder el dad civil como una medida protectora, o por
límite señalado. lo contrario, como una sanción.
43. La incapacidad del reo comienza a A. La incapacidad del condenado como
producir efectos cuando ía sentencia con- medida de protección: 47. Esta interpreta-
denatoria ha quedado firme, condición ne- ción se basa en los siguientes argumentos:
cesaria para que el curador pueda asumir a) La exposición de motivos de la Comi-
su representación (28). El procesado no sión Especial de Legislación Penal y Car-
puede sufrir los efectos de esta incapaci- celaria de la Cámara de Diputados, al mo-
dad, aún en el supuesto del encierro pre- dificar el texto del proyecto de 1906, dice
ventivo y cualquiera sea el tiempo de du- expresamente: ".. .la privación de derechos
ración de la causa. civiles no es una pena, sino un accesorio in-
44. Las consecuencias civiles de la con- dispensable, que no tiene objeto represivo
dena se extinguen por el cumplimiento de sino tutelar, desde que subsana un estado
la pena y no por el hecho de haber recu- de incapacidad".
perado su libertad, como algunos sectores Este antecedente demuestra que la ley no
han sostenido. Por lo tanto, la incapacidad ha perseguido ningún propósito represi-
del condenado cesa aún en el supuesto de vo (28) .
no recuperar aquella como ocurre en los b) Se trata de una medida protectora
casos que a una pena mayor de tres años originada por una situación de hecho pro-
ducida por el encierro y que trata de suplir
Pero la solución dista de ser pacifica. Buena parte la incapacidad del condenado (so).
de los autores nacionales estiman que el acto jurí- c) Como el condenado solamente está
dico realizado por el penado Incapaz es un acto incapacitado para el ejercicio de sus dere-
relativamente nulo. Esta tesis ha sido sostenida
principalmente por Orgaz, al afirmar que siendo chos, requiere un representante que proteja
la Incapacidad de aquél simplemente relativa no sus bienes. Por lo tanto al imponer la ley
puede ser establecida la nulidad de sus actos sino penal un curador al reo, demuestra que su
en su exclusivo beneficio. En consecuencia, el au- intención es proteger a un incapaz de hecho.
tor citado estima que el acto solamente puede ser
declarado nulo a petición del propio incapaz, re- d) Los artículos 11 y 13 in fine, del Có-
presentante o sucesores (op. cit., págs. 151 y sigs.). digo penal ratifican la caracterización for-
La posición reseñada se basa en una opinión
previa: la incapacidad civil del penado establecida. (29) Moreno, R., El Código penal y sus antece-
por el art. 12 del Cód. penal deriva simplemente dentes, t. 2, pág. 43, Bs. Alrs, 1922.
del hecho de cumplir una pena privativa de liber- (30) Díaz de Guijarro, E., "Capacidad civil del
tad. No importa ninguna restricción a los derechos liberado condicional", en Jurisprudencia Argenti-
fiel reo con sentido punitorio. Se trata de una me- na, t. 67, pág. 712; Orgaz, op. cit., pág. 61; Nú-
dida tuteladora de los intereses del condenado. ñez, R., La acción civil para la reparación de los
(27) Tal es el máximo de duración establecido perjuicios del proceso penal, pág. 105, Bs. Aires,
para las penas privativas de libertad temporarias. 1948, y Derecho penal argentino, t. 2, pág. 447,
(28) Coní. Cám. Apel. Mendoza, L. L., t. 12, Bs. Aires, 1960; Gómez, E., Tratado de Derecho pe-
pág. 613. nal, t. 1, pág. 592, Bs. Aires, 1939.
mulada precedentemente, pues por la mera se debe al emparedamiento sino a la ley
circunstancia de haber cesado el encierro, penal que se lo prohibe (a*).
restituyen al liberado condicionalmente el d) La interpretación expuesta en el nú-
gobierno de sus bienes y la plenitud del ejer- mero 47 resulta contradictoria. Sostiene que
cicio de sus derechos (31). la institución se basa en la ide'a de proteger
e) Las restricciones civiles terminan con al reo, pero resulta que la Ifey impone a quie-
la libertad del penado. El artículo 16 no su- nes sufran una pena mayor de tres años. Si
pedita esta consecuencia al cumplimiento tal fuera la intención de la ley, con mayor
de las condiciones que el artículo 13 esta- razón protegería a los que tienen penas
blece para la libertad condicional (32). menores, pues no resultaría lógico desam-
f) La plenitud de los derechos se recobra parar a quienes merecen menor desaproba-
tanto por eí cumplimiento de la .pena que ción.
permite al reo obtener legítimamente su li- •e) Repugna al sentido común pretender
bertad, como en los casos en que la obtu- que el condenado prófugo o evadido pueda
viera ilegalmente. No sufre incapacidad recobrar su capacidad y beneficiarse con
alguna el condenado prófugo ni el evadi- la validez de los actos jurídicos que celebre.
do (33). ' f) Subsiste la incapacidad durante todo
g) Los actos realizados por el condenado el tiempo de la pena y, en consecuencia, el
son relativamente nulps y por ende suscep- liberado condicionalmente no recobra su
tibles de ser confirmados. plena capacidad.
B. La incapacidad del penado como san- C. Conclusiones. 49. En nuestra • opinión
ción. 48. Otros autores han interpretado la la interdicción legal impuesta por el artícu-
institución que nos ocupa como una medida lo 12 no puede ser entendida como una me-
esencialmente punitiva. Los principales ar- dida protectora, creada en beneficio de los
gumentos formulados son los siguientes: intereses del reo. Participamos, en líneas
a) La opinión de la Comisión de Legisla- generales, de la posición expuesta en el nú-
ción Penal y Carcelaria no puede ser toma- mero 48, pero con ciertas reservas.
da sino como un antecedente. No puede En primer término el análisis dogmático
dársele el sentido de una interpretación conduce a pensar que la intención de la co-
auténtica. Por lo contrario el análisis dog- misión parlamentaria no fue muy lejos y
mático es el único método que puede rati- que la redacción del artículo no puede ser
íicar o rectificar tal opinión. ignorada. Debe pensarse que dicha opinión ;
b) Sostener que la medida es protectora tampoco resulta muy clara, pues repudian-
del reo, importa confundir causa con efecto. do la calificación de pena, utiliza una vaga
Es evidente que la ley al establecer la cúra- denominación "accesorio indispensable".
tela del condenado persigue la protección Claro está que este accesorio lo es a dos
de su patrimonio, pero ello no autoriza a penas, pues las privativas de libertad traen
extender tal protección del plano de la aparejada la inhabilitación absoluta. Lo cu-
cúratela al de la interdicción legal. Sería, rioso es que ninguna-de ellas requiere indis-
algo así, como sostener que la cúratela de pensablemente este accesorio y las conse-
los dementes se funda en el interés de pro- cuencias del agregado, precisamente au-
tegerlos y no en la falta de discernimiento mentan su contenido sancionador, como sur-
que los aqueja. Tanto en el caso del demen- ge de la comparación de los artículos 6, 9,
te como en el del penado, la protección pa- 19 y 12 del Código penal.
trimonial es una consecuencia, no su causa. La propia expresión del artículo 12, "im-
El fin perseguido por la ley es esencial- portan además" despeja toda duda posible,
mente represivo y por ello crea esta inter- ya que se refiere a las penas de reclusión o
dicción. Pero no debe exceder los justos lí- prisión, cuyo contenido integran en esta
mites, pues se convertiría en una pena con- única hipótesis, diferenciándose así de to-
fiscatoria, como lo fue en otra época. Para das las demás penas dé reclusión o prisión
establecer tales límites la ley ha previsto menores.
la representación de un curador. En segundo lugar, la afirmación hecha
c) El condenado no se encuentra absolu- por la citada comisión al decir que no tiene
tamente impedido para ejercer sus dere- objeto represivo sino tutelar, parecería ser
chos y administrar sus negocios. La ley civil interpretada por algunos en el sentido de
le brinda los medios para salvar las posibles que no puede haber conciliación en tales
dificultades derivadas del encierro. Si no objetivos. Aun en las hipótesis más absolu-
puede otorgar un mandato, por ejemplo, no tas, la pena, persigue la protección de algún
(34) Conf. Valdés, H., op. cit., pág. 507; Lan-
(31) Núñez, R., D. P. A., t. 2, pág. 448. franco, H., op. cit., pág. 540; Soler, S., "Algunas
(32) Núñez, B., tbtd. cuestiones civiles en el Proyecto de Código penal",
(33) Conf. Núñez, R., on. cit., pág. 449; Orgaz, en Jurisprudencia Argentina, boletín del 30 de di-
op. cit., pág. 100. ciembre de 1060, pág. 2.
bien jurídico. Con toda nitidez se percibe naturaleza (demente, sordomudo, menor,
en el primero de los efectos establecidos persona por nacer, ausente...) sino que re-
por el articulo 12: la privación de patria sulta de una valoración legal.
potestad, ya que esencialmente se protege No debe extrañar que el Derecho haya
a la minoridad y no al padre condenado, previsto consecuencias distintas para un
para quien este efecto es una pena ya que penado que se adapta al cumplimiento de
importa la privación del ejercicio de un la pena y para el que no modifica su asocia-
derecho y por ende, la afirmación de un lidad. El primero recibe dentro del régimen
disvalor en su titulariedad juridica. progresivo, los beneficios de ver limitada la
Por otra parte, la pérdida del contralor privación de su libertad a un plazo menor.
patrimonial no puede ser entendida como En esta hipótesis la propia pena se ha mo-
una medida tuteladora, a menos que se dificado sustancialmente, pues se trata de
piense en proteger a otras personas que el una sanción privativa de libertad que no
propio reo (v g., parientes, damnificados, priva libertad alguna. No debe extrañar en-
acreedores, fisco). Claro está que cuando tonces, que este beneficio importe una mo-
una medida jurídica priva a una persona dificación también en el plano de sus de-
de la titulariedad de algún bien en salva- rechos civiles. Por lo contrario, resulta ló-
guarda de los derechos de otros, tal medida gico que el reo recupere la administración
no puede ser protectora, sino sancionadora de sus bienes y la facultad de disponer de
para aquel. ellos, ya que necesita readaptarse a la vida
Debe además advertirse, un tercer funda- social, para lo cual debe contar con los me-
mento. No puede ignorarse un hecho decisi- dios propios de subsistencia (art. 13, inc. 3').
vo: solamente las penas mayores a tres No participamos de la opinión de Núñez,
años ocasionan esta consecuencia. Adviér- que ve en esta situación una ratificación de
tase que hay un mínimo de figuras delicti- la tesis analizada en el número 47, pues la
vas que tienen previsto tal limite (ver supra restitución de los derechos civiles no resulta
núm. 24) y si analizamos cuales son esas del sólo hecho de la cesación .del encierro,
figuras, resultaría paradójico creer que la ya que éste puede prolongarse y no obstante
ley quiere proteger al traidor infame a la recuperarse aquellos (ver supra núm. 44).
patria, al asesino, al homicida alevoso, al En el supuesto que analizamos no cesa la
parricida, al incendiario homicida o al autor incapacidad porque el liberado no está en-
de estragos públicos calificados, mientras cerrado, sino porque la ley estima que debe
que no quiere proteger al calumniador, al ssr liberado y esta situación jurídica nueva,
ladrón, al homicida culposo, al autor de le- no requiere ni el encierro ni la incapacidad
siones leves, al duelista, al quebrado cul- de quien ha dado muestras evidentes de re-
pable, al testigo que no comparece, o al li- socialización. No debe extrañar entonces que
brador de cheques sin provisión de fondos. se le devuelvan al reo los fondos del artícu-
Parecería que la ley quisiera aumentar el lo 11, pues no solamente le pertenecen des-
contenido sancionador de las penas en el de ese momento, sino que carecía de fun-
primer caso y en cambio aliviarlo en el se- damento retenerlos para costear su estadía
gundo (33). en un establecimiento que ya no lo cobija
Parece pues evidente que el mero hecho (art. cit., inc. 3' y 4').
del .encierro no hace incapaz a un conde- Finalmente, estimamos que el acto jurí-
nado. La tesis contraria no explica esta di- dico realizado por el condenado que burla
ferencia entre tres años y tres años y un la prisión es absolutamente nulo, ya que
día, como tampoco puede explicar la falta existen vicios absolutos y se carece del fun-
de incapacidad del procesado cuya prisión damento protector que inspira la nulidad
cautelar dura a veces más tiempo que el relativa en la ley civil.
mínimo señalado para los condenados. VII. Reformas propuestas. 50. Los pro-
El contenido de esta sanción, en cuarto yectos de Código penal redactados por Coll-
lugar, no afecta sino el ejercicio de deter- Gómez en 1937 (art. 41) y Peco en 1941
minados derechos. Por ello debe ser ubicada (art. 42) mantuvieron la interdicción legal
en la clasificación tradicional, como "inca- de los penados, sin mayores variantes con
pacidad de hecho relativa. Pero debe adver- respecto al texto vigente.
tirse que a diferencia de los demás incapa- El Proyecto Soler, en cambio, ha supri-
ces de esta categoría, el vicio que imposibi- mido la incapacidad civil y en la nota al
lita tal ejercicio no ha sido producido por la artículo 41 expresa que lo más simple es
remitirse a los procedimientos comunes del
(35) Además se llegaría a un resultado Inexpli- Derecho privado, cuando se pretenda suplir
cable para la tesis proteccionista. El' autor de un la incapacidad de hecho que pueda sufrir
libramiento de cheque sin provisión de fondos no el condenado. Se trata, al fin de cuentas, de
gozarla de protección. Pero el autor de delitos si-
milares podría llegar a tener tal beneficio (Cód. darle un representante a un sujeto capaz,
penal, arts. 42, 55 y 302). cuidando los intereses de éste.
La innovación introducida ha provocado perior" el yo consciente, libre y responsable.
la crítica de Orgaz que juzga inconveniente Debajo de él, coloca un polígono formado
tal supresión y a la que ha respondido por los "centros psíquicos inferiores" que
oportunamente su autor W. se hallan situados en la corteza gris cere-
bral, poniendo a un lado los centros senso-
BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas. riales o de recepción (visual "V", auditivo
INCAPACIDAD CIVIL DEL SORDOMU-
"A" del tacto "T") y al otro los motores o
DO.* SUMARIO: I. El lenguaje. II. Etlopatogenia de transmisión (centro de movimiento mus-
de la sordomudez. III. Evolución histórica cular, en general "M", de la escritura "E"
de la sordomudez. IV. Un libro olvidado Tra- de la palabra "P") ligados, naturalmente
tado legal sobre los mudos, escrito en 1550 entre sí por las fibras intercerebrales, y
por el licenciado Lasso. V. Derecho argen-
tino. VI. Reforma del Código civil. Antepro- unidos a la periferia por medio de las vías
yecto de J. A. Biblloni. VII. Reforma del Có- centrípetas los sensoriales y centrífugas los
digo civil. Proyecto de 1936. VIII. Derecho motores. Están, además, comunicados todos
francés. IX. Derecho inglés. X. Derecho por- con el centro psíquico superior.
tugués. XI. Derecho español. XII. Derecho
alemán. XIII. Derecho suizo. XIV. Derecho Con ayuda de ese polígono, expone los
uruguayo. XV. Derecho brasileño. XVI. De- procesos conscientes y automáticos del len-
recho venezolano. XVII. Derecho ruso. guaje del siguiente modo: Una palabra o
XVIII. Derecho mejicano. XIX. Derecho chi- frase penetra por el oído "d" y se dirige por
leno. XX. Derecho peruano. XXI. Derecho
italiano. XXII. Conclusión. la vía centrípeta al centro auditivo "A" si-
tuado en la primera circunvolución tempo-
I. El lenguaje. El hombre es sociable por ral donde se retienen las imágenes auditi-
naturaleza y se comunica por medio del vas de las palabras; de allí se comunica al
lenguaje que es el conjunto de signos em- centro superior "O", donde el sujeto concibe
pleados para expresar sus estados de con- la respuesta. El centro "O" pone en juego al
ciencia, ya sea por los movimientos del ros- centro "P" de las imágenes motrices de las
tro, las actitudes rudimentarias del cuerpo palabras articuladas, señalado por Broca
y de los gestos, o por la palabra, que puede en la tercera circunvolución frontal izquier-
ser oral y escrita, según se prefiera o se da. Finalmente, el centro "P" envía la im-
revele por caracteres trazados que conven- presión motora por la vía centrífuga a los
cionalmente representan las articulaciones órganos de la garganta y boca, donde sa
vocales. profiere la palabra. El trayecto recorrido es,
Comparando el lenguaje natural con el pues "d", "A", "O", "P", "b", pero si no se
convencional, el primero es sintético, tra- pone en juego la comunicación con el centro
duce con instantánea rapidez un completo superior "O", o simplemente, si la impre-
estado de alma, mientras el segundo es ana- sión no llega hasta él, entonces funciona
lítico, y a través de los sistemas de escri- solamente el polígono, la acción pasa direc-
tura, de la palabra articulada o de la mí- tamente de "A" a "P" y resulta el ejercicio
mica del sordomudo, presenta separada- automático de la palabra, lo que sucede
mente cada uno de los elementos que lo cuando repetímos automáticamente lo que
integran, y por eso se pliega mejor al vuelo otro nos va diciendo.
infinitamente variado del pensamiento hu- Si la palabra es provocada no por la audi-
mano. La expresión se perfecciona cuando ción, sino por la lectura, el trayecto es "v",
ambos se complementan. "V", "O", "T", "b".
El mecanismo fisiológico del lenguaje se Si uno escribe al dictado, el trayecto es
puede representar con la ayuda del cono- "d", "A", "O", "E", "e", si copiando, es
cido polígono de Orasset que divide los actos "v", "V", "O", "E", "e". Si uno, distraído, va
psicológicos en dos clases: conscientes y au- copiando maquinalmente, se recorre el tra-
tomáticos, o inconscientes, con ellos forma yecto "d", "A", "E", "e" (i).
dos grupos a los que da el nombre de psl- El mecanismo descrito, en el caso de una
quismo superior e inferior, cuyo funciona- persona que habla contestando a otra com-
miento sintetiza gráficamente de la mane- prende cuatro frases: a) la palabra huma-
ra siguiente: na penetra por el oído y se dirige por la vía
Representa en "O" el "centro psíquico su- centrípeta al centro auditivo; b) las pala-
(36) V. Orgaz, A., "Las cuestiones civiles en la bras son retenidas y coordinadas en este
reforma penal", en Jurisprudencia Argentina, lo de centro por una actividad superior (la inte-
diciembre de 1960; Soler, S., "Algunas cuestiones ligencia) ; c) Esta actividad superior con-
civiles en el Proyecto de Código penal", id., 30 de cibe la respuesta y pone en juego en su co-
diciembre de 1960; Soler, S., "Algunas cuestiones rrespondiente centro las imágenes motrices
en el Proyecto de Código penal", id., 15 de marzo
de 1961: Orgaz, A., "De nuevo sobre las cuestiones de la palabra articulada; d) este centro
civiles de la reforma penal", id., 4 de abril de 1961.
(1) Orasset, Les centres nerveux. cap. 3, pági-
• Por el Dr. JUAN ANTONIO MADRAZO. nas 289-336.
envía inervaciones motrices por las vías pone y, por consiguiente, preexiste a la pa-
centrífugas y los órganos de fonación que labra que es el signo simplificado de su
profieren las palabras. expresión.
El centro cerebral coordinador de las imá- "A medida que el pensamiento se eleva
genes auditivas se localiza en la primera por abstracción hasta la representación
circunvolución temporal y el coordinador conceptual —dice Mouchet— las imágenes
de las imágenes motrices de la palabra ar- sensoriales van siendo reemplazadas por las
ticulada, en la tercera circunvolución fron- imágenes verbales; por esto, en las mani-
tal izquierda (circunvolución de Broca). fastaciones más evolucionadas de la inte-
Entre los hombres de ciencia existe una ligencia humana encontramos únicamente
gran incertidumbre respecto a la teoría de los símbolos verbales: es la tendencia natu-
las localizaciones cerebrales; aún la locali- ral de nuestra mente a tomar la forma ver-
zación del centro de Broca, que se tenía por bal. La inteligencia abarca la «intuición»,
cierta y definitiva, empezó a ponerse en común a los animales inteligentes y al hom-
duda desde que Fierre Marie presentó ca- bre, y la «razón», que ya encontramos en
sos de afasia sin lesión de la tercera, circun- los animales, como lo veremos en seguida,
volución frontal izquierda, y casos de le- pero que llega a tal desenvolvimiento en el
sión sin -afasia. Otros autores como Moutier, hombre civilizado que, como dice Darwin,
Guipo Levy, Byrom-Bronwell Collier, Dugas concluye por cavar un abismo entre el mono
y el cirujano suizo Bruckart, citados todos más evolucionado y nuestra especie. Y bien,
por el doqtor Enrique Mouchet, han formu- la intuición actúa mediante el mecanismo
lado idénticos reparos. Sin embargo, el mis- de las imágenes sensoriales, y la razón, que
mo Mouchet que no oculta su escepticismo comprende el análisis y la síntesis, que a,
respecto a la fortuna científica del célebre su vez permiten la formación de los concep-
"polígono" de Grasset —a su juicio no es tos, actúa mediante el mecanismo de la pa-
más que la vulgarización del esquema de labra. Es verdad que antes de aparecer la
Charcot reducido a forma aún más simple simbolización verbal, ya encontramos algún
y geométrica— reconoce que del mismo que- rudimento de conocimiento racional, pero
dan en pie, en cuanto a centros verbales, nada más que un rudimento. La palabra es
únicamente el centro de la audición de las el instrumento propio de la inteligencia ra-
palabras y además, los centros generales cional; es la palanca de Arquímedes de
de la visión y de la audición (2). nuestro mundo moral" (*).
Lenguaje y pensamiento están indestruc- El profesor Mouchet —cuya opinión cita
tiblemente unidos: las voces carecen de v;>- por tratarse de un destacado especialista—
lor sin la energía estimulante del pensa- se aparta de las clasificaciones usuales en
miento, y este no es preciso y correcto sin las obras psiquiátricas y psicológicas que al
la fuerza propulsora del lenguaje. tratar de la patología general del lenguaje
Se ha exagerado la importancia del len- se inspiran en un criterio anatómico, agru-
guaje hasta el extremo de juzgarlo indis- pando los transtornos según los centros
pensable para al elaboración del pensamien- generales afectados o las partes lesionadas
to. La escuela tradicionalista de Bonald del sistema nervioso central o periférico.
seguida por Lamennais y de Maistre, sus- Este sistema tiene para Mouchet el incon-
tenta la tesis que la palabra engendra el veniente de complicar el problema, pues el
pensamiento. "Antes de la palabra —dice mismo transtorno se repite en los diversos
M. de Bonald— el espíritu está vacío y des- órdenes de lesiones con nombres distintos
nudo; sólo el lenguaje hace penetrar en él, •> y difíciles de retener, a lo que debe aña-
el pensamiento. Es necesario tener la expre- dirse que se encuentran transtornos cuyas
sión del pensamiento para pensar; porque lesiones anatómicas causales son dudosas,
el hombre piensa su palabra, antes de hablar desconocidas o no existen, como sucede en
su pensamiento. Nosotros no pensamos sino los de la histeria.
por medio de palabras mentales. Ahora bien, Por esa razón, y procediendo con criterio-
faltan las palabras al que nunca ha oído funcional basado en la observación directa,
ninguna. Luego, para pensar, hay que haber presenta el siguiente cuadro sinóptico de ios
oído hablar" («). transtornos reales del lenguaje.
Es innegable que apenas podemos pensar I. Mutismo (o alalia). Pérdida del lengua-
sin decirnos algo a nosotros mismos por je exterior, con o sin conservación del len-
medio de imágenes verbales, pero de ahí guaje interior:
no se sigue la imposibilidad de hacerlo por 1) Mutismo por falta de oído: sordomu-
falta de palabras. El mecanismo del lengua- dez.
je recibe todo su valor de la idea que su- 2) Mutismo por falta de inteligencia,
a) Mutismo idiótico.
(2) Mouchet, E., El lenguaje interior, pág. 57.
(3) Lahr, C., Curso de filosofía, t. 1, pág. 411. (4) Mouchet, E., ot>. cit.. ?. 20.
ta) Mutismo demencial. idiótico cuando la falta de inteligencia es
3) Mutismo por falta de voluntad. congénita, y del mutismo demencial cuan-
a) Mutismo abúlico. do el derrumbamiento de la inteligencia
b) Mutismo melancólico. sobreviene después de la adquisición del
4) Mutismo paranoico (o afrasia para- lenguaje. Además de esas dos especies de
noica de Kussmaul): mutismo, tenemos el mutismo voluntario
a) Por delirio de auto culpabilidad. de los locos, qus Kussmaul llama afrasia
b) Por delirio de negación. paranoica; el mutismo que sobreviene a los
c) Por delirio de persecución. ictus apopléticos, o sea la anertria o mu-
d) Por delirio dé alucinaciones. tismo anártrico, en cuyo caso el paciente
5) Mutismo anártrico (o anartria). conserva la lucidez espiritual, comprende
6) Mutismo histérico. todo lo que se le dice, conserva la escri-
7) Mutismo emocional y de guerra. tura y la lectura, puede expresarse por ges-
8) Mutismo por ausencia de los órganos tos, y conserva las aptitudes prácticas, es
de articulación o parálisis de los mismos. decir, las nociones propias de su oficio o
9) Mutismo por capricho infantil. profesión, que podrá ejercer con corrección,
10) Supuesto mutismo congénito con in- pero ya no podrá hablar. Lo único que es-
tegridad funcional del oído y de la inteli- tá lesionado en el anártrico, es el lenguaje
gencia (o sea afasia congénita de Kuss- exterior, por eso es mudo; pero conserva
maul) . el lenguaje interior, y es por eso que puede
11) Mutismo simulado. expresarse correctamente mediante la mí-
II. Afasia (o afemia). Transtorno del len- mica y la escritura. Además, existe el mu-
guaje interior, con transtorno consecutivo tismo que sobreviene como accidente his-
de todos los modos de expresión; con fre- térico; el mutismo que sobreviene a raíz de
cuencia coexiste con la anartria. una fuerte emoción, y que ha sido muy fre-
III. Disfacia demencial. cuente en la guerra europea, como conse-
IV. Dislalias. cuencia de las grandes explosiones; el mu-
1. Disartria y tartamudez. tismo como consecuencia de la ausencia de
los órganos propios de la articulación de la
Rotacismo palabra o por parálisis de dichos órganos;
d Lambdacismo y, por último, podemos citar el mutismo
•3 c Sigmatismo por capricho infantil (Preyer), que se pre-
sS senta exclusivamente en los niños peque-
(L> O
a) Balbuceo^ Ceceo
'3 s Gamacismo, etc.
ños y no presenta mayores inconvenientes
por ser transitorio. No terminaremos esta
Mogilalia parte del presente capítulo, sin referirnos
,
ti
.Par al alia al mutismo que se presentaría-, según Kuss-
b) Farulla (o braquifrasia) maul (Les troubles de la parole) y Preyer
(El alma del niño) en niños perfectamen-
3) Deficiencia sintácticas (o dislogias, o te normales y de buena audición" (»).
disfrasias o logopatías, o legoneurosis, o II. Etiopatogenia de la sordomudez. El
agramatismo, o acetafasia). aparato auditivo se compone de tres par-
tes: oído externo, medio e interno. Las cé-
4) Deficiencias retóricas: hiperlalia o hi- lulas auditivas están situadas en esta úl-
perfrasia o logorres. tima región, que por lo mismo viene a ser
5) Ecolalia. el órgano esencial del oído, al paso que las
6) Parafrasia. otras dos son tan sólo elementos accesorios
"El mutismo o alalia —explica el autor que sirven para trasmitir los sonidos.
del cuadro, consiste en la ausencia total de El oído externo consta del pabellón y
palabra exterior. Un individuo es mudo del conducto auditivo externo.
cuando no puede hablar. Aunque posea la El oído medio, llamado caja del tímpano
integridad de las facultades mentales, aún es una cavidad llena de aire situada en el
más, aunque sea capaz de pensar mediante temporal entre el oído externo y el inter-
palabras, es decir, aunque posea el lengua- no. Por fuera está cubierto por unas mem-
je interior, si el sujeto no es capaz de ex- branas —tímpano— y de éste al oído inter-
presarse por la palabra oral, aunque pueda no va una cadena de huese illas llamados:
hacerlo por medio de gestos o por la escri- martillo, que se apoya en el centro del tím-
tura, diremos que está afectado de mutis- pano, yunque, lenticular y estribo que des-
mo. El mutismo puede ser congénito o cansa en la ventana oval.
adquirido. Las causas más frecuentes de mu- En el oído interno, llamado laberinto,
tismo son la falta de oído y la falta de in- hay que distinguir el laberinto membrano-
teligencia; en el primer caso, se trata de la
sordomudez, y en el segundo del mutismo (5} Mouchet, E., ob. cit.. púg. 143.
•so y el laberinto óseo. El primero, formado "El sentido —dice Aristóteles— es lo que
por una vesícula epitelial, presenta diver- recibe las formas sensibles de los objetos
ticulos complicados y está lleno de un li- sin la materia de estos objetos mismos, al
quido, la endolinfa, parecido al suero san- modo que la cera recibe el sello del anillo sin
guíneo. El segundo es una cavidad incrus- el hierro o el oro de que el anillo se com-
tada en el hueso donde se aloja el laberinto pone" ('). Cuando existen lesiones que
membranoso, cuyos contornos sigue. Un lí- afectan el centro coordinativo de las pala-
quido, la perilinfa, se interpone entre el bras oídas, se produce la sordera verbal. El
laberinto y su pared ósea; y, finalmente, el enfermo oye las palabras, pero no puede
conducto auditivo interno, le pone en co- ordenarlas, no comprende lo que se le dice;
municación con la caja craneal. para él, son sonidos ininteligibles, como pa-
El laberinto membranoso consta de varias ra el sujeto sano los símbolos verbales de
partes: l v ) el utrículo, vesícula ovoidea; un idioma que ignora.
2') El sáculo, vesícula esférica; 3') El ca- "Si una enfermedad afecta la sensibili-
nal endolinfático, conducto estrecho que se dad muscular de un miembro —enseña Mou-
abre por una bifucación en el utrículo y el chet con insuperable claridad— la conse-
sáculo; 4°) Los tres canales semicircula- cuencia inmediata es un transtorno de la
res que comunican con el utrículo, adonde motricidad del mismo miembro, como suce-
afluyen por cinco orificios por fusionarse, de en la tabes dorsal, enfermedad que le-
dos ramas verticales en una; 5") El caracol siona las raíces sensibles de los nervios
que da de dos vueltas y media a tres y me- raquídeos y desarregla la marcha y la coor-
dia, dividido en su interior por tres cana- dinación de los movimientos de las manos
les que suben hasta lo alto; el inferior se y de los brazos; en los casos avanzados, en
llama rama timpánica y comunica con la que la sensibilidad está profundamente al-
caja timpánica por medio de la ventana terada, el sujeto presenta una pseudo-pa-
redonda, cerrada por una membrana (tenue rálisis que le imposibilita la estática y la
(tímpano secundario); el del medio se lla- dinámica de su cuerpo a pesar de conser-
ma canal coclear, y el superior rampa ves- var intacta su fuerza muscular. Un proceso
tibular. En el vértice del caracol, las ram- exactamente semejante acontece en los su-
pas comunican entre sí. La rampa timpá- jetos privados de audición, con respecto al
nica está separada de la vestibular y del ca- lenguaje articulado, pues la audición es la
nal coclear por la lámina espinal ósea y su sensibilidad natural y el estímulo ordinario
continuación, la membrana basilar o espi- de la función de hablar. Como falta el es-
ral; y la membranas de Reissner, separa al tímulo sensorial no se desarrolla la apti-
canal coclear de la rampa vestibular. tud motora y el sujeto no habla. Aprende
El nervio acústico penetra en el conducto sólo a expresarse por la mímica, que entra
auditivo interno formando- ramificaciones por los ojos, y posee, además, el lenguaje
que se distribuyen en el caracol, utrículo, emocional, que es instintivo y atávico: po-
sáculo y canales semicirculares. Las fibras nerse pálido de ira, rojo de alegría, con-
nerviosas del caracol forman el aparato de traer los músculos frontales en el acto de
Cor ti (fibras de Corti) entre el canal co- atender, relajar la comisura de los labios
clear y la rampa timpánica, y consta de en los momentos de tristeza, llorar, reír,
más de 3.000 fibras; encima están los ar- etc. Estos sujetos que no aprenden a ha-
cos de Corti provistos de bastoncillos acús- blar por falta de audición, son los sordo-
ticos internos y externos y de células pro- mudos".
vistas de pestañas. Por las crestas acústicas "Los sordomudos de nacimiento —dice
se trasmiten los ruidos y por el aparato de más adelante— son los que ofrecen mayores
Corti los sonidos musicales. dificultades para adquirir el lenguaje. Más
Las vibraciones de un cuerpo sonoro reu- fácil es la tarea cuando el niño ha perdido
nidas en el pabellón pasan por el conduc- el oído a cierta edad. En este caso, aunque
to auditivo externo y producen vibraciones su experiencia auditiva sea escasa, como
correspondientes en el tímpano; de éste pa- sucede cuando el oído se ha perdido al año
san por los huesecillos a la membrana de y medio o dos años de vida, le es de una
la ventana oval, a la perilinfa, a los cana- utilidad asombrosa. Lo mismo puede decirse
les semicirculares y caracol membranoso y de los casos en que la sordera no es com-
a la endolinfa; y ascendiendo las ondas pleta, pues por poco que el niño oiga, ese
hasta el vértice del caracol, descienden lue- poco le es también de utilidad enorme; ade-
go hasta la membrana de la ventana redon- más, en este último caso, el sordo no sólo
da, siendo recibidos por último, en el ner- llega a hablar bastante bien sino que ade-
vio auditivo que las trasmite al oído («). más concluye por entonar musicalmente
•(6) Polrier, Charpy, Cúneo, Tratado elemental (7) Aristóteles, Tratado del alma. lib. 2. pá-
de anatomía humana, t. 3, págs. 70 y sigs. gina 79.
la palabra. Los niños sordomudos de naci- turaleza sifilítica. Esta heredo-distrofia,
miento y absolutamente sordos, se caracte- puede tener origen en la sífilis de los abue-
rizan por su palabra poco musical y por los.
su timbre de voz, tan característico, que La deficiencia de las funciones acústicas
permite reconocer al sordoparlante a ojos de origen específico, puede hacer su apari-
cerrados". ción en cualquier época de la vida del niño
"Cuando un niño grande o un adulto o del adolescente; antes o después del par-
pierde totalmente el oído, puede, a pesar to, en forma precoz o tardía. Pero si se pre-
de ellos, continuar en el uso de la palabra, senta antes de que el sujeto posea la prác-
pero, sin embargo, el lenguaje va empobre- tica de la fonética, deriva en sordomudez.
ciéndose paulatinamente y aún, si la per- Las uniones consanguíneas —y en espe-
sona es muy joven, puede concluir por per- cial si uno de los contrayentes o los dos tie-
derlo del todo" (»). nen antecedentes de sordera o de sífilis—
La sordomudez puede ser hereditaria o provocan casos de sordomudez, pero esta
adquirida. En la primera entra en juego un influencia es menos perniciosa de lo que
factor genético, la segunda se presenta pro- se supone, a juzgar por las estadísticas de
vocada por elementos extraños. médicos y profesores especializados.
La expresión "sordomudez congénita", La sordera de familia, juega un papel de
carece de exactitud pues una lesión creada importancia en la etiopatogénía de la sor-
por un proceso infeccioso o un traumatis- domudez, pero en menor grado que la sí-
mo durante el embarazo, provoca una sor- filis y la consanguinidad de los padres. Los
dera completa en el recién nacido, la que casos de sordomudez de individuos que per-
corrientemente se denomina "congénita", tencen a familias cuyos miembros padecen,
pero en rigor es adquirida, pues ningún en general, de sordera o de audición poco
elemento etiológico ha cooperado en su for- aguda, son relativamente excepcionales.
mación. Así también —otro ejemplo— la La gravitación de otros factores etioló-
lesión engendrada por un proceso sifilítico gicos tales como el alcoholismo, la tuber-
en la vía intrauterina, puede atacar los ór- culosis y el raquitismo que aparecen en la
ganos auditivos. Cuando la criatura nazca, historia mórbida de las familias para pro-
la sordera será completa y en apariencia vocar la sordomudez, ha sido demostrada,
"congénita", pero se trata, sin duda, de una y es también indudable que los traumatis-
deficiencia acústica de carácter heredita- mos físicos y morales sufridos por la ma-
rio. dre en el curso del embarazo determinan un
La sordomudez hereditaria que aparece transtorno más o menos fuerte de su sis-
antes o después del nacimiento del niño, tema nervioso que incide profundamente
proviene, en primer término, de la sífilis. en la circulación fetal, provocando la sor-
La consanguinidad de los padres, la sorde- dera del niño al atacar su centro encefá-
ra de familia, todas las causas de degene- lico o cortical.
ración o de diatrofia y los traumatismos La sordomudez adquirida tiene origen
físicos o morales padecidos por la madre traamático o infeccioso, Las infecciones al
en la época del embarazo, son también fac- tímpano, los accidentes capaces de promo-
tores etiológicos de primer orden que pue- ver conmociones cerebrales, la meningitis
den determinarla, ya sea aisladamente, ó cerebro-espinal y las convulsiones produci-
asociados en las más diversas combinacio- das por lesiones a los centros nerviosos—
nes. resultado lógico de traumatismos craneanos,
Debemos establecer la diferencia que hay tumores cerebrales, etcétera, son manifes-
entre sífilis hereditaria y herencia sifilí- taciones mórbidas que aparejan desórdenes
tica. anatómicos en todo el sector otoencefáli-
La sífilis hereditaria es como una enfer- co, lo cual trae, a veces, la sordera total o
medad virulenta contagiada al niño a tra- parcial.
vés de la placenta. El treponema —agen- Las fiebres eruptivas, los estados tifoideos,
te causal de la sífilis— pasa al feto por la gripe, la leucemia, sólo excepcionalmente
vía sanguínea y aparece el chancro. La en- ocasionan la pérdida del oído. La escarla-
fermedad se desarrolla en su faz secunda- tina representa la amenaza más seria para
ria, septicémica, y el niño puede ser alcan- la función auditiva, y la otitis media supu-
zado por ella en sus últimos meses de vida rada de origen infeccioso puede determinar
intrauterina. La herencia sifilítica consis- una paralización funcional definitiva en los
te en la trasmisión de un germen apto para órganos acústicos. Pero estos males son ra-
la eclosión de distrofias y degeneraciones ros, sobre todo las formas bilaterales, que
de todo género, sin que el agente sea por- atacan los dos oídos.
tador .de lesiones virulentes de segura na- Tres causas excepcionales motivan la
sordera adquirida total o parcial: a) La
f a ) Mouchet, E., ob. cit., págs. 145-147. derivada de una comprensión del nervio
auditivo por tumores en la región ponto- tro país, y merece ser sacada del olvido por
cerebelosa; b) La polioncefalitis más o me- su mérito intrínseco y la alta autoridad
nos localizada bajo la influencia de diver- científica de su autor.
sos tumores y en especial de gliomas (ner- "Descubiertos por la observación de al-
vios en estado embrionario) o de una tuber- gunos filántropos inteligentes a la par que
culosis localizada;-c) Una infección sifilí- abnegados, los medios de mejorar la con-
tica directa que con el tiempo puede de- dición mental de estos desgraciados —dice
terminar graves accidentes auriculares y el doctor de Veiga, refiriéndose a los sordo-
lesiones en los centros acústicos. mudos— supliendo con el lenguaje mimé-
Es necesario distinguir la sordomudez tico y una educación sensorial conveniente
funcional de la sordomudez orgánica. las deficiencias del aparato auditivo, fuen-
El mutismo funcional se presenta a raíz te de la doble falta que caracteriza el esta-
de una fuerte emoción o en ciertos casos do de sordomudez, se ha producido una mo-
de histeria, bajo la conmoción provocada dificación en el criterio social y lega! con
por un traumatismo físico o moral. Tratán- que juzgaba sus actos, cambio acentuado
dose de personas sanas o nerviosas, impre- mayormente desde que, por efectos de la
sionables, o de sujetos histéricos, cuyos ór- extensión dada a la enseñanza pública, se
ganos vocales y auditivos no presentan le- ha puesto el mayor número posible de sor-
siones, la afección se cura bajo la acción domudos, en condiciones de recibir los be-
de procedimientos clásicos de sugestión y neficios de esta educación especial. Si an-
reeducación de los músculos fono-respira- tes la regla era que un sordomudo fuera
torios. incapaz o irresponsable, poco a poco esta
El mutismo orgánico tiene su origen en regla se ha ido convirtiendo en excepción.
influencias mórbidas hereditarias o adqui- La capacidad la ha conquistado por el me-
ridas. Es el producto de lesiones pre o pos- dio ordinario que ha conducido a todas las
natales que han afectado las vías acústicas clases y factores sociales a la emancipación
o los centros auditivos del enfermo. Si el por el adelanto intelectual y, en este caso,
niño no ha adquirido todavía la práctica la nueva situación obtenida reviste tanto
de la palabra oral, o aún no es dueño de más los caracteres de una redención, cuan-
un vocabulario bastante expresivo como to que todos estos infelices vivían en una
para comunicarse con los demás —el caso verdadera esclavitud en el seno de la fa-
cobra mayor gravedad cuando la lesión es milia y de los allegados, a la manera de los
congénita—, su deficiencia auditiva se tra- menores y de los dementes.
duce en una ausencia de lenguaje que sólo "La diferencia entre un sordomudo no
la instrucción especializada podrá suplir educado y uno que ha recibido educación,
parcialmente. nos la explica con una elocuencia tan grá-
No debe confundirse al sordomudo con la fica como completa Ladreit de Lacharriere
persona dotada de audición normal que pa- (Art. Surdi-Mutite del Diction. Encycl. des
dece trastornos de lenguaje debidos a una Sciences Medicales): «Nosotros asistimos
anomalía funcional al nivel de los órganos cada año a este trabajo de despertamiento
periféricos de la palabra. Tampoco con el de la inteligencia que es el espectáculo más
oyente reducido a mudez congénita en vir- intresante y más tocante que puede ima-
tud de un fenómeno de afasia que lo tor- ginarse. Entre los sordomudos recibidos ca-
na incapaz de comprender el lenguaje y ex- da año en el Instituto como becados del
presarse con propiedad. Será menester asi- Estado, hay un cierto número que, criados
mismo, distinguir la diferencia que lo se- en el campo, han sido completamente aban-
para del oyente que adolece de mudez fun- donados por sus padres a su propia suer-
cional por inhibición cerebral bruscamente te, sin que se les haya ocurrido a ellos ave-
revelada en la adolescencia o en la madu- riguar nunca como se debe iniciar la edu-
rez, bajo el choque de una emoción vio- cación de los sordomudos y si, como para
lenta o de un traumatismo. la tierra, a la cual reservan todos sus cui-
La sordomudez no es comparable con las dados y sus fuerzas, la inteligencia no tie-
enfermedades mentales. La sintomatología ne necesidad también de una simiente y de
de las diversas formas de la psicopatía de- un cultivo especiales. Estos niños son hu-
generativa que se revela en sujetos que ado- raños, parecen aturdidos al punto de que
lecen de debilidad mental, de idiotez, de im- su curiosidad ni siquiera se despierta por
becilidad, de anomalías psíquicas, etcétera, la vista de las cosas nuevas que se les pre-
es profundamente distinta de los rasgos senta. Pero no han pasado muchas sema-
comunes que caracterizan al sordomudo. nas en medio de sus camaradas, cuyo gesto
El doctor Francisco de Veiga ha dedica- y cuya expresión exteriorizan por entero el
do una página breve, pero muy expresiva, pensamiento, que ya sus caras se iluminan
al estudio de la faz médico-legal del tema. y se transfiguran. Saben ahora su nombre
Es de las pocas que se han escrito en nues- y el de sus condiscípulos, el cambio de ideas