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UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN COMERCIAL Y DERECHO

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

DOCENTE:
BERMUDEZ MENDOZA ANGEL

MATERIA:
PSICOLOGIA DEL DESARROLLO I

TEMA:
EL DESARROLLO COGNITIVO DEL NIÑO

ESTUDIANTE:
MARIA MERCEDES SILVA LIMONES

NIVEL:
SEGUNDO SEMESTRE

PERIODO:
NOVIEMBRE – MARZO
RESUMEN

El Desarrollo cognitivo del niño es el proceso por el que una persona


va adquiriendo conocimientos sobre lo que le rodea y desarrollar así
su inteligencia y capacidades. Comienza desde el nacimiento y se
prolonga durante la infancia y la adolescencia comienza en la cabeza
y luego progresa a otras partes del cuerpo (por ejemplo, el acto de
chupar, precede al acto de sentarse y este a su vez precede al acto de
caminar).

Su boca es el centro de la "conciencia" inicial. Es sensible al sentir


los brazos de la madre, a los movimientos el apego, al frío, al calor, al
sabor y la textura de los objetos de su alrededor. La vista y el oído van
tomando mayor protagonismo. Su mirada fijamente y sigue el rostro de
la madre.

Gira la cabeza en dirección a los estímulos audiovisuales. Sigue con su


mirada el rostro materno u otro objeto estimulante. Sus manos pueden
sujetar objetos, pero todavía no logra asirlos por propia iniciativa. Frente
a los estímulos, aparece respuesta de extensión y flexión de las
extremidades, Persiste el reflejo tónico cervical sobre todo cuando el
bebé se alarma o se irrita. Balbucea, cloquea y hace ruiditos que en
general tienen el valor de llamada. (Reclama ayuda o atención).

El desarrollo de los niños significa el crecimiento de las capacidades


de sí mismo tanto de pensar y razonar. Este crecimiento se le
presenta de distintas maneras de los 6 a los 12 años, y de los 12 a los
18 años. Los niños en las edades entre los 6 y 12 años desarrollan la
capacidad de pensar de maneras concretas y sencillas.

Hay que esperar hasta la edad de 4 años para que todos los niños
puedan tener éxito en la tarea. cómo el niño va sumando sus
conocimientos y destrezas gracias a la interacción activa con el mundo
que le rodea. A través de esta interacción, Piaget explicaba que las
estructuras cognitivas se van complejizando hasta que el niño da
significado (o sentido) a la realidad y construyendo su propio
conocimiento.

Periodo sensoriomotor (de 0 a 2 años)

En esta etapa, el niño interacciona con el medio a través de los


reflejos innatos que va modificando y perfeccionando por ensayo y
error. Según detecta que sus acciones modifican el entorno, se
despierta en él una clara intención exploradora (por ejemplo: gatea
para alcanzar un objeto que le llama la atención) e, incluso, es capaz
de anticiparse a los hechos (por ej., tira un juguete de la trona para
captar la atención de sus padres).

Periodo preoperatorio (de 2 a 7 años)

Es en esta etapa cuando el pequeño desarrolla la capacidad de


representación. El niño crea imágenes mentales de la realidad, imita
las acciones de los adultos y sus iguales, muestra claros signos de
juego simbólico y sus competencias lingüísticas mejoran
notablemente.

Periodo de las operaciones concretas (de 8 a 12 años)

Lo más característico de esta fase del desarrollo es que el niño utiliza


la lógica para hacer sus inferencias sobre los sucesos y realidades.
Esto se debe a que sus conocimientos anteriores se han organizado
en estructuras más complejas, unificadas. Por ejemplo: un niño
prepúber deduce por sí mismo que si cambias el agua de un tazón a
un vaso alargado, la cantidad de agua es la misma, aunque en el
segundo recipiente aparentemente parezca que hay más cantidad. En
el estadio anterior habría incurrido al error.

Periodo de las operaciones formales (de 12 a 16 años)


Es en la adolescencia cuando el niño desarrolla una operación
compleja: el razonamiento hipotético deductivo. Esto significa que el
adolescente, ante un problema, analiza todas las premisas y valora
diferentes hipótesis sobre su causalidad o efecto. En el anterior
estadio de desarrollo el niño hacía inferencias sobre la experiencia
real. Ahora, los problemas pueden presentarse de manera figurada,
sin necesidad de que el adolescente tenga ninguna experiencia sobre
el hecho. En esta etapa también es característica la metacognición: la
capacidad de poder reflexionar sobre nuestro propio razonamiento.

El modelo piagetiano sobre el desarrollo cognoscitivo tuvo (y tiene)


una notable repercusión en los procesos de enseñanza y aprendizaje
en el contexto escolar. Conocer en qué fase de desarrollo se
encuentra el niño, su ritmo madurativo y potenciar sus talentos para
compensar sus dificultades son factores clave para el trabajo del
educador en el aula ordinaria y, sobre todo, con alumnos de
Educación Especial.

A nivel de aula, el educador puede organizar el contenido del currículo


y ajustar sus métodos de enseñanza de acuerdo con el nivel de
desarrollo cognitivo del alumno y de sus necesidades educativas. Si
las actividades que presenta al niño están ajustadas a sus
conocimientos previos, su motivación por realizar la tarea será mucho
mayor que si está muy por encima o por debajo de sus competencias.

También se potencia que el alumno tome una actitud activa durante el


proceso de aprendizaje. En la antigua escuela, era un mero receptor
de información. Ahora se pretende despertar la curiosidad del niño por
la realidad que le rodea, que investigue, que aprenda a aprender… El
profesor se convierte en un guía para el estudiante en este proceso de
aprendizaje, proponiéndole nuevos retos y garantizando las
estrategias y recursos para que aprenda a aprender.

La curiosidad es el principal motor que hace que el bebé adquiera los


esquemas mentales necesarios para desarrollar su conocimiento. La
experimentación es la forma en que tiene el niño de descubrir la
funcionalidad de los objetos. Hacia el final de esta etapa, ya es capaz
además de proyectar una acción en su mente para deducir si esta
funcionará o no, desde los dos hasta los siete años. Se desarrollan
sobre todo las representaciones mentales y el pensamiento en general
es mucho más rápido y eficiente. El niño es capaz de pensar no solo
en lo inmediato y presente, sino en pensamientos más atemporales.

Los símbolos son muy importantes en esta etapa, pues serán la base
para la comunicación de los niños: mediante ellos representan
personas, lugares u objetos, pero también su posición a lo largo del
tiempo.

Estadio de las operaciones concretas, ocurre desde los siete a los 11


años. El pensamiento del niño cada vez se parece más al de un
adulto, y comienza a establecer relaciones entre los objetos, a
reflexionar de manera lógica sobre ellos (sólo los reales, no los
abstractos), e incluso es capaz de adoptar otros puntos de vista aparte
del suyo.

El niño también puede ordenar y clasificar objetos de manera


jerárquica, distinguiendo entre los que son similares o diferentes e
incluso establecer un orden entre ellos.

El razonamiento y la reflexión, por tanto, comienzan a ser realmente


eficaces a la hora de comprender el mundo que tienen alrededor. Con
ellos alcanzan deducciones sobre la realidad más complejas que
antes.

El niño ya es capaz de pensar de manera abstracta, intuyendo las


consecuencias que pueden tener acciones que realice o no durante el
presente. También puede razonar sobre representaciones mentales
que no sean reales.

Para ayudar a promover un crecimiento cognitivo positivo y sano en su


hijo adolescente, usted puede:
Animarlo a que comparta sus ideas y pensamientos con usted.
Alentarlo a que piense de manera independiente y desarrolle sus
propias ideas. Ayudarle a fijar sus metas, Retarlo a que piense en sus
posibilidades para el futuro, Felicitarlo por decisiones bien pensadas.
Ayudarle a revaluar las decisiones que no han sido muy buenas.
CONCLUSION

Es decir, se desarrolla la inteligencia en un plano sensorio-motor a través de las acciones


Por ese motivo, las pruebas de evaluación del desarrollo cognitivo en este período, no
tienen tareas verbales sino reactivos que intentan estimular una conducta particular. Estos
test consisten en estímulos lúdicos apropiados para cada edad, que estimulan una acción
del niño. Pues, en este período, la inteligencia es acción y no lenguaje. de los sentidos,
una inteligencia práctica que antecede al lenguaje expresivo.

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