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Pesca
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COPESCAL Documento Ocasional No9


COPESCAL/OP9

EL PEJERREY (Odonthestes
bonariensis):
METODOS DE CRIA Y CULTIVO MASIVO

por

Jorge L. Reartes
Casilla de correo 36
5152 V. Carlos Paz
Argentina

ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA


LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION
Roma, mayo de 1995

CONTENIDO

The designations employed and the presentation of the material in this publication do not
imply the expression of any opinion whatsoever on the part of the Food and Agriculture
Organization of the United Nations concerning the legal status of any country, territory, city
or area or of its authorities, or concerning the delimitation of its frontiers or boundaries.

PREPARACION DE ESTE DOCUMENTO

El Grupo de Trabajo sobre Acuicultura de la Comisión de Pesca para América Latina


(COPESCAL), ha recomendado en varias oportunidades la realización de un trabajo que
recopile los conocimientos que se tienen en la zona sobre el cultivo del pejerrey. La
ejecución de esta tarea se encargó a un experto argentino con amplia experiencia de campo
en la especialidad. La edición del documento fue realizada por la profesora Irma Vila, de
Chile, en coordinación con el Servicio de Recursos Acuáticos Continentales y Acuicultura de
la FAO.

Reartes, J.L.
El Pejerrey (Odontheseçtes bonariensis): Métodos de cría y cultivo
masivo.
COPESCAL Documento Ocasional. No. 9. Roma. 1995. 35p.

RESUMEN

Este documento técnico recopila información relevante sobre la


biotecnología del pejerrey y las técnicas para su cultivo. Aun cuando se
hace referencia a experiencias en varios países de América del Sur, la
mayor parte de dicha información proviene de la Argentina. Puede
considerarse, en relación a estas experiencias, que el pejerrey no ha
salido todavía de la fase de repoblación pero que, ante la presión
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ejercida por el mercado, se han logrado progresos substanciales para el


paso a sistemas de cultivo más intensivos. El documento enfatiza la
necesidad de acompañar las actividades de producción con estudios de
índole económica, que permitan completar los criterios de evaluación de
las diferentes alternativas que ofrece el sector a medida que se va
desarrollando.

CONTENIDO

1. INTRODUCCION

2. ANTECEDENTES BIOLOGICOS

2.1 Descripción

2.2 Alimentación del pejerrey en ambientes naturales

2.3 Edad y Crecimiento

2.4 Reproducción del pejerrey. Fecundidad. Epocas de reproducción.

2.5 Enemigos naturales y enfermedades.

3. EL CULTIVO DEL PEJERREY

3.1 Cultivo del pejerrey en Sudamérica.

3.2 Calidad del agua de cultivo.

3.3 Alimentación del pejerrey en estanques

3.3.1 Análisis de alimento de pejerrey en estanques abonados orgánicamente

3.3.2 Ingesta de alimentos artificiales en cultivo en estanques

3.4 Transporte de pejerreyes vivos

3.4.1 Transporte de ovas embrionadas

3.4.2 Transporte de juveniles y adultos

3.4.3 Métodos de transporte de pejerreyes

3.4.3.1 Transporte en tanques

3.4.3.2 Transporte en bolsas de polietileno

3.5 Producción de ovas fecundadas. Desove artificial. Métodos de incubación.


Temperatura de incubación

3.5.1 Captura de reproductores

3.5.2 Temperaturas de incubación

3.6 Cría masiva de larvas

3.7 Producción masiva de alevinos de vesícula reabsorbida. Densidad. Tipo de alimento

3.8 Producción de juveniles de 3 a 10 cm de longitud en estanques de cemento y en


jaulas. Cornalitos

3.8.2 Cultivo en jaulas


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4. PRODUCCION MASIVA DE MICROALGAS Y ZOOPLANCTON DESTINADAS A LA


CRIA DEL PEJERREY

4.1 Producción masiva de microalgas

4.2 Producción de zooplancton

4.2.1 Cladóceros

4.3 Rotíferos

5. POSIBILIDADES, LIMITACIONES Y PROBLEMAS QUE AFECTAN EL DESARROLLO


DE LAS DIFERENTES MODALIDADES DE CULTIVO DEL PEJERREY EN SU ÁREA
DE DISPERSIÓN

BIBLIOGRAFIA

How to Order

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1. INTRODUCCION
El pejerrey (Odontesthes bonariensis) es un pez atherínido apreciado en América del Sur,
especialmente Argentina, Uruguay, Sur de Brasil, Bolivia, Perú y Chile, países en los cuales es
considerado como un pez de consumo de primera calidad. En esta amplia región existen
pesquerías naturales las cuales son motivo de una intensa actividad extractiva;
constituyéndose asímismo en uno de de los principales trofeos de la pesca deportiva.

El pejerrey tolera una amplia gama de salinidades y calidad del agua lo que explica la amplitud y
variedad de su área de distribución actual, que va desde sus ambientes de origen, las lagunas
pampeanas en la Argentina, hasta los ríos y lagos de montaña en Bolivia y Perú y zonas
francamente subtropicales tales como el sur de Brasil.

En la casi totalidad de este área la demanda de pejerrey fresco no llega a satisfacerse


plenamente por parte de las pesquerías continentales debido al retroceso de los stocks por
sobrepesca en algunos casos o al desconocimiento de la factibilidad económica para
emprender la pesca en aguas abiertas y profundas tal como sucede en el lago Titicaca.

En algunos de los países mencionados, bajo la misma denominación se ofrecen en el mercado


pejerreyes marinos, pertenecientes a especies diferentes, los cuales provienen de pesquerías
también sometidas a una fuerte presión de pesca. En general el consumidor no hace distinción
entre pejerreyes marinos o de agua dulce.

Así, en la Argentina especialmente el pejerrey se consume en dos clases de talla: juveniles de


unos 7 cm de longitud y 10 g de peso (“cornalitos”) y adultos a partir de los 180–200 grs. En
países andinos, como por ejemplo Bolivia, la tallas de consumo parecen variar con la
disponibilidad. En el mercado de los Yungas, ubicado en La Paz, se ofrecen desde pejerreyes
de medio kilo hasta ejemplares de menos de 100 g. En este último caso los peces se venden
enteros, no eviscerados, (Observación personal del autor). Según Wurtsbauugh (1974, en
Rivas Plata y LLanos U., 1989) más del 95% de los pejerreyes capturados en el lago Titicaca
tienen una longitud promedio de 20 cm.

La acuicultura del pejerrey sería factible en zonas de la pampa argentina que cuenta con unos
2 millones de hectáreas de lagunas con superficies que varían entre 20 a 60 ha hasta 100 y
más de 1 000 ha.

En ciertas zonas (depresión del Salado en la Pcia. de Buenos Aires, Sur de Córdoba) se
alcanza una densidad muy elevada de lagunas, distando entre ellas unos pocos kilómetros.
Estas lagunas en la mayoría de los casos han estado pobladas o han sido sembradas con
pejerreyes originando un tipo de explotación de carácter muy extensivo y aleatorio.

Similarmente las expectativas y la necesidad de incrementar la producción de pejerreyes


mediante la acuicultura se manifiesta marcadamente en la región andina de Bolivia y Perú así
como en el Uruguay y sur de Brasil, y como en embalses temperados en el cono Sur de
América.

Probablemente uno de los principales determinantes para que subsista esta situación de

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atraso relativo sea el desconocimiento de las metodologías de manejo de cultivo de peces en


aguas estancadas en general y del pejerrey en particular. Al respecto, debemos señalar que
hasta en épocas muy cercanas la única intervención factible en el ciclo de cultivo del pejerrey,
consistía en la obtención de ovas fecundadas, su incubación y la posterior liberación de
alevinos con vesícula en ambientes naturales, panorama que podría generalizarse al resto de
los países en los cuales se distribuye el pejerrey.

Sólo en tiempos muy recientes se ha podido realizar el ciclo completo y ensayos de cría
masiva de pejerrey (Reartes, 1987; Reartes, et al., 1989) con la alimentación de larvas y
alevinos mediànte la producción masiva de alimento vivo, y la aplicación de métodos
adecuados de anestesia a los adultos. Actualmente se encuentra totalmente superado un
método seguro de producción masiva de pejerrey lo cual deja la puerta abierta al desarrollo de
la actividad.

Dado que los alimentos artificiales de origen comercial probados hasta el presente, no han
dado resultados satisfactorios, la adopción de métodos masivos de producción de alimento
vivo ha sido especialmente determinante en los avances logrados (Reartes. 1983; Reartes et
al., 1989).

No obstante en toda el área sudamericana de distribución del pejerrey, restan aún por realizar
progresos en aspectos de singular importancia para el desarrollo de su cultivo como alternativa
de producción. Así la obtención de ovas fecundadas depende aún exclusivamente de las
capturas de reproductores en ambientes naturales; es imperativa la constitución de stocks de
reproductores “domesticados” a partir de la segunda o tercera generación nacida en cautiverio.
La domesticación puede permitir la selección de caracteres deseables tales como velocidad de
crecimiento, tolerancia a la manipulación y resistencia a las enfermedades.

Dado que la adopción de métodos masivos de producción de alimento vivo ha sido


especialmente determinante en los avances realizados en la definición de un método confiable
de producción de alevinos y juveniles de pejerrey, se dedica una atención especial a la
descripción de los métodos empleados en la producción masiva de zooplancton y microalgas
abarcando una parte sustancial del manuscrito.

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2. ANTECEDENTES BIOLOGICOS
2.1 Descripción
La información siguiente es resumida de Lahille, 1929 y Nelson, 1984.

El pejerrey pertenece a la Familia Atherinidae.

Cuerpo: alargado, fusiforme, más o menos comprimido. Costillas en relación con parapófisis
muy fuertes. Vértebras pueden variar de 32 a 60; faja plateada longitudinal lateral siempre
presente.

Escamas: medianas o pequeñas; ordinariamente cicloideas.

Cabeza: aplanada superiormente; boca terminal hendida oblicuamente, premaxilar


generalmente muy protráctil. Maxilar excluido del borde la maxila superior y terminado en punta
en su extremidad posterior.

Linea lateral: dividida, nunca completa. A veces se ven a distintos niveles fragmentos de linea
lateral.

El aparato branquial: Opérculo sin espinas ni puntas; mejillas y piezas operculares escamosas.
Agallas anchas, membranas branquiostegas separadas del istmo. Cuatro branquias con un
surco detrás de la cuarta. Pseudobranquias presente.

Poseen dos aletas dorsales bien separadas. La anterior con tres a ocho espinas delgadas y
flexibles; la posterior membranosa. Aletas ventrales pequeñas mas o menos distantes de las
pectorales. Inserción de las pectorales muy elevada, encontrándose a nivel del ángulo postero
superior del opérculo. Aleta anal con una espina débil, caudal en horqueta.

El aparato digestivo: Premaxilares protráctiles; boca que se abre en embudo. Rastrillo branquial
con 5 pares de branquiespinas. Se calcula que la mayor eficiencia de filtrado se sitúa para
partículas desde alrededor de 1 mm. Poseen placas faríngeas para la trituración de moluscos y
crustáceos decápodos. El tubo digestivo: relación long. intenstino a longitud del cuerpo: 1.3.
Estómago corto, simple, un poco más ancho que el intestino. Sin ciegos pilóricos.

La vejiga natatoria: Presente, alargada, extendiéndose a menudo detrás del ano en un canal
formado por las vértebras caudales.

Coloración. Blancos, comúnmente con faja plateada muy brillante (estola) situada a lo largo de
los costados.

Area de distribución original. El pejerrey bonaerense (Odontesthes bonariensis) es originario de


Argentina, Uruguay y Sur de Brasil. En la Argentina predomina en lagunas de la región
pampeana y penetra en los sistemas de los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata.

Area de dispersión actual. Actualmente el pejerrey se encuentra en una amplia región de

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Sudamérica que comprende además de los países mencionados anteriormente, el altiplano


boliviano y la sierra Peruana. Ha sido introducido en Italia en lagunas cercanas a Roma
(Brunner, A., comunicación personal). Japón (Ing. Inove, comunicación personal) e Israel para
ser probado como pez de cultivo en estanques (Hephert, 1981).

2.2 Alimentación del pejerrey en ambientes naturales


La alimentación es planctívora con predilección por zooplancton (Cladóceros y Copépodos) por
lo menos hasta el cuarto año de edad y a partir de entonces se observa un cambio hacia la
piscivoría y canibalismo. Se registran como rubros importantes entre las preferencias del
pejerrey, camarones de agua dulce (Palaemonetes argentinus) y pequeños caracoles
(Littoridina), así como restos de vegetales e insectos.

Se señalan como importantes renglones en el tubo digestivo de pejerreyes de 350 mm a las


algas filamentosas (probablemente ingeridas) y fragmentos vegetales (Potamogeton, semillas).
También se han encontrado cianofíceas. En la alimentación de alevinos hasta 60 mm, son
importantes los copépodos.

Merece la mención (Viruez Mardini y Porto da Silva, 1979) de la importancia cualitativa y


cuantitativa que insectos del tipo efeméras revestirían en la alimentación natural de pejerreyes
en estanques y embalses del sur de Brasil.

Vila, I. y D. Soto. 1979. reportan ingestión de microalgas en la dieta de los pejerreyes en Chile:
especialmente diatomeas (Melosira granulata, Navicula sp). cianofíceas (Lyngbya sp.,
Oscillatoria sp) y Mycrocystis aeruginosa.

Esta ingesta de Mycrocystis por parte del pejerrey ha sido también observada en un embalse
artificial de la Argentina (Dique San Roque, Pcia. de Cordoba) cuyas aguas eutroficadas llegan
a cubrirse casi completamente con una capa de (Mycrocystis sp.). Se ha constatado que en
tales ocasiones el tubo digestivo de los pejerreyes se encuentra ocupado, frecuentemente a
repleción, por densos agrupamientos coloniales de estas microalgas. Debido a que en tales
circunstancias no existe prácticamente zooplancton (las cianofíceas coloniales son demasiado
voluminosas para poder ser filtradas por los microcrustáceos) y que por ende los pejerreyes se
encuentran sumamente debilitados, es muy probable que los mismos hayan acudido a la
ingesta de cianofíceas como recurso extremo. No se han realizado estudios para evaluar la
digestibilidad de cianofíceas en pejerrey; tal como ocurre en tilapias (Oreochromis niloticus y
O. mossambicus) las cuales pueden digerir cianofíceas (Microcystis) con una elevada
eficiencia de asimilación (Getachew, T. 1987).

El mismo grupo de trabajo estudia las variaciones del régimen alimentario a través de las
diferentes edades. Se reconocen cuatro etapas: 1) larval: consumo de vitelo 2) post-larval y
hasta los tres meses: microcrustáceos (Copépodos y Cladóceros). diatomeas y otras algas. 3)
hasta cuatro-cinco años: microcrustáceos planctónicos con algas; otros grupos. 4) más de
cuatro años: canibalismo.

Vera, J. et al. (1989), analizan los hábitos alimentarios del pejerrey en ambientes andinos.
Califica al pejerrey como eurífago, con acentuada tendencia carnívora e ictiófaga en análisis de
tubo digestivo realizados en la bahía de Puno del Lago Titicaca. En la zona pelágica del lago, el
alimento está constituido casi íntegramente por zooplancton (Daphnia y Boekella). En
ambientes lóticos de la región, la dieta del pejerrey se basa casi exclusivamente en insectos
acuáticos, a nivel de larvas y pupas principalmente Chironomidae como también Notonectidae
y Corixidae.

2.3 Edad y Crecimiento


Freyre et al. (1983) determinan los índices de crecimiento y mortalidad en poblaciones de
pejerreyes del embalse de Río Tercero, Pcia de Córdoba., Argentina. La información extraída
proviene de la medición de 2 294 ejemplares. Los autores emplearon el modelo de crecimiento
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de Bertalanffy, y determinan la siguiente ecuación de crecimiento con t expresado como partes


de año: (Figura 1)

Lt = 318 [1 e -0. 337813 (t+1. 571048)]

Figura 1. Curva de crecimiento. Extraído de Freyre et al., 1983.

Freyre et al. (1983), establecen para la relación longitud-peso la ecuación cuya expresión
exponencial es la siguiente:

W t = 5. 046-6 L3. 1629


(W: peso en g; A: ordenada al origen y L: longitud standard)

Rivas Plata y Llanos Urbina (1989) citan a Sarmiento et al. (1987) quienes establecen
relaciones longitud-peso separadamente para machos y hembras tanto en el lago mayor como
en el lago menor del Lago Titicaca. Las mismas al ser aplicadas para intervalos de L entre 100
y 270 mm dan valores del peso entre los cuales se encuentran comprendidos los obtenidos
mediante la aplicación de la ecuación de Freyre et al.

Del análisis de la información anterior y de la existente para otros ambientes, especialmente las
lagunas bonaerenses (Argentina) se pueden extraer conclusiones de importancia práctica. Así
para alcanzar la talla dentro de la cual caen el 95% de las capturas en el Lago Titicaca (20 cm
de log estandard y entre 95 y 100 g, se necesitarían entre 12 y 18 meses en condiciones
climáticas (las de la Argentina central) marcadamente menos rigurosas que las prevalecientes
en las regiones andinas.

Para los intervalos de talla comercializable más usual en la Argentina, por ejemplo 270 mm y
300 g, se necesitaría un lapso de dos a tres años.

La información anterior permite corroborar la calificación de especie de crecimiento lento


(Hpeher y Pruginin, 1981) y debe ser tenida en cuenta al momento de evaluar estrategias de
producción.

2.4 Reproducción del pejerrey. Fecundidad. Epocas de


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reproducción.
Calvo, J. y Dadone, L. (1972), analizan las gonadas de 1062 reproductores de ambos sexos
capturados. Las conclusiones más importantes de los censos bimensuales efectuados entre
los meses de mayo y diciembre de 1965 se discuten a continuación.

El análisis de las gonadas mostró que el período de reproducción transcurre entre agosto y
noviembre (temperatura del agua en superficie: 13° a 21 C°) con un máximo situado en el
período octubre–noviembre. La talla mínima de los reproductores fluctuó entre 103 mm
(machos) y 194 mm (hembras).

Cuando se realizan los cálculos de fecundidad absoluta se encuentra que los valores obtenidos
son excepcionalmente altos para las hembras adultas y que cada hembra del reservorio tiene
en teoría la posibilidad de reproducirse al menos cinco veces durante el transcurso de su vida.

Para los testículos los valores del índice de madurez, relación de longitudes e índice gonadal
van disminuyendo desde el principio de la temporada de freza hasta el fin de la misma, lo cual
podría indicar un estado de emisión continua o casi continua de esperma durante la época del
desove, con progresivo agotamiento del testículo.

Las ovas maduras libres en el lumen ovárico son de un diámetro de 1.65 a 1.88 mm,
translúcidas, de color amarillo limón pálido con tintes verdosos; presentan gotas de aceite
aumentadas de tamaño y reunidas en un solo grupo; los filamentos coriónicos están sueltos.

El pejerrey muestra dos períodos de actividad sexual: uno muy intenso en primavera y otro
menos notorio en otoño. En la freza primaveral están involucradas la casi totalidad de las
hembras.

Muchas de las hembras que desovan entre agosto y setiembre vuelven a frezar entre octubre y
diciembre. Aunque la mayoría de las hembras desovan por lo menos una vez en primavera,
solo la mitad de las mismas frezan en otoño nuevamente.

El análisis de la composición por tallas de las hembras maduras indica que las clases
menores desovan a principios de la primavera, época durante la cual se observa un correlativo
descenso en el Indice Gonadal (IG) en general, así como en el diámetro y número de las ovas,
causado por el incremento porcentual de hembras de mayor tamaño dentro del grupo de las
maduras.

Debemos agregar que durante ensayos de cría en estanques del pejerrey, se determinó que en
peces sembrados como larvas, luego de transcurridos algo más de nueve meses
(exactamente entre 270 y 280 días de edad) fue posible realizar el desove de hembras
maduras (10% de las hembras) y fecundación artificial de las ovas (Reartes, 1987). En tal
momento los índices de madurez para machos alcanzan su máximo para un 80% de los
individuos.

Establecen zonas de preferencia durante la época de freza. Se comparan los muestreos


realizados en dos zonas ecológicamente diferentes:

a. una zona de macrófitas emergentes arraigadas y sumergidas (“juncal” Scirpus


californicus) y camalote (Potamogeton striatus). El fondo entre la vegetación consiste en
una espesa capa de sedimento fino.

b. una zona desprovista de vegetación llamada localmente tosca (corresponde a la


denominación inglesa de limestone). La superficie de la tosca es bastante lisa y dura y
no hay acumulación de sedimentos de fondo.

Los autores establecen que en la época de reproducción las hembras y machos maduras se
concentran en las zonas de tosca. Se llega a una conclusión similar con los machos maduros

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los cuales se concentran en la misma área. Para el período de estudio la proporción de


machos sobre la población total es de 65%.

2.5 Enemigos naturales y enfermedades.


Rivas Plata y Llanos Urbina (1989) recopilan información que da cuenta de la presencia de
nemátodes en la primera porción del estómago de pejerreyes del la go Titicaca, siendo su
incidencia mayor en ejemplares de talla superior a los 21 cm. Zavaleta (en Rivas P. y Llanos U.,
1989) determinan una parasitosis por cestodes en un 2.46% y por nemátodos en un 71.5%, al
analizar una muestra de 407 ejemplares provenientes del lago Titicaca. En la observación
microscópica de la mucosa gontoenterica de los peces parasitados no se detectaron daños
considerables.

Hepher y Pruginin (1981) señalan que el pejerrey al ser introducido en Israel como pez de
cultivo en estanques (actividad que no prosperó) mostró, bajo tales condiciones, ser muy
susceptible a la infección por Lerneae. En la Argentina central ha sido frecuentemente señalada
la infestación de pejerreyes por Myxosoma cerebralis, la cual puede llegar a afectar hasta el
100% de los individuos examinados.

Entre las aves predadoras merecen destacarse el benteveo (Pitangus sulphuratus). el martín
pescador grande (Megaceryle torquata), el martín pescador chico (Chloroceryle sp), los
cormoranes o biguaces (Phalacrocorax olivaceus) y las garzas (Nycticorax). El benteveo es
especialmente audaz y en el caso de estanques nurseries si los mismos no están protegidos
por redes puede diezmar los cultivos de alevinos y juveniles. El martín pescador preda
asímismo sobre peces de mayor tamaño pero es más fácil disuadirlo mediante la colocación
de líneas longitudinales de alambre liso sobre la superficie del estanque (situados unos 50 a 70
cm de distancia entre sí). Para el caso de estanques mayores y represas se debe apelar a
balones inflables ahuyentadores.

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3. EL CULTIVO DEL PEJERREY


3.1 Cultivo del pejerrey en Sudamérica.
El cultivo del pejerrey ha adquirido y mantiene hasta el presente la modalidad de piscicultura de
repoblación.

Tradicionalmente los esfuerzos han sido centralizados en la producción de alevinos con


vesícula destinados a la resiembra en lagunas, embalses y reservorios de agua.

En la década de los cuarenta ya estaban desarrollados los métodos de desove artificial,


incubación de ovas y transporte y siembra de ovas embrionadas y alevinos que se aplicarían
durante las cinco décadas posteriores.

En 1954, una guía práctica completa desarrolla los diferentes temas que componen la técnica
de cultivo desde la captura de reproductores hasta la alimentación de alevinos y su cultivo en
estanques y presas. 40 años después el cultivo artificial de especímenes de zooplancton
permite un avance notable en el desarrollo de las técnicas de cultivo.

Al respecto, Vera Rivas y LLanos Urbina (1989) realizan una revisión del estado de la
acuicultura del pejerrey en los diversos países de la región, trabajo del cual se extrae el
siguiente resumen: Brasil: básicamente se trata de incrementar la productividad natural
mediante la siembra y repoblación de lagos y embalses e intentos de producción en corrales.
Al respecto (Viruez Mardini y Porto da Silva, 1979) describen la práctica del abonado orgánico
de pequeños embalses y la distribución en los mismos de alimento artificial de elaboración
artesanal a guisa de complemento del alimento natural. Uruguay: producción artificial de
alevinos para la repoblación. Bolivia: como acuicultura de repoblación. Perú: se practica la
piscicultura de repoblación desde 1978. Se realizan campañas de siembra y resiembra en
lagos y lagunas de varios Departamentos del país.

Los cambios más significativos se han producido en escalas que podríamos calificar de piloto
con la demostración de la posibilidad de producir cornalitos en estanques abonados
orgánicamente: se obtuvieron producciones de hasta 600 kg/ha en un período de algo más de
cuatro meses mediante el sólo empleo de abonos orgánicos y sin complementar con alimento
artificial (Reartes, 1987). Pero especialmente se ha mejorado sustancialmente la producción
masiva de larvas y alevinos adoptando sistemas intensivos de recirculación y el empleo de
alimento vivo cultivado (Reartes, 1983; Reartes et al., 1989).

3.2 Calidad del agua de cultivo.


El pejerrey es un pez muy tolerante a incrementos paulatinos de la salinidad. Así en la Laguna
Mar Chiquita (Pcia. de Córdoba) cuya salinidad actual fluctúa entre 24 y 35 por mil, poblaciones
de pejerreyes provenientes de ambientes de agua dulce ingresaron por los ríos que alimentan
la Laguna y se establecieron en la misma. Debido a que la Laguna salvo algunas poblaciones
costeras de Jenysia y Gambusia prácticamente no contiene otros peces, el pejerrey se
expandió por todo el ámbito de la Laguna (70 × 120 Km) siendo actualmente el sustento de una
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próspera pesquería. En momentos en que la laguna de Mar Chiquita tenía una salinidad de
aproximadamente el doble de la actual su composición en sales era la siguiente (Durigneux, J.
1978):

Cloruro de
60.300 grs/l
sodio
Sulfato de sodio 13.500 grs/l
Sulfato de
1.800 grs/l
calcio
Sulfato de
1.780 grs/l
magnesio
Cloruro de
0.540 grs/l
potasio
Cloruro de litio 0.061 grs/l

Tabla 1: Valores extremos de parámetros ambientales en estanques de cemento


abonados orgánicamente para los siguientes parámetros (Reartes, 1987):

Dureza total
O2mg/l
Período Temp °C pH CO2 mg/l N-NH3 mg/l mg/l *
(min) CaCO3
Verano 18–30 1.2 8–10 0–51 0.2–1.4 90–205
Invierno 8–15 Sat. 8–10 0–95 0.2–1.5 125–189

Como es de esperar, la disminución del carbónico coincide con las horas de mayor actividad
fotosintética. Los niveles elevados de anhídrico carbónico son propios de ambientes sometidos
a procesos de eutroficación y su tolerancia por parte de los pejerreyes puede atribuirse a que
estos peces viven normalmente en lagunas bajas de fondo plano normalmente ricas en detritos
sometidos a diversos grados de descomposición en condiciones favorables para la generación
de gas carbónico. La misma reflexión es válida en lo concerniente al N-amónico. Con respecto
a la temperatura, los pejerreyes parecen evitar las temperaturas por encima de los 30°. Por
otra parte toleran sin sufrir consecuencias negativas el congelamiento temporal de la superficie
del estanque.

3.3 Alimentación del pejerrey en estanques


3.3.1 Análisis de alimento de pejerrey en estanques abonados orgánicamente

Se resume el trabajo realizado en estanques de concreto (15 × 3 m y 1, 2 m de profundidad) en


la Estación de Piscicultura del Dique San Roque en la Pcia. de Córdoba, Argentina.

Se efectuó el análisis del alimento (porcentajes de frecuencias) sobre el contenido del tubo
digestivo de los pejerreyes sembrados en los estanques al alcanzar entre 40 y 140 días de
edad.

Los pejerreyes habían sido sembrados como larvas en medio enriquecido orgánicamente
mediante la adicción de guano de vacuno, práctica que estimula el desarrollo del zooplancton
(compuesto principalmente por Cladóceros). Las determinaciones de biomasa de zooplancton
alcanzaron un máximo de 1.68 g/m 3.

Tabla 2: Preferencia alimentaria del pejerrey en estanques de cultivo. Los valores


se expresan como porcentajes de presencia de cada ítem. Edad de los
peces comprendida entre 40 y 140 días. (Modificada de Reartes, 1987,
cuadro 2)
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Estanque
Zoopl.% Veget.% Insectos% Arañas% Indet.%
no
1 92.9 78.6 35.7 --- 64.3
6.7 40.0 2 93.3 53.3 26.6

En general los tubos digestivos estaban llenos a repleción de zooplancton, predominantemente


cladóceros. El zooplancton manifestó su presencia en el 93 % de los tubos digestivos de los
peces examinados. En aquellos casos (7 %) en que no se detectó su presencia, el tubo
digestivo se encontraba vacío. Otros alimentos frecuentes fueron insectos y algas verdes
filamentosas. Asímismo es muy elevado el porcentaje de presencia de detritos registrados
como material indeterminado (presente en entre el 40 y el 64 % de los individuos examinados).
Este hecho es concordante con la comprobación realizada por Schroeder (1978) de la
importancia de los detritos encapsulados por bacterias como integrante de la dieta de peces en
estanques abonados orgánicamente.

Las algas verdes filamentosas se adhieren a las paredes de los estanques; entre las mismas
es frecuente observar la presencia de densos agrupamientos de cladóceros, especialmente
Simosa, por lo cual es muy probable que los peces ingieran estas algas al atrapar los
cladóceros.

Para el caso analizado, la baja o a veces nula presencia de copépodos en los tubos digestivos
refleja la composición del zooplancton más bien que una preferencia del pejerrey. En los
estanques abonados con guano de vacuno los copépodos se encuentran ausentes en su casi
totalidad. En experiencias realizadas posteriormente con cultivos de zooplancton en estanques
(2 500 l) de cemento en los cuales también se empleó guano de vacuno a tasas elevadas (con
ausencia de peces) se corrobora esta presunción dado que los copépodos estaban totalmente
ausentes pese a haber sido inoculados inicialmente conjuntamente con cladóceros. Al cambiar
el método de abonado de manera de estimular el desarrollo de clorófitas, los copépodos
desplazan casi totalmente a los Cladóceros.

3.3.2 Ingesta de alimentos artificiales en cultivo en estanques

Los pejerreyes de criadero, tanto los juveniles como los adultos, rápidamente se acostumbran
a comer alimento artifical en forma de masa húmeda colocada en bandejas dentro del
estanque.

El pejerrey puede ser habituado a ingerir alimento seco peletizado. (Observación personal).
Este propósito se logra con peces nacidos en cautiverio empleando alimento balanceado de
origen comercial formulado para truchas. Pejerreyes desde los 65–70 g de peso aceptan ser
alimentados con granulados elaborados para truchas adultas.

3.4 Transporte de pejerreyes vivos


3.4.1 Transporte de ovas embrionadas

Gonzalez Regalado y Mastrarrigo (1954) describen el método empleado en la época para el


transporte de ovas embrionadas, el cual ha sufrido hasta el presente sólo ligeras
modificaciones. Las dos condiciones que se exigen a los envases para que se cumpla un
transporte adecuado son:

a. mantener la temperatura estable en un ambiente húmedo y fresco en el interior de los


recipientes (conservadoras de tergopol o isopol).

b. Disponer las ovas en capas simples, separadas para facilitar una conveniente aireación.

Ante todo los lotes de ovas destinados al transporte deben tener los ojos bien visibles y

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pigmentados. En este estadío las ovas toleran muy bien la manipulación, reduciendo al mínimo
las pérdidas. Las ovas embrionadas se disponen en artesas. Por ejemplo en una artesa de 20
× 25 cm pueden acomodarse unas 15 000 ovas.

3.4.2 Transporte de juveniles y adultos

El pejerrey es un pez sumamente sensible a la manipulación debido a lo cual el transporte de


ejemplares vivos exige precauciones especiales.

Los aspectos principales y fundamentos del protocolo de transporte son resumidos a


continuación. Para una ampliación del tema puede consultarse la literatura (Piper, et al., 1982;
Huet, M. 1981.

De todos los estadíos de desarrollo de la especie, los alevinos con vesícula son los más fáciles
de transportar; también se realiza exitosamente el transporte de juveniles de entre 2 y 5 cm de
longitud. Las dificultades se acrecientan y la sobrevivencia disminuye para las tallas mayores
las cuales son especialmente sensibles.

Los factores de mayor importancia que incidirán en la sobrevivencia de los peces


transportados son los siguientes:

Stress: como hemos mencionado reiteradamente los pejerreyes son especialmente sensibles
a la manipulación, la cual se hace inevitable durante el desarrollo de las operaciones asociadas
con el transporte. El stress resultante puede causar pérdidas totales, parciales o una
mortalidad diferida luego del arribo. Acorde a nuestras observaciones realizadas bajo
condiciones de confinamiento en estanques de cemento (15 × 3 m y 1.2 m de profundidad) la
mortalidad diferida puede prolongarse hasta más allá de las dos semanas posteriores al
traslado. Al respecto cabe señalar que a diferencia de lo que sucede con otros peces, la
proporción de pejerreyes muertos que flotan en superficie es muy baja o nula, sufriendo
descomposición total en el fondo: ante esta falta de evidencia en contrario, es fácil diagnosticar
equivocadamente una elevada tasa de sobrevivencia. El origen de los pejerreyes, ya sean
provenientes de criaderos o silvestres capturados en ambientes naturales, incide
marcadamente en la sobrevivencia de los mismos.

La mortalidad atribuible al stress, de juveniles criados a alta densidad en sistemas cerrados, es


prácticamente nula (Reartes et al., 1989); por supuesto siempre que se tomen las
precauciones normales.

Los peces silvestres en cambio son muy afectados por el stress y ambos tipos de mortalidad,
inmediata y diferida, pueden llegar a afectar conjuntamente hasta el 100% de los integrantes de
un grupo capturado en ambientes naturales.

Oxígeno: el consumo de oxígeno se incrementa dramáticamente con la manipulación propia


del embalaje. A los fines prácticos se requiere un mínimo de 6 mg/l de oxígeno disuelto. El
oxígeno debe ser calculado en exceso; el consumo de oxígeno por parte de los peces se
incrementa con el aumento del carbónico.

Temperatura: de manera similar a lo que sucede con otras reacciones biológicas, el consumo
de oxígeno se incrementa al aumentar la temperatura. El empleo conjunto de cajas aislantes de
tergopol y hielo es suficiente para transportes de corta duración.

Amonio: los peces eliminan el amonio metabólico principalmente a través de las branquias. Se
trata de un veneno biológico que en el estanque deriva de la descomposición de restos de
comida, excretas, etc. Determinan la tasa de excreción de amonio por parte de los peces, tanto
la temperatura como el tiempo transcurrido desde la última ingesta de alimento. El descenso
de la temperatura trae aparejado el doble beneficio de hacer bajar tanto la tasa de excreción de
amonio como la de consumo de oxígeno.

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Cuando sea posible, es conveniente mantenerlos 24 y 48 (de acuerdo a la talla) horas antes de
su transporte en jaulas en las cuales circula agua limpia y se suspende la alimentación.

Anhídrido carbónico: en los recipientes de transporte, proviene de la respiración de peces y


bacterias. Tiene como efecto la acidificación del agua. Los peces pueden morir ante la
presencia de niveles muy elevados de anhídrido carbónico. El umbral letal puede alcanzarse en
condiciones de hacinamiento si no existe una ventilación adecuada del medio. En general por
cada mililitro de oxígeno consumido por un pez se producen 0.9 ml de anhidrido carbónico.

Algunos autores (Piper et al., 1982) aconsejan el empleo de buffers para minimizar las
variaciones en el pH durante el transporte. Se recomienda especialmente un buffer orgánico,
además de buffers inorgánicos tales como los fosfatos, el trihidroximetilaminometano; la tasa
de aplicación fluctúa entre 1.3 y 2.6 g/l.

Anestésicos: el empleo de anestésicos tiene como objetivo bajar la actividad metabólica de los
peces; como efectos benéficos se producen descensos en el consumo de oxígeno, la
excreción de desechos nitrogenados y la producción de carbónico. (Piper et al., 1982).

El cloruro de benzocaína ha sido probado exitosamente con un mínimo de mortalidad en


pejerreyes juveniles (Donatti, O. y Reartes, J. Trabajo no publicado) no registrándose
mortalidad atribuible hasta un período posterior de 3 meses de duración.

3.4.3 Métodos de transporte de pejerreyes

3.4.3.1 Transporte en tanques

Juveniles y adultos silvestres de tamaño reducido se transportan en pequeños estanques de 50


a 100 l a una densidad de 1 individuo (80–150 g) cada 10 l de agua. En tales casos es
imprescindible bajar la temperatura hasta unos 15–17 C° mediante el agregado de hielo.
Cuando la duración del tiempo de transporte es reducida (alrededor de una hora) se alcanza
una tasa de sobrevivencia elevada sin el burbujeo de oxígeno. No es conveniente transportarlos
en verano ni en días muy cálidos durante las restantes estaciones. Para viajes de mayor
duración y a densidad más elevada es indispensable la utilización de oxígeno y tranquilizantes.

3.4.3.2 Transporte en bolsas de polietileno

Se adapta muy bien al envío de reducidas cantidades de peces de pequeño tamaño. El saco de
polietileno se llena con ⅓ de agua y se inflan con oxígeno los 2 tercios restantes. Para alevinos
de 3 a 4 cm de longitud se recomienda una tasa 10 alevinos por litro de agua (Bertoletti, J.
1985). Los sacos con peces, una vez cerrados, se colocan en cajas de tergopol, pudiéndose
agregar hielo en el fondo de las mismas. Tal densidad deberá disminuirse a la mitad si la
duración del viaje es superior a las 12 horas o la temperatura ambiente es muy elevada
(Bertoletti, J. 1985). De todas maneras, a igualdad de condiciones se debe tener en cuenta que
en un mismo volumen de agua podrá colocarse menor peso total de peces de pequeña talla
que de tallas mayores en razón de la más elevada tasa metabólica de los peces jóvenes.

3.5 Producción de ovas fecundadas. Desove artificial. Métodos de


incubación. Temperatura de incubación
3.5.1 Captura de reproductores

En este tipo de operaciones no se emplean redes de arrastre dado que es muy disímil el
tamaño de los ejemplares capturados mediante este arte. Se emplean redes fijas verticales,
cuyas mallas se ajustan al tamaño de los reproductores que se deseen obtener. Las redes
pueden calarse por la tarde para levantarlas a la mañana siguiente o bien simplemente efectuar
lances en semicírculo (“rodeos”) en el mismo momento de iniciar las operaciones para llegar a
producir el desove artificial. A medida que se van desenmallando los ejemplares se hace la
www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm 5/10
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separación de sexos para disponerlos seguidamente en forma separada en bateas plásticas


de unos 60 l de capacidad. De tales bateas se extraen los ejemplares seleccionados (en
relación aproximada de 3 machos por hembra). La operación requiere un cierto entrenamiento
para realizarla lo más rápidamente posible dado que los reproductores viven como máximo una
media hora. Los reproductores no sobreviven a la manipulación asociada con la freza
artificial. Resulta imperativo poner a punto técnicas que permitan conservar a los mismos
para su utilización en frezas sucesivas.

Las ovas de pejerrey son adherentes y forman grupos compactos que en general se separan
empleando tijeras para cortar los filamentos, una vez cumplido el proceso de hidratación. Tal
procedimiento trae asociada la destrucción de un importante porcentaje de las ovas obtenidas.

3.5.2 Temperaturas de incubación

En general a partir de observaciones empíricas se ha tomado a los 18 grados centígrados


como la temperatura óptima de incubación. Diversos grupos de investigación se han ocupado
del tema empleando metodologías diferentes debido a lo cual los resultados no son
estrictamente comparables entre sí y a menudo parecen contradictorios.

Donatti (comunicación personal) (aún no publicado) han realizado experiencias sistemáticas


que relacionan temperaturas de incubación, índices de eclosión y sobrevivencia posterior de
las larvas nacidas. Para ello se incubaron ovas embrionadas de pejerrey a 5 diferentes
temperaturas: 18; 20; 22; 24 y 26 grados centígrados. Para cada una de las temperaturas se
trabajó en triplicado con lotes integrados por entre 325 y 608 ovas embrionadas. Las
conclusiones a las que se arriban (Tabla 3) consisten en que los mejores porcentajes de
eclosión se dieron para aquellas ovas incubadas a 24 C°. En este caso se acumularon entre
120 (5 días) y 144 C° (6 días) hasta la eclosión del 50 % del total de ovas.

Por su parte Pinto Paiva y Scheffer (1978) incubando ovas de pejerrey sin ejercer control sobre
la temperatura del medio, encuentran que los mejores índices de eclosión se dan para
temperaturas que fluctuaron entre 9 y 17 C° con una media de 14 C°, las ovas eclosionaban
cuando han acumulado 280 C° en unidades térmicas.

A su vez Gonzalez Regalado y Mastrarrigo (1954) aconsejan como temperaturas óptimas de


incubación las situadas entre 15 a 21 C° con una media de 18 C°; acorde a dichos autores las
ovas necesitan acumular entre 180 y 220 C° para su eclosión.

Table 3: Incubación de ovas de pejerrey a diferentes temperaturas. Porcentajes de


eclosión, intervalos de eclosión y proporción de alevinos muertos al nacer
(Donatti et al.)

Alevinos muertos al
Ovas Lapso días
Temp. Inc. J nacer

Nro ini. Nro fin. % ecl. 1ra ecl tot.ecl N %


26 1 608 306 50.3 6 2 18 5.9
26 2 470 243 51.7 5 2 - -
26 3 330 189 57.3 6 2 18 9.5
24 1 325 207 63.7 5 3 27 13
24 2 333 297 89.1 5 3 - -
24 3 373 288 77.2 6 3 27 9.4
22 1 388 153 39.4 7 3 - -
22 2 367 72 19.6 7 3 27 37.5
22 3 375 198 52.8 7 3 18 9.1
20 1 507 315 62.1 7 4 18 5.7
www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm 6/10
22/07/13 www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm

20 2 408 216 52.9 8 4 9 4.2


20 3 442 243 54.9 8 4 - -
18 1 499 126 25.2 10 5 9 7.1
18 2 404 279 69.1 9 5 - -
18 3 450 270 60.0 10 5 63 23.3
J: jarra de incubación; en triplicado para c/temperatura
Tot. ecl.: lapso transcurrido desde primera ova eclosionada hasta completar la eclosión

Una alternativa a la incubación en jarras con circulación constante de agua es descrita por
Viruez Mardini y Porto da Silva (1979). Se trata de un recurso válido para circunstancias
especiales: las ovas son transportadas desde el centro o estación de piscicultura hasta su
destino donde es finalizado el proceso de incubación. Las ovas oculadas (probablemente en
pequeña cantidad, si bien los autores no lo mencionan) son colocadas en una fuente enlozada
la cual se recubre con una malla plástica de entre 5 y 10 mm de abertura. El conjunto se
coloca en el fondo del estanque o reservorio en un lugar con más de 50 cm de profundidad y al
abrigo de corrientes de importancia. Los alevinos son protegidos por la malla a través de la cual
pueden abandonar el recipiente una vez reabsorbida la vesícula.

3.6 Cría masiva de larvas


Los pejerreyes nacen con una pequeña reserva de vitelo, que con unos 20°C de temperatura
dura entre 3 y 5 días. Una vez reabsorbido el contenido de la vesícula vitelina y de no
disponerse de alimento adecuado, se producen mortandades masivas llegándose a la pérdida
total en el lapso de pocas horas.

Los alevinos son mantenidos en acuarios de PVC (35 × 105 × 35 cm = 128 l de capacidad).
Cada acuario tiene una entrada individual de agua que es recirculada mediante pequeñas
bombas centrífugas a través de un filtro de arena de alta presión o un filtro de goteo, acorde a la
carga de peces. Como primera alimentación se emplean nauplios de artemia, o mejor aún
rotíferos (Brachionus sp).

Una vez desarrollado el cultivo de microalgas se inocula con Brachionus los cuales en
condiciones adecuadas de temperatura (por encima de 17 C°) se producirán en forma masiva
y continua. En tal caso un tanque de 500 l produce los rotíferos suficientes para alimentar entre
7 000 y 10 000 alevinos simultáneamente. La densidad de rotíferos en los tanques de alevinos
se mantiene alrededor de los cinco individuos por ml.

Transcurrido un período que fluctúa entre 5 días y una semana, los rotíferos pueden ser
gradualmente reemplazados por nauplios recién eclosionados de Artemia. La alimentación con
nauplios de artemia se continúa hasta que los alevinos tienen unos 15 días de edad, momento
en que pueden a su vez reemplazarse gradualmente ya sea por alimento vivo (copépodos,
pequeños cladóceros) o bien por alimento artificial.

Como resultado de variaciones locales se pueden producir camadas de larvas cuyo tamaño
permite prescindir de la etapa de rotíferos y comenzar directamente con nauplios de artemia.
Pasados las dos o tres primeras semanas de vida se reemplazan gradualmente los nauplios
de artemia por alimento vivo de mayor tamaño.

3.7 Producción masiva de alevinos de vesícula reabsorbida.


Densidad. Tipo de alimento.
Reartes et al. (1989) comparan el efecto de dos tipos de dietas artificiales y una natural sobre
el crecimiento y sobrevivencia de alevinos de pejerrey. Una de las dietas artificiales es un
alimento micronizado especialmente producido para larvas de peces por la firma Zeigler de
Estados Unidos; el otro alimento es la dieta para alevinos de trucha en base a hígado molido
www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm 7/10
22/07/13 www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm

formulada por Phillips (1975)

Table 4. Efectos de diferentes tipos de dietas sobre el peso medio y la longitud


total promedio (LT: longt. total) de alevinos de pejerrey. (Extraída de
Reartes et al., 1989)

Long. media (LT)


Peso medio en
Estanque no Tipo de alimento en mm Mortal %
mg (DS)
(DS)
3B Zooplanc 85.4(36.4) 23.4(2.8) 1.14
2B Zooplanc 110.4(47.1) 25.5(3.5) 3.82
4B L AP-100 37.2(20.6) 18.0(3.0) 40.77
6B L AP-100 41.0(25.1) 18.3(3.1) 42.31
5B Hígado 30.1(18.9) 16.7(2.1) 41.15
1B Hígado 43.3(19.1) 19.9(2.8) 28.46

La dieta natural consistió en cladóceros cultivados masivamente en estanques de 2 500 l.


abonados orgánicamente. Los alimentos se suministraron en exceso cuatro veces por día,
siete días por semana. Se emplearon alevinos nacidos en el laboratorio de acuicultura del
INTECH los cuales recibieron nauplios de artemia como primer alimento exógeno hasta cumplir
un mes de vida, edad a partir de la cual se da comienzo a las experiencias. Cada alimento se
prueba en duplicado con 260 alevinos por estanque (520 en total por tipo de dieta).

Se utilizó un sistema cerrado de cultivo con un volumen de unos 3 000 l constituido por seis
estanques de PVC de 65 l de capacidad cada uno, en los cuales se mantuvieron los grupos
individuales de alevinos en experimentación; el filtrado biológico se realiza a través de un filtro
húmedo de goteo provisto de matrices de PVC. El filtro está diseñado para trabajar
eficientemente con una carga máxima de hasta un kg diario de alimento artificial.

Todas las dietas se probaron por duplicado; en consecuencia se utilizaron seis estanques
experimentales en total. El peso y la longitud promedio de los alevinos se midieron
semanalmente sobre muestras de 50 individuos extraídas de cada unidad experimental. Los
peces eran repuestos al estanque de origen una vez medidos y pesados. Diariamente se
contaban y medían los peces muertos en cada uno de los tanques.

Al promediar la segunda semana de cultivo, la mortalidad entre los peces alimentados ya sea
con micropellets o con hígado molido fue casi diez veces superior a la mortalidad registrada
entre los alevinos alimentados con zooplancton (Table 4). Asímismo el análisis de varianza
muestra que los pesos de los alevinos alimentados con zooplancton son significativamente
superiores a los alimentados con las restantes dietas (F obs = 87.16 427 para 2 y 188 grados
de libertad)

Un análisis de varianza realizado para comparar los efectos de los micropellets y del hígado
molido sobre el peso medio de los alevinos experimentales no evidenció diferencias
significativas entre ambos tratamientos. En la Tabla 4 se resumen los resultados de las
experiencias. Innegablemente el zooplancton resulta el alimento de elección cuando se trate de
criar cantidades moderadas a pequeñas de alevinos.

Viruez Mardini, C. y C. Porto da Silva (1979) aconsejan el empleo de dietas artificiales para
complementar el alimento natural; en la composición de las mismas entran harinas animales y
vegetales con una pasta húmeda la cual se coloca en el fondo del estanque.

3.8 Producción de juveniles de 3 a 10 cm de longitud en estanques


de cemento y en jaulas. Cornalitos

www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm 8/10
22/07/13 www.fao.org/docrep/008/v7283s/V7283S03.htm

La bibliografía especializada señala que los intentos sistemáticos de cría de pejerrey en


condiciones controladas son muy escasos y de resultados controvertidos.

Seguidamente se describen las experiencias realizadas por el autor (Reartes, 1987) Las
mismas fueron realizadas en estanques de cemento (15 ×3 m y 1.2 m de profundidad) en la
Estación de Piscicultura del Dique San Roque, Pcia. de Córdoba, Argentina.

Los estanques empleados fueron abonados orgánicamente 10 días antes de la introducción de


las larvas de pejerrey. Dado que en principio se intentaba producir adultos de talla comercial,
se adoptaron densidades relativamente bajas: 13.3 y 5.6 larvas por metro cuadrado de
estanque. Al cabo de 4 meses (141 y 130 días respectivamente) se obtuvieron producciones
de 456 y 594 kg/ha, (Tabla 5) cifra que en términos anuales significa entre 1 184 y 1 661 kg/ha.
La mortalidad para la densidad más baja fue del 10.8% y para la más elevada del 66%. El peso
promedio de los peces producidos (entre 10.10 y 11.9 g) está comprendido en la categoría de
consumo llamada cornalitos.

Tabla 5. Datos de crecimiento y producción del pejerrey O. bonariensis cultivado


en estanques abonados orgánicamente (Extraído de Reartes, 1987, Tabla
4)

Dens. Edad Peso Tasa de Rinde Prod. kg Mortal.


n/m2 días medio g crec. kg/ha ha-1 año-1 %
13.3 30 0.14 1.75 456.6 1 184 66
73 2..56 2.03
110 4.90 0.53
141 10.10 0.69
5.6 40 0.35 1.98 594.4 1 661 10.8
61 1.90 2.42
90 5.20 0.79
130 11.90 0.80

La producción en estanques abonados orgánicamente de juveniles de pejerrey destinados al


consumo humano constituye una técnica que en líneas generales ha demostrado su factibilidad
económico-técnica. Resta aún dilucidar la probabilidad de existencia de problemas sanitarios
dado que los cornalitos se consumen no eviscerados.

Otro de los problemas a solucionar está representado por la carencia de fuentes confiables de
producción de alevinos destinados a la venta a los potenciales productores en la cantidad que
la actividad lo requiera. Las ventajas potenciales del desarrollo de una acuicultura de fases
juveniles de pejerrey son evidentes. En algo más de 4 meses, con el sólo insumo representado
por la distribución de abono y la eventual aireación mecánica del medio se obtienen en
términos absolutos entre 450 y 590 kg de producto de excelente calidad, buena demanda y
precio similar al que se paga por los adultos.

3.8.2 Cultivo en jaulas

Se ha podido comprobar que el pejerrey se desarrolla normalmente en jaulas, tanto en aguas


quietas como en corrientes artificiales de moderado caudal. En efecto, en el Instituto
Tecnológico de Chascomús durante el transcurso de ensayos ideados con otra finalidad, se
criaron juveniles de pejerrey en jaulas colocadas en estanques circulares y canales
rectangulares, los cuales estaban integrados en sistemas cerrados de recirculación de agua
provistos de filtros biológicos. La densidad está de acuerdo con la talla: 250 ejemplares por
metro cúbico para juveniles de 10 g de peso promedio y 100 individuos por metro cúbico de
peces de entre 50 y 70 g de peso promedio.

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Para el caso de los canales rectangulares (0.30 × 0.45 × 5.00 m) las jaulas (en forma de
prisma) eran recorridas por un caudal continuo de agua de alrededor de 40 l por minuto.

En ninguno de los casos pudieron atribuirse pérdidas a las condiciones de confinamiento en


jaulas. Los trabajos de referencia se extendieron por algo más de dos años e implicaron el
empleo de diversos lotes de peces.

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4. PRODUCCION MASIVA DE MICROALGAS Y ZOOPLANCTON


DESTINADAS A LA CRIA DEL PEJERREY.
Dada la importancia que reviste, para la cría del pejerrey, la comprensión de la dinámica del
proceso de producción en un estanque abonado orgánicamente, analizaremos dichos
procesos especialmente en los aspectos de relevancia en la aplicación práctica. Asímismo en
razón de la universal aceptación de microalgas como aditivos alimenticios, describiremos
someramente los métodos de producción de microalgas ejemplificados con Spirulina.

Como ha sido expuesto anteriormente el pejerrey se alimenta principalmente de zooplancton


prácticamente desde alevino hasta que alcanza las tallas comerciales más usuales. Tal
característica ubica al pejerrey entre el reducido grupo de peces de cultivo que se alimentan de
organismos situados en los niveles inferiores de la pirámide trófica. Este hecho hace
económica su producción en estanques. En efecto basta con una adecuada práctica de
abonado con guanos animales para que se produzca una mejora tanto cualitativa como
cuantitativa en el alimento vivo que se genera en el estanque, especialmente zooplancton y
organismos bentónicos.

4.1 Producción masiva de microalgas.


En sistemas intensivos de cultivos de organismos acuáticos, en los cuales no se emplean ni
abonos orgánicos ni fertilizantes inorgánicos, es usual la utilización de microalgas como
aditivos alimentarios en razón de su elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga (PUFA: siglas inglesas de poly unsaturated fatty acids).

Muchos de estos PUFA son esenciales para larvas y alevinos de peces. Asímismo las
microalgas constituyen invalorables fuentes naturales de vitaminas y pigmentos. Todas estas
razones inciden en el incremento del empleo de microalgas en acuicultura.

Una de las microalgas mas fáciles de cultivar y de las mas empleadas en acuicultura es la
cianofícea Spirulina platensis. Las ventajas de mantener un cultivo propio de microalgas
residen en la facilidad de acceso a un producto fresco de bajo costo de producción. Los
alevinos de pejerrey al igual que lo documentado para otras especies marinas y de aguas
salobres, responden muy favorablemente a la inclusión de entre un 1 y un 3% de Spirulina en
su dieta.

Si bien es cierto que las microalgas forman asociaciones simbióticas con bacterias a escala
de comunidad (por ejemplo estanques de peces), en un cultivo uniespecífico de microalgas es
conveniente crear condiciones que desalienten el desarrollo incontrolado de bacterias las
cuales de otra manera acabarían con el mismo.

Es posible mantener en producción cultivos de algas en escala suficiente para responder a las
demandas de una piscicultura de pejerrey si pueden emplearse los siguientes requisitos:

Asegurar un aporte continuo de los nutrientes requeridos por el alga en cultivo. En


general en la bibliografía especializada se describen medios de cultivo y de

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mantenimiento especialmente formulados para las principales especies de microalgas


explotables por el hombre. (Borowitza and Borowitzka 1988).

La temperatura diurna se mantendrá lo más cercana posible al óptimo demandado por la


especie en cultivo. Es deseable que, como sucede en regiones semiáridas, el
enfriamiento nocturno permita un descenso considerable en la temperatura del cultivo a
fin de bajar la tasa respiratoria y minimizar las pérdidas de producción (que pueden llegar
hasta un 35%).

En el sistema se debe asegurar el tiempo necesario de exposición a la luz de cada una


de las células en cultivo. Este objetivo puede cumplirse en parte mediante la agitación
mecánica del medio.

La turbulencia generadas durante la agitación del medio favorecen también la difusión


hacia la atmósfera del oxígeno en exceso producido durante las horas de luz. Las
concentraciones muy elevadas de oxígeno producen efectos inhibitorios (fotoxidación)
sobre la fotosíntesis y el crecimiento de las algas (Vonshak y Richmond, 1988).

Es necesaria la existencia de un razonable aislamiento del cultivo del medio externo con
el fin de minimizar los riesgos de contaminación con bacterias, polvo, insectos, etc.

Mantener el cultivo dentro de los rangos de parámetros físicos y químicos particulares


para la especie en cultivo. De estos además del nivel de nutrientes (se agregan en
exceso) la temperatura mencionada anteriormente y el pH son los que revisten mayor
importancia. Se debe prever la posibilidad de contar con un rápido burbujeo de gas
carbónico (innecesario en el caso de Spirulina).

En lo que respecta a los parámetros biológicos, el cultivo debe mantenerse dentro de lo posible
en el rango de condiciones que definen un estado estacionario (Vonshack, A y A. Richmond,
1988) y estar atento a la proliferación de bacterias, protozoarios y rotíferos. Ciertos
constituyentes bioquímicos de las microalgas pueden ser empleados como estimadores de
biomasa, entre ellos la determinación de la clorofila a y proteínas, los cuales se agregan a la
determinación de peso seco.

Existen laboratorios especializados que se encargan de proveer cultivos puros de microalgas


destinados a iniciar cultivos en mayor escala. Vonshack, A y A. Richmond 1988, brinda una
lista bastante completa de tales laboratorios.

Para el caso de producciones experimentales de alevinos de pejerrey (a escala menor que la


comercial) nos basta con una batería de mangas de polietileno (38 cm de diámetro) con unos
15 l de cultivo de Spirulina cada una, de manera de totalizar unos 90 l de cultivo para cada una
de las cuatro semanas del mes.

Semanalmente se cosecha el 50% del volumen (unos 45 l); contenido que es filtrado sobre
tamiz de 20 micrones; el 50% restante es empleado para iniciar un nuevo cultivo. Las algas
cosechadas se acidifican ligeramente (ácido sulfúrico al 3%) y se disponen en capas de 1 a 3
mm. de espesor para ser deshidratadas. El proceso de deshidratación (hasta un contenido
húmedo menor al 5%) se puede cumplir ya sea al sol o en un horno regulado a 40°C. Las
escamas deshidratadas así obtenidas son molidas hasta fino polvo en un molinillo doméstico.
El producto resultante (listo para ser empleado como aditivo en la dieta de peces) se almacena
en frascos de vidrio oscuro en un lugar fresco y seco.

Dado que la agitación del medio se produce mediante la acción del aire y que éste es provisto
por aireadores de acuario de bajo consumo (9 watts), en este caso el mayor costo de
producción en el sistema (US$ 13/kg en peso seco de Spirulina producida) está representado
por el consumo de sales que integran el medio de cultivo.

4.2 Producción de zooplancton


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Los grupos integrantes del zooplancton cuyo cultivo es conveniente para ser destinados a la
cría de alevinos y juveniles de pejerrey son: el rotífero Brachionus plicatilis y cladóceros
pertenecientes al género Daphnia o Ceriodaphnia. Seguidamente se analizan los fundamentos
de sus respectivos métodos de cultivo y la manera en que se integran a la producción masiva
del pejerrey.

4.2.1 Cladóceros

Los cladóceros son microcrustáceos filtradores de pequeño tamaño que en el caso del género
Daphnia varía para los ejemplares adultos entre 1 y 3 mm de longitud. Las características de
los cladóceros que los hacen aptos para su empleo en acuicultura derivan de sus múltiples
ventajas: pequeño tamaño y ciclo de vida relativamente corto dado que maduran y se
reproducen en pocos días, de manera que se cuenta en un tiempo reducido con un número
importante de individuos. Debido a que su reproducción puede ser limitada a la producción de
hembras por partenogénesis, es posible mantener cultivos con constancia génica. A las
anteriores características debemos agregar su valor nutritivo: alrededor de 60% de contenido
protéico constituido por proteínas de elevada calidad biológica.

Algunos datos sobre la biología de Daphnia (Anderson y Jenkins, 1942; Hebert, 1978) se
resumen a continuación:

Longevidad: entre 910 y 1 030 horas (aproximadamente entre 38 y 43 días)

Alimentación: Daphnia se alimenta de bacterias, hongos, protozoarios y desechos orgánicos.


El alimento es filtrado y concentrado mediante la acción de conjuntos de sedas situados en los
apéndices toráxicos. Aunque el tamaño promedio de las partículas ingeridas se sitúa entre 1 y
60 u se debe hacer la salvedad que el mismo aumenta con el incremento en la talla del
cladócero.

Varios autores han encontrado que los detritos (encapsulados por bacterias) se constituyen en
el principal componente de la dieta de Daphnia (Nadin Hurley & Duncan, 1976; Tappa, 1965)
siendo las microalgas importantes sólo durante el período de floraciones (“blooms”) (Nadin
Hurley & Duncan, 1976).

Aquí cabe recordar el concepto de detrito el cual engloba a todo tipo de material biogénico en
varias etapas de descomposición microbiana (Darnell, 1964). Algunos de los métodos más
exitosos y antiguos en acuicultura emplean guanos animales los cuales por la acción de los
microorganismos del agua se convierten en detritos, incrementándose sustancialmente la
productividad natural del ambiente.

Los guanos animales (vacunos y de aves de corral) constituyen alimentos de muy pobre
calidad en el momento en que ingresan al estanque de cultivo. Allí se transforma en un alimento
de excelente calidad. Como explicación (Schroeder 1987) se deben tener en cuenta algunos
elementos total o parcialmente dilucidados del proceso mediante el cual se produce una
sustancial mejora en la calidad nutritiva de los detritos.

En efecto el proceso microbiano tiene lugar en su mayor parte bajo las condiciones
anaeróbicas existentes a nivel del sedimento; en este ambiente anóxico la fermentación de la
materia orgánica que integra los detritos da como resultado que gran parte del carbón original
sea convertido en compuestos orgánicos de bajo peso molecular, existiendo la posibilidad
cierta de que los mismos representen un alimento de muy buena calidad para los animales que
los ingieran usualmente.

Ejemplos paralelos de procesos en condiciones comparables se dan en el ensilado y en el


rumen; en ambos casos también hay producción de materia orgánica en forma de compuestos
carbonosos de bajo peso molecular.

Se puede agregar que, al comparar el efecto de la aireación del medio en cultivos de Daphnia,
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realizados en estanques de 3 000 l empleando guano vacuno, se registran diferencias menores


a favor de la aireación en la biomasa diaria a lo largo de un período de tres meses. No obstante
en ciertos aspectos la aireación parece ejercer efectos negativos dado que la fecundidad
media de Daphnia es significativamente mayor en los estanques que no reciben aireación
(Reartes y Donatti, aun no publicado, Tabla 6). Esta contradicción entre una mayor fecundidad
en un ambiente más desfavorable (más pobre en oxígeno disuelto) sólo puede ser explicada
por la producción en el caso del estanque no aireado, de alimento de mejor calidad.

Tabla 6: Fecundidad promedio en Daphnia longispina en estanques con y sin


aireación continua. (Para cada estanque: promedio de contajes sobre 450
hembras, repatido en 9 muestreos semanales) (Donatti, O. y J. Reartes,
aún no publicado)

Tratamiento Tanque Fecundidad promedio DS


V1 3.36 1.2
aire
P2 3.46 1.9
V2 4.52 1.8
s/aire
P3 6.45 2.8

De todas maneras, dados los efectos contrapuestos que la predominancia de clorofíceas


ejercen sobre los cultivos de cladóceros, la mejor alternativa parece ser el desalentar la
proliferación de este grupo de algas en los cultivos de cladóceros. En experiencias del autor,
abonos ricos en taninos como el estiércol vacuno, empleados a las tasas habituales (10–12 g/l
día expresado como peso seco) raramente permiten la predominancia de clorofítas. Las
clorófitas aparecen solamente en los cultivos envejecidos a los cuales no se les ha agregado
guano de vacuno durante un tiempo prolongado (algunos meses). Al respecto ha sido
establecido (Margalef 1983) que las materias húmicas generan condiciones desfavorables para
ciertas microalgas: existe una relación inversa entre producción primaria y cantidad de materia
húmica disuelta.

En cuanto a la acción específica de los taninos es probable que la misma sea debida a su
condición de modificadores ambientales, es decir compuestos que influencian la tasa o la
sincronía de la actividad microbiana sobre otros recursos. (Anderson, J. 1987), pp: 123–147).

El rol de los microrganismos en la alimentación de Daphnia fue investigado por Tezuka (1974)
en un cuidadoso experimento durante el cual se brindó a los cladóceros dietas constituidas por
el protozoario Paramecium caudatum (tamaño promedio 70 × 220 u) o de una combinación de
éste con bacterias. Se encontró que el ritmo de alimentación de Daphnias adultas era
independiente de la concentración del alimento (Paramecium). sugiriendo que D.pulex preda
activamente sobre los protozoarios. Pero si bien los adultos pueden alimentarse solamente de
protozoarios, el tamaño considerable de éstos impide que los estadíos juveniles del cladócero
puedan ingerirlos. Anteriormente había sido demostrada la incapacidad de Daphnia pulex para
reproducirse cuando es criada sobre cultivos bacterianos puros (Tezuka, 1971 citado en
Tezuka 1974) En consecuencia el autor probó una dieta mixta consistente en P. caudatum y
bacterias. Se concluye que D. pulex puede crecer y reproducirse durante varias generaciones
cuando es alimentada con una dieta consistente en una mezcla de P. caudatum y bacterias. La
capacidad de Daphnia para ingerir presas del tamaño de P. caudatum podría explicarse debido
a que estos protozoarios son muy plásticos y por ende susceptibles de sufrir deformaciones
las cuales facilitarían su ingesta.

Reproducción: Las especies del género Daphnia se reproducen ya sea mediante


partenogénesis cíclica u obligada y las poblaciones ordinariamente están constituidas
íntegramente de hembras. A partir del quinto estadío producen una nueva camada después de
cada muda. Los huevos se depositan y desarrollan dentro de la cámara de cría; de aquí las
crías se liberan como versiones en miniatura de los adultos. El número de crías por camada
varía entre 1 y 300 y depende del tamaño del individuo y de la alimentación del mismo. El

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número máximo de crías por camada observado para Daphnia cephalata (long del caparazón:
5.5 mm) llega hasta 295 individuos, mientras que para D. magna (long. 4.1 mm) es de 110
individuos por camada.

El número de huevos producido por hembra adulta depende de la ingesta alimenticia. Si esta
ingesta sólo es suficiente para balancear los requerimientos energéticos, no habrá producción
de huevos. Individuos que no se reproducen o que lo hacen a tasas muy reducidas son
frecuentes en cultivos de laboratorios en los cuales la cantidad de alimento disponible está
limitada por alguna cirscunstancia.

En dos especies del género Daphnia (D. cephalata y D. middendorffiana) hay una
partenogénesis obligatoria. Dichas especies producen efipias que no necesitan ser fertilizadas
para su desarrollo y hay una ausencia de machos durante la formación de efipias.

En todas las especies de Daphnia las efipias juegan un importante rol tanto en la colonización
de nuevos habitats como en el repoblamiento del mismo habitat luego que las condiciones
desfavorables que les dieron origen han desaparecido.

De manera similar a lo que sucede con otros organismos existen numerosos sistemas de
cultivo para cladóceros especialmente de especies pertenecientes a los géneros Daphnia y
Moina que parecen ser los más aptos al respecto.

En un principio y en pequeña escala se empleaban concentrados de algas, levaduras y/o


protozoarios para la alimentación de los cladóceros en cultivo (Ivleva, 1969). Los
inconvenientes y restricciones de algunos de estos productos han sido analizados
anteriormente. Sin embargo poco a poco se fueron introduciendo otros materiales,
especialmente desechos agrícolas (Masters, 1970; Reartes, 1983).

Los desechos agrícolas tales como salvados de cereales y guanos de animales de granja han
evidenciado una potencialidad aún no suficientemente desarrollada en la producción masiva de
zooplancton. Así en experiencias piloto diseñadas con la finalidad de cotejar la influencia de
salvado de arroz y agua de lavado de porquerizas en la producción masiva de Daphnia magna
(Reartes, 1983) se alcanzó una densidad máxima de 11 950 indiv/l en algo más de dos meses
(Figura 2), para lo cual se emplearon 3.5 grs de salvado de arroz por día y por litro de cultivo
(Figura 3).

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Figura 2. Evolución de la intensidad de D. magna. Extraído de Reartes, 1983.

El método que empleamos para cultivar y cosechar Cladóceros (Daphnia) destinados a la


alimentación del pejerrey se basa en los siguientes requisitos:

Reciclaje de un desecho, especialmente estiércol vacuno, mediante su incorporación al


medio de cultivo. Normalmente no se utilizan los alimentos experimentados en
condiciones de laboratorio debido a que el volumen de los cultivos de cladóceros alcanza
cierta envergadura, el empleo de alguno de los alimentos ad-hoc ensayados bajo dichas
condiciones, puede tornarse económicamente prohibitivo.

Una vez que la calidad del medio ha evolucionado y el mismo puede calificarse como
biológicamente activo, se procede al repicaje con cladóceros provenientes de otros
cultivos. Los indicadores de calidad son tanto de naturaleza química (niveles de amonio,
nitritos, nitratos, sulfídrico, oxígeno y taninos entre otros) como físico-química (pH,
potencial redox) y biológica (DBO, recuentos de colonias bacterianas, etc). Con el
tiempo, al adquirir progresivamente experiencia, la práctica del acuicultor reemplazará a
la necesidad de realizar muchas de las determinaciones anteriores de manera
sistemática.

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Figura 3. Relación dosis diaria de salvado/densidad D. magna. Extraído de Reartes, 1983.

Dado que, tal como hemos analizado previamente, las clorófitas cuando se las considera
como grupo producen resultados aleatorios sobre los cultivos de cladóceros, es esencial
desalentar vía manejo del medio de cultivo la predominancia de este grupo de algas, lo
cual, de acuerdo con nuestra experiencia, es perfectamente factible aun trabajando a
escala considerable (tanques de 45 metro cubicos por ej.)

Dada la relevancia que adquieren los detritos y las bacterias en la alimentación de


daphnidos es muy importante mantener una adecuada concentración de detritos
mediante su incorporación frecuente, lo ideal es hacerlo diariamente, dado que con
aplicaciones frecuentes se estabiliza la población de microrganismos evitándose los
picos de consumo de oxígeno por parte de bacterias y protozoarios.

Mediante el empleo de estiércol vacuno, para tanques de 3 000 lts cuya agua se
mantiene a una temperatura promedio de entre 17.5 y 19.5°C, se cosechan
cotidianamente una media de entre 12 y 16 g (peso húmedo, con 92% de agua) de
cladóceros sin que la población se vea afectada. La cantidad anterior corresponde a la
cosecha diaria proveniente del filtrado de 1 m 3 del agua del tanque de cultivo. (Tabla 7).
Los cladóceros recogidos pueden ser filtrados por tamices de distintas aberturas de
malla para obtener alimento adecuado para las diversas tallas de alevinos de pejerrey. Si
bien los estanques anteriormente mencionados se encuentran bajo invernadero, dado
que la demanda de alimento vivo se produce en primavera, las tasas anteriores no son
afectadas sensiblemente cuando se aplican a cultivos externos en tanques de 45 metros
cúbicos en los cuales se obtienen valores similares en peso fresco de zooplancton
(Reartes, 1987).

Tabla 7: Parámetros ambientales y biomasa de zooplancton en tanques con (P2 y


V1) y sin (P3 y V2) aireación permanente Las cifras representan
promedios de 18 determinaciones y abarcan el período 18/8/89 al 18/9/89.
(Donatti y Reartes, aún no publicado)

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Temperatura °C Oxig mg/l NV pH Ac.Tan *mg/l Biom. gr/m3


Estanq.
(peso
No S F S F S * * húmed.)
18.1 18.1 4.3 4.1 -96.8 8.40 7.2 15.32
P2 9.06 7.5
18.1 18.1 5.3 5.2 -98.1 8.44 --- 15.90
V1 8.75
19.5 17.9 2.5 2.2 -123 8.35 7.0 12.90
P3 9.56 8.4
18.1 17.5 1.04 0.4 -117 8.94 --- 16.67
V2 9.17

4.3 Rotíferos
Los rotíferos pertenecen al Phylum Aschelminthes, Clase Rotatoria, Orden Monogonta y
Familia Brachionoidea. B. plicatilis es un organismo de distribución cosmopolita.

Taxónomos rusos reconocen 6 subespecies. Los acuicultores japoneses en cambio


reconocen 2 variedades de relevancia para la acuicultura: tipo pequeño S, 160 micrones de
talla media) y tipo grande, L, 239 micrones de talla media. En Europa se agrega una tercera
variedad tipo superpequeño, SS, de 140 micrones de talla media).

Normalmente la reproducción de B. plicatilis es partenogenética, pero también existe la


reproducción sexual la cual se da bajo particulares condiciones. Las hembras producen
huevos no fecundados envueltos por un delgado corion. De dichos huevos nacen hembras
amícticas. Este es un mecanismo de multiplicación sumamente rápido: la eclosión de los
huevos (incubados internamente) puede demandar no más de 6 horas a 30°C (de 0.5 a 1 día a
25 grados). El tiempo que toma a una larva convertirse en adulta varía entre 0.5 y 1.5 días a 25°
de temperatura. Las hembras adultas pueden poner huevos con intervalos que también son
dependientes de la temperatura ambiente: intervalos de 24 h a 15 grados y de 6 horas a 30
grados. A 25° la vida promedio de B. plicatilis se sitúa entre 3.4 y 4.4 días lapso durante el cual
llega a poner unos 10 huevos.

Los cistos son acarreados y dispersados fácilmente por el viento, agua o adheridos al plumaje
de las aves. B. plicatilis es un organismo cosmopolita encontrándoselo tanto en estuarios y
ambientes marinos costeros como en lagos y lagunas saladas. Se desenvuelve bien en una
amplia gama de condiciones ambientales:

salinidad entre 1 y 97 g de CINa/l


pH: 5 a 10. Los cambios bruscos en el pH no parecen afectarlo.
Temp: 5 a 29°
Oxígeno: toleran bien bajos tenores de oxígeno disuelto.

Los métodos de cultivo pueden estar comprendidos en diversas modalidades: extensivos en


tanques de más de 50m 3, intensivos en tanques pequeños. Otra categoría puede ser el tipo
batch según el cual una vez alcanzada la densidad esperada se realiza la cosecha total.
También pueden realizarse cosechas cotidianas con agregado de medio fresco, teniendo
como objetivo el mantener una concentración determinada de rotíferos.

El tipo más avanzado responde al modelo del quemostato. El alimento es adicionado en forma
continua a medida que se va realizando la cosecha. Es también el método más eficiente. El
mejor alimento son las microalgas vivas, no obstante lo cual también se utilizan las levadura
enriquecidas en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga.
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En China se emplean grandes estanques de entre 1 000 y 2 000 m 2 los cuales son llenados
con agua al 18 por mil de salinidad, abonados e inoculados. El llenado y abonado se realiza en
la época de reproducción de peces y camarones

Las ventajas que reporta el empleo de rotíferos como alimento inicial de larvas de pejerrey (y de
otros peces) derivan del hecho de ser un alimento vivo de pequeño tamaño, fácil de producir y
cosechar masivamente. Además de poseer el tamaño adecuado y constituir un alimento de
excelente calidad biológica, los rotíferos proveen de enzimas proteolíticas de las cuales el aún
rudimentario sistema digestivo de las larvas de peces puede carecer en esta temprana etapa,
con lo cual ayudan a la propia digestión del rotífero y de otros alimentos. Debido a que es un
filtrador no selectivo se emplea para bioencapsular desde antibióticos hasta aditivos
alimenticios. Su producción en grandes cantidades es más barata y menos engorrosa que la
incubación masiva de cantidades importantes de cistos de artemia.

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2 07/
7 13 www.fa
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/ 7283S05.htm

Producido por: Departamento de Pesca


Título: El pejerrey (Odonthestes bonariensis): métodos de créa y cultivo masivo...
Más información

5. POSIBILIDADES, LIMITACIONES Y PROBLEMAS QUE


AFECTAN EL DESARROLLO DE LAS DIFERENTES
MODALIDADES DE CULTIVO DEL PEJERREY EN SU ÁREA DE
DISPERSIÓN.
Como conclusión global se puede decir que el cultivo del pejerrey si bien no ha salido aún de la
fase de piscicultura de repoblación, ha evidenciado en los últimos años progresos sustanciales
sobre todo en las etapas de producción masiva de alevinos y juveniles, definición de sistemas
auxiliares de cultivo (especialmente nurseries convencionales y en sistemas cerrados de
recirculación) y técnicas que permiten incrementar la tolerancia a la manipulación por parte de
estos peces. Estos progresos son el resultado de la presión ejercida por el mercado y
sobretodo por una actividad agropecuaria que ve acotarse su crecimiento económico y
visualiza en la acuicultura del pejerrey un complemento importante en los ingresos de
campesinos o productores rurales.

Las considerables diferencias regionales determinarán en gran medida la dirección que adopte
el proceso en los diversos países: así factores como el precio pagado por el producto, la
incidencia de las pesquerías naturales (potencialmente muy importantes como es el caso de
los lagos Titicaca y Poopó) y el precio local de las carnes rojas, orientarán las modalidades
productivas hacia la adopción de sistemas más o menos intensivos.

Producción masiva de semillas. En las condiciones actuales representa uno de los cuellos de
botella que pueden restringir la expansión de la actividad. Es necesario mejorar la
sobrevivencia de los reproductores con los cuales se practica la freza artificial recurriendo a la
domesticación, selección genética y empleo de tranquilizantes. Es necesario poner a punto
técnicas que permitan el empleo de antiaglutinantes con el objeto de disminuir la pérdida de
ovas que se produce actualmente con el empleo de medios mecánicos de separación de las
mismas.

Evaluación de dietas artificiales. Al respecto tanto el contenido protéico como la composición


en ácidos grasos poli-insaturados de la dieta parecen ser dos de los aspectos más relevantes
a investigar.

Factibilidad económica. Como ejemplo de los elementos a tener en cuenta en el análisis


económico de la explotación de una granja de acuicultura en un sistema a dos niveles de
intensificación, pueden consultarse entre otras en Hepher y Pruginin (1981) las tablas
elaboradas por el Ministerio Israelí de Agricultura.

Definición de sistemas de cría acorde a las necesidades regionales. Considerando una tasa de
conversión de 2:1, los precios del alimento concentrado y los precios de venta del pejerrey en
países como Perú y Argentina, se observa para el primer país un margen de ganancia casi
inexistente. Para el caso argentino este margen es mayor. Los valores absolutos de insumos y
productos han variado mucho en los últimos meses por lo que es difícil llegar a conclusiones
de tipo cualitativo sin hacer un verdadero análisis de costo/beneficio y flujo financiero.

Es evidente que este margen de ganancia determina el tipo de cultivo y grado de intensificación
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que se le puede dar en cada país o zona. Las variables económicas (una vez acotadas las
variables biológicas) determinan la elección del nivel de intensificación en el diseño de los
sistemas de cultivo: desde un sistema básicamente extensivo a un sistema intensivo a alta
densidad, probablemente similar al empleado con salmónidos.

Debido a que la factibilidad de esta última alternativa aún no ha sido demostrada, entre otras
razones por que el pejerrey es una especie de crecimiento lento, resulta que para las
condiciones que prevalecen en los países a los cuales se ha hecho referencia alguna forma de
corral o cercamiento parcial, abonado orgánicamente, es el sistema más económico y eficiente
de producción de esta especie. La estimulación del desarrollo del zooplancton (alimento natural
por excelencia del pejerrey) puede ser complementada mediante el agregado de algún tipo de
alimento suplementario en forma de masa húmeda integrado por harinas vegetales de bajo
costo unidas por un binder. Tal práctica resulta de implementación inmediata en lagunas de
baja profundidad tales como las que constituyen el hábitat natural por excelencia del pejerrey.

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Producido por: Departamento de Pesca


Título: El pejerrey (Odonthestes bonariensis): métodos de créa y cultivo masivo...
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