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1.2. Funcionamiento de una sociedad
Las empresas pueden contratar trabajadores, tener deudas, comprar bienes y servicios… Pero ¿cómo es
posible que la propiedad de un inmueble pertenezca a una empresa y no a una persona? ¿O que las
deudas de una empresa no se trasladen a los socios que la constituyen?
Una empresa que quiere constituirse como tal tiene que adquirir personalidad jurídica. Una vez que se
valoran los recursos materiales, humanos y financieros necesarios para llevar a cabo la actividad, la
empresa decide su forma jurídica, que, a grandes rasgos, puede ser:
1- Una empresa individual (autónomo)
Se constituye por una sola persona. Es la forma jurídica más sencilla, fácil de crear, aunque su
responsabilidad es ilimitada, es decir, las deudas se pagan con el patrimonio mercantil y, si no
fuera suficiente, se cubrirían con el patrimonio personal del empresario. El riesgo que se asume es
mayor. Aunque no puede tener socios, sí puede contratar trabajadores. Los empresarios
individuales deben tributar por el IRPF, que supondrá, según el tramo, un 19%, 24%, 30%, 37%
o 45% de los beneficios obtenidos (beneficios = ingresos – costes).
2- Una sociedad
Empresas constituidas por uno o varios socios, que pueden aportar capital y/o trabajar en la
empresa, aunque también pueden contratar trabajadores. Son las más abundantes, pudiendo
adoptar la forma de sociedad limitada, anónima, laboral, cooperativa, colectiva, comanditaria o civil.
Su responsabilidad es limitada, por lo que las deudas se cubren solo con los bienes de la empresa.
Las sociedades deben tributar por el impuesto de sociedades, un 25% con carácter general,
salvo que se trate de una empresa de nueva creación (15%) o una cooperativa (20%).
Si se decide constituir una sociedad, cada socio aporta un dinero y, con ello, adquiere una parte de la
propiedad de la empresa. En el caso de las sociedades capitalistas, quien aporte más posee un mayor
porcentaje de la empresa, conseguirá más en el reparto de beneficios y, al tomar decisiones, su voto
tendrá más peso. El dinero recaudado conforma el capital social de la empresa, es decir, el total de las
aportaciones de los socios.
Las normas que los socios acuerdan para regir su sociedad se recogen en sus estatutos. Las decisiones
sobre la empresa se toman en las reuniones conjuntas de todos los socios que son convocadas de forma
periódica en la junta general de socios. El administrador de la sociedad se encarga de ejecutar todas las
decisiones que se toman en la junta.
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Entrega del tema: utilizando la infografía sobre el tejido empresarial español, responde a las
siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es el perfil de empresa más común en España? Explica con tus palabras por qué crees que es así.
2. ¿Cuál es el sector económico que cuenta con un mayor número de empresas? Piensa en ejemplos de
empresas que conozcas por cada sector económico.
3. ¿Qué significan las siglas de IRPF? ¿Qué tipo de empresa debe pagar este tributo? ¿Por qué?
4. ¿Cómo se paga el impuesto de sociedades? ¿Cómo explicarías la estrategia de las personas que crean
su propia sociedad para pagar menos impuestos?
5. ¿Qué diferencia hay entre el patrimonio mercantil y el patrimonio personal? Imagina una situación que
sirva de ejemplo para ver la diferencia entre ambos patrimonios.
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Pregunta:
Toda la clase acaba de aterrizar en una isla desierta. Protagonizáis la secuela de LOST, que los
productores han querido retomar para quitarse el mal gusto del final de la serie original. En vuestra isla
desierta tenéis los tres ingredientes o factores necesarios para producir: tierra (recursos: papel), trabajo
(vuestra inteligencia y esfuerzo) y capital (las tijeras). Para conseguir salir de la isla de una pieza, tenéis
que producir más de 10 cajas de 5x5 cm en el tiempo que se indique. Solo falta que os organicéis para
poder sobrevivir.
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Reflexión: la jerarquía y la redarquía, formas colaborativas de organización del trabajo
Aunque la forma más común de organigrama nos remite a la idea de autoridad y jerarquía, existen
multitud de maneras de organizarse para lograr un objetivo común. Si cada colectivo perteneciente a una
organización del tipo que sea (empresa, asociación, etc.) se coordina y comunica con el resto de igual a
igual, estaríamos ante un tipo de organización en red, donde las ideas se ponen en común entre
departamentos que se retroalimentan, fomentando la creatividad y la colaboración.
Es habitual que den a conocer estas medidas a través de sus páginas web, denominándolas RSC, acción
social o ética empresarial. En ocasiones, presentan un documento síntesis a final de año, denominado
balance social. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) son acciones que
realizan las empresas para contribuir al bienestar económico, social o ambiental de la sociedad, más
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allá de la prescripción impuesta por las leyes. Los ámbitos de actuación de la RSC pueden ser
económicos (inclusión sociolaboral, mejora de las condiciones laborales), sociales (colaboración con
oenegés) o medioambientales (gestión de residuos, reducción del impacto ambiental).
Los motivos para la realización de acciones de RSC son varios:
● A veces, las empresas realizan estas acciones para lavar su imagen ante ciertas externalidades
negativas que han perjudicado su reputación, o para promover la percepción de que los productos,
objetivos o políticas de una organización defienden causas económicas, sociales o ambientales con
el fin de aumentar sus beneficios. Ver vídeo.
● Las empresas cada vez están más sensibilizadas con determinados problemas, como por ejemplo
los medioambientales, para lo que realizan acciones de RSC que aumentan el valor de su marca.
● También hay empresas que entienden la RSC como un fin en sí mismo, que se conocen como
empresas sociales o empresas de economía social.
Un ejemplo cercano de empresas de Economía Social es REAS Madrid, la red de economía alternativa y
solidaria formada en 2001. Uno de los principales proyectos de REAS Madrid es el Mercado Social de
Madrid, una cooperativa integral compuesta, además de por entidades, por consumidores y
consumidoras con el objetivo de crear un sistema de producción, distribución y consumo alternativo.
Reas Madrid - REAS (reasred.org)
Mercado Social de Madrid
4. Localización de la empresa
En un mundo globalizado, con rápidas comunicaciones y transportes, las empresas pueden elegir dónde
ubicarse. La estrategia que ha dominado los últimos años ha sido la deslocalización, de manera que los
centros de producción se abren en países en vías de desarrollo mientras que la comercialización y la venta
se desarrollan en los países llamados “desarrollados” (materialmente), en locales bien decorados y
estratégicamente ubicados.
La deslocalización es una estrategia empresarial por la que los centros de trabajo se ubican en países en
vías de desarrollo, con mano de obra barata y legislación poco estricta, tanto en el cuidado del ambiente
como en las condiciones laborales, lo que se conoce como dumping ambiental o dumping social. La
deslocalización implica una consecuencia importante para los trabajadores de los países desarrollados: no
pueden competir como mano de obra barata, sino como fuerza laboral cualificada.
Por otra parte, la localización de los locales comerciales y de las páginas web de los negocios online es
fundamental para marcar la diferencia entre el éxito o fracaso de una idea de negocio. Además de la
cercanía al cliente hay que valorar, si se trata de un local comercial, las características de la zona, la
localización de los competidores y la visibilidad del local, su proximidad a lugares de ocio o zonas
peatonales, por ejemplo.
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Actividad en clase
Documental: “The True Cost” (2019)
The True Cost | Documentary | Clothing Industry | Fashion Market | Capitalism | Modern Slavery -
YouTube
Este documental analiza el proceso de deslocalización u offshoring de las empresas dedicadas a la
industria textil, así como el impacto social y ambiental de la “fast fashion” o moda de consumo impulsivo
frente a otros modelos de producción textil.