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Trabajo de Investigación
Cuarto Semestre
Sección “E”
Derecho Penal I
26/10/20
Teoría del delito
La teoría del delito estudia los presupuestos de hecho y jurídicos que deben
concurrir para establecer la existencia de un delito, es decir, permite resolver
cuando un hecho es calificable de delito.
Es un sistema categorial clasificatorio y secuencial en el que, peldaño a peldaño,
se van elaborando, a partir del concepto básico de la acción, los diferentes
elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del delito.
Históricamente, se puede hablar de dos enfoques principales a la hora de abordar
este concepto: la teoría causalista del delito y la teoría finalista del delito.
Para la explicación causal del delito, la acción es un movimiento voluntario, físico o
mecánico, que produce un resultado previsto por la ley penal sin que sea
necesario tener en cuenta la finalidad que acompañó a dicha acción. Esta
corriente atiende, principalmente, a los elementos referidos al desvalor del
resultado, es decir, a la lesión o puesta en peligro de un bien jurídico; en cambio,
la teoría finalista del delito considera que cualquier conducta humana se rige por
una voluntad cuya manifestación exterior no puede dejar de ser tenida en cuenta a
la hora de valorar el hecho delictivo. Este punto de vista pone mayor énfasis en el
desvalor de la acción, es decir, en el reproche sobre el comportamiento del
delincuente, sea este intencionado (dolo) o negligente (culpa).
La mayoría de los países de la tradición jurídica de Derecho continental utilizan la
teoría finalista del delito. A partir de los años 90, en Alemania, Italia y España,
aunque parece imponerse en la doctrina y jurisprudencia la estructura finalista del
concepto de delito, se ha iniciado el abandono del concepto de injusto personal,
propio de la teoría finalista, para introducirse paulatinamente las aportaciones
política criminal|político-criminales de un concepto funcionalista del delito
orientado a sus consecuencias. Quizá la aportación más significativa a la teoría de
delito del funcionalismo moderado sea la denominada teoría de la
imputación objetiva, que introduce el concepto de riesgo en la tipicidad, buscando
la moderación, en unos casos, de la amplitud de las conductas inicialmente
susceptibles de ser consideradas como causa y en otros, la fundamentación de la
tipicidad sobre la base de criterios normativos en aquellos supuestos en los que
esta no puede fundamentarse en la causalidad (como sucede en los delitos de
omisión, algunas modalidades de delitos de peligro, entre otros).
El delito
Delito es definido como una acción típica, antijurídica, imputable, culpable,
sometida a una sanción penal y por la ley. A veces a condiciones objetivas de
punibilidad. Supone una infracción del derecho penal. Es decir, una acción
u omisión tipificada y penada.
La acción o la conducta humana
La conducta humana es la base sobre la cual descansa toda la estructura del
delito, si no hay acción humana, si no hay conducta, no hay delito. Sin embargo, el
concepto de acción engloba igualmente el de omisión, en la cual existe una
conducta en la que conscientemente se evita una acción concreta.
Iter Criminis
El iter criminis o camino del delito son las diferentes fases que atraviesa una
persona desde que en su mente se produce la idea de cometer un delito hasta que
efectivamente lo lleva a cabo. Lo importante de estas fases es diferenciar cuál de
ellas es relevante para el Derecho Penal. Diferenciamos por tanto dos fases: fase
interna y fase externa del camino del delito.
Las fases del delito
La fase interna:
La fase interna del delito es la que sucede en la mente del autor y no puede, en
ningún caso, ser objeto del Derecho penal, porque es necesaria la exteriorización
mediante acciones u omisiones de ese hecho delictivo. Todo ello se basa en el
principio cogitationis poenam nemo patitur, aforismo latino que significa que con el
mero pensamiento no es punible (sancionable). Se produce la ideación, la
deliberación y la resolución del delito.
La fase interna se halla constituida por todos los momentos del ánimo a través de
los cuales se formaliza la voluntad criminal y que preceden a su manifestación. Se
distinguen: la ideación del delito, la deliberación y la resolución criminal. La fase
interna es por sí sola irrelevante, el derecho penal interviene a partir de la
manifestación de la voluntad. Como sabemos el derecho penal sanciona
conductas y no pensamientos.
La fase externa
En cuanto a la fase externa es la materialización de la idea, y en esta fase sí que
ya puede intervenir el Derecho Penal. El problema en este caso es determinar a
partir de qué momento nos encontramos ante una acción u omisión punible, y para
ello la doctrina ha diferenciado dos grandes grupos, los actos preparatorios y los
actos ejecutivos.
Actos preparatorios:
En esta fase el autor del delito se provee de los materiales o conocimientos
necesarios para llevar a cabo su delito. Éstos son actos equívocos y multívocos:
es decir, tienen varios significados y varios sentidos posibles, siendo actos
susceptibles de varias interpretaciones. Los actos intermedios se consideran un
momento intermedio entre la fase interna y la ejecución del delito, y pueden ser
considerados punibles.
Actos ejecutorios:
En cuanto a los actos ejecutivos: el principio es contrario, es decir, que todos los
actos son punibles. Los actos ejecutivos, en definitiva, son aquellos en que el
sujeto comienza la ejecución del delito, independientemente de que este se
termine produciendo o no: es decir, que sea consumado (parcial o totalmente) o
que se quede en tentativa de delito.
Tipicidad
Conducta típica o Tipicidad tiene que ver con toda conducta que conlleva una
acción u omisión que se ajusta a los presupuestos detalladamente establecidos
como delito dentro de un cuerpo legal. Esto quiere decir que, para que una
conducta sea típica, debe constar específica y detalladamente como delito o falta
dentro de un código.
Tipicidad es la adecuación del acto humano voluntario o involuntario efectuado por
el sujeto a la figura descrita por la ley como delito o falta. Es la adecuación, el
encaje, la subsunción del acto humano voluntario o involuntario al tipo penal. Si se
adecua es indicio de que es delito o falta. Si la adecuación no es completa no hay
delito ni falta.
Antijuridicidad
La antijuridicidad supone que la acción que se ha realizado está prohibida por
el ordenamiento jurídico; en otras palabras, que dicho comportamiento es contrario
a Derecho.
Clasificación:
Antijuridicidad formal: se afirma que una conducta es formalmente
antijurídico, cuando es meramente contraria al ordenamiento jurídico. Por
tanto, la antijuridicidad formal no es más que la oposición entre un hecho y
la norma jurídica positiva.
Antijuridicidad material: se dice que una conducta es materialmente
antijurídica cuando, habiendo transgredido el ordenamiento jurídico tiene,
además, un componente de daño social, es decir, ha lesionado o puesto
en peligro un bien jurídico protegido.
Culpabilidad
Imputabilidad
Punibilidad
Lo que se quiere ver en eso son los elementos que comprenden el delito y hacen
parte de su teoría, que el delito debe contener acción y conducta, el motivo que
impulsa a la persona a cometer el delito con la actitud que presenta en el momento
de cometerlo y también está la acción que comete porque la acción es el acto
cometido, también implica la responsabilidad que el individuo tiene cuando
cometió el delito y la pena que se le impondrá por haber cometido el delito, lo que
tengo comprendido es los elementos que debe llevar esta teoría para que un acto
sea considerado como delito y sea catalogado como parte del derecho penal, el
ver todo lo que contiene el delito y de los efectos que tiene es muy interesante y a
la vez muy importante para nosotros que estamos estudiando la carrera en
Ciencias Jurídicas y cada día se puede aprender mucho más.