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EL PEJERREY (Odonthestes
bonariensis):
METODOS DE CRIA Y CULTIVO MASIVO
por
Jorge L. Reartes
Casilla de correo 36
5152 V. Carlos Paz
Argentina
CONTENIDO
The designations employed and the presentation of the material in this publication do not
imply the expression of any opinion whatsoever on the part of the Food and Agriculture
Organization of the United Nations concerning the legal status of any country, territory, city
or area or of its authorities, or concerning the delimitation of its frontiers or boundaries.
Reartes, J.L.
El Pejerrey (Odontheseçtes bonariensis): Métodos de cría y cultivo
masivo.
COPESCAL Documento Ocasional. No. 9. Roma. 1995. 35p.
RESUMEN
CONTENIDO
1. INTRODUCCION
2. ANTECEDENTES BIOLOGICOS
2.1 Descripción
4.2.1 Cladóceros
4.3 Rotíferos
BIBLIOGRAFIA
How to Order
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1. INTRODUCCION
El pejerrey (Odontesthes bonariensis) es un pez atherínido apreciado en América del Sur,
especialmente Argentina, Uruguay, Sur de Brasil, Bolivia, Perú y Chile, países en los cuales es
considerado como un pez de consumo de primera calidad. En esta amplia región existen
pesquerías naturales las cuales son motivo de una intensa actividad extractiva;
constituyéndose asímismo en uno de de los principales trofeos de la pesca deportiva.
El pejerrey tolera una amplia gama de salinidades y calidad del agua lo que explica la amplitud y
variedad de su área de distribución actual, que va desde sus ambientes de origen, las lagunas
pampeanas en la Argentina, hasta los ríos y lagos de montaña en Bolivia y Perú y zonas
francamente subtropicales tales como el sur de Brasil.
La acuicultura del pejerrey sería factible en zonas de la pampa argentina que cuenta con unos
2 millones de hectáreas de lagunas con superficies que varían entre 20 a 60 ha hasta 100 y
más de 1 000 ha.
En ciertas zonas (depresión del Salado en la Pcia. de Buenos Aires, Sur de Córdoba) se
alcanza una densidad muy elevada de lagunas, distando entre ellas unos pocos kilómetros.
Estas lagunas en la mayoría de los casos han estado pobladas o han sido sembradas con
pejerreyes originando un tipo de explotación de carácter muy extensivo y aleatorio.
Probablemente uno de los principales determinantes para que subsista esta situación de
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Sólo en tiempos muy recientes se ha podido realizar el ciclo completo y ensayos de cría
masiva de pejerrey (Reartes, 1987; Reartes, et al., 1989) con la alimentación de larvas y
alevinos mediànte la producción masiva de alimento vivo, y la aplicación de métodos
adecuados de anestesia a los adultos. Actualmente se encuentra totalmente superado un
método seguro de producción masiva de pejerrey lo cual deja la puerta abierta al desarrollo de
la actividad.
Dado que los alimentos artificiales de origen comercial probados hasta el presente, no han
dado resultados satisfactorios, la adopción de métodos masivos de producción de alimento
vivo ha sido especialmente determinante en los avances logrados (Reartes. 1983; Reartes et
al., 1989).
No obstante en toda el área sudamericana de distribución del pejerrey, restan aún por realizar
progresos en aspectos de singular importancia para el desarrollo de su cultivo como alternativa
de producción. Así la obtención de ovas fecundadas depende aún exclusivamente de las
capturas de reproductores en ambientes naturales; es imperativa la constitución de stocks de
reproductores “domesticados” a partir de la segunda o tercera generación nacida en cautiverio.
La domesticación puede permitir la selección de caracteres deseables tales como velocidad de
crecimiento, tolerancia a la manipulación y resistencia a las enfermedades.
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2. ANTECEDENTES BIOLOGICOS
2.1 Descripción
La información siguiente es resumida de Lahille, 1929 y Nelson, 1984.
Cuerpo: alargado, fusiforme, más o menos comprimido. Costillas en relación con parapófisis
muy fuertes. Vértebras pueden variar de 32 a 60; faja plateada longitudinal lateral siempre
presente.
Linea lateral: dividida, nunca completa. A veces se ven a distintos niveles fragmentos de linea
lateral.
El aparato branquial: Opérculo sin espinas ni puntas; mejillas y piezas operculares escamosas.
Agallas anchas, membranas branquiostegas separadas del istmo. Cuatro branquias con un
surco detrás de la cuarta. Pseudobranquias presente.
Poseen dos aletas dorsales bien separadas. La anterior con tres a ocho espinas delgadas y
flexibles; la posterior membranosa. Aletas ventrales pequeñas mas o menos distantes de las
pectorales. Inserción de las pectorales muy elevada, encontrándose a nivel del ángulo postero
superior del opérculo. Aleta anal con una espina débil, caudal en horqueta.
El aparato digestivo: Premaxilares protráctiles; boca que se abre en embudo. Rastrillo branquial
con 5 pares de branquiespinas. Se calcula que la mayor eficiencia de filtrado se sitúa para
partículas desde alrededor de 1 mm. Poseen placas faríngeas para la trituración de moluscos y
crustáceos decápodos. El tubo digestivo: relación long. intenstino a longitud del cuerpo: 1.3.
Estómago corto, simple, un poco más ancho que el intestino. Sin ciegos pilóricos.
La vejiga natatoria: Presente, alargada, extendiéndose a menudo detrás del ano en un canal
formado por las vértebras caudales.
Coloración. Blancos, comúnmente con faja plateada muy brillante (estola) situada a lo largo de
los costados.
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Vila, I. y D. Soto. 1979. reportan ingestión de microalgas en la dieta de los pejerreyes en Chile:
especialmente diatomeas (Melosira granulata, Navicula sp). cianofíceas (Lyngbya sp.,
Oscillatoria sp) y Mycrocystis aeruginosa.
Esta ingesta de Mycrocystis por parte del pejerrey ha sido también observada en un embalse
artificial de la Argentina (Dique San Roque, Pcia. de Cordoba) cuyas aguas eutroficadas llegan
a cubrirse casi completamente con una capa de (Mycrocystis sp.). Se ha constatado que en
tales ocasiones el tubo digestivo de los pejerreyes se encuentra ocupado, frecuentemente a
repleción, por densos agrupamientos coloniales de estas microalgas. Debido a que en tales
circunstancias no existe prácticamente zooplancton (las cianofíceas coloniales son demasiado
voluminosas para poder ser filtradas por los microcrustáceos) y que por ende los pejerreyes se
encuentran sumamente debilitados, es muy probable que los mismos hayan acudido a la
ingesta de cianofíceas como recurso extremo. No se han realizado estudios para evaluar la
digestibilidad de cianofíceas en pejerrey; tal como ocurre en tilapias (Oreochromis niloticus y
O. mossambicus) las cuales pueden digerir cianofíceas (Microcystis) con una elevada
eficiencia de asimilación (Getachew, T. 1987).
El mismo grupo de trabajo estudia las variaciones del régimen alimentario a través de las
diferentes edades. Se reconocen cuatro etapas: 1) larval: consumo de vitelo 2) post-larval y
hasta los tres meses: microcrustáceos (Copépodos y Cladóceros). diatomeas y otras algas. 3)
hasta cuatro-cinco años: microcrustáceos planctónicos con algas; otros grupos. 4) más de
cuatro años: canibalismo.
Vera, J. et al. (1989), analizan los hábitos alimentarios del pejerrey en ambientes andinos.
Califica al pejerrey como eurífago, con acentuada tendencia carnívora e ictiófaga en análisis de
tubo digestivo realizados en la bahía de Puno del Lago Titicaca. En la zona pelágica del lago, el
alimento está constituido casi íntegramente por zooplancton (Daphnia y Boekella). En
ambientes lóticos de la región, la dieta del pejerrey se basa casi exclusivamente en insectos
acuáticos, a nivel de larvas y pupas principalmente Chironomidae como también Notonectidae
y Corixidae.
Freyre et al. (1983), establecen para la relación longitud-peso la ecuación cuya expresión
exponencial es la siguiente:
Rivas Plata y Llanos Urbina (1989) citan a Sarmiento et al. (1987) quienes establecen
relaciones longitud-peso separadamente para machos y hembras tanto en el lago mayor como
en el lago menor del Lago Titicaca. Las mismas al ser aplicadas para intervalos de L entre 100
y 270 mm dan valores del peso entre los cuales se encuentran comprendidos los obtenidos
mediante la aplicación de la ecuación de Freyre et al.
Del análisis de la información anterior y de la existente para otros ambientes, especialmente las
lagunas bonaerenses (Argentina) se pueden extraer conclusiones de importancia práctica. Así
para alcanzar la talla dentro de la cual caen el 95% de las capturas en el Lago Titicaca (20 cm
de log estandard y entre 95 y 100 g, se necesitarían entre 12 y 18 meses en condiciones
climáticas (las de la Argentina central) marcadamente menos rigurosas que las prevalecientes
en las regiones andinas.
Para los intervalos de talla comercializable más usual en la Argentina, por ejemplo 270 mm y
300 g, se necesitaría un lapso de dos a tres años.
reproducción.
Calvo, J. y Dadone, L. (1972), analizan las gonadas de 1062 reproductores de ambos sexos
capturados. Las conclusiones más importantes de los censos bimensuales efectuados entre
los meses de mayo y diciembre de 1965 se discuten a continuación.
El análisis de las gonadas mostró que el período de reproducción transcurre entre agosto y
noviembre (temperatura del agua en superficie: 13° a 21 C°) con un máximo situado en el
período octubre–noviembre. La talla mínima de los reproductores fluctuó entre 103 mm
(machos) y 194 mm (hembras).
Cuando se realizan los cálculos de fecundidad absoluta se encuentra que los valores obtenidos
son excepcionalmente altos para las hembras adultas y que cada hembra del reservorio tiene
en teoría la posibilidad de reproducirse al menos cinco veces durante el transcurso de su vida.
Para los testículos los valores del índice de madurez, relación de longitudes e índice gonadal
van disminuyendo desde el principio de la temporada de freza hasta el fin de la misma, lo cual
podría indicar un estado de emisión continua o casi continua de esperma durante la época del
desove, con progresivo agotamiento del testículo.
Las ovas maduras libres en el lumen ovárico son de un diámetro de 1.65 a 1.88 mm,
translúcidas, de color amarillo limón pálido con tintes verdosos; presentan gotas de aceite
aumentadas de tamaño y reunidas en un solo grupo; los filamentos coriónicos están sueltos.
El pejerrey muestra dos períodos de actividad sexual: uno muy intenso en primavera y otro
menos notorio en otoño. En la freza primaveral están involucradas la casi totalidad de las
hembras.
Muchas de las hembras que desovan entre agosto y setiembre vuelven a frezar entre octubre y
diciembre. Aunque la mayoría de las hembras desovan por lo menos una vez en primavera,
solo la mitad de las mismas frezan en otoño nuevamente.
El análisis de la composición por tallas de las hembras maduras indica que las clases
menores desovan a principios de la primavera, época durante la cual se observa un correlativo
descenso en el Indice Gonadal (IG) en general, así como en el diámetro y número de las ovas,
causado por el incremento porcentual de hembras de mayor tamaño dentro del grupo de las
maduras.
Debemos agregar que durante ensayos de cría en estanques del pejerrey, se determinó que en
peces sembrados como larvas, luego de transcurridos algo más de nueve meses
(exactamente entre 270 y 280 días de edad) fue posible realizar el desove de hembras
maduras (10% de las hembras) y fecundación artificial de las ovas (Reartes, 1987). En tal
momento los índices de madurez para machos alcanzan su máximo para un 80% de los
individuos.
Los autores establecen que en la época de reproducción las hembras y machos maduras se
concentran en las zonas de tosca. Se llega a una conclusión similar con los machos maduros
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Hepher y Pruginin (1981) señalan que el pejerrey al ser introducido en Israel como pez de
cultivo en estanques (actividad que no prosperó) mostró, bajo tales condiciones, ser muy
susceptible a la infección por Lerneae. En la Argentina central ha sido frecuentemente señalada
la infestación de pejerreyes por Myxosoma cerebralis, la cual puede llegar a afectar hasta el
100% de los individuos examinados.
Entre las aves predadoras merecen destacarse el benteveo (Pitangus sulphuratus). el martín
pescador grande (Megaceryle torquata), el martín pescador chico (Chloroceryle sp), los
cormoranes o biguaces (Phalacrocorax olivaceus) y las garzas (Nycticorax). El benteveo es
especialmente audaz y en el caso de estanques nurseries si los mismos no están protegidos
por redes puede diezmar los cultivos de alevinos y juveniles. El martín pescador preda
asímismo sobre peces de mayor tamaño pero es más fácil disuadirlo mediante la colocación
de líneas longitudinales de alambre liso sobre la superficie del estanque (situados unos 50 a 70
cm de distancia entre sí). Para el caso de estanques mayores y represas se debe apelar a
balones inflables ahuyentadores.
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En 1954, una guía práctica completa desarrolla los diferentes temas que componen la técnica
de cultivo desde la captura de reproductores hasta la alimentación de alevinos y su cultivo en
estanques y presas. 40 años después el cultivo artificial de especímenes de zooplancton
permite un avance notable en el desarrollo de las técnicas de cultivo.
Al respecto, Vera Rivas y LLanos Urbina (1989) realizan una revisión del estado de la
acuicultura del pejerrey en los diversos países de la región, trabajo del cual se extrae el
siguiente resumen: Brasil: básicamente se trata de incrementar la productividad natural
mediante la siembra y repoblación de lagos y embalses e intentos de producción en corrales.
Al respecto (Viruez Mardini y Porto da Silva, 1979) describen la práctica del abonado orgánico
de pequeños embalses y la distribución en los mismos de alimento artificial de elaboración
artesanal a guisa de complemento del alimento natural. Uruguay: producción artificial de
alevinos para la repoblación. Bolivia: como acuicultura de repoblación. Perú: se practica la
piscicultura de repoblación desde 1978. Se realizan campañas de siembra y resiembra en
lagos y lagunas de varios Departamentos del país.
Los cambios más significativos se han producido en escalas que podríamos calificar de piloto
con la demostración de la posibilidad de producir cornalitos en estanques abonados
orgánicamente: se obtuvieron producciones de hasta 600 kg/ha en un período de algo más de
cuatro meses mediante el sólo empleo de abonos orgánicos y sin complementar con alimento
artificial (Reartes, 1987). Pero especialmente se ha mejorado sustancialmente la producción
masiva de larvas y alevinos adoptando sistemas intensivos de recirculación y el empleo de
alimento vivo cultivado (Reartes, 1983; Reartes et al., 1989).
próspera pesquería. En momentos en que la laguna de Mar Chiquita tenía una salinidad de
aproximadamente el doble de la actual su composición en sales era la siguiente (Durigneux, J.
1978):
Cloruro de
60.300 grs/l
sodio
Sulfato de sodio 13.500 grs/l
Sulfato de
1.800 grs/l
calcio
Sulfato de
1.780 grs/l
magnesio
Cloruro de
0.540 grs/l
potasio
Cloruro de litio 0.061 grs/l
Dureza total
O2mg/l
Período Temp °C pH CO2 mg/l N-NH3 mg/l mg/l *
(min) CaCO3
Verano 18–30 1.2 8–10 0–51 0.2–1.4 90–205
Invierno 8–15 Sat. 8–10 0–95 0.2–1.5 125–189
Como es de esperar, la disminución del carbónico coincide con las horas de mayor actividad
fotosintética. Los niveles elevados de anhídrico carbónico son propios de ambientes sometidos
a procesos de eutroficación y su tolerancia por parte de los pejerreyes puede atribuirse a que
estos peces viven normalmente en lagunas bajas de fondo plano normalmente ricas en detritos
sometidos a diversos grados de descomposición en condiciones favorables para la generación
de gas carbónico. La misma reflexión es válida en lo concerniente al N-amónico. Con respecto
a la temperatura, los pejerreyes parecen evitar las temperaturas por encima de los 30°. Por
otra parte toleran sin sufrir consecuencias negativas el congelamiento temporal de la superficie
del estanque.
Se efectuó el análisis del alimento (porcentajes de frecuencias) sobre el contenido del tubo
digestivo de los pejerreyes sembrados en los estanques al alcanzar entre 40 y 140 días de
edad.
Los pejerreyes habían sido sembrados como larvas en medio enriquecido orgánicamente
mediante la adicción de guano de vacuno, práctica que estimula el desarrollo del zooplancton
(compuesto principalmente por Cladóceros). Las determinaciones de biomasa de zooplancton
alcanzaron un máximo de 1.68 g/m 3.
Estanque
Zoopl.% Veget.% Insectos% Arañas% Indet.%
no
1 92.9 78.6 35.7 --- 64.3
6.7 40.0 2 93.3 53.3 26.6
Las algas verdes filamentosas se adhieren a las paredes de los estanques; entre las mismas
es frecuente observar la presencia de densos agrupamientos de cladóceros, especialmente
Simosa, por lo cual es muy probable que los peces ingieran estas algas al atrapar los
cladóceros.
Para el caso analizado, la baja o a veces nula presencia de copépodos en los tubos digestivos
refleja la composición del zooplancton más bien que una preferencia del pejerrey. En los
estanques abonados con guano de vacuno los copépodos se encuentran ausentes en su casi
totalidad. En experiencias realizadas posteriormente con cultivos de zooplancton en estanques
(2 500 l) de cemento en los cuales también se empleó guano de vacuno a tasas elevadas (con
ausencia de peces) se corrobora esta presunción dado que los copépodos estaban totalmente
ausentes pese a haber sido inoculados inicialmente conjuntamente con cladóceros. Al cambiar
el método de abonado de manera de estimular el desarrollo de clorófitas, los copépodos
desplazan casi totalmente a los Cladóceros.
Los pejerreyes de criadero, tanto los juveniles como los adultos, rápidamente se acostumbran
a comer alimento artifical en forma de masa húmeda colocada en bandejas dentro del
estanque.
El pejerrey puede ser habituado a ingerir alimento seco peletizado. (Observación personal).
Este propósito se logra con peces nacidos en cautiverio empleando alimento balanceado de
origen comercial formulado para truchas. Pejerreyes desde los 65–70 g de peso aceptan ser
alimentados con granulados elaborados para truchas adultas.
b. Disponer las ovas en capas simples, separadas para facilitar una conveniente aireación.
Ante todo los lotes de ovas destinados al transporte deben tener los ojos bien visibles y
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pigmentados. En este estadío las ovas toleran muy bien la manipulación, reduciendo al mínimo
las pérdidas. Las ovas embrionadas se disponen en artesas. Por ejemplo en una artesa de 20
× 25 cm pueden acomodarse unas 15 000 ovas.
De todos los estadíos de desarrollo de la especie, los alevinos con vesícula son los más fáciles
de transportar; también se realiza exitosamente el transporte de juveniles de entre 2 y 5 cm de
longitud. Las dificultades se acrecientan y la sobrevivencia disminuye para las tallas mayores
las cuales son especialmente sensibles.
Stress: como hemos mencionado reiteradamente los pejerreyes son especialmente sensibles
a la manipulación, la cual se hace inevitable durante el desarrollo de las operaciones asociadas
con el transporte. El stress resultante puede causar pérdidas totales, parciales o una
mortalidad diferida luego del arribo. Acorde a nuestras observaciones realizadas bajo
condiciones de confinamiento en estanques de cemento (15 × 3 m y 1.2 m de profundidad) la
mortalidad diferida puede prolongarse hasta más allá de las dos semanas posteriores al
traslado. Al respecto cabe señalar que a diferencia de lo que sucede con otros peces, la
proporción de pejerreyes muertos que flotan en superficie es muy baja o nula, sufriendo
descomposición total en el fondo: ante esta falta de evidencia en contrario, es fácil diagnosticar
equivocadamente una elevada tasa de sobrevivencia. El origen de los pejerreyes, ya sean
provenientes de criaderos o silvestres capturados en ambientes naturales, incide
marcadamente en la sobrevivencia de los mismos.
Los peces silvestres en cambio son muy afectados por el stress y ambos tipos de mortalidad,
inmediata y diferida, pueden llegar a afectar conjuntamente hasta el 100% de los integrantes de
un grupo capturado en ambientes naturales.
Temperatura: de manera similar a lo que sucede con otras reacciones biológicas, el consumo
de oxígeno se incrementa al aumentar la temperatura. El empleo conjunto de cajas aislantes de
tergopol y hielo es suficiente para transportes de corta duración.
Amonio: los peces eliminan el amonio metabólico principalmente a través de las branquias. Se
trata de un veneno biológico que en el estanque deriva de la descomposición de restos de
comida, excretas, etc. Determinan la tasa de excreción de amonio por parte de los peces, tanto
la temperatura como el tiempo transcurrido desde la última ingesta de alimento. El descenso
de la temperatura trae aparejado el doble beneficio de hacer bajar tanto la tasa de excreción de
amonio como la de consumo de oxígeno.
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Cuando sea posible, es conveniente mantenerlos 24 y 48 (de acuerdo a la talla) horas antes de
su transporte en jaulas en las cuales circula agua limpia y se suspende la alimentación.
Algunos autores (Piper et al., 1982) aconsejan el empleo de buffers para minimizar las
variaciones en el pH durante el transporte. Se recomienda especialmente un buffer orgánico,
además de buffers inorgánicos tales como los fosfatos, el trihidroximetilaminometano; la tasa
de aplicación fluctúa entre 1.3 y 2.6 g/l.
Anestésicos: el empleo de anestésicos tiene como objetivo bajar la actividad metabólica de los
peces; como efectos benéficos se producen descensos en el consumo de oxígeno, la
excreción de desechos nitrogenados y la producción de carbónico. (Piper et al., 1982).
Se adapta muy bien al envío de reducidas cantidades de peces de pequeño tamaño. El saco de
polietileno se llena con ⅓ de agua y se inflan con oxígeno los 2 tercios restantes. Para alevinos
de 3 a 4 cm de longitud se recomienda una tasa 10 alevinos por litro de agua (Bertoletti, J.
1985). Los sacos con peces, una vez cerrados, se colocan en cajas de tergopol, pudiéndose
agregar hielo en el fondo de las mismas. Tal densidad deberá disminuirse a la mitad si la
duración del viaje es superior a las 12 horas o la temperatura ambiente es muy elevada
(Bertoletti, J. 1985). De todas maneras, a igualdad de condiciones se debe tener en cuenta que
en un mismo volumen de agua podrá colocarse menor peso total de peces de pequeña talla
que de tallas mayores en razón de la más elevada tasa metabólica de los peces jóvenes.
En este tipo de operaciones no se emplean redes de arrastre dado que es muy disímil el
tamaño de los ejemplares capturados mediante este arte. Se emplean redes fijas verticales,
cuyas mallas se ajustan al tamaño de los reproductores que se deseen obtener. Las redes
pueden calarse por la tarde para levantarlas a la mañana siguiente o bien simplemente efectuar
lances en semicírculo (“rodeos”) en el mismo momento de iniciar las operaciones para llegar a
producir el desove artificial. A medida que se van desenmallando los ejemplares se hace la
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Las ovas de pejerrey son adherentes y forman grupos compactos que en general se separan
empleando tijeras para cortar los filamentos, una vez cumplido el proceso de hidratación. Tal
procedimiento trae asociada la destrucción de un importante porcentaje de las ovas obtenidas.
Por su parte Pinto Paiva y Scheffer (1978) incubando ovas de pejerrey sin ejercer control sobre
la temperatura del medio, encuentran que los mejores índices de eclosión se dan para
temperaturas que fluctuaron entre 9 y 17 C° con una media de 14 C°, las ovas eclosionaban
cuando han acumulado 280 C° en unidades térmicas.
Alevinos muertos al
Ovas Lapso días
Temp. Inc. J nacer
Una alternativa a la incubación en jarras con circulación constante de agua es descrita por
Viruez Mardini y Porto da Silva (1979). Se trata de un recurso válido para circunstancias
especiales: las ovas son transportadas desde el centro o estación de piscicultura hasta su
destino donde es finalizado el proceso de incubación. Las ovas oculadas (probablemente en
pequeña cantidad, si bien los autores no lo mencionan) son colocadas en una fuente enlozada
la cual se recubre con una malla plástica de entre 5 y 10 mm de abertura. El conjunto se
coloca en el fondo del estanque o reservorio en un lugar con más de 50 cm de profundidad y al
abrigo de corrientes de importancia. Los alevinos son protegidos por la malla a través de la cual
pueden abandonar el recipiente una vez reabsorbida la vesícula.
Los alevinos son mantenidos en acuarios de PVC (35 × 105 × 35 cm = 128 l de capacidad).
Cada acuario tiene una entrada individual de agua que es recirculada mediante pequeñas
bombas centrífugas a través de un filtro de arena de alta presión o un filtro de goteo, acorde a la
carga de peces. Como primera alimentación se emplean nauplios de artemia, o mejor aún
rotíferos (Brachionus sp).
Una vez desarrollado el cultivo de microalgas se inocula con Brachionus los cuales en
condiciones adecuadas de temperatura (por encima de 17 C°) se producirán en forma masiva
y continua. En tal caso un tanque de 500 l produce los rotíferos suficientes para alimentar entre
7 000 y 10 000 alevinos simultáneamente. La densidad de rotíferos en los tanques de alevinos
se mantiene alrededor de los cinco individuos por ml.
Transcurrido un período que fluctúa entre 5 días y una semana, los rotíferos pueden ser
gradualmente reemplazados por nauplios recién eclosionados de Artemia. La alimentación con
nauplios de artemia se continúa hasta que los alevinos tienen unos 15 días de edad, momento
en que pueden a su vez reemplazarse gradualmente ya sea por alimento vivo (copépodos,
pequeños cladóceros) o bien por alimento artificial.
Como resultado de variaciones locales se pueden producir camadas de larvas cuyo tamaño
permite prescindir de la etapa de rotíferos y comenzar directamente con nauplios de artemia.
Pasados las dos o tres primeras semanas de vida se reemplazan gradualmente los nauplios
de artemia por alimento vivo de mayor tamaño.
Se utilizó un sistema cerrado de cultivo con un volumen de unos 3 000 l constituido por seis
estanques de PVC de 65 l de capacidad cada uno, en los cuales se mantuvieron los grupos
individuales de alevinos en experimentación; el filtrado biológico se realiza a través de un filtro
húmedo de goteo provisto de matrices de PVC. El filtro está diseñado para trabajar
eficientemente con una carga máxima de hasta un kg diario de alimento artificial.
Todas las dietas se probaron por duplicado; en consecuencia se utilizaron seis estanques
experimentales en total. El peso y la longitud promedio de los alevinos se midieron
semanalmente sobre muestras de 50 individuos extraídas de cada unidad experimental. Los
peces eran repuestos al estanque de origen una vez medidos y pesados. Diariamente se
contaban y medían los peces muertos en cada uno de los tanques.
Al promediar la segunda semana de cultivo, la mortalidad entre los peces alimentados ya sea
con micropellets o con hígado molido fue casi diez veces superior a la mortalidad registrada
entre los alevinos alimentados con zooplancton (Table 4). Asímismo el análisis de varianza
muestra que los pesos de los alevinos alimentados con zooplancton son significativamente
superiores a los alimentados con las restantes dietas (F obs = 87.16 427 para 2 y 188 grados
de libertad)
Un análisis de varianza realizado para comparar los efectos de los micropellets y del hígado
molido sobre el peso medio de los alevinos experimentales no evidenció diferencias
significativas entre ambos tratamientos. En la Tabla 4 se resumen los resultados de las
experiencias. Innegablemente el zooplancton resulta el alimento de elección cuando se trate de
criar cantidades moderadas a pequeñas de alevinos.
Viruez Mardini, C. y C. Porto da Silva (1979) aconsejan el empleo de dietas artificiales para
complementar el alimento natural; en la composición de las mismas entran harinas animales y
vegetales con una pasta húmeda la cual se coloca en el fondo del estanque.
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Seguidamente se describen las experiencias realizadas por el autor (Reartes, 1987) Las
mismas fueron realizadas en estanques de cemento (15 ×3 m y 1.2 m de profundidad) en la
Estación de Piscicultura del Dique San Roque, Pcia. de Córdoba, Argentina.
Otro de los problemas a solucionar está representado por la carencia de fuentes confiables de
producción de alevinos destinados a la venta a los potenciales productores en la cantidad que
la actividad lo requiera. Las ventajas potenciales del desarrollo de una acuicultura de fases
juveniles de pejerrey son evidentes. En algo más de 4 meses, con el sólo insumo representado
por la distribución de abono y la eventual aireación mecánica del medio se obtienen en
términos absolutos entre 450 y 590 kg de producto de excelente calidad, buena demanda y
precio similar al que se paga por los adultos.
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Para el caso de los canales rectangulares (0.30 × 0.45 × 5.00 m) las jaulas (en forma de
prisma) eran recorridas por un caudal continuo de agua de alrededor de 40 l por minuto.
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Muchos de estos PUFA son esenciales para larvas y alevinos de peces. Asímismo las
microalgas constituyen invalorables fuentes naturales de vitaminas y pigmentos. Todas estas
razones inciden en el incremento del empleo de microalgas en acuicultura.
Una de las microalgas mas fáciles de cultivar y de las mas empleadas en acuicultura es la
cianofícea Spirulina platensis. Las ventajas de mantener un cultivo propio de microalgas
residen en la facilidad de acceso a un producto fresco de bajo costo de producción. Los
alevinos de pejerrey al igual que lo documentado para otras especies marinas y de aguas
salobres, responden muy favorablemente a la inclusión de entre un 1 y un 3% de Spirulina en
su dieta.
Si bien es cierto que las microalgas forman asociaciones simbióticas con bacterias a escala
de comunidad (por ejemplo estanques de peces), en un cultivo uniespecífico de microalgas es
conveniente crear condiciones que desalienten el desarrollo incontrolado de bacterias las
cuales de otra manera acabarían con el mismo.
Es posible mantener en producción cultivos de algas en escala suficiente para responder a las
demandas de una piscicultura de pejerrey si pueden emplearse los siguientes requisitos:
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Es necesaria la existencia de un razonable aislamiento del cultivo del medio externo con
el fin de minimizar los riesgos de contaminación con bacterias, polvo, insectos, etc.
En lo que respecta a los parámetros biológicos, el cultivo debe mantenerse dentro de lo posible
en el rango de condiciones que definen un estado estacionario (Vonshack, A y A. Richmond,
1988) y estar atento a la proliferación de bacterias, protozoarios y rotíferos. Ciertos
constituyentes bioquímicos de las microalgas pueden ser empleados como estimadores de
biomasa, entre ellos la determinación de la clorofila a y proteínas, los cuales se agregan a la
determinación de peso seco.
Semanalmente se cosecha el 50% del volumen (unos 45 l); contenido que es filtrado sobre
tamiz de 20 micrones; el 50% restante es empleado para iniciar un nuevo cultivo. Las algas
cosechadas se acidifican ligeramente (ácido sulfúrico al 3%) y se disponen en capas de 1 a 3
mm. de espesor para ser deshidratadas. El proceso de deshidratación (hasta un contenido
húmedo menor al 5%) se puede cumplir ya sea al sol o en un horno regulado a 40°C. Las
escamas deshidratadas así obtenidas son molidas hasta fino polvo en un molinillo doméstico.
El producto resultante (listo para ser empleado como aditivo en la dieta de peces) se almacena
en frascos de vidrio oscuro en un lugar fresco y seco.
Dado que la agitación del medio se produce mediante la acción del aire y que éste es provisto
por aireadores de acuario de bajo consumo (9 watts), en este caso el mayor costo de
producción en el sistema (US$ 13/kg en peso seco de Spirulina producida) está representado
por el consumo de sales que integran el medio de cultivo.
Los grupos integrantes del zooplancton cuyo cultivo es conveniente para ser destinados a la
cría de alevinos y juveniles de pejerrey son: el rotífero Brachionus plicatilis y cladóceros
pertenecientes al género Daphnia o Ceriodaphnia. Seguidamente se analizan los fundamentos
de sus respectivos métodos de cultivo y la manera en que se integran a la producción masiva
del pejerrey.
4.2.1 Cladóceros
Los cladóceros son microcrustáceos filtradores de pequeño tamaño que en el caso del género
Daphnia varía para los ejemplares adultos entre 1 y 3 mm de longitud. Las características de
los cladóceros que los hacen aptos para su empleo en acuicultura derivan de sus múltiples
ventajas: pequeño tamaño y ciclo de vida relativamente corto dado que maduran y se
reproducen en pocos días, de manera que se cuenta en un tiempo reducido con un número
importante de individuos. Debido a que su reproducción puede ser limitada a la producción de
hembras por partenogénesis, es posible mantener cultivos con constancia génica. A las
anteriores características debemos agregar su valor nutritivo: alrededor de 60% de contenido
protéico constituido por proteínas de elevada calidad biológica.
Algunos datos sobre la biología de Daphnia (Anderson y Jenkins, 1942; Hebert, 1978) se
resumen a continuación:
Varios autores han encontrado que los detritos (encapsulados por bacterias) se constituyen en
el principal componente de la dieta de Daphnia (Nadin Hurley & Duncan, 1976; Tappa, 1965)
siendo las microalgas importantes sólo durante el período de floraciones (“blooms”) (Nadin
Hurley & Duncan, 1976).
Aquí cabe recordar el concepto de detrito el cual engloba a todo tipo de material biogénico en
varias etapas de descomposición microbiana (Darnell, 1964). Algunos de los métodos más
exitosos y antiguos en acuicultura emplean guanos animales los cuales por la acción de los
microorganismos del agua se convierten en detritos, incrementándose sustancialmente la
productividad natural del ambiente.
Los guanos animales (vacunos y de aves de corral) constituyen alimentos de muy pobre
calidad en el momento en que ingresan al estanque de cultivo. Allí se transforma en un alimento
de excelente calidad. Como explicación (Schroeder 1987) se deben tener en cuenta algunos
elementos total o parcialmente dilucidados del proceso mediante el cual se produce una
sustancial mejora en la calidad nutritiva de los detritos.
En efecto el proceso microbiano tiene lugar en su mayor parte bajo las condiciones
anaeróbicas existentes a nivel del sedimento; en este ambiente anóxico la fermentación de la
materia orgánica que integra los detritos da como resultado que gran parte del carbón original
sea convertido en compuestos orgánicos de bajo peso molecular, existiendo la posibilidad
cierta de que los mismos representen un alimento de muy buena calidad para los animales que
los ingieran usualmente.
Se puede agregar que, al comparar el efecto de la aireación del medio en cultivos de Daphnia,
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En cuanto a la acción específica de los taninos es probable que la misma sea debida a su
condición de modificadores ambientales, es decir compuestos que influencian la tasa o la
sincronía de la actividad microbiana sobre otros recursos. (Anderson, J. 1987), pp: 123–147).
El rol de los microrganismos en la alimentación de Daphnia fue investigado por Tezuka (1974)
en un cuidadoso experimento durante el cual se brindó a los cladóceros dietas constituidas por
el protozoario Paramecium caudatum (tamaño promedio 70 × 220 u) o de una combinación de
éste con bacterias. Se encontró que el ritmo de alimentación de Daphnias adultas era
independiente de la concentración del alimento (Paramecium). sugiriendo que D.pulex preda
activamente sobre los protozoarios. Pero si bien los adultos pueden alimentarse solamente de
protozoarios, el tamaño considerable de éstos impide que los estadíos juveniles del cladócero
puedan ingerirlos. Anteriormente había sido demostrada la incapacidad de Daphnia pulex para
reproducirse cuando es criada sobre cultivos bacterianos puros (Tezuka, 1971 citado en
Tezuka 1974) En consecuencia el autor probó una dieta mixta consistente en P. caudatum y
bacterias. Se concluye que D. pulex puede crecer y reproducirse durante varias generaciones
cuando es alimentada con una dieta consistente en una mezcla de P. caudatum y bacterias. La
capacidad de Daphnia para ingerir presas del tamaño de P. caudatum podría explicarse debido
a que estos protozoarios son muy plásticos y por ende susceptibles de sufrir deformaciones
las cuales facilitarían su ingesta.
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número máximo de crías por camada observado para Daphnia cephalata (long del caparazón:
5.5 mm) llega hasta 295 individuos, mientras que para D. magna (long. 4.1 mm) es de 110
individuos por camada.
El número de huevos producido por hembra adulta depende de la ingesta alimenticia. Si esta
ingesta sólo es suficiente para balancear los requerimientos energéticos, no habrá producción
de huevos. Individuos que no se reproducen o que lo hacen a tasas muy reducidas son
frecuentes en cultivos de laboratorios en los cuales la cantidad de alimento disponible está
limitada por alguna cirscunstancia.
En dos especies del género Daphnia (D. cephalata y D. middendorffiana) hay una
partenogénesis obligatoria. Dichas especies producen efipias que no necesitan ser fertilizadas
para su desarrollo y hay una ausencia de machos durante la formación de efipias.
En todas las especies de Daphnia las efipias juegan un importante rol tanto en la colonización
de nuevos habitats como en el repoblamiento del mismo habitat luego que las condiciones
desfavorables que les dieron origen han desaparecido.
De manera similar a lo que sucede con otros organismos existen numerosos sistemas de
cultivo para cladóceros especialmente de especies pertenecientes a los géneros Daphnia y
Moina que parecen ser los más aptos al respecto.
Los desechos agrícolas tales como salvados de cereales y guanos de animales de granja han
evidenciado una potencialidad aún no suficientemente desarrollada en la producción masiva de
zooplancton. Así en experiencias piloto diseñadas con la finalidad de cotejar la influencia de
salvado de arroz y agua de lavado de porquerizas en la producción masiva de Daphnia magna
(Reartes, 1983) se alcanzó una densidad máxima de 11 950 indiv/l en algo más de dos meses
(Figura 2), para lo cual se emplearon 3.5 grs de salvado de arroz por día y por litro de cultivo
(Figura 3).
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Una vez que la calidad del medio ha evolucionado y el mismo puede calificarse como
biológicamente activo, se procede al repicaje con cladóceros provenientes de otros
cultivos. Los indicadores de calidad son tanto de naturaleza química (niveles de amonio,
nitritos, nitratos, sulfídrico, oxígeno y taninos entre otros) como físico-química (pH,
potencial redox) y biológica (DBO, recuentos de colonias bacterianas, etc). Con el
tiempo, al adquirir progresivamente experiencia, la práctica del acuicultor reemplazará a
la necesidad de realizar muchas de las determinaciones anteriores de manera
sistemática.
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Dado que, tal como hemos analizado previamente, las clorófitas cuando se las considera
como grupo producen resultados aleatorios sobre los cultivos de cladóceros, es esencial
desalentar vía manejo del medio de cultivo la predominancia de este grupo de algas, lo
cual, de acuerdo con nuestra experiencia, es perfectamente factible aun trabajando a
escala considerable (tanques de 45 metro cubicos por ej.)
Mediante el empleo de estiércol vacuno, para tanques de 3 000 lts cuya agua se
mantiene a una temperatura promedio de entre 17.5 y 19.5°C, se cosechan
cotidianamente una media de entre 12 y 16 g (peso húmedo, con 92% de agua) de
cladóceros sin que la población se vea afectada. La cantidad anterior corresponde a la
cosecha diaria proveniente del filtrado de 1 m 3 del agua del tanque de cultivo. (Tabla 7).
Los cladóceros recogidos pueden ser filtrados por tamices de distintas aberturas de
malla para obtener alimento adecuado para las diversas tallas de alevinos de pejerrey. Si
bien los estanques anteriormente mencionados se encuentran bajo invernadero, dado
que la demanda de alimento vivo se produce en primavera, las tasas anteriores no son
afectadas sensiblemente cuando se aplican a cultivos externos en tanques de 45 metros
cúbicos en los cuales se obtienen valores similares en peso fresco de zooplancton
(Reartes, 1987).
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4.3 Rotíferos
Los rotíferos pertenecen al Phylum Aschelminthes, Clase Rotatoria, Orden Monogonta y
Familia Brachionoidea. B. plicatilis es un organismo de distribución cosmopolita.
Los cistos son acarreados y dispersados fácilmente por el viento, agua o adheridos al plumaje
de las aves. B. plicatilis es un organismo cosmopolita encontrándoselo tanto en estuarios y
ambientes marinos costeros como en lagos y lagunas saladas. Se desenvuelve bien en una
amplia gama de condiciones ambientales:
El tipo más avanzado responde al modelo del quemostato. El alimento es adicionado en forma
continua a medida que se va realizando la cosecha. Es también el método más eficiente. El
mejor alimento son las microalgas vivas, no obstante lo cual también se utilizan las levadura
enriquecidas en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga.
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En China se emplean grandes estanques de entre 1 000 y 2 000 m 2 los cuales son llenados
con agua al 18 por mil de salinidad, abonados e inoculados. El llenado y abonado se realiza en
la época de reproducción de peces y camarones
Las ventajas que reporta el empleo de rotíferos como alimento inicial de larvas de pejerrey (y de
otros peces) derivan del hecho de ser un alimento vivo de pequeño tamaño, fácil de producir y
cosechar masivamente. Además de poseer el tamaño adecuado y constituir un alimento de
excelente calidad biológica, los rotíferos proveen de enzimas proteolíticas de las cuales el aún
rudimentario sistema digestivo de las larvas de peces puede carecer en esta temprana etapa,
con lo cual ayudan a la propia digestión del rotífero y de otros alimentos. Debido a que es un
filtrador no selectivo se emplea para bioencapsular desde antibióticos hasta aditivos
alimenticios. Su producción en grandes cantidades es más barata y menos engorrosa que la
incubación masiva de cantidades importantes de cistos de artemia.
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Las considerables diferencias regionales determinarán en gran medida la dirección que adopte
el proceso en los diversos países: así factores como el precio pagado por el producto, la
incidencia de las pesquerías naturales (potencialmente muy importantes como es el caso de
los lagos Titicaca y Poopó) y el precio local de las carnes rojas, orientarán las modalidades
productivas hacia la adopción de sistemas más o menos intensivos.
Producción masiva de semillas. En las condiciones actuales representa uno de los cuellos de
botella que pueden restringir la expansión de la actividad. Es necesario mejorar la
sobrevivencia de los reproductores con los cuales se practica la freza artificial recurriendo a la
domesticación, selección genética y empleo de tranquilizantes. Es necesario poner a punto
técnicas que permitan el empleo de antiaglutinantes con el objeto de disminuir la pérdida de
ovas que se produce actualmente con el empleo de medios mecánicos de separación de las
mismas.
Definición de sistemas de cría acorde a las necesidades regionales. Considerando una tasa de
conversión de 2:1, los precios del alimento concentrado y los precios de venta del pejerrey en
países como Perú y Argentina, se observa para el primer país un margen de ganancia casi
inexistente. Para el caso argentino este margen es mayor. Los valores absolutos de insumos y
productos han variado mucho en los últimos meses por lo que es difícil llegar a conclusiones
de tipo cualitativo sin hacer un verdadero análisis de costo/beneficio y flujo financiero.
Es evidente que este margen de ganancia determina el tipo de cultivo y grado de intensificación
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que se le puede dar en cada país o zona. Las variables económicas (una vez acotadas las
variables biológicas) determinan la elección del nivel de intensificación en el diseño de los
sistemas de cultivo: desde un sistema básicamente extensivo a un sistema intensivo a alta
densidad, probablemente similar al empleado con salmónidos.
Debido a que la factibilidad de esta última alternativa aún no ha sido demostrada, entre otras
razones por que el pejerrey es una especie de crecimiento lento, resulta que para las
condiciones que prevalecen en los países a los cuales se ha hecho referencia alguna forma de
corral o cercamiento parcial, abonado orgánicamente, es el sistema más económico y eficiente
de producción de esta especie. La estimulación del desarrollo del zooplancton (alimento natural
por excelencia del pejerrey) puede ser complementada mediante el agregado de algún tipo de
alimento suplementario en forma de masa húmeda integrado por harinas vegetales de bajo
costo unidas por un binder. Tal práctica resulta de implementación inmediata en lagunas de
baja profundidad tales como las que constituyen el hábitat natural por excelencia del pejerrey.
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